Hábitos digitales en familia

Si tienes niños o jóvenes a cargo es clave que los acompañes en el entorno digital, de manera informada y responsable, para mitigar los riesgos que allí existen y, en caso de que se presenten, puedas tener las herramientas para actuar de manera oportuna.

Según Unicef, uno de cada tres usuarios de internet es menor de edad. Los niños y jóvenes, como nativos digitales, encuentran nuevas formas de interactuar, relacionarse, divertirse y aprender en el mundo digital. Sin embargo, también pueden establecer relaciones con personas malintencionadas o acceder a contenidos que no son apropiados para su momento de vida.

Aunque sepan usar estas herramientas su percepción del riesgo no es tan alta. Por eso como padre o cuidador tienes un rol muy importante en la construcción de hábitos digitales sanos en tu familia. Te compartimos las respuestas a las preguntas más comunes que nos hacen los papás.

La diferencia del bullying y el ciberbullying es que el primero se queda en el plano físico, mientras que el segundo tiende a replicarse y viralizarse rápidamente.

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y buenas prácticas que aportan al cuidado de las relaciones familiares en la era digital. Haz clic aquí.

¿Qué riesgos puede tener mi hijo en el entorno digital?

• Grooming: es una práctica mediante la cual adultos malintencionados se hacen pasar por menores en los diferentes medios digitales, estableciendo una relación de confianza con los menores para obtener fotos y videos con contenido sexual. Después de obtener el material pueden chantajearlos para que envíen más contenido íntimo e incluso lograr que accedan a encuentros presenciales con el propósito de abusar sexualmente de ellos.

• Retos peligrosos: replicar conductas que pueden poner en riesgo la salud física o mental, porque son tendencia en internet, con el fin de compartir los videos en redes sociales.

• Ciberbullying: sufrir de agresiones repetidas, intimidaciones o amenazas a través de medios digitales, por publicación de fotos o videos vergonzosos, mensajes intimidantes desde cuentas falsas o información sensible compartida en redes sociales, causando un impacto emocional en el menor.

• Sharenting: en ocasiones somos nosotros quienes podemos exponer a nuestros hijos cuando publicamos información personal de ellos en fotografías o videos en nuestro perfil. Este contenido podría tener un impacto negativo para ellos en la medida en que puede ser ridiculizante, incómodo o privado. Incluso, al crear la huella digital de tu hijo, esta información pueden utilizarla terceros, como pederastas, de forma malintencionada para practicar grooming.

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¿Cuáles hábitos digitales pueden mitigar estos riesgos en mi familia?

Los padres son la base de los comportamientos que desarrollan sus hijos, incluyendo su relación con las pantallas. Por eso es importante que realices una pausa en la vida digital para conectarse en familia y construir acuerdos que les permitan hacer un balance entre la vida online y offline enfocada en su dinámica familiar.

Te compartimos buenas prácticas que puedes implementar en tu hogar:

• Encuentra fuentes confiables para conocer los beneficios y los riesgos que hay en el entorno digital.

• Fomenta espacios de diálogo para

conversar libremente sobre las situaciones que les generen interés o dudas, conocer sus preferencias y encontrar actividades en común.

• Habla sobre los riesgos digitales

en familia de manera que todos los integrantes estén informados sobre las situaciones que pueden suceder, para intervenir y acompañarlos en caso de que se materialice alguno.

• Conoce y acompaña las interacciones

de tus hijos: cuáles páginas visitan, quiénes son las personas con las que interactúan, en cuáles videojuegos se encuentran o qué tipo de información publican o envían a otras personas.

• Establece normas y límites claros alrededor del uso de dispositivos,

incluyendo edad de acceso, tiempo de navegación, uso de algunas aplicaciones, espacios libres de dispositivos tecnológicos, entre otros. Estas normas deben involucrar a todos los integrantes de la familia.

• Fomenta el balance entre la vida online

y la vida offline para que los menores puedan interactuar en el entorno digital sin perder de vista las interacciones presenciales, el cuidado de las relaciones, la realización de actividad física donde participen en familia, fortaleciendo la coherencia entre las normas y los hábitos que quieres generar.