EDELVIVES
EDELVIVES
C I 103539
EDELVIVES
Los científicos más importantes del mundo recibieron un encargo muy especial: descubrir el instrumento capaz de convertir la Tierra en el lugar donde la gente pudiera vivir feliz. –Alguien tendría que investigar –propuso la científica mayor. Estuvieron de acuerdo, pero, ¿quién sería el elegido? –¿Estarías dispuesto a recorrer el mundo en busca del instrumento maravilloso? –preguntaron a Lucius. Lucius dudó, porque le asustaba salir solo al ancho mundo, pero finalmente, comiéndose sus temores, aceptó y todos los demás sabios suspiraron aliviados.
Textos
Toti MartĂnez de Lezea, Eugenio Fuentes, Rikardo Arregi, Maite Ruiz de Austri, Miguel Murillo, Rosa Lencero, Miren Aranburu, Juan Kruz Igerabide, Isaac Rosa y Juan Velarde Ilustraciones
Carlos Varela, Tote Azkona y MarĂa Terrazas
EDELVIVES
1-11_103539.indd 1
06/09/13 10:22
Índice Prólogo .......................................................................................
1 2 3
4
La redacción (Toti Martínez de Lezea)............................................
12
El carrito (Eugenio Fuentes)...........................................................
26
Nombres (Rikardo Arregi) ...............................................................
40
4 La mensajera
(Maite Ruiz de Austri) .................................................
5
54
El viaje de Jim y Jam (Miguel Murillo) ...............................................................
68
6 Un hermano para Amanda
(Rosa Lencero) .................................................................
7
82
Otra Cenicienta (Miren Aranburu) ............................................................
96
8 Los niños primero
(Juan Kruz Igerabide) .................................................. 110
9 Mensaje en un juguete
(Isaac Rosa) ....................................................................... 124
Epílogo ........................................................................................
1-11_103539.indd 3
138
31/07/13 8:36
Pr贸logo
Juan Velarde y Maite Ruiz de Austri
1-11_103539.indd 4
31/07/13 8:36
1-11_103539.indd 5
31/07/13 8:36
Un día, los científicos más importantes del mundo recibieron un encargo muy especial: debían descubrir un instrumento capaz de convertir la Tierra en un lugar donde todo el mundo pudiera ser feliz. Un instrumento igual para hombres que para mujeres, para mayores y para niños. Para gordos y para flacos, para guapos y feos, para ricos y pobres. Un instrumento útil para todos los seres humanos sin distinción.
6
1-11_103539.indd 6
31/07/13 8:36
7
1-11_103539.indd 7
31/07/13 8:36
8
1-11_103539.indd 8
31/07/13 8:37
La humanidad necesitaba aquel instrumento para ser feliz y nada quedó por intentar. Hasta llegaron a construir una gran máquina, que bautizaron como la máquina de la felicidad, pero tampoco funcionó.
Todos estuvieron de acuerdo, pero ¿quién sería el enviado? A todos les asustaba mucho abandonar aquel laboratorio, donde llevaban tanto tiempo encerrados.
Cuando todo parecía perdido, el pequeño Lucius, el dormilón más despierto, tuvo una idea. Se le ocurrió que lo que buscaban podría estar relacionado con la música. Al fin y al cabo a todo el mundo le gusta la música. Sobre todo si es cañera como el rock o divertida como la samba o romántica como un vals. La música amansa a las fieras, abre la mente y hace latir con más fuerza el corazón.
—¿Tú estarías dispuesto a recorrer el mundo en busca del instrumento perfecto? —preguntaron a Lucius.
—¡Qué buena idea! —gritaron los demás científicos. —Deberíamos mandar a alguien a investigar —propuso la científica mayor.
—Deberías animarte. Al fin y al cabo la idea ha sido tuya —insistieron algunos. —Al menos deberías intentarlo —remacharon los demás. Lucius dudó un poco, porque también a él le asustaba salir solo al ancho mundo, pero finalmente aceptó y todos sus compañeros suspiraron aliviados.
9
1-11_103539.indd 9
31/07/13 8:37
Así es como empezó aquel extraordinario viaje en el que Lucius encontró a gentes de todo tipo. Como era un buen observador, acabó por fijarse en los que decían sentirse felices y afortunados. Curiosamente, todos ellos, aun sin saber por qué, creían que aquel instrumento existía, aunque cuando Lucius les pedía que describieran su aspecto, no sabían qué contestar. Desconocían si era grande o pequeño, redondo o cuadrado o cuál podía ser su color. Nunca lo habían visto, pero, quizás, sencillamente porque lo que se necesita debe existir o porque su felicidad demostraba que en algún momento tenían que haberlo tenido al alcance de la mano, estaban seguros de su existencia. Entonces, para ayudar en la investigación, aquellas gentes se pusieron a pensar cuándo y dónde recordaban haberse sentido más felices mientras el pequeño Lucius iba apuntando en su libreta todas las historias que le contaban sin olvidar ni una sola palabra. Y tal como se las contaron, las podréis conocer vosotros si continuáis leyendo.
10
1-11_103539.indd 10
31/07/13 8:37
11
1-11_103539.indd 11
31/07/13 8:37
EDELVIVES
EDELVIVES
C I 103539
EDELVIVES
Los científicos más importantes del mundo recibieron un encargo muy especial: descubrir el instrumento capaz de convertir la Tierra en el lugar donde la gente pudiera vivir feliz. –Alguien tendría que investigar –propuso la científica mayor. Estuvieron de acuerdo, pero, ¿quién sería el elegido? –¿Estarías dispuesto a recorrer el mundo en busca del instrumento maravilloso? –preguntaron a Lucius. Lucius dudó, porque le asustaba salir solo al ancho mundo, pero finalmente, comiéndose sus temores, aceptó y todos los demás sabios suspiraron aliviados.