Año LXXV Guadalajara, Jal., 20 de Septiembre de 2009
No. 38
Elcazadordepatos
C
ierta vez, un hombre rico fue a cazar patos con su empleado llamado Sam. Iban en un carruaje, y por el camino se le salió un aro a una de las ruedas. Mientras Sam lo martillaba, accidentalmente se golpeó un dedo. Pronunció algunas malas palabras, pero rápidamente se puso de rodillas y pidió perdón a Dios diciendo: “ Señor, ¡es tan difícil a veces vivir la vida correctamente! “. “Sam -dijo el hombre- sé que eres católico, pero dime ¿por qué luchas así? Yo soy ateo y no tengo problemas como ése.” Sam no supo qué decir. Justo entonces, dos patos volaron por encima de ellos. El hombre levantó su arma y se escucharon dos tiros. “ Deja al muerto y ve tras el pato herido “ -gritó. Sam señaló al pato que estaba aleteando desesperadamente para escapar y dijo: “ Jefe, tengo una
respuesta para usted. Usted dijo que mi religión no es buena, porque tengo que luchar así. Y bien, yo soy el pato herido y lucho por alejarme del diablo. Pero jefe, ¡usted es el pato muerto! “. El perdón de pecados está disponible, así que no te desesperes. Recuerda: los patos muertos no revolotean.