El amiguito - 20 de Marzo de 2011 - Num. 12

Page 1

Año LXXVIII Guadalajara, Jal., 20 de marzo de 2011

Núm. 12

DECIDE AMAR, DECIDE SER FELIZ

M

ientras esperaba para recoger a un amigo en el aeropuerto, observé a un hombre que se dirigía hacia mí llevando dos maletas ligeras. Se detuvo justo junto a mí para saludar a su familia. Primero a su hijo menor. Se dieron un largo y conmovedor abrazo y le oí decir: “¡Hijo, te extrañé tanto!”. Él sonrió y contestó suavemente: “¡Yo también, papá!”. Después el hombre abrazó a su hijo mayor y dijo: “Ya eres un hombrecito. ¡Te amo mucho, hijo!”. Y se abrazaron fuertemente. Una bebé se revolvía entusiasmada en los brazos de su madre. El hombre dijo: “¡Hola, nenita!”. Besó su rostro una y otra vez y la abrazó contra su pecho. Tras varios momentos, se la dio a su hijo mayor y dijo: “¡He reservado lo mejor para lo último!”, y procedió a darle a su esposa el más largo y dulce beso que recuerdo haber visto. Él la miró a sus ojos por varios segundos y entonces dijo suavemente: “¡Te quiero tanto!”. Se miraron a los ojos mientras se tomaban de las manos. Me maravillé por un momento, y de repente me sorprendí al escuchar mi propia voz preguntar nerviosamente: “¡Wow! ¿Qué tiempo tienen de casados?”. “Hemos estado

casados quince años”, contestó sin quitar la mirada del rostro de su encantadora esposa. “Bueno, entonces, ¿por cuánto tiempo han estado separados?”. pregunté. El hombre finalmente me miró, todavía manteniendo su jovial sonrisa y me dijo: “¡Dos días completos!”. ¿Dos días? ¡Quedé anonadado! Hubiera jurado que habrían sido al menos varias semanas, sino meses. Así que, de manera casi casual y deseando terminar mi intromisión con alguna semblanza de gracia (y volver a buscar a mi amigo), le dije: “¡Espero que mi matrimonio se mantenga tan apasionado después de quince años!”. El hombre dejó de sonreír. Me miró directo a los ojos, y dijo: “No lo anhele, amigo... decídalo”. Entonces mostró nuevamente su maravillosa sonrisa, estrechó mi mano y dijo: “¡Que Dios lo bendiga!”. Todavía observaba a aquel hombre cuando mi amigo se acercó y preguntó: “¿Qué es lo que estás mirando?”. Sin dudar un instante y con un curioso sentido de certeza le contesté: “¡Mi futuro!”. Matrimonio es una empresa que se construye todos los días. Lo grande del matrimonio lo hacen las pequeñas cosas.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.