El Amiguito - 25 de Septiembre de 2011 - Num. 39

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Año LXXVIII Guadalajara, Jal., 25 de septiembre de 2011

Núm. 39

EL ORGULLO DE LA HIEDRA

U

n hombre edificó su casa y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble que crecía lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas. Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared. Al cabo de un tiempo, la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente. -¿Cómo estás, amigo roble? -preguntó una mañana la hiedra. -Bien, mi amiga -contestó el roble. -Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura -agregó la hiedra con mucha ironía-. Desde aquí se ve todo tan distinto... A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio. -No te burles, amiga -respondió muy humilde el roble-. Recuerda que lo importante no es crecer de prisa, sino con firmeza. Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona. Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron. Un día, una fuerte tormenta sacudió la casa y su jardín. Fue una noche terrible.

El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada. Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. El hombre arrancó la hiedra, y la quemó. Mientras tanto, el roble reflexionaba: “Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros”.


Comentario al Evangelio

¡Y NO FUE!

H

e aquí en tres palabras un triste resumen del cristianismo de muchos de nosotros. Le decimos a Dios: “Ya voy, Señor”… ¡y no vamos! l Cada vez que nos damos la paz en la Misa dominical, le estamos diciendo a Cristo: “Ahora sí, ya voy, Señor, a olvidarme de aquello que me hizo o que me dijo (mi padre, mi madre, mi esposo, mi esposa, mi hijo, mi hermano…)”. - Y resulta que la mayoría de las veces no vamos, porque al salir de la iglesia seguimos enfurruñados, resentidos, dispuestos a hacerle sentir al que nos lastimó que aquello no se va a quedar así… l Cada vez que nos acercamos a comulgar, prácticamente le estamos diciendo a Cristo: “Ahora sí, ya vamos, Señor, a vivir con el compromiso de

unión fraterna que implica participar junto con los demás del Cuerpo y la Sangre de Cristo”. - Y sucede que ordinariamente no vamos porque durante la semana no hacemos el menor esfuerzo por ser más amables, más comprensivos, más hermanos de los demás. l Cada vez que decimos “Amén” como respuesta a las palabras del sacerdote: “Vayamos en paz a servir a Dios y a nuestros hermanos”, estamos diciendo: “Ya voy, Señor”. - Pero resulta que en la vida de todos los días no vamos, porque seguimos tratando de servirnos sólo a nosotros mismos y a nuestros intereses. Y JESÚS LES DIJO: “¿QUÉ OPINAN USTEDES DE ESTO?”.


N

San Buenaventura

ació alrededor del año 1218 en Bagnoregio, en la región toscana; estudió filosofía y teología en París y, habiendo obtenido el grado de maestro, enseñó con gran provecho estas mismas asignaturas a sus compañeros de la Orden Franciscana. Fue elegido Ministro General de su Orden, cargo que ejerció con prudencia y sabiduría. Escribió la vida de San Francisco. Fue nombrado Cardenal Obispo de la Diócesis de Albano, y murió en Lyon el año 1274. Escribió muchas obras filosóficas y teológicas. Conocido como el “Doctor Seráfico” por sus escritos encendidos de fe y amor a Jesucristo. Algunos de ellos son: Corazón de Jesús, Fuente Viva, y La Sabiduría misteriosa revelada por el Espíritu Santo. Buenaventura se entregó con entusiasmo a la tarea de cooperar a la salvación de sus prójimos, como lo exigía la gracia del sacerdocio. La energía con que predicaba la Palabra de Dios encendía los corazones de sus oyentes; cada una de sus palabras estaba dictada por un ardiente amor. Durante los años que pasó en París, compuso una de sus obras más conocidas, el “Comentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo”, que constituye una verdadera suma de teología escolástica. El Papa Sixto IV, refiriéndose a esa obra, dijo que “la manera como se expresa sobre la teología, indica que el Espíritu Santo hablaba por su boca”. Como dice en un escrito, “Dios, todos los espíritus gloriosos y toda la familia del Rey Celestial nos esperan y desean que vayamos a reunirnos con ellos. ¡Es imposible que no se anhele ser admitido en tan dulce compañía! Pero quien en este valle

de lágrimas no haya tratado de vivir con el deseo del Cielo, elevándose constantemente sobre las cosas visibles, tendrá vergüenza al comparecer a la presencia de la corte celestial”. Según el santo, la perfección cristiana, más que en el heroísmo de la vida religiosa, consiste en hacer bien las acciones más ordinarias. El Seráfico Doctor murió durante las celebraciones, la noche del 14 al 15 de julio. Pedro de Tarantaise, el dominico que ciñó más tarde la tiara pontificia con el nombre de Inocencio V, predicó el panegírico de San Buenaventura y dijo en él: “Cuantos conocieron a Buenaventura le respetaron y le amaron. Bastaba simplemente con oírle predicar para sentirse movido a tomarle por consejero, porque era un hombre afable, cortés, humilde, cariñoso, compasivo, prudente, casto y adornado de todas las virtudes.”


¡NO CAIGAS!

EVITA LOS SIETE PECADOS CAPITALES Amiguito: Los reconocidos o tradicionales “siete pecados capitales” -la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia- son un conjunto de vicios opuestos a la enseñanza moral que el Catolicismo y el Cristianismo transmiten. Aunque estas palabras te resulten raras, verás que sus significados no son tan ajenos cuando pensamos en nuestra vida diaria. Cada uno de ellos fue recopilado y clasificado por San Gregorio Magno (540 – 604 d.C.), también conocido como Gregorio I, el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia Católica. -El primero en encabezar la lista, la lujuria, ha sido definido como aquel pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual, o en palabras de Dante, un escritor italiano, “el amor excesivo por los demás”. -La gula, el segundo vicio, ha sido interpretada como el consumo excesivo de comida y bebida, aunque antiguamente se utilizaba para señalar toda clase de exceso. -La avaricia ha sido considerada como un pecado muy similar a la lujuria o a la gula, pero aplicada a la adquisición de riquezas en particular. -La pereza ha sido catalogada como la “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales o divinas. -La ira ha sido descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. -La envidia, el sexto pecado capital, se relaciona con la avaricia, sin embargo, la

envidia desea algo que alguien más tiene, y que percibe que hace falta. -Por último, la soberbia o el orgullo, el deseo por ser más importante o atractivo que los demás, es considerado el más grave de los pecados capitales, y fuente de los mismos. Como ves, casi todos, en algún momento, hemos tenido alguno de estos sentimientos negativos. Pero ahora que los identificamos, ¿verdad que los evitaremos?

gula, lujuria, la ia la avaric ir,ala , la la pereza, ia la envid yia soberb


Página para tu Papá y tu Mamá

VIVAMOS EL HOY, los buenos momentos no son para siempre

P

iense por un instante en quienes están más próximos a usted: su esposa, su esposo, sus hijos, sus padres, sus hermanos, sus amigos… Ahora, medite en el hecho de que tarde o temprano, cuando menos lo esperemos, partirán ellos o lo haremos nosotros. Y no habrá tiempo quizá para despedidas. Y posiblemente nos quedará el dolor de no haberles ayudado, comprendido, apoyado o, quizá, no haberles prestado atención o escuchado esas largas historias que a veces evitamos, por considerar que estamos demasiado ocupados… Es un hecho inevitable. En el momento menos esperado nos iremos. O tal vez otros se irán. Y, ¿qué sentiremos? Tal vez remordimiento por no disfrutar esos días que les tuvimos cerca. Hoy es el día para llegar a casa, darle un abrazo fuerte a su familia, sentarse a disfrutar una buena charla con los amigos o probablemente disfrutar con los hijos de una buena película o un partido de fútbol. Este es el momento para volvernos a aquella persona que amamos y decírselo con ganas, con entusiasmo, con sinceridad: “Te amo”. Ahora es cuando debe acercarse a sus padres, a los viejos, y expresarles amor y ternura. Posiblemente mañana no los tendrá cerca… Si amamos de corazón, no tendremos de qué arrepentirnos cuando debamos marchar al viaje sin retorno.

Algunas recomendaciones para vivir mejor: l No tomes decisiones cuando estés enojado. l Cuídate de quien no tiene nada que perder. l Aprende a decir “no” con cortesía y presteza. l Sé atrevido y valiente. l No aplaces las cosas. Haz lo que sea preciso en el momento preciso. l Nunca te despidas sin decir “te quiero”. l No temas decir “no sé”. l No temas decir “lo siento”. l Elogia a tres personas cada día. l Contempla el amanecer por lo menos una vez al año. l Guarda los secretos. l Reconoce tus errores.


Amigos, otra vez está terminando el mes, ¡pero otra vez estamos reunidos de nuevo, eso es motivo para celebrar! Gracias por sus cartas y por seguir cultivando esta amistad a través del tiempo. Vámonos con nuestros amigos de esta semana: De: Natalia carronchis_gatito@hotmail.com Para: clubdelamiguito@terra.com.mx Asunto: Quiero ser parte del Club Hola, soy Natalia Alhelí, tengo 9 años y lo que más me gusta de El Amiguito es leer las cartas que envían. Soy de la parroquia El Señor de la Misericordia, Unión del 4. Quiero ser parte del Club porque me gusta mucho; me divierten las Mini historias porque nos hacen reflexionar mucho. Por favor publiquen esto en El Amiguito. Bueno, me despido. ¿Ya viste, Natalia? Ya publicamos tu carta… ¡bienvenida al Club! Gracias por tus comentarios tan alentadores. De: Miriam Andrea estrellaandrea2011@hotmail.com Para: clubdelamiguito@terra.com.mx Asunto: Ser parte del Club Hola, soy Miriam Andrea. Tengo 12 años y pertenezco a la parroquia El

Señor de la Misericordia. Me fascina El Amiguito y más las Mini historias, también las vidas de santos y la Sección recreativa; pero también leo las cartas de los otros niños. Por favor acéptenme en el Club. Me gustan las mini historias porque me hacen que recapacite; las vidas de los santos porque me gusta saber cómo vivían. Bueno, me marcho. Adiós. Gracias por escribirnos y por esos comentarios que nos animan a seguir adelante. Bienvenida al Club. Saludos. De: Adriana Zapata Ortega patitozapata@live.com.mx Para: clubdelamiguito@terra.com.mx Asunto: Acéptenme en el Club Hola, mi nombre es Adriana, tengo 9 años y voy a la parroquia El Señor de las Maravillas, estoy yendo porque me están firmando mi boleta de ir a Misa. Desde hace un año me quise inscribir en el Club pero no estaba segura, me gusta leer el Comentario al Evangelio y la Sección recreativa. Les voy a contar un chiste: ¿Qué le dijo un pollo a otro pollo? -¡Necesitamos a-pollo! Bueno, espero que me acepten y lo pongan el domingo. ¡Qué bien que ya te decidiste a escribirnos, Adriana! No faltes a Misa, ahí te estaré esperando cada domingo… bienvenida al Club.


De: Juan Pablo González juan.pablo.glez@hotmail.com Para: clubdelamiguito@terra.com.mx Asunto: Me gustaría ser parte del Club Hola, me llamo Juan Pablo, Tengo 11 años, vivo en Jalisco y voy a la parroquia Santa Faustina Kowalska todos los domingos a Misa de 12:00. Me gustaría ser parte del Club. Todos los domingos antes de Misa leo El Amiguito, me gustan sus adivinanzas, chistes, y la historia de los santos. Mi Papá se llama igual que yo: Juan Pablo Glez. Mi Padrino se llama Roberto Hill. Mi tía se llama Lupita, es catequista de la parroquia Refugio de Pecadores. Ah, y mi Hermano es Toño, que por cierto es muy travieso. Bueno espero que me acepten en el Club y les quisiera decir un chiste: ¿Cómo se dice camión urbano en alemán? SUBENESTRUJAN-BAJAN. ¡Un saludo a la comunidad de Santa Faustina! Y tú, Juan Pablo, recibe una cordial bienvenida al Club. Felicidades por esa gran familia.

Pérez Gutiérrez. Tengo 13 años, Soy seminarista en el Seminario Diocesano de Guadalajara, pertenezco a la parroquia de San Juan de Capistrano en Tonalá y me gustaría ser parte del Club. A mí me gusta leer cada semana la Hoja Parroquial y El Amiguito, particularmente me gusta leer la Mini historia y la sección que dice “Para cuando seas grande”. Saludos a todos. Gracias. Felicidades, Germán, porque estás echándole ganas al estudio en el Seminario, pediremos para que perseveres, ya que escuchaste el llamado de Jesús. Gracias por tus comentarios y bienvenido al Club. Y a nuestros lectores y amigos, los invitamos a que nos escriban… ¡los estaremos esperando!

Hasta la próxima semana.

De: Germán Pérez german-p_g@hotmail.com Para: clubdelamiguito@terra.com.mx Asunto: (Sin asunto) Hola, mi nombre es Germán Alejandro

clubdelamiguito@terra.com.mx


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DIRECTORIO Fundado por José H. Alba en el año de 1932 Franqueo pagado. Publicación semanal. Permiso SEPOMEX 003 0732. Características 2145522112. Certificados de Licitud de contenido y de Título número 889 y 01119. Registro Reserva 04-2003-070111165300-101. Tiraje 40,000 ejemplares. Costo $40.00 Pesos ciento. Director responsable: Pbro. Antonio Gutiérrez Montaño. Colaboración: Irma Márquez Castro. Ilustrador: Raúl Alonso. Diseño: Creator. Morelos Núm. 505, Centro. Tel.: 3613-1421. Horario de oficina: 10:00 a 14:30 hrs. de Lunes a Viernes. Distribución: Morelos Núm. 505. Impreso por: Creator Comunicación, S. de R.L. de C.V.; Isla Flores 3344. Col. Jardines de San José. Tels.: 3002-6470 y 71.


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