Hoja Parroquial - 8 de agosto de 2010 - num 32

Page 1

Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.

Nº 32 • XIX Domingo Ordinario • 8 de Agosto de 2010

Fundado el 4 de junio de 1930. Registro postal IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes INDA-04-2007-103013575500-106

¿Qué hacemos mientras llega el final?

A

gosto es un mes que va como a caballo entre unos quehaceres que terminan y otros que empiezan; por lo mismo, puede ser un mes de importantes definiciones. ¿Qué escuela, qué carrera, qué prevenciones para el siguiente curso escolar? Importa también abordar, de alguna manera, preguntas claves de nuestra existencia. Parece que nos empeñamos en vivir solamente al día, con un menú de actividades salidas del gusto o de la necesidad. Casi nunca pensamos aquello que nos dijo un poeta, “somos arquitectos de nuestro propio destino”; y es necesario afirmar y subrayar con tinta indeleble que nuestro destino va más allá de nuestra propia sepultura. Las condiciones para un buen final. Y sin embargo es menester abordar esta cuestión del final de nuestra existencia. Los antiguos eran sabios, por eso dijeron: “lo que es lo último en realizar, es lo primero que debemos tener en nuestra intención”; bien sabemos que para tener una buena casa, es preciso tener desde el principio un buen diseño. En esta ocasión, el evangelio nos da algunas pistas. Habrá que empezar por tener algunas directrices claras. No hay que temer -fuera la incertidumbre- puesto que Dios ha decidido entregarnos su Reino.

cer, vivir haciendo lo que se debe hacer, no postergar las responsabilidades. Hay una realidad irrefutable: “a la hora que menos pensemos Él vendrá”. La palabra evangélica, es fulminante: “al que mucho se la da, mucho se le exige. La vida no hay que pasársela en comilonas y borracheras. Vivir con “la cintura ceñida y encendida la lámpara”, es decir siempre listos a caminar para donde se ofrezca. Siempre atentos a la llegada del Señor. Siempre dispuestos a cambiar de ruta, de modos, de tareas, si así nos lo requiere Dios.

Él es nuestra seguridad, nuestra fuerza, nuestro destino. Nos invita a tomar actitudes respecto de las cosas; “saber venderlas”, quitarnos cosas de encima para ejercitar la caridad. Esta es la forma más segura de hacer un tesoro en el cielo; puesto que eso, a lo nos aferramos, siempre estará en riesgo de que caduque, se pierda o las roben. La clave para vivir bien, es empezar por pensar bien. Jesús nos dice: “…donde está tu tesoro, ahí está tu corazón”. Siempre estar preparados. Las manos puestas en el queha-

La fe de nuestros padres, un ejemplo. Como nos dicta la segunda lectura, la fe de Abraham y los patriarcas siempre sirvió de ejemplo para tomar un modo de vivir. Nosotros no estamos muy lejanos de haber tenido padres, abuelos, conocidos que vivieron íntegramente su fe, la presencia de ellos en nuestro corazón nos debe alentar a vivir siempre ejercitando nuestra fe, ejerciendo la caridad, incluso con los pocos bienes que poseamos. La vigilancia cristiana es inculcada constantemente por Cristo. La vida del cristiano debe ser siempre una preparación para el encuentro con el Dios. La muerte nos provoca tanto miedo porque nos falta creer; para el cristiano es una meditación: marca el fin de la prueba 1


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.