Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 3 • II Domingo Ordinario, Ciclo B • 15 de Enero de 2012
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Jesús nos llama... sigámoslo
L
as lecturas bíblicas de hoy nos dan la oportunidad de que reflexionemos sobre el llamado que nos ha hecho Jesucristo para que lo sigamos. Lo que se nos ha leído se refiere a cada uno de nosotros que, al igual que Samuel, Juan, Andrés o Pedro, hemos descubierto a Dios que se cruzó en nuestro camino. El texto del evangelista Juan nos aporta varios elementos importantes para nuestra reflexión. En primer lugar, el discípulo sigue a Jesús porque se siente atraído por Él, por la fuerza de su personalidad. Así les sucedió a los dos primeros apóstoles, Andrés y Juan: Jesús pasaba por las cercanías y fue señalado por el Bautista como “el Cordero de Dios”. Entonces, lo siguieron. En ese momento poco saben de Jesús, de su doctrina y a dónde va a parar el seguimiento. Simplemente lo siguen como quien descubre algo fundamental en su vida. En efecto, Andrés y Juan eran discípulos del Bautista, se habían hecho bautizar por él y formaban parte de su pequeña comunidad. Ahora lo abandonan en un momento concreto y determinado, “las cuatro de la tarde”, y siguen a alguien de quien no saben su nombre, dónde vive o qué hace. Ambos discípulos pertenecían al Antiguo Testamento, cuyo último profeta era el Bautista. El paso que dan hacia Jesús es el comienzo de una vida nueva, de la que aún no tienen experiencia alguna y cuyos últimos alcances sólo muy tarde comprenderán. Incluso podemos afirmar que sus ideas acerca del Mesías —al que creen haber encontrado— estaban bastante distorsionadas. Todo esto puede constituir una primera característica del discipulado cristiano: es el paso hacia un mundo nuevo, desconocido aún, pero deseado desde lo más profundo del corazón. Cuando decimos que los primeros apóstoles debieron abandonar el Antiguo Testamento, decimos algo que posiblemente nosotros no podamos comprender en toda su profundidad. El Antiguo Testamento era el mundo cultural y religioso en el que se habían educado, era su esquema de valores, su patria, sus instituciones; en una palabra, era su todo. Un todo representado en Juan el Bautista, hombre atrayente por la fuerza de su fe, por su valentía y por su palabra enardecida. Y, sin embargo, Juan, el primer maestro, debe ceder el paso al auténtico Maestro que trae toda la
Palabra del Padre. El Antiguo Testamento representa, pues, el mundo de lo conocido, de lo seguro, de lo vivido, de lo experimentado; el mundo ya hecho y terminado. En cambio, el seguimiento de Jesús es el paso hacia el mundo de lo desconocido, de lo nuevo e inseguro, de lo que se debe hacer y completar. A partir de aquel día, aquellos primeros discípulos, como el resto de los apóstoles, deberán aprender lección a lección la nueva Palabra divina, el nuevo Camino de la vida. Todo el Evangelio, en cualquiera de sus versiones, es un testimonio de lo difícil que les resultará a los apóstoles recorrer este nuevo camino; pero también es testigo (por medio de sus escritores inspirados por el Espíritu Santo) de la inquebrantable confianza de los apóstoles en el Señor que un día los eligiera como iniciadores de un nuevo pueblo. También nosotros estamos comprometidos en este seguimiento de Jesús, y es importante que nos demos cuenta de que se trata de un camino nuevo y oscuro. Sentimos que Jesús juega un papel muy importante, pero sólo paso a paso y lentamente iremos descubriendo todo lo que implica seguirlo. Seguramente que nuestro Bautismo, cuando aún éramos pequeños e inconscientes de lo que hacíamos, fue como ese seguir a alguien en la oscuridad. Jesús no nos exige comprenderlo todo desde el comienzo, ni tampoco nos da toda su palabra de una vez y para siempre. Esto se va haciendo en el seguimiento de todos los días. 1
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 4
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 39, 2 y 4ab. 7-8a, 8b-9. 10 R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Esperé en el Señor con gran confianza; Él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. Él me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, Tú lo sabes, Señor. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 41. 17
R. Aleluya, aleluya. Hemos encontrado a Cristo, el Mesías. La gracia y la verdad nos han llegado por Él. R. Aleluya.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 16
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él. 2
Lectura del primer libro de Samuel 3, 3-10. 19
En aquellos días, el joven Samuel servía en el templo a las órdenes del sacerdote Elí. Una noche, estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste respondió: “Aquí estoy”. Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”. Respondió Elí: “Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte”. Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”. Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte”. Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”. Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: “Ve a acostarte y si te llama alguien responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha’ ”. Y Samuel se fue a acostar. De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: “Samuel, Samuel”. Este respondió: “Habla, Señor; tu siervo te escucha”. Samuel creció y el Señor estaba con él. Y todo lo que el Señor le decía, se cumplía. Palabra de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 6, 13-15. 17-20
Hermanos: El cuerpo no es para fornicar, sino para servir al Señor; y el Señor, para santificar el cuerpo. Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder. ¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo? Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con Él. Huyan, por tanto, de la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa una persona, queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo. ¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que han recibido de Dios y habita en ustedes? No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy caro. Glorifiquen, pues, a Dios con el cuerpo. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42 En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?”. Ellos le contestaron: “¿Dónde vives, Rabí?” (Rabí significa “maestro”). Él les dijo: “Vengan a ver”. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir “el Ungido”). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás” (que significa Pedro, es decir, “roca”). Palabra del Señor.
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
A
18 al 25 de Enero
l menos una vez al año, muchos cristianos toman conciencia de la gran diversidad de formas de adorar a Dios; se conmueven y caen en la cuenta de que no es tan extraña la manera en que el prójimo rinde culto a Él. El acontecimiento que desencadena esta experiencia única se conoce como la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Congregaciones y parroquias de todo el mundo toman parte en esta semana, que se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero (en el hemisferio norte), y en torno a Pentecostés (en el hemisferio sur). Así, en nuestra Diócesis de Guadalajara, en cada parroquia, en comunión con otras iglesias cristianas, se promoverá la oración y la reflexión. El tema propuesto para este año es: “Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo” (Cf. 1Co 15, 51-58). Los materiales de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de 2012 han sido preparados por un grupo de trabajo compuesto por representantes de la Iglesia católica-romana, la iglesia ortodoxa y las iglesias vetero-católicas y protestantes, presentes en Polonia. ¿Por qué este tema? La historia de Polonia ha estado marcada por una serie de derrotas y victorias. Se pueden mencionar las invasiones, las particiones, la opresión de parte de poderes
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
extranjeros y de sistemas hostiles. El esfuerzo permanente por superar toda esclavitud y el deseo de libertad, son las características de la historia polaca que han conducido a cambios significativos en la vida de la nación. Y así, donde hay victoria hay perdedores que no comparten la alegría y el triunfo de los ganadores. Esta particular historia de la nación polaca ha llevado al grupo ecuménico, que ha preparado los materiales de este año, para reflejar más profundamente lo que significa ganar y perder, especialmente dada la forma en la que el “lenguaje de la victoria” se entiende frecuentemente en términos triunfalistas. Sin embargo, Cristo nos muestra una manera muy diferente. Se trata de lograr una victoria que integre a todos los cristianos a través del servicio a Dios y al prójimo.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros, porque sólo Tú eres santo, sólo Tú Señor, sólo Tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
Amén 3
San Jenaro Sánchez Delgadillo Mártir Mexicano, 17 enero Nació en Zapopan, Jal. (Arquidiócesis de Guadalajara), el 19 de septiembre de 1886, Vicario de Tamazulita, de la parroquia de Tecolotlán, Jal. (Diócesis de Autlán). Su párroco elogiaba su obediencia. Los fieles admiraban su rectitud, su fervor, la elocuencia de su predicación; y aceptaban gustosos la energía del padre Jenaro cuando les exigía la buena preparación para recibir los sacramentos. Los soldados y algunos agraristas le tomaron preso junto con unos feligreses amigos cuando iban al campo. A todos les dejaron libres menos al padre Jenaro, quien fue conducido a una loma cercana a Tecolotlán, y en un árbol prepararon su horca. El padre Jenaro, colocado en el centro de la tropa, con heroica serenidad les habló: “Bueno, paisanos, me van a colgar; yo les perdono, que mi Padre Dios también les perdone y siempre viva Cristo Rey”. Los verdugos tiraron la soga con tal fuerza que la cabeza del mártir pegó fuertemente en una rama del árbol. Poco después murió en aquella noche del 17 de enero de 1927. La saña de los soldados continuó, y en la madrugada regresaron, bajaron el cadáver, le dieron un tiro en el hombro y una puñalada que casi atravesó el cuerpo inerte del testigo de Cristo.
27, 28 y 29 de enero de 2012
Te invita a escuchar
“MUNDO FAMILIA” Un programa conducido por Lupita Venegas y Meche Covarrubias Lunes a viernes 11:00 hrs.
1480 AM
Pedidos a domicilio al teléfono: 3613 3043
Pabellón • La Gran Plaza • Plaza Patria • Arboledas • Iteso • Galerías
JUBILEO CIRCULAR 16, 17 y 18: Lunes, Martes y Miércoles SAN JOSÉ OBRERO, Zapopan SAN JOSÉ DE TATEPOSCO SAN SEBASTIÁN DE ANALCO NTRA. SRA. DE GUADALUPE, Cerro del Cuatro NTRA. SRA. DEL CARMEN, Las Pintitas SAN JOSÉ DE LAS FLORES SAN JOSÉ DE PALMAREJO SAN FRANCISCO DE RIVAS ALTAMIRA, Zalatitán SAN JOSÉ, Bolaños
19, 20 y 21: Jueves, Viernes y Sábado
20, 21 y 22 de enero de 2012 Javier e Isabel • 33 3456 3058 y 33 1256 8110 Hector y Sara • 3674 5044 Gerardo y Marisa • 3638 3079 Correo: gomezau@hotmail.com • gerardo170@prodigy.net.mx
MARÍA AUXILIADORA SAN JERÓNIMO SAN MIGUEL, Atemajac LA VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN SAN FRANCISCO, Ahualulco SAN ANTONIO DE PADUA, La Barca CRISTO REY, Col. Buenos Aires SAN PEDRO APÓSTOL, La Barca
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