Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
Nº 42 • 29º Domingo Ordinario • 18 de Octubre de 2009
Fundado el 4 de junio de 1930. Registro postal IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes INDA-04-2007-103013575500-106
¡Dios está con ustedes!
S
ería muy hermoso oír hablar así a muchos, y que se tratara del buen ejemplo que ha surgido de un creyente, de un cristiano, de un católico; ¿hará falta mucho para que esto se convierta en realidad? Antes se decía que las cosas buenas no necesitaban que se anunciaran, pero hoy vivimos en un mundo demasiado complicado, que con tanta cosa extraña que se anuncia hasta el hartazgo, con tantas mentiras que nos hacen tragar como pan de la verdad, tenemos que esforzarnos en dar un buen anuncio y, por supuesto, nada mejor sería una manera singular de hacerlo a la manera del anuncio que va como zurcido al fondo de nuestra alma. Que sea nuestra persona, nuestra conducta, nuestro modo de tratar a los demás lo que haga decir a los
demás que quieren ir con nosotros. Anuncio del Kerigma
Tratándose de Jesús, podemos comprobar que de Él, muchos sólo han oído medias verdades que son peor que la falsedad pura. ¿Cómo van a oír hablar de él, si no hay quien se los anuncie, y como les van a anunciar si no son enviados?. Este Domingo Mundial de la Misiones es el día oportuno para escuchar de esto y sensibilizarnos para que haya más anunciadores. Hoy se dice que primero tenemos que encontrarnos con Cristo; en segundo lugar, reavivar frecuentemente este hecho singular, y eso nos va a dar conciencia, energía y certidumbre para impulsar la evangelización. Anunciar el Kerigma es
una actitud gozosa de vivir y decir quien soy, en quien creo y en qué convicciones se aferra mi vida. No debe ser, pues, un discurso vacío, una ensarta de palabras huecas hilvanadas hasta con aburrimiento; sino particularmente. Llamados a convertirnos en un solo pueblo.
En tiempos de Jesús el mundo era muy grande, y sólo se sospechaba de muchas tierras desconocidas más allá de las fronteras de los mapas de esos tiempos y, sin embargo la propuesta de Jesús fue. “Vayan por todo el mundo”. Si por aquellos días el Señor Jesús se atrevió a invitarnos a una tarea de tal envergadura, hoy, en el presente, no tenemos excusas, pues las comunicaciones han acercado a los mundos desconocidos, se han globalizado Continúa en la página 4
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