Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
Nº 5 • IV del Tiempo Ordinario, Ciclo A • 30 de Enero de 2011
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El Sermón de la Montaña
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esde hoy, y todos los domingos hasta la Cuaresma, leeremos el sermón de la montaña, uno de los cinco grandes discursos que San Mateo nos transmite de Jesús; la auténtica "carta magna" del cristianismo. Entre los orientales es tan grande el aprecio a esta página, que la proclaman cada día en el Oficio Divino (como nosotros hacemos, por ejemplo, con el Magníficat). Además, hoy coincide que toda la celebración se centra en este mensaje. No sólo la Primera Lectura y el Salmo le hacen eco, como siempre sucede, sino que también coincide que esa es la idea central de Pablo.
La dicha de los pobres Los pobres son dichosos porque tienen esperanza, algo que falta, y cada vez más, en este mundo. Los ricos y poderosos -y lo somos, al menos, en el deseo- ya han conseguido lo que querían. Ahora ya no tienen esperanza, sólo tienen miedo: miedo a perder el poder, miedo a que les roben el dinero, miedo a ser pobres, miedo a morirse. Y así viven, ya muertos de miedo. En cambio, los pobres conocen la dicha de la esperanza, porque son el campo abonado donde germina la gracia de Dios. Son dichosos si son pobres de verdad, es decir, si en su pobreza impuesta son capaces de llegar a la pobreza elegida, y esperar ya nada de los ricos y poderosos del mundo, ni del sistema injusto, ni de las promesas incumplidas. Son dichosos entonces, porque, en su debilidad, han sido elegidos por Dios, "que elige lo que no cuenta para anular lo que cuenta". Son dichosos, incluso, porque, en un mundo como éste, si ha de haber alguna salida, no vendrá del poder, sino de la base: no vendrá de los ricos, sino de los pobres. Sólo lo pobres pueden cambiar el mundo, porque ellos, y sólo ellos, no están de acuerdo... son los únicos progresistas de verdad. La esperanza de los pobres es nuestra esperanza Jesús no sólo ha proclamado las bienaventuranzas, sino que las ha aceptado. Se ha hecho pobre, ha pasado
hambre y sed, ha llorado y sufrido como nadie, ha sido perseguido y ha sido asesinado en una cruz por amor a la justicia. Por eso sus palabras tienen pleno sentido. Y su promesa también. En consecuencia, la esperanza de los pobres es la esperanza de los cristianos. No podemos hacernos ilusiones. La esperanza cristiana, como la de los pobres, es esperanza en la palabra de Dios; una esperanza contra toda esperanza. Porque es esperanza a pesar de todo, del sistema, de los poderes ocultos, de los intereses camuflados, incluso de la fuerza, de la violencia y de la muerte. Y no es una esperanza alienadora que apunta "al más allá", humillada y vencida en "el más acá", pues la esperanza de los pobres y la de los cristianos se acredita en la lucha diaria por la justicia, la solidaridad, la igualdad y la fraternidad. Lo que esperamos, lo alcanzaremos por la gracia de Dios, pero no sin nuestro esfuerzo, compromiso y trabajo diario. Por eso la opción por los pobres y la comunión en su causa es lo que acredita y sostiene nuestra esperanza en el reino. 1
ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 145
R. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.
R. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 12 R. Aleluya, aleluya.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos. R. Aleluya.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 30, 17-18
Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de haberte invocado. 2
Lectura del libro del profeta Sofonías 2, 3; 3, 12-13 Busquen al Señor, ustedes los humildes de la tierra, los que cumplen los mandamientos de Dios. Busquen la justicia, busquen la humildad. Quizá puedan así quedar a cubierto el día de la ira del Señor. “Aquel día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde. Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor. No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste”. Palabra de Dios. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 1, 26-31 Hermanos: Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios. En efecto, por obra de Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Por lo tanto, como dice la Escritura: El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12 En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. Palabra del Señor.
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
La Fiesta de la Candelaria 2 de febrero
L
a Fiesta de la Candelaria o Presentación del Señor, de la que tenemos el primer testimonio en el siglo IV en Jerusalén, se llamaba hasta la última reforma del calendario, "fiesta de la Purificación de la Virgen María", en recuerdo del episodio de la Sagrada Familia, que nos narra San Lucas en el capítulo 2 de su Evangelio. Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús, para ofrecer su primogénito y cumplir el rito legal de su purificación. La reforma litúrgica de 1960 y 1969 restituyó a la celebración el título de “presentación del Señor” que tenía al principio: la oferta de Jesús al Padre, en el Templo de Jerusalén, es un preludio de su oferta sacrifical sobre la cruz. Este acto de obediencia a un rito legal, al que no estaban obligados ni Jesús ni María, constituye una lección de humildad, como coronación de la meditación anual sobre el gran misterio navideño, en el que el Hijo de Dios y su divina Madre se nos presentan en el cuadro conmovedor y doloroso del pesebre, esto es, en la extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.
En México En nuestro país, se acostumbra que
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
aquellos a quienes les tocó el niño Dios de la rosca de reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de la Candelas. Para esto, hay que vestirlo y engalanarlo. También comprarle un trono para sentarlo. En esta celebración se bendicen la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año. Esta fiesta termina con una merienda familiar y de amigos, en la cual se sirven tamales y atole de sabores junto con chocolate caliente. Es una fiesta que podemos aprovechar para reflexionar acerca de la obediencia de María, y para agradecer a Jesús que haya venido a iluminar nuestros corazones en el camino a nuestra salvación eterna.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros, porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén 3
JUBILEO CIRCULAR 30, 1° y 2: Lunes, Martes y Miércoles SAGRADO CORAZÓN, Jardines de la Calera MARÍA, REINA DEL ROSARIO
Instituto de Ciencias Teológicas de Guadalajara
SAN LÁZARO EL SAGRARIO METROPOLITANO CRISTO REY, Arroyo Hondo SANTA MARÍA MAGDALENA, Tesistán SAN JUAN BAUTISTA, El Teúl INMACULADA CONCEPCIÓN, Atequiza SANTUARIO DE NTRA. SRA. DE GUADALUPE, Ahualulco
3, 4 y 5: Jueves, Viernes y Sábado SANTO NIÑO DE ATOCHA, Rancho Alegre SAN ISIDRO, Lomas de Tejeda CRISTO REY
invita a Sacerdotes, Religiosos y laicos a conocer las Ciencias de Dios, en las siguentes áreas: Sagradas Escrituras, Teología Dogmática, Teología Moral, Historia de la Iglesia, Teología Pastoral, Liturgia, Doctrina Social de la Iglesia y Derecho Canónico. Asimismo, te invita a un Diplomado en Filosofía los sábados.
Iniciamos el 8 de febrero de 2011 Tel. 3825-1748 Enrique Díaz de León, Núm. 490 Correo-e: cienciasteologicas@yahoo.com
MARÍA, VIRGEN FIEL SAN JORGE, MÁRTIR SAN JUAN BAUTISTA, Jardines de Santa María LA CRUZ SANTA, Las Pintas de Arriba INMACULADA CONCEPCIÓN, Amatlán de Jora, Cuisillos
4, 5 y 6 de Febrero de 2011
11, 12 y 13 de Febrero de 2011
Tel.: 3614 2746 y 3144 6095 con Iveth o Rafa
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