N.º 1 • Solemnidad: Epifanía del Señor / Ciclo A
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• Enero 5 de 2014 •
Ha venido para todos
a Fiesta de la Epifanía, que celebramos hoy, es de origen oriental y, probablemente, comenzó a celebrarse en Egipto. De allí pasó a otras iglesias de Oriente, y posteriormente fue traída a Occidente, primero a la Galia, más tarde a Roma y al norte de África. La aparición de esta fiesta al principio del siglo IV coincidió aproximadamente con la institución de la Navidad en Roma. Durante este siglo, tuvo lugar un proceso de imitación recíproca de ambas iglesias. Mientras que las iglesias occidentales adoptaban la fiesta de la Epifanía, las orientales, con algunas excepciones, no tardaron mucho en introducir la fiesta de Navidad. Cuando la Epifanía se popularizó, se implantó la costumbre de añadir las tres figuras de los magos a la cuna de Navidad. La leyenda les dio unos nombres y los convirtió en reyes. En la gran catedral gótica de Colonia se puede ver la urna de los tres reyes. Sus “huesos” fueron llevados allí, desde Milán, en 1164, por Federico Barbarroja. Los grandes padres latinos, san Agustín, san León, san Gregorio y otros, se sintieron fascinados por esas tres figuras, pero por una razón distinta. No sentían curiosidad por conocer quienes eran o su lugar de procedencia. No tenían interés alguno en tejer leyendas en torno a ellos. Su interés se centraba en determinar lo que ellos representaban, su función simbólica, la teología subyacente en el relato
evangélico. En sus reflexiones sobre Mateo 2, 1-12, llegaron a la misma conclusión: los sabios de Oriente representaban a las naciones del mundo. Ellos fueron los primeros frutos de las naciones gentiles que vinieron a rendir homenaje al Señor. Ellos simbolizaban la vocación de todos los hombres a la única Iglesia de Cristo. Este es el misterio que consideramos, tal vez, como evidente, pero que fue fuente permanente de admiración para san Pablo. En la Segunda Lectura de la Misa (Ef 3,2-6) se habla de este misterio, oculto desde generaciones pasadas, pero revelado ahora a través del Espíritu, «que los paganos comparten ahora la misma herencia, que forman parte del mismo cuerpo y que se les ha hecho la misma promesa, en Cristo Jesús, a través del Evangelio». Recordemos que también nosotros hemos sido “gentiles”. Como san Pedro recordaba a sus conversos paganos: «Los que en un tiempo no érais pueblo de Dios, ahora habéis venido a ser pueblo suyo, habéis conseguido misericordia los que en otro tiempo estábais excluidos de ella» (1 Pe 2,10). El llamamiento de las naciones es el tema de la homilía de san León para el Oficio de lecturas. Dice así: “Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido no ya sólo en Judea, sino también en el mundo entero”.
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ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria.
SALMO RESPONSORIAL Salmo 71, 2. 7-8. 10-11. 12-13 R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante Él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre, y salvará la vida al desdichado. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 2, 2
R. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R. Aleluya, aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Te pedimos, Señor, que tu luz celestial, siempre y en todas partes, vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del libro del profeta Isaías 60, 1-6
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz, y los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.
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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12
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esús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel ”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.
La Profesión de nuestra
Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Origen popular de la Rosca de Reyes
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espués de que los Reyes adoraron a Jesús, un ángel les avisó que no regresaran donde Herodes y ellos regresaron por otro camino. Herodes, al enterarse que había nacido el Rey que todos esperaban, tuvo miedo de perder su puesto y ordenó matar a todos los niños menores de dos años, entre los cuales se encontraría dicho Rey. La Sagrada Familia huyó a Egipto y el Niño Dios se salvó; otras familias escondieron a los bebés en tinajas de harina y así no fueron vistos y salvaron sus vidas. Desde entonces, los judíos comían pan ázimo el 6 de enero en el que escondían un muñeco de barro, recordando este acontecimiento. Los primeros cristianos tomaron un poco de esta tradición y la mezclaron con la historia de la visita de los Reyes Magos para la celebración de la Epifanía: cambiaron el pan ázimo por pan de harina blanca y levadura, cocida en forma de Rosca, endulzándolo con miel y adornándolo con
frutos del desierto, como higos, dátiles y algunas nueces. Para los cristianos, la forma circular de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin. Los confites son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús. El muñequito escondido dentro de la rosca, simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella desaparecía. Esta costumbre de los cristianos de Palestina llegó a Europa y posteriormente a América. En México, el que encuentra el muñequito de la rosca se convierte en el centro de la fiesta: se le pone una corona hecha de cartón y cubierta de papel dorado, y se le da el nombramiento de “padrino del Niño Jesús”. El padrino deberá vestir con ropas nuevas a la imagen del Niño Jesús del nacimiento y presentarlo en la iglesia el día 2 de Febrero, día de la Candelaria. Después hará una fiesta con tamales y atole.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Propósitos para Año Nuevo
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ada año que empieza es costumbre plantearnos propósitos para el año nuevo. Aquí te sugerimos algunos propósitos para ser mejor persona y mejor cristiano. 1. Acercarme más a Dios. 2. Dejar de murmurar. 3. Ser portador de ayuda y generador de cambio. 4. Dejar de ofender. 5. Ser más laborioso. 6. Ser limpio de corazón. 7. Dar más tiempo a mi familia. 8. Disfrutar la vida que Dios me da. 9. Cuidar mi salud. 10. Ser portador de la bendición de Dios.
Jubileo Circular 6, 7 y 8: Lunes, Martes y Miércoles El Espíritu Santo, Hogares Nuevo México Ntra. Sra. de la Encarnación Santo Niño de Atocha, Balcones de la Cantera San Pablo, Copalita La Divina Providencia, Lomas del Cuatro San Sebastián el Grande Santa Rosa de Lima, La Estanzuela El Carmen, Ocotlán
9, 10 y 11: Jueves, Viernes y Sábado Jesús Sacerdote San José Esposo Fiel Nueva Santa María Divino Maestro, Col. Villa Guadalupe San Juan Diego, Bosques de la Victoria San Felipe Apóstol, Cuquío Santuario de Guadalupe, Ocotlán Sagrado Corazón, Ocotlán
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