Hoja Parroquial - 16 de Marzo de 2014 - Num. 11

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N.º 11 • II D omingo

L

de

C uaresma . C iclo A

• 16 de Marzo de 2014 •

Dejar la rutina, saber buscar a DIOS

a Cuaresma siempre nos va a traer retos nuevos, invitación al cambio, una fuerza necesaria para la transformación. En nuestra historia más íntima, todos necesitamos algunos toques fuertes para dejar la comodidad, la rutina aprendida, y enfrentarnos a nuevas veredas para la vida espiritual, social, familiar. Nunca cambiar por cambiar, si no es para mejorar. El peor desastre de toda persona es acostumbrarse a una forma automática de vivir un día tras otro sin ninguna expectativa de cambio que nos aliente. Mirar la historia de Abraham que, a su edad, es llamado por Dios a salir de su tierra para irse a otro mundo siguiendo las huellas de la obediencia –de la que nos habla la Primera Lectura–: es algo difícil de entender a primera vista cuando ya se tiene resuelta la existencia. De muchas formas, Dios nos busca en las diversas etapas de nuestra vida personal, familiar; siempre hay que estar atentos a su voz. Él siempre ofrece esperanzas y promesas que son la sustancia de la vida. En una circunstancia similar, todo mundo titubea; sin embargo, la experiencia de Abraham nos impulsa a confiar totalmente en Dios.

Jesús invita a subir con Él La Transfiguración de Jesús que nos relata el Evangelio de hoy, es una invitación muy clara para este tiempo cuaresmal: ¡subir con Él! Esforzarnos, estar en su compañía, ser testigos de sus maravillas, sentir su paz y atender a la indicación del Padre que habla al corazón y dice: “¡Este es mi Hijo muy amado, escúchenlo!”. Con sus palabras debemos iluminar hoy nuestras realidades, la enfermedad, la pobreza, la alegría, el desconsuelo, el trabajo, la tentación, la cobardía, el estudio, la juventud, los años difíciles, el inicio y los finales de nuestra existencia. Nuestras malas inclinaciones y deseos de jugar sucio siempre tendrán una esperanza. Si sabemos escuc harlo, nunca habrá camino impo-

sible, ni maldad que nos doblegue y encadene. Cada uno tiene su propia historia, la tradición de su familia, los días felices, el entorno brillante u opaco de cada comunidad. Es imposible entrar en los detalles de cada historia particular; eso es un trabajo íntimo, en el silencio y la oración. Que este Evangelio ilumine las esperanzas, los proyectos, las desilusiones. Cada fracaso o éxito habrá que ponerlo en las manos de Dios. El Evangelio requiere trabajadores La exhortación a Timoteo de la Segunda Lectura: «...toma parte en los trabajos del Evangelio», es una invitación que debe llegar a fondo, de manera singular, en esta Cuaresma; hacer algo por los demás es ya una forma de mejor vida. Dios siempre ayuda a salir adelante.

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ORACIÓN COLECTA Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria.

SALMO RESPONSORIAL

Sal 32, 4-5.18-19.20 y 22

R. Señor, ten misericordia de nosotros. Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R. Señor, ten misericordia de nosotros. Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R. Señor, ten misericordia de nosotros. En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R. Señor, ten misericordia de nosotros.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mc 9, 7

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo”. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los bienes del Cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Lectura del libro del Génesis 12, 1-4 En aquellos días, dijo el Señor a Abram: “Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra”. Abram partió, como se lo había ordenado el Señor. Palabra de Dios. Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a Timoteo 1, 8-10 Querido hermano: Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Pues Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a que le consagremos nuestra vida, no porque lo merecieran nuestras buenas obras, sino porque así lo dispuso Él gratuitamente. Este don, que Dios ya nos ha concedido por medio de Cristo Jesús desde toda la eternidad, ahora se ha manifestado con la venida del mismo Cristo Jesús, nuestro salvador, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la luz de la vida y de la inmortalidad, por medio del Evangelio. Palabra de Dios.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 1-9

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n aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con Él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”. Palabra del Señor.


19 de Marzo

La Profesión de nuestra

Fe

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

FIESTA DE SAN JOSÉ,

Patrono de la Iglesia Universal

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l 8 de diciembre de 1870, con el decreto Quemadmodum Deus, el Papa Pío IX declaró solemnemente a San José como Patrono de la Iglesia universal. Estas fueron algunas de las razones que el Papa expresó en el Decreto por las que San José es declarado Patrono de la Iglesia: "Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial patrono de la Iglesia, y por las que, a su vez, la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús. De estas fuentes ha manado su dignidad, su santidad, su gloria. (...) dado que por disposición divina fue custodio y,

en la creencia de los hombres, padre del Hijo de Dios. De donde se seguía que el Verbo de Dios se sometiera a José, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a sus propio padres. De esta doble dignidad, se siguió la obligación que la naturaleza pone en la cabeza de las familias, de modo que José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia. (...) Es, por tanto, conveniente y sumamente digno del bienaventurado José que, lo mismo que entonces solía tutelar santamente en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo".

Oración a San José A ti recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José; y, después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades. Protege, oh providentísimo custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos, desde el Cielo, valentísimo libertador nuestro en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas; y, como en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad. Y a cada uno de nosotros, protégenos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad. Amén. Papa León XIII

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Siete hábitos para alcanzar la SANTIDAD

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adie nace santo. Se consigue la santidad con mucho esfuerzo, pero también con la ayuda y la gracia de Dios. Estos son los siete hábitos diarios: 1. Ofrecer el día a Dios. 2. Quince minutos de oración en silencio. 3. Quince minutos de lectura espiritual. 4. Participar en la Santa Misa y recibir la Comunión en estado de gracia. 5. Rezar al medio día el Ángelus o el Regina Coeli. 6. Rezar el Santo Rosario. 7. Hacer un breve examen de conciencia por la noche, antes de ir a la cama. Padre John McCloskey

Jubileo Circular 17, 18 y 19: Lunes, Martes y Miércoles San Gerardo de Mayela, Polanco Belén de Jesús San Martín de Tours Santo Niño de Atocha, Tonalá Ntra. Sra. de las Rosas, Lomas Independencia Ntra. Sra. de Guadalupe, Atotonilquillo San Andrés, Mpio. de Magdalena San Jorge Mártir

20, 21 y 22: Jueves, Viernes y Sábado El Señor de la Misericordia, Miravalle Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, Col. Moderna San Mateo Apóstol Dulce Corazón de María San Judas Tadeo, Tonalá Jesús del Gran Poder San Juan Bosco, La Barca Sagrado Corazón de Jesús, La Estanzuela

Consulta la Hoja Parroquial: Director Responsable: Pbro. Adalberto González González www.arquidiocesisgdl.org.mx/publicaciones/hojaparroquial Redacción: Pbro. Alberto Ávila / Pbro. Juan Javier Padilla Diseño e Impresión: Centro Católico de Comunicaciones. Liceo 17, Guadalajara, Jal. Tel.: 3942-4305 Tels. 3002-6470 • 3002-6471 Administración: Pbro. Rubén Darío Rivera • Alcalde 294, Guad., Jal. Tel. 3614-2746

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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento


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