N.º 18 • III D omingo
Y
de
P ascua / C iclo A
• 4 de Mayo de 2014 •
La frustración se convierte en gozo
a han pasado algunos días después de la muerte de Jesús y hay varios que no han asimilado la muerte de su Señor que conocieron, lo admiraron y hasta comieron con Él. La desesperanza empieza a inquietar, y ya hace estragos en la comunidad de los que creían. Empieza la desbandada. Parece que todo fue un bonito sueño, pero la cruda realidad es que Aquel en el que confiaron que traería cambios importantes en su vida, fue destrozado por la muerte. Los poderosos han vuelto a ganar la partida y el desaliento golpea muy duro a ese pequeño grupo de seguidores que habían empezado a creer... Es cierto, se oyen rumores de que ya no está en la tumba, pero no saben qué habrá pasado. Dos personajes del pequeño poblado de Emaús, hacen su camino de regreso. En medio de la plática tristona que los lleva cabizbajos, alguien se les acerca y comparte la plática. El compañero de viaje tiene otros pensamientos de lo que ha pasado y trata de animar a los que se sienten derrotados... Así es casi siempre la vida: confiamos y de repente se nos caen las alas de las ilusiones. Pero algo va a pasar después de ese encuentro en las veredas polvosas de Israel. Todo se va a explicar en Emaús cuando ese incógnito, compañero de plática, es invitado y parte el pan. Hasta entonces, ¡se les abrieron los ojos!
Superar la derrota Pedro, el Apóstol, en su carta, hace un llamado a mantenerse fieles a Dios aun en situaciones difíciles; en esas circunstancias que duelen y no entendemos. En el mundo, sigue habiendo marginación, dolor, gente que hace mucho daño en una sociedad llena de defectos, con leyes inhumanas, injustas, porque sólo protegen al que paga. Hoy, hay cristianos que se desilusionan incluso dentro de los grupos parroquiales. La Imagen de Jesús como compañero de camino que presenta el Evangelio de Lucas, en cada uno de sus pormenores, puede estimular la confianza, hacer sentir a Jesús cercano en medio de tanto dolor de nuestra Iglesia. Hacen falta testigos En la Primera Lectura, se da cuenta del ánimo que surgió entre los seguidores de Jesús: manifiestan con seguridad que “ha resucitado”. Va a empezar otra etapa muy animosa, se animarán a convencer a todo mundo que resucitó de veras. La confianza no es vana. Los creyentes tienen una certeza: Jesús nos acompaña en las penurias de cada día, es compañero de viaje. La pequeña Iglesia le dio vuelta a la tristeza, cambió la derrota; surge un entusiasmo nuevo... quiere compartir el gozo de haber conocido a Jesús.
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