N.º 42 • Domingo XXIX Tiempo Ordinario / Ciclo C
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• 20 de Octubre de 2013 •
Constancia ante las dificultades
n la vida, no siempre se puede contar con un final feliz en lo que pretendemos; aunque pongamos todo nuestro esfuerzo y dedicación. Una experiencia muy frecuente y dolorosa es que las cosas nos salen al revés a pesar de nuestros esfuerzos y prevenciones. Y cuando se trata del trabajo por el Reino de Jesús, es normal que las dificultades se multipliquen y que muchos no queramos colaborar para disfrutar de una familia, un barrio, una parroquia mejores en todos los sentidos. Con la parábola de hoy, Jesús propone a sus discípulos a no desanimarse ante tanta adversidad en los intentos de sembrar el Reino de Dios en nuestro entorno y con la mirada puesta muy lejos. Si en la familia hoy somos mejores, el mundo entero también. Para esto debemos ser constantes en el esfuerzo y en la oración. Ser tesoneros en la misión El Domingo Mundial de las Misiones recuerda la tarea, este trabajo que nunca debe disminuir: “ser enviados”, tarea primordial, aunque difícil, en muchos sentidos, evangelizar. El Papa nos ha hablado de estas dificultades terribles, como el secularismo, el individualismo, el relativismo con los que la gente del presente somos arrastrados. No es otra cosa que darse cuerda para vivir como a cada quien le convenga. El Evangelio señala lo contrario: aprender a ser tesoneros ante
la adversidad. El ejemplo de la viuda del Evangelio que ruega y ruega ante el juez inicuo para conseguir justicia, es un ejemplo envidiable para buscar una actitud parecida en esto de predicar a Jesús a los demás. Estamos invitados todos a hacer algo por el Reino. Exhorto ser discípulos y apóstoles La tarea del creyente es convertirse en apóstol, ser discípulos y luego misioneros, como nos señalan los documentos de Aparecida; solamente así podremos llevar adelante la recomendación de San Pablo en la lectura que hoy escuchamos: «predicar a tiempo y a destiempo». Y algo más, no se vale predicar cualquier cosa que se nos ocurra; el encuentro de cada creyente con Dios debe realizarse a través de las Sagradas Escrituras. Aquí, se muestra todo lo que Jesús quiere de sus discípulos. Hay pensamientos y formas de vivir útiles para enseñar, reprender, corregir y educar en la virtud. Moisés siempre luchando En nuestras oraciones comprendemos que Dios está con nosotros y que nunca nos va a dejar solos. Hoy también, en el libro del Éxodo, oímos que mientras Moisés rezaba, con las manos en lo alto, Josué ganaba en la batalla; cuando las bajaba, como si se cansara de orar, los amalecitas, sus rivales, vencían. La Iglesia tiene una tarea: nunca cansarse de predicar.
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ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, mira la abundancia de tu mies y envíale operarios para que se anuncie el Evangelio a toda creatura; y tu pueblo, congregado por la palabra que da vida y sostenido con la fuerza de los sacramentos, avance por el camino de la salvación y del amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
SALMO RESPONSORIAL Salmo 66
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad Tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. La tierra ha producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 28, 19. 20
R. Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las naciones –dice el Señor– y sepan que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.
R. Aleluya, aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con el auxilio de este sacramento de salvación eterna, del que acabamos de participar, haz, Señor, que la verdadera fe se extienda por todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del libro del profeta Zacarías 8, 20-23 Esto dice el Señor de los ejércitos: “Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. Y los habitantes de una ciudad irán a ver a los de la otra y les dirán: ‘Vayamos a orar ante el Señor y a implorar la ayuda del Señor de los ejércitos’. ‘Yo también voy’. Y vendrán numerosos pueblos y naciones poderosas a orar ante el Señor Dios en Jerusalén y a implorar su protección”. Esto dice el Señor de los ejércitos: “En aquellos días, diez hombres de cada lengua extranjera tomarán por el borde del manto a un judío y le dirán: ‘Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes’ ”. Palabra de Dios. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos 10, 9-18 Hermanos: Basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse. En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en Él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por Él. Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en Él? ¿Y cómo van a creer en Él, si no han oído hablar de Él? ¿Y cómo van a oír hablar de Él, si no hay nadie que se lo anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que trae buenas noticias! Sin embargo, no todos han creído en el Evangelio. Ya lo dijo Isaías: Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? Por lo tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo. Entonces yo pregunto: ¿Acaso no habrán oído la predicación? ¡Claro que la han oído!, pues la Escritura dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han llegado hasta el último rincón de la tierra. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 15-20
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n aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”. El Señor Jesús, después de hablarles, subió al Cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. Palabra del Señor.
En este Año de la Fe, aprendamos de memoria el Credo y recitémoslo como oración todos los días
Credo
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Aporta Esperanza Domingo Mundial de las Misiones
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n el mes de Octubre, la Iglesia Católica celebra el Mes de las Misiones, puesto que fue en este mes que se descubrió el continente Americano. Celebrándose así, en el penúltimo domingo de Octubre, la “Jornada Mundial de las Misiones”. Esta Jornada Mundial está orientada a orar, sensibilizar sobre el problema misionero, así como a recoger donativos; se enseña cómo se ha de dar: en la Celebración Eucarística, esto es, como ofrenda a Dios, y para todas las misiones del mundo. La finalidad es dar a conocer la actividad misional de la Iglesia, en su más amplio sentido, tanto evangelizador como de desarrollo y promoción humana. A esta jornada se le conoce popularmente con el nombre de DOMUND, término acuñado en 1943 por Monseñor Ángel Sagarminaga, primer Director Nacional de las Obras
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Misionales Pontificias en España, quien, guiado por su imaginación y su sentido de animación misionera, unió las dos sílabas iniciales de las palabras Domingo Mundial y lanzó a la calle el eslogan: DOMUND. Las Obras Misionales Pontificio Episcopales en México nos invitan, a todos los católicos, con su lema de este año 2013: “Aporta Esperanza”, a unirnos a esta celebración mundial, con nuestra oración y nuestro donativo.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Año de la Fe Conociendo la Encíclica Lumen Fidei
Jubileo Circular
Capítulo II: “Si no Creéis, no Comprenderéis” (Is 7, 9) “El hombre tiene necesidad de conocimiento, tiene necesidad de verdad, porque sin ella no puede subsistir, no va adelante” (n. 24). En la cultura contemporánea se tiende a aceptar como verdad sólo la verdad tecnológica o las verdades del individuo, relativas. La verdad grande, que explica la vida personal y social en su conjunto, es vista con sospecha, como raíz de los totalitarismos y de los fanatismos (n. 25). Sin embargo, la fe “aporta la visión completa de todo el recorrido y nos permite situamos en el gran proyecto de Dios; sin esa visión, tendríamos solamente fragmentos aislados de un todo desconocido” (n. 29). Con su encarnación, Jesús nos ha tocado y, a través de los sacramentos, también hoy nos toca. Con la fe, nosotros podemos tocarlo, y recibir la fuerza de su gracia (n. 31). La fe puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo. En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos. Ensancha los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo que se presenta a los estudios de la ciencia (n. 34). Ilumina el camino de todos los que buscan a Dios. Favorece el diálogo con los seguidores de las diversas religiones. Y al configurarse como vía, concierne también a los que, aunque no crean, desean creer y no dejan de buscar. “Quien se pone en camino para practicar el bien, se acerca a Dios, y ya es sostenido por Él” (n. 35). Al tratarse de una luz, la fe nos invita a adentrarnos en ella. Del deseo de conocer mejor lo que amamos, nace la teología cristiana, que participa en la forma eclesial de la fe, donde el Magisterio del Papa y de los Obispos en comunión con él, asegura el contacto con la fuente originaria, la Palabra de Dios en su integridad (n. 36).
21, 22 y 23: Lunes, Martes y Miércoles Santa Cecilia, Ocotlán San Ildefonso Jesús María San Francisco Javier de las Colinas Basílica de Ntra. Sra. de Zapopan El Crucero de Santa María Ntra. Sra. Reina del Palomar El Señor de la Salud, La Estanzuela 24, 25 y 26: Jueves, Viernes y Sábado San Antonio de Padua, Tesistán El Padre Nuestro, Las Juntitas Ntra. Sra. de Guadalupe, Chapalita San José Obrero, GVSA Cristo Rey, Estipac San José, Ameca El Fortín San Francisco de Asís, Loma Dorada
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