Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
Nº 10 • III Domingo de Cuaresma • 07 de marzo de 2010
Fundado el 4 de junio de 1930. Registro postal IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes INDA-04-2007-103013575500-106
Sacarle filo a lo cristiano «Dios siempre espera frutos, respuestas en nuestra vida, los busca y frecuentemente no los encuentra». La Cuaresma es la gran oportunidad para rescatar algunas actividades del cristianismo mucho tiempo olvidadas por el ajetreo de nuestra vida diaria, y algunos temas de mucha importancia para nuestra conducta; es el tiempo para volver a darle nueva dimensión a la exigencia de ser verdaderos cristianos y hacer que el filo de la presencia del creyente de nuevo corte ahí donde hace falta; ahí en donde la costumbre, la comodidad o los vicios han atrofiado la esencia del mensaje del Señor Jesús. Desde el pórtico de entrada cuaresmal, el Miércoles de Ceniza nos ayuda a reconocer la hora actual como un tiempo de gracia, que no podemos darnos el lujo de desperdiciar. Y al presente, con más exigencia, viendo cómo los cristianos hemos perdido mucho peso en la balanza del mundo social. Muchas ideologías, otras fuerzas y tendencias, quieren sacar tajada de este río revuelto de injusticias, donde el placer marca el criterio de lo necesario, y en donde lo bueno parece ser cuestión de opiniones y de mayorías. Nuestro cristianismo necesita una dimensión social muy actual, que se haga presente en este mundo a veces tan enturbiado por tantos escándalos y tan pocos testimonios.
De fugitivo a líder de su pueblo El mensaje de la Sagrada Escritura, tanto en el libro del Éxodo y la Carta a los Corintios, como en el Evangelio de Lucas, en este Tercer Domingo de Cuaresma, nos llaman a estar atentos en la vida y realizar nuestra conversión; nos pone, para el caso, ejemplos contundentes. Moisés es un hombre
que ha sufrido, pero su pueblo ha sufrido todavía más. Será necesario el encuentro de Moisés con Dios para que le hable al corazón y le dé a conocer que ha visto sufrir a su pueblo, que ha escuchado sus quejas, que quiere bajar a librarlos y darles una tierra para que vivan libres. Dios cambiará el corazón de Moisés para convertirlo, de uno que huye, en un líder al servicio del pueblo; lo sacará de la esclavitud para conducirlo a la libertad. Continua en la página 4
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