Satanas un mal pagador

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Sobre la cuestión del mal en el mundo, el Papa Francisco nos recuerda:

Satanás es un mal pagador y siempre nos estafa

¡Siempre!

La acción del diablo es constante; para muchos es una invención fantástica para asustar a las personas y obligarlas a que se porten bien, pero la influencia del maligno va más allá de eso, es una verdadera guerra contra Dios, por lo que cual debemos estar atentos.

E

Mónica Livier Alcalá Gómez

l Papa Francisco, en su corto pontificado, ha hablado del tema del mal, en específico de la acción del demonio en variadas ocasiones; todo eso refleja que él sabe y quiere recordar a todos que el demonio actúa, que está presente y no es un ente lejano como parece que muchos creen; incluso no pocos sacerdotes, parece, preferirían no tocar este tema, o minimizar la acción demoniaca en el mundo y en la Iglesia, aseguró en su momento el famoso exorcista italiano, Gabriele Amorth. Así pues, como también refiere otro reconocido ex-

orcista y quien además ha compartido sus experiencias en varios libros, el Padre José Antonio Fortea: “El buen conocimiento del Mal, lleva a Dios. Del mismo modo, un conocimiento deformado del Bien, aleja de Dios”… y es por ello que nos proponemos, en esta ocasión, hacer no un estudio desmesurado sobre el Mal y su influencia en el mundo, pero sí recordar su presencia, como dogma de fe, y como guía para estar alertas. ¿Qué es un demonio? El mismo Padre Fortea, en su “Tratado sobre Demonología” explica que el demonio es un ser “espiritual de naturaleza angélica, condenado eternamente. No tiene cuerpo, no existe en su ser ningún tipo de materia sutil, ni nada semejante a la materia”. Por tanto, los dibujos y cartografías que lo representan como una monstruosidad, no son reales, pero sí que reflejan la deformidad de su ser espiritual: “Cada uno se deformó según sus propios caminos extraviados”. Los demonios, no sienten la más mínima inclinación


Semanario Digital a ningún pecado que se cometa con el cuerpo. Para ellos la gula, la lujuria, etc., son imposibles, pero sí pueden tentar a los hombres a pecar en esas materias, aunque sólo comprenden estos pecados intelectualmente, pues no tienen sentidos corporales. La prueba de Dios El exorcista asegura que Dios sometió a los ángeles a una prueba de carácter espiritual. Según el autor, Dios se manifestó a ellos como una visión; sabían que allí estaba, lo escuchaban, pero no lo veían en su plenitud, no se manifestó a ellos para que durante el tiempo (o evo, como lo llama Santo Tomás de Aquino), se pudieran perfeccionar en las virtudes y así gozar de su visión beatífica plenamente. “Dios podría haber creado espíritus angélicos y directamente concederles la visión beatífica, pero tuvo razones para concederles una fase de prueba”. Según el demonólogo, Dios tenía que dar a cada ser racional un grado de felicidad. Sólo Dios puede gozar infinitamente, pero cada ser finito goza al máximo, sin desear más; por ello Dios dispuso que cada uno determinara el grado del gozo durante la eternidad: “Dado que es para siempre, Dios ha dejado esta decisión a sus criaturas”. El grado de felicidad sería, entonces, conforme a las virtudes que se practicaran: la generosidad, el amor… ¡la fe!: “El único momento cuando la criatura puede ejercitar su fe para con Dios, es cuando todavía no lo ve”. Por eso, la prueba es un don de Dios. “Dios puede crear el cosmos como quiera, pero el santo no se crea, se hace a sí mismo con la acción de la gracia. Dios quiere obtener el amor de un modo libre”. Los caídos Por su propia libertad, algunos ángeles comenzaron a llenarse de soberbia y a desesperar en su ilusión por ver a Dios, tanto que, en algún momento, algunos optaron no sólo por desobedecer, sino por llevar una vida al margen de la ley divina: “Comenzaron un proceso en que se trataron de auto convencer de que Dios no era Dios, de que era un espíritu más, quizás era su Creador, pero en Él podría haber fallos y errores”. Así, empezaron a odiarle. Con todo, afirma el Padre José Antonio, Dios les hizo muchas llamadas para que volvieran a Él y, aunque algunos regresaron, en otros el odio creció más. “No es que los demonios fueran enviados a un lugar

de tortura, los demonios no ocupan un lugar, se trata de estados. Cada ángel porta en su interior su propio cielo, esté donde esté; así también, cada demonio, esté donde esté, porta dentro de sí su propio infierno”. Aunque, al final de los tiempos, en el Último Juicio, sí que ocuparán un lugar, a donde serán definitivamente enviados por Dios, como se asegura en el Libro del Apocalipsis. La maldad del hombre El proceso de envilecimiento de los demonios es muy similar al de los humanos, recalcó el exorcista: “En sustancia, el concepto de pecado, de tentación, de evolución de la propia iniquidad es igual en el espíritu angélico que en el espíritu del hombre, pues los pecados de éste último son siempre pecados del espíritu, aunque los cometa con el cuerpo”. En este sentido surge una pregunta: ¿Por qué Dios no retira la libertad en cuanto ve que alguien avanza por el camino del mal? El sacerdote lo explica así: Permitirle que siga haciendo el mal, supone ofrecerle la posibilidad de que

Con el diablo no se puede dialogar. No puede haber diálogo con el príncipe de este mundo, ¡que esté claro!”, señaló el Papa Francisco, en una homilía pronunciada en Santa Marta y agregó: “el diálogo proviene de la caridad, del amor. Pero con ese príncipe es imposible dialogar: uno sólo puede responder con la Palabra de Dios, que nos defiende”. “Así como (el Diablo) hizo con Jesús, así hará con nosotros”, reconvino el Santo Padre “Sólo mira, dirá, haz este pequeño fraude… es un asunto pequeño, realmente nada, y así, él comenzará a llevarnos por un camino que es, al inicio, ligeramente desviado”, advirtió. El Papa previno que la del Demonio es una mentira piadosa, cuando propone: “Hazlo, hazlo, no hay problema” y comienza poco a poco. “ Y ustedes podrán preguntar ¿Padre, cuál es el arma para defendernos contra estas seducciones, de estas zalamerías, de estas tentaciones que el príncipe de este mundo ofrece? El arma es la misma arma de Jesús: la Palabra de Dios; no el diálogo, sino siempre la Palabra de Dios, y luego la humildad y la mansedumbre”.


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retorne al bien pues, quitarle la libertad a alguien que ya es malo, es dejarle sin posibilidad de redención, de arrepentimiento; esto valió en su momento para los ángeles caídos y es válido aún para los hombres. ¿Son todos los demonios iguales? La rebelión tuvo su raíz en la soberbia, pero de allí surgieron más pecados y, aunque todos se apartaron de Dios, unos son más malos que otros, aunque la maldad no tiene qué ver con la jerarquía, asegura el sacerdote: “Es posible agrupar a los ángeles en distintos grupos o jerarquías llamadas Coros, que son nueve en total, y de cada una de estas jerarquías cayeron ángeles, transformándose en demonios”. Aun con esto, la jerarquía no define su maldad: “Una naturaleza angélica de la última y más pequeña jerarquía pudo ser más perversa que un ángel superior”. Esto se aplica asimismo para el bien, con los ángeles y con los humanos. “Una viejecita humilde y sin estudios, que sólo se ha dedicado a las labores de su casa toda su vida, puede ser más santa que un Obispo, por ejemplo”. Una cosa sí es segura, un demonio, cualquiera, odia al ser humano y continuamente está deseando su sufrimiento, es por ello la tentación. Las tentaciones Aquí surge otro punto importante. El Padre Fortea asegura que la maldad surge del corazón del hombre libre que, como el demonio, se llena de soberbia y piensa que puede vivir su vida al margen de Dios: “La mayor parte de las tentaciones proceden de nosotros mismos”. La tentación es escoger de dos opciones, una mala y otra buena; la mala. La persona sabe que

es mala, pero por alguna razón se siente atraído a escogerla. Para que sea pecado, se debe saber, conscientemente, que uno ha elegido la peor opción. Pero ¿Por qué escogemos el mal sabiendo que lo es? “Es un misterio”, señala el Padre, pero sin duda, “si no fuéramos capaces de resistirnos, no sería pecado”; luego entonces, “no tendríamos elección. Si hay pecado es porque podemos escoger… por más débiles que seamos, siempre podemos resistirnos”. Por lo tanto, basta la libertad para poder usarla mal: “La tentación en sí no necesita del demonio, se basta a sí misma. ¿Si no, quién tentó al demonio?”. El exorcista español asegura que es dificilísimo distinguir entre una tentación que procede de la propia persona a una del demonio: “Ahora bien, algunas personas pueden advertir sorpresivamente tentaciones con una intensidad sorprendente, sin causa razonable y además, con persistencia; aquí se puede sospechar ya de la acción del demonio”, aunque se debe recordar que las tentaciones del demonio nunca son crónicas. Para vencerlas, el sacerdote recuerda que no se debe dialogar nunca con una tentación, se debe desechar desde que aparece. Al respecto, el Padre Eduardo Muñoz, formador espiritual en el Seminario Menor y maestro de Escatología en esta casa de estudios afirma que: “La enseñanza sobre la acción del demonio en nuestra vida, conviene no limitarla a las manifestaciones extraordinarias de posesión, sino también tener


Semanario Digital sean forzados a hacerlo con el poder de su Creador: “Su corazón sólo odia, aunque sea capaz de gozar con su inteligencia; el placer que logran al tener ¿Puede Dios tentar? éxito en un mal es el mismo que puede tener una persona en la tierra al vengarse de su enemigo, se trata de “Que nadie al ser tentado diga: ‘De Dios me viene un placer lleno de odio y sin sosiego”. la tentación’, pues Dios no puede ser tentado para El Padre Fortea asegura que, en este sentido puede el mal, ni Él tienta a nadie” (St 1,16). ser su poder para tentarnos, no puede obligar a nadie “Dios puede permitir la tentación, pues hay dea pecar, pero puede insistir para que alguien cometa terminados tipos de virtudes que jamás podrían pecado: “Puede un demonio estar a nuestro lado duhaber existido sin haber resistido la tentación. Es rante mucho tiempo, analizarnos, conocernos y tenmás, cuanto más dura sea la prueba, mayor será la tarnos justo por nuestro punto más débil… además, luz de esa virtud al sobreponerse a la tentación”. si percibe que una persona no va a caer en un pecado (Padre Fortea). grande puede tentar para que cometa algo menor. Si sabe que ni siquiera eso conseguirá, le tentará a que presente que el demonio actúa de manera oculta o de- cometa alguna imperfección, ni siquiera un pecado. sapercibida, ya en la justificación de nuestros pecados, Él analiza y ataca donde ve que tiene alguna posibiliya en la distancia que provocamos a la acción y gracia dad de vencer”. de Dios, ya en el pensar que nada es pecado y por lo mismo todo está permitido. La práctica de brujería, ¿Por qué Dios no perdona a los demonios? juegos u otras prácticas esotéricas pueden crearnos un Ante todo se debe aclarar que Dios puede perdonar clima que facilita la acción del demonio”. cualquier pecado, por grave que sea. Pero Dios no puede perdonar a un demonio simplemente porque Su poder no puede perdonar a quien no se arrepiente. “Hacer Para introducir la siguiente parte, es importante tal cosa sería un desorden y Dios no puede cometer mencionar que los demonios tienen cierto poder, otor- desórdenes”, afirma tajante el Padre Fortea. Por lo tanto, el problema no está en el pecado, sino gado por Dios según su propia naturaleza angélica; esto en la voluntad: “Es imposible que Dios, que crea una es, por ser seres superiores a los humanos, conocen y pueden más cosas, pero nunca pueden tocar a un ser voluntad libre, la fuerce después”. El exorcista aduce que esta también es una dura advertencia contra aquelhumano si Dios no lo permite. Por ejemplo, no conocen el futuro, aunque pueden los que trasgreden una y otra vez la Ley de Dios con conjeturarlo con su comprensión superior: “No saben toda tranquilidad, diciéndose en su corazón que, finallo que yo decidiré libremente, pero con su inteligencia mente, Dios se los perdonará todo: “Los que obran así ven los efectos de las causas donde nosotros no vería- desconocen que hay un límite más allá del cual Dios mos nada”. Obviamente, por su ser deformado son incapaces de hacer algo en beneficio del hombre; no pueden hacer un acto de caridad o glorificación a Dios, a menos que

Es malo, pero no nos obliga a pecar “El demonio nos puede introducir pensamientos, imágenes o recuerdos, pero no puede introducirse en nuestra voluntad. Podemos ser tentados, pero al final nosotros hacemos lo que queremos. Ni todos los poderes del infierno pueden forzar a alguien a cometer ni el más mínimo pecado”.


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El proceso de la “muerte eterna” El Padre Fortea asegura que ningún pecado aparece repentinamente, sino que conlleva un proceso de gestación: “Igual que sucede en la zoología, cuanto más larga es la gestación, más grande es lo que se da a luz…Aquí está la respuesta a esa pregunta que tantas personas se hacen de cómo es posible que una persona haya cometido tal barbaridad. Ninguna barbaridad moral aparece sin un proceso, el cual está oculto a los ojos de los demás, pero se va desarrollando en el interior de la persona. Si un pecado no es eliminado, se reproducirá, aumentará en cantidad y calidad hacia peores faltas…el final del proceso es la muerte del alma, que lleva a la muerte eterna”. La condenación de los demonios con respecto a los hombres puede o no ser peor, pues hay hombres que han cometido peores pecados que los que han hecho algunos demonios, de la misma forma que hay hombres más encumbrados en la santidad que algunos ángeles. El pecado, como la virtud, no depende de la naturaleza, sino de la voluntad de la criatura.


Semanario Digital se da la vuelta y abandona al pecador a la justicia, o pactos con respecto a los deseos de quienes los hadicho de mejor modo, hay un límite en el cual el alma cen? se endurece hasta tal punto que rechaza toda gracia”. El sacerdote explica que el demonio tiene poder, pero no es Dios, por lo tanto no puede conceder todo lo que se le pida. Incluso quienes lo hacen en su inteLos pactos con el demonio rior, o incluso redactan algún documento específico, El exorcista, Padre Fortea, afirma que sí existen per- quedan confundidos por no ocurrir nada de lo que essonas que aseguran haber pactado con el demonio. De peraban. hecho son sucesos recurrentes en novelas y leyendas, Al respecto, el Padre hace presente dos puntos aclarpero ¿qué tan “eficaces” pueden considerarse estos atorios: 1. Firmar este supuesto pacto no significa obtener una vida de riqueza, honor y lujuria desenfrenada.

Preparación en el Seminario El Padre Eduardo Muñoz compartió con Semanario que la formación que se les da a los jóvenes aspirantes al sacerdocio con respecto a la figura del Diablo es suficiente para desarrollar efectivamente su ministerio: “La formación recibida en el Seminario está en su justo punto, como lo establecen las Normas de la Iglesia. Quizá ya en la práctica podamos encontrarnos sacerdotes que no le den la importancia debida a la acción de Satanás, o lo sobredimensionen como quitándole la fuerza a Cristo Salvador del mundo”. Es por ello que la centralidad de la formación en el candidato al sacerdocio está centrada en Cristo y no en Satanás: “La formación se canaliza más en el anuncio de la salvación y no de la condenación. El peso de la balanza en la formación teológica es sin duda el anuncio de la Buena Nueva. Por esta razón un tratado específico sobre satanás, aunque no podemos dejar de mencionar su presencia y su obra en la Historia de la Salvación”.

2. El alma puede arrepentirse, siempre que quiera, con un simple acto de voluntad. Arrepintiéndose, el “pacto” queda en papel mojado, fueran cuales fueran los términos del “contrato”. “Muchos piensan que el triunfo en los negocios o en la profesión sí que puede concederlo el Diablo, pero él no lo puede hacer por la simple razón de que el éxito en estas cosas depende de la concatenación de muchos factores. El demonio sólo puede tentar por ejemplo, al jefe a que escoja a un empleado en lugar de otro, pero la tentación se puede superar; por lo tanto, ni una cosa tan simple como esa es posible para él”. El gran poder del supuesto pacto es que el demonio hace creer a quien lo realiza que ya está condenado, haga lo que haga, lo cual le puede alejar de la salvación y el arrepentimiento y, al contrario, lo puede motivar a llevar a cabo acciones destructivas en contra de los demás o de él mismo. La influencia del mal de forma personal Si bien es cierto que la acción demoniaca es sólo por medio de tentaciones, se puede dar el caso de que el demonio se ensañe de manera especial con alguien al grado de provocarle daños físicos o mentales, asegura el especialista: “Si hemos dicho que el demonio puede transmitirnos especies ininteligibles, podría hacerlo con tal frecuencia que perturbara seriamente la vida ordinaria de una persona llegando a desequilibrarla”. Sin embargo, estas acciones son rarísimas y siempre, en estos casos, se deben hacer notar que el demonio puede hacerlo porque Dios se lo permite, nunca por su propio poder. Dígase lo mismo para los males que genera en el cuerpo. Tenemos el caso más sonado por ejemplo del Padre Pío, a quien el demonio castigaba con duros golpes. ¿Por qué lo permitía Dios? Para ob-


Semanario Digital tener un beneficio mayor para su creatura, o incluso, bien que algunas personas tienen el poder de arrapara la familia o sociedad afectada por este mal. Dios strar a otras, bien por su cultura, por su poder o por su dinero. Por lo tanto, las fuerzas del mal son no lo quiere, pero lo permite por un bien superior. conscientes de que esas élites son especialmente deseables. “En política los demonios nunca son neutrales, analizan ¿Pueden los demonios unirse para causar males? la situación y están seguros de cuáles son las personas que El gran poder del demonio es tentar, afirma el Pa- más favorecerán sus estrategias”. Con todo, es importante dre Fortea, y como los demonios se comunican entre sí, recordar que el poder de la oración es tan eficaz como pueden ponerse de acuerdo para tentar en una misma los mayores ejércitos, o las mayores fortunas: “Una dirección. “En 1932, los demonios entendieron perfect- sola persona humilde y desconocida, con su oración, amente que para sus planes era mejor tentar a la gente puede evitar guerras, puede evitar que ideologías para que votase a ese candidato bastante desconocido políticas malignas lleguen al poder, etc.”. que era Hitler”. ¿Eso significa que su ascenso al poder se debió a la acción de los demonios? “No, pero ellos Nada tiene su causa en el demonio mientras no se indudablemente le ayudaron”. demuestre lo contrario Los Padres de la Iglesia, en los primeros siglos, advirtieron también la acción de Satanás en las perse- Aunque el Padre Fortea admite que esta regla no es cuciones a la Iglesia; señalaron siempre, como causa perfecta (puede ser que una tentación que yo creo primera a la instigación de los demonios sobre las ma- que surge de mí provenga en realidad del demonio, por ejemplo), es más segura que dejarse llevar por la sas y gobernantes. “Efectivamente también los demonios tienen sus es- sospecha continua de algo demoniaco, y esto vale para trategias. Ambicionan todas las almas, pero saben muy tentaciones, catástrofes, enfermedades, accidentes.


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La mala suerte Muchas consultas a los sacerdotes son precisamente para preguntar si el demonio puede causar “mala suerte”. El exorcista, Padre Fortea aclara que, lo que muchos ven como “mala suerte”, se trata en realidad de pruebas ante la adversidad, y que la “buena suerte” es una bendición de Dios. Una buena forma de dar respuesta a las personas es enfatizarles que, cuanto más tengan vida de fe, de oración, de Sacramentos, Dios más les bendecirá a ellos y a los suyos, y alejarán más eficazmente cualquier acción del demonio: “La gente busca modos complicados, casi mágicos de volver a la paz. Hay que explicarles que Dios es un Dios de simplicidad”. Rotundamente hay que afirmar que lo natural tiene su causa en lo natural. Sin embargo afirma que, ante un hecho preternatural (más allá de lo sobrenatural, que generalmente viene de Dios), pretender dar una explicación científica es igual de absurdo y vacío: “Un científico que usa la razón a su antojo, ya no es científico, sino una especie de mago o brujo de la razón”. Si los demonios tuvieran la libertad para causar desastres el mundo sería un caos total ¿por qué no pueden? Porque Dios no se los permite. Con todo, la Biblia nos enseña que Dios, al final de los tiempos, permitirá una manifestación más libre del poder de los demonios; mientras tanto, no es sano pensar continuamente que tal o cual accidente tiene en el diablo su causa, a menos que tras un análisis objetivo se llegue a esta conclusión. Ante esto, se debe recordar que la acción del diablo sobre el mundo material o físico es limitado; él tiene más poder y visión que los seres humanos y sí que puede lograr cosas que para nosotros son sobrenaturales, pero aun así, nunca trascenderá las reglas de la propia naturaleza; puede hacer levitar a una persona, incluso curar una enfermedad (sólo si, por causas naturales, esto es posible), pero no puede regresar a

nadie a la vida, ni crear un órgano con sólo quererlo. A este respecto, lo mejor es no considerar como algo maléfico a las situaciones o pruebas ordinarias de la vida, afirma el Vicario General de la Arquidiócesis, Monseñor. J. Guadalupe Ramiro Valdés Sánchez, pues aunque refiere que las personas suelen atribuir constantemente sus dolencias o molestias a acciones demoniacas, estos son casos rarísimos y la acción del Diablo se debe prever, antes que nada, mediante las tentaciones: “Va en aumento el número de fieles que se acercan a los sacerdotes preocupadas de si sus males morales, espirituales, sociales, económicos, familiares, se deben a una acción demoniaca, pero se debe aclarar que estas situaciones son excepcionales, y las personas deben tratarse sus molestias, antes que nada, por las vías ordinarias; es decir, acudiendo a médicos, especialistas, o buscando ayuda espiritual, acrecentando su vida de oración y viviendo en plenitud los Sacramentos”. Los maleficios “Maleficio es aquella operación que se hace para dañar a otro con el concurso de los demonios; cuanto

En la Biblia

En el Antiguo Testamento el término Satán aparece 18 veces. Se utilizan, aunque en muy pocas

ocasiones, otros términos como Seirim, Lilith, etc. En el Nuevo Testamento: “Satán” Aparece 35 veces.Asimismo “Diablo” aparece en 36.Además de que “demonio” es nombrado en 21 ocasiones.


Semanario Digital males. Si usted tiene una dolencia, lo natural es que vaya a atenderse con quien lo puede ayudar; si le duele la cabeza acuda al médico, si tiene problemas consulte psicológicos o un especialistas… sólo en caso extremo de que por medio natural no se vea mejoría y después de consultarlo con un sacerdote y que éste haya examinado bien su situación, se puede empezar a considerar el problema como de origen maléfico… aunque, de cualquier forma, el remedio es sólo la vida sacramental”. Los hechizos

más ore una persona, más estará protegida contra esas influencias. Por lo tanto, sí existen este tipo de formas de dañar a otros, pero aquello tendrá efecto solamente si Dios lo permite; además, generalmente quien lo encarga serán los primeros perjudicados por el demonio con algún tipo de influencia o hasta posesión demoniaca: “¡Nunca se invoca al demonio en vano!”. La única manera posible de saber si una persona tiene un maleficio es constatando una influencia o posesión demoniaca, también es posible deducir que un mal tiene fuentes malignas cuando viene acompañado de causas preternaturales maléficas, aunque para esto se requiere un estudio muy minucioso de especialistas. La única medicina y remedio es la oración: “Si una persona ha invocado al demonio para hacer el mal, lo que queda a la víctima es invocar a Dios para que le proteja y ayude. El bien siempre es más fuerte que el mal. Haciendo esto, si lo que sufren es por influencia del maligno, irá disminuyendo hasta desaparecer”. Los casos de personas que afirman tener un maleficio ha crecido también en la Arquidiócesis de Guadalajara, asevera el Vicario General, por lo que no debe descartarse en las Parroquias una adecuada atención a estos casos, pero sobre todo, se debe promover una sana doctrina al respecto de esto para no abusar ni atribuir a todos los males la acción específica del demonio: “La mayoría de veces se trata de casos nor-

Al contrario del maleficio, el hechizo se hace con el supuesto de obtener algo bueno, por medio del Mal; alguien querrá por ejemplo enamorar a otra persona, lograr algún beneficio económico, ascender en algún puesto… pero como ya se ha dicho, el demonio no lo puede todo, sólo puede tentar: “El hechizo no suele conseguir lo que se busca de él, sin embargo suele provocar posesión o algún tipo de influencia maligna en quien lo hace y en quien lo encarga; a veces también en la víctima. Contra este mal, la medicina es la misma que en el maleficio; es decir, la oración. Es importante destacar que, para la acción demoniaca no importa mucho la forma cómo se hagan estos maleficios y hechizos; muchos brujos o chamanes presumen de tener algún tipo de ritual para conseguir beneficios, pero en realidad las formas no tiene nada qué ver; sin embargo, asegura el exorcista, al demonio sí le interesa hacer creer a estas personas que el ritualismo es importante: “En sí, los rituales son indiferentes, pero el maligno quiere convencernos de que no es así para crear una especie de ciencia maléfica”. En este sentido, el demonio sólo interviene cuando

La Bestia del Apocalipsis El Apocalipsis distingue muy bien entres tres figuras: El Antricristo, la Bestia y el Dragón (o serpiente): El Anticristo es un hombre, la Bestia es un poder político, una gran nación que lleva la guerra a los confines del mundo, y el Dragón (o Serpiente) que es el Diablo.Aunque en algún momento entre la figura de la Bestia y del Anticristo hay cierta identificación, pues el Anticristo es la cabeza de la Bestia.


Semanario Digital se le invoca, asegura el sacerdote; por lo tanto, cuando se trata de invocaciones a través del poder de “ciencias ocultas” o de atraer seres espirituales desconocidos por medio de horóscopos o tarot, no son prácticas demoniacas sino meras supersticiones: “Si bien, los que las practican, sentirán cada vez más tentaciones de invocar tales fuerzas o seres desconocidos”. La posesión

claro con los fieles que necesiten orientación; asegura sin embargo, que el ministerio exorcístico no existe como tal en nuestra Iglesia local y que el Obispo Diocesano no ha designado a nadie como exorcista oficial: “No se tiene este ministerio, sino que se trata de analizar cada situación específica y, en caso de que se prevea sea positivo un exorcismo, se le remitirá, con permiso del Ordinario, con quien puede ayudar a esa persona”. De esta misma opinión es el Padre Eduardo Muñoz, quien asegura que en este punto se requiere de prudencia: “Las enfermedades psiquiátricas y psicológicas parecen ser mucho más abundantes en el tiempo reciente. En algunos casos la manifestación de acumulación de estrés, ansiedad y angustia, si no se tiene el cuidado pueden hacernos pensar y afirmar que son posesiones”. Por tanto recomienda también estudios médicos seriamente realizados pues recuerda que, para el seguimiento de estos casos, no todos los sacerdotes cuentan con la preparación adecuada y con la facultad recibida del Obispo. “Solo algunos sacerdotes son llamados y nombrados por el Obispo titular para este servicio pastoral”.

Aunque sucede en raras ocasiones, el demonio puede entrar en el cuerpo de una persona y hasta moverse y hablar por medio de ella. Es importante mencionar que el demonio no reside en su alma, que sigue siendo libre de esta opresión, sino sólo en su cuerpo; es posible incluso en estas situaciones que el alma se encuentre en gracia de Dios, lo cual, de hecho, es recomendable para su salud espiritual. El Padre Fortea, a lo largo de años y años de experiencia en el ejercicio del ministerio exorcístico, ha logrado definir algunas características para diagnosticar la posesión, las cuales es necesario que también tengan en cuenta quienes se dedican por oficio a este ministerio, aunque también asegura que siempre será loable que se tengan estudios psiquiátricos previos, así como análisis médicos generales para definir con mayor Causas de las posesiones holgura situaciones de posesión demoniaca. Algunos puntos son: Algunas de ellas son: 1. Un pacto con el demonio. • Ante lo sagrado o lo religioso, se da en el sujeto 2. Asistir a sesiones espiritistas, a cultos satánicos o a sensaciones que pueden ir desde el fastidio hasta el actos esotéricos. horror o la furia. 3. Que un hijo haya sido ofrecido por su madre a Sa• El poseso, en estos episodios, pierde la conciencia, y tanás. cuando vuelve en sí, no recuerda nada de lo ocurrido. 4. El maleficio. • Fuera de los sucesos de furia incontenible, cuando parece emerger una segunda personalidad en el indiNunca se contagia una posesión, vivir con alguividuo, éste lleva una vida completamente normal. en con este mal no supone para quien le acompaña • En algunas ocasiones dicen tener alucinaciones. Y por el contrario, no oyen voces internas ni tienen sensaciones de que “algo” les escurre por la piel o algo parecido. Sobre este asunto, Monseñor Ramiro Valdés recuerda que todo sacerdote de la Arquidiócesis, como guía espiritual, debe discernir los casos que se le presenten, tratando de ser objetivo y


Semanario Digital ningún peligro. “Como se ve, queda poseso quien le abre una puerta al demonio. La gente piensa que los pecados provocan la posesión, pero no, hay que abrir expresamente una puerta al demonio para que entre”. Con todo, el Vicario General insiste en recordar que muchas personas que afirman estar poseídos por el demonio tienen en realidad problemas psíquicos o psiquiátricos, incluso se puede tratar de casos de estrés extremo por situaciones familiares, del trabajo u otros, por lo que recomienda a los sacerdotes ser cautos y estar atentos: “Sinceramente no puedo decir que el presbiterio de Guadalajara esté bien capacitado en estos temas, sí nos hace falta más estudio, a la luz de la Palabra de Dios, para poder responder a estos retos, tanto si se trata de acciones demoniacas como si no”. Por lo tanto, exhorta a los sacerdotes a que no tengan miedo en capacitarse en este tema: “Tenemos que estar atentos a estas necesidades por el bien de las almas”.

¿Cuál es entonces el medio por el cual el creyente se defenderá de todas estas acciones del demonio? Monseñor Valdés asegura que la oración, la vida sacramental, y en general, llevando una existencia conforme a las leyes divinas, “ningún fiel cristiano podrá errar y, además, estará protegido contra las asechanzas del maligno”. Por su parte, el Padre Muñoz finaliza: “Siendo fieles al dato bíblico tenemos que hablar del demonio, sus acciones, las posesiones y las estrategias por él utilizadas. Las consecuencias que puede traer para nosotros el no ser vigilantes, por ejemplo, la condenación. La condenación como responsabilidad nuestra y no de Dios, pues Él dispone todo para nuestra salvación. La Encarnación de su hijo Jesucristo es netamente salvífica”.


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