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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
Je sús de sc e ndi ó a los i nfi e rnos
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a confesión que hacemos de nuestra fe tiene dos fórmulas, la del credo Niceno constantinopolitano, este por haberse realizado en las ciudades de Nicea y Constantinopla en los años 325 y 381 respectivamente, y el Símbolo de los Apóstoles que es más antiguo y en el que encontramos la afirmación de que Jesús descendió a los infiernos. Los “infiernos”, contrario al cielo que está arriba, se encuentra en la parte “inferior” y es la región de los muertos. Ahí estaban todos los que existieron antes de Jesucristo y que, a pesar de ser justos, no habían entrado en el cielo porque todavía no había sido inaugurado. Jesús desciende al lugar de los muertos y lleva consigo al cielo a todos los justos “abriendo la gloria”.
“¿Qué es lo que hoy sucede?... (El Señor) Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva. El Señor, teniendo en sus manos las armas vencedoras de la cruz, se acerca a ellos. Al verlo, nuestro primer padre Adán, asombrado por tan gran acontecimiento, exclama y dice a todos: «Mi Señor esté con todos.» Y Cristo, respondiendo, dice a Adán: «Y con tu espíritu.» Y, tomándolo por la mano, lo levanta, diciéndole: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz. A ti te mando: Despierta, tú que duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo… Levántate, salgamos de aquí, porque tú en mí, y yo en ti, formamos una sola e indivisible persona»”. Así dice una homilía antigua que se reza en la liturgia de la mañana del Sábado Santo y que nos invita a sentirnos pletóricos en nuestra esperanza porque el Señor Jesús, rompiendo las cadenas de la muerte, se levanta vencedor y nos invita a participar de su victoria para ser eternos junto a él y es que resucitando nos abre el camino para retornar a la casa del Padre Celestial, aquí se encuentra el horizonte de todas nuestras metas, el sentido de toda la existencia.
Felicidades, Cristo desciende a los infiernos, lleva al cielo a los justos y retorna de la muerte para contagiarnos de eternidad.
No. 1155 Año 23 | 12 de abril de 2020
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SUBSIDIO PARA LA PASCUA DE RESURRECCIÓN Cristo nuestra Pascua ha resucitado Jn 20, 1-9
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oy la Iglesia se desborda de alegría por victoria de su Señor. El Evangelio de este Domingo de Pascua nos muestra tres protagonistas con reacciones muy distintas, pero sumamente iluminadoras ante la sorpresiva noticia de la resurrección: María Magdalena, Simón Pedro y el discípulo amado. Ellos no ven a Jesús Resucitado, ni un ángel del cielo les anuncia el milagro, todo se mueve en el ambiente muy humano, Dios no quiere ilusionarnos con grandes espectáculos de magia y misticismos baratos. Dios se ha hecho hombre para que los hombres pudiéramos comprender su amor; los invito hermanos a detenernos un poco en cada una de las acciones de los personajes.
a. En primer lugar, se muestra a María Magdalena, ella reacciona de forma precipitada: le basta ver que han quitado la losa del sepulcro para concluir que alguien se ha llevado el cadáver; la resurrección ni siquiera se le pasa por la cabeza. b. Después Simón Pedro aparece y actuando como un inspector de policía diligente: corre al sepulcro y no se limita, como María, a ver la losa corrida; entra, advierte que las vendas están en el suelo y que el sudario, en cambio, está enrollado
en sitio aparte. Algo muy extraño. Pero no saca ninguna conclusión. c. Finalmente aparece El discípulo amado. El también corre, más incluso que Simón Pedro, pero luego lo espera pacientemente. Y ve lo mismo que Pedro, pero concluye que Jesús ha resucitado. El evangelio de san Juan nos ofrece este día un mensaje maravilloso, ante la resurrección de Jesús podemos pensar que es un fraude (María), no saber qué pensar (Pedro) o dar el salto misterioso de la fe (discípulo amado). Ante el gran acontecimiento de la Resurrección nadie puede quedar indiferente, o estas con Jesús o no lo estás. Las otras dos lecturas de este domingo (Hechos y Colosenses) afirman rotundamente la resurrección de Jesús. Aunque son muy distintas, hay algo que las une: las dos mencionan los beneficios de la resurrección de Jesús para nosotros: el perdón de los pecados (Hechos) y la gloria futura (Colosenses); las dos afirman que la resurrección de Jesús implica un compromiso para los cristianos: predicar y dar testimonio, como los Apóstoles (Hechos), y aspirar a los bienes de arriba, donde está Cristo, no a los de la tierra (Colosenses).
En este día valdría la pena que nos preguntemos ¿Cuál es mi actitud ante la noticia de saber que Jesucristo resucitó? Hoy los cristianos renovamos nuestro bautismo, para esto nos hemos preparado durante el tiempo cuaresmal. En este contexto debemos entender el Mensaje de la Palabra Divina de este domingo, pues ante la propuesta de una vida cristiana hay muchas voces que nos invitan a rechazarla. El tiempo en el que vivimos nos ofrece muchas otras formas de afrontar la existencia. Por eso, en este día es importante hacer nuestra opción. Cristo Resucitado nos ha mostrado el mejor camino, su invitación a seguirlo, a convertirnos en discípulos-misioneros está abierta. Ahora toca a cada cristiano tomar una postura. Que la celebración de los misterios que nos dieron vida nos ayude a vivir, testificar y proclamar: “Esta es nuestra Fe, esta es la Fe de la Iglesia que nos gozamos en profesar en Jesucristo Nuestro Señor”
Amén.
DIRECTORIO SEMANARIO COMUNIÓN Director responsable: Pbro. Lic. Gabriel Álvarez Hernández. / Diseño: TAG Juan Pablo Castro Alfaro. / Vicario de Pastoral: Pbro. Lic. Rogelio Olvera Vargas. Comisión Diocesana de Pastoral de Comunicación: Pbro. Lic. Gustavo Licón Suárez. / Horario de oficina: de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. de lunes a viernes. Reforma No. 48. Centro. C.P. 76000, Santiago de Querétaro, Qro. / Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro, fundado por el señor Obispo, Mons. Mario De Gasperín Gasperín, el 22 de febrero de 1998.
(442) 224-04-96.
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Semanario Comunión Querétaro.
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BENDICIÓN DE LA DIÓCESIS DE QUERÉTARO
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os días 9 y 10 de abril se llevó a cabo la bendición del territorio de la Diócesis de Querétaro.
En vuelo en helicóptero, Mons. Martín Lara, Pbro. Víctor Avendaño y Pbro. Gustavo Licón llevaron al Santísimo Sacramento y a la Virgen de los Dolores de Soriano, patrona de la Diócesis, por cada colonia y región a impartir la bendición al pueblo sacerdotal en estos momentos por los cuales pasa el mundo por la pandemia del Covid-19. Con júbilo los fieles subían a las azoteas de sus casas con un pañuelo blanco y con espejos para saludar e implorar la bendición al momento del paso del helicóptero.
¡Bendice Madre esta tierra que clama por tu amor de madre!
iPieta Por: SEG del Valle
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oy quiero recomendarles una app que nos permite conocer mejor nuestra fe.
Su nombre es: iPieta y está disponible tanto para los dispositivos IOS como para los Android. En ella podemos encontrar el Misal, la Biblia (de Jerusalén y algunas otras versiones), Oraciones, Novenas (algunas incluyen audios) y, lo que la diferencian de otras apps y la hace imprescindible en el dispositivo de cualquier católico es una colección de libros y documentos de diferentes Santos como Santa Teresa, Santa Teresita, San Juan de la Cruz, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Sales, San Juan Pablo II, entre otros. Y lo mejor de todo es que es completamente gratuita, así que ¿que esperas para descargarla?
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¡Que todo sea para la máxima gloria de Dios!
INTERNAUTA EVANGELIZADOR
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II. ALGUNAS PAUTAS PARA CREAR UN ENTORNO FAMILIAR SANO EN ESTA CUARENTENA.
POR UN ENTORNO FAMILIAR SANO PARA LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA DURANTE LA CONTINGENCIA POR COVID-19 México a 7 de abril de 2020 A las familias de México, reciban un muy afectuoso saludo dentro de esta Semana Santa que estamos viviendo de un modo particular. La contingencia sanitaria a causa del COVID-19 ha presentado múltiples retos en todos los ámbitos de la vida cotidiana e impuesto un cambio relevante en la dinámica personal, familiar y social. En este sentido, conscientes de que las medidas de distanciamiento social y aislamiento determinadas por el Gobierno Federal tendrán efecto –por lo menos– hasta el día 30 de abril, como Consejo Nacional de Protección de Menores de la Conferencia del Episcopado Mexicano, queremos ofrecerles algunas orientaciones que contribuyan a que el entorno familiar sea un espacio sano, seguro y armónico, especialmente para la infancia y la adolescencia de nuestro país. I. ALGUNOS RETOS QUE ENFRENTA EL ENTORNO FAMILIAR. Las circunstancias que atravesamos nos exponen a un constante estrés que –de no ser identificado y contenido– puede dificultar una crianza positiva. Vivimos un escenario en que la convivencia cotidiana en situación de confinamiento, las presiones económicas, el riesgo del desempleo, la falta de un ingreso estable, la polarización social, la vorágine de información, las tendencias alarmistas en redes sociales y el natural temor al contagio, nos pueden colocar en una posición vulnerable de tensión o ansiedad que pueden manifestarse en situaciones de conflicto y violencia familiar, particularmente en la relación de padres e hijos. Aunado a lo anterior, no podemos omitir que muchas familias en México enfrentan situaciones extremas que por sí mismas –pero más aun durante la presente crisis sanitaria– exigen una atención urgente de parte de las autoridades gubernamentales y reclaman expresiones concretas de solidaridad comunitaria. Tal es el caso de familias que se encuentran en estaciones migratorias, en albergues o centros de asistencia social, en comunidades rurales o urbanas marginadas con situaciones de hacinamiento y carentes de servicios básicos, con algún familiar encarcelado o enfermo u otras situaciones semejantes que incrementan el riesgo, tanto de contagio como de violencia. Sea cual sea la circunstancia particular de cada núcleo, es necesario recordar que la violencia familiar no sólo se traduce en comportamientos de agresión verbal (ej. insultos o gritos), física (ej. empujones o golpes) o sexual (ej. violación, abuso o acoso) sino que también se expresa de formas más sutiles, como la violencia emocional (ej. humillaciones, celos, imposición desmedida de reglas), psicológica (ej. manipulación o chantaje) o económica (ej. ejercer control a través de la limitación de recursos).
Frente a los retos señalados, los padres de familia y otros adultos que tienen menores bajo su cuidado, tienen una especial responsabilidad de brindarles seguridad, protección y un entorno adecuado para su desarrollo. Por ello, conscientes que las situaciones extraordinarias exigen tomar medidas extraordinarias, queremos ofrecerles algunas pautas concretas que ayuden a preservar la integridad y armonía del entorno familiar: 1. Evitar el contagio. El objetivo prioritario de esta fase de la pandemia es evitar el contagio y aplanar una curva exponencial con consecuencias graves para la vida y la salud de miles de personas. La llamada a “quedarse en casa” no es un slogan más, sino un compromiso de caridad cristiana para garantizar la capacidad de los servicios de salud para quienes sufran un contagio. Quienes tengan la obligación de salir de casa por desempeñar alguna de las actividades consideradas como esenciales, deben observar rigurosamente las medidas de sana distancia e higiene que disminuyan los riesgos de contagio al llegar a casa, especialmente para los adultos mayores, las mujeres embarazadas y los niños. 2. Cuidar la propia salud física y emocional. El aislamiento en casa y los distintos factores de estrés ya mencionados, pueden ocasionar cambios en los hábitos de sueño y alimentación, incremento en el consumo de alcohol, tabaco, marihuana u otras drogas, así como patrones de ansiedad y nerviosismo que nos impulsen a la violencia. Para contener estos efectos, recordando que no vivimos un período vacacional, sino de cuidado, se recomienda: •Mantenerse activo y hacer ejercicio. •Vestirnos como si fuéramos a realizar nuestras actividades ordinarias. •Tratar de mantener rutinas diarias que incluyan distracciones y pasatiempos. •Procurar contacto con otros seres queridos a través de llamadas o videollamadas. •Moderar el flujo de información que consumimos a través de noticias o redes sociales. 3. Trato y cuidado de niños y adolescentes. La seguridad emocional de los niños depende sustancialmente de la actitud que perciban de los adultos que los cuidan y la forma en cómo aborden la problemática que se vive. Por lo tanto, se recomienda: •Explicarles de acuerdo a su edad lo que está pasando, sin alarmarlos y sin transmitirles incertidumbre o miedo. Por el contrario que sus palabras les inspiren calma y esperanza, hablando con ellos de forma amable y reconfortante. •Enseñarles las medidas de prevención para aumentar su sentimiento de seguridad. •Mantener la rutina lo más apegado a lo usual, con un horario estructurado y ofreciéndoles actividades variadas para los ratos de ocio. •Limitarles la exposición a noticias y supervisar el uso de sus redes sociales. 4. Convivencia y comunicación familiar durante la crisis. Este período de permanencia forzosa en el hogar conlleva la reorganización de las actividades y tareas en la familia e incluso, la adaptación de los espacios para cumplir con las responsabilidades
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que cada uno tenga. Por ello, algunas pautas que pueden seguirse son: •Dedicar tiempo a pensar cómo se puede organizar la familia incluyendo a los distintos integrantes; por ejemplo, se pueden sostener reuniones familiares de planificación diaria o semanal. •Establecer prioridades, dejando para después las tareas que no son realmente necesarias. •Mantener rutinas diarias saludables, incluyendo horarios de sueño y alimentación, tiempo para el trabajo, tiempo para la realización de actividades escolares y de ocio. •Trabajar juntos en las tareas del hogar, distribuyéndolas entre los distintos miembros de la familia en función de lo que cada uno pueda, a fin de que la carga se más liviana.•Descansar durante períodos regulares de tiempo que aporten relajación. •Reconocer los límites con realismo, sin proponer actividades que no se puedan cumplir. •Procurar una comunicación activa y respetuosa, procurando afrontar los desacuerdos con apertura y amabilidad. Cuando las conversaciones escalen a discusiones o situaciones de tensión, poner pausa al conflicto y resolverlo en un momento de ánimo positivo. III. UNA OPORTUNIDAD PARA APRENDER EN FAMILIA Y SALIR FORTALECIDOS. La pandemia por el COVID-19 ha obligado a todos los sectores sociales, a redimensionar su escala de valores para preservar lo esencial. En este sentido, creemos que la cuarentena ofrece a las familias una extraordinaria oportunidad para profundizar en los lazos íntimos que unen a sus integrantes, practicar virtudes cristianas, orar juntos y crecer en la fe, disfrutar con paz y alegría de los momentos de convivencia y edificar al otro con el propio testimonio de vida. Desde luego, en este esfuerzo no estamos solos, sino que contamos con la compañía y la fuerza de Dios Nuestro Señor, tal y como nos recordó el Papa Francisco en su bendición Urbi et Orbi, al reflexionar en el evangelio de la tempestad calmada: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere. Con este espíritu, exhortamos a los padres de familia y a cualquier persona que tenga bajo su cuidado a un menor de edad a que, con responsabilidad y entusiasmo, vivan este período como una escuela de vida cristiana, cuyas lecciones acompañen a los niños y adolescentes de México en su futuro, conscientes que la forma de afrontar esta epidemia puede ser guía y referente para ellos frente a otras crisis que les sobrevengan. Aprovechemos la gracia especial que Jesús nos regala en los días Santos que se avecinan y unámonos en oración para pedir especialmente por el bienestar de todas las familias de México. +Alfonso G. Miranda Guardiola Coordinador del Consejo Nacional de Protección de Menores
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l primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del Sepulcro al Señor y no sabemos donde lo habrán puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llego primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor
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12 de abril de 2020 Jn 20, 1-9
DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN CICLO A Pbro. José Luis Salinas Ledesma
REPASAR EL TEXTO LEÍDO ¿A
dónde fue María Magdalena el primer día de la semana? v.1 ¿A quienes va a buscar y qué les dice? v.2 ¿Cómo reaccionan Pedro y el otro discípulo? v.3 ¿Quién corrió más aprisa y llegó primero? v.4 ¿Qué vieron Pedro y el otro discípulo? v.5-7 ¿Quién entró al final? v.8 ¿Qué fue lo que en ese momento comprendieron? v.9
EXPLICACIÓN DEL TEXTO Los discípulos, antes de encontrar al Señor resucitado, pasan por la dolorosa experiencia de la tumba vacía: constatan la ausencia del cuerpo de Jesús. Los relatos de la resurrección se abren con precisiones cronológicas: El primer día de la semana, por la mañana y muy temprano, antes de salir el sol. Por la mañana temprano indica un momento en que toda vía no hay luz; María va al Sepulcro todavía oscuro, creyendo que la muerte ha triunfado; alarmada, avisa a los dos discípulos y concluye que se han llevado al Señor. No entiende lo que es una señal de vida: el sepulcro abierto. Este relato muestra a la comunidad desorientada, pero que busca una respuesta y María magdalena es el prototipo de esta fidelidad. Al llegar al sepulcro captó con la mirada que la piedra que tapa la entrada había sido rodada. Y corre enseguida a denunciar la ausencia del señor a Pedro –cuya importancia en los acontecimientos pascuales es realzada por toda la tradición- y al otro discípulo a quien Jesús tanto quería, probablemente el
mismo Juan a quien remonta la tradición del Evangelio. Este último fue el primero en llegar al sepulcro, pero no entró enseguida; también él captó con la mirada primero las vendas mortuorias de lino. Llega Pedro entra y se detiene a contemplarlas, lo que permite pensar que se habían quedado en su sitio, aflojadas por estar vacías del cuerpo que contenían y el sudario que cubría el rostro, enrollado en un lugar aparte. Ante la mirada de Pedro cada detalle particular dentro del sepulcro vacío crea un clima de gran Silencio, de expectante interrogación. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro vio y creyó. Ahora el discípulo, al ver intuye lo que ha sucedido. Pasa de la realidad que tiene delante a otra más escondida, llega a la fe, aunque se trata aún de una fe oscura. De esto se desprende que la fe no es, para el hombre, una posesión estable, sino el comienzo de un camino de comunicación con el Señor, una comunión que ha de ser mantenida viva y en
la que hemos de ahondar más y más para que llegue a la plenitud de vida con él en el reino de la luz infinita.
MEDITACIÓN DEL TEXTO (Cada uno comparte su reflexión) En el día de Pascua, y a través del relato evangélico, el anuncio de la resurrección se dirige a todos los hombres por los mismos ángeles y, después de ellos, por las piadosas mujeres a la vuelta del sepulcro, por los apóstoles y por los cristianos de las generaciones pasadas, ahora vivas para Siempre en El que vive. María Magdalena va sin miedo a la tumba, empujada por su amor, un amor que le ha dado libertad. Cristo ha resucitado, estas palabras son una invitación, una provocación hacen resurgir en el corazón de cada uno de nosotros la pregunta fundamental de la vida: ¿quién es Jesús para ti? Ahora bien, esta pregunta se quedaría para siempre como una herida dolorosamente abierta si no indicara al mismo tiempo el cami-
no para encontrar la respuesta. No hemos de buscar entre los muertos al autor de la vida. No encontraremos a Jesús en las páginas de los libros de historia o en las Palabras de quienes lo describen como uno de tantos maestros de sabiduría de la humanidad. Él mismo, libre ya de las cadenas de la muerte, viene a nuestro encuentro; a lo largo del camino de la vida se nos concede encontrarnos con él, que no desdeña hacerse peregrino con el hombre peregrino. Él, el Inaprensible, el totalmente otro, se deja encontrar en su Iglesia, enviada a llevar la buena noticia de la resurrección hasta los confines de la tierra. En consecuencia, sólo hay una cuestión importante de verdad: ponernos en camino al alba no demorarnos más, encadenados como estamos por los prejuicios y los temores de la desesperanza. ¿Por qué no habría de suceder todavía hoy que encontráramos al Señor vivo? El modo y el lugar serán diferentes, personalísimo para cada uno de nosotros. El resultado de este acontecimiento, en cambio será único: La transformación radical de la persona. Pascua significa que podemos empezar aquí a experimentar la vida eterna, la vida nueva, que es don del Espíritu del Resucitado, esto supone luchar para que nuestra vida no este centrada en nuestros intereses egoístas, temores y tristezas. Necesitamos un corazón, que ame con el amor gratuito de Dios. Resucitar a la fe, a la esperanza, al perdón, al amor, a la paz a la alegría. No hay que celebrar solamente la resurrección que aconteció hace dos mil años si no hay que intentar que la pascua sea fiesta actual en la resurrección de los cristianos, que atestiguan ante el mundo que es posible morir y resucitar.
COMPROMISO PERSONAL Y COMUNITARIO Leer la Sagrada Escritura para descubrir las riquezas de la Resurrección del Señor Jesús. Estudiar la Sagrada escritura para conocer y profundizar mi fe de cristiano que da testimonio en el mundo. Reflexionar la Sagrada Escritura para discernir la voluntad de Dios en mi vida, una vida que irradie alegría, gozo y esperanza, en mi familia mi trabajo en la sociedad. Resucitar con Cristo dando muerte a todo aquello que se opone a la vida nueva. Ser conciente de que todos los domingos del año son días de celebración pascual por excelencia.
TERMINAR ORANDO EL PADRE NUESTRO
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Pascua Familiar
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uchas felicidades por que Jesús ha resucitado y nos ha llenado de gracias y bendiciones; a pesar de la situación que estamos viviendo. Es importante que nos demos la oportunidad de celebrar en casa y en familia este gran acontecimiento que es la fiesta mayor para nosotros los católicos. Debemos darnos a la tarea de que nuestros hijos comprendan esto y lo puedan vivir realmente, pues es difícil en las condiciones en que nos encontramos. La esperanza de una vida mejor no deben perderse pues aun en medio de las pruebas, Cristo ha triunfado a la muerte y nos ha regalado la vida eterna. Por eso hoy te dejo mis 5 Tips para vivir y celebrar la Pascua en familia
1 50 días de fiesta
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Por Silvia del Valle @SilviaMdelValle @smflorycanto
2 Pongamos en claro
algunos conceptos.
La Pascua no solo es un día, son 50 días por lo que debemos hacer una gran fiesta. Y no me refiero a que gastemos mucho en esa fiesta, lo que quiero es que tengamos el corazón lleno de alegría y que la compartamos con los que nos rodean, es decir, con nuestra familia. El estar en casa nos hace poder compartir más vivamente todo esto, así que es tiempo de celebrar. En la medida de las posibilidades, organicemos una comida especial, esa que mas les gusta a nuestros hijos y adornemos la mesa como lo hacemos en Navidad, pero con signos de la Pascua. Quizá un mantel blanco y velas blancas pues las puertas del cielo están abiertas para nosotros y debemos estar muy alegres.
Es importante que nuestros hijos comprendan con claridad lo que está pasando y el por qué de las cosas. Podemos leer el evangelio para que todos tengamos esa claridad, y de ser necesario, debemos explicarles a los más pequeños para que también participen de la fiesta que es la Pascua.
3 Comparte con las otras
4 Como tenemos tiempo,
5 Que nada nos quite
En la medida de las posibilidades, hagan videoconferencias con sus seres queridos que están lejos para compartir la alegría del resucitado.
Como tenemos 50 días para celebrar y tenemos tiempo en familia, podemos preparar cosas lindas y novedosas.
Gracias a Dios que la tecnología está tan avanzada que podemos estar sin estar presentes físicamente.
Podemos organizar obras de teatro con nuestros hijos, podemos inventar juegos de mesa que nos recuerden como fue que Jesús resucitó, podemos inventar un sin fin de actividades para celebrar a diario en familia.
Nuestra actitud ante todo lo que nos está pasando debe reflejar la alegría que sentimos de que Jesús nos compró la vida eterna y de buenos ha regalado su amor.
familias esta alegría.
Podemos usar plataformas como zoom o skype para lograr tener varias conexiones a la vez y así poder convivir en familia pero siguiendo las recomendaciones de no salir de casa. Y si el internet no te favorece, una llamada telefónica es más que suficiente para compartir la alegría con nuestros seres queridos.
hagamos cosas novedosas.
Otra forma de celebrar es tratar de no pelear o discutir en la familia, pues cambiar nuestra actitud puede ser un muy buen regalo para Jesús, como agradecimiento por su gran sacrificio de amor.
la alegría y la paz.
Que cada uno de nuestros actos refleje ese amor y alegría para que nuestros hijos comprendan que ante las situaciones difíciles siempre está presente Dios buenos da su amor y nos ayuda, aunque a veces no podamos verlo por la gravedad de los hechos que nos toca vivir. Con una convicción firme de que Dios está con nosotros nos esta sosteniendo en la prueba y buenos ha ganado el cielo, solo podemos celebrar y compartir este gran regalo de amor que Dios nos ha dado.
Y que mejor que lo hagamos en familia. Por eso digamos todos ¡Aleluya! ¡Jesús ha resucitado!