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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
No. 1167 Año 23 | 5 de julio de 2020
En el Top Ten A
l momento de escribir la presente editorial, en el mundo hay casi 11 millones de contagiados y más de medio millón de muertos a causa del COVID 19. México acaba de entrar al “top ten” de los países más infectados con 239,000 casos en las cifras oficiales con 6,741 nuevos infectados el día de ayer y 29,189 muertes acumuladas por la pandemia; el día de ayer murieron 679 personas por esta causa. Querétaro se encuentra en el lugar 26 de 32 en la cifra de contagios con alrededor de 2,000 casos y más del 10 por ciento de muertes. “Lávate las manos”, “quédate en casa”, “Susana distancia” y fueron los avisos bien intencionados de quienes esperaban que la pandemia fuera controlada. Las cifras empezaron a maquillarse según la conveniencia, a veces parecía que eran más los infectados, otras veces parecía que ya no había de qué preocuparse. Empezaron a surgir leyendas de que se les pagaba a quienes iban a los hospitales para que aceptaran la afirmación de que fueron atendidos por COVID cuando solicitaban atención por otra causa. Tantas cosas que hemos oído, leído y visto al punto de tener una sobrecarga informativa. En el argot de comunicación ya tiene nombre y se habla de infobesidad o infoxicación y se refiere al “estado de contar con demasiada información para tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado tema”. Sigue siendo momento de tomar decisiones, algunas ya son tardías, pero conviene implementarlas. En algún momento de la pandemia, la solución pudo haber sido la de practicar muchas pruebas, aislar a los positivos y rastrear sus posibles infecciones. En este momento se antoja difícil hacer tantas pruebas, confinar a tantos positivos y poner en cuarentena a sus contactos como posibles huéspedes del virus. El top ten señala los diez primeros lugares de alguna actividad, el día de hoy somos el país número 10 con más infecciones según la página “Mapa COVID 19”. Las decisiones que tomemos y las prácticas que realicemos permitirán alejarnos de esos poco honrosos lugares o, en su defecto, seguir escalando lugares para convivir con la enfermedad y la muerte por nuestra negligencia y falta de cuidado. NOTA COMPLEMENTARIA: Al momento de la realización de esta página, México escaló a la posición 9 a nivel mundial, con 256,246 contagios confirmados.
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COMUNIÓN
DOMINGO XIV ORDINARIO Vengan a mí, todos los que están cansados y agobiados Mt 11,25-30 El contexto del evangelio
DIRECTORIO SEMANARIO COMUNIÓN Administrador Diocesano Mons. Mario de Gasperín Gasperín. Director responsable Pbro. Lic. Gabriel Álvarez Hernández. Diseño TAG Juan Pablo Castro Alfaro. Vicario de Pastoral Pbro. Lic. Rogelio Olvera Vargas. Comisión Diocesana de Pastoral de Comunicación Pbro. Lic. Gustavo Licón Suárez. Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro, fundado por el señor Obispo, Mons. Mario De Gasperín Gasperín, el 22 de febrero de 1998. Horario de oficina: De 9:00 a.m. a 2:00 p.m. de lunes a viernes. Reforma No. 48. Centro. C.P. 76000 Santiago de Querétaro, Qro.
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n los tres domingos anteriores (11-13) hemos leído unos fragmentos del discurso de Jesús a los apóstoles cuando los envía de misión (Mt 10). No se cuenta la vuelta de los discípulos ni el resultado de su actividad. En los capítulos siguientes (Mt 11-12) se cuentan episodios muy distintos que ayudan a definir la figura de Jesús y describen las distintas reacciones que provoca su persona y su actividad. ¿Es realmente el Mesías esperado? Juan Bautista duda, y envía a sus discípulos a preguntar si tienen que esperar a otro. Los de Corozaín y Betsaida no se dejan afectar por su predicación, se niegan a convertirse. Los fariseos lo acusan de infringir la ley y el sábado, deciden matarlo y dicen que está endemoniado. Sin embargo, en medio de todos estos que desconfían, se desinteresan o se oponen a Jesús, hay un grupo que lo acepta por dos motivos muy distintos: por revelación de Dios, y porque, desde un punto de vista religioso, se sienten agobiados, cargados, y encuentran alivio en Jesús y su mensaje. Al final, este grupo aparecerá como la familia de Jesús, sus hermanos, sus hermanas y su madre. Sabios y sencillos (Mateo 11,25-30)
El pasaje de este domingo contiene una acción de gracias, una enseñanza y una invitación.
(442) 224-04-96.
semanariocomunionqro@gmail.com
Semanario Comunión Querétaro.
sem_com_qro
“El alma que esta enamorada de Dios es una alma gentil, humilde y paciente.” San Juan de la Cruz
ACCIÓN DE GRACIAS. Jesús ve que la gente se divide ante él, y las cataloga en dos grupos. El de los “sabios y entendidos”, que tienen una sabiduría humana, y por eso se escandalizan de Jesús o lo rechazan. Son especialmente los escribas, que dominan las Escrituras tras muchos años de estudio; también los fariseos, muy unidos a los escribas, que siguen sus enseñanzas y se consideran perfectos conocedores de la voluntad de Dios. Pero están también los “sabios y entendidos” desde un punto de vista humano, los que se consideran capacitados para criticar a Juan Bautista
y a Jesús, aunque no hayan estudiado teología. Por otra parte, está el grupo de la “gente sencilla”, sin prejuicios, a la que Dios puede revelarle algo nuevo porque no creen saberlo todo. Pescadores, un recaudador de impuestos, prostitutas, enfermos… Esta gente acepta que Jesús es el Mesías, aunque no imponga la religión a sangre y fuego; acepta que es el enviado de Dios, aunque coma, beba y trate con gente de mala fama; se deja interpelar por su palabra y enmienda su conducta. Esto, como la futura confesión de Pedro, es un don de Dios. La capacidad de ver lo bueno, lo positivo, lo que construye. Los sabios y entendidos se quedan en disquisiciones, matices, análisis, y terminan sin aceptar a Jesús. ENSEÑANZA. En pocas palabras tenemos un tratadito de cristología, centrado en lo que tiene Jesús y en lo que puede revelarnos. Lo que tiene, se lo ha dado el Padre. El mejor comentario se encuentra en el cuarto evangelio, donde se dice que el Padre ha dado a Jesús los dos poderes más grandes: el de juzgar y el de dar la vida. A estos dos poderes se añade aquí el de revelar al Padre. Estas personas sencillas, a través de Jesús, van a conocer a Dios como Padre, no como un ser omnipotente o un juez inexorable. Él se lo revelará, porque es el único que puede hacerlo. INVITACIÓN. Pero esta revelación del Padre no es algo abstracto, teórico. Es un respiro para los rendidos y abrumados por el yugo de las leyes y normas que les imponen las autoridades religiosas. Los rabinos hablaban del “yugo de la Ley”, al que los israelitas debían someterse con gusto y con deseo de agradar a Dios. Pero ese yugo se volvía a veces insoportable por la cantidad de mandatos y prohibiciones, y por la idea tan cruel de Dios que transmitían. En cambio, el yugo de Jesús pone a la persona por delante de la Ley, como lo demostrarán los dos relatos inmediatamente posteriores, centrados en la observancia del sábado. RESUMEN. Estos versículos contienen un dinamismo muy curioso: el Padre revela al Hijo, el Hijo revela al
Padre, pero el gran beneficiado es el hombre que acoge esa revelación; se ve libre de una imagen legalista, dura, agobiante, de Dios y de la religión. Su piedad, al hacerse más divina, se hace más humana. Un rey sencillo, pero de inmenso poder (Zacarías 9,9-10) El hecho de que Jesús se presente como «manso y humilde» trae a la memoria la promesa de un rey «modesto, montado en un asno», anunciado por el profeta Zacarías. Estamos, probablemente, a finales del siglo IV a.C., poco después de que Alejandro Magno haya pasado por Palestina camino de Egipto. A la imagen grandiosa del monarca macedonio, montado en su caballo Bucéfalo, contrapone el profeta la imagen de un rey de apariencia modesta, montado en un burro, pero de enorme poder, capaz de llevar a cabo lo que otros profetas habían atribuido al mismo Dios: sin necesidad de ejército (destruirá los carros de guerra de Efraín y la caballería de Jerusalén, romperá los arcos de los guerreros) instaurará la paz y dominará desde el Éufrates hasta el fin del mundo. Un rey excepcional, casi divino. Los evangelistas relacionarán este texto con la entrada de Jesús en Jerusalén. En el contexto de este domingo, pretende reforzar la imagen de un Jesús manso y humilde, que no instaura la paz en las naciones sino en los corazones. El salmo elegido para este domingo reúne bien las dos lecturas. Recoge la imagen del rey, pero no destaca su poderío militar ni su dominio universal, sino su clemencia, misericordia, piedad, bondad. «Es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas». Igual que Jesús, que alivia a cansados y agobiados, el rey prometido «sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan». Por eso, la reacción que debemos tener al escuchar las palabras del evangelio es la de bendecir al Señor Jesús día tras día, por siempre.
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El Papa Francisco dona 25 mil euros al Programa Mundial de Alimentos por el COVID-19 FUENTE: ACI Prensa Foto: Marina Testino / ACI Prensa
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l Papa Francisco hizo un donativo de 25 mil euros al Programa Mundial de Alimentos para mostrar su cercanía ante “la actual emergencia” por la pandemia de COVID-19 Según informó en un comunicado a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, “ante la creciente preocupación por la difusión del contagio del coronavirus COVID-19 a nivel global”, el Papa Francisco, a través de este Dicasterio y con la colaboración del Representante Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD) y el Programa Mundial de Alimentos, decidió enviar un donativo simbólico de 25 mil euros como muestra “de cercanía ante la actual emergencia en curso”.
En el comunicado también se subraya que esta suma “quiere ser una inmediata expresión del sentimiento de cercanía por parte del Santo Padre con las personas golpeadas por la pandemia y con quienes están empeñados con los servicios esenciales a favor de los pobres y de la personas más débiles y vulnerables de nuestra sociedad”. Destacó también que se trata de “un gesto de ánimo paterno hacia el trabajo humanitario de la organización y hacia otros países que, en este tiempo de crisis quisieron adherirse al apoyo para el desarrollo integral y la salud pública y para contrarrestar la inestabilidad social, la falta de seguridad alimentaria, la creciente desocupación, el colapso de los sistemas económicos de las naciones más vulnerables”.
Gigas, megas, teras...? Por: SEG del Valle
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eguramente has escuchado estos términos o has visto sus abreviaturas: Mb, Gb, Tb; en cuestiones de tecnología.
y veamos gráficamente cuál es más grande, te dejo esta tabla, en la que encontrarás sólo las unidades más comunes.
Estas son unidades de medida. Así como tenemos el kilogramo, el gramo y el miligramo en la cocina, en la tecnología tenemos el Terabyte (Tb), el Gigabyte (Gb), el Megabyte (Mb), etc.
Espero que con esto te queden un poco más claros estos conceptos.
Y al igual que cierta cantidad de gramos hacen un Kilo, cierta cantidad de Mb hacen un Gb.
https://www.youtube.com/watch?v=bVYDg3Qusbk
Para que quede un poco más claro
Si quieres saber más puedes revisar el siguiente video:
¡Que todo sea para la máxima gloria de Dios!
INTERNAUTA EVANGELIZADOR
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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LA CONFERENCIA DE MEDIOS CATÓLICOS PATROCINADA POR LA ASOCIACIÓN DE PRENSA CATÓLICA A los miembros de la Asociación de Prensa Católica.
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ste año, por primera vez en su historia, la Asociación de Prensa Católica organiza la Conferencia de Medios Católicos de manera virtual, a causa de la situación sanitaria actual. Ante todo, deseo expresar mi cercanía a quienes han sido afectados por el virus y a quienes, incluso a riesgo de sus vidas, han trabajado y siguen trabajando para asistir a nuestros hermanos y hermanas que lo necesitan. El tema que ustedes han elegido para la Conferencia de este año —Together While Apart, Juntos mientras estamos separados— expresa elocuentemente el sentido de unión que, paradójicamente, ha surgido de la experiencia de distanciamiento social impuesta por la pandemia. En mi mensaje del año pasado para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, reflexioné sobre cómo la comunicación nos permite ser, como dice San Pablo, “miembros unos de otros” (cfr. Ef 4,25), llamados a vivir en comunión dentro de una red de relaciones en continua expansión. A causa de la pandemia, todos hemos percibido más plenamente esta verdad. De hecho, la experiencia de estos meses pasados nos ha demostrado que la misión de los medios de comunicación es esencial para acercar a las personas, acortar las distancias, proveer la información necesaria y abrir las mentes y los corazones a la verdad. Fue precisamente esta constatación la que llevó a la creación de los primeros periódicos católicos en sus países,
además del constante apoyo que les prestaron los Pastores de la Iglesia. Lo vemos en el caso del Catholic Miscellany de Charleston, fundado en 1822 por el obispo John England, y que fue seguido de muchos otros periódicos y revistas. Hoy, como entonces, nuestras comunidades cuentan con los periódicos, la radio, la televisión y las redes sociales para compartir, comunicar, informar y unir. E pluribus unum, el ideal de unidad en medio de la diversidad reflejado en el lema de los Estados Unidos, también debe inspirar el servicio que ustedes ofrecen al bien común. Ello es urgentemente necesario hoy, en una era marcada por conflictos y polarizaciones a los que la propia comunidad católica no es inmune. Necesitamos medios de comunicación capaces de construir puentes, defender la vida y abatir los muros, visibles e invisibles, que impiden el diálogo sincero y la comunicación verdadera entre personas y comunidades. Necesitamos medios de comunicación que puedan ayudar a las personas, especialmente a los jóvenes, a distinguir el bien del mal; a desarrollar juicios sólidos basados en una presentación clara e imparcial de los hechos; y a comprender la importancia de trabajar por la justicia, la concordia social y el respeto a nuestra casa común. Necesitamos hombres y mujeres con sólidos valores que protejan la comunicación de todo lo que puede distorsionarla o desviarla hacia otros propósitos.
Les pido, por tanto, que permanezcan unidos y sean signo de unidad también entre ustedes. Los medios de comunicación pueden ser grandes o pequeños, pero en la Iglesia estas no son categorías importantes. En la Iglesia, todos hemos sido bautizados en un único Espíritu y hechos miembros de un solo cuerpo (cfr. 1 Cor 12:13). Como en todo cuerpo, a menudo son los miembros más pequeños los que, al final, son los más necesarios. Lo mismo sucede en el cuerpo de Cristo. Cada uno de nosotros, dondequiera que nos encontremos, está llamado a contribuir, mediante la profesión de la verdad en el amor, al crecimiento de la Iglesia hasta su plena madurez en Cristo (cfr. Ef 4:15). La comunicación, lo sabemos, no es meramente una cuestión de competencia profesional. Un verdadero comunicador se dedica completamente al bien de los demás en todos los niveles, desde la vida de cada persona a la vida de toda la familia humana. No podemos comunicar verdaderamente si no nos involucramos personalmente, si no podemos testimoniar personalmente la verdad del mensaje que transmitimos. Toda comunicación tiene su fuente última en la vida de Dios Uno y Trino, que comparte con nosotros las riquezas de su vida divina y, a su vez, nos pide que, unidos en el servicio a su Verdad, comuniquemos ese tesoro a los demás. Queridos amigos, invoco cordialmente sobre ustedes y sobre los trabajos de su Conferencia la efusión de los dones del Espíritu Santo de sabiduría, entendimiento y consejo. Solamente la mirada del Espíritu nos
permite no cerrar los ojos ante los que sufren y buscar el verdadero bien para todos. Solamente con esa mirada podemos trabajar eficazmente para superar las enfermedades del racismo, la injusticia y la indiferencia, que desfiguran el rostro de nuestra común familia. Que, través de su dedicación y su trabajo diario, puedan ustedes ayudar a los demás a contemplar las situaciones y las personas con los ojos del Espíritu. Que cuando nuestro mundo hable apresuradamente con adjetivos y adverbios, los comunicadores cristianos hablen con sustantivos que reconozcan y presenten la silenciosa reivindicación de la verdad y promuevan la dignidad humana. Que donde el mundo ve conflictos y divisiones, puedan ustedes mirar a los pobres y a quienes sufren, y dar voz a las súplicas de nuestros hermanos y hermanas necesitados de misericordia y comprensión. La Iglesia celebró ayer la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo. Que el espíritu de comunión con el obispo de Roma, que ha sido siempre un sello distintivo de la prensa católica de sus países, los mantenga a todos ustedes unidos en la fe y firmes ante las efímeras modas culturales que carecen de la fragancia de la verdad evangélica. Sigamos rezando juntos por la reconciliación y la paz en nuestro mundo. Les aseguro mi apoyo y mis oraciones por ustedes y sus familias. Y les pido, por favor, que me recuerden en sus oraciones. Vaticano, 30 de junio de 2020
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ANTE LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE + Felipe Arizmendi Esquivel - Obispo Emérito de SCLC Fuente: cem.org.mx Entrada 1 de julio de 2020.
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nadie nos gusta enfermarnos y siempre nos preocupan los parientes, amigos o conocidos que se enferman. Menos nos gusta la muerte. Siempre la tememos y hacemos hasta lo imposible para que no nos llegue. Sin embargo, la enfermedad y la muerte son realidades que, tarde o temprano, de una forma u otra, son parte de nuestra historia. Por la pandemia del COVID-19, siguen aumentando los enfermos y las
PENSAR NSAR El Concilio Vaticano II, realizado de 1962 a 1965, en su Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et Spes, dice: “El máximo enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución progresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con instinto certero cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo. La semilla de eternidad que en sí lleva, por ser irreductible a la sola materia, se levanta contra la muerte. Todos los esfuerzos de la técnica moderna, por muy útiles que sean, no pueden calmar esta ansiedad del hombre: la prórroga de la longevidad que hoy proporciona la biología no puede satisfacer ese deseo del más allá que surge ineluctablemente del corazón humano. Mientras toda imaginación fracasa ante la muerte, la Iglesia, aleccionada por la Revelación divina, afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz situado más allá de las fronteras de la miseria terrestre. La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la historia a consecuencia del pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre en la salvación perdida por el pecado. Dios ha llamado y llama al
ACTUAR CTUAR Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a enfrentar las enfermedades y la muerte como nos enseña la Palabra de Dios: con fe y confianza en El, pero también con responsabilidad personal y con solidaridad hacia los demás.
defunciones, pues muchos no toman en serio el peligro y no atienden las normas que las autoridades sanitarias nos indican. ¡Hay tantos imprudentes e irresponsables! Además, los grupos de delincuentes no descansan en su ambición de dinero y de poder, y causan destrucción y muerte por todas partes. Han crecido sin familia y sin Dios, o perdieron ya sus raíces religiosas. ¿Cuál es la actitud cristiana ante la enfermedad y la muerte?
hombre a adherirse a El con la total plenitud de su ser en la perpetua comunión de la incorruptible vida divina. Ha sido Cristo resucitado el que ha ganado esta victoria para el hombre, liberándolo de la muerte con su propia muerte. Para todo hombre que reflexione, la fe, apoyada en sólidos argumentos, responde satisfactoriamente al interrogante angustioso sobre el destino futuro del hombre y al mismo tiempo ofrece la posibilidad de una comunión con nuestros mismos queridos hermanos arrebatados por la muerte, dándonos la esperanza de que poseen ya en Dios la vida verdadera” (No. 18). “¡Esta es nuestra fe! ¡Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar, en Jesucristo nuestro Señor!”, como dice una aclamación de la liturgia. En efecto, nuestra fe nos ayuda a enfrentar con mayor madurez la enfermedad y la muerte. Ante la enfermedad, hay que cuidarnos en la medida de lo posible; acudir al médico y tomar la medicina oportuna, homeópata o alópata. Pero también orar confiada e insistentemente a nuestro Padre Dios, con la mediación de Jesucristo, apoyados por la fuerza del Espíritu Santo y la intercesión de la Virgen María y de los Santos, para que, si es su voluntad, nos conceda la salud. Hay que decirle: “Señor, si quieres, puedes curarme” (Mt 8,2). O también: “Señor, mi ser-
vidor está acostado en casa con parálisis y terribles sufrimientos” (Mt 8,6); o con la versión de Juan: “Señor, baja antes de que se muera mi niño” (Jn 4,49). O “Hijo de David, ten piedad de nosotros” (Mt 9,27). Y tantas otras plegarias que salgan de nuestro corazón, con fe y confianza, como hizo aquella mujer enferma que, con sólo tocar el manto de Jesús, quedó curada (cf Lc 8,43-44; Mc 6,56), siempre dispuestos a aceptar la voluntad de Dios, como nos enseñó Jesús: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mt 6,10). Pero también ofrecer nuestros dolores por la salvación de los demás, como dice San Pablo: “Ahora me alegro de mis padecimientos por ustedes, pues así voy completando lo que falta a los sufrimientos de Cristo en mi cuerpo por el bien de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1,24). Así, unidos a Cristo, colaboramos con El en la redención de la humanidad. Ante el temor y la angustia por la muerte, propia o de nuestros seres queridos, hay que orar como Jesús en el Huerto de los Olivos: “¡Padre, si quieres, aparta de mí esta copa amarga, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya!” (Lc 22,42). Y ponernos en sus brazos misericordiosos, como decía Jesús al expirar: “¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu!” (Lc 23,46). Saber llorar, sin vergüenza, como Jesús ante la muerte de su amigo Lázaro (cf Jn 11,35). Pero siempre fiados en su promesa: “Yo soy la
resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, jamás morirá” (Jn 11,25-26). “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él” (Jn 6,54-56). Se necesita mucha madurez, sobre todo cuando se tienen responsabilidades pendientes, para poder decir como Pablo: “Porque Cristo es para mí la razón de vivir, morir es una ganancia. Pero si seguir viviendo en este mundo me significa un trabajo fecundo, entonces no sabría qué elegir. Me siento atraído por ambas cosas: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que sin duda es mucho mejor, y, por otro, quiero quedarme en este mundo, ya que sería más necesario para ustedes” (Filip 1,21-24). Ojalá pudiéramos decir igualmente como el Apóstol: “El momento de mi partida es inminente. He peleado el buen combate, he concluido la carrera, he conservado la fe. Sólo me queda recibir la corona de los justos que el Señor, el justo juez, me concederá en el día final, y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su manifestación” (2 Tim 4,6-8). Esta es una gracia que no merecemos, pero que podemos pedir, cuando prevemos nuestro fin en este mundo.
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Página 6 Seminario Conciliar de Ntra. Sra. de Guadalupe Santiago de Querétaro, Qro., a 26 de junio de 2020
PROMOCION VOCACIONAL 2020 "Pero en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan, y que repitan siempre: ¡Dios es grande! los que desean tu salvación" (Sal. 40, 17) A todos los Sacerdotes, laicos y jóvenes que tienen la inquietud de responder al llamado que sienten de Dios, cada año se organizan las convivencias vocacionales en el mes de julio para empezar con el proceso formativo, pero ante la realidad que vivimos por esta pandemia de COVID-19, nos ha llevado a replantear el modo de
recibir a los candidatos al seminario, por lo que les informamos lo siguiente: a) Del 13 al 18 de julio se realiza una Semana Vocacional On Line, que será transmitida en las páginas de Facebook: Seminario Conciliar de Querétaro; Pagina: QroPastoralvocacional Querétaro y Diócesis de Querétaro. Esta tendrá la finalidad de promover el Seminario en sus diferentes etapas. El horario de transmisiones será a las 19 hrs; previamente se harán spots y testimonios vocacionales sacerdotales. Invitamos a los Agentes de la Pastoral de la comunicación de las Parroquias y Comisiones de la Diócesis a compartir nuestras transmisiones para tener más alcance y hacer más eficaz la Promoción Vocacional. b) Para los que terminan 6° de primaria o están en algún grado de secundaria o preparatoria y desean formar parte de la experiencia de los SEMINARISTAS EN FAMILIA que se reúnen los fines de semana (viernes, sábado y domingo) en los diferentes Centros Vocacionales (Centro en el Seminario Conciliar, Hércules, Qro., Centro de Cieneguilla, Parroquia de Santo Tomas Apóstol, Tierra Blanca, Gto, Centro de Santa Anita, Parroquia de los Siete Dolores de María Santísima, El Capulín, Gto., Centro de San Miguel Galindo, en el Curso propedéutico, SJR, Qro., Cen-
tro en la Parroquia de San Juan Pablo 11, Cerro Gordo, SJR, Qro. y Centro de San. Gaspar, Cadereyta, Qro.) para ello es necesario que se comuniquen con el Pbro. Miguel Antonio Casas Aguilar Promotor Vocacional al Cel. 442 370 5800, o a los teléfonos del Seminario 223 2077; 223 1249; 223 4606. Contactar vía Facebook: Seminario Conciliar de Querétaro. c) Para los que terminan 6° de Primaria en la Sierra de Querétaro y desean entrar al Seminario Menor extensión Concá (Secundaria) modalidad internado es necesario que se comuniquen con el Padre Víctor Efraín Urbina Bárcenas al Cel. 442 423 1930, o al Tel. (487) 877 4015. Se les pide estar atentos a los spots que se transmitirán por radio en toda la zona serrana. d) Para los que tienen la inquietud de entrar al Seminario Menor (Preparatoria) modalidad Internado y que
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estudian con los Hermanos Maristas, también se deben de comunicar lo antes posible con el Pbro. Miguel Antonio Casas Aguilar Promotor Vocacional al Cel. 442 370 5800, o a los teléfonos del Seminario 223 2077; 223 1249; 223 4606, para tomarlos en cuenta. Somos conscientes de que Dios sigue llamando a los que Él quiere, pero es trabajo del presbiterio y fieles laicos ayudar a descubrir y animar a los jóvenes a dar su respuesta mediante la oración, la invitación directa o la motivación, recordemos que todos somos promotores vocacionales. Que el amor de Ntra. Sra. De los Dolores de Soriano custodie las vocaciones sacerdotales. Pbro. Lic. Alejandro Gutiérrez Buenrostro Rector
CLAUSURA EN EL SEMINARIO CONCILIAR DE QUERÉTARO DE LA ETAPA «SEMINARIO MENOR». Querétaro, Qro. a 28 de junio de 2020. Fuente: SCQmedios.
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on Alegría y gozo, este Domingo 28 Junio 2020 Celebramos la Clausura de la etapa «Seminario Menor» en la que dieron gracias ocho compañeros que culminaron esta etapa y ahora se disponen a su nueva etapa. La Santa Eucaristía fue presidida por el Pbro. Alejandro Gutierrez Buenrostro, rector de nuestra Institución, en compañía de algunos padres formadores #Oremos_por_las_Vocaciones
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n aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Palabra del Señor
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5 de julio de 2020 Mt 11, 25-30
14° DOMINGO ORDINARIO CICLO A Pbro. José Luis Salinas Ledesma
REPASAR EL TEXTO LEÍDO ¿Qué
dijo Jesús en su oración al Padre? v.25 ¿Cuál ha sido la voluntad del Padre? v.26 ¿Qué entregó el Padre a Jesús? v.27a ¿Quién conoce al Padre y quién conoce al Hijo? v.27b ¿A quiénes llama Jesús para darles descanso? v.28 ¿Qué invitación hace Jesús y para qué? v.29 ¿Cómo es el yugo de Jesús y su carga? v.30
EXPLICACIÓN DEL TEXTO Después de que Jesús condena a las ciudades de Galilea (Corazaín, Betsaida, Cafarnaúm) por haber escuchado su proclamación y no se conmovieron, ni se convirtieron, pone en contraste a los pequeños, refiriéndose a los discípulos, con los sabios y prudentes, que son los judíos. Especialmente critica a los jefes espirituales refiriéndose a los escribas y fariseos. Así le ha parecido bien al Padre del cielo, así lo ha deseado, por eso Jesús le da gracias. Jesús no ha sido comprendido por los sabios y prudentes; su mensaje ha sido captado únicamente por unos cuantos discípulos procedentes de las clases campesinas y obreras, pero eso también es obra de Dios Padre. El mensaje de Jesús no puede captarse por vía del entendimiento y sabiduría como obra únicamente humana, sino que se da a conocer por una revelación de Dios. Jesús ha proclamado el reino, y en esto consiste la revelación, en recibir el anuncio del reino. Pero solamente los sencillos han aceptado el conocimiento que el Padre ofrece a todos los que lo buscan. La sabiduría y los conocimientos de los judíos, que consistían en comprender la Ley de Moisés, se convierten en un verdadero obstáculo para entender el mensaje de Jesús. Cuanto más conocían la Ley, más difícil resultaba aceptar que la revelación del Mesías habría de suplantar la Ley de Moisés. Jesús enseñó que, en el amor a Dios, al prójimo y a uno mismo, se resume toda la Ley y los Profetas.
Jesús dice que todo le ha sido entregado por el Padre, todo lo que se refiere a la revelación. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, por eso únicamente por revelación del Padre se puede conocer la verdadera identidad del Hijo. Y sólo el Hijo puede revelar al Padre, esto contradice a los judíos que pensaban que tenían el conocimiento completo de Dios en la Ley y los Profetas. Jesús tiene con el Padre unas relaciones que no pueden compartir los demás hombres. Los que sufren y están oprimidos, son los que se encuentran bajo el yugo de la Ley. Son los pobres a los que se les proclama la buena noticia. Jesús los invita porque él mismo es uno de ellos. El yugo y la carga de Jesús son la sumisión al reino de Dios, que no impone ninguna carga a los que lo aceptan, sino que más bien les facilita el trabajo de llevar las cargas que ya tienen. La revelación del Padre no impone nuevas obligaciones, es más bien un conocimiento del Padre que alivia las cargas y las pesadumbres y hace más fácil vivir bajo su voluntad.
MEDITACIÓN DEL TEXTO (Cada uno comparte su reflexión) Jesús es el Hijo Primogénito amado del Padre, el único que es capaz de
revelarnos quién es Dios y cuál es su plan de salvación. Él es quien lleva a su plenitud la revelación con sus palabras y con sus obras. Desafortunadamente son muchos los que no han entendido esta revelación de Dios porque la reciben solamente con la cabeza, pero no con el corazón. Jesús ha sido enviado para hacernos tomar conciencia de nuestra identidad comunitaria: ¿Qué somos? “somos un pueblo consagrado al Señor; él nos ha elegido para que seamos pueblo suyo”. ¿Por qué nos eligió? La elección de Dios no se basa en la grandeza de las personas, ni en su poder, ni en su saber, sino en el amor gratuito de Dios y en su fidelidad a la alianza prometida a nuestros padres. Así, la elección no es fruto de una conquista humana, sino que es pura gracia de Dios. Éste es el mensaje central del evangelio. La elección de amor de parte de Dios se manifiesta en una experiencia histórica de liberación: “Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él”; no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que “él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados”. Y San Pablo dirá: “La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo
nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rom 5,8). Hoy hacemos nuestras las palabras de Jesús en el Evangelio y unidos a él decimos: “¡Te alabamos, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien”. Como discípulos de Jesús nos debe caracterizar la sencillez de vida, ella nos capacitará para discernir la voluntad de Dios, nos llevará a la confianza y a la cercanía con el Padre Dios, también a la confianza y a la cercanía con la comunidad. No imitemos a los que se creen sabios y entendidos de los que habla el Evangelio: los maestros de la ley y los fariseos, quienes conociendo la ley no la cumplían, sino que la aplicaban y la convertían en una carga insoportable para los demás. Tomemos el yugo de Jesús, que es la Palabra de Dios que se vive en obediencia filial y no como por obligación. El yugo de Jesús es la ley del amor que es liberadora y dadora de vida. El yugo ligero se obtiene mediante la humildad, que nos permite reconocer nuestras debilidades y comprender que Dios nos acoge, ayuda y protege para vivir en su amor y compartirlo con los demás. Las dificultades por la enfermedad y la muerte en este tiempo de pandemia mundial, vistas desde la fe y la esperanza cristiana adquieren sentido de Dios, de lo contrario serán una carga insoportable por el miedo y la angustia. Jesús camina de nuestro lado, nuestra vida está en sus manos, escuchemos las palabras consoladoras: “Vengan a mi todos los que están fatigados y agobiados por la carga”, con él, nuestra vida se vivirá diferente.
COMPROMISO PERSONAL Y COMUNITARIO Leer la Palabra de Dios invocando al Espíritu Santo, para disponer el corazón a la escucha de la voluntad de Dios. Orar, agradeciendo a Dios que nos ha revelado por Jesucristo el misterio de la salvación que estaba oculto a la humanidad. Cultivar la virtud de la humildad que nos dispone a la escucha no solamente de Dios, sino también, de los que viven a nuestro alrededor. No aplicar el mensaje de la Palabra a los demás, sino aplicarlo a la propia vida. Identificar cuáles son los yugos que oprimen a los hombres de nuestro tiempo y trabajar juntos para liberarlos.
TERMINAR ORANDO EL PADRE NUESTRO
La Comunicación hace la Comunión
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Educar en la Paciencia en tiempos de impacientes
Y
a hemos hablado en algunas otras ocasiones de que nos ha tocado vivir un cambio de época y de que las generaciones actuales son cada vez más diferentes a nosotros.
Hoy les quiero compartir una inquietud que tengo: por la contingencia que vivimos se ha acentuado la impaciencia de mis hijos. En este tiempo en que sólo podemos esperar, ya que nada es seguro, pues no sabemos cuándo va a terminar todo esto, hasta cuándo vamos a poder salir a la calle con seguridad, hasta cuándo podrán regresar a las clases normales, etc. Por eso hoy te quiero compartir mis 5 Tips para educar a nuestros hijos en la Paciencia.
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No les des todo lo que te pidan.
Cuando nuestros hijos nos piden algo, en ocasiones dejamos todo para ir corriendo a darles lo que ellos piden. Esto está mal, porque además de que estamos educando a nuestros hijos como tiranos, los estamos acostumbrando a que debemos dejar todo para atenderlos. Es necesario que sepan esperar un poco, controlar sus impulsos y hacerlo con una buena actitud. Aunque tengamos la posibilidad de darles a la primera lo que nos están pidiendo, es sano hacerlos esperar un poco o darles solo lo necesario y que los lujos se los ganen con su buena actitud, su cooperación o ayudando al bienestar familiar.
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Acostúmbralos a que esperen su turno.
Es necesario que nos armemos de valor para que podamos aguantar reclamos, berrinches y pataletas de nuestros hijos pequeños, y de los no tan pequeños también; ya que deben darse cuenta que no siempre lo que ellos quieren se puede hacer en el preciso momento que ellos quieren. Es necesario que sepan esperar a que les toque, que sepan esperar hasta que sea hora de realizar una actividad, que sepan esperar hasta que sea tiempo de que salga la película o el juguete que tanto quieren. Saber esperar es algo de gran importancia para toda la vida ya que muy pocas veces las cosas pasan como las imaginamos o en el tiempo que teníamos planeado. Debemos hacerles que sepan esperar, pero debe ser poco a poco y siempre de acuerdo a su edad y maduración. Podemos empezar a educarlos en esta virtud haciendo que esperen su turno en el juego, haciendo que esperen unos minutos para comerse el dulce que quieren, que esperen unos minutos para ver el programa que les gusta, etc. Todo es un proceso y debemos estar dispuestos a pasarlo con la mejor actitud. Recordemos que el ejemplo es mucho más educativo que las palabras.
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Que aprendan a ganarse las cosas.
La sociedad actual nos ha metido la idea de que no podemos regañar o contradecir a nuestros hijos porque se trauman y no se desarrollan bien; pero esto es irreal, ya que es necesario ir educando y corrigiendo a nuestros hijos para que actúen conforme a la moral y las buenas costumbres. Y eso implica que sepan contener sus impulsos y fortalecer su voluntad. En muchas ocasiones es casi imposible que tengan todo lo que quieren en el momento que desean, es por eso que debemos educarlos para saber esperar. Otra forma de educar la paciencia es hacer que se ganen las cosas que son como “lujos”, es decir, que no son indispensables para la vida cotidiana y que implican un esfuerzo extra, tanto para ellos como para nosotros dárselos. Podemos decirles que vamos a conquistar cada cosa o permiso que quieren tener y pedirles que hagan méritos, que ganen puntos o que ofrezcan su espera para conseguir un bien mayor. Al darle este sentido más trascedente a la espera, nuestros hijos verán una oportunidad cada vez que tengan que esperar.
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COMUNIÓN
Por: Silvia del Valle @SilviaMdelValle @smflorycanto
Que sepan compartir lo que tienen.
Otra forma de fomentar la paciencia es que sepan compartir, ya que en muchas ocasiones el compartir implica dejar el yo para ir al nosotros y eso les puede generar ansiedad y poner irritables. Educar a nuestros hijos para que puedan convivir y compartir con los demás, les ayuda a fortalecer la voluntad y a ser más tolerantes, no por obligación sino por convencimiento.
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Que no te de miedo decir no.
Al final de cuentas, mientras nuestros hijos sean pequeños ellos son nuestra responsabilidad y debemos ser valientes para saber decir no. En muchas ocasiones es necesario decir no a un permiso, decir no a comprarles el dulce que tanto quieren, decir no a acudir a alguna actividad, etc en aras de un bien mayor como puede ser su salud o el bienestar familiar. Ellos, al principio pueden hacer berrinche o ponerse tercos, pero deben aprender a ser pacientes y comprensivos y aceptar lo que mamá y papá creen que es mejor para ellos. En caso de que siga pensando que debe tener lo que pide, puede buscar darnos una justificación convincente de por qué debe ser así. Cada vez que los obligamos a justificar lo que nos pide lo estamos ayudando a pensar y a tener claras sus ideas y eso también es muy educativo. Al final de cuentas la paciencia es una virtud que debemos cultivar en todos, chicos y grandes; y durante toda la vida por lo que es genial si podemos comenzar desde pequeños, así cuando nuestros hijos sean adolescentes, estarán entrenados para pasar de mejor manera la tormenta de hormonas que les espera.
Recuerda, el ejemplo educa mucho más que las palabras. Seamos pacientes con nuestros hijos. https://www.facebook.com/Silvia-Del-Valle-112948550082950/