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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
N
23 de agosto de 2020
Inseguros en el lugar
No. 1174 Año 23
más seguro
E
l que debería ser el lugar más seguro del mundo se ha convertido en el sitio donde más muertes suceden: el vientre materno.
Corría el año 2007 cuando la Ciudad de México se convirtió en el único estado del país en permitir la interrupción legal del embarazo antes de que se cumplan 12 semanas de gestación, sin importar la causa o motivo de las mujeres para recurrir a él. Hasta mediados del año pasado, según datos de la Secretaría de Salud, ya habían superado los 200 mil los abortos practicados. Usted puede consultar las cifras con estadísticas más pormenorizadas y actuales que recrean esta terrible realidad entre nosotros. A principios del 2019, el gobernador de Nueva York firmaba la ley que permite el aborto hasta el momento anterior al nacimiento. Acciones que parecen aisladas, pero no lo son, nos colocan en una pendiente resbaladiza que siempre lleva a cometer crímenes cada vez más atroces. Brincar la línea que separa el antes y después del parto ya no se antoja tan difícil. Los niños nacidos con graves anomalías pueden ser asesinados, según la propuesta hecha el año pasado del gobernador de Virginia, Ralph Northam, después, claro está, de una conversación entre la madre y los médicos. El infanticidio es una propuesta que se asoma descaradamente en este reto de defender la vida puesto que empieza como un argumento compasivo aplicable a situaciones extremas, pero que, si lo dejamos, tomará derecho de ciudadanía en nuestro mundo por encima del derecho universal y divino a la vida. Una escalada que nos ha llevado desde el planteamiento de la supervivencia en el seno materno, ha pasado por la posibilidad de suspender la vida en las primeras semanas de embarazo, avanza hacia el “aborto tardío” y deja el resquicio para el infanticidio. La sociedad entera está comprometida, cada uno de sus miembros, cada individuo como persona humana tiene el deber de construir el ambiente para que la vida florezca y se viva con dignidad. Todo esto desde una conciencia y sexualidad responsable que tutele la vida desde el instante mismo de la concepción.