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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
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22 de noviembre de 2020 No. 1187 Año 23
Felicidades, queridos catequistas E l catequista sonrió satisfecho, las tardes calurosas del verano habían dado su fruto y los niños se encontraban preparados para celebrar la primera comunión. Faltaba el examen que cada año realizaba el párroco para corroborar que habían aprendido doctrina cristiana y las oraciones necesarias, preparar a papás y padrinos con un retiro espiritual para que entraran en el ambiente de esta fiesta, completar la documentación de algunos candidatos que no “encontraban” su fe de bautismo, además de organizar las confesiones con un buen examen de conciencia. Otro grupo de pequeños que estaban listos para su encuentro con Jesús eucaristía, qué dicha el haber sido artífice para este momento. La Catequesis es una de las formas de servicio a la Palabra de Dios y se inscribe dentro del Ministerio Profético. Es una acción eclesial destinada a los miembros de la comunidad cristiana que han recibido el kerigma o primer anuncio de fe. “Ser catequista es responder a un llamado. Es Dios quien toca al corazón de la persona y le pide que hable en su Nombre. Es una vocación de vida,
una misión, un reto que implica una enorme responsabilidad de hablar de LA VERDAD y con la verdad. Y aún más importante, VIVIR EN LA VERDAD. Es decir, con congruencia, sin hipocresías. Ser catequista es una invitación personal de Dios a la cual hay que responder con amor y prontitud”. (Publicado el 10/09/17 por Luz Ivonne Ream en Aleteia) Este domingo 22 celebramos en nuestra diócesis a los catequistas recordando que los hay de diversos niveles y no solo de primera comunión, desde los que se ocupan de la más tierna infancia hasta los que anuncian el kerigma en los retiros pasando por los presacramentales y que preparan, por ejemplo, a los papás y padrinos del bautismo, a los adolescentes y jóvenes para su confirmación o a las parejas enamoradas que celebrarán su matrimonio. Con cariño, mucho cariño, y con agradecimiento, infinito, por la labor tan delicada y preciosa que realizan, porque con sus enseñanzas y ejemplos nos abren ventanas a la eternidad… felicidades, queridos
catequistas.