C
OMUNIÓ
Y
Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
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6 de diciembre de 2020 No. 1189 Año 23
La espera con dolor
a se fue el padre José este lunes pasado, lo vamos a extrañar. El hombre de “la paz”, como acostumbraba saludar, adorador profundamente enamorado y devoto de la Eucaristía, encargado del templo expiatorio de Carmelitas, en el centro de la ciudad, sacerdote de muchas, pero muchas, horas de confesión.
Ya se fue el padre Juan Manuel Granados este martes pasado, el joven sacerdote que nació en 1984 y fue ordenado en el 2012. Prestaba sus servicios en la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano. Estamos tristes, pero al mismo tiempo con la mirada expectante porque aquí es donde la esperanza se vuelve más cristiana. Mientras que María ve su vientre creciendo, no se cruza de brazos, se pone a tejer chambritas; mientras que José espera su momento de “ser la sombra del Altísimo” fabrica en su taller la cuna… porque de eso se trata el adviento, mientras esperamos la Navidad, vamos construyendo el encuentro con el pesebre y su hermoso don para nosotros y la humanidad entera. La partida de un sacerdote ya mayor y uno muy joven nos hace pensar que podemos irnos cualquiera de nosotros. Ellos estaban en lo suyo, trabajando en la viña. ¿Quién sigue en este tránsito de eternidad? Que el Señor nos encuentre con la actitud del adviento, velando en oración y laborando en lo que se nos ha encomendado. Este adviento se abre como una gran área de oportunidad. Dios viene a “poner su tienda entre nosotros”, viene a experimentar con nosotros el frío decembrino y el dolor de los que se van. Él mismo ha experimentado la cruenta muerte de cruz, pero también ha resucitado para hacernos entender que la muerte no tiene la última palabra sino la vida. Es entonces cuando vamos intuyendo que el adviento, este adviento, es una preparación para la Navidad que es al mismo tiempo el inicio concreto de nuestra redención.