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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
María
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en la “economía” de la salvación
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ntramos al mes de mayo y queremos aprovechar este mes para aumentar nuestro amor y devoción a la Virgen María esperando, como siempre sucede, que las prácticas piadosas nos alcancen muchas bendiciones, exactamente aquellas que son necesarias para nuestra salvación.
El término “economía” se refiere a la administración de la casa, pero se aplica por extensión al cuidado, provisión o disposiciones para diversas instancias como, en nuestro caso, la salvación. Tiene sus orígenes en san Pablo cuando nos habla del plan establecido por Dios para llevar a todos los hombres a la salvación al final de los tiempos, rescatándolos de la esclavitud del pecado. (Rom 16,25-26; 1 Co 2,7-10). Un plan misterioso mantenido oculto por los siglos, pero revelado en la persona de Nuestro Señor Jesucristo. En la doctrina de la Iglesia, la virgen ocupa un lugar excepcional en la economía de la salvación, es la mujer asociada al Verbo Encarnado, Madre de Jesucristo, y Madre espiritual de los hombres. La teología es el estudio o tratado sobre Dios y nace cuando el hombre no se conforma con el entendimiento y la aceptación sino que desea profundizar en las verdades sobrenaturales. “Es una fe que busca entender”. (Anselmo de Canterbury). Si la teología trata de Dios y su mensaje de salvación, entonces por qué ocuparnos de la virgen María? Precisamente por su papel positivo en la obra de salvación que radica en su maternidad divina. Ocupa un lugar preponderante, pero siempre teniendo a Cristo como Centro, Mediador y Redentor. Por su misión activa y singular en la obra de la redención se justifica el culto y la devoción que la iglesia profesa. El protestantismo, por su parte, sostiene que Cristo es el único Mediador y Redentor, excluyendo cualquier otra mediación, además de negar la libertad del hombre para contribuir con Dios a la salvación dejando que se salve “solo por la fe”. No admiten, por tanto, el papel libre y activo que desempeñó María en la obra de su hijo y, en consecuencia, tampoco la validez de un culto y devoción a Ella. Para Lutero el hombre está corrompido en su naturaleza y libertad y sólo espera que Dios “no le impute” (no le tome en cuenta) sus pecados y aun siendo pecador se pueda salvar. Pero Jesús es verdadero redentor y su bautismo es capaz de regenerar al hombre caído y María (aun siendo criatura), es capaz de influenciar, a favor del hombre, la obra de la redención. Madre del Redentor, puerta del cielo, salud de los enfermos, refugio de pecadores, consuelo de los afligidos…
Ruega por nosotros.
2 de mayo de 2021 No. 1210 Año 24