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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
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9 de mayo de 2021 No. 1211 Año 24
La Virgen
Madre
L
a Virgen María es verdadera madre porque contribuyó a la formación de la naturaleza humana de Cristo como las madres contribuyen a la formación del fruto de sus entrañas. Luego entonces, María es verdadera madre si Jesús es verdadero hombre. Ella es Madre de Dios porque concibió y dio a luz a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo, aunque no en cuanto a la naturaleza divina, sino en cuanto a la naturaleza humana que había asumido. De esta manera, el Concilio de Éfeso, en el 431, define solemnemente que Jesús es verdadero Dios y la Santísima Virgen es Madre de Dios. Pero también es madre nuestra, el 21 de noviembre de 1964, Pablo VI anunciaba “… para gloria de la Virgen y consuelo nuestro,
proclamamos a María Santísima Madre de la iglesia, es decir, Madre de todo el pueblo de Dios…” La Virgen María es prototipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo. Es modelo porque vivió esas virtudes con ejemplaridad suprema. En particular las mujeres, al mirar a María, encuentran en ella el secreto para vivir dignamente su femineidad y para llevar a cabo su verdadera promoción. La Virgen María es nuestra Madre por voluntad expresa del Señor pues Él nos la entregó, cuando estaba en la cruz (Jn. 19,2627). Se trata de una maternidad adoptiva. María es Madre de cada hombre: de los infieles porque está destinada a engendrar-
los a la vida de la gracia; de los fieles por su intercesión y protección; de los fieles en pecado porque les obtiene las gracias necesarias para su reconciliación. Estos pensamientos están tomados de unos antiguos apuntes personales de la clase de Mariología, son muy oportunos porque estamos en mayo, mes de María, pero además porque celebramos el día de la Madre en nuestro país. Que nuestras madres mexicanas sigan siendo antenas de gracia para cada familia. Y como dice el canto de los años párvulos:
“Cómo quisiera que en fervor y alegría fuesen las madres María y los padres san José y los hijos imitasen a Jesús de Nazaret”.