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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
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26 de septiembre de 2021 No. 1231 Año 24
La objeción de la conciencia o la tutela de la vida desde el vientre materno
L
a noticia que hemos leído esta semana dice que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) eliminó la objeción de conciencia de la Ley General de Salud (del año 2014) porque el Congreso de la Unión no estableció parámetros claros para ejercer este derecho y garantizar que no se pongan en riesgo los derechos de otras personas, principalmente el de la salud. Y, ¿dónde queda el derecho a la salud del niño en el vientre materno? ¿Dónde queda el derecho a ejercer la libertad religiosa? Pero ¿Qué es la objeción de conciencia? Recordando las clases de hace muchos años, se decía que debía existir esta figura para que, por ejemplo, el joven que no aceptaba ir a la guerra para matar a otras personas pudiera negarse al servicio militar activo en un conflicto bélico. Para el caso que nos ocupa, el personal de salud puede negarse a parti-
cipar en el procedimiento de un aborto por razones ideológicas, como el juramento hipocrático que reza: “No administraré a nadie un fármaco mortal, aunque me lo pida, ni tomaré la iniciativa de una sugerencia de este tipo. Asimismo, no recetaré a una mujer un pasivo abortivo; por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura”. También la objeción de la conciencia hunde sus raíces en la práctica religiosa. El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1776, dice: “En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal [...]. El hombre tiene una ley inscrita por Dios en su corazón [...]. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el
que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella”. El Catecismo de la Iglesia Católica, libro de cabecera después de la Biblia, se divide en cuatro partes: lo que creemos, lo que celebramos, lo que vivimos y lo que oramos. Es en la tercera parte, la vida en Cristo, en la primera sección titulada “La vocación del hombre: la vida en el Espíritu”, en el artículo 6 es donde se desarrolla la Conciencia Moral en los tópicos de el dictamen de la conciencia, su formación y la decisión, así como el juicio erróneo. Habrá que desempolvar el catecismo que habla de la ley divina, sagrada e inviolable, porque al momento que escribimos lo presente, La SCJN retoma el tema de dicha objeción “para corregir la ley”.