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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro La Comunicación, hace la Comunión
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24 de abril de 2022
No. 1261 /Año 25
La Divina Misericordia inutiliza el poder de Satanás
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ivimos en un mundo donde luchan el poder de Dios que es vida, amor y luz contra el poder de Satanás que es el jefe de los ángeles caídos y cuyo poder es muerte, odio, vicios y tinieblas. Así lo afirmaba el padre Juan Manuel, de feliz memoria, en su libro de “temas para grupos de la Divina Misericordia” y, continuaba, aunque este poder ya ha sido vencido sigue actuando en el mundo y en nuestra época de forma descarada y abierta. En el pecado mortal hay una clara decisión que la persona, en pleno uso de razón y en ejercicio de su libertad, toma contra Dios. Se rompe la relación con el Creador y se le otorga poder a Satanás. Sin embargo, cuando hay arrepentimiento y se confía en la infinita misericordia divina, hay una renuncia al poder de las tinieblas y, por el sacramento de la reconciliación, el poder del maligno se ve disminuido. Sor Faustina Kowalska, hablando sobre la confianza en la Divina Misericordia, escribía “Satanás me confesó que soy el objeto de su odio. Me dijo: mil almas me hacen menos daño que tú cuando hablas de la gran misericordia del Omnipotente. Los más grandes pecadores toman confianza y vuelven a Dios y yo, dice el espíritu maligno, pierdo todo, pero además me persigues con esa misericordia insondable del Omnipotente. He comprendido cuánto Satanás odia la Divina Misericordia, no quiere reconocer que Dios es bueno” (Diario 1167). De lo anterior, el autor del libro mencionado, descubría cuatro efectos, en contra de Satanás y a favor de los pecadores cuando conocen la Divina Misericordia y la reciben en el rezo diario de la Coronilla: 1. Estando en estado de gracia, al hablar de la Divina Misericordia se debilita el poder del demonio. 2. Los grandes pecadores, al oír hablar de la Divina Misericordia toman confianza y vuelven a Dios. 3. Satanás pierde el poder sobre las almas de los pecadores que se arrepienten. 4. Cuando se recibe y propaga la Divina Misericordia el demonio perseguidor resulta perseguido. La invitación es clara y contundente, aprovechar la oferta de salvación que encontramos, de muchas formas diversas, pero especialmente, y como un recipiente, en la imagen de la Divina Misericordia como lo expresa Sor Faustina: “Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, yo confío en ti” (Diario 327).