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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro La Comunicación, hace la Comunión
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22 de mayo de 2022
No. 1265 /Año 25
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a pasado más de la mitad de mayo, y se avecina la última semana de este mes que, entre otras cosas, está dedicado a aumentar el amor y la devoción a la Santísima Virgen María. El tiempo es tan relativo y, sin embargo, se antojan lejanos los días en que se preparaba este mes con las sugerencias y actividades que en torno al cariño y la piedad a María podrían desarrollarse. Puede suceder que la inconstancia malogre los propósitos, eso no sería extraño, basta revisar lo que ha sucedido con aquellos del año nuevo o con otros proyectos que empiezan con mucho entusiasmo, pero que no llegan a su fin planeado. Ante la “inconstancia” se necesita un “constante” tomar y retomar objetivos, metas, deseos y aspiraciones cada vez que sea necesario pues “de bien intencionados está lleno el infierno”, dice el dicho para ilustrar que las realidades anheladas no llegan a materializarse. La constancia es “la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto” dirá Arturo Graf, basta pensar en la roca horadada no por la fuerza, sino por la constancia de la gota de agua. El sacerdote claretiano Florencio García, siguiendo el esquema de unos ejercicios espirituales en su libro “Caminar con María”, señala el camino como algo que está profundamente anclado en la naturaleza humana, que la Sagrada Escritura lo utiliza para hablar de la evolución espiritual, pues amar a Dios es “caminar por sus caminos” (Cfr. Deut. 30,16). Jesús se refiere a sí mismo como “el Camino” (Jn. 14,6) y, por ello, a la Iglesia primitiva se le conocerá como “los seguidores del camino” (Hech. 9,2). Añadiendo que una persona ha recorrido ese camino con perfección: ¡María!
Caminar con María
Este itinerario mariano es el mismo que todo cristiano está llamado a recorrer interiormente. En la esperanza y la incertidumbre, en la alegría del evangelio y el dolor que significa la cruz, en la novedad y el cansancio del recorrido, ahí al lado, Jesús es el camino, que camina con su pueblo y que se convierte en el horizonte del recorrido. También la Virgen se convierte en el modelo del caminante ya que con su vida invita a todos a caminar con ella.
¡Santa María del camino, ruega por nosotros!