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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro La Comunicación, hace la Comunión
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06 de noviembre de 2022
No. 1289 /Año 25
Navidad
sin nacimiento ¡A veces el mundo camina al revés y vive un sinsentido de las cosas! Es anacrónico hablar de Navidad a inicios de noviembre… a menos que esté en discusión una sentencia que analice la prohibición de nacimientos en plazas públicas. Vamos por partes. El origen del nacimiento se remonta a más de 800 años ya que es el mismo san Francisco de Asís quien hace los primeros “montajes vivientes”, así les llamaba él, porque invitaba a la comunidad para unirse a la escena, junto con la Virgen María y el Señor san José. De ahí resulta lo colorido de estas escenas pues se agregan pastores, animales y otros elementos de las culturas locales. En México, desde los mismos principios de la evangelización, tenemos la presencia
de la Navidad y sus expresiones festivas que se mezclan con elementos prehispánicos, por ejemplo, la piñata y su precisa y preciosa catequesis. Los nacimientos tienen como objetivo el representar el nacimiento de Cristo, de tal forma que se encuentra con el fundamento de la vida cristiana, el inicio de la redención misma con el acontecimiento del Dios eterno, que se hace historia en el vientre de María. La cultura de Europa, y también la mexicana, hunden profundamente sus raíces en la vida cristiana de manera tal que no pueden entenderse sin el anuncio del Evangelio. Están forjados con el ADN divino, basta ver cuántos pueblos y ciudades tienen el nombre de santos o están encomendados a alguna advocación de la Virgen.
La posible disputa se dará en el ámbito de sobre si la potestad civil tiene la fuerza legítima para colocar símbolos religiosos en plazas públicas que atentan con la laicidad del Estado. La idea, enunciada de esta manera, parece aberrante… aunque si lo piensa, esto no es lo peor que ha pasado, ¡a veces se celebra Navidad sin Jesús, el Cristo! Este es el punto más álgido en el que se debe concentrar la Iglesia, o sea cada uno de los bautizados, a fin de recuperar el sentido de la Navidad, la celebración de su venida hace dos mil años, actualizando su nacimiento en cada uno de los corazones para que este diciembre celebremos Navidad con los hermosos nacimientos y a Jesús niño en medio de nosotros.