Entrevistas: Javier Tolentino y Jorge Alemán - La Provincia - III Seminario Atlántico de Pensamiento

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CULTURA V / 45 LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS

ENTREVISTAS

JAVIER TOLENTINO | Crítico de cine JORGE ALEMÁN | Escritor y psicoanalista

Javier Tolentino aborda la situación en la que actualmente se encuentran los medios de comunicación. i A.G.S.

Jorge Alemán ofrece algunas pautas sobre las que tratará su intervención en el ‘Seminario Atlántico de Pensamiento’. i A.G.S.

“El cine realiza una labor informativa importantísima”

“Hay que despojar a los discursos de su carga utópica”

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l escritor y psicoanalista Jorge Alemán es miembro destacado de las principales instituciones psicoanalíticas internacionales y es consejero cultural de la Embajada Argentina en España. Alemán intervendrá a través de una entrevista que le realizará el propio director de las jornadas, Antonio G. González, tituladas El nuevo malestar en la cultura. Políticas para un sujeto dividido. Ambos ponentes intervendrán hoy a las 20.00 horas, en el Cicca. Tras dicha charla comenzará un coloquio con el público. — ¿Sobre qué temas fundamentales va a versar su diálogo? —Será, básicamente, sobre lo que podríamos considerar como el malestar en la civilización para utilizar la expresión de Freud, algo que podría traducir como malestar en el capitalismo. Hablaremos sobre las distintas transformaciones que ha introducido la técnica en la configuración de los lazos sociales, hablaremos sobre las formaciones y metamorfosis de la subjetividad de la técnica contemporánea, y hasta dónde es posible construir un nuevo proyecto o subjetividad política alternativa. —¿Y cree usted que se ha consolidado o se está consolidado un nuevo modelo que siga esas ideas alternativas? —No creo que haya un modelo nuevo. Yo creo que la idea de modelo está en cuestión radicalmente. En realidad habría que preguntarse qué tipo de condiciones se deberían producir para que existieran nuevos acontecimientos que articularan un nuevo tipo de asociación entre los ciudadanos. Pero somos hijos de los acontecimientos, y no creo que se pudieran producir. — ¿Y cuáles serían, según usted, las condiciones necesarias para que se produjeran esos acontecimientos? — Habría que volver a la política, pero como invención de la vida también, superar lo que fueron históricamente los discursos emancipatorios, pero despojarlos de la carga utópica, revolucionaria o progresista que tuvieron, y redefinirlos. Vivir el proyecto de emancipación. — ¿Existiría algún lugar actualmente en donde probablemente se esté produciendo todo ese proceso? — Eso fue algo que ocurrió en el siglo pasado, tomaron un país de modelo y se extendió de ese centro modelos para todo el mundo. No creo que a partir de un modelo se creen unos tipos de identidades. — Una parte de su intervención se titula El nuevo malestar de la cultura. ¿A cuál se refiere? — A los imperativos y exigencias que rigen una época, porque yo creo que exista una época ya congregada por una serie de exigencias incluso invisibles. — ¿Cómo se interpretarían esos malestares desde el punto de vista social? — De muchas maneras. Por ejemplo, el ataque de pánico, los intentos de desa-

l crítico de cine y director del programa de Radio 3 (Radio Nacional de España) El séptimo vicio, y del programa de Radio Exterior de España El árbol de las palabras, Javier Tolentino, ofrecerá hoy, jueves, a las 17.00 horas, la conferencia titulada La exhibición del vacío o siempre es inútil escuchar a la gente que sabe que le miran. — Usted, como periodista, supongo que ha enfocado su conferencia sobre todo en los medios de comunicación. ¿En qué situación nos encontramos? — Yo creo que en general los medios de comunicación estamos faltando a un compromiso con la sociedad espectacular. No es una cuestión de hacer drama, sino de poner de manifiesto que hay tantos intereses alrededor de los medios de comunicación, que uno se aburre al final, y estamos colaborando con una sociedad dormida en la que nadie profundiza, que no se apunta a la verdad, en la que la gente ya está cansada de escuchar a la gente que sabe que está escuchando y que por lo tanto habla para la política especializada. — ¿Y cuáles serían, según usted, las armas que debería usar el nuevo periodismo contra eso? — La manera de luchar es reflexionar o pensar, comprometerse con esto desde algunas instancias periodísticas, o por lo menos intentarlo. Hay emisoras que, desde su especialización, hablan de algo que saben y que llevan así desde hace años. — Pero, supongo que, desde determinados ámbitos, el periodista no pueda hacer más allá de lo que le ordenen sus jefes superiores. — Siempre es lo mismo. Nadie puede hacer nada y todos colaboramos con lo mismo, por un lado el sistema educativo es penoso, y por el otro, la información que recibimos es predecible. Todos pasamos por el aro y al final hacemos una información que a nadie satisface, ni a los periodistas, ni a los propios espectadores. Yo creo que cada cual puede hacer mucho más de lo que hace. Yo comprendo que en realidad somos asalariados, que tenemos que vivir de esto, que tenemos un jefe y un redactor jefe. Pues bueno, en eso consiste el reto, lo que no podemos hacer es pasar y ahí es donde debemos de intervenir. — ¿Cuál sería, según usted, la información ideal? — La información ideal sería la más profesional, aquella en la que no hay manipulación. Yo añadiría, además, que la mayor manipulación es la manipulación social de un gran periodista concienciado con el entorno. Lo medios de comunicación no pueden ser privados, y de hecho todos son públicos, porque su compromiso es con la sociedad, y no nos debemos ni con la CocaCola ni con nuestro editor, sino que es un compromiso con lo que tú has estudiado, con lo que te has formado y que tiene que ver con tu propio entorno. Yo apuesto por

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Javier Tolentino. i LA PROVINCIA/DLP

En general, los medios de comunicación estamos faltando a un compromiso con la sociedad espectacular, porque existen muchos intereses a su alrededor

ese periodista que consulta sus fuentes, que cuida el lenguaje, que piensa en el lector, pero no por el que se piensa que está a la orden del Cabildo. — ¿Y usted cree que el periodismo actual está demasiado acomodado, que en general no arriesga lo suficiente? — Yo pienso que se puede hacer más de lo que hacemos. Pero no estoy hablando de hacer héroes, simplemente de que tengamos en cuenta que nuestro objetivo es aportar todos los datos posibles que tengamos, el encuentro con la verdad, un discurso heroico que no profesional. Pero ahora los medios de comunicación aparecen como aparatos de propaganda política, de propaganda del mercado, y no me niego a ser comparsa en la medida que yo pueda. — ¿Y cuál sería, en este ámbito, la función que tendría un arte tan masivo como el cine? — Precisamente, el cine es un lenguaje que se está aplicando bien a estas circunstancias. Mire, por ejemplo, el ciclo sobre Rappaport que están proyectando en el Festival de Cine de Las Palmas. Rappaport es un director que siempre ha ido buscando la libertad en todos los ámbitos, en el de la investigación, la creación, etc. Yo creo que eso es una buena lección para cualquier periodista. Más incluso que el periodismo, el cine está haciendo una labor de información importantísima.

Jorge Alemán. i LA PROVINCIA/DLP

La política pone al individuo como una entidad unificada, pero hay que mantener la división primera ya que los sujetos hablan y luego está la política

parecer de todas las escenas de compromiso, la situación sin implicarse subjetivamente en cualquier tipo de proceso, la desaparición de las experiencias personales, el empobrecimiento de la palabra y de los relatos. — ¿A partir de cuándo cree que empezaron todos estos elementos que llevaron a la decadencia? — Siempre se puede localizar la coyuntura y el hecho permanente, y en la comunidad la desigualdad siempre ha sido permanente. — ¿En dónde encajan sus ideas políticas y filosóficas? — En las ideas me siento referido al legado y la herencia políticas de las izquierdas. En el ámbito filosófico, la mayor parte de mi obras se ha basado en indagaciones sobre las relaciones entre las obras de Lacan y Martin Heidegger. — En su charla también habla sobre políticas para un sujeto dividido. ¿A qué se refiere exactamente? — A que la política siempre pone al sujeto como una entidad unificada, como un yo absoluto que no está fracturado por nada, y que sigue sólo a su conciencia. Y resulta que en la propia constitución del individuo hay una regla inaugural. Lo que hay que mantener por encima de todo es que la división primera de los sujetos es que primero hablan y luego está la política.


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