K Bienestar Integral Valeria Pérez Fraga • Foto de Alfonso Ruiz Soto®: Ana Paula Otegui
Descubre tu verdadera vocación Te sorprenderá saber cómo tu profesión determina tu vida y hasta la elección de tu pareja. Alfonso Ruiz Soto® te habla de esta interesante relación.
S
eguramente ya sabes que este año tenemos como invitado especial al Doctor Alfonso Ruiz Soto®. En enero iniciamos con la semblanza de su
trayectoria académica y sus 23 años de experiencia impartiendo los cursos de Semiología de la Vida Cotidiana®. Cada mes hemos abordado diveros e interesantes temas: la Semiología y su extraordinaria utilidad en la vida diaria, los potenciales de la persona y sus implicaciones en el desarrollo humano, la actitud frente a la vida como la brújula que marca el paso de nuestra realización y, por último, las raíces del estrés, su impacto global y solución. Temas que nos invitan a desarrollar la conciencia para elevar nuestra calidad de vida. Esta serie de entrevistas en exclusiva continuará todo el año. En esta ocasión, tenemos otro tema fascinante: la vocación, analizada desde el punto de vista de la Semiología de la Vida Cotidiana®.
El Dr. Alfonso Ruiz Soto® en pleno ejercicio de su vocación. Durante 23 años, ha recorrido diversos escenarios de la República Mexicana impartiendo cursos y conferencias.
88
KENA
junio 2 0 0 9
En uno de tus cursos escuché el término “Vocación” y es muy interesante cómo lo abordas. Platícanos, ¿qué es? La vocación es un término que nos habla de un aspecto central de nuestras vidas, porque entraña la puesta en marcha de los mejores aspectos y potenciales de nuestra capacidad humana. Viene del término latino vocatio que significa “llamado interno”. Este llamado interno está vinculado con los talentos de cada persona, con sus capacidades. ¿Cómo se definen estas capacidades? Dentro de la perspectiva de la Semiología de la Vida Cotidiana®, estas capacidades son el potencial racional, el emocional, el sexual, el motriz y el instintivo. Cada uno de estos potenciales tiene sus lados fuertes y débiles. ¿La vocación se trae en la sangre? La vocación es un perfil genético que vincula todos los lados fuertes de los distintos potenciales. Por ejemplo, evoquemos a una persona que en el ámbito racional le interesa mucho la ciencia, particularmente la biología. En su potencial emocional, está conectada con el paisaje, y lo que más le gusta es el mar. En el potencial motriz es una persona que le atraen los deportes, sobre todo los deportes acuáticos, específicamente el buceo. ¡Y de pronto tenemos el perfil de un biólogo marino! Una persona que va a estar encantada de vivir al lado del mar, de practicar su deporte
predilecto, pero no en forma turística, sino que se mete a las profundidades acuáticas, filma, saca fotos, investiga, lleva muestras al laboratorio, las estudia y publica artículos o libros; está fascinada siendo un biólogo marino. Es una persona que ha respondido a su llamado interno, a su vocación. Esto es una maravilla, porque es cuando una persona se vincula con el perfil más íntimo de su propio potencial. Se define. Es crucial señalar que las personas solemos tener varias vocaciones, incluso, hay personas, como Leonardo da Vinci, con la llamada vocación universal, es decir, muchos talentos conjugados y muchas posibilidades de acción que podemos ejercer en distintos momentos de nuestras vidas, o simultáneamente, como lo hizo el propio Leonardo. Pero nos basta y sobra con una sola, si se vive en plenitud. ¿También es una cuestión cultural? Efectivamente, la vocación va acompañada de un desarrollo cultural, educativo, que idealmente habría que propulsarlo desde la más temprana infancia. De esta manera tendríamos personas cada vez más talentosas: mejor preparadas desde los inicios de su vida, con una capacidad de rendimiento profesional extraordinaria y con un encauzamiento de vida fabuloso, llevando a cabo actividades que disfrutan diariamente y donde pueden ofrecer lo mejor de sí mismos a su comunidad. Algo magnífico. Para ti, ¿el genio nace o se hace? El genio nace y se hace. Es decir, la persona tiene que tener, antes que nada, el potencial genético para ser lo que va a ser. Pero no es suficiente: si ese potencial genético no recibe los elementos adecuados de alimentación, instrucción, apoyo de la estructura familiar, económica y educativa, no se desarrolla. Cuántos talentos desperdiciados hay en miles de personas que no contaron con el sustento o la nutrición correcta; que no empezaron su entrenamiento a tiempo y descubrieron sus lados fuertes demasiado tarde. Sí, esto es lamentable. Pero cuando una persona da con su vocación en una etapa temprana y recibe el apoyo integral de su entorno, resulta, por lo regular, lo que solemos llamar un verdadero “genio”.
“La paternidad es crucial, porque inicia el proyecto de una familia“. ARS
Tu proyecto de vida ¿Cómo elegimos nuestra vocación? La vocación no se inventa, la vocación se descubre. Pero no basta con descubrirla, hay que asumirla: una entre varias posibilidades. Pero tampoco es suficiente. Una vez que aceptas y eliges que ésa es tu vocación, tienes que practicarla. Esto va a entrañar la elaboración de todo un proyecto de vida. ¿Cómo se relacionan estos conceptos? El proyecto de vida tiene una base muy fuerte: la vocación. El proyecto de vida se hace con lo que soy, lo que sé y lo que tengo, para lograr lo que puedo. La vocación forma parte de tu ser. Lo que sabes y lo que tienes, de tu principio de realidad. El resultado de esto te da lo que puedes hacer. Y dentro de lo que puedes hacer –que van a ser varias cosas– lo que quieres ser. Y aquí surge la decisión crucial. La que te define: tú frente a ti. ¿Interviene el destino en esta decisión, o la vida te va llevando? La palabra destino significa dirección y, literalmente, tu vocación, tu llamado interno, te marca un camino a seguir. Pero recuerda que el destino está siempre forjado por el libre albedrío, es decir, las decisiones que vamos tomando en el camino es lo que va creando este proyecto de vida: “un puente que me permite llegar a donde quiero llegar, para ser el que quiero ser”.
“La verdadera paternidad no es sólo biológica, es también psicológica”.
Vocaciones de vida Hasta ahora nos has hablado de actividades, ¿la vocación únicamente se refiere al ámbito profesional? También hay vocaciones de vida. La vocación define a una persona. A partir de que sabe quién es, puede elegir a quién requiere como pareja. Por eso escribí el aforismo: “Vocación implica relación”. Esto quiere decir que no cualquier mujer tiene el perfil adecuado para ser esposa de un torero, de un cirujano o de un piloto aviador. Y no cualquier hombre tiene el perfil adecuado para poder ser el esposo de una cantante, o de una actriz o de una científica. Dependiendo de quién eres, infieres a quién requieres. ¿Todos estamos hechos para vivir en pareja? No. La vocación de vida entraña una cosmovisión fundamental de tus relaciones interpersonales. La Semiología de la Vida Cotidiana® describe tres vocaciones de vida: soltería, pareja y familia. Cada una de las tres tiene sus respectivos códigos, que son como tableros de ajedrez, turista o parchís. Muy distintos. Tú tienes que saber muy bien cuál es tu tablero. De ello dependen las reglas fundamentales.
89
KENA j2 u0n0i o9
K Bienestar Integral Valeria Pérez Fraga • Foto de Alfonso Ruiz Soto®: Ana Paula Otegui
Descubre tu verdadera vocación Te sorprenderá saber cómo tu profesión determina tu vida y hasta la elección de tu pareja. Alfonso Ruiz Soto® te habla de esta interesante relación.
S
eguramente ya sabes que este año tenemos como invitado especial al Doctor Alfonso Ruiz Soto®. En enero iniciamos con la semblanza de su
trayectoria académica y sus 23 años de experiencia impartiendo los cursos de Semiología de la Vida Cotidiana®. Cada mes hemos abordado diveros e interesantes temas: la Semiología y su extraordinaria utilidad en la vida diaria, los potenciales de la persona y sus implicaciones en el desarrollo humano, la actitud frente a la vida como la brújula que marca el paso de nuestra realización y, por último, las raíces del estrés, su impacto global y solución. Temas que nos invitan a desarrollar la conciencia para elevar nuestra calidad de vida. Esta serie de entrevistas en exclusiva continuará todo el año. En esta ocasión, tenemos otro tema fascinante: la vocación, analizada desde el punto de vista de la Semiología de la Vida Cotidiana®.
El Dr. Alfonso Ruiz Soto® en pleno ejercicio de su vocación. Durante 23 años, ha recorrido diversos escenarios de la República Mexicana impartiendo cursos y conferencias.
88
KENA
junio 2 0 0 9
En uno de tus cursos escuché el término “Vocación” y es muy interesante cómo lo abordas. Platícanos, ¿qué es? La vocación es un término que nos habla de un aspecto central de nuestras vidas, porque entraña la puesta en marcha de los mejores aspectos y potenciales de nuestra capacidad humana. Viene del término latino vocatio que significa “llamado interno”. Este llamado interno está vinculado con los talentos de cada persona, con sus capacidades. ¿Cómo se definen estas capacidades? Dentro de la perspectiva de la Semiología de la Vida Cotidiana®, estas capacidades son el potencial racional, el emocional, el sexual, el motriz y el instintivo. Cada uno de estos potenciales tiene sus lados fuertes y débiles. ¿La vocación se trae en la sangre? La vocación es un perfil genético que vincula todos los lados fuertes de los distintos potenciales. Por ejemplo, evoquemos a una persona que en el ámbito racional le interesa mucho la ciencia, particularmente la biología. En su potencial emocional, está conectada con el paisaje, y lo que más le gusta es el mar. En el potencial motriz es una persona que le atraen los deportes, sobre todo los deportes acuáticos, específicamente el buceo. ¡Y de pronto tenemos el perfil de un biólogo marino! Una persona que va a estar encantada de vivir al lado del mar, de practicar su deporte
predilecto, pero no en forma turística, sino que se mete a las profundidades acuáticas, filma, saca fotos, investiga, lleva muestras al laboratorio, las estudia y publica artículos o libros; está fascinada siendo un biólogo marino. Es una persona que ha respondido a su llamado interno, a su vocación. Esto es una maravilla, porque es cuando una persona se vincula con el perfil más íntimo de su propio potencial. Se define. Es crucial señalar que las personas solemos tener varias vocaciones, incluso, hay personas, como Leonardo da Vinci, con la llamada vocación universal, es decir, muchos talentos conjugados y muchas posibilidades de acción que podemos ejercer en distintos momentos de nuestras vidas, o simultáneamente, como lo hizo el propio Leonardo. Pero nos basta y sobra con una sola, si se vive en plenitud. ¿También es una cuestión cultural? Efectivamente, la vocación va acompañada de un desarrollo cultural, educativo, que idealmente habría que propulsarlo desde la más temprana infancia. De esta manera tendríamos personas cada vez más talentosas: mejor preparadas desde los inicios de su vida, con una capacidad de rendimiento profesional extraordinaria y con un encauzamiento de vida fabuloso, llevando a cabo actividades que disfrutan diariamente y donde pueden ofrecer lo mejor de sí mismos a su comunidad. Algo magnífico. Para ti, ¿el genio nace o se hace? El genio nace y se hace. Es decir, la persona tiene que tener, antes que nada, el potencial genético para ser lo que va a ser. Pero no es suficiente: si ese potencial genético no recibe los elementos adecuados de alimentación, instrucción, apoyo de la estructura familiar, económica y educativa, no se desarrolla. Cuántos talentos desperdiciados hay en miles de personas que no contaron con el sustento o la nutrición correcta; que no empezaron su entrenamiento a tiempo y descubrieron sus lados fuertes demasiado tarde. Sí, esto es lamentable. Pero cuando una persona da con su vocación en una etapa temprana y recibe el apoyo integral de su entorno, resulta, por lo regular, lo que solemos llamar un verdadero “genio”.
“La paternidad es crucial, porque inicia el proyecto de una familia“. ARS
Tu proyecto de vida ¿Cómo elegimos nuestra vocación? La vocación no se inventa, la vocación se descubre. Pero no basta con descubrirla, hay que asumirla: una entre varias posibilidades. Pero tampoco es suficiente. Una vez que aceptas y eliges que ésa es tu vocación, tienes que practicarla. Esto va a entrañar la elaboración de todo un proyecto de vida. ¿Cómo se relacionan estos conceptos? El proyecto de vida tiene una base muy fuerte: la vocación. El proyecto de vida se hace con lo que soy, lo que sé y lo que tengo, para lograr lo que puedo. La vocación forma parte de tu ser. Lo que sabes y lo que tienes, de tu principio de realidad. El resultado de esto te da lo que puedes hacer. Y dentro de lo que puedes hacer –que van a ser varias cosas– lo que quieres ser. Y aquí surge la decisión crucial. La que te define: tú frente a ti. ¿Interviene el destino en esta decisión, o la vida te va llevando? La palabra destino significa dirección y, literalmente, tu vocación, tu llamado interno, te marca un camino a seguir. Pero recuerda que el destino está siempre forjado por el libre albedrío, es decir, las decisiones que vamos tomando en el camino es lo que va creando este proyecto de vida: “un puente que me permite llegar a donde quiero llegar, para ser el que quiero ser”.
“La verdadera paternidad no es sólo biológica, es también psicológica”.
Vocaciones de vida Hasta ahora nos has hablado de actividades, ¿la vocación únicamente se refiere al ámbito profesional? También hay vocaciones de vida. La vocación define a una persona. A partir de que sabe quién es, puede elegir a quién requiere como pareja. Por eso escribí el aforismo: “Vocación implica relación”. Esto quiere decir que no cualquier mujer tiene el perfil adecuado para ser esposa de un torero, de un cirujano o de un piloto aviador. Y no cualquier hombre tiene el perfil adecuado para poder ser el esposo de una cantante, o de una actriz o de una científica. Dependiendo de quién eres, infieres a quién requieres. ¿Todos estamos hechos para vivir en pareja? No. La vocación de vida entraña una cosmovisión fundamental de tus relaciones interpersonales. La Semiología de la Vida Cotidiana® describe tres vocaciones de vida: soltería, pareja y familia. Cada una de las tres tiene sus respectivos códigos, que son como tableros de ajedrez, turista o parchís. Muy distintos. Tú tienes que saber muy bien cuál es tu tablero. De ello dependen las reglas fundamentales.
89
KENA j2 u0n0i o9
K Bienestar Integral
“La vocación de soltería implica un proyecto de vida individual“. ARS
Las 3 propuestas ¿Cómo es la vocación de soltería? Esta vocación entraña un proyecto de vida individual. La soltería no quiere decir ausencia de relaciones interpersonales, pero tiene variantes. Hay soltería en castidad, que es la vocación asumida tanto por personas en ejercicio de vida religiosa, como por seglares que así lo deciden. Hay, también, soltería con relaciones interpersonales intermitentes. Es decir: salgo con una persona durante dos o tres años, termino, estoy un tiempo sin pareja y luego vuelvo a salir con otra persona. No hay un proyecto de vida en común, sino paralelo: yo soy soltero y tú eres soltera, no vivimos juntos, pero queremos mantener una relación en exclusividad. Existe un claro compromiso, pero no un proyecto de vida en común. También está la vocación de soltería con relaciones múltiples: no hay exclusividad con ninguna pareja. La persona dice: “Sí quiero salir contigo, pero no nada más contigo. Naturalmente, tú también puedes salir con quien tú quieras y no nada más conmigo”. Aquí el proyecto de vida es individual y sin compromiso de ninguna especie.
90
KENA
junio 2 0 0 9
¿En qué consiste la vocación de pareja? Implica un acuerdo amoroso entre dos individuos para compartir un proyecto de vida en común. Este proyecto debe ser en condiciones de igualdad, reciprocidad y respeto, donde cada uno tiene su propio eje de realización personal y donde establecen un compromiso total, el uno con el otro, en perfecta libertad. Ambos dejan atrás la visión implícita de la soltería y se integran a una visión conjunta que entraña la suma de tu vida y mi vida en “nuestra vida”. La vocación de pareja es un tablero totalmente distinto al de soltería, pero también totalmente distinto al de familia. Es decir, no entraña la procreación de hijos, ya que ninguno de los dos experimenta el llamado interno de la paternidad. En consecuencia, se asumen de una manera gustosa como pareja, felices de no tener hijos. No es una fatalidad, es una decisión libre, afirmativa, expansiva. Y finalmente, está la vocación de familia… Sólo cuando tenemos claro este recorrido, podemos entender la vocación que todo mundo ‘cree’ que tiene y que ha originado el desastre al interior de muchas “aparentes” familias. Todo mundo cree que se tiene que casar y tener hijos. No es correcto. Sólo aquellos que tienen vocación de familia, deberían tener hijos. Que formen una familia sólo aquellos que experimenten la vocación de paternidad y maternidad. La paternidad no es biológica nada más, la verdadera paternidad es psicológica, es siempre una adopción. Es decir, cuando yo asumo a ese hijo –biológico o no– como mío. Esta vocación de paternidad es crucial, porque es la que lanza todo el proyecto de familia. La familia es el núcleo de la sociedad, ¿pero cómo se entiende dentro de la Semiología de la Vida Cotidiana®? Entendemos la familia como “un grupo de individuos conviviendo en armonía, donde cada quien es su propio ser y donde, idealmente, todos se aman, se respetan, se apoyan y se disfrutan, aprendiendo unos de otros el complejo oficio de vivir”. Es un círculo de espejos donde se reflejan los unos en los otros, y donde cada
uno proyecta, sobre los demás, los condicionamientos de su imaginario: temores, anhelos, frustraciones, expectativas, ilusiones, inseguridades y respuestas afectivas condicionadas por su propia experiencia y su propio proceso educativo. Sin duda, una gran escuela de aprendizaje de la vida y del amor. Es muy interesante saber de estas tres vocaciones de vida, para entender cómo nos relacionamos sentimentalmente. Cada quien tiene que comprender la vocación del otro y saber si son compatibles, si su vocación profesional está en armonía con su vocación de vida y, en consecuencia, tener mejores perspectivas para disfrutar de la persona adecuada. * Todos los conceptos son propiedad del Dr. Alfonso Ruiz Soto®. Para más información, visita www.semiologia.net.
“La vocación de pareja involucra un acuerdo amoroso entre dos personas para compartir un proyecto de vida en común“. ARS