Banda Filarmónica de San Carlos

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"Nacimiento, auge y desaparición de la Banda Filarmónica de San Carlos". Por Jorge Rolando Molina González.

En notas que nos ofrece el historiador palmareño Carlos Abarca en su más reciente producción (Historia de San Carlos 1890 – 1950 publicado a mediados del 2011, p. 229) y que extrae de la obra de la Profesora María Clara Vargas Cullel (De la fanfarria a las salas de conciertos, 2004, EUCR, pp.68-94) queda establecido que el origen de los grupos filarmónicos, está indefectiblemente ligado a las bandas miliares que en Costa Rica surgieron hacia mediados del siglo XIX. La expansión y grado de popularidad que comenzaron a cobrar estas agrupaciones en Costa Rica, se remonta a las últimas décadas de ese siglo, cuando la realización de recreos y retretas se fue volviendo una práctica frecuente que terminó extendiéndose a tocatas en misas de tropa, festividades religiosas y cívicas, turnos y actos inaugurales. En el caso de San Carlos, el primer intento por organizar una filarmonía local, data de octubre de 1929, cuando el Concejo Municipal de

ese entonces, le encomendó al diputado de Grecia Froilán Bolaños, gestionar ante el Poder Ejecutivo, el retiro de ¢2000, otorgado por el Congreso a la cabecera del cantón que no contaban con filarmonía para que se procediera a organizarlas. (D.L. Nº 49 de 10-07-1929). Las primeras ocasiones encaminadas a ese propósito se pusieron en marcha en enero de 1931, fecha en que el Municipio aprueba el nombramiento de don Santos Castro como director de un grupo de aprendices no menor a 15, que deben recibir clases diarias de 1 y 1/2 horas. Sin embargo, el entusiasmo se disipa pronto al no contarse con instrumental alguno ni con el número requerido de interesados (A.M. Nº 26 de 2 de agosto de 1931, tomo 4, folio 276). Un nuevo intento arranca hacia finales de 1935 cuando la municipalidad, comprendiendo que San Carlos es uno de los pocos cantones de la República que no cuenta con cuerpo filarmónico, decide consignar en el presupuesto municipal para 1936, la suma de ¢370, con lo cual pagar el salario mensual de ¢30 al maestro de música (Federico Murillo Cortés) para que enseñe solfeo. (A.M. Nº 53 de 20-10-1935, T. 5, F. 288). Cautivado por esta iniciativa, el cura párroco Delfín Quesada emprende en 1936, una cruzada de recolección de fondos que reúne la suma de ¢3.500 y que con apoyo del gobierno está destinada a la compra en Alemania de un instrumental nuevo (Hidalgo Q., Jesús, monografía de San Carlos, p. 4). Para agosto de 1936, el maestro Murillo Cortés, desiste de continuar con el proyecto y en su lugar se nombra de manera temporal a don Manuel Castro Rodríguez en espera de otro más


calificado que resulta ser el domingueño Benjamín Campos quien recibirá por sus servicios un estipendio mensual de ¢50. (A.M. Nº5 de 15-03-1937, tomo 5, folio 16), salario que se le aumentó a ¢65 en agosto de 1938. A mediados de 1937, la Corporación municipal de San Carlos, constituida por los siguientes ediles: Juan Castro Blanco, José Rodríguez Salas, Carlos Maroto Quirós, Manuel Chaves Rojas y Neftalí Quesada Arroyo, nombran una junta pro filarmonía dotada de poderes omnímodos, que resultó determinante para el despegue firme y promisorio de la novel filarmonía. La integraban distinguidos ciudadanos como Virgilio Caamaño, Manuel Quesada Cabezas, Luis García Soto, Juan Ferraro Ocaña, Amadeo Abarca Camacho, Ricario Quirós Álvarez y GudbertoChaves Rojas. (A.M. Nºs 12 y 20 de 19-07-1937 y 21-11-1937, T. 5, Fls. 36 y 62). Son ellos los que con autorización del Concejo Municipal, hacen el pedido de los instrumentos al tiempo que solicitan al director de la Filarmonía de Grecia, señor Isaac Barahona Suárez, el envío de un reglamento muy detallado, para el manejo de nuestra filarmonía. En consecuencia, es a esta junta, al gobierno municipal de ese entonces y al contagioso apoyo del cura párroco, a quienes cabe el mérito de ser los verdaderos artífices de ese maravilloso despertar filarmónico, para el cual, los sucesorios concejos municipales jamás negaron auxilio alguno. Como pilares de ese promisorio despegue artístico que pronto alcanzó carta de ciudadanía, no puede dejar de mencionarse la sabia conducción de los buenos directores que siempre estuvieron prestos a entregar lo mejor de

sus capacidades y liderazgo; y junto a ellos, una pléyade de jóvenes y adultos, ansiosos por crecer en el dominiode la lectura de las partituras y ejecución instrumental. El retiro definitivo de don Benjamín Campos en julio de 1944 por problemas de salud, significó un duro golpe para la buena marcha de la filarmonía, dificultad que se subsana dos años más tarde con el nombramiento del profesor Dacio Eloy Alfaro Castro (A.M. Nº6 de -05-1946, T. 8, F. 268). La banda vuelve por sus fueros, al tiempo que nuevos miembros se integran a ella y por primera vez, los músicos se hacen acreedores a un salario mensual de ¢20,00 remuneración que en otro tiempo solo estaba reservada para el director. Por otra parte, el Municipio realiza esfuerzos por dotar a este cuerpo filarmónico de un uniforme que lo haga aún más respetable. La permanencia del profesor Alfaro en la dirección de la banda concluye en mayo de 1951 cuando presenta su renuncia por directrices emanadas del concejo municipal que no comparte. (A.M. Nº 10 de 4-05-1951, T.11, F. 56). El vacío se llena con el nombramiento de un músico que desde sus tiempos mozos ya pertenecía a este cuerpo musical: Francisco “Chico Castro”. Bajo su batuta, la filarmonía transita por un período de sostenido esplendor que se acrecienta a lo largo de las décadas de los cincuenta y gran parte de los sesenta; es la época de auge de los serios, alegres y románticos conciertos que se escenifican desde el quiosco del parque, inaugurado en Setiembre de 1953. Es tan bien el tiempo en que la filarmonía realiza aclamadas presentaciones en otros cantones. El programa musical de cada jueves por la


noche y de domingo por la mañana y por la noche es variado. En su hora de duración, se alternan selecciones que van desde lo clásico hasta lo popular. Bajo el efluvio acariciador de las notas cantarinas que brotan de los instrumentos de viento y de percusión, docenas de jóvenes (muchachos y muchachas) aprovechan el mágico encanto de la música, para entrecruzar miradas frívolas y directas en unos casos o furtivas en otros, cada vez que se encuentran en su caminar por las cuatro aceras periféricas del parque; mientras que los adultos y los niños se arremolinan en las bancas de concreto más próximas al kiosco, para disfrutar del repertorio variado que magistralmente interpreta la filarmonía, conformado por marchas, valses, pasillos, corridos, oberturas, foxtrot, polkas, zambas, pasodobles, tangos y boleros. Este ritual que se repite semana tras semana, fue el generador de amores platónicos, noviazgos y hasta matrimonios.¿Quién podría sustraerse a ese fascinante embrujo? En realidad, nadie. De allí que, presos de la nostalgia hoy podemos musitar diciendo: ¡Oh, que años maravillosos fueron esos!, pero como suelesuceder, todo lo bueno tiene su final. Conforme los miembros de la filarmonía se fueron llenando de calendarios, su accionar como agrupación musical comenzó a mostrar fallas. Hacia finales de los años sesenta, (1968), surgen las primeras llamadas de atención por la inasistencia a ensayos y conciertos, de algunos músicos. No faltó quien reclamara por el uso indebido del instrumental para asuntos ajenos a la filarmonía, denuncia que no era del todo

cierta. También se argumentó sobre la necesidad de ir pensando en la renovación de algunos miembros próximos a la jubilación, mediante la creación de una escuela de música que preparara a los futuros reemplazantes (A.M. Nº 24 de 27-03-de 1968,T.21, Fls. 129-130). A estas razones añade Jesús “Suso” Solís otras, como por ejemplo, el desacoplamiento musical cada vez más notorio y la pérdida de interés por mantener viva la ilusión de tocar. Ante tal panorama,la Municipalidad hizo esfuerzos por crear la mencionada escuela de música, y nombró como promotores a los profesores músicos Miguel Varela y Efraín Alfaro. Sin embargo, todo resultó infructuoso. Lo más lamentable no fue solo la desintegración y desaparición de la banda en 1972, sino la suerte corrida por centenares de partituras musicales que fueron apiladas en una bodega municipal sin mayor protección. Muchas de estas obras se destruyeron o fueron a parar a manos de profesores de música que llegaron a revolcar el material. Su deterioro y desaparición pudo ser inminente de no haber mediado la oportuna intervención del proveedor municipal William Arce, quien al percatarse de tal abandono, comunicó al ex integrante de la banda Jesús “Suso” Solís, el estado y riesgo en que se encontraba ese rico material. Con gran diligencia de su parte, recogió laspartituras, las clasificó y las entregó al Comité de Cultura de la misma Municipalidad. De esa clasificación por géneros que hizo y que queda como legado para la posteridad, se adjunta elcorrespondiente listado que recoge los treinta y cinco años de magnífica experiencia musical entregados por la


filarmonía a millares de sancarleños como un auténtico tesoro musical. MARCHAS VALSES Talento Serenata de Toselli BOLEROS Primero de Guardia España Bajo mi cielo andaluz Poeta y aldeano Amor inseparable* Himno al Sol Alejandra Copla española Cunning lupid La camelia y el clavel Bravura Flora En el mundo Serenata amorosa El corazón es un gitano Dios salve a América Amor imperecedero Rompe techos La Traviata Los hombres no deben llorar Ricardo Jiménez Saludo a Génova Granada Zennit Mía nomás Titanes Señora Tentación Alegrías españolas Hetere kuis Ya te perdoné Excélsior Capulín Sargento Morales Gibraltar Un solo amor Viena A orillas del Peñas Blancas

El 24 de Agosto Ambición Mil bezos Equipo alajuelense Isabelita Fé y esperanza Las dos marquesas Negro destino The age of progress Alisios Aragón y Calle Mayor El trovador Nochecita Ejército de Oriente Jorge y Marita* Silverio Pérez Lucía Di Lam Mermoor Enamorada Mr. Lucky Cuentos Bosques de Viena El banderillero Dos guitarras Anochecer Padre Zúñiga Vida de artistas Islas Canarias Una noche en Versalles Linda chilena Marcha de F. Chopin Por ti aprendí a querer Padre Camacho El canto al diablo Una noche de amor Figth for L.S.U La duquesa Carita de Nieve Poema nupcial Junto al mar Barras y Estrellas 22 de Noviembre Amistad La columbe Prisionero del mar Bailèn


Los patinadores Por qué será La bohemia Marta Lehmann Vals interrumpido Tardes Campestres Con amor No trates de mentir Marcha con clarines Fascinación Caprichosa FANTASÍAS E INTERMEZZOS No me vayas a engañar Madrigal march Dudas A una rosa La mascota Mano generosa Fend L’air Tormentos El chato La esperanza Luna Liberiana Froud bruxeles Kiss a kiss Flor de María Primera rosa Qué me pide el corazón National guard Yo vendo unos ojos negros Dudas En un mercado persa Lejanía Sons of Australia Es un muchacho malvado Sensitivo La leyenda del beso Amigo Un cordial saludo Rosa Blanca Nícida Las bodas de Luis Alonso Apasionadamente

Semper fidelis Aimee Carmen La lesiana Por qué te conocí Freedon forever Chapanecas Mi adorada La maritona Me dicen que te marchas Diprogresive Aires de Francia TANGOS Souvenir de Nice Mira lo que haces Duelo de la patria Esfinge Claudel La sagra del villagio Noche de luna Lamentos Oh Maribel Las lloronas Una tarde de otoño en … Colombianita Marcha triunfal Perlas preciosas Papirusa OTRAS PIEZAS Amor sin esperanza Marcha Juan R. Mora La bella Bruselas El morito Arjan Junto a ti Santa Rosa Mireya Enlazada por el amor Polka Me pedías un bezo Benjamín Campos Vals de Birondelles CORRIDOS Emilia


Lo que tú quieras San Víctor Estercita Pequinesa Mua mua Dos almas California Mi vida eres tú Linda Costa Rica Calle en escornetín Noche inolvidable Viva Esparta Evelia Entre copa y copa Estrellita Vereda Tropical San Antonio Angelita El botecito Hilda Cielo limonense Santo Domingo Pienserro cuaresmale Flores sancarleñas* Para ti María Aurelia San Juan PASODOBLE La parranda Georgette Con una palabra Virgen de la Roca Charcote Banderillas de plata Es mejor Yo no quería perderte El paso de la custodia Te quiero El petate Por tu cariño Milagro de amor* Himno Eucarístico Castañuelas Así se quiere en Jalisco

Juventud y belleza San Carlos De nardos y rosas Corrido a Pepe Figueres Inquietud San Pedro Entre naranjos Ya me estoy poniendo… Pequeño poema Norma Currito de la cruz OBERTURAS Piedad Auxiliun cristianurum San Mateo La amazona Carmencita Canto de los Ángeles Un saludo a Parrigi Inspiración Atardecer guanacasteco Adorati Gloria El dos negro La Gioconda Música ramonense A la Bandera de C.R. Pepita Greus En el Bósforo El cantar de España Pedro y Pablo Chic la nera Cloun van Contest Una gira al Puerto San Juan Bautista Churumbellerías Obertura romántica Au jardin dune Aida Francisco Bravo La viuda alegre Bajo la luna persa Manolo Vásquez Caballería ligera


DANZAS Y DANZONES Gerónimo Pimentel La gallina de los huevos… Rey gambrinus De Andalucía a Aragón Sous lombarge Linternas rojas El niño de la estrella Shone meimorgen Espíritu tico El torero de la plana Gusanos de fuego El Gato Montés Honor al mérito Como homenaje póstumo a la mayoría de los integrantes (directores y músicos) que han partido a la morada celestial, permítasenos recordar con admiración y respeto sus nombres, comenzando por los más antiguos que suman alrededor de 27 a los cuales se agregan el resto que militaron en elperíodo 1953-1972: Nombre Cargo Período Santos Castro Director 1931 Federico Murillo Cortés Director 1935 Manuel Castro Rodríguez director y músico 1935-1936 Benjamín Campos Director 1937-1943 José Valdelomar Padilla Director 1944 Rafael Núñez Arias Director

1944-1945 Uriel Quesada A. Director 1945-1946 Dacio Eloy Alfaro Castro Director 1946-1951 Francisco “Chico” Castro Rodríguez Director y músico 1951-1972 Laudencio “Becho” Salazar Trombón Noé Piedra González Saxofón Héctor Chaves Clarinete Manuel Castro Rodríguez Saxofón Francisco Castro Rodríguez Trompeta Rafael “Lillo” Gómez Tuba Ramón “Monchillo” Gómez Saxofón Amado Madrigal Bombo José Joaquín “Piquín” Zeledón Redoblante Lorenzo “Lencho” Salas Varela Trombón Eduardo “Mejelo” Murillo Trompeta Abel “Renco” Rodríguez Alto José María “Chepe” González G. Requinto Rogelio “Tello” Arce Alto Medardo Murillo Bajo Francisco “Chico” Ugalde Rodríguez Barítono Fernando Ugalde Rodríguez Clarinete


Tadeo Bolaños Bajo Ramón Aguilar Clarinete Andrés Darcia Bajo Jorge Molina Guzmán Trombón Tulio Rojas Clarinete Claudio Gamboa Rojas Alto Enrique González Oconitrillo Alto Jorge Solís Cubillo Alto Rogelio Solís Cubillo Alto Jesús “Suso” Solís Cubillo redoblante Francisco Solís Cubillo Platillos Francisco Sibaja Platillos William Abarca Moreno Trompeta Fausto Rojas Rodríguez Trompeta Efraín Alfaro Saxofón Miguel Varela Saxofón Ferreol Barahona Flauta Otilio Soto Carvajal Platillos

Finalmente, un sincero agradecimiento para Joaquín Castro Sancho, por haber puesto a mi disposición, copias de actas municipales; y a Jesús “Suso” Solís, por haber aportado el extenso repertorio musical que interpretaba la filarmonía,

así como los nombres de una buena cantidad de sus integrantes.


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