SEMBLANZA DE DARÍO RODRÍGUEZ MURILLO.
carecía de cerradura, lo que deja en evidencia la honradez de la gente de esa época.
Escrito por María Paulina Cordero Rodríguez, mediante información aportada por la familia Rodríguez Quirós.
Cuando comenzó a trabajar en Villa Quesada se le presentó la oportunidad de comprar un botiquín que estaba en venta en esta localidad. Su tío José Rodríguez Salas le aconsejó que adquiriera ese negocio y le prestó el dinero para que lo comprara. La compra de este negocio le permitió desarrollar su primera botica, la cual tenía por nombre "Botica de los Pobres". El primer local de este negocio se ubicaba 50 metros al sur de la iglesia, frente a la propiedad donde se ubica hoy día la Municipalidad de San Carlos. Motivado por buscar un local más amplio, trasladó la botica a un establecimiento ubicado al costado norte de la plaza (actual parque de Ciudad Quesada). En este negocio se ofrecían medicamentos, algunos de los cuales don Darío aprendió a preparar, con asesoría de los regentes farmacéuticos. Además, ofrecía el servicio de inyectables y en ocasiones ayudó en curaciones que realizaban los médicos que acudían a esta zona a ofrecer sus servicios. Esto le permitió ganar confianza entre la gente, quienes acudían a él para que atendiera a los enfermos durante el tiempo que se ausentaban los médicos, quienes por lo general, solo llegaban a la zona una vez al mes, si las condiciones de los caminos que comunicaban con Naranjo y con San Ramón se los permitía.
Nació en Poás de Alajuela el 20 de agosto de 1892. Murió en Ciudad Quesada el 01 de julio de 1969, a la edad de 77 años. Hijo de Agustín Rodríguez Solís y María Murillo Chaves. Estudió en el Colegio Seminario, en San José, de 1908 a 1912. Entre 1913-1914 se trasladó a residir a Villa Quesada, donde vivía su hermana Susana Rodríguez Murillo, casada con Aquiles Hidalgo Quesada. En 1924 se casó con María Quirós Álvarez y engendró 6 hijos: Julia, Dora, María Esther, Sara, Jorge Luis y Alfonso (+). En 1924 ejerció el cargo de Tesorero Municipal, sucediendo en este puesto a José María González. En 1927 se desempeñó como Regidor Propietario de la Municipalidad de San Carlos, según consta en las actas municipales de la época. Este mismo año, siendo Presidente Municipal, firmó junto con el Director General de Obras Públicas el convenio que dio origen a la construcción de la cañería de Villa Quesada. Al igual que muchas personas de la comunidad, contribuyó con dinero para financiar la mano de obra requerida para instalar la tubería de conducción. En 1933 integró la Comisión Pro- Carretera a San José. Don Darío trabajó en la Junta Rural de Crédito del Banco Nacional de Costa Rica, cuando este banco no tenía sucursal en Villa Quesada. Él se encargaba de recibir el dinero que pagaban los deudores a esta entidad bancaria y les entregaba el recibo, labor que realizaba en el almacén que tenía. El dinero que recibía y los recibos del banco, los guardaba en un mueble de madera que
En esta botica trabajaron como regentes varios farmacéuticos, entre ellos: Alejandro Soto, Juan Bautista Nigro Borbón, Miguel Ángel Bulgarelli Flores, Julita Rodríguez, Carmen María Nema y Virginia Vargas. Don Darío se asoció con don Teófilo Arroyo y juntos compartían una finca ubicada en Quebrada Azul y un almacén donde vendían abarrotes, telas y artículos de ferretería, entre otros. Al finalizar con esta relación comercial, don Darío se dejó el almacén y Teófilo la finca. Más adelante se asoció con Juan Ferraro Ocaña y juntos atendieron el almacén. Esta