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Maternidades políticas: las Artes Visuales como potencia política y epistemológica (Chile y México

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Chile - México

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Maternidades políticas: las Artes Visuales como potencia política y epistemológica (Chile y México).

En los capítulos anteriores, hemos transitado por un proceso de descentramiento en mujeres que han cuestionado la maternidad y han irrumpido en el arquetipo de la madre. Estas experiencias nos han permitido conectar prácticas, eventos y temporalidades para comprender, en primer lugar, la trascendencia de la historia en las maternidades políticas, como lugar de enunciación y resistencia en las artes visuales tanto en Chile como en México. Es así como pudimos constatar que, en México, la influencia del movimiento estudiantil del 68 ha sido crucial en el nacimiento y despliegue artístico de variados grupos. Fue una desmaterialización en el campo de las artes y artistas excluidas/os/es del canon del arte institucional, que se venía dando desde los 60 en el ámbito internacional, con artistas como Joseph Beuys y en México, con las experiencias controversiales del Grupo Pánico62 . De todos los grupos de la escena artística de México, la artista que ha logrado persistir dentro del ambiente artístico y activista es Mónica Mayer, quien es hija de esta generación de ruptura que la dotó de un carácter especial al ser parte del feminismo de la segunda ola en México en los años 70s63 .

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62 Movimiento de 1962 creado por el dramaturgo español Fernando Arrabal, el escritor y dibujante francés Rolando Topor y el cineasta chileno Alejandro Jodorowsky. Basaron en su visión peculiar del simbolismo, dada su creencia inamovible en el psicoanálisis. 63 Cabe señalar que luego de la efervescencia de las performances en 1970 en México, comienza en 1990 a institucionalizarse la performance gracias a Lorena Wolfer, Eloy Tarcisio, Elvira Santa María, entre otras/os artistas. Ellas/os han generado una gran labor hasta nuestros días, influyendo en el ámbito del cine, el arte objeto, los cruces 93

Mayer logró politizar la maternidad a través del arte y la performance, continuando su trabajo hasta el día de hoy. Con su legado, comenzó a construir en el imaginario artístico y activista de México, un discurso crítico en torno a las maternidades, donde el cuerpo es el principal eje de este discurso. Como señala Antivilo: «Para las artistas visuales feministas, el cuerpo de las mujeres es el lugar en que se ha materializado la opresión femenina». (76) Muchas de las autoras que hemos señalado en esta investigación, devienen del feminismo post-sufragista de los setenta donde se instauró lo político y lo sexual como modelo emancipatorio. En sus discursos nos encontramos con una red de categorías, pero que están en constante relectura y construcción de nuevas sujetas políticasactivas. Ya que como advierte Foucault, «el discurso manifiesto no sería a fin de cuentas más que la presencia represiva de lo que no dice». (Focault 38) Es así como las feministas desestabilizan el modelo y el arquetipo de maternidad instaurado en la sociedad como un deber ser. Sensaciones tan válidas como la clásica «culpa» por el desapego, el derecho a no ser madre y el aborto, son temas que reflejan a la mujer en la actualidad. Para lograr una real liberación es necesario analizar, invocar a nuestra madre u otras representaciones de ella para generar una profunda reflexión que nos otorgue las herramientas para poder sanar y lograr, en alguna medida, desestabilizar y no ceder a un modelo social impuesto que históricamente nos ha oprimido. Sin duda, la opción por nuevos modelos familiares, la negación al matrimonio, la participación del padre como reforzamiento afectivo,

entre teatro y performance, disolviendo la concepción hegemónica e imperante en las artes parceladas.

la inserción en el mundo laboral, o prescindir de una pareja para la crianza, significa entender la diversificación de las formas familiares con autonomía y libertad. Es por ello que en este capítulo escucharemos las voces de seis artistas visuales madres, donde sus trabajos no sólo son vistos como un ejercicio bifurcado desde una dimensión estética, sino que representan el modo de acción que permite vivenciar estas prácticas feministas y de maternidades críticas. Uno de los puntos centrales de esta investigación, la filósofa feminista Luce Irigaray propone recuperar la relación con la madre, rescatarla de la ley del padre, revirtiendo el exilio simbólico del cual hemos sido históricamente observadoras, proponiendo en su retorno la instalación del cuerpo como lugar de conocimiento. Así, se pretende atender a ciertos prejuicios de producción intelectual que han desestimado el conocimiento artístico como espacio de reflexión política y creación epistémica. El trabajo de las artistas-madres que son parte de esta investigación, se vincula con que todas son de la generación post dictadura en Chile y, por otra parte, las artistas mexicanas son hijas de la generación del legado feminista de Mónica Mayer. Artistas, generaciones, maternidades y trabajos que dialogan entre sí. Un entramado micropolítico aunado al contexto geopolítico, generacional y pandémico, que mediante entrevistas nos permiten un análisis más cercano y transversal, develando la riqueza de categorías como el cuerpo, la crianza, mujer latinoamericana y la sexualidad, entre otras. Permitiendo este diálogo con su propio trabajo y sus propias particularidades.

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