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Crónicas del Parque. Por Ernesto Garabato
Crónicas del Parque Por Ernesto Garabato
LOS AROMAS EN SAAVEDRA (El amor en época de cuarentena)
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Todos sabemos que el viento transporta los olores, lo que no saben algunos es dónde los deposita. Se encarga, el viento, de seleccionar y clasificar los aromas, pero pone su empeño en su transporte y acarreo. Los poetas del parque, luego de consultar a la rosa de los vientos y a varios heliógrafos, concluyeron en que la milenaria sabiduría le daba al viento la potestad de separar y clasificar los distintos aromas y dejarlos donde son necesarios. Él vive en una casa al norte de Saavedra, la casa de ella está más al sur. Ambos abren sus ventanas cuando sopla el viento sur o norte, sólo cambia el dador y el receptor. Una vez que sus olfatos perciben lo anhelado, cierran todo herméticamente. De tantas idas y vueltas de sus aromas de una casa a la otra, de tanta mixtura, los dos huelen igual, pero al respetar el aislamiento, ellos no lo saben, no pueden saberlo. Es un aroma inconfundible, único, irrepetible, que los embriaga. Tan intenso que saturaría el barrio si alguna vez rompieran la cuarentena, y ni hablar si se fundieran, se mixturaran y tuvieran sexo.