>Apoyo a la Funciรณn de Asistente Distrital de Programa Versiรณn 1 www.scouts.org.ar
Estimados hermanos scouts:
Como parte de las funciones de la Dirección Nacional de Programa de Jóvenes, entendemos que es útil y necesario prestar apoyo a la tarea, por medio de distintas estrategias, a todos aquellos Educadores Scouts que de una forma u otra implementan nuestra propuesta educativa.
También entendemos que hay muchas respuestas a sus preguntas que encontrarán ustedes mismos con el andar. En este sentido, nuestro Método Scout plantea el “aprender haciendo” como una forma de aprendizaje por medio de la experiencia que uno mismo tiene y genera por acciones. Esta misma idea podemos trasladarla a nuestro quehacer y darnos la oportunidad de aprender en la acción.
Pensando en la necesidad constante de revisar nuestras prácticas (tanto en lo que hace a la implementación del Programa de Jóvenes como a las funciones que permiten que se lleve a cabo), así como en la cantidad de nuevos Asistentes Distritales que posiblemente asuman esta función este año, es que desde la Dirección de Programa de Jóvenes hemos diseñado este material de apoyo a la función de Asistente Distrital de Programa de Jóvenes. Si bien este material no cubre todas las aristas que significa ser Asistente Distrital de Programa de Jóvenes, al menos deja planteados algunos puntos que pueden ser nodales en el desarrollo de la tarea. Además dejamos aclarado que este material no viene a reemplazar nuestras normas asociativas, sino a contextualizarlas en medio de nuestra tarea (es decir, analizar que se espera de nuestra función en armonía con el resto de la estructura asociativa).
Las ideas expresadas en este documento no son nuevas dentro de nuestra Asociación sino que retoman algunos documentos producidos por la Dirección de Programa de Jóvenes en otro momento, así como dejar por escrito muchos conceptos que hemos abordado en distintas charlas o encuentros con Educadores, y compilar experiencias compartidas a lo largo y ancho de nuestro país. Por eso los invitamos a recorrer estas líneas, a reflexionarlas, a criticarlas, a trabajarlas en equipo, a leer los puntos que les resulten de mayor interés o necesidad. Los invitamos a hacerlas vida en sus acciones. Esperamos que les sean de utilidad en su función para dar un apoyo de calidad a los Grupos Scouts de sus Distritos para que entre todos podamos seguir construyendo un mundo mejor. Siempre listos!
MS María Eugenia Gil Directora de Programa de Jóvenes
MS Juan Manuel Salvado Director Ejecutivo
Nuestro espacio: El Distrito Scout
mento General de Scouts de Argentina A.C.). A renglón seguido empieza a establecer pautas de funcionamiento: cantidad de Grupos Scouts que lo integran, órgano de gobierno, el funcionamiento del Consejo de Distrito y Comité Ejecutivo, funciones y tareas de los adultos que prestarán servicio, entre otras cuestiones.
Al iniciar el camino dentro de una nueva función en nuestro Movimiento Scout, solemos tener una sensación de vacío o de no tener muy claro qué debemos hacer, más allá de las ganas, de la motivación personal o el compromiso asumido. De hecho, si en otra oportunidad ya desarrollamos esa misma función, es un buen ejercicio repensar tanto la función como a nuestras condiciones para llevarla a cabo esta vez.
Para este primer análisis tomaremos algunos conceptos como “estructura de animación y coordinación operacional y educativa” y “representación de los Grupos Scouts”.
Por eso, y como primer paso, el Educador Scout suele buscar entre distintas fuentes “alguna ayuda” que le clarifique este panorama. Así es como releemos el Reglamento General, algunas Normas que podamos encontrar relacionadas, material que está en internet (el cual en muchos casos es de dudosa procedencia y puede llevar a ideas erróneas) o que nos prestan material, mantener reuniones o entrevistas con personas de confianza que han desarrollado la tarea o que consideramos que pueden hacernos un aporte significativo. Como primer paso no está mal. De hecho podemos decir que es “natural”. En todo caso lo que podemos destacar como negativo es el “no hacer nada” o creer que las cosas se clarificarán por sí mismas con el tiempo o por “osmosis”.
Aunque el Reglamento se esté refiriendo a una “representación política”, no existiría tal si no existiesen Grupos Scouts. Sin ellos directamente no existiría el Distrito. Esta idea que parece una obviedad, debe marcarnos y recordarnos constantemente que todas las acciones que hagamos como Asistentes Distritales de Programa deben generar un beneficio o apoyo al trabajo que ya están haciendo los Grupos Scouts, sean beneficios directos o indirectos. Por ejemplo, al generar acciones distritales que posicionen al Movimiento Scout entre las instituciones educativas de la localidad, es probable que a largo plazo repercuta sobre la visibilización de los Grupos Scouts. Y es allí donde entra a jugar el segundo concepto resaltado “estructura de animación y coordinación de los planes”. Si vemos al Distrito como una estructura sin dependencia de los Grupos Scouts, con una vida propia y a su vez ajena a las realidades de éstos, entonces caemos en una idea verticalista y contraria a la cooperación que esperamos para el funcionamiento de nuestra organización. Es una figura muy poco feliz para describir a nuestro Movimiento Scout, pero suele ser un sentimiento cuando no nos sentimos parte de lo que hacemos porque su construcción es por fuera de los Grupos Scouts. Sentimiento que puede suprimirse si somos parte de la construcción y puesta en marcha de “los planes nacionales, zonales y distritales”, si éstos reflejan las necesidades, aspiraciones e intereses, y ni que hablar cuando los resultados repercuten favorablemente sobre los Grupos Scouts, siendo palpables para todos.
Igualmente, estos son los primeros pasos, no los únicos. A esto debemos sumarle: reuniones con el supervisor y equipo de trabajo donde podremos ir poniendo en palabras concretas a la tarea, momentos de capacitación, experiencias de formación, momentos de compartir experiencias con pares, momentos de autoformación, etc. La cuestión es que debemos saber: qué es lo que se espera de mí en ésta función, qué es lo que hoy puedo hacer con mis capacidades, qué cosas no puedo hacer por mí mismo y qué necesita efectivamente el Distrito donde presto servicios. En otras palabras, ser conscientes de la brecha entre lo que “me imagino” y lo que “realmente es”. A su vez debemos tener en claro dónde voy a prestar servicio, qué características tiene este espacio, para después poder pensar en cuál es el rol esperado en dicho contexto. Y así ver efectivamente qué acciones pondremos en juego, debiendo considerar las capacidades personales, tiempos, recursos disponibles, etc. Muchas veces sucede que al no seguir una lógica u orden de pensamiento similar a este, terminamos poniendo tiempo y esfuerzo en acciones que no se corresponden con lo necesitado o con lo esperado.
Deberíamos entender que nosotros, desde el Distrito, debemos de dar “apoyo” a lo que sucede en los Grupos Scouts. No podemos suplantar sus actividades y mucho menos sofocar o asfixiar aquello que debe naturalmente darse ahí. Pensemos esta idea de “dar apoyo” desde una óptica propia de la implementación del Programa de Jóvenes ¿qué pasaría si suplantamos las actividades de las unidades ? ¿Podríamos desarrollar el Método Scout tal como está pensado en la actualidad? Usemos como ejemplo el caso de “la progresión personal”. Pensemos que como mínimo un Distrito tiene tres (3) Grupos Scouts, es decir, posiblemente tendrá tres (3) Unidades Scouts. ¿Se imaginan ustedes desarrollar actividades que propicie la Progresión Personal con esa cantidad de scouts? Alguno dirá “si tenemos la cantidad de adultos
Les proponemos empezar repensando al Distrito Scout… Nuestro Reglamento General dice “El Distrito Scout es la estructura de animación y coordinación operacional y educativa de los planes nacionales, zonales y distritales en el ámbito territorial de su competencia. Al mismo tiempo representa a los Grupos Scouts ante los niveles superiores de la organización.” (Artículo 3.1.1 del Regla-
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Dirección de Programa de Jóvenes – Scouts de Argentina
debieran trabajar juntos para la implementación efectiva del Programa de Jóvenes.”
necesarios, podemos hacerlo”. Es verdad, pero ¿Cuántas veces nos vemos anualmente para hacer actividades todos juntos? ¿Cuántos recursos debemos movilizar para organizar una actividad para todos? ¿Podemos garantizar que trabajemos de forma progresiva y personalizada? ¿Podemos agotar en una actividad distrital todo lo que implica este proceso? Podemos encontrar respuestas y soluciones a estas cuestiones pero lo que estaríamos haciendo es forzar a un organismo a generar algo para lo cual naturalmente no fue pensado.
A su vez dice que “Sin el Programa de Jóvenes, no hay Movimiento Scout”. Tal vez a muchos esta frase les suene exagerada, pero entendemos que no lo es si vemos que la razón de todo lo que hacemos aquí es en pos de colaborar con la educación para la vida de los niños y jóvenes. Educación para la vida que proponemos en las distintas actividades que desarrollamos con los niños y jóvenes. Nuestra tarea como Movimiento Scout es “educar para la vida” y todos los jóvenes y adultos somos responsables de hacerlo realidad.
Debemos aclarar que no estamos diciendo que las actividades distritales no permiten la implementación del Método Scout sino que no todas las actividades permitirán desarrollar el Método Scout en su plenitud. Sin dudas, las unidades que componen el Grupo Scout son el lugar privilegiado donde se ve en todo su esplendor el desarrollo del Programa de Jóvenes.
Si nosotros, que somos quienes desde el Distrito le damos apoyo a los Grupos Scouts para desarrollar el Programa de Jóvenes, no somos capaces de generar una idea clara de que toda acción que realizamos debe repercutir sobre la educación de los niños y jóvenes, entonces estaríamos haciendo activismo o algo distinto a la propuesta del Movimiento Scout. A esto debemos sumar que las acciones deben tener ciertas características: buscar satisfacer tanto las necesidades de los niños y jóvenes (teniendo como guía a la Misión del Movimiento Scout) como hacer realidad el Proyecto Educativo en la vida de cada uno de los miembros de nuestra organización. Esto siempre generará una tensión entre el ideal expresado en nuestro Proyecto Educativo y las prácticas cotidianas de nuestros Grupos Scouts. Esta tensión debe ser lo que nos dé impulso a nosotros a trabajar aún más.
En conclusión, nuestra forma de implementar el Programa de Jóvenes en el Distrito, es distinta. Nuestro rol es darle apoyo a los Educadores Scouts en la tarea que “ellos” realizan en sus unidades.
Nuestro Programa de Jóvenes. Al entender que el Distrito Scout debe ser una espacio colaborativo, de apoyo a la vida de los Grupos Scouts y a su vez de coordinación de acciones en favor de éstos según sus necesidades, debemos pensar cuál es la importancia del área de Programa de Jóvenes dentro de nuestra Asociación y cómo encararla en el Distrito.
Tal vez alguno pueda decir que esta frase de “achicar la brecha entre el Proyecto Educativo y las prácticas de nuestros Grupos Scouts” o alguna similar ya es vieja en nuestra Scouts de Argentina. Pero si pensamos en que los intereses y necesidades de los niños y jóvenes van cambiando a lo largo del tiempo, las condiciones de los espacios de nuestra asociación y que a su vez los desafíos de la sociedad son otros, nos encontraremos replanteándonos constantemente nuestra oferta educativa y las acciones que ponemos en juego para llevarla a cabo.
La Política Scout Mundial de Programa de Jóvenes, definida en la 40° Conferencia Scout Mundial de Eslovenia en el año 2014 puede ayudarnos a clarificar nuestro rol: “¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL PROGRAMA DE JÓVENES?
En síntesis: el Programa de Jóvenes es la forma particular de cada grupo de edad (Rama) de desarrollar el Método Scout según sus características evolutivas, lo cual permitirá hacer realidad la Misión del Movimiento Scout. Así el Programa de Jóvenes es la actividad principal del Movimiento Scout, la cual se vive en cada unidad de cada Grupo Scout. Este Programa de Jóvenes es el conjunto de experiencias de aprendizaje que favorecen al desarrollo personal de los niños, niñas y jóvenes. Desarrollo personal que se da como un proceso progresivo.
El Movimiento Scout es un movimiento educativo para y de los jóvenes, basado en los Fundamentos del Movimiento Scout: su propósito, principios y método. La causa del Movimiento Scout es Educación para la Vida, donde el Programa de Jóvenes es el medio principal a través del cual los jóvenes son educados para la vida. Por lo tanto, el Programa de Jóvenes es el elemento central del Movimiento Scout, el vehículo a través del cual se alcanza el propósito del Movimiento Scout. Sin el Programa de Jóvenes, no hay Movimiento Scout. Dado lo anterior, todas las otras funciones en una Organización Scout Nacional son meramente de apoyo a la implementación del Programa de Jóvenes; por ejemplo, las estructuras de gestión, la formación de adultos, los equipos de comunicación, los recursos financieros. Esto no significa que los adultos que están trabajando en el Programa de Jóvenes son las personas más importantes en el Movimiento Scout: significa que todos los adultos
“Apoyo a la función de Asistente Distrital de Programa”
Nuestra tarea de Asistente Distrital de Programa. Al tener en claro el espacio donde trabajaremos y la importancia de nuestra área dentro del Movimiento Scout, es momento de analizar qué se espera de mi función en particular.
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Por otro lado, el Auxiliar Distrital de Rama integra el Equipo Distrital de Programa y tiene como función el apoyo a la tarea educativa que desarrollan las distintas unidades de la misma Rama que se encuentran en el Distrito.
Cuando leemos del Reglamento General la composición del Consejo de Distrito y la descripción de funciones de los miembros del Comité Ejecutivo Distrital, suele presentarse la duda sobre la diferencia entre las funciones del Auxiliar Distrital de Rama y el Asistente Distrital de Programa.
Estas similitudes y diferencias genéricas (junto con el detalle de la descripción de tareas que hace el Reglamento) deben quedar bien claras dentro del Equipo Distrital de Programa para pensar en acciones eficaces y evitar superposiciones que generen situaciones indeseadas. Un ejemplo puede ser la ocasión de la visita a un Grupo Scout. Mientras que el Asistente Distrital de Programa observará o buscará puntos relevantes que le hablen sobre la integralidad de la propuesta de Programa, el Auxiliar Distrital de Rama observará cuestiones específicas de la unidad que le permitan tener una idea de cómo en concreto el Programa de esa Rama está siendo llevado a cabo.
En principio establece que “todos” deben buscar promover un desarrollo cuantitativo y cualitativo del Distrito. Desarrollo cualitativo que se relaciona directamente con la calidad del Programa de Jóvenes que se desarrolla en el Distrito, que permitirá un posicionamiento y reconocimiento del Movimiento Scout a nivel local. El Asistente Distrital de Programa integra el Comité Ejecutivo Distrital, sirviendo como asesor del Director de Distrito y del Consejo de Distrito en cuestiones relacionadas al Programa de Jóvenes. A los fines de asesorar correctamente, deberá valerse del trabajo en conjunto con los Auxiliares Distritales de Rama (con quienes conforma el Equipo Distrital de Programa). Además, siendo parte del Comité Ejecutivo Distrital, podrá junto a los Asistentes de las otras áreas establecer objetivos y acciones que permitan llevar a cabo el Plan Estratégico Distrital. Es decir, que deberá no sólo procurar un trabajo integrado con las distintas áreas dentro del Comité Ejecutivo (Adultos en el Movimiento, Comunicaciones, Juventud, etc) sino que además deberá velar por la integralidad y coherencia en el desarrollo de la propuesta de Programa de Jóvenes en las acciones propuestas trabajando con el Equipo Distrital de Programa.
Acompañamiento
Objetivo
Tareas requeridas
Debemos considerar que estas definiciones no serán sólo el producto de una reunión de Equipo, sino de la sucesión de éstas y la evaluación de las tareas, donde pueda verse en concreto las tareas y responsabilidades de cada uno y cómo se articulan entre sí para dar apoyo a los Grupos Scouts. Nos gustaría cerrar estas ideas con un pequeño cuadro resumen con las tareas que demanda nuestra función de Asistente Distrital de Programa. Este cuadro es una adaptación para el Distrito del Documento “Las cuatro caras de la Animación Territorial del Programa de Jóvenes”. (“La animación territorial del programa de jóvenes” de Héctor Carrer; Oficina Scout Mundial – Región Interamericana. 2012):
Implementación
Evaluación
Diseño
Ayudar a mejorar las prácticas educativas de modo de acortar la brecha entre el Proyecto Educativo y lo que sucede en el Grupo Scout.
Ayudar a aplicar los conceptos y contenidos del Programa de Jóvenes para generar experiencias de aprendizaje.
Poseer información que permita tomar decisiones pertinentes.
Generar estrategias y acciones que permitan abordar tanto los conceptos y contenidos del Programa de Jóvenes, como las necesidades detectadas en el diagnóstico.
Observar: para obtener información que nos permita comprender lo que sucede. Evaluar: para establecer estrategias de intervención adecuadas a cada caso, contexto, etc. Acompañamiento y seguimiento ameno, cercano y oportuno: para ayudar a corregir errores y reforzar las buenas prácticas.
Diseminar la información de manera estratégica. Comunicar y acompañar en su concreción ante los cambios (si los hubiere) a todos los involucrados. Apoyas a los Equipos para que cada vez se sientan más seguros y sean más competentes.
Relevar y mantener la información actualizada. Propiciar la reflexión sobre las prácticas educativas en cada Grupo Scout.
Identificar las demandas (sociales, económicas, políticas y culturales) de la comunidad y tener en claro las necesidades e intereses de los niños, niñas y jóvenes.
Todas estas tareas requieren: coordinar acciones con otras áreas del Comité Ejecutivo; hacer equipos; comunicar adecuadamente; ayudar a resolver conflictos; generar procesos participativos.
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Dirección de Programa de Jóvenes – Scouts de Argentina
ra ser realizado por el Equipo Distrital de Programa (es decir, con la participación activa de los Auxiliares Distritales de Rama) para que estos puedan aportar su mirada específica sobre la Rama y mismo ser partícipes desde el inicio del trabajo del área.
Para poder desarrollar estas tareas es necesario que tengamos algunas habilidades, conocimientos o competencias básicas, como ser: Conocer la Misión del Movimiento Scout, el Proyecto Educativo de Scouts de Argentina, la propuesta de Programa de Jóvenes. Además tiene que tener una actitud de humildad para transmitirlo y compartirlo con sus pares. El desarrollo de la función se complicará si nos posicionamos como “los dueños del saber o la verdad” o en una “falsa posición de superioridad”. Al contrario, debemos presentarnos para aportar una mirada nueva, distinta o complementaria a aquello que están llevando a cabo en el Grupo Scout.
Generar con el Equipo Distrital de Programa un conjunto de posibles objetivos y acciones para que en la medida de lo posible esto sea parte integrante del Plan de Distrito. Como pasos previos a este podrían generarse espacios por Rama para conocer las opiniones y expectativas de los Educadores en relación a la propuesta de trabajo y sus visiones. Trabajar con el Comité Ejecutivo Distrital para ver en las acciones propuestas el apoyo requerido para llevarlas a cabo (trabajo entre áreas).
Conocer el Distrito, es decir, parte de la historia reciente del Distrito y de los Grupos Scouts que lo componen y su gente.
Presentar la propuesta integral al Consejo de Distrito para su aprobación.
Demostrar interés por lo que hacen las unidades o Grupos Scouts y valorarlo positivamente.
Planificar y ejecutar acciones acordadas en el Plan Estratégico Distrital.
Trabajar en equipo tanto con los Auxiliares Distritales de Rama como con los Educadores de las unidades.
Evaluar el impacto de las acciones en relación a los objetivos propuestos.
Promover la circulación de información y el interés por mantenerse actualizado.
Para las distintas acciones que se vayan a planificar será necesario trabajar con los Educadores Scouts de las unidades, es decir, promover que los Auxiliares Distritales de Rama conformen un Equipo Distrital de Rama que incluya a “todos” los Educadores. Este trabajo en equipo hará que todos se sientan participes de las acciones y en consecuencia de los resultados que a futuro se obtendrán. Este mismo concepto es el esperado en la relación entre Asistente Distrital de Programa y los Auxiliares Distritales de Rama.
Escuchar para después dar una palabra oportuna (si es que la tiene). Aportar una mirada enriquecedora Tener una conducta respetuosa de la diversidad. Tal vez suene trillado y aplicable a cualquier función dentro del Movimiento, pero es necesaria la consideración de estas ideas porque influirán en la forma y calidad de nuestro trabajo.
Para llegar a plantear un diagnóstico que identifique las necesidades debemos entre otras acciones, poder generar una herramienta que nos permita medir esto. Por lo general, se utilizan las encuestas o relevamientos, pero debemos saber que con esto no alcanza ya que no suele arrojar explicaciones profundas sobre lo que sucede. Por lo que deberemos recurrir a otras herramientas que nos permitan corroborar y mejorar la información disponible como ser las visitas periódicas a los Grupos Scouts.
Empezando nuestra tarea en el Distrito. Una vez que tengo en claro mi función como Asistente Distrital de Programa (al menos en cuanto lo que plantea el Reglamento General de Scouts de Argentina), por donde empezamos?? Si bien no hay fórmulas “universalmente” comprobadas, podemos pensar en distintas experiencias desarrolladas, que siguiendo una lógica, han dado buenos resultados:
Pensar en que el diagnóstico lo puede hacer en soledad un Asistente Distrital de Programa o un Auxiliar Distrital de Rama es un grave error que tiene posiblemente sus raíces en la idea de la auto suficiencia de la persona o creer que conoce cabalmente la realidad al punto de no necesitar corroborarla con los verdaderos hacedores del Programa de Jóvenes. Por eso necesitamos generar un “diagnóstico participativo”.
Generar un diagnóstico del estado actual de la implementación del Programa de Jóvenes (conociendo los intereses y necesidades en la puesta en acción) para detectar los aspectos comunes a todos las unidades de los Grupos Scouts y los aspectos específicos de estas que tal vez los diferencian del resto. Este primer trabajo debie-
“Apoyo a la función de Asistente Distrital de Programa”
De la comparación del estado actual de la Unidad con algunos parámetros propios del Programa de Jóvenes, surgirán las “necesidades de cambio y sen-
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tidas”. El acordar sobre el estado actual (diagnóstico), nos allanará el camino para acordar las acciones que realizaremos en pos de un estado deseado a futuro. Nos permitirá entre otras cosas que “todos empujemos para el mismo lado” siendo participes y responsables de lo que generamos. Todos debemos saber que las acciones que emprendamos serán para mejorar en calidad la propuesta educativa que viven los niños, niñas y jóvenes de nuestros Grupos Scouts.
sincerarnos y ver efectivamente cómo estamos para después empezar a pensar qué podemos hacer realmente.
Tomando impulso para la acción. Constantemente, en las distintas funciones que se desarrollan dentro del Movimiento Scout, el Educador Scout se encuentra tomando decisiones. Ese no es el problema. El problema es el tipo de decisiones que toma y cómo lo hace.
La importancia de la reflexión crítica en medio de nuestra tarea.
Tomar decisiones implica tener la capacidad de elegir entre varias posibilidades, poder pensar en distintas acciones para responder de la mejor manera posible a las necesidades e intereses de los Grupos Scouts desde la misma propuesta educativa. Esto requiere tener información disponible, de cierta calidad, para evitar tomar decisiones equivocadas.
Parece ser usual que los Educadores tengamos dificultades para realizar una reflexión crítica y sistemática de nuestras prácticas educativas. Cuando hablamos de “una reflexión crítica” nos referimos a una revisión consciente de nuestras acciones. Una reflexión que busque constantemente acortar la brecha entre el plano ideal de nuestra Misión y Proyecto Educativo y las actividades que generamos en nuestros Grupos Scouts y en relación a la sociedad en la que estamos. Esta falta de reflexión puede observarse en los distintos niveles de la Asociación y el Área de Programa no es la excepción. Por eso debemos de ser los Asistentes de Programa quienes ayudemos desde nuestra función a instalar esta práctica educativa. Debemos aprender y enseñar cómo se hace, pudiendo empezar nosotros en nuestros encuentros o reuniones para que cuando vean el valor de esto y su mecánica, puedan replicarlo naturalmente en sus equipos de trabajo.
Nos encontramos con distintos tipos de decisiones: decisiones estratégicas (se relacionan con los alcances de nuestra propuesta en el territorio y el impacto que puede producir; estas merecen ser compartidas con la mayor cantidad posible de personas y a su vez ser tomadas formalmente por los órganos de gobierno del organismo), decisiones de gestión (se relacionan con la concreción de las decisiones estratégicas en el territorio, como ser la necesidad de generar redes de trabajo con organismos de gobierno locales u organizaciones educativas para dar soporte a la acción), y decisiones operacionales (se relacionan con las tareas de las distintas personas).
Una oportunidad de generar estos espacios de reflexión es en medio de nuestras reuniones (y vaya si no invertimos tiempo en encontrarnos!). Tanto los Grupos Scouts, como los Distritos y Zonas suelen proponer un modelo de reunión centrado en brindar información, organizar acciones y evaluar, pero en muy pocos casos se exploran otros motivos y formatos de reunión. Ni que hablar de discutir sobre Programa. No son usuales las mesas de debate o foros para discutir y buscar soluciones a problemáticas comunes, o la presentación de temas disparadores de actualidad, o de actividades ejemplares que puedan ser llevadas a cabo por las unidades. Actividades de este estilo para los Educadores permitiría tener un panorama más amplio sobre situaciones o ideas, y generar una reflexión concreta que permita visualizar y comparar su realidad con la propuesta educativa desde otra perspectiva. A su vez no se percibe la necesidad de brindar oportunidades para el crecimiento personal de los Educadores en este tipo de espacios, más allá de los contenidos formales previstos en el Sistema de Formación.
Podemos dividir a la toma de decisiones en distintas etapas:
Tal como planteamos en otro momento, para iniciar nuestra tarea debemos tener un diagnóstico pero no podremos generar uno si no tenemos un espacio de reflexión crítica que nos permita auto evaluarnos. Este momento debe ser de introspección, mirarnos adentro,
Pensamiento sistemático: un problema existe; está relacionado con una situación (es decir, muchas causas) lo cual exige una puesta en marcha de varias acciones. La solución tiene efectos más allá del impacto previsto. Por lo cual se puede evaluar según el
1°.- determinar el problema: una mala identificación puede llevarnos a decisiones o soluciones equivocadas. 2°.- analizar la situación: es una fase de estudio y relevamiento de la información. La idea es comprender el conjunto de variables que entran en juego en la situación. Para esto es importante la información disponible. Esto demanda también confiar en el informante (por ejemplo, si para relevar la información hacemos una encuesta, no puedo cuestionar las capacidades de los encuestados porque arrojaría como resultado una información “poco confiable” que nos puede resultar inútil para la tarea). En este punto, suelen identificarse dos tipos de pensamientos: Pensamiento lineal: un problema existe; éste tiene una sola causa y una única solución (fija e inmutable). Entonces la solución se evalúa en relación al impacto sobre el problema.
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peso que tengan los efectos previstos y no previstos.
Haciendo equipo para la tarea.
3°.- definición de objetivos y prioridades: implica determinar prioridades de orden educativo, organizacional y económico. Esto demanda tener en claro la situación actual del organismo (sus aspectos favorables o no) para poder visualizar la “capacidad real de acción” y así proponer “metas realistas”. También demanda tomar la decisión en el órgano de gobierno correspondiente no sólo para tener el apoyo necesario desde el primer momento sino para generar una visión compartida (lo cual repercute sobre el compromiso en la concreción de las acciones).
Desde los orígenes del Movimiento Scout, Baden Powell apostó al “trabajo de equipo” como medio de aprendizaje. En este sentido nuestro Método Scout lo recoge como elemento infaltable de nuestra propuesta educativa y nosotros lo adaptamos a cada Rama (según las edades y características evolutivas) entendiendo al “pequeño grupo” como una “comunidad de aprendizaje”.
4°.- estudio de soluciones alternativas: es un ejercicio valioso junto al equipo comparar cada una considerando los recursos disponibles, con sus ventajas y desventajas. También hay que considerar la posibilidad de desarrollar todas las alternativas para alcanzar la solución. 5°.- evaluación de la elección: una buena evaluación situacional conducirá a decisiones acertadas. Para esto debemos definir algunos criterios o indicadores para evaluar las acciones, evaluar en qué medida responde a lo que habíamos planeado.
En el caso del Distrito, particularmente en el área de Programa de Jóvenes, nuestro Reglamento General deja planteado dos (2) equipos de trabajo: Equipo Distrital de Programa (conformado por el Asistente Distrital de Programa y los Auxiliares Distritales de cada Rama) y Equipo Distrital de Rama (conformado por el Auxiliar Distrital de Rama y todos los Educadores Scouts de cada Grupo Scout de esa Rama). Explícitamente nos indica con quienes trabajar como mínimo pero no significa que no podamos organizar “equipos de proyectos”, es decir, que se conformen para una acción particular y se desarme tras su concreción.
Algunos criterios útiles para considerar al momento de elaborar objetivos y acciones: Que sea de acuerdo al Proyecto Educativo de Scouts de Argentina y la Misión del Movimiento Scout. Que sea concordante con la propuesta educativa expresada en el Programa de Jóvenes (que encuadre dentro del método educativo que proponemos). Que sea una intervención adecuada y oportuna (tanto en tiempos como en contenido).
Conformar equipos es una de las tareas más interesantes que puede afrontar cualquier Educador Scout. Es una tarea que demandará mucho esfuerzo y tiempo al inicio, pero que con el correr del tiempo y de las experiencias que se generen dentro de éste, tendrá repercusiones sobre la calidad de lo producido.
Que sea participativa: que involucre a todos los Educadores relacionados con el desarrollo del Programa del territorio y aquellos que desarrollan funciones relativas a la gestión institucional de quienes también necesitaremos apoyo.
Recordemos algunas de las ventajas de armar un equipo:
Que sea crítica: que permita un análisis sobre situaciones y acciones, y que a su vez fomente en los Educadores Scouts un análisis crítico sobre lo que ellos mismos realizan. Que sea progresiva: ir de a poco, de menor a mayor. Que respete los tiempos e idiosincrasia de los Grupos Scouts. Que nuestra intervención educativa se dirija a los procesos y no directamente sobre los Educadores (por no ser supervisores de ellos en los términos de nuestra Política de Adultos en el Movimiento Scout, entre otros motivos).
“Apoyo a la función de Asistente Distrital de Programa”
La idea de trabajo en equipo se despliega en todo nuestro Movimiento Scout. De hecho, si nos ponemos a analizar toda nuestra estructura Asociativa nos encontraremos con que “ningún” adulto trabaja en soledad. Todos somos parte de un equipo de trabajo, donde debiéramos encontrar un apoyo, una contención a la tarea que realizamos, un espacio donde poner en juego las ideas y sueños. Aunque nuestro Reglamento General sólo habla de “comunidad de educativa” al referirse al Consejo de Grupo, deberíamos entender que este modelo es aplicable a todos los organismos de nuestra organización.
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Las actividades que desarrollan varias personas coordinadamente producen un mejor resultado que la suma de varias acciones individuales. A esto debemos sumar las responsabilidades que tenemos por fuera del Movimiento Scout, cuyos tiempos muchas veces se cruzan con las de “adentro”. Si afianzamos un equipo de trabajo con claridad en las tareas, entonces es muy probable que las acciones se lleven a cabo sea quien sea el que esté presente. Cuando son buenas las relaciones interpersonales y las comunicaciones entre los miembros, se reducen las comunicaciones “clandestinas”. Esto requiere evitar situaciones de disparidad entre los miembros, como ser una “mesa chica” (donde sólo algunos participan de las decisiones importantes).
Se favorece el proceso de delegación ya que quien lo encabeza se siente respaldado en las distintas tareas al contar con un equipo.
¿Por qué planteamos a la observación como una de las primeras habilidades por aprender? Porque este es uno de los elementos que a futuro no sólo nos permitirá tomar conocimiento y evaluar situaciones sino que además nos permitirá tomar decisiones acertadas.
Se genera un sentido de responsabilidad sobre lo que hacemos (motivación hacia las tareas). Se enriquece la propuesta con el aporte de cada uno. Generar un equipo de trabajo demanda tanto de quien lo encabeza como de sus miembros algunos requisitos. De parte del Asistente Distrital de Programa requiere: Tener capacidad de liderar procesos, de resolver problemas, de coordinar, de producir comunicaciones claras, de facilitar las relaciones interpersonales, de conocer la tarea que se va a desarrollar, entre otros. Además queremos compartir dos ideas que nos parecen centrales para que un Asistente Distrital de Programa de Jóvenes genere un equipo de trabajo. Ideas extraídas del texto de Rodrigo González Cao “La animación territorial en Programa de Jóvenes en el siglo XXI”:
Como ustedes recordarán, Baden-Powell en “Escultismo para muchachos” nos resume la historia de Kim: aquel niño que es entrenado por un joyero para desarrollar habilidades de observación para ser en un futuro un espía del ejército inglés. Su entrenamiento empieza debiendo recordar las joyas que le mostraba en una mesa para poder después describir lo visto. En un principio, la tarea no le resultaba sencilla y no podía recordar demasiados detalles o piedras preciosas que le presentaban. Con el paso de su entrenamiento, empezó a ejercitar su memoria y a aprender qué detalles debía buscar y recordar por ser de mayor importancia para después hacer una descripción precisa. Tomamos este breve relato para resaltar que la habilidad de la observación se desarrolla con el tiempo y el ejercicio. Una habilidad más que podemos desarrollar si nos encontramos dispuestos a la tarea, dispuestos a aprender para así prestar un mejor servicio en nuestro Movimiento Scout.
- “Contale todo a todos”: para que el equipo sea uno y trabaje todo en el mismo sentido, siempre explícale a todos lo que se espera de ellos. Si bien dentro del Equipo pueden repartirse las tareas, todos deben conocer a qué estrategias o acciones del conjunto responden. -“Explorá y explotá el potencial de todos”: apostá por el crecimiento de cada uno de los miembros del equipo, generá el espacio, el tiempo y las oportunidades de formación específicas para el rol. Para lo cual deberás generar espacios y oportunidades para que se muestren, cultiven su autoestima y reúnan experiencias para los hagan crecer y sentirse seguros. De parte de los miembros del equipo requiere: tener habilidad para un desempeño autónomo según la situación, capacidad para la escucha, compromiso con la tarea, conocimientos técnicos, capacidad de resolver problemas, capacidad de autoevaluación, tener criterio amplio para poder proponer distintas estrategias de trabajo o abordaje de situaciones, generar empatía con las situaciones que se presentan y con las personas que trabajará. La madurez del equipo se verá cuando pasemos de un modelo donde el Asistente Distrital de Programa es el productor de ideas y líder de actividades, a un modelo donde el Equipo Distrital es el productor de ideas y procesos.
¿Qué observas cuando observas? Para empezar a desarrollar correctamente nuestra función referida a animar el Programa en nuestros Distritos, nuestro territorio, una de las primeras habilidades que deberemos aprender a desarrollar es la “observación”. Necesario para poder “entrar, visitar una unidad y obtener información importante para nuestra tarea”.
Hay un detalle de la historia de Kim que no queremos dejar pasar: este niño estaba siendo entrenado para ser espía. En este sentido queremos dejar planteado que nuestra tarea justamente debe ser todo lo contrario. Ningún Asistente de Programa o Auxiliar Distrital de Rama debe ser considerado un “espía” al momento de visitar un Grupo Scout o de juntarse con otros Educadores. Nuestra tarea es dar apoyo a las actividades que ellos desarrollan, por lo que generar esa idea en los otros terminaría siendo un obstáculo más que tendríamos que superar. Una de las claves de cualquier función es el tipo de relaciones que generamos por lo cual no podemos permitirnos que nos vean como “espías” cuando queremos dar una mano. Es probable que en las primeras oportunidades busquemos observar y tomar nota de todo, como ser: cantidad de adultos y jóvenes que participan de la actividad, condiciones de las instalaciones donde se desarrollan las actividades, tipo de actividades que realizan, etc. Y como paso siguiente, al momento de revisar todo lo visto, es muy probable que nos encontremos con elementos que terminan resultando superfluos para nuestra tarea (es decir, detalles que no nos son útiles). Por eso es necesario pensar previamente qué quiero saber, para después pensar en qué debo observar para corroborar esto. En este sentido, aparece otro concepto que debemos de considerar: “el indicio”. Debemos pensar que nuestra tarea no nos ubica todo el tiempo, en toda actividad, dentro de la unidad, por lo cual habrán muchos detalles que no tendremos a mano o a la vista. Por eso
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no podemos pensar que no se dan ciertas condiciones por no verlas, sino que debemos mantener la confianza en los Educadores de que están realizando su mayor esfuerzo en un tiempo distinto al de nuestra observación para llevar a cabo el Programa de Jóvenes.
a nuestra tarea debemos pensar primero en qué deseo conocer, para después poder pensar en qué deberemos observar para recoger la información necesaria.
Pensemos en ejemplos de indicios que nos pueden hacer ver si están desarrollando el Programa de la Rama:
En este tema de la observación y las visitas a los Grupos Scouts, hay otra cuestión de suma importancia: la actitud del Asistente Distrital de Programa ¿A qué nos referimos? Muchas veces nos encontramos con dos posiciones totalmente opuestas entre sí: por un lado, personas que van en busca de los más mínimos detalles para evaluar la ejecución del Programa, o parten de la base de que todo está mal culpa de los Educadores o después hacen a la unidad una devolución en malos términos o de forma poco amigable); y por otro lado, tenemos personas para las cuales todo está bien o para quienes resulta más fácil minimizar las responsabilidades de los Educadores a simples “cuidadores de niños” (y encima creyendo que no se puede esperar otra cosa). La realidad es que ninguno de los dos casos son los que deseamos fomentar.
Nuestra actitud en la observación.
Supongamos que nos decidimos a ver si las Manadas del Distrito trabajan correctamente con la estructura de la Rama. Aquí un indicio podría ser si vemos que dentro del local, cada seisena tiene un espacio propio con divisiones y allí pasan la mayor parte del tiempo, o vemos que todos los juegos que realizan promueven la competencia entre las seisenas, entonces tendremos indicios negativos de que no están fomentando la idea de trabajar como una Manada. Supongamos que queremos ver si todas las Comunidades Caminantes desarrollan los Ciclos de Programa, ¿qué podríamos tomar como indicio? un calendario de actividades, una cartelera donde se reflejen las misiones de cada equipo, ver que cada equipo está desarrollando una actividad para la empresa, etc.
Esto nos demanda volver a pensar en nuestra función. Pensar que debemos ser un punto de apoyo para los Educadores que están con la unidad. En este sentido, debemos:
Supongamos que queremos ver en cualquier Rama cómo planifican un Ciclo de Programa: el armado y selección de actividades en relación a los objetivos educativos, la participación de los scouts en la construcción, ver cómo se articulan las actividades entre sí, qué es lo más evidente, qué es lo más abundante, qué no está. Supongamos que queremos ver el uso del Marco Simbólico. Ahí podremos prestar atención a la “ambientación o decoración de los espacios”: ver si hay dibujos, cuadros, carteleras, ver qué mensaje dan.
Considerar que las actividades planteadas responden a sus posibilidades reales (tanto en cuanto al espacio físico disponible, como a los recursos materiales puestos en juego). Considerar aquello que los Educadores conciben como Programa de Jóvenes o aquello que entienden como buena práctica, entre otras consideraciones.
Supongamos que deseamos corroborar la coherencia de la propuesta educativa en las distintas unidades. ¿Qué podría ver o hacer? Podríamos mantener conversaciones con los distintos integrantes del Consejo de Grupo, empezando por el Jefe de Grupo; ver si todas las ramas desarrollan Ciclos de Programa y qué propuestas de actividades desarrollan dentro de este; etc.
Considerar la forma en que hacemos una devolución, y particularmente que hay cuestiones del Programa de Jóvenes que podemos desarrollar de distintas formas y que no necesariamente de una sola. Estas consideraciones son necesarias para poder entender el porqué u origen de algunas situaciones y trabajar sobre esto. Pero lo que encontremos no debe tender a “achatarnos” en nuestras ambiciones sino que debemos considerarlo para superarnos, para promover llevar la mejor actividad posible a los scouts.
Además debemos observar las rutinas que acompañan a las actividades como ser los momentos de oración, los momentos de apertura o cierre de la actividad, los usos de los lugares, la forma en que los scouts se dirigen o manejan con los Educadores, etc. Todo esto puede apoyar a lo visto o ser opuesto (es decir, desentrañar el “currículo oculto” que puede haber como trasfondo de toda la acción).
También debemos ser conscientes de nuestras propias ideas porque esto también nos lleva a un recorte natural de lo observado. De hecho al interpretar con nuestra mirada lo que sucede, tendemos a completar los espacios vacíos con nuestras propias ideas (muchas veces sin preguntar, dando por sentado situaciones).
Volviendo al concepto: la observación es una habilidad que podremos desarrollar con el paso del tiempo, con el ejercicio. Para que la misma sea útil y eficaz
“Apoyo a la función de Asistente Distrital de Programa”
Considerar que los Educadores hacen su mayor esfuerzo, según sus posibilidades para llevar a cabo el Programa de la Rama (lo cual no significa que no puedan dar más a futuro).
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Debemos tener en cuenta que nuestra tarea de apoyo a los Educadores debe ser desarrollada de tal forma que no se sientan oprimidos, controlados o minimizados en sus condiciones. Debemos alentarlos a desarrollar sus tareas lo mejor posible, darles ideas claras de cómo su propuesta puede acercarse más a la propuesta educativa de la Rama.
clima que se generará en la visita (el cual debe ser vivido por los scouts como algo natural donde ellos desarrollan sus actividades normalmente, tal como estaban planificadas y bajo ningún tipo de presión), sino que también repercutirá sobre la recepción de la devolución posterior a la visita, donde los Educadores (más allá del resultado de lo observado) reconozcan que la misma se hizo con ánimo de apoyarlos en su tarea y no para “bajar línea” de lo que deben hacer.
Permiso. Buenas tardes!!
También es importante utilizar la información disponible de la misma la unidad a observar, por ejemplo, la planificación de las actividades, las evaluaciones individuales y grupales sobre los distintos procesos, etc. Pero a su vez debemos evitar una modalidad de observación puramente “administrativa” donde sólo se visan documentos (por ejemplo planificaciones de actividades o Ciclos de Programa) porque si bien esto es importante, debemos complementarlo con el diálogo con los Educadores Scouts y la observación de las actividades que estén realizando. Aquí es importante no hacer “abuso” de lo que se pide (lo que indefectiblemente demanda tener en claro qué es lo que deseo observar).
Una de las oportunidades en que deberemos usar la observación será en nuestras visitas a los Grupos Scouts o unidades. Es una de las tareas que nos especifica nuestro Reglamento General, pero de las que muchas veces no solemos sacar mayor provecho por quedarnos en el simple hecho del encuentro con otros hermanos. Debemos partir de la base que una visita debe ser parte de una estrategia distrital para dar apoyo a futuro a las actividades que desarrollan los Grupos Scouts, es decir que es “una” posible acción y no la única para conocer a los Grupos Scouts. Para sacar un mayor provecho recomendamos “planificar la visita”. Por eso queremos compartir con ustedes algunas ideas útiles:
2.- Entrando al Grupo Scout:
1.- Prepararnos para la visita: En principio, es necesario generar el acuerdo sobre la visita, es decir, que sea producto de acciones acordadas y planificadas y no que sean sentidas como acciones arbitrarias o unilaterales del Distrito o la Zona. De lo contrario, si la entrada es “impuesta”, la sensación de los anfitriones será semejante a una “inspección de control” y no a una forma más de ser acompañados en sus actividades. Debemos pensar que los Educadores vean la utilidad de la visita. Además previamente es recomendable la construcción de instrumentos para dar apoyo al trabajo durante la visita. Estamos hablando de alguna “guía de observación” con ítems a considerar durante la visita que nos permita concentrarnos en aquello que deseamos observar. Esto puede surgir de reuniones de intercambio con los Educadores a ser visitados para acordar aquello que será observado según sus necesidades de apoyo.
Después de haber trabajado con los Educadores y de contar con los instrumentos que usaremos, estamos en condiciones de entrar al Grupo Scout o la unidad para “visitarlos educativamente”. Con el paso del tiempo, esta modalidad de intervención se integrará como algo cotidiano de la actividad del Distrito, y se reconocerá como algo inherente a su rol de animación. Cuando esté naturalizada y todos puedan ver cómo los resultados les dan apoyo a sus actividades, entonces tendremos a disposición un recurso de aprendizaje entre pares más que valioso. Es el momento de utilizar los instrumentos que se hayan elaborado en el trabajo conjunto. Para que la información obtenida sea útil aconsejamos hacer un seguimiento del proceso participando de distintas actividades. Esto permite a los “visitantes” tomar una noción casi integral de la propuesta de aquello planificado por el Equipo de unidad. En una observación única intervienen demasiadas variables que ni el Asistente ni otros educadores pueden visualizar totalmente. Por ejemplo: puede entrar en juego alguna actividad surgida a último momento del Grupo Scout que hace que las unidades posterguen sus planificaciones, como ser el caso de una organización espontánea de recolección de donaciones para acompañar a una población inundada. Aquí debemos considerar que, dependiendo de lo que se vaya a observar, tal vez asistir o estar en ese momento puede ser útil a nuestra tarea (por ejemplo para ver cómo viven los caminantes y rovers el servicio al prójimo). También puede pasar que por tener un clima desfavorable para desarrollar lo planificado (como ser una lluvia), los Educadores deban preparar actividades alternativas. Es este caso se podrá ver la capacidad de adaptación del
En este caso podemos pensar en dos formas de generar el instrumento: una puede ser producto de una construcción del Equipo Distrital de Rama donde todos los Educadores de la Rama reconocen sus posibles falencias y acuerdan en consecuencia acuerdan una acompañamiento; otra puede ser que el Auxiliar Distrital de Rama o Asistente Distrital de Programa conociendo previamente las falencias de la unidad en particular, elabore un instrumento “particular” para ellos y después acuerden su uso. Si se ha trabajado en forma participativa, la tarea de observación será fácilmente recepcionada porque no habrá sorpresas. Esto podrá verse no sólo en el
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Dirección de Programa de Jóvenes – Scouts de Argentina
programa y su ajuste en base a los objetivos fijados en el Ciclo de Programa. Pero todo sigue dependiendo de lo que nos proponemos observar.
tal vez no puedan hacer por sus medios (por ejemplo pensando junto a ellos posibles procesos de cambio) y así comprometerlos a que sean ellos mismos sus propios “promotores de cambio”. De hecho, esta etapa de devolución debe ser una nueva oportunidad de aprendizaje para los Educadores.
3.- Saliendo del Grupo Scout: Se ha compartido un tiempo y un espacio con los Educadores y scouts. Antes de cerrar tu visita, es importante hacer una pequeña devolución al Grupo Scout de aquello que se ha observado y dar las gracias por lo compartido. Esta primera devolución debe tener consideraciones generales, evitando los ejemplos individualizados y buscando destacar los aspectos valiosos de lo que ha observado. Es preferible limitarse en esta ocasión a algunos comentarios, para organizar una devolución completa y prolija a futuro.
Sin necesidad de mentir sobre lo observado debemos ser respetuoso del trabajo y esfuerzo puesto por esos Educadores, ser respetuosos de la idiosincrasia del Grupo Scout o Unidad; ser respetuoso de los procesos internos; ser objetivos y coherentes con la propuesta educativa de la Rama; debe ser fundamentada y no basada sólo en puntos de vista personales. Aquí vuelve a ser decisivo el clima y la forma en que se haga la devolución. En este punto debemos considerar:
Si hubiera aspectos sobre los que aparecieron dificultades y decidís señalarlos en ese momento, debes hacerlo con precauciones y con el respeto que las personas se merecen. Es parte de la tarea de la siguiente etapa el análisis de lo observado para dar un detalle fundado de lo visto y no algo apresurado, y buscar ofrecer siempre una propuesta superadora.
Dependiendo la madurez en la tarea del Equipo de Educadores en algunos casos bastará con dar a conocer lo observado para que ellos mismos piensen estrategias de trabajo, mientras que en otros casos será necesario dar un abanico de posibles opciones a trabajar. En este último caso, tal vez debamos ofrecer dar apoyo en acciones concretas (ya sea que involucren o no a los beneficiarios). Debemos ponernos como meta que cada Equipo de Educadores se vuelva “autónomo”, es decir, que tengan un ejercicio crítico de sus prácticas que les permita repensarse constantemente y establecer posibles acciones para mejorar su oferta.
4.- Pensar y analizar para volver al Grupo Scout a compartir lo observado: Es el momento de analizar lo visto y sistematizarlo para hacer una devolución a la unidad. Aquí debemos identificar claramente los nudos problemáticos, deficiencias, pero también los logros, para brindar elementos que le permitan al propio Equipo de Educadores que piensen y planifiquen sus propias acciones para superar su estado actual.
La devolución que se hace es “una sugerencia de cambios o estrategias” que el Equipo de Educadores tomará o no según su criterio. Por lo cual no debemos esperar que ellos realicen automáticamente lo que uno propone. Debemos proponer un “intercambio de saberes e ideas”. Salvo en el caso que detectemos que las actividades van explícitamente en contra de nuestras normas, nuestra propuesta educativa, o que conllevan riesgos para las personas, ahí deberemos informar al supervisor del organismo para que desde ese lugar se intervenga.
Desde el momento previo a la visita, debemos ser conscientes que la observación en sí lleva implícita una carga subjetiva importante. Las personas involucradas en este proceso son las que moldean el Programa de Jóvenes en función a un contexto socio histórico, a su forma particular de entender cómo se puede llevar adelante. Y esto surgirá nuevamente al momento de la devolución, a cada paso de nuestra función. Vayamos a un ejemplo: si estamos de visita en una Unidad Scout con dos patrullas, una por cada sexo de los miembros, con dos integrantes cada una de éstas, no puedo decir “alegremente” que esas no son patrullas por no tener el mínimo necesario que indican los documentos. En ese caso, lo más criterioso reflexionar sobre la propuesta educativa de la Rama y a la vez reconocer la situación particular de ese momento de la unidad que los llevó a organizarse de tal forma (ejemplo, una abrupta deserción de scouts, o una unidad nueva). Si no tomo contacto con ese tipo de datos de la realidad, entonces mi tarea de relevamiento es incompleta. Un punto importantísimo a considerar es que esta devolución no tiene por finalidad buscar personas a quienes responsabilizar, sino ayudar a visualizar lo que
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Es natural que en un principio, el Equipo de Educadores se cierre a las sugerencias o nuevas ideas por ser una condición natural de todo hombre: el generar autodefensas en cuanto nos sentimos amenazados por lo desconocido. Recordemos que en un punto podemos encontrarnos “sin querer” cuestionando el esfuerzo puesto en juego por los adultos en una actividad. Por eso se vuelve imprescindible para nuestra función generar un acercamiento, una empatía, un sentimiento de que “el hermano mayor cuida al menor”, para que nuestra mirada sea bien recibida (aunque después sea descartada, pero que al menos sea bien recepcionada).
Generando un apoyo.
distintamente a toda necesidad surgida porque muchas veces nos encontramos con cuestiones que no pueden ser abordadas así. Y aquí pueden entrar a jugar otros tipos de actividades, para Educadores como ser:
Ya visitamos el Grupo Scouts, ya analizamos lo observado y ya nos reunimos con los Educadores para hacer una devolución e intercambio de ideas. Ahora es momento de transformar esas observaciones en insumo para nuestro trabajo.
Generar una jornada de capacitación en Programa de Jóvenes para todos los interesados del Distrito o reuniones periódicas (tal vez mensuales), con una temática. Pensemos que reunirse por reunirse, a veces está bien, pero otras, satura y cansa a la gente. Para esto deberemos dar a conocer públicamente los temas que se tratarán en cada reunión y llevarla a cabo en días y horarios en que puedan sumarse todos los que estén interesados en acercarse, escuchar, participar.
Este es un momento donde, con la información que tenemos a disposición sobre lo recolectado, debemos pensar tanto en estrategias para encarar con todas las unidades del Distrito por ser una necesidad o un interés común a todos, y mismo pensar en estrategias individuales, es decir, trabajar con una unidad o Grupo Scout en particular por ser una necesidad o interés particular de ellos y no del resto.
Talleres sobre aspectos “críticos” que surgieron en el diagnóstico, o generar documentos cortos que lleven a las unidades las principales preocupaciones detectadas; o relatos cortos y sugerentes sobre experiencias exitosas.
Tomando algunas ideas desarrolladas por Héctor Carrer en el Documento “Necesidades sentidas y necesidades de cambio en la animación territorial” (Material del Sistema Virtual de Formación para Equipos Nacionales de Programa de Jóvenes – Oficina Scout Mundial, Región Interamericana, 2012), define las necesidades que podemos encontrar como:
Todo esto no invalida la realización de un “gran evento”, si tienen los medios para hacerlo. La idea es movilizar a los Educadores Scouts, generar una cultura crítica, analítica y constructiva que permita mejorar nuestras prácticas.
“Necesidades sentidas: son aquellas carencias claramente percibidas por los Educadores Scouts las cuales se expresan en sus demandas habituales (como ser: organización con mayor tiempo de campamentos distritales). La satisfacción de estas necesidades no siempre son la respuesta adecuada que nos ayude a mejorar la calidad de nuestra propuesta educativa. “Necesidades de cambio: son aquellas carencias cuya satisfacción se orienta a modificar una situación que resulta una mejora de la calidad del Programa. No siempre son percibidas y, por lo tanto, no siempre aparecen en las demandas de los Educadores Scouts. Mientras que, generalmente, las necesidades sentidas son aquellas que se fueron creando a partir de las prácticas más usuales, las necesidades de cambio se originan en un proceso de diagnóstico.” Esta distinción de las necesidades que pueden surgir de un diagnóstico (producto de todo el proceso de relevamiento hecho) debe hacernos pensar qué dirección tomaremos en nuestra función: es muy probable que si el Asistente Distrital de Programa o el Auxiliar Distrital de Rama se abocan a las necesidades sentidas, podría ser considerado como “participativo” y así contribuir a mantener un status quo (es decir, no promover cambios que hacen al fondo de la cuestión, tal vez evitando conflictos con las unidades), o podríamos proponernos como “agentes de cambio o mejora” de la aplicación de nuestro Programa de Jóvenes. He aquí la cuestión a resolver: tomar un camino u otro, o ambos a la vez…
En síntesis, la organización de actividades para los Educadores Scouts dentro del área de Programa de Jóvenes en los Distritos es una estrategia posible, entendiendo a su vez que por los Educadores no sólo se preocupa el área de Adultos en el Movimiento. De hecho lo ideal sería que pensemos junto a dicha área y en conjunto al Consejo de Distrito “acciones integrales” para que tenga una fuerza tal que nos permita ver mejor los resultados esperados.
Apoyando las tareas. Un punto que suele traer desencuentros es la supervisión del Asistente Distrital de Programa y Auxiliares Distritales de Rama respecto de las actividades que desarrollan los Educadores en los Grupos Scouts. Nuevamente recurramos al Reglamento General de Scouts de Argentina. Ahí se puede ver que en los casos del Jefe de Grupo y Jefe de Unidad establece “explícita y claramente” entre sus funciones la de “supervisar” a los Educadores que trabajan dentro del organismo. En el caso del Distrito, establece la misma función para el Director de Distrito (que debe supervisar a los Asistentes Distritales y Jefes de Grupo) y para el Asistente Distrital de Programa (que debe supervisar a los Auxiliares Distritales de Rama). Así surge la “ausencia” de la tarea de supervisar de parte de los Asistentes Distritales de Programa o Auxiliares Distritales de Rama a los Educadores que se encuentran prestando servicios en el Grupo Scout (siendo el supervisor natural de esas personas el Jefe de Grupo
En este punto, nos gustaría dejar planteado que muchas veces las acciones que tendemos a pensar derivan en organizar actividades con los niños y jóvenes. Sin embargo, esa “fórmula cuasi-mágica” no puede ser aplicada in-
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o los Jefes de Unidad según corresponda).
la implementación del Programa de Jóvenes dentro de su Grupo Scout.
Entonces nos repreguntamos… ¿supervisan los Asistentes Distritales de Programa o Auxiliares Distritales de Rama a los Educadores Scouts de los Grupos Scouts? Veamos la definición de “supervisión” que nos da la Política de Adultos en el Movimiento Scout: “es el proceso de ayudar a las personas a comprender qué se espera de ellas, a definir metas claras de desempeño y a establecer un plazo específico para alcanzarlas. Las metas pueden ser desde superar problemas de interacción personal, hasta alcanzar objetivos institucionales. Esto comprende: el apoyo, tanto en la tarea como en la capacitación y en el logro de objetivos de desarrollo personal; la provisión de los recursos y el control necesario para asegurar el cumplimiento de la Misión.”
Debemos recordar que nuestra función es dar apoyo a lo que sucede en los Grupos Scouts y unidades. Y una forma posible de dar apoyo es dando una mano en lo que el Educador en concreto necesita para llevar a cabo su función lo cual ya está previamente hablado con su supervisor.
Organizando una actividad de referencia dentro del Programa de Jóvenes.
Esta definición encuadra perfectamente en la vida de un Grupo Scout o una unidad por diversos motivos, pero principalmente por la cercanía y contacto semanal que establecen entre sí los adultos y las actividades que comparten. Sin forzar demasiado la definición, podemos tomar para el área de Programa de Jóvenes la idea de “Proceso de ayudar a comprender que se espera de ellas”. Si bien por los tiempos y principalmente las funciones, no corresponde iniciar desde el Distrito un proceso de supervisión (es decir, acordar tareas, establecer un plan de desempeño con tiempos y acciones, acompañar su ejecución y evaluarlo), si podemos apoyar con acciones concretas los procesos que se estén desarrollando dentro de los Grupos Scouts. Para esto debemos sentarnos con el supervisor y supervisado y ver en concreto qué puedo aportar desde mi tarea técnica.
Las preguntas serían: ¿es obligatorio organizar actividades distritales? ¿es necesario? Dos preguntas que a simple vista parecieran iguales, pero que no lo son. Empecemos analizando la “obligatoriedad” o no, yendo a nuestro Reglamento General: Art 3.9.4 b) “Son funciones del Asistente Distrital de Programa: b) Dirigir la planificación, ejecución y evaluación de las actividades de Programa del Distrito, proponiendo al Comité y al Consejo de Distrito, la realización de eventos en conformidad al Plan de Distrito.” Y con el mismo criterio se refiere al Auxiliar Distrital de Rama. ¿Hace este artículo del Reglamento que la organización de eventos sea obligatoria? Dejemos la pregunta abierta. ¿Son necesarios? Y allí entendemos que la respuesta es “depende”. Tal como lo dice el Reglamento, en principio depende de que esté “en conformidad al Plan de Distrito”, es decir que responda entre otras posibilidades a:
Puedo presentarme como una ayuda para la tarea del “supervisor” (ya que naturalmente el apoyo en la tarea debiera ser propiamente desarrolladas por él, aunque suele haber motivos por lo que eso a veces se complica: la falta de tiempo para un acompañamiento cabal, la falta de un conocimiento cabal y específico de la dinámica de la Rama, etc.). Pero no puedo presentarme en un Grupo Scout como el supervisor de nadie porque “no lo soy”. Alguien podría decirnos que “mientras se desarrolla una actividad distrital, todos los adultos están a cargo del Asistente Distrital de Programa y éste debe supervisarlos”. La realidad es que no los estoy supervisando, porque el proceso de supervisión es mucho más amplio que compartir una actividad. En todo caso, lo que estoy haciendo es acompañando a la persona a que desarrolle una tarea en pos de los objetivos y acciones planteadas para esa actividad distrital, lo cual puede o no relacionarse con su Plan de Desempeño.
Una estrategia de crecimiento del Distrito, Un diagnóstico sobre las necesidades de los Grupos Scouts, Una estrategia de mejora en cuanto a la calidad del Programa que desarrollan las unidades, Una estrategia de posicionamiento a nivel local del Movimiento Scout, La organización de una actividad distrital debe responder a uno de estos posibles objetivos, previamente acordados y planificados por el Comité Ejecutivo y el Consejo de Distrito. De lo contrario, caemos en la organización de eventos por simple tradición de vernos, de reunirnos, lo cual no está mal pero podríamos decir que resulta “incompleto” en cuanto a nuestra tarea de apoyo. Estamos perdiendo una oportunidad de hacer una intervención educativa sobre la implementación del Programa de Jóvenes que realizan las unidades.
También una arista que debemos considerar en esto de dar apoyo no es solo dirigido a los Educadores que están en las unidades sino también a aquellos Educadores que desarrollan funciones de gestión institucional (como ser el Jefe de Grupo) para plantearles posibles herramientas para que ellos den apoyo concreto a
“Apoyo a la función de Asistente Distrital de Programa”
En el ideario “popular”, particularmente en los Distritos, pareciera que el Asistente Distrital de Programa o el Auxiliar Distrital de Rama “deben” organizar actividades o eventos, como una especie de obligatoriedad. Es así como llegamos a ver calendarios distritales llenos de actividades.
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Si tras haber analizado un “abanico” de posibles acciones a llevar a cabo para abordar una situación decidimos encarar un evento, deberíamos considerar en términos de Programa de Jóvenes y de nuestra tarea de apoyo algunas cuestiones que nos acerquen al tipo de evento al que refiere el Reglamento.
El reconocer y comprometerse con el desarrollo de la estrategia distrital. Respecto de los jóvenes dentro de la actividad debemos considerar un tiempo y un ambiente propicio para recuperar la experiencia pedagógica que les permita valorar y apropiarse de dicha actividad de referencia para luego ser ellos mismos quienes propongan su inclusión en la planificación del “ciclo de programa” en sus unidades. Así al momento de realizar la evaluación, deberemos considerar no sólo pensar en aquellos objetivos educativos direccionados a los niños y jóvenes, sino que también debemos aprovechar esta instancia para evaluar lo aprehendido por los Educadores. Es decir, que los Auxiliares Distritales de Rama deben generar un espacio que permita a los adultos reflexionar sobre lo que pudieron aprehender en términos de implementación del Programa de Jóvenes por medio de esta actividad. Este momento implica de parte de cada uno una reflexión crítica y comparativa entre lo que hicimos en este evento distrital y lo que cotidianamente hacemos en nuestras Unidades.
Deberíamos pensar en actividades de una calidad y características tales que aporten un “plus” al Programa de Jóvenes realizado por cada uno de los Grupos Scouts semanalmente. Ese “Plus” que hace que un evento sea considerado “de referencia” debería ser: Que sea una oportunidad de desarrollar una actividad que, ya sea por sus características o los recursos que moviliza, no pueden hacerlo los Grupos Scouts solos o las unidades individualmente (como por ejemplo, actividades novedosas y no muy frecuentes en las actividades regulares de los Grupos Scouts, a cargo de profesionales en cada materia, sean o no miembros del Movimiento Scout).
La instancia de recupero es de suma importancia para poder “visibilizar” no sólo lo que fue el proceso de organización sino también aquellos contenidos de Programa de Jóvenes trabajados. Con lo cual podremos empezar a pensar en la etapa siguiente que es la reinterpretación o adaptación de la actividad a las necesidades específicas de los jóvenes de su Grupo Scout y así llegar al “patio del grupo”. Es decir, al sentir la actividad como propia (tanto en su planificación, desarrollo como en lo logrado). El Educador puede sentirse en condiciones de apoderarse de ella y recrearla en su Grupo Scout según sus necesidades y posibilidades.
Que sea una oportunidad para los niños y jóvenes de vivenciar el Programa de Jóvenes, a un nivel distinto de lo cotidiano de sus unidades (ya sea para conocer algo nuevo o profundizar en una herramienta del Programa de Jóvenes de una forma no común). Que sea una oportunidad para los Educadores no sólo de ser parte de un proceso de diseño u organización de un evento, sino también como una oportunidad de capacitación y crecimiento personal que les permita aclarar o profundizar ideas sobre el desarrollo del Programa de Jóvenes. A estas características debemos sumarle lo esperable para cualquier actividad scout, es decir que permitan la vivencia del Método Scout en un marco de hermandad scout y que sean DURAS (Desafiantes, Útiles, Recompensantes, Atractivas, Seguras). Un punto a considerar para que este tipo de actividades tengan su “impacto positivo” en los Grupos Scouts es la participación de los Educadores desde el mismo diseño, desarrollo y evaluación porque eso les permitirá posteriormente trasladar sus experiencias y conocimientos aprehendidos a la vida de su unidad.
Al momento de idear este tipo de actividades, debemos considerar que trabajamos sobre realidades ricas en diversidad. Por esto, no todos los Educadores Scouts ni todas las unidades van a aprovechar el encuentro de la misma manera. Esto estará condicionado también por la experiencia, la capacitación, la creatividad y el grado de madurez grupal y en la tarea de los Educadores. Por eso algunos Educadores, a partir de lo que pase en estas actividades o eventos de referencia, podrán: “Reproducir” lo realizado.
Veamos algunos aspectos positivos de ser parte de la actividad desde su génesis:
Imitar formas de hacer, estilos que planteamos como deseables.
Asegura protagonismo de los Educadores en la toma de decisiones.
“Re-crear” el encuentro o sus instancias haciendo ajustes según los intereses y necesidades de los scouts, el contexto en que trabaja esa unidad, etc.
Los empodera a explorar y desarrollar sus posibilidades de creación y recreación de soluciones.
Estos “usos” son de diferente complejidad: aquel Educador Scout que recién comienza a trabajar con los jóvenes se enriquecerá de una manera diferente de aquel otro que tiene más experiencia, pero es un punto a cuidar que todos se lleven este “plus” diverso en cada caso.
Asegura el conocimiento a fondo de los objetivos.
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Dirección de Programa de Jóvenes – Scouts de Argentina
Libertad 1282 | C.A.B.A. Tel.: (011) 4815- 0649 www.scouts.org.ar