Será Justicia Nº 09

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EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA PUBLICACIÓN INSTITUCIONAL DE PRODUCCIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA · AÑO II · NÚMERO 9 · CÓRDOBA · ARGENTINA · 26 DE JULIO DE 2010

LOS PRIMEROS TESTIGOS, EN SU MAYORÍA EX PRESOS POLÍTICOS, APORTARON PRUEBAS CONCLUYENTES QUE COMPLICAN LA SITUACIÓN DE NUMEROSOS IMPUTADOS.

Testimonios decisivos Luego de la indagatoria a los imputados, comenzó la etapa de recepción de testimonios. En cinco arduas jornadas de trabajo, el tribunal escuchó a doce testigos presentados por las querellas, quienes aportaron importantes pruebas

a las causas. Rápidamente, varios represores quedaron comprometidos por los crímenes que se juzgan. También surgieron indicios sobre la actuación de la justicia federal. Se prevé que más de 100 testigos declaren en el juicio. A PLENO. La sala de audiencias, momentos antes de iniciar la novena audiencia, que finalmente resultaría definitoria para la suerte de varios imputados.

Atrás quedó la incertidumbre por el comienzo del juicio Videla. Desde el 2 de julio, ese objetivo que parecía lejano, es una esperanzadora realidad. Con el inicio de la etapa de recepción de testimonios, a partir de la cuarta audiencia, el tercer juicio oral por delitos de lesa humanidad en Córdoba se ha incorporado definitivamente a la vida cotidiana de la sociedad. Ya desde los primeros días, el juicio dio lugar a nuevos debates que permitieron reemplazar aquel escepticismo por una profunda sensación de expectativa. Ese clima se vivió con los primeros testigos, en su mayoría sobrevivientes y familiares de víctimas del terrorismo de Estado. Por primera vez pudieron relatar sus vivencias ante un tribunal constitucional.

A fines de la cuarta semana, fue el turno de los dos sobrevivientes que iniciaron las causas que componen este juicio y establecieron la columna vertebral de la investigación. Su declaración puso al descubierto los equívocos tiempos que manejó la justicia durante las últimas tres décadas. Con la denuncia de Fermín Rivera, en 1983, se iniciaron las averiguaciones por los fusilamientos en el penal de barrio San Martín. Por su parte, Luis Urquiza, el ex policía secuestrado por efectivos del D2, se constituyó en el único querellante de la causa Gontero en 2005. Pese al tiempo transcurrido, las víctimas y los ex presos vuelven a relatar los hechos para moldear un tiempo en el que sus palabras encuentren un nuevo lugar.

Comisión de Homenaje UP1

CONTRATAPA

Eso que aquellos tenientes ya no tienen Un repaso a la situación de los imputados, del poder a la añoranza de impunidad. POR ALEXIS OLIVA

EVIDENCIAS QUE SALPICAN El debate abierto a partir de los primeros testimonios, configuró un escenario complejo y difícil de conducir para el Tribunal Oral Federal N° 1. A la acumulación de causas, el número de víctimas y acusados, la cantidad de hechos juzgados y el tiempo transcurrido; se suma el protagonismo que intentan asumir en las audiencias los imputados. A su modo, cada uno ensaya diferentes estrategias de defensa: o bien responsabiliza a la justicia, o bien desacredita a los testigos. Emplean inconsistentes argumentos técnicos con la intención de dilatar las audiencias y deslegitimar el proceso. Pero los efectos de esas maniobras resultaron nulos, merced a lo concluyentes

El grupo que se conformó para mantener viva la memoria de los compañeros fusilados en la cárcel. Páginas 4 y 5

Luis Urquiza, querellante de la causa Gontero Página 7

Las estrategias defensivas de los imputados Página 3

Dudas...

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EDITORIAL

Vivimos semanas en que las voces tuvieron más resonancia que nunca. Marcaron las pautas que configuran un modelo democrático en formación. Un modelo que representa, al menos, aquello que alguna vez pensamos que debía ser la justicia. Los acusados, que se victimizan aduciendo vejez o enfermedad, tuvieron también la palabra, y la posibilidad de amplificar sus voces, arengando frente a los jueces. Pero los años de mentiras y ocultamiento, han dejado huellas en su interior. Se observa en el resentimiento, en la cobardía que demuestran queriendo sacudirse la estopa, tirársela al que sea: a la justicia, a sus ex superiores, seguramente a las víctimas. “No vengo con ánimo de venganza. No nos propusimos nunca la justicia por mano propia...” dijo Vitín Baronetto al comenzar su testimonio. Quienes esperamos 34 años para este momento, demostramos que un tribunal que escucha y juzga es quien puede curar las heridas de una sociedad, y es por eso que apostamos al juicio y castigo. No menos cierto es que, aunque pretendan ostentar espíritu de cuerpo o su grado de patriotismo, los represores demostraron que son capaces de callar fácilmente a un compañero de fuerza, o a cualquiera que los incrimine. Esta semana, un grupo de imputados fue excarcelado. Se respetan todas sus garantías procesales. Cada mañana asisten al juicio, llegan en su auto y se sientan entre los 31 acusados. Están libres, por el momento. Desde aquí, reconocemos qué nos distingue, lo que nos sostiene: la generación de las víctimas se planteó algo más que el problema del poder y el Estado. Se planteaban también otras formas de abordar las relaciones entre hombres y mujeres, en la religiosidad, en la familia... Un camino integral, no agotable en lógicas binarias. Los testimonios dan cuenta una opción de vida, de una dimensión vivencial enmarcada en un proyecto colectivo. Los represores transitarán las calles con el peso de su condena, y tendrán que empezar a preguntarse, al subir a un colectivo o estacionar su auto, si serán reconocidos por algún compañero de fuerza, y cuánto temor puede invadirlos al cruzar sus miradas, cargadas de recuerdos tortuosos. ¿Cuánto sabe de mí? ¿Qué se acuerda de quienes compartieron un fusilamiento? Para aquellos que esperamos este juicio, no deja de ser un riesgo considerar que en cualquier parada de colectivo puede estar a nuestro lado un genocida. La diferencia, es que a ese torturador, lo alcanza hoy el brazo de la justicia, que está dejando sus crímenes al desnudo.


Lunes 26 de Julio de 2010 LAS “LECCIONES” DE ALSINA que fueron los testimonios. De allí surgieron las primeras pruebas sólidas que comienzan a definir la suerte de algunos imputados. Entre los más comprometidos se encuentran los oficiales militares Alsina, Mones Ruiz, D'Aloia, Quiroga y el cabo Pérez, todos implicados en crímenes de la causa UP1. En la misma situación están los policías del D2: “Gato” Gómez, “Chato” Flores y Carlos Alfredo Yanicelli, quienes fueran mencionados como partícipes directos en secuestros y torturas. Sucede que, pese a las condiciones de extremo aislamiento en que los presos denominados “especiales” vivían en la UP1, todos los que testificaron en estas semanas presenciaron los asesinatos de René Moukarzel y Augusto “Paco” Bauducco (en julio de 1976) y coincidieron sustancialmente en las crónicas de los crímenes. En líneas generales, todos los testimonios han resultado de un alto valor probatorio, por su precisión y su contundencia. Al respecto, el querellante Claudio Orosz, abogado de H.I.J.O.S y Familiares, destacó que “esto es lo importante del juicio oral y público: se ve al testigo, se sabe qué dice, se nota si incurre en contradicciones y se advierte si miente. Yo creo que estos testimonios han sido sólidos e irrefutables”. En esta semana pasada declararon algunos de los ex presos de la cárcel de barrio San Martín: Luis Miguel Baronetto, los hermanos Gustavo y Jorge De Breuil, Alberto José Cacopardo y Fermín Rivera, quien concluirá su extensa declaración en la décima audiencia del próximo martes. DELITOS TRAS LAS REJAS De los autos de elevación a juicio que el tribunal leyó en la primera audiencia,

EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA

Editor responsable: Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba Consejo Editorial: Por Familiares: Betty Argañaraz, Gustavo Tissera y María del Carmen Torres. Por H.I.J.O.S: Cecilia Correa y Martín Notarfrancesco Dirección de contenidos: Sebastián Puechagut Redacción: Waldo Cebrero, Pablo Luro y Lautaro Bentivegna

surge el contexto en que se pergeñaron estos crímenes. “Las acciones descriptas (…) habrían tenido lugar en el marco del plan diseñado e implementado con el alegado propósito de la llamada 'lucha contra la subversión', por órdenes impartidas por las autoridades del Ejército Argentino, en particular por su comandante en jefe Jorge Rafael Videla y por quienes siguieron la cadena de mando”. Las crónicas que narran los días de detención en condiciones infrahumanas, la aplicación de tormentos, los sucesivos interrogatorios y los 31 asesinatos ocurridos entre abril y noviembre de 1976, ponen al descubierto la finalidad de “esa política de estado” basada en el terror. Terror que no sólo sufrieron las víctimas, sino también sus familiares. “En la selección de los fusilados, la lógica era que no había lógica. Más bien se trataba de sembrar el miedo generalizado, con la promesa de matarnos a todos”, analizó el testigo Jorge De Breuil. Los presos políticos, detenidos antes del golpe militar de 1976, comenzaron a padecer la nueva política de Estado a partir del momento en que el ejército se hizo cargo del penal, el mismo 24 de marzo. Si bien ya se había intensificado la represión interna, a partir de esa fecha sufrieron cambios drásticos en sus condiciones de detención. “En esos días hubo una requisa brutal. Nos pegaron a todos en el patio, y cuando volvimos a las celdas, nos habían quitado todo lo que teníamos. Sólo nos dejaron lo puesto”, rememoró Vitín Baronetto, el primer testigo que detalló la vida en el interior de la cárcel. “Ya no podíamos salir al patio, nos negaron las visitas, y las palizas de los militares empezaron a repetirse, casi siempre de noche”, declaró Alberto Cacopardo, pareja de María Eugenia Irazusta, fusilada el 30 de abril de 1976 en el patio del D2, junto a Eduardo Bártoli y Víctor Chiavarini. SOMBRAS SOBRE LA CATEDRAL El pasado miércoles declaró el querellante de la causa Gontero, Luis Alberto

«Esto es lo que queda de él» La mega-causa que investiga los fusilamientos en la penitenciaría de barrio San Martín, tuvo como nombre inicial “Fermín Rivera / Su denuncia”, por ser él quien hizo la primera denuncia ante la justicia federal. Posteriormente se la denominó “Causa Alsina” por uno de sus acusados, el represor Gustavo Adolfo Alsina. Al cierre de esta edición, Fermín Rivera había declarado ya durante más de cuatro horas (su testimonio continúa el martes 27 de julio) en las que describió, con gran capacidad narrativa y visiblemente emocionado, su largo encierro, entre 1974 y 1983. En ese repaso, reconstruyó las últimas horas de Moukarzel, indicando como responsable de su muerte al entonces teniente Alsina. “Alsina acostumbraba estaquear a los soldados conscriptos. También lo había hecho con una presa del pabellón 14, y así lo hizo con Moukarzel la noche del 14 de julio de 1976”, dijo Rivera, que escuchó a su compañero moribundo respirar dificultosamente por el asma. Luego de estar estaqueado por horas, fue conducido a la enfermería y arrojado a una cama vecina a la que yacía Rivera, que se recuperaba de una sesión de tortura. Urquiza. Ya en la sala, reconoció a varios de sus torturadores, como “Gato” Gómez, Mirta “Cuca” Antón, Carlos Yanicelli, Yamil Jabour. También señaló a Gustavo Salgado y Ricardo Cayetano Rocha. Al día siguiente, realizó una ronda de reconocimiento con fotografías de época, que oscureció la situación de Luis David Merlo, quien decía haber sido confundido con un homónimo que operaba en la fuerza. Urquiza trabajaba en el Departamento de Informaciones de la Policía, lo que le permitió realizar una reconstrucción minuciosa del horror que se vivía en ese lugar emblemático, ubicado a metros de la Catedral y de la Plaza San Martín. Allí recibió un tiro en su pierna derecha y debió tolerar severas torturas.

Final de Juego

Corrección: Victoria Picatto Fotografía: Manuel Bomheker Diseño y diagramación: Usina Creativa SH Distribución: María Ester Cobe, Julia Soulier, Ernesto Torres, Rubén Vergara Colaboraron en este número: Alexis Oliva, César Pucheta, Claudia Baldovin, Dante Leguizamón, Ángel Villanueva, Katy García, María Laura Villa Impresión: Comercio y Justicia Editores Cooperativa de Trabajo Ltda. Producción gráfica y editorial: Usina Creativa SH (0351) 427 1736 • info.usinacreativa@gmail.com

Será Justicia es una publicación periódica propiedad de la Asociación civil sin fines de lucro Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba (Personería Jurídica 234-A-1992) Tirada de la edición: 20.000 ejemplares

Leé estas notas y seguí el juicio con información actualizada en internet:

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Como se esperaba, el testimonio de Eduardo Alfredo De Breuil fue clave para reconstruir los traslados que culminaron en el fusilamiento de Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), Arnaldo Higinio Toranzo y Gustavo Adolfo De Breuil. El relato detallado de los hechos ocurridos el 12 de agosto de 1976, que el testigo había brindado en otras instancias judiciales, ya comprometía al teniente primero Osvaldo César Quiroga, de la Infantería Aerotransportada II, y al subteniente Francisco D'Aloia. Por eso, minutos antes de que el testigo se sentara a declarar frente al TOF Nº 1, el nerviosismo se apo-

“Cuando un enfermero quiso asistirlo, Alsina lo corrió de un golpe y le dijo 'dejalo que se atienda solo, total es médico”, y agregó que “lo golpeaban con el arma para ver si tenía signos vitales, hasta que murió. Luego Alsina y sus hombres se lo llevaron”. El asesinato de Moukarzel sería un mensaje aleccionador hacia los demás presos: horas más tarde, el teniente entró al pabellón mostrando los anteojos ensangrentados del recluso asesinado. Decía: “esto es lo que queda de él”. EL PESO DE LA VERDAD Los primeros testimonios –tanto de ex presos como de familiares– aportaron una reconstrucción formidable de los hechos sufridos en la UP1 y en el D2. La memoria de las víctimas pudo contra el olvido y la impunidad de tres décadas, y va descubriendo las complicidades de sectores civiles, como la justicia y la iglesia. Resulta inimaginable que los fusilamientos de presos legales y lo vivido en el pasaje Santa Catalina, pueda haber sucedido sin contar con esas colaboraciones. La suerte de varios de los imputados parece estar echada. Con el centenar de testigos que restan por declarar, será posible hilvanar las tramas del horror impartido por el aparato represivo en Córdoba.

CATEGÓRICAS PRUEBAS CONTRA QUIROGA Y D'ALOIA Por Waldo Cebrero CADENA DE MANDO. En la imagen se aprecia cómo, cada vez que Menéndez se retira de la sala, el reo Quiroga (en el círculo) se levanta de su asiento para saludar la salida de su ex jefe. El protocolo no parece resultar efectivo contra la impresionante acumulación de pruebas que lo incriminan.

Secretaria de redacción: Matilde Nasser

ALSINA. Un represor que aleccionaba a sus víctimas.

deró de los imputados, y generó un bochornoso desbarajuste de su estrategia defensiva. Contrariando a su abogado, Quiroga pidió hablar antes de que ingrese el testigo, buscando desacreditarlo. Su alegato, ya inútil, resultó un sombrío epílogo de su larga impunidad. LA PRUEBA DEL RELATO “El hombre que conducía el operativo habló mucho, era arrogante y mandón, y el resto de los militares le decían 'el Capitán'. Él firmó el recibo cuando nos sacaron del penal”, dijo Eduardo De Breuil, que fue obligado a presenciar el fusilamiento y observar los cuerpos fusi-

lados de sus compañeros, para luego volver al presidio con la orden de relatar lo visto al resto de los detenidos. Vendado y en el piso de los vehículos militares, escuchó muchas veces la voz de ese “Capitán”. “Mal día para ustedes”, le oyó decir. También escuchó la orden final: “preparen, apunten, fuego”. Y luego de los estruendos: “desaten los cuerpos y denlos vuelta”. La firma que rubrica el recibo certificando la salida de los presos, el 12 de agosto de 1976, es la del teniente primero Osvaldo Quiroga. En el camino desde la cárcel al lugar del fusilamiento, hubo un cambio de vehículo, “por los gritos y los ruidos, en ese lugar estaban ordenando instrucción militar y había un partido de fútbol”, dijo en su crónica De Breuil. La parada fue en la sede de la IV Brigada del Tercer Cuerpo. Allí escuchó el nombre del otro imputado: “teniente D'Aloia, ¿juega al fútbol el próximo sábado?”, oyó decir a uno que pasaba. “Callate, imbécil, que acá tenemos a unos subversivos…”, respondió la voz de un militar que estaba a su lado. Con la contundencia de su relato, se acreditó la participación de ambos imputados en las etapas del operativo, desde la cárcel a la sede del Tercer Cuerpo, y luego al sitio en el que tuvo lugar el fusilamiento, en inmediaciones del Chateau Carreras.


Lunes 26 de Julio de 2010 LAS ESTRATEGIAS JURÍDICAS Y DISCURSIVAS DE LOS IMPUTADOS • Por Pablo Luro

Defensas verdes y defensas azules La estrategia no es elíptica, ni está dotada de sutilezas. Los azules tienen un razonamiento directo y concreto, basado en el supuesto de que la justicia federal no desconocía el accionar policial. Por eso intentan deslegitimar, cada vez que pueden, a quienes ahora los juzgan. “¿Dónde están los sumarios de estos casos?, ¿o es que la justicia no instruyó nada, en aquellos años, con respecto a las muertes que ahora se están investigando?”, se preguntaba, irónicamente, el imputado Carlos Yanicelli al levantar su voz frente al tribunal. Tanto él como Yamil Jabour, ambos oficiales de Policía, reciclados y ascendidos en la fuerza durante los gobiernos radicales, con apoyo de caudillos como Eduardo Angeloz, Ramón Bautista Mestre y Oscar Aguad, juegan a embarrar la cancha. Las defensas tienen estrategias que difieren de juicios anteriores. Políticamente, apuestan a disputar el sentido de la memoria de los de represión. En paralelo, pretenden llevarse puestos a los miembros de una institución a la que no le faltaron méritos de complicidad con la represión: la justicia federal cordobesa. JUSTICIA Y REPRESIÓN Los objetivos de la munición defensiva (sin distinción cromática) son el ex juez federal Adolfo Zamboni Ledesma, y los entonces secretarios de juzgado José Carlos Otero Álvarez y Cristina Garzón de Lascano. También hubo insistentes arremetidas contra el actual presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, Luis Rueda, quien era escribiente en aquella época. El “Tucán” Yanicelli sacó dos fotos de su saco azul oscuro, en las que se ve al magistrado junto a jerarcas de la represión, y que lo incriminarían por supuestas colaboraciones con la inteligencia de la dictadura. “Como defensa de los delitos que se atribuyen a un imputado, decir que hay quienes encubrieron esos delitos no quita responsabilidad por los propios actos”, advierte el fiscal Maximiliano Hairabedian. Y

ESTRATEGIAS. Alejandro Cuestas Garzón, abogado de Menéndez, en el hall principal de tribunales.

remarca: “estamos ante una estrategia. Pero quiero aclarar que existe una causa en trámite, que investiga el rol que tuvieron distintos funcionarios de la justicia en los crímenes y delitos de aquellos años”. El presidente del TOF Nº 1, Jaime Díaz Gavier, informó al respecto que “el tribunal ha hecho una comunicación, como lo exige el reglamento de disciplina del Consejo de la Magistratura, acompañada de los elementos de prueba con que contamos, según las manifestaciones que hicieron los imputados Yanicelli y Jabour. Se enviarán las fotos dadas a conocer”. Para el futuro, advirtió que la Cámara de Casación “puede tomar distintas medidas. Requerir otros medios de pruebas, o iniciar una investigación. Decide si pasa al plenario, si corresponde o no una sanción disciplinaria, administrativa, o de otro tipo”. JUICIO Y DESPUÉS En sólo unas semanas, quedó en evidencia que tanto la actitud de la defensa como las intervenciones de los represores, son sostenidas y activas. Los imputados parecen actuar “para la historia”, insistiendo y remarcando una ideología que pretenden mantener vigente. Tienen la audacia de desmerecer a los testigos y de, muchas veces, emplear un tono didáctico de repre-

COMPLICIDADES

Aquella justicia envilecida Fermín Rivera quiso muchas veces denunciar los crímenes que presenció en la UP1. En varias oportunidades se encontró con el juez federal de Bell Ville, Eudoro Vázquez Cuestas, quien omitió sistemáticamente sus denuncias e intentaba inculparlo por hechos en los que no había participado. Una vez más, queda en evidencia la colaboración del ex juez con la dictadura. Como se vio en el juicio Menéndez II, los detenidos eran traslados para declarar en ese juzgado con los ojos vendados, las manos atadas y en el baúl de un auto. “Yo estaba increíblemente decepcionado de la justicia. Luego de denunciar pormenorizadamente ante varios jueces, todo seguía igual... sólo hubo consecuencias negativas, para mí y para mi familia, que sufrió una persecución terrible”, concluyó Rivera. Los primeros testigos, centraron sus acusaciones principales contra la justicia en los juzgados federales 1 y 2, por entonces únicos en Córdoba. Adolfo Zamboni Ledezma y Miguel Ángel Puga eran los jueces a cargo. Carlos Otero Alvarez, uno de los secretarios abocado a la parte penal. Como defensores oficia-

DENUNCIAS. Fermín Rivera cargó contra la justicia federal.

les actuaban Luis Eduardo Molina y Ricardo Haro. En tanto los fiscales que debieran haber investigado las condiciones del presidio fueron Alí Fuad Alí y Antonio Cornejo. A esta altura nadie se atreve a discutir la responsabilidad de jueces y fiscales. Gustavo Vidal Lazcano promovió acción penal contra los que quedan vivos de ellos, pero dejó al margen a quienes cumplían funciones de secretarios y defensores oficiales. Esta es la pulseada que se está dando en la causa caratulada “Ceballos”, que instruye el juez riojano Daniel Herrera Piedrabuena, quien tendrá que resolver si estos funcionarios fueron algo más que timoratos obsecuentes.

sores que se dirigen a los jóvenes de hoy. Gustavo Alsina, cuya situación procesal se complica más y más con cada testimonio, resulta un ejemplo sintomático de este procedimiento discursivo. En su arenga ante el tribunal, reconoció que viene “soportando todo esto en silencio, porque

soy un soldado. Un oficial del Ejército no puede declarar públicamente. He solicitado al Estado Mayor declarar ante la opinión pública y no me autorizaron”. Quiere hacer del juicio un púlpito, aunque su futuro se va oscureciendo más que su pasado. También Osvaldo César Quiroga cambió el tono ante los vientos que se levantaron en su contra. Arrancó didáctico, desconociendo los hechos. Pero con el pasar de los días demostró tener sólidas instrucciones de inteligencia para desacreditar las palabras de un testigo clave. Es claro que, sin romper su pacto de silencio, los represores juegan sus cartas. El clásico encuadramiento por detrás de las palabras de Menéndez parece tener, esta vez, condimentos especiales. Cada uno quiere su porción de protagonismo. Son conscientes de la abundancia de pruebas, y juegan cartas de riesgo. Veremos cuánto puede sostenerse esa estrategia sin que se transforme en un fuego cruzado de reproches e imputaciones mutuas.

RELATOS DE LOS TESTIGOS EN LA SALA DE AUDIENCIAS

Historias que viven En estas memorias, se evidencian las diversas maneras en que el terrorismo de Estado alcanzó a todo el arco social. Desde el dolor y la ausencia, relatos que son sobre todo un ejercicio de identidad. Rosario Rodríguez, esposa de Pablo Balustra, querellante: “Había un grupo de madres que me cuidaban como si fuera su hija. Con ellas íbamos a las iglesias, a los hospitales y al Tercer Cuerpo a preguntar por nuestros familiares. Con una señora habíamos jurado que no íbamos a volver a casa hasta que no nos los entregaran. Un día me dijeron que Pablo estaba muerto... Fue el gran amor de mi vida. Desde ahí me faltó mi otra mitad, la fuerza para criar a mis hijitos”. Pablo Balustra (hijo), querellante: “Un día fuimos a visitar a mi papá a la cárcel, creo que fue en 1975. Recuerdo que me dijo que tenía que ser 'machito' y cuidar a la familia. Creo que él ya intuía lo que le iba a pasar. Yo tenía apenas cuatro años y mi hermana pocos meses”. María Cristina Díaz, hija de Florencio Esteban Díaz, querellante: “No pude ir a despedir el cuerpo de mi padre porque me tuve que ir. Me querían detener. Para el día del padre de 1977 fui a su tumba, pero no dejé de sentir miedo, porque sabía que los militares esta-

Tránsito libre El pasado 15 de julio, el tribunal resolvió otorgar el beneficio de excarcelación a nueve imputados por pedidos presentados por sus abogados defensores. Tras esta resolución, Francisco D'Aloia, Luis Rodríguez, José Paredes, Carlos Pérez, Gustavo Salgado, Fernando Rocha, Luis Merlo y Mirta Antón, recuperaron la libertad de la que gozaban con anterioridad a su detención en Bouwer. Mauricio Poncet, en cambio, recuperó el régimen de prisión domiciliaria preestablecido. Un considerando que el tribunal tuvo en cuenta es el criterio plenario de la Cámara Nacional de Casación Penal en la

ban hasta en el cementerio”. Artemia Miriam Funes, hermana de José Cristian Funes: “Todo esto fue realmente un desastre para nuestra familia. Nos afectó de todas las maneras posibles. Yo sentí que me destrozaban todo lo que llamo futuro, todo lo que podríamos haber hecho… con mi hermano éramos muy unidos. Tuve que escaparme de mi casa, porque también me perseguían”. Alberto José Cacopardo, ex preso: “Estoy acá por mí compañera María Eugenia 'Ivonne' Irazusta. Quiero traer a este tribunal algo que quedó de ella, esta cerámica que hacía con sus dedos… dedos que el 30 de abril de 1976 fueron quebrados por la tortura que se aplicó en el D2”. Miguel “Vitín” Baronetto, ex preso, pareja de Marta Juana González, querellante: “Un día me llegó un papel higiénico con una carta extensa donde mis compañeros me contaban que Marta había muerto. Yo seguía preso y mis hijos se quedaron huérfanos. Fue muy doloroso. Me aferré a un poema que escribió un preso para poder soportarlo”.

REPRESORES EXCARCELADOS causa “Díaz Bessone” (30/10/08), que indica “la circunstancia de total sometimiento a la autoridad de la justicia; actitud que aparece como razonable (…) para neutralizar la presunción de riesgo procesal” que procede de la pena requerida. La resolución también establece que los nueve imputados deben constituir domicilio dentro del radio de acción del tribunal, debiéndo presentarse a las audiencias a las 7:30hs, salvo Poncet. Por otra parte, el tribunal impuso una caución personal de diez mil pesos a los imputados Paredes, Rodríguez, Pérez, Salgado, Rocha, Merlo y Antón.


Lunes 26 de Julio de 2010

ENTREVISTA · COMISIÓN DE HOMENAJE UP1

Por Sebastián Puechagut

EL JUICIO, DÍA X DÍA

EN UNA LARGA CHARLA COLECTIVA, SERÁ JUSTICIA SE ENTREVISTÓ CON VARIOS INTEGRANTES DE LA COMISIÓN

DÍA 4 - MARTES 13/07

«Este juicio va a quedar plasmado en la historia»

¿Quién defiende al “Gato”? Recordando uno de esos niños que suelen perderse en medio de una playa repleta de gente, el imputado Gómez pide hablar y desconcierta a todos con su pregunta “disculpe, señor Juez, pero... ¿a mí quién me defiende? De inmediato, el abogado Arrieta, defensor público, levanta la mano y aclara que “la Dra. Rojas se hizo cargo de esa defensa”.

DÍA 5 - MIÉRCOLES 14/07

Ingenio carcelario “Con el 'periscopio' espiábamos a los 'verdes' cuando salían de la 'lorera'”, explica Baronetto, que se explayó en los detalles de la vida carcelaria. Ante una pregunta desconfiada del defensor de Alsina, Baronetto dibuja un “periscopio”, Se trata de un artefacto armado con un pequeño espejo adherido a un caño de lapicera. “¿Lo entiende señor Viola?”, agregó. El dibujo despertó simpatía en la audiencia y Viola cesó el interrogatorio.

DÍA 6 - JUEVES 15/07

¿Alguien vio a Agüero? El defensor de Rodríguez, Jorge Agüero, sólo dura cinco audiencias. El día anterior, debido a su reiterada impuntualidad, es sancionado por el tribunal con un llamado de atención. Pero su reacción es exagerada. Preso de una ira sobreactuada, acusa al juez Díaz Gavier: “usted me está sacando de la defensa”, y se retira de la sala ofendido. Luego del episodio, Agüero no vuelve más al juicio, ahora Rodríguez tiene un defensor público.

¿Es posible esa evocación emotiva, pulsional y política, ante el desgaste que sufre la palabra, el “homenaje”? Las preguntas nunca terminan de disolverse en el aire de esa casona de barrio Güemes en la que nos encontramos con algunos integrantes de la Comisión. Son preguntas definitorias, sobre el modo en que la memoria trabaja con el recuerdo de esos compañeros, de esas vidas truncadas para siempre (¿para siempre?) con balas de fusil. Homenajes… remite a la displicente formalidad de una placa, al bronce adusto esculpido con el rostro de algún prócer de antaño, a una marca pequeña, olvidable y estática. Y sin embargo… “La mejor manera de hacer memoria es con acciones, ver de qué modo ese pasado nos anima, nos empuja, a resolver algunas violaciones a los derechos humanos que están presentes en la sociedad: la situación de las cárceles, de las minorías sexuales, la falta de viviendas, que es por lo que lucharon esos compañeros. Así entendemos la memoria, no tiene sentido que la petrifiquemos en una placa. Pueden ser útiles para recordar a otros que esto pasó, pero si nos quedamos en la placa estamos muertos”. La definición es de Miguel “Vitín” Baronetto (61), compañero de Marta, asesinada en la cárcel. Y no se trata sólo de una definición sobre la memoria. Si bien los integrantes de la comisión no terminan de definirse como una organización, sobre estas ideas han armado un grupo diverso, en el que cada uno de sus integrantes encuentra sus propios modos de aportar a esa reconstrucción de la historia, asumiendo la realidad que vivimos. Y transformándola. Será Justicia: Se nota una gran diversidad de integrantes en la Comisión… ¿cómo surge el grupo? Carolina Vaca Narvaja (39): El compromiso y el trabajo se fue dando a medida que avanzamos. Cada uno tenía historias

CHARLA Muchos integrantes de la Comisión se encontraron con Será Justicia para la entrevista colectiva.

totalmente distintas, algunos hijos se acercaban por primera vez y empezaban buscar su historia. Muchos han ido y venido. Los que estamos trabajando durante todo el año somos algunos, pero cuando nos vemos es una alegría. Es el encuentro y las ganas de hacer cosas. Pablo Suárez Zorrilla (22): Eso simboliza la lucha de cada uno de los presos políticos. Eran todas personas diferentes que luchaban por algo en común. CVN: También sucede que no está solamente la historia de mi viejo, mi historia, está la historia de todos y de a poco fuimos conociéndolos uno a uno a todos. No hay familiares de todos en la Comisión. SJ: ¿A qué adjudican eso? CVN: Hay algunos que no tienen familiares, otros negaron la historia. Norma San Nicolás (57): Otros están exiliados y no han vuelto nunca más al país. Ivana Fantín (27): Yo no soy familiar, pero llegué por otro compromiso. Tiene que ver con la militancia. Todos tenían su militancia política, popular, pero no eran siempre la misma. Enriqueta Balustra (34): Se homenajea a todos por igual, aunque se sepa más de algunos que de otros. No se deja de buscar

LA HISTORIA DE LA COMISIÓN DE HOMENAJE

La emoción invade la sala Rosario Rodríguez sorprende a todos con un testimonio conmovedor. Mientras relata su peregrinación por cárceles, hospitales, iglesias e instituciones militares, mantiene congelados los rostros de los presentes. Se perciben lágrimas en los ojos del fiscal Gonella y se quiebra la voz de Díaz Gavier cuando termina de declarar la “Negrita”. “Yo, le agradezco su testimonio, señora”, finaliza el juez, y la sala aplaude emocionada.

información. NSN: Uno de los objetivos de la Comisión es recuperar las historias de vida. Si bien es importante difundir lo que pasó en la cárcel, cómo los mataron, nos parecía más importante trabajar el por qué. Algunos tenían una actividad más pública, y es más fácil reconstruir su trayectoria, en otros casos nos ha costado, porque no está el familiar o porque el tipo de militancia no era tan pública. SJ: ¿El juicio ha cambiado la dinámica de las reuniones? CVN: Sí, por eso realizamos las figuras, para hacer presentes a los 31 a través del arte. Lo convocamos a Luis y a Pablito Cerino, que son los plásticos que nos apoyan para concretar estas cosas y hacerlas en los espacios públicos para que la gente se arrime, pregunte. MB: Este juicio debe ser abierto a la sociedad. Porque percibimos que los juicios quedan encerrados y la sociedad se lava las manos porque no se siente comprometida a involucrarse. Porque ellos no militaban para nosotros, militaban para transformar la sociedad. Otro eje importante es poner el acento no sólo en los militares. Estos chicos y estas chicas estaban bajo

Actividad de la Comisión en uno de los homenajes. De fondo, se aprecia el edificio de la cárcel.

A principios de diciembre de 2005, los familiares directos de los presos políticos fusilados en la cárcel de San Martin, comienzan a reunirse con la intención de homenajear a sus compañeros. Fruto de estos primeros encuentros, el 10 de diciembre, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, se realiza la primera intervención pública. El 24 de marzo de 2006, la Comi-

sión de Homenaje UP1, participa en la histórica y masiva movilización por el trigésimo aniversario del golpe de Estado. Tras estas actividades, familiares y amigos de las víctimas se acercan a participar en la Comisión. Desde aquella primera intervención de 2005 a la actualidad, cada 10 diciembre, se organizan homenajes a los presos fusilados, sumando a más familiares convocados por el sen-

tido social que ha adquirido la evocación de los compañeros, de sus luchas y su vida. “Sin darnos cuenta nos constituimos como un grupo, movilizado por la responsabilidad de la memoria y la justicia, y también porque seguimos creyendo en los pequeños actos cotidianos para transformar poco a poco el mundo. Hoy, luchamos por nuestros hijos, porque en los 70 nuestros padres lo hicieron por nosotros”, explica Carolina Vaca Narvaja, integrante de la Comisión. A lo largo de estos cinco años, la Comisión ha organizado actividades que, atravesadas por el significado de los homenajes, permitió establecer otra manera de vincularse con la realidad que viven los presos detenidos en el penal de San Martín y sus familias. Algunas de las intervenciones que se han hecho en este sentido es la Feria de Arte y Derechos Humanos, muestras de pintura y fotografía, postales de homenaje, placas recordatorias, plantación de árboles. Del mismo modo, también se trabaja articuladamente con diferentes organizaciones sociales y de derechos humanos.


Lunes 26 de Julio de 2010

EL JUICIO, DÍA X DÍA responsabilidad de jueces, de fiscales, de secretarios, de defensores. En este caso la justicia es cómplice del terrorismo de Estado, y tienen nombre y apellido. SJ: ¿Cómo se hace para extender las redes sociales involucradas?, los trabajos con los sindicatos, con la universidad... NSN: Cuesta un montón. No se ha hecho antes, es un terreno virgen. MB: El ejemplo más claro son los chicos de Aníbal Verón que están ocupando las tierras y que han estado en el juicio. Queremos además relacionar esto con las problemáticas de los presos hoy, porque los fusilados tienen mucha presencia dentro de la cárcel. Algunos presos tienen altares de los fusilados. NSN: Se ha hecho un mito… es también el reflejo de lo que pasó, porque los presos políticos teníamos vinculación con los presos sociales. La solidaridad que recibimos ha sido muy grande. Hemos pensado haIDENTIDAD cer el homenaje con la participación de Los hijos de los compañeros fusilados en la UP1, en la histórica jornada de inicio del juicio Videla. los presos, hacer mejoras para las visitas, que van a la cárcel y soportan esas colas in- do. Hoy los militares de bajo rango siguen tar (los fusilados) a disposición del Poder pensando igual. Si vuelve un golpe de Esta- Ejecutivo Nacional, al tratarse de una cárterminables, una placita de juegos... do, van a volver a hacer lo que hicieron. cel común que funcionaba como centro SJ: El juicio debe ser una experiencia Olga Tello (74): Es importante este jui- clandestino, atrás de eso había jueces. terriblemente intensa para ustedes. PSZ: Yo tengo 22 años y no lo viví tan di- cio. No soy un familiar directo, soy cuñada Involucra a Videla, a la justicia, a sectores rectamente como Caro, Norma, Olgita... de Diana Fidelman, que era la compañera que otros juicios no. Estos milicos se veentonces voy apuntalándolos de atrás, de mi hermano, pero mi hija me pregunta nían salvando y en este caso hay pruebas ayudando, acompañándolos, para que en qué espero conseguir de esos hombres contundentes. Pero niegan todo, se emla medida de lo posible se hagan un poco que le hicieron tanto daño a chicos tan jó- piezan a tirar entre ellos. Es interesante, más fuertes. Al estar organizado uno tiene venes, tan sanos... Mi cuñada era hermo- porque surge información. Personalmensa, inteligente, cariñosa, y que haya termi- te es muy importante, pero no cerrás una un hombro más para pechar. CVN: Es importante formar parte, estar nado así es tan injusto… Pero reconforta lucha. No se cierra la Comisión, porque se han generado otras cosas. Lo importante en un grupo que viene desde hace años. Es ver a esos tipos ahí. Algunos van a pagar. CVN: Nuestras expectativas, tienen que de este juicio es que va a quedar plasmado muy importante para cerrar una historia. ver con lo que mencionamos antes. Al esen la historia. La justicia, por más que no sea justicia, como dicen algunos, ayuda a cerrar algo. EB: Repara en el nivel social. Pero esto no termina con el juicio, se continúa. NSN: Es que hay una mirada en la socieValiéndose del aporte de artistas e intelecdad que me preocupa. Hay gente que pientuales del campo cultural, la Comisión de Hosa “cómo no se dejarán de joder éstos, si menaje UP1 ha impulsado un variado númepasó hace 34 años”. Y no hemos sido caparo de intervenciones en torno a la memoria, ces de involucrar a la sociedad de forma fundando una estrecha relación entre el arte más directa. El golpe de Estado fue contra y lo político. Lo artístico como forma de protoda esta sociedad, fue un proyecto polítiducción y representación de 31 historias de co y económico. En una de ésas es una vilucha y compromiso social que se prolongan sión pesimista, pero es una visión realista. en el presente. PSZ: A mí me interesa que mis hijos, mis Luis Gómez es uno de ellos. Integra la Cominietos, sepan y conozcan, que se sepa tosión desde hace un tiempo, y desde la manifestación artística a través del dibujo, la pin- que representan los asesinatos de la UP1, y tura y la escultura, vuelve colectiva la historia que fueron elaboradas colectivamente. “En el esquema tradicional, el artista tiene personal y familiar de aquellos compañeros. A partir de que el gobernador Juan “Cuando los familiares hablan de recupe- que ser autor, tiene que tener su propia imaSchiaretti hiciera pública su intención de rar gente para recuperar la historia, también, gen, su propia obra, y su propio éxito. La sovender los terrenos donde se encuentran como coletazos, van encontrando y recupe- ciedad te pide eso. Pero esto es bien distinto, emplazadas en la actualidad la ex cárcel de rando a gente como los artistas. Yo soy un 're- puesto que permite reflexionar sobre el traEncausados, el penal de San Martín y el de cuperado', porque me han llevado a la refle- bajo de los compañeros en la búsqueda de Río IV, nuevas batallas se abrieron en torno xión de muchas cosas. Cuando vos te parás algo colectivo: que todos tuvieran su identia la recuperación de espacios ligados al acdesde el arte, tenés que pensar políticamen- dad. Eso es mucho más profundo, aunque en cionar del terrorismo de Estado. te cómo vas a llevar adelante lo que hacés”, la búsqueda de ese arte te despersonalices”. En el caso de la UP1, desde la Comisión Y agregó: “Aquí lo importante es que el arte expresa Gómez. en conjunto con familiares de ex presos y alPor eso, cuando explica el proceso de invo- está en las manos de muchos y no en la de algunas organizaciones sociales elaboraron lucrarse en una causa como la UP1, señala gunos privilegiados. Tenemos que involucrarun proyecto que se encuentra en revisión. que al hacer sus obras “quería que lleven a nos, pensar y discutir entre nosotros, y los Así, se abrió el debate ante la posibilidad pensar, que el mojón sea un disparador para que quieran hacer un poco de arte, ofrecer de que este espacio sea desmantelado o hablar… La idea inicial surge un poco de las buenas propuestas”. destinado a fines que nada tienen que ver Luis señaló que algo ha cambiado en su fosas comunes (en el cementerio de San Vicon su historia, lo que podría significar un cente), de aquellos huesos que de alguna ma- obra personal, en la estética, en el concepto y quiebre en el camino de recuperación de la nera empiezan a hablar y tener nombre”. A hasta en la transmisión de su producción. “Cememoria colectiva. La propuesta general partir esas experiencias, Gómez y los familia- rré una puerta… antes estaba como temerodel proyecto establece la creación de un res comienzan un trabajo conjunto, acompa- so por lo que sucedería, y es seguro que esto Centro para la Memoria, en donde se desañados también por Pablo Cerino otro artista ha tenido un costo. Pero yo decidí pagarlo. rrollarán actividades culturales y educatiLos de las galerías ya no me llaman para hacer que integra la Comisión. vas ligadas a la preservación histórica, y acLa última intervención artística que realiza- muestras, pero tampoco era tanto lo que tividades de capacitación y formación ron se presentó el 2 de julio en tribunales fe- tenía antes. Ahora es como que pasé al otro orientadas a instituciones públicas y a los derales cuando comenzó el juicio Videla. Se lado. Porque ese miedo al arte panfletario, posectores más vulnerables de la sociedad. trata de una muestra de 31 figuras de madera lítico, sigue estando inserto en la sociedad”.

EL ARTE COMO MEDIO DE EXPRESIÓN POLÍTICA

LA VENTA DE LA UP1

DÍA 7 - MARTES 20/07

Tono adusto Sin tropas ni conscriptos que dirigir, ahora Alsina se dedica a dar discursos en tribunales. Su entonación, recuerda mucho al tono de su colega Aldo Rico. “Yo hablo así, señor juez”, le dice, casi en un grito. “hablo así porque soy militar, pero no por eso soy delincuente”, dice, mientras sigue acusado de imposición de tormentos y homicidio calificado.

Alsina, el periodista En su largo discurso, Alsina se da tiempo para dar lecciones a la prensa local. Corrige un ejemplar de La Voz del Interior, del 6 de julio de este año. “Yo no fui Jefe de Brigada, como dice este diario”, dice el teniente recordado por su crueldad. “Cómo pueden publicar información sin chequearla previamente”, agrega.

DÍA 8 - MIÉRCOLES 21/07

A la canasta Como sucede a diario, la sala de prensa de tribunales federales se colma de periodistas y fotógrafos. La extensión de las audiencias obliga a los trabajadores de los medios a organizar una improvisada canasta de provisiones para pasar el día. Nunca falta mate y café . En cuatro semanas de juicio, los camarógrafos, fotógrafos y cronistas ya forman parte del paisaje habitual de la Torre.

Precaución Para sorpresa de los que asisten diariamente a las audiencias, en la puerta de ingreso a la sala, un policía de la provincia revisa cordialmente a cada uno, con un detector de metales. En todos los rincones de la Torre se percibe un aumento en la presencia de policías. La razón: Urquiza, que fue amenazado hasta fines de los 90, declara en el juicio.

DÍA 9 - JUEVES 22/07

11 horas El relato de Fermín Rivera mantiene la atención de los presentes en la sala. Luego de tres horas de testimonio, el juez propone un cuarto intermedio hasta la próxima audiencia. “esperé 34 años para este momento. Puedo seguir relatando toda la semana”, afirma el testigo. La audiencia culmina a las nueve de la noche, en la jornada más extensa desde que comenzó el juicio.


Lunes 26 de Julio de 2010 HISTORIAS DE VIDA DE LOS MILITANTES ASESINADOS EL 30 DE ABRIL DE 1976

Los primeros fusilamientos El 22 de abril, Eduardo Bártoli, Diana Beatriz Fidelman y Víctor Hugo Ramón Chiavarini, son trasladados desde la cárcel de San Martín hacia las instalaciones del D2. Allí se encontraba detenida María Eugenia Irazusta, a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Tuvieron un funesto recibimiento: fueron salvajemente torturados durante días, en sesiones que los dejaron inconscientes y en pésimas condiciones físicas. El mediodía del 30 de abril, los policías del D2 montan lo que posteriormente sería la escena del crimen, acondicionando todo para que los hechos pareciesen un in-

tento de fuga. Los detenidos son ubicados en distintos patios y pasillos del edificio. Luego, un grupo de policías, entre los que se encuentra Marcelo “Piruchín” Luna y Calixto Luis Flores, simulan que Irazusta, Bártoli y Chiavarini desobedecen sus órdenes e intentan fugarse. Con el supuesto objetivo de impedir la fuga, disparan a quemarropa contra ellos. Diana Fidelman, por su parte, será trasladada días después a la UP1. La información que difunde de manera oficial el Tercer Cuerpo de Ejército, declara que los tres muertos resultaron derribados al intentar fugarse del lugar, desoyendo

la autoridad de sus custodias. El comunicado se publica el 2 de mayo en La Voz del Interior. Informaba sobre un intento de fuga en el Cabildo, donde funcionaba la Jefatura Policial. El hecho se habría producido cuando María Eugenia Irazusta aprovecha el momento en que le quitan las esposas para ir al baño y se abalanza contra los guardias, junto a sus compañeros que hacen lo mismo. Luego habría un forcejeo, en el que Bártoli, Irazusta y Chivarini logran quitarle el arma a un policía. El resto del personal, alertado por el alboroto, habría acudido para finalmente abrir fuego, “dándole muerte a los tres detenidos”.

Eduardo Daniel Bártoli Nació el 27 de enero de 1947 en Córdoba. Atravesando su adolescencia, sus padres deciden separarse y Eduardo, con 15 años y siendo el mayor de cuatro hermanos, comienza a trabajar, asumiendo el rol de sostén familiar. Luego de terminar el secundario, combina el estudio en la facultad de medicina, con un trabajo de celador de colegio nocturno. Allí conoce a Marta Díaz, estudiante de 5º año, y comienzan su noviazgo. Hacen varios viajes, uno de ellos a la cordillera chilena, a realizar trabajos voluntarios. Luego de tres años de relación, con 23 y 21 años, se casan y se instalan en una pensión. Tiempo después dejan sus trabajos, Marta abandona su carrera universitaria (psicología), y viajan “a dedo” hasta Colombia. Al volver, el clima político está convulsionado. Durante el Navarrazo son detenidos por primera vez, por averiguación de antecedentes, siendo liberados al día siguiente. Para ese entonces (1974), militan en la Juventud Peronista, y Marta queda embarazada. “Cuando hicimos nuestra historia, a lo Susanita, yo quería cinco hijos… él también quería tener varios. La idea era instalarnos y tener una combi grande para hacer un viaje largo con los chicos”, recuerda Marta, quien tras la llegada de su hijo Juan Pablo se aleja de la organización. Pasado un año y medio, nace Daniela, su segunda hija.

Un día después del golpe, Eduardo es detenido en su casa por la policía y puesto a disposición del PEN, acusado de asociación ilícita. Marta tenía mucho miedo, recuerda el momento en que entran dos personas de civil armadas, ella estaba en el fondo de la casa, “yo pensé que lo iban a matar ahí”. Cuando llega su suegra, intentan hablar por teléfono, comunicarse con alguien, pero los policías habían roto los cables. Días antes, sus hermanos Bernardo y Francisco, y su cuñado, que tenía una distrofia muscular, habían sido detenidos. A Eduardo lo llevan al D2, y luego a la UP1, hasta abril, cuando lo alojan nuevamente en el edificio del pasaje Santa Catalina. En ese traslado, va junto a Jorge García, Raúl Guevara, Daniel Juez y Diana Fidelman. Marta relata que el 4 de mayo de ese año, Eduardo había sido sobreseído por falta de mérito, pero que los propios policías le dieron una partida de defunción con fecha del 30 de abril. “Yo quedé como aislada de todo, del grupo que tenía familiares presos, y aislada de la otra sociedad que tampoco te daba demasiado espacio”, reflexiona. Hace 10 años, Marta vendió la casa de barrio General Paz, y vive en Villa Warcalde junto a Daniela y dos nietas. Juan Pablo se radicó en Traslasierra con su compañera y cuatro hijos.

Víctor Hugo Ramón Chiavarini En la ciudad de San Francisco, Córdoba, nace el 24 de octubre de 1953. Víctor vive allí su niñez, yendo a la escuela Río Negro, y luego a la secundaria en la Escuela de Trabajo, hoy llamada IPEM Nº 50 Emilio Felipe Olmos. De niño sufre dos grandes pérdidas: su papá que fallece en un accidente y uno de sus hermanos que muere de muy pequeño. Su madre se repuso a fuerza de trabajo, la vida debía seguir su marcha pese al dolor. Al terminar el secundario, se radica en Córdoba para estudiar agronomía en la Universidad Nacional de Córdoba. Por sus buenas calificaciones, obtiene una beca. Motivado por la participación social, empieza a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), junto a “Tati” Esther María Barberis (quien fuera luego fusilada en la UP1), su enamorada desde la secundaria. En ese tiempo, su mamá, Dilma Gladis Martini, se muda a La Calera, donde Víctor viaja asiduamente de visita. En una de esas visitas, el 17 de marzo de 1976, su mamá había preparado un pastel de manzanas, pero dos policías los detienen, roban objetos de la casa y los llevan al D2. Dilma permanece cuatro días allí, padeciendo el ho-

rror de tener que oír los gritos de Víctor a raíz de los golpes y la tortura. Cuando la dejan libre, vuelve inmediatamente a San Francisco, con su familia. Pasado un mes, leyendo los diarios, se enteran de que un preso de apellido Chiavarini había muerto. No figuraba el nombre de Víctor, había un error. El cura Martini, pariente de la familia, se encarga de averiguar. La familia viaja a Córdoba y reconocen el cuerpo. Los siguientes no fueron días fáciles. Policías y militares de Córdoba los controlaban. Los conocidos “nos dijeron que no durmiéramos en nuestras casas por un tiempo, fue terrible. Nos separamos, cada uno dormía en casas de parientes diferentes”, relata su tía. “Cuando Tati estaba presa en el Buen Pastor, acá juntábamos comida y ropa, y la mamá de Víctor le llevaba todo eso. Tati y Víctor eran hermosas personas, siempre venían de visita y charlábamos mucho, hablaban de ayudar a la gente, de hacer una nueva patria. Nosotros los admirábamos. También juntaban cosas para repartir a la gente en Córdoba”, recuerda su tía Vilma Juárez de Chiavarini.

María Eugenia Irazusta Nació un día festivo, el 24 de diciembre de 1948, en Córdoba. Única mujer de cinco hermanos: Jorge, Marcial, Gastón, Martín y Oscar. Pocos la conocieron por su nombre, la llaman Ivonne, un nombre de origen francés que sus padres quisieron para su hija y el Registro Civil no permitió. Ya estudiante, frecuenta durante años, junto a su hermano Jorge y su compañera Cecilia, los llamados Campamentos Universitarios de Trabajo, espacios de activa intervención social. En los veranos, se viajaba a diferentes lugares del país a colaborar con sectores populares marginados. En 1968, viaja a Inglaterra a conocer la cultura sajona y aprender el idioma inglés. En Londres, trabaja como niñera. Regresa a mediados de 1969, para ingresar a la Escuela Superior de Idiomas de la Universidad de Córdoba. Entrados los años 70, Ivonne trabaja en un colegio como preceptora y completa el profesorado de inglés. Junto a su mamá Niní, como la conocen todos, dan clases en un taller de cerámica para los chicos de su barrio. A fines de 1972, ya integra un frente de empleados estatales y milita en Vanguardia Comunista (VC), una organización política con ascendencia en los sectores estudiantiles, estatales y obreros, y con inserción en los sindicatos de Fiat y Sitrac-Sitram. En una de las reuniones, conoce a Alberto “Cacho” Cacopardo, quien llegara desde Buenos Aires con el impulso del desarrollo

del movimiento obrero. Él también milita en VC, cuenta: “en esos días de militancia empezamos a frecuentarnos y construimos una pareja”. Cacho veía en Ivonne una fuerte influencia de su madre, amante de la revolución francesa, “libertad, igualdad y fraternidad… tenía mucha conexión con eso”. Era una mujer sensible, comprometida con lo social, “el amor con el que hacía sus piezas de cerámica, cómo hablaba de sus sobrinos, esa bondad... tenía una personalidad muy solidaria”, rememora su compañero. Un verano, viajan a Salta, a trabajar voluntariamente en la cosecha de tabaco, “porque lo considerábamos una forma de entender la explotación”. A mediados de 1975, Ivonne se aleja de VC. A fines de ese año, su hermano Jorge debe exiliarse en Canadá, mientras que su compañera, Cecilia, viene a Córdoba junto a sus cuatro hijos, a la casa de su suegro, contando con la solidaria ayuda de Ivonne en la crianza de los niños. El 26 de abril de 1976, al volver de un almacén junto a Cacho y un amigo, son secuestrados y quedan detenidos en el D2. Los policías ingresan a la casa de Cacho, preguntan por las armas. No había armas. “Los días que estuvimos en medio de ese infierno, llegó a pensar que la iban a largar”, recuerda su compañero. Tras la muerte de Ivonne, la familia Irazusta se fue de Argentina dispersándose por México, España y Canadá.


Lunes 26 de Julio de 2010 ENTREVISTA A LUIS URQUIZA, UNICO QUERELLANTE POR LA CAUSA GONTERO • Por Waldo Cebrero

«Cómplices y encubridores» La presencia de Luis Urquiza en la torre no pasó inadvertida. El día de su declaración, el operativo de seguridad se incrementó y el Cuerpo Protección de Testigos agudizó su custodia en los pasillos de tribunales. Su relato demostró las razones de semejante operativo. En dos horas de testimonio, Urquiza desentrañó el funcionamiento del D2 y denunció la connivencia de los represores con el poder político de Córdoba en plena democracia. “En otras épocas, denunciar esa complicidad me trajo problemas. Ahora, lo hago tranquilo, porque los responsables están sentados como acusados”, explicó a Será Justicia, minutos después de declarar. Y continuó su balance: “Es la segunda vez que puedo contar lo que me pasó en Argentina. Antes fui testigo en el juicio Menéndez II. Esta vez es diferente, y aunque me resulta difícil describirlo, creo que el balance es positivo y me siento conforme. Restan elementos para llegar a la condena, pero ya estamos en ese proceso que tanto costó. Estuve 34 años buscando justicia, y poder contar esto me obliga a ver de nuevo lo que me pasó, pero con esperanza... No quiero olvidar que mi secuestro, mis años de cárcel, las torturas que recibimos en el D2 se hicieron más agudas en el exilio, más cuando tuve que irme por segunda vez en 1997, por causas en directa relación con el terrorismo de Estado. SJ: ¿Por qué fue ese segundo exilio? LU: No tenía garantías. Como dije en mi declaración: en los 90, Yanicelli y una centena de policías que operaron en el D2, seguían en actividad. Lo denuncié el 2 de julio de 1997, pero la actitud del gobierno provincial fue proteger su costo político y correr sólo a uno de sus protegidos. Incluso hablé muchas veces con el ministro Aguad, que quiso negociar mi silencio. No podía garantizarme seguridad, y me fui a Dinamarca de nuevo (ver recuadro). SJ: ¿Sirve esto para denunciar la permanencia de represores en democracia? LU: El juicio es el lugar indicado para ver cómo en estos crímenes no sólo hubo autores materiales, policías y militares, sino también cómplices y encubridores, como la iglesia o la misma justicia federal. En mi caso, el rol del poder político de Córdoba en ese momento no es inocente. Recorde-

TRANQUILO. A pesar del fuerte operativo para resguardar su seguridad, Luis Urquiza recuperó la tranquilidad perdida en años de exilio, luego de declarar como testigo en el juicio Videla.

mos que en 1997 todos estos crímenes ya eran conocidos. Bastaba con leer el Nunca Más. Entonces, es inconcebible que un gobernador y su ministro desconocieran el pasado de la Argentina. La doctora María Elba Martínez, pidió la citación de Aguad luego de mi testimonio, pero sería importante que él mismo se presente y responda por sus responsabilidades en el año en que fue funcionario del gobierno. SJ: ¿Y por qué cree usted que fue víctima de estas persecuciones? LU: En esos años era mal visto dentro de la policía ser estudiante universitario. En mi caso y el de otros compañeros de promoción de la policía que también estudiaban, ese detalle fue suficiente para ser considerados “infiltrados”. Y fue categórico. Nuestro instructor en la Escuela de Suboficiales fue el comisario Rocha. Él nos lo hizo saber desde el primer momento. En esa época la enseñanza policial no tenía nada que ver con servir a la comunidad y nos perseguieron por no querer participar de la represión. Con nuestra detención se sacaron de encima un problema. SJ: ¿Qué elementos de su testimonio son más importantes para la causa?

Modificaciones en la sala En la segunda semana, algunos abogados defensores solicitaron al tribunal ubicarse cerca de sus defendidos. A raíz de este pedido, se reacomodó la sala de audiencias: se quitó el vidrio que los separaba de los imputados y cinco

Una charla con el ministro

defensores se ubicaron en el área dispuesta para la parte, al igual que la fiscalía. Estas modificaciones facilitaron a las partes sus tareas de asesoría y consulta, mejorando el desenvolvimiento de las audiencias. El espacio destinado a los abogados se modifica, con un reagrupamiento de las partes y sus asistentes. Los imputados se ordenan cerca de sus defensores. La fiscalía se separa del resto de los abogados. Algunos abogados se trasladaron cerca de sus defendidos. Ubicación para testigos, frente al tribunal.

LU: Detallar el funcionamiento del D2. Creo que eso será importante no sólo para la causa en la que soy querellante. Yo, como policía, pude ver y presenciar, en 18 guardias dentro del D2, cómo funcionaba y quiénes eran los jefes, o cómo se manejaban las patrullas. Todo eso se lo pude decir a la justicia. Con esas y otras pruebas, espero sobre todo que se condene a los que participaron activamente en la violación de los derechos humanos, pero también que se investiguen las complicidades y que quede bien claro quiénes permitieron que se realizaran esos crímenes y que se hayan mantenido impunes. SJ: Han sido muchos años de exilio, lejos del país. ¿Espera que ahora esa lejanía cobre otro sentido? LU: El exilio es algo difícil de sobrellevar. Aunque con el tiempo uno aprenda a querer al lugar que lo cobija, no poder volver a tu país o sentir miedo en él es doloroso. Ahora, me da vueltas en la cabeza la idea de volver a Córdoba. Acá tengo hijos y nueve nietos. Pero quiero ver qué sucede con la sentencia, que es es definitoria en mi decisión, porque sólo me sentiría tranquilo con estos tipos condenados.

Por la Justicia Los abogados querellantes son la representación legal de la víctima. Debido a que en su mayoría fueron asesinatos, los familiares asumen el derecho de querella que establece el Código Procesal Penal de la Nación, excepto en los casos de Luis Alberto Urquiza y Eduardo De Breuil, que asumen personalmente su derecho de querella. En diez casos no hubo familiares que se constituyeran en querellantes, pero de todas formas el Ministerio Público actúa de oficio, tengan o no querella. La querella está representada por los siguientes abogados: • En la Causa UP1: María Elba Martínez y Miguel Hugo Vaca Narvaja (Servicio de Paz y Justicia - SERPAJ): representando a familiares de Verón, Vaca Narvaja, Toranzo, De Breuil, Huber, García, Pucheta, Díaz, Zorrilla, Barberis, Abdón de Maggi, Moukarzel y Arquiola. Juan Martín Fresneda, Lyllan Silvana Luque, Claudio Orosz y Elvio Raúl Zanotti (abogados de H.I.J.O.S y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas): en representación de los familiares de Svagusa, Funes, Mozé y Balustra. Gerardo Battistón y Juan Miguel Ceballos: en representa-

En 1997, Carlos Yanicelli era el jefe de inteligencia de la Policía. Ocupaba un cargo estratégico en la seguridad de Córdoba. Histriónico y funámbulo, salía en los diarios de la época. Un “mimado” del gobernador radical Ramón Bautista Mestre, que elogiaba su capacidad para disuadir manifestaciones en zonas marginadas del norte cordobés. En ese año Luis Urquiza, que intentaba rehacer su vida en Argentina luego del exilio, decide denunciar la permanencia de este personaje de la dictadura en el gobierno provincial. Es cuando el entonces ministro de asuntos institucionales, Oscar Aguad, lo invita a presentarse en su despacho. Tienen un diálogo simple, pero ilustrativo: –Mire, Urquiza, la cosa es sencilla. O usted toma un perfil bajo o yo no le puedo garantizar la seguridad– fue la propuesta de Aguad, responsable de la policía provincial, ante la demanda de seguridad. –Antes decían desconocer el pasado de Yanicelli, pero ahora lo conocen, junto al de otros policías del D2, ¿por qué no hacen nada?– preguntaba Urquiza –Me parece absurdo que con años de democracia, esos represores ocupen cargos importantes. La temperatura en el despacho del ministro fue levantándose, al igual que el tono. –Mire señor, no puedo hacer una sangría en la Policía. Se me levantaría la guardia de infantería. Yo mismo estoy amenazado de muerte, tengo custodia– reconoce Aguad. Las palabras eran claras, el mensaje también: se callaba o podía pasar cualquier cosa. Entonces la familia de Urquiza decide salir del país y regresar a Dinamarca. Antes de partir, lo llama Aguad para un último reproche: “¿Cómo que se va a ir del país? Nos va a hacer quedar mal a todos, yo le puedo dar un trabajo”. El costo era su silencio... Así que otra vez al exilio. El gobierno radical no combatía las bandas rearmadas del D2. Sólo cinco meses después realizó una “purga” en la fuerza policial, con Urquiza ya lejos. “Lo podrían haber hecho antes, pero los protegían. Habría que preguntarle a Aguad por qué no los pasó a retiro antes. Es imposible que no conocieran el prontuario de quienes estaban a cargo de la seguridad de los ciudadanos. Tenían una clara complicidad política, basta ver las declaraciones de Mestre en los diarios de la época, reconociendo la labor de Yanicelli”, concluye.

ABOGADOS QUERELLANTES Y FISCALÍA ción de los familiares de Toranzo, Ceballos, Baronetto y Bártoli. Miguel Martínez: representa a los familiares de Bauducco. • En la Causa Gontero: María Elba Martínez y Miguel Hugo Vaca Narvaja: en representación de Luis Urquiza, único querellante. En cuanto a la Fiscalía, cumple un papel esencial en el proceso penal, promoviendo la acción penal pública. Tiene el rol de demandante a lo largo de la instrucción, asumiendo la representación del interés público, investigando y preparando la causa. En la instancia del juicio oral, es un órgano de acusación. En este juicio, la instrucción de la causa estuvo a cargo de Graciela López de Filoñuk (fiscal del Juzgado Federal Nº 3), con la colaboración de Carlos Gonella. Los fiscales de actuación durante el juicio son Carlos Gonella (TOF Nº 2, en carácter de fiscal subrogante) y Maximiliano Hairabedián (TOF Nº 1). Ambos están facultados para intervenir en forma conjunta o alternada en la totalidad de las causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el terrorismo de Estado en la provincia de Córdoba.


Lunes 26 de Julio de 2010 CONTRATAPA • por Alexis Oliva

Eso que aquellos tenientes ya no tienen Escultura de Luis Gómez “Rotas cadenas”. 2005. Chapa grabada en agua fuerte.

Aquellos tenientes eran tenedores de muchas tenencias. Tenían estampa militar y pulcritud castrense, voz estruendosa y uniforme impecable, botas brillantes y fusta de azuzar caballos pura sangre. Y tenían, sobre todo, poder e impunidad. Poder absoluto sobre vida y muerte de los prisioneros políticos. Impunidad garantizada a pesar de que sus víctimas estaban a disposición de la justicia federal y el Poder Ejecutivo Nacional. Y procuraban que todo el mundo lo tuviera claro, taconeando su brutalidad y soberbia por los pasillos y patios de la cárcel. Hasta el momento, ha declarado ya una docena de testigos y los represores de la UP1 más nombrados, descriptos y reconocidos en cada ronda de testimonios, son quienes a comienzos de la dictadura ostentaban el rango de teniente: Gustavo Adolfo Alsina, Enrique Pedro Mones Ruiz, Osvaldo César Quiroga y Francisco Pablo D'Aloia eran tenientes propiamente dichos, primeros o sub, pero tenientes al fin. Con cada testimonio asoma, cada vez más nítida, su firma, en el alevoso asesinato de Raúl Bauducco, en el sádico suplicio de René Moukarzel, en el terrorífico fusilamiento de Gustavo De Breuil, Arnaldo Toranzo y Hugo Vaca Narvaja. Esto recién empieza, pero ya en las siluetas grises de los victimarios se va revelando la imagen de aquellos tenientes. Terminada la dictadura, la democracia condenó primero a los comandantes. Luego, en marzo de 1987, le llegó el turno a los otrora tenientes, que comenzaron a ser procesados por la justicia. Los diarios mostraban justamente los rostros coléricos y exasperados de Alsina, Quiroga, Mones Ruiz… hasta que en Semana Santa pasaron de la crispación al betún, cuando el mayor Ernesto Barreiro se retobó en Córdoba y sus colegas “carapintadas” se amotinaron. “Felices Pascuas, la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina”, se proclamó desde el balcón de la Casa Rosada. Sí, pero a cambio de la ley de Obediencia Debida, aprobada ese 5 de junio, de la que aquellos tenientes fueron sus más conspicuos beneficiarios. “Se considerará de pleno derecho que las personas mencionadas obraron en estado de coerción bajo subordinación a la autoridad superior y en cumplimiento de órdenes, sin facultad o posibilidad de inspección, oposición o resistencia a ellas”, decía el artículo 1 de aquel engendro legal, arrancado con el método de siempre: una pistola en la cabeza de la democracia. DE MILGRAM A MENÉNDEZ Mal que nos pese, la obediencia debida tiene cierto fundamento psicosocial. Motivado por la perplejidad ante el horror desplegado por la maquinaria nazi, Stanley Milgram, psicólogo social de la Universidad de Yale, condujo en 1961 un polémico “Estudio sobre el comportamiento de la obediencia”. Un año después del juicio y ejecución de Adolf Eichmann en Jerusalén, Milgram estaba intrigado por el rol de los subalternos: ¿cómo fue que personas normales y que no tenían nada personal contra los judíos, habían podido ser activos partícipes del Holocausto? Presentado como un estudio del “efecto del castigo en el aprendizaje”, se observaba en realidad a los “maestros”, que debían impartir a los “alumnos” (actores al tanto del verdadero cometido de la experiencia) descargas de electricidad ante cada respuesta errónea a una serie de preguntas sobre palabras que debían asociar. Los castigos co-

menzaban con 15 voltios y con cada error aumentaban hasta 450. Los “alumnos” simulaban recibir la descarga, comenzaban a quejarse, luego gritaban y suplicaban, hasta que desfallecían. Algunos instructores dudaban, pero el supervisor los instaba: “Continúe, por favor”. “Es absolutamente esencial que usted continúe”. “Usted no tiene opción alguna. Debe continuar”. Si el “maestro” se negaba luego de la última frase, el experimento finalizaba. Si no, sólo se detenía cuando se hubiera administrado el máximo de 450 voltios tres veces seguidas. Fue así que el 65 por ciento de los participantes (26 de 40) aplicó la descarga de 450 voltios. Todos pararon en cierto punto y cuestionaron el procedimiento, pero ninguno se detuvo antes de los 300 voltios. La conclusión de Milgram fue pavorosa: “La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los participantes, la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio”. Milgram murió en 1984 sin conocer la particular versión jurídica argentina de su descubrimiento, ni escuchar las palabras de quien fuera el jefe de aquellos tenientes. “Yo, como comandante de cuerpo, soy el único responsable de la actuación de mi tropa. Por eso, a mis dignos subordinados de entonces no se les puede imputar nada y menos privarlos de su libertad, como ilegalmente se ha hecho con muchos de ellos”, suele machacar Luciano Benjamín Menéndez. Pero ni “fuertes imperativos morales”, ni “extrema buena voluntad”, ni “nada personal en contra” de sus víctimas y menos “dignos subordinados” son conceptos que se puedan conciliar con lo que está develando este juicio: asesinatos, torturas, golpizas, violaciones, estaqueos, humillaciones, saqueos, extorsiones con la vida de los seres queridos y un largo etcétera imposible de cubrir, ni siquiera con el polémico paraguas de la obediencia debida. Esa dolorosa verdad, que por fin aflora, no hace más que dar la razón a quienes en 2003 tuvieron el coraje político de anular esa ley. Y con las acciones pasadas se corresponde el discurso presente, porque de todo aquello que los tenientes tenían, hoy sólo queda una gastada cáscara retórica. Es que sí tienen -como no tuvieron sus víctimas- derecho a la defensa, del que también abusan con sus interminables descargos, como en el coordinado asalto al micrófono consumado por Alsina y Quiroga en la audiencia del martes 20 de julio, cuando se dieron el lujo de hablar durante más de cuatro horas. En esas arengas presumen de ser veteranos de una guerra vergonzosa, tildan de terroristas a funcionarios y militantes de derechos humanos, se explayan en su martirologio de chivos expiatorios, piden pizarrón para dar serviciales cátedras sobre células guerrilleras y cárceles del pueblo, se escandalizan por cómo los medios manipulan la opinión pública, aleccionan sobre formalidad y buenos modales, citan a exitosos escritores mimados por la derecha, dirigen su mensaje moralizante a los jóvenes y se lamentan ante dios por el futuro negro de la patria. Pero, más que nada, añoran eso que ya no tienen: impunidad.

La producción de este ejemplar fue posible gracias al aporte solidario de las siguientes instituciones y organizaciones:

Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) Fundación Electroingeniería MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA

F a m i l i a r e s d e D e s a p a r e c i d o s y D e t e n i d o s p o r R a z o n e s P o l í t i c a s d e C ó r d o b a •H . I . J . O . S . ( H i j o s e H i j a s p o r l a I d e n t i d a d y l a J u s t i c i a c o n t r a e l O l v i d o y e l S i l e n c i o ) Santa Fe 11, Bº Alberdi | Córdoba, Argentina | Tel: (0351) 425 6502 | famdesapcba@yahoo.com.ar | hijoscba@hijos.org.ar | www.eldiariodeljuicio.com.ar


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