EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA PUBLICACIÓN INSTITUCIONAL DE PRODUCCIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA · AÑO II · NÚMERO 12 · CÓRDOBA · ARGENTINA · 6 DE SEPTIEMBRE DE 2010
EL POSIBLE APARTAMIENTO DE UN JUEZ VOCAL DIO UN GIRO INESPERADO AL JUICIO.
La justicia en cuestión Cuando las audiencias comenzaban a tomar otra dinámica, acelerando su curso por la cantidad de testigos acumulados, el juicio Videla volvió a sorprender a propios y ex-
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EN ESTE NÚMERO ANÁLISIS: Balance de las partes, a dos meses de iniciado el juicio.
traños adquiriendo rumbos inesperados. El pedido de recusación del juez vocal Pérez Villalobo impuso un clima de incertidumbre que deberá resolverse con rapidez.
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Jueces que juzgan a un juez. Página 3
Los juicios en el país. Página 7
Los juicios y la educación. Página 4
TESTIMONIOS: • María Teresa Sánchez • Héctor Francisetti • Luis Eduardo Pihen ESCRIBIR LA HISTORIA
Charla con Felipe Pigna Páginas 4 y 5 Los ciclos de la historia nunca pueden definirse de manera uniforme. Resulta difícil pensar en bloques de tiempo que permanezcan inalterables. Pasado y presente conviven en cada hecho social y se modifican mutuamente dando nuevos sentidos a eso que llamamos historia. Un entramado de múltiples realidades se contiene en un mismo período, y Córdoba atraviesa tiempos intensos, en los que estas observaciones cobran su concreta dimensión. Estamos en presencia de un proceso judicial extenso y largamente esperado, que entrelaza elementos disímiles. A dos meses de su inicio, es ya evidente que el carácter oral y público le imprime una dinámica particular, con elementos distintivos. Las voces de la sala de audiencias tienen su eco en el seno de la opinión públi-
Subió la marea
ca, poniendo en juego memorias subjetivas y también, quizá con mayor incidencia, memorias sociales. En ese trajín, las partes intervinientes (fiscalía, querella y defensa) despliegan habilidades con el objetivo de que el proceso atienda sus intereses. Una de esas estrategias, promovida por el imputado Alsina –representado por su abogado Osvaldo Viola–, fue solicitar la recusación de un juez vocal del tribunal, José María Pérez Villalobo, por supuesta “parcialidad”. La maniobra derivó en un incidente que demoró el curso normal del juicio. El martes 7 de septiembre el tribunal debe definir el futuro del vocal, dando a conocer cómo quedará compuesto el tribunal. Antes de producido este episodio, los abogados querellantes Orosz y Fresneda
EDITORIAL
Hace 15 días reflejábamos la “meseta” por la que había comenzado a transitar el juicio. Sin embargo, la última semana imprimió una dinámica inesperada. Soplaron vientos de distintos frentes que modificaron el andar del proceso. La primera gran noticia vino desde Buenos Aires, donde la Cámara Nacional de Casación Penal finalmente confirmó la condena de la causa Brandalisis. Aquel juicio, culminado en julio de 2008, supuso la primera condena a prisión perpetua contra Menéndez, que estuvo acompañado por otros 7 torturadores de La Perla. Pretendiendo alargar el camino, las defensas recurrieron a Casación, donde los magistrados de la Sala III se tomaron dos años para reflexionar y confirmaron todos los términos de la sentencia. Esto nos deja muy cerca de la tan an-
habían justamente solicitado que se acelere la recolección de testimonios. Según manifestaciones del tribunal, se esperaba entonces poder tomar cuatro testimonios diarios, buscando intensificar el ritmo en un juicio que se sabe largo y en el que habrá más de 150 testigos. LA CÁRCEL INTERIOR Posiblemente, las víctimas comiencen a sentirse liberadas recién 34 años después de haber sido prisioneros políticos, cuando asoma la demorada justicia. Sin embargo, la dolorosa experiencia ha dejado en sus cuerpos y en sus vidas consecuencias irreparables, “que te mantienen presa de los recuerdos”, como expresó la testigo Marta del Valle Quiroga. Además de las secuelas físicas y psíquicas, el exilio y la ruptura de los lazos familiares también mar-
siada “condena firme”, que perpetuará al gran genocida como un condenado. La Corte Suprema es el último escalón, y su presidente ha expresado, con meridiana claridad, que los juicios por crímenes de Lesa Humanidad son una política de Estado en nuestro país. El escollo más reacio ya fue superado. Las últimas semanas aportaron numerosas anécdotas que prueban la complicidad entre Raúl Primatesta y la Justicia Federal con respecto al cautiverio que padecían los presos políticos. Esta edición se proponía dar cuenta de los 24 testimonios esperados para la última quincena. Pero sólo declaró la mitad de los testigos previstos. La defensa de los militares logró imponer un debate ajeno a los hechos, cuestionando la imparcialidad de uno de los jueces. José María Pérez Villalobo es el blanco elegido. Quien comanda la embestida es el acusado más mencionado por los testigos, Gustavo Adolfo Alsina. Por estas horas se debate el fu-
CONTRATAPA • OPINIÓN:
Por un Nunca Más del periodismo Un análisis sobre los medios, vinculado al inicio de causas que juzgarán la responsabilidad de periodistas en la dictadura. POR PABLO LLONTO
turo del tribunal, con pronósticos divididos. Las pruebas reunidas son insuficientes para tumbar a un juez, pero lograron instalar el cuestionamiento. En todo análisis debiera primar el buen desarrollo del juicio pero cualquier opción viene acompañada de costos. Hay quienes se preguntan: ¿puede un genocida llevarse puesto a un juez de la Nación? Desde otro ángulo, se analiza que la continuidad del magistrado permitiría reeditar el planteo en un futuro y que luego intentarán poner en duda el valor de la sentencia. Final abierto. Posiblemente esta sea la edición más difícil para este periódico. Cuando se lean estas líneas el resultado ya estará sobre la mesa. Nuestra apuesta es que se garantice la trasparencia del juicio y que se ajuste de manera estricta a las normas y a la Constitución, despejando toda duda o resquicio que pueda hacer tambalear su legitimidad.
Lunes 6 de septiembre de 2010 can las historias de los ex presos. “Recuperé mi libertad en noviembre de 1979 y pedí la opción de irme al exterior. Desde entonces, vivo en Suecia con mi familia”, comentó Marta. Fue detenida en octubre de 1975 junto a su esposo, José María Cardozo, y a su hija Paula, de apenas 11 meses. Marta vivió su presidio en el pabellón 14 junto a su hija, con una pierna herida en su paso por el D2, que se agravó con las golpizas recibidas en la cárcel. “Todavía cargo con esa incapacidad”, le explicó al tribunal. Pero además, agregó: “Paula, siendo bebé, vivió y olió el miedo. Vio cómo le pegaban a su mamá, cómo le pegaban a todas las mujeres que para ella eran sus tías… hasta hoy, con 35 años, no ha podido superar la situación”. Poco antes de iniciarse este juicio, su ex marido José María falleció en el exilio, sin poder liberar ante la justicia su historia en la cárcel. Las consecuencias que dejó el terrorismo de Estado en la vida de Héctor Gerónimo López tienen otra particularidad. Preso durante 13 años, desde octubre de 1975 hasta febrero de 1988, López fue condenado por el juez Zamboni Ledesma, “en un proceso viciado por donde se lo mire, con declaraciones logradas bajo tortura”, comentó quien fuera compañero de Liliana Páez, una de las víctimas fusiladas. Además de haber vivido cinco años de encierro en plena democracia, el testigo explicó que estuvo bajo libertad condicional hasta 1993, una década después del fin de la dictadura militar. Desde que fue detenido, su madre, Clara Teresa Aurelia de López, se movilizó incansablemente por conseguir su liberación. “Mi madre tiene un coraje increíble. Sufrió mucho por mi situación
EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA
Editor responsable: Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba Consejo Editorial: Por Familiares: Betty Argañaraz, Gustavo Tissera y María del Carmen Torres. Por H.I.J.O.S: Cecilia Correa y Martín Notarfrancesco Director de contenidos: Sebastián Puechagut Redactores: Waldo Cebrero, Pablo Luro y Lautaro Bentivegna
y nunca se resignó”, dijo al tribunal. “Llegó a viajar a Brasil para conseguir la declaración de “Charly” Moore. Eso sirvió para que la Organización de los Estados Americanos (OEA) condene al Estado argentino y revea mi causa, hecha con complicidad judicial”, agregó. La madre presenció el testimonio de su hijo en silla de ruedas, con la alegría de poder estar presente en la sala de audiencias. PALOS ADENTRO Y AFUERA “Para el Día de la Madre del 76, les habían dicho a nuestros familiares que nos iban a poder ver, después de varios meses”, recordó el testigo Osvaldo Onetti. Pero luego les dijeron que hubo un problema a raíz de un intento de fuga y que los esperaba el cardenal Primatesta en una plaza cercana al penal. Allí, el cardenal les explicó que por las muertes de presos en la cárcel, no podrían ingresar. Los familiares –incluido el padre de Onetti–, indignados, comenzaron a buscar firmas y redactaron una carta denunciando la actitud del clérigo, entre otras cuestiones. Pensaban enviarla al Departamento de Derechos Humanos de la OEA. Pero pocos días después, el Ejército cercó la casa de Onetti, que fue secuestrado y llevado a Campo de la Ribera junto a otros tres padres de detenidos. En las torturas que le aplicaron eran permanentes las preguntas relacionadas con la carta. Al tiempo, los padres del preso se exiliaron. Murieron poco después de volver al país, ya en democracia. “Los golpes de la dictadura fueron clave en sus muertes”, recordó el testigo. Entre los padecimientos que sufrían los familiares de los presos, salió a la luz lo que debió soportar la madre de Raúl Arturo Guevara. El testigo comentó que gran parte de la represión que sufrían dentro del penal, también era impartida afuera. Ejemplo de ello es la desaparición de su madre, cuando él ya había sido trasladado a Sierra Chica, en noviembre de 1976. Un día no supo más de ella. “Simplemente trabajaba de enfermera en el Hospital Español y militaba de madre, intentando que me liberaran de lo que sufría en la cárcel”. Otro tormento es el que soportó Frida Angélica Capatto de Ceballos, quien narró los días en que velaron a su marido. Oficialmente, había muerto por una herida
JUEZ JUZGADO. Pérez Villalobo optó por seguir el juicio ubicado entre el público, dejando su sillón vacío.
de bala, pero los padres de Ceballos se encontraron en la morgue con el cadáver de su hijo amordazado y con varios tiros en el cuerpo. “El velatorio fue con una custodia impresionante, hasta helicópteros sobrevolando el lugar. Era algo muy fuerte despedirlo de ese modo”, expresó la viuda. ESTAQUEAMIENTOS INVERNALES Graciela Galarraga era una joven del interior, de Laboulaye. Recuerda hasta hoy lo que vivió en el Pabellón 14 del penal de barrio San Martín. En su testimonio dejó claro que en las guardias de la cárcel actuaban dos cabos de apellido Pérez. Uno estaba en la guardia de Mones Ruiz y el otro, en la de Alsina. Uno impostaba la voz y era reconocido como “Jaime Kloner” (el apodo se debe a su parecido con el popular actor de radioteatros cordobés, fallecido hace treinta años) y el otro es Miguel Ángel Pérez, a quien los testigos indican como el asesino de “Paco” Bauducco. El 10 de julio de 1976 no se borrará jamás de la memoria de Graciela. Junto a “Charo” Miguel Muñoz, ese día fue retirada de su celda por el teniente Alsina y traslada al patio del penal. Allí estaquearon a “Charo”, mientras obligaban a la testigo a tirarle agua fría sobre el cuerpo. Fue una situación demasiado cruenta, que implicaba atormentar a su propia compañera. “Durante años relacioné este hecho que me tocó vivir a mí, con lo que sufrió pocos días después Moukarzel. Mi memoria reunió las dos estaqueadas, me ha costado mucho separar estos sucesos en dos tiem-
pos. Me cuesta mucho hablar de esto”, recordó Galarraga con infinita tristeza. Mientras finalizaba su intensa declaración, el defensor Osvaldo Viola manifestó que anteriormente había solicitado una investigación a Galarraga por falso testimonio, pero que desistía de dicho pedido por coniderarla “inimputable”. La agresividad de su comentario, peyorativo para con la testigo, fue duramente repudiada por las querellas, especialmente por Lyllan Luque, que solicitó al tribunal poner frenos a este tipo de intervenciones. FINAL ABIERTO A dos meses de iniciado, el juicio puede sufrir un giro imprevisto. La mayoría de las partes sostienen –algunas fuera de micrófono– que las pruebas que fundamentan el pedido de apartamiento de Pérez Villalobo no son concluyentes y serán rechazadas por el tribunal. El debate arrojó posicionamientos y argumentaciones interesantes sobre el rol del tribunal y la actuación de los jueces. La decisión se conocerá la mañana del martes 7 de septiembre, día en el que continuarán las declaraciones demoradas por esta eventualidad. Las cartas de la defensa, en estos años de investigaciones, parecen atarse a estrategias dilatorias y a buscar aristas que demoren la sentencia. De todas maneras, pasada la instancia en que los demás miembros del tribunal juzguen el actuar de su colega, la historia –con su complejidad– seguirá su marcha, y quedará menos camino por desandar hacia la justicia.
TESTIMONIOS • LUIS EDUARDO PIHEN, EX DETENIDO EN LA UP1
Secretaria de redacción: Matilde Nasser Corrección: Victoria Picatto Fotografía: Manuel Bomheker y María Bethania Cuello Diseño y diagramación: Usina Creativa SH Distribución: María Ester Cobe, Julia Soulier, Ernesto Torres, Rubén Vergara Colaboraron en este nº: Alexis Oliva, César Pucheta, Claudia Baldovin, Mauro Ricci, Pablo LLonto Impresión: Comercio y Justicia Editores Cooperativa de Trabajo Ltda. Producción gráfica y editorial: Usina Creativa SH (0351) 427 1736 • info.usinacreativa@gmail.com
Será Justicia es una publicación periódica propiedad de la Asociación civil sin fines de lucro Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba (Personería Jurídica 234-A-1992) Tirada de la edición: 20.000 ejemplares
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Otro ladrillo en la pared El hombre está relatando los momentos más dramáticos de su vida, sin embargo conserva un sentido del humor que conmueve y, a la vez, despierta sonrisas. Va hurgando de a poco en sus días de presidio, recordando a sus compañeros, “a Marta y a Vitín, que militaban con nosotros en el barrio”. Describe también, a su modo, a los imputados que reconoció en la cárcel mientras estuvo detenido en el pabellón 8. Se nota en su carácter, en su habla de cordobés ocurrente, que ese sentido del humor le permitió sobrellevar el encierro. El testigo es Luis Eduardo Pihen, y se sirve de ese mismo espíritu para explicar, frente al tribunal, una experiencia difícil de comprender para quienes no la vivieron. “En una cárcel, las paredes hablan”, dice, definiendo ese particular sentido extra, mezcla de lo que se ve, se oye y se percibe a través de los otros en el encierro. “Entre los muchachos de la celda, yo tenía una historia de la colimba que siempre contaba. Resulta que yo hice el servicio en el Batallón 141. Había dos subtenientes, uno era Gustavo Adolfo Alsina”, relata Pihen al tribunal la misma historia que contaba en el pabellón. “Yo, al servicio militar, lo hice de muy mala gana y no prestaba atención. Entonces, una vez hice mal un saludo y Alsina, que siempre me gritaba, se enfureció: «Usted me va a hacer pedir la baja soldadito. Usted me frustra soldadito», me gritaba”. Y concluye: “Después pensé que tendría que haberle hecho más de esas y quizá no lo tendríamos en la
REPLETA. La sala de audiencias recuperó la afluencia de público en la última semana.
cárcel pegándonos”. La reflexión le arranca una sonrisa al presidente del tribunal, y Pihen explica cómo volvió a escuchar esa voz cuando sacaron a Moukarzel del pabellón, “yo les decía a los muchachos que ése era Alsina, el de la anécdota”. Alsina intentó estaquear a Moukarzel en el “patio de la mosaiquería”, uno de los espacios abiertos de la UP1. Pero “después las paredes nos contaron que el piso era duro y las estacas se rompían, así que lo llevó al patio de mujeres. Allí Alsina tuvo su batalla más trascendental, contra un enemigo desnudo y estaqueado”, ironizó Luis Eduardo completando parte de su declaración.
Lunes 6 de septiembre de 2010 TESTIMONIOS • MARÍA TERESA SÁNCHEZ, ABOGADA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, EX DETENIDA EN LA UP1 | Por Waldo Cebrero
Recuerdos de una madre en el pabellón 14 “Cuando entré a la UP1 era un día precioso de sol, recuerdo las pisadas en el ladrillito, las piedritas del camino… Me llevaron al pabellón 14. Las chicas estaban cantando, alborotadas y preparándose para algo: era día de visitas”. El 23 de febrero de 1976, un mes antes del golpe, María Teresa Sánchez fue detenida junto a su marido por una patota del D2. Como siempre, las golpizas y las torturas aplicadas en el departamento de informaciones anunciaban el traslado a la UP1. Eran los primeros días de marzo y la nueva prisionera, una joven estudiante de la Facultad de Derecho, que integraba la Corriente Universitaria por la Revolución Socialista (CURS), ingresaba al presidio con un avanzado embarazo de ocho meses. La madrugada del 24 de marzo del 76, fue sorprendida por la noticia del golpe de Estado durante una visita íntima en el pabellón de mujeres: “Nos fuimos a acostar, éramos varias las parejas. Los hombres llevaban los calentadores, nosotras las tortas y el café. Cuando prendimos la radio, a eso de las tres de la mañana, se escuchaban las marchitas militares”. A partir de ahí, la situación cambió: “A la mañana nos vinieron a buscar y se notaba que no sabían qué hacer con nosotros. Era una mañana muy gris y un helicóptero daba vueltas sobre la cárcel”, recordó la ex presa,
IMPUTADOS
Botón de muestra
CUCA. Mirta Graciela Antón en el banquillo de los acusados.
Sentada en la segunda fila, Mirta Graciela “Cuca” Antón rompe la monotonía de colores sobrios que viste el sector de imputados, exhibiendo conjuntos a tono con la primavera que se viene. Pero no sólo en eso se distingue la única mujer acusada. En la audiencia 23, mientras hablaba el imputado Molina insistiendo en desacreditar testigos, Cuca fue presa de la emoción, llorando y aplaudiendo efusiva. La foto ocupó los diarios y Antón habló al otro día: “Soy como una presa política a disposición del PEN”, y dijo sentirse “muy representada” por los relatos de los ex presos, debido a la “comida y atención médica” que recibe en Bouwer. Según recuerdan los testigos que pasaron por el D2, en lo que no dista la Cuca de sus colegas es en la brutalidad con que impartía las torturas. Ya en democracia, tampoco supo diferenciarse de las patotas policiales que integró. Ha sido mencionada en hechos de amenazas y presiones a abogados, conducta que se repite en varios ex policías. Para muestra, un botón: un testigo clave de la causa Albareda, el ex policía Jesús González, se suicidó horas antes del inicio del juicio para no incriminar con su relato a los miembros del D2. En su teléfono, figuraban llamadas de Graciela Antón, la Cuca, en los días previos a que se quitara la vida.
APOYO. Soledad (primera a la izquierda) presenció entre el público el testimonio de Marité Sánchez, su madre.
que en esos días de perplejidad, cuando las requisas violentas se hacían habituales, dio a luz a su hija Soledad en la Maternidad Provincial. “Me veía ahí, esposada, con la panza, y aferrando entre mis manos una cajita turquesa que me habían regalado, rodeada de ese despliegue militar. Me pareció algo muy ridículo”, recordó, como mirándose desde fuera, abstraída. Al regresar al penal con Soledad en brazos, las presas la recibieron con alegría, pero le comentaron que el día anterior hubo una re-
quisa brutal. “La sensación de muerte se empezó a instalar”, aseguró. MEMORIA FIEL El curso de su relato fue puntilloso, respondiendo a cada pregunta con precisión de fechas y sucesiones en los hechos. “Un testimonio brillante. Por las dudas no le pregunté nada, porque su memoria es infalible”, comentó informalmente en el hall uno de los abogados defensores. Es que Marité Sánchez, con su militancia como abogada de Abuelas de Plaza de Mayo,
supo cultivar esa memoria del horror y convertirla en justicia. Cuando recordó a sus compañeras de pabellón que fueron fusiladas, dijo: “De planta baja sacaron a tres, y siempre sucedía cerca de fechas importantes (…) A Diana Fidelman, cerca del 25 de mayo [el 17 de mayo], a Marta González, cerca del 17 de octubre [el 11 de octubre], y a “Tati” Barberis, el 19 de junio, en vísperas del Día de la Bandera”. Sánchez también evocó las circunstancias en que fueron extraídas del pabellón Liliana Páez, Mirta Abdón de Maggi y Marta Rosetti de Arquiola. HIJA, MADRE, ABUELAS Mientras avanzaba en su relato, visiblemente emocionada, Jaime Díaz Gavier preguntó conmovido: “¿Y qué pasó con su hija?”. “Esta acá, en la sala”, respondió la testigo, con una sonrisa leve entre las lágrimas. “En 1989 elegí ser abogada de Abuelas porque me parecía imposible aceptar que mi hija pudiera haber ido a parar con quienes tanto daño me habían hecho”, aseguró, ya finalizando. “Admiro a las Abuelas. En esa época en que me fueron a buscar, nadie quería ser abogado de los organismos. He aprendido de ellas la virtud de la paciencia y la lucha en la búsqueda de estos niños, a quienes se puede localizar… y he comprobado por mí misma que para ellos es liberador”.
LA CONVIVENCIA ALTERADA EN EL HALL DE TRIBUNALES • Por Martín Notarfrancesco
Ni el tiro del final Con el planteo de recusación el juicio abrió un paréntesis hasta que el tribunal resuelva el incidente. A última hora del jueves, las partes terminaron la ronda de alegatos, desplegando argumentos y doctrinas jurídicas. Los restantes miembros del tribunal son ahora jueces de un juez y su resolución debe contemplar todos los desenlaces imaginables. La decisión sentará un importante precedente. El imputado Alsina dio la puntada inicial y su abogado Osvaldo Viola la fundamentó. Luego fue respaldado por algunos de sus colegas. Frente a esta postura, fiscalía y querellas develaron la inconsistencia de las pruebas esgrimidas y su insuficiencia para remover un juez. Como denominador común, todos coinciden en valorar el desempeño del resto del tribunal y su imparcialidad, ponderando la ecuanimidad de su presidente, Jaime Diaz Gavier, para conducir el debate. El cuestionamiento a Pérez Villalobo resulta desproporcionado en relación a la prueba reunida, pero logró instalarse. La teoría del rumor surtió efecto y las alternativas por delante son tres: que lo aparten; que lo sostengan; o que el mismo Pérez Villalobo se inhiba, evitando así que sus pares decidan. Esta última opción es una suerte de “tablas”, pero quienes conocen a Pérez Villalobo la descartan de plano. En caso de que el magistrado no continúe, su lugar será inmediatamente ocupado por Carlos Ochoa, el cuarto juez. El proceso está garantizado en cualquiera de las variables. Luego de años de convivencia y disputas judiciales, está claro que los movimientos de la defensa están lejos de buscar garantías para sus defendidos. No es razonable pensar que un cambio de juez modificará el curso del juicio y la futura sentencia. Se trata de procesos excepcionales, con un nivel probatorio fuera de lo común, pero con exigencias y respeto de los acusados también fuera de lo común. Muestra de esto es el cordial trato que reciben todos los imputados, en contraste al menosprecio habitual que padecen los presos comunes. Ojalá este proceso también sirva para “nivelar” hacia arriba. Por lo visto, el tándem Alsina-Viola pretende facturar un costo importante, anotarse un poroto y también enviar un mensaje: estos juicios no son gratis y un oficial del Ejército en jaque es capaz de arrastrar, incluso, a un magistrado de la nación.
TRABAJANDO. Viola (izquierda), el abogado de Alsina (derecha) revisa sus expedientes al inicio de una audiencia.
Las pruebas • EL JURAMENTO. Viola sostiene que cuando Pérez Villalobo juró como juez en 1996, lo hizo por “la patria y el honor”, y luego le sumó una apelación “a la sangre derramada de los muertos de Trelew”. Ni el acta oficial, ni el testigo Santiago Cirilo Ferrer lograron certificarlo plenamente. • LAS FOTOS. Hay dos fotografías, una es de 1971, en ocasión de la revuelta popular conocida como “Vivorazo”, publicada en el libro “Los jóvenes Idealistas”. Allí se ve un grupo de manifestantes en bicicletas, portando banderas del ERP. Alsina afirma que uno de ellos es el juez Pérez Villalobo, quien lo niega rotundamente. La otra foto es de este año, y el juez aparece con su familia frente al Archivo Provincial de la Memoria, en ocasión de una conmemoración del 24 de marzo. Esta foto sí es reconocida por el juez y fue extraída del muro de Facebook de alguno de sus hijos. Esto le quita entidad y deja de manifiesto una metodología poco honesta, que raya la ilegalidad de la prueba. Ambas fotografías son inconsistentes. La primera es dudosa y de hace 40 años, antes incluso de que ocurrieran los hechos que hoy se investigan. La segunda no es ni siquiera repudiable. Un juez de la Nación no está inhibido de asistir a un paseo público, ni a las actividades desarrolladas en el marco de un feriado obligatorio ordenado y reglamentado por una ley nacional.
Lunes 6 de septiembre de 2010
ENTREVISTA · FELIPE PIGNA
EL JUICIO, DÍA X DÍA
Por Sebastián Puechagut EL HISTORIADOR PASÓ POR CÓRDOBA PARA DAR UNA CONFERENCIA SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN LOS COLEGIOS
DÍA 22 - MARTES 24/08
«Construir la historia de los 70»
Malos vecinos El testimonio de Héctor Gerónimo López lleva toda la mañana y no es para menos. Vivió 13 largos años en prisión, una etapa de su vida que se inauguró con su secuestro por una patota del D2. Estando ahí, vendado, escuchó una voz que se quejaba: “Este es el Biqui, lo conozco del barrio y jugaba con mis hijos. Ahora es un terrorista hijo de puta”. El señor no era otro que Don Antón, el padre de la “Cuca” y de “Boxi”. Sus dos hijos son represores.
Avispón rosado López continúa. Tantos años en prisión no afectaron su memoria auditiva y recuerda a Mones Ruiz como “un rubio de postura militar, arrogante y con un tono de voz poco varonil”. Aludido, el coqueto militar se sonroja, baja la cabeza y anota en su cuaderno.
DÍA 23 - MIÉRCOLES 25/08
Pavlov, un principiante Parece que Alsina, en sus épocas de teniente, indagó en los estudios de la corriente conductista. A cada estímulo le corresponde una respuesta, parece decir la testigo Galarraga cuando explica: “Éramos como animalitos, sentíamos el ruido y ya salíamos solas". Esos “estímulos”, eran infringidos a capricho por el siempre pedagógico teniente Alsina: “Hoy voy a estaquearla, Galarraga, y sólo porque a mí se me antoja”.
DÍA 24 - JUEVES 26/08
Síganme los buenos Ni los héroes populares hubieran tenido chance en la UP1. “¿Quién podrá defenderme, el Chapulín Colorado?”, se pregunta la testigo Eva Magdalena Zamora, y agrega irónicamente: “Perdone señor juez, pero ¿quién nos iba a poder defender en esa situación?”. Esa fue su respuesta a la pregunta sobre por qué la había dejado de representar el abogado Luis Angulo.
DÍA 25 - MARTES 31/08
Foto de tapa Con el inicio de una jornada que arrancó después de las 11hs por la demora en el traslado de los reclusos que vienen desde Bouwer, el imputado Fernando Martín Rocha, "el Tuerto", regala a los fotógrafos una imagen de tapa. Como alguna vez lo hizo el Gato Gómez, Rocha hace la popular seña de fuck you, con su dedo mayor extendido frente a las cámaras.
DÍA 26 – MIERCOLES 01/09
¿Lobo está? Cartón lleno. Por la mañana Alsina habló y pidió recusar a un vocal, por considerarlo “parcial”. El tribunal llamó a un cuarto intermedio para resolver. Luego de cuatro horas de espera, por la tarde hay vacilaciones en el hall y ya se conocen las primeras especulaciones. Al volver a la audiencia, Pérez Villalobo no ocupa su banco y sus colegas deben definir su futuro. La tensión invade la Torre.
Desde la perspectiva de los Derechos Humanos, la historia es siempre un terreno en disputa. El modo en que las sociedades comprenden su pasado es un proceso de tensiones políticas en el presente, y el sentido con el que se carga la historia define opciones que operan descarnadamente en las disputas actuales. No es posible pensar en quebrar la impunidad de los delitos de corrupción de los 90, o atacar seriamente problemáticas como la desocupación o la inseguridad, sin resolver socialmente las heridas abiertas en el pasado reciente. Y viceversa. Hoy, Argentina atraviesa momentos de alta conflictividad, de tensiones políticas que expresan diferentes –y hasta antagónicas– formas de reconocer la actuación del terrorismo de Estado. Felipe Pigna es un historiador. Como tal, ve su propio trabajo constantemente atravesado por esas tensiones. Algo de eso intentó señalar en su disertación sobre la a enseñanza de la historia en las instituciones educativas, que brindó en Córdoba en el marco del ciclo “La historia va a la escuela”, organizado por el Sindicato Regional de Luz y Fuerza. La realidad se metió de lleno en su discurso, en las preguntas de los numerosos asistentes, y en la charla que mantuvo con Será Justicia minutos después de abandonar el auditorio. Será Justicia: ¿Es posible contar los 70 hoy, en un relato histórico separado de las memorias particulares de esos años? Felipe Pigna: La tarea es justamente esa, construir la historia de los 70. Trans-
formar la memoria en historia. Con todo lo que eso implica: el contexto económico, político, cultural. Estamos en condiciones de hacerlo. A pesar de que la academia y las universidades lo omitan, porque en los programas de estudio no está. SJ: ¿Cómo llega este proceso, de un Estado que se hace cargo de juzgar su pasado, a las instituciones educativas? FP: Llega por la voluntad de cada uno. No llega oficialmente. Depende mucho de la voluntad del docente, de la amplitud del establecimiento. Es un material que debería ser trabajado en los colegios porque estamos hablando de un hecho histórico, con testimonios históricos. Claro que no
hay una línea definida, pero es muy interesante para trabajar con los alumnos. SJ: Son temas difíciles de abordar, que compiten también con el discurso mediático sobre la época… FP: Yo tengo un trabajo, “La letra con sangre entra”, que habla de la educación y el periodismo durante la dictadura. Cómo iban de la mano, cómo asistimos a cosas terribles. El periodismo nefasto, cómplice, iba más allá de lo que se le pedía. Una cosa es cuando uno actúa por miedo, porque no tiene otro empleo, y otra cosa es cuando demanda más represión de la que está dispuesta a ejercer la dictadura. Por ejemplo cuando pidieron que se prohíban libros de historia. Hay un artículo publicado en la revista Para Ti sobre cómo detectar la actividad subversiva en el aula que después fue tomado como documento de la Side, no al revés. ¿Hasta dónde llegó la complicidad? A los chicos les interesa mucho esto, ver cómo fue manejada la comunicación en aquel momento y cómo era la educación. Y se puede trabajar con eso. SJ: ¿Es posible que los relatos contrahegemónicos de las víctimas terminen siendo los relatos consensuados socialmente sobre los 70? FP: Hay mucho para trabajar para que eso sea así. Es una sociedad que tendió a creerle más al victimario que a la víctima. Un ejemplo concreto es el caso Scilingo. Había una infinidad de relatos sobre los vuelos de la muerte y hasta que no habló un represor la sociedad no lo creyó. Eso habla del posicionamiento de ciertos sec-
ANÁLISIS • LA FUNCIÓN EDUCATIVA DE LOS JUICIOS | Por María del Carmen Torres
Juicios, escuela y memoria La construcción de la memoria colectiva es un proceso complejo en el que intervienen múltiples factores, variables y condicionantes. En este proceso social no se encuentran ajenas las instituciones de la sociedad. La escuela, como una de ellas, ocupa un lugar preponderante. Es el sitio privilegiado donde se producen y se estructuran relatos sobre los hechos del pasado y del presente, muchas veces independizándose incluso de la interpretación histórica más rigurosa. Bajo esta mirada, la escuela no es una institución inocua o inocente. Si revisamos su accionar podremos ver la fuerte influencia que tiene sobre los relatos de acontecimientos de nuestro pasado e incluso de la realidad actual. Un claro ejemplo que ilustra esta construcción discursiva es la manera en que se elabora el relato escolar sobre la conquista del desierto. Para este hecho histórico se parte de una idea de espacio vacío (desierto) y bien intencionados patriotas que fueron a llevar la civilización y el progreso. Otra muestra es cómo se borraron desde la escuela las huellas de las culturas de pertenencia de los inmigrantes a comienzos del siglo XX. Es fundamental el rol de la escuela a la hora de conformar el “ser nacional”. Por ello, como institución, ocupa un papel primordial en la construcción de la memoria colectiva de la historia reciente. Y aquí resulta necesario superar, en lo posible, una mirada escolarizada y simplista creada con la idea de “malos y buenos”. Avanzar en una interrogación profunda sobre las motivaciones, las causas y los por qué de este fenómeno que se profundizó en nuestro país con la dictadura militar, el terrorismo de Estado, es vital. Es un proceso que la escuela no debería eludir, pues la memoria colectiva tiene un lugar preponderante en la construcción de la identidad. Es aquí donde cobra importancia el abordaje del desarrollo de los juicios por crímenes de Lesa Humanidad que se desarrollan en todo el país. Si bien son temáticas complejas y hasta difíciles de trabajar escolarmente con niños y adolescentes, los juicios vienen a constituirse en un elemento estructurante y orientador de ese abordaje. Es
una institución de la Nación la que establece un relato dando visibilidad social a lo que ocurrió durante la dictadura. Trabajar sobre la construcción social de la memoria colectiva es una buena oportunidad para la escuela. La construcción de la memoria no es una repetición exacta de algo pasado, sino una reconstrucción que depende de factores contextuales. Para ello, el abordaje de los juicios en el contexto social y político en que se desarrollan, se constituye en un gran desafío curricular. Abriendo oportunidades de democratizar el relato, incluyendo diferentes voces y generando debates que puede ser muy ricos con los niños y más aún con los jóvenes. La escuela puede construir espacios más participativos, democráticos y con multiplicidad de voces. Este es uno de los grandes desafíos que podría redundar hoy en una renovación de la enseñanza de la historia y de la educación ciudadana, aportando a una formación de ciudadanía democrática, contribuyendo a la renovación de la escuela, tantas veces reclamada desde distintas perspectivas.
Lunes 6 de septiembre de 2010
LA HISTORIA VA A LA ESCUELA. Pigna, disertando sobre las relaciones que vinculan historia y educación, en la sede cordobesas del Sindicato Regional de Luz y Fuerza.
tores, no todos. Pasaron 15 años de eso, que en historia es nada, y se fue revirtiendo. Creo que hoy hay una mayor receptividad a estas cuestiones, que tiene que ver también con una política estatal. El Estado marca en algún sentido la agenda. Y si esto se va transformando en algo que se da a nivel provincial, en todas las regiones, y constantemente, aumenta la posibilidad de que cambie el posicionamiento social. SJ: Este reflejo social de creerle más al victimario es algo aprendido por la influencia de sucesivas capas de historia “oficial” ¿Es posible que esta revisión se extienda hacia atrás, a otros momentos que también fueron conflictivos? FP: Se está extendiendo. Hay mayor amplitud y mayor posibilidad de hablar de otras matanzas, como lo que pasó en la Semana Trágica en la Patagonia, o en la Campaña del Desierto. Hay una idea de continuidad de lo que fue el Estado apropiador, el Estado terrorista en distintos momentos de la historia. Es muy interesante ese correlato histórico. Entenderlo como una
secuencia. La dictadura no fue un hecho aislado, no fueron tipos que bajaron de un plato volador, que estaban locos y que eran asesinos. Tiene un contexto que se entiende históricamente. Por eso digo que es tan importante la lectura histórica de los 70, ya no lo que tiene que ver simplemente con la cuestión de la memoria. SJ: A partir de una investigación que publicó este diario, descubrimos que hay una especie de “oficina” de Menéndez en Bouwer, donde cuelga un cuadro de San Martín. Vos has trabajado mucho sobre el general, ¿qué análisis hacés de esa situación? FP: Lo que uno no puede hacer es hablar por San Martín. San Martín se sentiría incómodo. Lo que sí podemos decir es lo que dijo y lo que hizo San Martín. Mientras ellos quemaban bibliotecas, San Martín las fundaba, mientras ellos practicaban la tortura y el allanamiento ilegal, San Martín hablaba en contra de eso y proponía libertad de prensa. Era muy amplio en lo que tenía que ver con la discusión de la educa-
ción. Claramente va en el sentido contrario a lo que hicieron los militares 200 años después. No tienen de dónde agarrarse para proclamarse sanmartinianos, esta es la verdad. Basta leer una pieza hermosa que es el Código de Honor del Ejército de los Andes que habla de la responsabilidad civil de los militares, que deben ser más responsables que los civiles, porque están armados. Y que no pueden de ninguna manera atacarlos. Y también esta idea de San Martín de jamás participar de la represión interior, él se negó permanentemente a reprimir a sus hermanos. Galtieri también tenía colgado en su despacho un cuadro de San Martín… SJ: Con este diario tratamos de hacer un producto periodístico, pero que también sirva de documento. ¿Cómo crees que se tiene que encarar un trabajo de este tipo para superar la instancia de divulgación mediática y lograr ser una herramienta pedagógica? FP: Hay que trabajar con el Ministerio de Educación, porque esto es una herramienta pedagógica importantísima, y además llegar a todos los medios de comunicación posibles. Son dos vías de llegada. No hay que despreciar ninguna. Uno tiene que hacer de más para que algo quede. Porque los medios hegemónicos cubren los juicios, pero no le dan mucha importancia. Por razones obvias, ¿no? Pareciera que lo único interesante del juicio es que habló Videla… y ahí terminó la cosa. También es una forma de leer la realidad que me parece sumamente interesante de analizar: la noticia en los medios es que habló Videla, no los tremendos testimonios, el relato de masacres carcelarias, todo lo que pasó… Es bastante interesante ver cómo los medios trabajan intencionadamente este tema.
EL JUICIO, DÍA X DÍA DÍA 27 - JUEVES 02/09
Desde lejos no se ve Sentado en la última fila, entre el público que asiste a la audiencia, Pérez Villalobo sigue con atención el desarrollo del “incidente” en el que se define su continuidad en el tribunal.
A Viola “le gusta esto” Entre la prueba presentada por Viola para argumentar la parcialidad en el juicio figura una fotografía extraída de la red social Facebook de la hija del vocal. Allí se ve a la familia Pérez Villalobo frente al Archivo Provincial de la Memoria. Un museo público creado por ley en democracia, destinado a promover y difundir los Derechos Humanos. Sin comentarios en el muro.
Apología del delito Hacia el final de la tarde, la letrada oficial Natalia Bazán alega apoyando la recusación de Pérez Villalobo con un ejemplo poco feliz que evidencia el origen ideológico de esta medida dilatoria. “Yo me pregunto –dice, con tono moralizante– ¿qué pasaría si en lugar de esto, se tratara de un juez que asistió a una reunión de militares, que celebra el Proceso de Reorganización Nacional?”. Evidentemente, su interpretación de imparcialidad está por sobre la propia constitución nacional que condena los golpes de Estado. Finalizada la audiencia, ante la prensa, el fiscal Gonella responde con una brillante observación: “Si un juez, que juró defender la constitución, asiste a una de esas reuniones, estaría cometiendo delito de apología y el delito constitucional de traición a la patria. Motivo suficiente para destituirlo”.
ENTREVISTA • HÉCTOR FRANCISETTI, TESTIGO DE LA CAUSA UP1 Y EX PRESO POLÍTICO
«Los desafíos son de la sociedad» Será Justicia: Comencemos por tu declaración testimonial. Viniste desde Buenos Aires para ser testigo de una causa que te toca de cerca por muchos compañeros y por tu propia experiencia, ¿que se saldó con la declaración? Héctor Francisetti: Lo primero es esto que has dicho: saldar… o sacar desde muy adentro un sentimiento hacia los compañeros que compartimos la lucha, la cárcel. Y después, el hecho de una reparación como víctima personal y social del terrorismo de Estado. En mi caso, además de haber estado preso, tengo a mis dos hermanas. Una fue muerta justo el día del golpe, y otra que está desparecida desde mayo de 1977. También tengo un cuñado –fue el pedido que le hice al presidente del tribunal–, Juan Eliseo Ledesma, desaparecido desde 1975. Indudablemente, los responsables saben dónde está su cuerpo. Entonces, desde estas perspectivas, desde los compañeros, lo personal y mi familia, ha sido muy importante. SJ: Seguro volviste a ver compañeros que hacía tiempo no veías, ¿qué valor tiene ese reencuentro en este momento? HF: Muchísimo. Te digo: me encontré con el “Osito” Arquiola, o con Gustavo Tissera, dos extremos en las relaciones que yo hice en la cárcel. Con Gustavo caímos juntos, estuvimos detenidos durante todo el tiempo... Y con Arquiola nos conocemos por otras relaciones. Y sin embargo, la fuerza de ese apoyo, de ese encuentro, en ese momento, es increíble. Porque se siente la comunión de sentimientos. A mí me detuvieron en 1973… son 37 años de mi historia. Tenía 19 años... El reencuentro en esos momentos es fundamental. SJ: ¿Cómo marcó tu vida el presidio, siendo tan joven? HF: Nuestra generación tenía un compromiso social muy fuerte, ya desde jóvenes. Y vivíamos intensamente las etapas de la vida. Yo para esa época ya estaba casado, y mi compañera esperaba un hijo, Santiago, que hoy tiene 36 años. Obviamente, esa experiencia marcó mi vida. Habiendo estado en el juicio, acompañado por mi hijo, por mi hija de una etapa poste-
rior y por mi esposa actual que es Mabel Careaga, mi compañera desde hace 27 años, fue un cierre muy importante para mí. Porque sostuvimos la memoria, y es parte de la historia. SJ: ¿Cómo siguió la vida después, más allá de la militancia? HF: Intenté estudiar abogacía, y se me fue en la militancia, porque caí preso y ya está. Cuando salí, hice alguna formación profesional en estadística, economía, administración… hice unos terciarios. Y después de haber trabajado en el exilio, en una fábrica multinacional, cuando volví a la Argentina estuve 23 años en el INDEC, siendo secretario general durante 6 de esos años. Y siempre me dediqué a lo social. Sin militancia partidaria, pero siempre mantuve ese compromiso. Hoy soy secretario de una fundación, de una empresa grande que si bien es muy criticada por algunos sectores, mantiene un compromiso social muy fuerte. SJ: Trabajaste en el INDEC, que hoy es tema periodístico permanente. En estos días, también surgió el debate sobre la venta de activos de Papel Prensa en una situación irregular en 1977… ¿Cuál es tu opinión sobre la actualidad argentina? HF: Vivimos un momento histórico. Que salgan a luz estas apropiaciones ilegales, que no solamente tienen que ver con una fábrica, sino que también hay fundadas sospechas de otro tipo de apropiaciones de parte de los mismos actores que están en juego... Es un momento excepcional, que depende fundamentalmente de las respuestas que se den desde la sociedad. La democratización de la información, poder llegar a la población con diferentes opiniones y medios; y que cada uno se informe para tomar decisiones, creo que ese es el desafío. No es el gobierno quien debe acabar con los monopolios. Se pueden tomar medidas legislativas o judiciales. Pero depende de la capacidad que tengamos como sociedad de generar nuevas voces y emprendimientos. Por ahí alguien dijo “se quieren quedar con el papel porque es manejar la información”. Lo dicen los mismos que son los dueños hoy de Papel Prensa, ¿de qué
estamos hablando? Pero confío en que a pesar de los obstáculos que se ponen y que se han puesto durante todos estos años de lucha y búsqueda de la verdad, la justicia dará sus frutos. Me preguntabas sobre el gobierno nacional, y creo que acompaña grandemente. Es un error pensar que cualquier gobierno haría lo mismo. Creo que no. No cualquiera se compromete como se ha comprometido este proyecto. Hay problemas, hay dispersión de juicios, sería mejor que se hiciera de tal o cual manera, pero se están haciendo, y Córdoba es un ejemplo.
Lunes 6 de septiembre de 2010 HISTORIAS DE VIDA DE LOS MILITANTES ASESINADOS EL 28 DE MAYO DE 1976
Cuando el estadio fue testigo del terror Días después del asesinato de Fidelman, Hernández, Mozé, Svagusa, Yung y Verón en la calle Neuquén, a metros del río Suquía, un nuevo hecho con similares características tiñó de sangre las noches de la ciudad. Anochecía el 28 de mayo de 1976, cuando el subteniente Luis Alberto López, del Regimiento de Infantería Aerotransportada II “General Balcarce”, se dirigió a la cárcel de barrio San Martín portando una disposición dictada por el general Sasiaiñ. La directiva ordenaba a un grupo de policías del Departamento de Informaciones (D2) retirar de la penitenciaría a los detenidos Carlos Alberto Sgandurra y José Ángel Pucheta. Al salir del pabellón fueron introducidos en un vehículo sin identificación, eran las ocho de la noche. El traslado se efectuó de acuerdo a lo acostumbrado en estos casos: con los presos amordazados, encapuchados y atados. Fue un trayecto largo, consumió un tiempo que para los presos, conscientes seguramente del peligro que corrían, habrá sido eterno. El fatídico viaje concluyó finalmente en un descampado cercano al estadio Chateau Carreras. Allí, el grupo de efecti-
vos policiales, con el glacial desapego con el que se cumple un trámite burocrático, fusiló a los detenidos para luego disponer la escena simulando un intento de escape. Otro acto de servicio había sido cumplido. En la misma acción, fue también asesinado José Osvaldo Villada, quien no se encontraba preso en la Unidad Penitenciaria Nº 1 de barrio San Martín. Este hecho, aún no esclarecido, no fue tenido en cuenta en el comunicado que la comandancia del Tercer Cuerpo de Ejército difundió a los medios de comunicación. En ese texto, aparentemente informativo, que fue reproducido íntegramente por los diarios de la época, se expresaba lo siguiente: “Se ordenó el traslado de los delincuentes subversivos José Ángel Pucheta y Carlos Alberto Sgandurra, alojados en la penitenciaría número uno (sic) del barrio San Martín, a la jefatura del Área 311. En circunstancias que el vehículo militar que los transportaba se desplazaba por el camino que une Villa Belgrano con El Tropezón, en la zona del Chateau Carreras, fue interceptado por un grupo de delincuentes subversivos que intentaron rescatar a los detenidos. Se
estableció entonces, un intenso tiroteo, resultando muertos Pucheta y Sgandurra (…)”. La maquinaria comunicacional del ejército se ponía en marcha nuevamente, despachando otro relato fraguado que tendrá su lugar, como el resto, en los anales de la mentira y la propaganda ideológica dictatorial. Pero estas falaces noticias contaban también con otros refinamientos. Como si no bastara con la reproducción literal de los informes de prensa de la dictadura, el diario La Voz del Interior perfeccionaba su complicidad con el terror. En su edición del 29 de mayo, finalizaba la crónica destacando “el valor y el ideal que anima al Ejército Argentino en esta lucha por la defensa de la libertad de la Patria contra la agresión extranjerizante”. Fuentes bibliográficas: • Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba, “Por la memoria, por la justicia, por un sueño”, Córdoba, 2000. • Comisión de Homenaje. Estudiantes y egresados de la Fac. de Arquitectura y Urbanismo de la UNC asesinados y desaparecidos por el terrorismo de Estado, “Arquitectos que no fueron”, Córdoba, 2008. • El diario del juicio, información digital: eldiariodeljuicio.com.ar
José Ángel Pucheta Córdoba fue la cuna de José Ángel, la ciudad que lo vio crecer desde el 3 de febrero de 1945. Su niñez y su juventud están y estuvieron aquí. Jugando en la calle, en la plaza del barrio, en los picaditos de fútbol, en su escuela. En esta ciudad José creció, se hizo grande y llenó de grandeza su persona. Hijo de José Antonio Pucheta y Delia Nievas, al finalizar el secundario, comenzó a estudiar para dedicarse a la profesión de traductor de inglés. “Múltiple e incansable”, como lo recuerda su hermana Elba, una de sus cinco hermanos, José era trabajador y estudioso. Durante varios años se desempeñó como tornero en una fábrica y se dedicó al periodismo. Comenzó a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y
en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), siendo la política una de sus mayores pasiones. Leía e investigaba durante horas sobre los acontecimientos del país y del mundo. “Era un apasionado de las transformaciones sociales. Su maduración y su conciencia política sufrieron un salto cualitativo con el Cordobazo, al igual que miles de jóvenes de su generación. Esa pueblada de mayo de 1969 lo llevó a tener una participación política más activa. De ahí en más, su lucha por la justicia fue incesante", recuerdan sus compañeros. En octubre de 1975 José fue detenido, y su suerte quedó librada a la decisión del poder militar. A lo largo de aquellos años, tres de sus hermanos también fueron víctimas de la represión del terrorismo de Estado.
Carlos Alberto Sgandurra Carlos se crió en Córdoba, desde el 25 de octubre de 1946, cuando su mamá Josefina Rodríguez y su papá Vicente Sgandurra, lo acunaron por primera vez, al calor de una primavera floreciente. Años después la familia se instaló en Tucumán, y es durante esos años de niñez que sus padres deciden separarse, lo que significó un hecho muy duro para Carlos. En 1966, finaliza sus estudios en el Gymnasium, un colegio para varones de educación preuniversitaria perteneciente a la Universidad Nacional de Tucumán. Al tiempo, comienza a estudiar arquitectura en la universidad de esa ciudad, y en 1971, nuevamente en Córdoba, continúa la carrera, trabajando en diferentes lugares para costear sus estudios. Ana Falú, entrañable compañera de Carlos, en una carta, rememora que “tenía dos ojos como luceros. Era uno de los jóvenes más guapos de esos años de contiendas. Sé que Josefina [su madre] está hoy ciega. Me han dicho que con la misma lucidez de aquellos años. Probablemente no quiera ver. Hablo de Josefina porque ella fue una madre que nos recibía, nos acogía, nos mimaba. Organizaba tertulias y recuerdo la semisonrisa de Carlos, entre complacido e inquieto por esa presencia. Carlos era introvertido, silencioso, sigiloso. Hermosa persona, siempre afable en sus silencios. Era difícil saber algo
de su vida privada, de sus sentimientos. Era muy reservado.(…) Carlos Sgandurra quería contribuir a cambiar el mundo y puso sus capacidades y esa voluntad que lo caracterizaba en función de lo que creía y soñaba”. A lo largo de esos años, Carlos afirma sus convicciones y las pone en práctica en su decisión de participar en el PRT/ERP, convencido de los objetivos políticos con que había que batallar para transformar la realidad. Sus compañeros lo recuerdan como una persona de “sólidos principios, que se destacó no sólo por su consecuente actitud militante”. Resaltan su moral y su ética, que “le permitieron recoger el respeto indiscutido del resto”. Su elegante figura atrajo “la saña de los militares que lo torturaban constantemente. Los castigos a que lo sometieron causaron una verdadera conmoción en el penal e indignación entre los médicos de la cárcel, y hasta vergüenza en algún militar. Lejos de pedir clemencia, él los trataba de canallas. Carlos marcó así la diferencia que separaba a los que luchaban por un mundo mejor de quienes se ensañaban hasta la muerte con prisioneros indefensos”. “Me queda su sonrisa, su calma, sus ojos verdes enormes como dos luceros en ese rostro de piel cetrina. Carlos fue un militante convencido, de eso estoy segura”, finaliza su recuerdo Ana Falú.
José Osvaldo Villada Los Villada son una familia grande, trabajadora y arraigada al barrio, ese barrio donde José Osvaldo, “Pepe”, creció junto a sus ocho hermanos. José, el mayor de ellos, nació el 15 de octubre de 1946. Desde muy pequeño comenzó a trabajar para ayudar económicamente a su papá José, dedicado a la albañilería, y a su mamá, Nélida Jacinta “Nita”. Mientras, cursaba la primaria en la escuela Municipal Nº 22. Allí, en Villa Páez, mítico barrio caracterizado por ser uno de los centros de la hinchada de Belgrano, José jugaba al fútbol junto a sus amigos y festejaba los goles del equipo cordobés. Recordado como un gran lector, también disfrutaba de la música popular de Córdoba, los “asaltos” en casa de amigos y el cine. Carlos, uno de sus hermanos, rememora a Pepe como alguien de “perfil bajo, muy buen tipo". En 1961, a sus 15 años, empezó a trabajar en un taller de herrería artística de barrio Providencia, donde aprendió este oficio al que siempre se dedica-
ría. Varios años después, en 1969, llevó adelante trabajos de carpintería metálica para la fábrica Renault, y a comienzos de 1970, continuó con la herrería en un taller ubicado en barrio General Bustos. Allí conoció a Ricardo Elías Abdón, “el Turco”, y a Francisco Isidoro Zamora, “el Cabezón”, con quienes se incorporó al PRT. Considerado un gran militante político y social, se dedicó al trabajo solidario en la Villa 17 de Octubre (zona donde actualmente se encuentra el Parque Autóctono) y otros lugares. Cuando Pepe tenía cerca de 28 años tuvo un grave accidente al tirarse a nadar al río. Sufrió heridas en la cabeza y tardó varios meses en recuperarse. Las circunstancias por las que fue detenido José se desconocen. Alrededor de un mes antes de que la familia fuera llamada para reconocer su cuerpo, habían perdido contacto con él. El 29 de mayo de 1976, Carlos reconoce su cadáver entre otros que estaban en la morgue. Fue una escena cruenta, al ingresar se encontró con "una pila de cadáveres que llegaba hasta el techo”.
Lunes 6 de septiembre de 2010 ITINERANTES • LOS JUICIOS EN EL PAÍS | Por Lautaro Bentivegna
Con el sol como testigo
Juicios en Buenos Aires Para comprender mejor el momento histórico que la sociedad argentina atraviesa en materia de justicia, intentaremos relatar qué pasa en otras provincias. El destino, en este caso, fue Buenos Aires. Son cinco los juicios por delitos de Lesa Humanidad que se llevan en esa provincia: Vesubio, ESMA, ABO (Club Atlético, Banco, Olimpo), Automotores Orletti y Dupuy. LA PLATA Será Justicia asistió al juicio por la causa Dupuy, que juzga los homicidios, las torturas y la privación ilegítima de la libertad impartidas a 124 víctimas en la Unidad Penitenciaria Nº 9. Tiene 14 imputados y comenzó el 12 de abril. En cinco meses han declarado 108 testigos. Al igual que en la UP1, se instauró el terror y la tortura sistemática hacia presos “legalizados”. Un rasgo diferente: sólo había varones. “El 75% eran presos políticos, y el personal militar no se involucraba en las torturas, si bien impartía las órdenes”, explica Marcelo Ponce Núñez, abogado querellante. Un dato significativo es el número de civiles acusados: los médicos Favole, Corsi y Jurio como coautores de torturas seguidas de muerte. Eran quienes indicaban la continuidad o el cese de los shocks eléctricos durante los interrogatorios. Ponce Núñez estima que el juicio finalizará en octubre, y destaca la labor de los organismos de Derechos Humanos, la Universidad y el movimiento obrero. AUTOMOTORES ORLETTI El caso del taller en el que se encendían los motores a la hora del las peores tortu-
MAQUINARIA DEL TERROR. Vista frontal del edificio en el que funcionaba un taller de automotores, Orletti, que fue utilizado por el terrorismo de Estado como centro clandestino de detención y torturas.
ras es una pieza indispensable para comprender cómo se extendió en el continente el aparato represivo. El Plan Cóndor convirtió a Argentina en sede de la persecución política e instaló, en el barrio porteño de Flores, un centro clandestino de detención para presos de todo el Cono Sur: Automotores Orletti. En este juicio, que comenzó el 3 de junio pasado, son seis los imputados por delitos de privación de la libertad, imposición de tormentos y homicidio calificado en perjuicio de 65 víctimas. Esta causa es un desprendimiento de la megacausa que investiga la represión en el ámbito del Primer Cuerpo de Ejército. El taller Orletti dependía de la Secretaría de Inteligencia del Estado, uno de los principales focos de articulación y aplica-
EL JUICIO EN LA CALLE
ción del terrorismo de Estado. El miércoles 1 de septiembre, Será Justicia asistió a una de las audiencias más duras y descarnadas, donde las mujeres fueron protagonistas. Declararon las uruguayas Mónica Soliño y Sara Méndez. Méndez fue detenida en julio del 76 y despojada de su hijo Simón cuando tenía tan sólo unos días de vida. Tras 26 años de una búsqueda incansable, pudo recuperar a su hijo apropiado. La causa, lejos de traer tranquilidad, ha reavivado el espíritu reaccionario de los años negros. En la última semana, las paredes exteriores de los talleres que hoy son patrimonio de la memoria, aparecieron pintadas con provocaciones: “Aquí se ajustició a terroristas asesinos” y “asesinos zurdos”.
Otra vez el cielo estuvo de nuestro lado. El invierno quedó suspendido hasta el atardecer del sábado 4. La Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos sacó nuevamente el juicio a la calle. El sitio escogido distaba pocas cuadras de la casa del “Cachorro”. El Parque de las Naciones resplandecía. A medida que la tarde transcurría, grandes y chicos se acercaban a compartir la actividad, que comprendía intervenciones de artistas locales. Músicos como Tenquilombao, MuCC, ¡Upa!, y poetas del colectivo Libros Son, se sumaron al repudio por el beneficio de prisión domiciliaria concedido a Luciano Benjamín Menéndez el mes pasado. La comisión escrache de H.I.J.O.S realizó, en las inmediaciones de Ilolay 3269, una pegatina con los rostros de las víctimas de la UP1 y, además, repartió volantes alertando a los vecinos que conviven con un represor. Asimismo, se recordó que el ingreso al juicio es abierto llevando sólo el DNI. El parque que los vecinos utilizan para esparcimiento y correr al aire libre se puso en contacto con el juicio que se desarrolla en tribunales. Otra muestra más del trabajo por memoria, otra tarde de sol por justicia.
ANÁLISIS • A DOS MESES DE INICIADO EL JUICIO, REPRESENTANTES LEGALES DE LAS PARTES DAN SU OPINIÓN Por Pablo Luro
Repasando el camino transitado Un repaso sintético: en las 27 audiencias se sucedieron 52 testigos, el dictado de prisión domiciliaria a Menéndez y un pedido de apartamiento de un miembro de tribunal, el mismo día en que Casación se pronunció respaldando la primera condena cordobesa por violaciones a los Derechos Humanos. Con abundancia de pruebas, atravesamos el proceso con más imputados por delitos de Lesa Humanidad en la historia del país. Esa complejidad, abarca los extremos de la represión, desde Jorge Rafael Videla hasta torturadores del penal o del D2, incluido un médico, el primer civil juzgado en Córdoba. Algunos de los protagonistas comparten sus conclusiones: MAXIMILIANO HAIRABEDIÁN, fiscal federal: "Nuestro balance es positivo. Siendo un proceso tan complejo, podría haber tenido un ritmo más lento. Sin embargo, el tribunal le otorga dinámica y buena cantidad de horas de dedicación. Esto que parece menor, para la fiscalía es signo de apego al trabajo, con la responsabilidad que merece”. Por otra parte, respecto de las dilaciones en las que incurren los acusados, indicó: “Desde la fiscalía somos respetuosos del derecho de defensa, pero la ley pone límites a las interveniones de los imputados cuando no se dirigen a ejercer su defensa, sino a extender los tiempos, sin centrarse en el objeto concreto de la acusación". MARTÍN FRESNEDA, abogado querellante: "Estamos ante una circunstancia en la que testigos de diferente naturaleza, de diferente origen político, con múltiples sentidos de su memoria, relataron diversos episodios, cada uno desde su óptica”. Sobre la prisión domiciliaria, Fresneda declara que "la sociedad exige otro nivel de rigurosidad en las sanciones a estos señores, por lo aberrante de sus crímenes. Hasta el momento no pudimos corroborar el estado de salud de Menéndez. Pero más allá de eso, no podemos desconocer los logros, que han sido condenas fuertes. Lo que queda son las condenas, el juzgamiento de un Estado a episodios que no deben repetirse”. MARCELO ARRIETA, abogado defensor público: "Siempre rescato el valor del juicio oral y público. Sé lo perverso que era
ESTUDIANDO. Los abogados de las defensas repasan el descargo del juez Pérez Villalobo minutos antes de tratar el tema.
el sistema escriturario [N del E: se refiere a los procedimientos judiciales por escrito]. Esto permite que afloren todos los incidentes a la voz pública, no se puede esconder nada. Son importantes algunos testimonios, en el sentido de la credibilidad que seguramente le darán los jueces en orden al sistema imperante en la cárcel. Pero hasta ahora casi no se ha abordado la causa Gontero, que es donde se juzgarán los procedimientos del D2. Por eso la defensa pública mantuvo un perfil bajo". MIGUEL CEBALLOS, abogado querellante: "Las actitudes de algunos imputados les juegan en contra a sus propias defensas. Es poco entendible la estrategia de los policías de endilgar responsabilidades a la justicia, porque no les quita para nada su responsabilidad ante los hechos que se juzgan". HUGO VACA NAVAJA, abogado querellante: “Por lo visto hasta el momento, vamos hacia condenas importantes. La gravedad de los hechos así lo requiere. Los testimonios demostraron la responsabilidad de actores civiles como la Iglesia y algunos miembros del Poder Judicial. Pediremos la aplicación del delito de genocidio, además de los delitos presentes en la legislación penal local. A esa legislación internacional, los tribunales son remisos, pero hay un antecedente en La Plata de enmarcarlos en un plan sistemático de genocidio”.
EL INTENTO DE REMOVER A UN JUEZ El miércoles 1 de septiembre, la defensa del represor Gustavo Adolfo Alsina solicitó el apartamiento del vocal José María Pérez Villalobo por supuesta "falta de imparcialidad". Ya se recabaron las pruebas, que parecen insuficientes, y todas las partes (fiscalía, querellas y defensas) sentaron posición frente al tema. El martes el tribunal resolverá el pedido de recusación y determinará cómo seguirá compuesto el tribunal en adelante. Al respecto, un abogado querellante y un fiscal opinaron: CLAUDIO OROSZ, abogado querellante: "Estamos ante un juicio que respeta las reglas del procedimiento penal, las leyes nacionales, los tratados internacionales. Un demostrativo básico de que se está respetando el derecho de defensa es que puedan plantear este tipo de incidente. Por las pruebas aportadas, nuestro parecer es que debería rechazarse la recusación”. Y aclaró: “La legitimidad del juicio no se ve afectada, porque la ley establece esta posibilidad. Estas garantías están en favor del debido proceso y del derecho de defensa, por eso hay un cuarto juez que está presenciando desde el primer día las audiencias. Creo que es urgente que se resuelva para poder seguir escuchando testimonios. Ahora vendrá la hora de muchos miembros del servicio penitenciario que deberán declarar". CARLOS GONELLA, fiscal federal: "Esto fue un intento de apartar a un juez sin fundamento, entorpeciendo el normal desarrollo del juicio. Llevamos dos días paralizados por este planteo dilatorio. Ha quedado al desnudo el componente ideológico que subyace a estas maniobras. Creo que para un juez que jura por la democracia, por la constitución y por las leyes, sería éticamente reprochable que no se conmoviera por lo que significa para nuestra historia el 24 de marzo. El juicio a la Juntas Militares y la Corte Suprema establecieron que el golpe militar se estableció por la fuerza y que fue en el marco del terrorismo de Estado, la constitución condena ese tipo de actos".
Lunes 6 de septiembre de 2010 CONTRATAPA • por Pablo Llonto
Periodista y abogado de Derechos Humanos. Trabajó en Clarín desde 1978 hasta 1991, cuando la empresa impidió su ingreso. Escribió en las revistas Somos, Noticias, Veintitrés, El gráfico, Un caño, Llegás, Selecciones, Caras y caretas, Gatopardo, y en los diarios El Expreso y La Razón. Relator de boxeo en canal 9, ATC y Telefé. Participa en radio La Red, Libertad y Radio de las Madres.
Hace falta un Nunca Más del periodismo fuera ése el resultado, nada puede ser más acertado que la adopción por parte del gobierno de una postura que conforma a nuestra ciudadanía y se inserta en las mejores tradiciones argentinas y cristianas”. El procedimiento fue el mismo en las tres ramas, gráfica, radial o televisiva: la publicación de todos los comunicados que emitían los militares sin permitirse una duda sobre ellos. Todo lo contrario, muchos de los textos eran acompañados por supuestas “investigaciones” propias que avalaban lo dicho por los militares. Así pueden citarse en todo el país los centenares de casos de enfrentamientos truchos que las oficinas de prensa de los represores distribuían casi diariamente. La noticia era publicada textualmente. En algunos casos se acompañaban fotografías repartidas por los servicios de Inteligencia y luego los periodistas editaban reseñas históricas no muy extensas, del “subversivo abatido”. Abatir era el verbo. Tan marcial y verde oliva como otros verbos de la época. Mauro Ricci
El incesante ejercicio de la justicia mantiene una deuda con los argentinos. A 27 años de recuperada la democracia no hay condena alguna contra los dueños de los medios y los principales periodistas que gozaron con el agrio beneficio de fogonear a los dictadores y sembrar el silencio. No alcanzan wikipedias, ni bibliotecas de Alejandría para depositar allí las porfiadas vergüenzas que desde un diario, una revista o un programa nos atormentaron. Fue la prensa argentina, tal vez, de las peores en la historia universal. Durante siete años y siete meses utilizó una regla de comportamiento: no apartarse del aliento a la represión, la sumisión y la mentira. Enorme filósofo de la comunicación –desconocido en las universidades y en los tratados sobre derecho a la información– ha sido el futbolista uruguayo Obdulio Varela. El “Negro Jefe”, dueño de la camiseta más gloriosa del Maracanazo, harto de los reportajes y del periodismo dijo alguna vez en los años 50: “Los diarios traen sólo dos verdades: la fecha, y el precio”. Quizás ni el precio ni la fecha de los principales diarios a partir de marzo de 1976 sean ciertos. Por entonces, La Prensa, de la familia Gainza Paz, La Nación de la familia Mitre y Clarín, de la viuda de Noble, encabezaban las ventas. Más atrás, como diarios nacionales, se desparramaban La Razón, Crónica, Buenos Aires Herald, La Opinión, Diario Popular, La Tarde, Ámbito Financiero. Todos ellos tuvieron su participación. Se mintió en presentar al golpe como un cambio de gobierno. Se ocultó desde el inicio la cacería genocida desatada desde cuarteles, comisarías, escuelas de mecánica, bases aéreas y tantas otras reparticiones del horror. Se robó bebés en San Isidro, papeles prensa en San Pedro y miles de verdades sobre fábricas cerradas, industrias destruidas, miserias y deudas externas. Para quienes gustan analizar el comportamiento de los medios y los periodistas desde el punto de vista de la teoría comunicacional, se trató de un reflejo de la sociedad. Para quienes diferenciamos los efectos ideológicos del periodismo preferimos observar en tales acciones, la actitud destructiva contra todo humanismo y contra toda conducta rebelde frente al poder. Los diarios y sus periodistas más famosos pretendían lo mismo que Videla. Veamos las palabras del asesino mayor: “es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano, queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquel que en el plano de la ideas quiera cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir subvierten valores, cambian, trastocan valores... El terrorista no sólo es considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por activar a través de ideas contrarias a nuestra civilización...” (diciembre de 1977 ante periodistas extranjeros). Veamos las palabras del diario de la Viuda el 12 de abril de 1976: “La opinión internacional ha recibido con marcado beneplácito la actitud de las nuevas autoridades en lo tocante a Derechos Humanos. Ello granjea sin duda una corriente de simpatía y estimula el apoyo. Pero aunque no
De aquellas barbaridades reincidentes año tras año, los ejemplos sobran. La nota realizada en 1979 en la revista Para Ti de la Editorial Atlántida (propiedad de la familia Vigil) es uno de tantos dolores que persisten. El 10 de septiembre de aquel año, Thelma Jara de Cabezas (madre de Gustavo, quien se encontraba desaparecido) fue sacada unos minutos de su cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada, llevada a la confitería Selquet en el barrio de Núñez y allí, con la participación de la editorial, los torturadores la obligaron a simular un reportaje que en realidad era una de las tantas operaciones de prensa de la propaganda golpista. “Habla la madre de un subversivo muerto”, decía el titular. Editada por los actuales periodistas Lucrecia Gordillo y Agustín Botinelli (directores de Para Ti). El ardid consistía en obligarla a “confesar” que había sido “usada” para campañas de denuncia contra la dictadura y ahora estaba amenazada por los Montoneros. Que Atlántida apadrinó a la dictadura, no hay dudas. De sus revistas, de ventas millonarias en aquellos años (Gente, Para Ti, Somos, El Gráfico, La Chacra, Billiken), se
desprende el empeño puesto para alentar crímenes, censuras, robos, saqueos. Desde allí la prensa de la dictadura se “armó” para desmoronar aquello que llamaban la campaña antiargentina. Tan lastimero como los editoriales y los recursos engañosos de los principales diarios. Para diciembre de 1977 Clarín acordó con los servicios de inteligencia militar dedicarle una página a la falsa noticia de que existía un “centro de rehabilitación para extremistas”. Se hablaba de “presentación espontánea de subversivos” y se llegaron a publicar fotografías de hombres y mujeres jóvenes, de espaldas, quienes “revelaban sus arrepentimientos”. Fue también el semanario Gente, que comandaba Samuel “Chiche” Gelblung, el que dedicaba buena parte de su papel a una agachada tras otra. Gelblung viajó a Francia para denunciar personalmente a quienes trabajaban para mostrar al mundo la barbarie argentina. Ni a los niños dejó tranquilos y, en diciembre de 1977 se fraguó en la editorial la noticia del asesinato del matrimonio Barry en Uruguay. Alejandrina, la hija de tres años y sobreviviente de la masacre, fue exhibida en una fotografía cuyo encabezado era “Los hijos del terror”. Otros personajes, merecen otras notas, como Magdalena Ruiz Guiñazú y la apología de Videla, Joaquín Morales Solá y sus alabanzas a Bussi y Viola, los ya fallecidos e impunes Ramón Andino, José Gómez Fuentes, José María Muñoz, y tantos otros que fueron rostro en TV, voz en AM y presencia cotidiana en cuanto acto y viaje protocolar existiera. En otra clasificación ingresa la investigación sobre Papel Prensa ya que allí se trata de comprobar que Magnetto (Clarín) y La Nación sabían de la existencia de secuestros, torturas y amenazas contra la familia Graiver mientras se realizaba la venta coaccionada de las acciones de la fábrica de papel. Para los primeros, ya hay denuncias formuladas. El caso Thelma Jara de Cabezas aguarda que el juez Sergio Torres del juzgado Federal 12 de Capital llame a indagatorias a responsables editoriales e integrantes del directorio. El caso de “la recuperación de subversivos” fue denunciado en el juzgado Federal 3 de Daniel Rafecas. El caso Barry se encontraba en preparación a la fecha de cierre de este artículo. La idea es que la Argentina no quede atrás en la jurisprudencia internacional que empieza a ocuparse de estos casos. En junio de 2000 la Sala I del Tribunal Penal Internacional condenó a Georges Henry Joseph Ruggiu, ex periodista y locutor de Radio Televisión Libre des Mille Collines (RTLM) en Ruanda, a 12 años de cárcel por incitación pública y directa a la comisión de genocidio y de crímenes contra la humanidad. Sabemos que en cada rincón de la Argentina sucedió lo mismo. Que, por dar un caso, los ejemplares de La Nueva Provincia en Bahía Blanca destilaban fragancias a favor del “aniquilamiento” de los marxistas y que centenares de publicaciones aguardan que la paciencia de nuestros estudiantes de periodismo y de los jóvenes abogados renueven las investigaciones. Por supuesto, nuestra esperanza no tiene tamaño. Es tan enorme como la certeza de saber que muy pronto, la prensa nueva, comprometida con la vida, la verdad y la justicia, verá flamear otra bandera del Nunca Más. Este ejemplar contó con el aporte solidario de:
• Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) • Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) • Asociación Bancaria - Seccional Córdoba • COOPI (Cooperativa Integral Carlos Paz) • Asociación Gremial Empleados del Poder Judicial (AGEPJ) • Sindicato de Luz y Fuerza - Córdoba • Fundación MUNICIPALIDAD Electroingeniería DE CÓRDOBA
F a m i l i a r e s d e D e s a p a r e c i d o s y D e t e n i d o s p o r R a z o n e s P o l í t i c a s d e C ó r d o b a •H . I . J . O . S . ( H i j o s e H i j a s p o r l a I d e n t i d a d y l a J u s t i c i a c o n t r a e l O l v i d o y e l S i l e n c i o ) Santa Fe 11, Bº Alberdi | Córdoba, Argentina | Tel: (0351) 425 6502 | famdesapcba@yahoo.com.ar | hijoscba@hijos.org.ar | www.eldiariodeljuicio.com.ar