EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA PUBLICACIÓN INSTITUCIONAL DE PRODUCCIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA · AÑO II · NÚMERO 18 · CÓRDOBA · ARGENTINA · 29 DE NOVIEMBRE DE 2010
TRAS DECLARAR LOS IMPUTADOS, LAS QUERELLAS ALEGARON Y SOLICITARON LAS PENAS
Duros pedidos de condena
De ejércitos y batallas
EN ESTE NÚMERO MIRADAS: Los querellantes hacen un balance del juicio Videla Página 3
Con alegatos de alto contenido político que en algunos casos incluyeron la figura de genocidio, los abogados querellantes solicitaron las condenas. En total se pidieron 21 condenas a prisión perpetua y altas penas por delitos de tomento. El tribunal apartó de la causa por problemas de salud al único civil acusado, el médico José Felipe Tavip. El martes será el turno de la fiscalía. Durante tres extensas y emotivas jornadas, las querellas alegaron ante el tribunal y solicitaron penas para los imputados por las causas “UP1” y “Gontero”. La ronda de alegatos se inició el martes 23 de noviembre y, desde ese día, se trabajó a destajo –con audiencias de más de ocho horas– para llegar a escuchar las conclusiones finales de las cuatro querellas. Sentado en el banquillo de los acusados, Jorge Rafael Videla también escuchó, mientras pudo, gran parte de los alegatos. La intensidad de los discursos y la solvencia argumental con que los abogados valoraron las pruebas fueron demudando el rostro del dictador, que fruncía el seño y escuchaba atónito las acusaciones. Los alegatos se convirtieron en verdaderos testimonios políticos que desmontaron la versión oficial de los “intentos de fuga”. También presentaron semblanzas emotivas para recordar a las víctimas y brindar reconocimiento a quienes trabajaron para llegar a este juicio. Se sumó, además, un homenaje al ex presidente Néstor Kirchner: «Ejerció el Poder Ejecutivo Nacional cuando el Estado decidió terminar con décadas de impunidad», dijo el abogado Claudio Orosz.
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La dictadura sigue terminando Por María Pia López. Página 5
ANÁLISIS: El plan cultural de la dictadura Por César Pucheta. Página 7
ESPACIOS DE MEMORIA:
Entrevista colectiva a los directores de los Sitios de Memoria. Páginas 4 y 5
CONTRATAPA • OPINIÓN:
ALEGATOS. Los abogados querellantes expusieron sus argumentos y su valoración del nivel de responsabilidad de los imputados en los hechos.
Luego de un largo proceso, que excede por mucho estos cinco meses de audiencias, las querellas tuvieron la oportunidad de alegar, y allí se pudieron ver diversos matices en la valoración de este juicio. El dilema del vaso lleno o el vaso vacío dividió posiciones. El abogado Rubén Arroyo, que se incorporó al juicio recién en esta
EDITORIAL
instancia, no escatimó críticas a la instrucción de la causa y lamentó que «algunos jueces no estén sentados junto a Videla». Otros abogados se mostraron más satisfechos ante la concreción de “un juicio ejemplar para la sociedad”, sin dejar de denunciar la complicidad judicial con el terrorismo de Estado.
En estos días también se puso en escena una parte de nuestra historia celosamente encerrada, y tiene que ver con aquellas cadenas cruzadas por Lucio Mansilla en tiempos en que potencias extranjeras (anglo-francesas) quisieron invadir nuestro territorio para apropiarse de nuestras riquezas y separar Esta semana estuvimos atravesados por la historia en un nuestras provincias. Allí estaba el Ejército junto al pueblo deejercicio supremo y constructivo de memoria. fendiendo una patria que sin duda no es la misma que intentaSiempre se ha situado a los desaparecidos y víctimas del te- ron resguardar los genocidas. Estos utilizaron al ejército arrrorismo de Estado en una historia reciente que, abonada por gentino para vender, entregar, regalar nuestros recursos y anuteorías maniqueístas, aparecían como víctimas o demonios. lar nuestra identidad y nuestra cultura. Y para ello desbordaCuando el abogado querellante Elvio Zanotti empezó su ale- ron ríos de sangre de sus propios conciudadanos. Bajo esos disgato en una línea absolutamente histórica y prolijamente desa- valores formaron una generación de súbditos obsecuentes rrollada, ubicamos a los actores sociales de este juicio en dife- que, escudados en la obediencia debida, obraron según los rentes lugares. El Ejército del Norte de 1814, siguiendo su expo- más bajos instintos de sadismo y muerte. sición, respondía a principios patrióticos y soberanos que amCon estos juicios estamos construyendo nuevos ejércitos. parados en el «sagrado derecho de gente que prohíbe desen- Hay una generación que está siendo formada en una sociedad vainar la espada en contra de un conciudadano (…) quedan democrática. Y esto tiene implicancias no sólo en la adhesión a abolidas para siempre la muerte por razones políticas». Esta un régimen republicano de gobierno, también al valor dado a historia fue ocultada por más de 160 años. la razonabilidad de las órdenes del superior, a los criterios so-
Capitales detrás del golpe El proyecto económico que implantó la dictadura y los actores que lo llevaron a cabo. POR RAÚL DELLATORRE
cialmente válidos para la toma de decisiones. Si tuviéramos que imaginar el rol de las fuerzas de seguridad en este tramo histórico, podríamos apostar que luego de semejantes evidencias nada de lo que pasó volvería a pasar. Hoy la construcción histórica transita carriles abismalmente opuestos, no sólo por la profundización democrática, sino por los caminos de unidad y apoyo de los países hermanos. No es posible luchar contra colonialismos sin unidad regional, tampoco es posible transformar un ejército sin pensar en el respeto a las libertades, a las igualdades sociales, a las transformaciones que están faltando y a las que podemos apuntalar sólo con democracia. Imaginemos un ejército que acompañe la construcción de una gran nación junto a todos los argentinos, convocando a nuevas gestas que nos ayuden a despojar nuestras cabezas de las cadenas culturales de dominación y sometimiento. El Ejército del Norte de Menéndez tiene cadena perpetua. Retomemos los principios del Ejército libertario de San Martín y Bolívar para lograr la patria que nos merecemos.
Lunes 29 de noviembre de 2010 UN TRABAJO DE HORMIGA Agotada por el esfuerzo pero gratificada por la labor cumplida, María Elba Martínez habló con la prensa al salir de la sala. «Esta causa la tengo desde 1983. Me la delegó la doctora Inés Valdez, quien antes de morir me hizo prometer que llegaría hasta el final y que nunca claudicaría», dijo. La dupla que integra con Hugo Vaca Narvaja representa a 14 víctimas en este juicio, 13 de la causa UP1 y una de la causa Gontero. Martínez señaló que los presos de la UP1 vivían en un «estado de pánico y terror permanente» y que «la única forma que hallaron para sostener su dignidad fue la solidaridad y la necesidad de sobrevivir». Hugo Vaca Narvaja contextualizó histórica y políticamente los crímenes repasando desde la llamada Conquista del Desierto (en 1870) hasta hoy. Dijo que la primera Zanotti inició la ronda con una contex“ley de fuga” fue aplicada en 1878 contra tualización histórica. Videla lo escuchaba 60 ranqueles por el hermano del entonces atento y se lo vio musitar agravios cuando presidente Roca y que, «como en los fusi- en su propia cara, el locuaz abogado dijo: lamientos de la UP1, la prensa avaló la ver- «Si San Martín tuviera que juzgar a estos sión del Ejército». Uno de los responsa- militares, los hubiera mandado a fusilar». bles de esa masacre fue Adolfo Alsina, el La frase fue dicha mientras explicaba una militar que hizo construir la famosa “zanja anécdota que marca la diferencia entre el de Alsina” para mantener alejados a los ejército sanmartiniano y el de Videla: «En pueblos originarios, que fueron despoja- 1814, San Martín sancionó a un soldado dos de sus tierras. «El “eterno retorno” de que atacó a los sectores populares. El solNietzsche se corporizó, cuando en 1976, dado adujo obediencia debida, pero el geun teniente de nombre Gustavo Adolfo neral igual lo sancionó», explicó. Alsina se hizo cargo de la vigilancia de la Cuando llegó el turno de Martín FresneUP1», concluyó Vaca Narvaja. da, el dictador –que dormía en el banquiHAY EQUIPO llo– se levantó para retirarse. Fresneda, El grupo de abogados de H.I.J.O.S y Fami- hijo de padres desaparecidos, le habló liares, integrado por Lyllan Luque, Elvio pese a su ausencia. «Aquí he oído perplejo Zanotti, Martín Fresneda y Claudio Orosz, y dolido sus palabras», dijo en referencia a representa a 4 víctimas de las 31 que tiene las intervenciones de Videla defendiendo la causa UP1. su accionar. «Y me he preguntado si estas
son las grandes batallas que dicen que ganó este ejército, con un enemigo hambreado y maniatado como los presos políticos de la UP1. Me he preguntado si robar 500 bebés fue otra batalla ganada», dijo. Lyllan Luque tuvo la responsabilidad de acreditar, con las pruebas que arrojó el juicio, el fusilamiento de Cristian Funes. Por momentos emocionada y con lágrimas en los ojos, Luque recordó a las presas políticas que sufrieron la persecución por ser “mujeres y militantes”, justo en el Día Internacional por la No Violencia contra la Mujer. Para culminar, Claudio Orosz desmontó con minuciosa exactitud la mendaz versión de “los intentos de fuga” en los que morían los presos políticos, demostrando que las muertes eran consumadas en fusilamientos clandestinos. Así lo hizo con el fusilamiento del 17 de mayo de 1976 (donde murieron 6 presos), uno de los he-
chos más probados y con más imputados identificados como responsables. Al finalizar, leyó el pedido de condenas y agradeció a todas las partes que conforman el juicio «por trabajar para tener, alguna vez, una patria justa, libre y soberana». EXPERIENCIA Y JUVENTUD El abogado Rubén Arroyo cuenta más de 70 años. Se había jubilado, pero recuperó la matrícula para este juicio y representa nuevamente a la familia Bauducco desde hace una semana, luego de que Gerardo Battistón y Miguel Martínez se apartaran sorpresivamente. Con su alegato intervino por primera vez en el juicio describiendo uno de los hechos más probados y con mayor cantidad de testigos: el fusilamiento de Paco Bauducco en el patio de la cárcel. Agudo, el querellante dijo que por un “falso sentido corporativo” de los miembros de la justicia que instruyeron la causa, muchos ex jueces evitaron la foto junto a los represores en el banquillo. Miguel Ceballos alegó al final. Reconoció el «trabajo de los últimos dos gobiernos asumiendo los Derechos Humanos como política de Estado». Claro y certero, describió los hechos y solicitó duras penas. Al finalizar, se unió a Arroyo en sus críticas hacia un sector de la Justicia. A las penas solicitadas por las querellas, se le sumarán las que pida la fiscalía cuando Carlos Gonella y Maximiliano Hairabedián aleguen el próximo martes por la totalidad de las víctimas. Luego, las defensas expondrán sus alegatos. En uno de sus argumentos, Martín Fresneda resumió el sentido de un juicio justo: «Si no hay pruebas suficientes, no hay acusación. Esto no es una cacería de brujas, es justicia».
ALEGATOS • LOS ABOGADOS QUERELLANTES SOLICITARON PENAS PARA CADA IMPUTADO EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA
Editor responsable: Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba. Secretaria Ejecutiva: Emi D'Ambra Consejo Editorial: Por Familiares: Betty Argañaraz, Gustavo Tissera y María del Carmen Torres. Por H.I.J.O.S: Cecilia Correa, Lucía Galará y Martín Notarfrancesco Director de contenidos: Sebastián Puechagut Redactores: Waldo Cebrero, Pablo Luro y Lautaro Bentivegna Secretaria de redacción: Matilde Nasser Corrección: Victoria Picatto Fotografía: Manuel Bomheker y María Bethania Cuello Diseño y diagramación: Usina Creativa SH Distribución: María Ester Cobe, Julia Soulier, Ernesto Torres, Rubén Vergara Colaboraron en este Nº: Alexis Oliva, César Pucheta, Lucas Fanchín, Raúl Dellatorre, María Pia López, Javier Fagetti, Lucía Galará, Pablo Cerino, Paco Ferreyra Impresión: Comercio y Justicia Editores Cooperativa de Trabajo Ltda. Producción gráfica y editorial: Usina Creativa SH (0351) 427 1736 • info.usinacreativa@gmail.com
Será Justicia es propiedad de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba (Personería 234-A-1992)
Tirada de la edición: 20.000 ejemplares
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Lo que pidió cada querella Durante un juicio oral, en la instancia de alegatos cada parte da su conclusión del proceso valorando las pruebas recolectadas y pide una pena acorde a los delitos que se le imputan a cada acusado. En este juicio, hay cuatro querellas y sus pedidos de penas varían de acuerdo a las víctimas que representa cada una. Como criterio común, todos usaron la misma doctrina jurídica, llamada Teoría del Dominio del Hecho, que es la adecuada para analizar los aparatos delictivos de poder. Esta doctrina establece que la figura de “el hombre de atrás”, aquel que no está presente pero imparte la orden del delito, es igual de responsable que el autor material. PERPETUA PARA 21 IMPUTADOS Todas las querellas coincidieron en pedir prisión perpetua para los siguientes represores: Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y los miembros del Estado Mayor de la IV Brigada Aerotransportada: Vicente Meli, Mauricio Carlos Poncet, Jorge González Navarro y Raúl Eduardo Fierro, por todos los hechos que se investigan, en calidad de autores mediatos. También se pidió prisión perpetua para: Víctor Pino Cano, Enrique Pedro Mones Ruiz y Miguel Ángel Pérez por el asesinato de Raúl Augusto Bauducco. Y la misma pena para Emilio Juan Huber y Gustavo Adolfo Alsina por la muerte de René Moukarzel. Ambos son asesinatos cometidos dentro del penal. Con respecto al fusilamiento de tres presos ocurrido el 12 de agosto de 1976, en inmediaciones del Chateau Carreras, se pidió prisión perpetua para Pablo D'Aloia y Osvaldo César Quiroga. Distintas querellas coincidieron también en exigir prisión perpetua para todos los policías imputados por homicidios y tormentos agravados en la causa UP1. Esos imputados son: Miguel Ángel Gómez, Carlos Alfredo Yanicelli, Juan Eduardo Ramón Molina, Calixto Luis Flores, Alberto Luis Lucero, Yamil Jabour, Ricardo Cayetano Rocha y Marcelo Luna. En total, son 21 los imputados para los que se pidió prisión perpetua, el resto de las penas fue variando según el hecho y la querella que lo exige. Así, para los gendarmes Carlos Hibar Pérez y José Antonio Paredes se pidió la pena de 18 años de prisión por aplicación de tormentos agravados en todos los hechos de la causa UP1.
TRAJÍN. Los abogados querellantes tuvieron una intensa semana de alegatos.
CAUSA GONTERO La causa Gontero tiene 12 acusados. Sobre seis de ellos –también imputados por la causa UP1– recae el pedido de prisión perpetua. Para los que sólo están por esta causa, la querella pidió: 10 años para Luis Merlo; 20 para Graciela Antón, Gustavo Salgado y Fernando Rocha. En tanto, para Hermes Rodríguez –segundo del Batallón 141– se pidieron 15 años y para el gendarme José San Julián, 10 años, en todos los casos por imposición de tormentos y lesiones graves. IMPUNE POR FALTA DE SALUD Por ocultar las torturas que sufrió René Moukarzel, el médico José Felipe Tavip era el único civil imputado en esta causa. En lugar de realizar la autopsia correspondiente, firmó un certificado de defunción indicando “deceso por paro cardiorrespiratorio”. Estaba imputado por encubrimiento. Sin embargo, semanas antes de iniciar la instancia de alegatos, sufrió un paro cardíaco y quedó postrado en un hospital. Considerado incapaz de comprender la situación, el tribunal decidió apartarlo, con el acuerdo de las partes, para que no se demore el proceso. Así, el único imputado civil de la causa, que encubrió y colaboró para que estos crímenes se prolonguen en el tiempo, esquivó el pedido de pena y la condena en este juicio.
Lunes 29 de noviembre de 2010 MIRADAS • LOS FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS QUE ASUMEN LA QUERELLA OPINAN SOBRE EL JUICIO | Por Waldo Cebrero
Una gran familia esperando justicia Cada día, desde aquel viernes 2 de julio, los familiares de las víctimas llegan a la torre de tribunales dispuestos a pasar largas horas escuchando testimonios o discusiones judiciales. Llegan temprano, acompañados del mate, un pañuelo o un escapulario colgado al cuello con la foto de alguna víctima. «Aprendimos a vivir el juicio como una experiencia colectiva», dice Carolina, hija de Miguel Hugo Vaca Narvaja. Entrada la instancia de alegatos, recogimos impresiones y balances de algunos familiares. MIGUEL 'VITÍN' BARONETTO Compañero de Marta Juana González, asesinada el 11/10/76. Apenas salí de la cárcel, cerré un portón y traté de dejarla atrás. Intenté insertarme en el mundo laboral, en la militancia. Instintivamente –para poder sobrevivir– el recuerdo de la cárcel quedó en un segundo plano. La apertura del juicio nos abrió la oportunidad de escarbar en el dolor y tratar de sanarlo, y es algo que nos pasó a todos los presos que declaramos. Este juicio me dejó esos momentos, la serenidad de poder declarar y, más personalmente, escuchar los testimonios de las compañeras que hablaron sobre Marta, mi esposa fusilada, y saber cosas que yo no sabía que me tocaron en el fondo. CRISTINA MATHUS Cuñada de Eduardo Alfredo de Breuil. Viví estos meses de juicio con mucha tristeza al escuchar los testimonios de las víctimas. Pero creo que entrar en esta etapa es como empezar a transitar una recta final y, después de tantos años de espera, llegar aquí nos va a dar mucha tranquilidad. MARTA MOUKARZEL Hermana de José René Moukarzel, asesinado el 15/07/76. Desde el 2 de julio vivo este juicio con mucha esperanza porque –en el caso de mi hermano– hay muchísimos testigos y pruebas que acreditan el crimen. Yo no vivo en Córdoba, pero siempre que pude vine a las audiencias. El juicio me dejó dos momentos muy fuertes: el día del ini-
Por Betty Argañaraz
Tres hijos, tres ¿Por qué emocionan tanto? Orgullo, alegría y angustia, mezclados al saber que son hijos de desaparecidos y ejercen el rol de abogados para el que fueron designados. El tema es ese: nadie los designó. Son Miguel Ceballos, Martín Fresneda y Hugo Vaca Narvaja, y me arriesgo a pensar que no cumplen ningún mandato paterno, familiar ni social. Esto es salirse de los moldes que nos marcaron tanto tiempo. Creo (seguramente por la implicancia concernida) que la emoción que trasmiten, el “orgullo” que declaran las Madres, tiene que ver con que están relatando su historia familiar. Nadie les contó cómo era quedarse arrinconado tras un mueble cuando llevaban a sus padres, ni cómo fueron las búsquedas silenciosas, ni las esperas fantasmales siendo niños. Lo vivieron. Crecieron buscando/se, estudiando/se, descifrando silencios, intuyendo miedos. Así y con todo eso, se paran frente a los responsables de su dolor para armar la memoria del pueblo junto a su memoria. Por eso moviliza, porque dieron ese salto desde lo profesional y no quedaron anudados a una historia que los hizo sufrir mucho. Nos emociona porque son la posta que dejan las Madres que se van y sus pañuelos se colorean con nuevas germinaciones.
MEMORIA • SALVADOR FARAIG
Compañero Con el compromiso que sostuvo desde los inicios de Familiares, Salvador “Yacaroe” Faraig falleció el 19 de noviembre. Nos queda el recuerdo de su figura y de su grandeza.
cio, cuando me increpó el hermano de Alsina y me dijo que su hermano no conocía al mío y, ya más al final, la entrada a la cárcel, volver a recorrer el pabellón donde visitaba a René y ver el lugar donde murió. Sigo esperanzada de que la justicia cure esos recuerdos. MARTÍN MOZÉ Hijo de Miguel Ángel Mozé, asesinado el 17/05/76. Como muchos, yo soy hijo de un fusilado y, a la vez, querellante. Al escuchar estas conclusiones de los abogados pienso que durante todo este tiempo lo que buscamos no fue venganza ni odio, sino justicia. Esa misma justicia federal, a cargo de Puga o de Haro, antes les negó la vida a nuestros padres y hoy nosotros, los querellantes, le damos la posibilidad de defenderse a sus verdugos, con una justicia democrática. Eso también es hacer justicia. OLGA TELLO Cuñada de Diana Fidelman, asesinada el 17/05/76. Escuchar los testimonios de los presos fue muy doloroso para quienes tenemos un familiar que pasó por ahí. Pero más duro fue escuchar a las ex presas mujeres que cono-
cieron a Diana. Se la extraña cuando la nombran. Con ella se ensañaron porque era mujer, porque era linda, porque era judía; entonces con mi familia sólo esperamos una condena justa para quienes nos llenaron de sufrimiento. LUIS URQUIZA Ex policía, estuvo detenido en el D2. Este momento se vive con expectativa, porque vengo peleando hace 34 años. Yo tenía cosas guardadas que las pude decir sólo acá, ante el tribunal. Más allá de esa sensación que provoca declarar, me impactó escuchar a otros testigos, como Horacio Samamé que es mi compañero de causa. Su declaración fue muy sentida. Lamento que muchos responsables no hayan llegado al juicio porque murieron. En ese sentido, esto es justicia a medias. También me apena que el tribunal no llamara a Oscar Aguad a declarar, pese a que lo solicitaron dos querellas. CAROLINA VACA NARVAJA Hija de Miguel Hugo Vaca Narvaja, asesinado el 12/08/76. El juicio es una revolución de sensaciones. Para los familiares de las víctimas fue positiva la reconstrucción íntima que hicimos escuchando los testimonios, pese a que son recuerdos dolorosos que aún estamos digiriendo. En tantos meses, aprendimos a vivirlo como una experiencia colectiva más allá de cada familia, y eso fue porque en las voces de los presos que declararon están también las de los que ya no están, la de nuestros padres. PABLO SUÁREZ ZORRILLA Sobrino de Claudio Aníbal Zorrilla, asesinado el 19/06/76. Se empieza a cerrar una etapa que comenzó cuando yo era muy chico y veía a mi mamá y a mi abuelo llorar, sufrir y extrañar a Claudio. Mi abuelo, que ya no está, me enseñó a seguir el camino de mi tío y hacer un mundo más justo, con ideales y con el orgullo de lo que fue Claudio. El juicio me deja la gratitud de saber que los represores van a padecer la condena social y que algo cambiará de ahora en adelante, más allá de la pena que cumplan.
EL JUICIO EN LA CALLE • DEBATE SOBRE LOS JUICIOS EN CIENCIAS EXACTAS | Por Lucía Galará
Horacio Verbitsky en Córdoba Ante un aula magna colmada, en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Horacio Verbitsky participó del debate político “Juicios por los Derechos Humanos. Juicio a Videla, Menéndez y otros en Córdoba” que se llevó a cabo el 15 de noviembre. La actividad, organizada por la viceintendencia de la ciudad y por la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), fue moderada por María Teresa Sánchez, abogada de Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba. La complicidad de la justicia en delitos de Lesa Humanidad y la necesidad de juzgar su accionar junto a los represores se manifestó en las disertaciones de los tres panelistas. Verbitsky comenzó su exposición remarcando la complicad de la Iglesia Católica. Destacó la inacción de la Justicia Federal cordobesa cuando él mismo vino a constituirse en querellante junto al Centro de Estudios Legales y Sociales. En esa ocasión, le presentó a la ex jueza Cristina Garzón de Lascano una denuncia contra Primatesta, alegando que «reciclaba hijos de desaparecidos en la Casa Cuna. Yo le dejé toda la documentación y ella la guardó en el cajón más hondo y nunca pasó nada». Expresó también que la postura adoptada por la Iglesia en la última dictadura era: «El que se aparta del plan de Dios es un subversivo» y esto, explicó «abarca a muchos más que los que militábamos en organizaciones políticas». Luis Miguel Baronetto fue otro de los disertantes. El director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba manifestó que «los militares fueron los ejecutores materiales, pero no podrían haberlo hecho sin la conni-
REPLETA. El aula magna de la Facultad de Ciencias Exactas, colmada de asistentes al debate.
vencia y la complicidad de los que se beneficiaron»; y remarcó que los represores tenían «la necesidad de que los jueces permitieran los traslados», en los que se asesinó a 31 presos políticos por los que están siendo juzgados, entre otros, Videla y Menéndez. En referencia a Ricardo Haro –defensor oficial de presos políticos, hoy acusado de complicidad con el accionar del terrorismo de Estado y quien fuera titular de la cátedra de Derecho Constitucional en la UNC–, Carlos Vicente, viceintendente de Córdoba, dijo: «Estas personas son las mismas que desde sus lugares en la justicia declararon la constitucionalidad de los indultos. Estos señores nos enseñan la constitución cuando se olvidaron de hacer las
autopsias a los 30.000». Baronetto enfatizó la necesidad de no perder de vista el carácter político del juicio, ya que se tiende a simplificar la cuestión presentando a los militares como 'demonios' y a los ex presos, exiliados, fusilados y desaparecidos como víctimas: «Fuimos y somos sujetos políticos y no víctimas», dijo. Se refirió también a que «el carácter político fue asumido por los militares. Cuatro o cinco han justificado su terrorismo con objetivos políticos, hacen su arenga esperando que en algún momento la cosa cambie y puedan sacar un rédito». Por último, Horacio Verbitsky remarcó la importancia de movilizarse y participar: «Así se cambian las cosas y se van dando pasos».
Lunes 29 de noviembre de 2010
EL JUICIO, DÍA X DÍA DÍA 51 - MARTES 16/11
Luciano, el ‘olvidao’ Menéndez pide la palabra para desconocer su firma en un documento oficial del Tercer Cuerpo de Ejército en el que se sancionó al imputado Alsina por el estaqueamiento de René Moukarzel. Mientras el facsímil de la junta de calificaciones demuestra la sanción, ahora el “Cachorro” niega la prueba y dice que él siempre confió en la inocencia de su subordinado.
DÍA 52 - JUEVES 18/11
ENTREVISTA · LUDMILA CATELA DA SILVA, EMILIANO FESSIA Y MARIO PAREDES | Por Pablo Luro
«Trabajamos para que la memoria no se burocratice» “Las memorias están en construcción permanente”. “No queremos que estos espacios se burocraticen y se transformen en museos, donde los visitantes miren vidrieras que encierran los significados de la memoria”. “Apostamos a que sean espacios calientes, en donde los
sentidos se completen con quienes entran con sus diferentes historias”. Las definiciones son fruto de la conversación con los directores de los Espacios de Memoria cordobeses, los tres con historias tan diferentes como las características de cada uno de los sitios que dirigen.
Cortita y al pie En menos de una hora concluye la etapa de recolección de pruebas documentales, pero el inicio de la audiencia se demora. El tribunal muestra el legajo del ¡tercer! cabo Pérez que estuvo en la UP1. Las querellas ultiman detalles de sus alegatos.
DÍA 53 - MARTES 23/11
Sala repleta En el comienzo de los alegatos, la sala vuelve a colmarse de público que espera el final del juicio. Es un día largo, con descansos del tribunal sumamente extensos.
Contrapunto Arrancan los alegatos de María Elba Martínez y Hugo Vaca Narvaja. Sus conclusiones finales se refieren a sus 14 querellas. Mientras ella detalla las pruebas que demuestran los hechos, él va leyendo semblanzas de las víctimas. En un descanso de la maratónica jornada, un periodista descubre la analogía: «Ida y vuelta, al mejor estilo Pimpinela».
DÍA 54 - MIÉRCOLES 24/11
Pedido tardío Luego de la larga jornada anterior, al mediodía concluyen su alegato Martínez y Vaca Narvaja. Ante los aplausos del público, el presidente del tribunal ordena silencio. Trascartón, el abogado defensor Alejandro Cuestas Garzón pide que si se repite el hecho, desalojen la sala. La respuesta de Díaz Gavier es tajante: «Su reclamo es legítimo, pero llega tarde».
Dictador cansado Videla presencia los alegatos de las querellas hasta el turno de Fresneda y Luque, cuando decide retirarse a la sala contigua. Mientras estuvo presente, alternó la atención de los argumentos querellantes con siestas de sueño profundo.
DÍA 55 - JUEVES 25/11
Sin violencias de género Concluyen los alegatos de las querellas. En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la doctora Lillyan Luque finaliza su discurso con lágrimas en los ojos. Su agradecimiento y homenaje es para las mujeres que tanto lucharon. Mira al público y localiza a Miriam, la hermana de Cristian Funes. Le dice: «Como gustaba decir un maestro mío, podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera».
Néstor presente Claudio Orosz concluye sus palabras agradeciendo a los compañeros de H.I.J.O.S, a las Abuelas y a los ex presos políticos. Termina honrando la figura del ex presidente Néstor Kirchner. El último querellante en alegar, Miguel Ceballos, también reconoce la voluntad política del ex presidente para que se puedan desarrollar los juicios a los represores en el país.
MEMORIAS. Emiliano Fessia (La Perla), Mario Paredes (Campo de La Ribera) y Ludmila Catela da Silva (Archivo Provincial de la Memoria) dirigen los Sitios de la Memoria.
A poco de finalizar el tercer juicio por delitos de Lesa Humanidad en Córdoba, las largas luchas de los organismos de Derechos Humanos, las políticas públicas de los últimos años, los procesos judiciales y la construcción de las memorias se fundieron en una charla con los tres directores de los Sitios de la Memoria. Ludmila Catela da Silva (Archivo Provincial de la Memoria), Emiliano Fessia (La Perla) y Mario Paredes (Campo de la Ribera) fueron reunidos por Será Justicia para debatir colectivamente. Las campanadas de la catedral y las paredes del ex Departamento de Informaciones (D2) marcaron la charla con su historia y albergaron el encuentro. Será Justicia: ¿Cómo cambia la construcción de la memoria a partir de que el Estado, con los años, implementó políticas como la creación de estos sitios? Ludmila Catela da Silva: Yo no sé si es el Estado. Lo viabiliza, pero es producto de la presión ciudadana, en este caso de los organismos de Derechos Humanos. Durante 30 años lucharon, presionaron y demandaron para que sean factibles en una coyuntura favorable. Creo que lo importante es cuán fuertes son las instituciones que se construyen a partir de las políticas públicas, para mantenerse más allá de los cambios políticos. Pero, sin duda, a partir de Kirchner, la memoria ligada a la década del 70 es una política de Estado, que tiene sus ventajas y sus riesgos. SJ: Esas políticas permiten juzgar a los responsables del terrorismo de Estado. Emiliano Fessia: Creo que en Argentina, memoria y justicia, desde los movimientos sociales, van indisolublemente uni-
das. No es casual que estén los juicios al mismo tiempo que la creación de los espacios de memoria o los archivos. Es indudable que los avances de la justicia aportan a la creación de memoria. Creo que es un desafío que estamos construyendo, a diferencia de una institución tan pesada y tan vieja como es la judicial. Se trata de edificar instituciones que busquen un sentido de lo público diferente, inclusive a lo hegemónico. El trabajo del Archivo ya ha aportado pruebas judiciales, por ejemplo. Pero, además, el planteo de construcción de memorias implica que en todos los juicios se piensan estrategias de difusión, de producción de materiales que aporten a esta construcción social del sentido de justicia, que va más allá de lo institucional. Mario Paredes: Quería volver sobre el tema del lugar del Estado y el gobierno. Siempre me pareció que la lucha por los Derechos Humanos, las manifestaciones y demás, habían llegado a un techo que no podíamos superar. La impunidad seguía vigente, igual que las leyes que la sostenían. En ese marco aparece Kirchner. Hubo una especie de ebullición, todos los organismos dimos un salto cualitativo. Creo que marca la cancha quien te gobierna, pero el desafío es cómo hacemos para consolidarnos como espacios de memoria. SJ: Cuando la memoria empieza a trabajarse desde una institución, hay un cambio en la manera de contarla y de narrarla, muy diferente a la de la resistencia de los noventa con los organismos reclamando verdad y justicia. ¿De qué modo cuentan las memorias los sitios? EF: Se alimenta de eso. Por definición tiene que ser diferente. Creo que ahí está uno
de los desafíos más grandes, en esencia, en contenido, porque el marco social construido es el que posibilitó estas instituciones, las memorias que se fueron consolidando desde la contrahegemonía a una cierta hegemonía. Indudablemente no tienen que ser iguales las memorias de los organismos y la de los sitios de memoria, porque ahí está el desafío político más grande. Aprendimos que el Estado no es una cosa monolítica, única, sino que está lleno de actores con pujas e intereses diversos. Como sitios, no buscamos elementos que enfrasquen memorias. Queremos que los hombres y mujeres que vienen traigan las suyas y entren en diálogo. Es todo un concepto y una definición que hay que hacer con las mejores reglas de la construcción de lo público. LCS: Creo que es una obligación de estas instituciones construir relatos que primero no sean cerrados, resaltando que el horror no empezó en 1976. Pensando las políticas de memorias, debemos inclinarnos por la memoria ejemplar o la memoria real. Queremos que este lugar sirva como un ejemplo para que no sucedan otras cosas parecidas a las que pasaron en la década del setenta; por lo tanto, queremos una memoria que sea ejemplar. Así, buscamos que las personas vuelvan más de una vez, y para eso uno tiene que generar actividades, diferentes expresiones del arte. Al mismo tiempo, trabajamos con memorias en construcción. En cuanto al lugar, el lugar está siempre en construcción, no porque no sepamos lo que queremos decir, sino porque creemos que hay que generar diferentes formas para que la memoria no se “burocratice”. Lo peor que
Lunes 29 de noviembre de 2010 nos podría pasar es generar museos en el sentido estricto del término: una muestra cerrada, atrás de una vitrina, que nadie puede tocar ni discutir, con un discurso cerrado. Intentamos que acá haya cosas que se puedan tocar, que haya sentimientos encontrados. Y ese es el gran desafío. MP: Tal vez la tónica nuestra, en el Campo de La Ribera, no sea cuánta gente vaya a visitarlo, sino que la constante es cuánta gente va a haber en el sitio y qué trabajamos cotidianamente en el territorio. Los vamos a tener yendo dos o tres veces por semana al sitio. Tenemos un perfil diferente marcado por el territorio. Nuestro desafío es cómo llegar, con la temática de los Derechos Humanos y la memoria, a los chicos. Ahora están los pibes del secundario preparando la pared del fondo para hacer un mural. Previo a ello, van a discutir qué quieren significar en el mural, cómo relacionan su pasado en el colegio, porque vivieron su pasado con el sitio cuando se educaron en ese mismo lugar. SJ: De las declaraciones de sobrevivientes frente a un tribunal, ¿surgen aportes a los sitios? LCS: Diría que fue más intensa la presencia de sobrevivientes en el momento en que se abrió que al momento de los juicios. Con la apertura, vinieron masivamente. Fue con ellos –un poco– que reconstruimos qué era cada lugar, que después, obviamente, en los juicios eso se terminó constatando y fortaleciendo con otra documentación. De todas formas, para el caso de los policías como Urquiza y demás, han venido ahora nuevos policías que estuvieron presos durante la dictadura, porque es como un lugar de referencia. No sólo porque fue el D2, sino también como archivo, a denunciar que a
ellos también les pasó. El juicio también visibilizó que otros sufrieron lo mismo. Estos procesos terminan de destruir el último miedo de estas personas. EF: Algunos se preguntan por qué hacen ahora nuevas denuncias. Ahora Menéndez está preso, es una respuesta muy simple pero también muy profunda. Se los puede juzgar. No son el peligro latente de
la impunidad dando vueltas. La posibilidad real de justicia está abriendo diques sociales que contenían cierta memoria, sabiamente o tímidamente, que estuvo oculta por mucho tiempo. Podemos aportar a la certeza de que no se arranca desde la nada, sino que se puede construir memorias desde una visión plural, y no sólo del horror, sino en todo caso repensando las ba-
ses del terrorismo de Estado y los modelos de país en juego hasta el presente. Así, pensamos de modo plural la memoria. Plural, pero situada en un lugar que profundiza la democracia y la vigencia de todos los derechos humanos. Creo que no existe la memoria completa. Uno se para desde un lugar del mundo y hace memoria. Si no es así, no hay memoria, es chamuyo.
PERFILES • TRES TRAYECTORIAS DISTINTAS CONFLUYEN EN LOS NUEVOS ESPACIOS
Las marcas de los directores y de los Sitios Traen historias y marcas diferentes. Ludcomo pequeña muestra de la diversidad de la mila transitó por la academia y las ciencias estructura represiva en Córdoba. Mientras el sociales, desde la Antropología estudió las Campo de La Ribera tiene un perfil de trabajo problemáticas de la memoria por muchos territorial, con la marginalidad en sus alredeaños. Mario, siempre vivió en San Vicente y dores, con problemáticas sociales cotidianas allí militó toda su vida, desde su paso por el (allí tuvo su epicentro la actuación del Cocentro de estudiantes del Manuel Belgrano. mando Libertadores de América antes del En la última dictadura fue preso político en golpe); La Perla, ubicada entre Córdoba y Carmuchas cárceles. Ya en libertad, continuó su los Paz, constituye un emblema del modelo lucha por los Derechos Humanos en la Asode exterminio creado por Menéndez y el ex ciación de Ex Presos Políticos. Emiliano es hiCentro Clandestino de Detención y Extermijo de desaparecidos e integra la agrupación nio más grande del interior del país. El ArchiH.I.J.O.S, formada hace 15 años. De estas luvo Provincial de la Memoria, por su parte, chas y reflexiones, fueron formándose los está frente a la Catedral, en pleno centro de tres directores de los Sitios de la Memoria. la ciudad: una muestra de la impunidad con «Creo que ninguno imaginaba ser funcioque actuaba la inteligencia policial del D2. nario público, venimos de diferentes miliEn el año 2007 se crea el Archivo Provincial tancias», reflexiona Mario Paredes. «Es loco de la Memoria en el mismo lugar donde funARCHIVO. pensar para adentro: “puta, hoy tenemos ex cionó el D2, del que varios de sus hombres esLa entrevista se presos, hijos de desaparecidos, intelectuatán siendo juzgados por sus crímenes. El 24 realizó en el edificio les brillantes como Ludmila, acá, aportando de marzo de 2008 se inauguró el Espacio para donde funcionaba el D2. a romper los mensajes de la dictadura”. Es la Memoria y la Promoción de los Derechos hermoso y demuestra que se puede, uniendo sentimiento, racionali- Humanos en el Ex Centro Clandestino de Detención “La Perla”. Dos dad y política. No están separados. Se puede superar el dolor no ne- años después, en marzo de 2010, se creó el Sitio de la Memoria “Camgándolo, sino participando colectivamente», piensa Emiliano Fessia. po de La Ribera”. Sus trabajos son diferentes y se complementan en la Las características de los tres espacios de la memoria son variadas, construcción social de las memorias.
OPINIÓN • LA PROFUNDA RELACIÓN ENTRE LOS JUICIOS Y LA LIBERTAD | Por María Pia López
La dictadura sigue terminando En cada acto de justicia. En cada juicio. En cada testimonio de las víctimas. En cada transformación de esos testimonios respecto de las instancias anteriores. En cada reclamo de las organizaciones de Derechos Humanos. En cada escucha nueva de la sociedad civil. En cada asistente a las audiencias. En cada hijo que recibe el testimonio de sus padres. Fue morosa en terminar, precisamente porque su pretensión fue la eternidad. Lenta en retirarse, aunque sus uniformes huyeron presurosos de unas islas que decían querer rescatar. Profunda en sus efectos, cavaba en los circuitos del horror el ocultamiento de sus secuestrados. Pasaron varias décadas y muchos intentos para que fueran corriéndose, poco a poco, esas capas constitutivas de la Argentina dictactorial. Habían venido para quedarse. No ellos, sus artificios. No las personas, pero sí las ideas y sus consecuencias. Desplegaron el terror para modificar capilarmente a la sociedad argentina: extraer y desgarrar las voluntades militantes, los compromisos públicos y una ética de la solidaridad. Lo hicieron en nombre de derrotar las insurgencias, aunque no se trataba de combatir a un ejército adversario, sino de hincar los dientes en el ethos colectivo. Era cuestión de parir una sociedad nueva, hecha de individualismos tenaces, de aislamientos temerosos, de silencios aterrorizados. La transición democrática, a pesar de sus aires primaverales y del arriesgado intento de juzgar a los asesinos que pretendían una rápida amnistía, terminó cediendo a la amenaza. Tenían, aún, poder de fuego. O simulaban tenerlo. O creíamos que lo tenían. Hubo una investigación profusa, un juicio ejemplar a las Juntas y, a la par, leyes del perdón. Años después, el gobierno que profundizaría las políticas económicas y sociales de la dictadura, indultaría a los otrora juzgados. El argumento era banal –una equiparación con los pajaritos enjaulados o una reconciliación nacional necesaria–, pero las razones eran profundas: se trataba de continuar la tarea, esta vez bajo un gobierno elegido por las mayorías.
Hubo indulto, pero no silencio. En tensión con esas políticas gubernamentales se desplegaron otras políticas, encaradas por las organizaciones de Derechos Humanos. Marchas, resistencias, periódicos, escraches, denuncias. Movimientos capaces de inventar y reinventar sus estrategias, de poner en juego, en cada momento, formas nuevas de intervenir en el espacio público. Incesantes, insistentes, tenaces. En Tucumán, durante años, una sola mujer con su pañuelo blanco daba vueltas en la plaza. En otros lugares, eran más. O había ex detenidosdesaparecidos dispuestos a repetir su testimonio y ahondar, cada vez más, su reflexión sobre lo ocurrido. O surgían hijos con más vocación callejera y, ya, con menos miedo. La dictadura, en cada acto, se resistía a terminar. Como la marea que tarda en retirarse y en su morosidad inunda. Como fantasma y como amenaza. Como cerrojo para la política y como recordatorio de lo costoso de las insurgencias. En di-
Socióloga y ensayista. Sus últimas publicaciones: Hacia la vida intensa. Una historia de la sensibilidad vitalista y la novela No tengo tiempo.
ciembre de 2001 vivimos un indicio fuerte de su fin: cuando una multitud, en vez de arredrarse ante el estado de sitio, se burló de su efectividad. Después del 2003 se sucederían los síntomas de su agonía: las leyes del perdón derogadas, los juicios reanudados, los campos de concentración convertidos en sitios de memoria, los retratos arrojados al desván. Símbolos y hechos dirigidos al corazón que animaban su sobrevivencia: el miedo al retorno de sus personeros, retirados en las sombras pero no vencidos. La desaparición de Julio López es el recordatorio más agudo de su persistencia. Un cuadro fue descolgado. Y un presidente pidió perdón por la renuencia del Estado argentino a paliar los daños irreparables haciendo justicia. La justicia se situó así como horizonte, a sabiendas de que no había, en estos casos, reparación ni reversión posible. Pero que se abría, con los actos de justicia, la posibilidad de una sociedad emancipada de los miedos. Son actos que miran menos al pasado que al futuro, porque procuran una pedagogía inversa respecto de aquella que instauró la dictadura. Esto es, la de impulsar un activismo público y un compromiso social sustraídos de la amenaza de una coerción estatal. Los juicios suponen un ejercicio más complejo. Obligan a mirar una y otra vez los hechos condenables. Solicitan una versión de las víctimas y una comparecencia en el banquillo de los victimarios. Como en los ochenta. Pero a la vez, de un modo diferente. Porque si algunos de los testimoniantes de aquellos años se preocupaban por el doble filo de sus dichos (narrar el horror era necesario para pedir justicia, pero a la vez, podía ser instrumento de expansión del miedo), en estos nuevos juicios esa preocupación ha mutado. El testimonio incorpora nuevos modos de considerar lo sucedido. En ese sentido, en cada juicio se juzga más ampliamente a los genocidas: porque son solicitados por ideas más complejas y profundas, más liberadas ellas mismas del miedo, de la justicia. En cada uno sigue terminando la dictadura.
Lunes 29 de noviembre de 2010 HISTORIAS DE VIDA DE LOS MILITANTES ASESINADOS EL 11 DE OCTUBRE DE 1976
Una primavera sin flores (PRIMERA ENTREGA) Anochecía en la ciudad de Córdoba. La primavera daba sus flores, pero en el penal de barrio San Martín, despoblado de árboles y plantas, el frío cemento impedía sentir la calidez del sol. Era el 11 de octubre de 1976, cerca de las 20hs. Un grupo de seis presos políticos fue retirado de sus celdas para cumplir una orden de “traslado” impartida por Juan Bautista Sasiaiñ, jefe del Estado Mayor. Pablo Alberto Balustra, Jorge Oscar García, Oscar Hugo Hubert, Miguel Ángel Ceballos, Florencio Esteban Díaz y Marta Juana González de Baronetto fueron llamados por personal de la UP1. El grupo de efectivos “entregó” a los detenidos al teniente primero “Nicolás Neme”. Durante las investigaciones realizadas en la instrucción de la cau-
sa se determinó, una vez más, que no existía tal persona. La noticia sobre los violentos fusilamientos circulaba en el penal. Ceballos sabía lo que acontecería. Cuando el grupo designado para retirar a los detenidos fue a buscarlo a su celda, para no alarmar a sus compañeros, les dijo: «Nada, es una boludez, ya vuelvo». Luego, apartó a uno de ellos y le explicó: «Me van a matar, pero no quiero crear pánico. ¡Hasta la victoria siempre!», levantó el brazo con el puño cerrado y salió. Sin mediar más explicaciones que el supuesto 'traslado', antes de subirlos a vehículos militares los maniataron y les cubrieron la cabeza y sus bocas. Los automóviles realizaron un corto recorrido. Sin alejarse de barrio San Martín, en un descampado cercano, los asesinaron a
quemarropa. El comunicado que difundió el Tercer Cuerpo de Ejército para fraguar los fusilamientos decía que el vehículo en el que se efectuaba el recorrido fue interceptado por autos conducidos por civiles, y que luego se desató un intenso tiroteo en el que murieron los seis detenidos.
Fuentes bibliográficas: • Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba, Por la memoria, por la justicia, por un sueño, Córdoba: 2000. • El diario del juicio, información digital: eldiariodeljuicio.com.ar • Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba: Relatos de amores, sueños y luchas I y II, Córdoba: 2006 y 2007. • Garaño, Santiago y Pertot, Werner: Detenidos-aparecidos: presas y presos políticos de Trelew a la dictadura, Buenos Aires, Ed. Biblos: 2007.
Pablo Alberto Balustra «Una familia humilde, trabajadora y peronista», así la definiría su padre, Pablo Florencio Balustra. 'El Flaco', hijo de él y Rosa Audelina, nació un 27 de septiembre de 1943 en Córdoba, y era el mayor de tres hermanos. Transcurrió su niñez y adolescencia en barrio Empalme, yendo a la escuela Juan Martín Pueyrredón. Luego hizo el secundario en el emblemático colegio técnico Cassaffousth. Durante dos años asistió al servicio militar obligatorio en la Marina y, al terminar, trabajó en diferentes rubros hasta ingresar a Obras Sanitarias de la Nación. Siguiendo el camino de su padre, empleado de la empresa de tranvías y miembro del gremio de UTA, el Flaco también se incorporó a la participación gremial. Fue presidente del cuerpo de delegados. En los 60, conoció a Rosario Rodríguez, “la Negrita”. Tenían 21 y 22 años. Impulsor de movilizaciones obrero-estudiantiles, era militante de la JTP y Montoneros. En 1975 se unió al bloque gremial del Peronismo Auténtico. Antes, un 29 de diciembre de 1969, Pablo y Rosario decidieron casarse de improviso: «Fue el día más feliz de aquel verano –recuerda la Negra–. Nos aparecimos el 31 de diciembre ante la familia con la libreta de casamiento en la mano. El comentario de mi viejo fue: “estos son unos aventureros”». Pablo se preocupaba por su familia y compañeros. Con Eduardo, su cuña-
do, compartía intensas charlas y hasta era capaz de amanecer conversando con él. «Su bondad, el carácter alegre y la predisposición constante que vivió en el hogar se contagiaron a su trabajo. Su palabra tranquila revelaba seguridad de convicciones, que defendió con alegría y valor. Sabía que en la idiosincrasia cordobesa, entre mates, asados y vino, también se construye la vida de un pueblo», relató la Negrita. El 17 de julio de 1975 fue detenido junto a tres compañeros. En octubre del mismo año fue llevado desde el D2 a la UP1. Para ese entonces, su hijo Pablo, tenía 4 años, y Enriqueta sólo dos meses. Antes del golpe, vio por última vez a sus niños y le dijo a Pablo: «Tenés que ser fuerte. Vas a ser el hombre de la familia. Nunca dejés de estudiar». En la UP1, un golpe en la cabeza le generó una hemiplejia irreversible. El 27 de mayo, enfermeros del Hospital de Urgencias le avisaron a Rosario y pudo verlo “clandestinamente”. «Estaba en un estado calamitoso. Desnudo. No podía mover más que una mano». Él le dijo que sabía que lo matarían. El amor se sostuvo manteniendo ciertos ritos íntimos. Cuenta la Negrita que «nunca olvidaba los días 21. Siempre me traía una flor. Por eso cuando él estuvo preso, era yo la que le llevaba flores, lo hacía inmensamente feliz».
Miguel Ángel Ceballos Miguel Ángel nació un 9 de marzo de 1939. Era oriundo de Frías, Santiago del Estero, al igual que el 'Turco' Moukarzel. Allí creció junto a sus padres, Miguel Ángel y María Elena Barrionuevo, y su hermano mayor, Osvaldo Jesús. Tiempo después, “el Niki”, como lo llamaban, se radicó en Córdoba y comenzó a estudiar ciencias económicas. Para ese entonces, inicia su militancia en la Federación Juvenil Comunista, destacándose por su participación y conducción estudiantil. Junto a otros compañeros, fundó el Movimiento Nacional Reformista (MNR), espacio con el cual llega a la presidencia de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). El prolongado romance con Frida Angélica Capatto se concretó en matrimonio en 1967. Ella estudiaba medicina y se conocieron en la universidad. Tuvieron tres hijos: Juan Miguel, Ramón y Amalia. Para su compañera, era una persona «intelectualmente brillante, con gran sentido del humor, con una ideología contagiosa. Yo era una sanjuanina que veía el mundo de una sola manera y él me mostró la otra, la desigualdad. Me sentí deslumbrada y he continuado con ese pensamiento». En 1970, la pareja se separó de común acuerdo. «Se define seguir luchando por su causa, por su ideología, su manera de pensar. Yo coincidí en que él siguiera y yo me quedara criando a nuestros hijos». El Niki, llevando consigo
las banderas del ERP, continuó la militancia convencido de los procesos que había que llevar adelante. En 1972, es detenido y alojado en Rawson. Su familia decide instalarse en Trelew para acompañarlo. Un año después, con el gobierno de Cámpora, queda en libertad; pero en 1974, vuelve a ser detenido. Para octubre de 1976, cuando se realiza el “traslado”, Frida Angélica vivía en San Juan. Los padres del Niki, integrantes de la Asociación de Padres de Detenidos, le avisaron de lo ocurrido. Al reconocer el cuerpo, observan que tenía tiros en la espalda y un balazo debajo del mentón. «Fue el tiro de gracia, mi suegro estaba desarmado de dolor y desilusionado de todo lo que habría significado un poco de justicia». Sus hijos tenían 8, 9 y 10 años, y su madre debió enfrentar el doloroso hecho. «La vida sin él ya había sido muy difícil». «A tus hijos nos privaron de poder recordar tu rostro, tu voz, tus caricias, el sonido de tu risa. Lo que nunca podrán quitarnos es tu ejemplo, que es la herencia más grande que un padre puede dejar. Tu compromiso de lucha, tu valentía, tu honradez, tu generosa entrega, nada menos que tu vida; por estar convencido de que un mundo mejor era posible», exclaman Ramón, Amalia, Juan Miguel y Frida.
Florencio Esteban Díaz Anticipándose a los festejos navideños, el 17 de diciembre de 1930, la familia Díaz brindó por el nacimiento de Florencio Esteban. El lugar: San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Siendo aún muy joven, se radicó en Córdoba. A mediados de la década del 50, ingresó a trabajar a la fábrica automotriz Fiat, que para ese entonces se instalaba en la ciudad. En 1971, a sus 41 años, fue elegido secretario general del Sindicato de Trabajadores de Materfer (Sitram), uno de los sectores más activos y de mayor participación en el Cordobazo. Estando Alejandro Agustín Lanusse en la presidencia, continuando la dictadura iniciada por Onganía en 1966, el gremio fue intervenido. Florencio fue despedido y perseguido. Años después, en 1973, comenzó a trabajar en Vialidad Provincial. Convencido desde su juventud de la necesidad de organización y participación,
retomó la actividad gremial en el Peronismo de Base. Representando esta lista resultaría electo delegado. Esteban fue un reconocido dirigente gremial. Antes de que la fórmula que conformaban Obregón Cano y Atilio López llegara a la gobernación de Córdoba, le ofrecieron la candidatura a vicegobernador y también para diputado. Rechazó las dos propuestas. Posteriormente, en 1975, integró la Coordinadora de Gremios en Lucha en representación del gremio de los viales y el Bloque Gremial del Peronismo Auténtico. Luego militó en Montoneros. Estaba casado con Vicenta Testa, con quien tuvo a Cristina, su hija. El 5 de febrero de 1976 fue secuestrado y trasladado al D2. Estuvo allí diez días y luego fue llevado a la UP1.
Lunes 29 de noviembre de 2010 ANÁLISIS • EL PROYECTO CULTURAL ORIENTADO A LOS JÓVENES QUE QUISO IMPONER LA DICTADURA | Por César Pucheta
Esa amenaza llamada juventud Los jóvenes siempre fueron un problema para los militares, sobre todo esa juventud que a fines de los 60 asomó a la historia como protagonista de su tiempo y artífice del mundo por venir. Ya en 1985, el sociólogo Pablo Vila establecía en un ensayo la aparición de una nueva figura con la Argentina del proceso: “Surge el joven-sospechoso, debido a que la mirada y el discurso han unificado los dos términos, neutralizando la oposición de los mismos. El ser joven 'remitía' a 'lo delictivo', pero no exclusivamente a lo delictivo determinado de acuerdo a una caracterización legal, sino mezclado con 'lo conspirativo', con las 'cosas raras': una imprecisa potencia disolutoria”. Esa potencialidad que las cúpulas evidenciaban como propia en los jóvenes intentó ser controlada de manera inmediata desde las esferas ubicadas en los ministerios públicos. Así, los militares trabajaron fuertemente en una reglamentación que iba dirigida de manera directa a ese sector, en el que encontraban un elemento de “alta peligrosidad”. La Universidad, los medios de comunicación, las esferas culturales, la industria discográfica, las redacciones, las editoriales… Todos aquellos sectores que tenían la capacidad de influir sobre la juventud eran adoctrinados para actuar en un sentido que sonaba al unísono del clarinete y las marchas militares. CULTURA EN LLAMAS Las primeras apuestas bajaban directamente desde el Ministerio de Educación. Se apostaba, como reza un comunicado ministerial de la época, a “promover en la juventud modelos sociales que subrayen los valores mencionados para reemplazar y erradicar los valores actuales”. Para eso existía, por aquel entonces, una herramienta que los militares utilizaron asiduamente y de manera provechosa: la ley que autorizaba a despedir sin indemnización a aquellos empleados públicos que estuvieran relacionados con “actividades subversivas disociadoras”. En las universidades, el principio se apli-
có a rajatabla. La inteligencia militar comenzó a aparecer en los claustros universitarios y los docentes más politizados fueron despedidos y detenidos, cesanteados y perseguidos. La cultura era vista por los militares como “el medio más alto para la infiltración de ideologías extremistas”, por lo que consideraron necesario elaborar un plan que contemplara su control o, en la práctica, su destrucción. El imaginario cordobés tiene todavía imágenes de la incineración pública que el Tercer Cuerpo de Ejército organizó en el Regimiento de Infantería Aerotransportada: cientos de libros considerados subversivos entre las llamas. Los mensajes eran claros. Ese día el fuego se tragó textos de Mao, de Cooke y del Che, convertidos en cenizas junto a decenas de otros “autores inconvenientes”. Lo mismo ocurrió en el resto del país. Los discos fueron minuciosamente analizados en el marco de lo que se conoció como el “Operativo Claridad”: un relevamiento exhaustivo de la actividad en los colegios y las universidades que puso énfasis en la cultura joven. Su materialización fueron las listas que circulaban de ma-
nera 'anónima' por editoriales, discográficas y productoras culturales. La “nómina de personas vinculadas al ámbito cultural con antecedentes ideológicos desfavorables” contaba en el año 1977 con un staff de 231 artistas a los que sólo les quedó abierta una puerta, la de Ezeiza. DEL AMOR AL ODIO... Los autores y músicos populares perseguidos por el “Operativo Claridad” eran considerados “comunicadores llave”, personajes públicos que utilizaban su prestigio social para lanzar “mensajes disociadores” a un público “dócil e incondicional”. Pero esos “mensajes disociadores” que los militares encontraban en el plano cultural no tenían que ver sólo con aquellos artistas que buscaban con sus obras una denuncia explícita y la descripción nítida de la realidad. Hubo un temor que se convirtió en persecución. Finalizando 1977, fue el almirante Massera quien aprovechó un auditorio juvenil concentrado en la Universidad del Salvador para enviar un posicionamiento conceptual claro. Una advertencia para los jóvenes que –según sus propias palabras– se iniciaban en el rock y derivaban en la guerrilla. El dis-
curso fue publicado por el diario La Nación, y uno de sus pasajes resulta particularmente significativo: “Los jóvenes se tornan indiferentes a nuestro mundo y empiezan a edificar su universo que se superpone con el de los adultos sin la menor intención –al principio– de agredirlo deliberadamente. Es como si se limitaran a esperar con toda paciencia la extinción biológica de una especie extraña e incomprensible… Mientras, hacen de sí misma una casta fuerte, se convierten en una sociedad secreta a la vista de todos, celebran sus ritos –la música, la ropa– con total indiferencia y hoy buscan siempre identificaciones horizontales, despreciando toda relación vertical (…) Después, algunos de ellos trocarán su neutralidad, su pacifismo abúlico, por el estremecimiento de la fe terrorista, derivación previsible de una escalada sensorial de nítido itinerario, que comienza con una concepción tan arbitrariamente sacralizadora del amor, que para ellos casi deja de ser una ceremonia privada. Se continúa con el amor promiscuo, se prolonga en las drogas alucinógenas en la ruptura de los últimos lazos con la realidad objetiva común y desemboca al fin en la muerte. La ajena o la propia, poco importa, ya que la destrucción estará justificada por la redención social que algunos manipuladores –generalmente adultos– les han acercado para que jerarquicen, con una ideología, lo que fue una carrera enloquecedora hacia la más exasperada exaltación de los sentidos”. Aquella vuelta de tuerca intelectual terminó por condensar lo que los militares observaron siempre como un problema para el desarrollo de sus planes: la existencia de una juventud activa, decidida y desafiante. Los jóvenes que se pusieron al hombro la historia de su país y que, desde diferentes planos de la vida social, buscaron modificar la realidad a partir de la participación y el encuentro, siempre fueron un estorbo. Políticos, sociales y culturales, los jóvenes siempre fueron un problema para los militares. Todavía los son...
JUICIOS EN EL PAÍS • MENDOZA | Por Javier Fagetti
Tocando el cielo con las manos Quien conoce Mendoza, sabe lo difícil que son algunas cosas. Estas hermosas tierras tienen una fuerte presencia de instituciones como la Iglesia, el Ejército y la Justicia, lo que genera una sociedad muy conservadora. Llevar adelante las causas y el juicio a 5 represores fue realmente difícil. Bajo este contexto y sumado a la fuerte oposición que ejerce el campo político, se dio lo que denominamos un “juicio histórico”. Soy un convencido de que lo difícil se disfruta el doble y que lo imposible sólo cuesta un poco más. Así, hace muchos años nos largamos algunos familiares a armar las causas para lograr este momento. En un día frio de julio comenzó el debate, con características propias del lugar. Durante 4 meses –50 jornadas– pasó una larga lista de testigos que hacían cola para testimoniar las atrocidades sufridas durante la dictadura. Hubo, se podría decir, representantes de todos los sectores de San Rafael. El médico, el político, el albañil, el mecánico. Todos con lágrimas en los ojos coincidían en que nunca imaginaron poder estar ante un tribunal democrático declarando lo que vivieron en los duros días de los años 70. La causa investigó la desaparición forzada de 4 militantes de la Juventud Peronista de San Rafael: Francisco Tripiana, José Verón, Pascual Sandoval y Roberto Osorio. El tribunal condenó
HISTÓRICO. En San Rafael se oyó la primera sentencia por delitos de Lesa Humanidad de Mendoza.
a prisión perpetua y cárcel común en la penitenciaría de Mendoza a los imputados: Aníbal Guevara –entre los militares– y a los policías Raúl Alberto Ruiz Soppe y Juan Labarta Sánchez. Por su parte, al abogado de la Policía, Raúl Egea, que falsificaba actas de liberación de los compañeros, se dispuso la pena de 8 años de cárcel e inhabilitación por ese período. Mariano Tripiana, hijo de Francisco (desaparecido), señalaba la importancia de tener un juicio donde se respetó el dere-
cho a defensa con un tribunal imparcial. Esto echa por tierra la estrategia defensiva de indicar una persecución del gobierno nacional. Agregaba que «sus hijos podrán visitarlos en la cárcel. Nosotros sólo podemos llorar en la Plaza de la Memoria». Con los brazos en alto sentíamos la presencia de nuestros compañeros en cada párrafo que leía el tribunal. La sentencia fue contundente. Fue emocionante escuchar las palabras “prisión perpetua” y “cárcel común” en tierras donde suelen usarse contra quienes roban gallinas. BRINDIS POR JUSTICIA. Mientras los represores eran trasladados a la cárcel de Cacheuta, en la capital mendocina se hacía una vigilia cultural para dar inicio al segundo juicio por delitos de Lesa Humanidad. Son 19 causas en las que se investigan delitos contra 30 víctimas. Presas y sometidas a torturas, sólo una está con vida, 24 se encuentran desaparecidas y 4 fueron detenidas ilegalmente y asesinadas. Una de esas víctimas fue el laureado poeta santafecino Francisco “Paco” Urondo. A lo largo de 4 meses, 10 imputados escucharán a más de 200 testigos. Hay un gran ausente: Luciano B. Menéndez, principal acusado, que fue apartado por ser juzgado en Córdoba. Para evitar demoras, el juicio no será detenido mientras dure la feria judicial de enero.
Lunes 29 de noviembre de 2010 CONTRATAPA • por Raúl Dellatorre
Periodista, columnista del noticiero Visión 7 y conductor de Visión 7 Internacional. Editor de la sección Economía de Página/12. Secretario general adjunto de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Es licenciado en economía política (UBA).
Capitales detrás del golpe De vez en cuando, entre relatos e interpretaciones sobre las atrocidades de la dictadura instalada en marzo de 1976, alguno se acuerda de señalar el papel que tuvieron los grupos empresarios, la corporación económica dominante, en aquel hecho. Pero en general, estas observaciones, estas alusiones, hacen aparecer a los representantes del capital como responsables de haber “acompañado”, dejando hacer, a una dictadura militar salvaje y despiadada de la que a la postre se beneficiarían. Una visión que coloca en un lugar pasivo al poder económico respecto del golpe del 76, de sus métodos y de su génesis. Sin embargo, la historia ofrece datos que permiten revisar su verdadera o probable responsabilidad en la gestación y ejecución de la masacre. El vuelco más dramático en la política económica del último medio siglo, aquel que abrió un período de tres décadas perdidas en materia de derechos laborales, seguridad social, salud y educación pública, no se produjo el 2 de abril de 1976, cuando el ministro de Economía del dictador Videla, José Alfredo Martínez de Hoz, lanzó su plan económico. El inicio de ese proceso tuvo lugar 10 meses antes, el 4 de junio de 1975, cuando todavía bajo el gobierno democrático de Isabel Perón, su flamante ministro de Economía, Celestino Rodrigo, lanzara un megaajuste económico que provocó una brutal transferencia de ingresos a favor de los sectores dominantes y sentenció a muchos sectores industriales a la desaparición. Quedó inscripto en la historia con un nombre, el “Rodrigazo”, que refiere al ministro que lo anunció, aunque el verdadero autor permaneció oculto y nunca fue responsabilizado por las consecuencias sociales del plan: su viceministro, Ricardo Mansueto Zinn. Ya antes de 1975, el país había soportado varios ajustes, con devaluaciones para compensar desequilibrios de balanza de pagos (necesidad de dólares para seguir pagando importaciones o deuda), o con subas de tarifas o de impuestos para superar déficits fiscales (en las cuentas públicas). Todos tenían un rasgo o consecuencia común: un efecto doloroso para la población. Pero el Rodrigazo tuvo rasgos particulares: la “corrección” simultánea del valor del dólar, las tarifas públicas y los combustibles. Tuvo tal grado de brutalidad que partió en dos la historia económica argentina. El modelo keynesiano-desarrollista de pleno empleo, de protección de la industria nacional, de nivel de consumo relativamente elevado –en el contexto latinoamericano–, de seguridad social y expectativas de ascenso social; que hasta las dictaduras anteriores habían intentado preservar (Onganía, Levingston y Lanusse, entre 1966 y 1973), quedaría enterrado por décadas. El nuevo modelo de fuerte concentración económica basada en los negocios de los grupos económicos con el Estado y con capitales extranjeros, la economía extractivista primarizada (petróleo y productos agrícolas) que reemplazaría a la actividad industrial extendida, la dependencia extranjera a través de la deuda y la apertura importadora, y el predominio de la valorización financiera sobre la acumulación productiva, se iba a consolidar a partir de la dictadura del 76. Pero no se inició con ella: el Rodrigazo fue el detonante que destruyó el anterior modelo y le abrió paso al que lo sustituiría. ¿Qué había pasado? ¿El grupo de “milicos” que se preparaba para el asalto al poder no eran “tan nacionalistas” como sus antecesores? ¿O había un poder económico dominante por detrás de ellos que digitaba sus acciones? Dejemos de lado, por ahora, la respuesta. Pero analicemos la hipótesis de que ese bloque golpista, quizá mixto (cívico mi-
litar), logró apoderarse de los resortes del gobierno diez meses antes, con un gobierno peronista debilitado desde la muerte del General Perón (1° de julio de 1974), una presidenta sin control de la situación y un hombre fuerte (José López Rega) dispuesto a negociar sin escrúpulos para poder sostener el gobierno. Rodrigo llegó al Ministerio de Economía por impulso de López Rega, ministro de Bienestar Social, de quien era subsecretario. Zinn, su segundo, llegaba desde afuera del gobierno, por sus fuertes vínculos con los grupos empresarios, particularmente el CEA (Consejo Empresario Argentino), que integraba Martínez de Hoz y que tuvo activa participación desestabilizadora en las semanas previas al golpe del 24 de marzo. En el CEA se destacaban las presencias de Techint, Fortabat y Pérez Companc, justamente los grupos que fueron beneficiarios de contratos con el Estado en dictadura. Rodrigo juró en su cargo el 2 de junio y 48 horas después anunció el plan de ajuste. El valor del dólar aumentaba al doble (100 por ciento), aunque el impacto en el mercado paralelo (no había venta libre) llegó al 160 por ciento. Las tarifas de servicios públicos tuvieron ajustes del 40 al 75 por ciento; los combustibles, 180 por ciento; los pasajes en colectivo y en tren, 50 al 120 por ciento. Y todo, de un día para el otro. Los precios de los artículos de consumo fueron remarcados de inmediato en proporción a esas subas. Los salarios, con un ajuste general del 46 por ciento, quedaron rezagados, pero se desató un nivel de conflictividad y de inflación que ya no se detendría. El objetivo declarado era controlar el déficit fiscal y el desequilibrio de la balanza de pagos. El no confesado: provocar una fabulosa transferencia de ingresos a favor de los bloques dominantes (los que pueden decidir los precios de los productos que venden) y un descalabro final del gobierno constitucional. Al menos, estos dos últimos objetivos fueron logrados. El CEA celebró el plan. Para la investigación (periodística o judicial), a veces los hechos hablan por sí solos, pero si lo confiesan sus responsables, mejor. Ricardo Zinn publicó en agosto de 1976 (cinco meses después del golpe) una obra donde se refería al sangriento proceso abierto el 24 de marzo como “la segunda fundación de la República”. Al gobierno peronista de 1973 a 1976, allí lo describía como el “peor gobierno de la historia argentina”. ¿Cómo explicaba su participación? “Mi padre, un teólogo alemán con un sentido muy ascético y riguroso de la vida, me enseñó que la función pública era un deber que sólo se podía eludir si uno no estaba seguro de ser útil a la comunidad”, escribió. Y su aporte a la comunidad fue nada menos que, como explica, ponerle freno a “la aceleración destructora del país”. ¿Cómo lo hizo? “Los indicadores económicos debían seguir empeorando, para obtener el necesario saneamiento sobre el cual se pueda construir un proceso de crecimiento autosostenido” [R. Zinn, prólogo de La Segunda Fundación de la República, citado en El Rodrigazo, el ajuste que cambió al país, de N. Restivo y R. Dellatorre]. Rodrigo fue preso después del golpe con otros ex funcionarios, sometidos a investigación patrimonial. Zinn, en cambio, fue nombrado en el equipo de asesores de Martínez de Hoz. Murió en un accidente de aviación en la década del 90, cumpliendo funciones en YPF (vicepresidente) para el gobierno menemista. Miles de muertes y desapariciones se le deben también a señores que ni siquiera fueron citados a prestar declaración, y a una clase empresaria a la que ellos representaron. Es de estricta justicia no olvidarlo. Ni callarlo.
Este ejemplar contó con el aporte solidario de: Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA), Sindicato de Empleados Públicos (SEP Córdoba), Asociación Bancaria - Seccional Córdoba, COOPI (Cooperativa Integral Carlos Paz), Asociación Gremial Empleados del Poder Judicial (AGEPJ), Sindicato de Luz y Fuerza - Córdoba, Fundación Electroingeniería
F a m i l i a r e s d e D e s a p a r e c i d o s y D e t e n i d o s p o r R a z o n e s P o l í t i c a s d e C ó r d o b a •H . I . J . O . S . ( H i j o s e H i j a s p o r l a I d e n t i d a d y l a J u s t i c i a c o n t r a e l O l v i d o y e l S i l e n c i o ) Santa Fe 11, Bº Alberdi | Córdoba, Argentina | Tel: (0351) 425 6502 | famdesapcba@yahoo.com.ar | hijoscba@hijos.org.ar | www.eldiariodeljuicio.com.ar