E L D IARIO DEL J UICIO L A P ERLA · C ÓRDOBA · A RGENTINA P · A V · N$ 28 · E 19 A 1 S 2013 · : 1853-8290
LAS AUDIENCIAS DE LAS ÚLTIMAS SEMANAS ACUMULARON LARGOS Y PORMENORIZADOS TESTIMONIOS
R E G P
El sorprendente relato de un testigo imprevisto EL INGENIERO SIMÓN DASENCHICH –EX DIRECTOR DE LA EMPRESA EPEC– RELATÓ EL SECUESTRO DE GRACIELA GEUNA Y EL ASESINATO DE SU ESPOSO JORGE CAZORLA, HECHOS QUE PRESENCIÓ POR CASUALIDAD EN JUNIO DE 1976. GEUNA, POR SU PARTE, PRESTÓ TESTI-
MONIO ANTE EL TRIBUNAL EN UNA LARGA AUDIENCIA DE SIETE HORAS DE DURACIÓN, EN LA QUE DESMENUZÓ EL ACCIONAR DEL TERCER CUERPO DE EJÉRCITO. ENTRE OTROS TESTIGOS, TAMBIÉN TESTIFICÓ CARLOS PUSSETTO, EN VIDEOCONFERENCIA DESDE BARCELONA.
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Entrevista a Jorge Auat, fiscal de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Nación Páginas y · P C P
M P
La historia de la recuperación de los restos de las víctimas del terrorismo de Estado Página
C
Manuel Bomheker
Los prófugos: nuevos casos, viejos problemas
Simón Dasenchich. Durante años retuvo en su memoria los hechos que casualmente presenció en el Área Material Córdoba. Ahora pudo ponerles nombre y apellido.
“En ninguno de los otros países de la región en los que se llevan adelante juicios por estos crímenes los imputados optan por la vía del escape”. P L B · Página
EDITORIAL
Sobrevivientes Sobrevivir no es solamente seguir vivo. Quienes nos llamamos sobrevivientes del terrorismo de Estado podemos hoy hacer algunas disquisiciones acerca del significado sociológico que tiene nuestra condición: el ser parte de una generación diezmada, entremezclada por héroes y demonios. Pero haber pasado por campos de exterminio y estar declarando en estos juicios, significa algo más que estar vivos. Poder relatar de cara a un tribunal de la nación y dándoles la espalda a los represores, los límites de indignidad a los que fuimos sometidos, es posible sólo parándose en la fortaleza de la verdad.
Los juicios como instancia jurídica y pública permiten a todas las víctimas ser escuchadas. Y también es una posibilidad para escucharse. Esto sirve como articulador de una variedad de visiones acerca de cómo participaron o no los prisioneros, quienes estando en situación de denigrante sometimiento y esclavitud fueron obligados a asumir roles que nunca eligieron. Estos debates se van dando en el transcurso del juicio, y creemos que debemos abordarlos. Aunque no le compete a este diario echar a rodar definiciones, sí reconocer que la estigmatización de las víctimas como ‘colaboradores’ es lo que los represores intentan instalar en
sus defensas, negando su condición de víctima y restándole así valor a su palabra. Pero las pruebas surgen a montones. La restitución de los cuerpos, la aparición de fosas, la cantidad de juicios que se llevan adelante en el país son la prueba de que vamos por buen camino, y eso los pone nerviosos. Quienes convivieron con la impunidad se sintieron apoyados desde los monopolios mediáticos y hoy le temen a una Ley de Medios que desnuda sus complicidades. Algunos optan por permanecer prófugos, mientras otros ensayan amenazantes pasos de comedia. Próximos a cumplir 30 años de democracia,
aún queda mucho por hacer. Estos días participamos de un ejemplo electoral a la vez que festejamos la restitución de la identidad de un nieto más. Ya son 109, y seguimos contando. Distinguir las contradicciones es un ejercicio que las Madres nos enseñaron y lo siguen aplicando. Profundizar esta democracia es lo principal, y es una manera de avanzar en la búsqueda de la verdad y la justicia. Aún nos quedan muchos nietos por hallar, muchos prófugos por encontrar y muchas crueldades por juzgar. Pongamos el esfuerzo en lo más importante: vivir con la dignidad que nunca nos pudieron arrebatar.
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EL JUICIO POR DENTRO
19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia
NUEVOS TESTIMONIOS SOBRE LAS TORTURAS EN LA PERLA • CREATIVOS DEL HORROR
MARÍA ELBA MARTÍNEZ
¡Hasta siempre! Sebastián Puechagut
La perversión del método D B, C P L P. R . “U ”, . Manuel Bomheker
Desde Barcelona. La sala de audiencias, instantes antes de que comenzara la videoconferencia con el testigo Carlos Pussetto.
rojo que atravesaba todo ahí adentro”, señaló Pussetto.
P Pussetto: “No puede ser que existan proyectos políticos que generen estas situaciones, que hagan con ellos lo que hicieron con ellos, para que ellos hagan con nosotros lo que hicieron con nosotros”. videoconferencia desde el consulado argentino en Barcelona. La megacausa La Perla ocurre en tiempo real, pero lo allí narrado por los testigos se resignifica y recobra valor constantemente, pese a la distancia con el momento de las enunciaciones. “N . A ”. Con esa frase, el ex Mayor Barreiro (imputado en la causa) se encarga de explicar a Pussetto su suerte. El joven militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) fue secuestrado por fuerzas militares el 22 de noviembre de 1976, cuando se dirigía a Cosquín para cumplir con sus compromisos laborales de pintor. Eran las ocho y veinticinco de la mañana. Para que comprendiera cabalmente, Barreiro agrega: “Vos te moriste esta mañana. Desde las 8:30, es-
tás muerto”. El flagelo al que eran sometidos los presos políticos no tenía que ver únicamente con torturas físicas, sino que recaía sobre toda la integridad del ser humano. “El 17 de febrero un sargento de apellido Facino me lleva a una oficina y me dice: «Hoy te vamos a fusilar». Para mí fue un alivio. Le pido despedirme de Mabel, mi compañera, a quien habían secuestrado unas semanas después de mí, y me contesta: «No, a los hijos de puta como vos no se les puede permitir eso». Me dejan en la oficina. Vuelven y me ponen una copa de sidra en la mano y me cantan el feliz cumpleaños”. Ese, efectivamente, era el día de su cumpleaños, y esa era la perversidad del método. “La ambigüedad profunda: «Te regalo flores y mañana te reviento en la tortura». Eso era un hilo
EL CASO DEL SOLDADO BUSTOS • HACIA ADENTRO DE LAS FUERZAS ARMADAS
Sin lugar para el disenso B 1976. El plan del horror no debía tener fisuras externas, y muchos menos internas. Todo lo que pudiera constituir un cabo suelto representaba un peligro para los represores en el poder. Los presos políticos fueron torturados, deshechos psicológicamente y asesinados sin piedad. Pero la persecusión y los tormentos fueron extensivos para quienes, dentro de las fuerzas militares, intentaron rehusarse a ser parte del genocidio. Oscar Morán –incorporado al Ejército el 10 de agosto de 1976– brindó testimonio el pasado 8 de
agosto. Fue testigo de un caso donde resultó asesinado Jorge Dante Bustos, un efectivo de las fuerzas. Morán contó que fue él quien le tomó los datos para la planilla de ingreso al Ejército. Luego aseguró que a principios de septiembre empezó a correr el rumor de que Bustos había desaparecido, “que era desertor”. Poco después, según relató Morán, un suboficial le comentó que Bustos “iba disparando para el norte, y lo pescó el Ejército y lo liquidó”. Sin embargo, el ex militar describió varias situaciones en las
que sus compañeros de armas habían ido tras el soldado Bustos. “Una vez, en un descanso, un compañero que era chofer, Roldán, me dice: «Ya hemos ido dos o tres veces a buscarlo y, la última vez que fuimos, el teniente Romero le mató el perro en la casa». Después supe que Bustos había ido a buscar la libreta (al Destacamento 141) porque le habían dado de baja por razones de salud... y ese día desapareció”. Esto sucedió el 10 de septiembre de 1976, cuando Bustos contaba con 20 años de edad. Aún permanece desaparecido.
“L”. La confianza era un sentimiento esquivo para quienes eran sometidos a tanta atrocidad en los centros clandestinos de detención. El método también consistía en generar una sensación de soledad absoluta, de inseguridad. Para ello existían acciones como el “lancheo”. “Nos obligaban a recorrer la ciudad y nos mostraban en la calle para marcar gente, para seguir reproduciendo la cadena de secuestro y tortura. La reacción de los compañeros era algo demoledor”.
TESTIGOS • LUIS URQUIZA: EXILIADO EN DEMOCRACIA
Candidato reclamado E O A . El actual candidato a diputado nacional por la UCR, Oscar Aguad, era Ministro de Seguridad en 1997 cuando –merced a reiteradas amenazas contra su persona– Luis Urquiza debió volver a exiliarse en Dinamarca. Allí había recidido hasta 1993, cuando decidió retornar al país acompañado de su familia. Durante esos años, el diputado provincial Atilio Tazzioli se encontraba realizando una investigación acerca de la incorporación de represores a las fuerzas de seguridad provincial en plena democracia. Urquiza se reunión con él para corroborar esa información. Precisamente, Carlos Yanicelli (miembro de la patota del D2, condenado en la causa Videla e imputado en este juicio) había sido designado Jefe de la Policía en aquel momento, por el mismísimo Aguad. Cuando se hizo pública la denuncia de Tazzioli, Urquiza comenzó a ser amenazado de muerte. Tras no recibir el resguardo del dirigen-
Manuel Bomheker
Lo que se anunció como una simple introducción previa al testimonio, resultó ser una pieza de literatura realista brillante; trágica y brillante. Poner en palabras el horror, explicarlo, hacerlo dimensionable, es una empresa espinosa, difícil. Pero Carlos Pussetto tomó una hoja y en la antesala al relato de sus días en La Perla, leyó esas líneas –las suyas y de tantos otros– que enmudecieron la sala de audiencias de Tribunales Federales II. “En La Perla se saltaron y sobrepasaron sus propias leyes, las que ellos mismos impusieron. Saltaron su propia humanidad. Pero sacrificar su propia humanidad formaba parte del método que ellos mismos crearon. Lo que los prisioneros fuimos obligados a hacer no puede ser evaluado por los parámetros de hoy. Uno no era penetrado sólo a través de la tortura física, sino que penetraban en nuestra noche, en nuestra infancia, en nuestro afecto y en nuestra taza de agua diaria. Caer en La Perla no era solamente caer en una comisaría, no se trataba sólo de aguantar la picana. Era infinitamente más complejo y profundo. El muerto quería vivir y el vivo quería morir”. Así describía el testigo aquellos momentos dramáticos que le tocó vivir allá por el año 76. Su declaración tuvo lugar el 31 de julio pasado a través de una
La búsqueda de verdad y justicia signó la trayectoria de María Elba Martínez, abogada cordobesa del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) que falleció en la mañana del domingo de agosto. Su lucha señaló la complicidad de poderes en lo que hoy se define certeramente como dictadura ‘cívico-militar’. Investigó el rol de empresas como Mercedez Benz, Papel Prensa o la financiera Condecor –gerenciada por el jefe de La Perla, Héctor Verges–, además del despojo a los hermanos Iaccarino y el robo de bienes de desaparecidos. Junto a Adolfo Pérez Esquivel, puso al descubierto la complicidad de la Iglesia Católica denunciando al Arzobispado de Córdoba, presidido en ese momento por Raúl Primatesta. Desde una visión amplia de los DDHH, María Elba llevó adelante causas contra las privatizaciones y contra la corrupción del gobierno de Angeloz. Fue abogada querellante en el caso Maders, representó a la familia de David Moreno –el niño asesinado por la policía el de diciembre de –, y a las Madres de Barrio Ituzaingó. Fue querellante en los juicios Menéndez II () y Videla (), y su lucha llegó hasta tal punto que la causa que constituye el núcleo del juicio La Perla lleva su nombre: “Adolfo Pérez Esquivel - María Elba Martínez, su denuncia”.
te radical, decidió irse del país. “En el juicio de 2010, Aguad fue mencionado no sólo por mí, sino también por el periodista Mariano Saravia y por el ex fiscal de Estado, Alberto Zapiola. Pero no se lo citó para que diera explicaciones sobre lo ocurrido en 1997”, señaló Urquiza. Luego agregó: “Ni siquiera fue capaz (Aguad) de leer el Nunca Más, donde ya estaba mencionado Yanicelli; ni la causa en la que había sido procesado en el 87, que no prosperó por el levantamiento carapintada”.
EL JUICIO POR DENTRO
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 28
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INSTANTÁNEAS DEL HORROR • UN LIBRO SOBRE LA PERLA LE PERMITIÓ AL TESTIGO PONERLE NOMBRES A LAS VÍCTIMAS DE UN SECUESTRO Y HOMICIDIO
Providencia y memoria combinadas para reconstruir un alevoso crimen E S D G G J C. P , G . A P, .
E . Ese día, Simón Dasenchich salía de la AMC en el mismo instante en que la joven pareja intentaba fugarse de sus captores, y presenció el asesinato por la espalda de Cazorla y la recaptura de Geuna. “Escucho uno o dos estampidos que proceden de la ruta 20. Un muchacho con el torso desnudo corre en dirección al Centro. Se siente un nuevo estampido y él cae. Giro la cabeza bus-
P “Un muchacho con el torso desnudo corre hacia el Centro. Se escucha un estampido y cae... Veo a una persona levantándose, con un arma en la mano... y correr hacia el caído”, relató Dasenchich, ex trabajador del Área Material Córdoba. con los crímenes es antes que nada social. Hubo treinta años de normalización de los desaparecidos por parte de la sociedad. Hicieron todo lo posible para enajenarnos a nosotros mismos. Después de lo vivido, creo más que nunca en la humanidad, por la intransigente, enconada, empecinada búsqueda de justicia en este país”, reflexionó Geuna.
Nicolás castiglioni
Militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), los esposos Graciela Susana Geuna y Jorge Omar Cazorla fueron secuestrados la siesta del 10 de junio de 1976 de su casa en barrio General Paz por una patota del Ejército. A pesar de su resistencia, los metieron en sendos autos, que arrancaron rumbo a La Perla. En el camino, Graciela pudo abrir desde adentro el baúl y saltó a la ruta, mientras Jorge aprovechaba la confusión para escapar. A ella la recapturaron frente al Área Material Córdoba (AMC): “Me metieron en el auto y se acostó un tipo encima mío y otro al otro lado, y me dijo: «Tu marido es boleta»”, recordó la testigo. Una vez en La Perla, la obligaron a asomarse al baúl del otro auto y ver el cadáver de su esposo, al que “le salía sangre del pecho”. Para Geuna, el victimario de Cazorla fue el imputado José ‘Chubi’ López, entonces personal civil de Inteligencia. “Yo no lo vi, pero adentro lo decían. López me odiaba, quería que me mataran porque él sabía que este momento iba a llegar”, recordó.
Amelia Yolanda Pafundi. Brindó su testimonio el jueves de agosto y contó cómo los genocidas quemaban los cuerpos con cal viva.
cando el origen del sonido, y veo un Fiat 125 o 128 con el baúl abierto, y al lado una persona levantándose como si hubiera estado rodilla al piso con un arma en la mano; corre hacia el caído”. “Corro para comentar al guardia lo que vi, cuando veo que viene corriendo una jovencita, gritando: «¡Sálvenme! ¡Me van a matar!». Era muy jovencita. La venían persiguiendo y ella cae, con las manos atadas atrás. En un santiamén, el que venía atrás con un revólver en la mano, muy corpulento, la levanta y se la lleva”. Así relató Dasenchich a los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 1 las escenas que habían quedado congeladas en su memoria. Durante muchos años, para él, esas víctimas no tuvieron nombres.
Lo que les dio identidad fue un libro en el que el ingeniero y funcionario del Correo Argentino leyó lo que entonces había visto: La Perla - Historia y testimonios de un campo de concentración, de Ana Mariani y Alejo Gómez. Así fue que Dasenchich se puso en contacto con Geuna, y los abogados que la representan como querellante –y luego la Fiscalía– lo propusieron como testigo. Finalmente pudo denunciar lo que aquel día intentó en vano al escribir en un acta que, ni los custodios de la Fuerza Aérea en la AMC ni los policías de la Seccional 10ª, quisieron recibirle. V . Desde su exilio en abril de 1979, Graciela Geuna ha declarado en numero-
IMPUTADOS · ADMITIÓ LAS DESAPARICIONES Y SU PASADO CARAPINTADA
La doble confesión de Barreiro “Yo cumplía órdenes y no me escudo detrás de eso. Pero podía suponer qué les pasaba. Ese es un tema de cada uno, no hace a mis responsabilidades”, contestó el ex mayor Ernesto Barreiro a la pregunta del abogado Miguel Ceballos sobre el destino de los prisioneros “trasladados” desde el campo de La Perla. “¿Y qué les pasó?”, insistió el querellante. “Mire, supongo que no están... Yo suponía que iban a desaparecer”, fue la reveladora respuesta del imputado. A su vez, ante el pedido de Claudio Orosz –abogado querellante– para que aclare cuáles eran los “métodos no ortodoxos” de interrogatorios a los que se
había referido, Barreiro relativizó: “Hay personas que dicen que fueron torturadas por haber permanecido atadas y vendadas en un calabozo sin poder hablar con nadie. ¿Eso es tortura? ¿Una bofetada es tortura? ¿Un plantón es tortura? Bien, entonces todo es tortura”. El ex oficial de Inteligencia había comenzado su alocución con una referencia al levantamiento “carapintada” de abril de : “Un testigo dijo que yo salgo en una foto con el coronel Aldo Rico, con casco y uniforme de combate, durante Semana Santa del . En el , hubo dos focos: Córdoba y Campo de Mayo. En Córdoba, soy yo el iniciador”.
sas ocasiones desde el exterior. El 1º de agosto se sentó por primera vez ante un tribunal argentino para contar su experiencia como sobreviviente de uno de los más feroces centros de exterminio de la dictadura. Durante siete horas, Geuna aportó datos sobre los numerosos crímenes del staff de La Perla. En particular, trazó un perfil de Héctor Pedro Vergez, el primer jefe del ex CCD, quien “se atribuía la creación del Comando Libertadores de América y varios de sus crímenes”. “Incluso después de su traslado a Buenos Aires, siempre volvía. No podía vivir sin La Perla”, reveló. “El campo existe en el marco de una sociedad que lo normalizó. El proceso para familiarizarse
D . A sus 80 años, Amelia Yolanda Pafundi declaró sobre la desaparición de su hija embarazada Alicia Noemí Giunto y su yerno, y sobre su propio cautiverio en La Perla, a donde la llevaron para disuadirla de que no los buscara. Estando vendada, un interrogador le inquirió: “¿Por qué busca a su hija?”. “Perdón, ¿el que habla es hombre o mujer?”, le preguntó Amelia. “¡Hombre!”. “Entonces sólo alguien que ha llevado a un niño en su vientre durante nueve meses puede entenderme”. Tiempo después de su liberación, supo por conocidos que vivían en cercanías de La Perla, que “los militares quemaban los cuerpos con cal viva”.
TESTIMONIOS · MARÍA ISABEL GIACOBBE
“Superaron todas las barreras” María Isabel Giacobbe fue secuestrada en julio de frente a la Facultad de Ciencias Económicas. En La Perla sufrió las mayores aberraciones. Dos personas la miraban desde un Ford Taunus verde mientras se reían irónicamente. “No sabía lo que estaba pasando, pero empecé a pedir socorro. Ahí me pegaron dos trompadas”, expresó la testigo ante el tribunal. La secuestraron y, una vez arriba del auto, el propio Luis Manzanelli le cubrió la cara con su campera. Su primer destino fue La Perla. Allí sufrió las torturas más terribles. María Isabel Giacobbe estaba embarazada, pero desde el principio intentó disimularlo
por miedo a sufrir aún peores vejaciones. Finalmente, dio a luz en la cárcel y su hijo tiene hoy años. La testigo dijo reconocer a algunos de los imputados. Además de Manzanelli, a ‘Gino’ Padován y Ernesto Barreiro. La llevaban a la ‘parrilla’ para torturarla. “Un día me dicen que me desnude. Empiezan a estaquearme a una cama de bronce antiguo y me aplican la picana en los pies”, relató Giacobbe. En una ocasión, le bajaron la venda y le mostraron dos mapas: uno del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y otro que decía Montoneros. Ambos tenían alfileres con tarjetas de colores.
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INFORME ESPECIAL • LOS GENOCIDAS PROFUGOS Y EL RIESGO Q
19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia
REPORTAJE • JORGE AUAT, FISCAL GENERAL DE LA PROCURADURÍA DE CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD, Y UN DEBATE PENDIENTE | Por César Pucheta
Nichos del sistema judicial en los que se refugia la política de impunidad Foto: gentileza Ministerio Público Fiscal
E H M C P , . E S J, J A, U F C C L H, . Gustavo Ramón de Marchi y Jorge Antonio Olivera fueron condenados a reclusión perpetua y 25 años de prisión respectivamente, a principios de julio pasado, en el histórico juicio que se concretó en el Rectorado de la Universidad Nacional de San Juan. El 25 de julio, luego de ser trasladados al Hospital Militar Central Cirujano Mayor Doctor Cosme Argerich, se escaparon y aún permanecen prófugos. El caso de Olivera y De Marchi vuelve a poner sobre el tapete cuestiones que tienen que ver con el funcionamiento del sistema judicial en torno a las causas vinculadas con los crímenes cometidos durante la última dictadura. “Para mí, el caso de San Juan amerita que, por lo menos, se analice cuál es el grado de responsabilidad que permitió un traslado que luego dio lugar a la fuga. Hay mucha tela para cortar acá, porque lo sucedido habilita, naturalmente, suspicacias. Lo que yo digo ahora no es con la intención de poner a alguien bajo sospecha. La sospecha es natural, surge por el sólo hecho de observar el caso. En este caso hay una evidente maniobra por parte del imputado y esa maniobra no es advertida por los operadores judiciales. Los imputados se presentan y pretenden traslados, cuando las patologías no son lo suficientemente graves y los informes médicos carecen de claridad. Uno advierte que esos informes habilitan que antes de su análisis esté definida la situación. Algo extraño parece estar sucediendo. Pero de todas formas, la responsabilidad del operador judicial es tomar
todos los recaudos, que acá parecen no haberse tomado. Y eso se paga con moneda de impunidad”, comentó al respecto el doctor Jorge Auat, titular del organismo encargado de la coordinación y seguimiento de las causas por violaciones a los derechos humanos. U . En nuestro país hay alrededor de sesenta prófugos que deberían estar dando respuestas ante la justicia por su participación en crímenes cometidos durante la última dictadura. Más allá de que cada uno de los casos merece ser analizado de manera particular, Auat propone mirarlos desde tres ángulos. “Hay casos de detenidos profugados, como los de San Juan, en los que se refleja la falta de previsión de los operadores judiciales”. En estos, esa falta de previsión aparece como uno de los temas centrales. Si se analiza la situación, se comprende que hay operadores judiciales que, según Auat, “disponen las medidas desde una perspectiva poco responsable. Porque si uno se detiene en las razones por las que se da lugar al traslado, las patologías presentadas no son patologías que habiliten a pensar en tomar esa medida. Puntualmente, es difícil pensar que una patología dermatológica o psicológica justifique un traslado a Buenos Aires. Uno se resiste a pensar que San Juan no tenga un dermatólogo o un psicólogo". Otro de los puntos desde los que se puede analizar la situación de represores fugados tiene que ver con quienes em-
Jorge Auat. Según el fiscal general, deben acelerarse las causas para evitar el peligro de la impunidad.
“Es difícil pensar que una patología dermatológica o psicológica justifique un traslado a Buenos Aires”. prenden su escape a partir de haber sido beneficiados con excarcelaciones otorgadas por los funcionarios judiciales. Hay también aquí falta de previsión y, además, una decisión jurídica que abre la posibilidad a los detenidos a accionar de esta manera. O sea, existen tribunales que otorgan la excarcelación a los imputados y cuando se ordena nuevamente su detención para avanzar en el proceso, se cae en la cuenta de que se ha concretado una fuga.
GUSTAVO OLIVERA Y JORGE DE MARCHI • SIGUE LA BÚSQUEDA DE SUS PARADEROS
Los genocidas fugados continúan prófugos Los fugados: Jorge Olivera (izquierda) y Gustavo De Marchi (derecha).
Los represores, que el pasado 4 de julio habían sido condenados a prisión perpetua y a 25 años de cárcel en San Juan, desaparecieron sin dejar rastro. Se fugaron del Hospital Militar Cosme Argerich de Buenos Aires, luego de la sentencia. El gobierno argentino ofrece una recompensa de dos millones de pesos a quien aporte información sobre su paradero. La justicia federal ya realizó dos allanamientos en el límite entre Misiones y Corrientes, pero no tuvieron resultados positivos.
Por otro lado, está el caso de las personas que son citadas a la indagatoria y no se presentan. “Eso se paga con moneda de impunidad”, dice Auat, quien aclara que el principal problema de la existencia de prófugos es la imposibilidad de avanzar en los procesos, ya que “si uno no tiene sujeto al cual imputar, no hay juicio. Y si no hay juicio, hay impunidad”. “Una vez que existe el prófugo, uno debe tomar medidas para ordenar las detenciones, pero eso ya es un tema de otras agencias, como las de prevención o las policiales. Una de las medidas que se tomaron en torno a este tema, se basa en las propuestas por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que estableció el financiamiento del terrorismo como uno de los crímenes conexos al lavado. Argentina adhirió a ese tratado en diciembre del año 2011. La particularidad local es que se agrega una definición de terrorismo de Estado y en esa definición se establece el listado de prófugos. A partir de eso, la legislación establece la posibilidad de congelar los bienes sin aviso previo. Eso nos da la posibilidad de congelar automáticamente los movimientos de cuentas de los prófugos. Desde que ese mecanismo se puso en marcha, hubo cinco casos en los que los represores terminaron por ser detenidos. En todos ellos, los prófugos se presentaron en los bancos para ver qué pasaba y fueron detenidos, algo que demuestra también la impunidad con que muchas de estas personas se mueven todavía en la Argentina”. E . “Hay dos ámbitos de análisis en estos casos”, dice Auat, “uno es el jurídico-judicial, donde el juez ordena la captura, y otro cuando la orden
QUE COMPORTAN PARA EL AFIANZAMIENTO DE LA DEMOCRACIA
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 28
CASOS PARADIGMÁTICOS • NORBERTO TOZZO Y ERNESTO BARREIRO
Dos prófugos que mandaron de vuelta ya está en manos de quienes deben emprender la búsqueda. Y allí los análisis deben realizarse sobre cada caso puntual para determinar el lugar de la grieta del sistema. Pero yo soy un convencido de que en general el tema de los prófugos debe ser enmarcado en la historia de las causas. Porque todos estos procesos estuvieron marcados por políticas de impunidad y estrategias de impunidad. Así, tenemos, por un lado, a la impunidad normativa –que tiene que ver con la vigencia de las leyes–, y la impunidad estratégica –que consiste en utilizar todos los recursos procesales para concretar un proceso ‘eterno’, sin conclusión–”. Desde la unidad que realiza los seguimientos de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura, hace tiempo que se han reorientado los objetivos. Se busca mejorar los resortes jurídicos para evitar el riesgo que representa la dilación de los procesos, que muchas veces conlleva como principal peligro la posibilidad de la fuga. “La nulidad de las leyes de impunidad tiene diez años y ese no es un dato menor a la hora de analizar el proceso. Por un lado, tenemos juicios que se eternizan y no permiten una reconstrucción histórica sobre lo que sucedió. O se los atomiza en pequeños juicios con pocos imputados y pocas víctimas. Esa dilación y esas decisiones tienen sus responsables y esos responsables están dentro del sistema judi-
E ‘N’ B. N T. Es Había sido detenido uno de los responsaen en Córdoba. bles de la ‘Masacre de Cuando la Cámara FeMargarita Belén’, ocuderal lo convocó a derrida el de diciemclarar, él se negó y bre de . En el año ese fue uno de los ar se fugó a Brasil, gumentos para la reluego de que un hávuelta de la Semana beas corpus concediSanta de ese año, que do por la Cámara Federivó en la aprobaderal de Apelaciones ción de la Ley de Obede Resistencia dejara diencia Debida. Con sin efecto una orden su mujer, Ana Delia de captura emitida Maggi, Barreiro huyó por la Justicia Federal. a Estados Unidos en En el fue deteniCapturado en Brasil. Norberto Tozzo. . Pero en el , do en Río de Janeiro y extraditado a la Argentina en mayo de la justicia norteamericana lo detuvo en . Al conceder la extradición, Brasil Arlington por haber proporcionado dadeterminó que la causa de los asesina- tos falsos en su ingreso al país. En Estatos había prescripto, lo que imposibilita dos Unidos, Barreiro fue condenado a que el represor sea juzgado por esos he- seis meses de prisión para luego ser dechos. Con lo cual, Tozzo fue juzgado úni- portado. Hoy es uno de los acusados camente por privación ilegítima de la li- que está sentado en el banquillo en la megacausa La Perla - La Ribera. bertad de sólo cuatro personas.
cial, que todavía tiene nichos en los que se refugia la política de impunidad. Nosotros hemos advertido muchas veces que el gran problema es el tiempo que tardamos en llegar al juicio. Y es necesario avanzar en propuestas que aceleren las causas porque estamos en permanente peligro de impunidad. Son hechos que su-
cedieron hace muchos años. Los imputados están en una situación biológica que acrecienta el riesgo a medida que pasa el tiempo. Y eso pasa también con las víctimas. Muchos se mueren antes de conocer la sentencia en los juicios en los que sus familiares son víctimas. A mi modo de ver, en esos casos también hay impunidad”.
INFOGRAMA • TODOS LOS IMPUTADOS PRÓFUGOS EN EL PAÍS
Quiénes son los prófugos L J E, P C I, P (F P), A S P. L C E L S (C), 57 . 1-BUENOS AIRES Rubén Eduardo Alcuri Eduardo Alfonso Aldo Mario Álvarez Carlos Alberto Arroyo Néstor Ramón Buzatto Fernando Federico Delgado Jorge Luis García Miguel Ángel García Moreno Roberto Oscar González Luis Esteban Kyburg Juan Carlos Linares Ricardo Joaquín Molina Emilio Alberto Rimoldi Fraga Teodoro Sabbino Pedro Osvaldo Salvia Mario Alfredo Sandoval Eduardo Salvador Ullúa Juan Carlos Vázquez Sarmiento Raúl Arturo Viglizzo Jorge Raúl Vildoza Ricardo Luis Von Kyaw 2-MENDOZA Ricardo Alek Walter Tomás Eichorn Efrén Darío Ferreyra
Héctor Adán Giménez Marcelo León Jorge Linares Juan Bautista Lucero Ernesto Guillermo Luchini Vicente Omar Navarro Moyano Guillermo Mario Ocampo José Luis Piedra José Osvaldo Riveiro Humberto Romero Tello Alberto Horacio Silva Ernesto Solas 3-SAN JUAN Gustavo Ramón De Marchi Jorge Antonio Olivera Carlos Luis Malatto Jorge Horacio Páez Eduardo Vic 4-SANTA FE Juan Carlos Francisco Bossi Carlos Isach César Heriberto Peralta Antonio Tuttolomondo 5-SALTA Antonio Arrechea Andrade Oscar Chapur
EL JUICIO, DÍA X DÍA DÍA 65 - MARTES 06/08
La queja mediática “Quiero pedir al Tribunal que se le advierta a la prensa que si van a publicar algo, que sean fotos verídicas”, plantea el abogado Osvaldo Viola, en referencia a una fotografía de los acusados publicada en un diario local con el título: “Amenazas desde el banquillo”. “En una semana donde ha salido un fallo vergonzoso de la Justicia de Córdoba contra el periodismo de investigación (la sentencia contra el periodista Hernán Vaca Narvaja), me parece que no corresponde a este Tribunal decirle nada a la prensa”, le retruca el querellante Claudio Orosz. Por último, el juez Julián Falcucci aclara que el Tribunal no tiene “nada para decir sobre el trabajo del periodismo”.
DÍA 66 - MIÉRCOLES 07/08
Vergez y la seguridad “En los años 70 la gente podía dormir tranquila, no como ahora”, asegura al iniciar su declaración el ex capitán Héctor Pedro Vergez, quien a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 comandó el mayor campo de exterminio del interior del país.
Acosta y la piedad “(Graciela) Geuna dice que me gustaba matar. No sé de dónde saca eso. Si es así, acá hemos visto pasar a mucha gente que estuvo en La Perla, lo que quiere decir que me privé de matar a unos cuantos”, declara el ex capitán Jorge Exequiel Acosta, quien sucedió a Vergez en la jefatura del campo.
DÍA 67 - JUEVES 08/08
El hombre del perfume “(Luis) Manzanelli tenía un perfume de buena calidad. El olor te aterrorizaba...”, rememora la ex prisionera política María Isabel Giacobbe, quien padeció al ex suboficial como secuestrador y torturador en La Perla. La referencia se suma a la de otros testigos que señalaron este particular rasgo del apodado ‘Hombre del Violín’.
6-CÓRDOBA Hugo Armando Barboza Eduardo Bonifacio Ríos
DÍA 68 - MARTES 13/08
7-MISIONES Manuel Alfredo Montenegro
Lisa Beatriz Monje fue secuestrada los primeros días de febrero de 1975 por una patota del ex Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba. Su familia presentó un habeas corpus y quince días después el juez federal Humberto Vásquez ordenó su liberación. “(El juez) le dijo a mi papá que me sacara de la provincia de Córdoba inmediatamente, porque cuando los de Informaciones se enteraran que estaba en libertad, iban a mandar a casa a las Tres A”, narró la testigo.
8-FORMOSA Ángel Ervino Spada 9-CHACO Carlos Domingo Mora 10-ENTRE RÍOS José Darío Mazzaferri 11-TUCUMÁN Héctor Mario Schav 12-JUJUY Juan Carlos Jones Tamayo 13-SAN LUIS Oscar Nicanor Aguirre
Un juez digno
DÍA 70 - JUEVES 15/08
Otra sobre la Fiat y van... El ex obrero de Fiat - Concord, Ettore Forneri, suma una nueva acusación contra la empresa automotriz con sede en Córdoba, por suministrar información sobre sus trabajadores a los represores. “Yo deduzco que ellos tenían información de adentro (de la fábrica), y sospecho que venía de los directivos”, manifiesta el testigo. Al ser Forneri liberado, el coronel Jorge González Navarro le anunció que no lo iban “a molestar más”, pero que “ya estaba despedido de la Fiat”.
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MEMORIAS EN PRESENTE
19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia
RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD · LA RECUPERACIÓN DE LOS RESTOS ÓSEOS DE LAS VÍCTIMAS ENTERRADAS DE FORMA CLANDESTINA
Saldando cuentas con el pasado Foto: gentileza EAAF
E E. P S V. Tanto en la provincia de Córdoba como en el resto del país, las fuerzas de seguridad practicaron un método sistemático y organizado de tortura, donde la detención ilegal se proyectó en el entierro de sus cuerpos en fosas comunes. La inhumación clandestina no sólo implicó la desaparición forzada de personas, sino también la sustracción de sus identidades. Los cuerpos fueron enterrados como ‘NN’ (sigla que significa ‘ningún nombre’) y bajo una lógica común: sin previo reporte a la justicia, sin autopsia que determine la causa de fallecimiento, y sin ataúdes ni elementos de identificación personal. El caso de las fosas comunes descubiertas en el cementerio San Vicente, en la provincia de Córdoba, no fue un hallazgo menor. El dato de su existencia se dio a conocer a través de los testimonios de empleados de la Morgue cordobesa y del personal del mismo cementerio ante la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP), creada en 1984. Los testigos declararon que a partir de 1976 miem-
El trabajo de confrontar el horror. Miembros del EAAF, realizando su tarea en el Cementerio San Vicente (2003).
bros de las fuerzas de seguridad entregaron a la Morgue judicial de la ciudad una gran cantidad de cadáveres sin identificar. En marzo de 1984, personal de la Municipalidad de Córdoba realizó una excavación que destruyó una parte de esa fosa. C . En 2002, comenzó a trabajar en el cementerio San Vicente el Equipo Argentino de Antropolo-
EL EAAF · EQUIPO ARGENTINO DE ANTROPOLOGÍA FORENSE
Una ardua tarea En el año arribó a la Argentina una delegación de científicos forenses enviados por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que reunía a la academia norteamericana. Llegaron para colaborar con el trabajo de la Conadep, y tenían a su cargo una exhumación en el cementerio del Gran Buenos Aires. Un grupo de estudiantes de las carreras de Antropología y Arqueología de la Universidad de Buenos Aires se sumó para prestar su colaboración a la tarea de aquellos científicos. Después de dos años de trabajo, se consolidaron como el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Hoy es una institución legalmente reconocida, no gubernamental e independiente que trabaja en la aplicación de ciencias forenses. A la fecha, han desplegado su tarea en distintos países, donde recuperaron los restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos. Según un informe oficial del EAAF, algunos de los organismos que han solicitado sus servicios son el Tribunal Internacional por Crímenes de Guerra en la ex Yugoslavia de las Naciones Unidas, la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas para El Salvador, la Comisión Especial para la Búsqueda de Desaparecidos en Brasil, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Presidencial Verdad y Justicia de Haití y la Comisión Presidencial de Bolivia para la búsqueda de los restos de Ernesto ‘Che’ Guevara; entre otros reconocidos organismos. La tarea que desarrolla el Equipo consiste en la exhumación de restos óseos para su posterior identificación y devolución a las respectivas familias. En la provincia de Córdoba trabajan los antropólogos Facundo Rivares y Anahí Ginarte, junto a una médica forense y un grupo de la carrera de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba, que colabora con el Equipo. “Nuestra tarea cotidiana es en laboratorio o en campo. Normalmente estamos en el Instituto de Medicina Forense, que es donde tenemos los restos del cementerio de San Vicente”, afirma Ginarte. El EAAF recibe a los familiares de personas desaparecidas en el Museo de Antropología, ubicado en el centro de la ciudad.
gía Forense (EAAF). Al año siguiente se abrió la causa ‘Averiguación de Enterramientos Clandestinos’, tramitada en el Juzgado Federal Nº 3, a cargo de la Dra. Cristina Garzón de Lascano, actuando como fiscal la Dra. Graciela López de Filoñuk. Anahí Ginarte, antropóloga y encargada actualmente del EAAF en Córdoba, explicó a Será Justicia el proceso de trabajo en
San Vicente. “En total exhumamos 135 cuerpos, de los cuales consideramos que aproximadamente cuarenta tienen alguna relación con el terrorismo de Estado. De ese grupo, logramos identificar a quince personas”. El equipo trabaja en coordinación con la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas, proyecto con el cual cruzan información genética de los restos hallados para luego compararla con muestras de sangre de los familiares. “También trabajamos en los alrededores de Campo La Ribera, a partir de las denuncias que fue recopilando el equipo de investigación del Espacio para la Memoria. Desde 2004, además, estamos realizando excavaciones en La Perla –explica Ginarte– y actualmente trabajamos para identificar restos óseos que aparecieron en un pozo de agua en la localidad cercana de Unquillo”. “Una vez que sabemos a quién pertenecen los restos, el juez da la orden de devolución y nosotros le informamos personalmente a la familia. Estamos atentos a su voluntad y a los tiempos que necesitan”, explica la antropóloga del EAAF. “El duelo y la angustia es grande. Para las familias es como si la persona hubiera muerto en ese momento. Pero también es una verdad que estuvo oculta durante años y recién hoy se hace pública. Y a esto hay que comunicárselo a la sociedad”
HISTORIAS DE VIDA • DELEGADO GREMIAL DEL SEP, SUS RESTOS FUERON IDENTIFICADOS EN 2005
Hugo Estanislao Ochoa A los 9 años, ‘Huguito’, como lo llamaban, salía a vender leche a la gente del barrio. En aquel entonces recibía a cambio unos centavos, que eran para él una forma de colaborar con los gastos de la casa. Hugo nació el 13 de noviembre de 1933 en La Cumbre, (Punilla, Córdoba). Hijo de Rosario Díaz y Sereno Ochoa, siendo ya un joven de 20 años, comienza a trabajar en una empresa metalúrgica. Allí siempre defendió los derechos de sus compañeros y estuvo agremiado. Luego fue chofer en el Ministerio de Bienestar Social y delegado del Sindicato de Empleados Públicos (SEP). “Él pensaba que con la política podía cambiar el estilo de vida de las personas más necesitadas. Pensaba en la gente, le daba prioridad a los jóvenes, les andaba buscando actividades para que participen”, rememora Adriana Ochoa, una de sus hijas. Adriana recuerda también que su padre militaba en la Juventud Peronista (JP). En 1952, Hugo conoció a quien luego fue su esposa y madre de sus hijos: Elena. Por ese entonces, la metalúrgica había sido tomada por los empleados y Elena, vecina de la fábrica, solía pasar caminando por aquellas calles. Hugo, detrás del enrejado, no perdía oportunidad de recitarle piropos. Fue el comienzo de su historia juntos. Después de vivir un tiempo en San Vicente, la familia se mudó a Nicolás Avellaneda, un barrio fabril. Allí, Hugo y Elena criaron a sus cinco hijos: Roberto, Fanny, Adriana, Hugo y Humberto. “Una de las anécdotas que tengo con mi papá y que siempre recuerdo es que cuando éramos
chicos, el primero de los hermanos que se levantaba, ligaba la miga del pan untado en el mate cocido y pasado por azúcar. Era como un premio por haberse levantado, entonces entre nosotros estábamos atentos a ver quién lo hacía primero”, recuerda Adriana entre emociones y risas contenidas. Hugo llevaba a su casa el postre que recibía en el comedor de la fábrica, y lo repartía entre sus hijos. Lo mismo hacía en Navidad o en la noche de Reyes. Siempre se las ingeniaba para llevarles algún que otro regalo. En el patio de la casa familiar había un pequeño tallercito. Allí el matrimonio tenía un torno de madera con el que hacían artesanías. Era un modo de vivir cuando el dinero no alcanzaba. Junto a su esposa, Hugo fabricaba mates y tablas de carne. “Por ahí limpiábamos la casa y papá nos hacía renegar. Entraba, se sacudía el aserrín en el comedor y salía corriendo”, cuenta Adriana. Gran conocedor de la música, a su papá le gustaba mucho entonar tangos. A veces cantaba en los bares. “Cuando mi mamá se enojaba, él le cantaba un tango para que se le pasara”, dice Adriana. “Era tremendo, pero tenía su carácter. No cambiaba de parecer fácilmente, te daba todos los fundamentos”. Sus restos fueron encontrados por el EAAF y devueltos a su familia en el año 2005. Como parte de la iniciativa de alumnos, familiares y compañeros del SEP, el Centro Educativo de Nivel Medio para Adultos Nº 70 de Alto Alberdi lleva su nombre: Hugo Estanislao Ochoa.
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 28
Este ejemplar contó con el aporte solidario de las siguientes organizaciones:
· Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) · Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) · Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial de la Pcia. de Cba. (AGEP) · Sindicato Luz y Fuerza - Córdoba · Unión Obrera Gráfica Cordobesa (UOGC) · Cooperativa Integral de Carlos Paz (Coopi)
INSTITUCIONALES
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CONTRATAPA
19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia
Por Lorena Balardini
Coordinadora del Área de Investigación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)
Nuevos casos, viejos problemas Hernan Cappelletti
La reciente fuga de los condenados por delitos de lesa humanidad Jorge Olivera y Gustavo de Marchi colocó nuevamente el tema en el debate público. Este caso tiene la particularidad de que son los primeros imputados que se fugan luego de recibir una sentencia condenatoria, pero de ninguna manera constituye una novedad en el proceso. Más bien, evidencia viejas dificultades para las que hasta el momento sólo se han brindado salidas parciales que no logran consolidarse como soluciones. Es importante comenzar por preguntarse: ¿Por qué existen prófugos en el proceso de justicia en la Argentina? Un dato contextual interesante es que en ninguno de los otros países de la región en los que se llevan adelante juicios por estos crímenes los imputados optan por la vía del escape. En ese marco, algunos ensayos de respuesta podrían ser los siguientes: en ningún otro proceso de la región existe la aplicación de la prisión preventiva a militares -salvo en escasas excepciones- y en los casos más exitosos de persecución penal -aquellos en los que se obtiene una condena- las penas no suelen ser lo suficientemente altas como para ser de ejecución efectiva. En Chile, por ejemplo, sólo el 33% de los condenados está detenido; mientras, ese porcentaje asciende a 85% en el caso argentino. Estos datos, sin constituir una explicación definitiva, permiten dimensionar por qué desde el inicio de los juicios en nuestro país se mantiene un "plantel estable" de prófugos que no disminuye; logran escapar de la persecución penal que, pese a los problemas, es indudablemente efectiva. El caso de Olivera y De Marchi es particular, además, pues rompe con una serie de supuestos respecto de las razones por las que se producen las fugas. Se ha argumentado que estas sólo ocurrían antes de la detención debido a filtraciones de información o a la lentitud de las diligencias, o cuando el imputado-detenido se encontraba a cargo de las fuerzas armadas y de seguridad. Durante los primeros años del proceso (20062008 aproximadamente), la detención en dependencias militares o policiales se vinculó a fugas y muertes dudosas, y al goce de privilegios por parte de los detenidos, que
mantenían estrecha relación -muchas veces en calidad de superiores jerárquicos- con las autoridades que debían custodiarlos. Esta última fuga, da cuenta de que es necesario ampliar el rango de posibilidades de escape, y también de que la cadena de responsabilidades va desde los jueces a cargo de la detención hasta los funcionarios del Servicio Penitenciario Federal encargados de la custodia. Las respuestas institucionales a la problemática han sido variadas. En 2008, la ley 26.375 creó la Unidad Especial para Búsqueda de Personas Ordenada por la Justicia en la órbita del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos con el objetivo de investigar el paradero de autores de delitos de lesa humanidad prófugos. A tal fin, se asignó un fondo de recompensas de cinco millones de pesos. También en 2008, el Mi-
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nisterio de Defensa solicitó a los jueces federales que instruyeran causas por crímenes de lesa humanidad que los militares fueran retirados de los cuarteles donde cumplían prisión preventiva bajo la custodia de subordinados. El Ministerio señaló que las unidades militares "no tienen competencia ni legal ni funcional para asegurar las detenciones". Las circunstancias de la fuga de Olivera y De Marchi motivó a las autoridades de la cartera de Defensa a dictar una resolución (85/2013) que impide la internación de personal militar condenado o procesado por estos crímenes en unidades de salud dependientes de las fuerzas armadas, dejando esta competencia a las agencias estatales respectivas (servicio público de salud nacional y/o provincial). Esta resolución tiene aspectos muy positivos respecto al control
de serias irregularidades que se vienen presentando a raíz de las internaciones en dependencias militares -como imputados que permanecen internados a pesar de haber recibido el alta médica-, y fue una respuesta rápida y concreta. Sin embargo, la premura impidió una reflexión más seria sobre qué sucede en los casos de los imputados que tienen graves enfermedades y requieren tratamientos de alta complejidad que no brinda el servicio penitenciario. En este sentido, sería importante avanzar en regular más eficientemente este tipo de medidas para evitar una escalada de recursos en su contra. En materia de política pública respecto de las fugas, está pendiente aún la definición de un mapa de riesgo en relación con los juicios, y dilucidar cuáles son las redes que están sosteniendo a los represores en su fuga. Permanecer prófugo de la justicia exige tener acceso a importantes recursos económicos. Está claro que hay sectores contrarios a los juicios que facilitan estos recursos para instrumentar logísticamente las fugas. En este sentido, no es clara la política implementada para desbaratar este sostén. Finalmente, algo básico en relación con una política de búsqueda de prófugos sería contar con información clara y fehaciente acerca de cuántos son, y con un criterio unificado entre las principales instituciones encargadas del tema. La unidad de prófugos y la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Procuración General de la Nación son las dos agencias estatales que reúnen esta información, pero sus datos no coinciden. No sólo la cantidad total de prófugos es un dato esencial para diseñar políticas efectivas, sino también un monitoreo anual de cuántos se fugan y cuántos son hallados. Aún sin contar con información del todo clara, parece evidente que, más allá de cuántas detenciones se instrumenten en un año, no logran contrabalancear las constantes fugas. Según los datos del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la cantidad de prófugos para agosto de 2013 asciende, al menos, a 57. Capturarlos es esencial para garantizar la seguridad de los centenares de testigos y otros actores de los juicios, y para fortalecer el proceso de verdad y justicia.
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Consejo Editor: Por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Cba.: Betty Argañaraz, Rosario Rodríguez, María del Carmen Torres, Angel Villanueva. Por Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba: Lucas Fanchín Dirección General: Sebastián Puechagut • Secretaría de Redacción: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta, Miguel Magnasco • Corrección: Victoria Picatto • Dir. de Arte: Sebastián Puechagut · Diseño: Pablo Gamboa Fotografía: Manuel Bomheker, Nicolás Castiglioni · Ilustración: Francisco Ferreyra · Distribución: Julia Soulier, Ernesto Torres • Colaboraron en este número: Matilde Nasser, Adriana Ochoa, Anahí Ginarte, Hernán Cappelletti Administración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - info.usinacreativa@gmail.com
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