E L D IARIO DEL J UICIO L A P ERLA · C ÓRDOBA · A RGENTINA P · A V · N& 33 · E 4 17 2013 · : 1853-8290
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MÚSICA Y MEMORIA
LOS TESTIMONIOS APUNTARON A LA ACTUACIÓN DE LAS AUTOMOTRICES PERKINS, IKA-RENAULT Y FIAT
Entrevista a Liliana Herrero
Las grandes empresas: responsables civiles
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Mirar a Menéndez, relato en primera persona Página · P P M F
Historia de una Ley “La Corte Suprema de Justicia no modificó el espíritu con que esa ley fue propuesta y aprobada por la mayoría parlamentaria”. P M C M · Página
Nicolás Castiglioni
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Presentes. Familiares de trabajadores de la empresa Perkins desaparecidos asistieron con pancartas a las audiencias del juicio.
EDITORIAL
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EL JUICIO POR DENTRO
4 al 17 de noviembre de 2013 | Será Justicia
LA REPRESIÓN PREVIA AL GOLPE• LOS ALEVOSOS ASESINATOS COMETIDOS POR EL COMANDO LIBERTADORES DE AMÉRICA
La criminal antesala de la dictadura E C, 1974 H V R T.
Nicolàs Castiglioni
Varios testimonios recabados en las últimas audiencias abordaron la represión desplegada en Córdoba por la sedición policial del Navarrazo (febrero de 1974) y el golpe de Estado de marzo del 76. La mayoría de sus víctimas están incluidas en la causa Barreiro (expediente Nº 12.627) y datan del año 75, marcado por el ‘terror negro’ del Comando Libertadores de América (CLA), banda creada por el militar Héctor Vergez y el policía Raúl Pedro Telleldín.
76: “Mientras caminaban frente a las vías en la calle Liniers, se dan con una bolsa de polietileno, de la cual emerge una cabeza humana. Llaman a la Comisaría 7ª, peritan, toman fotografías, se llevan la cabeza y nunca los llaman a declarar”. Tiempo después, al gestionar un certificado de domicilio, un policía les dijo: “Ah, la (casa) de la cabeza”. –¿De quién era la cabeza? –De Vaca Narvaja.
Terrible hallazgo. En 1985, Gonzalo Vaca Narvaja recibió un dato fatal sobre su padre.
L . El pasado 22 de octubre atestiguó Mario Roberto Ferrero, hermano de José Miguel Ferrero, secuestrado en la zona de Ferreyra el 18 de octubre del 75, junto con los hermanos Oscar y Juan José Chabrol, con quienes militaba en la Juventud Guevarista del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). La detención no fue reconocida por ninguna fuerza de seguridad, y Ferrero, junto a Pablo Chabrol –padre de Oscar y Juan–, asumieron la “dolorosa tarea” de visitar la morgue.
C . Hijo del abogado y político Miguel Hugo
Vaca Narvaja, secuestrado el 10 de marzo de 1976, Gonzalo Vaca Narvaja narró que estando en su casa de Villa Warcalde, irrumpió “una horda de sujetos con armas de todo tipo”, que tras amenazarlos y saquear los objetos de valor, se llevó a su padre. La familia presentó habeas corpus y recurrió en vano al cardenal Raúl Primatesta, al dirigente radical Eduardo César Angeloz y al ex presidente Arturo Frondizi, quien les explicó que la situación estaba “muy difícil” y les sugirió “buscar una embajada para refugiarse en otro país”. En 1985, al regresar del exilio en México, una abogada les relató el hallazgo de los hermanos Carlos y Hugo Albrieu en abril del
L , Continúa la investigación por la dudosa muerte del joven José Daniel Reyna () en un calabozo de la localidad de Capilla del Monte. El hecho sucedió el sábado de octubre alrededor de las hs. Las principales sospechas apuntan al accionar policial. Según los primeros datos de la autopsia, encargada por la fiscal María Alejandra Hillman, el joven murió a raíz de un ahorcamiento, pero pudieron constatarse hematomas y raspones en diversas partes del cuerpo, fruto de golpes previos al deceso. Aún resta determinar el origen de las marcas y su incidencia o no en el ahorcamiento. A principios de la última semana, los vecinos de Capilla del Monte realizaron reclamos permanentes frente a la comisaría donde fue hallado Reyna. Por otra parte, la familia de la víctima denunció que a su hijo lo mandaba a robar la misma policía para que el comisario del pueblo “quedara bien”. Tras los reclamos de los vecinos y la denuncia de familiares fue removida la cúpula policial de la Comuna.
PERSECUCIÓN EN EL ESTADO • OBREROS EN LA MIRA
Perturbadores L , Nicolás Castiglioni
“Conocíamos que había asesinatos y enfrentamientos fraguados donde podían aparecer los cadáveres de nuestros hermanos y amigos. Ver personas mutiladas y desfiguradas fue terrible”, dijo el testigo. “Pasaron los días, y alguien en la morgue nos dijo que no fuéramos más. Cuando me di cuenta de que los chicos estaban muertos y que nuestras vidas corrían peligro, decidí irme a trabajar al norte”, añadió. Veinte días después del secuestro, un comunicado del CLA, publicado en La Voz del Interior, asumía que “los chicos habían sido ejecutados”, recordó Ferrero.
L . El abogado Carlos Orzaocoa declaró sobre el secuestro de su esposa embarazada, María de las Mercedes Gómez, y Graciela del Valle Maorenzic, en marzo del 75. “Hasta entonces, los detenidos eran torturados, pero luego blanqueados. Lo trágico es que pasaron los días y no blanqueaban ni a Mercedes ni a Graciela. La palabra desaparecido no estaba aún en nuestro léxico”, explicó.
OTROS ESCENARIOS
APROPIACIÓN DE BEBÉS • LA NECESIDAD DE UN ESTADO PRESENTE EN LAS INVESTIGACIONES
En busca del reencuentro U . E , . V .
Nicolás Castiglioni
Los lazos que unen a una familia se vuelven aún más estrechos cuando ocurren situaciones extremas como las que se vivieron durante la última dictadura militar en Argentina. Fueron miles las familias que debieron soportar atrocidades que jamás imaginaron que iban a tener que atravesar. Pero pese a los sinfines de intentos intimidatorios, en una sociedad que a su vez se encontraba paralizada por el miedo, fueron esos padres, madres, maridos, esposas, abuelos, los que no detuvieron nunca su búsqueda de verdad y justicia. Esa búsqueda aún continúa. Tal es el caso de Carlos Orzaocoa, que no ha cesado de investi-
está “absolutamente convencido” de que su hijo o hija nació. Las palabras del testigo encuentran sustento en un comunicado del Comando Libertadores de América, donde se autoadjudica el fusilamiento de varios militantes, y entre ellos, el de María de las Mercedes: dos meses y medio después de su secuestro.
La búsqueda. Carlos Orzacoa.
gar acerca del paradero del pequeño o la pequeña que estaba a punto de dar a luz su mujer, María de las Mercedes Gómez, cuando fue secuestrada a principios de 1975. Gómez tenía más de siete meses de embarazo al momento de su detención, y el anuncio de su asesinato ocurrió dos o tres meses después. Es por ese motivo que el doctor Orzaocoa
E E. Es difícil pensar la llegada a buen puerto de estas investigaciones sin la presencia activa del Estado brindando herramientas para esclarecer lo ocurrido en los años más oscuros de nuestra historia. Así lo reconocen las víctimas: “Voy a pedir que desde el Estado se investigue la situación de apropiación de mi hijo o hija, para que con el esfuerzo del Estado, el esfuerzo de las Abuelas de Plaza de Mayo y con el esfuerzo que yo y mi familia pondremos, podamos reencontrarnos”, requirió Orzaocoa.
El Cordobazo y su desenlace victorioso en las urnas, de la mano de Obregón Cano y Atilio López (11 de marzo de 1973), sin duda son pulsiones emblemáticas de una tradición revolucionaria de estos aires. Sin embargo, estuvieron atravesadas, al poco tiempo, por el esfuerzo represivo más atroz, para no dejar ningún rastro que pudiera hacerlas resurgir. El fuerte componente obrero de ese triunfo representaba un peligro para quienes luego asaltarían el poder en 1974, mediante el golpe policial conocido como Navarrazo. La persecusión a los trabajadores sería feroz. “Con el sólo nombre de quién te hizo entrar, ya estabas sentenciado”, precisó Hugo Mansilla días atrás en el Juicio La Perla. Mansilla era delegado del Sindicato de Empelados Públicos (SEP), y habló precisamente de los tormentos que vivie-
ron él y sus compañeros cuando derrocaron al gobierno democrático de Obregón Cano. Muchos de ellos, que habían ingresado a la Secretaría de Comercio por un decreto firmado por el ejecutivo provincial, comenzaron a ser presionados, amenazados, cesanteados, y por supuesto, desaparecidos. El reconocimiento a su labor militante en barrios y sindicatos les valió a estos funcionarios la aparición en listas negras confeccionadas por personal que las fuerzas parapoliciales comenzaron a ubicar dentro de esas carteras. Un nuevo decreto dejó cesante a Mansilla bajo la figura de “perturbador en potencia”. Incluía los nombres de Hugo Estanislao Ochoa y Julio Roberto Yornet, entre otros; todos delegados del SEP. Ochoa fue asesinado, y Yornet sigue desaparecido hasta el día de la fecha.
EL JUICIO POR DENTRO
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 33
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DICTADURA ‘CÍVICO-MILITAR’ • LA COMPLICIDAD DE LAS GRANDES FIRMAS INDUSTRIALES DE CÓRDOBA SALE A LA LUZ EN TESTIMONIOS Y DOCUMENTOS
Las automotrices que entregaron a sus obreros a la represión dictatorial
El carácter ‘cívico-militar’ que se le atribuye a la dictadura viene sumando fundamentos en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los campos del Tercer Cuerpo de Ejército, en Córdoba. Uno de los poderes institucionales que ha quedado al descubierto es el de las grandes empresas automotrices, que según los testimonios y la documentación presentada, ejercieron una complicidad activa, aportando a los represores información sobre sus obreros. P P. En la audiencia del 15 de octubre pasado, Juan Enrique Villa, secretario general al momento del golpe de Estado del Sindicato de Trabajadores de Motores Diesel Livianos, relató que ante la desaparición de sus compañeros José Antonio Apontes y Hugo Alberto García, el 18 de mayo del 76, los trabajadores de la fábrica Perkins se atrevieron a hacer una huelga de dos días. La medida de fuerza figuraba en un informe de la Policía Federal que el testigo presentó ante el Tribunal. “No se descarta la posibilidad que
Nicolás Castiglioni
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Juan Enrique Villa. Al momento del golpe. era secretario general del Sindicato de Trabajadores Motores Diesel Livianos
Apontes y García, por haber sido integrantes de la Mesa de Gremios en Lucha que apoya a la izquierda, hayan sido integrantes de las organizaciones armadas”, rezaba el documento, al que Villa le atribuyó como fuente el propio directorio de la firma. “La empresa hacía ir dos veces al día al Ejército a la fábrica. Hacían una lista y sacaban a cuatro o cinco compañeros, los hacían dormir en (el centro clandestino de) La Ribera. No les pegaban y los soltaban a los dos días, pero eso los amedrentaba”, denunció Villa. Además, un funcionario de la fábrica “hablaba por teléfono a las casas de los compañeros y decía: «Mire que el Tercer Cuerpo ha preguntado por su marido. Trate de decirle que no participe
“L ” L R “La empresa Perkins hacía ir al Ejército a la fábrica. Hacían una lista, sacaban a cuatro o cinco compañeros y los llevaban a dormir al campo de La Ribera. Eso los amedrentaba”, relató Juan Villa. en reuniones». Tenían vía directa con el Ejército. Eso es absoluta complicidad de la empresa con la represión”, manifestó. Ante la denuncia, el Tribunal decidió –a instancias del fiscal Facundo Trotta– correr vista a la Fiscalía de Instrucción para que investigue la actuación de Perkins durante los años de plomo. L R. En la misma jornada, los abogados querellantes de H.I.J.O.S y Familiares informaron que en el Colegio de Escri-
banos de Córdoba existen actas notariales en las que consta que la empresa IKA-Renault habría entregado listas con las direcciones de sus trabajadores a las autoridades militares. En respuesta a una nota del mismísimo Luciano Benjamín Menéndez exigiendo a la empresa que “en el término de 72 horas” provea de información por “requerimientos de seguridad”, IKA-Renault entregó las listas, pero hizo certificar ante escribano que en algunos casos los obreros
“no actualizaron” su domicilio o “no asistieron” ese día al trabajo. Ante el planteo de que se solicite esta documentación para investigar la “línea directa entre las fábricas y el Tercer Cuerpo”, proveyendo información que “se usaba para inteligencia, secuestros o extorsiones”, el fiscal Trotta manifestó su adhesión a los argumentos “más que contundentes” de la querella. Según los querellantes, en el archivo del Colegio de Escribanos existen al menos cuatro actas notariales con listas del personal de IKA-Renault, donde figuran Hugo Osvaldo López, Carlos Alberto Velázquez, Jorge Oscar Rodríguez, Maximino Sánchez y René Rufino Salamanca –secretario general del Sindicato de Mecánicos de Córdoba, secuestrado el 24 de marzo de 1976–. Todos están desaparecidos y registrados como víctimas en este juicio. N . En abril, el testigo Jorge Luis Argañaraz reveló que mientras era torturado en La Perla, le mostraron álbumes que “pertenecían a la Fiat” y “tenían fotos de compañeros” que trabajaban allí. Asimismo, por estos días, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos analiza la demanda por daños y perjuicios presentada por 22 ex empleados y familiares de víctimas que trabajaron en Mercedes Benz Argentina, en la que acusan a la directiva de la empresa alemana de haber colaborado con la dictadura.
TESTIMONIOS II · PAULA, ANDRÉS, ALBA Nicolás Castiglioni
La reconstrucción de los hijos En estas nuevas audiencias, tres hijos de desaparecidos contaron, ante el Tribunal, cómo reconstruyeron la historia de sus padres. Alba tenía años el de julio de cuando sus padres fueron secuestrados en su casa de barrio Talleres y trasladados a La Perla. Horas antes, sus tíos habían corrido la misma suerte. El de agosto, ella misma fue secuestrada y llevada a la cárcel del Buen Pastor donde fue interrogada hasta que –por intermediación de su abuelo–, fue liberada en febrero de . Tras la muerte de su abuelo, Alba empezó a trabajar, mientras militaba para llegar a la verdad sobre sus padres. “Hicimos
lo que teníamos que hacer, pero el Poder Judicial estaba de parte de ellos. Espero hoy, al estar sentada aquí, que se haga justicia por mi familia y por mí”. Paula Mónaco Felipe tenía apenas días de vida el de enero de , cuando un grupo comando secuestró a Luis Carlos Mónaco y a Ester Silvia del Rosario Felipe. Periodista y Psicóloga, vivían en Villa María y fueron llevados al centro de detención clandestino La Perla, donde fueron fusilados. “No conocí a mis padres, no sé qué les gustaba, qué le gustaba comentar a mi mamá, cómo caminaba mi papá; nunca discutí con ellos, no sé qué me hubieran dicho. Me hacen falta, ellos, mis
tíos, me hace falta el ‘Titi’ Di Toffino, Fresneda, miles... un montón de gente. Mi vida tiene un hueco muy grande”. Paula fue criada por sus tíos y actualmente se encuentra radicada en México DF, donde trabaja como periodista. “Si bien yo he leído y documentado horrores similares, no puedo creer que una persona le pueda hacer eso a otro. Si bien esto es un avance, falta mucho más por hacer. Me crié en una familia que me impulsó a seguir y a hacer, a tratar de buscar a mis padres como pueda”. Andrés Antonio Maorenzic es el hijo de Graciela del Valle Maorenzic y de Antonio Fernández. Sus padres se conocieron
Emociones. Andrés Maorenzik (izq.) y Alba Camargo (der.) en el hall de audiencias.
militando en el PRT-ERP. Graciela estaba embarazada cuando Antonio fue fusilado en la Masacre de Capilla del Rosario (Catamarca), en agosto de . Graciela juntó firmas y recuperó el cuerpo para velarlo en Tucumán. Ella fue secuestrada junto con María de las Merce-
des Gómez, el de marzo del . El hijo de la pareja, que tenía meses cuando su madre fue secuestrada, fue criado por sus tíos. “En la búsqueda por la identidad de mi padre, viajé a Tucumán y hablé con vecinos que recordaban haber visto a mi madre embarazada de mi”, dijo.
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INFORME ESPECIAL: LA CONEXIÓN ENTRE CULTURA MUSICAL Y P
REPORTAJE • LILIANA HERRERO TRAJO A CÓRDOBA SU MÚSICA Y SU CANTO CARGADOS DE BÚSQUEDA TRANSFORMADORA | Por Sebastián Puechagut
Pablo Gamboa
“Cuando me subo al escenario, pienso en la patria y en mis compañeros” L . Y . E , L H , R, . Suena Oye niño, una canción de Miguel Abuelo. Estamos en el Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria. Hace unas horas mantuvimos esta entrevista y Liliana Herrero –el cuerpo pequeño de Liliana Herrero– condensa las miradas y las escuchas de todos. Su entrega es cautivante, invita a un ritual de canto y ardor. De pronto se detiene, y ofrece una respuesta íntima, una continuación impensada de esta charla, que cierra su reflexión sobre la imposibilidad de domesticar la música. Su cuerpo es música, se deja atravesar por la fuerza de un sonido nuevo que abre horizontes, y así lo dice: “Quiero que mi canto sea abismado, desmesurado y roto”, como el de Miguel Abuelo, “porque yo soy así, también. Tómenme o déjenme”. Abismo, ruptura, desmesura. Una síntesis de su propia historia, una más de las que hubieron de reconstruirse al término de la dictadura, a la vez que se saldaban algunas cuentas con el pasado: “No hay presente si no interroga al pasado. Y el pasado no es nada si no es interrogado por el presente, –dice Liliana– Entonces, cuando yo me subo a un escenario, me inscribo en una tradición, en ese legado de la memoria poética, musical y política de nuestro país. Por eso es menos problema elegir un tema, y más problema qué hacer con ese tema. Cómo lo interrogás, cómo lo hacés estallar. Me gusta retirarme de la domesticación del oído, retirarme de los cánones. Me gusta vivir así”. T. Afirma que siempre fue habitada por la música, pero que nunca pensó en dedicarse profesionalmente, algo que sucedió recién en 1986. Fue una idea de su amigo Fito Páez. Para ese tiempo ya había vuelto a dar clases de Filosofía en la Universidad Nacional de Rosario luego de vender ropa y sostener como se podía la economía familiar: “Sobrevivía. Y eso hizo que cuando me llamaron, dije sí. Me gusta mucho dar clases. Tuve siempre presente en el regre-
so a la universidad la voluntad de transformación que habían querido los estudiantes en los 60 y 70. Nunca abandoné eso. Incluso cuando fui directora de la carrera en 1995. Después me fui a Buenos Aires, a vivir con Horacio (González), que había vuelto en el 84 del exilio. Y luego volví a Rosario. Siempre me he ido de los lugares en los que no quiero estar”. Mucho antes, la trayectoria de Liliana Herrero comienza con otro quiebre. Nacida en el seno de una familia antiperonista de Entre Ríos, comienza a estudiar en Rosario a mediados de los 60. Y en ese ambiente universitario y convulsionado, em-
pieza su militancia en organizaciones juveniles cercanas al peronismo. Será Justicia: ¿Qué te llevó a eso? Liliana Herrero: La vida popular. Yo tenía una necesidad de comprender qué pasaba en el mundo. Quería saber. Me pareció que el peronismo tenía un horizonte transformador que a mí me interesaba. Y lo tiene, sólo hay que volver a pensarlo. Los matices de su canto sostienen esa impronta, en el límite de lo esperable: “Creo que es posible algo inaudito. Es posible que salgamos de escuchar más de lo que ya sabemos. Es posible pensar en un nuevo concepto de multitud. La multitud
LILIANA HERRERO EN LOS 60 • LA BIBLIOTECA POPULAR CONSTANCIO VIGIL
El genocidio cultural en Rosario Con despliegue en los barrios Tablada y Villa Manuelita, al sur de Rosario, La Vigil fue un proyecto cultural que cambió la vida de muchos. Fundada en en homenaje al escritor uruguayo Constancio Vigil, fue una obra dirigida a la juventud y a los sectores más humildes. Liliana Herrero fue parte de esa construcción: “En el cuando terminé la facultad me fui a trabajar a esa institución maravillosa, en la zona pobre de Rosario”. En febrero de , la Biblioteca fue intervenida por el entonces capitán de corbeta César Molina, bajo el pretexto de normalizar su situación económica. La Vigil contaba con escuelas primaria y secundaria, y escuelas de música, artes y teatro. También tenía un observatorio astronómico –con un telescopio fabricado en Alemania que luego fue robado por los militares–, una editorial propia y un museo de Ciencias Naturales. Además, allí se puso en marcha la llamada Universidad Popular. El gobierno dictatorial cerró sus escuelas –que
llegaron a tener . alumnos con doble escolaridad–, e intervino la caja de ayuda mutual, la guardería y el Centro Materno Infantil. Al momento de la intervención, la Vigil contaba con casi . libros, muchos de los cuales fueron quemados. Luego de una lucha de años por recuperar aquel espacio, directivos y socios de la biblioteca, solicitaron al Estado Provincial y Nacional una reparación histórica, que consiste en la restitución de la personería jurídica y la devolución de los bienes. Se espera que esta sea una causa que incorpore la figura legal de 'genocidio cultural', que radica en la destrucción de la herencia cultural. Liliana Herrero no oculta su satisfacción ante esta posibilidad: “Ojalá se haga el juicio. Lo que la gente quiere ahora restituir es esa institución para los argentinos. El objetivo es realizar un juicio donde se establezca por primera vez en el país el concepto de ‘genocidio cultural’. Para mí es maravilloso eso, sería una reparación extraordinaria".
tiene la capacidad de inventar y transformar. Yo quiero abonar en esa memoria. Y de esa memoria elijo ese momento profundo y hondísimo de la multitud transformadora. Esa que fue a la Plaza de Mayo. Eso es lo que yo pienso, esa memoria. SJ: ¿Cómo se fue conectando ese pensamiento colectivo con el musical? LH: Estaba como una idea general. Como un estilo de vida también. Yo viví así entre los 60 y los 70. Pero ¿cómo llevar eso a un universo sonoro? Yo no sabía. Lo fuimos inventando. Yo apuesto a la libertad, a la invención, al error, y a la búsqueda. Eso no me viene de la nada, eso me viene de muchos compañeros que me lo enseñaron. Porque yo busqué eso, y yo quise eso. Por eso yo a mis compañeros los recuerdo con amor y con dolor también. Pero con amor, con profundo amor, porque a mí me acompañaron en la búsqueda de la libertad. Que no la poseo y nadie la posee. L . En los tribunales federales de Rosario se tramita un juicio relacionado con la represión de La Vigil, un espacio político destruido por la dictadura (ver recuadro). Liliana Herrero probablemente sea llamada a brindar su testimonio, y asume ese lugar como otro momento de esa búsqueda de libertad: “Te voy a decir algo fuerte. Puedo perdonarlos incluso, pero nunca olvidar. Ellos destruyeron una construcción barrial, un proyecto magnífico que abría un horizonte popular, creativo, del conocimiento y la cultura, extraordinario. A eso no lo olvidaré jamás. Y si se instala en la Argentina esa figura del genocidio cultural. Yo sería muy feliz. Voy a contribuir a eso cueste lo que cueste. SJ: Fuiste parte activa de un momento cultural que parece único, ¿crees que es posible reconstruir ese escenario social? LH: Depende de nosotros. Pero es a muy largo plazo. Por eso, ojo con conceder demasiado a las lógicas del mercado, a las alianzas entre el mercado y los medios. No
le entreguemos a los empresarios y a los hombres de negro que quieren volver, llámese Macri, Massa o el que sea; la potestad de pensar la cultura argentina. No. SJ: ¿Hay un riesgo de que eso suceda? LH: Por supuesto que sí. Es la hora de los hombres de negro. Ellos lo llaman el ‘círculo rojo’. Yo los llamo los ‘hombres de negro’. Vienen a pensar la vida política y cultural argentina en términos empresariales. Eso no es la política. La política es una memoria de transformación, de lucha y de felicidad de los pueblos. Ahí estamos involucrados nosotros. Quebrados, balbuceantes y felices. Porque somos capaces de legar esta memoria. Mi generación es capaz de legar esta memoria y decir lo que hay que decir. Yo no tengo nada para perder, y le voy a pedir a este Gobierno todo lo que tenga que pedir, a pesar de mi apoyo. Basta de los pueblos fumigados, basta. Basta de maltratar a los Quom. Que entre en la agenda política lo que tiene que entrar para transformar este país. Eso es lo que yo creo, lo demás es joda. SJ: Pero a los límites los marcan complejas correlaciones de fuerza… LH: Por supuesto. Yo no estoy en el Gobierno ni soy la cantante oficial. No creo que el arte deba ser oficial. El arte debe ser transformador y revolucionario, siempre. Volvamos a juntarnos, busquemos una voz colectiva feliz. Apostemos a la exigencia de verdad de la justicia social, y de la distribución justa de la riqueza. L , . “Inventar sonoridades nuevas”, dice Liliana que es la consigna hoy. “Salir del mercado, salir de esa
Pablo Gamboa
POLITICA, EN LA MIRADA DE LILIANA HERRERO Y LILIANA FELIPE
“Ahí estamos involucrados nosotros. Quebrados, balbuceantes y felices. Mi generación es capaz de legar esta memoria y decir lo que hay que decir”. estandarización del oído, provocar algo inaudito. Algo nuevo e inesperado. Esas son las revoluciones. Esa es la responsabilidad de la música. No sólo las letras, que el sonido sea algo revolucionario. SJ: Las canciones de protesta son una sonoridad nueva, entonces. LH: Sí, siempre fue así. Aun en los 60 y 70, cuando era difícil pensar fuera de eso. Sí señor. No es lo mismo un acorde que otro. Si no somos capaces de crear un universo sonoro diferente, estamos hasta las manos. Aunque hables de revolución. SJ: Has escuchado algo en los últimos tiempos que te genere eso? LH: Por supuesto. Juan Falú, es el mejor de nuestra generación. Juan Quinteros, ‘el Negro’ Aguirre, Lucho Hoyos, Coqui Ortiz... Sólo hay que recorrer el país, intere-
El diario del Juicio La Perla | Año V · Nº 33 sarse. Hay que recorrer y no quejarse de que los medios no pasen esa música. No hay que quejarse, hay que romper esa lógica. Yo me pasé años, y basta. A mí lo que me importa es esto, lo que va a pasar hoy. Señala al auditorio, donde en un rato comenzará su recital. Su mirada prepara ese momento de comunión, más parecido a un ritual sonoro que a un show. Respira hondo y dispara: “¿Cómo es el arte sin esa carga? Yo no soy una administradora de música. Yo quiero pensar lo imposible, no lo posible. Equivocarme… no le temo al error. Al contrario, el error siempre es ejemplar. En la historia política de nuestro pueblo, siempre es ejemplar. SJ: Sin embargo, es difícil pensar en lo popular sin masividad y sin medios. LH: Por supuesto. Por eso apoyamos la ley de la música. Por eso decimos que la Ley de Medios tiene que cumplirse. Yo simplemente intentaba pensar en aquello que de hecho se tiene que dar. Pensar en el genocidio cultural nos va a hacer pensar la cultura como debe ser pensada, a muy largo plazo, como algo estratégico. No reproduzcamos la lógica del mercado y de los medios... Y también debatamos qué es la memoria. Es muy compleja la memoria. Recordamos nebulosamente, pero no le temamos a eso. SJ: No te temamos al componente inventivo que hay en la memoria… LH: Por supuesto. Yo lo único que puedo decir es que cuando me subo al escenario pienso en dos cosas: la patria, y en que están conmigo todos mis compañeros, aunque no lo diga nunca en el concierto, están conmigo.
ENTREVISTA • LILIANA FELIPE LLEGÓ DE MÉXICO PARA TESTIMONIAR | Por Agostina Parisí y Matías Capra
“Recuerdo que alguna vez mi hermana me invitó a formar parte del ERP, y yo le dije que no sabría hacer eso; mi militancia era tocar el piano”, dice Liliana Felipe, en diálogo con Será Justicia. El pasado 24 de octubre, Liliana tuvo la oportunidad de declarar ante el Tribunal del Juicio La Perla. Fue citada a testimoniar por la muerte de su compañera y hermana, Ester Silvia del Valle Felipe. Al entrar a la sala de audiencias, despliega una gigantografía con el rostro de Ester y se la muestra a los imputados. Los mira a todos y les pregunta si la recuerdan. En enero del 78, año en que secuestran a Ester, Liliana acababa de llegar a México en medio de una gira musical. El punto de partida había sido un concierto en Concha Acústica, Perú. Pero el viaje se fue alargando, y los sorprendió el inminente golpe militar de Argentina. Estando fuera, recibió la llamada de un familiar que la anotició sobre lo que estaba sucediendo en el país. Un mes antes, se enteraba a través de cartas, que había nacido su sobrina Paula Mónaco. Liliana explica ante el Tribu-
Nicolás Castiglioni
“Me deben 13.058 días de vida de mi hermana”
Frente a ellos. Liliana desplegó en la audiencia una foto gigante de su hermana Ester.
nal cómo ella y su familia se abocaron a la búsqueda de su hermana Ester y su esposo, Luis Mónaco. “La vida dejaba de tener sentido. En mi caso, no pude volver. Tuve que empezar a practicar cómo ser extranjera, a vivir otras cosas, y nombrar y ver la vida de otra manera”, declara. En el 1983 regresó por primera vez a Argentina, luego del secuestro de su hermana. Junto a su familia presentaron la correspondiente denuncia ante la CONADEP. Liliana se dedicó durante toda su vida a la militancia a través de la música y el arte. Actriz, pianista, cantante y com-
positora, comenta con Será Justicia: “La militancia es desde donde cada quien lo hace mejor. Si volviera a nacer, a lo mejor sí lo haría a través de la política”. Sus canciones tienen un tinte contestatario y buscan expresar la lucha de los pueblos. “Cuando ocurrió el fraude del 2001, hice ‘Nos tienen miedo porque no les tenemos miedo’, porque estábamos en esa situación de tensión y resistencia. Esa canción salió de una consigna popular. A la letra me la dio una persona anónima, pero fue de todo el pueblo; tiene que ver con el sentimiento que todos tenemos”, explica Liliana. “‘El maíz’ lo ha-
go porque estoy en contra de Monsanto y todas las trasnacionales. La gente tiene que darse cuenta de que esos son los milicos de ahora, y esa es la lucha que hay que resistir”. Consultada acerca del juzgamiento a los genocidas de la dictadura, Liliana reflexiona: “Creo que esto sigue siendo la avanzada argentina en el mundo. Me parece que no hay otro país en donde se esté juzgando a los genocidas. Y aquí sí hay algo concreto y real, que es que tenemos la masacre del genocidio. Me parece que eso es un tema de orgullo. También creo que hay muchas cosas difíciles de evaluar como gobierno y como país. Siempre hay que tener cuidado de los uniformados, los ensatonados (sic) y las trasnacionales”. Antes de terminar su testimonio, el juez Julián Falcucci le pregunta acerca del significado que tuvo para ella y su familia la desaparición de su hermana y de Luis. Liliana remata con una frase que estremece a quienes estaban presentes en la sala de audiencias: “A mí me deben algo: me deben 13.058 días de la vida de mi hermana. A mí, a Paula, a los familiares y amigos, y al pueblo argentino”.
EL JUICIO, DÍA X DÍA DÍA 88 - MARTES 15/10
Con sueldo y confort La testigo Elida Mercedes Pereyra declaró sobre el asesinato de su hermano Santiago Alberto Pereyra, secuestrado el 19 de mayo de 1976 y fusilado con otros siete militantes en Ascochinga, el 1º de junio. Sobre sus victimarios, Elida expresó: “Son asesinos, ladrones y cobardes, porque si tuvieron tanta valentía para lo que hicieron, tendrían que haber defendido las Malvinas. Encima, el Estado les pagó sueldos para que maten a sus propios hermanos. Por eso quiero que les den cadena perpetua y cárcel común. No es justo que estén en su domicilio, con todo el confort”.
DÍA 89 - MIÉRCOLES 16/10
Vergez colaborador Ante la sorpresa del Tribunal y las partes, el imputado Héctor Pedro Vergez admite saber acerca de tres personas secuestradas en 1972 en Buenos Aires y trasladadas a Córdoba, donde “por orden de (Alejandro Agustín) Lanusse” fueron asesinadas y luego enterradas en las salinas riojanas. “No es fácil, pero tampoco es imposible hallarlos”, sostiene.
Barreiro didáctico La mentalidad militar “es realista y conservadora” y se basa en “la obediencia, la subordinación y la disciplina”, explica el acusado Ernesto Barreiro. Al ejemplificar, compara a los represores argentinos con los pilotos norteamericanos del bombardeo de agosto de 1945 sobre Hiroshima y Nagasaki, quienes a su retorno “fueron recibidos como héroes y durmieron con la conciencia tranquila de haber cumplido con su deber”. “Es duro, y más como lo digo yo, pero es la forma de entender cómo se comportan los militares”, afirma.
DÍA 90 - MARTES 22/10
Reclamo al presidente Alfredo Svodoba trabajó en las morgues de los hospitales San Roque y Córdoba entre 1976 y 1980. A partir del golpe de Estado, el ingreso de cadáveres NN se incrementó: “Calculemos que hubo días de 25 o 30, cuando lo normal eran 5 o 6”, indica el testigo. Esto motivó que por el deterioro de sus condiciones laborales le escribiera una carta de reclamo “al presidente”. “¿Quién era el presidente?”, pregunta el juez Jaime Díaz Gavier. “(Jorge Rafael) Videla”, responde Svodoba.
DÍA 91 - MIÉRCOLES 23/10
Una sutileza lingüística Liliana Felipe explica las variantes idiomáticas a las que debió adaptarse al exiliarse en México: “Allá, a los hijos de puta les dicen hijos de la chingada”, ejemplifica mirando de reojo hacia donde se sientan los imputados.
DÍA 92 - JUEVES 24/10
El costo de la demora “¿Cómo impacta en los familiares tanta demora de la Justicia?”, le pregunta la abogada María Teresa Sánchez a su colega María Elena Mercado, viuda del desaparecido Eduardo Valverde y ex referente de la Conadep Córdoba. “Una cosa eran las dificultades de recién iniciada la democracia, pero ya se están por cumplir 40 años de los hechos. Han muerto testigos e imputados y se han perdido pruebas. Impactó muy mal”, responde la testigo.
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MEMORIAS EN PRESENTE
4 al 17 de noviembre de 2013 | Será Justicia
RELATO· LA EXPERIENCIA DE DECLARAR ANTE UN TRIBUNAL DE LA JUSTICIA | Por Paula Mónaco Felipe
Mirar a Menéndez L T , L E, . , . Sé dónde vive Luciano Benjamín Menéndez. Muchos lo sabemos desde hace unos veinte años. Su casa es bastante sencilla y está en un barrio de clase media-alta, a unos metros del Parque de las Naciones, dando la vuelta por una callecita fácil de encontrar. Ilolay 3.269, barrio Bajo Palermo, para más datos. En alguna época, para los familiares de desaparecidos, saber dónde vivían los genocidas tenía algo de reparador. Era una novedad en medio de la eterna incertidumbre, en largos años sin noticias sobre nuestros seres queridos. Poco duraba la satisfacción de saber: enseguida nos sentíamos indignados, ¿por qué ellos vivían tan tranquilos como si nada hubieran hecho? Para sus vecinos era un tipo más, incluso un viejito respetable, cuando pocos años antes había secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido a miles de personas. Andaban por la calle como cualquiera de nosotros. Llevaban una vida normal y pasaban inadvertidos. Pudimos atacarlos, cobrarnos venganza. Hubiera sido comprensible que una madre, un padre, un hijo de personas torturadas y desaparecidas, explotara por el enojo desesperado que provoca la impunidad. Sin embargo, entre nosotros, decenas de miles de familiares, nadie lo hizo. Nunca. Sabíamos algunos de sus nombres y los memorizábamos con esfuerzo para que no nos ganara el olvido. Teníamos el deber de recordarlos y repetirlos hasta el cansancio, pero desconocíamos muchos de sus rostros. Eso me angustiaba, ¿qué tal si me cruzaba con ellos sin saberlo? Podía tener enfrente a los asesinos de mis padres y no reconocerlos.
Hernán Cappelletti
É . Sólo una vez me crucé con Menéndez. Fue por el año 2000, en una soleada tarde de invierno. Estaba yo en Córdoba, adentro de la casa de una amiga, cuando él llegó a visitar a una de sus hijas, quien vivía enfrente. Había unos 15 metros entre él y yo, paredes y un gran vidrio de por medio. Nunca me vio, nunca supo que alguien lo observaba, pero tampoco pude mirarlo por
Un ser monstruoso. Paula recordó tambièn la primera vez que vio a Menéndez, frente a la casa de una amiga.
Pareja militante Luis Mónaco era periodista y camarógrafo, y Ester Felipe, psicóloga. Ambos militaban en el ERP. Fueron secuestrados en enero de 1978, en la localidad de Villa María, cuando su hija Paula tenía apenas 25 días de vida.
mucho tiempo. Me impresionó la energía que transmitía. Caminaba muy erguido y lento, como marcando terreno. Tenía el andar pesado, decidido y temible. Era viejo, pero nadie podría haberlo confundido con un anciano bueno. Su hija y sus nietos salieron a recibirlo, no hubo abrazos. Me aterroricé. Me tiré al piso y quedé tiesa por varios minutos. Él ya no estaba, se había ido, y yo seguía congelada. Pasé las siguientes horas lejos de las ventanas, sin poder asomarme. E . El 23 de octubre de
2013, en la sala del Tribunal Oral Federal Nº 1, declaré como querellante por la desaparición forzada de mis padres, Ester Felipe y Luis Mónaco. Mi corazón palpitaba como queriendo salirse del cuerpo, mis emociones estaban alteradas. Al fin llevaba ante la justicia los reclamos de mi familia, que peregrinó por 36 años. Al fin me escucharían, quisieran o no. Sentía el peso de la responsabilidad sobre mis espaldas. Quería que supieran quiénes eran mis padres, Ester y Luis; psicóloga y periodista; personas divertidas y queridas; hermanos, amigos, militantes
comprometidos hasta dar la vida por sus convicciones. Quería levantar sus nombres y sus historias frente a quienes los mataron y quisieron borrarlos. Quería reclamarle a la Justicia argentina por décadas de complicidad y traición a sus principios. Detrás de un vidrio había un montón de genocidas. Yo bajaba escalones rumbo al Tribunal y ganaba tranquilidad con cada escalón porque me acompañaba mi familia, de sangre y del corazón. Estaban ellos, pero también nosotros. Llegué al lugar de los testigos, una silla instalada frente a los jueces y a centímetros de los genocidas. Sin pensarlo, desvié un poco mi andar. No me senté en el lugar asignado, avancé hacia los genocidas. Eran como unos 30, pero no podía verlos bien, para mí era una masa de gente desenfocada. Entre ellos, claramente, ubiqué a Menéndez. Sentí nuevamente la horrorosa energía que irradia y que hace imposible ignorarlo, pero esta vez lo miré. Lo miré fijamente, mientras él me miraba. Tiene muchas arrugas, ojos desgastados y párpados que cuelgan. Es un viejo encorvado con una frialdad implacable. Sostuve la mirada. Me veía, lo veía. Fueron unos tres segundos que cambiaron mi vida. Estaba mirando a los ojos al genocida, al temido ser monstruoso que carga en sus espaldas unos 2.000 desaparecidos y muertos en unos pocos años. A aquel a quien irónicamente llamaban “Cachorro”. Al sádico que disfrutaba al ver torturar. Al tipo que se creía dueño de las vidas de otros. Al hombre que mató a mis padres. Hubiera podido insultarlo, tirarle el bolso que traía en la mano o gritarle, al menos. No lo hice. Ya no le tenía miedo. Él estaba sometido a juicio y yo lo acusaba públicamente. Lo podía mirar y señalar delante de otros. Él, los demás genocidas y los jueces tenían que escucharme, quisieran o no, aunque se hicieran los distraídos. Peleamos y aguantamos mucho para llegar a este momento. Yo fui la testigo número 167 y todavía faltan varios cientos de testimonios. Tendrán que escucharnos y pueden defenderse, no somos ellos.
EN PROFUNDIDAD
El diario del Juicio La Perla | Año V · Nº 33
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INSTITUCIONAL • EL FALLO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA QUE DECLARÓ LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY DE MEDIOS
Festejando 30 años de democracia El 30 de octubre de 1983, los argentinos volvimos a elegir democráticamente a nuestro gobierno y desde ese día lo hacemos de manera continuada hasta hoy, un hecho inédito en la historia política argentina luego de un siglo XX marcado por los constantes quiebres constitucionales. Treinta años después, un martes 29 de octubre, luego de incansables luchas por democratizar los medios de comunicación, los intereses populares primaron sobre los poderes corporativos que se negaban a respetar la voluntad popular. En ese martes histórico, a través de un fallo contundente, la Corte Suprema de la Nación declaró constitucionales todos los artículos de la Ley de Medios, obligando al Grupo Clarín a respetar una ley debatida y sancionada con amplios y diversos respaldos políticos en ambas cámaras del Congreso, en 2009. Los mismos medios que pactaron con los genocidas para apropiarse de Papel Prensa, y acompañaron al Terrorismo de Estado para escarmentar al movimiento popular y poner en marcha un proyecto económico anti nacional, hoy utilizan todos los resortes de su inmenso poder de fuego para obstaculizar no sólo una ley profundamente democratizadora, sino también para erosionar la legitimidad de un gobierno elegido en elecciones libres y abiertas.
Lo que pasó en aquel octubre del 83 tiene una íntima relación con este octubre de 2013, porque mientras ayer la sociedad argentina buscaba decidir su futuro participando en la elección de sus representantes, tres décadas después, ese mismo pueblo aguardaba con ansiedad que un poder del Estado -en este caso el judicial-, protegiera una ley que surgió desde y para el
Este ejemplar contó con el aporte solidario de las siguientes organizaciones:
· Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) · Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) · Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial de la Pcia. de Cba. (AGEP) · Sindicato Luz y Fuerza - Córdoba · Unión Obrera Gráfica Cordobesa (UOGC) · Cooperativa Integral de Carlos Paz (Coopi)
pueblo, que llegó para democratizar la palabra, federalizar los contenidos culturales y diversificar un sistema de medios incorporando a los sectores comunitarios y cooperativos. Hubo que transpirar la camiseta y golpear todas las puertas del poder, pero hoy los argentinos podemos sentir que los intereses patrimoniales de una corporación
Por Afsca Córdoba (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual)
jamás pueden estar por encima del derecho a la comunicación de los cuarenta millones que somos. La Ley de Medios fue una conquista de la democracia, que expresa el punto de partida de un nuevo paradigma de la comunicación en el país, que se hará extensivo en América Latina. Forma parte de una misma política pública de recuperación del rol del Estado en la sociedad; la política que hizo posible el juicio y castigo a los represores, la integración latinoamericana, la redistribución del ingreso a través de paritarias, los gravámenes a la renta agropecuaria, las políticas sociales inclusivas, la reindustrialización, la protección del mercado interno, el matrimonio igualitario, la nacionalización del sistema jubilatorio e YPF. Todas ellas son medidas que marcan un proyecto de avanzada que nos anima y entusiasma a ir por más y profundizarlo. La importancia de saber que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es profundamente constitucional es que hoy los argentinos podemos sentir que nadie tiene coronita, y que a pesar de los claroscuros, avances y retrocesos, esperanzas y frustraciones, todos somos un poquito más iguales ante la ley. La mejor noticia que podíamos recibir para festejar 30 años de democracia ininterrumpida.
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CONTRATAPA
30 de septiembre al 13 de octubre | Será Justicia
Por María Cristina Mata
Licenciada en Letras Modernas. Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba.
estudiantes abren la agenda para reflexionar y debatir sobre lo que estudian, lo que aprenden o no, lo que desean ser. Nuestro asombro y alegría se hicieron cantos, saltos, aplausos, redoble de tambores. Por eso también sentí que la noticia nos llegó mejor de lo que algunos habíamos esperado, porque la recibimos colectivamente, del mismo modo en que construimos la LSCA. Mucho se ha hablado de esa construcción: de los 21 puntos de la Coalición por una Radiodifusión Democrática –espacio que aglutinó a medios sin fines de lucro, académicos, trabajadores, organizaciones sociales–; de la decisión del gobierno nacional; de los foros y debates enriquecedores realizados en todo el país; de los acuerdos parlamentarios y las movilizaciones populares reclamando el derecho a otra comunicación audiovisual. Pero a esos hechos recientes, hay que añadir el camino más largo que transitaron quienes, apenas recuperada la democracia se atrevieron a confrontar las disposiciones legales que la dictadura había establecido para también a través de la radiodifusión imponer silencios y miedos. Las radios piratas, truchas, ilegales como se las llamó –mientras ellas comenzaban a proclamarse alternativas o comunitarias– encarnaban en la práctica el derecho legalmente negado y mantenían presente el sueño de la pluralidad de voces y relatos. Es la primera vez que lo digo: al regresar a Córdoba después de 8 años de exilio, fueron esas emisoras las que me permitieron suturar la herida de la vuelta. Reincorporada a la Universidad de la que nos habían separado en 1975, me preguntaba cómo no perder y, por el contrario, hacer crecer lo que había ganado en aprendizajes y compromisos en Perú, en Ecuador y en muchos otros países de América Latina donde fui parte del quehacer de radios populares y alternativas, ese murmullo creciente de voces que buscaban ser palabras legítimas, reconocidas en su dignidad. Y en buena medida, fueron las nacientes experiencias de radio comunitaria de nuestro país y las organizaciones que crearon, las que me permitieron anclar el pensar y volverlo productivo en esa lucha que sentimos ganada el 10 de
E D J L P C
Hernán Cappelletti
Treinta años de democracia sin golpes en medio. Años de búsqueda de restauración de justicia ante los crímenes que nos destrozaron familiares, amigos, compañeros, historias de vida. De restauración del derecho a pensar y hablar. De restauración del derecho a imaginar el futuro aunque ese derecho no figure en ninguna constitución, declaración o pacto internacional. Y entonces, el día previo al aniversario de estos años difíciles y contradictorios pero restauradores, llegó la noticia anhelada durante 4 años: la confirmación de que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) podía aplicarse integralmente. Una noticia mejor de lo que algunos esperábamos: la Corte Suprema de Justicia no modificó el espíritu con que esa ley fue propuesta y aprobada por la mayoría parlamentaria; ratificó que no existe interés particular-patrimonial que pueda sobreponerse al interés colectivo; confirmó que la LSCA no cercena la libertad de expresión y que están totalmente vencidos los plazos que tenían los medios audiovisuales monopólicos para adecuarse a sus disposiciones. Proveniente de una justicia que tantas veces mira hacia los poderosos buscando su venia, el fallo mostró que por una vez la venda funcionó y que no se juzgó haciendo guiños sino conforme a derecho y a principios democráticos. Y que se terminaba de saldar una de las deudas que los más viejos sentíamos pendientes desde el momento en que, bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, comenzamos a trabajar para que sean derogadas las disposiciones dictatoriales en materia de radiodifusión. Esas que año tras año se volvían más pesadas por la imposibilidad o falta de voluntad de los gobernantes y por nuestra propia debilidad como sociedad civil para hacer frente al poder de quienes buscaban y aún buscan conservar un privilegio mayúsculo: el dominio del habla pública. Escuché la noticia con los compañeros del Centro de Estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Información, un grupo de egresados, algunos estudiantes y unos pocos docentes e invitados en el patio de la escuela, porque en minutos, no más, iba a comenzar la Semana del Comunicador 2013; ese espacio en que anualmente los
Hernán Cappelletti
La voz recobrada
octubre de 2009 cuando la LSCA se aprobó en el Senado de la Nación. Por eso no es la primera vez que, haciéndome cargo de lo polémicas que pueden resultar mis palabras, digo que el panorama abierto por el fallo de la Corte habilita y exige que se den los pasos necesarios para desmonopolizar el sistema. Pero antes del fallo, en la ley vigente desde hace 4 años, existen exigencias que el Estado debe cumplir; entre ellas: garantizar el 33 % de las ondas para las entidades sin fines de lucro; llamar a concursos para los nuevos operadores de televisión registrados en los censos públicos; implementar
el Fondo de Promoción para proyectos especiales, comunitarios y de Pueblos Originarios; establecer el Plan Técnico que permita la administración eficaz y democrática del espectro radioeléctrico. Sin embargo, sostengo que la garantía de la voz recobrada seguirá estando en las experiencias que durante 30 años, empecinadamente, dijeron desde el quehacer que todas y todos teníamos derecho a comunicar a través de la radio y la televisión, y en la vigilancia colectiva que realicemos respecto de todo lo que logramos con la LSCA. La alegría y los abrazos de estos días no significan tiempo de descanso.
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Consejo Editor: Por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Cba.: Betty Argañaraz, Rosario Rodríguez, María del Carmen Torres, Angel Villanueva. Por Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba: Lucas Fanchín Director: Sebastián Puechagut • Secretaría de Redacción: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta, Miguel Magnasco • Corrección: Victoria Picatto • Dirección de Arte: Sebastián Puechagut · Diseño: Pablo Gamboa Fotografía: Pablo Gamboa, Nicolás Castiglioni · Ilustración: Hernán Cappelletti · Distribución: Julia Soulier, Ernesto Torres • Colaboraron en este número: Matías Capra, Lucía Galará, Paula Mónaco Felipe Administración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - info.usinacreativa@gmail.com
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