EL DIARIO DE LOS JUICIOS EN CÓRDOBA
PUBLICACIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA
A VI · N 38 · J 2014
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EL HISTORIADOR MARIO BUFANO BRINDÓ UNA VISIÓN DE LA LUCHA ARMADA QUE IMPIDE CUALQUIER ANALOGÍA ENTRE GUERRILLA Y TERRORISMO DE ESTADO
Manuel Bomheker
Los testigos de contexto desarticulan la teoría de los dos demonios Fantasmas. Aún apelando a modales marciales y estrategias disuasorias, los espectros del terror siguen rondando la figura de Menéndez.
Garantismo vs. ‘Manodurismo’ Después de tantos años siendo testigos de cómo la organización y la participación van constituyéndose en la garantía para terminar con la impunidad, estamos en condiciones de romper esta antigua dicotomía. Quienes venimos abriendo caminos en garantías constitucionales, pensamos que la historia ha demostrado que los crímenes de lesa humanidad son algo más que delitos imprescriptibles. Son delitos aberrantes que marcaron una identidad de terror en más de tres generaciones. Además de haber desarrollado con impecables garantías jurídicas los juicios a los genocidas, hemos expuesto con valentía y respeto los más atroces hechos cometidos. Incluso a costa de reabrir heridas, y poniendo en juego la re-victimización de los testigos. Cuando hablamos de terrorismo de Estado, hablamos de todo lo que significó: desde el objetivo de reconstrucción de los hechos para que la sociedad pueda comprender, hasta el relato testimo-
EDITORIAL
nial sobre la dimensión del crimen. Esto, aunque doloroso y cruel, permite darle visibilidad a las ausencias. Hemos construido a lo largo de estos años estrategias de contención, hemos desarrollado una inmensa ingeniería de difusión y nos hemos abocado a la promoción y protección de los derechos humanos en todos los espacios que nos fueron posibles. En estos días nos enfrentamos a la posible concesión del beneficio del “dos por uno” al genocida Menendez, lo que significa que, por la causa Brandalisis juzgado en el año 2008 se daría por cumplida su condena. Tecnicismo más, tecnicismo menos, lo cierto es que es legal. Pero no legítimo. Desde la legitimidad que nos asiste tenemos el deber y el desafío de pensar en nuevos paradigmas de funcionamiento de un poder judicial que nunca fue atravesado por la democracia y al que le faltan los grises donde quepan las diferencias entre un delito de lesa humanidad y un Estado democrático.
DE ACUERDO A LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES, LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS CITA A DIVERSOS TESTIGOS –EN SU MAYORÍA HISTORIADORES O SOCIÓLOGOS– CON EL OBJETIVO DE ABONAR LA HIPÓTESIS DE UNA ‘GUERRA SUCIA’. SIN EMBARGO, EN NINGÚN CASO PUDO SOSTENERSE ESTA VERSIÓN.
· MEMORIA ·
Historias de vida: Vicente Fernández Quintana
INFORME ESPECIAL: EL CÓDIGO PENAL ARGENTINO
Una cuestión de códigos
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Cuando la palabra busca el miedo “Desarmar la inteligencia social, y dejarla a la deriva con sus instintos, entre el miedo y el odio”. P L B
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EL JUICIO POR DENTRO
Junio de 2014 | Será Justicia
LA APROPIACIÓN DE NIÑOS DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO • LA RECONSTRUCCIÓN DE DOS VIDAS EN SIMULTÁNEO
“Yo soy Astrid” L A P, 1976 . S , M, . Jaime Díaz Gavier, presidente del tribunal, atraviesa la sala de audiencias junto con los otros jueces. Son las dos de la tarde del 27 de mayo y han pasado cuatro testimonios que continúan la búsqueda de justicia. El último de ellos ha sido especial. El drama de esa historia descubre heridas aún abiertas de los días salvajes del terrorismo de Estado. Al cruce de Díaz Gavier, sale una mujer de unos 40 años. El juez se detiene. Hace un esfuerzo por reconocer esas facciones, pero parece no lograrlo. La mujer lo toma del brazo, y mirándolo fijo, se presenta: “Yo soy Astrid”. Astrid Patiño en algún momento también fue Adriana Cuello. No hace mucho que se presenta como pudo hacerlo frente al presidente del Tribunal. Sus memorias comienzan en 1973, cuando nació, pero tienen otro inicio, en 1976, cuando la arrancaron de los brazos de sus padres: Omar Patiño y Gabriela Carabelli, ambos aún desaparecidos.
R . Mirta Amelia Patiño fue quien narró la historia de Astrid en la audiencia 150 de la
megacausa. Su hermano, Omar, era empleado municipal y artista plático graduado en escultura. Se había unido con Gabriela Carabelli en 1972. Doce meses después, nacía la pequeña Astrid. Años más tarde, ya separados, ambos fueron secuestrados. Primero Gabriela, el 2 de abril de 1976, en barrio Los Plátanos. Y luego Omar, el 28 de diciembre de 1977, en Buenos Aires. “Recién por el libro La Perla (publicado en 1984 por el periodista Roberto Reyna), supimos que figuraban como ‘trasladados’, Patiño y Carabelli, a La Perla”, afirmó la testigo, luego de relatar todos los intentos fallidos por conseguir información acerca del paradero de la pareja.
R . El 12 de abril de 1973, en Córdoba, nacía Astrid Patiño. Tras el secuestro de sus padres, fue llevada a la Casa Cuna donde la dieron en guarda a una familia de barrio San Vicente. Astrid pasó a ser, en ese momento –y formalmente hasta el día de hoy– Adriana Cuello. Con ese dato, Mirta acudió a Abuelas de Plaza de Mayo para
toria a sus propios hijos y hoy está por recuperar su verdadero nombre”, indicó Patiño en su declaración.
A . La sustracción a los Patiño no sólo fue identitaria. Las propiedades que tenían tanto Omar como Gabriela fueron usurpadas en aquel momento, y nunca más restituidas a la familia. Por ello, el abogado querellante Claudio Orosz solicitó un informe al Registro de la Propiedad para conocer la historia del inmueble ubicado en la calle Isabel la Católica, al 285 –donde Astrid se crió–, para saber cómo fue el paso a sus propietarios actuales.
Juntas. Mirta y su sobrina Astrid luego de la declaración.
L A Durante su testimonio, la testigo mostró la partida de nacimiento de su sobrina. Allí consta la fecha – de Abril de – y el nombre con el que fue inscripta: Astrid Patiño. que la ayudaran a recuperar a su sobrina. Según relató la testigo, junto con un grupo de Abuelas –encabezado por Otilia Lescano, en ese entonces presidenta de la organización–, golpearon “puerta por puerta”, hasta que la encon-
ESCLARECIMIENTO DE LOS HECHOS • SE REITERA EL PEDIDO DE INVESTIGACIÓN DE ARÁOZ
‘Chiche’, cada vez más complicado U D2 J C A . La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó establecido que los testimonios de las víctimas del terrorismo de Estado y los de sus familiares son necesarios para el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante aquel período. Si fuera por ese sólo motivo, Julio Cesar ‘Chiche’ Aráoz debería estar siendo investigado. Al menos tres testigos de la megacausa La Perla lo han señalado como colaborador del Comando Libertadores de América. Pero por si acaso eso no fuese suficiente, el ex funcionario de Menem es señalado en un acta del Departamento de Informaciones (D2) –hecha pública semanas atrás– como “informante” de dicha unidad. El documento secuestrado por la SIDE en 1999 explicita el rol de Aráoz en connivencia con la Policía de la provincia de Córdoba, en los años 70.
En la mira. Julio César Aáoz.
L . María Lidia de Arias, Madre de Miguel Ángel ‘Coqui’ Arias, desaparecido el 29 de junio de 1976, relató ante el Juzgado Federal Nº3 que tras el secuestro de su hijo, Aráoz le pidió cinco nombres de otros jóvenes a cambio de brindarle información sobre su paradero. Hecho que provocó una denuncia penal de la agrupación H.I.J.O.S a fines del año pasado. Por otro lado, Hugo Mansilla, durante su testimonio, aseguró que la noche en que secuestraron a Hugo Estanislao Ochoa y otros dirigentes del Sindicato de Empleados Públicos (a fines de
E . Díaz Ga-
1975), Aráoz les advirtió: “Esta noche no duerman en sus casas”, a sabiendas del operativo que efectivamente se llevó adelante después. Esta información fue corroborada luego con el testimonio de Olga Foncea, esposa de Roberto Julio Yornet, delegado del SEP en la Secretaría de Turismo y Comercio que ‘Chiche’ conducía. Según la declaración de la testigo, la noche de la ‘advertencia’, allanaron su casa violentamente.
I. Resulta extraño que habiendo tantos indicios de la complicidad de Aráoz con la D2, la justicia todavía no haya iniciado ninguna investigación al respecto. El documento que tomó estado público en los últimos días profundiza las sospechas y vigoriza los testimonios que se dirigieron en tal sentido. Mientras tanto, ‘Chiche’ se prepara como candidato a gobernador de la provincia de Córdoba. Su suerte estará ligada, también, al desarrollo del proceso judicial en curso. Habrá que esperar.
traron. “La localizamos recién en 1983. En esa oportunidad se negaba a verme. Temía que la sacáramos de su nueva familia. Pero con el tiempo, ella sola se acercó y tuvimos una relación fluida. Hace poco le pudo contar esta his-
vier queda perplejo ante la revelación. Lo asalta el drama histórico que encierran esas tres simples palabras: “Yo soy Astrid”. Comprende el sinnúmero de conmociones que atraviesan a su interlocutora. Acaba de conocer sus biografías, sus vidas en paralelo. Recorre el espiral de lo cronicado recientemente por Mirta Patiño. Sin poder ocultar su propio estremecimiento, resuelve el encuentro con una respuesta tan simple como necesaria: “Nosotros estamos aquí para hacer justicia por tus padres”.
TESTIMONIO · ELENA Y BEATRÍZ ECHEVERRÍA
Perder a un joven bueno
El Deán Funes. Un colegio con historia.
Pablo Rosales tenía años cuando fue baleado por la espalda por una patota militar, el de noviembre de . Su pecado había sido participar en el centro de estudiantes del colegio Deán Funes, de Córdoba. Su madre Beatriz Josefina Echevarría y su tía, Elena del Carmen, prestaron declaración semanas atrás y contaron la historia del joven. Según relató Beatríz, aquella noche del de noviembre, Pablo pidió permiso para salir solo una hora de su casa. Al no regresar, su padre comenzó a buscarlo, hasta que la familia recibió un llamado de un comodoro de Aeronáutica de apellido Chostri, que les comunicó lo peor: “Quedate tranquila que a tu hijo lo han matado”. Según pudieron reconstruir con el paso de los años, al muchacho le dieron la voz de alto, y al salir corriendo, le dispararon por la espalda. Vecinos que presenciaron el hecho, alcanzaron a llevarlo al Hospital Militar pero Pablo no logró sobrevivir. A su turno Elena expuso el por qué de
la persecución a su sobrino. “Se decía que en la dirección del colegio Deán Funes habían quedado las listas de los integrantes de los centros de estudiantes del colegio”, detalló la testigo. De esa misma institución también se encuentra desaparecido Eduardo Daniel Budini. Ambas declarantes contaron que tuvieron que convivir con la tristeza de haber perdido a un “joven bueno”, pero además soportaron las mentiras que se decían sobre su muerte. El comunicado oficial, por ejemplo, anunciaba el fallecimiento como producto de un enfrentamiento armado. Pablo jamás había portado armas. Finalmente, Beatríz Echeverría sostuvo que nunca perdió la esperanza de encontrar justicia por el crimen de su hijo. “Hace años yo me quedé sola. Pero me propuse una cosa: si hace falta voy a estar entera para cuando llegue el momento de denunciar. Todos estos años he hecho lo necesario para mantener la cabeza sana y contar lo que he vivido.
EL JUICIO POR DENTRO
El diario de los Juicios en Córdoba| Año VI · Nº 38
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UN NUEVO TESTIGO DE CONTEXTO SOLICITADO POR LA DEFENSA • MARIO ALFREDO BUFANO PRESENTA SU VISIÓN DE LA LUCHA ARMADA
“De ninguna manera es posible igualar la guerilla a los genocidas” Algunos comunicadores o medios de comunicación utilizan la misma estrategia que la defensa de los imputados en el juicio La Perla. Trabajan sobre una visión muy particular acerca de lo ocurrido en los años 70, que suele quedar enredada en su propia incoherencia. Por ejemplo, piden “autocrítica” a los militantes de las organizaciones políticas vinculadas a la lucha armada, pero cada vez que alguno la hace, se preocupan rápidamente por reducir esas reflexiones, linealizarlas y utilizarlas para deslegitimar todo proceso organizativo de aquella época. Queda así invisibilizado el proyecto político que defendían dichas organizaciones, el contexto, las correlaciones de fuerza, los intereses en juego. De esta manera, la riqueza histórica, política y social de esas (auto)retrospecciones se pierde en el afán de desdoblar –forzadamente– las responsabilidades del terrorismo de Estado. Un recurso tan recurrente como endeble. Por fortuna, aparecen testimonios como el que brindó Alfredo Mario Bufano en la audiencia 151 del jucio, que logran escapar a esa manipulación y dejan saldos significativos para discutir con el pasado y sus contradicciones.
C . Bufano es periodista y escritor. Tiene 70 años y fue un militante activo durante su juventud. La defensa decidió citarlo como testigo de contexto por su visión crítica sobre el rumbo asumido por algunas agrupaciones políticas, muchas de ellas vertidas en la revista Lucha Armada. Su convocatoria a prestar declaración responde a una estrategia que la defensa ya ha utilizado anteriormente: construir igualdad de condiciones entre las Fuerzas Armadas y los sectores organizados políticamente (Ver nota aparte). Pero Bufano –desde su propia experiencia– se explayó con mayor profundidad sobre los dramas vividos en esa década. “A fines de los 60, si hay algo que nos impulsó a tomar las armas, fue la impotencia frente al accionar militar. Si lo hicimos, fue por esa pandilla que se había adueñado del poder precisamente a través de las armas. Nos preguntábamos: «Si ellos pudieron, ¿porqué el pueblo no iba a poder hacerlo para defenderse?». Sólo después de esa contextualización, expuso sus diferencias respecto del proceder de quienes optaron por la praxis guerrillera aún luego del regreso de
Manuel Bomheker
E A M B . S E . O .
El tiro por la culata. Muchos de los testigos solicitados por la defensa ponen en jaque la justificación de los crímenes juzgados.
A En la revista Lucha Armada se muestra una enorme diversidad de documentos de las distintas organizaciones políticas de los . “Es un aporte para que los jóvenes puedan ver qué cosas se discutían en aquel momento histórico”. Juan Domingo Perón al país y la restitución democrática que ese hecho implicó. El testigo explicó, que según su modo de ver, la lucha armada no debería haber perdurado luego de los comicios de 1973, donde la ciudadanía
concurrió masivamente a las urnas. “No escuchamos el llamado a la paz y a la no violencia que el pueblo hizo en las elecciones de ese año. La gente votó por la democracia. No supimos entender ese mensaje”.
N . Bufano guardó en su testimonio una coherencia notable con sus publicaciones en Lucha Armada. Sus análisis no admiten reducciones, ya que constan de una revisión minuciosa acerca del accionar propio y ajeno, y se presentan asentados en su correspondiente contexto histórico. Por eso mismo, la estrategia de la defensa tampoco resultó efectiva en esta oca-
sión. El testigo, al exponer sus conocimientos, fue categórico en el punto decisivo de este juicio: el terrorismo de Estado. “Una pandilla se apoderó del poder por las armas. Allí empezó una cacería donde miles de personas fueron violadas, torturadas y asesinadas. La mayoría eran intelectuales, profesionales, trabajadores, escritores. Todos ellos ajenos a la violencia. Inclusive los militares consideraban a la guerrilla como una ‘banda de delincuentes subversivos’, es decir, como un estorbo solamente. No puede de ninguna manera igualarse una ‘banda de delincuentes’ con todo el aparato de un Estado represor, ¿verdad?”.
ANÁLISIS · LOS TESTIGOS CONVOCADOS POR LA PROPIA DEFENSA RECHAZAN LA TEORÍA DE LOS DOS DEMONIOS | Por Alexis Oliva
De la invocación al exorcismo La teoría de los dos demonios es una “versión que explica el terrorismo de Estado desde una supuesta necesidad de combatir la subversión, justificando así el accionar de las fuerzas represivas”, tal como la define una cartilla informativa publicada en por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Cba. Hace más de diez años que esta ‘visión simplificada’ dejó de ser la teoría oficial del Estado. Sólo reaparece de la mano de sectores políticos opositores a las políticas de DDHH, y medios y periodistas que buscan distorsionar la realidad histórica a favor de su ideología antidemocrática. En el ámbito del Poder Judicial, que durante muchos años
fue el gran legitimador de los ‘dos demonios’, esa teoría hoy sólo es invocada por las defensas de los represores, lo que se traduce lisa y llanamente en culpar a las víctimas. Sin embargo, más allá de esta ofensiva consecuencia, se genera además la oportunidad de discutir, refutar y terminar de exorcizar el engendro. Es lo que ha ocurrido con los llamados testigos de contexto convocados a instancias del abogado Osvaldo Viola, defensor del ex mayor del Ejército, Ernesto Barreiro. Ex militante montonero, prisionero en La Perla y autor de Organizaciones político-militares (Nuevos Tiempos, ) y Límites y Desbordes (Libros del Rescoldo, ), Carlos Flaskamp
brindó un testimonio con efecto boomerang sobre la estrategia de la defensa: “Definir lo que pasaba en la Argentina como una guerra, lleva a desdibujar los aspectos políticos de la situación. Había una violencia defensiva. Las organizaciones armadas de origen popular respondían con su violencia a los sectores de la clase dominante que atacaban al pueblo”. “¿Cuáles sectores?”, preguntó el abogado de Barreiro. “Las Fuerzas Armadas”, precisó Flaskamp. Lo mismo sucedió cuando declaró el ex militante del PRT-ERP y escritor Arnol Kremer (Luis Mattini), y ahora con el categórico testimonio de Alfredo Mario Bufano, codirector de la revista Lucha Armada. Hasta Cefe-
Diferentes miradas, la misma conclusión. Flaskamp, Reato, Kremer y Bufano.
rino Reato, quien en el campo periodístico editorial es el difusor de moda de la teoría de los dos demonios, cuando le tocó declarar en la megacausa no se atrevió a sostenerla. “Había un contexto generalizado de violencia”, fue la revelación con la que el autor de ¡Viva la sangre!
(Sudamericana, ) capeó el cruce de preguntas entre las defensas, fiscalía y querellas. Cuando se discuten estas cuestiones, Viola suele bromear: “Lo convoquemos como testigo a Henry Kissinger”. Habría que darle el gusto, pero… ¿como testigo?
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UN DEBATE NECESARIO: LA REFORMA DE UN CODIGO PENAL Q
Junio de 2014 | Será Justicia
INFORME ESPECIAL: EL CÓDIGO PENAL ARGENTINO • LAS MIRADAS JURÍDICAS Y SOCIALES SOBRE UNA REFORMA URGENTE Y NECESARIA | Por César Pucheta
El desafío social para una nueva legislación penal
Hernán Cappelletti
L . L . L J, . ¿G ? El debate sobre la reforma del Código Penal es uno de los más importantes entre aquellos que el Estado Nacional ha decidido impulsar en el último tiempo. Producto de discusiones permanentes y de arbitrarias lecturas coyunturales, el tema se ubicó en la escena pública casi de manera preponderante en los últimos mese. Ese arbitraje coyuntural que los diferentes gobiernos han llevado a cabo desde 1921 (año en que sancionó el Código en vigencia) hasta la actualidad, generó en el texto original alrededor de un millar de modificaciones y normas especiales que buscan actualizarse y sistematizarse en la reforma que se discute a partir del Anteproyecto que hoy se encuentra en la segunda fase de su desarrollo, puesto al análisis de las universidades y las organizaciones no gubernamentales. “Nuestro Código Penal responde a paradigmas de hace 100 años, y si bien eso representó un avance en su momento, su espíritu estaba contenido en premisas que son características del derecho liberal”, comenta a Será Justicia la doctora María Laura Garrigós de Rébori, titular de la Cámara de Casación Penal y del colectivo Justicia Legítima. Visto desde nuestro cristal de época, el principal problema que tuvo la génesis de aquel proyecto se suscitó cuando el Código llegó al Senado. Allí primaron las teorías deterministas que en ese momento estaban en boga, lo que “generó que se instalará la idea de la ‘peligrosidad’ que debía ser controlada a través de la ley penal y en la que se daba por sentado que una persona que cometía delitos era una per-
sona ‘peligrosa’ que iba a volver a cometer delitos. La ley penal, entonces, no sólo debía actuar ante el delito, sino que debía servir para prevenirlo”. El determinismo como filosofía de pensamiento penal llegó a relacionar el accionar delictivo con sintomatologías físicas (planteaba que la
existencia de problemas neurológicos predeterminaban a alguien a cometer delitos) y, más adelante, con teorías sociales de tipo darwinista. “Todas esas teorías están terminadas –dice Garrigós de Rébori–, ya nadie piensa que el delito está determinado biológica o sociológicamente. Aunque
EL ASOMBROSO CONTRAPUNTO EPISTOLAR ENTRE ZAFFARONI Y FRANCISCO
Los puntos sobre las íes te y haga frente al “Creo leer en las padaño causado y lolabras de Su Santigre replantear su vidad una renovación da sin quedar aplasy actualización de la tado por el peso de admonición de ‘causus miserias”. tela’ en el uso del Advirtiendo sopoder punitivo”. Las bre algunos discurpalabras pertenecen sos opositores que a un tramo de las La Iglesia y el Derecho. Respuesta a la carta del Papa. intentan poner el foexpresiones que, en nombre de la Asoc. Latinoamericana de Derecho co de la discusión en la necesidad de un endurePenal y Criminología y de la Asoc. Internacional cimiento de las penas y la ‘prevención’ a cualquier de Derecho Penal, el juez de la Corte Suprema, Eu- costo, esas palabras son retomadas por Zaffaroni para su misiva, en la que observa que “nuestra regenio Zaffaroni, dirigió al Papa Francisco. Con cuestionamientos internos y externos, la gión sufre diferentes niveles de violencia que sóIglesia Católica ha jugado un rol importante en lo parecen interesar como objeto de manipulación medio del debate, mediante la actuación directa mediática, en pos de consolidar la idolatría del de su máxima autoridad. Sus participaciones pú- poder punitivo”. El contrapunto, en el que el ministro de la Corblicas en torno al tema tuvieron su expresión en las declaraciones formuladas a partir de una carta te elogia el rol papal por “valioso” y “valiente”, siroficial y en la reunión que lo encontró con el co- vió para poner blanco sobre negro en una discuordinador de la comisión encargada de la redac- sión que parece desviarse, centrándose en la pución del Anteproyecto, Roberto Carlés. En sus pa- nibilidad, y sobre la que el Papa ya había intentalabras, el Sumo Pontífice ponía acento en la nece- do ubicar –humana y religiosamente– en torno a sidad de “avanzar y hacer lo posible por corregir, la armonía social en la que debe enfatizarse la pomejorar y educar al hombre para que madure en sibilidad de “rehabilitación y total reinserción (del todas sus vertientes, de modo que no se desalien- reo) en la comunidad”.
sí hay indicadores de que hay una propensión al delito por parte de aquellos que tienen complicaciones para poder elegir lo que quieren elegir. Eso nos involucra como sociedad en lo que debemos entender como el reparto de posibilidades. Si no podemos garantizar esa igualdad de posibilidades al principio, seremos corresponsables de las diferencias que esto provoque. “Hoy sabemos que cuando se incrementa la brecha entre los más ricos y los más pobres, aumenta la conflictividad social, se incrementa la violencia y, naturalmente, el delito. Este nuevo Código toma nota de eso al reconocer que la mayor vulnerabilidad del autor al momento de cometer el delito debe ser tomada en cuenta al considerar la pena. No es que vamos a eliminar la pena porque alguien haya tenido dificultades para concebir su vida en origen, pero es un factor que se va a considerar como coadyuvante al momento de cometer el delito. Y eso es importante, porque la propia sociedad que ha colaborado en generar desigualdad y marginación es copartícipe y co-culpable de los delitos que se provocan en su seno. La sociedad, entonces, debe ser responsable de pensar las soluciones. Y allí ingresan todas las alternativas de cumplimiento de pena en la que se va a involucrar el cuerpo social”. El espíritu del Anteproyecto elaborado por una comisión especial integrada por Raúl Zaffaroni, Ricardo Gil Lavedra, Federico Pinedo y María Elena Barbagelata parece estar expresado, filosóficamente, en esta lectura.
QUE YA CUMPLIO 93 AÑOS SE INSTALA EN LA OPINIÓN PUBLICA E . Al igual que en otros momentos, cuando se habla de legislación penal, la discusión tiende a concentrarse en la sanción y prevención del delito. Salvo excepciones, las causas parecen quedar siempre en segundo plano. Garrigós de Rébori echa mano a la historia del país para adentrarse en el tema: “Cuando Naciones Unidas habla de la conflictividad social, no lo hace desde una cuestión estructural, sino que habla del momento en la historia política de un país. Nosotros tuvimos un aumento de los índices de delito durante la crisis hiperinflacionaria de los ochenta, y durante el 2001-2002. Durante todos esos períodos, tuvimos el mismo Código y las mismas leyes, pero no los mismos resultados, porque no se trata de un problema de código penal, sino que es un problema que tiene que ver con la vida y la composición social. Si ajustamos nuestro sistema penal, en general, a criterios de racionalidad social, tendríamos que hacernos cargo de que el delito es una construcción social y, por eso, la pena que se le debe aplicar debe ser construida, también, socialmente”.
E . Uno de los principales enunciados de los críticos al Anteproyecto tiene que ver con el fomento de ideas que advierten ‘liviandad’ en las condenas y con la categoría de las penas. Dos de los puntos que acompañan el argumento de la disminución de las penas –que es, aunque relativo, erróneo– tienen que ver con las condenas excarcelables y el valor de la reincidencia como elemento a considerar. “El que diga que se bajan las penas, está mintiendo. En este Código en estudio, ninguna pena de prisión es de cumplimiento en suspenso. Hoy, la gran mayoría lo son. Se dictan penas en suspenso y las personas nunca van presas. En el proyecto nuevo, todas las penas son de cumplimiento efectivo. Ninguna se puede cumplir en suspenso. Lo que existe es que a un determinado momento del cumplimiento de la pena, esta puede ser cambiada por instrucciones especiales que dependen del juez que interviene en la causa y controla el cumplimiento de la pena. Es mucho más riguroso porque la pena a lo mejor no es de 6 años en suspenso, pero es
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VI · Nº 38 de 2, con cumplimiento efectivo”. En el caso de la reincidencia, la disputa vuelve a ser con aquellos que bregan por el endurecimiento, más allá de la concepción desde la cual se evalúa. “Es erróneo decir que la reincidencia no se tiene en cuenta. El tema es cómo la evaluamos a la hora de aplicar la sanción. Si lo volvemos a tener en cuenta, vamos aplicar una sanción que va en paralelo a la sanción del segundo hecho. O sea, estaríamos condenando a alguien dos veces por la misma cosa. Nadie puede ser condenado dos veces por un mismo delito. Lo que pasa es que al aplicar la segunda pena por el segundo delito, sí vamos a tener en cuenta que ya ha cometido uno antes. No es que no se van a considerar los antecedentes que tenga, sino que va a tener una pena diferente al que haya cometido el delito por primera vez. Es el mismo tipo de pena, pero por más tiempo, que va a depender de cada caso particular y del juez que intervenga”, agrega Garrigós de Rébori. –Hay quienes señalan que estamos en las puertas de un “Código garantista”… –Este no es un Código garantista. Es un
Código que acomoda la legislación penal a todos los tratados internacionales que ha firmado nuestro país y lo lleva al contexto social del Siglo XXI. Entonces, se aumentan las penas para los funcionarios, se sancionan como delitos todos los daños ambientales, los daños al sistema económico-financiero, y estos aspectos no son menores. Este Código aplica sanciones penales a las sociedades, que son las beneficiarias de los grandes tráficos y los grandes delitos que producen un crecimiento económico tal que se acude a sociedades para poder distraer el origen de esos fondos. Un patrimonio de una persona no puede justificar ni esconder incrementos de esas magnitudes. Al sancionarse a las personas jurídicas, lo que se busca es transparentar las estafas que no se pueden cometer individualmente hoy, en el sistema mundial. Un robo es un delito que le produce un daño a una persona determinada, pero un vaciamiento de una empresa produce daños a muchísima más gente. Aunque uno no lo perciba de inmediato, a la larga aumenta la brecha, las diferencias y el delito”.
MENÉNDEZ, BENEFICIARIO DEL 2 x 1 • PROYECTO DE LEY PARA IMPEDIR INDULTOS A CONDENADOS POR CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD | Por Alexis Oliva
Por si las moscas... “Dentro de un año y medio, cuando termine el gobierno (de Cristina Fernández de Kirchner) y Sergio Massa sea presidente, estas cosas van a cambiar”, aseguró el imputado ex policía Eduardo ‘Curro’ Ramos, en el juicio por asociación ilícita en perjuicio de víctimas del terrorismo de Estado que se desarrolla en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe. Con “estas cosas”, el represor ya condenado en a años de prisión por secuestros, tormentos y amenazas, se refería a los juicios por crímenes de lesa humanidad que se llevan a cabo desde la caída de las leyes de impunidad. Y su ilusión de banquillo es compartida por la mayoría de los . represores afectados por los procesos judiciales realizados entre el año y marzo de , según estadísticas del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Al trascender esta declaración, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, expresó: “Dudo que un gobernante, o alguien que sienta vocación democrática y aspire a ser Presidente de la Nación, se atreva a ser cómplice de la impunidad y atentar contra la democracia y las conquistas sociales, como los juicios de lesa humanidad que han logrado recuperar institucionalidad y credibilidad hacia la Justicia. Sería hacer retroceder dramáticamente el crecimiento del Estado de derecho. El pueblo no va a permitir que retrocedan las políticas de memoria, verdad y justicia”. Una forma de que el pueblo no permita el retorno de la impunidad es prevenirlo con herramien-
Horacio Pietragalla. “Una ley de estas características servirá como una reafirmación de las instituciones democráticas”.
tas legales. Con esta intención, el diputado nacional del Frente Para la Victoria, Horacio Pietragalla Corti presentó un proyecto de ley para impedir que se apliquen los indultos, amnistías y conmutación de penas por crímenes de lesa humanidad. La iniciativa sostiene que, a pesar de las excepciones que la Constitución otorga al Poder Ejecutivo para indultar o conmutar penas, los tratados internacionales incorporados a la Carta Magna en y el derecho de gentes ya existente, también impiden la aplicación del indulto, amnistía o conmutación de penas a los condenados o investigados por delitos de lesa humanidad. Al presentar el proyecto, el diputado y nieto recuperado expresó: “Una ley de estas características serviría como una reafirmación de las instituciones de-
mocráticas sobre la gravedad de los delitos de lesa humanidad y la obligación del juicio y castigo para sus responsables”. M, “”. Luciano Benjamín Menéndez ha sido sentenciado en siete ocasiones a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, pero lo único que hoy lo retiene en prisión ‘preventiva’ domiciliaria es la megacausa La Perla y los demás procesos de lesa humanidad que lo tienen entre sus imputados. En relación a sus condenas anteriores, el hombre récord de la historia penal argentina ha sido ‘excarcelado’ al haber resultado beneficiado por dos cuestiones: porque su condena de julio de en la causa Brandalisis –la única firme– se ajustó al Código Penal vigente al momento de los hechos, en diciembre de
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, que establecía años de cumplimiento efectivo para que un condenado a prisión perpetua pudiera alcanzar la libertad condicional (actualmente es de años); y por la aplicación del ‘ x ’, es decir, el cómputo doble de los días de prisión para quienes superen los dos años de detención sin condena. En julio de , el ex general de División y comandante del Tercer Cuerpo de Ejército había solicitado la aplicación del ‘ x ’ al Tribunal Oral Federal Nº (TOF Nº), que le computó un total años y meses de cárcel. La cifra se obtuvo al sumar el lapso de detención comprendido entre el de agosto de y el de octubre del (cuando entró en vigencia el primer decreto de indulto menemista /) más el período entre su encarcelamiento desde el de septiem-
bre de (durante la instrucción de la causa Brandalisis’ hasta el momento de la solicitud. Cada día anterior a la sentencia del de julio de valió por dos, con lo cual superó el lapso mínimo legal y el Tribunal le otorgó la libertad condicional. El ‘ x ’ ya no está vigente, pero se lo aplicó por haber sido la ley penal ‘más benigna’ para el reo en el período total en discusión. Además, aunque quedaran firmes las otras condenas a prisión perpetua y se añadieran otras en la megacausa La Perla y demás juicios en marcha, la situación de la que actualmente goza Menéndez no se alteraría, porque las condenas a prisión perpetua no son acumulables. Sólo lo mantendría en arresto domiciliario el permanecer en juicio. Ante la resolución del TOF Nº, la fiscalía y la querella de H.I.J.O.S y Familiares presentaron un recurso de casación, pero el Tribunal rechazó la participación de la querella por considerar que su condición de parte se agota en el proceso oral y no se extiende a la ejecución penal. Ante la negativa, H.I.J.O.S y Familiares presentaron un recurso de queja, que la Cámara Nacional de Casación Penal aceptó, por lo que actualmente hay una audiencia pendiente donde la querella podrá plantear su objeción. “Nosotros somos garantistas. No vamos a postular nada indigno e inhumano para la detención de esta gente, pero sí reclamamos el derecho a controlar la ejecución penal y a que se nos escuche”, aseguró la abogada Lyllan Luque, integrante del equipo jurídico de H.I.J.O.S y Familiares.
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MEMORIAS EN PRESENTE
Junio de 2014 | Será Justicia
HISTORIAS DE VIDA • VICENTE FERNÁNDEZ QUINTANA, UN DIRIGENTE RADICAL DE RÍO TERCERO DESAPARECIDO A LOS 68 AÑOS | Por Agostina Parisí
Don Vicente el escribano V F Q R T . L , . “Las sanciones que nos daba mi papá a mi hermano y a mí cuando nos portábamos mal eran muy graciosas. Nos hacía leer libros de Tocqueville y Montesquieu. Nos sentaba en un sillón, y allí leíamos capítulos sobre la democracia. Le leíamos a él, o lo estudiábamos y después se lo teníamos que contar. Realmente odiábamos eso, pero seguramente algo nos quedó”, rememora Enrique Fernández Quintana, el hijo menor de Vicente. Enrique recuerda aquellos días en Río Tercero, su pueblo natal, donde vivió la niñez con su familia: su padre Vicente, su madre Beatriz Yáñez y su hermano mayor y guía de la infancia, Ernesto. “En aquel entonces. la distancia de cien kilómetros parecía muy lejana, y para nosotros era una fiesta venir en tren a ver a mis abuelos o a mis tíos a Córdoba”, dice Enrique. Se ríe al recordar anécdotas de su pasado: “Al lado de nuestra casa estaba la principal modista del pueblo, la ‘Chicha’ Sánchez. Tenía un patio inmenso en donde nos criamos yo y mi hermano. Ahí nos enterábamos de todos los casamientos, porque ella les hacía los vestidos a las novias. Muchas veces íbamos a la Iglesia a pedirle al padrino de boda que nos tire monedas. Hay varias anécdotas de que rompimos algunas colas de los vestidos de las novias, porque jugábamos y nos caíamos sobre las largas telas. Después, se iban a quejar a lo de Chicha”. Enrique vivió en Río Tercero hasta la adolescencia, cuando empezó sus estudios universitarios en la capital de Córdoba. Recuerda que en una ocasión Vicente recibió una extraña propuesta: “Un preso había salido de la cárcel y le pidió ayuda a mi papá porque no tenía para comer. Le cayó con un proyecto de que un lechero vendía su reparto de leche, entonces ellos podían comprarlo y ser socios. Mi papá aceptó. Pero el preso era medio timbero (sic) y gastaba todo lo que ganaba. Mi papá tuvo que hacerse cargo de cubrir los gastos, entonces con mi hermano nos encargamos del reparto de leche. Si hacíamos ese trabajo, mi papá nos daba plata para el fin de semana. Teníamos 14 y 15 años. Repartíamos leche casa por casa, en un carro con una yegua”, cuenta Enrique. “Me acuerdo un 25 de mayo, cuando estaban los militares en el pueblo y hacían un desfile en el que participaban las escuelas, los boy scouts, la parroquia... atrás de todo, veníamos con mi hermano y un grupo de amigos, desfilando subidos al carro con la yegua. Mi papá nos quería matar”. Vicente Fernández Quintana fue uno de los primeros escribanos de Río Tercero. Conocido en el pueblo por su militancia y convicciones políticas, su casa era un sitio en donde se discutía todo lo que ocurría por aquellos años en Córdoba y en el mundo.
Escribano del pueblo. Desfile en los años 50 por las fiestas patrias en Río Tercero, Vicente en el palco hablando en público, junto al director de Fabricaciones Militares.
“Mi padre no era peronista, era un dirigente radical. Mi abuelo también lo había sido, pero era anarquista. Mi papá con unos tíos fueron quienes afiliaron al viejo don Arturo Illia. Eran grandes dirigentes”, dice Enrique. Vicente, que también enseñaba Instrucción Cívica y Ética Ciudadana en la secundaria, había participado de casi todas las actividades de Río Tercero. “Una vez, abrió un periódico que se llamaba Avanzada. Allí les pegaba a la Iglesia y a los militares. El cura, que vivía cerca, se las ingeniaba para andar por el barrio y no cru-
zárselo”, cuenta Enrique. Uno de los clubes del pueblo, llamado 17 de Octubre, estaba en una situación económica compleja, por lo cual algunos vecinos fueron a buscar a Vicente. “Mi papá les dijo que bajo ningún punto se haría cargo de un club con ese nombre, pero aceptó ayudarlos y le puso 25 de Mayo. Era muy gracioso. La sede social estaba en nuestra casa, de donde salían los colectivos para ir a jugar partidos al interior. Mi mamá a veces lavaba la ropa del club. Y cuando los muchachos ganaban, cantaban la marcha peronista en mi casa, don-
SEMBLANZA · EXTRACTO DE UN TEXTO INÉDITO | Por Clarisa Fernández
"Soy nieta de Vicente"
Postal Familiar. Vicente, con su primer hijo en brazos, junto a sus padres y a su esposa Beatriz.
Era un hombre alegre, gracioso, petizo, buen mozo y bigotón. Fue en esta pequeña ciudad que se transformó en un personaje más del lugar. Era el único escribano en ese momento y daba clases en la escuela secundaria José Hernández, donde dictaba la materia Instrucción Cívica. Los jóvenes del lugar lo tomaron como referente: era un gallego, apasionado, gritón, un hombre que pareciera ser como todos, por llevar la vida como cualquier otro, pero, en realidad, Vicente tenía unos condimentos más en su forma de ser y vivir: era un ser comprometido con lo que sucedía, con el presente, con el futuro, con la historia, con lo social, con la democracia, con la humanidad. Por Clarisa Fernández Alfaro. Extracto de “Soy nieta de Vicente”, de Relatos de amores, sueños y luchas IV, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas de Córdoba.
de también se reunían. Cuando mi padre llegaba, dejaban de cantar y el club volvía a ser el 25 de Mayo”. Vicente participaba en todo lo que podía. Según cuenta su hijo: “Junto a un dirigente socialista, Santiago Castillo, mi papá había armado una comisión pro ayuda a la Revolución Cubana”. Enrique y Ernesto llegaron a la adolescencia con las mismas convicciones que su padre. A fines de los 60, eran de los pocos estudiantes universitarios de Río Tercero. “En el 66, nos veníamos a Córdoba para ver esta evolución del estudiantado en contra de la política de Onganía. Yo vengo a estudiar a Córdoba en el año 1967. Vengo directo para ingresar al radicalismo, pero fue imposible porque los partidos estaban cerrados”. La militancia de Enrique –que también participó activamente del Cordobazo–, su hermano y muchos de sus amigos resonaba en las calles del pueblo, con una efervescencia de cambio, lucha y conciencia social. “En el año 1973 es el derrocamiento de Salvador Allende. Mi papá estaba muy indignado, preocupado por la democracia. Le conté que iba a armar una radio abierta en Río Tercero con otros amigos, y él me alentó; me dijo que el pueblo se tenía que enterar de lo que estaba ocurriendo en Chile”, recuerda. “Ese mismo año (1973), me meten preso, y ahí me pasé una vida”, dice Enrique, que recuperó la libertad con la llegada de la democracia, al igual que su hermano. En medio de una organización de comandos populares en apoyo a Obregón Cano, en la localidad de Icho Cruz, fue detenido por la Policía junto a otros de sus compañeros. Tres años después de su detención, en la cárcel, recibió la noticia de que su padre había sido secuestrado en un Ford Falcon, y su casa había sido quemada. Vicente tenía 68 años y ya estaba jubilado. Fue detenido el 15 de mayo de 1976, y aún continúa desaparecido.
EN PROFUNDIDAD
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VI · Nº 38
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INSTITUCIONAL • 12 DE JUNIO, DÍA INTERNACIONAL DE LA TRABAJADORA SEXUAL
Donde entren todos los mundos La primera semana de junio fue vivida intensamente dentro del Sindicato de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Córdoba, ya que se conmemora, el 2 de junio, el Día Internacional de la Trabajadora Sexual. Desde Ammar Córdoba, queremos expresar, como aquel 2 de junio de 1975 en donde trabajadoras sexuales tomaron una Iglesia en Francia en protesta del hostigamiento, los crímenes y la persecución policial que sufrían, que hoy seguimos sintiendo la necesidad de fortalecer y profundizar la lucha por el respeto de nuestros derechos humanos y el reconocimiento de nuestras voces. Hemos logrado muchos avances en quince años de organización. Hoy con más de mil afiliadas, nuestra casa ofrece un espacio amigable, de confianza, comprometido en la lucha para transformar el presente. Contamos con lugar para todas y todos: espacios educativos y de capacitación, talleres de prevención y derechos, el Jardín Maternal Nuestros Sueños. Articulamos con distintas instituciones para el abordaje de la salud integral, sosteniendo un espacio propio en nuestra sede con diversas disciplinas. Son múltiples y variadas las actividades que sostenemos cotidianamente para mejorar la calidad de vida del sector; hoy ya con personería jurídica, lo que constituye otro gran triunfo para la
defensa de nuestros derechos y el reconocimiento. Sin embargo, hoy estamos resistiendo nuevamente el avance represivo de la Policía de la Provincia de Córdoba, y esta realidad nos hace sentir que nos sigue faltando mucho camino por recorrer para que definitivamente podamos ser libres y respetadas. Seguimos exigiendo la derogación del artículo 45 del inconstitucional
Será Justicia cuenta con el aporte solidario de:
Código de Faltas que permite que día a día sigan atropellando nuestra dignidad y nuestros derechos. En las últimas semanas, hemos tenido que intervenir en innumerables situaciones en las que la Policía corre a las compañeras de las calles. Esta realidad nos hace recordar otras épocas donde quisieron desaparecernos, ya que nos siguen empujando a la clandestinidad y a la explotación por terceros
Por Ammar Asociación de Mujeres Meretrices Córdoba
en lugares ‘prohibidos’. Enfrentamos cotidianamente grupos de delincuentes mujeres y hombres que a punta de pistola y de arma blanca cobran dinero para dejarnos tranquilas en las calles, tenemos que correr de quienes nos roban nuestro dinero y de la Policía que amenaza todo el tiempo con llevarnos detenidas. Paradójicamente, como siempre, no detienen a quienes quieren vivir a costillas nuestras, pero sí a nosotras, por ser trabajadoras sexuales. Innumerables denuncias llevamos realizadas dando cuenta de esta situación, pero la justicia de Córdoba sigue mirando para otro lado y desconoce, una vez más, los derechos de los más pobres de la sociedad. Las trabajadoras sexuales autónomas organizadas no vamos a bajar los brazos y dejar de denunciar públicamente los atropellos. Seguiremos haciendo todo lo necesario para que la Policía de la Provincia, así como otras instituciones del Estado, comprendan que el trabajo sexual no es un delito en la República Argentina. En este marco, realizamos distintas actividades para seguir construyendo la resistencia necesaria, hasta lograr que se respeten nuestros derechos y nuestras decisiones, con la esperanza de que algún día podamos contar que ya no somos un grupo excluido, discriminado y maltratado en una sociedad hipócrita y de doble moral.
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CONTRATAPA
Las declaraciones y posicionamientos políticos sobre la reforma del Código Penal
Por Luis Bruschtein
Junio de 2014 | Será Justicia
Periodista y escritor. Subdirector del diario Página|
La palabra no improvisada ser peores que los delincuentes. Hubo más frases: “es un premio para los violadores y secuestradores”; “desaparece la prisión perpetua”; “es un premio para los que se dedican a la trata de menores”; “se reducirán las penas a 20 de los delitos más graves”; “se eliminaría la reincidencia”; “las entraderas y salideras con armas serán excarcelables”. Son palabras que buscan el miedo, el terror a una presunta sociedad futura que premia a violadores y secuestradores o a los que se dedican a la trata de menores. Y son todas frases pensadas igual que la de Videla. Son construcciones engañosas con partes de verdad y partes de mentira, como la prisión perpetua que hace años que no existe en la Argentina, no es que la suprima el nuevo Código. Cada frase tiene su trampa, el ángulo que distorsiona, su poción indignada, su lenguaje entre lo técnico-legal y el vulgarismo, porque son consignas de una campaña que viene preparándose hace mucho. Se usó la inteligencia para desarmar a la inteligencia de la sociedad y dejarla a la deriva con sus instintos, entre el miedo y el odio. Los linchamientos fueron una consecuencia de esa prédica, pero no la única. Lo más patético fue el espectáculo de gran parte de la política doblegándose frente a ese océano de nada. Puesta a prueba, se fue atrás del amague. En la comisión que elaboró el Anteproyecto había dirigentes muy representativos del oficialismo y de los partidos de la oposición. El kirchnerismo se mantuvo en su posición, pero los demás partidos se apresuraron a desautorizar a sus representantes, a dejarlos solos frente a esa embestida prepotente, brutal, vindicatoria. En esa soledad, los miembros de la comisión trataron de parar la avalancha con poca suerte. Los jefes del PRO y del socialismo dieron marcha atrás y dijeron que había que postergar el debate, que no era el momento, que había problemas de inseguridad más urgentes. Macri dijo que su fuerza vo-
Hernán Cappelletti
Hay una relación entre los linchamientos y el debate por el Código Penal. Primero fue el terrorismo verbal, y poco después el pibe que mataron a palos en Rosario y los que siguieron. Es lógico que fuera así, hay causa y hay efecto. La palabra tiene una carga. Está dicha para ganar votos y que los pierda el contrario. No importa si además se genera un estado de odio y pánico que se descontrola. La palabra está usada con un fin electoral. No importa si apela al miedo y la inseguridad y descarta las ideas. Es poner a las personas contra la pared para hacer política con sus miedos y sus vulnerabilidades, con sus flaquezas y desesperaciones. Es reducir la política a una reacción primaria, expresión de los instintos y no de las razones. Sergio Massa eligió la cruzada contra el Código Penal como eje de su campaña presidencial. Pero lo que se construye así es una sociedad violenta. No propicia más legalidad, sino que se legaliza lo ilegal. El mal policía, el linchador, el justiciero por mano propia, resultan más peligrosos que el ladrón. El hombre que se atrinchera armado en su casa es un peligro para la madre o el hijo que en algún momento serán confundidos y asesinados por esas armas. Cada vez que un político elige el miedo para interpelar a la sociedad, está haciendo retroceder. No hay improvisación. La frase de Massa: “Si Videla estuviera vivo, con este Código Penal estaría en libertad”, está pensada por un publicitario, no es la inspiración de un momento, es una frase compleja, llena de apelaciones a la falsedad de un sentido común que quiere emparentarse con los derechos humanos o confundir a los familiares de las víctimas de la dictadura con linchadores y seudojusticieros. La densidad del aporte civilizatorio de los organismos de derechos humanos se centró en el afán de los familiares de las víctimas por diferenciarse del impulso sádico y homicida de los represores. En cambio Massa convoca a los ciudadanos a
taría en contra del proyecto. Una parte del radicalismo se sumó a la ofensiva de Massa. Julio Cobos dijo que la reforma “está hecha a la medida de los delincuentes”. El andamiaje de principios y convicciones que sostiene parte de la república se derrumbó como castillo de naipes. No tuvo el mínimo resto para oponer ideas, para desenmascarar la frivolidad, para desmontar una maniobra efectista. Massa esperó el informe presidencial y cuando le pusieron micrófonos a la salida, en vez de comentar el discurso, lanzó su artillería electoral contra el Código Penal que todavía ni siquiera estaba en discusión. Fue el comienzo de la campaña y gran parte de los políticos se asustó por los votos que puede movilizar el miedo. El juez Raúl Zaffaroni defendió el Anteproyecto. Inmediatamente recibió una an-
danada con supuestos documentos, historias y acusaciones para difamarlo. Estaban preparados, pero no para discutirle, sino para difamarlo, y tenían un arsenal que no se junta de un día para el otro. Cada uno de los pasos de esa campaña fue estudiado y preparado por publicitarios y por consultoras. La campaña de Massa apuntó al miedo, a generarlo y aprovecharlo, a instalar el miedo como materia de la política. Y lo logró, no sólo por el terrorismo declarativo de sus consignas, sino también porque la falta de escrúpulos da miedo. Y también da miedo la inconsistencia de muchos políticos que son incapaces de defender sus convicciones en una disputa electoral. El Anteproyecto de Reforma del Código Penal fue más una prueba a la política, y muchos salieron aplazados.
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