EL DIARIO DE LOS JUICIOS EN CÓRDOBA
PUBLICACIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA
A VII · N 46 · A 2015
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Ilustración: Hernán Cappelletti
Páginas y · P C P
El mapa regional de la memoria TERRORISMO DE ESTADO E INTERVENCIÓN ESTADOUNIDENSE EN EL CONO SUR: DISPARES PROCESOS DE MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA EN LATINOAMÉRICA FUE PREMIO NOBEL DE LA PAZ 1980
30 años atrás, el 22 de abril de 1985, iniciaba el Juicio a las Juntas. Losresponsables del mayor genocidio del siglo XX en Latinoamérica eran llamados al estrado por un joven y frágil proceso democrático, inaugurando el camino hacia Memoria, Verdad y Justicia. El proceso contaba con sólo seis jueces y apenas nueve acusados. Luego vinieron tiempos oscuros, de retroceso, con leyes de impunidad que dejaron a los genocidas libres. Hoy, es política de Estado el juzgamiento de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura cívico militar y eclesiástica. Hoy, innumerables juicios orales y pú-
blicos se llevan a cabo a lo largo y ancho del país en tribunales civiles. Este avance democrático no resultó fácil. Aún estamos aprendiendo. Una clara prueba de ello es la detención de quien fuera, desde 1999, funcionario y asesor del gobierno de la provincia de Córdoba, el coronel retirado Alberto Luis Devoto. Este personaje fue denunciado en los tribunales de San Martín como uno de los responsables de los llamados ‘vuelos de la muerte’, miembro de Inteligencia del campo de exterminio más grande del país. Sin embargo, sólo fue tocado por el brazo de la justicia a casi cuarenta años de sus crímenes.
Videla vs. Menéndez Toda la región tiene puesta su mirada en nuestro aprendizaje, no sólo en materia jurídica en la que somos modelo, sino en los cambios de paradigma en las relaciones internacionales. Ya no miramos ni obedecemos al Norte, y se abren nuevas fronteras. Cada semana, la sala de audiencia nos fortalece. Escuchar la crudeza y valentía de los testimonios hace crujir la conciencia. Esos testimonios son el mayor acto de compromiso con el futuro al que no podemos dar la espalda. Hoy a cuarenta años, desde este espacio queremos homenajear a todas esas voces sin las cuales no podríamos escribir la historia.
EL TESTIMONIO DE ENRIQUE ALEJANDRO ESCOBAR PUSO EN EVIDENCIA, UNA VEZ MÁS, LAS DISPUTAS ENTRE JORGE R. VIDELA Y LUCIANO BENJAMÍN MENÉNDEZ.
Mercedes Ferreyra
Declaró en el La democracia que avanza juicio Adolfo Pérez Esquivel FUE CITADO POR SU DETENCIÓN DURANTE LA DICTADURA, EN 1977 EN BUENOS AIRES, EN LA SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD FEDERAL, DONDE FUE TORTURADO.
ANÁLISIS
EDITORIAL
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El genocidio armenio “También aquí la motivación final fue económica y política. También aquí el mundo miró para otro lado”. P M S · Página
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EL JUICIO POR DENTRO
Abril de 2015 | Será Justicia
CITADO POR SU DETENCIÓN DURANTE LA DICTADURA • LA DECLARACIÓN DE PÉREZ ESQUIVEL
“Sobreviviente del Plan Cóndor”
Adolfo Pérez Esquivel. Fue un defensor de la creación de los organismos de DDHH
ción de la Opción por los Pobres, y surgen curas de la reencarnación del Tercer Mundo”, explicó. “Se intentaba superar la pobreza, tener una vida digna. A esto lógicamente la dictadura lo ve como una subversión”, dijo. Pérez Esquivel fue detenido en 1975 en San Pablo por la policía militar de Brasil, y en 1977 secuestrado
en Buenos Aires y trasladado a la Superintendencia de Seguridad Federal, donde padeció torturas. “Yo soy un sobreviviente del Plan Cóndor, que fue instaurado incluso antes de la dictadura en distintos países latinoamericanos a través de secuestros y asesinatos”, afirmó durante su testimonio.
PERSECUCIÓN A SINDICALISTAS • EL DESTINO DE LOS TRABAJADORES DE FIAT-MATERFER
Esposas que fueron víctimas
“En total sufrimos 31 allanamientos. Estos señores entraban y salían de mi domicilio cuando querían, buscándolo a mi esposo”, relató Ana María Zárate, esposa de Raúl José Suffi, sindicalista de SITRAC-SITRAM y trabajador en Fiat-Materfer. Luego del golpe de Estado, Suffi comenzó a trabajar en el ferrocarril de Córdoba. Debido a las persecuciones, pidió el traslado definitivo a Jujuy. Después lo seguiría su esposa con su hija pequeña. Durante la separación, Ana María Zárate estuvo bajo el marcapasos de los militares: “Iba a dar clases y cuando no volvía ya me buscaban. Me mostraban fotos de gente, para ver si conocía a alguien”. Zárate fue llevada al Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba (D2), donde resultó violentamente interrogada. Querían saber dónde estaba su marido y si conocía a otros compañeros del sindicato. “En agosto de 1976, mis vecinos vieron que llegó un Ford Falcon a mi casa, junto a un camión del Ejército. Cargaron los mejores muebles, rociaron toda la casa con gasoil y tiraron una bomba molotov. Cuando mis padres
Mercedes Ferreyra
A M Z E E S 1978, S R.
Testigos indispensables de cada semana de audiencia A T
E O. S
Fue citada como testigo por la desaparición de su padre, Marcelo Tello. “Mis padres vinieron a Córdoba por ser perseguidos en La Plata. Venían de la militancia gremial y querían contactarse con organizaciones”, explicó Ana, que en ese entonces era una niña. Marcelo Tello se agremió al sindicato del caucho y pasó a integrar la Mesa de Gremios en Lucha. “El de marzo fuimos con mi mamá al médico y cuando volvimos ella notó movimientos muy raros en la casa. Se dio cuenta de que había gente. La agarraron y la llevaron a una habitación. Luego reconoció a esa persona como Marcelo Luna. Ese día lo secuestraron a mi viejo”, explicó.
Saine fue citado a declarar por la desaparición de Miguel Ángel Morán. Eran compañeros de la Escuela Sarmiento, de barrio San Vicente. “En me llevaron al Departamento de Informaciones, me sacaron mis pertenencias, me golpearon y esposaron. Me pusieron la campera de otro chico en la cabeza. Para ellos era una diversión. Me preguntaban por las revistas que teníamos en el colegio”, comentó ante el tribunal. También explicó que las revistas eran del PRT. Su compañero Miguel, de años, había sido secuestrado y él no sabía nada sobre su paradero.
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Chambers fue un seminarista de la orden de La Salette hasta que en decidió ir a Buenos Aires a trabajar en un laboratorio químico. “Desde allá me enteré por los diarios que habían detenido a mis compañeros en la casa de barrio Los Boulevares”, relató el testigo. En Bs. As. continuaba asistiendo a misa. “Un seminarista me dijo que la detención de mis compañeros se debía a una profanación de la Iglesia. El padre Camilo me refirió que había veces que los sacerdotes se dejaban tentar por la violencia”, comentó. “Me di cuenta de que la labor solidaria tercermundista era algo que molestaba para algunos”, y sentenció: “A mí también me controlaban. Las cartas que venían de Córdoba me llegaban abiertas”.
Sánchez hizo expresa su intención de hablarle al ex general Menéndez, a quien le escribiera una carta en la que le insta a confesar por los cuerpos desaparecidos y bebés robados. El actual secretario de Derechos Humanos de la provincia fue detenido el de diciembre de , cuando salía de la casa de una compañera en su Fiat . Luego de robar su auto, un grupo armado lo trasladó en el baúl de un vehículo al Parque Sarmiento, para amenazar con fusilarlo. Sánchez fue llevado a La Perla y a La Ribera. “Me preguntaban por mis compañeros de militancia política”, dijo. En fue liberado en la ex UP.
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Ana María Zárate. Durante los 70, sufrió 31 allanamientos en su domicilio de Córdoba.
fueron a abrir la puerta, se produjo el estampido”, narró la testigo. Zárate también se fue a Jujuy, y allí estuvo junto a su esposo dos años, hasta que en 1978 Suffi fue secuestrado. C. Emilia Esther Sánchez declaró por el secuestro de su esposo Daniel Santos Ortega, también gremialista y trabajador de Fiat, en 1972. “De ahí lo despiden, y con el dinero de la indemnización nos mudamos de casa, porque a la nuestra la allanaban constantemente. Mi marido consiguió trabajo en el Ferrocarril Belgrano. Y unos cuantos años después, se entera de que a Suffi lo habían detenido”. Ese mismo año, 1978, un grupo armado secuestró a Ortega de su domicilio. Esther Sánchez comenzó las averiguaciones para
encontrarlo, hasta que también la secuestraron y trasladaron primero a La Ribera y luego a La Perla. “Me ataron y me picanearon, mientras me preguntaban dónde estaban los dólares y los fierros”, explicó. La testigo fue liberada y se reencontró con sus familiares. Los cuerpos de los sindicalistas fueron hallados en la morgue del Hospital San Roque, en Córdoba. “Ingresé a la morgue y vi 18 cuerpos fusilados, abiertos desde el pecho hasta la ingle, y cocidos. Estaba mi esposo y recuerdo a los hermanos Ortega”, declaró Ana María Zárate, la esposa de Raúl José Suffi. Por otro lado, “mi primo trabajaba en criminalística en el San Roque, él encontró a mi esposo muerto, con Suffi y otros cuerpos”, relató Esther Sánchez, la mujer de Ortega.
La esposa de Marcelo Tello, del sindicato del caucho, fue citada junto a su hija por la desapar ición de su marido. “Teníamos militancia gremial y relación con la Mesa de Gremios en Lucha. Preparábamos una movilización para marzo del ”, relató. Luego del secuestro de su marido, se enteró de la desaparición de otros sindicalistas: “Fuimos con compañeros a Perkins, organizamos la búsqueda e hicimos solicitadas. Eduardo Requena me acompañó mientras averiguaba sobre su pareja Soledad García. Pero a él después lo secuestraron”. “Nadie nos dijo nada. Primatesta no nos recibió. No sabemos dónde estuvo Marcelo. Hay comentarios de que pudo haber estado en La Ribera”, expresó la testigo.
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M C Z “La madrugada del de junio de , un grupo armado entró a mi casa. Nos dijeron ser policías. Nuestra hija de dos años dormía en su habitación”, declaró María C. Zimmermann. Esa noche secuestraron a su esposo, Carlos Roque García Muñoz, de años, trabajador de la construcción y estudiante de Arquitectura. Luego, la testigo reconoció a una de las personas que ingresaron a su domicilio: “Tenía aspecto de estudiante universitario, con pelo negro, largo y enrulado. Cuando comenzaron los juicios y vi a los imputados, descubrí que era Jorge Exequiel Acosta”.
E : Mónica Duarte, Eduardo Lescano, Héctor Rodolfo Cohen, Horacio Gregorio Bermann, Osmar Orlando Fontana, Jorge Orlando Gómez, Susana Guita, Carlos Alberto Duarte.
Fotografías: Mercedes Ferreyra
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, declaró por videoconferencia en el juicio La Perla- La Ribera, a causa de su secuestro y experiencia durante la dictadura. El destacado defensor de los derechos humanos, presidente del Consejo Honorario del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) América Latina, fue interrogado mediante preguntas formuladas por María Elba Martínez, quien también fue integrante del Serpaj, y querellante en la causa. Durante los años 70, Pérez Esquivel comenzó a trabajar con organizaciones y movimientos latinoamericanos cristianos de base. Y como integrante del SERPAJ, se dedicó, junto a organizaciones de base, campesinos, religiosos y sectores populares, a articular acciones colectivas y fundamentalmente políticas frente a la violencia y la opresión social propias de la época. “Ya en 1969, Medellín marca la profundiza-
TESTIMONIOS
EL JUICIO POR DENTRO
El diario de los Juicios en Córdoba| Año VII · Nº 46
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LA CONDICIÓN DE MUJER EN LOS CENTROS CLANDESTINOS • MARÍA SCOTTO AFIRMÓ HABER SIDO TORTURADA EN EL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO DE CBA.
Crímenes sexuales en los campos de concentración L M S, 16 , . S O, . Mercedes Ferreyra
“Hay un terror inscripto en los cuerpos por medio de la tortura y el arrasamiento de la individualidad”, narra Pilar Calveiro, sobreviviente de la ESMA y escritora e investigadora radicada en México, en su libro Poder y Desaparición (1998). Ella, como otras miles de mujeres, atravesó el secuestro y la desaparición instaurados durante la última dictadura militar bajo una sumatoria extra: su condición de mujer. En los más de 500 testimonios que ya tuvieron lugar en el juicio, un denominador común entre las mujeres es la violación sexual. Este ensañamiento constituye un elemento distintivo y problemático en las típicas figuras jurídicas de ‘tortura’ y ‘tormentos’, sobre las cuales se organizan las cientos de causas por delitos de lesa humanidad. Sin olvidar que muchos hombres también sufrieron vejaciones sexuales, desde una perspectiva de género, se puede analizar con otra óptica aquello que sucedía en el interior de los centros clandestinos, donde lo femenino era visto en sí mismo como una amenaza que debía ser sometida.
cansado de que no le dijeran la verdad. Me zamarreó, golpeó y violó. Yo gritaba mucho, no sabía lo que pasaba. La puerta del baño estaba abierta y un soldado miraba desde afuera”, relató a una sala de audiencias sumida en el silencio. María Elena era acusada de pertenecer a alguna organización armada. “Una noche me tapan los ojos y me llevan en un camión a otro lugar. Después supe que era Campo La Ribera. Ahí empezó otro trato, con empujones, gritos y golpes. Me preguntaban de quién era ‘correo’, y me metieron en un calabozo atada y vendada. Había mucha gente ahí”. D O L R B P. La testigo intentó reconstruir ante el tribunal lo vivido en aquel centro clandestino: “A veces nos sentaban afuera, nos decían que tomemos sol. Yo cantaba muy fuerte canciones religiosas. En el patio hablé con alguien que trabajaba en una Iglesia del Tercer Mundo junto a los pobres”. Luego relató una experiencia terrible: “Él estaba sentado al lado mío y también cantaba; hasta que (los militares) le pidieron que se callara. Ahí nomás le dispararon y se lo llevaron. Después, alguien con una manguera me lavó la sangre”. María Elena, bañada en la sangre de su compañero de presidio, tardó un tiempo en comprender que ese hombre, del que no sabía su nombre, había muerto. Scotto también sufrió violaciones masivas en La Ribera. Muchos años después, pudo volver y reconocer el lugar. Luego, fue
Hall de audiencias. María Scotto con la contención indispensable de sus seres queridos
R S P Scotto declaró en en el Juicio Por la Verdad. Allí le mostraron un álbum con fotos, para reconocer a otras personas detenidas. “Reconocí a una de ellas, y me dijeron que era Silvina Parodi. Estaba detenida conmigo en el Buen Pastor”, explicó. E . El 24 de marzo de 1976, María Elena Scotto era una adolescente de dieciséis años que vivía con su familia en La Falda. Luego de una pelea familiar, quizás en un arrebato infantil, María Elena decide escapar de su casa cargando consigo el arma de su padre. Sin pensarlo demasiado, toma un colectivo con destino a La Pampa, pero al momento de cruzar el Arco de Córdoba, el micro es detenido por un grupo militar. Fue el comienzo de una experiencia espeluznante. “Me tiraron al piso, y después
me subieron a un Fiat 128. Allí había una persona con esposas. Luego me subieron a un camión, vendada, y me llevaron al Observatorio Meteorológico. Lo sé porque pude ver la cúpula”, explicó Scotto. “En ese lugar había muchos soldados. Me encerraron en un baño y quedé allí sola por mucho tiempo”. La testigo era casi una niña del interior. Desconocía no sólo el motivo de su detención, sino lo que ocurría ese 24 de marzo, día inaugural de la última dictadura. “Alguien entró al baño. Le decían ‘Teniente’. Me dijo que estaba
trasladada a la entonces cárcel de mujeres del Buen Pastor. Tras un tiempo allí, la pasaron a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN): tal era el modo que tenían los militares de ‘blanquear’ a algunos de los detenidos ilegalmente. “Yo no sabía qué era eso. En el Buen Pastor estuve con un grupo de mujeres, algunas venían de La Ribera y otras de La Perla”, continuó María Elena. “Una tal Norma me cuidaba y me enseñaba a lavarme la ropa. Ellas eran mucho más grandes que yo, y la mayoría hablaba de sus hijos, preguntaban por ellos”. En julio de 1977, más de un año después de su detención, le comunicaron que un grupo de mujeres quedaban en libertad. María Elena figuraba entre esa lista de nombres. “Salimos del Buen Pastor caminando, y me metí en la Iglesia de enfrente. Me escondí abajo del altar y de ahí me sacaron a patadas”, recordó. Bajo las condiciones extremas en las que se encontraba, Scotto logró llegar a la terminal de ómnibus y se acercó a la boletería. El hombre sentado detrás de la ventanilla la contempló con la mirada durante unos segundos, y sin decirle nada, le regaló el pasaje a La Falda. Allí se reencontró con su familia, quien la había dado por muerta, al no lograr obtener un sólo dato sobre cómo y dónde estaba. Su vida posterior, su propia identidad, quedaron marcadas a fuego por esta experiencia, que fue expuesta con toda crudeza en su valiente testimonio. La herida psíquica y emocional tardó casi 40 años en comenzar a cerrarse.
EN PLENA ETAPA TESTIMONIAL • RECOBRA VIDA LA HISTORIA DE ANA, JORGE Y CARLOS
El juicio que investiga el asesinato de tres estudiantes de la UNC y militantes de la Juventud Universitaria Peronista –Ana María Villanueva, Jorge Manuel Diez y Carlos Delfín Oliva–, en la nueva causa contra el represor Luciano Benjamín Menéndez, ya tuvo su tercera audiencia. Luego de la lectura de la causa, por la que fueron condenados en 2012 tres ex policías del Comando Radioeléctrico de la Policía de Córdoba, se procedió nuevamente a la ronda de testigos, los cuales ya prestaron su declaración en el juicio de hace tres años.
Uno de los testimonios principales, pertenecientes al único querellante de la causa, Ángel Guillermo Villanueva –hermano de Ana–, fue escuchado por el nuevo tribunal, pero a través de un proyector audiovisual. Con el acuerdo de las partes, el registro fílmico de su testimonio del año 2012 junto al de sus hermanas, fueron aceptados como pruebas suficientes. A través de las declaraciones, una vez más recobró vida la historia y el secuestro de Ana, Jorge y Carlos. Patricia Trigueros fue una de las testigos que volvió a sentarse
ante el tribunal para contar lo que vivió aquel 2 de junio de 1976, día del secuestro: “Teníamos que desenterrar un mimeógrafo. Me había tocado abrir la casa en donde estaba escondido, y los compañeros (Ana, Jorge y Carlos) llegaban unas horas después. A la una de la tarde levanté la cita porque ellos no llegaban. Fui con una amiga a mi edificio, donde también vivía Jorge, y cuando nos detuvimos en su piso sentí golpes en la casa”. “Subimos a mi departamento en el noveno piso, donde yo vivía con mi madre, y ella me abrazó feliz de
Mercedes Ferreyra
Continúa el juicio a Menéndez
Patricia Trigueros. Fue amiga y compañera de Ana Villanueva, Jorge Diez y Carlos Oliva.
verme viva, y me contó que había visto por televisión la noticia del fusilamiento de mis compañeros, y del Fiat Azul 128 que era de Jorge”, relató Patricia. “Cuando iniciaron los juicios, pudimos
ver el nivel de brutalidad que se había expresado en Córdoba”, reflexionó. En plena etapa testimonial, las audiencias se llevan a cabo los lunes a las 10 en Tribunales Orales Federales Nº1 (TOF1).
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EL TERRORISMO DE ESTADO EN EL CONO SUR: LOS DISPARES PR
Abril de 2015 | Será Justicia
INFORME • DÉCADAS DESPUÉS DE LAS DICTADURAS LATINOAMERICANAS, NO TODOS LOS PAÍSES LOGRAN ENJUICIAR A LOS RESPONSABLES | Por César Pucheta
Fueron ellos Dictaduras e intervención norteamericana en América Latina a historia vuelve a contarse con el tiempo. En esas lecturas, se suele considerar el golpe de Estado chileno del 11 de septiembre de 1973 como el inicio de la etapa más violenta de los gobiernos dictatoriales en América Latina. Salvador Allende, el primer presidente marxista de la historia en alcanzar el poder mediante elecciones democráticas, era derrocado por uno de los dictadores más emblemáticos de la historia del siglo XX latinoamericano: Augusto Pinochet. Es un buen punto, pero en rigor de verdad, unos meses antes, Juan María Bordaberry había decidido disolver el parlamento uruguayo y había mutado de presidente a dictador. En Bolivia, Hugo Banzer había terminado con el gobierno del revolucionario Juan José Torres en 1971, y en Paraguay, Alfredo Stroessner aplicaba su rigor militar desde 1954. En Centroamérica, Anastasio Somoza exacerbaba el poder heredado que su padre había iniciado en 1934 en Nicaragua, y El Salvador vivía los años más duros en la previa a la Guerra Civil de la década siguiente, bajo el poderío político y militar de Arturo Armando Molina. Todos esos procesos latinoamericanos estuvieron digitados por el rol que los Estado Unidos había decidido tomar como base de su política exterior continental en el marco de la Guerra Fría. La Revolución Cubana de 1959 había demostrado que los procesos de independencia eran posibles a través de la organización política y armada de los pueblos, y ese movimiento se expandía a lo largo del suelo americano a una velocidad que alertaba al poder imperial del Norte. La autoridad del modelo de beneficios y explotación que la potencia más grande de occidente imponía sobre los países en vías de desarrollo se veía conmocionada en sus modos tradicionales de dominación. La sumisión política y económica de los países del tercer mundo comenzaba a enfrentar sublevaciones encabezadas por puebladas organizadas, y los Estados Unidos decidieron endurecer su posición orquestando rupturas en los regímenes constitucionales y democráticos que ellos mismos decían defender. Así nació la denominada Doctrina de Seguridad Nacional, un modelo de política exterior bajado directamente desde EEUU, que intentó exterminar de raíz los movimientos populares de liberación. Hay que ir un poco más atrás en el tiempo y partir de la Revolución Cubana. El fin de la tiranía de Fulgencio Batista en manos del ejército revolucionario comandado por Fidel Castro y los fallidos intentos norteamericanos por retomar el poder, habían alertado a EEUU sobre el riesgo de que el ejemplo se expandiese por todo el continente. En Panamá, funcionaba desde
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“Todos esos procesos latinoamericanos estuvieron digitados por el rol que Estado Unidos había decidido tomar como base de su política exterior continental en el marco de la Guerra Fría”. 1946 el Latin American Training Center US Ground Forces, un enclave militar estadounidense que era utilizado para el entrenamiento de las tropas norteamericanas en la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial. Desde 1963, dicho lugar fue el epicentro del entrenamiento de militares latinoamericanos que fueron formados en tareas de contrainsurgencia. De ese mismo momento, data el nacimiento de la US Army School of the Americas o ‘Escuela de las Américas’. Miles de militares de todo el continente fueron entrenados y formados para actuar al interior de sus propios países con el objetivo de evitar la expansión de los movimientos revolucionarios. Allí, los militares que luego actuaron en las dictaduras latinoamericanas, aprendieron tareas de inteligencia, se apegaron a los métodos de persecución, a los interrogatorios con torturas y a la ejecución de los oponentes. Las propias oficinas del Pentágono hicieron pública esas tareas cuando desclasificaron archivos de la Guerra Fría, allá por 1996. El ya fallecido Secretario de Derechos Humanos de la Nación, el argentino Eduardo Luis Duhalde, escribió en su libro El Estado terrorista argentino: “De acuerdo con lo establecido por la Doctrina de la Seguridad Nacional, los numerosos conflictos
sociales y la acción de los movimientos guerrilleros en los países latinoamericanos y en el resto del mundo capitalista subdesarrollado, no se debían a las desigualdades económicas y sociales que colocaban a la mayoría de la población en la miseria y la injusticia, sino a la acción de comunistas al servicio de la URSS. De este modo, la citada Doctrina sostenía que quienes se oponían a las desigualdades sociales o a las injusticias del orden social capitalista (sindicalistas, periodistas, estudiantes, profesores, religiosos, etc.) no eran más que ‘agentes’ de los comunistas que buscaban destruir el capitalismo”. Así, la aplicación de esta doctrina por los militares del continente se basó no sólo en evitar la proliferación y funcionamiento de las organizaciones armadas, sino en perseguir a todos los activistas y críticos a regímenes que gobernaban los países en sintonía con lo ansiado por las potencias económicas de Occidente. Allí se explica, principalmente, el apoyo que los grandes empresarios y las instituciones tradicionales de cada uno de los países expresaron con los dictadores de turno. En algunos casos, siendo parte actuante de la persecución y el exterminio. El dato más cabal de la ejecución simétrica de los planes norteamericanos en el continente es la existencia de lo que pasó a la historia como Plan Cóndor. Un mecanismo orquestado por los líderes de los servicios de inteligencia de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay para trabajar conjuntamente en la persecución de activistas en todo el territorio continental. El plan, promovido por el entonces Secretario de Estado norteamerica-
LA SITUACIÓN EN MATERIA DE DDHH EN AMÉRICA CENTRAL | POR C. P.
Dos paradigmas de la liberación En Centroamérica, el poder de los Estados Unidos era aún mayor que en el resto del continente. Los enclaves militares eran más comunes y la dependencia de los países para con el poderoso del Norte estaba más naturalizada. La Guerra Civil de El Salvador explotó en y se extendió hasta . Se calcula que el conflicto bélico interno dejó un saldo de . muertos y desaparecidos. Los fueron una etapa de sucesión de gobiernos autoritarios y conservadores que utilizaron el terrorismo de Estado como método de gobierno. Ese perfil fue exacerbado durante las gestiones de Arturo Armando Molina (-) y Carlos Romero (-), años del nacimiento de las experiencias que precedieron a la organización del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Luego de convertirse en partido político tras los acuerdos de paz de , el FMLN, alcanzó el gobierno de El Salvador en el año .
La Revolución Sandinista en Nicaragua fue el ejemplo contemporáneo de la generación que ya veía a la Cuba de demasiado alejada en el tiempo. En , la Revolución Sandinista acabó con el dictador Anastasio Somoza, cuyo régimen provocó la muerte de cerca de . personas y cuya familia usufructuaba el poder nicaragüense desde . Las bases del gobierno revolucionario marcaron un rumbo inédito en el país adoptando perfiles progresistas, anclados en la idea de la liberación y la independencia. La contraofensiva llegó rápido y los enfrentamientos internos se sucedieron hasta entrada la década de los , cuando Violeta Chamorro introdujo a Nicaragüa en el concierto neoliberal de las naciones. En el año , el primer Coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, Daniel Ortega, obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales y el sandinismo volvió a gobernar el país.
no Henry Kissinger, contó con el apoyo de otros países del continente, entre los que se destaca el rol de la Colombia presidida por el liberal Julio César Turbay, que en 1978 implementó su conocido Estatuto de Seguridad, que se sumó a las enseñanzas impartidas en la Escuela de las Américas. E . Las dictaduras fueron cayendo por su propio peso en la década del 80. La que más se extendió en el tiempo fue la chilena, hasta 1989. Todos los procesos de normalización democrática estuvieron precedidos por una fuerte demanda social en torno a la necesidad de terminar con los años de persecución y exterminio que ya comenzaban a salir a la luz pública. Las políticas económicas implementadas por las dictaduras mostraban su resultante en naciones empobrecidas signadas por la pobreza y el desempleo. Antes de abandonar el poder, los militares de todo el continente intentaron tapar sus crímenes con leyes de autoamnistía, cuyas intenciones de impunidad se mantienen, en la mayoría de los casos, hasta nuestros días. Por lo obsceno de su proceso y por la lucha temprana y constante de sus organizaciones, la Argentina siempre estuvo a la vanguardia de los avances en materia de memoria, verdad y justicia. El número de los 30.000 desaparecidos apareció incluso tiempo antes de la retirada militar. Las leyes de autoamnistía se derogaron ni bien se restableció el período democrático y se llegó a enjuiciar y condenar a las cúpulas militares en el histórico Juicio a las Juntas de 1985. Luego hubo años de retroceso. Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final cerraron la posibilidad de continuar juzgando a los responsables, y el indulto del presidente Menem liberó a los militares. Recién en 2003, con la anulación de esas normativas de impunidad, las causas se reabrieron y cientos de militares y responsables civiles han sido condenados a lo largo del territorio argentino, convirtiendo a nuestro país en un ejemplo en la materia a nivel global. En Bolivia, funciona desde 1982 la Comisión Nacional de Investigación de Desaparecidos Forzados, con denuncias de 155 desapariciones que tuvieron lugar entre 1967 y 1982. El ente fue disuelto en 1984, pero el trabajo continúo años más tarde desde las diversas organizaciones de la sociedad civil mediante un proceso contra el general Luis García Meza y 55 de sus colaboradores principales, quienes fueron condenados a 30 años de prisión en 1992, después de más de 6 años de proceso. En Chile, la partida de Pinochet del poder fue acordada por las fuerzas políticas
ROCESOS DE MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA EN LATINOAMERICA
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VII · Nº 46
5 Ilustración: Hernán Cappelletti
del país trasandino. El dictador murió siendo Senador Vitalicio e incluso fue salvado por la justicia de su país cuando se impidió que su responsabilidad por crímenes de lesa humanidad tuviera su curso en Inglaterra. Según datos obtenidos de las numerosas investigaciones, en Chile hubo 35.000 personas detenidas por razones políticas, de las cuales unas 28.000 fueron torturadas, 2.279 de ellas ejecutadas y 1.248 continúan desaparecidas. El grueso de los habitantes uruguayos
“Antes de abandonar el poder, los militares de todo el continente intentaron tapar sus crímenes con leyes de autoamnistía”. votó en dos ocasiones por mantener la Ley de Caducidad que desde 1986 suspende la aplicación del poder punitivo del Estado con respecto a “los delitos cometidos hasta el 1º de marzo de 1985 por fun-
cionarios militares y policiales, equiparados y asimilados por móviles políticos o en ocasión del cumplimiento de sus funciones y en ocasión de acciones ordenadas por los mandos que actuaron durante el período de facto”. Allí, los desparecidos ascienden a 172. En Paraguay, la Comisión Verdad y Justicia de ese país denunció 423 desaparecidos, que se suman a los casi 20.000 torturados y los más de 20.000 exiliados durante el régimen de Stroessner.
En Brasil, todavía rige la Ley de Amnistía, promulgada en 1979, que perdonó los crímenes cometidos durante la dictadura, liberó a más de 25.000 presos políticos y garantizó que los militares y sus seguidores no fueran juzgados. Un informe del año 2014 de la Comisión Nacional de la Verdad denuncia 421 asesinatos y desapariciones de adversarios políticos, y busca ser el documento fundamental para que la sociedad brasilera pueda finalmente actuar en la búsqueda de justicia.
QUÉ HACER CON EL PREDIO DE LA CÁRCEL DE BARRIO SAN MARTÍN • ENTREVISTA A GUSTAVO TISSERA, SUBSECRETARIO DE FAMILIARES CÓRDOBA
A principios de abril, el gobierno de la provincia de Córdoba completó el desalojo de presos de la penitenciaría de barrio San Martín. Conocida también como UP, fue escenario de crímenes cometidos por la dictadura, la mayoría de los cuales fueron juzgados durante , en el denominado juicio Videla. Por estos días, se debate en Córdoba el destino del predio, que ocupa unas manzanas de un populoso barrio. Los organismos de Derechos Humanos tienen su voz en el tema, y algo de ello expresa aquí Gustavo Tissera, subsecretario de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de la Provincia de Córdoba. Será Justicia: ¿Han sido consultados los organismos de DDHH sobre qué hacer con la cárcel de barrio San Martín? Gustavo Tissera: En parte, sí. Hace cinco años aproximadamente, con Raúl Sánchez al frente de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia. En realidad, no sé si fue una consulta o fue más bien que nos ‘metimos’ a debatir en la legislatura. La posición de Familiares fue muy clara en aquel momento y lo sigue siendo: La memoria no se negocia. Desgraciadamente, algunos sectores no compartieron esa posición, lo que permitió que la Provincia siguiera adelante con una política neoliberal de privatización de los bienes del Estado. SJ: ¿Ustedes saben qué se planea hacer allí? GT: En un primer momento, se dijo que el terreno sería destinado a hacer torres de departamentos, últimamente dicen que quieren hacer una plaza. Pero el primer objetivo del Estado, parece ser voltear la cárcel. Si la preocupación fuera crear espacios verdes y pulmones urbanos, hay muchos lugares en el barrio para hacerlo. Por eso sospechamos que la intención oculta es hacer un negocio inmobiliario, y estamos en contra de la privatización. Ese lugar a sido un campo de concentración en los , donde ha habido asesinatos comprobados más el de otra compañera que aún no ha sido investigado, donde muchos sufrieron deten-
Mercedes Ferreyra
“Para Familiares, la memoria no se privatiza”
Epígrafe. Est ex atqui veritus, primis voluptaria, ea duis ocurreret cum.
ciones ilegales y tormentos… Están los sótanos, donde hay grilletes desde principios del siglo pasado, se cree que puede haber habido personas que hoy están desaparecidas. Pero también ha sido, desde fines del siglo XIX hasta la fecha, la ‘cárcel de los pobres’, el lugar en que los pobres eran amontonados. Esa cárcel es símbolo de un fenómeno social que es el miedo a la pobreza. Como sociedad, hemos aprendido a tenerle miedo a los pobres, no a la delincuencia. Y la cárcel de barrio San Martín era donde los ocultaban de la vista pública. SJ: ¿Qué harían ustedes con el predio? GT: Hay espacio para crear muchas cosas. Escuelas, hospitales… No creemos que haya que conservar todo sin mover nada. Hay algunos espacios con mayor importancia histórica, como los pabellones , y ,
que es de donde sacaban a la gente para torturarla y fusilarla... El edificio se está cayendo, está destruido, eso es cierto, pero eso es un abandono del Estado, y es el Estado el que tiene que reconstruirlo. Por otra parte, es una construcción de , y fue diseñada por Francesco Tamburini, un reconocido arquitecto que hizo también el teatro Rivera Indarte (hoy Teatro del Libertador San Martín), el Banco de Córdoba y el Hospital de Clínicas, obras emblemáticas de la ciudad. Así que también es preciso preservar el patrimonio arquitectónico que representa. SJ: Es un predio grande para recuperar… GT: Si el Estado toma las políticas de memoria, va a tener recursos suficientes. Pero si sigue como hasta ahora, con las políticas de De la Sota y Schiaretti de achicar permanentemente los fondos para derechos humanos, entonces seguramente no habrá plata, ni gente, ni nada. Ni siquiera para mantener lo que ya existe. Esto no sólo se inscribe en el debate sobre qué hacer con el patrimonio urbano sino que es también un reflejo de las políticas de derechos humanos a nivel provincial. Es el producto de un neoliberalismo tardío, que ya lo sufrimos en todo el país y hoy lo estamos sufriendo en Córdoba. No es casualidad de que los sitios de memoria se estén vaciando en los últimos años. Si se mantienen, es pura y exclusivamente por el esfuerzo de sus trabajadores. SJ: Volviendo a la UP, ¿existe algún proyecto concreto? GT: Lo hablamos con diferentes sectores. En su momento fuimos al Concejo Deliberante, que hizo una serie de declaraciones, como sitio histórico, como reserva arquitectónica, etc. Y planteamos varias posibilidades. Por ejemplo, hay una parte, un galpón, al que le llaman ‘industria’, donde hay maquinarias. Ahí se puede hacer una escuela de oficios, para los chicos de la calle, del barrio. También hay lugar para hacer salas de conferencias, espacios de talleres culturales… Mucho se puede hacer. Siempre y cuando el Estado no venda ese patrimonio público.
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MEMORIAS EN PRESENTE
Abril de 2015 | Será Justicia
REPERCUSIONES DEL JUICIO LA PERLA • LA SINUOSA RELACIÓN ENTRE VIDELA Y MENÉNDEZ | Por Alexis Oliva
Al final los unió el espanto –Maten, pero no tanto –dijo Jorge Rafael Videla en una reunión de generales a mediados de 1976. Mientras lo decía, miraba a quien más le interesaba apaciguar: Luciano Benjamín Menéndez. En el libro El Dictador, la biografía de Videla publicada por María Seoane y Vicente Muleiro, relata esa escena Juan Antonio Buasso, general nacionalista partidario de hacer juicios y fusilamientos sumarios a los militantes guerrilleros. Menéndez acordaba con esa postura, de inspiración pinochetista; incluso intentó ponerla en práctica con sus fallidos consejos de guerra, pero se terminó aviniendo a la política de la represión clandestina. Y cómo. Los autores de ese libro lo definen como “un halcón represivo, un general de la noche que regenteaba ‘La Perla’, uno de los campos clandestinos donde el terror alcanzó su propia metafísica, pero que le era fiel a Videla en los debates políticos dentro del generalato”. Esa contradicción signó la relación entre el entonces presidente de facto y jefe del Ejército y el comandante del Tercer Cuerpo. Ante muchas decisiones de Videla, el desacuerdo de Menéndez terminaba convirtiéndose en obediencia bajo protesta: la opción pacífica frente al conflicto con Chile por el canal de Beagle, el permiso a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la política económica del superministro José Alfredo Martínez de Hoz… Pero el ‘Cachorro’ no toleraba intromisiones en el vasto territorio que dominaba. UN AMIGO DE VIDELA. El 14 de abril pasado, Enrique Alejandro Escobar testificó en la audiencia de la Megacausa La Perla La Ribera sobre la desaparición de su hermano. Empleado de Complementación
Educativa del Ministerio de Educación de la Provincia, dirigente de la lista marrón del Sindicato de Empleados Públicos y militante de la Organización Comunista Poder Obrero, Carlos Alfredo Escobar fue secuestrado en su trabajo el 12 de abril de 1976. Se lo llevó un comando del Ejército. Varios sobrevivientes lo vieron “muy torturado” en La Perla. Su padre era coronel, contó Enrique, “amigo de Videla desde los 13 años” y funcionario del interventor militar de la provincia, general Carlos Bernardo Chasseing. Al recurrir al presidente y ex camarada, “la respuesta concreta de Videla fue que no podía interceder en nada que pasara en Córdoba, pese a que en su momento había hablado con Menéndez”, narró el testigo. A su hermano “un día se lo llevó (Héctor) Vergez y no volvió”. Distinta suerte corrió el matrimonio de Alejandro Deutsch y Elena Rosenzweig, secuestrado con tres hijas en agosto del 77. Mientras su familia era confinada en La Perla, el hijo varón huyó al Uruguay, y a través de una tía que vivía en Estados Unidos y militaba en el Partido Demócrata, recurrió al presidente norteamericano. Cuando Jimmy Carter reclamó a la dictadura argentina por los Deustch, Menéndez tuvo que ceder y dejarlos ir. Tampoco tenía argumentos para negarse, porque el motivo real del secuestro había sido apropiarse del próspero negocio de calefacción y refrigeración de la familia. Y fue otra ‘concesión’ a las presiones externas relacionada con un prisionero judío lo que puso fin a la fidelidad de Menéndez a Videla, por traicionar el compromiso de “erradicar la subversión”: la liberación del director del diario La Opinión, Jacobo Timerman, en septiembre de 1979. Ese fue el pretexto para rebelarse contra
Manuel Bomheker
U T C . E .
Hombro a hombro. Menéndez y Videla juntos en el banquillo de acusados, en el juicio Videla (2010).
quien le había ganado la pulseada por la comandancia del Ejército y se aprestaba a suceder a Videla en la presidencia: Roberto Viola. La sublevación fracasó y Menéndez fue destituido como jefe del Tercer Cuerpo y arrestado 90 días en Curuzú Cuatiá, Corrientes. Mientras tanto, hasta se había permitido fusilar con “ley de fugas” a una treintena de presos políticos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, como los seis militantes sacados de la UP1 y asesinados el 17 de mayo de 1976, el mismo día en que Videla y el cardenal Raúl Francisco Primatesta se reunían por primera vez, como respectivos presidentes del país y del Episcopado argentino. IMPUTADOS EN CÓRDOBA. Cuando en 2010 se juzgaron esos crímenes, por el supuesto encono entre Videla y Menéndez, el Tribunal Oral Federal Nº1 había dispuesto que otro imputado se ubicara entre ellos, pero pidieron permiso para sentarse a la par, charlaron animadamente y
hasta durmieron alguna siesta apoyados el uno en el otro. En Cachorro, la biografía de Menéndez escrita por Camilo Ratti, Videla (entrevistado por el autor en 2007) aclaraba: “Usted dice que Videla y Menéndez eran antípodas. Tal vez pudiera caber con Viola, no conmigo, porque primero no éramos tan distintos, teníamos visiones, modalidades más que visiones distintas. Pero además, las funciones hacían que pudiéramos ver la cosa diferente, él era la visión militar, público interno, su tropa. Yo era la visión política, público externo”. Incluso esos matices desaparecieron ante un nuevo enemigo común. En el alegato final del juicio de 2010, Videla repitió casi textual lo que Menéndez venía planteando desde 2008: “Los enemigos derrotados ayer cumplieron con sus propósitos. Hoy gobiernan nuestro país y pretenden erigirse en paladines de la defensa de los derechos humanos que ellos en su tiempo no titubearon en conculcar en grado superlativo”. Así, 31 años después de la ruptura, el kirchnerismo los volvió a unir.
INSTANTÁNEAS • EL ESPACIO DE MEMORIA CAMPO DE LA RIBERA CUENTA CON UN NÚCLEO DE ACCESO AL CONOCIMIENTO (NAC)
“Este espacio significa un salto cualitativo muy importante” boral, estimular el aprendizaje digital mediante herramientas lúdicas y proveer acceso a un entretenimiento de calidad, mediante la implementación en todo el territorio nacional de espacios públicos y gratuitos de inclusión digital. En una entrevista con medios locales, Mario Paredes destacó la importancia especial de que este tipo de iniciativas puedan implementarse en La Ribera, ubicado en un lugar marginal de la ciudad de Córdoba. “Darle a los chicos la posibilidad de acceder a una computadora, a la sala de entretenimientos y a un cine tridimensional es crear igualdades”, dijo. Este año se cumplieron cinco años desde la apertura de Campo La Ribera como Espacio de Memoria, abierto a toda la comunidad.
Mercedes Ferreyra
Así lo destacó el director del Espacio para la Memoria Campo La Ribera, Mario Paredes. Con la presencia de funcionarios locales y nacionales –el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, y la representante del Ministerio de Planificación Federal, Haidé Giri–, quedó formalmente inaugurado en Campo De La Ribera un nuevo Núcleo de Acceso al Conocimiento (NAC). Este programa pertenece al Eje Estratégico de Inclusión Digital del Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina Conectada, impulsado por el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. El Programa NAC busca garantizar el derecho a la educación y la cultura, generar capacitación para la inserción la-
EN PROFUNDIDAD
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VII · Nº 46
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VI CONGRESO DE LA COORDINADORA LATINOAMERICANA DE ORGANIZACIONES DEL CAMPO (VÍA CAMPESINA CLOC - LVC) · NUEVAS DIRECTRICES Y DESAFÍOS
Realizado en Ezeiza, Buenos Aires, el VIº Congreso Continental de la CLOC-LVC finalizó el 17 de abril con una marcha que tuvo como puntos de denuncia la sede de uno de los símbolos del agronegocio, la Sociedad Rural Argentina –emblema de la oligarquía rural en el país–, y la embajada de los Estados Unidos de América, como protesta a los ataques democráticos-regionales y símbolo del capitalismo. La presentación de la Declaración Final del VIº Congreso Continental de la CLOC-LVC fue leída en la Plaza Italia. El evento, que estuvo compuesto por la IVº Asamblea Continental de la Juventud (10 y 11), la Vº Asamblea Continental de las Mujeres (12 y 13) y el Iº Congresito (14 al 17) –el Congreso de niñas y niños–, juntos, reunieron más de tres mil personas de toda Latinoamérica, llegadas de comunidades campesinas, indígenas, afro-descendientes y sin tierra, organizados en las más diversas organizaciones del campo. La juventud, mediante su declaración final IVº Asamblea Jóvenes CLOC-LVC, mostró la fuerza de los jóvenes de nuestro continente, que se comprometieron a impulsar una campaña contra la violencia del capital contra la juventud, que incluye la militarización, la opresión contra la diversidad de género, el exterminio de la juventud. La Vº Asamblea de Mujeres reforzó la
Foto: Gentileza Alberto Ariza
Por la soberanía de nuestros pueblos
La marcha del final del Congreso. “Contra la ofensiva del capital y las trasnacionales”, una de las consignas.
importancia y el protagonismo de las mujeres campesinas e indígenas en la lucha, así como del feminismo, campesino y popular, que contribuirá en la construcción del socialismo. La CLOC-LVC no sólo busca el empoderamiento del campesinado en América Latina, sino también la formación de futuros cuadros con metodologías participativas. Con ese fin, se creó el “Iº
Será Justicia cuenta con el aporte solidario de:
Congresito”, un espacio exclusivo para niñas y niños, que llegaron con sus familias a participar de las jornadas de lucha. Para Anderson Amaro, miembro del Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA, Brasil) y de la comisión política de la CLOC-LVC, el congreso marcó tres puntos centrales. Primero: “Rescatar la coyuntura general que estamos viviendo en
Por Colectivo de Comunicación de la CLOC - LVC
la región desde una perspectiva política y agraria, así como el papel que los movimientos deben desempeñar a partir de ella”. Segundo: “El campesinado, que en el congreso compartió panel con el tema del Buen Vivir, dialogando, donde debatimos el papel que el campesinado tiene en la sociedad, y su importancia y relevancia que reafirma aquello que siempre hemos hablado y que nos revelan estudios oficiales, que es el responsable por alimentar a la mayoría de la población mundial”. El tercer punto tiene que ver con el debate acerca del Socialismo, este año abordado en conjunto con el debate del Feminismo. Según Anderson, “está ahí la importancia de reafirmar nuestras convicciones en torno al Socialismo, lo cual es fundamental, ya que esa bandera está siendo abandonada por algunas organizaciones”. Esta viene siendo una de las banderas de la construcción de una nueva sociedad más justa e igualitaria, contra una sociedad machista y capitalista. En este VIº Congreso Continental de la CLOC-VC, un momento importante de unidad de los movimientos ligados al campo, fueron planteadas directrices y desafíos para este nuevo período. De todos ellos, “el principal es la construcción de la unidad, de la lucha mucho más dialogada con la ciudad, con los trabajadores del campo y de la ciudad”, expone Ánderson.
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CONTRATAPA
Abril de 2015 | Será Justicia Ilustración: Hernán Cappelletti
Por Mariano Saravia Periodista y escritor. Autor del libro El grito armenio ().
Todo genocidio es político enocidio: intención de destruir, íntegra o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal”. Esa es la definición de la Convención para la Sanción y Prevención del Delito de Genocidio de la ONU del 9 de diciembre de 1948. Un verdadero mamarracho. Pero es lo único que tenemos y nos aferramos a ella, hasta hoy. Es un mamarracho jurídico porque no se puede definir un delito por su víctima como en este caso. Si las víctimas son grupos religiosos, étnicos o nacionales, sí hay genocidio. Si son otro tipo de grupos, por ejemplo, grupos políticos, no hay genocidio. Es como decir que si alguien mata a una mujer gorda y petisa, si hay homicidio. Pero si mata a un hombre alto y flaco, no lo hay. Además, lo más grave es que en el marco de la hipocresía de la realpolitik, durante las negociaciones en la ONU, se excluyeron los motivos políticos por imposición de la Unión Soviética. Esa exclusión nos afectó y nos afecta aún hoy a los argentinos, que tenemos que cuidarnos de no usar el concepto de genocidio para referirnos a los hechos de la década de 1970, cuando en realidad no cabe duda de que se trató de un genocidio, en este caso por motivos políticos. Y aquí llegamos al meollo de la cuestión, porque siempre los genocidios son políticos. Los temas raciales o religiosos no son centrales, sino que son usados siempre como excusa para llevar adelante exterminios con motivaciones políticas y económicas. Desde el que lo planea en las altas esferas, hasta el último torturador que se ensucia las manos con sangre. Siempre está detrás el imperialismo y el capitalismo, que no hace falta llamarlo salvaje porque por esencia el capitalismo siempre es salvaje. Entre 1915 y 1917, el Imperio Turco exterminó a 1.500.000 armenios. Todo comenzó un 24 de abril, hace 100 años. Esa noche, los turcos secuestraron y asesinaron a 600 artistas y profesionales armenios de Estambul, descabezando la vanguardia intelectual de ese pueblo. Luego, desarmaron a los hombres reclutados por la Primera Guerra Mundial y los mataron. Quedaban sólo las mujeres, los ancianos y los niños. Y los deportaron en larguísimas
“G
caravanas de la muerte hasta los desiertos del norte de Siria. De 2.000.000 de armenios, sólo sobrevivieron 500.000, muchos de los cuales luego de innumerables penurias, llegaron a la Argentina, y algunos a Córdoba. ¿Cuál fue el motivo? No fue ni racial ni religioso. De hecho, los armenios habían convivido con los turcos como ciudadanos del Imperio Otomano durante siglos. El verdadero motivo fue que el Imperio Otomano venía perdiendo dominios y posesiones en Europa y el norte de África, y sus intereses geopolíticos viraron hacia oriente, en un intento de homogeneizar demográficamente el país y en un proyecto panturquista. El problema era que en el medio estaba el pueblo armenio, un pueblo cristiano y sin proceso migratorio, que estaba allí desde hacía miles de años. La solución fue la eliminación de ese pueblo, lisa y llanamente. Y la excusa fue el marco de la Primera Guerra Mundial y la eventualidad de que los armenios se aliaran a los rusos. El negacionismo sigue repitiendo hasta hoy que hubo dos bandos, que hubo excesos de ambos lados, que era una guerra. En realidad, lo que hubo fue un Estado terrorista exterminando a sus propios ciudadanos, en este caso a ciudadanos turcos de raza armenia. Decir que el Genocidio Armenio fue el primer genocidio del siglo XX es ya de por sí una definición de nuestro fracaso como género humano. Porque quiere decir que vinieron otros, y otros, y otros genocidios. De hecho, antes de la invasión de Polonia, Adolf Hitler arengaba a sus oficiales diciendo: “No se preocupen por lo que pueda pasar. Total, ¿quién recuerda hoy la masacre de los armenios?”. La repetición fue posible por la indiferencia del mundo, sobre todo de las grandes potencias. En Europa y en EEUU se sabía lo que estaba sucediendo en Anatolia con los armenios. Ahí están los periódicos de la época como testimonios de que no era nada oculto, o las cartas desesperadas del propio embajador norteamericano en Estambul, Henry Morghentau. Pero ni Washington ni los países europeos movieron un dedo para salvar a los armenios de las garras del gobierno de los “Jóvenes Turcos”. El imperialismo atrás del genocidio. En ese caso el Imperio Otomano, con sus vín-
culos comerciales y políticos en Occidente. Como 25 años después sería otro imperio, el Tercer Reich, encarando el Holocausto. Una autora francesa, Vivianne Forrester, denuncia en un libro llamado El crimen occidental, que en realidad nunca hubo una guerra contra el nazismo. En la Segunda Guerra Mundial lo que hubo fue sólo una guerra contra las intenciones expansionistas de Alemania, pero los aliados nunca intentaron salvar a los millones de judíos de las garras nazis. Y eso que sabían de la existencia de Auschwitz, Treblinka y todos los campos de la muerte, pero nunca hicieron nada, ni siquiera bombardear las vías que llevaban trenes cargados de víctimas de toda Europa. Y más acá en el tiempo, el imperialismo nuevamente detrás del genocidio, en especial en los años 70 y 80 en Latinoamérica. Un genocidio ordenado desde Washington a partir de la Doctrina de la Seguridad Nacional y la Escuela de las Américas, e implementado por los ejércitos asesinos locales al servicio de las oligarquías vernáculas. Pero también aquí la motivación final fue siempre económica y política. También aquí el mundo occidental y civilizado miró para otro lado y dejó hacer. Por eso, los genocidios siempre son políticos en el fondo. Y el negacionismo también, además de ser una consecuencia casi lógica y coherente, parte constitutiva del propio genocidio. En el caso de Argentina, tenemos el alivio de que un presidente como Néstor Kirchner pidió perdón en nombre del Estado a la sociedad. Y tenemos un Estado que hasta ahora ha juzgado y condenado a más de 500 represores, con los tribunales ordinarios de la Nación. En el caso de los armenios no. Pasaron 100 años y los perpetradores siguen negando lo que hicieron. Los negadores de hoy son los continuadores de los genocidas de ayer. Te matan a tu familia, te violan a tus mujeres, te desaparecen a tus familiares, te exterminan a tu pueblo. Y después viene alguien y te dice que nada de
eso ocurrió, que vos te lo inventaste. Es una nueva desaparición. El negacionismo tiene distintas caras, unas más brutales y otras más sutiles. Por un lado el presidente de Turquía, Recep Erdogan, respondiéndole con brutalidad al Papa Francisco por reconocer el Genocidio Armenio. Dijo que “condena” al Papa por decir “estupideces”. Y también dijo que los reclamos de memoria, verdad y justicia, le “entran por una oreja y salen por la otra”. Una brutalidad grotesca. Pero hay otro tipo de negacionismo más sutil. Aquí en Argentina, quizá no encontremos alguien que niegue el Genocidio Armenio al estilo Erdogan. Pero sí encontramos estrategias más sofisticadas, también pagadas por la República de Turquía, con la complicidad local. Por ejemplo, el circo mediático que se potenció estas últimas dos semanas en torno a una telenovela basura de origen turco que difunde el Grupo Clarín. Con pseudoperiodistas viajando a Turquía (pagados por el gobierno de Ankara) para ver cómo y dónde vive Onur, o Alí Kemal bailando en el programa de Tinelli. No es que yo me invente fantasmas, pero hace rato que perdí la ingenuidad y sé muy bien que los medios de desinformación son una de las armas modernas del imperialismo. Disfrazados de productos pasatistas y vacíos, también son portadores de una ideología nefasta y perversa. Y todo este circo repudiable tiene como finalidad contrarrestar la memoria y el pedido de verdad y justicia a Turquía, el Estado genocida que sigue aún hoy, a 100 años, negando el Genocidio Armenio.
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Consejo Editor: Betty Argañaraz, María del Carmen Torres, Olga Acosta. Director: Sebastián Puechagut • Coordinadora Editorial: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta • Corrección: Victoria Picatto Fotografía: Mercedes Ferreyra · Ilustración: Hernán Cappelletti · Distribución: Julia Soulier, Ernesto Torres, Rosario Rodríguez • Colaboraron en este número: Miguel Magnasco, Matilde Nasser, Alberto Luis Ariza, María Laura Villa Administración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - info.usinacreativa@gmail.com
Tirada de esta edición: 30.000 ejemplares de distribución gratuita · ISSN: 1853-8290 · Será Justicia es propiedad de Familiares Córdoba (Personería Jurídica 234-A-1992) Avales y reconocimientos: Beneplácito del Concejo Deliberante de Córdoba (2010) • Declaración de Interés Legislativo por la Legislatura de la provincia de Córdoba (2010) • Declaración de Interés por el Senado de la Nación (2010) • Reconocimiento institucional del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (2010) • Aval Institucional de la Escuela de Ciencias de la Información (2010 y 2011). Distribución: en red de organizaciones y con los siguientes diarios y periódicos: La Mañana, Comercio y Justicia y Energía Positiva (Córdoba) · Tribuna (Bell Ville), Sumario (Alta Gracia), Megáfono (Río IV), El Despertador (Jesús María), El Ciudadano (Va. Dolores), Tortuga (Alta Gracia), El Diario (Carlos Paz), Informarte (Mina Clavero)
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