EL DIARIO DE LOS JUICIOS EN CÓRDOBA
C E
E: J D G
Mercedes Ferreyra
Una jornada única
Páginas y · P A P
“El juicio está en la piel de la sociedad” Páginas y · P S P
PUBLICACIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA
A VIII · N 57 · S 2016
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EN PROFUNDIDAD
ANÁLISIS
Las causas que están en espera
Brasil: un golpe a Latinoamérica
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El paciente arado de la memoria P A O · Página
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EL JUICIO POR DENTRO
Septiembre de 2016 | Será Justicia
354 AUDIENCIAS • LOS TRABAJADORES QUE APORTARON DESDE FUERA DEL RECINTO
El juicio fue el fruto de un trabajo colectivo D , .
T . En Córdoba, el primer equipo de acompañamiento psicológico a testigos de los juicios por delitos de lesa humanidad se creó en el año 2008, conforme a cómo se venía llevando a cabo en otras provincias de acuerdo al Programa Nacional de Verdad y Justicia. La causa Brandalisis, la primera en Córdoba, conformó el primer equipo de profesionales que trabajó con los testigos antes y después de declarar. Las dimensiones del juicio La Perla significaron un desafío mayor. Por la sala de audiencias pasaron 581 personas a prestar su declaración testimonial, gran parte de ellas sobrevivientes o víctimas directas del terrorismo de Estado. Esto implicó una dinámica de trabajo especial, en cola-
J C años. Profesor de Historia. Córdoba capital. “Los chicos deben creer que la democracia es el mejor sistema, con todos los defectos que tiene. Vinimos con un grupo de alumnos y docentes de la escuela Jerónimo Luis de Cabrera porque esto es histórico, no solamente para Córdoba y para Argentina, sino también a nivel internacional. Hoy somos el único país del mundo que está juzgando a sus represores. Esto no pasa en Chile ni en Brasil. En la Alemania nazi los que juzgaron a los represores lo hicieron desde afuera”.
M F años. Legislador, ex secretario de DDHH de la Nación. “Para el colectivo social, los juicios significan poder encontrar en la Justicia argentina las respuestas que por más de años se buscaron. Queda para el futuro y la historia de todos una responsabilidad, que es llevar adelante la garantía del Nunca Más. Hay que luchar por las causas justas, las causas de la patria, hay que militar, no hay que permitir vivir en la impunidad, hay que tratar de hacerlo con la mejor alegría y fuerza posible porque si no, hubiera sido imposible haber logrado lo que logramos”.
A L A
Manuel Bomheker
Casi cuatro años de audiencias tiñeron al juicio de un componente especial: el trabajo en equipo y colaborativo. Además de los abogados y fiscales, detrás del telón del recinto, un grupo de trabajadores se abocó de manera casi diaria a aportar desde su rol para que el proceso en la sala se lleve adelante en las mejores condiciones posibles. Ellos y ellas son los secretarios, camarógrafos, fotógrafos, comunicadores de la sala de prensa, psicólogos del Equipo de acompañamiento de testigos. La envergadura del juicio en términos de tiempo hizo posible un trabajo en comunión entre todas las parte del proceso.
VO CE S D E LA S E N T E N C I A
Desde la torre. El panorama desde el edificio de Tribunales resultaba impresionante.
L DDHH En la sala de prensa, el trabajo entre los periodistas y los organismos de derechos humanos fue una constante. Esto permitió una cobertura periodística más profunda de todo el proceso oral. boración con los organismos de derechos humanos. U . Adentro y afuera del recinto de audiencias, la tarea de registrar el juicio fue un trabajo diario en el que participaron, entre otros, profesionales de las distintas ramas de la comunicación. En el interior de la sala, se llevó a cabo una cobertura audiovisual permanente a través de distintas cámaras dispuestas para el registro histórico de Tribunales Federales. El equipo de camarógrafos alcanzó este año 1000 horas de filmación desde el inicio de la primera audiencia, el 4 de diciembre de 2012.
También participaron de esta tarea, pero en formato periodístico, los comunicadores que desde distintos medios de comunicación realizaron la cobertura de la megacausa. La sala de prensa de los periodistas fue un espacio dinámico y colaborativo que a lo largo de 354 audiencias siguió el desarrollo del proceso; el trabajo de los abogados querellantes, fiscales y jueces; las intervenciones de los testigos y el contenido de sus declaraciones. Esta tarea se realizó con la colaboración de los secreterios de prensa de Tribunales, que otorgaron los recursos y materiales disponibles en pos de condiciones óptimas de trabajo.
años. Familiares Cba. Córdoba capital. “Estoy por mi hermano Andrés y por los . desaparecidos. Es muy importante el juicio, la sentencia y, en un porcentaje similar, la convocatoria, porque ha demostrado que la gente está preocupada. En cuanto a la sentencia, tiene cosas que nos alegra y otras que no, como las absoluciones y el hecho de que en las sentencias a cárcel perpetua no se aclara si son domiciliarias o efectivas y deja abierta la puerta a la presentación de los defensores. Creo que las heridas las cerraremos todos juntos en la calle”.
M H años. Gremio UTIC. Córdoba capital. “Me parece fundamental que se siga juzgando y que también se avance en la complicidad civil que es lo que falta en los juicios, castigar a los represores y la complicidad de la Iglesia en todo esto. La señal que debe dar el gobierno es la de que en el país no hay impunidad para las personas que cometan delitos de lesa humanidad. Se debe nombrar a los culpables como genocidas, no sólo como represores”.
N F años. La Cámpora. Córdoba capital. “Me parece una fecha histórica, en la cual no todos los gobiernos se pusieron al hombro la valoración de los derechos humanos. Ojalá que los juicios sirvan y sigan, ya que la política que nos dejaron Néstor y Cristina es del legado de poner la bandera de los derechos humanos por sobre todas las cosas. Debemos ser responsables de que haya una verdadera Memoria, Verdad y Justicia. Estar acá es una sensación rara, pensar en todos esos pibes que lo vivieron y que ya no están. Hoy esto es por ellos”. La recopilación de testimonios fue realizada por un equipo de trabajo voluntario conformado por estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Universidad Nacional de Cba.) en una cobertura colaborativa de la sentencia.
La sentencia: patrimonio de la sociedad Hay hechos en la historia que superan a las organizaciones y sus expectativas. Todo lo que podamos describir en relación a ese día estará teñido por la subjetividad de quien lo narra y atravesado por sensaciones contradictorias de dolor y alegría. Cada condena o cada absolución daba cuenta de un rostro, una historia y un nombre que se irían reconociendo en cada una de las más de 15.000 personas que estaban presentes. Algunas con los ojos húmedos, otras exultantes de emoción. El hecho fue histórico porque se estaba juzgando el mayor genocidio del siglo XX en el juicio más grande del país, después del de la Esma. Y la manifestación fue histórica por la multitud que acudió a escucharla. Con la lectura de la sentencia quedó demostrado que cada uno de los acusados es culpable de los hechos juzgados, y esto no es una cuestión de sensaciones ni de emociones, esto tiene que ver con un trabajo político que se viene realizando hace 40 años en cada uno de los espacios en que nos tocó desempeñarnos, en cada escuela, en cada joven a quien con paciencia y mu-
cho compromiso fuimos acercando un pedacito de historia. Porque cada 24 de marzo donde se gritó "¡justicia!" tuvo un sentido democrático y cívico donde la sociedad se vio reflejada, y por eso ya no pedimos simplemente que nos acompañen. Desde ahora, ya no nos pertenece sólo a las organizaciones de derechos humanos. Para siempre, ese grito de justicia y el 24 de marzo son del pueblo. Esta sentencia tuvo la capacidad de demostrar que no hubo "locas" en la plaza, que "los de los derechos humanos" no somos los que defendemos los derechos de los delincuentes, como quiso imponer el relato dominante. Esta sentencia dejó en claro que ese Estado que mató, secuestró y robó fue el verdadero terrorismo. Por eso quieren volver a hablar de "guerra sucia". No hay ignorancia en ese discurso, hay una franca decisión de este gobierno de reflotar la teoría de los dos demonios. Es por eso que las movilizaciones en la calle de un pueblo exultante de alegría y sin rencores vienen a subvertir un orden que se suponía iban a instaurar demorando juicios, quitando
EDITORIAL
recursos, recusando jueces y desconociendo pactos internacionales. Pues no. No somos sólo las organizaciones de DDHH quienes no lo vamos a permitir, sólo seremos quienes acompañen a los sectores de la sociedad que se sientan empoderados de justicia. Poner el foco en quienes manipulan los procesos democráticos permite entender la situación por la que está pasando nuestra región. Lo ocurrido en Brasil en estos días es la muestra más elocuente de las intenciones que tienen los grupos concentrados de poder, que son los mismos que fueron cómplices de las dictaduras de la región y que hoy recurren a herramientas "constitucionales" para dar un golpe de Estado. Deberíamos estar atentos. Triunfos como los de la ejemplar sentencia que acabamos de festejar se podrían frustrar si distendemos el protagonismo de la unidad en las calles. Esto no fue el final de nada, fue sólo un empujón para continuar con las causas que siguen pendientes. Pero como empujón… fue una fiesta para la democracia.
EL JUICIO POR DENTRO
El diario de los Juicios en Córdoba| Año VIII · Nº 57
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LA SENTENCIA SEGÚN EMILIA VILLARES D’AMBRA Y PABLA ‘PITUCA’ AVENDAÑO • DOS MUJERES QUE LUCHARON CONTRA LA IMPUNIDAD | Por Alexis Oliva
Dos madres, una justicia El día de la sentencia a Emilia Villares D'Ambra la seguían, como defensores chilenos a Messi, un camarógrafo, un iluminador y un sonidista. La secretaria ejecutiva de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba es uno de los “personajes clave” del juicio Menéndez III que formarán parte de un documental sobre la sentencia producido por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba. Es que ‘la Emi’ es un símbolo. Madre de Alicia Raquel D'Ambra, secuestrada el 13 de julio de 1976 en Buenos Aires y asesinada en el Pozo de Banfield a fines de abril del 77, y de Carlos ‘Nona’ D'Ambra, desaparecido por la patota de La Perla el 20 de noviembre del 76, ambos militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Minutos después de la lectura del fallo, rodeada por los del documental y una decena de periodistas, Emilia valoró la lucha de los familiares de las víctimas: “Nosotras somos madres a las que nos quitaron los hijos. No somos heroínas ni de otro planeta. Hicimos lo que la naturaleza ha previsto que hagamos. Yo me reconozco como una luchadora, nada más. Tengo la suerte de tener salud, ya cumplí los 87 y todavía les voy a dar trabajo. Todas nos reconocemos como luchadoras”. –¿Estaba confiada de esta sentencia? –Muy confiada. Me hicieron
Manuel Bomheker
T . A 80 , , . A, .
Emi D’Ambra. Al finalizar la sentencia, agradeció la participación de los jóvenes en las audiencias y pidió que continúen la lucha.
agarrar miedo los últimos días, que empezaron a decir que esto, que el otro... Todo el tiempo estuve diciendo que esto era una fiesta. Y gracias a Dios lo fue. –Emilia, en ese “todavía” que resta, ¿cómo se defiende esto? –Con más juicios. La única manera de que esto no vuelva a pasar es que quede sellado en la sociedad como una cosa que no se puede hacer, porque a la larga o a la corta tienen castigo. Ustedes que han asistido a todas las audiencias han visto cómo ellos han bajado mucho el copete al último. El ejemplo más claro es (Héctor Pedro) Vergez (creador del Comando Libertadores de
América y primer jefe operativo del campo de La Perla), que hizo aspaviento con el libro que escribió, Yo soy Vargas, y después negó que era de él. Ellos creían que tenían asegurada la impunidad. Esto demuestra que no. Pero tenemos una sociedad que tiene mala memoria. Está sucediendo ahora y se llaman de otra manera, no se llaman Cavallo, pero se llaman Prat Gay. Son los mismos y fueron votados, y en Córdoba los votó el 70 por ciento. Eso es lo que nos da más rabia. –Pero ahí afuera hay 15 mil personas cantando el Himno… –Bueno, eso sí. Cuando consigamos que toda la sociedad com-
LA UNIFICACIÓN DE 22 EXPEDIENTES • EL ARMADO LEGAL DEL JUICIO MÁS GRANDE
El proceso que culminó con una sentencia este 25 de agosto tuvo detrás un arduo trabajo que comenzó hace décadas. Desde mucho tiempo antes de que se declarara la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final (lo que permitió llevar adelante las causas de lesa humanidad), los organismos de derechos humanos, abogados como María Elba Martínez y algunos particulares ya habían emprendido las tareas de investigación sobre los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado en Córdoba. En algunos casos, estas investigaciones particulares se sumaron a las acciones de la institución judicial. Dichas causas quedaron en manos de la Fiscalía Federal de Ins-
Mercedes Ferreyra
¿Cómo se llegó a la megacausa?
trucción, a cargo de Graciela López de Filoñuk. A partir de toda la evidencia recolectada y bajo la sospecha de acciones delictivas, fueron citados a declarar los acusados, que en muchos casos nunca habían sido interrogados por estos crímenes. Dentro de la etapa de instrucción, el Ministerio Público Fiscal intervino como demandante en
representación del Estado. Una vez iniciado el juicio, su rol fue el de llevar adelante la tarea acusatoria. Finalizada esta primera etapa, la megacausa La Perla - La Ribera fue elevada a juicio. En abril de 2014, se incorporaron al debate cinco nuevas causas, que sumaron 279 víctimas más, 11 nuevos imputados sentados al banquillo de acusados y nuevos hechos a investigar. Entre estos hechos, se anexó al juicio la causa Mackentor, que dentro del marco de los delitos económicos, investigó el robo, vaciamiento y destrucción de una empresa constructora de Córdoba; y la detención, secuestro y tortura de sus trabajadores y accionistas.
prenda que la única manera de defendernos es estar juntos y luchar por lo mismo, habremos ganado. Pero hasta entonces no habremos ganado demasiado. En ese momento, bajaba por las escaleras con sus 85 agostos a cuestas Pabla ‘Pituca’ Avendaño, un emblema de Villa El Libertador, madre de Juana del Carmen Avendaño y suegra de José Guillermo Gómez, militantes del PRT y víctimas en la megacausa; madre también de Graciela Viviana, quien fuera la presa política más joven de la dictadura en Córdoba, fallecida en un choque en el año 2000, luego de liderar una protesta social en Cruz del Eje.
Abajo la esperaba el abrazo de su nieta María Emilia, hija de Juana y José, y unos cuantos más. “Como todas las mamás, fui con la esperanza de que se haga justicia. Estuvimos en el lugar donde teníamos que estar, donde se juzgaba a los genocidas, esperando que se los castigue. Eso no nos devuelve el cuerpo de nuestros hijos y familiares, pero por lo menos para que se haga justicia y se sepa lo que hicieron”, manifestó a Será Justicia. Al ingresar a la sala de audiencias, Pituca había leído el cartel que a pocos metros esgrimían Cecilia Pando y compañía: “Ni jóvenes ni idealistas, eran todos terroristas”. La bronca calentó su sangre norteña y sin dudarlo se dirigió a una mujer policía. –¿Cómo puede ser que estén acá adentro con ese cartel? –Ustedes también tienen carteles –le respondió la oficial. –No, señora, no se equivoque. Nosotras tenemos los retratos de nuestros hijos desaparecidos –dijo Pituca, con volumen suficiente como para que también la escuchen las otras. “Después de la sentencia, me disgustó que los familiares de los represores nos dijeran cosas muy feas a las madres, pero qué se puede esperar de ellos –expresó Pituca–. Así que salí a la calle medio indignada, pero ahí era toda alegría, sonrisas, lágrimas y abrazos. Miles de personas que me hicieron olvidar ese mal momento y me devolvieron la alegría”.
VO CE S D E LA S E N T E N C I A S T años. Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba. “Venimos luchando hace años. Los desaparecidos en algún lugar nos estarán viendo, dirán: “¡Bravo Abuelas!, ¡bravo Madres!, ¡bravo pueblo de Córdoba!”. Se hizo justicia porque tuvimos un tribunal de lujo y tres fiscales también de lujo, no podía ser otro el resultado”.
G Á años. Familiar de una víctima. Córdoba capital. “Por el asesinato de mi padre estoy en la sentencia. (Héctor Raúl) Romero fue su asesino, hasta hoy no ha tenido ningún tipo de sentencia, lo vengo esperando hace años. Lo fusilaron en Alta Córdoba, pero pudimos recuperar su cuerpo. Era militante, docente, licenciado en Ciencias de la Educación y militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)”.
M P años. Familiar de una víctima. Córdoba capital. “Mi hermano es un desaparecido, se lo llevaron de Alta Córdoba. Él estuvo ausente por muchos años, años para ser exactos. Cuando a La Perla se la declaró lugar de memoria, nos contactamos con una persona que lo había visto y nos terminó de contar la historia. La última vez que lo vi fue meses antes que lo secuestraran, diciembre del . Yo tenía años”.
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EL JUICIO POR DENTRO: CRÓNI
Septiembre de 2016 | Será Justicia
LA PERLA - LA RIBERA • EL JUICIO DE LESA HUMANIDAD QUE MARCÓ LA HISTORIA DE CÓRDOBA | Por Agostina Parisí
Manuel Bomheker
Cuando Córdoba gritó Nunca Más
E 25 T . 38 E. C , , . os ven reír, nos ven luchar, nos ven amar, nos ven jugar, nos ven detrás de su armadura militar. Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, cantó la multitud a coro. Los casi 30 grados de extenuante calor y la falta de árboles para resguardarse a la sombra no lograron perturbar la alegría de más de quince mil personas que el jueves festejaron afuera de los Tribunales Federales de la ciudad de Córdoba la esperada sentencia del juicio La Perla. Cada condena se gritó como un gol. Desde adentro del edificio, las paredes vibraron cuando el juez Jaime Díaz Gavier dijo la frase final, luego de casi cuatro años de audiencias: “El juicio ha terminado”. La sentencia del juicio La Perla es un hito histórico en el marco del juzgamiento a los crímenes del terrorismo de Estado, que en Córdoba comenzó en el año 2008 con la célebre causa Brandalisis. El veredicto del tribunal, integrado por Jaime Díaz Gavier, Julián Falcucci y José Camilo Quiroga Uriburu, condenó a prisión perpetua a 28 de los 43 represores imputados, y dictó penas de prisión de menor escala a otros diez. En total, cinco imputados resultaron absueltos. El ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y quien comandó el accionar represivo en Córdoba, Luciano Benjamín Menéndez, recibió su condena número 15, la cual lo convierte en el genocida que carga más sentencias en sus hombros por crímenes de lesa humanidad en todo el país. También fue condenado, pero por pri-
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mera vez, uno de los ex militares más jóvenes del banquillo. Hasta este juicio, Ernesto Guillermo Barreiro transitó la mayor parte de su vida en impunidad. En sus últimas palabras dirigidas a los jueces antes de recibir el veredicto, afirmó: “El 9 de julio he tenido la emoción de ver desfilar a las Fuerzas Armadas, pero también a los gloriosos combatientes de Malvinas, del Operativo Independencia, de La Tablada... Estoy seguro de que tarde o temprano también nos verán a muchos de nosotros desfilar por nuestra patria”. Otro de los que recibió perpetua fue
«Nos interesa que haya Justicia en nuestra República, que haya democracia, que no se trivialicen temas. Es una necesad negar a nuestros desaparecidos». Héctor Pedro Vergez, ex oficial de Ejército especializado en Inteligencia que integró la denominada ‘patota’ de La Perla, y que en los largos años de audiencias no se privó de realizar gestos provocativos y obscenos a los testigos y a las cámaras. En febrero de este año, cuando reanudó el de-
EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUGIRIÓ TRABAJAR SOBRE LA SENTENCIA
La provincia invitó a los estudiantes Semanas antes de la sentencia del juicio, el Ministerio de Educación de la provincia elevó una resolución en la que sugirió a los directores de las escuelas provinciales abordar la temática del juicio La Perla. A través de este documento, quedó expresa una invitación a trabajar “los conceptos de justicia y libertad como valores que hacen posible consolidar la vida democrática del país”. Además, las escuelas fueron invitadas a participar de la sentencia en las calles de Tribunales, lo cual generó una respuesta positiva que se vio reflejada en la cantidad de jóvenes de escuelas secundarias celebrando el veredicto.
Cada institución trabajó con sus propios contenidos sobre el tema y, además, desde el Ministerio se puso a disposición de los directores un material específico sobre el juicio. La presencia de los jóvenes también fue una constante a lo largo de los casi cuatro años de audiencias. En muchas ocasiones, cursos completos de estudiantes secundarios tuvieron la oportunidad de ingresar al recinto y presenciar en vivo y en directo el desarrollo de las audiencias. Esto fue producto de un trabajo entre las escuelas e HIJOS, que permitió que los jóvenes mayores de años también sean partícipes de este proceso histórico.
bate luego de la feria judicial de verano, ingresó al recinto con un gesto sonriente y una fotografía de Mauricio Macri, presidente de la Nación y de la primera dama. Mirta Graciela ‘la Cuca’ Antón, ex suboficial de la Policía de la Provincia, escuchó el veredicto rodeada de hombres mayores. Es hasta ahora la única mujer condenada por crímenes de lesa humanidad en Córdoba. Recordada por sobrevivientes del Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba (D2), la Cuca fue famosa por su sadismo y violencia a la hora de torturar a los detenidos. “E ”. Cerca de la una del mediodía, los familiares, las autoridades políticas, referentes de los organismos de derechos humanos y las partes del juicio comenzaron a salir del recinto colmados por la emoción del veredicto, pero también por la tensión de los últimos minutos de audiencia. Luego de recibir la condena, dos de los imputados –Arnoldo José López y Carlos Alberto Díaz– insultaron y amenazaron al público y a los jueces. En la misma sintonía, cuestionó la sentencia Cecilia Pando, la declarada militante anti-derechos humanos, quien logró ingresar a la sala escoltada por familiares de los represores y carteles provocativos. Al salir cubrió su rostro con una roja y plástica nariz de payaso. “Luego de tanto tiempo tenemos una sentencia. Terminó un proceso muy largo que demandó mucho esfuerzo y dedica-
ICA DEL DÍA DE LA SENTENCIA
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VIII · Nº 57
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LA COBERTURA PERIODÍSTICA EN LA SALA DE PRENSA | Por Alexis Oliva
Manuel Bomheker
Mercedes Ferreyra
Una extraña orquesta sinfónica Mirando la multitud. Sobrevivientes de La Perla y familiares de desaparecidos se emocionaron al ver la gente.
ción. Veo las manifestaciones de aprecio de las víctimas y los familiares, y me quedo tranquilo de que hicimos una buena tarea”, dijo el fiscal Facundo Trotta, representante del Ministerio Público Fiscal. El tribunal no sólo dictó penas de prisión a los imputados, sino que confirmó varios pedidos de la fiscalía –y en algunos casos de las querellas–, lo cual convirtió a la sentencia en un fallo novedoso. Quedó expresamente establecido que en Córdoba se cometieron crímenes de lesa humanidad incluso antes del 24 de marzo de 1976, fecha inaugural del terrorismo de Estado, con la actuación de bandas paramilitares y parapoliciales que llevaron a cabo acciones con el objetivo de eliminar al opositor político o “enemigo subversivo”. También quedó acreditado que el nieto de Sonia Torres, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba, fue víctima del delito de desaparición forzada, formando parte del plan sistemático de la dictadura que incluyó la sustracción de menores y el ocultamiento de su verdadera identidad. Por este delito, continúan luchando diariamente las Abuelas en todo el país. Por otra parte, los jueces se expidieron sobre vejámenes y delitos sexuales, detallados en su crudeza por los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención. Estas prácticas, que hacia el interior de los sitios de secuestro y tortura fueron moneda corriente hacia mujeres, pero también hacia hombres, fueron consideradas delitos de lesa humanidad. “Se definió, además, que se revisen las prisiones domiciliaras, y que a través de una junta médica se determine si efectivamente los acusados que hoy están en sus casas siguen en las mismas condiciones de salud que habilitaron estas prisiones. Este pedido de la fiscalía fue muy cuestionado por la defensa. Nos atacaron de ilegales y de arbitrarios, y sin embargo el tribunal hizo lugar a ese pedido”, agregó el fiscal Facundo Trotta. U N M. Días antes de la sentencia, desde las redes sociales, quienes integran espacios relacionados a los derechos humanos, desplegaron una gran convocatoria para asistir a la jornada. Sin embargo, las expectativas se vieron superadas. “Sabía del juicio y por los medios me enteré de que hoy era la sentencia. Vine con mi hija porque es un día importante. También vamos a las marchas del 24 (de marzo). Nunca más a la dictadura militar”, dijo Mercedes. Desde arriba del escenario montado en la puerta de Tribunales, se vieron largas cuadras colmadas por una marea de personas. Pañuelos en la cabeza, lentes, botellitas de agua. El calor no dio tregua, pero
la felicidad tampoco. Apenas finalizada la lectura de la sentencia, los abogados y fiscales también salieron a saludar y celebraron con la gente. “Desde adentro escuchaba que en cada perpetua ustedes gritaban. Y ellos (los imputados) también escuchaban, lo cual fue mejor. Nos interesa que haya justicia en nuestra República, que haya democracia, que no se trivialicen estos temas. Es una porquería y una necedad negar a nuestros desaparecidos”, gritó a la multitud el abogado querellante Claudio Orosz. “Acá lo que discutimos, compañeros, es que el Estado mantenido por nuestros impuestos se convirtió en asesino, en secuestrador, en violador. Mató a los nuestros y ni siquiera nos dio sus restos”, aseveró. No fue el único que subió al escenario a agradecer y celebrar. También estuvo la sobreviviente de La Perla y testigo Liliana Callizo, quien en su declaración en 2013 acusó al represor José Hugo Herrera de haberla violado. Junto a otros sobrevivientes, dio cuenta de la complejidad del horror tras haber estado cautiva desde septiembre de 1976 hasta comienzos de 1978. Liliana se mostró con una sonrisa, aplaudió las palabras de quienes hablaron y miró con los ojos enceguecidos por el sol a las miles de personas presentes. “Son ustedes (los jóvenes) los que nos permiten salir adelante”, dijo Emi Villares D'Ambra, referente de Familiares Córdoba a los cientos de estudiantes secundarios, universitarios y militantes reunidos frente al escenario. Con la voz entrecortada por la emoción y por sus 87 años, Sonia Torres habló mirando a la gente, pero dirigió su mensaje a Silvina Parodi, su hija desaparecida, madre de su nieto también desaparecido: “Hice la mitad de la tarea hija, ahora me falta encontrar al nieto”. Los fundamentos del fallo se harán públicos el próximo 24 de octubre. Será la instancia en la que las partes del juicio den cuenta de los detalles del veredicto. La megacausa La Perla-La Ribera desentramó el funcionamiento del terror durante la dictadura en Córdoba, a través de distintos centros de detención, como La Perla, Campo de La Ribera, el Departamento de Informaciones (D2). En las audiencias se ventilaron las complicidades civiles, judiciales, empresariales y eclesiásticas que funcionaron en colaboración con la maquinaria represiva. Pese a la envergadura histórica que lo convierte en el juicio más grande de la historia judicial de la provincia y el interior del país, muchas causas aguardan hoy en instrucción. “Por el legado de nuestras Madres y nuestras Abuelas, estos juicios van a continuar”, dijo Orosz al finalizar su intervención.
Amplia repercusión. Los periodistas colmaron el salón del segundo piso de Tribunales Federales.
El Manuel Bomheker sacó la foto con visión de director de orquesta (y el tipo hasta tiene pinta y apellido acordes a ese rol). Y ahí estamos, como afinando los instrumentos antes de un estreno. Los foto-reporteros como la Mechi y otros tantos, cronistas de radio, camarógrafos, movileros de tv, periodistas de prensa escrita en papel o web. Cada cual atiende su juego en esa extraña orquesta sinfónica. Tal vez con muchos solistas, pretensiones de virtuosismo individual y escasa vocación de ensamble; quizás con repertorio demasiado ecléctico; acaso con una conflictiva mixtura entre lo académico y lo autodidacta, lo hegemónico y lo popular, el objetivismo y la militancia… Pero nunca fuimos tantos. Y no es casual que en los tiempos en que el interés periodístico por el juicio flaqueaba fueron sobre todo unas pocas periodistas y militantes mujeres las que sostuvieron la cobertura. Lo cierto es que en ese lugar compartimos –para esta “obra”, los últimos cuatro años y para las anteriores, otros tantos más– tres funciones por semana. Algunos con experiencia en el género, otros como descubriendo por primera vez la melodía de la memoria, la armonía de la verdad, la música de la justicia. Por eso la mayor parte del tiempo ese lugar fue otra cosa. Una suerte de sala de ensayo de amigos que forman una banda porque aman el rock, pero sobre todo porque quieren tocar juntos. Ese lugar ejerció sobre nosotros una fuerza centrípeta, un influjo tribal, un sentimiento de hermandad. Por la categórica razón de que funcionó como otro lugar que ya casi no existe: una redacción. Ese espacio de organización, discusión y creación periodística colectiva, hoy está en vías de extinción, abolido por los grandes medios de comunicación que replicaron el modelo de los call centers para disciplinar a su staff periodístico. Hoy, son los gerentes de recursos humanos
quienes llevan la batuta en las empresas periodísticas. Entonces, la sala de prensa del Tribunal Oral Federal Nº de Córdoba ha funcionado desde como un sustituto de aquellas redacciones donde se debatían cuestiones ideológicas, éticas, estéticas y humanas que atravesaban este trabajo cuando todavía era oficio. Así, en esta sala –prestada pero “nuestra”– discutimos la esencia política del terrorismo de Estado, los porqué de que en este país existieran generaciones dispuestas a tomar las armas y dar la vida por una sociedad más justa, la tramposa eficacia de la teoría de los dos demonios, el límite ético al permiso legal para usar lo que un testigo está obligado a decir en un juicio oral y público, la complicidad de corporaciones y personajes que todavía ostentan poder, el efecto de los relatos del horror en ese sujeto político que es nuestro lector, oyente o televidente, las proyecciones de la historia en el presente, la infinita potencia de la esperanza y la dignidad humanas para renacer de las cenizas… En ese lugar, fuimos casi familia. Sin idealizar, con las afinidades, rivalidades, proyectos, mambos, solidaridades, egoísmos, anhelos y valores de cualquier familia. En ese lugar, más de uno de nosotros encontró su identidad como trabajador de prensa. Y en ese lugar, sobre todo, crecimos como seres humanos. Por eso me tanguea pensar que cuando se terminen los juicios de lesa humanidad también se va a terminar esto. Por eso, a los compañeros y compañeras de esos días de grandes titulares y los otros días grises; del mate tempranero, el sanguchito apurado y el chocolate siestero; de las charlas, risas y lágrimas compartidas; de nuestra cotidiana comunión de alegrías, broncas y esperanzas, a ellos y ellas les dedico mi homenaje y agradecimiento. Y ojalá sigamos tocando juntos, hasta encontrar esa musiquita que buscaban los que ya no están.
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EL JUICIO POR DENTRO
Septiembre de 2016 | Será Justicia
EL FALLO DE UN TRIBUNAL DEMOCRÁTICO • LAS PENAS FUERON MÁS ALLÁ DE LOS REPRESORES Y ALCANZARON AL PLAN SISTEMÁTICO | Por César Pucheta
Hitos de un fallo histórico L , , C. Fueron 28 prisiones perpetuas y otro puñado de penas temporales. Algunos de los represores más temibles de la historia cordobesa recibieron por primera vez un veredicto en su contra. Se condenó el robo de bebés, el allanamiento clandestino de una empresa que luego fue vaciada y los abusos sexuales cometidos en el marco del terrorismo de Estado. C E. Al trabajar sobre hechos que tuvieron lugar antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, el tribunal pudo diferenciar en la sentencia entre los delitos de lesa humanidad ocurridos con antelación a la instauración del terrorismo de Estado. Los crímenes de lesa humanidad perpetrados antes del 24 de marzo fueron cometidos por bandas paramilitares y parapoliciales que estaban integradas por personal dependiente de diferentes estamentos públicos. Esas bandas tenían un funcionamiento clandestino bajo la estructura de un régimen democrático. Tras consumarse la insurrección militar que derrocó al gobierno de Maria Estela Martínez de Perón, esos mismos crímenes se cometieron desde un Estado que se puso a disposición de un plan aplicado sistemáticamente para instaurar el terror, perseguir, secuestrar, asesinar y hacer desaparecer a miles de ciudadanos argentinos. E , . El caso por el que
se investigaba la desaparición forzada del hijo de Silvina Mónica Parodi y Daniel Orozco fue uno de los que mayores expectativas concentró. Según se desprendió del proceso, quedó comprobado que el niño nació 14 de junio de 1976 en la Maternidad Provincial en óptimas condiciones de salud y fue visto con su madre por más de un testigo. Este hecho se destaca como el primer caso de robo de bebés que tiene condena en Córdoba, con once condenados. La querellante que llevó el caso en representación de Abuelas de Plaza de Mayo, María Teresa Sánchez, definió el fallo como “una joyita” y anticipó que las causas por desaparición forzada de menores continuarán en nuestra provincia. “Hay un juicio que está ya en su etapa final de investigación que es la causa Martela, donde represento a una de las víctimas, a María de las Mercedes Moreno. Ella también dio a luz a su hija en cautiverio y esa niña, esa menor, fue apropiada. Así que nos espera de aquí para adelante, por lo menos a corto plazo, esa causa y otras que están también en etapas de instrucción” dijo a Será Justicia horas después de conocer la sentencia. M: . El 25 de abril de 1977, cuando el día comenzaba, las tropas de la Brigada Aerotransportada IV irrumpieron en las sedes que la empresa Mackentor tenía en Córdoba, Santiago del Estero Buenos Aires, y San Juan. Sus di-
Los condenados. El fallo incluyó 28 perpetuas, diez condenas de entre 2 y 21 años, y 5 absoluciones.
rectivos y empleados fueron secuestrados y sus fondos bloqueados por el Banco Central. El Ejército se presentó en el Juzgado Federal Nº 1 a cargo de Adolfo Zamboni Ledesma argumentando la relación de Mackentor con el financiamiento de la guerrilla. Se solicitó una intervención judicial y los militares se hicieron cargo de la empresa que fue saqueada hasta quedar vaciada. Este delito, que se agregó a la megacausa promediando el año 2014, fue otro de los datos inéditos en la sentencia del TOF Nº 1. El fallo considera que la empresa fue usurpada de modo ilegal. El único condenado por ese acto es el principal responsable de las actividades delictivas cometidas por el Ejército durante los tiempos de la represión estatal: Luciano Benjamín Mendéndez. L ‘C’ ‘N’. El único caso de una mujer represora juzgada en Córdoba que sumó su primera condena a cadena per-
petua. Se trata de Mirta Graciela Antón, que ya había sido condenada en el año 2010 a 7 años por los delitos de lesa humanidad cometidos en la UP1. ‘La Cuca’, tal como se la conocía, era suboficial de la Policía de Córdoba y formaba parte de la estructura de la patota del D2. Fue encontrada culpable de los delitos de privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos, homicidio doblemente calificado y desaparición forzada y muerte. Otro de los que sumó su primera condena fue Ernesto Guillermo Barreiro, uno de los represores más renombrados en esta historia, reconocido por haber protagonizado el hecho que sirvió como argumento principal para los primeros levantamientos carapintadas en tiempos del alfonsinismo. ‘El Nabo’ fue encontrado culpable, entre otras cosas, de 548 secuestros y 264 homicidios. L . Salvo el ex teniente Carlos Eugenio Monti,
todos los acusados fueron absueltos en al menos uno de los delitos por los que estaban siendo juzgados. A cinco se los consideró inocentes en la totalidad de los hechos analizados. Se trata de Antonio Filiz, Juan Carlos Cerutti, José Idelfonso Veléz, Francisco Domingo Melfi y Ángel Corvalán. En esos casos, el tribunal consideró que no había pruebas suficientes para comprobar su participación en los hechos que se les imputaban. La mayoría estaba sindicado como integrante de la patota de la D2 en distintos momentos de su accionar en Córdoba. Filiz y Melfi, policía y civil con participación en el Departamento de Informaciones, quedaron en condiciones de recuperar su libertad por haber cumplimentado los procesos que los mantenían en prisión hasta el momento de la sentencia. Entre los absueltos, eran los dos imputados a los que mayores casos se les adjudicaba: 212 delitos el policía y 115 el civil.
VO CE S D E LA S E N T E N C I A C G
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años. IPEM Villa El Libertador. Córdoba. años. Partido Comunista. Villa Gral. Belgrano. y años. Hermanos. Córdoba “Traje a mis alumnos porque me parece un suce“Dada la circunstancia que vive el país es una feSimón: “Hoy nosotros vinimos acá con nuestros so muy importante para nuestra historia. Se está cha trascendental para afirmar los derechos hupapás por lo que ocurrió hace cuarenta años, por condenando aquí a los responsables de uno de los manos. Hay que hacer movilizaciones como la de la dictadura militar y los genocidas”. mayores crímenes, esperemos que los resultados hoy y asegurarnos de que los culpables cumplan sean favorables. Tenemos la esperanza de que sela condena en la cárcel y no en sus casas. Ver tanMalena: “Yo también vine por la dictadura militar. an juicios justos, que vayan a cárceles comunes y no sean presos do- ta gente acá en una provincia en donde el por ciento de la pobla- Hace cuatro años que está esto, el juicio, y por eso me pareció algo immiciliarios. Ya fue bastante el daño que le hicieron a la sociedad”. ción voto al gobierno actual, es muy llamativo y estimulante”. portante para venir”.
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M S
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años. Caleuche. La Rioja Abogada querellante. Córdoba. años. Estudiante secundario. Córdoba. “Hace seis años estudio en Córdoba. Es un día his“Anoche antes del juicio fue un momento de mu“Yo opté por venir acá este día, no era algo oblitórico para ésta ciudad y para el país. Llegará tarcha ansiedad. Hoy estaba más tranquila y espegatorio. La verdad es que me gusta mucho la jusde a la Justicia lo ocurrido hace años pero lleranzada. El veredicto sobre el caso del nieto de Soticia, me gusta poder expresarme y también escuga, sobre todo para que los y las jóvenes aprennia Torres fue una gran alegría. Esto es muy buechar a la gente. Ahoracreo que depende del tipo damos que esto no se puede perdonar. Hay un no para el colectivo social, tanto en nuestra prode gobierno que tengamos que se puedan seguir pueblo empoderado para seguir reclamando. Son luchas legítimas y vincia como en el país y a nivel internacional. No existieron juicios co- juzgando o no a los responsables de estos crímenes. Porque me pareserá tarea nuestra organizarnos y exigir que haya justicia todos los dí- mo aquí, con tantos imputados, tantas víctimas tantos testigos. He- ce que si el pueblo se levanta, realmente es capaz de mover a cualas porque no creo que haya una voluntad política para hacerlo”. mos avanzado y no vamos a permitir que se retroceda”. quier gobierno”.
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EL JUICIO POR DENTRO
El diario de los Juicios en Córdoba| Año VIII · Nº 57
LAS CONDENAS, UNA POR UNA | Por Sebastián Puechagut, César Pucheta y equipo de trabajo voluntario de estudiantes de Comunicación - UNC
Será Perpetua Cantidad de delitos cometidos
Los imputados (ordenados de acuerdo a la gravedad de la condena y por rango) CONDENADOS A PRISIÓN PERPETUA Luciano Benjamín Menéndez - Comandante Luis Santiago Maratella - General de Brigada Héctor Hugo Lorenzo Chilo - Teniente Coronel Jorge Eduardo Gorleri - Teniente Coronel Jorge Gonzalez Navarro - Teniente Coronel Luis Gustavo Dietdirchs - Teniente Primero Héctor Pedro Vergés - Teniente Primero Ernesto Guillermo Barreriro Jorge Exequiel Acosta - Teniente Primero Carlos Enrrique Villanueva - Teniente Primero Carlos Alberto Díaz - Sargento Primero José Hugo Herrera - Sargento Primero Oreste Valentín Padován - Sargento Primero Juan Eusebio Vega - Sargento Primero Emilio Morard - Personal Civil de Inteligencia Ricardo Alberto R. Lardone - Pers. Civil de Inteligencia Arnoldo José López - Personal Civil de Inteligencia Héctor Raúl Romero - Personal Civil de Inteligencia Eduardo Grandi - Oficial de Policía Yamil Jabour - Oficial de Policía Carlos Alberto Yanicelli - Oficial de Policía Juan Eduardo Ramón Molina - Oficial de Policía Mirta Graciela Antón - Suboficial de Policía Calixto Luis Flores - Suboficial de Policía Marcelo Luna - Suboficial de Policía Herminio Jesús Antón - Suboficial de Policía Alberto Luis Lucero - Suboficial de Policía Miguel Ángel Gómez - Agente de Policía CONDENAS A PRISIÓN TEMPORAL Enrique Alfredo Maffei - P. Civil de Inteligencia - años José Luis Yáñez - Pers. Civil de Inteligencia - años José Andrés Tófalo - Teniente Primero - años Alberto Luis Choux - Oficial de Policía - años Raúl Alejandro Contrera - Suboficial de Policía - años Antonio Reginaldo Castro - Agente de Policía - años Wenceslao Claro - Oficial del Ejército - años Miguel Ángel Lemoine - Cabo Primero - años Rubén Osvaldo Brocos - Agente de Policía - años Carlos Edgardo Monti - Teniente - años ABSOLUCIONES Ángel Corvalán - Oficial del Éjercito Antonio Filiz - Oficial de Policía Juan Carlos Cerutti - Oficial de Policía José Idelfonso Veléz - Agente de Policía Francisco Domingo Melfi - Pers. Civil de Inteligencia
(ver descripción completa de cada uno en la referencia bajo el cuadro)
(1)
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(3)
Privación de la libertad agravada
Privación de la libertad agravada
Privación de la libertad agravada
2
260 39
137 57 57 31 83 57 20 114 45 33 86 37 42 18 24 38 29 27
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2
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2 2 2 2
6 141 167 69 163 146 32 142 94 55 26 79 141 109 104 29 38 31 38 16 48 35 39 37 29 113 71 27 7
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2 86 75
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656 129 164 42 315 409 184 495 372 64 382 317 128 59 280 412 457 343 41 84 68 60 22 59 77 84 67 40
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281 35 38 3 93 211 136 231 198 4 178 203 29 16 194 254 242 223 20 54 44 29 5 38 45 50 54 11
1
Imposición Imposición DesapariDesapa(10) (12) Homicidio Homicidio (11) Abuso de tormen- de tormención forzada rición Allanamiendesdoblemente calificado Usurpación tos tos seguida de forzada de to ilegal honesto calificado por alevosía agravada agravada muerte un menor
198 146 114 6
1 1 1 1 1
1 1 1
5 47 37 34 31 3 28 43 5 1 34 41 36 29 15 15 21 21 12 21 20 22 13
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6 4 2 1 1
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La descripción de cada uno de los delitos: 1- Privación ilegítima de la libertad calificada por tratarse de un funcionario público, agravada por el uso de violencia.
2- Privación ilegítima de la libertad calificada por tratarse de un funcionario público, agravada por el uso de violencia y por haberse cometido a compeler a la víctima a hacer no hacer o tolerar algo a lo que no estuviste obligada
3- Privación ilegítima de la libertad calificada por tratarse de un funcionario público, agravada por el uso de violencia y por haberse cometido a compeler a la víctima a hacer no hacer o tolerar algo a lo que no estuviste obligada y por la duración (más de un mes)
4- Imposición de tormentos agravada por la condición de perseguido político de la víctima
5- Imposición de tormentos agravada por la condición de perseguido político de la víctima con resultado de muerte 6- Homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso de una pluralidad de partícipes 7- Homicidio calificado por alevosía, ensañamiento y por el concurso de una pluralidad de partícipes 8- Desaparición forzada agravada por resultar la muerte de la víctima 9- Desaparición forzada de menor 10- Allanamiento ilegal 11- Usurpación por turbación del dominio 12- Abuso deshonesto
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REPORTAJE ESPECIAL: PERFIL DE UN JUEZ QUE CA
Septiembre de 2016 | Será Justicia
Sebastián Puechagut
ENTREVISTA A JAIME DÍAZ GAVIER • EL JUEZ QUE PRESIDIÓ EL TRIBUNAL Y DICTÓ LA SENTENCIA | Por Sebastián Puechagut
A , , , . S , C S , . aime Díaz Gavier es un hombre curtido, que impone el respeto de su investidura en el recinto de audiencias. En su despacho, desde la altura de la torre de Tribunales, observa la ciudad mientras se interna en sus delitos más oscuros. También es un juez atípico e hiperactivo, capaz de distenderse en una charla reflexiva sin esquivar ninguna pregunta. Aplacada la intensidad de la sentencia, el ritmo sigue siendo vertiginoso. El trabajo no ha terminado, aún resta presentar los fundamentos del dictamen, en lo que será un documento de cientos de páginas. Es un momento apropiado para saber cómo se ordenó tanto material, acumulado en cuatro años. Las cifras asombran: “Estamos hablando de no menos de 705 víctimas, de las cuales la mayoría de ellas fueron víctimas de tres delitos, sino más. De entrada tenemos casi 3.000 delitos que consideramos uno por uno”. Dice Díaz Gavier al comienzo de la entrevista, con la celeridad que imponen los datos duros. Y continúa: “Esto se ha hecho con gente altamente capacitada en cuanto a juicios de derechos humanos, porque venimos trabajando desde el año 2008 en Córdoba, incluso con juicios en La Rioja, Catamarca y Tucumán. Tenemos un equipo muy completo conformado por personal del tribunal y algunos contratos, no todos los que hubiéramos querido, que nos dio la Corte Suprema de la Nación. Llevar adelante nuestro juicio es un esfuerzo humano y económico importante. Además, el tribunal ha continuado funcionando durante este tiempo con nuestros juicios comunes, a cargo de otras secretarías... Con una estimación muy a ojo, entre nuestra secretaría, más otras oficinas encargadas de la parte de ejecución, más camarógra-
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fos, taquígrafos, psicólogos, Servicio Penitenciario, Policía Federal y demás… cada audiencia significaba un movimiento de no menos de 100 personas, cada una con sus tareas específicas”. SJ: ¿Hay una correlación entre todo ese despliegue y la relevancia social que estos juicios tienen? JDG: Me parece que sí. El impacto que el juicio ha tenido, fundamentalmente en el momento de la sentencia, justifica y explica este esfuerzo que el Estado hace. Pone en evidencia que es una cuestión que motiva la preocupación del cuerpo social argentino. El tema de los derechos humanos está muy vivo, muy presente, y eso explica muy bien por qué el Estado tiene que proveer los elementos necesarios para que estos juicios se lleven a cabo. E C. En una provincia con grandes contradicciones políticas, los juicios lograron convocar a sectores de muy diversas extracciones. Para Díaz Gavier la cuestión es simple: “Aún teniendo en cuenta la particular conformación ideológica de Córdoba, la reunión de al menos 10.000 personas, según lo aceptaron hasta los medios nacionales menos favorecedores de este tipo de cuestiones, revela que aún con su naturaleza conservadora, la cuestión está absolutamente en la piel de la sensibilidad social. En ese sentido, la actitud del gobierno provincial actual se distingue fuertemente de otros gobiernos que hubo en el curso de estos juicios. Revela un compromiso personal de las autoridades del ejecutivo provincial. SJ: Y en el interior del sistema judicial, ¿tienen algún impacto estos juicios? JDG: Un impacto muy importante. Durante mucho tiempo, la Justicia Federal y
“Los derechos humanos son un tema muy presente. Eso explica por qué el Estado tiene que proveer los elementos necesarios para que estos juicios se lleven a cabo”. la provincial no fueron demasiado proclives al juzgamiento de estos hechos. Creo que contribuyó el advenimiento de la justicia oral, con estos tribunales orales conformados por hombres que en su mayor parte veníamos “de la calle”, del ejercicio de la profesión (la abogacía). SJ: ¿Cómo se abstrae de su tarea un juez que trabaja con lo peor de la conducta humana? ¿Cómo contiene eso? JDG: Muchas veces no se logra. Ante episodios muy traumáticos, uno vuelve a su casa y se lleva esa impresión. Pero realizar otras actividades como ir a un día de campo, ir a ver una buena película, sentarse en una buena mesa y tomarse un buen vino, también son maneras de distraerse. Precisamente porque me parece que uno no debe dejarse ganar por la impresión, por el dolor que esos episodios producen en el espíritu. Hay que saberlos controlar. Esto uno lo va aprendiendo con el oficio y con el tiempo. En un momento hay que saber cortar, precisamente para mantener la capacidad de realizar la tarea. SJ: Debe ser difícil para la familia, también. Usted tiene cuatro hijos ¿Sigue siendo juez, en su casa? JDG: Lo que uno tiene siempre en su casa y en el trabajo es el carácter. Yo soy ansioso en el trabajo y soy ansioso en mi casa (se ría con ganas). Pero con mis hijos tengo una hermosísima relación de camaradería, de amistad. Son hombres y mujeres adultas con quienes tengo hermosos
intercambios, intelectuales y de diversión. La manera en que conversamos, en que compartimos cosas, me permite presumir que he sido con ellos y ellos han sido conmigo todo lo tolerantes que hay que ser con los seres amados… La formación profesional ciertamente incide en el mundo más privado. Y está bien, sino todos seríamos muy parecidos. Menos mal que algunos ven desde la perspectiva del fotógrafo (nos señala), del periodista o del abogado, y esto nos permite la diversidad humana que enriquece la vida. E . Entre las notas innovadoras de la sentencia, el tratamiento de los delitos sexuales surgió como una faceta aún más oscura de la represión: “Inicialmente teníamos un solo caso. Surgieron en el curso del debate, otras mujeres e incluso hombres que declararon abusos sexuales. En algunos casos se trata de un delito de instancia privada, que con el consentimiento de las víctimas, se remitieron a la fiscalía para la investigación”, afirma el juez, y continúa: “En este caso, el tribunal lo que ha resuelto, siguiendo jurisprudencia de la Corte Suprema y de la Corte Interamericana, es que los delitos sexuales fueron una forma más de tormento. Son un agregado revelador de la perversión del plan sistemático represivo: “Te elimino, pero además te hago padecer esto y satisfago mi perversión de esta manera”. Hasta negarles su última dignidad, es decir, “respetá mi cuerpo, mi pudor, mi intimidad, mi derecho como mujer a no tener una relación sexual con vos”. SJ: ¿Hay articulación con los juicios que se suceden en otras provincias? JDG: No, aunque tenemos relaciones personales entre los jueces. Nosotros fui-
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VIII · Nº 57
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Mercedes Ferreyra
AMBIO LA HISTORIA DE LOS JUICIOS EN CORDOBA
mos los primeros en hacer estos juicios en el interior del país y casi te diría que a nivel nacional también. Menéndez fue el primer comandante de cuerpo condenado en la Argentina después del Juicio a las Juntas. Por eso nos han pedido antecedentes. Obviamente sirve la jurisprudencia, incluso nos marca determinados límites, pero yo creo que los jueces deben resolver conforme a su criterio, no tanto con citas de otros tribunales ni tanta doctrina tampoco. El juez es el que dice cómo se aplica la Ley en un caso concreto, porque nadie más lo vio. Ese contacto con el testigo, con la víctima, con el imputado… el único que puede interpretar eso es el juez, el tribunal. Yo tengo ese criterio, hay otros que hacen gala de su erudición, pero acá lo que hace falta es justicia: “Sos culpable o no, se te puede atribuir o no el hecho, realmente lo cometiste vos o no”. SJ: ¿Cómo se trabaja ante el riesgo de que un condenado no acate la prisión domiciliaria? JDG: El rompimiento de la domiciliaria tiene como consecuencia inmediata el cese del beneficio. Pasa muchas veces que a cada rato nos llaman y nos dicen: “Lo vi a Menéndez en el Cardiológico”. Y bueno, ¡está autorizado! Pero además hay que decir que estos presos, sobre todo Menéndez, son sumamente cuidadosos porque le tienen pánico a la cárcel. Entonces avisan antes, nos piden autorización, al día siguiente viene algún conocido que trae los certificados. Si está comprobado que rompe la domiciliaria, vuelve a la cárcel de inmediato. D , . Luego de finalizar un juico de semejante magnitud, con repercusión en la agenda política nacional y en los medios internacionales, resulta difícil imaginar las aspiraciones profesionales que pueden motivar a un juez a seguir
cumpliendo su tarea. Sin embargo, Díaz Gavier se apasiona al dar su visión. Tiene claro que queda aún mucho camino por delante: “Sinceramente, lo que tengo es la profunda satisfacción de haber cumplido con mi responsabilidad, con una resolución fundada en derecho y en todas las normas que la Constitución Nacional impone. En la perspectiva hacia el futuro, tenemos otro juicio que está pendiente y habrá que realizar con el mismo espíritu, la misma responsabilidad y la misma preocupación. Hay otros juicios en los que no puedo intervenir, porque son desgajamientos de causas que ya juzgué. Pero en los demás, sí participaré. No en todos tengo que ser presidente. Es más, me parece que en alguno tengo ganas de descansar un poco (se ríe con franqueza). Se han dado las circunstancias de que me tocó porque estaba siempre en el tema, pero ahora hay otros jueces en las mismas o mejores condiciones que yo para cumplir con la tarea. Por otro lado, debemos seguir con el mismo espíritu en todos los juicios que yo denomino como ‘comunes’, no sólo en estos, que generan mucha conmoción social. Es lo que corresponde, así que bueno, mi aspiración es seguir haciendo mi tarea mientras me sienta capacitado”. SJ: Al trabajar en la justicia penal, usted puede advertir problemáticas que muchas otras personas no conocen, ¿cómo ve hoy la realidad social? JDG: La función del juez penal nos pone en contacto con una problemática que va modificando su dirección. Nosotros juzgamos aquellos delitos que pertenecen a la Justicia Federal: la cuestión de las drogas, la trata de personas, la explotación laboral… me parece que son temas que van incrementándose. Evidentemente, la clara situación de crisis social y económica que está viviendo el país actualmente tiende a ser un caldo de cultivo cada vez más ca-
“La situación de crisis social y económica que vive el país es un caldo de cultivo cada vez más caliente para las conductas delictivas”. liente para ese tipo de conductas. SJ: Usted ha vivido en Córdoba toda la vida, ¿disfruta de vivir en esta ciudad? JDG: Sí, somos cordobeses y nos entendemos con nuestro lenguaje, con nuestros hábitos, con nuestra idiosincrasia y con nuestras características. El actual gobierno de la provincia está revelando una sensibilidad en algunos temas y un trabajo en algunos ámbitos sociales referidos a los sectores marginados o desposeídos que es lo que hay que hacer. En buenahora el Estado se hace cargo de estas cosas. E . La justicia y la política no siempre se llevan bien, aunque tienen una íntima relación. Pero lo cierto es son dimensiones complementarias de la vida social, incluso en la labor de los jueces: “La política impregna todo porque es el arte de conciliar intereses sociales contrapuestos, y eso también se hace desde la justicia, restableciendo el orden alterado por el delito. Yo he sido militante político cuando era joven y ejercía mi profesión de abogado. Lo que hoy no puedo hacer y no he hecho es actividad partidaria. Pero ciertamente me interesa la política, tengo una ideología de la que he participado y en la que he creído toda mi vida. Y la voy a seguir teniendo, pero no estoy realizando ni puedo ni debo realizar actividades partidarias de ninguna naturaleza. SJ: ¿En algún momento de su vida sintió el deseo de dar un salto a la política? JDG: Cuando era joven aspiraba a llegar a algún cargo legislativo o ejecutivo. No se dio por distintas circunstancias hasta que vine a la justicia, y ahora ya estoy un poco
grande para luchar a ese nivel, aunque me siento bien y no me cierro a nada. Si se da, habría que verlo, pero por el momento no tengo esa expectativa. Estoy cumpliendo con mi deber, me gusta esta profesión, lo hago con amor y con pasión, me siento cómodo y con posibilidades de hacer las cosas de la mejor manera. SJ: ¿Está interiorizado en el debate sobre la Corte Suprema de Justicia? JDG: Es un tema del que no tengo más información que la periodística. La Corte por lo pronto se ha integrado con los cinco miembros que la ley prevé. Es tema de debate si debiera ampliar su número, y me parece que sí. La complejidad de asuntos, la diversidad de materias en el Derecho y la vastedad territorial del país, debiera reflejarse en la cantidad de miembros, ya sea por su especialización o por la zona geográfica a la que pertenecen. Pero hay que tener cuidado de que la ampliación no se convierta en un mecanismo para lograr mayorías absolutas del gobierno de turno en la resolución de causas que le sean de interés. Es importante la Corte Suprema contenga todas las expresiones políticas, no solamente las del gobierno del turno. SJ: ¿A usted le gustaría integrar la Corte Suprema de Justicia? JDG: ¡Ni te pienso contestar eso! (se ríe con ganas, y luego se pone serio). No, digo, para todo hombre del derecho, para todo juez, la idea de integrar el más alto Tribunal del país por supuesto que es de atractivo técnico y profesional. Un desafío muy importante. Pero también requiere una decisión personal de traslado de una vida a otro lugar, a hacer otro tipo de tarea realmente muy distinta a la que hoy estoy haciendo, tiene otro nivel de decisión. La verdad que es un tema que no me he planteado pero tiene sus dificultades y, por supuesto, tiene sus desafíos y sus costados más atractivos.
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EN PROFUNDIDAD
Septiembre de 2016 | Será Justicia
LA ENVERGADURA DEL TERRORISMO DE ESTADO EN CÓRDOBA • CAUSAS QUE ESPERAN SER JUZGADAS DESPUÉS DE LA PERLA | Por César Pucheta
El mapa de los juicios por venir
La sentencia que pronunció el TOF Nº1 el pasado 25 de agosto fue la sexta leída en torno a causas por delitos de lesa humanidad ocurridos durante los años de la última dictadura en Córdoba. Como sucedió en todos los procesos anteriores, fueron numerosos testimonios los que han abierto el camino hacia otras causas que ampliaron el universo de investigaciones que habían servido de base para el proceso iniciado en diciembre de 2012. El proceso alcanzará su primer cierre cuando los fundamentos de la sentencia se den a conocer el próximo 24 de octubre. A partir de ese momento, las partes estarán en condiciones de presentar los recursos que estimen necesarios en torno a la decisión del tribunal presidido por Jaime Díaz Gavier. D UP1. Sobre finales del mes de julio, la Cámara de Casación Penal confirmó el tribunal que deberá hacerse cargo de la causa conocida como causa de los Magistrados. Allí, se examinará el rol de un conjunto de ex funcionarios de la Justicia Federal de Córdoba en tiempos de la última dictadura. Las impu-
taciones son por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público. El ex juez Miguel Ángel Puga, el ex fiscal Antonio Sebastián Cornejo y el ex secretario penal Carlos Otero Álvarez estarán en el banquillo de los acusados junto a Ricardo Haro y Luis Molina, dos ex defensores oficiales en tiempos de la última dictadura militar. Para muchos, los funcionarios podrían haber sido enjuiciados durante el proceso que terminó con la condena por los crímenes cometidos en la Unidad Penitenciaria de barrio San Martín (UP1). Los tiempos procesales, para algunos, y la inconveniencia generada por la incomodidad de sus pares en la Justicia Federal, para otros, hicieron que ambas causas llegaran a juicio oral por caminos separados. Los tiempos parecen haber cambiado, y aunque las recusaciones continúan estando en medio del camino, todo parece estar listo para que el TOF Nº2 ponga fecha para el inicio del debate. Hasta hoy, el tribunal estará integrado por los jueces Julián Falcucci, José Quiroga Uriburu (La Rioja) y Juan Carlos Reynaga (Catamarca). En un último intento en pos de ase-
Manuel Bomheker
L L P - L R, , 2008, .
Díaz Gavier. El presidente del tribunal dictó las sentencias de cinco de los siete juicios de lesa humanidad que tuvo Córdoba.
gurar la transparencia del proceso, los abogados Adriana Gentile, Patricia y Jorge Luis Chalup –en representación de los querellantes Elba Inés Pucheta, Raquel Altamira, Luis Miguel Baronetto y Juan Miguel Ceballos– solicitaron la inhibición y, subsidiariamente, la recusación del juez Julián Falcucci por considerar que como vocal integrante del TOF Nº1 su accionar podría estar influenciado por las opiniones vertidas por Jaime Díaz Gavier, que en su mo-
EXPEDIENTES QUE AGUARDAN EN EL TINTERO · LA TAREA DE LA JUSTICIA CORDOBESA
La Justicia: un trabajo permanente A lo largo de toda su actividad en la Justicia Federal, la titular de la Unidad de asistencia para causas por violaciones a los derechos humanos durante el terrorismo de Estado, Graciela López de Filoñuk, ha realizado requerimientos de acción penal en un sinnúmero de causas que contemplan la situación de un total de víctimas. Algunos de esos procesos ya han tenido su condena y otros tantos quedan por resolverse. Aún hoy, incluso, su fiscalía investiga denuncias sobre unos casos que se encuentran en etapa investigativa. “Debemos recolectar las pruebas necesarias sobre estos casos para poder avanzar. Es un trabajo permanente porque si usted me pregunta cuántos casos hubo en Córdoba, yo le debo decir que no lo sé, porque todavía seguimos recibiendo denuncias que abren nuevas líneas para investigar”, dijo la también Fiscal Federal del Tribunal Oral Federal Nº al Será Justicia. Según señala López de Filoñuk, hay cuatro causas elevadas a juicio en el Tribunal Oral Federal Nº que no ingresaron en la megacausa La Perla y que hoy
López de Filoñuk. “Debemos recolectar pruebas necesarias para poder avanzar”.
se encuentran con expedientes apelados ante la Cámara Federal de Apelaciones. En esas causas se busca determinar responsabilidades por violaciones a las que fueron sometidas un total de víctimas. En el mismo tribunal están elevadas otras causas con víctimas que desde hace tiempo esperan por su juicio. Es difícil pensar que antes del el TOF Nº pueda llegar a rea-
lizar el proceso previo necesario para llevar adelante otro juicio, sobre todo teniendo en cuenta los intensos últimos cuatro años que demandó la megacausa. La situación de otras víctimas forma parte de causas que ya están en trámite en el Juzgado Federal Nº, sobre las que ya existen las promociones de acción penal necesarias.
mento afirmó estar “compungido y dolorido” por la situación de Otero Álvarez. Dicho planteo fue rechazado y el tribunal quedó finalmente conformado. Una de las novedades que también se desprende del juicio a la UP1 podría derivar en otro próximo juicio. La causa lleva el nombre de Pino e involucra al entonces subteniente Luis Alberto López, al teniente Enrique Pedro Mones Ruiz y al teniente Coronel Victor Pino. Por su participación en diferentes grados, se deberá volver a trabajar sobre los hechos que investigan los ‘traslados’ de José Ángel Pucheta, Carlos Alberto Sgandurra, Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), Arnaldo Higinio Toranzo, Gustavo Adolfo de Breuil, Ricardo Daniel Tramontini, Liliana Felisa Páez, Pablo Alberto Balustra, Jorge Oscar García, Oscar Hugo Hubert, Miguel Ángel Ceballos, Florencio Esteban Díaz y Marta Juana González de Baronetto. Es decir, cuatro de los trece hechos que ya han sido juzgados en el juicio por los tormentos y asesinatos de “detenidos especiales” de la UP1. Si bien son hechos que ya fueron juzgados en el juicio que tuvo su veredicto a finales del año 2010, los tres acusados arriba mencionados no formaron parte de la treintena de acusados que encabezaban Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez. Los abogados habían interpuesto una instancia de casación que fue resuelta y dejó todo listo para el camino al juicio oral. Cabe destacar que a diferencia de Mones Ruiz y Pino, que ya han respondido por algunos hechos que constituyen delitos de lesa hu-
manidad, López no. Ahora deberá responder a la acusación que lo señala como responsable de llevar a la cárcel de San Martín la disposición del general Sasiaiñ, que ordenaba a un grupo de efectivos del D2 el “traslado” de los detenidos Pucheta y Sgandurra. Se estima que la causa no debería llevar demasiado tiempo, ya que los hechos fueron acreditados en el proceso que terminó con las condenas antes mencionadas. Los pasos a seguir deberán determinar si este proceso se juzga en soledad, lo que implicaría un proceso relativamente corto, o si se suma a la ya mencionada causa de los Magistrados. Para ambos casos, habrá que conformar un tribunal en el que no estén ni Jaime Diaz Gavier ni Carlos Lascano ni José María Pérez Villalobo, que ya han juzgado y dictaminado sentencia sobre los hechos que se investigan. E D2 C R. Otro juicio por venir sentaría en el banquillo a 29 acusados, entre los que se encuentra personal del Departamento de Informaciones (D2), al igual que policías de Alta Gracia, personal de infantería y del Comando Radioeléctrico, además de las cabezas del Ejército. Hay dos situaciones que aquí se destacan sobre el resto. Una de ellas es que están acusados el jefe de infantería, policía de Alta Gracia y personal del Comando que aún no fueron juzgados por crímenes de lesa humanidad. El otro, que la causa contiene víctimas asesinadas, como también un número importante que han sobrevivido a los tormentos impuestos.
EN PROFUNDIDAD
El diario de los Juicios en Córdoba| Año VIII · Nº 57
LA OPINIÓN DE REFERENTES CORDOBESES • LOS DESAFÍOS HACIA EL FUTURO
El futuro en nuestras manos R E C A.
Emi Villares D'Ambra (Familiares Córdoba)
Claudio Orosz (abogado querellante)
“La importancia está en averiguar qué es lo que pasó, castigar a los culpables, y averiguar las cosas que se decían, como que la mayoría de los que estaban en La Perla o La Ribera era gente que no había estado haciendo nada o que no es cierto que tenía armas. Lo más importante de los juicios es que sale la verdad a la luz, la verdad de lo que pasó. La importancia que tienen los juicios y la sentencia es que se condena lo que estuvo escondido por años. Por eso nosotros siempre decimos que buscamos la verdad y la justicia. Todo eso se consigue con una buena memoria. Nosotros lo único que tenemos es la posibilidad de lucha para garantizar la continuidad de los juicios, porque como luchamos para que surgieran, vamos a seguir luchando para que se terminen y se investigue todo. No sólo a los militares, sino a los civiles, y que también salga a la luz la complicidad de la Iglesia”.
“Respetando las garantías constitucionales, juzgamos delitos que son considerados imprescriptibles para la legislación internacional y nacional. Fundamentalmente, el hecho político que fue la sentencia marca que la mayor parte del pueblo argentino, más allá de cómo vote, está de acuerdo con que los juicios sigan siendo política de Estado. Para garantizarlos debemos estar atentos y movilizados. Por otro lado, debemos exigir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que siente jurisprudencia sobre estos juzgamientos”.
María Eleonora Cristina (Archivo Prov. de La Memoria) “La importancia de los juicios y lo que se ha acumulado estos últimos ocho años salta a la vista. El juicio es la voz del Estado, la misma institución que está siendo cuestionada. También marcan una maduración de la sociedad, que dice: «Bueno, esto es un problema, pero queremos saber, queremos formar parte», lo que abre nuevas etapas. Este proceso siempre ha tenido avances y retrocesos. Se pone en riesgo cuando, por ejemplo, hay una directiva de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación de no apelar las domiciliarias. Desde el Archivo Provincial de la Memoria, nosotros hemos recopilado un montón de documentación para que de la totalidad de las víctimas de la represión en Córdoba, cerca de la mitad, tengan justicia. Lo que sigue es una megacausa igual o más grande de la que ya pasó”.
Facundo Trotta (fiscal de la Justicia Federal) “La importancia de los juicios se refleja, por un lado, en la necesidad de juzgar, de investigar, y en su caso, condenar a los responsables de los crímenes por delitos de lesa humanidad como parte del compromiso internacional que asumió el Estado argentino al subscribir a la Convención Americana de Derechos Humanos. Por otro lado, es la misma ciudadanía la que está reclamando que los responsables de los crímenes sean sometidos a un juicio. En el transcurso de esta megacausa, tuvimos más de víctimas de las cuales personas eran obreros, por lo que había una gran expectativa y acompañamiento de los sindicatos y la CGT Regional de Córdoba en la lectura de la sentencia”.
Gustavo Tissera (Mesa de Trabajo por los DDHH) “Lo más importante es el fin de la impunidad. Nunca fueron juzgados los españoles que asesinaron a toda una cultura, tampoco los criminales que bombardearon Plaza de Mayo. Por primera vez hay un fin de impunidad con estos juicios. Hoy la política de derechos humanos como política de Estado está en riesgo, porque a este gobierno neoliberal no le interesa el juzgamiento ni la continuidad de la política de derechos humanos. La herramienta que tienen los organismos de derechos humanos es el pueblo. Hemos estado concientizando, enseñando, llevando a la escuela lo que pasó. Esa es la única herramienta que tenemos y siempre hemos tenido; la perseverancia, la no violencia y la no venganza, pero sí la justicia y la memoria”.
Marité Sanchez (abogada querellante) “Como abogada de Abuelas y querellante, los hechos que fueron juzgados en la megacausa La Perla - La Ribera, en mi caso particular, el que se refiere a la desaparición de Silvina Mónica Parodi, embarazada de meses y medio, con Daniel Francisco Orozco –también desaparecido– fue un proceso muy largo. La querella fue presentada en , nos demandó gran trabajo de investigación para recopilar pruebas de todo lo que sabíamos. Escuchar esa sentencia nos llenó el alma y significó el reconocimiento de todos los familiares, los organismos de derechos humanos que han participado en esta causa y el trabajo de todos los abogados encargados de la misma. Esperamos que el Estado nacional verdaderamente cumpla sus obligaciones y tenga una política de apoyo a todos estos juicios, tanto en Córdoba como en el resto de las provincias de nuestra República. Y estaremos de todas maneras atentos para el caso de que eso no suceda”.
Marcelo Yornet (H.I.J.O.S regional Córdoba) “Durante años se negó lo que aquí sucedió, una represión que nació para ser clandestina e ilegal. Este juicio es muy importante para saber lo que pasó con los crímenes más horrendos que se cometieron en la Argentina, porque permite prevenirnos y establecer que nunca puede pensarse el aniquilamiento de un sector de la sociedad como forma de hacer política. Los organismos de derechos humanos ponen una herramienta fundamental que es la lucha, una lucha que supo tejer redes de consenso muy amplias en la sociedad. Lo que había sido una ronda solitaria de unas pocas madres, hoy es una de las marchas más multitudinarias de Córdoba. Las instituciones de la democracia y la justica deben garantizar los juicios, pero a su vez, todos como sociedad tenemos que seguir luchando para que estas políticas de memoria, verdad y justicia no frenen ni vuelvan para atrás”.
Virginia Miguel Carmona (fiscal de la Justicia Federal) “Los juicios se van siguiendo conforme la legislación y la jurisprudencia. Son relevantes y valiosos tanto a nivel nacional como internacional, es una cuestión de derechos humanos y de juzgamiento de los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado que tiene que continuar. Esa es mi visión. Los juicios continúan como corresponde, con toda la normativa legal sobre la que se asientan. Hay que seguir trabajando desde la Justicia. En el ámbito del Ministerio Público Fiscal hay muchas causas en trámite, que continúan su curso como corresponde. Yo creo que se hace una tarea en conjunto, por supuesto, con los organismos, que son los que han llevado la bandera de los derechos humanos y se unieron a la hora de avanzar en estos juicios. La Justicia tiene que responder y lo hace conforme a cómo lo establece la ley”.
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VO CE S D E LA S E N T E N C I A P A años. Madre de desaparecida. Córdoba. “La lucha de las Madres no va a terminar hasta el día que faltemos nosotras. Aunque esto termine hoy, nosotras vamos a seguir buscando a los hijos desaparecidos. Las heridas van a seguir, no queremos venganza ni revancha, lo que queremos es esto, que se dé el castigo a estos tipos, nada más”.
R M años. Subcomisión de DDHH de Luz y Fuerza. Córdoba. “Mi familia tiene una gran historia de militancia sindical, y estar hoy aquí presente me parece que es un deber cívico, este día va a marcar un antes y un después en la historia de la justicia de nuestro país y del mundo”.
G C años. Autoconvocado. Río Cuarto. “Somos un grupo autoconvocado. Venimos porque los juicios son los únicos en Latinoamérica. Argentina es un ejemplo para el mundo, juzgando a asesinos que nos quitaron años de juventud. Los jóvenes tienen que luchar para seguir con la justicia. La parte civil y eclesiástica aún no ha sido juzgada y tienen que pagar. Vivimos tiempos duros, hay que estar atentos porque este gobierno se está queriendo llevar los derechos humanos y civiles por delante”.
C O años. Estudiante secundaria. Unquillo. “Este juicio es parte de nuestra historia, es muy importante saber lo que pasa. Cuando nos dijeron de venir con el colegio la idea me emocionó”.
L C años. Estudiante secundario. Córdoba capital. “Nuestro profe nos invitó a venir porque este es un hecho importante que ocurre después de tanto tiempo. Es importante el juicio para determinar la verdad y para poder castigar a aquellas personas que hicieron mal las cosas, que obtengan el castigo que les corresponde”.
M H años. Estudiante secundaria. Córdoba capital. “Me pareció un hecho muy importante para el país y quise ser parte porque va a marcar un antes y después en la historia argentina. Creo que ahora es mucho más fácil y accesible juzgar a los represores que faltan. Ojalá se les den las condenas que merecen”.
M L años. Autoconvocado. San Marcos Sierras. “Le debemos mucho a los que lucharon. Me siento en compromiso con ellos, que se jugaron la vida para que tengamos otro país. A veces me desesperanzo, pero luego pasan estos procesos ejemplares. Sabemos que no hay otros en el mundo, y a veces, no tenemos mucha conciencia de eso”.
V B años. Estudiante universitaria. Córdoba capital. “Soy estudiante de Derecho y me interesa la parte penal. Sé bien las historias, lo que pasó, sé que es una sentencia histórica. Esto abre las puertas para demostrar que en el país puede haber justicia más allá de todo lo que pasó”.
L C años. Instituto Nacional de Tec. Agropecuaria. Córdoba. “Estoy acá porque me parece que esto es un quiebre en las instituciones democráticas y queremos que nuestro gremio esté presente. Tengo claro que con estas movilizaciones lo que nosotros hacemos es fomentar que sigan juzgando a los genocidas”.
D P años. Víctima. Córdoba capital. “Fui torturado, preso, exiliado. Soy un sobreviviente. Creo que son motivos de sobra. En el exilio hubo un golpe militar que estaba seguramente encuadrado dentro del Plan Cóndor y ahí fui detenido. Es importante el juicio para que no les pase a ustedes, los jóvenes. Nosotros ya la vivimos”.
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MEMORIAS EN PRESENTE: LA HISTO
Septiembre de 2016 | Será Justicia
EXCLUSIVA • CRÓNICA GANADORA DEL PREMIO RODOLFO WALSH ORGANIZADO POR EL CÍRCULO SINDICAL DE LA PRENSA DE CÓRDOBA | Por Waldo Cebrero
El genocida entre las flores
on permiso, ¿puedo?– Juan Contreras agarra una servilleta de papel, la desdobla y traza un rectángulo. –Esta era la casa, ¿vio? Rodea el rectángulo con figuras amorfas, hace redondeles, garabatos, líneas y, mientras dibuja, con el torso recostado sobre la mesa del bar, dice en voz baja: –Y a la vuelta estaba el parque. Había pinos, siempreverdes, ligustrina y canteros con plantines de flores, flores y más flores. Al viejo le gustaban las flores… Juan dibuja como un niño. Aprieta la lapicera con todos los dedos y saca un poco la lengua cuando remarca con fuerza uno de los lados del rectángulo: –Y por esta ventana se asomaba él en las mañanas: “Soldado Contreras, buenos días”, me saludaba. Con ese vozarrón no necesitaba megáfono. Yo soltaba el rastrillo y me cuadraba para contestar: “Buenos días, mi general Menéndez”. A sus 61 años, Juan Contreras ya no tiene que cuadrarse ante nadie. Saluda amable y a la vez displicente a los inquilinos del edificio de calle Balcarce, en Nueva Córdoba, donde pasa las noches vigilando. Tampoco usa uniforme caqui, ahora va enfundado en uno color azul: blazer y pantalón con una rayita roja en los costados. Es delgado, moreno, de labios gruesos y ojos chiquitos, cándidos. Mantiene, sí, el pelo cortado al rape, como lo usaba hace cuarenta años cuando –con un número bajo– fue sorteado para cumplir el servicio militar obligatorio –la colimba– en la Compañía Comando y Servicio del Tercer Cuerpo de Ejército y, por unos meses, se ocupó de los jardines de la casa de Luciano Benjamín Méndez. ••• Hay criminales que son inclementes con sus víctimas, pero capaces de derramar una lágrima cuando contemplan una flor o acarician a su mascota. En el cine, por ejemplo, Vito Corlone, ‘el Padrino’ sostie-
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ne un gato manso en sus manos durante una reunión con ‘la famiglia’. Hay perversos sentimentales. Cada vez que iba a montar su yegua zaina Luciano Benjamín Menéndez –condenado por secuestros, torturas, asesinatos y robo de bebés– le hablaba al oído al animal y acariciaba su lomo con ternura. El mismo tipo que dijo “al que me llame asesino lo mato”, podía contemplar embelesado una planta de naranja o un cantero con flores de colores. ‘Chupete’ Menéndez –como le decían en el Colegio Militar por su cara aniñada– cumplió su sueño de ser general del Ejército a los 45 años. En 1975, cuando tenía 48, asumió el mando del Tercer Cuerpo. Meses después, la Junta Militar dividió el territorio nacional en cuatro zonas. ‘Chupete’ lideró la Zona III con 15.000 efectivos, tres brigadas, 24 áreas y veinte regimientos a su cargo en diez provincias. Era la mitad del país. Juan Contreras entró en la vida de Menéndez una mañana cálida de fines de 1975. Llevaba seis meses en el Ejército y había pasado las últimas dos noches en un calabozo, con el cuerpo molido y la cabeza afeitada, el castigo que recibían los desertores. Se había ausentado del Cuartel, en La Calera, durante tres días. Contreras lo rememora como si aún fuera rehén de aquel momento: –Yo estaba en el calabozo con otros cuatro soldaditos. Me habían sacado el cinto y los cordones de los botines. “Puta, ¡qué embole!”, decía por dentro. Esa mañana vino a buscarme un suboficial que tenía tonada norteña y me dijo que iba a salir. “La pegaste”, me dijo, “de lo más bajo vas a saltar al lado del trono. Vas a ser soldado del general”. Yo no entendía nada –una mueca extraña, como si de repente oliera una pestilencia, hace que sus ojos chiquitos se pierdan en un acordeón de arrugas–. Me explicaron que, como había po-
«Esa mañana me vino a buscar un suboficial con tonada norteña y me dijo que iba a salir. “La pegaste", me dijo, "de lo más bajo vas a saltar al lado del trono. Vas a ser soldado del general”». cos soldados, era un lujo tenerlos preso, nos necesitaban a todos. Y bueno, ahí fui a parar. Me acuerdo que el problema de mis superiores era que yo iba a caer a la casa del viejo con la cabeza rapada y con algunos moretones, y él quería uno bien presentable. Entonces me dieron ropa nueva, flamante, vieras vos, trapos que ningún colimba había usado nunca. Cuando estuve listo, me mandaron a la casa. Directo al jardín a trabajar. El viejo vivía en un chalecito que quedaba en el barrio militar, cerca de El Tropezón. Ahí me recibieron sus asistentes, gente linda, ni parecían soldados. Me dijeron: “Vos estate acá en el jardín, con las plantas. Si él sale, lo saludás. Nunca dejés de saludarlo”. Habla como un campesino en una reunión de gerentes; pide disculpas cada dos frases, es medido y a la vez desconfiado. Estira las vocales, acentúa las palabras como si todas fueran esdrújulas. Las manos de Juan –gruesas, curtidas– amasan la servilleta de papel en la que acaba de dibujar la casa. Queda una pelotita húmeda por el sudor. “Uy, perdón”, dice, cuando se da cuenta y comienza alisarla con el antebrazo. La aplasta con un platito de café. –Pasaron varios días y el viejo no aparecía –sigue–, yo estaba nervioso. Decía por dentro: “¿Cuándo llegará este hombre?”. Hasta que vino de una gira y me mandó a llamar a la casa. Fue amable, me dio la bienvenida y me dijo por dónde me podía mover, nada más. La voz que él tenía era como de un temblor. ¿Vio el temblor del otro día?, así. Y no es porque fuera gruesa,
era la sensación que te daba la imagen de él. Los asistentes, los soldados y los custodios civiles, me sabían decir: “El general tiene un pacto con el diablo”. Por su personalidad, supongo. Pero yo le fui entrando de a poquito. Como yo sabía de plantas y a él le gustaban, hasta llegó a tutearme. ••• –Y sí, no le voy a mentir, éramos como sus sirvientes– dice Contreras, cuando escucha la broma que afirma que colimba es el acrónimo de correr, limpiar y barrer. –¿Dónde dormían? –El barrio militar tenía un destacamento para la peonada de los jefes. Pero yo no quería ir ahí porque eran todos unos indios, se robaban las cosas, había joda. Yo me quedaba a dormir en una pieza que estaba en el patio del general, donde guardaba las monturas y las botas. Dormir a escasos metros del jefe del Tercer Cuerpo le sirvió a Juan para trabar una relación de mínima confianza con Menéndez y transformarse, al mismo tiempo, en “el alcahuete del general”, para el resto de los colimbas. –Me tuteaba. Me decía “venga, Contreritas, acompañemé”, pero yo no era un alcahuete. –¿A dónde te pedía que lo acompañes? –Yo lo tenía que seguir por los paseos que hacía por los jardines, ¿vio? Entre las flores, él caminaba relajado, no parecía militar. Me hablaba de cuando era joven, de cuándo entró a la Caballería, preguntaba cosas mías, cosas personales, y le gustaba que le hablara de las plantas. En esa época estaban de moda los plantines, había de todos los colores. El viejo me hacía cambiarlas bien seguido. Cuando una flor no le gustaba o se empezaba a empalidecer, me hacía cambiarla. –¿Le gustaba alguna flor en especial? –Había una. Sinceramente no recuerdo el nombre. Era una plantita así –dibuja en otra servilleta–, tenía una varilla fina y una
RIA DEL JARDINERO DE MENENDEZ
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VIII · Nº 57
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Ilustración: Hernán Cappelletti
flor chica en punta, con hojitas a la vuelta. De esa, me hacía juntar las semillas. Entre diciembre de 1975 y junio de 1976 (los meses de mayor actividad de las brigadas militares y policiales, cuando más personas fueron secuestradas y desaparecidas en Córdoba), Juan Contreras hizo varios paseos por los jardines de Menéndez. En los días de calor, recuerda Juan, el jerarca de la dictadura caminaba de pijamas o con pantalón caqui y camiseta blanca de algodón, sostenida por tiradores. Él lo seguía un paso atrás. –Le gustaba la contemplación… –¿Cómo la contemplación? –Se paraba a la orilla de la planta y la miraaaaba– dice Juan. –¿Y vos que hacías? –Y, yo lo esperaba. Le seguía la corriente. Y en ese tiempo me instruía más así que le contaba cosas de las plantas. Las caminatas podían continuar por la cancha de fútbol que Menéndez usaba para practicar hipismo y terminar, a veces, en el cuarto donde dormía Juan. Entonces, el jefe del Tercer Cuerpo desenfundaba su pistola y le entregaba la cartuchera de cuero a Juan para que le sacara brillo con un jabón de glicerina, cómo él mismo le había enseñado. Cuando terminaba con la funda, seguía con la silla de montar. –Pero a él lo que lo volvía loco era montar. Le traían una yegua zaina que cuidaba un soldadito y un poni para el hijo chiquito. Yo le tenía que acomodar los obstáculos para que practicara el deporte. El viejo era bueno con el animal, le sobaba el lomo y le hablaba. ••• Luciano Benjamín Menéndez es un récord. De los más de 650 ex militares de la última dictadura condenados por delitos de lesa humanidad, es el que más causas y condenas acumula. Quizás sea también un caso único en el mundo. Hasta la fecha fue imputado en 73 causas y acumula 15
condenas. Cuatro de las condenas a prisión perpetua están firmes por resolución de la Corte Suprema. A los 89 años, el hombre de pelo blanco sulfúrico acaba de presenciar el final del juicio más largo que ha enfrentado: la megacausa La Perla. ••• En octubre de 2015 se presentó a declarar ante el Juzgado Federal N°1 de Córdoba. Al secretario judicial que lo recibió le contó qué él, Juan Contreras, nacido en Río Segundo en 1955, el más chico de cuatro hijos frutos de la cruza entre Ramón y Elvira, él asmático, ella ama de casa, todos pobres, entró entusiasmado a la Colimba porque “era de machos” y quería saber qué era eso de ser soldado. Declaró que fue designado en la Compañía Comando y Servicio con base en La Calera y que allí trabajó como pintor de autos. “Los suboficiales se peleaban para que les dé una manito a los coches suyos”, contó. Que un buen día desertó, por eso fue castigado y luego nombrado como jardinero del jefe. A los funcionarios judiciales les habló de las flores, de los pinos y de la yegua. –Les pareció una pavada –dice. –¿Y qué mas viste? Juan sorbe un poco de agua. Su cara lo delata, va a contar una indiscreción: –Vi sufrir mucho a esa mujer. Se refiere a Edith Angélica Abarca, esposa de Menéndez durante 38 años, madre de sus siete hijos. Juan no recuerda tantos niños. Sí recuerda que en dos o tres oportunidades, un helicóptero del Ejército aterrizó en el descampado que Menéndez usaba para montar. –Yo andaba por alrededor, siempre con la escoba de barrer. El helicóptero bajaba y el viejo salía semi cambiándose, poniéndose los tiradores. Y la esposa lloraba por detrás, lloraba a lágrima viva, que no fuera, que no fuera le gritaba. La mucama lloraba, la cocinera lloraba, las hijas agarraban a un niñito que también lloraba. Y él
«Siempre nos decían que la guerrilla existía, que era una guerra. Nunca imaginé que agarraban a la gente y la fusilaban, menos en los lugares donde anduve yo». se iba nomás, se iba a una guerra, a un enfrentamiento. –¿Sabés a donde iba? –Un chofer me contó que lo buscaban de vez en cuando para que presenciara un operativo. –¿Vos qué pensabas? –Siempre nos decían que la guerrilla existía, que era una guerra. Nunca imaginé que agarraban a la gente y la fusilaban, menos en los lugares donde anduve yo. Edith Angélica Abarca murió en junio de 2012, en la casa familiar de barrio Bajo Palermo, donde ahora cumple prisión domiciliaria Menéndez, al cuidado de su hijo de 42 años, Juan Martín del Milagro. Un mes antes, la Justicia Federal había allanado el chalet en busca de documentos. Menéndez dejó un aviso fúnebre en el portal www.diarionecrologico.info. Entre las participaciones, Carlos Domínguez Linares escribe: “Ejemplo paradigmático del espíritu de compañerismo y sacrificio de la mujer del soldado argentino, categoría hoy compartida en igual adversidad por centenares de esposas de camaradas que sufren ilegítimo cautiverio, él un hombre de armas”. La mujer fue sepultada en Buenos Aires. Menéndez no fue al entierro. Hizo su duelo en soledad. ••• Una sola vez Juan Contreras se sentó a la mesa del general. Fue el 23 de abril de 1976, Día de la Caballería Nacional, durante una fiesta que Menéndez ofreció en su casa. “Contreras, esta noche vienen amigos así que te voy a necesitar. Cuando te desocupes, sentate y comé” fue el pedido.
–Era una festichola linda, todos de blanco con los cosos dorados en los hombros... Y yo me senté nomás. Cuando le cuento a mi familia que una vez comí pavo y un chancho asado con una manzana en la boca, como los que se ven en las películas, se mueren de risa, vieras. Por entonces, en los últimos meses de su conscripción, Contreras no tenía días libres. No regresaba sábados ni domingos a su casa de Río Segundo a cuidar a su madre enferma. Su vida entera estaba dedicada a rastrillar, limpiar, podar, trasplantar y dar vuelta la tierra de la casa del hombre más poderoso de Córdoba. Menéndez lo había castigado: no tendría más un franco hasta el día de su baja, en Junio. –Un viernes de febrero me pidió que no me fuera a casa. Quería que el sábado barriera el frente del chalecito porque iba a recibir unas visitas. Te imaginarás que yo ni pisé el sábado. Aparecí recién el lunes siguiente. Los choferes estaban re preocupados… Parece que el viejo trinaba de la bronca porque yo no había ido. Y como el general no era muy tempranero, ese lunes apareció recién como a las diez de la mañana. “Contreras”, me dijo. Yo largué la escoba a la mierda. “Te di una orden y no me la cumpliste”. –¿Tenías una coartada? –Le dije que se había enfermado mi mamá, que era viejita. Era mentira, andaba enamorado yo con una rosarina que había venido al carnaval del pueblo. La mina me gustaba mucho. Pero lo que me dijo después me dolió más que si me hubieran pegado un latigazo. Me dijo: “¿Y vos no sabés que más importante que tu madre es la patria?”. Esas palabras me quedaron grabadas para siempre. –La patria para él era que le barrieras la puerta de la casa, Juan… –Y, sí. Mirame ahora… Juan señala su uniforme de guardia, doblado prolijamente en una bolsa.
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EN PROFUNDIDAD
Septiembre de 2016 | Será Justicia
CRISIS EN BRASIL • LA DESTITUCIÓN DE LA PRESIDENTA DILMA ROUSSEFF Y EL FUTURO INCIERTO DE LA REGIÓN LATINOAMERICANA | Por Mariano Saravia
Una semana y 40 años de distancia L .
Ilustración: Hernán Cappelletti
No es cierto que los golpes de hoy sean muy blandos, porque también hay muertos, como los intentos en Venezuela. Claro, no son tan duros como los de los 70, no imponen un genocidio como entonces. Ahora bien, ¿son golpes o no son golpes? Quizá técnica y jurídicamente sea discutible. Es cierto que tienen el paraguas de cierta legalidad, pero en el sentido profundo, es un golpe porque se vulnera la voluntad popular. Por ejemplo, la destitución de Dilma Rousseff se perpetró sin comprobarle a la presidenta constitucional ningún delito ni crimen político. Y lo peor, se instaló en el gobierno de Brasil el proyecto político que había perdido las elecciones de noviembre de 2014, con lo cual está clara la vulneración de la democracia. Por eso, me parece que nos quedamos cortos si hablamos sólo de “destitución”. Por eso creo que el término neogolpe es adecuado, porque también es cierto que son distintos a aquellos golpes de hace 40 años. Eso sí, los objetivos políticos de los golpes, de ayer y de hoy, son los mismos: instalar un programa económico basado en la sumisión del pueblo y la entrega del país, programa que se llama neoliberalismo. Es el proyecto de país que se impuso a sangre y fuego durante la inmensa mayoría de nuestros años de historia. Pero en algunos momentos hemos tenido procesos políticos en los que el otro proyecto de país ha dado batalla: un país para todos, con producción nacional, con mercado interno y con trabajo garantizado. Pero aquí viene el centro de la cuestión. Y es que la derecha latinoamericana es autoritaria cuando está en el gobierno y golpista cuando está en la oposición. El primer ejemplo se está viendo en la Argentina con el gobierno de la ceocracia y las represiones en el Ingenio Ledesma, a los trabajadores de Cresta Roja, a los es-
tatales de Mendoza, en La Plata; con presos políticos como Milagro Sala y sus compañeros de la Tupac Amaru; con los nuevos protocolos de represión anunciados por Patricia Bullrich. Y tenemos experiencia en represiones criminales, no sólo en dictaduras, sino también en democracia. Por ejemplo, cuando se cayó en pedazos el gobierno radical de Fernando De la Rúa, que se fue dejando un saldo de 34 compatriotas asesinados. Ahora bien, cuando la derecha latinoamericana está en la oposición, se vuelve golpista, con la siempre inestimable ayuda de la embajada. El Imperio y las oligarquías locales, cuando ganan elecciones, creen en el sistema democrático. Cuando
las pierden, no. Cuando las ganan, se sienten legitimados a implementar sus políticas, aunque sean crueles para las grandes mayorías, y aunque las hayan ganado engañando al pueblo, como Macri que ganó prometiendo el “cambio de la alegría” y “pobreza cero”. Pero cuando pierden las elecciones, empiezan a conspirar para voltear al que las ganó. Antes lo hacían con los golpes militares, ahora con estos neo-golpes. Lo de Brasil abre realmente una nueva etapa, porque Brasil es una potencia regional y mundial, y esto envalentona a la derecha venezolana para continuar con su embestida golpista y generar guarimbas, violencia y caos.
Reconocimiento al Será Justicia por parte de estudiantes de la Universidad de Villa María Hoy, buscando entre los cajones vaya a saber qué cosa, me encontré con un Será Justicia viejo, amarillo, teñido por el tiempo y el encierro, dando la noticia de que nuestra Córdoba iba a ser el escenario de unos de los mayores juicios por delito de lesa humanidad. La verdad, no sé por qué lo tenía guardado; según la fecha, es de 2012. Capaz me lo llevé de uno de los tantos viajes a La Perla que hice con el colegio, con mi familia o con mis compañeros y compañeras de militancia. No creo en las casualidades. Pero hoy, 2016, en esta Universidad, la Secretaria de Cultura y Deportes del Centro de Estudiantes de Villa María hace entrega de la primera mención Mercedes Sosa al aporte a la cultura popular y a los derechos humanos al diario de los juicios, que cuando tenía 16 años sentí el impulso de guardar un poco de memoria colectiva de mi
ciudad, y que ahora, leyéndolo de nuevo, me sigue estremeciendo. Este humilde homenaje que le hacemos los y las estudiantes al Será Justicia es también una invitación a que nos veamos codo a codo este jueves 25 de agosto para que concentremos y marchemos camino a la senten-
El jueves 25 de agosto nos conmovíamos con la sentencia de la megacausa La Perla, porque Córdoba era noticia mundial y un ejemplo en el tema de derechos humanos. Porque esa sentencia confirmaba que Argentina es el único país del mundo en hacer justicia con los tribunales ordinarios de la Nación. Pero además, por lo que significó el campo de torturas y exterminio La Perla. El terrorismo de Estado en Argentina tomó al pie de la letra la Doctrina de la Seguridad Nacional bajada desde Washington a través de la Escuela de las Américas. Esta se había nutrido de la llamada Escuela Francesa y los teóricos de la guerra contrainsurgente de Indonesia y Argelia, que a su vez habían tomado cosas de los métodos del nazismo. He dicho varias veces que La Perla fue nuestro Auschwitz, o nuestra Treblinka, un campo de exterminio adonde se iba a morir. Pero frente a un genocidio, las sociedades responden con impunidad como sucedió con el Genocidio Armenio, el de los japoneses en China, el de Indonesia y muchos más; con amnistías parciales como en Uruguay o Chile; con la llamada “Justicia de los vencedores” como en los Juicios de Nüremberg, Ruanda, Bosnia o Camboya; y finalmente con los tribunales naturales, algo que sólo ha logrado un país en la historia de la humanidad: Argentina. Hoy Argentina tiene más de 500 genocidas condenados por los tribunales naturales de la Nación. Y eso es un ejemplo mundial. Por eso es tan importante la sentencia del juicio La Perla en Córdoba, un eslabón más que debe hacernos sentir orgullosos de lo que nuestro país ha hecho en esta materia en los últimos años. Parece mentira, pero una semana después de la sentencia, se estaba produciendo de nuevo un golpe en nuestra Patria Grande. En este caso un neogolpe, sin tanques ni fusiles. Sin genocidio. Pero igualmente una vulneración de la democracia, de la voluntad popular. Y con el mismo objetivo que hace 40 años: imponer un plan de sumisión del pueblo y entrega de la Patria llamado neoliberalismo.
INSTANTÁNEAS Por Constanza Britos, agrupación Juntos por Sociales
cia, para que en la Argentina el Nunca Más sea efectivo y para que los genocidas cumplan su condena. Por eso me quedo con las palabras pronunciadas por Emilia D'Ambra, miembro de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba, durante el acto de entrega de La Perla, el 24 de marzo de 2007: “Este camino es de todos los que quieran aportar a la defensa de los derechos humanos, porque creemos que la injusticia social no la resuelve uno solo ni la buena voluntad de un presidente esclarecido, sino que necesita del compromiso cotidiano de todos nosotros. Porque en definitiva es por ellos que lucharon nuestros compañeros desaparecidos. En cada juicio que se abre hoy a los genocidas impunes, está planteada esta alternativa (...) Sólo con la reconstrucción de esta memoria se hará justicia”.
EN PROFUNDIDAD
El diario de los Juicios en Córdoba | Año VIII · Nº 57
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INSTITUCIONAL · CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO | Por Ilda Bustos
Los jóvenes también tienen memoria
Mantener la memoria y seguir luchando
Mercedes Ferreyra
INSTITUCIONAL · ESPACIO PARA LA MEMORIA LA PERLA | Por Matías Capra
Nuevas generaciones. Gran cantidad de jóvenes y estudiantes secundarios se mezclaron en la multitud.
–Cuántos jóvenes, ¿no? –Muchísimos, muchas escuelas... Dijimos y escuchamos esta conversación en miles de formas, rostros y lugares desde el . Fue para muchos de los que fuimos a la sentencia algo destacado, y para algunos comentaristas y periodistas una de las “notas de color”; pero para los estudiantes, para sus docentes y sobre todo para los que trabajamos en las Áreas de Pedagogía de la Memoria del Archivo, de La Perla y de La Ribera fue más que eso... mucho más. Desde el de diciembre de que comenzó este juicio, los trabajadores de los Espacios para la Memoria hemos sido activos propagadores del juicio y de las distintas circunstancias que iba atravesando el proceso. Desde los recorridos educativos con las escuelas y grupos participamos del juicio, aprendimos, nos preguntamos e investigamos sobre lo que iban esclareciendo los testimonios. Algunas escuelas hasta pudieron ir a presenciar una audiencia como una experiencia directa y profunda en relación a la justicia. Hicimos varias jornadas de “La Justicia en su lugar” en la puerta de Tribunales Federales trabajando con estudiantes el sentido del juicio, recorriendo la sala del juzgado y hasta ocupando esos lugares. Produciendo flores rojas, poemas, canciones; reflexionando en relación al pro-
ceso de justicia y conociendo las historias de vida de las víctimas. Con estas actividades nos propusimos también fortalecer el derecho de los jóvenes a partir de años de asistir a las audiencias de los juicios por delitos de lesa humanidad. Desde , pasaron miles de jóvenes que durante este tiempo fueron conociendo, preguntando y, de alguna forma participando del juicio desde las aulas, los patios y los Espacios para la Memoria; y sí, muchos de ellos y ellas fueron el , fueron con sus flores rojas hechas en las escuelas, sus siluetas, sus carteles y banderas; fueron en grupo, algunos con docentes y otros organizados entre ellos y por los centros de estudiantes. Fueron sonriendo, con sus remeras y mochilas. Fueron miles y nos reconocíamos, nos conocíamos de los recorridos educativos, de las charlas y las producciones que fuimos preparando para el juicio. No fueron una nota de color, fueron algunos de los miles de jóvenes que todos los días hacen memoria con nosotros, desde la pedagogía que inventamos y reinventamos todos desde el Archivo, La Perla y La Ribera. Por todos y todas, ellas, ellos y nosotros que construimos desde la memoria nuestro presente y al futuro nos abrazamos, reímos y lloramos, nos emocionamos en ese inolvidable día de sol y de Memoria, Verdad y Justicia.
Ayer y hoy. Los trabajadores organizados fueron a la sentencia y recordaron a sus compañeros.
La histórica sentencia es el contundente resultado de la larga lucha de los organismos de DDHH y de todos quienes permanecieron levantando las banderas de memoria, y juicio y castigo. Constituye un hito que no es ningún final, es el inicio de una etapa donde lo fundamental será redoblar el compromiso de sostener la memoria, luchar por la justicia que falta y sobre todo reivindicar la lucha de los compañeros que no están y continuarla hasta lograr la patria que soñaron. La sentencia movilizó a muchos sectores en Córdoba, y el movimiento obrero no fue ajeno. Muchos sindicatos y compañeros nos dimos a la tarea de instalar la necesidad de estar presentes el de agosto, poniendo de relieve lo que todos conocemos: la represión, en nuestra provincia, estuvo dirigida especialmente contra los trabajadores organizados, que constituyen el porcentaje más alto entre los desaparecidos y asesinados. Desde la CGT Córdoba, referenciando la lucha y el ejemplo de unidad de los dirigentes del Cordobazo, se promovieron actividades, incluida una disertación del fiscal Facundo Trotta en la Casa de la Historia del Movimiento Obrero de Córdoba. Allí, jóvenes representantes sindicales pudieron conocer el significado de la megacausa y su relación directa con la historia de la clase trabajadora cordobesa que la dictadura quiso borrar.
Por ello, esta sentencia es fundamental para impulsar en las nuevas generaciones la necesidad de referenciar la acción sindical hoy en las luchas que llevaron al movimiento obrero de Córdoba al punto más alto en unidad y organización, lo que le permitió herir de muerte a una dictadura en el año y luchar hasta constituirse en la posibilidad de transformar la realidad, que es precisamente por lo que fue el blanco de los genocidas. Uno de los objetivos fundamentales de la dictadura cívico-militar-eclesiástica fue modificar la distribución del ingreso y para eso le brindó a los dueños del poder una tarea impecable: la eliminación física de los que podían impedirle la implementación del proyecto económico. Nos debemos el reconocimiento a los trabajadores metalmecánicos que pararon el mismo de marzo en la Renault o de los que fueron asesinados por los militares en octubre de cuando iniciaron un paro reclamando mejores condiciones laborales. Lamentablemente, poco hemos hablado de todo esto. El movimiento obrero resistió en la dictadura y es una obligación para los dirigentes sindicales que los jóvenes trabajadores conozcan que hay una historia que pretendieron negarnos, donde deben referenciarse, especialmente en Córdoba, con uno de los mejores ejemplos de unidad y lucha.
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CONTRATAPA
LAS DISPUTAS ACTUALES POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA
Por Alexis Oliva
Septiembre de 2016 | Será Justicia
Periodista de investigación. Autor del libro Todo lo que el poder Odia Cronista y escritor de los juicios de lesa humanidad.
El paciente arado de la memoria emoria, verdad, justicia, una tríada de conceptos y un conjunto de valores indisociables. También son una secuencia causal: memoria para construir una verdad que permita alcanzar la justicia. Así fue en los albores de la revisión del terrorismo de Estado: recolectar la memoria de las víctimas, contrastarla con documentos y elaborar una verdad –el informe Nunca Más de la Conadep– que apuntalara un proceso de justicia institucional –el Juicio a los Comandantes–. Pero cuando la extorsión militar y la complicidad política engendraron las leyes e indultos de la impunidad, los términos de esa unidad se disociaron: la justicia se paralizó, la verdad se nubló y la memoria debió permanecer latente en lo individual o hacerse oír con las organizaciones en la calle, en rondas, marchas y escraches. También hubo un tiempo en que se pudo alcanzar verdad, pero sin justicia. Ante la imposibilidad de juzgar y condenar a los represores, por la vigencia de la leyes de Punto Final y Obediencia Debida y los indultos, los organismos de derechos humanos acudieron en 1998 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) acompañando a Carmen Aguiar de Lapacó –una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo– para reclamar que el Estado argentino investigara la desaparición de su hija Alejandra Lapacó. De esa presentación ante la CIDH derivó un Acuerdo de Solución Amistosa: “El Gobierno Argentino acepta y garantiza el derecho a la verdad que consiste en el agotamiento de todos los medios para alcanzar el esclarecimiento acerca de lo sucedido con las personas desaparecidas”. El compromiso habilitó a partir de 1999 los juicios de la Verdad Histórica. A diferencia de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, que medió entre víctimas y victimarios del apartheid sudafricano con el lema “Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón”, no fueron un canje de información por impunidad. En un contexto adverso, signado por la pretensión oficial de una “reconciliación nacional” asentada en la impunidad y el olvido, los procesos de la Verdad Histórica fueron un resquicio para avanzar. En el libro El Estado y la memoria - Gobiernos y ciudadanos frente a los traumas de la historia, el historiador Ricard Vinyes relata que en el período “de transición” que sucedió a los 40 años de dictadura franquista en España, se estableció “un consenso en torno al futuro compartido que debía vertebrarse en la institucionalidad democrática del Estado de Derecho, pero también un miedo compartido a revivir los conflictos pasados que fue estimulado por todos los gobiernos democráticos, con distintas intensidades y responsabilidades”. “En realidad, nadie echó nada al olvido –aclara el autor–; la consecuencia de ese miedo compartido e inducido fue la privatización de las memorias. Cada uno debía habitar con la suya”.
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Ilustración: Hernán Cappelletti
L . La historia de la posdictadura argentina fue distinta. Hubo un gobierno cuya intención de hacer justicia fracasó por la amenaza militar (Raúl Alfonsín), otro que alentó la impunidad y el olvido (Carlos Menem), otros que dieron el tema por cerrado (Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde) y otros que asumieron el reclamo de memoria, verdad y justicia y lo convirtieron en política de Estado (Néstor Kirchner y Cristina Fernández), desafiando ese miedo negador de la historia, que el actual gobierno presenta como apuesta por un bucólico futuro de paz aunque sin disimular su revanchismo (Mauricio Macri). En ese derrotero, la memoria de los militantes populares, las víctimas del terrorismo de Estado y sus familias conservó en nuestro país una potencia política latente, aún en los momentos en que intentó ser privatizada, despreciada y recluida al ámbito de lo familiar. Y durante los juicios de lesa humanidad alentados desde el Estado en los años del kirchnerismo, se convirtió en un caudal que el trabajo de las organizaciones de DDHH transfirió al escenario jurídico público. Fue un inmenso acervo de información, que trasciende la finalidad jurídico-penal para contribuir a la construcción de una verdad histórica. Desde la irrupción del terrorismo estatal en sus vidas, esas familias se convirtieron en células investigativas, con la nítida conciencia de que la información acopiada estaba destinada a ser mucho más que un archivo con valor de fetiche personal. Era su resguardo de verdad contra la mentira oficial del poder opresor. En los últimos
años, esas unidades investigativas familiares han sido una fuente indispensable de la justicia institucional. Ese rol es doblemente valioso en un tiempo como el actual, donde para las causas políticas más sensibles el Poder Judicial se nutre principalmente de información de los servicios de inteligencia. L . En la primera jornada del juicio por la megacausa La Perla - La Ribera, los acusados ocultaban sus rostros detrás de libros que buscan (re)demonizar a la militancia revolucionaria de los años 60 y 70. Fue el significante gestual de un propósito que asomaría en cada una de sus intervenciones, sobre todo las de sus principales oradores, Luciano Benjamín Menéndez y Ernesto Guillermo Barreiro. Acorralados por el avance de la justicia, pusieron su mayor empeño en disputar verdad. Así se refugiaron en grandilocuentes alegatos y cuarteleras arengas, o en su aporte como fuentes off the record a obras de revisionismo periodístico de derecha, por el estilo de las que esgrimían aquel 4 de diciembre de 2012, escritas por los mismos periodistas “independientes” convocados por sus defensas como testigos “de contexto”. Pero nada de eso alcanzó para contrarrestar y ni siquiera deslegitimar la cantera de información acopiada por todos y cada uno de los testigos, que cimentó una ejemplar acusación, apuntaló una sentencia contundente y construyó –sin extorsiones ni límites– verdad histórica. Y tampoco es hoy tarea fácil, porque enfrente hay un gobierno que reinstala la idea de “guerra sucia” y minimiza la cifra de las víctimas del terrorismo de Estado; que tributa a los “dos demonios” al recibir a familiares de víctimas del “terrorismo subversivo” en la ex ESMA; que consiente la participación de un jefe carapintada en un desfile oficial, y rinde homenaje al imperialismo al invitar a un rey de España al bicentenario de la Independencia. Enfrente hay jueces que reeditan la teoría de los “excesos” de la represión y niegan que antes del golpe se hayan cometido crímenes de lesa humanidad. Enfrente hay gobiernos provinciales que hacen de la criminalización de la protesta el leit motiv de su gestión. Y enfrente hay medios de comunicación que demonizan la política y alientan la reconciliación con impunidad y desigualdad. Hoy la verdad ha dejado de ser un terreno de siembra para volver a ser un campo de batalla. Eso es lo que está en peligro. No tanto los juicios en sí mismos, sino su contribución a la comprensión de la historia y la creación del futuro del pueblo argentino. El gran avance de estos años fue que esa historia “repartida entre todos nosotros” –como dice Andruetto– pudo ser oída y convertida en justicia. Entre todos también está defenderla. Sin ir más lejos, entre los quince mil que acudieron al edificio de tribunales para acompañar esta sentencia.
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Consejo Editor: Betty Argañaraz, María del Carmen Torres, Olga Acosta. Director: Sebastián Puechagut • Coordinadora Editorial: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta • Corrección: Victoria Picatto Fotografía: Mercedes Ferreyra · Ilustración: Hernán Cappelletti · Distribución: Julia Soulier, Rosario Rodríguez • Colaboraron en este número: Matías Capra, Ilda Bustos, Matilde Nasser, Colectivo Manifiesto, Manuel Bomheker, Mariano Saravia, Marcelo Yornet. Equipo de trabajo voluntario de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación - UNC: Aylén Bosch, Ana Luján Gaviglio, Bárbara Díaz Robles, Debora Stejman, Emilia Urouro, Esmeralda Gaiteri, Federica Farjat, Juliana Del Arco, Julieta Santo, Lucia Daghero, Paula Abratte, Paula Cuheito, Paula Uribe Echevarria, Santiago Filippi, Selva Smith, Victoria Costamagna y Victoria Pucheta. Administración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - info.usinacreativa@gmail.com
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