Las Bendiciones por contemplar los que Dios hace en Su Providencia (5ta Parte)
Domingo 24 de Marzo
I. Corrige la Incredulidad, II. Es Apoyo para tiempos difíciles III. Fuente de Alabanza. IV. Exalta mas JC porque 1. Toda bendición fue comprada por Su sangre. 2. Estar unidos a JC recupera lo perdido en la caída. 3. Ordena el cuidado especial a su Pueblo. 4. Intercede por nosotros. Apo. 5:6 y Heb. 9:24. 5. Todas las respuestas a nuestras oraciones son por JC. Su nombre hace que sea imposible que el Padre niegue algo a sus hijos conforme a su voluntad. (Jn.15:16) 6. El Pacto de la Gracia asegura todas las bendiciones que disfrutamos, este pacto fue comprado por su sangre. (1 Cor. 11:25) entonces, usted debe agradecer al Señor Jesucristo por cada cosa buena que recibe de ese pacto. Ver Su Providencia, tiene un poder maravilloso para llenar el corazón de agradecimiento ¿No es cierto que el Señor te guiaba por su providencia cuando eras solamente un niño, y te guardó de pecados en los que muchos cayeron? ¿No le llamarás: Padre mío, guiador de mi juventud? (Jer.3:4) Entonces, piense en los cambios en nuestras vidas que han sido ordenados para nosotros. Cuán mejores son de la manera en que nosotros los hubiéramos arreglado para nosotros mismos. Los pensamientos de Dios no han sido los nuestros, ni sus caminos los nuestros. (Isa.55:8) Nuestras propias ideas han sido sustituidas por mejores cosas con las cuales la providencia nos ha sorprendido. Piense en la manera como la providencia ha tratado con usted y compare esto con la manera en que usted se ha comportado hacia el Señor. Usted ha hecho muchas cosas malas en el pasado y no obstante, no puede acordarse de haber recibido ninguna otra cosa sino bien de la mano del Señor. Por último, compare sus peligros y sus temores con la forma en que la providencia le ha librado de todas sus angustias. Nubes negras han estado sobre su vida, su libertad o algún ser querido ha estado en peligro. Usted acudió al Señor en su aflicción y el proveyó una salida y le libró de todos sus temores. (Sal.34:4) No, viva su vida tan aprisa que no tenga tiempo de sentarse y pensar acerca de estas cosas. Una cuidadosa observación de la providencia traerá Paz a Nuestra Mente (Sal.4:8) El salmista está determinado a que sus temores pecaminosos no le quitarán su paz. Dos cosas pueden destruir la paz en nuestra vida: 1) Pensar demasiado acerca de las desilusiones pasadas 2) Y Miedo de sufrirlas en el futuro. Hay varias cosas que en forma natural ayudan a traer paz a la mente del creyente aún cuando las circunstancias que le rodeen sean inciertas: 1. El poder de Dios, nada está fuera del poder de Dios en la providencia. 2. La Profunda sabiduría de la Providencia. 3. La obra de la providencia a nuestro favor en el pasado. 1 Sam.7:12, 4. Cuando un creyente se descuidado en su vida espiritual, generalmente Dios preparar algo para disciplinarlo hasta que su corazón sea humillado (Jer.12:12-13) 5. Ver su trato para con otros y para con sus hijos, nos trae nuevas esperanzas, aún a sus enemigos alimenta, viste y da protección, seguramente no fallará en proveer para el pueblo en quien ha puesto su amor, a quienes ha dado a su Hijo, y para quienes ha preparado el cielo mismo. Continuará…
IGLESIA BAUTISTA CRISTO VIENE DE MÉXICO A.R. Organizada el 24 de Julio de 1964 Registro SEGOB N° SGAR/13.661/97
JUEVES 19:00 Culto Oración DOMINGO 10:00 Culto Adoración 12:00 Esc. Dominical 13:00 Unión Jovenes 17:00 Culto Alabanza 17:00 Dpto. Infantil
Pampas 34, Col. Moderna Benito Juárez, C.P. 03510 México, DF Tel. 55907328 Pastor: Max Zuriel Vega Cel: 04455 228880787 maxvega1617@hotmail.com
/IglesiaBautistaCristoViene
2013-13
LA ENTRADA TRIUNFAL “Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga." Mateo 21: 5.
Había una expectación en la mente de la generalidad del pueblo judío de que el Mesías estaba a punto de llegar. Ellos esperaban que fuera un príncipe temporal; que fuera alguien que combatiría contra los romanos y restauraría a los judíos su nacionalidad perdida. Había muchos que, aunque no creían en Cristo con una fe espiritual, esperaban que fuera tal vez para ellos un grandioso libertador temporal, y leemos que, en un par de ocasiones, habían querido apoderarse de Él para hacerle rey, pero Él se retiraba. Prevalecía un ávido deseo de que alguien, cualquiera que fuera, izara el estandarte de la rebelión y pasara al frente del pueblo en contra de sus opresores. Viendo las obras portentosas hechas por Cristo, el deseo engendró el pensamiento, y se imaginaron que Él podría probablemente restituir el reino a Israel y darles la libertad. El Salvador vio que finalmente se estaba llegando a una crisis. Para Él necesariamente tenía que ser una de dos opciones: la muerte por haber decepcionado la expectación popular o, de lo contrario, debía ceder a los deseos del pueblo, y ser nombrado rey. Ustedes saben qué cosa eligió. Él vino para salvar a otros y no para ser ungido rey en el sentido en que los judíos lo entendían. El Señor había obrado un milagro sumamente extraordinario: había resucitado a Lázaro de los muertos después de haber estado enterrado cuatro días. Este fue un milagro tan asombroso e inusitado, que se convirtió en el tema de conversación del pueblo. Multitudes abandonaban Jerusalén y se dirigían a Betania, que estaba situada a unos tres kilómetros de distancia, para ver a Lázaro. El milagro estaba bien comprobado. Había multitudes de testigos; era aceptado por la generalidad como uno de los mayores portentos de la época, y, derivado de eso, dedujeron que Cristo tenía que ser el Mesías. De esta manera nuestro Salvador se valió de su desatinado entusiasmo para cumplir diversos fines y propósitos sabios. Era necesario que esta profecía se cumpliera: "Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna." Era necesario, además, que declarara públicamente que era el Hijo de David, y reclamara ser el legítimo heredero del trono de David; todo esto lo hizo en esta ocasión. También era necesario que dejara sin excusa a Sus enemigos. Para que no le dijeran: "Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente", Él se los dijo abiertamente. Este recorrido a través de las calles de Jerusalén fue un manifiesto y una proclamación de Sus derechos reales tan claramente como podrían ser proclamados. Charles H. Spurgeon