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RETOMANDO A MARIO BENEDETTI: 'EL SUR TAMBIÉN EXISTE'

Por Nancy Gutiérrez Herrera

Después de cruzar la frontera del milenio la “herida de muerte” que el poeta Mario Benedetti transformara en una dolorosa prosa sudamericana que se repitiera por décadas, encontramos que hay heridas que nunca sanan en la democracia, ni en la política; que incluso se vuelven reversibles y nos ponen frente a lo inaudito.

¿Recuerdan que México fue un “tercer país seguro”? Seguro que pensamos que esa negociación era inaudita, y que las consecuencias serían también inauditas; sin embargo dejó de ser noticia hasta que vuelven los tiempos electorales y más aún ahora que a México se le escapan los mexicanos por la ruta de la violencia buscando sobrevivir “del otro lado de la frontera” ¿Qué hicimos para que este pavor se invirtiera? 

Qué infame bestia ha tomado la tierra para sí, expulsando a familias enteras del hogar para salvar la vida de las balas en menos de dos horas… no hay forma de entender ni explicar cómo Guatemala ahora nos recibe y da resguardo humanitario en medio de tanta muerte cerca.

Y el norte arrecia con su calma

Antes de nuestro junio mexicano se registró el total mensual más bajo de cruces ilegales desde enero de. 2021 hacia Estados Unidos, justo en el proceso definitorio en México, pero también en medio de la intensa situación que definirá quién gobierna Estados Unidos de América los próximos años, justo frente a la caída de la candidatura del presidente Joseph Biden, un episodio magnicida en torno a Donald Trump y el surgimiento de otra mujer en América que mira con certeza la silla presidencial.

La estructura electorera puso otra vez en la mira de las primeras planas a la migración, de manera permanente y consistente, visibilizando lo que no deja de pasar luego de elecciones y caracterizando ya una constante en el tema de los migrantes quienes son un botín que sirve para truquear esperanzas y planteamientos semi humanitarios y cuasi solidarios con una forma de vida que no se entiende desde el poder, y que tampoco se atiende desde el poder.

No se sabe si hay que frenar la migración porque es lo mejor para el migrante o porque es lo mejor para el mandatario que incide; no se sabe si es mejor fabricar héroes o ponerlos en vitrinitas… bajo tierra antes de que vuelen y hagan milagros. Sólo se les aproxima condescendientemente para la foto y el recuerdo y para robarles el corazón de un voto. 

A la hora de la verdad, ni hay Secretaría de Migración, ni Sexta Circunscripción, ni otro Distrito Electoral, ni se vota por Diputaciones Migrantes, ni hay libertad y soberanía para ejercer derechos políticos como migrantes; bueno, ni siquiera hay derechos políticos garantizados para los migrantes. ¿Cuál importancia del hermano paisano que salió del país? ¿cuál relevancia del mexicano en el extranjero que ama a un México imaginario y etéreo? 

Pero así es el amor a “la Patria que nos vio nacer” así de codependiente es el arraigo de una tierra infértil que raspó la cara y así de ácido el amor en el estómago vacío de mariposas y de panes; así el amor traidor del embeleso político que mira a sus connacionales con un velo indiscutible, numérico y grosero. 

En el génesis ya era migrante al nacer

Se es migrante por generaciones y estelas familiares en regiones de muchas carencias, pero también frente a la bonanza atómica de familias que dejan huella en su sitio de origen de manera estructural y tangible transforman una ausencia en un recuerdo que tiene precio, y que siempre es muy caro. 

Esta bonanza no es significativa en el análisis del desarrollo social ni en el bienestar de un Estado o Municipio “migrante”; no se brinda respaldo a la comunidad que recibe remesas, sólo se le estrangula y se le incita a mantener la vida migrante como la mejor de las opciones para los jóvenes en edad escolar que se van “p'al norte”.

La distancia entre las dos fronteras de México es un abismo fáctico que nos atrapa “de un lado o del otro”. Y la realidad es que ahora parece que estas fronteras desnudan la fugas del más puro sentido humano que busca sobrevivir de algún modo, no del mejor pero sí del único que parece posible ante tanta circunstancia imposible de asimilar.

Al norte parecen atrapados en contra de su voluntad quiénes quieren dejar como sea este país de tránsito o de rechazo; al sur son expulsados en contra de su voluntad aquellos 300 y más que no lograron vivir en este “país seguro”, primero o tercero no importa, pero que no brinda cobijo ni garantías ni a los que le pertenecen.

Acá “del lado de los migrantes” el vacío, el territorio es un vientre maligno para los que tienen derecho a ver nacer su vida otra vez en la tierra que quieran; pero cómo duelen ahora las dos fronteras de México en su contraste: entre la tierra de ensueño que todos quieren alcanzar del otro lado de la frontera Norte, y frente a Guatemala un Sur estremecedor en el que se mira atrás la tierra de pesadilla que no se quiere dejar.

Y aquí en medio, nosotros. Los otros que no migramos ni el pensamiento ni tenemos un poco de humanidad para comprender que la distancia entre las dos fronteras se estira y se comprime en nuestras manos y que gotea magenta, rojo y negro ¿cuándo nos trasfundirá?

* Mario Benedetti en escribió una poesía con este título y con este planteamiento estremecedor. El sur también existe y se visibiliza a golpe de realidad y ahora se cuelga de la frontera de México, pero “para el otro lado”.

* Dhc Nancy Gutiérrez Herrera  es Académica de la FESC UNAM, Directora de la Comunidad Internacional de Ética y Responsabilidad Social, CIERS. Coord. UNAMos Manos por la Responsabilidad Social Universitaria.

https://issuu.com/sextacircunscripcion/docs/6a_circunscripci_n_43/8?fr=sZTBiMDc2NjUzNjU

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