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Por Fernando Trejo Zurita
La Biblioteca del Colegio San Hermenegildo de Dos Hermanas. Apuntes para su historia.
Notas históricas Los terrenos sobre los que se levanta el Colegio San Hermenegildo de Dos Hermanas fueron adquiridos por la Congregación de Terciarios Capuchinos, gracias a que doña Dolores Armero y Benjumea donó una cuantiosa suma para que se estableciese en la provincia de Sevilla una Escuela de Reforma para la juventud. El día 3 de Noviembre de 1899, dos religiosos Terciarios Capuchinos, fray José Mª de Sedaví y fray Manuel Mª de Alcalalí, llegaban a Sevilla para dar comienzo a los trabajos fundacionales. Por aquel entonces era Arzobispo de Sevilla don Marcelo Spínola y Maestre. Los religiosos fueron acogidos paternalmente por el santo arzobispo, que los alentó a llevar adelante la nueva fundación; dio sus letras comendaticias en términos muy laudatorios para la aprobación de las Constituciones del Instituto por la Santa Sede y ayudó con una considerable cantidad para la continuación de las obras. También hay que señalar la valiosa cooperación prestada por el matrimonio formado por don Manuel Alpériz y doña Juana González Bustamante, los cuales,
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desde el primer momento, ayudaron incondicionalmente con cuantos medios estuvieron a su alcance. En los últimos días de diciembre, los fundadores pasaron a Dos Hermanas, y se instalaron en la quinta San Agustín, llamada vulgarmente Huerta del Rey, donde fueron reuniéndose los religiosos que iban a formar la Comunidad. Mientras se tramitaba la fundación se dedicaron a obras de apostolado, ejerciendo el ministerio sacerdotal en la población y fundando un oratorio y una escuela gratuita. Entretanto, se hicieron gestiones para adquirir, a dos kilómetros de la población, las fincas situadas en el término de Dos Hermanas del pago La Carraholilla, que junto con otros terrenos, formaron la actual finca del Colegio. Los planos y la dirección de las obras del edificio se deben a don Jacobo Galí, arquitecto de la Maestranza de Artillería, de Sevilla. La primera piedra se colocó el 30 de Octubre de 1900. Aunque el Colegio comenzó siendo una Escuela de Reforma, el edificio ha conocido desde su construcción distintas funciones educativas. La Escuela de Reforma o de Corrección Paterna, aprobada por Real Orden, con el tiempo vino a ser Colegio de Primera y Segunda Enseñanza, siendo reconocido legalmente por Orden Ministerial de 16 de abril de 1939. En el año 1965 se abrió una nueva etapa para el Centro, ya que se convierte en Colegio Mayor Internacional al concentrar en él a los religiosos estudiantes de Filosofía y Teología de España, Italia y América; esta experiencia duró pocos años. En 1974 se reabrió como Colegio de Educación General Básica, iniciándose así una nueva etapa. Actualmente, San Hermenegildo es un Centro Docente Privado con autorización definitiva de apertura y funcionamiento por Orden del 21 de mayo de 1998, teniendo la configuración de Centro de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria. Primera biblioteca: reglamento y normas El primer núcleo del edificio forma un cuadrilátero rectangular de 34 x 28 metros, quedando en el centro un patio descubierto de 22 x 16 metros. Toda la obra tiene la planta baja y dos pisos. En la planta baja se instaló la capilla con su atrio y sacristía, recibidor, ropería, refectorio y cocina, teniendo todas estas dependencias 430
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acceso por el patio central. El piso primero se destinó a salas de estudio, salón de actos, biblioteca y dependencias de la comunidad. En el piso superior se hicieron habitaciones individuales para los alumnos. En esta primera época, el Colegio se regía por un Reglamento propio para las Escuelas de Reforma, publicado en 1899, y en su art. 71 expresaba: «La Dirección de la Escuela procurará por todos los medios que estén a su alcance formar una biblioteca, compuesta por obras útiles para la enseñanza, y de lícito esparcimiento. El cuidado de la biblioteca y la formación del catálogo estarán a cargo del religioso que el Director designe, al cual podrá servir de auxiliar el alumno que a título de recompensa lo merezca, a juicio del Director» (Reglamento para la Escuela de Reforma para jóvenes, Madrid, 1899). Teniendo en cuenta estas prescripciones, el Colegio tuvo su primera Biblioteca al principio de la fundación, y sabemos que los fondos bibliotecarios correspondían a obras de Filosofía, Teología, Derecho, Patrística, Historia de la Iglesia, Moral, Sermonarios, Literatura, Matemáticas, Música, etc. El emplazamiento, como queda dicho, se encontraba en el piso primero en un pequeño local, donde se guardaban no más de 500 volúmenes y varias carpetas de legajos, documentos y correspondencia. En 1902, fue aprobada la Congregación por la Santa Sede y también las Constituciones, que fueron acomodadas posteriormente a las nuevas normas
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del Derecho Canónico. En 1911 se publicó, en Valencia, el Manual de Usos y Costumbres de la Congregación; en la Parte Segunda se trata de Cargos y Oficios y en el capítulo X se habla del bibliotecario y, entre otras cosas, se dice: «Se designará para este cargo a uno de los Padres de la Comunidad. Éste cuidará de que la biblioteca está aseada y limpia; los libros arreglados por orden de materias y en su estante correspondiente, y que de todos haya un catálogo completo. Hay en medio de la biblioteca una mesa grande con papel, tintero y plumas para tomar las notas que convengan. También tendrá un libro-registro donde se anoten los libros que se lleven, cuya anotación se borrará cuando los devuelvan. La biblioteca estará cerrada con llave. Podrán ir a la biblioteca cuantas veces lo necesiten, y permanecer en ella el tiempo que les haga falta; y el bibliotecario se prestará gustoso a indicar o facilitar las notas o noticias que se le pidan, si las conoce. El Director procurará que la biblioteca esté bien atendida y abastecida en lo posible de obras de provecho, para atender a los estudios. Pueden estar suscritos a algunas revistas… El bibliotecario procurará recoger las revistas,boletines, etc., después que los hayan leído; las guardará con cuidado para que se encuadernen cada año. Lo mismo hará con los folletos, circulares, etc., que lo merezcan, pues en una biblioteca todo con el tiempo es de provecho… Habrá un departamento en la misma biblioteca en donde tendrá una colección de libros de propaganda, morales, instructivos, recreativos, etc., para los alumnos que el bibliotecario los irá dejando. Los que quieran leer algún libro pídanlo al bibliotecario, pero cuiden de él y devuélvanlo cuando terminen de leerlo. Los estudiantes podrán permanecer en la biblioteca estando con ellos el bibliotecario. Fuera de casa no se sacarán libros, a no ser alguno que otro que se lleve consigo para la predicación o Santos Ejercicios o alguno pequeño de consideraciones espirituales, para viajes, etc., siempre con el permiso del Director». Las nuevas Constituciones acomodadas, se publicaron en 1928 y en ellas aparecía lo siguiente: «El bibliotecario tendrá a su cuidado todo lo que a su cargo se refiere, y además, cuidará de la biblioteca, teniendo arreglados los libros por orden de materias y en su estante correspondiente, con su catálogo completo de todos ellos. Llevará también un registro donde se anoten los libros que se saquen de la biblioteca, y no se permitirá llevarlos fuera de la Escuela». Y también estaba escrito: «Los dedicados a estudiar podrán tener en su habitación un pequeño estante con los libros necesarios, y un pupitre donde poder tener encerrados sus papeles y 432
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escritos». Y en la práctica era y sigue siendo algo natural el poder utilizar una buena biblioteca en la que se tenga siempre a disposición libros que nutran la inteligencia con ideas y conceptos sanos, claros e interesantes sobre diversos temas. Evolución del Colegio y nuevos locales para la biblioteca El decenio que va desde 1921 a 1932 señala un período en la Institución de grandes mejoras tanto en el orden material como e las actividades culturales y pedagógicas. Se llevó a cabo la ampliación del edificio con la culminación de la nueva iglesia y los locales anexos, que alteraron la fisonomía del conjunto, modificando substancialmente el aspecto del edificio primitivo. Fruto de esta reforma fue la instalación de la biblioteca en un nuevo local, situado encima del atrio de la nueva iglesia. Esta sala noble, de unos 50 m2 con techumbre decorada por quince cuarterones de yesería, con adornos geométricos y florales policromados, pintados al óleo, estaba amueblada con estanterías de madera y sus fondos bibliotecarios y documentales se distribuyeron por materias, teniendo dos secciones principales: una de libros o biblioteca propiamente dicha y otra de documentos y archivo. Los fondos bibliotecarios y archivísticos se fueron acrecentando notablemente, llegando a la cifra de 2.400 volúmenes y más de 25 carpetas de legajos y documentos. En el curso 1964-65, el Colegio San Hermenegildo, reconocido legalmente por el Estado para los estudios completos de Primaria, Ingreso y Bachillerato, tenía 145 alumnos internos y 165 externos. Al finalizar el curso en junio de 1965, instancias superiores de la Congregación determinaron dedicar el Centro a la formación de los estudiantes de Filosofía y Teología. En este período se prestó particular importancia a la biblioteca, acomodándose a la nueva función que iba a desempeñar el Centro. Se habilitaron varios locales en la planta baja del edificio para sala de lectura y depósito de libros; se acrecentaron los fondos añadiendo a los ya existentes los provenientes del Filosofado de Hellín (Albacete) y del Centro de Estudios Psicopedagógicos de la Casa del Salvador de Amurrio (Álava), donde hasta entonces se estudiaba también la Teología. Se efectuó una selección y descarte sumarísimo de volúmenes y documentos; se adquirieron varias colecciones de tema eclesiástico: Teología en sus diversas facetas, Sagrada Escritura, Historia Eclesiástica, etc., y también de Filosofía, Psicología, Sociología, Antropología, etc., y suscripciones a revistas de la misma temática. En esta época se llegó a contar con un taller de encuadernación y restauración, debidamente instalado, donde se formó un grupo selecto en el arte y se trabajaba diariamente recomponiendo y arreglando libros y encuadernando 433
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revistas. Esta misión del Centro Superior de Estudios se estuvo desarrollando hasta finales del curso 1972-73 en que los religiosos filosofos y teólogos que quedaban fueron trasladados a otras comunidades. Centro de EGB: nuevas obras y locales de la biblioteca. En el curso 1974-75 se reabrió el Colegio como Centro de EGB (Educación General Básica) y para ello, con anterioridad, se emprendieron nuevas obras de remodelación y distribución de locales para la enseñanza básica. Los espacios que ocupaban la biblioteca general de Filosofía y Teología y la Biblioteca Especializada del COIP (Centro de Orientación e Investigación Psicológica), se convirtieron en aulas. Los volúmenes de la Biblioteca General se arrimaron y amontonaron en la antigua despensa-almacén en condiciones lamentables. Y los libros de Psicología y afines se distribuyeron por distintos departamentos del Colegio y muchos de ellos desaparecieron. Y fue en el curso 1985-86 cuando se acometió la habilitación de un amplio local para recoger y almacenar todos los libros que estaban amontonados y aquellos otros que estaban dispersos. En la actualidad se está proveyendo a la biblioteca de nuevos espacios, una sala de lectura más adecuada y remodelación de depósitos y archivo. Descripción de los locales de la biblioteca El salón construido en la segunda mitad de la década de los años 20, está situado en la planta superior encima del atrio de la iglesia y mide 10 x 10 x 3 metros. Está cubierto con viguetas metálicas y ladrillos enyesados formando arcos. Carece de valor artístico. Las estanterías son metálicas, distribuidas en los testeros respetando los huecos de las ventanas y de las puertas de acceso y de los tres armarios empotrados existentes, que hacen de archivo. Además, hay ocho cuerpos dobles de estanterías que estan colocadas d forma simétrica, respetando el centro del local que lo ocupa una mesa con 18 puestos. En el mismo punto central del techo se encuentra suspendida una preciosa lámpara antigua, de 12 brazos, de cobre, de estilo imperial con águila bicéfala, y haciendo juego existen dos apliques de tres brazos cada uno. Fondos bibliotecarios y documentales actuales El fondo actual de la biblioteca está distribuido provisionalmente de la siguiente manera: 1) Obras antiguas, raras y curiosas. 2) Diccionarios y obras de 434
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referencia.
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Filosofía.
4) Teología. 5) Sagrada Escritura. 6) Catequética. 7) Vida Religiosa. 8) Literatura. 9) Geografía e Historia. 10) Arte. 11) Música. 12) Psicología 13)
y
Pedagogía.
Publicaciones
de
la
Congregación. 14) Obras de
interés
local.
15)
Revistas. 16) Otros libros y documentos: audiovisuales, discos,
casetes,
videos,
boletines, etc. 17) Libros sin clasificar. 18) Libros repetidos. La suma de los diversos fondos, añadiendo los de la biblioteca escolar, da un total cercano a los 17 volúmenes, lo que sin duda convierte a esta biblioteca en una de las más notables de Dos Hermanas.
Ntra. Sra. de los Buenos Libros
La Biblioteca Escolar tiene local propio y ha ido ocupando sucesivos sitios a lo largo de estos últimos 15 años. Sus fondos comprenden: Diccionarios, Enciclopedias, Libros de Texto y una serie de colecciones de literatura infantil y juvenil, narrativa, poesía y demás géneros literarios, etc. El Archivo merece un capítulo aparte. Hay que decir que ha estado bastante abandonado. Ha sido expoliado en varias ocasiones y muchos de sus valiosos fondos han desaparecido. Es preciso organizar los documentos que se han conservado, recuperar en lo posible los documentos importantes perdidos y ordenar los nuevos que se van generando. Como documentos significativos se hallan los 16 Libros de Registro de los primeros alumnos; desde 1900 a 1935, las Actas de exámenes de los cursos 1939-1967 y las Actas de Evaluaciones, Informes, Memorias, Plan de Centro, Revistas, Comunicaciones, Libros de Actas de Reuniones y de Crónicas, etc., de los últimos 25 años. 435
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Proyectos inmediatos Adquisición de 5 cuerpos de estantería para el nuevo local de la biblioteca y sala de lectura. Recuperación del Archivo. Recepción de los fondos donados por distintas comunidades y particulares. Clasificación técnica de los fondos existentes y de los nuevos que se van adquiriendo.
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