Sonetos de SHAKESPEARE en Hexámetros
Antonio García Vargas
SONETOS DE SHAKESPEARE EN HEXÁMETROS
Todos los derechos reservados Título: Sonetos de Shakespeare en hexámetros (1) Autor: Antonio García Vargas Editorial: Bubok Publishing, S.L. ISBN OC: 978-84-686-0177-9 ISBN VolI: 978-84-686-0178-6 ISBN ebook: 978-84-686-0179-3 Impreso en: Publicaciones digitales, S.A. San Florencio, 2 41018 Sevilla, Spain
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Sonetos de SHAKESPEARE en Hexámetros
Antonio García Vargas
Archivo de uso autorizado por el autor para: Fundación William Shakespeare Argentina
ESTE ARCHIVO CONTIENE: INTRODUCCIÓN Y 5 SONETOS DEL LIBRO: “SONETOS DE SHAKESPEARE EN HEXÁMETROS” Y EL FÉNIX Y LA TÓRTOLA Poema de William Shakespeare Traducción-traslación a hexámetros de Antonio García Vargas
Ambos en edición bilingüe inglés-español
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Antonio García Vargas
(La primera parte del libro contiene los sonetos 1 al 77) La obra completa consta de dos tomos y recoge todos los sonetos de William Shakespeare (154) trasladados a hexámetros castellanos por Antonio García Vargas, así como también, todos los sonetos originales en inglés.
THE SONNETS William Shakespeare
THE SONNETS EN HEXÁMETROS CASTELLANOS Antonio García Vargas (Introducción) Aunque siempre ha sido más conocido como dramaturgo, Shakespeare fue también un extraordinario poeta; incluso parece ser que él mismo se valoraba más como lírico que como autor dramático. Aunque escribió poemas extensos como Venus y Adonis o La violación de Lucrecia, se le recuerda como un magnífico compositor de sonetos líricos. Parece ser, según diversas lecturas tomadas de aquí y allá, que la primera mención de sus sonetos se halla en el Palladis Tamia (Wit's Treasury) (Londres, 1598) del bachiller en Artes por Cambridge Francis Meres, quien alaba a Shakespeare por sus "sonetos de azúcar"; esta mención demuestra que circulaban copias manuscritas de los mismos entre sus amigos íntimos por esas fechas: «Como el alma de Euforbio se consideraba viviendo en Pitágoras, así el alma ingeniosa y dulce de Ovidio vive en la lengua meliflua y suave de Shakespeare. Testigos, su Venus y Adonis, su Lucrecia, sus Sonetos de azúcar, conocidos de sus amigos íntimos. Y así como se estima a Plauto y Séneca cual los mejores para la comedia y la tragedia entre los latinos, así Shakespeare entre los ingleses es el más excelene en ambos géneros escénicos. Para la comedia son testigos Los dos hidalgos de Verona, sus Equivocaciones, sus Trabajos de amor perdidos, sus Trabajos de amor ganados, su Sueño de una noche de verano y su Mercader de Venecia. Para la tragedia, sus Ricardo II, 3
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Ricardo III, Enrique IV, El rey Juan, Tito Andrónico y Romeo y Julieta. Y como Epio Stolo decía que las Musas hablarían en la lengua de Plauto si quisieran hablar latín, así digo yo que las musas hablarían en la bellísima frase de Shakespeare si hubiesen de hablar inglés». Rozando el 1600, algunos de sus sonetos, el 138 y el 144, salieron de molde en una colección de poesías llamada El peregrino apasionado, miscelánea poética que le atribuyeron en su totalidad falsamente. Fue en 1609 cuando apareció una misteriosa edición completa, probablemente sin su permiso, que editó Thomas Thorpe. Iba dedicada a un tal señor W. H. y estaba escrita en lo que hoy conocemos como Soneto Inglés o Isabelino. Consistían en tres serventesios rematados por un pareado, con rima ABAB CDCD EFEF GG que ya utilizaban algunos poetas ingleses en sus composiciones aunque apenas eran conocidas. Los poetas ingleses se instalaron en una nueva modalidad de soneto renovada y original y el propio Shakespeare era irónicamente consciente de ello: «¿Por qué mis versos se hallan tan desprovistos de formas nuevas, tan rebeldes a toda variación o vivo cambio? ¿Por qué con la época no me siento inclinado a métodos recientemente descubiertos y a extraños atavíos? ¿Por qué escribo siempre de una sola cosa, en todo instante igual, y envuelvo mis invenciones en una vestidura conocida, bien que cada palabra casi pregona mi nombre, revela su nacimiento e indica su procedencia? ¡Oh, sabedlo, dulce amor, es que escribo siempre de vuestra persona y que vos y el amor sois mi eterno tema; así, todo mi talento consiste en revestir lo nuevo con palabras viejas y volver a emplear lo que ya he empleado. Pues lo mismo que el sol es todas los días nuevo y viejo, así mi amor repite siempre lo que ya estaba dicho». Los sonetos, a juicio de los entendidos, casi pueden dividirse en dos series: una dirigida a un misterioso joven y los restantes a una enigmática mujer morena, casada al parecer, instruida y de alta alcurnia, que sabía tocar la espineta o clavecín. También aparece ocasionalmente en el trío formado por Shakespeare, el misterioso joven y la dama morena, otro personaje, al parecer un poeta rival, que complica si cabe aún más la extraña relación. El tema es fundamentalmente el Amor y también el Tiempo en su fugacidad. Cada soneto contiene también un movimiento dramático constante que 4
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se aprecia en su lectura mediante una especie de mensajes morales, espirituales y filosóficos en los que nos muestra la escasa duración de la vida humana y la necesidad de aprovecharla al máximo. Los primeros 17 sonetos se dirigen a un joven, urgiéndole a casarse y a tener hijos para que transmita su belleza a la siguiente generación. Este grupo de poemas se conoce con el nombre de Procreation Sonnets (Sonetos de la Procreación). Los sonetos del 18 al 126 se dirigen también a un joven, pero expresando el amor que La Voz Lírica siente por él. Los comprendidos entre el 127 y el 152 están escritos por La Voz Lírica a la amante, expresando el amor que siente por ella. Abordan temas como la infidelidad, la resolución para contener la lujuria, etc. Los dos últimos sonetos, el 153 y el 154, son alegóricos. Los sonetos están escritos en pentámetros yámbicos (tipo de verso usado también en sus obras dramáticas) pero hay tres excepciones: los sonetos 99, 126 y 145. El número 99 tiene 15 versos. El 126 consiste en seis pareados y dos versos blancos escritos en letras itálicas. Y por su parte, el 145 está compuesto en tetrámetros yámbicos, y no en pentámetros. Con frecuencia, el comienzo del tercer cuarteto señala la vuelta o verso en el que el tono del poema cambia, y el poeta expresa una revelación o epifanía. Con el tiempo, una especie de misteriosa aureola ha ido rodeando a los protagonistas. Así, cada uno de los personajes recibe sobrenombres tales como: Fair Youth; el Rival Poet y la Dark Lady. Se desconoce si los poemas y sus personajes son mera ficción o autobiográficos. Ello ha dado lugar a encendidos debates en los que no entro. Los sonetos de Shakespeare son, dicen, más sexuales y prosaicos que otras colecciones de sonetos contemporáneos. Hay quien interpreta que son una especie de pastiche o parodia de la tradición de sonetos amorosos petrarquistas que dominó parte de la poesía europea durante tres siglos. Lo que Shakespeare hace es convertir a la «madonna angelicata» en una joven o a la hermosa dama en una dama oscura. Shakespeare viola también algunas reglas sonetísticas que habían sido seguidas por otros poetas pues habla de extraños males humanos que nada tienen que ver con el amor (soneto 66), comenta asuntos políticos (soneto 124), hace chistes sobre el amor (soneto 128), parodia la belleza (soneto 130), juega con los papeles sexuales (soneto 5
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20), habla abiertamente sobre el sexo (soneto 129) e incluso introduce ingeniosos matices pornográficos (soneto 151). Además de situarse al final de la tradición petrarquista, los sonetos de Shakespeare pueden considerarse como prototipo, o incluso como el comienzo de un nuevo tipo de moderna poesía amorosa. Tras ser «descubierto» durante el siglo XVIII, los Sonetos crecieron en importancia durante el siglo XIX y su influencia se demuestra en la innumerable serie de traducciones que se han hecho de ellos. No hay lengua importante en la que no se hayan traducido. Y existen traducciones de todas clases, metros y colores, unas buenas y otras mejores; todas extraordinarias por el esfuerzo que conllevan. No es nada fácil traducir al genio. En mi caso, nunca me consideré preparado psicológicamente para trasladar sus sonetos del original al castellano. Más que nada porque no le veía mucho sentido, la verdad, pues hay trabajos muy bien hechos; la mayoría, y no me sentía capaz de aportar nada nuevo dado que mi dominio del inglés es insuficiente. Un día, mientras paseaba los ojos sobre los sonetos originales, capté en toda su dimensión la dificultad real de pasar esos pentámetros yámbicos, escritos en tan excelso y condensado inglés afilado y cortante cual navaja barbera, a endecasílabos castellanos; ni siquiera a alejandrinos pues, ¡no caben!. Su contenido está comprimido de tal modo que se desborda cual lata de gaseosa que se abre. Y fue entonces cuando me dije: ¿Por qué no los trasladas a hexámetros dactílicos? ¿Por qué no pasas sus cinco yambos de dos sílabas a cinco dáctilos de tres sílabas, más su correspondiente troqueo final? Y sentí cómo se abría todo un abanico de posibilidades. Tras comprobar que nadie lo había hecho hasta la fecha (está traducido, trasladado o versionado, en modelos métricos que giran en torno al endecasílabo y el alejandrino pero no en hexámetros; ni siquiera latinos que yo sepa) me puse manos a la obra hasta decidir que lo más idóneo para albergar tal maravilla sería el hermosísimo y patrio hexámetro castellano, con su amplio salón de 17 sílabas por verso y su música interior de seis ritmos. La presente edición muestra los 77 primeros sonetos en hexámetros junto a su correspondiente del original en inglés. He preferido dividir la obra en dos partes y publicar primero una y en su momento la otra, debido sobre todo a la densidad del contenido y tratando de no cansar a los probables lectores. 6
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Debo agradecer con toda el alma a los diversos autores de tantas y tantas maravillosas traducciones, estudios, ensayos y versiones líricas consultadas para llevar a puerto mi trabajo, pues sin ellos hubiese sido de todo punto imposible. Unos me han proporcionado palabras; otros ideas; los más conocimiento y una sensación de reconocimiento interno a su coraje, sapiencia y fuerza de voluntad para acometer tamaña obra. Todos, desde los que han traducido o versionado apenas media docena de sonetos, hasta los que han realizado la traducción de todos los sonetos de Shakespeare, en mayor o menor medida, pero todos sin excepción, me han acompañado permanentemente. Ellos han sido el invisible equipo que ha logrado alzarme en esas ocasiones en que el desánimo se apoderó de mí haciendo tambalear mi fe en llegar a la meta impuesta. Por citar sólo a algunos, sin entrar en autores de versiones para otras lenguas, recuerdo a: Luis Astrana Marín; Agustín García Calvo; Pablo Mañe Garzón; Atilio Pentimalli; Carlos Pujol; Gustavo Falaquera; Manuel Mújica Láinez; José María Álvarez; Antonio Rivero Taravillo; Carmen Pérez Romero; Matías de Velasco y Rojas; Ramón García González; Fernando Maristany, entre otros. Quiero también, pedir perdón por las muchas licencias que me he tomado en la transcripción ya que a veces he poetizado en exceso saliéndome del texto original y dejando volar la imaginación más de la cuenta. Debo reconocer que he disfrutado quitando o poniendo aquí y allá, cambiando el decorado, incluso el sentido de las palabras, sobre todo cuando un determinado pasaje se repetía en exceso. Esto se aprecia sobre todo en los primeros sonetos, cuando aún no me había metido en la mente del genio, pero no he querido cambiarlo posteriormente para no restarle «frescura». Después, poco a poco, me he ido subordinando a su lúcida y traviesa personalidad hasta fundirme en su magnetismo y sentirme inmerso en su gracia. Antonio García Vargas Almería, Andalucía, España, 2009
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Hexámetros castellanos (Extracto) Amable lector: Esta fórmula, el hexámetro, en general, nació para ser cantado. Es en la recitación, declamación y escenificación donde se aprecia su increíble musicalidad. En los SEIS pies empleo CINCO dáctilos y un troqueo —catalépticos— hasta formar 17 sílabas métricas en cada verso. No uso el espondeo en absoluto. El acento (Sistema cualitativo) tal y como lo conocemos en cualquier composición castellana, es dueño absoluto de ritmo y medida, hasta el punto de que si el verso acaba en palabra con sílaba (16) aguda, ésta cuenta doble y no precisa de anceps —bicataléptico—. Si por el contrario uso una palabra esdrújula, el troqueo pasa a convertirse en dáctilo, llegando con ello a las 18 sílabas gramaticales —hipercataléptico—. (Soy consciente de que rompo en parte el esquema táctico al no terminar cada verso, obligadamente, con el consabido troqueo pero tras oír cómo suena de una y otra forma y sopesarlo mucho, pienso que es así como debo hacerlo, adaptándolo al completo a la métrica castellana, pese a que con ello me gano la merecida reprimenda del purista). Cuando obligado por las circunstancias recurro —al inicio de algún verso sobre todo—, a una palabra cuyo acento está en la cuarta sílaba, ésta inicia formalmente el principio del siguiente dáctilo, quedando el primero en anacrusis total. Hace años que practico el hexámetro en casi todas sus acepciones buscando la manera de encajarlo en nuestras formas poéticas, tratando de reproducir al máximo los tiempos marcados por el hexámetro clásico. Los he trabajado tomando como referencia a los grandes maestros latinos pero nunca me he sentido satisfecho del todo; el ritmo no me «sonaba» como quería. Un día decidí retomar los antiquísimos versos de Gaita gallega para confeccionar algunos de mis sonetos y fue entonces cuando caí en la cuenta, al escucharme, de que incorporándoles dos dáctilos más se originaba un hexámetro dactílico puro que imitaba a la perfección al hexámetro clásico cuantitativo. Creí haber inventado la pólvora hasta que, rebuscando, me encontré con que esta fórmula ya existía en parte y que algunos maestros 8
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precursores lo habían usado con gran pericia, sobre todo mi paisano andaluz, el no siempre valorado Salvador Rueda: «Desde la frente que es lámpara lírica desborda su acento...». También el romántico colombiano, José Eusebio Caro, en su composición titulada En alta mar: «Céfiro; rápido lánzate; ¡rápido empújame y vivo!... ». Y Sinibaldo de Más, en la traducción del principio de La Iliada: «Canta del pélida Aquiles, oh Musa, la ira funesta…». O el entrañable maestro cubano, Luis Ángel Casas, que en la actualidad todavía sigue apostando por la belleza y musicalidad del hexámetro castellano: «¡Ah, Femonoe, primer Pitonisa de Delfos, los dioses…». También lo intentó y logró en ocasiones, el gran Rubén Darío: «Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda…», entre otros. Para esas fechas, yo ya había hecho del hexámetro castellano —al que llamaba entonces Hexámetro andaluz—mi verso insignia, porque se presta a todo tipo de composiciones, incluso rimadas, tanto en asonante como en consonante a final del verso, o en rima interna: «Vi solitario tu huerto y planté mi primera poesía…», de mi obra Figuras de arcilla; también: « Rosa, ¡es tu nombre la flor más hermosa de todas las rosas!...», de mi poemario Pequeña rosa; o «Gritos recónditos lanzan al viento los nombres de España…», de mi composición Un canto a España. Por último esta estrofa jocosa de mi obrita ¡Andalucía y olé!: «Dicen las musas que el verso no suena, no, en eme pe tres, aunque se escucha su canto si el vate se esfuerza y lo rima, creo que al fin lo que importa es el ritmo que muestren, si encima hay que rimarlo pues voy a tener que escribir en francés...» Considero que la pureza rítmica y estética de la composición de 17 sílabas mediante dáctilos —que, además, es aplicable a cualquier lengua románica—, aun cuando precisa que el oído se acomode en principio (también ocurrió en su momento con el endecasílabo), es la que mejor compensa la imposibilidad aparente de construir hexámetros clásicos, ya que reproduce mediante el acento, los ictus o tiempos marcados por éste. Y como ya he explicado, me he permitido adaptar el troqueo final del verso a la métrica castellana con todas sus consecuencias. El autor 9
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SONETOS DE SHAKESPEARE EN HEXÁMETROS Primera parte
Retrato de William Shakespeare
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Soneto 1
Quiero que sepan los nombres… Quiero que sepan los nombres de bellas criaturas y especies porque la rosa jamás morirá en su color primigenio. Cuando los seres maduros decaigan pasados los tiempos perpetuarán sus memorias estambres de mil herederos. Puede ocurrir que si tú, dedicado a tus ojos brillantes, llamas de luz alimentas y olvidas la esencia del verbo, debas crear de carencias la nueva abundancia si existe dentro de ti, tu enemigo, la dual realidad de tu alma. Tú el fragante, el simple retoño de un mundo inventado, mera bandera que anuncia al pasar la gentil primavera, eres capullo en tu flor que sepulta alegrías sin cuento, haces del dulce tacaño derroche de cruenta avaricia. Húndete mundo del mal, o serás esa tumba del tú donde verás devorados los bienes que al bien se le deben.
Sonnet 1 From fairest creatures we desire increase, That thereby beauty's rose might never die, But as the riper should by time decease, His tender heir might bear his memory: But thou contracted to thine own bright eyes, Feed'st thy light's flame with self substancial fuel, Making a famine where abundance lies, Thyself thy foe, to thy sweet self too cruel: Thou that art now the world's fresh ornament, And only herald to the gaudy spring, Within thine own bud buriest thy content, And tender churl mak'st aste in niggarding: Pity the world, or else this glutton be, To eat the world's due, by the grave and thee. 11
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Soneto 2
Cuando el invierno cuarenta te llegue… Cuando el invierno cuarenta te llegue poniéndote cerco hondos los surcos vendrán a afear tu perfecto sembrado, este presente de altiva beldad, juventud que ya es ida; mínima prenda de escaso valor dejará en la memoria. Cuando pregunten que dónde quedó la belleza pasada, dónde el tesoro de días felices de aurora y deleite, puede que el ojo, hundido, reniegue a mirarse en sollozos, crueles pesares, venganzas de piel y elogios marchitos. Qué del halago si más te valdría al perder tu belleza pronta respuesta pudieras urdir: «Este hermoso hijo mío, ha de saldar con la pena mi estado y mostrar que la esencia resto presente será y heredero en su propia belleza» Cual renovarse será si ya viejo muy dentro de ti sientes la sangre que fría y ardiente recorre tu cuerpo
Sonnet 2 When forty winters shall besiege thy brow, And dig deep trenches in thy beauty's field, Thy youth's proud livery so gaz'd on now, Will be a tatter'd weed of small worth held: Then being ask'd, where all thy beauty lies, Where all the treasure of thy lusty days; To say within thine own deed sunken eyes, Were an all-eating shame, and thriftless praise. How much more praise deserv'd thy beauty's use, If thou could'st answer this fair child of mine Shall sum my count, and make my old excuse Proving his beauty by succession thine. This were to be new made when thou art old, And see thy blood warm when thou feel'st it cold. 12
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Soneto 3
Grítale al rostro que ves al mirarte… Grítale al rostro que ves al mirarte al espejo que es él, él es el tiempo y no tú, que modele su entraña, su ser, pues si la fresca fragancia se pierde, si no se renueva, le negarás a una madre la gloria negándote al mundo. ¿Dónde encontrar la hermosura y la luz virginal si ese vientre llega a sentir que desdeña el cultivo en tu acción marital? ¿Puede encontrarse quizás ese loco que quiera en su amor propio, saberse sepulcro evitando tener descendencia? Eres espejo de madre, reflejas con sólo mirarte dulces abriles, evocas la tierna y gentil primavera. Puedes así, enmarcado en tu edad virginal, contemplar todo el presente dorado olvidando la arruga del tiempo. Mas si persistes y solo te quedas sumido en tu espacio, muérete célibe y muera contigo tu genio y figura.
Sonnet 3 Look in thy glassand tell the face thou viewest, Now is the time that face should form another, Whose fresh repair if now thou not renewest, Thou dost beguile the world, unbless some mother. For where is she so fair whose unear'd womb Disdains the tillage of thy husbandry? Or who is he so fond will be the tomb, Of his self-love to stop posterity? Thou art thy mother's glass and she in thee Call back the lovely April of her prime, So thou through windows of thine age shalt see, Despite of wrinkles this thy golden time. But if thou live remember'd not to be, Die single and thine Image dies with thee. 13
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Soneto 4
Dinos, ¿por qué se desgasta la pródiga…? Dinos, ¿por qué se desgasta la pródiga y fiel hermosura dentro de ti, de tu adentro, sin darse o legar su belleza? Nunca Natura regala sus dones, te presta una herencia siendo de libre albedrío fiar o quitar lo fiado. Bello avariento, entonces, ¿porqué de tu abuso de aquellos tiernos regalos que son una entrega de ti a los demás? Pobre usurero de un bien que recibes, ¿por qué empleas tan mal esos preciosos dones que de nada te sirven a solas? Vil traficante de ti que te quedas contigo en ti mismo, dulce placer que te quedas, defraudas tu propia persona. Cuando Natura te llame y a solas te toque partir, ¿cómo podrás recorrer el trayecto con saldo tan bajo? Cuánta belleza que inútil se entierra en la tumba tan fría, bien repartida hubieses tenido un notario por siempre.
Sonnet 4 Unthrifty loveliness why dost thou spend, Upon thyself thy beauty's legacy? Nauture's bequest gives nothing but doth lend, And being frank she lends to those are free: Then beauteous niggard why dost thou abuse, The bounteous largess given thee to give? Profiless usurer why dost thou use So great a sum of sums yet canst not live? For having traffic with thyself alone, Thou of thyself thy sweet self dost deceive, Then how when nature calls thee to be gone, What acceptable audit canst thou leave? Thy unus'd beauty must be tomb'd with three, Which used lives th'executor to be. 14
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Soneto 5
Horas de afán que gentiles… Horas de afán que gentiles modelan las fibras carnales antes que el viento las lleve al lugar donde mora el recuerdo. Cuerpo adorable que atrae miradas que muerden las carnes, dulce verano que acaba en otoños que apenas germinan. Savia entre hielos gozando el absurdo paisaje del celo cual monigote que engendra ruinas de inviernos gastados. Flor destilada de fluida belleza, beldad del estío, dime si vives o mueres, si eres o estás sólo en mí. Pienso llegar hasta el velo que cubre los restos del día, dentro del hondo rescoldo que fue tu figura de cera para cerrarte por siempre los pliegues que abren la incógnita antes que llegue el invierno y cubra tus huellas antiguas. ¡Dime, doncel! Si marchito tu efecto de efebo cautivo y aunque se pierda el aspecto, ¿podré penetrar tu substancia?
Sonnet 5 Those hours that with gentle work did frame, The lovely gaze where every eye doth dwell Will play the tyrants to the very same, And that unfair which fairly doth excel: For never resting time leads summer on, To hideous winter and confounds him there, Sap check'd with frost and lusty leaves quite gone, Beauty o'ersnow'd and bareness everywhere: Then were not summer's distillation left A liquid prisoner pent in walls of glass, Beauty's effect with beauty were bereft, Nor it nor no remembrance what it was. But flowers distill'd though they with winter meet, Leese but their show, their substance still lives sweet. 15
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El Fénix y la tórtola de William Shakespeare
Voz lírica (traslación) en hexámetros dactílicos de Antonio García Vargas
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EL FÉNIX Y LA TÓRTOLA Quiero que el pájaro cante en su trino de notas agudas desde la altura del único árbol que existe en la Arabia, quiero que sea el heraldo y clarín que denote tristezas y que obedezcan su voz sin pensárselo plumas y alas. Pero también es preciso que tú, vocinglero comparsa, sucio y mendaz subalterno del vil y embozado demonio, hombre agorero que anuncias el punto final de la fiebre, no se te ocurra jamás acercarte en tropel a nosotros. Debes saber que por fin hay en estas reuniones un veto para las aves voraces que imponen grillete a las alas, con la excepción del solemne batir de las águilas todas. Hay que dictar sin rigores, guardando del mal las exequias, que el sacerdote se vista el sayal y la blanca casulla como cantor sin igual de los fúnebres sones del alma. Sean los cisnes del campo agoreros heraldos de muerte para que el Réquien no olvide acudir a tan trágica cita. Quiero que tú, con tu oscuro plumaje de cuervo sin alma, tricentenaria criatura, creador de maldades y razas, tomes aliento del aire que das y que siempre has quitado y que camines con nos a la par del dolor y que sufras. Hoy y aquí, en el instante, iniciamos los cantos del himno: muertos están sin remedio y por siempre el amor y constancia, se nos han ido volando dispersos la tórtola, el fénix, abandonando el lugar en su triste llamear solitario. Siendo los dos un igual al querer —a tal punto se amaban— 17
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que se fundieron en uno los dos, pareciera que el tiempo en su constante latir los uniera en un único ser, siendo los dos del amor prisioneros, un todo indiviso donde medidas y número pierden y ganan sumando. Dos corazones distintos, distantes, mas nunca alejados en un constante latir sin medida, ni tiempo, ni espacio: “entre la dulce caricia de amor de la tórtola y fénix nos regalaron un mundo ideal; un lugar prodigioso”. Tal resplandor producía el candor de tan tiernos amores que en el negror de la noche veía la tórtola bienes en el flamear de los ojos amantes del cálido fénix porque lo suyo era de ella y lo de ella por suyo sintiera. Pasado el tiempo la lógica vio su templanza violada, supo que propio y distinto en esencia nombraban lo mismo y que al unirse los dos en un nombre y decirse al unísono no se podía expresar ni sumar ni restar ni ser número. Esta confusa razón de por sí provocaba un conflicto pues se veía florecer y a la vez dividir lo creado porque al momento de ser lo del uno y del otro lo mismo se convertía en sinrazón la razón; lo sencillo en compuesto. Llegado aquí exclamó: “¡Si en el dúo resalta una voz, valga tan grata armonía, que gocen de un mismo destino!” Tiene el amor sus razones y al tiempo carece de ellas si identifica razón y también sinrazón sin distingos. Y en el momento compuso sin más este hermoso cantar cual funerario agasajo a la tierna paloma y su fénix, almas gemelas los dos, compañeros y estrellas gozosas, como escenario adecuado a su trágica historia de amor. 18
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The Phoenix and turtle Poema original de Willian Shakespeare
Let the bird of loudest lay, on the sole Arabian tree, herald sad and trumpet be, to whose sound chaste wings obey. But thou shrieking harbinger, foul precurrer of the fiend, augur of the fever' s end, to this troop come thou not near! From this session interdict every fowl of tyrant wing, save the eagle, feather' d king. Keep the obsequy so strict. Let the priest in surplice white, that defunctive music can, be the death-divining swan, lest the requiem lack his right. And thou treble-dated crow, that thy sable gender mak' st with the breath thou giv' st and tak' st, ' mongst our mourners shalt thou go. Here the anthem doth commence: Love and constancy is dead; Phoenix and the turtle fled in a mutual flame from hence. So they loved, as love in twain had the essence but in one; 19
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two distincts, division none: Number there in love was slain. Hearts remote, yet not asunder; distance, and no space was seen «twixt the turtle and his queen; but in them it were a wonder». So between them love did shine, that the turtle saw his right flaming in the phoenix' sight; either was the other' s mine. Property was thus appalled, that the self was not the same; single nature' s double name neither two nor one was called. Reason, in itself confounded, saw division grow together, to themselves yet either neither, simple were so well compounded, that it cried? How true a twain seemeth this concordant one! Love hath reason, reason none, if what parts can so remain. Whereupon it made this threne to the phoenix and the dove, co-supremes and stars of love, as chorus to their tragic scene. END 20
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El autor, Antonio García Vargas, es o fue miembro del Directorio Mundial de Poesía de Unesco, de la Asociación Canadiense de Hispanistas, de la Asociación de Escritores y Artistas españoles, de la World Academy of Arts and Culture y presidente de la Comunidad Internacional Poetas por la Paz, entre otros. Nacido en Almería, España, en 1942. Escritor, ensayista y poeta. Es profesor, conferenciante, creador y escriba internacional de Formas Métricas Clásicas Griega, Latina y Española contemporáneas. Colabora con distintos organismos y universidades de América y Canadá. Ha sido publicado en las más sobresalientes antologías internacionales en lengua castellana. Primer premio Formas fractales en la poesía, Brasil 2003. Primer premio Boa Pessoa, Brasil 2004, Primer premio Asociación literaria Juan Uceda, España 2005. Premio BBC World de relato 2005, Premio I Certamen RENFE- Haiku, España 2006. Premio de la Academia Mundial de Artes y Cultura, Acapulco, 2008. Premio internacional de poesía hispanoamericana 2010 concedido por la Sociedad Internacional de Poetas Escritores y Artistas. Y otros… OTROS LIBROS PUBLICADOS POR EL AUTOR EN ESTA COLECCIÓN: INTIMÍSSIMO; Y TÚ COMO SI NADA; JARDÍN ANDALUSÍ; CARPE DIEM; SALIVAS BAJO LLAVE; YO SÉ; 90 GRADOS; CANTO A LA LIBERTAD; ALMERÍA TEMPRANA; PUNTOS SUSPENSIVOS; EFECTO MARIPOSA; ECLIPSE PASIONAL; POEMA COMPLETO DE LA CONQUISTA DE ALMERÍA EN 1.147; …
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