Político
P a c o
E N T R E V I S T A
CABRERA
“Si hay dinero podemos sentarnos y hablar de un tema, si no hay no” El consejal de cultura nos recibe en su despacho
Es tímido, de pocas palabras en el ámbito personal y muchas en el político. Aferrado desde un principio al Partido Popular, este canario de gestos repetidos, mirada firme y voz serena nos abre las puertas de su despacho para hacernos un hueco en su ajetreada vida de concejal en el Cabildo de Lanzarote. Como dije es tímido, pero no le cuesta hablar, sobre todo cuando se trata de él o del partido gobernante. Sin miedo relata sus inicios en este “difícil” mundo de la política y nos cuenta su opinión sobre sus rivales más fuertes, el PSOE y Zapatero. Liliana Umpiérrez
No termino de poner el pie en el último peldaño de la escalera cuando veo aparecer a un hombre bajito, de paso acelerado, cara regordeta y muy bien trajeado. “¿Eres tú?”, me pregunta, con un sí sonriente le respondo, me devuelve la sonrisa y me estrecha la mano. Caminamos hacia su despacho mientras se disculpa, pero no hay razón, ha sido puntual como un reloj. Le gusta ser puntual, “una vez llegué tarde y salió mal la cosa” me dice con una sonrisa pícara. Paco es de esos hombres que crees serios cuando los ves, pero sin duda de los que te sorprenden cuando les conoces, y es que...¿quién se hubiera imaginado una broma así de un político que apenas conoces?. Si hablamos de lo que a primera vista nos puede impresionar más es sin duda su bigote, objeto sin el cuál me es imposible imaginarlo. Decora su cara dándole ese toque de seriedad típico de un político suficientemente preocupado por su imagen. Y haciendo alarde de su caballerosidad una vez en su
despacho me invita a que me siente. Desde un principio se muestra abierto y cercano, pues nada más sentarnos me empieza a contar qué estaba haciendo antes de recibirme. Sin duda algo que ayuda a simpatizar el uno con el otro. Muchos pueden compartir sus palabras, otros no, pero seguro que todos están de acuerdo en su gran persona, o al menos esa es su apariencia. Paco Cabrera (Arrecife, Lanzarote, 1958) tenía 14 años cuando caminando por las calles, algunas arenosas por aquel entonces, se dió cuenta de que la situación de su isla podría mejorar y se preguntó que porqué los que tenían el poder no hacían nada para mejorarlo. Aunque la profesión de político no le venga de vocación, y no se vea jubilándose en ella, dice que se encuentra a gusto haciendo lo posible por su tierra y su gente. Cuenta que la vida en la isla no se parece en nada a la que él vivió cuando era joven, y es que “con
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E N T R E V I S T A 52 años me considero relativamente un poco viejo” me confieza. Cuenta que ahora las comunicaciones son mucho mejores y que Lanzarote ha sufrido “cambios muy bruscos que hemos notado todos. Vivíamos en una isla a principios de nuestras décadas con una cultura basada en la pesca y la agricultura, ahora, a partir de los años 60-70 la isla ha sufrido un cambio, sobre todo en materia turística, que es prácticamente de lo que vive la isla, porque el 99% del turismo está localizado en 3 focos: Costa Teguise, Playa Blanca y Puerto del Carmen”. Comenzando la entrevista hablando de Lanzarote, de su infancia, y de cómo se vivía podemos sacar concluciones y ver cómo un factor que para muchos es invisible, como es el turismo, para una isla, y además pequeña, es lo que sostiene y “da de comer a los isleños”. Disfruta mucho de la política, pero le deja muy poco tiempo libre. A penas tiene tiempo para dedicarse a su familia y hacer lo que le gusta “pero el trabajo es así”, afirma. Y al preguntarle sobre cómo lleva lo de no pasar tanto tiempo con la familia nos cuenta, entre risas, que intenta pasar el máximo tiempo posible y que “de hecho mis hijos me lo decían el otro día, me decían: -parece que últimamente estás intentando estar más tiempo con nosotros y yo digo, ¿y que es que antes no lo hacía?” y termina sonriente la respuesta para contarnos que dentro de ese poco tiempo libre le gusta sobre todo leer, y que “como persona a la que le han gustado siempre los deportes” sigue prácticándolos en la medida de lo posible. Hablamos sobre sus comienzos en la política, donde curiosamente descubrimos que lo de ser político le viene de “casualidad”, pues fue ejerciendo de maestro, su verdadera vocación, donde se dio cuenta de que algo tenía que hacer por su tierra. A la pregunta de qué le hizo dar el paso para meterse en el mundo de la política y despertar su interés contesta que “llamaba la atención cómo los alumnos te decían lo fácil que era ganar dinero aquí, y que en un bar trabajando de freganchín ganabas más que un padre haciendo paredes de piedra o trabajando en la construcción. Y eso me llamaba la atención porque era un argumento que los alumnos utilizaban mucho en clase, y sin embargo, estaba creando problemas de motivación para seguir estudiando, el creer que era más fácil ganar dinero, pero
no veían la temporalidad, y en aquel momento fue, entre otras cosas, la que me ayudó como conejero, como lanzaroteño, ha dar un paso y digamos comprometerme más en la vida pública, hacer algo más por la isla. Yo siempre digo la frase que aquel conejero que pueda, aquel lanzaroteño que pueda, que luche por su isla desde donde pueda y le permitan. Ese fue el planteamiento, sin cuestión incluso de carácter tan fuertemente basado a la ideología, sino simplemente por la necesidad del compromiso con la tierra”. Para nada se esperaba Paco Cabrera que ese niño de 14 años que soñaba con poder cambiar la isla se encontrara ahora dentro de sus órganos de gestión y administración. Nunca pensó verse inmerso en la política, incluso cuando comenzó “no quería ir en lista” me comenta. Él quería primero conocer la organización y cómo funcionaban los partidos políticos por dentro. Pero algo hizo que ese querer ir poco a poco se convirtiera en un paso de gigante y chorro de agua fría a la vez, para lo que quizás no estaba preparado alguien como él, alguien que venía “de fuera” y que no tenía conocimiento suficiente, pensaba, para ello. Pero como cuenta, cuando llegan las elecciones, la necesidad de buscar gente hizo que la dirección de su partido le animara a participar. En aquel momento fue una decisión bastante difícil para alguien que no había estado en política y de repente le ofrecen estar de delegado del gobierno en la isla. “Fue algo que tuve que pensar mucho porque fue algo que vino de repente, y no lo veía. Sí es verdad que estuve un tiempo de director de un colegio público de enseñanza primaria, pero no tenía nada que ver”. Llegó a ser entonces presidente de la isla por un tiempo, pero no recuerda con agrado esa estapa y nos cuenta por qué. “La etapa más difícil fue estando de presidente del cabildo, es verdad que fue a través de una moción, a nadie le gustaría ser presidente de una institución a través de mociones, lo normal es que, como demócratas salgas a través de unas urnas, las eleccions del presidente del cabildo aquí son directas, es decir, que la lista que más apoyo recibe se hace lista y quien lidere esa lista automáticamente se
“Nunca pensé dedicarme a esto, cuando empecé sólo quería conocer la organización”
“La visión que se tiene del político es muy mala por todo esto que estamos viendo”
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“Cuando Estados Unidos estornuda nosotros ya tenemos una gripe”
Paco, un hombre de bigote y tímida sonrisa
convierte en presidente. Y bueno, en aquel momento la inestabilidad de las islas hizo que fuéramos a una moción. Estábamos trabajando muy bien pero a los tres meses el partido decidió en sus organos de decisión, nunca mejor dicho, ir a otros tipos de pactos”. Me quedo sin conocer los “otros tipos de pactos” pero me da pie a hablar sobre un tema que está tocando mucho la actualidad informativa y todos los medios de comunicación, “la crisis”, la temida crisis. Es muy interesante cómo cuando tocas a un político donde más le duele, o le das pie a hablar sobre quien menos aprecio tiene, se extiende, habla sin parar, y disfruta diciendo lo malo que es el contrario. Cuando le pregunto sobre lo que opina de todo este tema de la crisis me cuenta que “en aquellos debates, incluso electorales, no se quiso reconocer que había crisis, fue una de las palabras que se decían, que no habia crisis, no hay crisis, no hay crisis, y la palabra “crisis” era prácticamente una palabra prohibida en aquel momento en cualquier debate, sobre todo por los que estaban a favor de negar una realidad de la que ya se tenían datos, ya se sabía que a nivel global, a nivel mundial, se estaban destapando una serie de burbujas. Hoy todo está super conectado con las nuevas tecnologías y prácticamente cuando Estados Unidos estornuda nosotros ya tenemos una gripe”. Y es que todo se mueve por dinero, se quiso negar que había crisis y esto ha
traído un lastre económico, como dicen los ingleses, y recalca nuestro protagonista, “si hay dinero nos podemos sentar y hablar de lo que quieran, pero si no hay dinero difícilmente podemos hablar de algún tema, porque poco podemos solucionar, porque casi todo en esta vida, desgraciadamente, en cuanto a decisiones políticas, supone inversiones, supone partidas, porque poco se puede gestionar si no se cuenta con eso”. Nos cuenta que se podían haber tomado medidas antes, pero que como el PSOE estaba “preso de negar que no había crisis” no se podían tomar medidas, y es lo que nos ha hecho caer tan bajo económicamente. A parte de demandar un cambio de gobierno y una mejora de la administración del Estado español nuestro político nos habla sobre Canarias, su labor de gobierno, y las ayuda que recibe. Me da la razón en el tema de que Canarias no recibe adecuadamente la ayuda de la península y del gobierno central, “¿que nos sentimos apartados? sí, eso lo puede pensar cualquier comunidad autónoma, pero a Canarias se le debe una deuda histórica y no se le ha tenido en cuenta, el problema del transporte es su coste y eso nos hace más lejanos. Cuando alguien dijo hace muchos años que todos los españoles eramos iguales, claro que somos iguales, y por eso mismo que deberíamos ser iguales los que estamos en desventaja por lejanía debemos ser compensados para que podamos ser iguales”.
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