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Luis
Díaz Vitalidad de la Vanguardia
Oswaldo J. Hernández escribe acerca de un artista guatemalteco inmerso por más de cuatro décadas en la experimentación estética y arquitectónica.
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“Mis amigos, mis maestros, cada uno de ellos fueron siempre los forjadores de una identidad coherente, de la cual también soy parte, para Guatemala”
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En un bosque del municipio de Mixco hay algo
glado en la oficina del arquitecto Max Holzheu
que parece una nave espacial incrustada en la
Stollreiter, fundador de la firma Holzheu &
ladera de un barranco. Más de cerca y cami-
Holzheu. “Había renunciado a mi empleo en
nando al lado del artista y arquitecto guatemal-
Caminos buscando salir de mi apartamento en
teco Luis Díaz, uno nota que aquel objeto en la
la 24 calle de la zona 1. Llegué con Holzheu y
montaña es en realidad una construcción de
me contrató sin tanta vuelta. Me convertí en
estilo modernista, blanca, de ventanas amplias
el consultor artístico de esa firma de arquitec-
y redondas, edificada a la mitad de una cuenca
tura”.
en un inclinado bosque de pinos. “Mi casa la
A la mínima oportunidad, Díaz dice que la
diseñé y la construí en 1972 y todavía sigue
“astucia” lo llevaba a sentarse a la mesa de los
vigente y a la vanguardia”, afirma Díaz con un
arquitectos que trabajaban en aquella importan-
semblante severo, un tono profundo de voz y
te firma. Pasaba días enteros ayudando, vien-
una condición física vital a sus 71 años, en tanto
do planos, analizando materiales, “estando sin
invita a pasar al interior de su residencia...
estorbar”, como cuenta. “Siempre he dicho que
Este artista ha protagonizado algunos de los
la vida uno es quien decide qué hacer con ella,
más relevantes episodios para el arte guatemal-
de lo contrario estás jodido”. Su nombre, tras su
teco del Siglo XX. Inició su trayectoria el miér-
ocupación arquitectónica, figura en el crédito
coles 3 de junio en 1964, con su primera exposi-
de varias edificaciones en la ciudad, como el
ción formal de pintura, a los 25 años de edad, en
caso de la Biblioteca Central en el campus de
la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Aunque
la Universidad de San Carlos de Guatemala o
hoy recuerda que su sentido estético fue afina-
el edificio del Instituto de Fomento Municipal
do desde mucho antes, por “la sensibilidad y
(Infom). “Soy un arquitecto autodidacta, nada
creatividad de mi madre y la responsabilidad
mediocre, avasallador. Conozco todos los pro-
de mi padre (ambos zacapanecos). Disciplina,
cesos de la arquitectura. Hoy en día, es lamenta-
experiencia, honestidad, congruencia... ¡inco-
ble ver cómo las nuevas generaciones no saben,
rruptibilidad!”.
¡no tienen idea!, de toda la valiosa riqueza arqui-
Con tan sólo 14 años, como asevera Luis
tectónica que les rodea”.
Díaz, se las vio de pronto con el trabajo fuer-
Cuestión de identidad
te de las máquinas industriales. Entre tornos
La noche del viernes 24 de julio de 1964 sucedió
gigantescos, fresadoras, calandrias eléctricas,
un punto de inflexión para el medio artístico de
prensas, taladros y compresores de aire, Díaz
Guatemala. Esa noche se inauguró, una galería
se inició, como así lo quería su padre, en un
que marcaría el panorama de arte en el país.
oficio en la Dirección General de Caminos.
Era Luis Díaz junto a Danny Schaffer quienes
“Fue el primer acercamiento al entendimien-
habían homologado sus iniciales en aquel sitio
to de los materiales. La mitad de mi sueldo
e introducido, por primera vez, una dinámica
–ganaba Q45– era para la casa; la otra mitad era
económica al concepto de galería. “Queríamos
para asistir al teatro, a las presentaciones de
meternos de lleno en el arte y hacerlo como un
la Sinfónica, al ballet... nadé en todo ese caldo
negocio. Era la primera vez que un espacio tra-
cultural de la época. Manuel José Arce, Hugo
taba con seriedad a los artistas. Se convirtió en
Carrillo... Samara de Córdova. Todos eran mis
un centro de validación que, aunque duró sólo 4
amigos; yo estaba donde quería estar”.
años, todavía se le recuerda por la forma en que
Tan informado del medio cultural, nada lento
cambió la estructura del arte en Guatemala”.
ni perezoso, dando sus primeras incursiones en
Un año después del cierre de DS, en 1969, un
la pintura, Luis Díaz apareció un día bien arre-
inquieto Luis Díaz, con actitud de servicio, ges-
Magacín es una publicación de Siglo 21 Texto. Oswaldo J. Hernández ohernandez@hotmail.com Foto y Retoque de imágenes. Eny R. Hernández ehernandez@siglo21.com.gt. Diseño. Alexander Mérida. Visite s21.com.gt/suplementos/magacin
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tor y organizador de proyectos azarosos, “a la
ceptos mayas, “sin enfoques paternalistas o
manera de buscar una forma de involucrar a los
folcloristas, que superan la intención de mi
artistas guatemaltecos en la movida”, apuntaló
persona, y nos representan como nación,
los cimientos del evento que se convertiría en la
como indagación de nuestra propia cultura,
Subasta de Arte Latinoamericano Juannio. “El
en busca de comprenderla”.
altruismo del arte no tiene ningún conflicto con
Tal maquinación –“¡honesta!”, recalca– en
lo económico. En su esencia, ese evento era
el pensamiento del escultor, obtuvo uno de
una democracia tratada desde la filantropía y
los mayores logros para Guatemala en agosto
la búsqueda de consolidar a la verdadera ¡obra
de 1971, en la XI Bienal de Sao Paulo, Brasil.
maestra!”. Nombres como Arnoldo Ramírez
El primer lugar de aquel año fue concedido
Amaya, Elmar Rojas, Efraín Recinos, Rodolfo
al concepto de una enorme instalación de
Abularach, Ramón Banús, Roberto Cabrera,
madera bajo el título de El Gukumatz en per-
Margot Fanjul (Margarita Azurdia) aparecen al
sona, que simulaba la forma de una serpiente
lado de casi todas la intenciones de Luis Díaz,
emplumada, pintada de azul y blanco, mien-
a lo largo de una carrera artística de más de
tras invadía cada punto del espacio de exhi-
cuatro décadas. “También infinidad de intelec-
bición y cuyo trazo terminaba lejos, estrellán-
tuales”, complementa. “Toda esta interacción
dose (literalmente) con un automóvil en una
tiene más bien una relación intrínseca con la
de las calles aledañas a la galería.
identidad; mis amigos, mis maestros, fueron
Con ese premio y otros, como el de la pri-
siempre los creadores, protagonistas y forjado-
mera bienal centroamericana de Costa Rica
res de una identidad coherente, de la cual tam-
en 1971, además de exposiciones, Luis Díaz,
bién soy parte desde el arte y la arquitectura,
de regreso a su contexto, se topó con nuevos
para Guatemala”.
temas que afectaban al guatemalteco: violencia cotidiana, masacres de guerra, la idea de
Gukumatz y el cubismo sintético “Siempre intuitivo”, como dice Díaz, “fui uno de los primeros que incursionó en el arte conceptual en Guatemala”. Y, en tono menos modesto, explica: “Mi obra, ¡apabullante como es!, se define desde lo abstracto tradicional en un principio, pero por influencia de la arquitectura, se vuelve magnífica al introducir el espacio, como idea, como identidad, y eso muchos no lo entienden”. En la investigación de las ideas, el artista indica que también introdujo el análisis del objeto. “Y eso, desde 1970. Imaginá lo vanguardista que se suponía para la época. La vida misma para mí es una vanguardia”. Y en este modo de trabajar, en sus obras, como recuerda Díaz, se resalta, a su manera, una identidad que hace uso de símbolos y con-
revolución y autocracias. Todo fue abordado por el artista, cada vez más investigador de lo conceptual, desde una geometría que él mismo denomina sintética. “La idea de dípticos o séxtuples como unidades de un todo, en principio fueron criticados. Pero lo que buscaba era introducir otra energía, que es el concepto de espacio y que le otorga un dinamismo apabullante a cada uno de mis trabajos. Como una intención de geometría más científica y analítica. Aún hoy se sienten distintos debido a esta incursión en un arte más complejo. A lo largo de todos estos años, me considero un experto en identidad y en la resolución estética de nuestra enmarañada realidad. Estoy en plena conciencia de que faltan muchos años para que mi trabajo empiece a ser analizado metódicamente a favor único de este país”.
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Camposanto La muestra de Luis Díaz reflexiona sobre la condición crítica de la muerte en nuestro país. Ha elaborado este trabajo a lo largo de casi 10 años. El arquitecto revela únicamente que este concepto tiene su origen en la estética de las lápidas. Díaz presentará además un muro lleno de pequeños dibujos en blanco y negro, ideado para el coleccionismo. La muestra se inaugurará el jueves 7 de abril, a las 7 p.m, en Cantón Exposición, ubicado en ruta 2, 3-63 zona 4, Edificio Tec. 2267-2586.
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“Mi obra, ¡apabullante como es!, se define desde lo abstracto tradicional en un principio, pero por influencia de la arquitectura, se vuelve magnífica al introducir el espacio, como idea, como identidad, y eso muchos no lo entienden”.