Poblamiento Regional, Etnohistoria y Etnografía en Pamplona

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ALCALDIA CIUDAD DE PAMPLONA FONDO MIXTO DE PROMOCIÓN DE LA CULTURA Y LAS ARTES DEL NORTE DE SANTANDER INSTITUTO DEPARTAMENTAL DE CULTURA

MEMORIAS

I SIMPOSIO DE HISTORIA REGIONAL "PAMPLONA 445 AÑOS" (Memoria Arbitrada)

PAMPLONA, NOVIEl'vffiRE3 - 6 DE 1994



ESTRUCTURA ORGANIZATIVA DEL SIMPOSIO COMITE ORGANIZADOR

DIRECCIÓN Y COORDINACION GENERAL:

María Cristina Mogollón Pérez Silvano Pabón Villamizar

DIRECCIÓN ACADÉMICA:

María Cristina Mogollón Pérez Silvano Pabón Villarnizar

COLABORACIÓN PROFESIONAL:

CarmenAdrianaFerreiraEsparza Inés Beatriz Mogollón Pérez María Yolanda Suárez Plata Jorge Augusto Gamboa Mendoza Alberto Camacho Serrano

COMPILACIÓN Y SELECCIÓN:

María Cristina Mogollón Pérez Silvano Pabón Villamizar

DISEÑO Y ARREGW DE TEXTOS:

Silvano Pabón Villamizar Alba María Ramírez Capacho

PORTADA:

lgor Enrique Rubio Ramos

EDITADO CON EL APOYO DE: Fondo Mixto de Promoción de la Cultura y las Artes del Norte de Santander, Néstor Emigdio Ovalles

Salazar, Gerente; y el Instituto Departamental de Cultura, Jaime Alberto Gómez Montañez, Director. @ 1994, I SIMPOSIO DE HISTORIA REGIONAL "PAMPLONA 445 AÑOS", Pamplona, Teléfonos 681243 - 682658, Fax: 681111.

ISBN 958-9435-00-9 lll


PATROCINADORES ALCALDIA CIUDAD DE PAMPLONA LUIS JESÚS ARAQUE VERA, ALCALDE (E)

FONDO MIXTO DE PROMOCIÓN DE LA CULTURA Y LAS ARTES NESTOR EMIGDIO OV ALLES SALAZAR, GERENTE

INSTITUTO DEPARTAMENTAL DE CULTURA JAIME ALBERTO GÓMEZ MONT AÑEZ, DIRECTOR

COLABORADORES HOTELCARIONGOPAMPLONA AGENCIA DE VIAJES AVIANCA PAMPLONA PAPELERÍA Y LITOGRAFÍA FLOREZ PAMPLONA COMITE DEPARTAMENTAL DE CAFETEROS GRANAHORRAR OFICINA PAMPLONA CAMARA DE COMERCIO DE CU CUT A LA VOZ DE PAMPLONA

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PRESENTACIÓN

Con el propósito de conmemorar el 1 de Noviembre del presente año el 445 Aniversario de la Fundación de la Ciudad de Pamplona de Indias, se realizó del 3 al 6 del mismo mes, el I SIMPOSIO DE lflSTORIA REGIONAL "PAMPLONA 445 AÑOS". El evento tuvo el propósito de reunir los profesionales en Ciencias Sociales que estén trabajando o hayan trabajado temáticas relacionadas directamente con la región que otrora comprendiera la Antigua Provincia de Pamplona, con tres fines principales: 1. Revisar y determinar en el marco del desarrollo intelectual, el estado actual de la investigación y el conocimiento en Ciencias Sociales. 2. Divulgar este conocimiento entre la comunidad científica y sectores más amplios de población. 3. Promover la institución de espacios culturales en este sector del país, impulsar la práctica investigativa y evidenciar objetos o campos de trabajo de interés para cualquier investigador en las distintas áreas del saber acerca del quehacer societal en todos los tiempos. En efecto el Simposio se adelantó dentro de estos parámetros. Para su desarrollo, las ponencias, previa revisión y aceptación, fueron agrupadas en cinco grandes paquetes temáticos relativos a aspectos fundamentales en la definición de la región en cuestión y en su devenir histórico. VII


POBLAMIENTO REGIONAL. En este grupo, por cierto muy homogéneo temáticamente, se presentaron trabajos que dieron cuenta de la fundamentación ideológica y de los procesos que determinaron los espacios socio-culturales en el ámbito hispánico en esta región, y de las concepciones teóricas y conceptuales manejadas en la actualidad para la construcción o elaboración de este discurso histórico. ETNOHISTORIA Y ETNOGRAFÍA.

Los trabajos presentados en este segmento, tienen en común el tratamiento de aspectos concretos de la problemática de grupos étnicos subordinados. Comprenden distintos períodos históricos, desde la ocupación de estas tierras por las huestes conquistadoras, la institución de la Encomienda en la segunda mitad del Siglo XVI, y el transcurrir de estos grupos en el ámbito de la sociedad colonial hispánica, hasta la situación de la etnia barí hoy. En algunos de ellos también se hacen planteamientos teóricos, conceptuales y metodológicos para la realización de los estudios etnohistóricos y antropológicos.

CULTURA SOCIAL. En el marco de la tradición historiográfica, los estudios sociales puntuales como los presentados en este capítulo, constituyen una nueva forma de abordar y de tratar el conocimiento de una sociedad. El examen de los comportamientos sociales, como el de la conformación de grupos sociales, permite ampliamente una aproximación y una elaboración sobre los hechos y los procesos históricos. CULTURA POLÍTICA. En este paquete también los trabajos presentados corresponden a distintos períodos históricos, además de ser muy heterogéneos en su tratamiento de aspectos de la problemática política, el ejercicio del poder y los conflictos que éste origina. Se encuentran, por ejemplo, construcciones alrededor de la constitución de los organismos de poder hasta una biografia novelada de un personaje perteneciente a las estructuras de la jerarquía eclesiástica.

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ECONOMÍA Y REGIÓN. Los trabajos aquí presentados son muy homogéneos temáticamente y muestran ampliamente las nuevas tendencias de la historiografia económica. Resuelven variables muy concretas sobre la producción y el comercio regional y fronterizo, a la luz de la propuesta teóricohistoriográfica de la "Región Histórica" propuesta por la escuela de la Universidad del Zulia. Así pues, el I SIMPOSIO DE HISTORIA REGIONAL "PAMPLONA 445 AÑOS", en su conjunto e integridad temática, consolida un significativo aporte a la historiografia regional y nacional, al tiempo que hizo evidente la necesidad inmediata de propender por el desarrollo de la investigación histórica y antropológica en el ámbito regional y local, importante en la fundamentación de un conocimiento más juicioso, documentado y serio sobre nuestro pasado. Reconstruir y difundir el pasado de las sociedades que nos presidieron es una prioridad para la sociedad presente y las generaciones que nos sucederán, pues a través de ello será posible hallar verdaderos sentimientos de identidad y pertenencia a una localidad o región. Conociendo nuestro pasado, entendiéndolo y difundiéndolo, evitaremos repetir sus errores y nos haremos mejores nortesantandereanos, y por ende mejores colombianos.

MARÍA CRISTINA MOGOLLON PÉREZ Antropóloga-Etnolingüista SIL VANO P ABON VILLAMIZAR Historiador

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CONTENIDO

POBLAMIENTO REGIONAL

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EL ESPACIO PROVINCIAL DE PAMPLONA PERCIBIDO EN EL SIGLO XVI POR LOS COLONOS HISP ANICOS

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ARMANDO MARTINES GARNICA EL VIAJE: Geopolítica de la Ocupacion y el Poblamiento de la Antigua Provincia de Pamplona

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EMILIO ARENAS EL CONFLICTO JURISDICCIONAL ENTRE LAS CIUDADES DE PAMPLONA Y SAN JUAN GIRON POR LA ALCALDIA MAYOR REALDEMINASDELASVETAS Y BUCARAMANGA, SIGLO XVIII.

ALVARO ACEVEDO TARAZONA

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POBLAMIENTO COLONIAL DE LA ACTUAL PROVINCIA DE GARCIA RO VIRA: Antigua Jurisdicciรณn de la Ciudad de Pamplona JAIRO GUTIERREZ

51

RAMOS

DESARROLLO POBLACIONAL DE LOS VALLES DE CUCUTILLA Y ARBOLEDAS: De los Pueblos de Naturales a los Feligresados Parroquiales

80

SILVANO PABON VILLAMIZAR

ETNOHISTORIA

Y ETNOGRAFIA

LA ETNOHISTORIA EN COLOMBIA VISTA DESDE LA HISTORIA COLONIAL HERMES TOVAR

115

PINZON

LA INSTITUCION DE LA ENCOMIENDA EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE PAMPLONA. ... 145 JOSE DE JESUS RICO VILLAMIZAR EL TRABAJO DE LOS INDIOS EN LAS :MINAS DE PAMPLONA EN EL SIGLO XVII. JORGE AUGUSTO GAMBOA MENDOZA

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LOS MUZOS, MINEROS DE LAS ESMERALDAS: El Trabajo y la Vida Diaria de los Indios en el Real de Minas de Muzo

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LUIS ENRIQUE RODRIGUEZ VAQUERO LA CONDICION SOCIAL DEL ESCLAVO EN GIRON 1789-1851.

225

LILIANA FABIOLA RUIZ HERNANDEZ APUNTES SOBRE EL AR TE EN LAS CULTURAS INDIGENAS: Su Enajenaciรณn y Extinciรณn

247

EDUARDO ADOLFO VILLAMIZAR DUARTE LOS BARI: Definiciรณn y Realidad Etnogrรกfica

MARIA CRISTINA MOGOLLON PEREZ

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EL ESPACIO PROVINCIAL PERCIBIDO EN EL SIGLO XVI POR LOS COLONOS HISPANOS DE LA CIUDAD DE PAMPLONA Por: ARMANDO MARTINEZ GARNICA1•

Los términos región, subregíonalización y sociedad regional se utilizan normalmente cuando se pretende afinar la mirada analítica de la investigación sobre un territorio más pequeño que el espacio nacionalmente delimitado, en especial cuando esa fracción territorial se encuentra situada por fuera de los perímetros del ocupado por el centro político-administrativo del país. A pocos se les ocurre entonces que la investigación histórica sobre el distrito capital de Santafé de Bogotá sea una más de las historias regionales posibles. Es así como este Primer Simposio de historia que se realiza en Pamplona ha asumido como fundamento de unidad para todas las intervenciones el concepto de región. Como ya se sabe, este concepto es "un receptáculo semántico vacío", susceptible de ser llenado a partir de un argumento homogenizador', El caso 1. Historiador, Jefe del Centro de Docwnentación e Investigación Histórica Regional (CDIHR) de la UniversidadIndustrial de Santander, Bucaramanga. 2. Cfr. Remando González: "El concepto de región". En: Boletín de la Comisión de OrdenamientoTerritorial, No. 4 (Jumo de 1992), Pág. 7.


de la Geografia ilustra esta arbitrariedad que se presenta en los intentos de delimitación de regiones: existen tantas regiones como geógrafos hay3. Resulta así que el asunto de fondo en todo intento de llenado semántico del término región es el de la elección del atributo que actuará como elemento homogenizador o, viceversa, en sentido diversificador. La cantidad de atributos de homogeneidad o de diversidad que se seleccionen nos conducirán a diferentes unidades regionales o subregionalizaciones. El conjunto social homogéneo llamado La Humanidad puede así fragmentarse con un solo atributo (la raza) o con 28 argumentos genéticos, resultando por ello diferentes subregiones humanas y distintas actitudes sociales frente al resultado de la diferenciación. Quizás la fuerza que impulsa espontáneamente a los hombres a percibirse diferentes de otros, estableciendo identidades "regionales" opuestas a las distinciones de "la otredad", sea su necesidad de fabricarse una identidad con muy pocos elementos homogenizadores. Pero los investigadores también inventan clasificaciones y taxonomías regionales, quizás por su necesidad de trabajar en profundidad unidades de análisis más pequeñas, con el fin de afinar su mirada analítica. Esto es lo que han preten dido hasta ahora los estudios históricos regionales realizados en Colombia: no en ignorar la realidad del espacio nacional políticamente homogeneizado por el Estado, sino en concentrar la mirada pesquisidora en "unidades regionales de análisis'". 3. Cfr. David W. Lantis: The Regional Conccpt: California, a case study ( 1975). En general, los intentos de los geógrafos por reducir todas los argumentos homogcnizadores a uno solo han fracasado. Citado por I lennes Tovar Pinzón: La historia regional como problema y como programa en la historia nacional. En: Caribabare. No. 4 ( 1991 ). 4. Gcnnán Colmenares esquivó el uso del concepto de región proponiendo hablar de unidades de análisis ( el sistema mundial o un sistema más pequeño que el nacional). En su momento, reconoció que su historia regional había dependido más de sus vivencias del paisaje humano del Valle del Cauca, distinto al de su provincia de origen, que de un esfuerzo de conceptualización. Cfr. Foro sobre el concepto de región en la historia de Colombia. En: Revista Otras Quijotadas. Medellín, No 4-5 (ago. 1987).

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Cuando se busca la disolución analítica de grandes espacios políticamente homogeneizados, como la Nación, lo que se requieren son atributos de diversidad. Y es en esta elección donde se produce el llenado semántico del término región. A partir de entonces es que se habla de "región económica", "región cultural", "región geográfica", "región histórica", etc., es decir, de espacios más pequeños que se han separado por variables pero que una vez constituidos se mantienen por sus atributos de homogeneidad. Las polémicas que se producirán en adelante respecto a la connotación de las regiones solo se referirán a la magnitud y a las características de los atributos de diversidad que posibilitan la fragmentación de los grandes espacios conceptuales. Como los atributos que posibilitan las delimitaciones de las regiones son abstracciones (el clima, la raza, la concentración industrial, la intensidad de los flujos comerciales, el nivel de pobreza, etc.), pronto ocurre que estas abstracciones se hipostasían: de ser atributos de una unidad conceptual de análisis especializado se transforman en realidades materiales. Y allí donde se confunden los modelos conceptuales abstractos con los conceptos que describen las realidades sociales se complica el entendimiento. Para escapar a estos rituales del equívoco, los historiadores alérgicos por instinto a las disputas teóricas llaman continuamente al abandono del concepto de región. Pero esta evasión del problema no resuelve nada, pues siempre existe la necesidad deprecisar los términos de cualquier texto historiográfico5. La 5. G. COLMENARES decía: "no hablemos de concepto, sino más bien de unidad de análisis". Pero, a la larga, siempre terminaba por reconocer que su unidad de análisis era la "región". Por su parte, Francisco U. Zuluaga propuso el concepto de "regionalidad" como sustituto, sin que por ello se resolviesen los problemas, dado que eligió el atributo socio-geográfico como elemento del llenado semántico de la "región". Cfr. Sobre región y regionalidad en el caso del Palía. Cali,

1986.

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respuesta de los historiadores colombianos, encabezados por Jaime Jaramillo Uribe, ha sido la de seleccionar un conjunto de argumentos socio-culturales para delimitar las regiones históricas en que podemos dividir la nación. Estos son: -Una relativa homogeneidad del paisaje natural donde se asientan los hombres, -Unas tradiciones culturales de larga duración, socialmente compartidas por difusión anónima (folclore y arquitectura hispánica), y -un grupo social que construye mancomunadamente las diversas dimensiones de la reproducción de la vida social (estructura socio-económica) y que representa un tipo de mestizaje peculiar. As~ Jararnillo Uribe pudo reconocer nueve grandes regiones en el espacio nacional colombiano: la costeña del Atlántico, la costeña del Pacífico, la del occidente antioqueño, la del occidente caucano-nariñense, la central del Huila y Tolima, la cundiboyacense, la santandereana, la de los llanos orientales y la de la Amazonia6. Avanzando un poco más, tenemos que cada una de estas regiones socio-culturales puede ser subregionalizada con los mismos atributos. Así, en la primera de las enumeradas podemos distinguir las subregiones guajira, la de la banda occidental del río Magdalena (antigua provincia de Cartagena) y la de la banda oriental del mismo río (la antigua provincia de Santa Marta). Por otra parte, la subregionalización, esto es, la identificación de la heterogeneidad en los espacios previamente homogeneizados social y culturalmente, es un concepto que, 6. JAIME JARAMILLO URIBE: Ideas para una caracterización socio-cultural de las regiones colombianas. En: Ensayos de historia social, tomo II, 1989, Págs. 66-91.

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como el de región, depende de las selección de argumentos diversificadores. Para el caso de los santanderes, podemos elegir la altitud sobre el nivel del mar, y con ello habremos construído la región del Magdalena Medio santandereano, por oposición al Santander andino. Si elegimos en cambio los rasgos llamados antropo-culturales, tendremos que la región santandereana deja por fuera la zona de Vélez, asignada a la región central. Concluimos entonces que las imágenes que obtenemos con este caleidoscopio de las regiones depende enteramente de nuestra arbitrariedad. Ella puede ser justificada por las necesidades de una investigación que requiera una precisión de la mirada sobre un grupo humano delimitado territorialmente, o por los requerimientos de la planificación de las acciones administrativas del Estado. Hay que recordar, por ejemplo, que el concepto de Magdalena Medio surgió en una reunión de militares celebrada en la Base de Tolemaida, cuando fue necesario administrar planes de orden público en un territorio determinado.

l. LOS CONCEPTOS HISTÓRICOS DEL ESPACIO PERCIBIDO Los datos suministrados por los cronistas de la conquista y por las fuentes archivísticas nos plantean una realidad conceptual diferente a la anterior: aparecen en ellos términos castellanos que designan al espacio indiano, tal como históricamente fue percibido por sus contemporáneos. Un examen de estos términos es de gran provecho para convencemos de la utilidad que tienen para la comprensión de lo acontecido en la llamada "región pamplonesa". Cuando las huestes de soldados españoles ingresaron a la altiplanicie andina colombiana por las rutas del río Magdalena, el río Servitá o el valle de Neiva diferenciaron la variedad étnica que iban encontrando a su paso. Preguntando a algunos guías indígenas que los acompañaban y un tanto al azar, fueron

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nombrando a cada uno de los mayores grupos con distintos nombres, pero siempre entendiendo que cada uno de ellos constituía una provincia. Éste término, hoy en día vinculado unívocamente al territorio físico, en aquellos tiempos se refería preferencialmente a entidades sociales diferenciadas. Las llamadas provincias de Guane, del Carare, del rincón de Vélez, de las quebradas de Tequia, de los Chitareros, de los Teguas, etc., no se referían a entidades territoriales sino a entidades humanas distintas que ocupaban espacios determinados. Esta "subregionalización" del universo social étnico, por medio del término provincia, nos habla de conjuntos sociales diferenciadores del territorio étnico, es decir, que se basaba en provincias étnicas en vez de geográficas. Unas cuantas referencias, tomadas al azar de la Crónica de Fray Pedro Simón, pueden ilustrar este sentido de la palabra provincia: "... con que fueron a dar (los soldados del capitán Pedro de limpias) en pocos días al valle que llaman de Fosca, tierra de páramos, dondehalló algunosindios,pobladosya de lasProvincias de los Moscas, sujetosal Bogotá, que era señor de todo este valle y la mayor parte de este Nuevo Reino". "... porque la gente era tanta que parecla sola la Provincia Guane un manantial de indios y que las peñas y breñas los brotaban, pues en la poca tierra que hemos dicho tenían más de treinta mil casasy en cada una todo un linajey parentela, con que hervla toda gente... ". ".. .fueron ajuntarse ambos con su gente en la provincia de los indios Chitareros, también tierra/ría y dando cada cual relación de los muchos naturales que por su derrota había encontrado, bastantepara sustentar un pueblo de españoles, que los fueron doctrinandoy reduciendo a la Fe católica y a obediencias de su rey de Castilla... ",

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Si el término provincia designaba a los grupos étnicos, es decir, "provincias de indios", en cambio el territorio que ocupaban fue designado por el término tierra, tal como puede registrarse en la siguiente referencia del mismo Fray Simón: "... Está la tierra de Guane distantede la ciudad de Vélez a la parte del este veinte leguas escasas, tierra pedregosa, seca y de buen temple, más caliente quefria,de buenos y saludablesaires por ser limpiade montañasy anegadizosque los suelen corromper; tiene de circunferenciamás de diez o doce leguas que comienzan desde una singular cordilleraque corre norte-sur hacia la parte este... ".

En la sociedad santandereana de hoy aún pueden hallarse residuos de estos sentidos, cuando la gente habla de "su tierra" para referirse al pueblo de donde es "natural", mientras que al hablar de "su provincia" hace referencia a un "modo de ser'' socio-cultural. Un campesino de Málaga expresó estos sentidos en una conversación: "nosotros los rovirenses (las gentes de la provincia de García Rovira) nos encanta la arepa liuda, pero nadie la hace mejor que doña Tránsito Rojas, allá en mi tierra que es Pangote". El término comarca designaba los territorios delimitados por términos establecidos, algo así como lo que hoy en día entendemos por región territorial. En la expresión "los indios muzos dieron con sus puyas envenenadas sobre los cristianos, aliados con los sujetos al cacique mosca Saboyá, su comarcano", se aprecia este sentido de vecindad y de distinción entre dos tierras diferenciadas. La descripción hecha de la "región" de las Sierras Nevadas por Fray Pedro de Aguado contiene esta connotación del término comarca: "... En la ciudad de Pamplonahabla algunosvecinos, hombres antiguos que hablan estado en Venezuela y de ella hablan pasado al Nuevo Reinopor lo ha/to de la cordilleray sierra que cae sobre

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los llanos de Venezuela, en la cual vía habían visto ciertos mogotes o cumbres de sierras metidas en la propia cordillera, nevados de suerte que por la mucha nieve que sobre ellos caía y todo el año se velan y divisaban desde muy lejos. Juntamente con ésta hablan tenido noticia que junto, o en la comarca de aquella sierra nevada, había gran cantidad de indios ... ".

En síntesis, los españoles que pasaron a América percibieron el territorio de las Indias naturalmente fragmentado en provincias étnicas diferenciadas, cada una en su propia tierra y natural, dedicada a la producción de los frutos propios de cada comarca y país. La subregionalización que establecieron en el territorio actual de los santanderes se fundó en estos conceptos del espacio percibido, tal como la historia que sigue quiere relatar. Esta riqueza conceptual, propia del idioma castellano de los siglos del transtierro de colonos españoles a América, permite una mayor aproximación al proceso histórico del poblamiento de los santanderes. Así, en vez de un "receptáculo semántico vacío" ( el concepto de región) tenemos a cambio conceptos cuyo contenido semántico fue históricamente llenado por los hombres que inventaron la percepción del espacio neogranadino.

2. LA PERCEPCION INICIAL DE LAS PROVINCIAS ÉTNICAS La jurisdicción andina nororiental de ·la Audiencia de Santa Fe fue percibida por la hueste de Jerónimo de Aguayo, y posteriormente por la de Orsúa- Velasco ( 1549), como una provincia étnica distinta de las que ya se habían repartido en la jurisdicción del cabildo de Vélez. Bautizada inicialmente como Sierras Nevadas, fue nombrada después como Provincia de los Chitareros. Este nombre, de procedencia indígena, fue interpretado por los soldados españoles como una designación del calabazo que portaban bajo el brazo, envuelto en una mochila de fique. No obstante, el vocabulario lache recogido en este siglo por el padre eudista Henri Rochereau en la zona del Sarare 8


permite la identificación de la palabra chitara en relación con l mochila de fique, con lo cual estamos autorizados para pensar que quizás la palabra chitarero designaba a un grupo tejedor de fique, una planta que en ese entonces era cultivada en la cuenca cálida del río Chicamocha. Pero, al igual que los guanes, estos chitareros eran también hábiles tejedores de mantas de algodón. De este modo, todos los caciques que se encontraban asentados sobre la áspera cordillera oriental situada el norte del río Chicamocha fueron percibidos como miembros de esta provincia de los Chitareros, sobresaliendo entre ellos los nombres de Chinácota, Guaca, Bija, Umpalá, Bochalema, Suratá, Pirita, Servitá, Litasgá, Cachagua, Cácotas, Tona, Charta, Chopo y los hallados el día de Todos los Santos en el sitio donde fue fundada la ciudad de Pamplona. En cambio, sus comarcanos de la provincia de los Motilones han sido clasificados como un grupo lingüístico distinto, al igual que probablemente lo sean los caciques de la cuenca del río Zulia y los llamados Valles de Cúcuta. Por otra parte, sobre los altos páramos que miran hacia los llanos orientales, por cuyos flancos occidentales descienden variosríos y quebradas, los colonos hispanos reconocieron otra provincia étnica distinta, nombrada Lache por los cronistas y Tuneba en diversos documentos. El actual río Tunebo, que desagüa en el Servitá, es signo inequívoco de que la parte sur de este valle era el asiento de una provincia de laches. En este sentido, la llamada Provincia de las quebradas de Tequia era en realidad una provincia Lache, nombrada también como Provincia de los Guarabitevas. Los límites con sus comarcanos muiscas del sur son problemáticos por las alteraciones provocadas por el vecindario de Tunja que, como don Antonio de Enciso, llevaron campesinos muiscas a las estancias que obtuvieron en la frustrada ciudad de Málaga que allí fue fundada. De este modo, la congregación de muiscas y taches (tunebos) en los pueblos de

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Tequia y Carcasí al despuntar el siglo XVII dejan dudas respecto a si ello refleja una realidad prehispánica de vecindad o una movilización neogranadina de muiscas hacia el norte. Fue así como la "tierra ganada" para la Corona de Castilla por las huestes de soldados durante el siglo XVI apareció ante sus ojos como un conjunto de provincias étnicas diferenciadas, probablemente por sus características socio-culturales. En el actual territorio de los santanderes identificaron las provincias del Rincón de Vélez (muiscas independientes), de los caciques muiscas sujetos al Duitama, de Guane, de los Chitareros, de las quebradas de Tequia (de los Guarabitevas), de los Yariguíes, Opón, Carare y de los Motilones. Esta subregionalización, si bien tenía una base territorial, se refería en especial a la diferenciación socio-cultural de las etnias prehispánicas y constituye un buen punto de partida para imaginar las fronteras étnicas, en buena medida trazadas sobre los cauces de los ríos. La identificación de las cabuyas prehispánicas existentes sobre dichos ríos, cada una custodiada por un "capitán" tributario de un cacique cercano, podría contribuir al trazado de dichas fronteras étnicas, al igual que los diversos nombres que va tomando cada tramo del cauce de los ríos. Estos espacios sociales percibidos bajo el término castellano provincia son, como el término reino, parte de la tradición medieval española, es decir, signos de las relaciones personales de "homme a homme" llamadas feudo-vasalláticas por los especialistas. Así, antes que "tierras yermas y desoladas", los esforzados castellanos que pasaron a América percibieron un mundo subdividido en "ricas provincias de indios" que fueron anexadas al dominio de la Monarquía de Castilla. Este sentido aparece con toda su naturalidad en los consejos dados por don Quijote de la Mancha a su fiel escudero Sancho Panza: "Porque has de saber que en los reinos y provincias nuevamente conquistados nunca están tan quietos los ánimos de sus naturales,

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ni tan de parte del nuevo señor, que no se tenga temor de que han de hacer alguna novedad para alterar de nuevo las cosas; y así,

es menester que el nuevo posesor tenga entendimiento para saberse gobernar y valorpara ofender y defenderseen cualquiera acontecimiento".

3. LA DEFINICIÓN DEL ESPACIO JURISDICCIONAL DE LA CIUDAD DE PAMPLONA Derivado del latín fundatio (fundamento), la fundación de una ciudad no debe entenderse como la colocación de una "primera piedra" en el proyecto de una construcción arquitectónica, sino como el establecimiento del derecho fundamental del cual emanarían todas las disposiciones legítimas del Cabildo que la gobernaría. Lo que se fundaba era un derecho, el de posesión de una provincia y tierra en la cual legítimamente podría pasarse luego a repartir, "en nombre del rey", la energía étnica y los recursos naturales que ella ofrecía. La edificación de una capilla improvisada y de algunos bohíos, la celebración de la primera misa, la instalación de una horca, los gestos de arrancar hierba y lanzar piedras y palos, no eran más que rituales que publicaban esta toma "toma de posesión" jurídica de una provincia étnica conquistada y anexada a los dominios de la Corona Castellana. Quien tal cosa lograba no sólo fundaba el derecho y la autoridad de un cabildo, sino que se hacía acreedor a una recompensa del Estado por sus servicios. De esta suerte, las provincias étnicas quedaban desde entonces subsumidas en el espacio político inventado por sus conquistadores. Por las características constitucionales del régimen político indiano, en el cual la función de justicia era el corazón del poder del Estado, alrededor de la cual giraban todas las demás funciones, ese espacio político de la ciudad fundada era entendido como el espacio jurisdiccional de su Cabildo. Esta jurisdicción de los capitulares sobre las provincias étnicas y los colonos españoles avecindados se extendía territorialmente hasta donde quedaban amojonados sus términos. Así, el cabildo justicia y regimiento constituido por el capitán de la

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hueste para gobernar, conforme a derecho, extendía su acción sólo en sus términos y jurisdicción. Los territorios jurisdiccionales de los cabildos de las primeras cuatro ciudades fundadas en el Nuevo Reino se deslindaron no mediante la observación de los accidentes geográficos sino conforme a la distribución espacial de las provincias étnicas. Así, el espacio jurisdiccional del Nuevo Reino de Granada, ejercido por un justicia mayor mientras viniese de la Corte como gobernador el capitán que lograse probar el mejor derecho a ejercer este empleo, resultó dividido en los cuatro espacios jurisdiccionales de los cabildos de Santafé, Vélez, Málaga (Tunja) y Tocaima. Por la marcha de Hernán Pérez de Quesada a la expedición del Dorado, ejerció el cargo de justicia mayor de Reino el capitán Gonzalo Suárez Rendón. Esta primera subregionalización del espacio políticoadministrativo inventado y legitimado por el ritual que fundó los cuatro derechos capitulares tenía como consecuencia inmediata que en adelante toda posesión particular de energía étnica, sitio de minas, aguas o tierras de labor agropecuaria tenían que legitimarse por los cabildos. Con ello, la tierra había quedado "repartida conforme a derecho", naciendo el Estado indiano en el antiguo territorio de las jefaturas étnicas. Durante el mes de septiembre de 1549 el capitán Ortún Velasco, a la sazón vecino y encomendero de Tunja, obtuvo del gobernador Miguel Díez de Armendáriz la licencia para realizar con un grupo de soldados una expedición pobladora de la provincia de las Sierras Nevadas. No hacía mucho que había partido cuando regresó de una expedición el capitán Pedro de Orsúa, sobrino del gobernador y su hombre de confianza, quien de inmediato fue enviado con otro grupo a alcanzar al primero para asumir el mando. Este marchó por la ruta de Capitanejo y Málaga para lograr su objetivo, pues la hueste de Velasco se movió por la provincia de Guane y el río del Oro, alcanzándolo

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finalmente en el valle del Zulia. Así pues, bajo su autoridad fue fundada, el día de Todos los Santos de 1549, la ciudad de Pamplona. El primer cabildo fue integrado por el propio Orsúa, como teniente de gobernador, por los dos alcaldes ordinarios (Juan Vásquez y Alonso Escobar) y por los primeros regidores: Andrés de Acevedo, Jorge de Alvear, Hernando de Mezcua, Juan de Tolosa, Sancho de Villanueva, Juan Andrés, Juan Rodríguez Suárez, Pedro Alonso de los Hoyos, Juan de Torres y Beltrán de Unzueta. Según Fray Pedro Simón, se trazó una planta urbana con treinta y ocho cuadras, divididas en 130 solares, los cuales fueron adjudicados a los soldados que se avecindaron. Se señaló además el solar de la iglesia y de la casa del cura, el presbítero Alonso de Velasco. El primer espacio jurisdiccional que el cabildo de la ciudad de Pamplona trató de imaginar fue señalado por Orsúa al año siguiente ante los primeros oidores de la Real Audiencia: "los pueblos que servían a la ciudad de Málaga, en las provincias de Tequia, desde los vados y pasos del Chicamocha, corriendo el río Sogamoso abajo, hasta la ciénaga que llaman del Bachiller, atravesandoa las Sierras del Nacunistea los brazos del Orma, hasta la Laguna de Maracaibo, y por Sierras Nevadas cuarenta leguas adelante hasta el pueblo de Maracaibo y hasta dar con el nacimiento del Apure "7•

Durante el primer año de vida de la ciudad, y bajo la dirección de Orsúa y Velasco, se realizaron varias correrías por todas las provincias indígenas con el fin de "apuntar" los nombres de los caciques y realizar su reparto en unidades de 7. SIMON, Pedro. Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme y Mar Océano. Bogotá; Banco Popular, 1986. Tomo 1I. Pág. 312.

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encomienda, construyéndose la imagen de una "pobreza general" de los indios y de la ausencia de yacimientos auríferos. Ello motivó a Orsúa ya sus más cercanos amigos, como su primo Francisco Díaz de Arlés, a abandonar la ciudad para regresar a Santafé en busca de mejores expediciones de descubrimiento. Este movimiento produjo la venta de los derechos sobre algunas encomiendas a nuevos pobladores recién llegados o a los que decidieron permanecer en el sitio, como lo puede ejemplificar el propio Díaz de Arlés, quien traspasó sus mil indios de Los Silos a otro soldado. La cuestión de la sucesión en el cargo de justicia mayor de la ciudad, un empleo eminente sobre los regidores del cabildo, planteó algunas disputas entre los pamploneses y la Real Audiencia. En los tiempos en que Orsúa realizaba sus correrías de reconocimiento fue ejercido, por delegación, por el capitán Melchor de Valdés. Pero una vez que Orsúa se marchó, los pamploneses solicitaron este título para el capitán Ortún V el asco, quien encabezó al grupo de soldados que se avecindaron definitivamente en la ciudad. Pretendían así, quizás, concertarse para resolver algunos entuertos causados por los 74 títulos de depósitos de encomienda adjudicados por Orsúa en 1550. Pese a esta intención, la Real Audiencia escogió a finales de 1552 al capitán Juan de Pinilla para que ejerciera el empleo de justicia mayor de Pamplona. Este llegó a la ciudad el 7 de enero de 1553, portando además la función de alcalde mayor de las minas que recientemente habían sido halladas por el experto cateador Alvaro de Villanueva. La resistencia que le interpuso el cabildo debió ser muy fuerte, motivada en especial por el ejercicio de la alcaldía de las minas que con gran esfuerzo de V el asco habían sido encontradas, de tal modo que probablemente no fue recibido. El cabildo procedió entonces a enviar al alcalde Juan Maldonado, el 6 de marzo de ese año, como juez visitador de las

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minas. Finalmente, nombró al regidor Juan Díaz como alcalde de las minas del valle de Suratá y el Páramo Rico. La Audiencia debió ceder, pues el 20 de noviembre de ese mismo año expidió a favor de Ortún Velasco el título que le nombraba Justicia Mayor de Pamplona y Alcalde Mayor de las minas de la jurisdicción de dicha ciudad. Sin embargo, aunque Velasco pudo ejercer por dos décadas el primer empleo, la provisión anual del oficio de alcalde mayor de las minas del río del Oro pudo reservárselo la Audiencia. Por ello, el 1 O de enero de 1554 nombró como alcalde de las minas del río del Oro a Juan Rodríguez Suárez, conminando al Cabildo de Pamplona a recibirlo en su seno como tal. Este acató el título y le solicitó una visita inmediata a dichas minas, "e vea como son tratados e instruidos los indios que en las dichas minas estuvieren," pero se reservó el derecho a nombrar el alcalde de las minas del valle del Suratá y los Páramos, recayendo ese año en Nicolás de Palencia. El hallazgo de los aluviones auríferos en las orillas de los ríos del Oro y Suratá en 15 51, así como en las vetas del páramo, aseguró la construcción del espacio hispano de producción. Para 1560 se hallaron las primeras minas de plata por parte de Pedro de Arévalo y el presbítero Pedro García Matamoros, maestrescuela de la Catedral de Santafé, en la Montuosa. Las primeras ordenanzas de minas, aprobadas por el cabildo en 1553, regularon los derechos de registro de los mineros y el uso de la energía laboral indígena o negra. Todos los encomenderos exigieron a los caciques el envío de cuadrillas temporales de mineros o lavadores a las minas, así como de los productos básicos de su mantenimiento (maíz, papa y mantas). La producción de la mercancía-dinero en estas minas de la jurisdicción del cabildo pamplonés arrastró tras de sí el crecimiento de las producciones agropecuarias que la abastecían y el tráfico

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comercial con los puertos de la costa atlántica, donde eran desembarcados las ropas de Castilla, el vino y el hierro con que se fabricaban las herramientas del trabajo minero. El sostenimiento de esta producción dependía, sin embargo, del suministro permanente de la energía étnica gratuita, es decir, de la renta de las encomiendas, y dado que los distritos mineros estaban situados en zonas muy malsanas, especialmente los del páramo, los pamploneses debieron ampliar sus conquistas a nuevos territorios para reemplazar las bajas étnicas con nuevos grupos encomendados. La campaña de conquista de la provincia de las Arboledas, relativamente poblada, ejemplifica este propósito de ampliación de la renta de la encomienda para la producción mm era. Pese a los términos concedidos a lajurisdicción de Pamplona por Pedro de Orsúa, los indios de las quebradas de Tequia que habían estado bajo la jurisdicción de la extinguida ciudad de Málaga pasaron a la jurisdicción de la ciudad de Tunja. Las primeras noticias del actual territorio malagueño proceden del conquistador Hemán Pérez de Quesada, quien en el año de 1541, al mando de su hueste avistó el "Valle de los Cercados", asiento de un importante jefe étnico chitarero, descrito por el cronista Fray Pedro de Aguado en los siguientes términos: "[Quesada anduvo}. .. hasta llegar al valle de los Cercados, que es lo que agora se dice valle de Tequia. Gente asi mismo diferenteen lengua y traje de los loches. Llamaron este valle de los Cercados porque en él tenlan los indios principales sus casas cercadas de grandes cercados de palos o cañas, a/carrizos,y otras ramas de árboles, todo muy tejidoy tupido... '". 8. AGUADO, Fray Pedro de. Recopilación historial. Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de la República, 1956. Tomo I, Libro 4, Capitulo 3.

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Pero como el objetivo inmediato de Quesada era la tan ponderada como esquiva Casa del Sol, por lo pronto se limitó a registrar el hecho y siguió adelante en su búsqueda incansable de El Dorado. Sin embargo, este incidental descubrimiento se tomó relevante cuando su hermano el capitán Gonzalo Jiménez de Quesada entendió la importancia de fundar nuevas ciudades para legitimar sus pretendidos derechos a la gobernación del "nuevo reino" por él descubierto, y según sus argumentos, jurisdiccionalmente independiente de la Gobernación de Santa Marta, de la cual había partido como explorador comisionado por el Adelantado don Pedro Femández de Lugo. Así las cosas, una vez afianzadas las fundaciones de Santafé, Tunja y Vélez en la provincia de los muiscas, Jiménez de Quesada determinó proseguir el proyecto fundador de nuevas ciudades con el fin de ampliar y consolidar la jurisdicción del "Nuevo Reino de Granada", por entonces un mero artilugio jurídico engendrado por su ambición y la astucia política de Belalcázar, y motivado por la súbita muerte del gobernador Femández de Lugo en Santa Marta, que inesperadamente lo convertía de simple lugarteniente en gobernador de facto, por lo menos de las provincias que había conquistado con su hueste luego de su penosísimo viaje por las riberas del Magdalena y las selvas del Carare. Como quiera que Jiménez de Quesada debió viajar a España con la intención de clarificar su situación de cara a las reclamaciones de don Alonso Luis de Lugo, legítimo heredero de la gobernación de Santa Marta y por extensión del Nuevo Reino, decidió nombrar como su lugarteniente de capitán general y justicia mayor al capitán Gonzalo Suárez Rendón, asentado por entonces en la recién fundada ciudad de Tunja. Fue por ello que, continuando con la políticaquesadistadeconsolidar derechos jurisdiccionales con la fundación de ciudades, el cabildo de Tunja, reunido el 1 O de marzo de 1542 bajo la presidencia del capitán SuárezRendón determinó comisionar al alcalde ordinario

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y capitán Jerónimo de Aguayo para fundar otra ciudad más al norte, que recibiría el nombre de Málaga en memoria de la patria chica de Suárez Rendón, y que debería situarse en "las provincias de Tequia y Euqui". Con ello Suárez Rendón remediaba también su frustrado intento de nombrar a la ciudad de Tunja con el nombre de su patria chica que, pese a sus esfuerzos, no había podido reemplazar al nombre indígena. Unos días más tarde el capitán Aguayo se puso en marcha al frente de 50 soldados y 20 caballos. Cruzaron el Chicamocha por la cabuya del Capitanejo y más tarde debieron enfrentar la resistencia de los chitareros "en el primer vado de la quebrada de Tequia", según nos cuenta el cronista Aguado. Una vez doblegada la oposición de los naturales Aguayo procedió a formalizar la fundación de la que hubiese sido la cuarta ciudad del Nuevo Reino en la Mesa Chica, muy cerca de los cercados del cacique y el poblado de los indios tequíes. La fecha exacta de la fundación no ha sido posible determinarla, pero los investigadores más acuciosos la sitúan entre fines de marzo y comienzos de abril de 15429. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que Aguayo siguiendo puntualmente las instrucciones de Suárez Rendón estableció el primer cabildo, integrado por Pedro Rodríguez y Pedro de Segovia como alcaldes; Pedro García, Juan de Trujillo, Juan de la Cueva, Juan Bejarano, Lope Méndez, Pedro Blanco, Pedro Gutiérrez y Salvador Martín como regidores; y Remando de Garibay como secretario 1°. Como primer párroco actuó el fraile dominico Francisco de Avila. 9. Cfr. MATOS HURTADO, Belisario. "La ciudad de Málaga no se fundó el lüdemarzo de 1542". En: Hacaritama. Vol. 6,Nº88(mayo). Ocaña, 1942. 10. Cfr. FERNANDEZDEPIEDRAHITA, Lucas. Noticia historial de las conquistas del Nuevo Reino ele Granada. Bogotá: Kelly, 1973. T. 2, Pág. 119. Sobre los miembros identificados de la hueste que fundó a Málaga véase el anexo 1.

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El cabildo procedió a repartir solares, estancias y encomiendas entre los miembros de la hueste de Aguayo y los nuevos pobladores comenzaron a edificar la iglesia, la casa cural, los edificios del cabildo y la cárcel y sus propias casas de habitación. De haberse consolidado Málaga como ciudad muy otra habría sido la suerte de la provincia, pues sus derecho jurisdiccionales le hubiesen permitido concentrar buena parte del excedente económico generado en minas, estancias, trapiches y haciendas por el trabajo de los indios de encomienda y los negros esclavos. Sin embargo, las tempranas pugnas políticas entre el bando de los seguidores de don Gonzalo Jiménez de Quesada y el de los adeptos al gobernador Alonso Luis de Lugo darían al traste con esta posibilidad 11• En efecto, el 3 de mayo de 1543 llegó a la ciudad de Vélez el gobernador Alonso Luis deLugo, quien procedió de inmediato a desconocer todos los repartimientos de indios y los ordenamientos de los quesadistas. Convocó a los cabildos de Santafé, Tunja y Vélez y al gobernador Gonzalo Suárez Rendón, encargado por Gonzalo Jiménez de Quesada y su hermano Hemán. Cambió a todos los funcionarios e hizo encarcelar a Suárez con grillos y cadenas por nueve meses y los expropió de sus bienes en su propio beneficio. Hizo además vacar todas las encomiendas de las 3 ciudades y lasreadjudicó y, de paso ordenó la destrucción de la incipiente Málaga, alegando la ilegitimidad de su fundación12. 11. Sobre el enfrentamiento entre quesadistas y luguistas véase MARTINEZ GARNICA, Armando. Legitimidad y proyectos políticos en los orígenes del gobierno del Nuevo Reino de Granada. Bogotá: Banco de la República, 1992. Cap. 3. 12. Contra las pretensiones de Quesada, Alonso Luis de Lugo fue declarado legítimo gobemador del Nuevo Reino de Granada por Real Cédula del 6 de septiembre de 1540. Sin embargo, antes de posesionarse efectivamente de la gobernación, nombró como su teniente a Juan Benítez de Parreira, quien desembarcó en el Cabo de la Vela el 28 de octubre de 1541. Cuando Lugo entró en el territorio del Nuevo Reino apenas se estaban sentando las bases de Málaga, cuya fundación evidentemente no había contado con su autorización.

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Para evitarse mayores problemas Lugo procuró ganarse la voluntad de Aguayo con el fin de anular el acto fundacional. Por ello el primer encomendero de Tequia, don Juan Rodríguez de la Parra, recordaba en 1549 que había sido el mismo Aguayo quien había despoblado hacía varios años el "pueblo viejo". Como recompensa por su colaboración Lugo le otorgó a Aguayo la posesión sobre la encomienda guane de Chanchón y lo hizo su teniente de gobernador en Vélez. Así pues, la primera fundación de Málaga fue un proyecto frustrado por los conflictos entre luguistas y quesadistas, y por la caída en desgracia de Suárez Rendón, su principal impulsor13. Sin embargo, el valle de Tequia no fue despoblado porque sus estancieros y encomenderos retuvieron sus posesiones en el lugar, si bien se definieron jurídicamente como "vecinos de la ciudad de Tunja", una clara indicación de que la provincia lache fue incorporada a la jurisdicción del cabildo tunjano. Entre 15 51 y 15 5 8 se definieron definitivamente los espacios jurisdiccionales de las dos ciudades de Vélezy Pamplona. La oportunidad para trazar con precisión los términos entre estas dos ciudades fue el hallazgo del distrito minero del río del Oro por los pamploneses, quienes intentaron impedir el ingreso de las cuadrillas de indios guanes enviados a lavar oro a éste por sus encomenderos veleños. La estrategia del cabildo de Pamplona se dirigió a imponer como límite natural entre las dos jurisdicciones el curso del río Chicamocha, de tal suerte que los veleños quedarían inhibidos 13. Aunque no se haya podido localizar documentación fehaciente sobre este último hecho y generalmente se ha afirmado por los historiadores que la destrucción de Málaga se debió a la fundación de Pamplona, todo indica que Málaga había desaparecido desde mucho antes. Sobre este punto véase MARTINEZ GARNICA, Armando. "La fallida fundación de 1542". En: Málaga 450 años (Revista de la 541 Feria). Bucaramanga, 1992.

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para introducir sus cuadrillas al río del Oro. Sin embargo, la hueste veleña había incorporado desde 1542 la Mesa de Jérira a su jurisdicción, asiento del cacique guane Guanentá. Por ello, la disputa entre los dos cabildos se centró alrededor de la posesión sobre la Mesa de Jérira. Respecto al control de la energía étnica existente en dicha Mesa, los veleños podían probar que siempre había sido encomendada a sus vecinos: el soldado Pedro Jorge había sido el primer encomendero, seguido por Juan Antero. Éste último podía mostrar la cédula de encomendación que le había despachado el licenciado Miguel Díez Armendáriz el 12 de julio de 1549, por la cual podía disponer del servicio de los indios guanes sujetos a los caciques de la Mesa deJérira, de los caciques del valle de la Babata, del pueblo de Cupaman y del pueblo de Tibar, "que está junto al río Sogamoso". Efectivamente, el 25 de febrero de 15 50 había tomado posesión de estos indios guanes y chitareros ante el alcalde ordinario de Vélez, quien dejó claro testimonio deque pertenecían a la Provincia de Guane, "términos de la ciudad de Vélez". Al descubrirse las arenas auríferas del río del Oro, el cabildo de Pamplona intentó persuadir a Juan Antero para que pidiese vecindad en dicha ciudad, ofreciéndole solar y el derecho

a llevar sus cuadrillas de indios al distrito minero. Argumentando que parte de sus indios eran chitareros, quiso obligarlo luego a avecindarse, para que dichos indios sirvieran en la ciudad de Pamplona, cuyo cabildo se había incorporado toda la provincia de los chitareros. Como el cabildo de Vélez exigió a Antero que reafirmase su condición de vecino de dicha ciudad, so pena de ser despojado de sus indios guanes, éste decidió escoger el bando de Vélez en la pugna jurisdiccional. Los pamploneses intentaron mejorar su derecho adjudicándose estancias de tierra en la Mesa de Jérira: los capitanes Ortún Velasco, Miguel de Trujillo y Juan Ramírez de

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Andrada recibieron del cabildo de Pamplona, el 6 de agosto de 1554, sendas mercedes de estancias de ganado mayor en dicha Mesa, "términos de esta ciudad". Con esta "diligencia ... muy buena", se preparaban para la lucha jurídica que libraban en los estrados de la Real Audiencia de Santafé contra quienes "usurpaban su jurisdicción". La Audiencia se había pronunciado el 27 de Febrero anterior en favor de la vecindad de Antero en Vélez, mejorando definitivamente el derecho de Vélez de situar sus términos en el río del Oro. Los dos cabildos enviaban a dicho sitio anualmente sus respectivos alcaldes de minas, pese al conflicto jurisdiccional que ello significaba. Aunque la Audiencia no pronunció una sentencia definitiva sobre los términos entre las dos ciudades, lo cierto es que todos los vecinos de Vélez, encomenderos de indios guanes, enviaron sus cuadrillas de indios lavadores al río del Oro, quedando la margen izquierda de dicho río y su prolongación en el Lebrija como términos de dicha ciudad. A cambio, la de Pamplona quedó con toda la cordillera situada a la derecha de los ríos Chicamocha, del Oro y Lebrija, reservándose así el monopolio sobre los distritos mineros del río Suratá y las vetas de los páramos, controlando de paso el comercio del puerto de Botijas. 4.LA FRAGMENTACIÓN DEL ESPACIO JURISDICCIONAL DE LA CIUDAD DE PAMPLONA

Puestos los términos sureños del espacio jurisdiccional de Pamplona respecto de las ciudades de Vélez y Tunja, hacia el norte y oriente debió dicha ciudad ceder buena parte de su jurisdicción original. Los requerimientos de mayores cantidades de energía étnica para el trabajo en el distrito minero de las vetas auríferas de los páramos de la ciudad de Pamplona y la búsqueda de

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nuevos yacimientos auríferos propició la formación de nuevas huestes de soldados avecindados en esta ciudad para completar la conquista de la provincia de Sierras Nevadas, repartiéndose en unidades de encomienda los grupos étnicos hallados. Este propósito provocó, en contra de. la voluntad del cabildo pamplonés, una fragmentación de su jurisdicción oriental. Ocurría que las empresas de descubrimiento y conquista de nuevas provincias étnicas no reducían sus frutos a la mera distribución de la energía étnica gratuita que ofrecían, sino que además eran la oportunidad para elevar el estatus personal de sus miembros con títulos de regidores y méritos de fundadores, valorizando además solares urbanos y estancias de tierra. Por ello, dos huestes de pamploneses que salieron a explorar los términos orientales de dicha ciudad resultaron fundando dos nuevas ciudades, llamadas Mérida de las Sierras Nevadas y San Cristóbal. Esta fundación de dos nuevos derechos sobre provincias étnicas representa una fragmentación del territorio jurisdiccional original de la ciudad de Pamplona. El inicio de este movimiento puede situarse en la reunión celebrada por el Cabildo de Pamplona el 3 de enero de 1558, cuando el regidor Juan Andrés V arela requirió a sus compañeros el castigo de los indios que se habían rebelado a seis leguas de la ciudad y la congregación de los que ya tributaban en las provincias de Zulia, Cucaita y Táchira. Se comisionó para esta empresa al propio solicitante, adicionándole la de catear la tierra en busca de nuevas minas, "porhaber visto que hoy se han acabado (las minas)y acaban y la tierra viene en muy gran disminucióny pobreza, y los vecinos están en mucha necesidad y los derechos reales son muy menoscabados y en todo perdidos,y conviene con toda brevedad se busquen las minas, que mandaron y mandan que se vaya a buscar /as dichas minas a la Provincia de Táchira o dondehubiere noticia que las hay en términosde esta ciudad,para que se pueblen y labren... ".


Fue escogido por capitán de dicha expedición a las provincia de las Sierras Nevadas el capitán Juan Rodríguez Suárez, a la sazón alcalde ordinario de la ciudad. Éste partió a comienzos del mes de julio de 1558 acompañado de 56 soldados, entre ellos el regidor Juan Andrés Vareta. Después de recorrer los valles de Zulia, Cúcuta y el Táchira pasaron por el valle de Santiago, el de la Grita y decidieron fundar en la provincia de las sierras nevadas, en cercanías del pueblo de La Lagunilla, una ciudad que nombraron Mérida, en rememoración de la tierra natal del capitán de la hueste. Ello ocurrió el día de Todos los Santos de 1558, "con todas las ceremonias jurídicas acostumbradas". Un poco después trasladó el asiento de esta ciudad cuatro leguas al norte, "en una sabana llana, alta, que está frontera de la propia Sierra Nevada, río en medio". Con ello debieron enfrentar una demanda que el cabildo de Pamplona les puso por usurpación de jurisdicción. El capitán Juan Maldonado fue encargado por la Real Audiencia de apresar a Rodríguez Suárez para enviarlo a Santafé, culpable de haber creado un nuevo derecho de poblamiento en contra de las Leyes Nuevas de 1542 que habían suspendido todas las entradas y descubrimientos sin licencia expresa. Visiblemente molesto por la chapucería cometida por el cabildo pamplonés, el capitán Maldonado escribió a la Real Audiencia en septiembre de 1558 para informarle que "había sido muy gran desvergüenza lo que este cabildo había hecho en enviar a buscar las dichas minas, y que andaban haciendo plazas con esto", proporcionado la ocasión para atentar contra el derecho ganado por la ciudad y sus vecinos. La Audiencia respondió en el mes de noviembre siguiente desautorizando a quienes, sin su expresa licencia, utilizaban el argumento del cateo de minas para poblar nuevas ciudades. Basado en esta real provisión, el procurador de la ciudad de Pamplona pidió al cabildo, el 30 de marzo de 1559, que se procediera a anular la fundación de Mérida, encomendando los

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indios de su provincia entre los pamploneses. Mientras tanto, el capitán Maldonado lograba que la Audiencia anulara todo derecho ganado por el capitán Rodríguez Suárez, gracias a que uno de los oidores, el doctor Juan Maldonado, era pariente suyo. Sin embargo, la hueste comandada por el capitán Maldonado y Pero Bravo de Molina recorrió toda la provincia de las Sierras Nevadas, de tal suerte que se volvió a mudar el asiento de la Ranchería de las Sierras Nevadas a otro lugar. Con ello se restauró el derecho de sus pobladores a tener indios de encomienda y tierras, formalizado con la llegada de Bravo de Malina con el título de justicia mayor. El repartimiento de encomiendas realizado por éste fue impugnado por quienes perdieron las que habían recibido del capitán Rodríguez Suárez, dando lugar a un tercer repartimiento por mano de Alonso de la Esperanza. Éste también fue anulado, pasando entonces la Audiencia a repartir los indios por sí misma, empeorando la superposición de derechos. El capitán Ortún Velascofue enviado entonces a resolver el conflicto, repartiendo de nuevo los caciques para remediar a quienes alegaban agravio. Pese a que éste trabajó en ello lo mejor que pudo, los quejosos no fueron acallados. Sólo hasta que el presidente Andrés Díaz Venero de Leiva personalmente hizo un repartimiento final, imponiendo perpetuo silencio como medida precautelativa, cesaron las disputas. Un resultado de esta restauración del derecho a poseer indios en encomienda fue la propia restauración del derecho de existencia de la jurisdicción de la ciudad de Mérida, cuyo cabildo debió establecer sus términos con la ciudad de Pamplona. Estos se fijaron en el valle de San Bartolomé, unas diez leguas adelante del sitio donde posteriormente se pobló la villa de San Cristóbal.


Un segundo proyecto poblador, menos tortuoso y mejor instituí do que el de Mérida, fue sustentado por Juan de Mal donado después de sus andanzas por las Sierras Nevadas, en el cual pretendía la fundación de una villa entre las ciudades de Pamplona y Mérida a fin de hacer más expedito el camino entre los dos y de controlar a los belicosos indios del valle de Santiago. Los regidores del cabildo de Pamplona imaginaron que esta villa sería sufragánea de éste, de tal modo que el nombramiento de sus alcaldes anuales se haría allí, pero pronto el capitán Maldonado los desengañó al sostener que dicha villa era independiente. El proyecto fue apoyado por el procurador de la ciudad de Pamplona en el año de 1560, Francisco Sánchez, quien solicitó el nombramiento del caudillo que encabezaría el poblamiento de una villeta en el valle de Santiago. Pocos meses después, el regidor Juan del Rincón se presentó ante la Audiencia a defender el proyecto, solicitando al capitán Juan de Maldonado como líder de la partida. Para entonces pensaba que se trataba de "una villeta sufragánea a Pamplona, que no tuviere más jurisdicción de la que el Cabildo de Pamplona en ella pusiese". Con esta dirección procedió la Audiencia a expedir una real provisión que comisionaba al capitán Maldonado para poblar "una villa e pueblo sufragana y sujeta a la dicha ciudad de Pamplona". Éste reunió unos 3 5 soldados, entre ellos algunos encomenderos de Pamplona interesados en aumentar su energía étnica para sus estancias. Se mencionaron los nombres del regidor Nicolás de Palencia, Alonso Durán el viejo, Antón Esteban, Francisco Fernández de Rojas, Pedro Gómez de Orozco, Alonso Carrillo, Francisco Sánchez, Juan Martín y Nicolás Nieto. Entre los soldados se encontraban Hemán Martín Peñuelas, Juan Francisco, Gonzalo de Vega, Juan Camacho, Sancho de Baracaldo, Luis Sánchez, Pedro de Angarita y Luis Maldonado. La fundación de la villa de San Cristóbal en el valle de Santiago se realizó el lunes 31 de marzo de 1561, donde nombró a los integrantes de su primer cabildo y señaló los términos 26


respecto de la ciudad de Pamplona. Según Fray Pedro de Aguado, "los actos y ceremonias de su fundación fueron los que en las ciudades se suelen hacer, excepto que en la elección o nombramiento de regidores aquí no fueran más de cuatro, y en los otros pueblos o ciudades suelen ser ocho". Pasó luego a distribuir los indios encontrados en unidades de encomienda, "y dio a todos los que con él habían ido según la antigüedad y merecimiento de cada uno y a lo que en la tierra había, prefiriendo en todo a los vecinos de Pamplona que le siguieron, de los más soldados que con él fueron". Los términos de la jurisdicción del cabildo de esta villa fueron señalados por el capitán Maldonado "para agora y para siempre Jamás, hacia la banda de la dicha ciudad de Pamplona hasta el río que llaman de Cúcuta por límite para las justicias desta dicha villa, y para las de la dicha ciudad de Pamplona, para evitar escándalos que entre las dichas justicias suelen tener, que no puedan pasar con vara del dicho río de Cúcuta a esta parte, ni /as justicias desta dicha villa ponen a la otra parte, si no fuera la.Iusticia Mayor que esofuere de la dicha ciudad;yque losejidosy pastossean comunes, así para los vecinos des/a dicha villa como para los de la dicha ciudad de Pamplona, como villa que está poblada a pedimento de la dicha ciudad. Y por la banda de Mérida hasta el que los españoles llaman el Pueblo Hondo, y por la banda del Oriente hasta los llanos de Venezuela, y por la banda del poniente hasta la laguna de Maracaibo y brazos de Herina ... ".

Cuando los pamploneses se percataron de que la nueva villa se había fundado con jurisdicción y términos propios, en detrimento de la antigua jurisdicción pamplonesa, ya era muy tarde. El procurador de la ciudad, Gutierre de O ruña, acusó al capitán Maldonado de desacato y de incumplimiento de los objetivos de la proyectada misión en el valle de Santiago y tierras tachirenses, solidando la suspensión de todas las diligencias que había practicado. Esta resistencia debió sofocarse amigablemente,

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si hemos de tener en cuenta que el capitán Maldonado era yerno del capitán Ortún Velasco, justicia mayor de Pamplona, y que muchos de los pobladores de la villa eran también encomenderos vecinos de Pamplona. Sin embargo, el cabildo pamplonés intentó realizar el nombramiento de las justicias y regidores que gobernarían en el año de 1562 la villa de San Cristóbal, en el entendido de que tenía este derecho por ser su villa sufragánea. Fue entonces cuando el capitán Maldonado contradijo este propósito, argumentando que "La villa era libre y no sufragánea a Pamplona, avisándoles que era en vano el trabajo que tomaban, por que en la villa no se había de cumplir ni obedecer lo que ellos mandasen, ... porque los propios vecinos de la villa estaban con propósito de no admitir ninguna elección quede Pamplona se les enviare. y así ellos, el día propio de mio nuevo, usando de sus preeminencias y libertades, eligieran sus alcaldes y regidores y los demás oficiales de la república cadañeros".

La contradicción fue llevada ante los estrados de la Real Audiencia, quien envió en este año de 1562 al oidor Angulo de Castrejón a resolver el diferendo jurisdiccional. Éste redistribuyó encomiendas y ratificó al capitán Maldonado en el ejercicio del empleo de Justicia Mayor de la villa, manteniendo la existencia independiente de la jurisdicción y términos de la villa de San Cristóbal. Ello ocurrió en la esfera jurídica, porque en la práctica muchos asuntos siguieron llevándose a resolver ante el cabildo pamplonés, dado que buena parte de los encomenderos de la villa prefirieron seguir siendo vecinos de la ciudad de Pamplona. De todos modos, el espacio jurisdiccional fundado en 1549 por el cabildo de la ciudad de Pamplona resultó secesionado hacia los términos orientales por la constitución de dos nuevos espacios jurisdiccionales, los fundados por los cabildos de la ciudad de Mérida y la villa de San Cristóbal. En ambos casos el

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cabildo pamplonés ofreció resistencia, pero la fuerza de las dos huestes que conquistaron las provincias étnicas de las comarcas de las Sierras Nevadas y los llanos de Cúcuta, interesadas en mejorar sus preeminencias y calidades personales por el desempeño de oficios capitulares, resultó superior a la oposición que encontraron. Al igual que Pamplona, estas dos fundaciones fueron inscritas en la jurisdicción del Corregimiento de Tunja, en la cual permanecieron hasta el 1 O de diciembre de 1607, cuando una real cédula creó el Corregimiento de Mérida con jurisdicción sobre los cabildos de las ciudades que para entonces se habían fundado al oriente de Pamplona: Mérida, San Cristóbal, Espíritu Santo de la Grita, Barinas, Pedraza y San Antonio de Gibraltar. En 1622 la ciudad de Mérida fue convertida en cabecera de gobernación, cesando definitivamente cualquier vínculo con el Corregimiento de Tunja. En adelante se aproximaría a la ciudad de Maracaibo, sede del principal puerto marítimo del occidente venezolano. El poblamiento de la ciudad de Ocaña fue igualmente proyectado por el Cabildo de Pamplona bajo varias motivaciones, y puesto en cabeza del capitán Francisco Hernández de Contreras, vecino de Pamplona. Este capitán tuvo a su cargo varias campañas y exploraciones hacia el norte de dicha ciudad, en procura de distritos mineros y mejores rutas hacia los puertos de la costa atlántica, en especial Maracaibo. Autorizado por la Audiencia y el cabildo de Pamplona, realizó varias incursiones en las cuencas de los ríos Zulia y Catatumbo, así como en las provincias étnicas de los Carates y Orornotos, hacia el valle del río Magdalena. Entre éstos indios tuvo noticias de una ruta hacia dicho río, 'y ansi dio y aposentó en un pueblo de indios del río Grande de la Magdalena que se dice Chingalae, que es y hace en la provincia de Tamalameque,pueblo de españoles destagovernacián, dondedel dichopueblo de Chingalae al de Tmnalamequehay doce


leguas el río abajo, y dende el dicho pueblo de Chingalae hasta la ciudad de Ocaña hay diez y seis leguas ... ".

Había encontrado este capitán en el año de 1570 el camino que luego se llamaría del Puerto de Ocaña, por donde los pamploneses establecerían un intenso tráfico comercial con Mornpóx y Cartagena. Esta ruta y puerto al río Magdalena y mercados mencionados fue posteriormente presentado por el cabildo de la ciudad que se fundó con el nombre de Ocaña, para administrarlos, como "... cosa que en ellos se había hecho notable servicio a Dios nuestro Señory a su MajestadReal, porque se evitarían muchas muertes de los indios naturales del Río Grande de la Magdalena de los de la boga, lo cual se evitaría si se poblase esta ciudad de Ocaña que agora está poblada porque en el dichopuerto sería la descargade la ropaque subey va al Nuevo Reino de Granada... ".

Dejando su partida de soldados en el puerto hallado, el capitán Hernández de Contreras regresó a Pamplona para dar parte de ello a la Audiencia, intentando obtener la licencia requerida para fundar una ciudad que estableciera el derecho al usufructo de las rentas del puerto y camino, así como al repartimiento de las provincias étnicas comarcanas. Presidida por el doctor Venero de Leyva, la Audiencia de Santafé consideró que al estar situado el mencionado puerto en jurisdicción de la Gobernación de Santa Marta, correspondía al gobernador Pedro Fernández de Bustos la decisión. Éste decidió conceder la licencia "parapoderpoblar, en nombre de Su Majestad,y por virtud de la dicha comisión el dicho capitán FranciscoFernández pobló y conquistó la tierra y ciudad, y ha puesto los naturales de la provincia en los soldadosque le seguían y le ayudaron;la cual


ciudad de Ocaña se pobló como es dicho por el dicho capitán Francisco Fernándezy por la ordenv comision de Pedro Fernández de Bustos en el año de setenta, al fin de él ...

"1'.

El capitán Fernández de Contreras era natural de Pedroche, en Extremadura, de tal suerte que la escogencia del nombre de Ocaña fue un homenaje hecho al gobernador de Santa Marta, el citado Fernández de Bustos, "natural de Ocaña, en los Reinos de España". Su sucesor en el cargo, don Luis de Rojas Guzmán, la hizo llamar Nueva Madrid; pero cuando dejó el empleo los vecinos tornaron a llamarla Ocaña. Los indios fueron repartidos y encomendados entre los vecinos de la ciudad fundada, entre los cuales los más importantes fueron Antón García, Gaspar Barbosa, Luis Téllez, Luis Muñoz de Ortega y Juan Quintero Príncipe, quienes además establecieron estancias ganaderas y cañaduzales para abastecer a los pasajeros del camino y el puerto. En su mayo ria provenientes de Pamplona, formaron una estrecha y próspera alianza comercial con aquella ciudad, cuyos vecinos sacaron por esta ruta hacia el rio Magdalena las harinas, bizcochos, azúcares. mantas y otras mercaderías que producían. De este modo, los términos del cabildo de Pamplona hacia el norte fueron determinados por la fundación de la ciudad de Ocaña, la cual desde el primer momento quedó en la jurisdicción de la Gobernación de Santa Marta. 14. Según el cronista Alonso de Zamora, los rituales de fundación de laciudaddeOcaña fueron realizados el 26 dejuliode 1572 en la provincia de los indios hacaritamas, morada del cacique Hacari, No obstante, Jorge Mcléndez Sánchez ha aclarado que dichos actos fueron ejecutados el 14 de diciembre de 1570, en presencia del capitán Diego Durán, representante del gobemador de Santa Marta.

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5. EPÍLOGO En 1572 y a los pamploneses habían fijado definitivamente su percepción del espacio jurisdiccional de su ciudad, cuyos términos fueron puestos con los espacios jurisdiccionales de las ciudades circunvecinas. Dentro de ese espacio jurídico quedaron subsumidas varias provincias étnicas, cuya energía laboral fue repartida entre los vecinos hispanos que se avecindaron. Esa percepción del espacio políticamente construido por las justicias locales se fundó en la noción de provinciasétnicas, de tal suerte que la llamada "región pamplonesa" era en realidad lajurisdicción capitular sobre varias provincias de indios. Sólo el peligroso territorio de los cursos medio y bajo del río Zulia había quedado sin términos nítidos, pero ello fue resuelto posteriormente por la fundación de las ciudades de Salazar de las Palmas y San Faustino de los Ríos.


EL VIAJE: Geopolítica de la Ocupación y el Poblamiento de la Antigua Provincia de Pamplona Por: EMILIO ARENAS15•

El territorio del Departamento de Santander está situado en la vertiente occidental del ramal oriental colombiano de la cordillera de Los Andes. Su vecino y hermano, el Departamento de Norte de Santander, reparte el suyo hacia el Río Magdalena y el Lago de Maracaibo. Estas regiones las habitaron inicialmente distintos grupos indígenas, que cedieron su espacio a los invasores espafioles. Los soldados de las primeras expediciones de blancos se quedaron a vivir en lo alto de los Andes. La riqueza, el clima, las bondades de la tierra y la docilidad de los indios les hicieron preferir aquellas alturas a los climas templados. En el valle del Magdalena, la cuenca del Lago de Maracaibo y los Llanos Orientales sólo uno de cada cuatro de los primeros expedicionarios sobrevivió. Esas extensas regiones cubiertas de selvas no tenían oro, pero si un mortífero clima y el acoso incansable de tribus belicosas. Sus descendientes guardaron la memoria de aquellas penurias y sólo por urgencia de ir a España o a La Costa se decidían a atravesarlas. Preferían hacer largos trayectos por los filos de la cordillera para buscar desde Santafé la cómoda salida del puerto de Honda, 15. Sociólogo, Investigador y Profesor Universitario, Bucaramanga.

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o viajaban hasta Ocaña para embarcarse en el mismo río en Puerto Real. Sólo tiempo después, las necesidades de los habitantes de sus avanzadas de San Cristóbal y Mérida abrirían la ruta del Lago de Maracaibo. Durante los primeros 34 años de presencia en la cordillera, los españoles fundaron sus fuertes de guerra. Las ciudades estaban unidas por una senda. Tal vez la misma por donde transitaban los aborígenes que tenían sus poblados donde los blancos levantaron los suyos. Era las tierras del gran altiplano donde surgieron Santafé de Bogotá y Tunja, o la depresión del río Sogamoso donde fundarona Málaga, que servía de paso en la cordillera para continuar el ascenso hacia Pamplona. La necesidad de buscar por allí una salida al Río Magdalena les hizo fundar a Ocaña. Esta fue la primera ruta migratoria de nuestro pueblo. Se Je llamó durante mucho tiempo "El Camino de Tunja a Pamplona". Sólo la ciudad de Vélez quedó fuera del camino. Los españoles ya no necesitaban pasar por allí para ir al Magdalena. Su vasto territorio estaba despoblado. La viruela y el cólera había exterminado en sólo diez años el noventa y dos por ciento de sus indios. Un siglo después de fundada su ciudad, los veleños iniciaron con la fundación de otra el descenso a los climas. San Juan Girón surgió el 30 de Diciembre de 1638. Fue la base del proyecto para colonizar el territorio comprendido entre los ríos Sogamoso y Lebrija. Hasta allí construyeron la senda que llamaron "Camino del Sogamoso". Buscaban nueva salida al Magdalena y abrieron con ello nuestra segunda ruta migratoria. En el trayecto de esa vía, en los valles longitudinales de los ríos Suárez y Fonce, afluentes del Sogamoso, la población

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dispersa en ellos comenzó a aglutinarse en to1110 a las paradas de arriería que el tráfico formaba. Como resultado surgió San Gil y después la parroquia del Socorro, núcleos del poblamiento de esta región. En el territorio de Girón más de un siglo después, hacia 1749, comenzaron a crearse parroquias. La primera fue la de Matanza en el lugar donde se bifurcaba el camino que venía de Girón para ir a Ocaña y a Cúcuta. Luego vino Piedecuesta, desde donde salía la vía para Pamplona. Después, con la extinción de los resguardos de Bucaramanga y Cácota de Suratá en 1778, surgieron las parroquias de esos nombres. • Luego vendrían a comienzos del siguiente siglo Ríonegro y Flóridablanca, y a mediados del mismo Lebrija. Así se conformaron en torno a Girón los principales núcleos que ahora gravitan alrededor de Bucaramanga. Muchos años transcurrieron para que este pueblo emprendiera el descenso a los climas templados. Los intentos para penetrar el valle del Magdalena hicieron surgir en los caminos que llevaban al río desde el Socorro y Vélez, las poblaciones de Cimitarra y San Vicente de Chucurí. Los esfuerzos por modernizar el transporte hacia Maracaibo, desarrollaron a Cúcuta. Las ciudades de Socorro y Vélez fracasaron en sus intentos. Cúcuta, en cambio, se convirtió en poderoso polo de desarrollo. La siguiente fase de colonización vino desde el Río Magdalena. Comenzó en 1882 cuando el Estado Soberano de Santander inició la construcción del ferrocarril de Puerto Wilches. El desplome delos precios del café y la guerra de Los Mil Días suspendieron los trabajos y aplazaron la colonización del valle del Río Lebrija.

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En las primeras décadas de este siglo se formó un nuevo núcleo de desarrollo a orillas del Magdalena en Barrancabermeja a consecuencia del hallazgo y explotación de petróleo. Por la misma época se reinició la construcción del ferrocarril. Por allí se introdujo una etnia diferente: la que venía de La Costa Atlántica por el río. Un poco más al sur penetró la colonización antioqueña. Desde finales del siglo anterior se dio comienzo a la migración desde Pamplona y García Rovira hacia los Llanos

Orientales. Los ocañeros por su parte penetraron el Sur de los departamentos de Cesár y Bolívar. El cultivo del café llevó grandes grupos humanos desde el Socorro hasta las áreas productivas de Venezuela. Así se fue configurando el mapa del territorio de la etnia santandereana. Fue un lento descenso en busca del Magdalena y el mar. La actual ruta migratoria, la carretera llamada "Troncal del Magdalena Medio", abre la colonización masiva de esas tierras. Es la rectificación de un error histórico en las comunicaciones terrestres colombianas. Producirá también la llegada de nuevos grupos migratorios. Allí se dará el impacto del encuentro. Nuestro pueblo ha completado el viaje. Halla su tierra ocupada. ¿Resultará del encuentro un nuevo grupo? O tal vez un nuevo conflicto para el llegado de la cordillera tras su espacio vital?

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EL CONFLICTO JURISDICCIONAL ENTRE LAS CIUDADES DE PAMPLONA Y SAN JUAN GIRON POR LA ALCALDÍA MAYOR DE LOS REALES DE MINAS DE VETAS DE PAMPLONA Y BUCARAMANGA Por: ALVARO ACEVEDO TARAZONA1'.

La historia de esta disputa jurisdiccional que se dirimió muy a finales del siglo XVIII (1795) funda sus antecedentes desde el año de 1638 cuando la ciudad de San Juan Girón se asienta en forma definitiva en la margen izquierda del valle del Río de Oro. Para entonces, la invención del espacio percibido era un hecho jurídico definido por la tradición fundacional de las ciudades de Vélez y Pamplona, las cuales habían trazado a mediados del siglo XVI una línea imaginaria de frontera política en el Río de Oro para establecer conforme a justicia y razón la repartición de un territorio creado por la normatividad del derecho indiano. La tradición de estos dos hechos fundacionales se transmitió como palabra escrita en la historia documental que ratificó la invención del nuevo espacio percibido por la norma. Sin embargo, la construcción del espacio sólo se afianzó a medida que el poblamiento hispano reinventaba la génesis de sus actuaciones. 16. Historiador, Docente e Investigador, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga.

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La producción de la minería de aluvión compartida por las ciudades de Pamplona y Vélez en el Río del Oro configuró un espacio económico de significativa importancia si se tiene en cuenta que allí se creó un mercado minero de indígenas encomendados y de negros esclavos que "laboraban" el oro y recibían la doctrina cristiana para pequeños empresarios que tenían cuadrillas de 14 a 17 indígenas o de 12 a 15 negros. Como marca jurisdiccional, el Río del Oro se tornó en el lugar de disputa entre estas dos ciudades que querellaban por el control de la saca minera y por los excesos que de uno y otro bando se recusaban por el control de las riberas del río y las quebradas, riachuelos y aventaderos donde se encontraba el oro de aluvión, el cual se llegó a catar en 23 kilates mientras que el oro del páramo se llegó a catar hasta en 12 kilates'". A medida que el oro empezó a escasear las rancherías mineras dejaron de existir y se dio paso a una nueva modalidad de poblamiento conformada por estancias de ganado mayor y menor y de pan coger con indígenas de servicio. La hacienda de Bucarica de propiedad de Juan Velasco confirmó esta nueva modalidad de poblamiento que se prolongó hasta el año de 1622 cuando el visitador Juan de Villabona Zubiaurre ordenó que los indígenas encomendados se congregaran en el Pueblo de Indios de Bucaramanga y dispuso además las ordenanzas para la creación de los Reales de minas de las Vetas, Montuosa, Suratá, Río del Oro, Bucaramanga y Bucarica. Como ya se dijo, en el año de 1638 se había asentado definitivamente la ciudad de San Juan Girón en la margen 17. La tesis de grado de Silvano Pabón hace un estudio del laboreo de las nunas del Río de Oro. P ABON VILLAMIZAR, Silvano. Historia de la construcción del espacio hispánico en el Nor-oriente del Nuevo Reino : El caso de: Pamplona. Siglo XVI. Bucaramanga, J 993. Tesis (l listoriador). Universidad Industrial de Santander. Facultad de Ciencias Humanas y Educación.

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izquierda del Río del Oro. La ciudad de Vélez perdió sus privilegios jurisdiccionales en este lugar y la nueva ciudad reinventó un nuevo espacio percibido con el carácter de gobernación y con la pretensión de arrebatarle a Pamplona parte de su distrito minero en el Río del Oro. Con la demarcación de los ejidos de esta ciudad en los años de l 670y 1728 se definió el tenitorio de control jurisdiccional

de esta gobernación en un espacio comprehendido entre los ríos Sogamoso, Lebrija y Magdalena, incluyendo las estribaciones al oriente de la cordillera hasta la línea demarcada por el Riofrío18• Así, en el transcurso de los siglos XVII y XVIII la expansión de la frontera agrícola propició significativos conflictos por la tenencia de la tierra entre la Alcaldía Mayor de Minas y la ciudad de San Juan Girón. Por una parte, blancos y gentes de color, pobladores de la Alcaldía Mayor de Minas, se enfrentaban con los blancos de la ciudad, por la otra parte. El derecho indiano, fundado en la tradición y la costumbre y ratificado por la palabra escrita no logró dar cuenta, durante estos largos años, de una solución definitiva al conflicto jurisdiccional. Con la erección de la parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá y San Laureano del Real de Minas de Bucaramanga en el año de 1778, el conflicto jurisdiccional parecía llegar a término cuando el ánimo segregacionista favoreció los intereses de los cabildantes de la ciudad de San Juan Girón y se hizo el remate de las tierras del recién extinguido Pueblo de Indios en favor de los arrendatarios, agregados e invasores progresivos de 18. La historia del conflicto jurisdiccional entre los valles del Río de oro y Río Frío con la ciudad de San Juan Girón se encuentra con mayores detalles en el libreen publicación por la Casa de la Culturode Floridablanca "Piedra del Sol", titulado "Floridablanca : Historia de su poblamiento y erección parroquial", y escrito en capítulos separados por ACEVEDO TARAZONA, Alvaro; MARTINEZ GARNICA, Armando y MARTINEZ ROA, Alejandro. 1994.

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la ciudad en mención a las tierras resguardadas de dicho pueblo. La nueva parroquia, además, fue integrada a la jurisdicción de la ciudad de San Juan Girón. Poco más de dos años después, sin embargo, la Revuelta Comunera impidió que se avalaran los remates y se expidieran los títulos de propiedad correspondientes puesto que los ánimos al momento del conflicto y después estaban muy caldeados para ratificar la política de reducción de resguardos establecida por Francisco Antonio Moreno y Escandón en el Corregimiento de Tunja para el año setenta y ocho, además que en el año ochenta y tres el cabildo de la ciudad de Pamplona había interpuesto recurso de recusación a las pretensiones del cabildo gironés por la agregación de la parroquia de Bucaramanga. Entre los años de 1783 y 1786 se ratificó mediante la palabra escrita la tan esperada agregación de Bucaramanga a San Juan Girón. Con la confirmación de este hecho emanado de la propia autoridad del virrey Caballero y Góngora veíase cumplido el tradicional anhelo de la ciudad de San Juan Girón por ampliar su frontera agrícola hasta el piedemonte de la cordillera. Esta vieja pretensión, ratificada sólo hasta ese momento en la norma, había dado comienzo desde la demarcación de los ejidos de la ciudad. La recusación del cabildo de la ciudad de Pamplona por la tal agregación había dejado, sin embargo, en entredicho las actuaciones del cabildo gironés. Así, en 1790 aun no se habían expedido los títulos de propiedad de los remates y el conflicto seguía vigente. Para ese año se designó a Juan Buenaventura Ortiz como el nuevo Alcalde mayor de Minas y Juez Comisionado para la venta de las tierras de Su Majestad. Este nuevo alcalde mayor de minas abrió el proceso de la agregación y revivió el conflicto.

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El fallo de la agregación de Bucaramanga a San Juan Girón fue demandado por Juan Buenaventura Ortiz, apoyado por el cabildo de la ciudad de Pamplona, argumentando que para la dicha agregación no se había contado con todo el cuerpo de los vecinos de la parroquia ya que esta decisión "sólo había recaído en el corto número de quince sujetos parientes y paleados del antiguo alcalde mayor, José Antonio Salgar, quien con su hermano, Joaquín Salgar,alcalde ordinario de Girón en ese momento, se habían valido de su poder para llevar a efecto tal desacometimiento?". Este rápido proceso de agregación, por demás, había contado con el apoyo del virrey Caballero y Góngora. Pues en la Revuelta Comunera la ciudad de San Juan Girón había adherido públicamente tanto a la Audiencia en Santafé de Bogotá como al virrey en Cartagena, en tanto que las parroquias de Bucaramanga y San Javier del Pie de la Cuesta habían adherido a los comuneros. En una corta batalla en la que los milicianos gironeses atacaron al Pie de la Cuesta lograron un triunfo ilusorio que a los pocos días se vio contrarrestado por el ejército comunero que entró a la ciudad de Girón virtualmente desocupada 2°. La actuación del cabildo de San Juan Girón había sido una de las razones de peso por las cuales el virrey Caballero y Góngora había apoyado la agregación de Bucaramanga a la ciudad que había dado muestras de su lealtad. Sin embargo, durante los cinco años siguientes, desde la llegada de Juan Buenaventura Ortiz a la parroquia de 19. AGN, Poblaciones de Santander. Tomo 001. ff321, 416-419. 20. PHELAN, John Leddy. El pueblo y el Rey : La revolución Comunera en Colombia, 1781. Bogotá: Carlos Valencia Editores, 1980. Págs. 150-160.

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Bucaramanga en noviembre de 1789, se abrió un álgido proceso por el conflicto jurisdiccional entre Bucaramaga y San Juan Girón en el que la ciudad de Pamplona tomó partido a favor del alcalde mayor de minas y de sus adherentes que no estaban dispuestos a reconocer las pretensiones jurisdiccionales del cabildo gironés por agregarse la parroquia de Bucaramanga. El conflicto jurisdiccional, además, movía los intereses económicos de uno y otro bando por la tenencia de la tierra que en realidad marcaba las diferencias entre los arrendatarios y agregados que habían ganado el derecho a adquirir la tierra en las pujas que hicieran en el año de 1778 y los nuevos pujantes que estaban dispuestos a elevar el valor de los remates21• Fue así como la sociedad local se vio envuelta en un conflicto económico que en un comienzo se expresó en un conflicto jurisdiccional hasta que salieron a flote los intereses reales de los bandos enfrentados por la tenencia de la tierra. Esta situación creó fuerzas agresivas y retaliadoras cuando losintereses de grupo no se ajustaron a las expectativas legales que cada uno de los dos bandos demandaba. La sociedad rural de Santander, a lo largo de su historia, ha mostrado que esta expresión de conflicto por la tenencia de la tierra hace parte de la agresión del hombre en la defensa de los derechos de su posesión, lo que equivale a decir, de "las propiedades familiares?". Esta tesis, de Virginia Gutiérrez de 21. La historia del conflictojurisdiccional y por la tenencia de la tierra entre la parroquia de Bucaramanga y la ciudad de san Juan Girón con la participación de la ciudad de Pamplona se encuentra narrada en detalle en la tesis de grado de ACEVEDO TARAZONA, Alvaro y GONZALEZ MANOSALVA, César. Historia de la erección de la parroquia de Bucaramangay del crecimientodesu población. 1778-1923. Bucaramanga, 1993. 3 Tomos: il. + map. Tesis (Historiador). Universidad Industrial de Santander. Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Tomo l. 22. GUTIÉRREZ DE PINEDA, Virginia. Familia y cultura en Colombia. Santafé de Bogotá: Instituto Colombiano de cultura, 1975. Pág. 203.

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Pineda, señala para todo Santander un historial "delictivo" creado por tensiones latentes vinculadas a la perturbación de linderos. Perturbaciones que en la mayoría de casos tuvieron implicaciones de valores de honor23. La sociedad local de Bucaramanga y San Juan Girón, en la última década del siglo XVIII, deja ver un cuadro político y social de condiciones similares a las arriba expresadas. Pues dos años después de la llegada de Ortiz a la parroquia de Bucaramanga, en 1792, el conflicto jurisdiccional se había aplazado en favor de San Juan Girón a pesar de la oposición presentada por el cabildo de Pamplona, y, sin embargo, las retaliaciones entre los dos grupos enfrentados había adquirido un mayor tono de denuncias y agresiones mutuas. El alcalde mayor de minas había sido destituido y reintegrado en su empleo y de manera definitiva se habían liberado los remates por la tierra. La liberación de los remates abriría un nuevo capítulo en la historia de este conflicto entre la ciudad de Pamplona y Bucaramanga, por un lado, y la ciudad de San Juan Girón, por el otro. Así, las pujas y repujas por la tierra no sólo se harían por el predominio económico de la sociedad local con mayor solvencia económica, sino que también se harían por la supremacía de un grupo familiar sobre otro. De manera que de aquellos remates no quedaría ni un sólo palmo de tierra que también se disputara por el honor y la preeminencia social. Dos años después de liberarse los remates, en los meses de junio y julio de 1794, se hizo el avalúo definitivo de la tierra. Habían debido transcurrir diez y siete años para que se llevara a efecto tal medida desde la erección de la parroquia de Bucaramanga el 15 de julio de 1778. Al año siguiente, el 21 de enero de 1795, los avalúos se dirigieron a Santafé de Bogotá para su aprobación y el ocho de 23. Ibíd.

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mayose expidieron los títulos de propiedad". La tierra del extinguido resguardo, medida palmo a palmo, había aumentado en tres cabuyas y seis cuartos y el avalúo había pasado de 5090 pesos, en 1778, a 83 86 pesos. De los rematadores de 1778, algunos habían logrado conservar la tierra pero otros debieron cederla a los nuevos pujantes. Ese año de 1795 también se llevaría a efecto el final del conflicto jurisdiccional entre Pamplona y San Juan Girón, pues si en el año de 1792 éste se había aplazado había sido porque las autoridades locales sabían del proyecto de reordenamiento territorial que la Real Audiencia tenía proyectado para el Corregimiento de Tunja. Ese año, la Real Audiencia de Santafé de Bogotá había decidido extinguir la Alcaldía Mayor de Vetas de Pamplona y Bucaramanga, atendiendo al proyecto presentado por Salvador Rodríguez del Lago. Las ciudades de Pamplona y San Juan Girón habían sido unidas para formar un nuevo corregimiento y al gobernador de San Juan Girón se le rebajó el sueldo de mil trescientos a mil pesos y se le solicitó inmediato traslado a Pamplona. Los doscientos pesos de sueldo que le correspondían a la recién extinguida Alcaldía Mayor fueron destinados a pagar el sueldo, también de mil pesos, de los otros dos nuevos corregimientos que se habían delimitado: El de las ciudades de Tunja y Duitama y el de las ciudades de Vélez, Socorro y San Gil. El Corregimiento de Pamplona quedó conformado por dos grandes provincias : La de la ciudad de san Juan Girón y la de la ciudad de Pamplona. La provincia de Girón comprendería en su jurisdicción administrativa un territorio de más de veinte leguas de diámetro conformado por las poblaciones de la ciudad de San Juan Girón, las parroquias de Bucaramanga y Pie de la 24. AGN, Colonia. Resguardos de Santander. Tomo 0001. fT 732739.

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Cuesta y por pequeñas poblaciones en los puertos de El Pedral, Cañaverales y los sitios de Sogamoso, Los Santos y Rionegro". La invención del nuevo territorio jurisdiccional había desfavorecido a la parroquia deBucaramanga al haber extinguido la Al el adía Mayor y haber agregado definitivamente la parroquia a la tutela administrativa de la ciudad de la provincia de San Juan Girón. Al encargado del Corregimiento de Pamplona se le otorgaron, por otra parte, los títulos de Gobernador Justicia Mayor de la ciudad y provincia de San Juan Girón, Corregidor de Pamplona, Alcalde Mayor de Minas y Vetas de Bucaramanga, Montuosa Alta y Baja y Juez Subdelegado de Rentas Reales. La ciudad de Pamplona, por su parte, había sido la más favorecida en el nuevo ordenamiento jurisdiccional ya que sus villas y parroquias aledañas tenían mayor importancia puesto que habían logrado elevar la producción de algodón, tabaco, trigo y cacao y a su vez conformar un pequeño grupo de negociantes que exportaban estos productos por las vías de Mompox - Cartagena y Ocaña - Maracaibo e importaban mercancías a las provincias de Girón, Socorro y San Gil26. Con esta determinación jurisdiccional se daba fin a un conflicto de larga duración que remontaba su génesis a mediados del siglo XVI cuando la normatividad del derecho indiano había legitimado la acción de la conquista en los valores de justicia y razón para los símbolos cristianos y conceptos del Estado español y había ordenado estas actuaciones normativas mediante un conjunto de reglas que se expresaban en la fragmentación de un territorio circunscrito por la invención de líneas imaginarias a gobernar. 25. AGN, Colonia. Empleados Públicos de Santander. Tomo 0029.

rr 636-642.

26. CAMACHO, Joaquín. Relación territorial de la provincia de Pamplona, 1808. pp. 1-24. En: SEMANARIO DEL NUEVO REINO DE GRANADA. Bogotá : Kelly, 1942. y AGN, Colonia. Poblaciones de Santander. Rollo 8. fI 428-432.

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Este conjunto de representaciones y normas traídas por la cultura hispánica se construyeron como expresiones materiales de la explotación de la minería de aluvión y el establecimiento formal de la jerarquía inicial de las ciudades de Vélez y Pamplona sobre un territorio que se repartieron hasta que la ciudad de San Juan Girón, a partir de 1638, reclamó la normatividad de unos derechos adquiridos en los principios de vecindad y mejor gobierno porque la ciudad de Pamplona se encontraba muy alejada para administrar las cajas reales del oro, el cual para comienzos del siglo XVII ya era casi inexistente. La materialización de la cultura hispánica sobre las etnias construyó una realidad natural e histórica que le dio sentido de pertenencia a la sociedad local que legitimaba sus actuaciones en los valores del honor, la limpieza de sangre, las " buenas" costumbres cristianas, el ardiente amor y celo al monarca y la eficiente administración de la justicia. Juan Buenaventura Ortiz, Alcalde mayor de Minas, Corregidor de Naturales, Juez Privativo de Tierras ( 1789-1795) y Administrador de Correos de la parroquia de Bucaramanga (1798 - 1809) sería el protagonista principal de esta trama que revela el comportamiento de una sociedad local que afianzó alianzas y creó intrigas en lo que Germán Colmenares llamó formas de dominación normativizadas en la ley en correspondencia a una estructura económica y que dejan ver, al margen de esta formalización, "formas de conciencia en diferentes estratos sociales capaces de introducir matices peculiares en la aplicaciónde la misma ley" 27• A Juan Buenaventura Ortiz, actor principal de estas confrontaciones se le acusaría de ladrón, intrigante, tramposo, faccioso y corruptor de la moral cristiana, además que debió sobreponerse a un destierro, a la destitución de su cargo corno Administrador de Correos, a un encarcelamiento deshonroso, a la confiscación de sus bienes, al escarnio público y a un apresurado viaje a España para limpiar su honor. No habría pleito en el que desistiera, ni 27. COLMENARES, Germán. El manejo ideológico de la ley en un período de transición. En: Historia critica. No. 4 ( jul.-dic./1990); Págs. 8-31.

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facción de sus adversarios, a los que llamó puercos de manada, que sería acusada por él ante la Real Audiencia de Santafé de Bogotá28. Por otra parte, sus adversarios, la mayoría de ellos arrendatarios y agregados venidos de San Juan Girón, que se consideraban provenientes de familias de honor y de limpieza de sangre, los que hicieron mofa de Ortiz por su oscuro pasado familiar, debieron pagar muy caro su enfrentamiento con este Alcalde Mayor y sus adherentes al momento del avalúo de la tierra y las pujas y repujas que sobre ella se hicieron para diligenciar la propiedad. Como se puede ver, la sociedad local se agrupó en bandos partidarios que pugnaban por la propiedad y la autonomía jurisdiccional en el caso de Bucaramanga y la competencia jurisdiccional en el caso de San Juan Girón. La ciudad de Pamplona, por su parte, entró en este conflicto porque sentía lesionado sus intereses normativos al intentar arrebatarle una parte de su jurisdicción que había cargado de sentido su acción histórica como ciudad de jerarquía en el Nuevo Reino de Granada. Así, esta historia es la búsqueda de sentido por descubrir una individualidad del acontecer social. En este caso, entendida la búsqueda de sentido como el encuentro con el derrumbamiento de la verdad histórica para construir nuevas verdades de un devenir que no se deja atrapar en la totalidad del acontecer social. El historiador es el buen nihilista que se prohíbe la creencia de un mundo verdadero que conduce hacia transmundos y hacia falsas divinidades". Así pues, la invención de la norma jurisdiccional entre las ciudades de San Juan Girón y Pamplona se ha traído a este simposio para presentar las actuaciones de este conflicto que se ha querido develar. 28. AGN, Colonia. Empleados públicos de Santander. Tomo 0001. fT660-853. 29. NIETZSCHE, Friedrich. Fragmentos póstumos. Pesimismo y nihilismo. Santafé de Bogotá: Norma, 1992 Pág. 61.

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BIBLIOGRAFIA ARCHIVO GENERAL DE LA NACION. (AGN). Colonia. ACEVEDO TARAZONA, Alvaro y GONZALEZ, César. Historia de la erección de la parroquia de Bucaramanga y del crecimiento de su población. 1778-1923. Bucaramanga, 1993. 3 T. : il. + map. Tesis (Historiador). Universidad Industrial de Santander. Facultad de Ciencias Humanas y Educación. CAMACHO, Joaquín. Relación territorial de la provincia de Pamplona, 1808. pp. 1-24. En: SEMANARIO DEL NUEVO REINO DE GRANADA. Bogotá : Kelly, 1942. COLMENARES, Germán. El manejo ideológico de la ley en un período de transición. En: Historia crítica. No. 4 (jul-dic.z 1990); pp. 8-31 GUTIÉRREZ DE PINEDA, Virginia. Familia y Cultura en Colombia. Santafé de Bogotá: Instituto Colombiano de cultura, 1975. 528 p. NIETZSCHE, Friedrich. Fragmentos póstumos. Pesimismo y nihilismo. Santafé de Bogotá : Norma, 1992. 195 p. PHELAN, John. El pueblo y el rey: La revolución Comunera en Colombia, 1781. Bogotá : Carlos Valencia Editores, 1980. PABON VILLAMIZAR, Silvano. Historia de la construcción del espacio hispánico en el Nor-oriente del Nuevo Reino de Granada : El caso de Pamplona. Siglo XVI. Bucaramanga, 1993. Tesis (Historiador). Universidad Industrial de Santander. Facultad de Ciencias Humanas y Educación.

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POBLAMIENTO COLONIAL DE LA ACTUAL PROVINCIA DE GARCÍA ROVIR~ ANTIGUA JURISDICCIÓN DE LA CIUDAD DE PAMPLONA Por: JAIRO GUTIÉRREZ RAMOS30•

l. EL POBLAMIENTO PREHISPANICO El territorio de la actual provincia de García Rovira fue originalmente poblado hacia el año 1000, época en la cual se asentaron en la zona los grupos étnicos que los españoles identificaron más tarde con las denominaciones de laches y chitareros31. Y aunque resulta bastante dificil delimitar con exactitud sus fronteras étnicas, se puede afirmar con certeza el 30. Historiador, Investigador y Profesor Departamento de Historia Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, 31. Sobre el poblamiento prehispánico y las formas de organización social de los grupos étnicos asentados en la provincia rovirense véanse: SILVA CELIS, Eliecer. ''La antigua civilización lache", En: Colombia (Organo de la Contraloría General de la República). Año 1, No. 5 (mayo 1944); DUQUE GOMEZ, Luis. Prehistoria (Historia Extensa de Colombia, Vol I, Tomo. Il). Bogotá: Lerner, 1967; y, sobre todo, LANGEBAEK, Car! Hcnrik. Noticias de caciques muy mayores. Origen y desarrollo de sociedades complejas en el nororíente de Colombia y norte de Venezuela. Bogotá: Uniandes, 1992; Mercados, poblamiento e integración étnica entre los muiscas. Siglo XVI. Bogotá: Banco de la República, 1987; y PABON VILLAMIZAR, Silvano. Los Chitareros: Pobladores Prehispánicos de Sierras Nevadas, Antigua Provincia de Pamplona. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 1992.

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actual territorio rovirense fue compartido hasta antes de la llegada de los conquistadores hispanos por lo menos por estos dos importantes grupos indígenas. Los Laches, cuyo epicentro geopolítico estaba situado en Chiscas, extendían sus dominios por el noroeste hasta confundirse con los tunebos o tames, y por el norte hasta el territorio controlado por los chitareros. Sus grupos o "parcialidades" más importantes eran las de Chiscas, Lache, Ura, Chita, Cocuy, Panqueba y Guacamayas. Es decir, que el territorio bajo su control tenía su epicentro en el norte del actual departamento de Boyacá, pero comprendía toda la franja oriental de la provincia de García Rovira. En cuanto a sus formas de organización social y política todo parece indicar que de los dos grupos aborígenes el más evolucionado ~ra el de los laches, quienes habían logrado estructurar uña confederación de pueblos subordinados al cacique del Cocuy, al cual le debían obediencia y le pagaban tributos de diversa especie, tales como comidas, mantas o adornos de oro. De manera, pues, que los laches habían logrado constituir un auténtico cacicazgo32, es decir, una forma de organización

social en la cual el desarrollo de la división del trabajo hizo posible el surgimiento de roles sociales diferenciados, sobre los cuales se sustentaron unas ciertas formas de jerarquía y poder social. Estas sociedades podían, debido a su nivel de desarrollo, sustentar con sus excedentes económicos a caciques, capitanes, chaman es y artesanos especializados ( alfareros, orfebres, tejedores), no vinculados directamente a la producción. En cuanto a la forma original de poblamiento de los laches se 32. Los conceptos "cacicazgo" y "comunidades locales" y su aplicación a los grupos taches y chitareros han sido propuestos por Langebaek. Al respecto véase su obra Noticias de caciques muy mayores, citada antes.


presume que coexistían aldeas nucleadas y bolúos dispersos que eran ocupados temporalmente. De su actividad económica se sabe que producían e intercambiaban coca, algodón, cestos, vasijas de barro, esteras, mantas y sal. Sus plantaciones de coca estaban situados en las riberas del Chicamocha, en la frontera con los muiscas. Los chitareros por su nivel de organización social y política han sido clasificados como un conjunto de comunidades locales autónomas,caracterizadas por una incipiente división social del trabajo y de los roles. Debido a ello, su estructura social y política era mucho más simple e igualitaria que la de sus vecinos los laches. Se dieron, sin embargo, en algunas de esas "comunidades locales" chitareras algunas formas de jefatura étnica, política o religiosa, pero menos especializadas y jerárquicas que las de los caciques y capitanes de los cacicazgos laches o

rnuiscas. Así, entre las comunidades chitareras que habitaron el actual territorio rivirense, han sido destacados por los cronistas, por su relativo poder e influencia en sus comunidades, el cacique de Tequia, quien contaba con un "cercado" tan notable como los de algunos caciques muiscas33, y el mohán de Servitá, a quien acudíancon mucho respeto los indios de los alrededores". Sin embargo, en términos generales su economía era tan precaria que no permitía el sostenimiento de "especialistas" dedicados 33. A este respecto refiere el cronista Aguado cómo en el año 1541 la hueste de Hcrnán Pérez de Quesada atravesó el territorio de los taches " ... hasta llegar al valle de los Cercados, que es lo que agora se dice valle de Tequia. Gente así mismo diferente en lengua y traje de los taches. Llamaron este valle de los Cercados porque en él tenían los indios principales sus casas cercadas de grandes cercados de palos o cañas, alcarrizos, y otras ramas de árboles, todo muy tejido y tupido ... ". AGUADO, Fray Pedro. Recopilación historial. Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 1956. T. I, p. 333. 34. lbíd., Lib. VI, Cap. 2, Pág. 446.

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con exclusividad a las actividades políticas, religiosas o artesanales. De ello da claro testimonio el cronista Aguado, quien describe así la situación económica de los chitareros al momento de la conquista: "Es gente pobre.y que no hacían por oro, con tener en su tierra muchas minas y buenas que después los españoles descubrieron ... los rescates de que estos indios usan es algodón y bija, que es una semilla de unos árboles como granados, de la cual hacen un betún que parece almagre o bermellón con que se pintan los cuerpos y las mantas que traen vestidas. Los mantenimientos que tienen son malz, panizo, yuca, batatas, raíces de apio.frisoles, curies, que son unos animalejos como muy grandes ratones. venados y conejos. Las frutas son: curas, guayabas, piñas. caimitos, uvas silvestres como las de España, guamas, que es una fruta larga casi como cañaflstola, palmitos y miel de abejas, criadas en árboles. las aves son: pajutles, son unas aves negras del tamaño de pavas de España; hay también pavas de la tierra. que son poco menores que los pajuites, papagayos, guacamayas, de la suerte de papagayos, etc ''JJ_

En resumen, los chitareros contaban con una agricultura incipiente de maíz, algodón y achiote (bija), sus principales artículos de intercambio, y el resto de su abastecimientos procedían de la caza y la recolección. Sus jefes étnicos ( caciques y capitanes), actuaban más como encargados del manejo de los excedentes comunes y la planificación de las labores comunitarias", que como cabezas de una jeranquía política parasitaria, si bien algunos de ellos recibían alguna forma de tributación de sus sujetos37. También los chitareros parecen

35. lbíd., PAg. 465-466. 36. LANGEBAEK, Noticias ... Op. Cit., PAg. 88. 37. Cfr. COLMENARES, Germán. Encomienda y población en la provincia de Pamplona, 1549-1560. Bogotá: Universidad de los Andes, 1969.PAg.15.

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haberse poblado tanto en concentraciones más o menos densas en los estrechos valles fértiles y cálidos de los ríos, como de algún

centro político o ceremonial como Tequia, Guaca, Mogotocoro o Servitá, que parecen haber sido los epicentros de las "parcialidades" chitareras más importantes de la actual provincia de García Rovira. Con todo, los estudiosos de la región coinciden en señalar la precariedad de su población y recursos al momento de la conquista española. Según los cálculos más optimistas la población aborigende García Ro vira no alcanzaba a los 1 O. 000 habitantes38. Para colmo de males, las nuevas producciones e instituciones introducidas por la dominación española no hicieron más que drenar esta escasa población hacia los centros mineros, situados a considerable distancia de la provincia. Esta "exportación" de indios agregada a las consecuencias nefastas de las epidemias, la sobreexplotación, la aculturación y la desmoralización, condujeron a una acelerada disminución de la población aborigen, hasta el punto de que a mediados del sig]o XVII tan solo sobrevivía una sexta parte de ella, de modo que si ·aceptáramos como válidos los cálculos rnencionadosantes, hacia 1650 la población indígena de la actual provincia rovirense apenas sobrepasaba las 1. 500 personas. Esta auténtica "catástrofe demográfica" tuvo que afectar de manera adversa la totalidad de la vida económica y social de la región. 2. LA EFIMERA CIUDAD DE MALAGA Aunque fue visitada sucesivamente en 15 3 2 y 1541 por las huestes de conquista comandadas por los capitanes Ambrosio Alfinger y Hernán Pérez de Quesada, respectivamente, su relativamente escasa y dispersa población indígena y la ausencia 38. Cfr. CROUCH, Ramón y JANVRY, Alan. Breve historia agraria de la Provincia de García Rovira. Bogotá, 1979. Pág. 3. Este cálculo se apoya, a su vez, en los realizados por Germán Colmenares para el total de la población chitarera (unos 32.000 en el momento de la Conquista). V. COLMENARES, Op. cit.. Pág. 44.


de yacimientos de metales preciosos en su territorio, hicieron que la actual provincia de García Rovira resultara, en principio, poco atractiva para la colonización hispánica. Sin embargo, las cosas cambiaron, al menos temporalmente, cuando el capitán Gonzalo Jiménez de Quesada entendió la importancia de fundar nuevas ciudades para legitimar sus pretendidos derechos a la gobernación del "nuevo reino" por él descubierto, y según sus argumentos, jurisdiccional mente independiente de la Gobernación de Santa Marta, de la cual había partido como explorador comisionado por el Adelantado don Pedro Fernández de Lugo. Por ello, una vez afianzadas las fundaciones de Santafé, Tunja y Vélez, en la provincia de los muiscas, Jiménez de Quesada determinó proseguir el proyecto fundador de nuevas ciudades, con el fin de ampliar y consolidar la jurisdicción del "Nuevo Reino de Granada", por entonces un mero artilugio jurídico engendrado por su ambición y la astucia política de Belalcázar, y motivado por la súbita muerte del gobernador Fernández de Lugo en Santa Marta, que inesperadamente lo convertía de simple lugarteniente en gobernadorde facto, por lo menos de las provincias que había conquistado con su hueste. Como quiera que Jiménez de Quesada debió viajar a España con la intención de clarificar su situación, de cara a las reclamaciones de don Alonso Luis de Lugo, legítimo heredero de la gobernación de Santa Marta y por extensión del Nuevo Reino, decidió nombrar corno su lugarteniente de capitán general y justicia mayor al capitán Gonzalo Suárez Rendón, asentado por entonces en la recién fundada ciudad de Tunja. Fue por ello que, continuando con la política quesadista de consolidar derechos jurisdiccionales con la fundación de ciudades, el cabildo de Tunja, reunido el 1 O de marzo de 1542 bajo la presidencia del capitán SuárezRendón, determinó comisionar al alcalde ordinario

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y capitán Jerónimo de Aguayo para fundar otra ciudad más al norte, que recibiría el nombre de Málaga en memoria de la patria chica de Suárez Rendón, y que debería situarse provincias de Tequia y Euqui".

en "las

Unos días más tarde el capitán Aguayo se puso en marcha al frente de su hueste conformada por 50 soldados y 20 caballos. Cruzaron el Chicamocha por la cabuya del Capitanejo, y más tarde debieron enfrentar la resistencia de los chitareros "en el primer vado dela quebrada de Tequia", según nos cuenta el cronista Aguado. Una vez doblegada la oposición de los naturales, Aguayo procedió a formalizar la fundación de la que hubiese sido la cuarta ciudad del Nuevo Reino, muy cerca de los cercados del cacique y el poblado de los indios tequíes. La fecha exacta de la fundación no ha sido posible determinarla, pero los investigadores más acuciosos la sitúan entre fines de marzo y comienzos de abril de 154239. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que Aguayo, siguiendo puntualmente las instrucciones de Suárez Rendón, estableció el primer cabildo, integrado por Pedro Rodríguez y Pedro de Segovia como alcaldes; Pedro García, Juan de Trujillo, Juan de la Cueva, Juan Bejarano, Lope Méndez, Pedro Blanco, Pedro Gutiérrez y Salvador Martín como regidores; y Hemando de Garibay como secretario". Como primer párroco actuó el fraile dominico Francisco de Avila. 39. Cfr. MATOS HURTADO, Bcllsario. "La ciudad de Málaga no se fundó el todemanode 1542". En: Hacaritama. Vol. 6,Nº88(mayo). Ocaña, 1942. 40. Cfr. FERNANDEZDEPIEDRAHITA, Lucas. Noticiahistorial de las conquistas del Nuevo Reino de Granada. Bogotá: Kelly, 1973. Tomo 2, Pág. 119. Sobre los miembros identificados de la hueste que fundó a Málaga véase el anexo 1.

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El cabildo procedió a repartir solares, estancias y encomiendas entre los miembros de la hueste de Aguayo, y los nuevos pobladores comenzaron a edificar la iglesia, casa cural, edificios del cabildo, cárcel, y sus propias casas de habitación. De haberse consolidado Málaga como ciudad, muy otra habría sido la suerte de la provincia, pues sus derecho jurisdiccionales le hubiesen permitido concentrar buena parte del excedente económico generado en minas, estancias, trapiches y haciendas por el trabajo de los indios de encomienda y los negros esclavos. Sin embargo, las tempranas pugnas políticas entre el bando de los seguidores de don Gonzalo Jiménez de Quesada y el de los adeptos al gobernador Alonso Luis de Lugo, darían al traste con esta posibilidad41• En efecto, el 3 de mayo de 1543 llegó ala ciudad de Vélez el gobernador Alonso Luis deLugo, quien procedió de inmediato a desconocer todos los repartimientos de indios y los ordenamientos de los quesadistas. Convocó a los cabildos de Santafé, Tunja y Vélez y al gobernador Gonzalo Suárez Rendón, encargado por Gonzalo Jiménez de Quesada y su hermano Hernán. Cambió a todos los funcionarios, e hizo encarcelar a Suárez y los expropió de sus bienes. Hizo, además, vacar todas las encomiendas de las 3 ciudades, y las readjudicó, y de paso ordenó la destrucción de la incipiente Málaga, alegando la ilegitimidad de su fundación. Para evitarse mayores problemas, Lugo procuró ganarse la voluntad de Aguayo para anular el acto fundacional. Por ello, el primer encomendero de Tequia, don Juan Rodríguez de la Parra, recordaba en 1549 que había sido el mismo Aguayo quien había despoblado hacía varios años el "pueblo viejo". Como recompensa por su colaboración, Lugo le otorgó a Aguayo la 41. Sobre los conflictos entre los partidarios de Quesada y Lugo véase: MARTINEZ GARNICA, Armando. Legitimidad y proyectos políticos en la conquista del Nuevo Reino de Granada. Bogotá: Banco de la República, 1992. Cap. 3.

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recompensa por su colaboración, Lugo le otorgó a Aguayo la posesión sobre la encomienda Guane de Chanchón y lo hizo su teniente de gobernador en Vélez.

Así pues, la primera fundación de Málaga fue un proyecto frustrado por los conflictos entre luguistas y quesadistas, y por la caída en desgracia de Suárez Rendón, su principal impulsor. Luego de la abolición de la ciudad, empero, el valle de Tequia no se despobló completamente. En su territorio se poblaron encomenderos, hacendados y estancieros, cuyos descendientes y agregados fueron creciendo con el correr del tiempo. Fueron ellos los que, a lo largo de los siglos XVII y XVIII impulsaron la erección de parroquias en la región. 3. LOS PUEBLOS DE INDIOS A mediados del siglo XVI, demolida la ciudad de Málaga y establecida en su lugar la de Pamplona, los indios sujetos a los

caciques o capitanes de Guaca, Cámara, Mogotocoro, Tequia, Servitá, Valegrá, Cepitá y Carcasí fueron encomendados a algunos de los fundadores de ésta última ciudad. Sin embargo, a una distancia deapenas diez años de la fundación de Pamplona, en 1559 la visita de Cristóbal Bueno mostró que tan sólo las encomiendas de Guaca y Mogotocoro superaban los 500 tributarios. Las demás encomiendas de la provincia, bien podían calificarse de muy pobres, dado el muy escaso número sus de indios. Sin duda, la evidente pobreza demográfica indígena de la actualprovincia de García Rovira explica la escasez de congregaciones de pueblos de indios en su territorio. De hecho, cuando en 1623 el visitador Juan de VillabonaZubiaurre redujo a diez las doctrinas dependientes de la ciudad de Pamplona, tan solo tres de ellas estaban situadas en territorio rovirense: Guaca, Tequia y Carcasí42. 42. Sobre los pueblos de indios véase: MARTINEZ GARNICA, Armando. El régimen del resguardo en Santander. Bucaramanga: . Gobernación de Santander, 1992.


recompensa por su colaboración, Lugo le otorgó a Aguayo la posesión sobre la encomienda Guane de Chanchón y lo hizo su teniente de gobernador en Vélez. Así pues, la primera fundación de Málaga fue un proyecto frustrado por los conflictos entre luguistas y quesadistas, y por la caída en desgracia de Suárez Rendón, su principal impulsor. Luego de la abolición de la ciudad, empero, el valle de Tequia no se despobló completamente. En su territorio se poblaron encomenderos, hacendados y estancieros, cuyos descendientes y agregados fueron creciendo con el correr del tiempo. Fueron ellos los que, a lo largo de los siglos XVII y XVIII impulsaron la erección de parroquias en la región.

3. LOS PUEBLOS DE INDIOS A mediados del siglo XVI, demolida la ciudad de Málaga y establecida en su lugar la de Pamplona, los indios sujetos a los caciques o capitanes de Guaca, Cámara, Mogotocoro, Tequia, Servitá, V alegrá, Cepitá y Carcasí fueron encomendados a algunos de los fundadores de ésta última ciudad. Sin embargo, a una distancia deapenas diez años de la fundación de Pamplona, en 1559 la visita de Cristóbal Bueno mostró que tan sólo las encomiendas de Guaca y Mogotocoro superaban los 500 tributarios. Las demás encomiendas de la provincia, bien podían calificarse de muy pobres, dado el muy escaso número sus de indios. Sin duda, la evidente pobreza demográfica indígena de la actualprovincia de García Rovira explica la escasez de congregaciones de pueblos de indios en su territorio. De hecho, cuando en 1623 el visitador Juan de Villabona Zubiaurre redujo a diez las doctrinas dependientes de la ciudad de Pamplona, tan solo tres de ellas estaban situadas en territorio rovirense: Guaca, Tequia y Carcasí42. 42.

Sobre los pueblos de indios véase: MARTINEZ GARNICA,

Armando. El régimen del resguardo en Santander. Bucaramanga: . Gobernación de Santander, 1992


ENCOMENDEROS Y ENCOMIENDAS DE GARCIA ROVIRA, 1559. ENCOMENDERO

ENCOMIENDA

Nº DE INDIOS

Ortún Velasco

Guaca y Cepitá

573

Francisco de la Parra

Servitá

331

Miguel de Tiebas

Suta (Valegrá)

y Rasgón Nicolás de Palencia

Riurapapera

83

(Valegrá) Simón del Basto

Tututa

398

Benito Castro

Mogotocoro

659

Juan Rodríguez de la Parra

Tequia

72

FUENTE: COLMENARES, G. Op. Cit. Págs 32-39.

Guaca, una de las poblaciones más numerosas, le fue encomendada en 1553 al capitán Ortún Velasco. La Real Provisión que otorgó a Velasco la encomienda dejaba en claro que a los caciques de Guaca y Bicha estaban sujetos los capitanes e indios Umpalá, Cepitá, Bureo, Largua, Griticota, Babala, Quitirnacua, Arribuca, Cupocata, Labaja, Bobri, Ruri, Manuere, Cuscuta, Muncucata, Pirita, Gatoca y el señor Irnagará con sus sujetos y 400 casas de indios en la provincia de Mechica, lo que nos da una idea clara de su relativo poder y la importancia de sus asentamientos. Velasco tomó posesión de estos indios en Pamplona, el 2 de enero de 1554. En ese momento el cacique de Guaca declaró que tenía en su pueblo un total de 563 indios. Esta


circunstancia hizo que desde ese mismo momento el cacique quedara obligado a entregarle como tributo 80 mantas y una cuadrilla de 30 indios mineros para el lavado de las arenas auríferas, proceso que necesariamente redujo su población. De hecho, los asentamientos tempranos de Bucaramanga y Bucarica se produjeron con indios procedentes de Guaca. La congregación de los indios en pueblo de doctrina debió ocurrir en 1565, durante la visita del capitán Melchor Vásquez Campuzano. El 20 de mayo de 1602 el pueblo fue nuevamente visitado por el capitán Antonio Beltrán de Guevara, y en 1623 por el oidor Villabona Zubiaurre, quien le agregó los indios de Mogotocoro, Listará y Cámara. Por último, en 1778 fue visitado el pueblo por don Francisco Moreno y Escandón, quien no logró reducirlos al pueblo de Tequia, como era su intención. Desde la concesión de la encomienda los indios beneficiaban para el encomendero 50 fanegadas de trigo y otras tantas de maíz, lo cual les obligaba a destinar 6 gañanes para el arado, siembra y desyerbe. De otro lado, 2 indios arrieros debían ir al río del Oro seis o siete veces a llevar la harina y cuatro o cinco veces a las minas de las Vetas a llevar el maíz para los indios mineros. Le criaban también cerdos y le hacían quesos de leche de vaca. El tributo se completaba con la cuadrilla de 14 indios lavadores que asistían en el río del Oro. A más de ello, por su conexión con la producción minera, los indios de este pueblo se dedicaron a la producción de maíz, papa y verduras para vender en las minas de Vetas y a otras partes. De hecho, todavía en octubre de 1778 los mineros del real de Vetas expresaron al visitador Moreno y Escandón que la extinción del pueblo de Guaca los perjudicaría, porque sus indios ( con los de Silos) los abastecían de carnes, manteca, maíz y dulces. Por su parte, el indio José Hemández representó que ellos abastecían también a la ciudad de Girón de papa, cebollas,

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quesos, tasajos de carne de cerdo y vaca, amén de laborar en la limpieza del ejido de dicha ciudad. En ese momento sólo habitaban Guaca 78 indios tributarios, número, empero, suficiente para perpetuar su existencia independiente, la cual logró mantener hasta después de la independencia, cuando, en 1821, fue convertido en Distrito Parroquial autónomo, adscrito al Cantón de Málaga. Sobre los orígenes de la doctrina de Tequia se sabe que en 1 544 el gobernador del Nuevo Reino de Granada, don Alonso Luis de Lugo, encomendó los indios de su jurisdicción al capitán Juan Rodríguez de la Parra, después de cuya muerte pasaron a su viuda doña Catalina López. Con el tiempo, la administración de estos indios pasó a las manos del segundo esposo de doña Catalina, el capitán don Antonio de Enciso. La congregación de los indios de Tequia en pueblo de doctrina bien puede remontarse a los tiempos de la visita del capitán Melchor Vásquez Campuzano, en 1583. Durante la visita del licenciado Luis Enríquez en 1602 se contaron 90 indios tributarios. Al parecer fue este mismo visitador quien delimitó el resguardo. En 1623, cuando se produjo la visita de don Juan de Villabona Zubiaurre, se contaron 74 indios tributarios en el pueblo, que seguía encomendado en don Antonio de Enciso Este ordenó su reducción al pueblo de Servitá, y efectivamente después de quemarles sus bohíos éstos se asentaron en el pueblo de reducción señalado. Sin embargo, la resistencia opuesta por su cacique, apoyado por el encomendero, tuvo éxito, pues la Real Audiencia anuló el 30 de agosto de 1624 la orden del visitador, restituyó a los tequíes sus resguardos antiguos, y ordenó la edificación de una nueva iglesia en el mismo sitio donde se había quemado la antigua, otorgando además la administración de su doctrina a los dominicos. Cuando el visitador Juan de Valcácer legó a visitar el pueblo en 163 5 pudo constatar que en ese momento aún estaban

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encomendados en Enciso y que la población del pueblo era de 360 indios, de los cuales 60 eran tributarios, 17 reservados y 16 estaban ausentes en otros pueblos. En 1688 la cuenta de los contribuyentes al estipendio mostró que existían para entonces 78 indios tributarios. Por esos días Tequia formaba parte del Corregimiento del partido de Duitama. Pocos años después, con motivo de la erección de la parroquia de Málaga en 1695, los límites del pueblo de Tequia fueron reducidos. En agosto de 1778 el visitador Moreno y Escandón propuso al virrey que se mantuviera la existencia del pueblo de Tequia, parte ahora de la jurisdicción del Corregimiento de Sogamoso, y que a él se redujeran los de Guaca, Servitá y Carcasí, pero pasándolo a la jurisdicción de Pamplona, por quedar más cerca que Sogamoso. Argumentó que ello los beneficiaría a todos porque los resguardos de Tequia eran abundantes y fértiles, amén de su ventajoso situación para el comercio. Sin embargo, este proyecto no se realizó por la resistencia que opusieron los pueblos destinados a reducirse a éste. Carcasí, por su parte, fue sede de doctrina desde 1621 por determinación del arzobispo Fernando Arias de Ugarte, sin embargo, dos años más tarde el visitador Juan de Villabona determinó la congregación de los indios de Carcasí en el pueblo de Servitá. Como estos regresaron al poco tiempo a su asiento tradicional alegando conflictos étnicos con los indios de Servitá, el visitador Diego Carrasquilla Maldonado ordenó una vez más su congregación en 1642. Al traslado se resistieron esta vez no solo los indios, sino su encomendero José de Rojas Camacho, quien prefirió pagar de balde el estipendio del doctrinero de Servitá más un cura secular que atendiera la evangelización efectiva de sus indios. Entre tanto, al lado del pueblo de indios se erigió la más temprana parroquia del actual territorio rovirense después de la

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despoblación de Málaga, pues en 163 3, año en el cual realizó su visita pastoral a la región el arzobispo de Santafé Fray Bemardino de Almansa, éste, considerando el creciente número de vecinos blancos, mestizos, negros y mulatos que se contaban entre Soatá y Pamplona, decidió erigir por primera vez la parroquia de San Juan de Sahagún en Carcasí. Poco después, y debido a la obstinación de los indios por mantenerse en su territorio tradicional, al respaldo brindado por su encomendero y a la creciente agregación de vecinos blancos en Carcasí, el visitador Diego de Baños y Sotomayor no tuvo más remedio que formalizar dicha agregación en 1657, y recomendar una nueva erección de parroquia. A partir de ese momento el encomendero Rojas contando con el apoyo de los frailes dominicos y de los vecinos blancos e indios promovió la reconstrucción de la vieja iglesia doctrinera y el proyecto parroquial. Este no se concretó de inmediato, pero a cambio de ello los dominicos administraron el pueblo durante cerca de 20 años más. En 1671, sin embargo, el presidente Liñán y Cisneros ordenó la secularización del curato. Un siglo más tarde, en el año de 1770, el virrey Messía de la Zerda ordenó una vez más traslado de los indios a Servitá. Y aunque este no se cumplió sino temporalmente, los vecinos blancos aprovecharon esta vez la ocasión de verse desembarazados de ellos para pedir su propia parroquia argumentando que con su salida Carcasí se había quedado "sin ser pueblo ni parroquia". Tras las visita del doctor José Manuel Ranjel a fines del mismo año, y luego de tener que aceptar una complicada transacción con los indios, los vecinos blancos lograron su cometido cuando el arzobispo Agustín Manuel Camacho autorizó finalmente la nueva y definitiva erección de la parroquia de San Juan de Sahagún de Carcasí el 23 de marzo de 1772. Con el decreto aprobatorio del 11 de abril siguiente expedido por el virrey, Carcasí dejó de ser definitivamente pueblo de doctrina.

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4. EL POBLAMIENTO PARROQUIAL DE LOS SIGLOS

xvn v xvrn

Desaparecida la ciudad de Málaga los términos de su fugaz jurisdicción fueron repartidos entre las ciudades de Pamplona y Tunja. La quebrada que desde entonces recibió el nombre de El Término, en cercanías de Tequia, pasó a constituirse en la frontera jurisdiccional de ambas ciudades. La actual provincia rovirense quedó de este modo escindida y bajo la jurisdicción de los cabildos de Tunja y Pamplona. Así, de la primera dependían con bastante aproximación los territorios de los actuales municipios de Macaravita, Capitanejo, Enciso, San Miguel y La Concepción. A la segunda fueron adscritos los que habían sido originalmente asignados al cabildo de Málaga. Se respetaba de este modo no solo la abolida jurisdicción capitular de Málaga, sino la antigua frontera étnica entre la ches y chitareros. Con el paso del tiempo y el lento crecimiento de la población blanca y mestiza que pasó a sustituir, así fuera parcialmente, a la cada vez más escasa población aborigen, se inició en la región el proceso de erección parroquial, inicialmente promovido por hacendados y estancieros interesados en concentrar alrededor de sus tierras la esquiva mano de obra, so pretexto de su preocupación por el abandono espiritual de sus dispersos y generalmente muy pobres vecinos. Así surgieron por lo menos las tempranas parroquias de Capitanejo y San Miguel, alentadas inicialmente por los hacendados asentados en sus predios. Otro factor motivante de las primeras erecciones parroquiales en la provincia fueron los sucesivos intentos de los visitadores reales por abolir los pueblos de indios con el argumento de la disminución de éstos y la proliferación en sus resguardos de una creciente población blanca y mestiza. De hecho, incentivada por ambos factores apareció la primera parroquia de la provincia: la de Carcasi-Capitanejo. La

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progresiva invasión del pueblo de indios de Carcasí por campesinos blancos y mestizos, y la construcción de una capilla dotada con una generosa capellanía por parte del capitán Bartolomé de Aguilar en su hacienda de "El Capitanejo" motivaron al arzobispo Bernardino de Almansa a que durante su visita episcopal de 1633, y teniendo en cuenta la enorme distancia que mediaba entre las parroquias entonces existentes de Soatá y Pamplona para atender al ya importante número de vecinos asentados entre ambas, decidió erigir en parroquia a la iglesia del pueblo de indios de Carcasí, bajo la advocación de San Juan de Sahagún, y en su viceparroquia a la capilla de la hacienda del capitán Aguilar bajo la advocación de San Bartolomé, en honor de su fundador. Así nació la primera parroquia de blancos de García Rovira. Su duración, sin embargo, no fue muy larga, pues los inexorables cambios demográficos y económicos llevaron a que, mientras la parroquia matriz de Carcasí volvía a convertirse en 1642 en doctrina de indios dependiente de Servitá, la capilla de Capitanejo -reforzada su dotación inicial por una nueva y más rica capellanía fundada por don Cristóbal Verde de Aguilar, sobrino del capitán Bartolomé, pasaba en el mismo año a erigirse por primera vez en parroquia. Pero tampoco esta nueva situación sería definitiva, ya que mientras Carcasí volvió a ser parroquia en 1772, Capitanejo retrocedió a viceparroquia de San Miguel en 1781. Menos accidentada y mucho más estable fue la erección parroquial de Málaga, donde desde 1691 los capitanes Francisco Sotomayor F auste y Melchor de Villa Negrón iniciaron gestiones para restablecer parroquia en el antiguo asiento de la ciudad. Con el fin de facilitar el proyecto el presbítero Tomás de Ayala donó media estancia de tierra de propiedad de su hermano don Juan de Ayala. Una vez conseguida la aprobación del arzobispo, Luis Martínez Ochoa a nombre de los promotores de la erección parroquial solicitó aJ corregidor de Tunja que ordenara la 66


necesaria congregación de los vecinos en la estancia donada por los Ayala, para proceder a configurar el trazo urbano. El corregidor comisionó al capitán Lorenzo de Rojas Camacho, quien el 8 de enero de 1695 dio a los vecinos de la nueva parroquia el perentorio plazo de cuatro meses para configurar su trazado urbano construyendo sus casas de habitación, iglesia, casa cural y cárcel, que inicialmente habría de servir de carnicería. Así, en mayo de 1695 ya debían estar sentadas las bases materiales de la parroquia, so pena de una multa de cincuenta patacones. Y aunque resulte por ahora imposible precisar la fecha real de la congregación efectiva de los vecinos de Málaga, lo cierto es que desde 1694 éstos habían logrado la erección formal de su parroquia. En 1821, como reconocimiento a su apreciable crecimiento económico y demográfico y a su destacada participación en la gesta independentista, Málaga fue erigida a la categoría de villa. Macaravita, por su parte, vino a construirse en la tercera parroquia de la provincia. En este caso la dinámica fundacional provino principalmente del común de sus vecinos, quienes, administrados hasta entonces en Jo espiritual por los curas de Capitaneja y Chiscas, sucesivamente, solicitaron a finales del siglo XVII constituirse en parroquia. Y aunque no lograron de inmediato el tan anhelado status parroquial, consiguieron en

cambio llegar a viceparroquia dependiente del cura de Guacamayas, con la anuencia del presidente don Gil de Cabrera y Dávalos. Transcurrido el primer tercio del siglo XVIII, y luego de un segundo intento frustrado en 1725, los vecinos de Macaravita volvieron a solicitar en 1734 la erección de parroquia en su localidad. Y aunque debieron enfrentarse a la oposición de los curas vecinos de Guacamayas, Guaravitebas y Boavita, el 20 de octubre del mismo año recibieron al cura de Tópaga, designado por el arzobispo de Santafé para adelantar los trámites

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concernientes a la erección solicitada. El visitador comisionado aprobó la parroquia siete días más tarde, y el 29 de octubre dejó esbozada la traza urbana en tierras donadas para tal fin por el capitán Juan Lozano y su esposa Catharina Vera. El arzobispo Antonio Claudia Alvarez dio su aprobación para la nueva parroquia el 4 de febrero de 173 5. El presidente de la Real Audiencia le dio pocos días después su visto bueno, convirtiéndose de este modo la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción y San Claudia de Macaravita. A Macaravita le siguió Cepitá, cuya parroquia fue erigida justo a la mitad del siglo, ya que sus habitantes se plantearon la conveniencia de erigirse en parroquia en 1749, después de haber recibido la visita pastoral del arzobispo Pedro Felipe de Azúa. Hasta entonces habían gozado del rango de viceparroquia subordinada a la villa de San Gil. Con ese fin otorgaron poder a Juan Manos Alvas el 24 de julio de 1750, el cual le fue luego traspasado a Miguel Calderón, quien finalmente adelantó ante la curia santafereña las diligencias que se le habían encomendado. Sin embargo, como el proyecto parroquial de Cepitá implicaba la segregación de feligreses y territorio de las parroquias de San Gil, Girón, Guaca, Tequia y Mogote, sus promotores debieron afrontar fuerte oposición de los curas afectados, pero muy particularmente del de San Gil, el influyente e ilustrado doctor Basilio Vicente de Oviedo. Debido a ello, de no haber sido por la inusual, directa y personal intervención del virrey don Alfonso Pizarra, el proyecto parroquial de Cepitá seguramente se hubiese ido a pique. Pero gracias a la influencia que sobre el virrey ejercía el misionero jesuita José Pagés, este intervino ante el arzobispo y el prelado, a su vez, desatendió los reclamos de los curas afectados y de su propio promotor fiscal, y aprobó la erección de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Cepitá el 7 de noviembre de 1751.

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Un lustro más tarde el cura doctrinero del pueblo de Guaca, el fraile dominico José de Las Casas, reconociendo la conveniencia de administrar por separado a sus feligreses indios y blancos, tomó la iniciativa de fundar una viceparroquia dependiente de su curato. El mismo adquirió de Juan Fernando Caballero media estancia de tierra en el sitio de San Andrés, con el fin de diseñar la traza urbana de la congregación viceparroquial. Luego de las gestiones pertinentes Fray José obtuvo el 25 de junio de 1757 la licencia arzobispal para celebrar misa y administrar los sacramentos en la capilla que para tal fin había hecho construir. Sin embargo, al poco tiempo los vecinos congregados en San Andrés comenzaron a gestionar por su propia cuenta su total autonomía con respecto al pueblo de Guaca, del cual no querían seguir siendo "agregados", so pretexto de las persecuciones y atropellos a que los sometían los indios.del lugar. Empero, el intento separatista de sus vecinos blancos y mestizos fue recibido con la más contumaz oposición por los indios de Guaca apoyados por su doctrinero. Pese al conflicto suscitado, Fray Las Casas obtuvo en su favor una real provisión que confirmó la existencia legal de la viceparroquia como dependiente de su curato, la cual leyó después de la misa que celebró en la capilla de San Andrés el 24 de febrero de 1760. Once días después volvió a Guaca, envió unos indios a recoger sus enseres personales, y desde entonces puso todo su empeño en impedir la erección de parroquia en San Andrés, alegando incluso su derecho de ordenar la destrucción de la capilla por ser suyas las tierras en las cuales se había levantado. Los vecinos de San Andrés, sin embargo, no se arrendaron. De inmediato iniciaron los trámites para la erección de su propia parroquia, de tal modo que el 11 de julio de ese mismo año el arzobispo José Javier de Araus expresó por primera vez su conformidad con el proyecto parroquial. Pero los

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argumentos esgrimidos por el cura y los indios de Guaca dilataron el proceso durante más de dos años, pues apenas el 17 de febrero de 17 63 y luego de dos visitas especialmente ordenadas por la curia, el arzobispo tomó definitivamente la decisión de erigir la parroquia de San Andrés. Desde entonces, San Andrés se consolidó como uno de los más pujantes poblados de la región. Los vecinos del Valle de la Miel, por su parte, habían sido inicialmente vinculados a la temprana parroquia de Capitanejo, fundada por el arzobispo Almansa en 1633. Posteriormente, en 1757, el visitador Diego de Baños y Sotomayor determinó adscribirlos como "agregados" a la doctrina del pueblo de indios de Carcasí, pero desde ese mismo momento, los vecinos del valle, encabezados por el rico hacendado don Miguel de Palencia, solicitaron al arzobispo ser administrados en su propia capilla, situada en el La Balagula, en predios de la hacienda de Palencia. Y lo consiguieron, pues el 27 de abril de 1657 el provisor del Arzobispado autorizó la fundación de la parroquia de San Miguel Arcángel, aprobada el 4 de mayo por el presidente Pérez Manrique. Sin embargo, la oposición cerrada al proyecto parroquial de San Miguel de parte de los dominicos, titulares de la doctrina de Carcasí, y del promotor de la parroquia de Capitanejo don Cristóbal Verde de Aguilar, hicieron naufragar la temprana parroquia de San Miguel. Hubo, pues, que esperar un siglo para que los vecinos del Valle de la Miel se animaran nuevamente a intentar su secesión eclesiástica del curato de Carcasí. En efecto, en 1758 ungrupodeellosse atrevió a solicitar la erección de viceparroquia en su territorio. Con el fin de apoyar la iniciativa, que honraba la memoria de uno de los antepasados de su difunto marido, la viuda de don José Palencia ofreció donar un cuarto de estancia para edificar la iglesia y la traza de la

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congregación viceparroquial. Sobre esa base el visitador eclesiástico comisionado para el efecto procedió a delinear la naciente población y a autorizar la erección de San Miguel en viceparroquia. Cuatro años más tarde, y contando ya con una sólida iglesia de cal y canto, los vecinos de San Miguel se plantearon ahora la conveniencia de erigirse en parroquia. Recibida la solicitud correspondiente, el arzobispo José Javier de Araos comisionó al cura de Macaravita para verificar el cumplimiento de las condiciones requeridas para fundar parroquia. Como resultado del informe y las gestiones adelantadas por su comisionado, el arzobispo autorizó la erección definitiva de la parroquia de San Miguel Arcángel el 28 de enero de 1763. De este modo los vecinos del Valle de la Miel lograron su autonomía eclesiástica y administrativa con evidente anterioridad a la vigencia de las reformas introducidas por el rey Carlos III. Poco tiempo después un nuevo factor comenzó a incidir en la evidente proliferación de parroquias en la provincia rovirense. Se trataba del ímpetu reformista insuflado en todos los territorios bajo el dominio español por el progresista rey don Carlos 111 y sus ministros. Las denominadas reformas borbónicas, en su intento por consolidar el poder real y por facilitar la solución de los crecientes conflictos ocasionados por los vecinos blancos y mestizos "agregados" a los decadentes pueblos de indios, promovieron la fundación y secularización de parroquias, mejor controladas por el real patronato que las doctrinas administradas hasta entonces por las órdenes de regulares. Con tal fin, una real cédula dada el 18 de octubre de 1764 mandó proveer curas seculares o regulares en las aldeas situadas a más de cuatro leguas de sus respectivas cabeceras parroquiales. Al recibirla, la Real Audiencia de Santafé informó al Real Consejo de Indias, en 21 de junio de 1'770, que aunque ya se habían erigido algunas parroquias en la Arquidiócesis sería muy dificil

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dar cumplimiento a esta cédula si se permitía a los párrocos que presentasen en los tribunales alegatos adversos a la desmembración de sus parroquias. Este informe fue examinado en el Real Consejo de Indias, el cual el día 2 de marzo de 1771 emitió una nueva cédula que ordenaba realizar una visita general al territorio Arquidiocesano con el fin de reconocer las distancias que mediaban entre las cabeceras de los curatos existentes, tras de los cual se procedería a reformar los tamaños de las parroquias antiguas mediante un acuerdo entre el arzobispo y el virrey, de tal modo que para los feligresados distantes más de cuatro leguas de la iglesia matriz deberían erigirse capillas y establecerse tenientes de cura. El 20 de junio de 1774 el promotor fiscal del Arzobispado dirigió una carta al rey para advertirle sobre los obstáculos que interponían los curas para impedir que sus parroquias fueran desmembradas con el fin de erigir otras nuevas, solicitándole el despacho de otra cédula que ordenase que las nuevas erecciones fuesen diligenciadas sin previa consulta a los curas vecinos, dejando sólo en el virrey, como vicepatrón real que era de la Iglesia neogranadina, la potestad para otorgar las licencias de erección. Propuso además que los catorce tabernáculos que habían sido expropiados a los jesuitas deberían donarse a los vecindarios pobres interesados en erigir parroquias. Su petición fue escuchada en el Real Consejo, pues el 2 de junio de 1776 se despachó desde Aranjuez la real cédula que ordenaba la realización de los procesos de erección parroquial sin admitir oposiciones de los curas vecinos, y aplicó a los vecindarios pobres interesados los objetosdel culto que habían pasado de los jesuitas a los administradores del Ramo de Temporalidades. La real cédula de 1771 fue aplicada inmediatamente en la jurisdicción de Pamplona, donde, para el caso de la actual provincia rovirense, la misión le fue encomendada al diligente y


capaz doctor Manuel Ranjel, auténtico promotor del apreciable número de parroquias que a partir de ese año se erigieron en la región. De hecho, en el marco de esas reformas y de esa visita se inscriben las erecciones parroquiales de Carcasí, Molagavita, La Concepción, Enciso, El Cerrito, Capitanejo y Tequia, ya que, apenas conocida la real cédula de 1771, el arzobispo de Santafé comisionó al doctor Rangel para que adelantara la visita de divulgación de dicha real cédula y la consiguiente promoción de la erección de nuevas parroquias en la zona sur de la jurisdicción de la ciudad de Pamplona. En cumpliminsto de su misión, el visitador Ranjel se aposentó sucesivamente en Tequia, Málaga y Servitá, desde donde ejecutó con admirable acuciosidad y notable éxito su cometido. Carcasí, que había sido sucesivamente sede de doctrina en 1621, primera parroquia del actual territorio santendereano en 1633, y doctrina de indios subordinada a Servitá en 1642, aprovechó la favorable coyuntaura que se le ofreció a partir de 1770, año en el cual el virrey Messía de la Zerda ordenó una vez más traslado de los indios a Servitá. Y aunque este no se cumplió sino temporalmente, los vecinos blancos aprovecharon esta vez la ocasión de verse desembarazados de ellos para pedir al visitador su propia parroquia argumentando que con su salida Carcasí se había quedado "sin ser pueblo ni parroquia". Tras las visita del doctor Ranjel a fines del mismo año, y luego de tener que aceptar una complicada transacción con los indios, los vecinos blancos lograron su cometido cuando el arzobispo Agustín Manuel Camacho autorizó finalmente la nueva y definitiva erección de la parroquia de San Juan de Sahagún de Carcasí el 23 de marzo de 1772. Pero en sentido estricto, en el contexto de la visita del padre Ranjel el proyecto parroquial que más pronto se cristalizó fue el de Molagavita. En efecto, dado que en su visita al lugar


éste encontróunanumerosa población con los recursos suficientes para sufragar los gastos de la parroquia, una vez formalizadas sus obligaciones, en enero de 1772 el visitador les concedió a los vecinos un plazode dos años para construir iglesia de paja, casa

cural, cárcel, y levantar sus casas de habitación. De inmediato éstos compraron a doña Catalina Fajardo el lote requerido para tal fin y bajo la supervisión del acucioso padre Ranjel iniciaron el primer trazado urbanístico del poblado. Y como resultado del concepto favorable que sobre el sitio y los vecinos rindiera el visitador, el arzobispo de Santafé erigió formalmente el 3 de junio de 1772 la parroquia de San Pedro deMolagavita. El virrey Messía de la Zerda la aprobó el 30 de junio. Otra población que logró un rápido proceso de erección parroquial con motivo de la visita del doctor Ranjel fue La Concepción. Poblada desde un comienzo por colonos blancos y mestizos, en el Valle del Gallinazo se fundaron a partir del siglo XVII varias estancias y haciendas. Ello hizo posible que con el correr de los años se congregaran en el lugar un apreciable número de pobladores que inicialmente fueron agregados en lo religioso a la doctrina de Servitá. Pero cuando en el año de 1772 pasó por el lugar el visitador eclesiástico, los vecinos aprovecharon la ocasión para solicitarle la erección de su propia parroquia. Con ese fin nombraron como su apoderado en Santafé al abogado Isidro Aldana. Sin embargo, en este primer intento sólo consiguieron que el arzobispo autorizara la erección de viceparroquia el 18 de marzo de 1772, manteniéndolos de este modo subordinados al cura de Servitá. Descontentos con la determinación del arzobispo, a finales del mismo año un grupo de vecinos insistió en la fundación de parroquia. Con ese fin hipotecaron tierras, cañaduzales, trapiches, fondos, pailas, esclavos y ganados para garantizar la congrua del cura, la lámpara del Santísimo y las tres

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cofradías exigidas por los cánones. Esta vez su nuevo apoderado, José Manuel de Cáceres Enciso, obtuvo un rápido y satisfactorio resultado, pues el 6 de marzo de 1773 el arzobispo autorizó la erección de la nueva parroquia de Nuestra Señora de la Concepción del Gallinazo. El 20 de julio del mismo año el virrey Guirior aprobó la fundación y de inmediato se inició la traza urbana del poblado bajo la supervisión del cura de Servitá y de su alcalde partidario. En 1825, una vez consolidada la república, el gobierno nacional le otorgó a La Concepción el título de villa. En el Valle de Enciso, entre tanto, prosperaba un importante núcleo de vecinos, dedicados a hacer producir sus cañaduzales y trapiches, y quienes desde comienzos del siglo, estimulados por el maese de campo don Martín Camacho de Rojas, habían intentado fundar viceparroquia en la capilla de la hacienda de éste último. Sin embargo, el intempestivo y traslado de don Martín con su familia a la ciudad de Tunja impidió que este proyecto prosperara. Hubo, pues, que esperar hasta la visita eclesiástica del doctor Ranjel para que los vecinos del Valle de Enciso se animaran nuevamente a solicitar erección de parroquia. Y aunque la solicitud formal fue presentada al propio visitador por el apoderado del vecindario, José de los Santos Carvajal, el proyecto parroquial del Valle de Enciso debió enfrentar la oposición del cura de Málaga AJejo de Rojas. Debido a ello el visitador se vio precisado a comisionar al maestro Juan Vicente Tello para adelantar las gestiones de rigor, las cuales inició en enero de 1772. Como resultado de las mismas, se escogió el lugar de El Lavadero para la edificación de la congregación parroquial, y se remitieron los autoscorrespondientes a Santafé. Una vez recibido el expediente el Arzobispo comisionó a su vez al maestro José Ferro, cura del Cocuy, para formalizar la erección de la nueva parroquia.

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El comisionado llegó al Valle de Enciso el 27 de enero de 1773, aprobó el sitio elegido y procedió a asegurar la construcción de la iglesia y su correspondiente dotación. El 3 de febrero, una vez formalizada por sus dueños Manuel Suárez Herrera y Juana María de Figueroa la donación del predio escogido, el maestro Ferro procedió a delinear la traza urbana, aprobó la fundación, y la solemnizó el acto con una misa. Los trámites del proyecto parroquial continuaron en Santafé, y a despecho de insistente oposición de los vecinos y el cura de Málaga, el arzobispo aprobó la erección de la parroquia de San José de Enciso el 9 de agosto de 1773. Tres meses más tarde el virrey don Manuel Guirior le dio su visto bueno. En el mismo año de gracia de 1772, y evidentemente motivados por la multiplicación de parroquias que había generado en la región la visita del padre Ranjel, lo habitantes de los Aposentos de los Cerrillos iniciaron gestiones para obtener su propia parroquia. Definitivamente decididos a lograrlo, el 18 de enero confirieron poder a don Vicente Calderón para que iniciara las gestiones pertinentes, argumentando que Los Cerrillos se encontraban situados en el centro de un vecindario de más de 400 almas, entre Servitá y Concepción, obligados a seguir agregados a una doctrina de indios, o a desplazarse hasta la distante parroquia de La Concepción para alcanzar los sacramentos. Y aunque los vecinos reconocían su pobreza, señalaron estar dispuestos a construir una iglesia decente y a hipotecar sus tierras y ganados para sostener al cura, la lámpara del Santísimo y las tres cofradías requeridas. En vista de que no hubo oposición de curas vecinos de Servitá y La Concepción, y que más bien estos respaldaron con entusiasmo la pretendida fundación, el provisor del Arzobispado promulgó el 24 de mayo de 1775 el decreto de erección de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Cerrito. El virrey don Manuel de Guirior lo aprobó como Vicepatrono el 20 de JUnlO.

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Sin embargo, a mediados de 1778, y luego de recorrer la comarca, el visitador Moreno y Escandón, habiendo observado la evidente pobreza del poblado se permitió proponer al virrey Flórez la conveniencia de fusionar las parroquias del Cerrito y La Concepción, y situarlas ambas en el resguardo de Servitá. La sugerencia del visitador no fue acogida, pero tanta razón tenía que, aunque a comienzos de 1775 los promotores dela parroquia habían ratificado su compromiso para ello, en 1782 todavía no había logrado edificar una iglesia decente. Pero a pesar de todo la parroquia se sostuvo, y sobre ese fundamento se constituyó el actual municipio de El Cerrito. Más tardíamente, pero como resultado, sin duda, de la misma dinámica insuflada a la región por las reformas borbónicas y lavísita del padre Ranjel, Capitaneja intentó el restablecimiento del rango de parroquia, al cual había sido erigido en 1642, pero que había perdido en el decurso de la recesión que se vivió en toda la región durante el siglo XVII. Por ello, aprovechando que en 1781 los dominicos desistieron finalmente de su obstinado interés por el curato que habían usufructuado por más de dos siglos, un grupo de vecinos optó por solicitar al arzobispo el nombramiento de cura propio y la erección de parroquia en Capitaneja. A esta solicitud se agregó la de la iglesia secular que pretendía las tierras que habían administrado hasta entonces los dominicos como herederos de la capellanía fundada por don Cristóbal Verde de Aguilar en 1638. Como resultado de todo ello, el 19 de septiembre de 1781 el arzobispo Caballero y Góngora precisó que aunque se siguiese llamando "parroquia" a Capitaneja, no había títulos ni más documentos que lo acreditasen. En cosecuencia, Capitaneja pasó a sernuevamente viceparroquia por voluntad del arzobispo, pero esta vez adscrita a San Miguel. A pesar de todo, finalmente, en el año de 1804 los vecinos de Capitaneja lograron la erección definitiva de su parroquia, cerrando, por lo demás, el dinámico ciclo de población parroquial que se había iniciado en la actual provincia rovirense en la segunda mitad del siglo XVIII.

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Y a a comienzos del siglo siguiente, cuando alboreaba apenas la Independencia, y evidentemente en el ámbito de un nuevo ambiente político, en el año de 1812 el vecindario de indios, blancos y mestizos del pueblo de Tequia inició el proceso de erección de la antigua doctrina en parroquia. El 1 de abril de 1813 el Gobernador del "Estado Libre y Soberano de Pamplona",

José Gabriel Peña, abrogándose no solo el fuero episcopal, sino el mismísimo patronato real, expidió en Piedecuesta un sui generis auto de erección civil de la parroquia de Tequia. Sin embargo, pocos meses más tarde, en octubre de 1813, José Antonio Maldonado, apoderado del vecindario de Tequia, solicitaba, esta vez ante el provisor general del Arzobispado de Santafé, la erección canónica de la parroquia. Atendiendo a la solicitud, la Curia Metropolitana, haciendo caso omiso del auto del gobierno revolucionario de Pamplona, envió como visitador comisionado para adelantar los trámites canónicos al padre Juan Ramón Padilla. Realizada la visita y en vista del concepto favorable del comisionado el provisor arzobispal otorgó el título de parroquia de Nuestra Señora de los Remedios y San José de Tequia el 12 de enero de 1814, asignándole como linderos los de la antigua doctrina. El gobierno civil ratificó de manera inmediata la determinación de la curia. El 15 de julio de 1815, a solicitud del párroco de Tequia, el promotor fiscal del Arzobispado autorizó la anexión del feligresado de Anchicuta ampliando de este modo su jurisdicción, en desmedro de la de Málaga. De manera la de Tequia vino a ser la última parroquia estatuida durante la vigencia del régimen colonial en la provincia rovirense.

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PARROQUIAS COLONIALES DE GARCÍA ROVIRA PARROQUIA

Málaga

ADVOCACIÓN

San Jerónimo y N" S' de la Soledad

FECHA DE ERECCIÓN

1542* 1694

Macara vita

N" S' de la Concepción y San Claudio

1735: feb. 4

Cepitá

N' S' del Rosario

1751: nov. 7

San Miguel

San Miguel Arcingcl

1763:ene.

San Andrés

San Andrés Apóstol

1763: feb 17

Carcasí

San Juan de Sahagún

1633*

28

1172: mar. 23 Molagavita

San Pedro Apó111ol

1772: jun. 3

La Concepción

N' s• de la Concepción

1773: mar. 6

Enciso

San José

1773: ago. 9

El Cerrito

N' S' del Rosario

1775: may. 24

Capitanejo

San Banolomé

1804

Tequia

N' s• de los Remedios y San José

1814: ene. 12

* Erección fallida FUENTE: Archivo Arquidiocesano de Nueva Pamplona. Erección de Parroquias.

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DESARROLLO POBLACIONAL DE LOS VALLES DE CUCUTILLA Y ARBOLEDAS: De los Pueblos de Naturales a los Feligresados Parroquiales Por: SILVANO PABON VILLAMIZARº.

l. INTRODUCCION

La construcción y difusión del conocimiento histórico es fundamental en toda sociedad. La comprensión de su pasado es factor esencial en la construcción de una identidad y la reafinnación del sentimiento de pertenencia a una sociedad, pueblo o nación. Así, en este ámbito, la reconstrucción de los orígenes y el devenir histórico de cualquiera de nuestras poblaciones es de indudable importancia. La población que en este sentido y con estos propósitos hoy nos ocupa y nos interesa es Cucutilla, municipio nortesantandereano de la cuenca del río Zulia, profusamente rica en historia y tradición. La presente obra abarca su historia, desde los tiempos hispánicos hasta los contemporáneos. Se explican los procesos llevados en la administración, explotación y extinción de los 43. Historiador Universidad Industrial de Santander. Investigador Patrimonio Histórico Documental de la ciudad de Pamplona.

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grupos nativos o indígenas que habitaban su territorio, la colonización de los llamados blancos y el mestizaje, y la construcción o institución jurídica y urbanística de la actual parroquia y su municipalidad. Se enfatiza el papel de la Iglesia y la religiosidad del pueblo como principales elementos impulsores de estos procesos. Y se estudian las condiciones y los procesos particulares de ta erección de su parroquia y construcción de su templo, y su incidencia en la organización eclesiástica y civil de la sociedad. En la Colonia, y aún en la República, es a partir y alrededor del párroco que las comunidades pequeñas se organizaron como instituciones jurídicas y político administrativas. Se señala su estrecha e indisoluble relación histórica con el pueblo o doctrina de Arboledas, a través de las distintas épocas; desde la administración indígena, la agregación de colonos blancos y mestizos, hasta lo relativo a los proyectos de erección parroquial, de uno y otro feligresado. Arboledas y Cu cu tilla son poblaciones en las que se dieron todos los procesos y rupturas encontrados en las comunidades o localidades de este país. Son históricamente poblaciones tipo como objeto de investigación, con una gran riqueza y sustento documental. Para la elaboración del presente trabajo fue necesario escudriñar, organizar y analizar la información depositada en los distintos fondos documentales existentes en los archivos: Arquidiocesano de Nueva Pamplona (AANP-NS), Histórico de Pamplona (AHP-NS), General de la Nación (AGN), Histórico Regional de Bucaramanga (CDIHR-UIS), y Parroquial de Cucutilla (APCtilla-NS); y la consulta de fuentes de segundo orden. 2. LAS COMUNIDADES INDÍGENAS: SU ENCOMIENDA Y SU DOCTRINA Las cuencas de los ríos Cucutilla y Zulasquilla hacían parte de lo que en tiempos hispánicos se llamó "el valle de

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Arboledas o las Arboledas", o "la Provincia de Arboledas", como se referían al lugar de procedencia de la población indígena que habitaba estos parajes". Esta población vivía dispersa en los valles, laderas y cañadas, que tendían "más a calientes que a frío", siguiendo los ríos y quebradas. Los primeros repartimientos indios? asignados en este valle fueron los pueblos de: Arcabuzazo al Capitán Ortún Velasco, con cédula real de26 de Febrero de 1550; Arcabuzazo o Tarquema al Capitán Alonso Puelles de Esperanza, con cédula de 4 de Noviembre de 1554; Zulasquilla encomendados en Gonzálo Rodríguez, con cédulade9 de Enero de 1550; Taqueroma o GuayabasAgrazy laBixaen Francisco Hemández de Castañeda, con cédula de 9 de Enero de 1554; laBixa en Pedro de Arévalo, con cédula de 9 de Enero de 1554; los pueblos de Siravita y Chicaguaos de Arboledas en Francisco de Castro, con cédula de 1 de Febrero de 1558; los indios de Arboledas o Gacheteta y los de Arboledas del valle de arriba en Juan de Cuellar, con cédula de 24 de Marzo de 1550; Tequisa y Chicaguaos de Arboledas encomendados en Gutiérrez de Oruña con cédulas de 1554y 1557; y los pueblos de Lurureta o Luruteta, Tebtarigua y Chicaguaos del Valle de Arboledas encomendados en Antón García, con cédula de Agosto 6 de 155046• 44. Pertenecían a grupos chitareros, pobladores prehispánicos del territorio de lo Antigua Provincia de Pamplona, esto es, desde las estrivaciones del rio Chicamocha hasta la cordillera de Mérida en Venezuela. Encomendados todos en vecinos de la ciudad de Pamplona, fundada en 154 9. 45. Grupo o comunidad indígena que Se! entregaba a un español, encomendero, quien les administraba, doctrinaba y explotaba su fuerza de trabajo. 46. AGN, Visitas de Santander Tomo 0003 IT 709v-88 l v. Visita efectuada por el licenciado Cristóbal Bueno a los repartimientos de la Provincia de Pamplona en 1559. En: COLMENARES, Germán. Encomienda y Población en la Provincia de Pamplona (1549-1650). Bogotá:UniversidaddelosAndes, 1969. Y JARAMILLOURIBE,Jaime. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura No. 5. Bogotá: Universidad Nacional.

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Toda la población indígena de estos valles, es decir, de las actuales jurisdicciones de Cucutilla y Arboledas fue involucrada en las distintas empresas productivas instituidas por los vecinos de Pamplona, sus encomenderos. Así pues, de los pueblos de Arcabuzazo, Zulasquilla, Guayabas Agras, La Bixa, Chicaguaos y Arboledas, se sacaron cuadrillas de lavadores para los veneros o placeres auríferos del Río de Oro, distrito minero de sus amos. En 15 5 9, la población minera del Río del Oro proveniente del valle de Arboledas y Cucutilla sumaba los 150 mineros, la mayoría con sus mujeres y "chusma"47. Simultáneamente las estancias, tanto agrícolas como ganaderas, instaladas en lo largo del valle, fueron involucrando poco a poco el grueso de los brazos útiles existentes en las comunidades indias; sin dejar de mencionar el alto número de mujeres y "chinas" que eran sacadas de sus familias y pueblos para el servicio doméstico en las casas y haciendas de los encomenderos. En 1559, la visita de Cristóbal Bueno, Escribano de Su Majestad y Visitador de la Tierra, tuvo por objeto censar y tasar tributos a la población indígena de toda la provincia de Pamplona. Los registros arrojaron una población en la zona de 4662 almas antes de la primera epidemia de viruela y "peste", que en este año diesmó en gran cuantía la población indígena, especialmente en los distritos mineros, a donde se llevaban cuadrillas de hasta 40 hombres, los cuales iban siendo reemplazados por otros si fallecían o huían de las minas. Sin embargo, el descenso demográfico no sólo se dio por esta razón o por la transhumancia a que eran obligados los naturales, sino por la desarticulación de sus familias y la alteración del régimen social preexistente. Vemos pues como en este año 47. Ibídem. Chusma, término utilizado para asignar a los niños con edades entre los dos y 14 rulos.

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de 1559, pueblos como Arboledas, que había sido sometido en una campaña de conquista tardía, 1553-1554, registró 115 viejos, enfermos y ausentes, Zulasquilla registró 105 en la misma condición y Chicaguaos 41 enfermos", factores éstos que incidieron notablementeen la paulatina extinción de las comunidades indígenas en esos primeros lO años de vida hispánica en el terntorio.

POBLACIÓN INDIGENA DEL VALLE DE ARBOLEDAS Y CUCUTILLA EN 1559 PUEBLOS

Arcabuzazo Arcabuzazo Zulasquilla Guayabas Agraz La Bixa La Bixa Siravita-Chicagua Arboledas-Gacheteta Chicaguaos-Arboledas Tequisa Lururetas, Chitaguaos y Tebtaríguas Total almas

POBLACIÓN

ENCOMENDEROS

PRINCIPAL PRODUCTO

609 217 591 236 401 264 605 503 611 221

Cap. Ortún Velasco Cap. Alonso Puelles de Esperanza Gonzalo Rodríguez Francisco Hernández de Castañeda Francisco Hernández de Castañeda Pedro de Aré,-alo Francisco de Castro Juan de Cuellar Gutiérrez de Oruña Gutiérrez de Oruña

Maíz y bija Maíz y cabuya Maíz y papa Maíz Maíz y bija Maíz y bija Maíz Maíz y bija Maíz Maíz

404

Antón de García

Maíz y bija

4.662

Fuente: AGN, Visita.\ de Santander. Tomo 3. ff709v-88lv. COLMENARES, Op Cir.

En la Provincia de Pamplona se iniciaron, para los años de 1583 y 1586, los poblamientos indios a la usanza hispánica con 48. Ibidern.

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el objeto de congregar y poblar las comunidades indígenas en asentamientos "a manera de los pueblos de España", y de instituir en forma efectiva los procesos de doctrina49 e hispanización de la población de naturales. Pero durante estos años en el valle de Cucutilla, ni Don Juan Velasco de Montalvo, encomendero de Arcabuzazo, ni Pedro de Arévalo, encomendero de la Bixa y Guayabas, ni los demás encomenderos del Valle, pusieron mayor interés en dicho proceso; sólo hasta el año de 1602, el corregidor de Tunja, Don Antonio Beltrán de Guevara, pobló los indios de Arcabuzazo, los de Sisa vita, los de Guayabas Agras y los propios de Arboledas,dándole "traza para hacer calles y plaza"; pero sobre todo, asignando tierras de resguardo" a cada pueblo, y previendo la construcción de una capilla de doctrinera en cada asentamiento. Los indios del pueblo de Arcabuzazo fueron sometidos por su encomendero, el capitán Juan Velasco de Montalvo, al trabajo en los placeres del Río de Oro, al trabajo agrícola en su hacienda de Bucarica y en las plantaciones de tabaco y cañaduzales en inmediaciones del mismo pueblo. Una vez poblados, estos naturales no regresaron a su "natural'?', mientras que los que 49. Institución colonial creada para la administración eclesiástica y social de las comunidades indígenas, preferiblemente a cargo de las Ordenes religiosas. La doctrina del valle de Arboledas estuvo a cargo de la Orden de San Francisco (OFM). 50. Tierras que La Real Corona asignaba como propias a las comunidades indígenas, "tierras decomunidad", donde la población se sustentaba y reproducía, al tiempo que se restituía la autoridad étnica y se garantizaba la doctrina. 51. Hábitat o medio, lugar de nacimiento o procedencia del indígena.

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quedaron en el valle de su pueblo cultivaban maíz y tributaban con trabajo en las estancias y aposentos de su encomendero". En 1623 el oidor Villabona Zubiaurre practicó en la Provincia de Pamplona una reagrupación y agregación de pueblos indios, demoliendo los pequeños y juntándolos en asentamientos mayores, conformando 1 O doctrinas o pueblos de indios con sus respectivas tierras de resguardo. Así pues, los naturales de todo el Valle de Arboledas fueron agregados por barrios en el pueblo de Arboledas. . La doctrina de Arboledas quedó conformada por los pueblos de Arboledas, encomienda de Juan Muñoz Barrientos, Arcabuzazo de Juan Velasco de Montalvo, Siravita de Alonso Pérez de Arroyo, Guayabas Agras del capitán Pedro de Arévalo, Queneroma y Zulia de Melchor de Torres, Cáchira y Olatena de Juan Ramírez de Andrada, Cáchira Baja, Uneroma y otra parcialidad de Cácota, de Francisco de Orozco". En resumen, la doctrina de Arboledas la conformaban ocho caciques, 136 tributarios", 33 reservados", 611 chusma y 70 huidos para un total de 858 almas en 162356. 52. MARTINEZGARNICA,Armando.El Régimen del Resguardo en Santander Bucararnanga: Universidad Industrial, 1993. Págs 37-42. Luego, con la visita del Oidor Juan Villabona de Zubiaurre al Río del Oro, en 1622, se ordenó el poblamiento de los indios del distrito minero y Bucarica en el pueblo de Bucararnanga, del capitán Juan Velasco de Montalvo; indios, en buena parte, provenientes del repartimiento de Arcabuzazo. 53. Ibídem. 54. Hombres útiles para el trabajo entre los 15 y 50 años de edad. 55. Indios que desempeñaban oficios de república, esto es, cargos relacionados con el gobierno étnico comogobernador, capitanes, regidores, alcaldes o alguaciles, y los cantores y sacristán de la capilla, así como los sirvientes del cura doctrinero. 56. COLMENARES, Op. Cit. Pág. 57.

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Con esta reagrupación no sólo se demolieron los pueblos pequeños para formar grandes y más estables doctrinas, sino que las tierras de resguardo y valles enteros quedaron libres para la expansión de la empresa agrícola y ganadera de los colonos blancos y mestizos, quienes pasaron a ocupar las tierras realengas de los resguardos extintos. Así pues, a partir de este evento, los valles fértiles de Cucutilla iniciaron su transcurrir histórico al margen de la población indígena, aunque de hecho los tributarios encomendados del sector seguían trabajando en las haciendas y estancias .de sus amos, o como mitayos de alquiler en las plantaciones y granjas de los terratenientes no encomenderos, que para estos tiempos ya eran la mayoría de los pobladores rurales de la Provincia.

3. LOS PROYECTOS PARROQUIALES EN TERMINOS DEL ANTIGUO PUEBLO DE INDIOS DE ARBOLEDAS Una vez eregida la doctrina de Arboledas, construida allí la capilla doctrinera, y nombrado cura propio en ella, los vecinos blancos y mestizos del valle quedaron en condición de agregados al pueblo de indios. Los moradores del valle y sitio de Cucutilla tuvieron que asistir al templo de Arboledas para ser administrados eclesiásticamente y cumplir con sus preceptos de Fe, en razón a que el único cura del sector entre Pamplona y Salazar, era el Frayle doctrinero del pueblo de Arboledas. En el transcurso del siglo XVII los vecinos o agregados blancos y mestizos del pueblo de Arboledas, sector de Cucutilla, fueron ampliando sus mejoras y asentamientos individuales como haciendas y trapiches y estancias ganaderas. Entre los estancieros y hacendados del sector se hallaba el Maestro Don Diego de Buitrago, presbítero diocesano vecino


de la ciudad de Pamplona, quien en 1670 fabricó una capilla en sus aposentos y hacienda de Cucutilla57. El presbítero Buitrago consiguió licencia del Maestro Don Francisco Juan de Aguinao, arzobispo del Nuevo Reino, para construir esta capilla en sus aposentos de Cucutilla, aduciendo como motivos "la distancia que hai" y el paso de un caudaloso río entre los agregados del lado de Cucutilla y el pueblo de Arboledas. Así pues, vemos como merced a la propuesta e influencia del padre Buitrago, hacendado del lugar, los vecinos de Cucutilla contaron con una capilla ornamentada en su feligresado, donde eran administrados por el Frayle doctrinero del pueblo de Arboledas. La vice-parroquia de Cucutilla se instituyó como sufragánea o agregada al curato de Arboledas, y sus vecinos considerados como tales, agregados al referido pueblo o doctrina. Cien años de laboriosidad y aumento paulatino de la población vivieron los vecinos de Cucutilla hasta 1772. El 13 de Mayo de este año, aprovechando la visita pastoral que hacía al pueblo de Arboledas el Doctor Don Juan Antonio Rangel, visitador eclesiástico comisionado por el Arzobispado, y ante la inminente demolición del pueblo de Arboledas por decreto de la Real Audiencia, los vecinos pidieron que se les erigiera en parroquia con cura propio. En los últimos años los atendía el 57. AGN, Poblaciones de Santander. Rollo 007. Itcm 001. ff66r-v. Los aposentos y hacienda de Cucutilla era uno de los diversos asentamientos agrícolas del valle, propiedad del Padre Buitrago, quien más que benefactor y constructor de la pequeña capilla, consiguió que ésta recibiera título de vice-parroquia, intitulada con la advocación de Nuestra Señora del Rosario, privilegio que conservó hasta 1804, fecha en que se erige Cucutilla como parroquia formal, Dichos aposentos y capilla en mención se localizaban en el sector del actual Cucutillita.


cura del pueblo de Chopo y a él estaban agregados, en razón al mencionado proyecto de demolición58• En su petición manifestaron que los habitantes del alto de Sirnitarigua y sus alrededores imploraban a la Autoridad Eclesiástica se le erigiera Cucutilla en parroquia por halJarse muy lejos, tanto de la capilla doctrinera de Arboledas como de la Iglesia parroquial de Pamplona. Esta fue entonces, la primera propuesta o proyecto de erección parroquial del vecindario de Cucutilla, aunque comunitariamente mantenían el estatus de vice-parroquia, con una capillita construida y ornamentada desde 1670, como ya se anotó. En su visita a Arboledas, y en razón a la solicitud elevada por los vecinos de Cu cu tilla, se levantó un padrón del feligresado que arrojó un total de 82 casados y 13 viudos y solteros cabezas de familia, en un perímetro comprendido entre "el alto de las Cuevitas hasta la quebrada de Román"59. Se pidió una certificación al cura doctrinero de Arboledas, Fray Antonio Fernández de la Parra, O.F.M., como testimonio necesario para validar el proyecto de erección parroquial": El franciscano conceptuó como ciertos los impedimentos y razones expuestas por los cucutillenses en su solicitud. El Decreto Real que en 1772 ordenaba la demolición del pueblo de Arboledas, el traslado de los naturales al pueblo de 58. AANP-NS, Erección de Parroquias. Tomo 0052. ff 325r-327v. Solicitud de Parroquia por los vecinos blancos agregados al pueblo de Arboledas, sitio de Cucutilla, 1772. 59. AANP-NS, Erección de Parroquias. Tomo 52. ff325r-327v. Informe del Dr. Juan Antonio Rangel, provisor general del Arzobispado, sobre su visita al pueblo de Arboledas, 1772. 60. lbidem. Fray Antonio Femández de la Parra, descendiente de antiguos pobladores de Pamplona, fue el último franciscano que asistió como doctrinero en el pueblo de Arboledas, residió allí por más de cuarenta años hasta su muerte en 1782.

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Chinácota, y la erección de parroquia en el valle para los agregados blancos y mestizos, no se verificó; y por el contrario en 1774, el virrey Manuel Guirior dejó sin efecto lo establecido en el mencionado decreto, y dispuso que los vecinos agregados adelantaran los trámites necesarios para que allí se erigiera una parroquia, dejando los pocos indios existentes como vecinos, y cuidando que les quedaran suficientes tierras61• Está determinación gubernamental no favoreció mucho los anhelos de la pretendida parroquia en el sector de Cucutilla, y generó en consecuencia una intrincada rivalidad entre los dos feligresados para obtener el título de parroquia, e incluir el vecindario opuesto. En estas circunstancias, en 1776, Don Josef Sánchez, vecino de la ciudad de Pamplona y residente en el valle de Cucutilla, hizo donación a nombre de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la vice-parroquia de Cucutilla, "de ciento y sinquenta y siete varas de tierra, de largo, ygualmente cientoy sinquenta de ancho, en lo mejor de el plan de sus tierras para que se fabricase dicha capilla, y casa del señor cura... "62.

Donación que recibió el padre Fray Antonio Fernández de la Parra, cura doctrinero del pueblo de Arboledas, quien ocasionalmente les asistía en la primera capilla de Cucutilla, distante media legua del plan donde se proyectaba la nueva Iglesia Parroquial, según la intención del donante63.

61. AGN, Poblaciones de Santander. Tomo 7. Item I fT 72-78. Acta de la Junta General de Tribunales, presidida por el virrey Manuel Guirior y efectuada en Santafé, Abril 16 de 1774, en la que se reordena jurídicamente la tocante al pueblo y doctrina de Arboledas. 62. APCtllla-NS, Escritura de donación otorgada por los feligreses de Cucutilla, para la nueva erección de parroquia. 63. Ibidem.

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Pasados varios años, al fin se cumplió en 1778 la demolición del pueblo de Arboledas, según lo dispuesto en los autos de la visita practicada por el fiscal de la Real Audiencia, don Francisco Antonio Moreno y Escandón". Posteriormente, en 1790 se comisionó al cura interino de Arboledas para que levantara una información sobre las factibilidades reales de la proyectada erección parroquial en Cucutilla. El, entre otras razones manifestó que: "se tiene visto ya el plan para la parroquia en parte cómoda y tierra suficiente que hizo donación un vecino ... , tierra limpia de sabana, media legua distante de la capilla de Cucuti/la y a gusto de todo el vecindario "6J.

A su vez, los vecinos del sector escribieron al Señor Arzobispo del Nuevo Reino en Santafé insistiendo que tenían para asistir a los oficios religiosos en Arboledas, y pidiendo que les concediera licencia para" que el cura se venga a residir al sitio de Cucutilla trahiendo todos los parámetros de aquella Iglesia a la capilla del dicho Cucutilla?". Sin embargo, ni los vecinos de Cucutilla ni los del lado de Arboledas lograban su erección parroquial, pues una vez demolida la doctrina de Arboledas, los dos feligresados fueron agregados al pueblo de Chopo, cuyo doctrinero, el padre Josef Gregorio Barragan los administraba esporádicamente en persona o enviando un sustituto suyo. Y luego, en 1801, los herederos del primer benefactor del proyecto parroquial de Cucutilla, Gregorio, Rafael, JosefRamón, Inés y Beatriz Sánchez, ratificaron

64. MORENO Y ESCANDON, Francisco Antonio. Indios y Mestizos de la Nueva Granada a finales del siglo XVIII. Bogotá: Banco Popular, 1985. Págs 416-526. 65. AGN, Poblaciones de Santander. Tomo 7. Item 1 f62. 66. Ibídem.

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la donación de tierras que había hecho su padre para la nueva parroquia en el año de 1776; al tiempo que el padre Barragán levantó un padrón de la agregación de Cucutilla en el que se contaron 663 almas en 133 familias y 31 solteros67. El padre Josef Gregorio Barragán exponía a su prelado, el Doctor Fray Fernando del Portillo y Torres, entre otros asuntos que: "Tengo hecho en la capilladeste Chopo a losyndiosy vezinos de él, estar real y verdaderamente extinguido el pueblo de Arboledas, y sus vezinos y moradores sujetos a la capilla viceparroquia de Cucutilla, y esta ser ya agregación deste pueblo, conforme a lo determinadopor Vuestra Señoría Ylustrísima"68•

En el Arzobispado se dispuso que fuera en la primera capilla de Cucutilla donde se habrían de celebrar los oficios religiosos, y a ella debían estar sujetos los de Arboledas, reconociendo "la vice-parroquia la Cucutilla como su Y glesia"; hecho que tenía "sumamente gustosos y dando gracias al Señor" a los cucutillenses, quienes aún más fervorosos se empeñaron en levantar Iglesia, trazar la plaza, hacer la casa cural, cárcel y edificio de gobierno; esdecir, todo lo necesario para la institución y poblamiento de los vecinos en la nueva parroquia que pretendían69. Con el favor de la Autoridad Eclesiástica y la solidaridad del cura de Chopo, los vecinos de Cucutilla insistieron en su proyecto de erigirse en parroquia formal. Así, en Noviembre 21 de 1801, José Hipólito Arias, alcalde partidario, Mateo Parada, 67. AANP-NS, Estadísticas. Tomo 62 fT 2r-5v. Información del PadreJosef'GregorioBarragán, cura de Chopo, sobre su curatoy agregación de Cucutilla y Arboledas, Marzo 28 de 1801. 68. lbidem. 69. Ibidem. fT lr-ér.


los mismos hermanos Sánchez y 44 vecinos más firmaron una carta de obligación a favor del Doctor Don José Gregorio Barragán, cura presbítero de Chopo y de la vice-parroquia de Cucutilla, o "a quien suplicaron se le admitiese por inquilino, y del que en adelante lo fuere y el derecho del beneficio representare ... "70• Además se obligaron a "mantener diariamente la lámpara encendida y a la reedificación y de la Y glesia que se está haciendo ... " Pagarían $250 pesos de congrua al sacerdote que tuviesen como cura y las demás obensiones parroquiales en cada año71• Garantizar mediante escritura pública la congrua y sostenimiento del cura era un precepto legal fundamental en la ley municipal hispánica para erigir un curato o parroquia de blancos. Paso seguido se extendían los poderes necesarios para los abogados o procuradores que representarían el vecindario ante las cortes civiles y eclesiásticas en Santafé. En este caso, los vecinos de Cucutilla otorgaron poder a los distintos procuradores de la Real Audiencia, para que adelantaran los trámites respectivos en su causa, llevaran el expediente y solicitaran el nombramiento de su primer cura propio, de preferencia, al padre Josef Gregorio Barragán, su conocido y apreciado pastor".

70. APCtilla-NS. Erección parroquial. ff Ir-7r. Escritura de obligación para la congrua del cura en la erección parroquial de Cucutilla, mano 21 de 180 l. 71. lbidem. 72. lbidem. Poder firmado en la vice-parroquia de Cucutilla por 33 vecinos, el dos de Diciembre de 1801, encabezados por su alcalde partidario, Don José Hipó lito Arias. Cabe anotar, la intervención en este caso del Doctor Don Camilo Torres Delgado, como apoderado de los cucutillenses en esa causa ante la Audiencia, hecho que condujo erróneamente a que se le considerara como el fundador de la mencionada parroquia.

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Luego dados estos pasos, los vecinos de Cucutilla, a través de sus apoderados en Santafé, se dedicaron a cumplir con los requisitos legales exigidos por los tribunales eclesiástico y civil, mientras que se adelantaba la construcción de un templo mayor en las tierras donadas y estipuladas para las obras obligadas en la construcción del asentamiento parroquial, y lugar donde hoy día se encuentra el casco urbano del municipio. La vice-parroquiatenía su asiento en la capilla que otrora construyera el padre Maestro Don Diego de Buitrago en sus aposentos de Cucutilla". Cada uno de los vecindarios adelantaba su proceso o causa de erección parroquial por separado, aunque en los alegatos se hacían mutuamente la guerra74; pero quienes a la postre vieron eregida primero su parroquia, fueron los vecinos del extinto pueblo de arboledas, Marzo 12 de 180375. Así, por ejemplo, en Mayo 15 de 1802, se levantó un padrón de todo el valle, en el cual Cucutilla aparecía con 149 casados cabezas de familia, 56 solteros y viudos y 37 solteras y viudas, mientras Arboledas solo presentaba 45 casados, 11 viudos y solteros y 9 viudas y solteras 76, con lo cual los cucutillenses aducían mayor solvencia poblacional; los arboledanos por su parte alegaban tener curato desde tiempo atrás, merced a haber sido cabeza de doctrina desde el siglo XVI. 73. Sitio de ruinas o antiguo pueblo que hoy se conoce como Cucutillita, aposentos del padre Buitrago en el siglo XVII. 74. AANP-NS, Estadísticas. Tomo 62 tri r-6r. Cucutilla y Arboledas se habían agregado al pueblo de Chopo mientras cada una por separado adelantaba los respectivos trámites para eregirse en parroquia. 75. AGN, Poblaciones de Santander. Rollo 7. Itero 1 fT 1-79. Expediente de Erección parroquial de Arboledas, 1772-1803. 76. APCtilla-NS, Erección Parroquial fT 14r-18v. Padrón de vecinos de Cucutilla y Arboledas levantado por Don Josef Gregorio Barragán, cura de Chopo, y Gregorio Sánchez, alcalde partidario, mayo 15 de 1802.

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En esta misma ocasión, el padre Barragán y el alcalde ordinario sustentaban el estado en que se hallaban las obras del templo, casa cural y cárcel en el plan de la proyectad parroquia. Expusieron como a los vecinos de Cucutilla no les convenía la erección del curato parroquial de Arboledas, auspiciada por el Doctor Don Ancelmo García, cura interino de los dos feligresados, enviado por el Arzobispo Portillo de Torre en 1801, hombre contrario a la erección parroquial en el sitio de Cucutilla". El vecindario de Cucutilla contaba con la capilla tradicional de la vice-parroquia, ornamentada y adecuada para la administración sacramental, sin embargo, y dado el proyecto de erección parroquial, se construyó provicionalmente en el mismo plan donde se fabricaba la Iglesia Parroquial "un Humilladero desente de madera y paja de diez y seis varas de largo y seis varas de ancho", a donde llevaron las reliquias que se hallaban en la vieja capilla de la vice-parroquia, con sus ornamentos y vasos sagrados, con elfin de que el cura que les enviasen los pudiera administrar en el nuevo plan de la futura parroquia 78• La obra del templo había tenido sus tropiezos, como los tenía el proceso en los tribunales de Santafé, sin embargo, en Marzo 23 de 1804, los apoderados de los vecinos de Cucutilla, Francisco Mex:ia y el Doctor Camilo Torres Delgado, expusieron en el Arzobispado que:

77. lbidem. ff 24r-25v. Informe sobre la fábrica del templo de Cucutilla por el Padre Josef Gregorio Barragán, Junio 18 de 1802. 78. El Humilladero de Cucutilla habla sido construido por un señor español, Don Juan Francisco de Navarro y su hija doña Inés, en esos mismos años; y se hallaba en el actual barrio del mismo nombre en esta localidad, casa que fue de "Rosendo Parada en parte, y en parte en lo que fue casa del señor Carlos Julio Landazabal", hoy del seflor Gabriel Antolinez, según nos lo cuenta Don Juan de la Fuente.


"Hay edificada una capilla capaz y suficiente para celebrar las funciones parroquiales, y sí es nueva y se ha levantado provicionalmente

sin dejar la obra de otra yglesia más sólida y

capaz que se está edificando con fervor de todos los vecinos, además de las casas para cárcel y casa del cura':".

Con estos elementos y certificaciones se complementaban los requisitos previstos en la ley municipal para estos eventos. El expediente fue remitido del Arzobispado al despacho del virrey Antonio Amar y Borbón. En aquella primera dependencia del Tribunal Eclesiástico, el Doctor Don Nicolás Mauricio de Omaña, promotor fiscal del, conceptuó en Santafé, a los siete días del mes de Mayo de 1804 que: "Que los vecinos de la vice-parroquia deCucutitla.justiftcando bastantemente hallarse empeñado aquel vecindario en trabajar con el mayor ardor la fábrica de la nueva yglesia,... antes justificando la necesidad de la erección de parroquia que solicitan ... , por esto en el sentir del fiscal, que por lo que toca a la jurisdicción eclesiástica que apruebe la erección de parroquia... •

nll(J

.

Posteriormente, en Santafé, a los 17 días del mes de Agosto del mismo año, y revisados los distintos documentos del expediente: Representaciones, conceptos, autos, decretos, y el mismo título parroquial proveído por el Señor Arzobispo, el

79. APCtilla-NS. Erección Parroquial. f32v. Representación de Francisco Mejía, apoderado de los vecinos de Cucutilla, sobre las obras del templo parroquial, Marzo 23 de 1804. 80. ldibem ff38v-39r. Concepto del promotor fiscal del Arzobispado sobre la Erección Eclesiástica de la Parroquia de Cucutilla, 1804.

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Virrey como Vice-Patrono Real determinó en sus propios términos que: "Concebida por parte del Vice-Patrono Real la erección de parroquia en Cucutilla, ... para que haya lugar con testimonio de la vista Fiscal y del decreto que he dictado ... "81.

Consumado el hecho jurídico, por el Derecho Eclesiástico y por el Patronato Real, la nueva parroquia de Cu cu tilla, es decir, sus feligreses, adelantaron los trámites pertinentes a obtener de los mismos tribunales el nombramiento de su primer cura propio, postulado por ellos mismos, según derecho otorgado por la Ley Municipal vigente para semejantes casos. El nombramiento del primer cura propio de la nueva parroquia de Cucutilla se produjo mediante decreto del virrey Antonio Amar y Borbón, el 26 de Junio de 181 O, y recayó en la persona del presbítero José Gregorio Salazar, quien asumió como tal ese mismo año82. Los anteriores sacerdotes administraron este feligresado en calidad de interinos, tal como lo fueron: los padres Josef Gregorio Barragan, cura de Chopo y primer interino que les administró el Padre Don Leandro Ramón Caballero, Domingo Espinel, Rafael Solano, Vicente Cortázar y el Padre Eusebio B. Trujillo. Así se dio fin a un largo proceso y crecido expediente llevado por los vecinos del valle de Cucutilla, con el cual lograban a más de erigirse en parroquia formal, elevar su condición de agregados a otro curato, y el reconocimiento jurídico de municipalidad y de su condición de parroquianos o 81. Ibidem. f43r. Despacho del virrey Amar y Borbón devolviendo el expediente y aprobando la erección de Parroquia en Cucutilla, Santafé. 17 de Agosto de 1804. 82. ldibem fT 84r-85v. Título proveído por Don Antonio Amar y Borbón, virrey, gobernador y capitán del Nuevo Reino de Granada y presidente de la Real Audiendia de Santafé, el 26 de Junio de 181 O.


vecinos de parroquia, con un cura y Justicias Reales propias; es decir, un alcalde partidario o parroquial, y otros funcionarios que garantizarían la presencia de la Autoridad Soberana en su territorio. Tradicionalmente se ha venido creyendo, sustentado por la historiografia tradicional, que el fundador de esta población fue el Doctor Don Camilo Torres Delgado. Sin embargo, como se ha planteado y sustentado documentalmente, la intervención del ilustre e inmortalizado prócer payanés, no tuvo en realidad mayor incidencia en el proceso de erección parroquial de Cucutilla. Su participación se limitó, como abogado litigante y Procurador de Causas ante la Real Audiencia de Santafé, a representar la causa de los cucutillenses ante los altos tribunales en la capital del Reino83. Así mismo, es oportuno precisar que Cu cu tilla, población cuyo origen se ha venido describiendo con toda rigurosidad, no fue fundada en el sentido estricto de la palabra; es como se ha visto el producto de un proceso de "erección parroquial" en las postrimerías del período colonial de nuestra historia, proceso que entre otras cosas duró más de 3 O años, desde su inicio hasta el nombramiento de su primer cura propio en 1810. En la región solo se fundaron las ciudades de Pamplona, Salazar de las Palmas y Ocaña y la villa de San Cristóbal en Venezuela; los demás asentamientos urbanos se originaron en erecciones parroquiales o el poblamiento de naturales en pueblos de doctrina, razón ésta por la cual difícilmente se les puede asignar un fundador determinado y una fecha exacta de fundación. 83. APCtilla-NS. Erección Parroquial de Cucutilla. Ha sido muy usual que cada comunidad o pueblo tenga un fundador y fecha de fundación, aunque ello en realidad solo sea patrimonio de ciudades; y Cucutilla no ha sido la excepción, más aún si el pretendido fundador es una personalidad tan ilustre como el Doctor Don Camilo Torres,autor del Memorial de Agravios.

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4. EL TEMPLO PARROQUIAL Y SU FABRICA El templo parroquial, en un feligresado católico, fue un requisito y elemento fundamental para que una comunidad obtuviera su erección e institución canónica como parroquia e iniciara formalmente su organización jurídico-política. Su fábrica involucraba los mayores esfuerzos que vecindario alguno pudiera hacer, se constituía en una gran empresa comunitaria, que como tal, unía y consolidaba "la grey" en tomo a su templo, párroco y su administración eclesiástica y sacramental. El fervor y dedicación de los integrantes de un "redil" no se hacía esperar, hacían todo lo que fuere necesario y posible para elevar sobre los demás techos, pajizos o tejados, la mayor y más importante de las casas de un poblado, el templo. A mediados del Siglo XVIIl se generalizaron los procesos de secularización de los feligresados, a costa de la paulatina pero efectiva demolición de las doctrinas y pueblos de indios. Se consolidaron así las nuevas comunidades de blancos y mestizos en un sinnúmero de erecciones parroquiales; hecho que traía consigo la fábrica o construcción de templos, casas curales, cárceles y demás edificaciones que integrarían los cascos urbanos de las actuales municipalidades. Cucutilla no fue ajena a este proceso llevado por cientos de parroquias que se erigieran en las postrimerías del período colonial. La fábrica de su Iglesia Parroquial se inició en 1801. En Junio 18 de 1802, el presbítero Don JosefGregorio Barragán, cura del pueblo de Chopo, y Don Gregorio Sánchez, alcalde partidario en la vice-parroquia de Cucutilla, dieron cuenta del estado de la obra: "Se halla ya construida, lo que es Arco Toral de cada y cuarta de acto, de cal y piedra; el cañón de la Yglesia, sacristía, bautisterio y campanario, está todosimientado de piedra.y pronto para seguir el calicanto de boca de tierra para arriba... "84•

84. APCtilla-NS, Expediente de Erección Parroquial. folio 246.


E informaron lo encontrado junto a la obra: "dos hornos, uno de cocer teja y ladrillo y otro de cocer cal", piedra, madera cortada y tablas aserradas, todo para continuar la fábrica del templo. Sin embargo, en el año de 1802, la obra tuvo un serio retraso debido a la influencia negativa del Doctor Don Ancelmo García, cura interino del valle de Arboledas, quien desanimó a los cucutillenses e impidió que la gente del sector de Arboledas continuara trabajando y participando en la construcción del templo, que para la fecha, había sido propuesto como cabecera del curato para todo el Valle. Y a su vez prometía a los agregados de Arboledas ayudarles en la consecución de su parroquia al margen de la de Cucutilla85. En Febrero 22 de 1804, Luis de Ovalle y el Doctor Don Camilo Torres, procuradores de número y apoderados de los vecinos de Cucutilla en su causa para erigirse en parroquia, sustentaron al Provisor y Vicario General del Arzobispado de Santafé, "que la yglesia de Cucutilla está enteramente concluida, o para concluirse ... "86• Y presentaron como prueba además, un documento hecho por los confinantes de Arboledas, en el cuál se confirmaba la ejecución de la obra: "dieron quexa al Señor Vice-Patrono Real diciendo que sin estar eregida o aprobada la parroquia se construya ya el templo ... "87, El propósito fue, en todo caso, sustentar en lo posible que el requisito del templo se cumplía para que de una vez por todas, tanto el Arzobispado como el Real Patronato, titularan la nueva parroquia. 85. Los vecinos de Cucutilla acusaban a este sacerdote de ser públicamente contrario y opositor a su proyecto parroquial, incluso de haberles quitado o desaparecido las diligencias que ellos venían obrando ante el señor Arzobispo para conseguir su título de parroquia. Y en efecto, el padre Ancelmo García había mandado "rozar, medir plaza, trazar yglesia y hacer nueva cárcel" en el sitio del extinto pueblo de Arboledas. 86. APCtilla-NS. Expediente de Erección Parroquial. f 30. 87. Idem.

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En Marzo 23 de dicho año, los vecinos de Cucutilla sustentaron para certificación del cura de Chopo que: "Hay edificada una capilla capaz y suficiente para celebrar las funciones parroquiales, y si es nueva, y se ha levantado provisionalmente sin dejar la obra de la otra yglesia, más sólida y capaz que se está edificando confuror de todos los vecinos "88•

Pero en estos primeros meses de 1804 no solo la fábrica del templo estaba adelante, sino también las obras de la cárcel y casa cural. Esto hizo posible que: los apoderados del vecindario de Cucutilla, sustentaran que no sólo contaban con una capilla bien dispuesta y ornamentada en dicho sitio, sino que la fábrica del templo, cárcel y casa cural serían una realidad en poco tiempo; según se desprende de su memorial de Abril 20 del 1804: "Edifican una nueva yglesia, capaz, sólida, y para la qua/ tienen acopiados muchos materiales, después de tenerlaya fuera de cimientos... que tienen casa de cura con sus oficinas; y cárcel con su respectiva separación para hombres y mugeres, y sus correspondientesprisiones "89•

Con base en este documento el Promotor Fiscal del Arzobispado pidió la aprobación eclesiástica correspondiente, para poder igualmente obtener la aprobación o erección civil, a cargo del Real Patronato", en cabeza del Virrey del Nuevo Reino; hecho que en efecto ocurrió el 17 de Agosto de 1804, según decreto librado por Don Antonio Amar y Borbón, virrey.

88. Ibídem, f32. Se refieren a la capilla del I lumilladero que se había construído para suplir medianamente las necesidades eclesiásticas y sacramentales, mientras se terminaba la obra del templo parroquial. 89. Ibídem, folio 38r. Previas certificaciones del cura de Chopo, el vicario de Pamplona y el Juez de Diezmos de la misma ciudad. Firma el Doctor Camilo Torres. 90. Potestad que la Autoridad Soberana tenia de regir la administración

y jerarquía eclesiástica colonial, así como la doctrina y erección de nuevos curatos.

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En Abril 19 de 1806, dada la "suma pobreza" del vecindario, y la imposibilidad material de continuar la obra de la Iglesia Parroquial, los cucutillenses resolvieron, a través de su alcalde partidario, pedir licencia al Provisor y Vicario General del Arzobispado para reformar la capillita del Humilladero. Pidieron: "adelantarle ocho varas más a la capilla que está sirviendo por la poca capacidad de ésta?". Al tiempo que solicitaron se diera "por titular de esta parroquia al Señor San Juan N epomuceno y por patrona a Nuestra Señora del Rosario" 92. En aquellos tiempos, de acuerdo a la Ley Municipal Castellana y al Derecho Tridentino de la Iglesia, eran las comunidades quienes afrontaban todos los costos y gastos de un proyecto poblacional e institucional como éste. Así, para erigir un feligresado en parroquia, éstas estaban obligadas a sustentar la congrua y mantenimiento del cura, financiar y sustentar mediante garantían hipotecarias las tres cofradías obligatorias que sostendrían la parroquia, construir y ornamentar el templo, construir cárcel y casa para el cura que los administrare como párroco, y cumplir con las contribuciones que deparaba la Ley en cuanto a derechos, diezmos, primicias y demás obvenciones del cura. Es decir, ni la Iglesia ni el Estado invertían un peso en un proyecto de poblamiento e institución parroquial, fueron los vecindarios quienes merced a su propio peculio y esfuerzo que levantaron sus parroquias y municipalidades. A pesar de haberse nombrado el primer cura propio para la parroquia de Cucutilla en 181 O, seguramente los avatares y desajustes que en todo los aspectos trajo la Revolución de Independencia Política de España, hicieron menos posible que 91. Ibídem, f44r-v. 92. Idem. La actual patrona de esta parroquia es La iruuaculada Concepción, aunque la vice-parroquia que databa de 1670 e incluso la donación del terreno y proyecto de parroquia se habían consagrado a Nuestra Señora del Rosario.

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la obra del Templo se llevara pronto a su fin. Así pues, vemos como en visita pastoral efectuada por el Doctor Pedro Salgar, visitador eclesiástico, al curato de Cucutilla el 6 de Marzo de 1822, se ordenaba al párroco, el presbítero Antonio Tadeo Román, entre otras cosas que: "Las mandasforzosasse entregaran al párroco, llevando éste un libro donde se asienten las entregas, y la inversión de estos dineros en la reedificación de esta Iglesiaque se está levantando a esfuerzos del celo, actividad y eficacia del actual cura y sus vecinos':".

Este testimonio registrado en el primer libro bautismal de la parroquia, confirma el estado inconcluso de la obra, iniciada en Febrero de 180l.

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DOCUMENTO No. l

PADRON DE VECINOS BLANCOS DEL SITIO DE CUCUTJLLA AGREGADOS AL PUEBLO DE ARBOLEDAS Mayo 13 de 1772 CASADOS CABEZAS DE FAMILIA Juan Bermúdez Joseph Anguieta Julián Meneses Joseph Caicedo Joseph de Ortega Buenaventura Santander Salvador Cárdenas Juan Antonio Carrillo Juan Remando Socorrero Ignacio Buitrago Antonio Monte) Juan de Arciniegas Eugenio Silva Ignacio Carrillo Joseph Antonio Díaz Mateo Parada Manuel Parada Casi miro J aimes Tomas Durán Luis de Ortega Joseph de la Vega Miguel Rozo Femando Antolino Jacinto de Ortega Pedro de Ortega Benito de Ortega Francisco Jaimes Alberto Rozo

Ambrosio Becerra Agustín Páez Alberto Bautísta Domingo de Ortega Pheliz de Ortega Juan Manuel Rodríguez Pedro Joseph de Ortega Joseph Carrillo Ignacio Tarazona Juan Ignacio Brito Antonio Soto Manuel Nieto Francisco Caballero Juan Agustín Caicedo Juan Joseph Parada Alexandro Parada Ignacio Jaimes Andrés Javier Laguado Buenaventura Parra Andrés Díaz Bias García Joseph Díaz Antonio Arias Joaquín Hemández Ignacio Aguilar Joseph Jaimes Diego Combita Francisco Piedras

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Pedro Juan Rubio Domingo J aimes Pedro Buitrago Javier Caicedo Salvador Moneada Juan Clemente Atuesta Joseph Moneada Antonio Rozo Juan Montes Bernardino Parada Joseph Antonio Hernández Francisco Rozo Juan Contreras

Antonio Rubio Antonio Mendoza Antonio Luna Felipe Becerra Nicolás Moneada Juan Rodríguez Joseph Antonio Quintano Meregildo Caicedo Juan Jaimes Fernando Contreras Juan Joseph Rozo Luis de Ortega Manuel Antonio Contreras

SOLTEROS Antonio Pío Javier Moneada Antonio Ortega Joseph Bustos Manuel Antonio Durán Gabriel Luna Antonio de Rojas

Basilio Mejía Juan Joseph Vargas Francisco Tarazona Francisco Caicedo Domingo Luna Joseph Manuel Flórez

DOCUMENTO No. 2

PADRON DE LA VICE-PARROQUIA DE CUClJTILLA Mayo 13 de 1802 APCtilla-NS CASADOS CABEZAS DE FAMILIA Francisco Mexia Manuel Buitrago Ramón Bautista Francisco Buitrago

Matheo Parada Juan de los Santos Lizcano Luis Bautista Agustín Durán

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Julián Veserra Pedro Sandoval Guillermo Sandoval JosefTarazona Cayetano Antolines Femando González Juan Gregorio Antolines Miguel Sánchez Rafael Sánchez Mariano Moneada Miguel Rozo Bartolomé Rojas JosefVejar Josef Antonio Araque Mathias Arias Pablo Díaz Remigio Luna Josef Ramos Arias Pablo Xaimes Martín Córdoba Isidro Arciniégas Carlos Antolinez Josef Parada Juan Fernando Durán Tiburzio Ferre! J osef Victor Parada JosefRoxas Bemabé Vejar Dámaso Mendoza Juan Ventura Ortega Bartolomé Ortega Fermín Montes JosefMaría Xaimes Hermenegildo Pabón Josef Antonio Pío Ortega Juan de la Cruz Durán

Juan López Emigdio Tarazona Manuel Calderón Juan Ignacio Morales Femando Rodríguez Josef Antonio Peña Josef Ramón Sánchez Dámaso Sánchez Salvador Cayzedo Josef Antonio Rodríguez Pedro Mora Feliz Vejar Ysidro Vejar Cruz Veserra Buenaventura Parada Domingo Luna Emigdio Moneada JosefMaría Rojas Agustín Botello Pasqual González Y gnacio Arciniégas Juan Parada Alexo Cayzedo Juan Phelipe Parada Juan Agustín Contreras Josef Antonio Sánchez Lorenzo González Miguel Mendoza Eugenio Arciniégas Agustín Ortega Josef Cruz Ortega Francisco Rozo Manuel Antonio Ortega Josef Simón Torres Baltazar Durán ManuelMendoza

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Salvador Velasco Santos Rodríguez Josef Santos Montes Basilio Meneses Domingo Torres Juan de Dios Carrillo Eugenio Beltrán Juan Antonio Meneses Pablo Antonio Ortega Daniel Ortega J osef Antonio Ortega Josef Santos Ortega Diego Díaz Juan Donato Díaz Y gnacio Rincón Juan Antonio Rozo Juan Antonio Cárdenas Juan Antonio Pérez Miguel Bautista Salvador Cárdenas Francisco Cárdenas Y gnacio Contreras Lorenzo Villamiza Atanacio Cárdenas Antonio Artiaga Pedro López Pedro Salzedo Apolinar Ramírez Pedro Regalado Patricio Marziales Fermín Mendoza JosefLeón Ortega Eustaquio Moneada Josef Antolinez Juan Bautista Pabón

Miguel Lizarazo Josef Simón Rodríguez Pedro Basilio Montes Miguel Meneses Fernando Pabón Juan de la Cruz Carrillo Vicente Carvajal Ciprian Pérez Ramón Contreras Francisco Ortega Juan Esteban Ortega Manuel J osef Ortega Feliz Cantalicio Díaz Y gnacio Antonio Ayala Juan de la Cruz Bustos Pedro J osef Ortega Buenaventura Barrientos Laurian Montes JosefYgnacio Cárdenas Antonio Serrano Miguel Lino Contreras Y gnacio Villamizar Manuel Díaz Josef Y gnacio Buitrago Ancelmo Salzedo Vicente Mogollón Miguel Páez Diego Durán Phelipe Marziales Thadeo Pabón Juan Pastor Pabón Francisco Ybarra Josef Osorio Josef Y gnacio Rubio

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SOLTEROS Y VIUDOS Alexandro Moreno Miguel Tarazana Manuel Salvador Ortega Eusebio Carrillo Juan Y gnacio Brito JosefThomas Montes Pablo Ortega Juan Andrés Moneada Manuel Numpe Manuel Díaz Ambrosio Ortega Juan Christóbal Rodríguez Juan Angel Durán JosefManuel Quintana Custodio Ortega Rafael Granados Víctor Ortega Manuel Y sidro Ortega F ermín Ortega Josef Bustos Daniel Osario Josef Victor Rozo Luis Arias Apolinar Parad Victor Cárdenas Prudencia Ortega Phelipe Ortega Manuel Pabón

Nicolás Tarazana Juan Chrisóstomo Pabón Juan Francisco González Luis Carrillo Josef Salomón Brito Henrique Veserra Balentin Ortega Phelipe Pabón Josef María Numpe Guillermo Díaz Josef Antonio Tarazana Antonio Reyes Rodríguez Noverto Cayzedo Emigdio Ortega Juan Nepomuceno Bustos Juan Thomas Atuesta Andrés Ortega Gerardo Ortega Raymundo Ortega JosefFermín Montes Sebastián Rozo Gregario Vejar Juan Bernardo Parada Juan Pablo Hernández Thadeo Díaz Juan Feliz Serrano Juan de Dios Ortega Xavier Y ndarte

VIUDAS Y SOLTERAS Juana Xaugrigui Josefa Cárdenas Bárbara Montes Andrea Mendoza Josefa Garnica

Paula Pabón Bernarda Parada Juana María Durán Simona Jurado Juliana Ortega

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Mariana Numpe Josefa Pabón Francisca Atuesta Gregoria Bustos María Rafaela Gómez María Trinidad Sandoval Basilia Tarazona Josefa Durán Thereza Mantilla Luiza Ortega Catharina Cárdenas Margarita Barrientos María Antonia Xaimes Phelipe Aguilar

Ancelma Veserfá Antonia Veserra Antonia Meléndez Josefa Bustos Susana Sandoval Francisca Tarazona Xaviera Durán María del Rosario Ortega Antonia Buitrago María Reyes Ortega Fabustina Barrientos Y sidor Cárdenas Liberato Ortega

PADRON DEL SITIO DE ARBOLEDAS CASADOS CABEZAS DE FAMILIA

Manuel Antonio Angarita Gerardo Contreras Y gnacio Angarita Juan Pérez Leandro Barrientos Victor Yndarte Josef Antonio Yndarte Gregorio Galvis Claudio Cárdenas Luciano Rolón Juan Feliz Contreras Xavier Rolón J osef Antonio Laguado Joaquín Arenas Claudio Pérez Henrique Fernández Pedro Carrillo Juan Antonio Carrillo Zeledonio Carrillo Pedro Ybarra

Francisco Fernández Juan Suárez Prudencio Rincón JosefYgnacio Ramón Gabriel Garzia Víctor Durán Juan Bautista Yndarte Emigdio Carrillo Bemabé Cárdenas Raymundo Rolón Nicolás Contreras Manuel Salvador Contreras Y gnacio Pabón Ysidro Cano Joaquín Atuesta Josef Anguieta Xavier Angarita Juan de Dios García Y gnacio Carrillo Josef Siprian Pabón

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Mariana Numpe Josefa Pabón Francisca Atuesta Gregoria Bustos María Rafaela Gómez María Trinidad Sandoval Basilia Tarazona Josefa Durán Thereza Mantilla Luiza Ortega Catharina Cárdenas Margarita Barrientos María Antonia Xaimes Phelipe Aguilar

Ancelma Veserfá Antonia Veserra Antonia Meléndez Josefa Bustos Susana Sandoval Francisca Tarazona Xaviera Durán María del Rosario Ortega Antonia Buitrago María Reyes Ortega Fabustina Barrientos Y sidor Cárdenas Liberato Ortega

PADRON DEL SITIO DE ARBOLEDAS CASADOS CABEZAS DE FAMILIA Francisco Fernández Juan Suárez Prudencio Rincón JosefYgnacio Ramón Gabriel Garzia Víctor Durán Juan Bautista Yndarte Emigdio Carrillo Bemabé Cárdenas Raymundo Rolón Nicolás Contreras Manuel Salvador Contreras Y gnacio Pabón Ysidro Cano Joaquín Atuesta Josef Anguieta Xavier Angarita Juan de Dios García Y gnacio Carrillo Josef Siprian Pabón

Manuel Antonio Angarita Gerardo Contreras Y gnacio Angarita Juan Pérez Leandro Barrientos Víctor Y ndarte Josef Antonio Yndarte Gregorio Galvis Claudio Cárdenas Luciano Rolón Juan Feliz Contreras Xavier Rolón J osef Antonio Laguado Joaquín Arenas Claudio Pérez Henrique Fernández Pedro Carrillo Juan Antonio Carrillo Zeledonio Carrillo Pedro Ybarra

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Thomas Emigdro Pabón Juan Gutiérrez

Narcizo Martínez Y gnacio Ortega

VIUDOS Y SOLTEROS Ricardo Pabón Vicente Pabón Gaspar Barrientos Miguel Pérez Melchor Galvis Vicente Angarita

Narcizo Pabón Manuel Antonio Pabón Gaspar Yndarte Juan Bautista Carrillo Justo Guerrero

VIUDAS Y SOLTERAS María de los Angeles Aguilar Y renne Chacón Gertrudis Ybarra Ana María Angarita Antonia Galvis

Hermenegilda Ortega Gregoria Contreras Laura Pabón Vicenta Sánchez

DOCUMENTO

No. 4

ESCRITURA DE OBLIGACION OTORGADA POR LOS VECINOS DE CUCUTILLA PARA GARANTIZAR LA CONGRUA DEL CURA APCtiUa-NS En la Vice-Parroquia de Cucutilla, jurisdicción de la ciudad de Pamplona, en veinte y uno de Noviembre de mil ochocientos y un años; ante mí Don José Hipo lito Arias, Alcalde Partidario de ella y su distrito y de los testigos que se nominaran, parecieron presentes los vecinos de dicha Vice-Parroquia que abajo irán firmados. a los cuales certifico que conozco y dijeron: que todos juntos de mancomún a voz de uno, y cada uno de por si insolitum por el todo, renunciando como renuncian las leyes de la mancomunidad, división, ejecución y espensas como en -ellas se contiene y la autentica presente otorgan. Que por la presente escritura se obligan a mantener la Congrua sustentación a favor del Señor Doctor Don José Gregorio Barragan, Cura propietario del pueblo de Chopo y de esta dicha Vice-Parroquia, a quien suplicaron se les admitiese por inquilinos, y del que en

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adelante lo fuere y el derecho del beneficio representare en cualquier manera es a saber: doscientos y cincuenta pesos en cada un año redimibles, obligándose a si mismo a la cantidad que sea competente a las tres cofradías forzosas, contribuyendo con los tercios anuales en cada una de las festividades; además de esto se obligan a mantener diariamente la lámpara encendida, y a la reedificación de la iglesia que se esta haciendo, siempre que se experimente decadencia o ruina en dicha iglesia. En cuya conformidad bajo de la dicha mancomunidad, otorgan que se constituyen inquilinos y se obligan a la emisión y saneamiento de dicha cantidad en tal manera que el dicho Señor Cura lograría del beneficio quieta y pacíficamente, asegurando como él que pagarán los dichos doscientos y cincuenta pesos y demás obvenciones parroquiales en cada un año, con las condiciones acostumbradas en las escrituras de obligación, tal que por falta de claúsula , requisito o individual mención que aquí no vaya declarado, no por eso debe de valer, porque las que se dijeren faltar, las dan por ciertas, expresas y declaradas como si aquí lo fueran explícitamente, para cuyo cumplimiento y seguridad se obligan como dicho es, con sus personas y bienes habidos y por haber, de todas y cualesquiera cantidades que sean, dando poder cumplido a las justicias y jueces de su Majestad, de cualesquier parte que sean, para que les compelan a su cumplimiento por todo rigor de derecho y remedio ejecutivo, y como por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada para lo cual renuncian todas las leyes, fueros y derechos de su favor, domicilio y vecindad y la Ley Sit Convenerit de Jurisdictione Omni Um Judicum y

Ultima Pragmática de Sumisiones, y la general del derecho que lo prohíbe, en cuyo testimonio he yo dicho Alcalde que presente soy a su otorgamiento, certifico así lo dijeron y otorgaron la presente, con aceptación de dicho Señor Cura por ante mí, y firmaron conmigo los quesupieron, y por los que no lo hicieron a su ruego los testigos que se hallaron presentes con quienes actuó por falta de Escribano:

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José Hipolito Arias Matías Arias Juan de los Santos Lizcano José Antonio Sánchez Domingo Antonio Torres Rafael Sánchez Miguel Sánchez Francisco de Paula González Lorenzo González Juan Agustín Ortega José Víctor Parada Juan Mariano Moneada José Cruz Bustos José Antonio Rozo Juan Donato Anguieta Pablo Antonio Ortega Gregorio Sánchez Cruz Carrillo Luis Bautista José Santos Montes José María Parada Francisco Xavier Hemández Cayetano Emigdio Espinoza

Mateo Parada Manuel Buitrago Francisco Mejía Bartolomé Ortega Martín Cordova Guillermo Sandoval Cayetano González Ramón Bautista Juan Mendoza Juan Antolinez José Antonio Araque Gregorio Mejía Daniel Ortega Juan Antonio Cárdenas Francisco Ortega Félix Cantalicio Díaz José Antonio Ortega Juan Antonio Meneses Hipolito Bautista Ramón Sánchez Juan Ignacio Morales José Antonio Gómez

Hipolito Arias, Alcalde Partidario de Cucutilla y Arboledas

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CONTENIDO

ETNOHISTORIA Y ETNOGRAFIA LA ETNOHISTORIA EN COLOMBIA VISTA DESDE LA HISTORIA COLONIAL

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HERMESTOVARPINZON LA INSTITUCION DE LA ENCOMIENDA EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE PAMPLONA.

145

JOSE DE JESUS RICO VILLAMIZAR EL TRABAJO DE LOS INDIOS EN LAS MINAS DE PAMPLONA EN EL SIGLO XVII

165

JORGE AUGUSTO GAMBOA MENDOZA LOS MUZOS, MINEROS DE LAS ESMERALDAS: El Trabajo y la Vida Diaria de los Indios en el Real de Minas de Muzo

201

LUIS ENRIQUE RODRIGUEZ BAQUERO LA CONDICION SOCIAL DEL ESCLAVO EN GIRON, 1787-1851

225

LILIANA FABIOLA RUIZ HERNANDEZ

1l3


APUNTES SOBRE EL ARTE EN LAS COMUNIDADES INDIGENAS PRECOLOMBINAS: Su Enajenaciรณn y Extinciรณn

247

EDUARDO ADOLFO VlLLAMIZAR

DUARTE

LOS BARI: Definiciรณn y Realidad Etnogrรกfica MARIA CRISTINA MOGOLLON

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PEREZ

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LA ETNOHISTORIA EN COLOMBIA VISTA DESDE LA HISTORIA COLONIAL Por: HERMES TOVAR PINZÓN1.

Por qué la etnohistoria no ha tenido en Colombia un desarrollo como en Perú o en México 72. Tal vez sea dificil lograr una respuesta acertada que visualice algunas de las razones por las cuales no hemos conjugado arqueología, historia y etnología en una aventura común sobre los logros del hombre colombiano. La etnohistoria a pesar de su ambiguedad nos remite a reconocer que nuestras disciplinas ya no pueden, por sí solas, atender las crecientes demandas del saber. La etnohistoria se erige como una ciencia de fronteras móviles en donde interactuan los hombres de hoy en su quehacer cotidiano, los hombres de rostro reconstruido por silenciosos rescoldos geológicos apenas determinados por el carbono 14 y por los nuevos métodos de la ciencia. La etnohistoria es una disciplina para los hombres velados en testimonios difusos cuyas escrituras median entre la ficción y la realidad. No es pues tan ambigua una disciplina constituida sobre disciplinas y en consecuencia abierta a las ciencias y a la potencialidad de los desarrollos de la técnica. La Ethnohistoria 1. Historiador, Director Maestria en Historia Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá. 2. Juan Manuel Pércz Zevallos y José Antonio Pércz Gollán (Compiladores) La Etnohistoria en Mesoamérica y los Andes (Instituto Nacional de Antropología e Historia, México 1987).

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exige humildad con el saber, aceptación de una comunidad de especialistas interesados todos en viajar desde sus vicios académicos para contribuir al conocimiento de un objeto central: la producción, la circulación y el consumo de lo más original de nuestras sociedades. La Etnohistoria nos remite a nosotros mismos, a un encuentro con el pasado y al desarrollo de un pensamiento alternativo en occidente. A la comprensión de sistemas económicos, sociales,políticos y culturales cuya descodificación y visualización yacen en esferas ajenas a las nuestras3. Aunque hemos dicho que la Etnohistoria conjuga en esencia arqueología, historia y etnologia, es posible que tal afirmación obedezca a nuestros propios prejuicios y a la superficialidad de nuestro quehacer en la construcción histórica. Es indudable que la etnohistoria tambienes ecología", lingüistica, botánica, agronomía, biología y astronomía'. Al menos en los Andes centrales especialistas en estas ciencias han acudido en auxilio de los etnohistoriadores6. Pero el desafio es mayor, en tanto que las más elementales explicciones sobre el crecimiento y el progreso de sociedades 3. Joanne Rappaport. Cumbe Rebom : An Andean Ethnography of History (Toe University ofChicago Press, Chicago and London 1994). 4. Clemencia Plazas. La sociedad hidraulica Zeoú: Estudio arqueológicode2000 años de historia en las llanuras del Caribe Colombiano (Colección bibliográfica, Banco de la República,Bogotá 1993); Warwick Bray "¿A dónde han ido los bosques?: El hombre y el medio ambiente en la colombia prehispánica"en Museo del Oro (Bogotá 1991) 30, Págs 4365. 5. Jorge Arias De Greiff. La Astronomía en Colombia (Santa Fe de Bogotá 1993). Págs 10-18. 6. Lost Crops ofthe Incas: Little-Known plants of the Andes with Promise for WorldwideCultivation(NationalAcademicPress,Washington D. C. 1980).

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desconocidas o de sus sobrevivientes, nos arrastran por las grietas de otras ciencias que como la bioquímica, la farmacia y la medicina7 nos remiten a la economia de la salud y de los alimentos. Pero en otras esferas de la reflexión lógica, la filosofia, las matemáticas y la pedagogía contribuyen como la técnica a que el desafio del conocimiento de nuestros pueblos no haga ejercicios en el vacio. Con esto afirmamos que nuestras sociedades pueden ser estudiadas desde cualquier disciplina con la única exigencia de que sus categorias deben desbordar los límites del tiempo presente y sobrepasar la lógica de las coyunturas. Debe haber una predisposición al aprendizaje, a la comunicación y a aceptar la permanente evolución del saber. Aclaremos que no es la práctica de un Poupurri lo que debe caracterizar a la Etnonistoria, ni tampoco la superposición lineal de saberes. Se trata de un compromiso vital con la ciencia en general, compromiso que se ejecuta desde el convento de nuestras propias disciplinas, de nuestros propios limites, desde nuestros propios engaños. Entendida así, la Etnohistoria es un compromiso colectivo, es un esfuerzo de construcción del conocimiento de nuestras sociedades por parte de muchos investigadores. La Etnohistoria no separa sino que integra. Es por esto que un etnohistoriador debe trasegar siempre por las rutas de la humildad y de los intercambios permanentes. No hay en la Etnohistoria ciencias privilegiadas, no hay jerarquías, no existen disciplinas con ventajas, lo que existe es solo el rigor de los discursos sobre las formas organizativas, sobre las acciones e interrelaciones del hombre con el medio. 7. Jaim Berna! Villegas et AJter. El arte del Charnanismo, la salud

y la vida. Tumaco - La Tolita (Instituto Colombiano de Cultura Hispánica,

Bogotá 1993); Roberto de Zubiria C. La medicina en el descubrimiento de América (Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, Bogotá 1992).

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La Etnohistoria es un espacio regido por la historia, la arqueología y la etnologia en donde pueden residir todos quienes esten interesados en saber del pasado y del presente de nuestras sociedades. En resumen, la Etnohistoria a más de seruna responsabilidad que le compete a todas las ciencias, es autodescubrimiento, es prospección de alternativas que en su construcción histórica se vuelve conocimiento y desafio político. La etnohistoria es la disciplina de la descolonización y del reconocimiento de la esfera de las clases subordinadas. Pero qué es lo que ha hecho que en Colombia la Etnohistoria no haya atraido el interés de los científicos y especialistas en general? Además de la falta de claridas sobre su objeto, enumeraré algunos de los obstáculos que hemos vivido y compartido quienes por derecho suponemos estar más cerca de estos problemas. En principio, considero que al menos visto desde la Historia, tres fenómenos han estado presentes en este desinterés: a. Los desafios de la geografia, b. El discurso racista sobre nuestró pueblo y c. La ausencia de una tradición etnohistorica

a. Los Problemas de la Geografia La Geografía tal como la heredamos desde el origen del siglo XVI ha marcado nuestra conducta y nuestro comportamiento en tomo a la concepción de nuestro pais y de nuestra nación. Nunca fuimos una unidad fisica, pues la conquista se hizo a retazos y lentamente, durante 50 años. En contraste con las conquistas de otras regiones de América la dominación española se hizo a pedazos y no de repente.

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Cada gobernación que se iba creando maldibujaba el mapa de lo que sería Colombia. Durante 4 años fuimos La Nueva Andalucía, y durante otros 16 Castilla del Oro. Luego fuimos parte de la Tierra Firme hasta que aparecieron Santa Marta y Cartagena por el norte, como gobernaciones y 1 O años más tarde Popayán otra gobernación en el sur. Y como si se dibujara un absurdo, solo 2 años más tarde se fundo el centro del país. Posteriormente en el siglo XVIIIseríamos un Virreinato, siempre impreciso en sus linderos, pues la Nueva Granada nunca supo hasta donde iba la frontera del Imperio con los dominios de Portugal. Jean Chenu ha llamado la atención sobre los esfuerzos que los ilustrados neogranadinos hicieron para apropiarse del espacio de la Nueva Granada como una unidad de desarrollo cultural y económico, que contrastaba con su "realidad múltiple". Y para corroborarlo la autora sostiene: "Espacio encasillado, dividido en unidades yuxtapuestas, desconocidoo mal conocido, el espacio de la Nueva Granada al finalizar el siglo XVIIIllevaba en si un poder conflictivo en que creemosdescubrir los antagonismosentre unidad y diversidad que anuncian las próximas luchas civiles, y que tampoco estaban ausentes de la misma ilustración española, admitidala diversidad con tal que se redujera a cierta uniformidad'.

A la imprecisión de la unidad se unía la diversidad interna que se cernia además como expresión de conflictos. Esta imprecisión de la totalidad y el fortalecimiento de las provincias ubicadas en los Andes y en el Caribe que no dejaban lugar a la acción de todas las partes condujo al abandono de la Orinoquia, la Amazonia y el Pacífico, y permitió que durante el siglo XIX, unos se lanzaran contra otros en abiertas guerras civiles y que 8. Jeann Chenu. "Problemática del Espacio neo-granadino en víspera de la indpendencia: Nueva Granada, ¿Entidad y/ o realidad? "en Homenaje a Noel Salomón: Ilustración española e Independencia de América (Universidad Autónoma de Barcelona 1979) 207-219 [Pág. 214-5).

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todos nuestros vecinos se lanzaran a la rapiña de nuestras fronteras. Y hubo para todos, incluidos los Estados Unidos que siguen ahi, instalados en Panamá desde comienzos del siglo XX. La conclusión de estas oposiciones se traduce en que el espacio no ha pesado para nosotros en forma positiva, pues desde los tiempos prehispánicos, no se albergaron en él, grandes unidades políticas sino sociedades que fundaron la fragmentación en un marco de dispersión cultural9. Dispersión que pudo más

que cualquier esfuerzo de unir todos estos fragmentos. Fue esta realidad dispersa la que sirvió para construir un discurso quejoso y disminuido que valoraba grandes unidades para oponerlas a la multiplicidad de paisajes que premiaban un aparente aislamiento. Los estudiosos de nuestra historia se acercaban con temeridad ante lo intrascendente, lo pequeño, lo múltiple y lo oponían a las decisivas unidades de otras civilizaciones. Esa temeridad impidió comprender que sobre nuestra realidad pesaba másla magnitud dispersa y la unidad diversa. Dispersión y diversidad deberían ser los conceptos que nos aproximarían a la realidad colombiana sin los complejos de la historiografia tradicional. Por eso la etnohistoria no solo ha abierto el debate sino que invita a resolver la encrucijada. Con ello hemos valorado el Amazonas, la Orinoquia, el Pacifico y la Guajira en una tarea que se vuelve estratégica para Colombia. Con ello las Ciencias Sociales pueden contribuir no solo a fortalecer el desarrollo de sociedades marginadas sino que de ahi se derivan hechos políticos e ideológicos que tienen que ver con la defensa y uso de recursos naturales fundamentales en la selva, la llanura, el mar y el desierto vitales no solo para Colombia sino para la humanidad. 9. Varios Colombia Prehispánica: Regiones Arqueológicas (Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá 1989); Francois Correa (Ed.) Encrucijadas de Colombia Amerindia (Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá 1993).

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Dándole vuelta al problema, debemos afirmar que el fortalecimiento del Estado y el desarrollo de una conciencia nacional y su potenciación depende no solo de los políticos sino

de la cultura capaz de incorporar realidades cuya historia apenas arañamos con timidez en el marco de discursos amorfos y de ejercicios que siguen desagregando y retaceando espaciós mayores. Por ello laEtnohistoria no es solo un ejercicio de valoración cultural sino de análisis político. No hemos podido con esa riqueza de formaciones geológicas y con su diversidad de fauna, flora y climas que le han dado al hombre colombiano incomparables ventajas comparativas. Acomplejados por esta riqueza regional nos cuesta trabajo imaginar un pais articulado en sus espacios, en sus recursos naturales y en sus gentes. He ahi nuestra primera tragedia: no haber podido comprender nuestro espacio como nación sino esencialmente como región", b. El Discurso Racista sobre Nuestro Pueblo: un Camino Que Le Teme al Pasado. La historiografia que se fundó con los cronistas sentenciaron un cierto complejo de inferioridad de nuestros antepasados con respecto a otras culturas y a otras civilizaciones. Si los Chibchas habían sido los pueblos más desarrollados de los Andes del Norte de Suramérica y habían sido impotentes para lograr construcciones monumentales, ¿qué decir de las centenares de culturas Karib o Arawak que para reproducirse debían acudir a la guerra intermitente y al canibalismo? Pueblos "semi-civilizados"los llamó Troll 11• Es decir, razones etnográficas permitían explicar la evolución cultural en los Andes. 10. Margarita Jimenez y Sandro Sidcri. Historia del Desarrollo Regional en Colombia (Cereo Cider, Bogotá 1985). 11. Carl Troll, LasculturasSuperioresAndinas yel Medio Geográfico (Lima 1958) Pág. 39.

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El debate del siglo XVIII en tomo a la tierra de los indios giró sobre postulados racistas que legitimaron las segregaciones y traslados de pueblos. Arostegui y Escoto más conservador defendía la segregación mientras que Berdugo y Oquendo más liberal aceptaba la disolución de la comunidad indígena como efecto del desarrollo social en donde era mejor la gente no india que los indios. Si bien es cierto que sobre estos argumentos se ocultaban intereses económicos, fiscales y políticos no debemos olvidar que la visión racial se convertia en factor explicativo de los cambios que debian operarse y que se operaron en los resguardos, o en la elaboración de un sentimiento de desprecio hacia los primitivos habitantes de estas tierras12. La historiografia del siglo XIX siguió reflexionando sobre los mismos postulados13 hasta que en el siglo XX quienes se esforzaban por construir nuestra nacionalidad lo hacían sobre la añoranza de una raza blanca, acosada por esa innumerable masa de desarrapados, genéticamente inferiores que se vinculaban a pueblos indios cuyo degeneramiento arrastraban como penas vergonzantes por todos los caminos de Colombia 14. Al complejo cultural de impotencia se unía el complejo racial. Estas visiones de nuestros gobernantes y de los diseñadores de la educación en Colombia impedían cualquier esfuerzo por 12. Marta Herrera Angel, El corregidor de naturales y la ruptura de un ordenamiento político secular - Provincia de Santa Fe - Siglo XVlll (Tesis para optar el título de Máster en Historia, Universidad Nacional Bogotá 1994) Puede verse sus interesantes y novedosas consideraciones en tomo a las posiciones de los visitadores Berdugo y Oquendo y Aróstegui y Escoto. 13. Jaime U rueña,"La idea de heterogeneidadracial en el pensamiento político colombiano: Una mirada histórica" en Análisis Político (Instituto de Estudios Políticos y Relciones Internacionales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá) 22, Págs 5-25. 14. Varios Los Prohlemas de la raza en Colombia (Segundo Volúmen de la Biblioteca de "Cultura" (Bogotá 12 de octubre de 1920).

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superar las cotas de la desconfianza en nuestras propias posibilidades como pueblo, como gente y como nación. Colombia era un país desarticulado en múltiples regiones y estaba lejos de un proyecto nacional fundado sobre las posibilidades de cada una de ellas. Al interés por mirar solo en los linderos de nuestras regiones los destinos de nuestras sociedades se unia un complejo racial que nos invitaba a dejar ese brumoso mar del pasado que, como fantasma actuaba en la esquina de nuestros engaños. El pasado solo servía a unos grupos, a unas clases, a unos sujetos para vincular sucapacidad de dominar a la legitimidad de unos pretendidos linajes. Para los dominados, para quienes hemos estado abajo, el pasado era la referencia a nuestras propias iniquidades y cuando más a las agonías de nuestros abuelos. Verguenza y orgullo se contraponían entonces en el presente, en una tensión en donde era necesario renunciar a nuestras raíces colectivas para cederlas a los fries monumentos de tantos héroes de papel. Y en este ejercicio las culturas populares asumían el engaño y la injusticia mientras que los señores se quedaban con la historia y sus explicaciones amañadas. En este desfase que nos trajo hasta el presente mediante una renuncia del pasado, ha jugado un rol importante la llamada Violencia Colombiana. Uno de los rasgos de su pavoroso síndrome de crímenes ha sido el desarraigo. No solo como un abandono fisico de la provincia sino como una renuncia eterna al retomo. El regreso a nosotros mismos, autodescubrimos, se ha tomado en un complejo de culpa, en un estado neurótico, que nos impide volver a donde nacimos. El desgarramiento criminal que soportamos durante décadas ha hecho del hombre colombiano un cometa cuyo discrurrir es augurio de nuevas catástrofes. Parece como si no tuviésemes tiempo de pensar más allá de lo que perdimos hoy y de que solo nuestro destino está en el futuro. Pero un futuro que es solo presente. Seguimos sin


encontrar una tierra prometida y sin un mesias que nos salve de nuestra tragedia. Convertidos en cazadores errantes parece como si los que se han quedado en la tierra estuvieran impedidos para amainar nuestra fatiga. Los sentimientos mesiánicos y la tierra prometida solo existen en la posibilidad inmediata del dinero o de la secta. Nuestra seguridad gira fuera de nosotros, como si fuésemos ajenos. Para qué retornar al pasado? Para qué mirar nuestra tragedia? Es mejor que cada cual practique su propio duelo y no existan sino sentimientos dispersos e individualizados de lo que hemos sido. El futuro es algo ajeno al pasado. Entonces, es evidente que la Etnohistoria tiene también en Colombia la función de construir los puentes que nos devuelvan la confianza en el pasado y que estos tiempos de locura, como hablaban los Mayas bajo los españoles, no hayan agujereado todas las redes. c. La Carencia de una Tradición Etnohistórica A todo esto se unía una pobre producción intelectual en términos de crónicas. Los encargados de narrar las bondades de nuestros antepasados estuvieron más preocupados por las hazañas de los conquistadores que por el mundo de los conquistados. Los testimonios de soldados que tuvieron el cuidado de describirminuciosamente lo que vieron", han sido difundidos muy poco. Fray Pedro de Aguado", Juan de Castellanos17, o Fray Pedro Simón18 no tuvieron acompañantes paralelos que

15. Las Relaciones y Visitas a los Andes buscan ofrecer este tipo de docwncntos con el fin de superar los escritos de los cronistas. 16. Fray Pedro de Aguado, Recopilación Historial (Biblioteca de la Presidencia de la República, Bogotá 1956- 7) 4 vol s. 17. Juan de Castellanos, Elegías de Varones Ilustres de Indias (Biblioteca de la Presidencia de Colombia,Bogotá 1955) 4 vols. 18. Fray Pedro Simón, Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales (Banco Popular, Santafé de Bogotá 198 l) 7 vols.

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hicieran lo que hizo Fray Bemardino de Sahagun19 o Juan de

Betanzos2º. Nunca tuvimos un Guarnan Poma de Ayala21 y mucho menos a un Garcilaso22 Para completar este cuadro de restricciones informativas, se desechó la obra de Gonzalo Femández de Oviedo23 mientras que Cieza" apenas nos dejó unos escuetos testimonios de su trasegar por el occidente de Colombia. El panorama de las crónicas para el estudio de nuestras culturas y sus reacciones despues de la conquista española no solo eran limitadas en su número sino en sus conceptos. Convertidas en testimonio único de la conquista, sus juicios de valor sobre el hombre prehispánico se convirtieron en verdad y en documento válido sobre nuestros limites genéticos. En consecuencia, era muy difícilpara la arqueología, la etnología, la historia, la sociologia, la antropología y las demás ciencias, desatar una polémica en tomo a la presencia de sistemas económicos y sociales que se reproducian entre las sociedades

19. Fray Bemardino de Sabagún, Historia General de las cosas de Nueva España (Alianza Universidad, Madrid 1988) 2 vs. 20. Juan de Betanzos, Suma y Narración de los Incas ( Ediciones Atlas, Madrid 1987). 21. Felipe Guamán Poma de Ayala. Nueva Crónica y Buen Gobierno (Historia 16, Madrid 1987) 3 vols. 22. Inca Garcilaso de la Vega, Primera parte de los comentarios reales de los Incas (Biblioteca de Autores españoles, Madrid 1960) vol.

CXXXIII. 23. Gonzalo Fernández de Oviedo llegó con Pedrarias Dávila en 1514 a Santa Maria la Antigua del Darién y viajó por la costa caribe de Colombia durante más de 20 años para escribir luego Historia General y Natural de las Indias (Biblioteca de Autores Españoles, Madrid 1959) m y Sumario de la Natural Historia de las Indias (Fondo de Cultura Económica, México 1950). 24. Pedro Cieza de León. Crónica del Perú (Madrid 1962).

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campesinas de los Andes, de la Amazonia y de las costas caribeña y pacífica sin romper con esta tradición quefundamentaba la construcción histórica y ataba los métodos de las ciencias afines a estos prejuicios. Entonces, es necesario reconocer que fue desde afuera, desde el extranjero de donde llegaron los esfuerzos de renovación. Fue Paul Rivet, con Juan Friede, Katleen Romoli, y G. Reichell Dolmatof quienes al instalarse en nuestro medio abrieron nuevos frentes a la historia, a la antropología y a la arqueología. Ellos fundaron voces de confianza en nuestros pueblos, en nuestras gentes y en nuestro pasado25. Ellos fueron la sustancia que sustentó esas aventuras nacionalistas de los años 60 y que un grupo de jóvenes historiadores recogimos después de la Revolución Cubana. Los miembros de aquella legión extranjera tuvieron en Luis Duque Gómez, Eliécer Silva Celis y H. Cubillos a sus pares en arqueología, ciencia que desde Guillermo Hernández de Alba preserva su tradición, de disciplina más circunscrita a desenterrar objetos que a ver en ellos elementos de estructuras económicas y sociales. Claro que hay valiosas excepciones entre los más avanzados estudiosos de la arqueología de hoy. Es muy curioso sin embargo que desde los años 50 no prospere la tradición de los estudios etnológicos26. A su vez la antropología se orientó más hacia la socio logia con Roberto Pineda y Virginia Gutiérrez de Pineda y hacia los fenómenos antes descritos, que dominaban 25. Carl Troll. Las culturas SuperioresAndinasyel Medio Geográfico (Lima 1958) Pág. 39. 26. Carlos Alberto U ribe. "Contribución al estudio d la Historia de laEtnologíaColombiana( l 970-80)en Revista Colombianade Antropología (Bogotá 1980-1) XXIII, Págs 19-35; Gerardo Reichel-Dornatoff Desana: Simbolismo de los indios Tukano del Vaupes (Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura, Procultura, Bogotá 1986).

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las ciencias sociales en Colombia. Sin embargo, Virgina Gutiérrez de Pineda fue capaz de fundar una tradición en la Antropología socio-cultural al inaugurar los estudios sobre la familia en Colombia27•

Debo decir que la contribución más importante de toda esta generación de 1940-60 fue haber descubierto al hombre colombiano, a sus monumentos envejecidos y al ruidoso oleaje que golpeaba el quehacer de las gentes en sucios y olvidados papeles que existían en Europa, en Colombia, en los municipios y veredas de nuestros Andes. Es verdad que ellos eran la renovación en medio de los portadores del pensamiento oficial, de los defensores de las otras razas, de los lectores de papeles por donde solo debia anunciarse el circuito permanente de la sangre azul.

Entre tanto Jaime Jaramillo Uribe fundaba una tradición ajena a la Academia y a los esfuerzos aislados de Nieto Arteta y Luis Ospina Vázquez. Aquino había continuidad y Jaramillo Uribe tiene el acierto de llevar la investigación histórica al espacio universitario. Durante los años de 1960 se forman las primeras generaciones de historiadores que se consolidan en los 70 cuando los discursos en las ciencias sociales es tan juntos unos a otros. Debo confesar que lo que hicimos con German Colmenares a fines de los 60 y comienzos de los setenta se vinculaba a dos vertientes: la historia económica vista como reconstrucción y análisis de sistemas económicos, y la historia social vista como reacciones de los grupos desamparados de la población frente a los sistemas de explotación. Este conocimiento estaba vinculado 27. Virginia Gutiérrez de Pineda. Familia y cultura en Colombia: tipologlas, funciones y dinámica de la familia. Manifestaciones múltiples a través del mosaico cultural y sus estructuras sociales (Tercer Mundo Departamento de Sociología, Universidad Nacional Bogotá 1968).


a dos historiadores chilenos que nos ofrecieron distinta sensibilidad frente a los objetos de análisis historicos: Alvaro Jara en historia económica y Rolando Mellafe en la historia

social. Al menos en lo que a mi me concierne fue con ellos con quienes aprendí a nadar entre dos mundos que no eran irreconciliables sino que exigían desafios en el tiempo largo y en el ciclo corto. Fue entonces, en el interés por los cronistas y su contraste con documentos de archivo en donde se produjo parte de esta confrontación. Igualmente a fines de 1960 la estadística nos vinculó a las series y a la historia cuantitativa lo cual nos obligó también a buscar en nuevas fuentes la posibilidad de abrir el debate de la historia colombiana a otros horizontes. Con Germán Colmenares, Jorge Palacios y Jorge Melo debimos afrontar otros temas iluminados por corrientes teóricas y por metodológias que nos conducían a la demografia, a la esclavitud, a la historia rural, a la minería, a las rentas y a la fiscalidad. La historia debía ser Historia Económica, base y fundamento del análisis politice y de la comprensión de los hábitos y de las costumbres de nuestros pueblos. En esta breve confesión debo decir que la historia del Perú me ató al siglo XVI así como la Historia de México me dió fuerzas para investigar en la Historia Colonial y la Historia de Colombia me ayudó y me sigue ayudando a ser un hombre de mi tiempo. Estas partes de nuestra formación alientan la convicción de que el futuro a construir es el destino de América Latina como un todo. Porque somos diversidad e unidad. Sin embargo no existía una fusión de la arqueología, la Historia y la Etnología. Los celos pervivían y me parece que solo en los años 90 esos linderos comienzan a borrarse gracias sobre todo ala aparición de fuentes comunes, de testimonios valorados con la misma intensidad por jóvenes arqueólogos, etnólogos,antropólogos e historiadores. La disciplina

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Etnohistorica dispone de fuentes comunes para un objeto común: El hombre de Colombia28. Esto que empezaron a hacer los peruanos hace más de medio siglo, entre nosotros apenas trata de consolidarse. Es esta la razón por la cual pensamos que un esfuerzo sistemático de realizar ediciones críticas de cronistas, de publicar fuentes tempranas y de convocar a encuentros en tomo a ello puede darle a la Etnohistoria el espacio requerido en Colombia para un debáte más solido sobre el valor de nuestro pasado, sobre los derechos de nuestros campesinos e indígenas y sobre las posibilidades reales de revalidar los principios constitucionales de construir nuestro país sobre el pluralismo regional, el reconocimiento a la diversidad étnica y el respeto al pluralismo ideológico. ETNOHISTORIA E IDSTORIA COLONIAL Pero en donde anda la etnohistoria? Tal vez inconscientemente en todo aquello. A medida que se recuesta más la ~onfianza en nuestro país y que crece la solidaridad con la sociedad que sufre las consecuencias de los índices de crecimiento y que cambia el decrecimiento de las tasas de defunción por un incremento en las tasas de criminalidad, la historia redescubre el presente y lo ata al pasado. Este encuentro se traduce en una mayor comunicación con la antropología y la arqueología por parte de la historia colonial. Tal vez menos comunicación con el pasado quieren quienes reconstruyen los problemas del presente alejándose asi de revitalizar sus discursos y hacer de la historia un arma comprensiva no solo de nuestro atraso, sino de la corrupción, de las economías informales, de los conflictos, de la educación y de la injusticia, 28. Carlos Armando Rodriguez. Tras las huellas del hombre prehispánico y su cultura en el valle del cauca (Inciva, Cali 1992).

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temas que Occidente nos vende hoy, bajo el ropaje de valores que desean imponer como siempre lo hicieron con el mundo colonizado: Por la via de sus convicciones e intereses sin atreverse a considerar los nuestros. La Etnohistoria nos lleva entonces al fundamento de todas estas pesadillas propias de nuestra magnitud dispersa, de nuestra heterogeneidad y de nuestra unidad diversa. Me atrevería a

pensar que la Etnohistoria empieza alli en donde el espectro del hombre colombiano aparece con toda la gama de sus producciones y realizaciones. La historia colonial colombiana no tiene dudas sobre sus responsabilidades. Y creo que ella ejerce una práctica desolidaridad con nuestros colegas de las otras disciplinas. Los ejercicios de búsqueda, transcripción e interpretación van unidas a hipótesis y a ejercicios explicativos de nuestra realidad. No tendría sentido si abrieramos este debate sobre las fuentes sin el esfuerzo de unos análisis". Tanto las fuentes tempranas como las crónicas exigen lecturas que nos entreguen los sistemas de signos que se ocultan en la confrontación colonial. En estas fuentes en apariencia interesadas por la administración y por la exaltación de la obra de los conquistadores, hay que buscar los códigos del saber indigena y la forma como los europeos los convirtieron en normas de administración colonial. Aunque el mundo indígena del contacto en Colombia no ofrezca las maravillas de los glifos de México, ni los testimonios de los Incas, ni los Libros sagrados de los Mayas, las fuentes tempranas en torno a las culturas de la actual Colombia sorprenden por la riqueza informativa sobre sus espacios, su población, sus recursos alimenticios, sus mercados, sus ritos y sus valores. 29. Hermes Tovar. Relaciones y Visitas a los Andes (Biblioteca Nacional, Bogota 1993-4) 2 vols. Esta obra de 8 tomos tiende entre otras cosas a tender 1U1 puente entre las disciplinas para la comprensión de la historia del siglo XVI.

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Tal es el caso por ejemplo de las Visitas a la tierra, un documento conocido hasta la saciedad por los estudiosos del Perú y México pero poco trabajado en nuestro medio". Hay visitas de todo género en el Siglo XVI en Colombia, pero las visitas más tempranas realizadas entre 1550-60 nos pueden abrir las puertas a las mas inusitadas novedades de la economía, los alimentos, los mitos y los ritos. Y sobre todo convocar a nuestros vecinos de las otras disciplinas a convivir pacíficamente. LA VISITA DE MARIQUITA DE 1559. Entre múltiples formalidades, propias de la administración colonial, pasaron varios años antes de que se iniciaran estos inventarios sociales, económicos y ecológicos, que estructuran las visitas. Fue sólo el 16 de febrero de 1559 cuando la Real Audiencia entregó a Francisco Hemández la Real Provisión para que ejecutara todos los interrogatorios que fueran necesarios. El comisionado procedió con rapidez a cumplir lo mandado, pero como fue encargado de pasar por Bitueyma antes de llegar a Mariquita, para que arreglara algunos procesos pendientes contra indios de aquel lugar, sólo arribó el 13 de marzo de 1559. Esa demora llevóa las autoridades competentes a prorrogarle su comisión, por treinta días más31• Una vez en Mariquita Hemández procedió a hacer todas las averiguaciones del caso. Supo que había 25 encomenderos y que los indios nunca habían sido tasados. Inmediatamente ordenó 30. Algunas de las visitas mas notables para el Virreinato del Perú pueden ser: Iñigo Ortiz de Zúñiga Visita de la Provinci de León de Huánuco (1562] (Huánuco Perú, 1967 y 1972) 2 vols.; Franklin Pease (editor)Collaguas(Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 1977); J. Murra (ed.) Visita de los Valles de Sonqo en los Yunka de coca de La Paz (1568-1570) (Madrid 1991). 31. AGN, Tributos Tomo 0016, ff883r. y 889v.

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pregonar que el martes 18 de abril comenzaría la visita a los repartimientos y que los encomenderos deberían llevar allí a sus naturales. Hizo saber que empezaría por Calamoyma y luego por Chapayma. Cada uno de los 25 encomenderos fue notificado rápidamente y el 29 de marzo de 15 5 9, el escribano estaba frente a Juan López, en su repartimiento, recibiendo la información pertinente. De los extensos relatos dados por diversos actores, tanto indios naturales, ladinos y españoles, podemos conocer la situación de la provincia de Mariquita. Desenhebrar el manto de su universo social es una tarea urgente. Conscientes que de sus maltrechos hilados tendremos que rescatar la vida asombrosa de sus tejedores y la forma como el tiempo supo desgastar los telares y la calidad de sus tejidos, es por lo que hemos rescatado esta Visita de 1559. Es cierto que para algunos de sus pueblos la rueca de su historia ya había dejado de girar, mientras que para otros apenas se abrió el misterio del maíz y de sus lunas. Es necesario advertir que aún no ha aparecido en los archivos el texto completo de esta visita. Lo que conocemos apenas cubre los días transcurridos entre la llegada del visitador y los primeros síntomas de una epidemia de viruela. Las conclusiones a las que llegamos son el producto de lo respondido, de lo observado y de lo averiguado en los pueblos que recorrieron los funcionarios durante el primer semestre de 15 59. Sin embargo, el valor de la Visita a la Provincia de Mariquita de 1559 radica en que resume muchos de los aspectos aquí analizados y otros que aún pueden extraerse de ella. Dos aspectos pueden observarse en ella: Lo relativo a las disputas del poder entre la corona y los colonizadores y los grandes problemas revelados y vividos por los indios.

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EN TORNO AL PODER DE LOS COLONOS La orden dada a Francisco Hemández para visitar la tierra respondía a una petición hecha al Rey de España por Pedro de Colmenares y Alonso Telles, procuradores de los vecinos del Nuevo Reino, para que se cumpliera lo estipulado en la Real Cédula de 27 de noviembre de 1548. En esta fecha se había mandado describir a los indios del Nuevo Reino con el fin de proceder luego a su reparto, de la manera más "justa". Así al Rey se le dejarían "las cabeceras puertos de mar y pueblos principales". Del resto de los indios se haría un tiento, repartiéndolos entre los "conquistadores y pobladores y las mujeres e hijos de los que lo fueron", así como entre los españoles residentes en ella y que tuvieran méritos suficientes. La disposición real ordenaba no agraviar a nadie con estos repartimientos32. La real cédula de 1548 ordenaba igualmente dejar una parte de la población para que se pudiera "hacer merced a los que fueren de nuevo, porque de otra manera ya sabeys que faltando les esta esperanza, avría pocos dispuestos a servir". U na afirmación que enseña la importancia que los nativos tenían para los españoles como estímulo a su asentamiento. Sin fuerza de trabajo no era posible consolidar una frontera. Sobre todo si esa fuerza de trabajo no rayaba los limites del servicio personal y la esclavitud. También la Cédula de 1548 disponía que cada uno de los agraciados con los repartos debería exponer sus méritos, cuyas relaciones tendrían que enviarse a las autoridades metropolitanas. El rey, a más de reservarse la jurisdicción civil y criminal ordenaba, que debería tenerse en cuenta "con qué condición de tributos" se les entregaban los indios a estos encomenderos33. 32. lbid. fT. 880r.v. 33. lbid. f.880v.

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En conclusión, el Rey, los conquistadores y los pobladores deberían ser los beneficiados en esta feria que hizo de la población un botín de energía humana para beneficio del hombre blanco. La lógica de esta disposición colonial se fundamentaba sobre la necesidad de entregar, cuidar y reservar la energía humana de América para que los conquistadores y pobladores pudieran sustentarse y de paso afianzar el dominio de los territorios en nombre del rey de España. • Pero es necesario tener en cuenta además que la Real Cédula de 1548 respondía a la coyuntura histórica de los conflictos vividos después de 1542, con motivo dela promulgación de las Leyes Nuevas. Los encomenderos de la Nueva Granada no aceptaron el cumplimiento de estas disposiciones y pidieron que se aplazara su aplicación. La solicitud tuvo que ser atendida por Miguel Díaz de Armendariz, como gobernador de Santa Marta y del Nuevo Reino, para evitar un alzamiento". · La costumbre de los conquistadores de entregar los indios en depósito a los primeros pobladores, dejabaa éstos en condiciones jurídicas muy frágiles. Como los indios constituían la fuente de sus rentas, la perspectiva de perderlos era un problema vital para estos primeros colonizadores. Quedar sin los indios implicaba enfrentar horizontes de pobreza y ruina. Aunque este argumento podía ser considerado válido en la pugna entre los colonos y la corona, no deja de ser paradójico el que hubieran podido coexistir con los encomenderos otros grupos de colonos ajenos al mundo de los depósitos, pero vinculados a diversas actividades económicas de las cuales

34. María Angeles Eugenio Martínez. Tributo y Trabajo del Indio en Nueva Granada (De Jiménez de Quesada a Sande) (Sevilla 1977).

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pudieron sobrevivir con éxito. Tal fue el caso de los funcionarios, los mercaderes y los pequeños comerciantes citadinos. Todos ellos eran activadores de la economía colonial al actuar como correas transmisoras de las economías de encomienda. Su movilidad y su capacidad de distribución vinculaba alejadas regiones del Caribe y de los Andes al gran mundo de los negocios

que había establecido sucursales en las grandes capitales del mercantilismo colonial como Cartagena, Portobelo, Veracruz y la Habana. Pero no sólo cumplían funciones de movilidad del mercado mundial a lo ancho del Caribe, para irrumpir desde allí en los Andes, sino que, ellos dinamizaban la vida de pueblos y aldeas vendiendo los productos que los indígenas pagaban a sus encomenderos en forma de tributos, presentes y servicios. Estos pequeños mercados eran indudablemente las bielas menores de los mercados internos del mundo colonial y del comercio mundial. La Real Cédula de 1548 no respondía entonces al simple capricho de contar la población nativa. Ella contenía cuatro elementos fundamentales de la política colonial: en primer lugar, determinó que los repartos de los indios se hicieran entre los pobladores y conquistadores. Esta preferencia neutralizaba los sentimientos de inconformidad que pudieran derivarse de una eventual exclusión de la élite conquistadora. En segundo lugar, preservó una parte de la población indígena para ser repartida posteriormente. La medida alentaba el deseo de la corona de evitar que las nuevas gentes que llegaban a la frontera se convirtieran en un factor de presión sobre indios encomendados y sobre los mismos poblados de blancos. Al convertirse en vagos, altaneros y alteradores del orden, las comunidades indígenas y los colonos establecidos sufrían los efectos de su desorden personal y social. Ubicados al margen de

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los privilegios, y poder disponer de indios, los recién llegados habían demostrado desde los primeros años de la conquista su capacidad conflictiva. No hay que olvidar que los primeros conquistadores resolvieron este fenómeno expandiendo la frontera. La experiencia había enseñado que lo más racional era dejar unas reservas de indígenas para diluir la presión de los blancos que llegaban tardíamente a las fronteras del Nuevo Mundo. El tercer aspecto central tiene que ver con la intención real de regular los tributos que los indios deberían pagar a sus encomenderos. Una cuestión crucial ya que en estos años el exceso de trabajos, servicios, pago de oro y alimentos habían motivado resistencias no sólo entre las sociedades nativas, sino entre sectores del clero y de la administración colonial que se veían avasallados por las quejas de las comunidades y de los funcionarios sobre los excesos cometidos por los pobladores. Finalmente, el cuarto elemento se centra en la decisión real de reservar para sí la administración de la justicia civil y criminal. Un elemento que delimitaba la jurisdicción de los encomenderos y entregaba a los representantes de la corona espacios punitivos para regular las relaciones entre los miembros de la naciente sociedad colonial y de paso fortalecer la autoridad de la corona. Tanto los repartos "justos", como las reservas, los tributos y la administración de justicia se fundaban en el principio central de delimitar los poderes de los conquistadores mediante una presencia eficaz de la corona castellana. Medir el volumen de la población, fijar unos límites tributarios, es decir, contar y saber, eran para la corona castellana elementos centrales de dominación y control. Y por eso las visitas eran fundamentales. Estos primeros balbuceos de la estadística oficial tenían aquí un fondo racional, que se derivaba de la política de

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intervención del Estado en el proceso de conquista y colonización. La reserva de la administración de justicia era una medida que colocaba al Estado entre los encomenderos y los indios. Había pasado el período del poder del requerimiento y de las lanzas. Donde lo militar había prevalecido, la corona quería imponer sus tribunales formales de justicia civil. Con ello buscaba evitar que se acentuaran sentimientos de acción personal o que el voluntarismo de estas gentes actuara en las fronteras con delegaciones plenas del poder del Rey de España. Pero como comunmente sucedió en la Nueva Granada, la ley de 1548 nunca se puso en práctica. Por ésto cuando la corona real supo de la petición de los procuradores Tellezy Colmenares no vaciló en otorgar la real provisión de 14 de septiembre de 1555, para que se cumpliera la Real Cédula de 27 de noviembre de 1548. La Real Audiencia acogió dicha provisión y Francisco Hernández fue comisionado para que informara no sólo sobre cuántos indios había, quiénes eran sus encomenderos y qué calidad tenían, sino que debía averiguar si los indios eran casados o tenían padre o madre, si eran huérfanos o solteros y si habían algunos ocultos o encubiertos.

LOSGRANDESPROBLEMASREVELADOSPORLOS NATIVOS A estas preguntas, que resolvían más o menos lo estipulado en la Real Cédula de 1548, se agregaron importantes preguntas sobre la vida económica de los naturales. Así, las preguntas apuntaban a saber no sólo si estaban tasados, sino a conocer en qué pagaban sus demoras, la cantidad, y los frutos y bienes que usaban en sus tratos y granjerías. Se remataba pidiendo que se averiguara sobre la disposición de la tierra, sobre los frutos que se daban en ella y en qué podrían los naturales dar sus demoras". En fin, se estaba radiografiando el estado de las economías indígenas. 35. AGN, Tributos Tomo 0016, ff882r-v.

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La visita que se proponía realizar Francisco Hemández se convertiría en el primer recuento oficial y sistematizado sobre la población de la provincia de Mariquita y sobre el modo como se estructuraban los nuevos elementos de la economía colonial en un universo en descomposición. Apenas 9 años después de conquistado este territorio, aún se oía la voz de quienes no traducían su condición humana al español. En gestos y signos, descritos por los escribanos, fueron tendiendo los puentes de la comunicación para que hoy pudiéramos reconocer el deterioro de un espacio en el que agonizaban todo tipo de recursos animales y vegetales. Era el efecto de actos depredatorios de la civilización occidental, que comenzaba a introducir nuevas especies, cuyo reacomodamiento rompía cadenas ecológicas propias de un modo de ser, para darle viabilidad a otras. Los naturales contaron cómo los cueros de los venados servían para forrar las petacas, para dar forma a las botijas y para convertirse en vestuario, una industria que arrasó con un recurso alimenticio básico. Así un soporte proteínico animal, se había convertido, por magia de los nuevos amos, en una simple materia prima que alimentaba el comercio. El déficit alimenticio actuaba sobre la población, que moría como efecto de esta ruptura que iba eslabonando destrucción y construcción. Destrucción indígena y construcción colonial. Sin embargo a las tierras de Mariquita no había llegado aún el ganado vacuno a llenar los vacíos que dejaba el hombre natural y su fauna menor. Apenas la visita servía para buscar sobre los paisajes secos y quebrados de Honda, Chapayma y Calamoyma en donde criar los ganados vacunos. El visitador descodificaba con nostalgia estos horizontes que seguramente contrastaban con los campos de Extremadura y Andalucía para escribir escuetamente: La tierra no sirve para el ganado vacuno. Donde áun quedaban arcabucos, los venados y conejos surtían una escasa dieta de carne, que complementaba raciones cotidianas de yuca, maíz, miel, frutas y pescado. Múltiples

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fiutosmantendrían su calidad de incógnitos, mientras que los bosques tuvieron que tolerar un asedio generado por la demanda de maderas para viviendas, para cercas y para abastecer de energía las cocinas y habitaciones de los pobladores de las nuevas ciudades. La destrucción de las especies animales, en apariencia intrascendente para la econonúa colonial, desató efectos primarios y secundarios sobre el medio ambiente. En primer lugar, la carencia de venados dejó a los tigres sin alimento y expuestos a una crisis de subsistencia. Su asalto a las estancias recién fundadas por los europeos, para acceder a la carne de los primeros ganados vacunos que llegaron o del escaso ganado mular y caballar, les convirtió en objetivos propicios de una guerra de exterminio. De la extinción de uno y otro ejemplar desconocemos los efectos secundarios sobre otros eslabones de la cadena ecológica construida en tomo a una y otra especie. Pero como constraste a la destrucción el campo se llenaba de espinos que nacían del estiercol distribuido por cabras y obejas. En la conquista de América debemos notar entonces que la guerra de la "civilización" contra el hombre natural se desplazó desde el indio con su bosque y arcabuco hasta la fauna menor y de aquí a la fauna salvaje. Qué pocas cosas resistieron a la cultura occidental en la fundación de América.

OTROS DOCUMENTOS TEMPRANOS Como se ha anotado, lamentablemente la visita de Mariquita de 1559 no se ha encontrado en su totalidad. De todos modos ella nos aproxima a una región poco estudiada porlahistoriografia colombiana del siglo XVI. La historia del actual departamento del Tollina ha estado determinada en gran parte por el interés en la guerra contra los pijaos, durante las dos primeras décadas del siglo XVII. La visión heroica de un fenómeno cruel como fue la llamada "guerra de exterminio" proyectada por Juan de Borja

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se ha convertido en un obstáculo para el estudio y reflexión, no de la sangría misma, sino de los intereses económicos y políticos que estaban en juego36 y de la situación de las etnias que sobrevivieron a la guerra. Como producto de una tradición histórica la matanza de nativos se convirtió en un elemento de identidad y orgullo regional. Los colonos triunfantes supieron fundar mitos de "bravos guerreros", en donde la derrota fue apenas la consecuencia lógica de una confrontación en la cual vencieron no los intrusos sino los más aguerridos. La exaltación a la resistencia indígena de los Pijao ha actuado como variable dependiente del valor de los europeos. La leyenda del cacique pijao Calarcá y del cacique Coyaima don Baltasar, quienes supuestamente murieron unidos por una lanza, ha tenido efectos no solo políticos sino ideológicos entre los sobrevivientes y herederos de esta guerra de exterminio. El hecho de que don Baltasar hubiera combatido del lado español exime del efecto de la derrota a los hispanos para exaltar el valor indígena. Todo lo que ha pasado no ha ocurrido, lo único real es el valor de dos heroes nativos disputando entre si la fé y la idolatría, la civilización y la barbarie. No hay pues complejos de culpa, solo el orgullo de los derrotados porque su héroe Calarca, hubiera sido capaz, en su agonía, de destruir a su par, don Baltasar. La leyenda heroica diluye otras producciones económicas y sociales de la región mediante el maravilloso arte que hace invisible a las comunidades mientras la historia real los sojuzga, 36. Recientes trabajos sobre la región intentan abrir nuevas posibilidades de análisis. Véase por ejemplo Adolfo Triana Antorveza La colonización española en el Tolima, siglos XVI y XVII (Bogotá 1992) y "Los Resguardos indígenas del sur del Tolirna" en Francois Correa (ed.) Encrucijadas de Colombia Amerindia (lnstitutoColombiano de Antropología, Bogotá 1993) Págs 99-140, y Hernán Clavijo Ocampo Formación histórica de las élites locales en el Tolima (Tomo l. 1600-1813 y Tomo II, 1814-1830, Banco Popular, Bogotá 1993).

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los somete y les enseña que su historia está en la agonía de sus jefes y no en los tributos, en la pérdida de sus tierras y en la presión sobre sus lenguas y creencias y no en los abusos de los señores. Una especie de síndrome de Estocolmo, ha sido la historia de la Antigua provincia de Mariquita. De ahí que el trabajo con fuentes tempranas llena aquí otros requisitos ajenos a la simple erudición. Esta leyenda reproducida aquí y allá por todo el Tolima y recogida por la historiografía tradicional que la nacionalizó como ejemplo del valor de un pueblo que fue capaz de autodestruirse, sin saber para qué y por qué. Nadie osa hoy en la región escapar a este síndrome de admiración que implicaría romper con 400 años de bobería. Por ésto, no hemos resistido la tentación de hacer referencia a tres cartas de Juan de Borja, fechadas en 161 O, 1611 y 1612, que contextualizan el fenómeno de la guerra de los Pijaos en el conjunto de otras guerras, como la de los Carares, y de los fenómenos que generaban en la sociedad de entonces 37: Muchas de sus referencias apuntan a explicar la confrontación que tuvo sus raíces en la segunda mitad del siglo XVI. No debemos olvidar que hasta el comienzo de las operaciones de exterminio de Juan deBorja se habían realizado unas 50 entradas punitivas, que habíancomprometido a unos 2.808 soldados, lo que arroja un promedio de 56 hombres por expedición38. En estas cartas se plantea no sólo la estrategia de talar bosques y rozas con el fin de destruir las bases alimenticias de los pueblos alzados, sino también una política de hostigamiento 37. Sobre la guerra contra los Pijaos puede seguirse la versión de Fray Pedro Simón Noticias Historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales (Banco de la República, Bogotá 1981) VI, Págs 327448. 38. Fray Pedro Simón. Noticias ... Cit. VI, Págs 328-330.

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permanente a la población civil, especialmente a las mujeres y a los niños, sobre quienes recaía "la culpa unibersal de su revelde, y desmembrada República'?". Estas fueron dos estrategias puestas en práctica por los españoles: una guerra de hambre y el ataque sistemático a los pobladores indefensos. La tercera propuesta fue combinar la delación, con la persecución y el asesinato que se encargaba a los mismos delatores, en este caso nativos vinculados a su causa. Un guerra sucia que dio resultados positivos. El producto de esta cacería fue la extinción de los Pijaos de la sierra y la entrega de los colaboracionistas Coyaimas y N atagaimas a la Corona Real, librándolos de los encomenderos. Un premio precario que no los libró de los abusos de los colonos blancos y tampoco los exoneró de haber contribuido a fundar una relación colonial. El tributo en oro no lo recibía Felipe II ni Felipe III en persona, su premio fue el mismo de otros pueblos menos heroicos: La servidumbre y la explotación sistemática. Al final de todo ésto una población diseminada por bosques, quebradas y rincones "trasponiendo los páramos de una parte a otra de la govemción de Popayán". Las fuerzas indígenas convertidas ahora en grupos de bandidos y salteadores, sin "habitación conocida", sin familias, sin "ocupación, ni cuydado de sementeras, descubiertas [sin] más de la lanza en el hombro con libre disposición para intentar las vengancas repentinas que pudieran executar sobre descuydo en que descubren la inbencible enemistad y odio cruel de sus pechos, y la resolución bárbara de sustentar la guerra hasta el último indio que tuviere vida?". Este testimonio no sólo expresa la diáspora de un pueblo perseguido, sino la conversión de un tipo de guerra regular en

39. AGI, (SevilJa) Audiencia de Santa Fe 18, R-12, N. 0122, ff 4r. 40. AGI, (Sevilla) Audiencia de Santa Fe 18, R-11, No. 0096, ff2v.

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una guerra irregular. Incluso hay allí elementos que pueden contribuir al conocimiento de la formación social de las modernas etnias del sur de Colombia, en cuyos ancestros pudieron estar retazos de estas naciones perseguidas. Por ejemplo, los Yanaconas del Cauca que buscan en esta historia una explicación a su compleja identidad. Las consideraciones morales del presidente Borja engañan, a pesar de traslucir un cierto heroísmo indignante, que al ser asimilado por la historia acríticamente, conduce a un reduccionismoheroico que abandona todo el impacto humano y ecológico de esta guerra. Incluso para los Pijaos, su afán por sobrevivir les llevó a la antropofagia, cuyos cuadros son sobrepuestos al margen de una carrera contra la muerte y no como el efecto de la destrucción de las bases alimenticias y de una persecución sin cuartel. Tal vez un sólo testimonio constate lo que afirmamos: "... Dexo aparte el corage, y sabor con que comen la carne humana con circunstancias increíbles, y nunca oydaspues de los vivos que cogen la van corlando a pedacos y a sus ojos la asan y comen, beviendo la sangreque corre de los corles, y a los muertos de muchos dios los desentierran, y les roen los huesos, venciendo en ellos, la ferocidad,y rabia al horror y al asco "11•

Intentar extrapolar esta conducta a tiempos anteriores a la llegada de los europeos puede ser peligroso. Pues se trata de no confundir los comportamientos estructurales de una sociedad de tiempos de paz con aquellos que surgen en una coyuntura de guerra. La antropología tiene mucho que decir en torno a esto que no es solo rito y simbolismo, así como la historia ya no lo considera sadismo ni barbarie. Estos materiales de funcionarios emotivos y cargados de juicios de valor pueden abrir nuevos espacios al debate intelectual. Por lo que conocemos hasta ahora, la documentación sobre el 41. AGI, (Sevilla) Audiencia de Santa Fe 18, R-12, No. 0022, IT3v.

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en el siglo XVI está dispersa por archivos colombianos y europeos. Nosotros apenas hemos querido ofrecer algunas muestras de documentos que pueden servir de guía para conocer lo que pasó, no sólo en Mariquita, sino en las jurisdicciones de Tbagué y Neiva. AJto Magdalena

El archivo General de la Nación, el Archivo General de Indias y multiples archivos regionales están abiertos a nuevas preguntas pero ante todo a respuestas de etnólogos, arqueólogos e Historiadores interesados en contribuir a la comprensión de eso que nosotros llamamos la Etnohistoria y otros la cultura popular.

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LA INSTITUCIÓN DE "LA ENCOMIENDA" EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE PAMPLONA Por: JOSÉ IBSÚS RICO VILLAMIZAR41•

Antes de abordar el tema propuesto como materia de estudio en éste Simposio, o encuentro de personas interesadas en la consideración de los fenómenos históricos, cumplo con el deber, muy grato por cierto, de registrar la distinción de que he sido objeto por los señores miembros de la Junta Organizadora de este evento eminentemente cultural. Justo es, así mismo, advertir la oportunidad que se nos brinda de enaltecer la memoria de quienes han sido, en razón de sus virtudes, los dioses estelares de esta región del país: Don Francisco de Paula Santander, y el General Don José Antonio Anzoátegui, cuyos nombres tantos vínculos establecen con la historia de esta ciudad. Hechas las anteriores consideraciones, enteramente indispensables, nos ocupamos del asunto, sin duda más examinado, visto y discutido, que se oculta en las páginas de la Historia: LA INSTITUCIÓN DE LA ENCOMIENDA. Sin dejarnos siquiera la libertad para sopesar el significado de lo que hoy denominamos DERECHOS Ji.UMANOS, vamos descubriendo modalidades de martirio que nunca fueron 42. Historiador, investigador y escritor independiente, Santafé de Bogotá.

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visualizados con otro criterio que el impuesto por el Derecho Romano de aquella época, útil para la expoliación de todos los derechos que no necesitaban consultar la dignidad humana. Ciertamente, dentro de una consideración general, podemos decir, que el mundo ha vivido épocas profundamente convulsionadas, distinguidas las más, por una completa DEPENDENCIA, tal como fue en la Edad Media. Comenzó en tiempos del poder de Roma, cuando por razón del rápido avance de los ejércitos sobre Europa, tal "dependencia" surgía de la necesidad de una autoridad fuerte, allí en donde se hacía indispensable colocar los polos de mando. En otras palabras,dando forma a lo que se denominó la Institución Militar, convertida luego en modelo en aquellos países que se iban sometiendo, es decir, que estaban siendo conquistados. Con tal carácter dicha institución llegó a España, la que la acogió en la misma forma, pero que dada su tendencia discriminatoria, muy pronto la trasladó a los mas bajos niveles de la servidumbre, en gran medida análoga a la "esclavitud". Sin necesidad de ironía de que se sirve un conocido historiador, puede reconocerse, sin embargo, que allí, en América, si no había partidarios de Mahoma que quisiesen soportarla, sí había indios que indirectamente habrían de sufrirla. Lo anterior, visto a grandes rasgos y dentro de una exposición elaborada con criterio de síntesis, siendo necesario que así sea, para poder ordenar la información conforme a cada lugar y época. En España comienza definiéndose la Encomienda, como "Dignidad dotada de Jurisdicción y Rentas que se otorgaba a Caballeros de las ordenes militares", que empieza siendo una especie de concesión que se hace "in cornmendam", esto es, provisionalmente. De allí el nombre de ENCOMIENDA.

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También la hubo como "vínculo de dependencia" en lo civil y religioso, según se ha dicho. - Francia, que la tuvo casi con idénticas modalidades durante los siglos once y doce, le dio el distintivo de "Encomendado" a quien como vasallo prestaba servicio a su amo, tanto en tiempos de guerra como de paz. El amo y señor, según la definición merovingia, era "quien da de comer, teniendo, al igual que en la nuestra, el nombre de Encomendero. Con éste título figura en la famosa Canción de Rolando, tan conocida y recordada por nuestros padres, quienes, para transportar nuestra imaginación a esos siglos de luchas heroicas, le daban el sugestivo nombre de "Los Siete Pares de Francia". De otra parte y en conformidad con el Derecho Canónico, surgió en España en el ámbito de la Iglesia, la facultad de confiar a modo de premio por singulares virtudes, un Obispado a una Abadía vacante, denominada Encomienda; la que es de creer, engendraba beneficios así eclesiásticos como económicos, pero, según relatos contradictorios de orden histórico, era fuente, más de obligaciones y deberes, que de complacencias. Ahora bien; siendo el caso que la Encomienda traía un fuerte sabor a Edad Media, asunto que se manifestó de manera singular en México, y con algún acento en el Perú, podríamos decir respecto del Nuevo Reino de Granada, que en su medio se sufrieron las alternativas de uno y otro lugar, pero muy rara vez enteramente castigados. Fue un hecho que en México se constituyeron verdaderos señoríos feudales, que la Corona repudió a su debido tiempo, en tanto que en el Perú, los inconformes con las restricciones de que eran objeto, se lazaron contra el gobierno de Felipe II, en la llamada Guerra de los Encomendemos, logrando dar muerte al Virrey Núñez de Vela.

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Tropiezos de esta índole fueron frecuentes, hasta poder afirmarse con objetividad indiscutible, que rara vez en la historia una institución creada por los hombres, se vuelva contra ellos, mostrando su imperfección y declarando a los cuatro vientos la injusticia que le sirve de fundamento. -Acompañada del "servicio personal obligatorio", no mencionado todavía, la pérdida de la libertad de innúmeros aborígenes de Sur y Centro América, no podría justificarse con la aleatoria disculpa de que los más buscaban cristianizarse. Existían otros intereses muy distantes y distintos de dicho propósito. -Veamos el criterio que al respecto acompaña al historiador colombiano, Indalecio Liévano Aguirre:

"Como la Encomiendase estableció en América en momentos en que el dominio de la mano de obra indígena era la aspiración principal de los conquistadores,dicha institución no otorgó titulo alguno sobre las tierras de los indígenas encomendados. La importancia de la Encomienda se derivó del derecho que por ella adquirieron sus titularasa que los indios repartidos se trasladaran, desde sus propias tierras, a las haciendas de los Encomendemos; las cultivarán por determinado número de días en la semana, sin remuneración alguna,y atendieran a los servicios domésticos de sus casas. El trabajo de los indios y no de la tierra fue el objeto propio de la Encomienda".

Esto concuerda con nuestro pensamiento, cuando en la obra "AMERICA, Dolor Inédito", afirmamos lo siguiente: "Frentea una naturaleza salvajey primitiva, apenas auscultada por el indio en la búsqueda defrutossilvestres o depiezas de caza, la mensura de las tierras y su englobe dentro de límites precisos, era tarea de dificilejecuciónpara el hijo de Castilla, acostumbrado a encontrar muy cerca de sus ojos los lindes de la heredad, en una tierra yerma, sacudida en siglos de explotación, y trajinada por incontables marchas de guerreros e invasores. En cambio, aquí todo estabaenmarcadoen una perspectivadiferente. Las distancias cansaban la vista.y los bosques mostraban análogofollajeen toda

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su extensión, cubriendo los accidentes del terreno con un mar de hojas verdes, apenas cortaba por los ríos o diluido en el perfil del horizonte "11•

"Y ante tal oferta de conquistay predominio no existe para la Provincia de Pamplona en el momento que se estudia el nuevo héroe que venga a realizarla. -El despreciopor el trabajomanual, reconocida característicadel español, no permite que el proceso se oriente por dicho camino. Esto lo obligay lleva a servirse del indio como medio y factor de producción, sin queello sea óbice para quitarle su tiempo en otros menesteres. De ello dejamos constancia cuando escribimos: "Como los hijos de Esparta, se creyeron nacidos exclusivamente para la guerra, y como ellos, entregaron a los siervos y esclavos no sólo los oficios domésticos sino el comercio y las industrias, incluyendo entre éstas la más importantepara la economía de los Estadosy "la más saludable para el espíritu", según el sentir de los fisiócratas: la industria agrlcola':".

De esta suerte, continuamos en los apuntes de historia, la importancia de la Encomienda no se configura por la extensión de sus tierras, sino por el NUMERO de sus indios; puesto que de su trabajo depende no sólo el bienestar sino la supervivencia del Encomendero. Así lo estipulan las Cédulas de la Encomienda, en la cuales se autoriza y ordena que: "para que Voz podáis servir y sirváis en aquellos que por Nos esta permitido y mandado que sirvan, de los cuales podéis llevar la cantidad de oro, ropa y comida y otras cosas ... ". Es lógico que nos preguntemos: Se habría visto mayor irresponsabilidad humana, como base y esencia de una cultura más o menos responsable? 43. AMERICA, dolor inédito. 44. AMERICA, dolor inédito.

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la misma apertura de la Colonia se acostumbró a mirarla como parte de la servidumbre, sin nexos espirituales, morales o flsicos con su propia persona. -Tan lejos estaba ciertamente de retener el pensamiento en el suelo fértil, como ahincar su brazo en el mismo. Más tarde, avanzado ya el siglo XVII, este concepto se irfa modificando en la mente del criollo y de hecho en el alma del mestizo, pero, en el momento, el territorio de la Encomienda se le distingue apenas como el punto de referencia, por ser el lugar del asentamiento de los indios':".

Razón tuvo Casiodoro, filósofo del siglo V de nuestra era, cuando dijo: "Ninguna injusticia hay mayor que pretender hacerse rico con el afán o tenacidad del mendigo, y aumentar sus caudales con daño de los pobres y miserables". La injusticia legalizada en la Institución de la Encomienda, no obstante ser ofendida por quienes pensaban y actuaban a nombre de la tradición castellana y aragonesa sobre la legitimidad del "señorío" y de su correspondiente "vasallaje", y en particular del dúctil y acomodaticio "derecho de conquista, encontró en la conciencia española de ese momento histórico, representada por Fray Antonio de Montesinos y Fray Bartolomé de las Casas, recursos dialécticos de orden moral contra ella y contra la forma de aplicación en América, logrando, por lo menos en teoría, algunas modificaciones a favor del indígena, en las llamadas Nuevas Leyes de 1542. Con ellas el gobierno buscaba eliminar el régimen de encomiendas de indios, decidiendo que aquellas no eran hereditarias, y que a la muerte del Encomendero, los indios pasaban a depender directamente de la Corona. Pero la existencia de éstas medidas, hijas tal vez de la precaución del Emperador Carlos V, ante el anuncio-sensiblemente especulativo- sobre "la destrucción de las Indias hecho por Bartolomé de las Casas", fue débil y efímera, tanto, que solo a tres años de su promulgación, la Corona interrumpe su vigencia, dictando en Malinas, a veinte de octubre de 1545, disposición contraria, "por la cual se restituye a los Virreyes, Gobernadores y Reales Audiencias, el 45. Liévano Aguirre, Indalecio,

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poder de encomendar, revocando y dando por ninguno el capítulo de las Nuevas Leyes y ordenanzas reales, por donde su Majestad prohibió lo a ésto tocante ... " Las Encomiendas no fueron, sin embargo, concedidas a título perpetuo, sino como feudo de la monarquía, cuyo poder podían revertir cuando así lo dispusiese la Colonia o el Consejo de Indias. Además, los indios les fueron entregados a los españoles, con el compromiso contraído por éstos de evangelizarlos y educarlos en las buenas costumbres, Jo que no siempre ejecutaban, teniéndolos como los tenían, sometidos al servicio personal. Desde 1538 se dispuso que las Encomiendas se concediesen sólo a quienes residieron en el Nuevo Mundo, prohibiendo dárseles a organismo públicos, conventos, hospitales y hermandades. Dos, tres y hasta cuatro generaciones disfrutaron el beneficio de la Encomienda, la que por fin halló su término en las manos muertas de los latifundistas, cuando, hasta los Resguardos confundidos maliciosamente con las tierras realengas, pasaron a manos de los acaparadores de tierras. Mas, siendo éste un girón de historia, viva y necesariamente compatible con toda circunstancia, permítanme una digresión al hablar del LATIFUNDISMO, pues él está en la entraña del quehacer y del dolor de los colombianos, no amparados por fuerzas políticas. "Cuando alguna Institución de las existentes en el período de la Colonia llega hasta épocas posteriores a la misma, se suele decir que ella es parte de la denominada "penetración de la Colonia en la República?". -Ello es así, pudiéndose afirmar además, que una de tales Instituciones con mayor recorrido en el tiempo, pues arranca de mediados del siglo XVI y sobrevive 46. Nota tomada de AMERICA DOLOR INEDITO.

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en nuestros días, es la conocida con el nombre de RESGUARDOS INDIGENAS. Creada, no para dar a los indios un título de propiedad sobre las tierras, sino para concederles el usufructo de las mismas, comenzó muy pronto a ser disminuida en sus prerrogativas y beneficios parios Encomendemos, sin que tal deterioro alcanzara, sin embargo, el colapso que ha sufrido o viene sufriendo en tiempos de la República. "Sometido dicho fenómeno a un análisis de carácter general, cabria /aposibilidad de disminuir la responsabilidadsobre la base de que -tan humanos eran aquellos Encomendemos, como los terratenientes de los siglos XIX y XX que se apoderaron definitivamentede la mayorparte de sus tierras". "tal argumento es dable, perdiendo no obstante mucho mas los segundos que los primeros ante e/juicio de la Historia, teniendo en cuenta el avance de los tiempos en materia social, con unos Derechos Humanos de por medio, a cada instanteproclamados,y con un cristianismomás depurado en sus principios fundamentales. Huelga observar además, que en España muchas veces condenada por su injusta parcialidad a favor de sus nacionales, fue en ésta ocasión más enfáticaen la defensade los intereses de los indios de nuestropals, ante delitos másflagrantescometidos contra ellos. De esta suerte, el tratamiento que en el campo de la critica se le hace a España en tal aspecto, ha perdido lastimosamente la autoridad como punto departida. La atenta lectura sobre lo dispuestopor el oidor Vil/abona en dicho sentido en la Provincia de Pamplona, tomada esta vez de los documentos sobre el resguardo de los indios de Silos, análogos a los de lasdemáspoblacionesporélfundadas, son suficientemente exp/Ecitos. Su texto es el mismo al que podrá transcribirse, con la natural salvedad delos detallessobre linderos y demás consideraciones circunstanciales del lugar".. , etc>

El juicio está dado en cuanto a lo que significó el latifundismo en términos generales en la economía del país, pero hay referencias concretas sobre los sistemas de despojo. Una de ellas nos la ofrece el historiador español Don José María Ots Cappdequí, expuesta en los siguientes términos:

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4a. El abuso con que hasta entonces se había procedido en la concesión de tierras realengas, sin medida, deslinde ni avalúo, sin tener en cuenta las posibilidades económicas del solicitante y sin que unos supieran lo que pedían, ni los otros lo que otorgaban, era la principal dificultad, "para que mucha parte, que se halla inculta, se pudiera hacer civil y habitable". Muchos, al amparo de un título de merced de tierras, habían hecho reventas muy lucrativas; otros, habían dejado establecer en sus tierras, familias de pobres cultivadores y cuando éstos, con su esfuerzo, habían hecho fructificar los campos, exhibían aquellos sus títulos y los conminaban con el desahucio si no se convertían en verdaderos feudatarios suyos. Para evitar este desorden, eran ineficaces los medios establecidos en la Real Cédula de 1780 .... "las consecuencias predecibles eran el despojo "por manos de la justicia" de las tierras ambicionadas y pedidas por el latifundista. Ahora bien: volviendo al espinoso tema de la "obligación que los Reyes de España impusieron a los conquistadores de evangelizar a los naturales, enseñándoles además algunos principios de la nueva Fe", cabe considerar que mientras no existiese en América un representante de la Corona, apto y capaz de iniciar la conversación de los aborígenes del continente recién descubierto, "yéndose porel camino de la paz" tan recomendado por el Soberano Pontífice, toda otra labor ejecutada en este sentido, pecaría de idealista. Don Juan de Solórzano y Pereira en el libro 1 o. Cap. XII de su monumental obra POLITICA INDIANA nos cuenta que: Antonio de Herrera al conocer la noticia que le dio Hemán Cortés de haber descubierto la Nueva España, le envió instrucciones claras y precisas, diciéndole que sobretodo procurase el buen tratamiento y conversación de los indios, haciéndolo por los medios mas suaves, "porque el mejor camino para el conocimiento de la Fe católica más seguro de todos, sería el de intentar convertir cien indios por las buenas que cien por las malas".-

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Esta opinión del cronista Herrera nos deja entender que había en él sabiduría, puesto que ese era el camino. Sobre el tratamiento dado inicialmente por nuestros conquistadores a los naturales de la Provincia de Pamplona, sabemos que al principio no hubo dificultades, dado el temperamento pacífico de los Chitareros, diferente al de los Indios Motilones: mas, como veremos luego, irían a sobrar razones para el trastorno total y manifiesto de tan necesarios vínculos. Valga reconocer, sin embargo, que en algún lugar hubo de existir o realmente existió un ambiente de paz: creemos que en la humilde iglesia llamada de Doctrina. Transmitidas afanosamente sus enseñanzas ante las exigencias del Encomendero, que a toda hora fustiga al Cura Doctrinero diciéndole que necesita al indio en la mina, en el campo de trabajo, o en donde la avaricia lo aúpa sin reservas, la Doctrina es, y seguramente seguirá siendo una puerta de entrada o de salida el indio. -Qué tanto entendió sus mandamientos? No lo sabemos, pero a partir de ella el indio, el salvaje o el ignorante vio la necesidad de creer en el Dios de los cristianos. Ya dejamos la constancia de ellos en alguna parte, pero repetimos, que el espíritu religioso de los Chitareros, afincado en el paisaje y en los mitos de sus vertientes étnicas, debía de ser dificilmente modificable en sentido contrario al que tomó una vez integrado al espíritu de la Doctrina, pese a las notables deficiencias que ésta sufrió avanzada la Colonia. La institución de la Encomienda sufrió un resquebrajamiento interno, al quedar casi vacía de servidores, es decir, de indios, por el envío de éstos al trabajo de las minas. Un dato estadístico referido al año 1573, y relacionado con los indios que el Encomendero de Tutepa Don Cristóbal de Araque y Ponce de León poseía en la Encomienda nombrada, arroja los siguientes datos:

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Indios agricultores y pastores Indios de cuadrilla en las Minas de Vetas y Montuosa

4 indios útiles 24 indios útiles.

El dato es concluyente: veintiséis indios en las minas y sólo cuatro en las labores del campo. La economía del oro situada en primer lugar, sin posibilidades de un cambio hacia el sector agricola. El destino de las tierras era el de dar sustento a los ganados, en tanto que el pueblo y los Encomendemos mismos y sus familias sentían el impacto del hambre. Cierta y explicable era entonces la pobreza de cuyo martirio parecían no escapar ni las personas de notoria prestancia. La tendencia del español a magnificar a cada momento su miseria, hallaba respaldo en una situación creada por su propia voluntad. Los expedientes están cargados de alusiones a la falta de alimentos, y "a las muchas necesidades que padece la población", hechos que el investigador que acaba de arrimarse a tales escritos no puede entender. -Se necesita trajinar con ellos mucho tiempo para aceptar la evidencia del fenómeno, aunque no pueda justificarlo frente a la razón. La economía del oro por el oro mismo, trajo a España éste y otros dolores, los que no fueron exclusivos de la metrópoli, pues se iniciaron allí donde nacía el precioso metal, en virtud de las circunstancias que nos trae como noticia el referido documento. Fuera de perder la Encomienda su verdadero significado por el incumplimiento del compromiso adquirido por parte de los Encomendemos, de atender a las necesidades religiosas físicas y culturales de "los encomendados", tuvo ella en virtud de su constitución, el privilegio de convertirse en prolongada serie de estancias, limítrofes o no, hasta hacer del mapa de la provincia territorios geográficos comprendidos entre límites arcifinios, de cerro a cerro o de río a río. No era éste el propósito de la Corona, pero lo fue veladamente del Cabildo, que lo autorizaba, así fuesen los mismos Regidores sus peticionarios.

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Aunque por Cédula Real del 9 de Noviembre de 1528, se prohíbe la esclavitud, acto que de cumplirse, hubiera cambiado el destino de América, vino a tener vigencia en la Provincia de Pamplona, poseedora de crecido número de esclavos, como dueños que eran de las minas de oro de Suratá, Bucarica y las Vetas, y las de plata en La Montuosa. Las minas de Páramo Rico, que en muy pocos años entregaron el tesoro que tenían oculto bajo piedras, habían dejado de existir. Pero la ciudad conservaba yacimientos auríferos que le permitieron decir al Superior Provincia de la Orden Franciscana, Fray Pedro Simón, "que aquellas minas tributaban riquezas en capas inacabables, siendo en algunos lugares una sola masa". Riqueza que tristemente no dejó sino el recuerdo de momentos febriles. Dentro de este afán y luego de venturas y desventuras terminó el siglo XVI y llegó el diecisiete, aún dominado por la esperanzade hallazgos providenciales. En aquellos días la Institución de la Encomienda seguía siendo dueña del nombre y aprecio de sus primeros años, cuando aludir a ella se identificaba con lo magnánimo y prepotente, con el buen ejercicio del mando, poder leg::11, marco jurídico relevante, y asociación de ideas optimistas y convergentes. Pero ésto, así glorificado y exaltado, dejó de existir. Rebajada en su autoridad, precisamente por la carencia del marco jurídico de que se habla, -ya no se le pudo definir como entidad comprometida con el Soberano en la tarea de cristianizar al indio, de inyectarle Fe y conocimiento, y de procurar su liberación a través de la cultura. Nada de ésto fue posible, porque, a decir verdad muy poco de ello existió en el terreno de la realidad. A partir del año 1601 pudo, sin embargo, surgiría un cambio de concepto de lo que entendía tradicionalmente por

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ENCOMIENDA y de lo que por desventura, había llegado a ser. Pero ... "manes del destino", aquella empresa renovadora no pudo prosperar, ni siquiera con el vigor de las ideas renovadoras que se alzaban en el horizonte. Uno Fue el vigoroso impulso de la "Doctrina" en todo el territorio de la Provincia de Pamplona, bajo el impulso de la "Doctrina" en todo el territorio de la Provincia de Pamplona, bajo el impulso y dirección que le dio el Visitador don Antonio Beltrán de Guevara, ex-justicia mayor de Tunja (y futuro gobernador de la provincia de Arica, en Chile). El otro: un proyecto de Navegación del Río Zulia, que se verá más adelante. Después de ordenar el visitador la verificación del primer censo de Encomendemos de la Provincia de Pamplona en el año ya mencionado de 1601, de disponer la apertura de caminos en todas direcciones, de llevar a buen término la construcción de más de" cuarenta" iglesias de Doctrina, desde las Rancherías de Suratá hasta la ciudad de Mérida, de investigar costumbres del pueblo Chitarero, permitiéndonos así conocer algo de su prehistoria, este hombre íntegro, creyente y disciplinado, pasó por ello en compañía de su secretario don Juan de Vargas, actualmente recordado en su Casa-museo de Tunja, a la historia de Pamplona y su basto territorio. Durante casi tres años, el criterio del Visitador Beltrán de Guevara, representado en sus obras, que fueron muchas y de hondo sentido, debió alterar en su mente de manera concreta lo teórico de la Encomienda corno Institución. Testigo de muchos actos arbitrarios de algunos Encomendemos, actos que desdecían de los fines que ésta debía tener, y que en su concepto rebajaban el valor y significado institucional, no buena, sino repudiable. De igual modo, algunos indicios de conductas ilógicas, dignas de censura, que luego veremos. El segundo hecho digno de entrar a la Historia corno antecedente de lo que hubiera podido modificar la mentalidad de

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los vecinos de Pamplona, fue la pretendida ''Licencia de Navegación del Río Zulia". Fueron dados los primeros pasos días antes de la muerte del Rey Felipe II y del asenso al trono de Felipe Tercero en 1598, pero con éste, y sus ideas no muy claras en asuntos de gobierno, el trascendental intento de navegación demoró años para su práctica. Empero, si Fue un sueño, estuvo a punto de convertirse en realidad plena antes del deceso de Don Felipe, cuando el Cabildo de Pamplona solicitó al Consejo de Indias la Licencia de Navegación, con respaldo de nuestra Real Audiencia, la cual envió como consultor y consejero al Capitán Don Bartolomé VillaGómez Campuzano. Ocho años de espera, de construcción de ranchos a la vera del río, para el suministro de víveres y legumbres a los presuntos marineros, fue el aporte de nuestros agricultores campesinos. -Fueron unos años de entusiasmo y de esperanzas que avivaron la mente no solo de los pamplonenses, sino de todos los pueblos vecinos. Persona impotantes como Don Cristóbal de Araque y Ponce de León, don Juan de Echazarreta y el Capitán Nicolás de Palencia, más algunos cabildantes notables se dieron a la tarea de preparar las edificaciones del Puerto y Barra del Catatumbo. No poseemos informaciones cerca del fin que tuvieron aquellos amagos de gloria y de riqueza. Sólo cabe recordar que si "todos los ríos, son ríos de libertad", según el notable escritor y paisano nuestro Doctor Rafael Gómez Picón, inafortunadamente ya fallecido, el Río Zulia y su complemento hacia el Lago de Maracaibo, nunca han podido serlo, encerrados en el que hemos llamado Enclave de Catatumbo. Fue una lástima, eso si, que los pamplonenses, sedentarios convertidos por fuerza del ideal en marineros, no hayan encontrado en tantos siglos de encierro, salida al mar de las Antillas, conforme a su legítima aspiración.

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Volviendo pues, por fuerza de las circunstancias al curso que traía esta exposición, consagrada al estudio de la Encomienda, debemos recordar que estando vigente la Cédula Real del año 1528, la esclavitud quedaba prohibida. Empero, es el medio de la Provincia de Pamplona ella era un hecho no solamente reconocido, sino agravada por el trato dado a sus víctimas. Uno de los sistemas de martirio, consistía en el uso de las CORMAS. Estaban construidas cada una de ellas con dos trazos de madera fuerte, con muescas en la mitad, que después de colocadas arriba del tobillo eran cerradas y remachadas con platinas de hierro. Por su peso y por ir asimismo paralelas en uno y otro pie, Je impedían al indio no sólo correr sino caminar normalmente. Por ello las empleaban sus amos en las minas, impidiéndoles fugarse. Estas y los llamados "servicios personales obligatorios" que consistían en llevar sobre la espalda, mercaderías hasta con un peso de cien libras, de lugares distantes de Pamplona, como lo eranel Cañón de Lebrija o las Ciénagas de San Silvestre (Magdalena), con muy escasos recursos para satisfacer el hambre, y para defenderse de los terribles Indios Yariguíes, que dominaban aquellos lugares. -También los hubo de Pamplona a Mérida, o viceversa, en análogas condiciones.Conocidos estos antecedentes, no cabría preguntamos, si ante los hechos aquí señalados, podríamos considerar todavía a la Encomienda como Institución apenas formal, sin finalidades secundarias, dirigida exclusivamente en beneficio económico de los españoles? Pensaron, quienes le dieron vida civil y política, que detrás de ella no se ocultaban fenómenos, o monstruos de impureza moral, como los que no es dado conocer a través de la Historia? Un escritor autorizado, el Doctor Abel Cruz Santos en sus "Estudios sobre temas económicos", nos dice lo siguiente:

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"La Encomienda tuvo carácter vitalicio para la persona a la cual se concedía, pero a los pocos años se convirtió en institución hereditaria, prologándose a través de varias generaciones. Fue, pues, una forma de esclavitud; representaba la unión del poder polltico y de fa propiedad territorial">

Afirmaciones de tal índole son comunes en autores que tratan de estas cosas. La esclavitud Fue además, el recurso que el "despotismo" nos dejó como herencia. No nos es posible, al cabo de unos años, cambiarle el rostro al pasado de los tiempos, así lo deseemos íntimamente. Mas, dentro del orden de esta exposición, y del tema que se viene estudiando, cual es: LA ENCOMIENDA EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE PAMPLONA, podemos tal vez, avanzando un paso adelante, dar cabida al estudio de UN A ENCOMIENDA SUI GENERIS, las de CHIT AGAy CACHIRI, situadas dentro de la Jurisdicción de esta Provincia. No tuvieron en verdad asiento en Pamplona sino en Santafé, porque era su Encomendero, uno de los Grandes de España, el Virrey de Nápoles, Sexto Conde de Monterrey y de Fuentes, Marqués de Tarragona. De su esposa, la Excelentísima Condesa doña Leonor, hermana del Conde Duque de Olivares, virtual Gobernador de España en tiempos de Felipe IV, y de otra parte: la humilde lista de los indios de Chitagá y de la parcialidad de Cachiri, nominalmente enmendada en Doña Luisa de Morante. Qué extraña circunstancia podría establecer -nos hemos preguntado- relación entre quienes ocupaban, a mediados del siglo XVII, los límites de la escala social, colocados los unos en el vértice de la pirámide, y enterrados los otros bajo el horizonte del soberbio edificio del Estado? Ni siquiera la distancia a que se encontraba "señor" y "vasallo" en las más oscuras etapas de la Edad Media, podía servir de término comparativo de la gran brecha que separaba a los Nobles de España, asimilados a "parientes delrey", de los abyectos y humillados aborígenes americanos, sin derecho, según algunos, a figurar en el escalafón de los seres racionales.

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Tal oportunidad fue consecuencia del Feudo concedido por Felipe IV a los Condes de Monterrey sobre las Encomiendas arriba mencionadas. Identificado en el Derecho Indiano con el título de "Pensión", sirvió de instrumento a la Corte para el pago de servicios, siendo preferentemente dirigido a los Virreinatos de México y del Perú. En el Nuevo Reino de Granada sólo hallamos el Feudo sobre la Encomienda de Chitagá y los indios de Cachirí, con marcadas diferencias de los acostumbrados en dichos países, pues si aquellos solían ser concedidos a "gentiles hombres" de menor categoría y bajo un criterio exclusivamente económico, éste último se extendió a un "par" del rey, con ascendientes nobilarios desde el siglo XIII, y dueño además de inmensa fortuna. Las consecuencias sin embargo, fueron las mismas para los naturales de uno y otro lugar. Los de Chitagá y Cachirí se consumieron en muy pocos años, bajo el peso de la servidumbre y del trabajo de las minas en la Montuosa y Vetas. Infortunadamente no hemos hallado la cédula o título original de "La Pensión", para enteramos de la fecha en que ésta se inicio, pero existen informaciones sobre otros particulares, como el siguiente: "Hemosnombrado a don Joseph de Vi/lamizar, vecino de la ciudad de Pamplona, como nuestroAdministradorde los indios de Chitagáy Cachiriy cobrador de cuentas, a quien doña Luisa de Morante, Encomendero de los dichos partidos, pagará cada un año de las demorasy tributos de sus indiosy del aprovechamiento de las cuadrillas de las minas de las Vetas, dos mil pesos de buen oro de 24 quilates, que son dos mil y cuatrocientospesos de "oro común", en dospartes, como se acostumbra, la primeraparte por la fiesta de San Juan, y la segunda parte por la fiesta del Nacimientode Nuestro Señor Jesucristo':". 47. AGN - Visitas de Santander, Tomo VIlI, ff. 96 y ss.

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Además del administrador don Joseph de Villarnizar, residente en Pamplona, cubría el cargo de Apoderado del señor Conde ante la Real Audiencia de Santafé, don Agustín de Urquijo, quien a Fe cierta hubo de ser el redactor del "pagaré" endosado a doña Luisa de Morante por tan crecida obligación. Solórzano y Pereyra en su "Política Indiana", explica el carácter de dicho tributo en los siguientes términos: "Es de advertir que esta cantidad de dinero que así se ha de pagar al Pensionero por el Encomendero, o por el Corregidor del partido en su nombre, ha de ser libre y quita de las contribuciones que los Encomendemos suelen y deben pagar por Doctrinas, administración dejusticia y otras cosas semejantes que se suelen cargar a las Encomiendas, aún cuando se diese caso que pagadas todas, y la Pensión le quedase poco o nada de renta y aprovechamiento al Encomendero, como muchas veces suele acontecer, por el menoscabo a que vienen las Encomiendas por muertes de los indios tributarios ... y por ser tan grande la carga de las Pensiones, que igualan la cantidad de la renta, quedándole al Encomendero sólo el nombre de tal?". Y como epílogo de esta posible situación añade: " .. puesto que las Pensiones no están sujetas a lances de fortuna o a casos fortuitos" Ni a lances de fortuna ni a casos fortuitos podría achacarse asimismo a desaparición de los indios, si exceptuamos el terrible efecto que en éstos producían las epidemias de viruelas. Don Joseph de Villamizar, era un administrador a la medida de los patrones o "calpixques" de la época. Además, el Conde y la Condesa de Monterrey merecían el sacrificio de algunas vidas de indios, pues, si en el censo ordenado por el Oidor Villabona en 1623, aparecen en la Encomienda deChitagá 119 indios útiles49,

en la descripción de 1642 apenas sobreviven seis". 48. AGN - Visitas de Santander, Tomo VIII, ff 96 y ss. 49. AGN - Gobierno, Tomo I, ff. 0050 50. AGN - Visitas de Boyacá, Tomo IX, ff. 12 y ss.

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Qué pensaba el señor Conde de todo esto? Tal vez nada, puesto que no tenía tiempo para ello. Honrado por el título Grande de España en 1628, seguramente por influencia de su cuñado el Conde Duque de Olivares, es enviado a Italia tres años más tarde con el cargo de Virrey de Nápoles, enfrentándose allí a un estado de revolución cada día más violento, a causa de las gabelas impuestas a la harina y a las frutas por el gobierno español. Si hubiese esperado unos meses mas como huésped del hermoso Palacio Castil Novo, hubiera sido testigo, si no víctima, de una de las revueltas populares más famosas de la historia, la del plebeyo Massaniello, antepasado, diríamos, de los comuneros del Socorro, por haber sido él quien forjó, 150 años antes, la frase bandera de nuestros revolucionarios de 1781: "Viva el Rey, y muera el mal gobierno". En 163 8 regresa el Conde a España, dedicándose a la administración de sus feudos y señoríos. No sabemos si alguna vez puso sus pies en el Nuevo Mundo, donde su abuelo y bisabuelo cumplieron funciones de señalada importancia como legisladores, en México y Lima, respectivamente. Desconocemos, y es el caso preguntarlo, con qué clase de recursos atendía doña Luisa de Morante en sus últimos años al pagode la misma a través de su apoderado. Desaparecida doña Luisa un año después, don Joseph de Villamizar, quien había casado con la hija de aquella, doña María, debe responder la siguiente requisitoria de la Real Audiencia: Don Diego de Egues y Beaumont, Caballero de la Orden de Santiago, Mayordomo del Serenísimo Señor Don Juan de Austria, Alcaide de la Casa y Acequia Imperial del Boral de Tudela de Navarra ... , su gobernador y Capitán general de este Nuevo Reino de Nueva Granada y su Presidente en la Real Audiencia de Santafé, a 2 de marzo de 1662, dijo: 163


"Que habiendo bacado la Encomienda de indios de Chitagá y Cachirí en términos de la ciudad de Pamplona, por muerte de doña luisa de Morante, se pusieron los edictos a la dicha bacante en primero de diciembre de 1656 ... y aparece correr con la Encomienda don Joseph de Villamizar como apoderado (sic) del señor Conde Monterrey y de Fuentes, Marqués de Terragona, por una Pensión que tiene en la dicha Encomienda; y supuesto que sólo los "Pensionarios" tienen el derecho de sus Pensiones ... mandó se despache comisión a don Gregorio de la Vega, que va por A lea/de Mayor de los Reales de Minas de las Vetas, para que haga averiguación de quien ha poseído o administrado la dicha Encomienda desde que murió doña luisa de Morante "S1.

La muerte que va alcanzando a todos los personajes que hace esta historia, dispone de la vida de don Joseph Villamizar antes de la llegada del comisionado, por lo cual es doña Maria de Palencia, su viuda, quien contesta en documento final, muy elocuente por sí mismo, pues nos muestra como se administraba el destino de América: "Doña Maria de Palencia... digo que por V.M me ha sido notificado, en virtud de mandamiento del señor Presidente de la Real Audiencia que dentro del tercer día, yo dé razón jurada y respondadóndeparan laspocas demoras de los indios de Chitagá y Cachirí, desde la muerte de doña luisa deMorante, mi madre ... Digo que dicha Encomienda, por cédulas del Rey Nuestro Señor fueron adjudicadas al señor CondedeMonterreyy sus sucesores, para que de ellas y de otras dispusiesen y traspasasen a las personas que fueren de su voluntad, en cuya conformidad mi marido, difunto, al tiempo que murió mi madre, Fue a la ciudad de Santafé, y queriendo oponerse a dichos indios (reclamar derechos sobre ellos), el Capitán Martín de Urquijo, como apoderado de los herederos del señor Conde de Monterrey, dio noticia al señor Presidente de las cédulasreales,para que, con los edictos que tenla puestos a dicha bacante dispusiese, y DICHO CAPITANMARTINDEURQUJJOASENTOTRATOYTRASPASO LOS DERECHOSA PODER DE DICHO CAPITANMARTINDE URQUJJO,por dos vidas... con quien se debe hacer eljuicio ... "S1.

51. AGN - Encomiendas, Tomo. XXIX, tT. 579.

52. AGN - Encomiendas,Tomo. XXIX, tT. 582 V.

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EL TRABAJO DE LOS INDIOS EN LAS MINAS DE PAMPLONA. (1600-1650).

Por: JORGE AUGUSTO GAMBOA MENDOZA53•

En el presente ensayo se hará un estudio de lo que fueron las diferentes modalidades de trabajo indígena utilizadas en las minas de oro y plata pertenecientes a la Provincia de Pamplona, situadas en los cerros al norte de la cordillera oriental, en los actuales departamentos de Santander y Norte de Santander, (República de Colombia). Allí se desarrolló una modesta pero intensa actividad de explotación de metales preciosos durante más de un siglo, desde la década de 1550 hasta la segunda mitad del siglo XVII. Una información relativamente abundante guardada en el Archivo General de la Nación (Colombia), en especial las Visitas a las encomiendas cercanas, nos ha permitido acercamos a la comprensión de una serie de problematicas que serán expuestas en el siguiente texto". 53. Antrop61o¡o Universidad Nacional de Colombia. Investigador Instituto de Estudios PoHticos y Relaciones Internacionales. Sant&fé de Bogotá S4. Tal vez uno de los docwnentos mh interesantes y menos explorado por parte de los historiadores y antrop61o¡os colombianos son las Visitas a los pueblos indJgenas que se realizaron durante los siglos XVI y XVII. es decir. en pleno proceso de conquista. Eran investigaciones acerca del número de personas, las costumbres de los indios. los productos que elaboraban y cultivaban. el trato que les daban los encomenderos, los tributos que pagaban. sus creencias ancestrales y el grado en que hablan asimilado la reli¡¡ión católica. Por lo aeneral. un funcionario de alto ranao dentro de la administración colonial, como Oidores de luAudiencias o incluso Virreyes, era enviado a alguna provincia con amplios poderes para tomar las medidas que considerara necesarias para la protección de los indfaenas y su evangelización. Al llepr al sitio. ordenaba que los cspailoles se alejaran. para que los indios pudieran rendir declaraciones en secreto y libres de toda coección. Uno de los ol!jetivos principalcsdclasVisiweracstablecerelnúmcrodcindiosvaroncsmayoresdeedadyaeftalarcualcs produclol debfan dar como tributo. Por eso estos docwnentos son una fuente de importancia primordial para el estudio de la dcmografia hist6rica. Además su interés para antropólogos y etnohistoriadores es vital. debido a la cantidad de información que recogen sobre las costumbres de lu tribus indfgenas en un momento en que aún conservaban casi intactas sus tnldicioncs. Para una discusión detallada de las ventajas e inconvenientes de las Visitas como fuente para la demografia del siglo XVI ver: T ovar Pinzón, Hermcs "Estado Actual de los Estudios de Dcmografia Histórica en Colombia". En: Anuario de Hjstoáa Social y de la Cuhw;a, No 5 Departamento de Hi.storia. Universidad Nacional. Bogotá, 1970. Para un análisis de la organización de la administración colonial y Ju Visitas corno instrumento de control: Ots Capdequi, JoséMaría.Espalla en América. Las jnstjtucjonescolonjalcs. Universidad Nacional. Sant&fé de Bogotá. 1952. Segunda edición de 1992. "'8 97 y siguientes.

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Pero si bien la investigación se ha centrado en la región mencionada también vamos a hacer algunas comparaciones con lo que sucedía en otras regiones productoras de metales preciosos. Para el caso de los territorios de la Nueva Granada disponemos de los trabajos de Robert West55 y de Germán Colmenares, quien no sólo estudió los problemas de la economía y la sociedad colonial en general, sino que escribió algunos textos dedicados exclusivamente a la minería y una obra sobre la Provincia de Pamplona donde se aplicaron por primera vez los últimos desarrollos de la historiografía y la demografía histórica en Europa. Esta obra marca el inicio de las investigaciones modernas acerca de esta región". Por otro lado, se cuenta con el valioso análisis de las minas de las Lajas en la jurisdicción de Mariquita, realizado por Julián Ruiz Rivera con base en la documentación existente en el Archivo General de Indias de Sevilla57. Este trabajo resulta particularmente útil para efectos de la comparación que se pretende realizar. En las Lajas se organizó un sistema de trabajo forzado llamado "conducciones" o mita minera, que tenía casi las mismas características del sistema clásico desarrollado en el Perú. 55. West, Robcrt. La Minería de Aluvión en Colombia durante la época Colonial. Universidad Nacional de Colombia. Santafé de Bogotá, 1972. 56. Muchas de las ideas esbozadas por Colmenares a finales de la década de los 60 siguen siendo aceptadas por los investigadores. Ver· Colmenares, Germán. Encomienda y Población en la Provinciade Pamplona (1549-1650). Universidad de los Andes. Bogotá, 1969. También los artículos "Problemas de la Estructura Minera de la Nueva Granada (1550-1700)". En: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. No 6- 7. Universidad Nacional de Colombia. Santaféde Bogotá, 1971-1972. Pp 5-55; y "La Economla y la Sociedad Coloniales ( 15501800)" En: Manual de Historia de Colombia. Tomo l. Colcultura. Santafé de Bogotá, 1978. 57. Ruiz Rivera, Julián. "La Plata de Mariquita en el Siglo XVIl: Mita y Producción". En: Anuario de Estudios Americanos. Vol XXIX. Escuela de Estudios Hispano-americanos. Sevilla, 1972. Pp 121-169.

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De igual manera daremos una mirada a lo que sucedía en otros lugares del Imperio Español donde también se explotaron metales preciosos por la misma época, es decir, los virreinatos del Perú y la Nueva España (México)58. Con esto se espera analizar los aspectos en que la Nueva Granada tuvo un desarrollo similar y aquellos en que su desarrollo fue único. Sin esta comparación, se podría perder la verdadera dimensión de lo sucedido en el lugar quenos ocupa. No hay que perder de vista el hecho de que las minas de la Provincia de Pamplona nunca tuvieron el tamaño ni los niveles de productividad de sus homólogas en México y Perú.

l. LOS ORÍGENES DE LAS MINAS DE PAMPLONA. La región que nos interesa fue conquistada a finales del año de 1549. Una vez sometidos los nativos comenzaron a explorarse los ríos y quebradas en busca de metales preciosos, pero las primeras pesquisas fueron infructuosas. Las tribus indígenas que poblaban la zona no trabajaban el oro, y las pocas joyas que los conquistadores encontraron cuando saquearon sus chozas habían sido adquiridas de otras étnias por medio de intercambios. Uno de los soldados que participó en estas jornadas contaría algunos años más tarde que en total no habían encontrado en poder de los nativos más de 50 pesos de oro, lo cual era una 58. La comparación se basa especialmente en los trabajos de Peter Bakewell sobre el cerro rico de Potosí, en el Alto Perú, y las minas de Zacatecas en la Nueva España. Ver: Mineros de la Montaña Roja. El trabajo de los indios en Potosi. 1545-1650. Alianza Editorial. Madrid 1989; Minería y Sociedad en México Colonial. z¿,catecas (1546-1650). Fondo de Cultura Económica. México 1984; y el artículo "Los determinantes de la producción minera en Charcas y en Nueva España durante el siglo XVII". En: Heráclio Bonilla (Ed.) El Sistema Colonial en la América Espaffola. Editorial Crítica. Barcelona 1991.

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cantidad ínfima y no llenaba las expectativas de los españoles59. También contó como el General Pedro de Orsúa, uno de los comandantes de la expedición, al estar explorando la zona, vio un grupo de indios que huían con sus familias y sus pertenencias. Llamándolos por medio de las "lenguas" (intérpretes) que iban con los soldados, les dijeron que llamaran a su cacique y que trajeran mucho oro, o de lo contrario les harían una feroz guerra. Al cabo de un rato, los indígenas volvieron trayendo " ... cuatro o cinco zartas de caracoles de la mar, y decía la dicha lengua que decían los dichos indios que aquel era su oro ... "60 Indignado por aquello que creyó burla, Pedro de Orsúa ordenó que arrojaran las conchas de mar por un despeñadero y que ninguno de los indios de la servidumbre las recogiera, para que los otros vieran el poco valor que le daban a esos objetos. Luego soltaron los perros y continuó la batalla. En realidad, los descubrimientos de las minas no se hicieron sino hasta el año de 1551. Una leyenda recogida más de un siglo después por el cronista Femández de Piedrahita61 cuenta que uno de los fundadores de la cuidad, Ortún Velasco, gran aficionado a la caza del venado, habría salido con un grupo de amigos a caballopara practicar su pasatiempo. Al cabo de un rato encontraron a un hombre pobre y andrajoso que se unió al grupo. Al interrogarlo dijo ser natural de Extremadura y haber venido a las Indias en busca de fortuna para regresar rico y 59. Estas declaraciones se encuentran en un docwnento del Archivo General de Indias de Sevilla (Justicia 561, Ff 174-187) transcrito y mecanografiado por Silvano Pabón Villarnizar. Se trata de la "Relación de las Campañas de la Conquista en la Antigua Provincia de Pamplona por Alonso Rodríguez de Escobar( 1551 )". En adelantecitadocomo "Relación de Alonso Rodríguez () 551 )". La paginación será la del documento mecanografiado. 60. lbíd. Pág 15. 61. Fcrnández de Piedrabita, Lucas. Historia del Nuevo Reino de Granada. (1688). Carvajal Editores. Bogotá 1988. Pág 59.

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poderoso al lado de su familia en España. Como los conquistadores vieron que era algo tonto quisieron gastarle una broma y le dijeron que había corrido con suerte al encontrarlos porque en aquellas lomas las riquezas eran muy abundantes. Sólo bastaba con que hiciera un hoyo en la tierra para comprobarlo. El extremeño, entusiasmado, se puso manos a la obra, y ante los ojos atónitos de los bromistas comenzó a sacar tal cantidad de pepitas de oro que pronto tuvo para llenar sus alforjas y regresar feliz a España. Esta historia llegaría más tarde a popularizarse, junto con la creencia de una edad dorada en la cual se produjeron y derrocharon grandes fortunas. Sin embargo todo esto no pasó de ser una leyenda. La crónica de Fray Pedro de Aguado, quien según sus propias palabras escribió pocos años después del hallazgo narra lo sucedido en realidad62• Una vez fundada la ciudad y estando en el proceso de pacificación de la región, algunos vecinos comenzaron a explorar los montes y páramos cercanos en busca de minas. Desde hacía varios años se tenían noticias de la presencia de oro en algunos ríos que bajaban desde los páramos de estas tierras aún sin conquistar y ahora se querían encontrar las vetas de origen. Por eso los vecinos acordaron traer un experto de Santafé y al poco tiempo sus esfuerzos se vieron recompensados. En un despoblado páramo situado a unas cuantas jornadas al suroccidente de la ciudad se encontraron una serie de yacimientos superficiales, que fueron inmediatamente explotados usando los indios recién conquistados. Con el paso de los años surgieron tres asentamientos a raíz de las actividades mineras: Las Vetas, La Montuosa y el 62. El Cronista dice estar escribiendo en el año de 1574. Ver Aguado, Fray Pedro de. Recopilación Historial. Biblioteca de la Presidencia de la República. Empresa Nacional de Publicaciones. Bogotá 1956. Tomo II. Pág 46 l. y Simón, Fray Pedro. Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales. (1628?). Torno IV. Banco Popular. Santafé de Bogotá, 1981.

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Río del Oro. Los dos primeros fueron campamentos ("rancherías") organizados con indios traídos de diferentes partes de la provincia, que poco a poco se fueron convirtiendo en pequeños poblados y donde se abrieron minas de socavón. Quedaban situados a algunos días de camino de la capital de la provincia y su clima era frío en exceso. En Las Vetas predominaron los yacimientos de oro, pero en La Montuosa también se explotaron efímeras minas de plata que esporádicamente eran descubiertas. Dos o tres años bastaban para que los filones se agotaran nuevamente. El Río del Oro quedaba un poco más lejos y su clima era bastante cálido, por oposición a los anteriores. Hasta allí no hubo necesidad de transportar indios porque era un sitio habitado por algunas tribus de origen Guane. Los nativos cultivaban la tierra, al tiempo que buscaban oro en las arenas de los ríos y quebradas. En contraste con La Montuosa y Vetas, la tierra era plana y fértil. No habían minas de socavón, pero abundante material aurífero era arrastrado por las corrientes de agua que bajaban de los cerros. Sabemos que en 1622 el Visitador Juan de VillabonaZubiaurre señaló tierras de resguardo a estos indios y ordenó la construcción de un pequeño pueblo con iglesia y hospital. El pueblo así creado se llamó Bucaramanga63. De esta manera la Provincia de Pamplona pasó a ser un importante centro minero que vivió sus mejores días en los últimos años del siglo XVI. Este auge se prolongó durante más de cincuenta años, hasta que la producción inició un paulatino pero rápido deterioro en las primeras décadas del siglo XVII. A finales de la década de 1620 las minas de Pamplona habían comenzado una franca decadencia y de nada valieron los esfuerzos realizados por los mineros o los funcionarios reales, preocupados por la drástica caída de la producción". 63. AGN, Sección Colonia. Fondo Impuestos Varios. Torno 0016. ff 405r-v. 64.

Ver Colmenares, Germán. "Problemas de la Estructura

Minera... ". Op. Cit.

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En el siguiente cuadro resumimos lo que fue el desarrollo de la población indígena en las minas desde 1602 hasta 1657:

INDIOS TRIBUTARIOS EN LAS MINAS (1602-1657)65. 1602 276 66 59

1622 211 135 115

1623 314 197 115

1642 172 81 37

1657 123 54 38

401

461

626

290

215

Porcentaje sobre el total de tributarios de la Provincia 14.7%

18.8%

25.5%

20.1%

?

Las Vetas La Montuosa Río del Oro Total

Nótese que la mayor cantidad de indios fue llevada siempre al Real de Vetas que era el más rico de los tres. Le seguían La Montuosa y Bucaramanga. También es significativo el hecho de que la población aumente hasta 1623, cuando alcanza su máximo, y luego disminuye drásticamente. Los encomenderos trataban de mantener siempre un número constante en sus cuadrillas de trabajadores y no dudaban en traer más indios desde las zonas rurales donde vivían, cuando la mano de obra escaseaba. Sin embargo, como lo señala Colmenares, este proceso tenía un límite. Las haciendas y las encomiendas de la 65. La información para este cuadro ha sido tomada de: A.G.N. Visitas de Santander. Tomo 11. Ff998 y siguientes; Visitas de Santander. Tomo 0005. tT 228 y siguientes; Visitas de Boyacá. Tomo 6. Ff 749 y siguientes; Real Audiencia de Santander. Tomo 0013. tT 828r (cifras de 1602). Impuestos Varios. Tomo 16. F 405 y siguientes (cifras de 16221623). Visitas de Santander. Tomo 11. Ff 1 y siguientes; "Encomiendas, Encomenderos e Indígenas tributarios del Nuevo Reino de Granada en la primera mitad del siglo XVU''. En: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. No 1. Universidad Nacional. Santafé de Bogotá 1963 (cifras de 1642). Visitas de Santander. Tomo 0005. ff 734 y siguientes y ff842 y siguientes (cifras de 1657).

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provincia abastecían de alimentos a las minas y era necesario, por lo tanto, mantener suficientes brazos dedicados a la agricultura para cubrir la demanda y evitar escasez, hambrunas y altos

costos". Esta situación se presentó al parecer con bastante frecuencia, como se puede suponer al observar que cerca del 20% de los varones aptos para trabajar fueron ocupados en las minas durante el período que venimos comentando. Hubo años, incluso, en que esta proporción llegó a superar el 25%, es decir que uno de cada cuatro indios útiles de la provincia estaba en las minas. Ante esto, los niños, los ancianos y las mujeres debieron ocuparse de las labores agrícolas, reemplazando a los hombres de la familia. El brusco aumento de la población en 1623 se debe a las disposiciones tomadas durante la Visita de Juan de Villabona Zubiaurre. En esa ocasión el Visitador ordenó traer 165 trabajadores más, junto con sus familias, con el fin de fomentar las labores: l 03 se destinaron a Vetas y 62 a La Montuosa. En el Río del Oro (Bucaramanga) se consideró que los 115 que había eran suficientes. También en ese año se menciona la presencia en el lugar de 64 esclavos negros, pertenecientes a cuatro cuadrillas diferentes. Desgraciadamente, no se dice nada más acerca de ellos67.

Il. LAS TÉCNICAS. El hecho de que los indios Chitareros no trabajaran el oro determinó que al ser descubiertas las minas, las técnicas de extracción y procesamiento fueron introducidas por los europeos. En Vetas y La Montuosa los metales eran explotados por 66. Pág 85.

Colmenares,

Germán. Encomienda y Población... Op.cit.

67. AGN, Impuestos Varios. Tomo 0016. fT 405 r.

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medio de socavones o cortes a tajo abierto. Una vez extraído el mineral, se trituraba con morteros o con molinos hidráulicos y luego con un simple lavado en batea se separaba el oro de las impurezas. La extracción de la plata se realizaba mediante un proceso idéntico. Estas técnicas, con algunas variantes, fueron las que predominaron en las minas de veta de la Nueva Granada por aquel entonces. Sin embargo, esta clase de minas fueron escasas. En la mayoría de los distritos productores de oro lo que predominó fueron los placeres de aluvión en ríos y quebradas68. Don Miguel de Santisteban, viajero que recorrió las minas un siglo después, en 17 41, cuando ya la época de las grandes labores mineras en Pamplona no eran más que un vago recuerdo, nos describe un viejo sistema que databa del siglo XVI y que todavía era usado por los pocos mineros que aún quedaban por aquel entonces. De acuerdo con el viajero, los mineros "... para lograre/fruto, descubrían /asguiasconel agua de un arroyo que recogen en un grandeestanco que llaman al/l Pozo, en el Perú cocha, que en la lengua española significa laguna, de dondepor medio de una compuerta la precipitanarbitrariamente por un canal que sigue el rumbo de la gula mineraly tiene situados a trechos unos pequeños recipientesque en el Perú llaman fuellas, en que se detienen los granos de oro que corren mezcladoscon la tierra y arena que han removido con la barretay el azadón,siendo en esto y en lo demásuniforme la práctica en uno u otro reino... "69

Este método que también se usó en otros lugares, como en las minas de Muzo para sacar esmeraldas 7°, significaba un cierto 68. West, Robert. La Minerla de Aluvión en Colombia durante la época colonial. Universidad Nacional. Bogotá 1972. 69. Robinson, David (Ed). Mil Leguas por América. De Lima a Caracas. 1740-1741. Diario de Don Miguel deSantistcban. Banco de la República. Santafé de Bogotá 1992. Pág 215-216. 70. Rodríguez, Luis Enrique. Vida de los indios en las Encomiendas de Muzo en 1617. Avance de investigación presentado al Seminario de Etnohistoria e Historia Colonial dirigido por Hermes Tovar. Universidad Nacional de Colombia. Santafé de Bogotá 1994. Sin Publicar.

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peligro para los trabajadores, ya que al ser soltada el agua de los pozos, podía arrastrar los que estuvieran dentro del canal. Por este motivo, los Visitadores dieron continuas ordenes para evitar los accidentes, prohibiendo sobre todo que los indios sordos fueran llevados a los canales, porque no escuchaban los gritos de advertencia cuando se abrían las compuertas71• Como se puede apreciar, la mayoría de las técnicas de extracción eran sencillas y no requerían de mayores conocimientos ni especialización. Un mismo trabajador estaba capacitado para realizar prácticamente todas las tareas. Otro método que se usaba era la amalgamación con azogue (mercurio), pero exigía algunos conocimientos técnicos y mayoresinversiones para comprar herramientas y construir molinos e ingenios. Consistía en que una vez extraída la roca de los socavones, el mercurio se mezclaba con el mineral al molerlo para crear una amalgama. Luego, mediante la evaporación, se separaba el mercurio y quedaban sólo los metales preciosos. Don Gaspar Alvarez, Director general de la Intendencia de Minas, describió el proceso en una carta enviada al Virrey Messía de la Zerda en 1762: "Los antiguos mineros que trabajaron es/as velas no usaron otro beneficio que llevar los metales a sus ingenios. Estos se componían de dos o tres mazos que entraban en un cajón cuyo asiento era un tejodefierro. A lll echaban el azogue correspondiente y sobre él iban moliendo el metal, entrando por fa una tapa del cajón continuamente una paja de agua que salla por la parte opuesta llevando el polvo hecho lama. De esta suerte a un tiempo molían y lavaban el metal, el cual cuando se consumía, dejaba el oro en el asiento y el azogue lo iba consumiendo... "11 71. AGN, Visitas de Santander. Tomo 00 l l. fT 65 r. 72. Citada en Restrepo, Vicente. Estudio sobre las minas de oro y plata de Colombia. (l 885). Publicaciones del Banco de la República. Archivo de Economía Nacional. Santafé de Bogotá 1952. Pág 224.

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Esta técnica al parecer fue desarrollada en México a mediados del siglo XVI y pronto se adaptó al Perú y el resto de la América Española 73. De acuerdo con los trabajos de Bakewell, la amalgamación fue uno de los elementos que ayudó a evitar el colapso de la minería de la plata peruana a finales de la década de 1560. Por aquel entonces, el Virrey Francisco de Toledo impulsó una política de fomento a la minería basada en dos aspectos. Primero, creó el famoso sistema de la mita, del cual hablaremos más adelante, basándose en costumbres ya existentes de trabajo forzado y rotativo dentro del Imperio Inca. Esto aseguró un abastecimiento continuo de trabajadores. En segundo lugar, trajo expertos para adaptar el método de la amalgamación, lo cual permitió aprovechar una gran cantidad de minerales que por falta de una técnica adecuada no se habían podido trabajar. El mercurio, que era monopolio de la Corona, sólo se sacaba de las minas de Almadén en España y de Huancavelica en el Perú, por lo cual escaseaba bastante. Pero a partir de la década de 1570, se rebajaron los costos y se destinaron grandes cantidades para los mineros de Potosí. Al mismo tiempo, se crearon una serie de ingenios con molinos e instalaciones para realizar el proceso de refinación. Con el tiempo, los mineros más ricos que pudieron invertir grandes capitales en la construcción de ingenios, compra de herramientas y otros insumos, desplazaron a los trabajadores independientes que no tenían acceso a las nuevas tecnologías y cada vez obtenían menores ganancias al agotarse el mineral puro de la superficie. De acuerdo con Bakewell, "La combinación de mineral barato, mano de obra barata y una nueva y eficaztecnología hicieron delperiodo 1573-1582 una decas mirabilis para el Potosi. Antes no se habla visto nunca tal eclosión de la produccióny la prosperidad':", 73. Bakewell, Peter. Los Mineros de la Montaíla Roja... Op.cit. Pág 34. 74. Ibfd. Pág 43. Los gráficos construidos por Bakewell demuestran que en esa década la producción subió de unos 100.000 marcos de plata al año en 1572aunos900.000 después de 1580. La producción se mantuvo entre los 600.000 y los 900.000 marcos hasta la década de 1630, cuando comienza un lento y paulatino descenso, hasta situarse alrededor de los 300.000 marcos para el afio de 1700.

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Pero este auge productivo del Perú no se repitió para el caso de Pamplona. Al parecer, la composición de las rocas en este lugar no era la más apropiada para una aplicación eficaz del método. En efecto, los análisis mineralógicos realizados en la actualidad han demostrado que los materiales ricos en oro y plata de fácil extracción abundaban en las capas superficiales del terreno, tal y como sucedían en Potosí, y fueron ellos los que más se trabajaron en tiempos coloniales. Sin embargo, a medida que las labores se hacían profundas, los metales preciosos comenzaban a encontrarse mezclados con sulfitos, lo cual volvía imposible aplicar el azogue. Por eso en aquellos tiempos, y casi hasta hoy, los mineros prefirieron explotar el mineral puro, fácilmente recuperable con la amalgamación o por rudimentarios sistemas de separación por gravedad (como el lavado en batea o el método de los Pozos), pero una vez que este se agotaba se hacía imposible proseguir la extracción por falta de técnicas adecuadas 75. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, algunos mineros intentaron poner de nuevo en funcionamiento las antiguas minas, pero con pocos resultados. En una carta enviada por Don Pedro de Ugarte al Virrey Messía de la Zerda, en 1766, se comentaba que "Bastantehay gastadohaciendo diferentesguias (ensayos) de todos los metales de estas cercaníassin dar a luz la curación de alguno, pues todos están muy enfermos de antimonios y otras mezclasque impiden al azoguecogerlaplata aunquela tengan "v76•

Esta dificultad no sólo venció a los mineros coloniales, sino también a los alemanes e ingleses que lo intentaron en el 75. Bueno, Jesús A. Yacimientos de Uranio y otros metales en la región de La Baja. municipio de California. Departamento de Santander. Informe No 1143. Instituto Geológico Nacional. Ministerio de Minas y Petróleos. Santafé de Bogotá 1955. P 48. 76. Citado en Restrepo, Vicente. Estudios sobre las minas... Op.cit. Pág225.

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siglo XIX. Sin lugar a dudas este es uno de los principales factores que explica la decadencia minera que sobrevino en Pamplona al comenzar el siglo XVII. La técnica más avanzada del momento no pudo adaptarse con éxito una vez que los metales puros y de fácil extracción se agotaron. Por más inversiones que se realizaron en herramientas, ingenios y azogue, el rendimiento nunca fue el esperado. Tampoco surtieron efecto los centenares de trabajadores enviados por el Visitador Juan de Villabona y la organización de un sistema de trabajo más racional en 1622. Todo esto sólo vino a aumentar los costos de inversión para los mineros. Las cantidades de dinero que eran necesarias para el mantenimiento de las cuadrillas de indios a las cuales había que proporcionarles alimentos, ropa, vivienda, educación religiosa y herramientas, determinó que muchos encomenderos se retiraran del negocio después de 1622, como. se verá mas adelante. Si en Perú la amalgamación no hubiera podido aplicarse en el momento de la crisis de 1570, tal vez el sistema de la mita no habría reportado los buenos resultados que se vieron y el destino de Potosí se habría semejado al de Pamplona. ID. LA MANO DE OBRA. La época del trabajo intensivo en las minas pamplonesas hace parte del primer ciclo de la explotación aurífera en la Nueva Granada definido por Colmenares y que se extiende desde 15 50 hasta 1650 aproximadamente". Es un período en el que predomina el uso de la mano de obra indígena sometida al régimen de la encomienda. El final de este ciclo se atribuye a la drástica caída de la población encomendada. Sin embargo, para el caso de Pamplona, la crisis minera no parece estar tan estrechamente relacionada con el descenso de la población indígena. 77. Colmenares, Germán. "Problemas de la Estructura ... " Op.cit.

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Como ya se ha señalado, las dificultades técnicas para la extracción de los metales fueron el factor decisivo. A eso se sumó la escasez y carestía de los productos necesarios para mantener a las cuadrillas de indios. Aquí, el descenso de la población puede estar relacionado con la crisis pero sólo de manera indirecta. Al haber menos brazos trabajando en el campo, aumentaba el precio de los víveres. Además, por ser una región de páramo nada crecía en los alrededores y los indios no podían cultivar lo necesario para su sustento. Toda la comida debía ser traída de los pueblos cercanos y esto encarecía aún más los productos al pasar por las manos de los mercaderes intermediarios que los llevaban a los Reales de Minas. En cuanto a las modalidades de trabajo se pueden identificar claramente dos épocas. La primera, que va desde el descubrimiento en 1551 hasta la segunda década del siglo XVII está dominada por el servicio personal. La segunda es la época en que se reglamentan los tributos y los salarios. Esto ocurrió durante la Visita del Oidor Juan de VillabonaZubiaurre en el año de 1622.

A. LOS SERVICIOS PERSONALES: EL SISTEMA DEL JORNAL Durante la segunda mitad del siglo XVI la Corona española trató de evitar los abusos que se cometían en todas las colonias al usar indios en los trabajos mineros. Desde la expedición de las Leyes Nuevas de 1542, surgidas a raíz de las polémicas que desataron en España las denuncias de Fray Bartolomé de Las Casas y otros clérigos indigenistas, la Corona intentó reemplazar a los indios con negros esclavos en las labores mineras. Sin embargo, como lo señala Frederick Bowser en su estudio sobre la esclavitud en el Perú, para los españoles era mucho más barato emplear a los indios en estas tareas: "El indio

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vecino, que no representaba ninguna inversión de capital, era preferible al africano distante, y los intereses mineros coloniales estaban resueltos a hacer prevalecer su opinión?". La prohibición de emplear indios en la minería fue reiterada en la Cédula Real del 22 de febrero de 1549 que se refería explícitamente a las Provincias de Santa Marta, el Nuevo Reino y Popayán, pero estas disposiciones nunca se cumplieron. En los años de 1550 se propuso que la Corona comprara los esclavos haciéndose cargo de las minas. Los indios se destinarian únicamente al trabajo de los campos. AJ cabo de algunos años los negros se multiplicarían y podrían ocuparse también de la agricultura, logrando así la autosuficiencia de la minería. Sin embargo, los negros eran demasiado costosos y la Corona no estaba dispuesta a invertir tanto dinero en este proyecto. Muchos informes señalaban además que los negros no se adaptarían a las zonas frías donde por lo general estaban situadas las labores, y el Concejo de Indias decidió dejar en suspenso la cuestión. Por lo tanto, al ser descubiertas las minas de Pamplona estaba rotundamente prohibido el trabajo de los indios en ellas. Sin embargo, esto no fue ningún inconveniente para los encomenderos, quienes llevaron cientos de nativos a los páramos desde el primer momento. Unos meses después de descubiertas las vetas, en diciembre de 1551, un Juez Visitador llegó a las rancherías recién organizadas. AJ descubrir lo que estaba sucediendo empezó a sacar de allí a los indios, regresándolos a sus lugares de origen. Esto generó agrias quejas de los vecinos de la ciudad, quienes enviaron un extenso memorial al Rey, pidiéndole que les permitiera llevarlos a las minas, porque de lo contrario aquellas tierras pronto se despoblarían;" ... por cuanto Su Majestad fue muy mal informado. Quesi Su Majestad fuera 78. Bowser, Fredcrick P. El Esclavo Africano en el Perú colonial {1524-1650). Editorial Siglo XXI. México 1977. Pág 35.

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informado de la verdad, no mandaría dar la Provisión que dio, sino al contrario'?". Según los vecinos, todos eran muy pobres y ninguno tenía el dinero suficiente para comprar esclavos, como lo ordenaba la Cédula de 1549. Además, los negros morirían por el frío de aquellas comarcas. De no labrarse las minas, el Rey perdería más de un millón de pesos por los quintos y los diezmos. También alegaron que los indios se encontraban allí "voluntariamente", eran bien tratados y recibían la instrucción cristiana que era imposible darles en sus pueblos de origen. Por todas estas razones pedían que se suspendiera la aplicación de la ley. Ignoramos la respuesta del Concejo de Indias a esta petición, pero estas mismas razones para incumplir las Cédulas Reales se repitieron cada vez que algún Visitador intentaba hacerlas respetar. Así, en 1560, el Oidor Tomás López, que iba con la orden de tasar a los indios", se encontró con una fuerte resistencia por parte de los vecinos de Pamplona al intentar aplicar las disposiciones de la Real Cédula de 1549. Sobre todo, intentó hacer regresar a sus pueblos de origen los indios que trabajaban en el Río del Oro, por ser tierra caliente y muy malsana. Pero los encomenderos se quejaron airadamente y hasta convocaron un Cabildo abierto, medida que sólo se tomaba en momentos de mucha conmoción, el 21 de mayo de 1560, para discutir todos los perjuicios que les estaba causando el Visitador81. 79. Documento hallado por Juan Friede en el Archivo General de Indias. Ver: Fuentes Documentales para la llistoria del Nuevo Reino de Granada desde la instalación de la Real Audiencia de Santafé. Tomo 1. Biblioteca Banco Popular. Santafé de Bogotá 1975. Pág 191. 80. Ver: Primer Libro de Actas del Cabildo de la Ciudad de Pamplona de la Nueva Granada 1552-1561. Notas de Enrique Otero D'Costa. Academia de Historia. Biblioteca de Historia Nacional. Vol LXXXIIl. Bogotá 1950. Pág314-315. 81. Documento recopilado en: Friede, Juan. Fuentes Documentales... Op.cit. Tomo V. Pág 58.

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Lo mismo sucedió unos tres años después, cuando el Oidor Angulo de Castejón recorrió la zona. En un informe enviado al Consejo de Indias, fechado el 15 de agosto de 1563, describe la ciudad de Pamplona como un pueblo "razonable" con más de 44 vecinos encomenderos. En aquellos tiempos sacaban oro de un sitio llamado el Páramo y del Río Ciratá (Suratá). Como los indios no estaban tasados, los halló sometidos a la servidumbre en las minas, con " ... cargas y otros excesos y servicios personales y poca doctrina?". Sin embargo, el Visitador consideró que de todas maneras no podrian fijarse tasas muy altas para los tributos por ser la tierra pobre. Además, esto no alcanzaría para sustentar alos vecinos. En cuanto al trabajo en las minas, los encomenderos alegaron que no conocían las Cédulas Reales y por eso fueron castigados con pequeñas multas. Luego, el Visitador ordenó que los indios fueran sacados de las minas. En esta ocasión lo que más llamó la atención del Oidor Angulo fue el enorme contrabando de oro en polvo que pudo observar. Por eso castigó a varios mineros a quienes pudo comprobar que lo llevaban hacia Venezuela. Para remediar esta situación, recomendaba al Rey establecer unas Cajas y Fundición en la ciudad, para que los mineros no tuvieran que ir hasta Santafé a pagar los impuestos. La actitud contradictoria de los funcionarios reales encargados, por un lado, de velar por el bienestar de los indígenas y, por el otro, de fomentar la minería del oro, era el fiel reflejo de la política que la Corona estaba impulsando a nivel de todas sus colonias. La permanencia y consolidación de los españoles en América estaba incentivada por la cantidad de riquezas que pudieran encontrar. Esto, además de aumentar los dominios del imperio, contribuía ala expansión de la Fe Católica, que era la misión que se había propuesto la Monarquía Española. 82. Es decir, establecer el género y la cantidad de los tributos que los indios debían pagar a los encomenderos, para evitar que los sometieran a servidumbres y abusos.

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Si las minas se dejaban de trabajar, la empresa colonizadora y evangelizadora fracasaría. Sin embargo, el Rey también debía velar por el bienestar de los nativos y no podía permitir que fueran esclavizados ni echados a las minas. La alternativa era reemplazarlos con negros esclavos, pero los colonos americanos no disponían del dinero suficiente para comprarlos ni la Corona estaba dispuesta a financiarlos. De esta manera, el interés por el oro llegó a imponerse de manera extraoficial y a pesar de que las leyes contra el trabajo en las minas se mantuvieron vigentes en las décadas de 1550 y 1560, los funcionarios reales encargados de aplicarlas no tenían inconvenientes en cerrar los ojos cuando el oro producido llenaba las arcas de Su Majestad. En realidad, fueron más severos al castigar la evasión de impuestos que los maltratos de los indios. El sistema de trabajo que se había desarrollado en los primeros años de la explotación minera de la provincia de Pamplona violaba todas las disposiciones reales, pero funcionó con éxito por más de cincuenta años. Cada encomendero sacaba un grupo de indios de sus pueblos y los llevaba con sus familias a las minas. Este grupo de indios hacía parte del tributo de los pueblos sometidos. En 1559, durante la inspección realizada por Cristóbal Bueno, los caciques y capitanes interrogados declararon que daban a sus encomenderos algunos productos como mantas, pescado, miel, le hacían sus labranzas y le proporcionaban un grupo de indios para las minas, que representaba alrededor de la quinta parte (un 20%) de todos los varones adultos de la comunidad83. Sin embargo, notodas las comunidades indígenas daban indios mineros. Esto posiblemente hacía parte de las condiciones pactadas con cada tribu en el momento de la 83. AGN, Visitas de Santander. Tomo 0003. ff709v a 881 v. Esta Visita ha sido trabajada por Hennes Tovar en "Estado Actual de los Estudios de Demografia ... " QR&iL Pág 99-102 y anexos.

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conquista. De hecho, la hispanización aún no había comenzado plenamente, ya que en esa ocasión el Visitador aún tenía que recurrir a intérpretes para interrogar a los indios. Muy pocos habían sido bautizados y ni siquiera los intérpretes eran cristianos. Los trabajadores proporcionados por las comunidades eran luego poblados en las minas. Allí los organizaban en grupos llamados cuadrillas, de acuerdo a su lugar de procedencia, y en cada una de ellas se nombraba un jefe, llamado "capitán", que debía servir de intermediario entre los blancos y sus compañeros. Los capitanes de cuadrilla, se encargaban de ejecutar las órdenes de los capataces, llamados "mineros", que eran personas de confianza del encomendero y administraban sus negocios. Por lo general eran blancos pobres a los cuales el encomendero daba un porcentaje de las ganancias, pero también podían ser mestizos, indios ladinos (hispanizados), o incluso esclavos negros. Una vez que los indios aprendían lo necesario, eran enviados por los ríos y quebradas en busca del oro. Aquellos que no estaban directamente destinados a la minería, junto con las mujeres y los niños, se ocupaban en una serie de tareas complementarias, sobre todo para asegurar el abastecimiento de ropa y comida para las cuadrillas. En aquellos años el oro superficial abundaba y pocos

socavones fueron abiertos. El método de trabajo imperante consistía en asignar una cuota semanal a los indios; quienes debían buscarlo por su cuenta, y si no la cumplían eran duramente castigados. Estas cuotas eran llamadas "jornales" y a esta práctica se le conoció como "dar jornal''. El monto variaba de medio a un peso de oro en polvo semanal por cada indio. Los encomenderos rara vez se aparecían por los Reales de Minas. Los cobros los hacía el "minero", casi siempre los domingos, aprovechando que los indios se reunían para asistir a misa, azotando a los que no lograban completar el "jornal" de la semana. Si los indios huían para evitar los castigos, el Capitán 183


de la cuadrilla debía responder por el oro, o de lo contrario también era castigado. Esta forma de trabajo se prolongó hasta la segunda década del Siglo XVII casi sin alteraciones. A mediados de la década de 1560 las Provincias de la Nueva Granada y otras de América enviaron representantes a España para pedir formalmente a la Corona que autorizara el trabajo de los indios en las minas. Las provincias repitieron hasta el cansancio que era imposible aplicar las leyes que los obligaban a reemplazar a los indios con negros africanos. De persistir en su actitud intransigente, la Corona se arriesgaba a que el oro de América dejara de explotarse y toda la empresa colonizadora fracasaría. Tras largas discusiones en el Consejo de Indias, el Rey terminócediendo. En una Real Cédula fechada en 1568, Felipe II autorizó el uso de trabajadores indígenas en las minas de oro y plata. Sin embargo se establecían una serie de condiciones tendientes a protegerlos de los abusos, las cuales rara vez serían cumplidas. Un elemento crucial era que los indios no podían ser forzados al trabajo. Los mineros debían pagarles un salario justo y proporcionarles todo lo necesario para la labor. También se les debía proporcionar ropa, comida, habitación, protección y doctrina cristiana. Los contratos laborales entre los españoles y los indios (llamados "conciertos") se debían firmar ante una autoridad competente, que velaría por su cumplimiento", La Corona pretendía entonces que las minas fueran explotadas por una serie de trabajadores libres y voluntarios, a cambio de un salario, comida y educación cristiana. Sin embargo, el sistema del "jornal" que hemos descrito anteriormente siguió vigente en las minas de Pamplona, por lo menos hasta 84. El texto de la Cédula Real de 1568 sobre conciertos de indios se puede consultar en: Colmenares, Germán, Fuentes Coloniales Para la Historia del Trabajo en Colombia. Universidad de los Andes. Bogotá 1968.

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1620 con muy pocas alteraciones. Durante las Visitas de 1602 y 1622 se evidenció que la cuadrillas sometidas a la servidumbre seguían siendo la realidad cotidiana de las minas. A cambio de su trabajo, los indios recibían algunas raciones de comida y algo de ropa, pero eso no cubría todas sus necesidades. Por lo tanto se veían obligados a trabajar mucho más de lo necesario para conseguir el jornal de su amo, ya que debían comprar a los mercaderes todo lo necesario para su sustento, teniendo en cuenta que en los páramos nada podía cultivarse y todo era traído de los pueblos cercanos. Los mercaderes, a su vez, aprovechaban la escasez para subir los precios y llevarse de contrabando el oro y la plata. La prohibición de llevar indios en contra de su voluntad a las minas siguió representando un obstáculo para el desarrollo de la economía del oro y de la plata en las colonias. Aunque se pagaran buenos salarios y se cumplieran todas las disposiciones establecidas en la Cédula de 1568, los indios no estaban dispuestos a abandonar sus comunidades y ninguno acudiría voluntariamente al trabajo. La falta de mano de obra podía poner en serios aprietos a los mineros y conducir a la ruina las posesiones españolas en América. Algunos funcionarios coloniales, preocupados por esta situación, decidieron forzar a los indios, aún sin el consentimiento del Rey. Es así como en 1572, ante la inminente crisis de la minería peruana, el Virrey Toledo organizó el sistema de la Mita, apoyándose en antiguas tradiciones incaicas de trabajo rotativo que aún existían. Se estableció que el 7% de los indios tributarios fueran anualmente a las minas. Este porcentaje aumentaba según la demanda hasta el 16%, llegando al 34% en algunos casos. Una vez en Potosí, un tercio de los indios era destinadoal trabajo de las minas con los empresarios que lo solicitaran y el resto quedaban "de huelga", es decir, ocupados en tareas complementarias a la minería. Dentro de los indios se escogían jefes, llamados "Capitanes", encargados de vigilar que nadie se fugara y de recolectar los tributos. Los indios mineros ganaban unos 4 reales al día en el

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siglo XVII y debían pagar 32 pesos de plata al año como tributo. Una vez pasado el tiempo que les correspondía, regresaban a su pueblo y una nueva tanda de trabajadores era enviada. El Virrey Francisco de Toledo esperó en vano la confirmación real de sus disposiciones acerca de la mita. Sin embargo, la Corona se debatía en el dilema de si debía preferir la producción de la plata al bienestar de los indígenas, y solamente dio su autorización en 1589. Toledo había muerto siete años antes85. El sistema de la Mita generó duras polémicas dentro de los defensores de los indios, por la dureza de las condiciones de trabajo que, según ellos, estaba llevando a los indígenas a una rápida extinción. Eso obligó a la Corona a prohibir la Mita en 1601, pero luego se reestableció en 1609, debido alas dificultades económicas de la Península y la necesidad de financiamiento para una monarquía en quiebra. La medida se justificaba, además, por la supuesta ociosidad de los nativos, quienes eran reacios a dedicarse a otras labores más allá de sus actividades tradicionales. Pero se pensaba que esto sería transitorio. Por ahora debían ser obligados a trabajar, pero una vez que entendieran los beneficios de la minería o se lograran introducir esclavos negros, la mita podría desaparecer totalmente86. Durante estos años de indecisión el Presidente de la Real Audiencia de Santafé, Don Juan de Borja, tomó en 1606 una serie de medidas para organizar la mita en las minas de Las Lajas, cuyo ruinoso estado había podido constatar en una Visita realizada durante el año anterior87• En sus Ordenanzas estableció que el 2% de los indios tributarios de las Provincias de Tunja y Santafé debían trabajar un año obligatoriamente a cambio de un salario diario de un tomín de oro. Luego volverían a sus pueblo 85. Bakewell, Peter, Mineros de )a Montaí'la ... Op.cit. Pág 92. 86. Ruiz Rivera, Julián. "La Plata de Mariquita... ","Qill& Pág 1 O.

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para ser enviado un nuevo contingente. A esta mita se le conoció con el nombre de Conducciones. Pero aunque esta forma del trabajo forzado comenzó a funcionar con éxito a partir de su establecimiento en 1606, no se tomaron medidas similares con las demás explotaciones mineras que en ese momento estaban en crisis. No tenemos conocimiento de mitas que se hayan organizado para la explotación de esmeraldas en Muzo o enel resto de los reales de minas bajo la jurisdicción de la Real Audiencia de Santafé. Al parecer, en todas esas partes el método que aún predominaba en los primeros años del siglo XVII era el de los servicios personales para los encomenderos. B. LA TASACION DE LOS TRIBUTOS, EL ALQILER Y EL TRABAJO INDEPENDIENTE

Los primeros años de la década de 1620 marcan un giro decisivo en cuanto a las formas del trabajo de los indios en las minas de Pamplona. En 1622 el Oidor Juan de Villabona Zubiaurre realizó una Visita de toda la provincia y diseñó como resultado de la misma una serie de reformas que impactaron toda la vida económica, tanto en el campo como en la minería. Don Juan de Villabona realizó la primera tasación de los tributos, es decir, abolió los servicios personales que los indios daban a sus encomenderos y estableció una tasa fija de tributos. Los indios del campo darían a sus amos 4 pesos de buen oro al año y los de las minas 7 pesos. De ahora en adelante ningún indio podía ser obligado a trabajar sin que se le reconociera un salario justo y ante una autoridad competente. También juntó todos los indios dispersos en 1 O parroquias, donde se edificaron iglesias y hospitales que los encomenderos debían sostener. Luego entregó abundantes tierras de Resguardo a los pocos indios que aún quedaban en esa Provincia88. 87. lbld. Pág 128. 88. Un análisis detallado de las medidas adoptadas por el Visitador en 1622 y su impacto dentro de la sociedad pamplonesa se encuentra en la obra de Colmenares, Encomienda y Población en la Provincia de Pamplona 1549-1650. Op.cit.

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Una vez inspeccionadas las encomiendas y las comunidades indígenas campesinas, Villabona se dirigió a las minas. Llevaba instrucciones especiales para fomentar su labor, ya que los Alcaldes Mayores nombrados por el Presidente Borja desde 1613 no habían logrado detener la ruina de las explotaciones ni el contrabando de metales preciosos89. Villabona pudo observar la situación de los indios sometidos al sistema del jornal y la violación generalizada de todas las leyes sobre la minería. Las quejas en todas partes eran continuas. Por ejemplo, las mujeres de la encomienda de Guaca y Bucarica, en el Río del Oro, se quejaron porque el encomendero enviaba a sus maridos a buscar oro por los riachuelos por largas temporadas. Podían pasar semanas y meses sin tener noticias de ellos. Por lo tanto, ellas debían ocuparse de todas las labores del campo. Además, la esposa del encomendero las ponía a trabajar en la cocina, el lavado de la ropa y el servicio de la casa. Otras estaban ocupadas en la elaboración de textiles, conservas y otros productos que luego ellas mismasdebían llevar para vender en las minas a los hombres. La encomendera supervisaba todas las labores y castigaba a las que no cumplían con las cuotas de trabajo semanal. Como si fuera poco, nunca les habían pagado por estos

servicios". Villabona redactó entonces una serie de Ordenanzas con drásticas disposiciones para remediar la situación de estas indias y de todos los trabajadores sometidos al jornal. En primer lugar, estableció que cada encomendero con cuadrilla, debía cuidar de sus trabajadores proporcionándoles comida y ropa suficientes. Las cuadrillas dispersas en rancherías fueron agrupadas en tres lugares: Las Vetas, La Montuosa y Bucaramanga, y en cada pueblo se construyeron casas, hospital e iglesia, todo por cuenta de los encomenderos. Con el fin de 89. AGN, Impuestos Varios. Tomo 0016. fT 405 y siguientes. 90. AGN, Visitas de Santander. Tomo 0005. ff700 y siguientes.

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aumentar el número de trabajadores se ordenó que fueran llevados 165 indios adicionales junto con sus familias a las minas; 103 se destinaron a Vetas y 62 a La Montuosa. En ese año el número de indios tributarios en los tres poblados ascendió a 626, que con sus familias sumarían unos 2. 500 habitantes. Los indios vivirían allí de forma permanente, procurando que hicieran labranzas de comunidad. No habría por lo tanto mitas o "conducciones", Cuando un indio se fugaba o moría debía ser reemplazado con otro de su misma encomienda. El objetivo final era crear una comunidad permanente de trabajadores mineros, evitando así el estar cambiando cada año. En cuanto al trabajo, se estableció una jornada de 8 horas diarias, con un salario diario de un tomín de oro en polvo, que se debía cancelar al final de la semana. El tributo se fijó en 7 pesos de buen oro de 20 kilates, que se pagaban anualmente al encomendero, y 1 tomín por concepto del Requinto91• El cumplimiento de estas medidas y la recolección de los tributos quedaron a cargo del Alcalde Mayor de Minas, máxima autoridad de aquellos lugares desde 1613. Así, la situación cambió drásticamente y los vecinos de Pamplona, cuyos intereses se vieron fuertemente afectados, no tardaron en quejarse por las medidas del Visitador. Sin embargo, la Real Audiencia no escuchó sus alegatos y las medidas de Villabona fueron confirmadas". A los encomenderos no les quedó otra alternativa que adaptarse a la nueva situación y comenzar a pagar salarios a los indios, acudiendo a una serie de estrategias como el pago en especies, el descuento de los tributos, etc., para reducir sus pérdidas. 91. A diferencia del tributo, que se daba al encomendero para su provecho y para costear los gastos del cura y los ornamentos de la iglesia, el Requinto era un impuesto que los indios pagaban directamente a la Corona española y se recaudaba por las autoridades reales. 92. AGN, Minas de Santander. Tomo 000 l. fT 531 r.

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La decadencia de las minas se agudizó en la década de 1630, lo cual hizo que muchos encomenderos comenzaran a abandonar el negocio, dejando a sus cuadrillas libres para ser empleadas por otras personas. Así surgió una nueva modalidad de trabajo: el alquiler. Los indios no ocupados por sus encomenderos eran reunidos cada lunes en la plaza por el Alcalde Mayor, quien los asignaba a las personas que lo solicitaran y estuvieran dispuestas a pagar el salario establecido por la ley. Los patrones eran ahora una serie de personajes que no tenían encomienda y querían invertir en el negocio contratando indios. Habían antiguos funcionarios, soldados, ex-corregidores, o mestizos que a veces también alternaban el comercio con la minería. Ya por los años de 1642 la población de los Reales de Minas se había diversificado bastante. En ese año el Visitador Diego de Carrasquilla encontró bastante animación en el poblado de Vetas. Había una pequeña iglesia de tapia y paja, numerosos ranchos y "tiendas de pulperías" donde se vendían toda clase de géneros destinados al abastecimiento de la población y al trabajo de las minas. ·, La actividad comercial era algo agitada y los indios frecuentaban estas tiendas para hacer sus compras y tomar chicha. Casi todas ellas eran manejadas por mujeres mestizas, cuya presencia estaba prohibida entre los indios. De hecho, los mestizos eran los que controlaban el pequeño comercio de la localidad. Sólo unos pocos se dedicaban a otras labores diferentes como la explotación de pequeñas minas. Además de su presencia ilegal entre los indios, el Visitador se vio obligado a sancionar varios de estos mestizos, debido a las numerosas quejas de los indios porque entraban a sus "rancherías" para robar animales domésticos y molestar a sus mujeres. Todos aquellos que no pudieron comprobar que se dedicaban al negocio de la minería fueron desterrados inmediatamente93• Sin 93. AGN, Visitas de Santander. Tomo 0011. IT381 y siguientes.

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embargo, quince años después no sólo habían regresado, sino que se habían multiplicado. Los encomenderos poco a poco fueron reemplazados por los empresarios, hasta el punto de que de las 14 cuadrillas existentes en Vetas en 1642, 12 llevaban de 4 a 20 años abandonadas por su encomendero. Los españoles fueron sancionados por este motivo. Solamente Alonso Rangel de Cuéllar, encomendero de Tapagua, Mariscal y Margua había mantenido una labor sin interrupciones durante más de veinte años. Los otros cuatro encomenderos que se dedicaban a la minería en ese momento tan solo habían reemprendido las labores hacía 8 años, después de haberla interrumpido por los altos costos que les causaba. Por lo tanto solamente 5 de los 14encomenderos con cuadrillas en Vetas se dedicaban efectivamente a las labores". Quince años después, en 165 7, las minas fueron visitadas de nuevo. Los mestizos se habían multiplicado y la población indígena seguía disminuyendo lentamente. El Oidor Diego de Baños y Sotomayor encontró que ya casi ningún encomendero empleaba sus indios en la minería. Los indios que quedaban trabajaban ahora de "alquilados" con algunos mineros blancos y mestizos que ahora controlaban el negocio. Se trataba de personas adineradas, pero sin encomiendas, que poseían minas e ingenios y contrataban indios asalariados. El padre Rodríguez de La Montuosa, comentaba en esa ocasión que " .. .los yndios de dichas quadrillas están muy menoscabados, porque muchos se an muerto y muchos se an llevado sus encomenderos a sus encomiendas y haziendas para sus labores y andejado despoblados estos Reales de Minas ... "95. En esos años de crisis para los encomenderos, pero de cierto auge para los empresarios sin cuadrilla y para los propios indios, surgió otra modalidad de trabajo. Ya no sólo habían 94. lbíd. ff 463 y siguientes. 95. AGN, Visitas de Santander. Tomo 0005. ff783 v.

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indios buscando oro para sus amos o empleados en alquiler; ahora también existía un grupo numeroso de indios que trabajaban para su propio provecho. Entre ellos estaban los que no eran ocupados por los encomenderos ni alquilados por los empresarios. También habían indios viejos, mayores de 54 años, que ya no tenían la obligación de trabajar ni de pagar tributos. Estos indios, llamados "reservados", conseguían a veces tierra para hacer una pequeña casa con su sementera cerca de las minas, e iban de vez en cuando a sacar oro para sus gastos. Otros, como aquellos de la encomienda de Cachagua, en Bucararnanga, declararon en la Visita de 1657 que no conocían asu encomendero Amador de Ospino, ni a su antecesor Francisco Hemández de Barranca. Llevaban muchos años viviendo allí y sacando oro para ellos mismos. Con ese oro compraban sus cosas y pagaban los tributos al Alcalde Mayor". Declaraciones similares fueron dadas por los trabajadores de las demás encomiendas que vivían en ese lugar. Solamente un grupo trabajaba alquilándose con su propio encomendero. Se trataba de algunos indios de la encomienda de Guaca y Bucarica, de Jerónimo de Velasco, pero no trabajaban como mineros, sino en labores agrícolas y ganaderas en las haciendas cercanas. Las únicas quejas que presentaron al Visitador fueron acerca de los vecinos de la ciudad de San Juan Girón, fundada unos veinte años atrás, quienesestaban ocupando las tierras de su resguardo y además dejaban que los ganados entraran a comerse las cosechas de sus sementeras".

IV. CONCLUSIONES Hemos tratado de mostrar en este ensayo que tal y corno sucedía en otras regiones de la Nueva Granada y del Imperio Español en América, existieron en la minas de Pamplona diversas modalidades de trabajo durante la primera mitad del 96. Ibíd. fT 911 y siguientes. 97. Ibíd. IT900 r.

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siglo XVII, que no se reducen simplemente a sistemas de trabajo forzado. Al lado de este tipo de trabajo, cuyo predominio se ubica desde el descubrimiento de los metales preciosos a mediados del siglo XVI hasta las dos primeras décadas del siglo XVII, existió también un trabajo relativamente "libre", a cambio de un salario ( el alquiler) y una serie de trabajadores "independientes" que sacaban oro para su propio beneficio. En lo que se refiere al sistema coactivo de trabajo, debemos distinguir aquel que se hacía por la imposición de los encomenderos de aquel que fue reglamentado por el Estado Como ya es bien conocido uno de los objetivos perseguidos por el Virrey Toledo del Perú al establecer la mita en las minas de Potosí fue el de poner un freno a los abusos de los encomenderos, asegurando al mismo tiempo un abastecimiento regular de mano de obra barata. En la Nueva Granada el sistema de la mita fue llamado "conducciones", y tuvo una aplicación más limitada. Desde 1606 comenzaron a enviarse indios a las minas de plata de Las Lajas por iniciativa del Presidente Borja. Sin embargo, la medida sólo cobijó las Provincias de Tunja y Santafé, que enviaron entre 400 y 600 indios anuales a lo largo de todo el siglo XVII. La medida, que en un principio se pensó como transitoria, se prolongó debido al poco atractivo que tenía el trabajo minero para los indios. Además los intentos para introducir negros nunca tuvieron éxito debido al alto costo de los esclavos. \

La Mita fue exitosa en el Perú y también en el caso de Las Lajas. El suministro continuo de mano de obra barata para los mineros elevó los niveles de la producción de manera acelerada y ayudó a conjurar las crisis. Pero en Pamplona no sucedió lo mismo. Aunque nunca hubo mitas propiamente dichas, el sistema que se implantó a partir de 1622 y que intentaba mantener un número constante de trabajadores en las minas no

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dio los mismos resultados. En este caso, la intervención del Estado mejoró sustancialmente la situación de los indios trabajadores, sometidos hasta el momento a una oprobiosa servidumbre, pero perjudicó notablemente a los encomenderos y a la producción en su conjunto. Los encomenderos fueron obligados a pagar salarios y se fijaron una serie de normas de obligatorio cumplimiento para proteger los indios de los abusos. Las cuadrillas se poblaron en tres núcleos principales, donde ya desde mucho tiempo atrás venían desarrollándose algunos asentamientos. De esta manera, las Ordenanzas de Juan de Villabona representaron un alivio para los indígenas pero aceleraron la ruina de la minería. La otra modalidad de trabajo que hemos descrito, es decir, el alquiler de los indios a empresarios sin cuadrilla, surgió en esta región como consecuencia del abandono de las labores por parte de los encomenderos, mientras que en México y Perú, el surgimiento del trabajo asalariado se produjo por la creciente demanda de mano de obra especializada. No obstante, podemos concluir que la estructura dual que observa Bakewell tanto en el Perú como en la Nueva España (México)98, también estuvo presente en Pamplona durante la primera mitad del siglo XVII. La idea de una economía minera en la que predominó el trabajo forzado es esencialmente falsa, por lo menos desde finales del siglo XVI y comienzos del XVII. En Perú, cerca del 70% de los indios trabajadores eran asalariados llamados "mingas", quienes incluso lograron acumular algunos capitales y ganaron prestigio y altas posiciones dentro de sus comunidades de origen. El resto lo constituían los mitayos y un sector de indios que trabajaban por su propia cuenta, conocidos como "indios varas" o "indios ventureros". Para el caso de México, se sabe que un 90% de los trabajadores de las minas de Zacatecas recibían salarios por su 98. Ver: Bakewell, Peter. "Los detenrunantes de la producción minera en Charcas y en Nueva España durante el siglo XVlI'' ... Op.cit.

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trabajo, a pesar de ser en algunos casos indios de "repartimiento" (indios mitayos). En ese lugar, los asalariados libres eran llamados "naboríos " y representaban el 68,5% de los trabajadores. Los indios de repartimiento, es decir, los mitayos, representaban el 17. 7% de los trabajadores. El resto (un 13,8%) eran negros esclavos. Vemos entonces un claro predominio del trabajo asalariado en una época tan temprana como la primera mitad del siglo XVII. Aunque en Pamplona predominaron los indios de encomienda y los asalariados, también se presentó una variedad de modalidades de trabajo. A pesar de que todos los indios presentes en los Reales de Minas pertenecían a la cuadrilla de algún encomendero, podemos observar que la gran mayoría dejó de trabajar forzadamente en la década de 1620. Con las reformas de Villabona Zubiaurre, el sistema de la servidumbre quedó definitivamente abolido en 1622, dando comienzo a una época de trabajo obligatorio para los encomenderos, pero a cambio de un salario. Veinte años después, durante la Visita de 1642, solamente 5 de las 15 cuadrillas del Real de Vetas trabajaban con sus encomenderos. Es decir, que solamente 57 de los 172 indiostributarios de aquel lugar trabajaban para sus amos. El resto (115 indios, que representaban un 67% del total) dijeron que se alquilaban por un salario con empresarios mineros. Para el año de 1657 este porcentaje había subido al 78%, como se puede ver en el siguiente cuadro: Afio

Trabajan

con el encomendero

1642 1657

Indios Tributarios

Cuadrillas

5 5

Se alquilan

Trabajan

con el encomendero

10

57 48

28

Se alquilan

115 167

%

Porcent. indios que se alquilan

67% 78%

Nota: Los datos de 1642 se refieren únicamente al Real de Minas de Las Vetas, pero los de 1657 se refieren a los tres poblados.

1'15


Aunque en Potosí, los encomenderos pronto fueron reemplazados por empresarios sin encomienda que trabajaban con indios asalariados, estos lograron niveles de producción sumamente elevados que les permitió obtener fabulosas ganancias, en un lugar que llegó a tener unos 100. 000 habitantes. En Pamplona los encomenderos y los empresarios sin encomienda convivieron duraron un poco más de tiempo, por lo menos hasta 1660. Sin embargo, tal y como sucedió en el Perú, sólo los mineros sin encomienda que trabajaron con indios asalariados, con los cuales no tenían ninguna responsabilidad más que el pago de su sueldo, y que combinaron la minería con el comercio lograron mantenerse con éxito en el negocio. Los pocos encomenderos que se mantuvieron hasta los años de 1650 burlaban las leyes de diferentes maneras para reducir los costos: vendían comida, ropa e incluso licores prohibidos a los indios de sus cuadrillas en lugar de proporcionar gratis los víveres, no pagaban los salarios establecidos, evadían el pago de impuestos, etc. Sin embargo, esta estrategia tampoco funcionó y ya para finales del siglo XVII ningún encomendero seguía en la minería. Finalmente hemos señalado la existencia de una tercera modalidad de trabajo, cuya presencia en Mariquita no es mencionada en el trabajo de Julián Ruiz para el siglo XVII. Sin embargo en México y Perú existió un amplio sector de indios "ventureros", quecorresponden a los que mencionamos. Se trata de aquellos que iban a los ríos a buscar oro para su propio beneficio. Estos trabajadores independientes eran indios de las cuadrillas abandonadas por los encomenderos que obtenían mayores ganancias acudiendo a los ríos con una simple batea, que alquilándose por un salario fijo. Algunos de ellos contaban en 1642 que podían sacar de las quebradas cercanas a Vetas unos 2 o 3 tomines al día, cuando la cosa andaba mal, mientras que el salario que pagaban los patrones tan solo era de 1 tomín". También habían algunos ancianos reservados que habían decidido quedarse cerca de las minas, buscando oro y cultivando tierras. 99. AGN, Visitas de Santander. Tomo 11. F 80 r.

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Los trabajadores independientes se multiplicaron en Pamplona con el paso de los años, pero en otros sitios ocurrió un proceso contrario. En Potosí, los indios "ventureros" tendieron a desaparecer durante el siglo XVII a medida que la minería comenzó a exigir una mayor complejidad técnica y mayores inversiones. Los trabajadores independientes, que usaban técnicas rudimentarias de explotación no pudieron competir con los grandes ingenios donde se usaban técnicas mucho más complejas y rentables como la amalgamación. Así, Bakewell muestra cómo los indios "varas", que trabajaron por su cuenta y llegaron a ser pequeños empresarios, fueron

desapareciendo después de la década de 1570, cuando se agotaron los yacimientos de fácil extracción y fue necesario hacer grandes inversiones en nuevas tecnologías, que ya no estaban al alcance de todos. En Pamplona, por el contrario, siguió siendo más rentable el método del triturado del material y el lavado en bateas, ya que la amalgamación no tuvo los resultados que se esperaban. Las grandes inversiones de capital resultaron siempre en estruendosos fracasos, mientras que los indios y los mestizos que recorrían las quebradas layando las arenas siempre encontraron lo necesario para su sustento, sin necesidad de esforzarse demasiado.

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LOS MUZOS, MINEROS DE LAS ESMERALDAS:100

EL TRABAJO Y LA VIDA DIARIA EN EL REAL DE MINAS DE YTOCO EN 1617.

Por: LUIS ENRIQUE RODRíGUEZ BAQUERO ....

INTRODUCCION El objeto del presente trabajo es mostrar, basado en documentos de la época, como era la vida de los indios que laboraban en el real de minas fundado por los encomenderos a principios del siglo XVII. Para situar este texto espacio-temporalmente se debe decir que entre 1544 y 1560, los españoles organizaron cuatro expediciones para dominar a los indios de Muzo. Y fue sólo en este último año cuando pudieron, por fin, fundar la ciudad de la Trinidad. A partir de este acontecimiento y con el propósito de consolidar el dominio sobre la población y el territorio conquistado fueron repartidas las encomiendas entre la hueste hispana.

LA ENCOMIENDA La encomienda fue una posesión que no confirió propiedad sobre la tierra, aunque los primeros títulos fueron muy ambiguos I OO. El presente texto forma parte de W1 trabajo más amplio que se adelanta sobre "la vida de los indios Muzos en las encomiendas a principios del siglo XVII". Este se ha realizado en el marco del Seminario de Etnohistoria dirigido por el profesor Hennes Tovar. 101. Antropólogo Universidad Nacional de Colombia. Investigador Instituto Colombiano de Antropología, Sa.ntafé de Bogotá

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al respecto.!" Sobre este tópico existen diversas posiciones en tomoaque de ella se derivó, con el paso del tiempo, la hacienda. 103 Hay otras que la sitúan como antecesora inmediata del corregimiento y no de la gran propiedad.'?' De otro lado, esta institución no concedió ningún tipo de jurisdicción a los beneficiados. Además era inalienable y, en principio, no heredable. Muerto el poseedor, ella retomaba al dominio del monarca, quien podía retenerla para sí o dejarla en manos de un nuevo encomendero.'?' La encomienda de indios, por tratarse del eje económico-político fundamental de las primeras fases de la colonización, fue una de las instituciones españolas que tuvo importante incidencia en la población indígena después de la conquista. Su rasgo principal consistió en ser una unidad de explotación y producción de bienes que, usando como recurso la capacidad de trabajo de los grupos de indios asignados a los colonizadores españoles, eran destinados al sostenimiento de estos y cuyos excedentes eran comercializados con vecinos y pueblos de otras partes del reino. Los encomenderos, entonces, gozaban del derecho de recibir tributo y servicios personales de los encomendados y estaban en la obligación de procurarles una instrucción cristiana 102. HARING, C. R Alianza, 1990. Pág. 64.

El Imperio Español en América. México:

103. Loakhart, James. "Encomienda and Hacienda: The evolution of the Great Estate in the Spanish Indies" En Hispanic American Historical Review. No.3, vol 49, Agosto de 1969. (pag 411-429) 104. Keith, Robert G. ''Encomienda, Hacienda y Corregimiento in

SpanishAmerica: A StructuralAnalysis". En HispanicAmcrican Historical Review. No.3, vol 51, agosto de 1971. (pag 431-446) l 05. Gibson, Charles. Los aztecas bajo el dominio español 151918 JO. Siglo XXI. 2a. edición. 1975. (pag 63)

2m


y un trato adecuado a su condición de personas libres, rasgo que distinguió legalmente esta institución de cualquier forma de esclavitud o de feudalismo.!" Sin embargo, Simpson dice que "en los primeros cuarenta años de su existencia, la encomienda fue considerada por sus beneficiarios como un subterfugio para la esclavitud ... "107 Bajo el régimen de servicios personales, los indios trabajaron en toda clase de actividades para el encomendero: minas, obrajes textiles, agricultura, trapiches, construcción de casas y bohíos, carga de productos a distintos sitios y apertura de caminos. Todas estas labores generaron excedentes que le imprimieron a la encomienda el carácter de una empresa productiva. Dada esta lógica, los encomenderos, ávidos de riquezas, aumentaron la presión sobre los indios cargándolos con más labores, sobreutilizando sucapacidad para el trabajo, aumentando la duración de las jornadas; todo lo cual trajo como consecuencia el agotamiento fisico, la subalimentación, la ocupación de todos los miembros de la familia en labores, la desaparición del tiempo libre del indio, su enfermedad y muerte. Las leyes de Burgos, aprobadas en 1513, buscaron aliviar algunas de las penurias padecidas por los indios. Pero fueron, ante todo, las Leyes Nuevas promulgadas en 1549 las que prohibieron considerar como tributos los servicios personales prestados por los indios. De ahí en adelante los indios pagarían un tributo al encomendero, derivado del ejercicio de su actividad tradicional. Se buscaba con ello reparar o por lo menos detener 106. Ibid. 107. Simpson. Lesley B. Los conquistadores y el indio americano. Ediciones Península. Barcelona ( 1966) primera edición en español 1970. (pag. 11)

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los daños y las rupturas ocasionados a las sociedades indígenas. Se prohibía el trabajo obligatorio de los indios en actividades de carga y minas y sólo lo harían voluntariamente y recibiendo un pago por ello ante una autoridad competente. 108 Como ya se dijo, la Trinidad de los Muzos fue fundada en 1560, fecha posterior a la promulgación de las Nuevas Leyes, sin embargo las encomiendas allí repartidas tuvieron como característica el servicio personal, y así permanecieron durante más de cincuenta años. Desde 1560 hasta 1617, los indios sirvieron a sus encomenderos en diversas labores y trabajos, sin haber sido tasados. Esto violaba, también, lo ordenado en los títulos de encomiendas donde se mandaba que: " ... a los dichos indios tratareis bien y no les hagais ningún mal tratamiento ni los cargueis ni hecheis a minas ni os sirvais de ellos en ningún género de servicio personal."!" A pesar de las prohibiciones, los Muzos fueron maltratados, cargados, llevados a minas y puestos al servicio personal de sus encomenderos. Esta situación fue afrontada en 15 84 por el visitador Francisco Guillén Chaparro, quien inquirió sobre ello a los encomenderos y estos respondieron que por no estar tasados y por ser esa tierra caliente, no estaba prohibido ocupar los indios en alguna labor que les permitiera a ellos sostenerse allí y responder a sus obligaciones. 110 En consecuencia, la tasación que pretendía imponer el visitador no se llevó a cabo, ya fuera por la presión de los encomenderos o porque como ellos mismos o sus sucesores lo declararían en 1617: " ... ahora treinta y dos años visitó esta tierra 108. Simpson, Lesley B. Los conquistadores... op. cit. (pag 147 y ss) 109. AGN, Visitas Boyacá 16, ff 4 JO r. 110. AGN, Visitas Boyacá 6, ff9l l y 912.

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el señor doctor Francisco Guillén Chaparro y viendo el pocorecurso de los naturales y su poca industria no los tasó a tributo, antes los dejó en las mismas ocupaciones en que estaban ... "111 De esta forma los indios de Muzo siguieron languideciendo en medio de los duros trabajos hasta el año de 1617, cuando el visitador Lesmes de Espinosa Saravia procedió a hacer la tasa y a juntarlos en parroquias, ya que no pudo en pueblos, para que recibieran la doctrina. 112 A partir de ese momento, se supone, que el servicio personal de los indios de Muzo, desapareció.

LAS MINAS En cuanto al descubrimiento de las minas de esmeraldas, este se dio en 1564, en un momento en que la presión de los indios estaba a punto de provocar la desbandada de la hueste.española. Esto tuvo como consecuencia que desde Santafé se enviara un refuerzo, con el fin de sostener la conquista y de posesionarse de s las minas. 113 En cumplimiento de este objetivo, Juan de Penagos entró en la ciudad de la Trinidad y procedió a la distribución de las vetas halladas por algunos de los encomenderos que, ante la noticia, se apresuraron a buscar otras en el mismo cerro. 114 La explotación de las minas, sin embargo, ofrecía algunos problemas de recursos, tales como, la prohibición expresa, que 111. AGN, Visitas Boyacá 5, ff336 v. 112. AGN, Visitas Boyacá 6,

rr 17-22 v.

113. Friede, Juan. Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada. Biblioteca Banco Popular. Santafé de Bogotá. 1976. tomo V, Documento No.772, (pág. 232) 114. Ibid. tomo V, Documento No. 778, (pág. 249 al 254)


hacía la real cédula del primero de Junio de 1549, 115 de llevar indios a las minas y la imposibilidad, por costos y problemas de control, de llevar negros. Uno de los intentos de usar esclavos en las minas de Muzo, fracasó, estruendosamente, cuando una parte de ellos murió mientras esperaban que se abriera la boga por el Río Grande. Otra parte ya había muerto en la travesía por el mar, y los restantes, se volaron en un descuido con los cimarrones de las orillas durante el viaje hacia el puerto de Honda. De aquel intento, sólo llegaron algunas delas herramientas, el hierro, el acero y todos los pertrechos necesarios para las minas.116 Aunque el presidente de la Real Audiencia intentó que los encomenderos cumplieran la ley, haciéndosela saber, no osó impedirel uso de indios en las minas, pues sabía que los encomenderos no estaban en capacidad de comprar esclavos negros. 117 Ante esta falta evidente, durante la visita de 1617, los encomenderos de Muzo alegaron, en su defensa, que tenían cuadrillas de indios mineros en las vetas porque habían sido obligados por los gobernadores de la provincia, en virtud de una cédula real que así lo ordenaba. 118 Y que además, si no cumplían la orden, "los apremiaban con mucho rigor poniéndoles penas para ello", con el consecuente "aumento del real patrimonio". 119

LAS FUENTES Y EL TRABAJO Este trabajo tuvo como base los materiales escritos en que figuran los registros dejados por la visita que en 1617 115. [bid. tomo V, Doc. No. 839 (pág. 341 y 342) 116. [bid. tomo VI, Doc. No. 1027, (pág. 371-372) 117. lbid. Tomo V, prólogo. (pág. 9) 118. AGN, Visitas Santander 10, f. 433 v. 119. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 373 v.

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practicó el oidor Lesmes de Espinosa Sara via a Muzo. A lo largo de 1780 folios, este acto fiscal administrativo y judicial efectuado en cada una de las 23 encomiendas de la jurisdicción dejó, como en un espejo, las imagenes de diversos aspectos de la vida diaria de los indios tales como el trabajo y el entorno en que se realizaba, la imposición de cambios políticos y el impacto que se puede percibir de estas transformaciones, la actitud del indio frente al proceso de cristianización y lo que este implicó como cambios en sus costumbres ancestrales. Vale resaltar, entonces, la importancia etnológica de la visita, que a pesar de sus evidentes limitaciones, brinda elementos, si bien dispersos, por lo menos reconocibles de la realidad que se pretende recrear, recomponer. Con estos elementos se intentó, según Jiménez Núñez, reconstruir un proceso cultural. Tarea realizable en la medida en que: " ... en los archivos ha quedado como partida en mil pedazos la fotografia instantánea de aquella experiencia masiva de contacto cultural que no tiene paralelo en la historia. Reconstruir este cuadro es.una de las tareas específicas del etnohistoriador"!". A este ejercicio Sturtevant lo denomina Etnografia Histórica, que según él, es la reconstrucción de una sincronía .• Esta consiste en la descripción etnográfica de una etapa del pasado de unacultura. Descripción que se hace basada en documentos contemporáneos con esa etapa o época. 121 Es así, como ésta labor se orientó hacia la reconstrucción de aquellos hechos de diaria ocurrencia en la vida de los indios. En función de este objetivo se procuró, siempre que la 120. Jiménez Núñez, Alfredo. "El método etnohistórico y su contribución a la antropología americana". En Revista Española de antropología americana. Vol 7 No 1, Madrid 1972 (pág. 195) 121. Sturtevant, William

C.

"Anthropology,

History and

Ethnohistory", En:Ethnohistory. Vol.\ 3, No. 1-2, 1966. (pág. 7)


documentación lo permitió, recrear el ambiente en el cual se sucedían esos cambios. La reconstrucción fue, en consecuencia, un trabajo que requirió el ensamblaje de muchas piezas para fijar una imagen y, cuando se pudo, contrastarla con otra. Todas ellas fueron reunidas con el fin de describir minuciosamente, un proceso de trabajo, una situación, una actitud, un lugar, un castigo o un sentimiento.

LOS MINEROS DE LAS ESMERALDAS. Corrían los primeros meses del año de 1610, un día el encomendero de Nico, que tenía una veta de esmeraldas en el Real de minas del cerro de Y toco, 122 decidió enviar un grupo de indios para que reemplazaran la cuadrilla que allí estaba desde hacía dos años y que se encontraba diezmada. Con gran pesar, los indios enviados fueron despedidos por todos sus parientes tanto de Nico como de Pauna. Como cada vez que había una separación, de los indios se apoderaba una sensación de desarraigo, de soledad. Por eso, partir del lado de sus parientes a enfrentar una vida nada halagüeña era un mal comienzo. Y no era para menos, otros indios les habían contado de los duros trabajos, de enfermedades y de tantos otros sinsabores de que tenían referencia en carne pro pta. Por eso cuando llegó la visita de Lesmes de Espinosa Sara via en 1617, los indios se quejaron, constantemente, del exceso de trabajo a que estaban sometidos. 123 El visitador, a pesar de la evidencia, no se atrevió a enfrentar el problema y prefirió dar a los indios un consuelo. Así, les dijo que: " .. de su 122. AGN, Visitas Tolima 4, f. 410 r. 123. AGN, Visitas Boyacá 16,f. 170 v., f. 318 r., Visitas Tolima 4, f. 433, Visitas Boyacá 19, f. 390, Visitas Boyacá 3, f.290 v., f. 300 r., Visitas Boyacá 2, f.884 r., etc.

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parte hará todo cuanto sea en sí para ayudarles, que no viene a deshacer las ordenanzas de estas minas, sino a mirar que se guarden, y que procurará que sus amos y mineros les den sus raciones y comidas y lo demás que les tocare ... " El grupo de indios caminó hacia el sur en dirección de la ciudad de la Trinidad, una vez allí, tomaron hacia el occidente rumbo al real de minas, que estaba en el mismo camino hacia el río grande de la Magdalena. 124 Algunos iban tristes, como era fácil de deducir por la expresión del rostro de Rodrigo quien con su mujer y sus hijos Francisco de 8 años y Juana de 3, caminaba con desgano. 125 Otros, como Pedro de 18 años y su esposa Ursula de 14, lloraron al despedirse de sus padres y parientes. 126 Los demás, como Juan de 26 años, soltero y sin hijos, caminaban tranquilos y muy serios.127 Todos, sin embargo, procuraban esconder la rabia que les producía alejarse de sus parientes. A pesar del sol radiante un temor ensombrecía todas las caras. Era la noticia del duro trabajo que les esperaba en las minas y la certeza de que muy pocos volverían de allí. 128 Al final de la jornada, con un cielo azul que resaltaba, aún más, el verde de las montañas que tenían al frente, los indios estaban próximos a su destino. Las aguas, los pájaros, las flores, los frutos, los árboles y hasta sus amados palmares cargados de cachipayes, pasaron inadvertidos ante los ojos tristes de los futuros mineros. La desesperanza había anidado en sus corazones. 124. Zerda, Liborio. El Dorado. Biblioteca popular de cultura colombiana. Ministerio de Educación Nacional. Santafé de Bogotá 1947. (pag. 234) 125. AGN, Visitas Boyacá 8, f. 24 v. 126. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 332 r. 127. Jbid. f. 356 T. 128. Ihlg. f. )70

V. y

)71 T.


El cerro de Y toco, mostraba ya, en algunos sitios, las heridas recién abiertas por la ambición de señorío y riqueza de los encomenderos. Grandes manchas amarillas habían reemplazado su vegetación y de las cumbres se descolgaban pequeños arroyos de agua negruzca y embarrada. Lentamente, los indios ascendieron por el cerro siguiendo los caminos ya transitados por una o dos generaciones anteriores, o aquellos otros senderos despejados a fuerza de machete por sus contemporáneos, que conducían a nuevas vetas, o que iban a la ciudad de la Trinidad. 129 LA VIDA EN EL REAL DE MINAS Coronado por el real de minas, la cresta del cerro, era un pueblo al estilo español: una iglesia de regular tamaño, aunque depobre arreglo, destacaba por encima de un mar de ranchos de techo pajizo que la rodeaba. 130 Algunos bohíos estaban algo apartados del centro del pueblo minero, en la ondulación suave de la falda del frente, es decir, a un cuarto o media legua131 de distancia.!" En el real, los estaba esperando el minero.133 Este era un español que dirigía los trabajos de los indios de Nico en una veta de esmeraldas que había descubierto el encomendero. Llevaba varios años al servicio de él en las minas. 134 Por eso llevó los indios a través de unas retorcidas callejuelas, en medio de 129. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 161 v. 130. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 319 v. 131.

La legua era una medida de tierra que tenia 5000 varas lineales.

132. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 286 v. y 3, f. 294 v. 133. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 286 r.y v. 134. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 126 r.

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ranchos, unos viejos y algo descuidados y otros recién hechos. Allí, en algunos que ya estaban desocupados, les dejó. Al partir les dijo que esas serían, en adelante, sus casas. Los ranchos estaban contiguos unos a otros. En ellos fueron acomodados todos los indios de Nico. 135 Vivir en un pueblo de ranchos era una experiencia nueva para los indios. Seguramente no se debían sentir muy cómodos en él, pues no existía la libertad que tenían en sus asentamientos, donde se desperdigaban por las montañas a buena distancia unos de otros. No podían hacer allí una sementera, no había espacio ni tiempo para sembrarla. Sin duda se sentirían estrechos, presos. Sin embargo, dadas las circunstancias, ésta cercanía, aunque incómoda, les debía resultar reconfortante, pues sentían que viviendo con algunos de sus parientes, el futuro incierto que les esperaba sería más soportable. Al caer la tarde, sonó la campana de la iglesia llamando a los indios a la doctrina.!" Algunos, cansados del viaje, casi se dormían mientras el cura les explicaba los misterios de la religión católica. Se despertaron a la hora de repetir las oraciones y junto con los demás salieron de la iglesia hacia los ranchos. Camino a ellos, otros indios les hablaron de su vida en el sitio. Algunos llevaban muchos años allí, pues habían sido traídos por el padre del encomendero, el viejo hacía 15 años que había muerto, 137 y su hijo había recibido la encomienda. Y, sin embargo, allí estaban todavía, adaptados a las condiciones de vida y de trabajo. Además,según su decir, "iban en aumento't.!" Y parecía ser cierto, pues a Lesmes de Espinosa, el visitador, los indios le dijeron que: " ... el viejo encomendero sacó a diez indios con sus mujeres e hijos al sitio de las minas de esmeraldas del cerro de 135. AGN, Visitas Tolima 4, f. 427 v. 136. AGN, Visitas Santander 10, f.433 v.' 137. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 294 r.y v. 138. lbid. f. 253 r.

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Y toco y que allá están hace 17 o 18 años en el beneficio de las minas ... "139 De todos ellos, algunos estaban contentos. Jorge, por ejemplo, llevaba 30 años, pues sus padres, ya muertos, lo habían traído consigo. Rodrigo y Juan que nacieron y se criaron en el real, 140 declararon que "no querían salir de aquel sitio, porque era bueno y se hallaban bien por las muchas frutas y bastimento que había y por ser buena tierra y sana". 141 Otros llevaban, apenas, un año o dos, 142 sin embargo, y a pesar de las dificultades, la adaptación era evidente, pues según decían: " ... aunque el trabajo es mucho ya están hechos y no lo llevan con disgusto ... " 143 Pero, había algunos para quienes la vida de las minas era un dolor al cual no se podían acostumbrar y por eso tan pronto llegaban, ya estaban pensando en irse de allí. Este era el caso de Francisco quien estuvo un mes en ellas, al cabo del cual "se huyó" para otra encomienda. 144 Sin embargo, no todos corrían con la misma suerte en su desespero por salvarse. Tal era el caso de los indios de Apabi, pues de: " ... doce o quince muchachos de su parcialidad que solía traer su amo a las minas de las esmeraldas ... ya se han huido todos a los moscas y algunos de ellos se han muerto ... "145 En el menor de los casos, cuando el indio fracasaba en su intento de fuga y era apresado y devuelto al real, su castigo 139. AGN, Visitas Tolirna 4, f. 405 v. 140. AGN, Visitas Santander 10, f. 396 r.y v. 141. AGN, Visitas Tolima4, f. 401 r. 142. AGN, Visitas Boyacá 19, f.394-395 r.y 426 r.y v. 143. AGN, Visitas Tolima 4, f. 426 v. 144. AGN, Visitas Boyacá 8, f. 190 r.y v. 145. AGN, Visitas Boyacá 6, f. 894 r.

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eran los azotes, aunque estos no eran "excesivos" según lo que decían los mayordomos. 146 Los encomenderos, preocupados por la disminución de indios en las minas, ya fuera porque se morían o porque se fugaban, optaronpor no llevar muchachos a ellas. En adelante llevaron sólo hombres ya formados y de preferencia que estuvieran casados. Hacia allí fueron trasladados con sus mujeres e hijos, varios de los indios que habrían de permanecer muchos años en el sitio y que en él morirían. La familia se convirtió, entonces, en una poderosa ancla que, casi siempre, ató con un nudo ciego el destino de los indios, sus mujeres e hijos con el de la mina. El día domingo, la campana de la iglesia los despertó. El emplazamiento para ir a misa les obligó a levantarse. Al salir del oficio el minero español les dijo que en la tarde les vería para entregarles las raciones que el encomendero les enviaba a fin de que tuvieran provisiones con que alimentarse. En la tarde, efectivamente, varias recuas de mulas cargadas, subían por los caminos hacia el real de minas. Al lado de ellas varios indios vigilaban su paso y acomodaban la carga cuando esta corría peligro de caerse. A la llegada de los arrieros, en la plaza frente a la iglesia, fueron bajadas de las mulas sudorosas, varias cargas de comida para sustentar las cuadrillas. 147 Cada minero español estaba listo para recibir el envío y repartirlo entre las familias de los indios mineros. 148 De esta manera, los encomenderos cumplían su obligación con dos propósitos. Por una parte alimentaban a toda la cuadrilla para que siguiera trabajando, y por otra, la provisión de comida constituía el pago por el trabajo desempeñado. Por eso declararon en la visita de 146. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 287 r. 147. AGN, Visita.~ Boyacá 19, f. 395 r. 148. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 235 r.y v.


1617 que: " ... les han dado de comer sal y carne y media fanega de maíz de ración en cada semana y que esta la dan a los dichos indios por el dicho su trabajo ... "149 Esta era, generalmente, la ración de todos los indios. El maíz lo recibían sin desgranar, en tusa. 150 Los envíos de carne para abastecer a todos los miembros de la cuadrilla, se debían repartir entre estos y sus familias. Esta cantidad debía ser: " ... media arroba de carne" que les mandaban "de quince a quince días ... "151 Como ya se dijo, el abastecimiento de comida y ropa, corría por cuenta del encomendero. Este, sin embargo, apremiaba a los indios de su encomienda, especialmente a los agricultores, para lograr excedentes adicionales que le permitieran sustentar lapoblación que había hecho llevar a las minas. 152 Además, anualmente 153 " ... por su trabajo les han dado camisetas mantas y sombreros en rompiéndose uno luego les dan otros tantos ... " 154 Estos pagos que, algunas veces, iban acompañados de cuchillos, 155 se hacían no sólo a los miembros de las cuadrillas, sino a "todos chicos y grandes y lo mismo a las indias y sus familias y los ha vestido a todos de ordinario". 156 Cabe suponer que las ropas enviadas por el encomendero para vestir los indios 149. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 320 r. 150. AGN, Vjsitas Boyacá 5, f. 286 v. 151.

AGN, Visitas Tolima 4, f. 426 r.

154. Friede, Juan. "Las minas de Muzo y la 'peste' acaecida a principios del siglo XVII en el Nuevo Reino de Granada." En: Boletín CuJturaj y Bibjjográfico. Banco de la República Vol IX, No.9 Bogotá. 1966. pag. 1825. 155. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 159 v. 156. AGN, Visitas Tolilna 4, f. 428 r.

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mineros, eran producidas en su obraje, o, en caso de no tenerlo, compradas a quien tuviera un taller para esta actividad. LOS MINEROS DE LA MONTAÑA VERDE Al día siguiente, la campana de la iglesia del real volvió a sonar, pero ésta vez, para reunir a los indios y llevarlos a trabajar.157 A esa hora, las indias preparaban la comida para que sus maridos comieran algo antes de que el minero viniera por ellos. 158 Algunos, comieron un poco de "mazamorra y chicha y alguna fruta". 159 Al poco rato los indios empezaron a salir de sus bohíos, a encontrarse con el minero. Este los esperaba con las herramientas que, por orden del encomendero, estaban a su cargo y por eso eran guardadas en su casa. 160 A medida que los indios fueron llegando, le entregó a cada uno un pico o una barra o un azadón o un martillo de hierro para el trabajo. 161 El sol ya estaba alto, 162 cuando el minero español tomó el camino hacia la veta. El grupo de indios le seguía. Cada uno llevaba sobre su hombro la herramienta que le acababan de entregar. El trayecto fue corto, pues la veta estaba muy cerca del real. 163 En la verde piel del cerro, la mina era una desolladura amarillenta, que perseguía, con obstinación, el rastro del filón. Al llegar a la veta, el rostro del minero enrojeció, pues se dio cuenta de que algunos indios de la cuadrilla no habían ido a trabajar. Perros!, 157. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 373 v. 158. AGN, VisitasTolima4, f. 431 v. 159. AGN, Visitas Santander 10, f. 370 v. 160. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 353 v. 161. AGN, Visitas Tolima 4, f. 426 r.y v. 162. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 320 r.y v. 163. AGN, Visitas Tolima 4, f. 427 v.

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borrachos!, bellacos!, presentes. 164

gritaba desquitándose

con los indios

La obligatoriedad del trabajo y el esfuerzo requerido de los indios para su realización, generó actitudes como la de no asistir a él, que, a fin de evitar que se extendiera, fue siempre castigada por el mayordomo, como en aquella ocasión en que: " ... azotó a Roque y a Pedro habrá dos meses y le dio a cada uno tres azotes ... porque no acudieron cada uno al trabajo un día ... "165 El maltrato de los indios por la desobediencia y resistencia al trabajo, fue cotidiano. Si bien, en los documentos sólo asoma su rostro de manera ocasional, era para los indios un elemento con el que trataban a diario, aunque su intensidad variara. En la encomienda de Sarbe por ejemplo el mayordomo Andrés Moreno: "... azota a todos los indios del dicho pueblo, quitadas las camisetas y amarrados a postes y con un azote de cuero les ha azotado estando amarradosy les ha dado muchos azotes y tantos que les hace saltar la sangrey esto por causa de que se descuidan algún día de acudir al trabajo ... "166

Los indios pusieron la queja durante la visita de Lesmes de Espinosa Saravia, pero este se limitó a decirles que: "de ninguna manera falten al trabajo de las minas de esmeraldas ... "167. Sin embargo, los indios no se quedaron pasivos ante el maltrato, sino que en su propia defensa debieron, algunas veces, a asumir respuestas contundentemente directas. Así, un encomendero se quejaba de: " ... que en la semana santa del año pasado le 164. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 321 r.' 165. AGN, VisitasBoyacá 19, f. 401 r. 166. AGN, Visitas Santander JO, f. 397 r. 167. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 284 v.-285 r.

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mataronun mayordomo de Francisco de Aguilar llamado Rodrigo de Narváez, le mató un indio de su encomienda en una quebrada ... "168 Calmada la furia, el minero organizó el trabajo de tal manera que la fuente de agua, encontrada por un grupo de indios, fuera aprovechada en su descenso para construir un canal o acequia. A través de él se llevaría el líquido hasta los tambres 169 y albercas que para el efecto se construirían con el fin de almacenarla. 170 El minero ordenó que primero abrieran, con machetes, una trocha desde la fuente hasta el sitio donde se haría el tambre, para que los otros pudieran cavar libremente el canal. Tres indios estuvieron durante toda la mañana tumbando la vegetación que impedía llegar hasta el pequeño arroyo. Al mismo tiempo, otro grupo estaba abriendo un hueco enorme, encima de la nueva veta, donde se haría el tambre. 171 Hacia el medio día llegaron las indias que servían en la casa del minero, en el real de minas. Traían algunas ollas de barro y en ellas la comida que tomaban los indios de la mina en la mitad de la jornada de trabajo. A cada indio Je dieron, en una vasija, una ración de cocimiento de maíz con cogollos de ahuyama. m La dieta no variaba mucho. A algunos, además de esto, su mujer les traía, algunas veces, un pedazo de carne de la que les había 168. AGN, Visitas Santander 10, f. 422 v. 169. "Tambre se llama un depósito o estanco de agua que en lo alto de la mina se hace para que soltándola arrastre la tierra y peñascos que en seco se pican y barretean y para esto se le hace un descuelgo profundo que llaman honduras". AGN, Minas de Boyacá 2, ( 4. 170. AGN, Visitas Tolima 4, f. 428 v. 171. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 127 r 172. Otero Muñoz, Gustavo. Las Esmeraldas de Colombia. Banco de la República. Santafé, 1948. (pag.64)

7J7


Sin embargo, en las cuadrillas pequeñas, eran las mismas mujeres de los indios, quienes elaboraban los alimentos con las raciones que recibían para la familia del indio minero de parte de la encomienda. 174 mandado el encomendero

como ración.

173

Después de haber comido, descansaban como una hora. Pero no siempre había sido así. Toda vía estaban frescos en el recuerdo, los tiempos en que: " ... Domingo de Andrino, minero, que los había hecho trabajar a los dichos indios en los ministerios y cosasdichas ... estando ordinariamente con ellos sin dejarlos descansar y lo sentían esto, los indios, mucho."176 175

La presión constante del minero español sobre los indios aceleraba el ritmo de trabajo. Además tenían que "trabajar con barras y azadones y al sol y como se ofrece"!", lo cual con frecuencia, era calificado de excesivo.!" La manipulación de herramientas nuevas por parte de los indios implicó un tiempo de aprendizaje y el consecuente abandono de las tradicionales elaboradas por ellos, en razón de que la eficiencia de las españolas, en algunos casos, demostró ser supenor. En la tarde, por orden del minero, se dedicaron a construir la acequia. Con barras y con picos se cavó la zanja a lo 173. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 298 r. 174. AGN, Visitas Boyacá 3, f.297 v. 175. AGN, Visitas Boyacá 19, f. 440 r. 176. AGN, Visitas Boyacá 16, f320 v. y 321 r. 177. AGN, Visitas Boyacá 19, f. 440 v. 178. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 284 v.

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ancho de la montaña, hasta que llegaron a la fuente. Entonces, el agua empezó a fluir hacia el tambre y a llenarlo. El sol, inclemente, caía sobre la humanidad de los indios que, sudorosos por el trabajo, sólo esperaban la hora de irse al rancho para reponer sus fuerzas. Al anochecer, el minero los llamó, recogieron las herramientas y emprendieron el camino hacia el real. Volvieron a sus casas sólo cuando el sol ya se había puesto 179. Una semana después el canal quedaría terminado'P. Al día siguiente, cuando ya estaban de nuevo en la veta, el minero con un palo, que siempre llevaba en la mano181 se acercó a los indios que habían faltado al trabajo el día anterior, y sin mediar palabra le propinó a cada uno tres o cuatro golpes con él, mientras les advertía sobre no volver a fallar al trabajo. Finalmente se alejó de ellos, dejándolos adoloridos182. Escarmentados los indios y advertido el resto, el minero ordenó que la cuadrilla abriera un nuevo tajo, señalado desde el día anterior. Por eso mandó que los indios, que tuvieran pica,limpiaran el terreno. A los indios nuevos en estas ocupaciones se les agrupaba para enseñarles el uso de las herramientas. Los indios fueron dispuestos en una hilera, a lo ancho de la ladera de la montaña, para que con sus picas rozaran el terreno. Descendían, a medida que avanzaban en el trabajo, hasta dejar a la vista una mancha de tierra parduzca. Luego el campo abierto era limpiado de toda la maleza cortada. Esta era barrida 179. Ibíd. f. 431 v. 180. AGN, Visjtas Tolima 4, f. 426 v. 181. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 295 r. 182. Jbid. f. 298 v.

7.19


hacia el fondo del abismo con un golpe de agua arrojado desde lo alto. 183 Luego, con el terreno limpio, el minero les mandó cavar para buscar el filón. Los indios con las barras empezaron a picar el terreno, llevando un corte definido, hasta llegar al límite señalado. Las barras, golpeaban la tierra, ya rozada, abriéndola y aflojándola. De las manos húmedas por el sudor y el agua, a veces resbalaban las herramientas. La barra, por ejemplo, podía clavarse en algún pie o golpear contra una piedra y rodar cuesta abajo. Así le pasó a Hernando Pauna, minero de 20 años, sin hijos y casado con Beatriz. 184 Mientras estaba cavando la tierra, su barra golpeó con fuerza contra una piedra y fue tal el impulso que la herramienta se salió de sus manos y rodó hacia el abismo sin que el indio pudiera hacer nada para evitarlo. El minero español corrió a su lado con furia, para reclamarle por el "descuido". El indio, pálido, no pudo reaccionar cuando le tomó por los cabellos con una mano, mientras que con la otra le abofeteaba y le daba golpes en la cabeza con los nudillos.185 A una voz del minero, los indios volvieron a la actividad de cavar la franja de terreno señalada. Cuando estuvo terminada, se hicieron a un lado para que, desde lo alto, los encargados de sacar el agua de la alberca o "tambre", 186 lanzaran un chorro de agua que, bien dirigido, barriera toda la tierra aflojada por los indios con sus barras y picas, y dejara de esta forma descubiertos los posibles filones de esmeraldas.187 183. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 320 r.y v. 184. AGN, Visitas Boyacá 8, f. 48 r. y 56 v. 185. AGN, Visitas Hoyacá 3, f. 298 v. y 299 v. 186. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 127 r. 187. Otero Muñoz, Gustavo. º1lii.1,. pag.61

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La técnica corriente de excavación, de estas minas de esmeraldas a tajo abierto, consistía en labrar la tierra de tal forma que, después de limpiar el terreno con el golpe de agua, quedaban desnudos, a lo ancho de la vertiente, unos escalones quellamaban "bancos" 188, por lo cual toda la veta se convertía en una gran escalera. A continuación, "los mineros o encomenderos mandaban subir arriba a derribar los bancos", 189 Este proceso se repetía varias veces, durante las cuales, era corriente que se hallaran esmeraldas o pequeñas "camadas" de ellas, pero se proseguía la búsqueda hasta encontrar la veta principal. 190 Hallar una veta de esmeraldas era un acontecimiento que no pasaba inadvertido para el minero español, que era: ... una persona de confianza que se ocupaba de vigilar para que lo que se descubriera de las esmeraldas no fuera ocultado por los indios con lo que perdería el rey sus requintos ... "191 Por eso, tan pronto como se encontraba una "pinta", llamaba a los otros mineros españoles cercanos para que con su ayuda en la vigilancia, ningún indio se "aprovechara de una esmeralda". 192 Así, pasaban los meses y la vida de la mina seguía su rutina. Se iniciaban unas vetas y se seguía el rastro hasta encontrar la "caja" principal. El minero español recogía con sumo cuidado las esmeraldas que se iban sacando, las cuales iban a parar a manos del encomendero que pagaba sus quintos al rey y luego las vendía en Santafé o en Tunja. Después se buscaba otro filón, se construían los canales, tambres, bancos y se empezaba el trabajo de las Vetas. 188. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 286 v. 189. AGN, Visitas Santander IO, f. 350 r.y v. 190. !bid 191. AGN, Visitas Tolirna 4, f. 437 v. 192. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 295 r.y v.


LOS O FJCIOS VARIOS DE LOS INDIOS EN LAS MINAS. Esta actividad no estaba exenta de riesgos. Era común que la tierra se "aflojara", que se abrieran grietas en ella o que piedras, tanto grandes como pequeñas, perdieran su soporte y cayeran poniendo en alto riesgo la vida de los indios y del español minero. 193 Para prevenir estos riesgos, en la veta del encomendero de Pauna, había un viejo llamado Diego que llevaba muchos años de trabajo allí. Era el único indio que quedaba vivo del primer grupo de hombres que había enviado el encomendero a las minas. 194 Elminero español viendo que las menguadas fuerzas del viejo Diego no le servían para nada, 195 resolvió encargarle que: " ... ande arriba de la mina mirando si se abre alguna tierra para dar aviso a los mineros para que se quiten del peligro ... "196 Por eso, se veía un indio, que en lo alto del cerro, encima de la veta que se estaba explotando en ese momento, buscaba señales de agrietamiento de la tierra. Otras ocupaciones de los indios mineros, estaban referidas a reparar los tambres y acequias o canales que por lo regular se dañaban provocando desviaciones y escapes del agua, que para el trabajo en las minas era un recurso valioso 197. De otro lado, a pesar de que el trabajo de los indios en las labores propias de la mina, era muy pesado, 198 el capataz español siempre encontraba la forma de ocuparlos en actividades de beneficio propio o de su encomendero o de las 193. AGN, Visitas Boyacá 16, f. 320 r. 194. AGN, Visitas Boyacá 19, f. 432 v. 195. AGN, Visitas Tolima 4, f. 431. 196. lbíd. f. 428 v. 197. AGN, Visitas Boyacá 19, f. 440 r. 198. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 287 r.

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autoridades del real. 199 Tal era el caso de la cuadrilla de Sarbe, que por la fuerza de una orden, trabajó varios días arrancando diez cargas de paja y las llevó a cuestas, hasta el sitio en el que los demás indios del real habían hecho un bohío para el alcalde de las minas. 200 Sin embargo, ésta no era la única ocasión. En otras oportunidades habían hecho o reparado bohíos para el encomendero 201 o para su minero administrador. 202 En otros casos participaron en "aderezar'' el camino que iba de Muzo a las minas.i" El arreglo fue hecho durante varios días, en los cuales los indios trabajaron sin descanso al sol y a la lluvia, debiendo, al anochecer, regresar a pie hasta el real. Las condiciones fueron tan duras que a los pocos días algunos se enfermaron de una fiebre, tan fuerte, que "llegaron muy al último de sus vidas". 204 Los enfermos se repusieron, poco a poco, con los cuidados de sus mujeres, pero entre ellos algunos habían decidido que nomorirían allí. Por eso, generalmente, hacían un hatillo con sus ropas, y en compañía de su mujer y sus hijos, a la sombra protectora de la noche, huían del real. En estos casos, los indios preferían no enfrentarse fisicamente al español, sino hacer valer su conocimiento del terreno y de la zona. Entonces, se fugaban poniéndose fuera del alcance de los españoles. Al día siguiente, la gente decía que andaban por los arcabucos. Un tiempo después alguien decía que la mujer había 199. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 248 v.- 249 r. 200. AGN, Visitas Santander 10, f. 371 r. 201. lbíd. f. 370 v. 202. AGN, Visitas Boyacá 5, f. 287 v. 203. lbld. 204. AGN, Visitas Boyacá 3, f. 300 r.


parido un hijo. Luego se sabía que el niño se había enfermado y muerto.?" Después, el rastro trashumante de aquellos indios se perdía para siempre. Los indios que permanecían en el real de minas, cuando eran interrogados por el paradero de los fugitivos, decían que aquellos se habían marchado debido a " .. .los malos tratamientos que hacen y han hecho los que dicho tiene, se ahuyentan estos indios a do no parescen ... ''. 206 Pero los indios si aparecían... " ... por[ que] esta[ n] revueltos y retirados en una ladronera que tienen con los indios moscas de Bartolomé de Másmela ... "207 Otros se refugiaban en un sitio inaccesible conocido como el "Otro Mundo"?"

205. AGN, Visitas Boyacá 8, f. 190 r.y v. 206. AGN, Visitas Boyacá 6, f. 885 r. 207. AGN, Visitas Boyacá 6, f. 911 r. 208. AGN, Visitas Boyacá 6, f. 875 y 894 v. Este fue el nombre que recibió una de las zonas de refugio a las que solían ir los indios que, por su voluntad o por huir del castigo de alguna infracción cometida, necesitaban ponerse fuera del alcance de la mano española. Los ibéricos las llamaban "ladroneras". De estas se ha podido establecer que existían dos, una ubicada hacia el norte por la margen del río minero y otra entre Muzo y Ubaté en la zona de Turtur.

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LA CONDICION SOCIAL DEL ESCLAVO EN GIRON 1789-1851 Por: LILIANA FABIOLA RUIZ HERNANDEZ1°'

INTRODUCCION En el presente trabajo se describe la condición social del esclavo en Girón durante el lapso comprendido entre 1789 y 1851, periodo caracterizado por la aparición del primer código protector de esclavos y del libre comercio de los mismos en el espacio colonial de la Corona española, así como de la crisis de la fuerza de trabajo esclava en el Nuevo Reino de Granada debido a diferentes factores tales como las ideas de la Ilustración, las guerras de independencia, el aumento de la población libre, el cimarronaje y la resistencia de los propios esclavos contra su condición. Cuando se habla de Girón se está haciendo alusión espacialmente a la jurisdicción que el cabildo de la ciudad de San Juan de Girón presentaba en el año de 1789, la cual comprendía dicha ciudad, las parroquias de Bucaramanga y Piedecuesta, y los sitios aledaños de Rionegro, Cañaverales, Los Santos y el Pedral. 209. HistoriadoraUniversidad Industrial de Santander,Bucaramanga


Esta ubicación se tendrá en cuenta a lo largo de los 62 años que abarca este estudio, pues aun cuando en este tiempo el cabildo disminuyó su radio de acción porque se le separaron lugares como Bucaramanga y Piedecuesta para anexarse a Pamplona, sus mismas interrelaciones políticas, económicas y sociales permitieron que se siguieran tomando en conjunto. A diferencia de otras sociedades como Popayán y Cartagena, Girón no era una sociedad esclavista. Sin embargo, su estudio importa como un eslabón para la construcción de la cadena de la historia social de la región santandereana. Por ello, además de describir la condición social de los esclavos en Girón entre 1789 y 1851, el propósito central de este trabajo es demostrar, en lo posible, que aunque aquí la esclavitud no adquirió la magnitudcomercial, económica de otros lugares, la forma como la sociedad asumió al esclavo fue igual a la del resto del país. La investigación para el estudio de estos hombres, los esclavos, que eran considerados por la sociedad gironesa como objetos carentes de derechos civiles y políticos, que no podían disponer de lo suyo si algo tenían y tampoco de sí mismo sin el mandato de su amo, se fundamentó principalmente en las fuentes primarias que sobre este tópico se encontraron en los diferentes archivos consultados: El Archivo General de la Nación, el Archivo de la Gobernación de Santander y del Centro de Documentación e Investigación Histórica Regional (CDIHR) de la Universidad Industrial de Santander. PROCEDENCIA En el año de 1551 se produjo el hallazgo de los aluviones auríferos en el sistema fluvial de los ríos del Oro y Suratá por el experto cateador Alvaro de Villanueva, quien fue contratado para tal efecto por el Capitán Ortún Velasco, uno de los lideres de la fundación de la Ciudad de Pamplona. Y fue

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precisamente el descubrimiento de estas minas auríferas lo que motivó la llegada de los esclavos a Girón, ya que algunos encomenderos pamploneses trajeron cuadrillas de negros a explotarlas, como por ejemplo el Capitán Juan Velazco de Montalvo que en el año de 1590, tenía 14 piezas de esclavos 210• Estas cuadrillas estaban conformadas generalmente por esclavos que procedían del continente Africano de castas que en su orden de importancia eran las siguientes: Biafra, Angola, Mandingas, Zape, Cabo Verde, Congo, Nulus, Enjico, etc. Así por ejemplo en el año de 1596 Bernardino Fernández tenía una cuadrilla de 27 esclavos de las siguientes Naciones: Biafra, Briam, Angola, Jilofo, Manicongo, Nulu, Zape211. Pero ya en el período estudiado no es posible encontrar en Girón esclavos bozales o procedentes del Africa, pues tal parece que todos eran criollos, (originarios del América), y más exactamente de Girón, pues de las 840 transacciones que se llevaron acabo entre 1789 y 1851 ante el notario de Girón, Piedecuesta y Bucaramanga, solamente el 4.64% de esclavos, venían de otros sitios. Pero estos lugares en ningún momento eran del exterior sino que pertenecían sobre todo a regiones aledañas como Zapatoca, Barichara, Vélez, San Gil, Valle de San Miguel (jurisdicción de Pamplona), Ocaña y Medellín. En el año de 1828 el señor VicenteRueda, vecino de la parroquia de La Robada en la provincia del Socorro, le vendió al señor Nolberto Ortiz, tres esclavos naturales y vecinos de Colombia, llamados Teresa, Eusebio y Juan Antonio212 21 O. Archivo Histórico de Pamplona-Norte de Santander (AHP-NS) Tomo 004. ff26l. 21 l. AHP-NS, Tomo 0010. ff81-83. 212. CDIHR, Archivo Notarial de Girón. Tomo 0026. ff292v-293.


RELACIONES

AMO Y ESCLAVO

La relaciones entre el amo y ese hombre "pobre de solemnidad, carente de las luces y dignidad'?": El esclavo, "que surgen de la naturaleza misma de la institución, y la condición servil hacia el esclavo y al señor'?", eran por un lado de enemistad y odio recíproco: La esclava Albina fue acreedora al castigo público de cincuenta azotes por haber intentado matar a su señora echándole arsénico en la comida?"; Don Felipe Mantilla y don Manuel Mantilla consideraban a sus esclavos como "seres cavilosos... despreciables" 216 y "enemigos capitales'?". Pero por otra parte fueron de franco patemalismo y cariño: Doña Bárbara Calderón dice que por "los buenos servicios y fidelidad con que hasta ahora se ha comportado su esclava Bárbara a quien ha criado como hija"le da la libertad218. Pero no todas las relaciones de cariño que se establecieron entre el amo y el esclavo fueron lícitas, pues se dieron otras de tipo ilícito como el amancebamiento, que seguramente llevó a exclamar a unos cuantos "que era una porquería meterse con una esclava"219 y a otros a darse golpes de pecho, ya que en todas las sociedades con influencia española y por ende en la gironesa el concubinato era considerado 213. CDlllR. Archivo Municipal de Gir6n. Caja 0040. ff 405. 214. PALACIOS PRECIADO, Jorge. La esclavitud y la sociedad esclavista. p. 329. En: Manual de historia de Colombia. Santafé de Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1984. Tomo 1. 591 p. 215.

CDlllR, Archivo Municipal de Gir6n. Caja 0048. ff 163v.

216. CDlllR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0028. ff 402. 217.

CDIHR. Archivo Municipal de Girón.

Caja 0035. ff512.

218. CDlllR. Archivo Notarial de Girón. Tomo 0034. tT334v-335. 219. CDlllR Archivo Municipal de Girón. Caja 0068. ff 435.


"sumamente pecaminoso" y "un pecado público de los más graves y escandalosos, pues, no sólo ofende a Dios, sino que atenta contra la familia, célula de la sociedad"22º: Pero a pesar de esto, muchos propietarios cayeron en esta tentación, tal vez por la sensualidad de la mujer o el hombre "negro", o porque como dice el adagio popular del Brasil "Blanca para casar, mulata para fornicar, negra para trabajar'?". María Na vas declaró que ella servía en la casa de su amo no como su criada sino como su esposa, y que en el tiempo que estuvo con su amo tuvo diez y seis hijos de los cuales estaban vivos cuatro. Muchas veces la relaciones de amoríos que se entablaban entre el amo y el esclavo no eran de mutuo consentimiento, sino que eran el resultado de la posición de "bien mueble" en que se encontraba el esclavo, Jo que le permitía al amo abusar impunemente de ellos o engañarlos con falsas promesas para obtener sus favores. La esclava María de los Angeles manifestó: "Mi amo desde que tomo mi amistad me ofreció la libransa de mi persona muxeril"222• Con frecuencia, los hijos naturales de estas relaciones ilícitas se criaban y educaban en su condición de esclavos con los hijos legítimos del matrimonio a "ciencia y paciencia de las esposas, que si bien sufrían viendo tales cosas, callaban prudenternente'<". María de los Angeles, esclava del finado Alejo Prada, solicitó ante la justicia la libertad que su amo le 220. ESTEBAN DEIVE, Carlos. La mala vida: Delincuencia y picaresca en la colonia española de Santo Domingo. Santo Domingo . Fundación Cultural Dominicana, 1988. Págs 116-117. 22 l. FREYRE, Gilberto. Casa Grande y Senzala, Caracas: Cromotip C.A., 1977. Pág. 38. 222. CDIHR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0056. fT 539. 223. ESTEBAN, QJLCit. Pág. 117.


concedió tres dias antes de su muerte. La esclava María de los Angeles y los hijos de esta con su amo, vivían en la casa de su señora, apesar de que su amo ya había muerto 224. Ahora bien, estas relaciones ilícitas, tal parece, no siempre se dieron entre el propietario y la esclava, sino también entre el esclavo y su ama. Y se dice que parece porque no existen pruebas a ciencia cierta que permitan afirmar con seguridad la presencia de un amancebamiento entre una mujer "blanca de origen noble" y un esclavo. Sin embargo, cierto expediente judicial así lo indica. Los personajes de este proceso fueron: don Andrés Ordóñez, (esposo), la esposa de éste ( no se expresa el nombre) y el esclavo Bemavé. Don Andrés Ordóñez sospechaba que el esclavo Bernavé y su esposa tenían relaciones amorosas, por esa razón decidió vigilarlos, hasta que una noche " ... percebi que el mulato se levantaba de su cama, y se endereza va a la de su señora, de la que me havia yo separado para cersiorarme de mis sospechas. En el mismo acto, seguí los pasos del espresado mulato, y como las combulsiones de mi corazón agitado, no podían contenerse dentro de mi pecho llego a oyrlas el esclavo, estando ya muy inmediato a la cama de su señora y trato de profugarse a si atropellando conmigo.... di voces a los demás esclavos, hice traer lasos y cersiorado de lo que pasaba, amarre al espresado esclavo, y en medio de tantas confusiones ... procurando contener todo el furor que inspira este lanze me contente con persuadirlo con toda suavidad a que me confesara el hecho de la verdad, ofreciendole el perdon de la injuria, en efecto confesó hasta con juramento que hacia días que su 224. CDIHR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0056. ff540-541.

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señora lo havia solicitado para cosas torpes, que la noche anterior le había dicho en el patio de la casa que se fuera aquella noche a su cama y que en esta noche le había repetido lo mismo en el corredor ... Posteriormente, cuando se inició el proceso, el Sr. Ordóñez le comentó aljuez lo que le confesó su esclavo Bemavé de rodillas: ... que su confesiónfue falsa, movido de temory creyendoque yo cargaríatoda mifueria contra la señora, dexando libre a el ... añadiendo, que aunque es cierto que lo encontré dentro de la alcoba fue porque al salir para fu era a orinar por ir medio dormido,y estar la noche tan obscura equibocó lapuerta, y tomó la del aposento y que esto mismo esta pronto a decir bajo juramento En la declaraciónjuramentada el esclavo Bernavé declaró: que no ha tenido trato ilícito con su señora, ni jamas lo ha intentadoni su señora tampoco lo ha intentado. que su señora es de tal genio que jamas le ha hablado con cariño.... temeroso de que su amo le quería dar muerte le dijo que su señora lo havia solicitado varias veces para actos torpes... ns

En las dos últimas declaraciones se observa una contradicción. En la confesiónque le hizo Bemavé a "su señor" le dijo que mintió porque estaba temeroso por su señora, y en la del juez manifiestó que tenía miedo que su amo lo matara. Establecer el porqué de la contradicción es dificil, ya que solamente el esclavo Bemavé y su señora "saben" a ciencia cierta si en verdad se equivocó de puerta cuando iba a orinar o de pronto si llegó a la puerta correcta. Pero lo que sí se puede asegurar con certeza de este "enredo" es que el amo le cortó las dos orejas a su esclavos Bemavé, por sospechar que éste tenía amorios con su esposa. Pero si bien es cierto que el señor Ordóñez castigó a su esclavo severamente por lo que podría considerarse en los 225. AGN, Fondo: Negros y esclavos. Sección: Colonia, Santander. Tomo 001 l. ff797.

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términos actuales como "ataque de celos", no todas las penas que le profirieron los amos a los esclavos tuvieron como único aliciente este aspecto, ya que también fueron castigados por otras causas como por ejemplo: por contestarle mal a su amo, por fugarse, por ser altivo, por robar cosas, por servirle mal la comida a su señor,etc. Nombrar todas las razones por las cuales podría un amo castigar a su esclavo, resulta imposible, ya que como dueño absoluto de este hombre, podía castigarlo por cualquier cosa que él creyera, justificase esta acción. Don Pedro Rujeles encarceló a su esclava Gregoria porque en la noche intentó fugarse saltando la tapia del solar de la casa226. Pero así como existían algunos propietarios que hacían uso de la facultad que les otorgaba la ley de castigar a sus esclavos con su propia mano, había otros que no utilizaban este poder como es el caso del señor Andrés Ordóñez quien no castigó su esclavo Antonio, a pesar de que este se fue a las manos con don José Y gnacio Ordóñez227. Hasta el momento se ha dicho que el amo tenía el arbitrio legal de castigar a su esclavo si lo deseaba. Pero lo que no se ha puesto de manifiesto es que este derecho era limitado (a partir de la promulgación de la Real Cédula de Aranjuez en el año de 1789), ya que sólo podían imponer penas corporales a sus esclavos, sin contusión grave ni efusión de sangre y sin instrumento que hiciera daño, pues, las penas mayores como las de muerte y mutilación de algún miembro debía decidirlas el juez o la audiencia y no el dueño. Sin embargo, en los archivos consultados pueden observarse quejas de los esclavos contra sus amos por malos tratamientos o castigos excesivos. La esclava Juana manifiestó que sus amos doña Josefa Calderón y don Pedro Navas la castigaron severamente dándole rejo y palo228. 226. CDIHR. Causas Civiles. Libro Unico. ff 140. 227. CDIHR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0032. ff 403. 228. CDIHR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0035. ff 181.

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Ahora bien, en este punto cabría preguntarse ¿cual fue la actitud que asumió el esclavo cuando su amo lo castigaba? Se puede responder diciendo que no fue una posición pasiva sino de defensa y resistencia, llegando en algunos casos a enfrentarse cuerpo a cuerpo con su amo y en otros a quejarse ante su protector de los malos tratamientos que le acarreaba su dueño. El señor Rafael Arango dijo que cuando él fue a castigar al esclavo Tiburcio con latigazos por haber irrespetado a su esposa, éste "se puso en defensa tirándole puños y cabezazos por Jo que ... trato de derribarlo para amarrarlo de las muñecas lo que consiguió después de cinco minutos de lucha229. A diferencia de los amos (que se extralimitaron en el uso del poder que les otorgaba la ley y propinaron a sus esclavos castigos severos que no eran permitidos por las autoridades), los jueces quesí tenían derecho de imponer penas corporales severas a los esclavos como mutilaciones y penas capitales (muerte) no quisieron o no tuvieron que hacer uso de esta atribución, pues en los archivos consultados no existe ningún proceso contra un esclavo cuya sentencia termine con un castigo severo. Existe un Jugar en la región que se conoce actualmente como la mano del negro (sitio en donde está ubicada Floridablanca), y que según la leyenda asumió este nombre por un castigo que se le profirió a un esclavo. Seguramente esto es cierto, si se considera que algún juez de la región pudo dictar una pena parecida a la que dictó el juez de Salazar de las Palmas contra el esclavo Juan Antonio Velasco, por el asesinato de su amo en el año de 1795. La sentencia fue la siguiente: ... Será sacado el reo de la prisión en que se halla arrastrado a la cola de unavestia deAlbarda con voz depregonero que publique su delito hasta conducir/o a aquella plaza publica, en donde estará fixada una horca de tres palos, y en ella Será colgadopor el MinistroExecutordeJusticiahasta que naturalmente 229. CDIHR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0068. ff 41 Sv.

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muera, le Será cortada la mano derecha, y puesta en una Escarpia se fixara en el lugar donde cometió el delito ... 110

La comparación se hace debido a que en el pasado era muy común que las partes de los cuerpos de los esclavos que habían sido condenados se exhibieran para que los otros se percataran de la dureza del castigo y evitaran cometer una acción parecida. En términos generales se puede decir que en la región estudiada los amos se abstuvieron de castigar a los esclavos debido a las siguientes razones: En primer lugar, aun cuando la base de la fuerza de trabajo en Santander y por ende en Girón fue la mano de obra libre, el esclavo representaba para el propietario gironés como el de cualquier otra región una inversión alta, de la cual esperaba obtener un beneficio, y una forma de conseguir una mayor producción del esclavo era tratándolo bien. En segundo lugar, el aprecio que se sentía en la región por la mano de obra esclava, aunado a su escaso número, llevó a que se generalizara en Girón el sonsaqueo de esclavos, lo que condujo a los propietarios a proporcionar a sus esclavos un buen sistema de vida para evitar con ello que éstos se fueran a trabajarle a otro. Y más si se considera que en este período los esclavos tenían la facultad de buscar nuevo amo cuando lo deseaban, y si de pronto no se les otorgaba esta gracia, tomaban actitudes como la de negarse a prestarle el servicio a su dueño, lo que conducía necesariamente a que el amo lo tuviera que vender. Don Ramón Serrano vendió a su esclavo José Encamación "porque lo encontró en una casimba con unas mujeressolas sobre que esta presentado para justificar si lo han sonsacado'?" En tercer lugar, la posibilidad que tenía el esclavo de quejarse ante su protector por los castigos excesivos de su amo. 230. AGN, Sección: Colonia. Fondo: Juicios Criminales. Tomo 0044. rr 693. 231. CDIHR. Archivo Notarial de Girón, Tomo 0022. ff290.

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Y en el archivo judicial de Girón, no se encuentran sino tres quejas de esclavos por malos tratamientos, lo que es un claro indicador que los amos castigaban poco a sus esclavos. Sin embargo, puede existir la posibilidad de que los esclavos no denunciaran a sus amos. En cuarto lugar, en una sociedad como la gironesa, en donde los individuos que más poseían esclavos eran don Adriano Salas, don Gabriel Patricio Guevara, don Manuel Mantilla, don Antonio Paredes, doña Y gnacia Serrano y don Vicente Mantilla

de los Ríos, quienes tenían respectivamente: 13, 11, 11, 9, 7 y 6 esclavos-", no necesitaban de un aparato represor fuerte y coercitivo para mantenerlos sometidos e impedir las rebeliones y los actos de insubordinación, como sí tocaba en una región como el Valle del Cauca, en donde algunos individuos como Juana Maria Ibarguen contaba con 131 esclavos en el año de 1831233• En quinto y último lugar, el período en que se desarrolla este estudio es una época en que a nivel internacional estaba propugnando por la libertad de los esclavos, campaña que era abanderada por Inglaterra (uno de los más grandes vendedores de esclavos en el pasado con su célebre compañía de los Mares del Sur)y a nivel nacional estaban llegando estas ideas unidas con las del pensamiento de la Ilustración que tenía como derroteros los conceptos de libertad, igualdad y democracia que llevaba a los individuos a tener una posición más humanitaria con esos hombres que vivían en condición de esclavos. ASPECTO FISICO DEL ESCLAVO

En este punto del trabajo surge el interrogante o el deseo de saber ¿ cómo eran fisicamente esos hombres que con sus encantos y defectos llevaron a algunos propietarios a preferir 232. CDIHR. Archivo Municipal de Girón, Caja 0052, fT 42-46; Caja 0056. ff 29-37; Caja 0058. lf 56-58; Archivo Notarial de Gir6n. Tomo 0024. ff21 l-216v; Tomo 0022. ff295-299; Tomo 0036.


pecar y condenar sus almas en el fuego eterno del infierno (concepción religiosa de la época estudiada), con tal de vivir amancebados con ellos y a otros a odiarlos, castigarlos o amarlos paternalmente?. En cuanto al color de estos "negros" se puede decir que eran: negros, mulatos, zambos, morenos, morenos renegridos, morenos retintos, trigueños colorados, color claro, blancos, mestizos y color bayo ( color blanco amarillento), entre otros. En el año de 1837 el señor Javier Rey le vendió al señor Tomás Aquino Bonelo un esclavo color negro-". El señor Francisco Vera le vendió al señor Rafael Navas en el año de 1840 una esclava color amarillo235. Sin embargo, esta "gama de colores" de los esclavos no corresponde sólo al período estudiado ( 1789-1851 ), sino también es posible observarlos en los siglos anteriores y aun en los mismos "negros" del continente africano, pues, como dice el Padre Sandoval: ... A unque es verdad que a todasestasnaciones <de los Rios de Guinea y Puertos de su tierra firme, de la Isla de Cabo Verde, de /aislade SantoToméy del Puerto de Loanda o Angola> llamamos comúnmentenegros, no todosson atezados, antes entre si mismos hay una gran variedad de razas, unas son más negras que otras, otras no tanto, otras de color membrillo cocho que se dicen, otros loros o sambos o de color bajo, medio amulatados y de color tostados".

En cuanto a la contextura fisica de este hombre, también era muy variada: altos, bajitos, de regular estatura, 233. ESCORCIA,

Qn&i!. Pág. 69.

234. CDDIR. Arch.ivoNotarialdeBucaramanga.CajaOOIO.fT339. 235. CDillR. Arch.ivoNotarialdeBucaramanga.Caja0013. fTIO. 236. VALTIERRA,Qn. Cit. Pág. 16.

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delgados, ni gordos ni flacos, crespos, chatos, cojos, ciegos y en algunos casos hasta mancos. Por ejemplo: el ciudadano Crisóstomo Estevez le vendió al señor Rafael Navas un esclavo llamado Julián Martínez de diez y ocho años de edad, soltero, color moreno, alto, cuerpo espigado, de regular formación y pelichurco?". Pero estos esclavos, a diferencia de los esclavos que trajeron los encomenderos pamploneses, no presentaban las señales que los identificaba como pertenciente a una determinada "casta africana como Biafra, Zapes, Congos, etc, ni tampoco la Marquilla Real sobre el pecho derecho, para indicar que se había cubierto al fisco el derecho de importación, y mucho menos la marca para reconocerlo en caso de fuga, ya que esta se abolió en el año de 1784. Por ejemplo en el año de 1596 don Bartolomé Gómez le vende a Juan Ramírez de Andrada, un esclavo herrado en el rostro con un clavo'" BAUTIZOS En cuanto al bautizo, aquel sacramento que según la religión católica permite que los hombres pasen a formar parte de los hijos de Dios y dejen de ser ya hijos del "demonio", pues, con ello se les borra la culpa del "pecado original" se le suministró también a los esclavos. A diferencia de lo que sucedía con la mayoría de los esclavos de los siglo XVI, XVII y aun de la primera mitad del siglo XVIII, que entraban a formar parte del "reino del cielo" por la imposición de este sacramento cuando eran adultos, por ejemplo en el año de 1601 el Padre Alonso Serrano de Cuellar 237. CDIHR. Archivo Notarial deBucaramanga. Caja 0012. ff 400. 238. (AHP- NS) Tomo 0010.

rr so


bautizó a un negro Biafra'"; los esclavos del periodo estudiado lo hacían cuando eran párvulos: cuatro días, una semana, dos semanas, un mes, dos meses. etc. El Presbítero Pedro Salgar, bautizó al hijo de la esclava Juana de cuatro días de nacido'". Cuando el sacerdote durante la misa ungía al niño esclavo con el Oleo y en algunos casos con el Crisma, rito con el cual se indicaba simbólicamente su pertenencia al rebaño de los hijos de Dios, también le imponía un nombre. En lo que respecta a los nombres de pila, parece ser que hubo poca diferencia entre libres y esclavos, sacados en su gran mayoría del almanaque. Nombres de Santos como Juan "que libraba con ese nombre a la casa del niño de que el diablo lo viniera a buscar a la puerta'?", Antonio, Pedro y José "nombres de Santos poderosos que impedían que el séptimo hijo de la familia se hiciera libizón" 242. Aun sin que haya habido diferenciación ostensible, se puede considerar a ciertos nombres como característicos de gente libre y no de esclavos: Esteban y Adriano. En relación con el apellido, se puede afirmar que generalmente llevaban el del amo que tenían en el momento, aunque en ocasiones poseían el de su amo anterior, el de su padre, si éste era un hombre libre, o simplemente carecían de él. El señor José María Regueros le vendió al señor Antonio Ro vira una esclava llamada Maria Regueros?", Este aspecto difieren 239.ArchivoArquidiocesanodeNuevaPamplona-NortedeSantander (AANP-NS). Tomo. 1576-1606. 240. CDillR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0055. ff 405. 241. FREYRE, Qy .Cit. Pág. 407. 242. lbíd. 243. CDillR. ArchivoNotarialdeBucaramanga. Caja0012. ff350.


con los esclavos que vivieron en la región a finales del siglo XVI, pues su apellidocorrespondía generalmente a su lugar de procedencia del Africa, por ejemplo: Ysabel Zape, Sebastián Manicongo, Pedro Brian. Al igual que todo niño libre que se bautizaba, los esclavos también poseían padrinos. ¿Quiénes eran? Por regla general personas libres y en muy pocas ocasiones esclavos, pues, de los 1107 padrinos el 92,05% pertenece a los primeros y el 7,95% a los segundos.

MATRIMONIOS ¿Quiénes concertaban el matrimonio?, ¿se casaban con personas libres o esclavas?, ¿cómo era la boda, igual o diferente a la de una persona libre?, ¿duraban los matrimonios?. Estas y otras preguntas surgen cuando se toca un tema como las nupcias de los esclavos. Para empezar a responder a estos interrogantes se puede comentar que el matrimonio era concertado en algunas ocasiones por los amos y en otras oportunidades por los propios esclavos. Pero algo que no podían hacer era casarse sin permiso o licencia de su amo, pues, hay que recordar que el esclavo era una propiedad que carecía de derechos, por lo tanto, no podía tomar una decisión sin el consentimiento de su dueño. Maria de los Angeles, esclava del señor Alejo Prada, manifestó que hizo las diligencias necesarias para casarse>'. Una vez que se había concertado el matrimonio ya sea por el libre albeldrío del esclavo o por decisión del amo, el cura pasaba a realizar las "proclamas en la Santa Yglesia en tres días festivos'?", para ver si alguien presentaba alguna objeción para que se llevase a cabo la boda. 244. CDilIR. Archivo Municipal de Girón, Caja 0056. ff539-543. 245. CDilIR. Archivo Parroquialde Girón, Rollo 1563046. Item 10.


Cerciorado el cura de que no había ningún impedimento para que las parejitas formadas en su gran mayoría por esclavos y libres, y en muy pocas ocasiones por esclavos con esclavos y raramente de éstos con indios,se pasaba a realizar la ceremonia religiosa, que se llevaba a cabo en la iglesia del lugar donde habitaban los contrayentes. Cuando los futuros cónyuges acompañados de sus padrinos (que por regla general al igual que en los bautizos eran personas libres) se paraban ante el altar y frente al cura, le juraban a Dios amarse, respetarse y quererse hasta que la muerte los separara. Palabras que en labios de los esclavos resultaban falsas o podría decirse se las llevaba el viento, porque los matrimoniosde estos hombres que vivían en condición de esclavos en muy pocas ocasiones duraban. El amo del esclavo Francisco. don N. Benites, "promete no venderlo mientras dure su

matrlmenio"?". Pero ¿cuáles eran las razones para que los esclavos incumplieran la promesa de estar juntos hasta que la muerte los separara? En Primer lugar, los lazos de este vínculo sacramental no eran respetados por los propietarios del esclavo, quienes vendían a alguno de los esposos, deshaciendo de esta forma el matrimonio. De ahí entonces que en los casos de ventas de esclavos casados, algunos propietarios deseosos de que sus esclavos continuaran con su pareja tuvieran que hacer aclaraciones como la que hizo don Marcos Gutiérrez cuando vendió a su esclavo Casimiro "con condición de que es casado y de que en caso que haya de venderlo es obligado a vender la mulata a qualesquiera que comprase al negro'?" 246. CDillR. Archivo Parroquial de Girón. Rollo 1523705. Item 18. 247. CDillR. Archivo Notarial de Gir6n. Tomo 0023. fI 77.

240


Como se dijo con antelación los matrimonios más comunes eran los de los esclavos con gente libre; y este va a ser el segundo motivo que llevó a la separación de los esclavos y los libres, porque "ningún casamiento hay peores que los desiguales de un libre y una esclava, por lo mui expuestos al divorcio, o bien por los diferentes amos a que pasa la esclava, cuya servidumbre no quieren experimentar ni a un vivir en su casa, o por no esclavizar su sangre en los hijos que producen para los amos'?". Es así, como en la venta de la esclava Manuela, su propietario dijo "que aunque fue casada en la parroquia de Guadalupe, el marido la dejo abandonada'?" Por último, y en tercer lugar, los dos aspectos anteriores se encuentran recogidos en uno solo: El que son esclavos, y la esclavitud como lo manifiestaEstanislao Zuleta es la forma más adversa para la formación familiar25º La esclavitud no sólo motivó la separación de los esclavos, sino que también fue la causa, para que fueran muy pocos los "afortunados" que contrajeran nupcias, ya que si bien es cierto que los esclavos tenían en algunas oportunidades la posibilidad de elegir compañero, en el amo estaba la decisión de dejarlos casaro no, y muchos no permitieron esta unión ya fuera porque tenían amoríos con ellos o porque representaba un gasto más, pues, cuando un esclavo se casaba con otro de su misma condición, el amo tenía la obligación de comprar el cónyuge, inversión que el propietario no estaba dispuesto a hacer cuando podía conseguir su reproducción por relaciones de hecho y sin ningún gasto. Por ejemplo, María de los Angeles, quien tenía 248. CDIHR. Archivo Parroquial de Girón. Rollo 1523705. ltem 17. 249. CDIHR. ArchivoNotarial de Bucararnanga. Caja 0008. ff2 !4. 250. ZULETA, Estanislao. Conferencias de historia económica colombiana. En: Lecturas de economía. Medellín: CIE. No. 31. ( EneroAbril de 1990), Pág. 134.

241


amoríos con su amo don Alejo Prada, había decidido casarse, pero éste no la dejó-". Además, el esclavo era consciente también de que un matrimonio en su condición resultaba inútil, ya que de un momento a otro como se dijo anteriormente el amo podía venderlo separándolo de su cónyuge; de ahí entonces que él también fuera renuente a casarse. Prueba de ello es que gran parte de los matrimonios que se dieron en la región se registraron en los años de 181 O a 1824, cuando en el ideario político de los patriotas (imbuídos en las ideas de la ilustración), se estaba planteando la posibilidad de decretar la libertad definitiva de los esclavos, pues, desde muy temprano, provincias como la del Socorro ( 1809) y la de Antioquia ( 1813), lo habían propuesto (Ver Tabla 1). Pero cuando esta libertad dejó de ser ya una posibilidad que pudiera llevarse a cabo a corto plazo, pues, el Gobierno Central reunido en el Congreso de Cúcuta en el año de 1821 en lugar de decretar la libertad definitiva de los esclavos decretó la libertad de vientres y la creación de las juntas de manumisión, para evacuar lentamente la esclavitud del territorio colombiano, el número de matrimonios disminuyó drásticamente. Podría pensarse que este decrecimiento, en el caso de una región como la gironesa que contaba con muy pocos esclavos, se debió a que la mayoría había logrado ya la libertad. Esto podría aceptarse en parte, pero no totalmente, porque si bien es cierto que las bodas disminuyeron el número de nacimientos de esclavos ilegítimos permaneció casi estable. (Ver Tablas 1 y

2 ). ¿Qué es lo que permite afirmar con seguridad que muy pocos esclavos se casaron?: Los censos realizados desde 1778 251. CDIHR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0056. ff 539.

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., a 1852 y los bautizos, ya que en los primeros se observa que la condición civil de la mayoría de los esclavos era la de solteros y en los segundos que casi todos los hijos de los esclavos eran el resultado de relaciones de hecho y no de derecho, pues de los 1107 bautizos registrados en los libros parroquiales, solamente el 21,59% corresponde a hijos legítimos y el 78, 41 % a ilegítimos. Claro está que toda regla tiene su excepción, porque si bien es cierto que la gran mayoría de los esclavos no contrajeron nupcias, hubo unos que hasta se casaron dos veces y otros que estando casados tenían amorios extras, como por ejemplo: la esclavaPrudencia Petronila que se casó con el libre Juan Nepomuceno Barco, siendo la viuda de Domingo, quien también era libre252. Y la negra Antonia propiedad de Roque Riveros, quien manifestó lo siguiente: ... que es mayor de treinta años y de estado casada con un esclavo de su amo Roque Riveros... que ha estado en mal estado con dichoJuanJosé,que este es igualmentecasado con Raymunda Estevan, que en los diez años que lleva dichossolo estube separada de este mal estado un año y quatro mesesy que estofue porque su amo la vendió en la ciudad de Pamplona, .. in

252. CDillR. Archivo Parroquial de Girón. Rollo 1563046. Item l O. 253. CDillR. Archivo Municipal de Girón. Caja 0040. ff 402.


NUMERO DE MATRIMONIOS DE LOS ESCLAVOS. GIRÓN 1789-1851 MATRIMONIOS 12 18 8 5 21 24 16 3 4 5·

QUINQUENIOS 1790-1794 1795-1799 1800-1804 1805-1809 1810-1814 1815-1819 1820-1824 1825-1829 1830-1834 1835-1839 1840-1844 1845-1849 l 850-1851 Total

o l

o

117

Fuentes: Libros Sacramentales Rollos: 1523703 1524026 1523705 1523741 1523778 1563046 1563047 1563051 1563109 1563218 1563219 1563278 1563281 1563294 1563421

Los esclavos no aceptaban campantemente esta infidelidad, sino que protestaban ya fuera quejándose ante su protector como lo hizo el esposo de la esclava Antonia'" o haciendo lo que le contó la esclava Gregoria a su amo Pedro Rujeles, que se "había peleado con la dicha Santos y que le havia amenazado que le daría con un cuchillo porque le tenía a su marido inquieto, como que en la tragedia se entro la mulata al aposento de la Santos y saco a su marido de un brazo, que se lo tenía escondido'?". 254. lbíd., fT381-408. 255. CDillR. Causas Civiles. Libro Unico. IT. IOlv-102.

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BAUTIZOS DE HIJOS LEGÍTIMOS E ILEGÍTIMOS DE LOS ESCLAVOS. GIRON 1789-1851 QUINQUENIOS

1790-1794 1795-1799 1800-1804 1805-1809 1810-1814 1815-1819 1820-1824 1825-1829 1830-1834 1835-1839 1840-1844 1845-1849 1850-1851

HIJOS HIJOS IEGITTMO'- TI .ecrrneos TOTAi

9 35 13 16 27 23 28 26 18 24 12 8

61 72 43 71 74 93 92 72 94 112 59 22 3 868 78,41%

o

TOTAL PORCENTAJE

239 21,59%

70 107 56 87 101 116 120 98 112 136 71 30 3 1107 100%

Fuentes: Libros Sacramentales Rollos: 1523703 1524026 1523705 1523741 1523778 1563046 1563047 1563051 1563109 1563218 1563219 1563278 1563281 1563294 1563421

ESTADO CIVIL DE LOS ESCLAVOS. GIRÓN 1778-1852 ANOS

1778 1836 18391 1843 1852

MUJERES SOLTEROS CASADOS

397 497 90 332 136

27 47 15 26 6

HOMBRES SOLTEROS CASADOS

356 348 130 188 24

24 60 25 25 8

Fuentes: COLMENARES, Germán. Relaciones e informes de los gobernantes de la Nueva Granada. Bogotá: Banco Popular, 1989. tomo l. A.G.N. Censos de la República. 1836-1852. AAP-NS, Censos. Tomo. 1839.

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APUNTES SOBRE EL ARTE EN LAS CULTURAS INDIGENAS: SU ENAJENACION Y EXTINCION. Por: EDUARDO VILLAMIZAR DUARTE"'

Hablar de arte colombiano y de mestizaje artístico, es una forma de simular una realidad que aún no se ha dado, por cuanto el arte que nosotros llamamos colombiano es un producto influenciado por corrientes y movimientos llegados de otras latitudes, pero en ningún momento la síntesis de dos visiones estéticas: la aborigen y la europea. El concepto de arte que nos ha sido enseñado y se nos sigue enseñando, es un concepto formado dentro de realidades sociales extrañas y diferentes a la nuestra. Para algunos críticos de arte y estudiosos de la materia, el arte colombiano debe denotarse y mirarse bajo parámetros más auténticos, que correspondan más a la forma de expresar, sentir y concebir la realidad generada en nuestro territorio. Todos, casi que sin excepción hemos abordado la contemplación y práctica del arte bajo criterios de belleza convencionales y estereotipados, como son los criterios grecorromanos llegados con los conquistadores y colonizadores, y los criterios establecidos durante el presente siglo por los 256. Diseñador Gráfico, Director Museo Colonial de Pamplona.

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dadaistas, cubistas, abstractos, conceptuales entre otros.

informalistas,

figurativos

y

Dentro de nuestro medio, cuando hablamos del arte en Colombia, nos hemos acostumbrado a reseñar nuestra historia del arte partiendo siempre del arte que se produjo durante las épocas de colonia y conquista, olvidándonos del arte que

producía y produce el hombre indígena, al cual lo hemos rotulado con los conceptos de elemental, pobre, salvaje y bárbaro, conceptos que no lo han hecho merecedor de ser estudiado con la misma seriedad que a las demás expresiones artísticas convergentes dentro de nuestra cultura. De ahí que no conozcamos, ni nos preocupemos por conocer el concepto de belleza del aborigen colombiano. Pero contrariamente a esta actitud nuestra, sus obras de arte son apetecidas por coleccionistas extranjeros y propios, y por importantes museos de Colombia y del mundo, donde reposan engalanando sus colecciones. Su arte tiene valor por lo antiguo y exótico y porque quizá en el futuro será el arte de unas culturas que existieron, por lo que cada obra aparece rodeada de un halo que gráfica un signo pesos, dolar, libra esterlina, etc. Pero donde está la valoración otorgada desde el punto de vista estético? En sus obras de arte yace escrita una memoria artística la cual se puede intentar recatar a través de un trabajo de "arqueología artística" sobre la misma obra, expresión que he querido acuñar para referirme a una de las tantas formas como podemos abordar el enigma que hasta ahora son para nosotros sus obras de arte. Con motivo de la commemoración de los Quinientos Años del llamado, diplomáticamente," encuentro de dos mundos" ,se desplegaron cantidad de elogios y artículos sobre el tema, pero nada de esto se ha llevado a la realidad y de esas oportunistas manifestaciones, se ha pasado nuevamente a su

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omisión e ignorancia, sin que halla quedado una política que busque develado para que sea conocido por todos los colombianos, y por ende, inserto dentro de nuestro acervo artístico, no como objeto material que hace parte de determinada colección, sino desde el punto de vista de su contenido estético y de diseño, para que de esta manera sea apropiado y dado a conocer por la enseñanza, ya sea de carácter formal o artística, y en esta forma empiece a ser parte activa de nuestra memoria artística. Un artista de las calidades de Durero al apreciar las obras de arte llevadas a Europa por los galeones españoles expresó, cuando admiraba una de las asombrosas joyas de jade, oro y plata, las finas tallas en madera, las delicadas vasijas policromadas y los tornasolados mosaicos de plumas preciosas de la cultura azteca:" ... cosas nunca vistas, ni siquiera soñadas." De seguro la proporción aúrea no sería el gran descubrimiento de Vitruvio, ni de Lucca de Pacciolli, ni de Leonardo Da Vinci, por que la misma ya estaba siendo aplicada por los artistas indígenas americanos y por ende colombianos, como se puede demostrar penetrando sus obras de arte. Sobre el arte del período colonial se ha escrito bastante, no así, sobre el arte aborigen, el cual ha sido estudiado más desde el punto de vista de la arqueología y de la antropología, que desde el punto de vista meramente estético y de diseño, Pero afortunadamente los pocos artistas que han emprendido esta tarea y de los cuales he podido aprender a ver el arte indígena de otra manera y con otra concepción, han revelado características y cualidades que nos llevan a reflexionar y a seguir investigando sobre la calidad artística de su obra. En estos estudios se han podido detectar contenidos de arte y de diseño, que lo catalogan como un arte pensado, en cuya

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elaboración, el artista indígenaaplicó conceptos de composición, paradójicamente en muchos casos similares a los aplicados por el artista formado dentro de parámetros occidentales del arte, como el manejo de elementos compositivos: punto, línea, plano, espacio, color, textura, volumen; principios compositivos: énfasis y movimiento; cualidades compositivas: Unidad, proporción, ritmo, equilibrio, contraste y armonía. Igualmente complicados procedimientos de construcción y dibujo geométrico y la aplicación del cuadrado aúreo, como espresión matemática del arte y cuyo teorema fue planteado por Vitruvio y por Leonardo da Vinci y Lucca de Pacciolli, y el cual dice:" Par a que un todo dividido en partes iguales parezca hermoso desde el punto de vista de la forma, debe haber entre la parte menor y la mayor la misma razón que entre la mayor y el todo". En sus obras también podemos constatar la norma de Platón: "Unidad dentro de la variedad y variedad dentro de la unidad". Su arte de naturaleza geométrica en la mayoría de las veces y figurativa en otras ocasiones, como es el caso de la cultura Tumaco, contiene estructuras ocultas que soportan sus formas visibles, estilizaciones y abstracciones de una realidad concebida dentro de una concepción mágicas, fabulosa y realista, en las ceales plasmó la fauna, la flora, la concepción del cosmos y sus principios religiosos. Ellas son obras maestras que también nos pueden enseñar los conceptos de forma y función, la síntesis y los conceptos de persuasión tan de moda dentro del trabajo publicitario y de comunícación visual. Una de las principales características estéticas que identifican al arte precolombino y al arte indígena que aún sobrevive, es su estilo artístico apoyado en la forma geométrica y en el ángulo recto, más exactamente el "Signo Ortogonal'', cosmos de posibilidades compositivas infinitas y el cual tomó como módulo de sus composiciones artísticas. Este es un signo netamente geométrico que nos confirma el hecho de que la proporción y la armonía no son producto de la sola intuición del


artista, sino el resultado de una serie de conclusiones y reflexiones de tipo estético por parte del artista indígena. Otro aspecto digno de analizar es el relacionado con el Diseño, tema que en los últimos años ha sido trabajo por un puñado de colombianos que quieren rescatar del ostracismo el aporte que en este campo puede ofrecer el artista indígena. Generalmente cuando hablamos de arte indígena colombiano tenemos la predisposición a asociarlo con el trabajo artesanal , dándole en cierta forma la categoría de arte menor e inferior, lo cual lo despoja de su calidad de producto intelectual y por tanto no se acomoda al concepto de que la obra de arte propiamente concebida como tal, es el producto de un acto humano e intelectual.Acaso no es intelectual también el arte indígena y su trabajo artesanal?. Esta es una apreciación que está causando un gran perjuicio y daño dentro de los mismos artistas indígenas actuales, quienes influenciados por el hombre blanco, que sólo busca el lucro personal, han ido abandonando sus técnicas y prácticas artesanales y artísticas de origen ancestral y han empezado a producir un trabajo de muy pobre calidad y falto de autenticidad. Para corroborar esto sólo tenemos que tomar cualquiera de aquellas obras indígenas que consideramos artesanías y las cuales salen por centenares de metros cúbicos al extranjero para adornar las paredes de restaurantes y dar un toque de exotismo y tropicalismo a quien las posee. Pienso, que por esta visión equivocada que tenemos del arte indígena colombiano, hemos tendido sobre el mismo un gran manto de indiferencia, lo cual no ha hecho más que propiciar la pérdida de nuestra memoria artística. Hoy, al excavar en sus figuras y obras de arte podemos encontrar contenidos estéticos, estructuras y formas ocultas y

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sentimos que existe una importante memoria artística escrita y refundida en la noche oscura de los tiempos, memoria que jamás podremos recuperar si no nos decidimos a hacerlo desde ya, elaborando un trabajo muy serio y sobre todo si, no tomamos la decisión de que el mismo sea inferido y practicado por todos los colombianos, como sucede con las demás expresiones estéticas. Igualmente su diseño, para muchos estudiosos del mismo, es una herencia bendita, por cuanto se siente que cada objeto nace de una profunda filosofía de la vida y relación con su entorno natural, como la mola de los indios Cuna, elaborada durante el Lereo por las mujeres. En estas prendas, verdaderas joyas artísticas, se interpreta el mundo sobrenatural, la cosmogonía, la flora, la fauna y se anotan versos, mitos y leyendas como una forma de transmitir su legado ancestral y conocimiento vernáculo. Esta misma intención y actitud, también la podemos intuir en un balay o cesto de fibra vegetal donde se guarda el casabe. Estos cestos llevan tejidas figuras geométricas que representan serpientes, aves, astros o constelaciones como la Cruz de la Tortugas o las Pléyades y símbolos de carácter atmosféricos. A estos iconos, los Sikuani, los llaman "itane", palabra que significa letra. Francisco Ortiz Gómez, en un artículo titulado "El simbolismo de la Cestería Sikuani" expresa: El trabajo de Gerardo Reichel sobre la cestería de los Desana señala a la antropología eldesinterés, que parece existir por los estudios de la cultura material, es notoriamente injustificado, especialmente en la comprensión del simbolismo y aspectos del ritual y el pensamiento en las culturas indígenas"

ARTE PRECOLOMBINO DE PAMPLONA Sobre el arte precolombino de nuestra region, desafortunadamente es muy poco lo que podemos decir por cuanto aquellos lugares de carácter arqueológico de los cuales


se tienen algunas referencias no han sido intervenidos ni estudiados , existiendo hasta nuestros días, solamente los antecedentes de la excavaciones realizadas por Rochereaux (l. 920), Calle-Orozco ( 1.962} y el reciente trabajo Realizado por el antropólogo Víctor González Femández, en la región de Iscalá (l. 993). Pero en lo que se ha podido rescatar, como son algunas cerámicas, figuras y objetos de barro podemos apreciar vasijas o botellones que presentan decoraciones de puntos y líneas de naturaleza incisa, igualmente podemos hablar de la existencia de rodillos y morteros decorados con figuras sigmoides, espiraloides y guardas. Cabe resaltar dentro de estos objetos existentes unas estatuillas de piedra encontradas en una sepultura de Mutiscua, según Jo narra Rochereaux, La más grande (70 cm de alto) me ha llamado la atención por cuanto se haya esculpida en una piedra muy dura, la que posiblemente fue pintada en las partes profundas del relieve y en sus ojos con achiote, dado el residuo de este color que se puede apreciar sobre su superficie. Además se puede distinguir un sombrero en forma de fez como el de los aruacos e igualmente se descubre la intención del artista de geometrizar la forma utilizando el signo escalonado. Igualmente sus brazos aparecen esquematizados y cruzados sobre el pecho. La figura representada se asemeja mucho a un Tunjo Muisca y para esculpirla el artista posiblemente aprovechó la forma de la laja . Acompañando a esta estatuilla, existe otro más pequeño de aproximadamente cincuenta centímetros de alto, en la cual sólo podemos apreciar los ojos, la boca y la nariz, con trazos muy esquematizados. En el informe que el Padre Rochereaux envió al Instituto Colombiano de Antropología en el año de 1.920. aparecen unos dibujos que representan objetos de piedra extraídos de tumbas de la región de Pamplona, dentro de los cuales se encuentran estatuillas con cabezas de forma circular y caras de forma cuadrada, igualmente esquematizados, objetos de los cuales desconocemos su destino.


Otro aspecto que es necesario mencionar es el relacionado con los petroglifos, los cuales se hallan en muchos lugares del departamento. Ya Rochereaux en l. 920, los nombraba y hemos recibido informaciones de personas, que relatan la existencia de los mismosen cuevas y grutas, como es el caso de la cueva del indio en Bochalema cuya leyenda tradicional narra una serie de características y sucesos que bien pudieran corresponder a un santuario arqueológico y cuya cultura según una publicación del Museo del Oro, "El Dorado", le anota una edad de 300 años a.c. Recientemente el historiador Silvano Pabón Villamizar en un viaje a la región de Cucutilla, detectó unas figuras grabadas sobre piedra, en el sitio "El Pedregal Alto", finca Miraflores, propietario, Jorge Galvis Pérez. Estos petroglifos, según el mismo historiador, quien obtuvo directamente conceptos autorizados de algunos antropólogos y arqueólogos, pueden estar relacionado con salinas y abrigos rocosos y pautas de poblamiento tempranas cuya fecha puede ubicarse hacia el siglo II a.c. Estos petroglifos están formados por dos figuras, compuestas por un círculo y un cuadrado que contienen tres puntos y llevan encima una línea quebrada semejante a la vista de perfil de un cono y dentro de las cuales se hallan igualmente puntos. Encima de estas figuras compuestas que se asemejan a representaciones de viviendas compuestas axialmente, se hallan marcadas radialmente líneas que oscilan entre 17 y 21 respectivamente. Rescatamos de estas figuras cuatro elementos abstractos: el punto, la línea, el plano circular y el plano cuadrado, como elementos primigenios de la expresión abstracta. En el mismo sitio se encontró otra figura compuesta por dos espirales formando una ese. En relación con el trabajo de alfarería, se conocen vasijas de cerámica de diversas formas y distintos tipos de

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decoración, las que se hayan sin referencias exactas del lugar donde fueron halladas por cuanto han sido encontradas y donadas al Museo Diocesano antiguamente y en otras oportunidades al Museo Casa Colonial, sin aportar datos confiables y precisos sobre las mismas. La cerámica es de dos clases, ceremonial y de uso doméstico, según Calle OrozcoRodríguez Lamus. Esta última presenta decoración incisa, motivos geométricos como rayas, puntos, figuras y romboidales, generalmente aplicados en el cuello de la vasija. Podemos decir que su acabado es tosco. También se han hallado pintaderas de barro, Sus decoraciones , según los dibujos de Rochereaux, poseen formas sigmoides, espirales y diseños en forma de T, asi como también líneas sigsagueantes y puntos. En la actualidad se desconoce el destino de estos rodillos. También se conservan dos objetos de barro de forma romboidal, de aproximadamente 8cm x 7 cm y 5cm x 6cm, condecoraciones de líneas entrecruzadas en forma de x, y un objeto que posee una forma de cápsula Apolo de 4cm de alto por 5 cm de diámetro, con decoraciones incisas compuestas por líneas que forman una figura en forma de k dispuesta simétricamente. También se han encontrado mantas teñidas de color marrón sin decoraciones acompañando el ajuar funerario de una tumba. El historiador Silvano Pabón Villamizar halló recientemente fragmentos de una urna funeraria, en la misma localidad donde se encuentran los petroglifos, la cual según el arco del mismo tenía una boca de 50 centímetros de diámetro. Su cuello es de borde recto y de aproximadamente siete centímetros de alto, sobre el que van pintadas en marrón decoraciones de círculos con una figura inscrita en forma de X y repetidas consecutivamente. Pero dada la poca cantid- r1 de testimonios arqueológicos, y la escasez de trabajos investigativos al respecto resulta imposible tratar de hacer un acercamiento de tipo estético, más exacto y veras, de lo que fue la actividad artística


en esta cultura. Por lo que queda como tarea hacer un trabajo invetigativo sobre este campo que permita enriquecer el patrimonio arqueológico y artístico, sobre el cual se pueda desarrollar este trabajo. Para poder expresar mejor los contenidos expresados he elaborado un análisis de tipo formal de una obra de arte precolombina, que por su estilo y concepción me llamó fuertemente la atención, obra perteneciente a la Cultura Tolima. Pienso que puede ser una metodología adecuada para el estudio y comprensión de este estilo artístico, buscar en la misma obra expresiones artísticas y procedimientos geométricos de naturaleza criptográfica, que luego se visualizan. En su mayoría los contenidos develados no son contenidos consignados en libros, tesis e informes, sino extraídos de las mismas obras de arte utilizando una metodología arqueológica y de análisis estético y formal.

ANALISIS FORMAL DE OBRAS DE ARTE PRECOLOMBINAS La obra de arte elegida es un pectoral de Oro, denominado "Guaca del Dragón" y de dimensiones 27.5 centímetros de ancho por 23, 4 centímetros de alto. Esta elaborada en oro y fue encontrada en la Hacienda Buenos Aires, departamento del Quindío. A primera vista, la figura se halla inscrita dentro de un rectángulo. Tanto la cabeza como el cuerpo se encajan en un cuadrado. La cabeza se halla demarcada por la línea curva, como una contraposición a la línea recta que prevalece en delineamiento de toda la figura. La cabeza tiene una corona que puede estar compuesta por estilizaciones de plumas de aves. En el rostro se aprecia un tatuado de formas espirales colocadas sobre los pómulos y dispuestas simétricamente, así como también en la parte del mentón. Posee


igualmente cuatro círculos pequeños que pueden representar orejeras y los cuales se hallan ubicados en la parte inferior del rostro. Las extremidades superiores e inferiores se representan por dos líneas grecas dispuestas horizontal y simétricamente y unidas por una placa rectangular. Sobre estas líneas se calaron elementos decorativos compuestos por líneas y puntos combinados simétrica yrítmicamente, los cuales perceptualmente nos llevan a observar un juego de combinaciones que nos sugieren otras formas ocultas, pero que podemos percibir por el efecto de figura y fondo y figura y vacío. La forma del Dragón es íntegra y posee identidad. Se apoya en una estructura que se genera en el cuadrado aúreo. Posee su propia dinámica y siguiendo la apreciación del maestro David Consuegra la podemos catalogar como una forma abierta. Utiliza un lenguaje de tipo geométrico y netamente abstracto, cualidad otorgada por el punto y la línea. Para su construcción el artista utilizó el cuadrado perfecto, el cual subdividió en 36. La figura se halla estructurada sobre 19 cuadrados aúreos. La distribución de los puntos y líneas que posiblemente semejan tatuajes crean una serie de ilusiones ópticas que le aportan cinetismo, apoyándose para esto en la ambigüedad de la forma y en la aplicación de leyes perceptuales. Al mirar la figura más detalladamente podemos apreciar, como aquellos elementos que son similares entre sí tienden a formar grupos,( lgualdad).Que hay elementos que al moverse de forma similar forman unidades visuales, (movimiento común). Que las partes del conjunto perceptivo se agrupan según una distancia mínima, (proximidad). Que hay figuras que son reconocidas con la sola presencia de algunos de sus elementos, (experiencia). Por la distribución de los elementos hay una tendencia a modelar unidades ópticas en conjuntos cerrados y compactos, (continuidad). Que la inercia cinética contribuye a formar


imágenes mediante la creación de grupos de orden sencillos, ( continuidad). Las similitudes e igualdades ópticas se repiten ordenadamente. Para el dibujo de la cabeza de la figura se trazaron aproximadamente diez arcos zarpaneles y todos los elementos dentro del cuadrado se hallan rigurosamente sometidos a la proporción aúrea. La espiral también se ha dibujado sobre un cuadrado aúreo dividido en 144 cuadrados más pequeños. El cuerpo de la figura está compuesto a su vez por 18 cuadrados igualmente aúreos, sobre los cuales se han trazado, siguiendo rigurosamente las posibilidades espaciales del cuadrado, las líneas y puntos. Existe una contraposición entre la línea curva del rostro y la línea recta del cuerpo. La línea curva ablanda o ennoblece en cierta medida la apariencia del rostro y la línea recta junto con el ángulo recto, le da la sensación de fortaleza al cuerpo. Dentro de la estructura cuadrada oculta, pero que percibimos inconscientemente, se crean tensiones y direcciones que enfatizan principalmente el rostro, como elemento importante de la figura. Al analizar la figura desde el punto de vista estético y de diseño, podemos encontrar que sus contenidos corresponden a un tipo de arte actual. Si nos tomamos el trabajo de analizar las obras de los artistas abstractos modernos, como es el caso de Mondrian, para quien el arte no era un fin, sino un medio para construir unarealidad nueva, que se halla regida por un control racional y sereno y perfectamente equilibrado, encontramos que este artista trabajó con el cudrado aúreo y la combinación de la línea vertical y horizontal. "La pintura que lo expresa- decía- se basa en la búsqueda del equilibrio entre la recta vertical y la horizontal, entre el cuadrado y otros cuadrados y rectángulos. Cuando el hombre haya transformado la naturaleza en lo que es el mismo, un equilibrio de naturaleza y no naturaleza ( o sea de

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razón) recuperara el paraíso terrenal ... es preciso tratar de expresar en la obra de arte lo que es esencial al hombre y a la naturaleza, es decir lo que es universal al hombre". Así nos detenemos a observar los trabajos de diseño gráfico que vienen siendo desarrollados por los más importantes artistas colombianos, encontramos que han aplicado muchos de estos principios compositivos que se descubren en esta figura precolombina. Tomemos tan sólo la muestra de un objeto que nosotros tenemos la oportunidad de manipular: Un billete de diez mil pesos. Analizando la forma como se dibujó y construyó esta figura mitológica y de acuerdo a los elementos compositivos que hemos podido develar a través de esta descripción geométrica, podemos presumir que el artista indígena poseía antes de la llegada del español, conocimientos de diseño y composición que aún mantienen su vigencia. De ahí que su arte debe merecer mayor atención por las academias y por quienes trabajamos en este campo con el fin de restituir su memoria a nuestra cultura.

PARA TERMINAR DEBEMOS DECIR QUE SE HACE NECESARIO PONER DENTRO DE NUESTRO CONTEXTO CULTURAL AL ARTE INDIGENA COLOMBIANO. PARAFRASEANDO EL SLOGAN DE LA CORPORACION NACIONAL DE TURISMO, PARA TRAZAR SU NUEVO DESTINO.


LOS BARI: DEFINICION Y REALIDAD ETNOGRAFICA MARIA CRISTINA MOGOLLON PEREV".

La etnia que hoy nos ocupa, a lo largo del proceso de contacto de los grupos indígenas con los grupos no indígenas o de "blancos", ha sido identificada con varios nombres. El más común, motilón; este término es una denominación exógena, genérica, con la cual los no indígenas, han inclusive llegado ha llamar a varios grupos nativos pertenecientes a diferentes etnias, de los cuales hoy existen en Colombia, en la Serranía de los Motilones, en el departamento del Cesar, los Yuko o Yukpa, y más al sur, en el Norte de Santander, en la Serranía del Perijá, los barí. Relacionado con este grupo también aparecen en algunos estudios históricos, una serie de nombres como [dobokubi]258 y [kunaguasaya] que si bien es cierto son palabras de la lengua de los barí, o no designan a toda la etnia 257. Antropóloga Universidad Nacional de Colombia, EtnolingOísta Universidad de los Andes. Investigadora Centro Colombiano de Estudios en Lenguas Aborígenes (CCELA), Uniandcs, Santafé de Bogotá. 258. Los paréntesis cuadrados están indicando que estas palabras están transcritas fonéticamente, esto es, según la percepción sonora real que de ellas se tiene. Se ha hecho así, con el fin de que el lector pueda identificarlas tal cual pueden encontrarse en algunos textos etnográficos.

2f:D


o se aplican a grupos de seres míticos que "existen" en la cotidianidad de la etnia barí, que conviven en su mundo y forman parte del conjunto de entidades míticas. [dobokubi] por ejemplo, es el nombre de los hombres que viven en las cuevas. El término barí significa "gente" en el idioma o lengua barí y es una denominación endógena con el cual toda la etnia se identifica así misma. Corresponde únicamente al grupo cuyo origen se remonta a aquel primer grupo humano que descendió y permaneció junto a [Sabaseba], [Bruktukanina] y [Kairobaina], las primeras deidades que presidieron la formación del mundo. Los demás grupos descendientes de ese primero, pero que se dispersaron a causa de un engaño, son denominados [megba-barí], esto es, otra gente indígena. A los otros grupos no indígenas, como el nuestro,provenientes de las cenizas de una mujer barí ciega, quemada por haber asado equivocadamente un niño, se les denomina [habado]. La gente barí se encontraba hasta el Siglo XVI, al inicio de la ocupación hispánica en estas partes, los amplios valles bajos y zona selvática de la cuenca del Catatumbo, en un perímetro que iba desde los ríos Zulia y Chamá al sur del lago de Maracaibo, en Venezuela, hasta las estribaciones de la Sierra de Perijá, por el occidente, siguiendo hasta el río Apón y el costado oeste del Lago de Maracaibo. Los estimativos territoriales de la etnia barí a finales del Siglo XVI y principios del XVII, pueden hacerse a partir de la información etnohistórica disponible, sobre las prolongadas e innumerables campañas de pacificación indígena proyectadas y ejecutadas desde los asentamientos o fuertes militares hispánicos de Salazar de las Palmas,lavilla de San Cristóbal, Mérida y La Grita, y San Faustino de los Ríos para la segunda mitad del Siglo XVII. Estas ciudades, y en particular las dos últimas, continuamente ostigaron el pueblo barí ocasionandole gran desgaste, como bien se puede ver en los informes de mando de los virreyes del Nuevo Reino.

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Puede considerarse que la herradura formada por los términos o frontera de guerra contra los "motilones", trazada desde San Antonio de Gibraltar, Mérida, La Grita, San Faustino, Salazar y la misma Ocaña; presionó e hizo desaparecer etnias fronterizas no bari, Umogrias, Chinatos, Xirajoras, en el sector venezolano, y Hacaritamas y Carates, entre otros pueblos del lado colombiano; así como involucró paulatinamente en el seno del dominio hispánico gentes de los reconocidos "motilones", con quienes lograron erigir la doctrina o pueblo del Limonsito de los Motilones, provisto de tierras de resguardo y cura doctrinero permanente por parte de sus encomenderos, vecinos de San Faustino de Los Ríos259. Ahora, en el ámbito republicano, los procesos de neocolonización y ampliación de la frontera agrícola, continuaron presionando al pueblo barí hacia el Norte, y con mayor intensidad a principios y en lo corrido del presente siglo, en especial con el advenimiento de las compañías petroleras, quienes vulneraron el corazón del territorio barí; hecho que hubo de propiciar desplazamientos continuos de nativos hacia otros territorios antes no ocupados por ellos, a tal punto que buena parte de los sectores que hoy habitan, no corresponden al antiguo territorio bari prehispánico. Así pues, será la Etnohistoria e investigación histórica juiciosa de vanguardia las que darán cuenta de las transformaciones territoriales sufridas por estas comunidades a través del tiempo,y definirá con exactitud si las tierras que hoy ocupan hacen parte de aquel territorio ancestral, o si, como parece, fueron desplazadas completamente de sus antiguos dominios y obligados a ocupar tierras más septentrionales. La etnia barí en Colombia, hoy ocupa solo las regiones más septentrionales del departamento Norte de Santander, en una 259. Información etnohistórica discutida con el historiador Silvano Pabón Villamizar.

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zona de selva tropical húmeda que va desde las estribaciones de la Serranía del Perijá, en el occidente, hasta el río Catatumbo, Caño Tomás y Río de Oro, al oriente en los límites con Venezuela, y que comprende además los ríos Intermedio, Suroeste y Caño Martillo. El territorio es montañoso y ondulado con

llanuras más bien pequeñas, cubierto en las partes no cultivadas por selva medianamente espesa y con árboles de regular altura. Su altitud sobre el nivel del mar oscila entre los 200 y 3 00 metros y su temperatura entre los 19 y 35 grados centígrados. Este territorio jurídicamente está constituido en dos resguardos. Uno, con una extensión aproximada a las 83.000 hectáreas, y otro contiguo, al sur, en la margen izquierda del río Catatumbo, con una extensión de 13.300 hectáreas. En la actualidad la comunidad viene participado en las conversaciones y actividades encaminadas a concretar la aplicación de la normatividad existente sobre el reordenamiento territorial indígena en Colombia, que definirá las llamadas Entidades Territoriales Indígenas, entes que elevan el estatus jurídico y político de estos territorios, reconociéndolos como una nación con gobierno autónomo facultado para manejar su propio presupuesto. La población bari en Colombia, según censo realizado por la Comisión de Asuntos Indígenas del Norte de Santander en 1991, llega a los 900 habitantes y se encuentra distribuida en 11 asentamientos nucleados, independientes políticamente unos de otros, situados en su mayoría cerca del lindero de los resguardos. En la zona de Caño To más el asentamiento barí es disperso. Ahora bien, entrando en el ámbito de la sociedad barí actual, nos encontramos con su cultura, un producto social, histórico, conformado por distintos elementos y prácticas materiales, espirituales, etc-, entre los cuales se puede detectar la presencia de nuevos elementos no tradicionales, adquiridos o

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ALGUNOS ELEMENTOS CULTURALES DE LA COMUNIDAD BARI ACTUAL ELEMENTOS TRADICIONALES

ELEMENTOS AJENOS

- Prestamos lingüísticos del Español en el idioma barí y un bilingüismo incipiente.

- El idioma barí - Relaciones de parentesco. Vigencia de las alianzas: [oqyibara] y [sadoyira].

-Cabildos y asociaciones

- Cestería y tejido* de la falda tradicional en algodón.

-Utilización de ropa convencional occidental.

- Competencias de carreras y lucha libre.

-Fútbol - Enfermeros y medicina occidental.

- Prácticas rituales y algunos elementos de medicina tradicional.

-Catolisismo y protestantismo en pequeños núcleos de población.

- Cosmovisión y prácticas rituales (orígenes y muerte). - Actividades de caza y pesca como medios de subsistencia.

-La Escuela.

- Utilización del arco y la flecha. - Pesca con chuzo y método de "lupia" o pequeños embalses.

-Cultivo de cacao, caña, frijol, maíz y hortalizas. -Utilización de la escopeta para la caza.

- El bohío o vivienda comunitaria tradicional.

-Viviendas convencionales

- Hábitos alimenticios.

* En varios asentamientos esta actividad de tejido de la falda tradicional ha desaparecido. 264


recreados en un largo proceso en el cual la sociedad barí inserta en un Estado pluriétnico y plurinacional, entra en contacto con una sociedad dominante.

La cultura barí actual, la cultura propia, es así, una unidad dinámica en constante cambio, en la cual se interrelacionan elementos tradicionales producidos y rqlfOdu<;ioo¡ en particular por este grupo étnico a lo largo de su devenir histórico, y elementos ajenos pertenecientes a la cultura dominante, recreados y adoptados vuluntariamante como propios, o aceptados a la fuerza. La persistencia de esta parte tradicional es lo que asegura lacontinuidad histórica diferenciada de esta comunidad como grupo étnico, y es la que determina y encauza los procesos de reproducción, creación y recreación cultural en un proyecto social propio del grupo. El estudio de esta sociedad y su cultura, y de cualquiera de sus manifestaciones, debe inscribirse en el marco general del desarrollo de la sociedad barí y su interrelación con la sociedad dominante. Su condición de cultura minoritaria incluida en un proyecto social más amplio obliga a hacer el análisis en el ámbito de los fenómenos de interculturalidad=". Varios son los factores, internos como externos, que han condicionado este proceso. Unos primeros elementos internos son dados por las características de la estructura social y política de la etnia. La autonomía política de los asentamientos que ha permitido una relación indígena-no indígena, diferente en cada sector del territorio barí; un sistema de relaciones sociales igualitarias en el que el [niatobai], jefe principal de cada uno de ellos, no ejerce una autoridad única y vertical, sino en el que se presupone que todo individuo conoce, respeta y cumple su rol, lo que no ha facilitado al interior del grupo la creación de nuevos mecanismos, 260. Nos referimos al proceso de intercambio e interacción cultural resultante del contacto entre grupos étnicos diferentes.


para el manejo autónomo de algunas situaciones generadas por el contacto y el real control del influjo cultural externo. La percepción y la valoración que el grupo tiene de su propia cultura, como resultado de un largo proceso de imposición cultural, que ha hecho que buena parte de la población interiorice y asuma como verdadera la visión parcializada y empobrecida que el no indígena tiene de ellos. Los elementos externos son dados por los distintos grupos humanos no indígenas que han entrado en contacto con los barí. Como ya se dijo, este proceso se inicio en el Siglo XVI con las primeras huestes hispánicas que pisaron su territorio y luego con los distintos proyectos de pacificación y reducción que contrajeron la frontera étnica. Sin embargo, fue a partir de las colonizaciones tardías de finales del Siglo XIX y del presente, y con las exploraciones y explotación petrolera que este proceso se acelera y se intensifica la interculturidad, o mejor, la aculturación261• En la actualidad se pueden señalar tres sectores en distinto grado de contacto con la sociedad no indígena: En el primero se encuentran los asentamientos que han tenido mayor oportunidad de contacto con los núcleos de colonización y de influencia misionera, a saber: [bekboqkjira], Catalaura y [baqkuboqjira] sobre el río Catatumbo, y [Korrokaira J en la Serranía del Perijá. Aquí, la presión cultural ejercida por la población campesina involucrada en la ampliación de la fronteraagricola, por una parte, y por otra la acción directa de las misiones católicas con la congregación de las misiones Lauras o Hijas de la Madre Laura y de las misiones protestantes con Antonio Maldonado, han sido los principales elementos externos impulsores del proceso que nos ocupa. 261. Nos referirnos al proceso por el cual la cultura propia de un grupo étnico queda subordinada a la de otro grupo étnico que impone.

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En el segundo se encuentran los asentamientos en los que el contacto con los núcleos de colonización ha sido menor y mejor controlado por la misma comunidad y en los que, más que misionera, la influencia ha sido la del individuo agente externo de gran ascendiente sobre la comunidad, como en (ikkiakarora] , [Kaaqbarikaira], [Siukbaqbarina]y demás asentamientos de los valles de Río de Oro, Caño To más y Caño Tigre. Aquí el principal elemento externo impulsor de la aculturación ha sido el Señor Bruce Olson, quien ha adelantado o apoyado, desde la década de los Sesenta, un programa o los programas encaminados a "promover el desarrollo" de la comunidad en determinados aspectos considerados por él los más importantes ( construcción de viviendas convencionales, educación de jóvenes en centros urbanos, consecución de maestros, etc.), y a la luz de las orientaciones que conciben la integración u "occidentalización" de los grupos étnicos indígenas como la mejor vía para elevar el nivel social de vida en la comunidad. En el tercero se encuentran los asentamientos de más dificil acceso geográfico, lo que los ha mantenido relativamente aislados de los núcleos de colonización y de la acción de otros agentes externos como misioneros y personal técnico de las entidades oficiales; [itirridakaira] , [baqtuina] y [birikaira], éste último aún, no obstante la intensificación del contacto en la última década, entre otros elementos gracias a la acción misionera de las Hijas de la Madre Laura. La relación que se ha dado en este proceso no es de una verdadera interculturalidad en el sentido de un intercambio consciente y equitativo entre culturas, resultante del reconocimiento y la valoración mutua, sino más bien es una relación de aculturación en la que todos los componentes de la cultura han sufrido cambios, unos más bruscos que otros, pero de todas formas cambios que van variando todo el sistema . cultural.

7h7


La lengua como sabemos, es una manifestacion fundamental de la cultura de un pueblo, y lógicamente por medio de ella, en este caso el barí, se han expresado en primera instancia todos los cambios culturales y ella misma los ha sufrido en su estructura. Sin embargo, no obstante que gran parte de mi trabajo ha sido de carácter linguistico, en esta ocasión he considerado más oportuno centrar mi exposición en la situación sociolinguística presentada como uno de los resultados más evidentes de este proceso de contacto entre el grupo barí y los no indígenas. Antes haré mención de algunos datos generales sobre la lengua bari, por considerar que son elementos que pueden en un momento dado contribuir a definir a la etnia bari. El barí es el idioma o lengua materna de la etnia barí, está clasificada dentro de la familia lingüística chibcha, conformando con el chimila un microfilum o grupo diferente a los de las otras lenguas comprobadamente chibchas, como el ika262• Nuevos estudios comparativos, con información actualizada y datos más completos, deben definir la coordinación entre las lenguas de dicho microfilum, y su pertenencia a esta gran familia. En este sentido, mi trabajo lingüístico resulta material indispensable, básico para estos estudios. En el barí la altura musical de las sílabas cumple una función lexical al ser un rasgo que deternina oposiciones lexicales, y cabe la posibilidad de que también pueda cumplir una función gramatical. La oposición tonal se establece entre dos niveles que pueden caracterizarse bajo y no bajo o alto. Ahora sí, vuelvo al aspecto sociolingüístico. 262. CONSTENLA, Ai.lolfo. Familia Lingüistica Chibcha. En: Noticias Culturales, Instituto Caro y Cuervo. Enero-Febrero, 1988.


En el barí se han identificado diez fonemas consonánticos, repartidos en cuanto al modo y al punto de articulación así: FONEMAS CONSONANTICOS Labial m

Nasal

o

R A L

Oclusiva Sn Oclusiva Sr Fricativa Vibrante

Dental n

Palatal ñ

Velar

d t s rr

b

Glotal

k h

En el barí se han identificado doce fonemas vocálicos, repartidos en dos sistemas, oral y nasal, en los que se presentan los mismos grados de abertura y posición de lengua y labios. Los podemos distribuir así: FONEMAS VOCALICOS

Alta Oral Alta Nasal Media Oral Media Nasal Baja Oral BaJa Nasal

Anterior

Media

1

1

1

1

e e

Posterior u u o o

a a

Se parte de una situación de monolingüísmo en el que la lengua propia es el único sistema usado por la comunidad y tiene un valor lingüístico equivalente al valor social, y se pasa a una situación en la que este equilibrio se rompe como una de las consecuencias del proceso de interculturalidad que se da entre la sociedad barí y la sociedad dominante. La lengua Barí 'lb9


conserva todo su valor lingüístico pero se deprime socialmente frente a la lengua española. El valor lingüístico lógicamente refiere a un sistema bien definido y estructurado, con capacidad óptima para la expresión y codificación del conocimiento, con una dinámica propia e intrínseca, que permite la constante creación lingüística. El valor social refiere a la categorización que se hace de la lengua con respecto a otras'". En la zona barí la lengua que se habla en los trece asentamientos es el barí, sin embargo, por una parte, en uno de ellos considerado entre los que ha sufrido mayor contacto, ya la población joven es monolingüe hispano-hablante y la lengua propia es hablada solo por los adultos. Por otra parte, en toda la zona ya es generalizado lo que se llama un bilingüísmo incipiente, es decir, el manejo de términos y expresiones básicos del español, y en la población joven que tiene un mejor manejo del mismo, hay latendencia a preferirlo en determinadas ocasiones. Este comportamiento sociolingüístico se hace evidente al examinar el uso social que la comunidad da a las dos lenguas. El barí continúa funcionando al interior de la familia como un instrumento fundamental de organización social y de transmisión de cultura. Así, lo utilizan los adultos en la vida cotidiana, en sus relaciones interpersonales, en el trabajo en sus labranzas, en las actividades de caza y pesca, en las actividades deportivas, y en las prácticas y celebraciones rituales. Los jóvenes, aquellos que han estado más expuestos al contacto con los no indígenas, empiezan entre ellos a usar preferencialmente el Español en algunas situaciones, cuando los elementos y las circunstancias que intervienen en la comunicación se asocian con la sociedad dominante ( como el relato de un viaje al pueblo); así mismo sucede en los eventos especiales donde participan representantes de toda la zona barí, indígenas que viven en algún 263. AGUlRRE BELTRAN, Gonzalo. El Proceso de Aculturación. México: Ediciones de la Casa Chata, 1982. 226 P.

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centro urbano y, en algunos casos con funcionarios estatales. En efecto, lo primero que se observa en algunas reuniones es el uso y práctica del Español entre los jóvenes, quienes a menudo olvidan que los mayores o viejos lo dominan muy poco. Con la introducción e institucionalización de "la escuela" en la comunidad y el uso de nuevos procedimientos de transmisión cultural y con la práctica pedagógica de individuos completamente ajenos a las comunidad se redujeron, el espacio y el tiempo, para el desarrollo de la competencia lingüística de los niños en su lengua propia, y se aumentaron las dificultades del mismo proceso. La institución de la escuela llegó a la zona barí con las misioneras Hijas de la Madre Laura, quienes entraron por primera vez al Catatumbo en 1964, desde entonces y hasta mediados de la década del Ochenta, en la escuela fundada por ellas en Catalaura y en las otras que se crearon en la zona, los maestros fueron foráneos. En estas circunstancias la educación formal fue hasta hace relativamente poco tiempo sólo en Español a pesar de que los educandos no lo hablaban, y estuvo en gran parte dirigida al aprendizaje del mismo. En las aulas, la lengua propia quedó relegada a un papel secundario; en conversaciones entre alumnos y maestros con el apoyo de un barí-hablante, para la traducción y una mejor comunicación maestro-alumno. En Agosto de 1985 había en toda la zona un solo maestro indígena; en los últimos años el número de maestros indígenas se ha incrementados, de manera que en la actualidad, de quince profesores existentes nueve son individuos de la propia comunidad. Pese a esto, los progresos cualitativos de la educación en sus contenidos y métodos han sido realmente pocos y la lengua barí continúa en la misma condición de diglosia. Esta situación del barí, particularmente en el ámbito educativo, responde a las consideraciones y sentimientos que

Zll


lacomunidad y particularmente algunos de los individuos se hacen y tienen al respecto. Consideraciones de tipo educativo, socioeconómicas, psicológicas y lingüísticas. La comunidad ha interiorizado las propuestas educativas que desde un principio le fueron impuestas asumiéndolas como normales y deseables, de forma tal que solo conciben el proceso educativo indisolublemente unido a la enseñanza del Español y los conocimientos genéricos o llamados universales. Lo que en última instancia la comunidad barí busca en la educación es la adquisición de elementos lingüísticos, matemáticos y, en segundo plano, de otros conocimientos que les facilite una relación menos desventajosa con los no indígenas o [nabado]; así, consideran ellos que la escuela, tal como la han conocido es el mejor vehículo que les posibilita el acceso a la "otra cultura". Por esto no le asignan ellos a la escuela especial trascendencia en la formulación de los proyectos étnico específicos (por ejemplo, revaluación del conocimiento sobre la naturaleza), y en la articulación de éstos con los proyectos de orden nacional. La comunidad barí considera que el manejo del Español no solo les facilita las relaciones sociales y económicas con los grupos de colonización y de centros urbanos circundantes, y con las entidades y miembros del aparato gubernamental, sino que estima que la población joven tiene además la posibilidad de ubicarse laboralmente como funcionarios de estas mismas entidades del estado al interior de la comunidad, pues de hecho, el manejo del Español puede ser ventajoso para un individuo, dar prestigio y traer ciertos beneficios al hablante indígena. La valoración que la misma comunidad hace de su propia lengua, el barí, y del español, y los sentimientos que de ella se derivan, revisten una gran complejidad. Por una parte, la lengua propia se reconoce como un elemento de identificación ante los demás grupos étnicos (incluyendo el mestizo), de reconocimiento entre ellos, y emocionalmente se sienten ligados

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a ella; pero contradictoriamente, por otra parte, como se ha visto ya, a la lengua nativa se le asigna frente al Español un menor valor social. En oportunidades algunos indígenas experimentan sentimientos negativos, alimentados por demás, por actividades y comentarios de los no indígenas como el de manifestar frente a ellos que: "los indígenas ya han adelantado mucho porque ya están aprendiendo a hablar". Así, en especial entre los jóvenes, el hablar Español, y más aún si lo puede leer y escribir aunque sea medianamente, produce un sentimiento de orgullo y de prestigio,

y el no hablarlo produce en el individuo en presencia de los no indígenas una sensación de incomodidad y pena. A lo anterior se agrega el desconocimiento que la comunidad tiene del valor lingüístico de su lengua en cuanto a la riqueza y dinámica. Los barí desconocen la verdadera dimensión de su lengua como sistema de comunicación, particular, definido, con igualcategoría entre la gran desigualdad de lenguas existentes y completamente diferentes al Español. Así mismo ignoran las posibilidades de su creación lingüística que le permite, si se quiere, nuevas elaboraciones que respondan a las nuevas exigencias de la comunicación y del conocimiento, y consideran inevitable la utilización de préstamos del Español. Tampoco los barí han contemplado seriamente la posibilidad y trascendencia de escribir su lengua. No consideran la escritura como un nuevo instrumento de comunicación que puede permitirles una mejor realización entre todos los miembros de la comunidad, y nuevos conocimientos que puedan fortalecerla y dinamisarla. Frente a la investigación lingüística que se ha venido adelantando en los últimos años, la comunidad en general ha asumido una actitud de indiferencia, particularmente, los líderes indígenas se han opuesto, y cuando se ha planteado la importancia de la escritura en el desarrollo de un programa de etnoeducación, adelantado por el Ministerio de Educación, se han opuesto rotundamente, a tal punto que el mismo está al borde del fracaso.


Ejemplo: No se han permitido algunas prácticas en la lengua nativa necesarias en un programa de etnoeducación Si se retoman cualquiera de los otros aspectos, manifestaciones o elementos culturales y se estudian se encuentran circunstancias y características similares a las descritas. Por lo tanto si la etnia barí, si s~s líderes y dirigentes, toman conciencia y desean verdaderamente la supervivencia de su grupo y la reafirmación de su identidad, urge la formulación y desarrollo de un proyecto social específico que contemple distintas acciones. · Conservación de un territorio, base material para la sustentación fisica y cultural de la comunidad como grupo étnico; revaloración del conocimiento de la comunidad, saberes y experiencias, sobre sus relaciones entre los hombres y la naturaleza, adquiridos a lo largo de su historia; recuperación de su historia o reconstrucción de su pasado en el consciente colectivo de la comunidad; recuperación de la lengua propia. Sin embargo, la recuperación de la lengua propia, o mejor en el caso del barí, la de su revaloración, se sitúa en el centro y es punto de partida en razón a que la lengua es representación simbólica del pensamiento y la actividad social, y otra lengua diferente no puede amplia y profundamente a ellos. Particularmente y con respecto al mejoramiento de la situación sociolingüística se hace necesario la reorientación de la educación y el espacio de la escuela. La educación formal y la escuela son ya elementos medianamente apropiados por la comunidad, por esto más que rechazarlos, en este momento deben serutilizados, manipulados si se quiere, para que respondan a las necesidades reales del grupo como etnia. La práctica educativa debe ser el medio que permita la recuperación del valor social del barí con su utilización preferencial por encima del Español, ( el cual deberá ser tratado y usado como segunda lengua) y la revitalización de su dinámica.

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Este Libro se imprimiĂł en el mes de mayo de 1995 en la Imprenta del Colegio Salesiano - CĂşcuta



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