E+ N°22 2018

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energía + ÓRGANO DE DIFUSIÓN INSTITUCIONAL DEL SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA (SiReLyF)

EDICIÓN N°22 | AÑO 2018

Estás en casa

La Casa del Estudiante del Sindicato Regional de Luz y Fuerza celebró sus 15 años con un acto en el Auditorio Luis Gagliano. La residencia estudiantil es una oportunidad única para que las hijas e hijos de trabajadores afiliados al gremio cursen sus estudios superiores en la ciudad de Córdoba.

FOTOGRAFÍA. VACA MUERTA

CRÓNICA. HACHERAS DE LA PAMPA

ACTUALIDAD. MALVINAS



energía + sumario

Editorial | pág. 4 Un emblema del SiReLyF Por Eduardo Brandolín

Vida y obra | pág. 6 Nadar en aguas abiertas y heladas Por Federico Bianchini Realidad gremial | pág. 16 “El CISPREN es una trinchera para defender nuestro oficio” Por César Pucheta

VACA MUERTA

En un área del tamaño de Bélgica en la Patagonia argentina se extraen las reservas de gas y petróleo no convencional más importantes del Continente. Por Martín Barzilai

Institucional | pág. 20 La Casa cumplió 15 años “Los afiliados aprovechan las posibilidades turísticas” Con nuevo camión, el Depósito Mutual hizo un viaje solidario Una cascada de energía Se entregaron las mochilas escolares Segunda edición del libro cultural El interior de Córdoba crece con formación Auditorio Luis Gagliano

Reportaje fotográfico | pág. 38

Pinceladas | pág. 51 Reforma Universitaria de 1918 Por Iván Zigarán

Crónica | pág. 6

HACHERAS DE LA PAMPA Por Lautaro Bentivegna y Ángeles Alemandi

Actualidad | pág. 12 LA HERIDA Y LA CICATRIZ Por Juan Pablo Carranza

Cuento | pág. 52 Juan Moreira Por Gabriela Vidal Humor | pág. 54 Frivolicidad con papas fritas Por Ziga

UNA PRODUCCIÓN DE:

Independencia 1247 - PB - Tel: (0351) 4685923 // www.regardecomunicacion.com

SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA

JUJUY 27 | X5000KAA | CÓRDOBA Tel/Fax: (0351) 454-6400 www.regionalluzyfuerza.org facebook/sindicatoregionalluzyfuerza

RESPONSABLES EDITORIALES: Eduardo Brandolín, Máximo Brizuela, Guillermo Suppo DIRECCIÓN PERIODÍSTICA: Valeria Brandolín EDITOR: Andrés Acha REDACCIÓN PERIODÍSTICA: Matilde Nasser, Andrés Acha COLABORAN EN ESTE NÚMERO: Iván Zigarán, Lautaro Bentivegna, Ángeles Alemandi, Gabriela Vidal, César Pucheta, Juan Pablo Carranza, Federico Bianchini FOTOGRAFÍA: Mateo Allende, Diego Trevin, Andrés Acha, Martín Barzilai, Walterio Pérez, Milton Fernández, Luis Guedes, Carlos Cortéz, María Inés Mato, Familia Giraudo, Fundación No Me Olvides DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Diego Villa ILUSTRACIONES: Iván Zigarán COLABORACIÓN EN DISEÑO: Martín Cepa y Juan Marcos Guareschi

SECRETARIO GENERAL Eduardo Ángel Brandolín SUBSECRETARIO GENERAL Máximo Humberto Brizuela SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN Rubén Pedro Bergesio SUBSECRETARIO DE ORGANIZACIÓN Jorge David Oviedo SECRETARIO DE VIVIENDAS Y OBRAS Arturo Carlos Cussa SECRETARIO DE HACIENDA José Alberto Rossi SUBSECRETARIO DE HACIENDA 1º Jorge Antonio Apezteguia SUBSECRETARIO DE HACIENDA 2º Raúl Marcelo Álvarez SUBSECRETARIO DE HACIENDA 3º Alberto Juan Antonio Boglione SECRETARIO GREMIAL José Antonio Vargas SUBSECRETARIO GREMIAL 1º Fernando Adrián González SUBSECRETARIO GREMIAL 2º Carlos Julio Recalde SUBSECRETARIO GREMIAL 3º Claudio Eduardo Toranzo SECRETARIO DE PREVISIÓN Marcel César Caula SECRETARIO DE SERVICIOS SOCIALES Jorge Ricardo Vachetta SECRETARIO DE TURISMO, DEPORTES Y ACTAS Raúl Rodolfo Durán SUBSECRETARIA DE TURISMO, DEPORTES Y ACTAS María Alejandra Carrillo SECRETARIO DE CULTURA, COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN Guillermo César Suppo VOCALES TITULARES José Alberto Nicolino - Robert Eraldo Caula - Víctor Hugo Camoletto - Jorge Omar Figueroa VOCALES SUPLENTES Alejandro Rubén Allende - Miguel Alberto Moyano - Carlos Diego Barrionuevo - Oscar Daniel Alba ADM. CABAÑAS DE COSQUÍN Jorge Fiorini ADM. HOTEL INTERSUR SAN TELMO, BUENOS AIRES Daniel Paván ADM. HOTEL VILLA GESELL Ricardo Sánchez COMISIÓN REVISORA DE CUENTAS Y CONTROL DE LOS EMPRENDIMIENTOS TITULARES Daniel Alberto Paván - José Luis Usandivaras - Sandra Viviana Caballero - Damián Juan Sanz - Lidia Norma Castellino SUPLENTES Graciela del Valle Canavesio - Gustavo Rodolfo Bragagnini COMISIÓN PERMANENTE DE JUBILADOS Y PENSIONADOS: PRESIDENTE Nelson José Gabrieloni SECRETARIO Juan Carlos Zanforlín VOCALES TITULARES Miguel Ángel Brewer - Walter Gustavo Luciani VOCALES SUPLENTES Dardo Ángel Giuliani - José Córdoba - Juan Federico Hernández


editorial

UN EMBLEMA DEL SIRELYF EDUARDO BRANDOLÍN Secretario General del Sindicato Regional de Luz y Fuerza

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l 24 de abril la Casa del Estudiante cumplió 15 años. La concreción de este gran sueño es un emblema para la Gestión para el Cambio, que dirige los destinos del gremio. Es un anhelo cumplido por las y los trabajadores del Sindicato Regional de Luz y Fuerza. Por eso celebramos sus 15 años en el Auditorio Luis Gagliano, donde estuvieron estudiantes, trabajadores, padres y egresados de la Casa. Su conmemoración fue un encuentro muy emotivo y de disfrute para toda la familia del SiReLyF. La Casa del Estudiante es un claro ejemplo de gestión y de militancia, porque esta gran obra comenzó a gestarse en el año 2001 en medio de una época devastadora para los trabajadores y para la patria. Por eso no debemos olvidar que es un hecho significativo para nuestro sindicato, ya que es la demostración de que los trabajadores pudimos ser capaces de superar tiempos difíciles y de construir un emprendimiento que marcó un antes y un después en la historia de

Casa del Estudiante, les sería difícil y hasta económicamente imposible lograr que sus hijos estudien una carrera universitaria en Córdoba. A los jóvenes que vivieron en la residencia y que hoy son profesionales, les pido que no se olviden de lo que significó la Casa del Estudiante en sus vidas. Esta gran obra no es sólo del Consejo Directivo, sino que fue una decisión en conjunto que se tomó de manera orgánica y que se llevó a cabo gracias al esfuerzo de todos los afiliados del SiReLyF. Con el paso de los años nos ha permitido ver que ha sido una decisión sumamente exitosa. Para los chicos que están hoy en la Casa del Estudiante, mi mensaje es que aprovechen esta gran oportunidad que el sindicato les da. Ojalá todos lleguen a cumplir sus metas y puedan finalizar sus estudios universitarios con éxito. Siento una enorme gratitud por haber integrado ese grupo que armó la Casa en aquellos tiempos difíciles y de seguir trabajando junto a un gran equipo

LA CASA DEL ESTUDIANTE ES UN EJEMPLO DE GESTIÓN Y DE MILITANCIA, UN EMPRENDIMIENTO QUE MARCÓ LA HISTORIA DE NUESTRO SINDICATO

nuestro gremio. Fue así que, desde 2001, fieles a nuestros principios, comenzamos a proyectarla y tiempo después a construirla. En el año 2003 abrió sus puertas por primera vez para dar la bienvenida a nuestros hijos. Desde entonces han pasado por la Casa cientos de jóvenes estudiantes, cientos de ellos hoy son profesionales que pudieron concretar sus estudios universitarios. Hoy es un emprendimiento indispensable para muchas familias de afiliados al SiReLyF que viven en pueblos y ciudades alejados de Córdoba Capital, donde se concentra la mayoría de las ofertas educativas de nivel superior. Sin la contención brindada por la

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que realiza su labor diaria con responsabilidad y compromiso. En la Casa se viven centenares de realidades y siempre hay contención como en una gran familia. La labor es permanente para que la Casa siga brindando todo lo que nos brinda y para que nuestros hijos tengan un futuro mejor que el presente que tenemos nosotros, sus padres. Esta obra es fruto de una necesidad colectiva y urgente que ojalá inspire y se replique en otras instituciones de nuestro país. Gracias una vez más a toda la familia de Luz y Fuerza por honrar esta realidad y seguir creyendo en esta institución solidaria y edificada desde los valores del sindicalismo múltiple. ¡Viva la Casa del Estudiante! ¡Viva el SiReLyF!

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AL AIRE POR RADIOLYF

La radio del SiReLyF (www.radiolyf.com) puso al aire la programación 2018 con propuestas nuevas y continuadas. Conexión Central, el informativo en vivo con toda la actualidad sobre el gremio y los trabajadores, comenzó su 5° temporada de lunes a viernes de 10 a 13 horas. Se suma Sapere Aude que invita a reflexionar sobre la cultura y redescubrirse (lunes de 14 a 15 horas). Bichos de Ciudad, con juegos, noticas y canciones que buscan darle cuerpo, color y alas a la imaginación de niñas y niños (lunes de 15 a 16 horas). La Lucha que nos Parió, programa de H.I.J.O.S Regional Córdoba (martes de 15 a 17 horas). Cosas que no se tocan, con la difusión de la actividad circense, musical y teatral de la cultura local (miércoles de 16 a 17 horas). No nos olvidemos del Arte, dedicado exclusivamente al arte en todas sus expresiones y a su historia (miércoles de 17 a 18 horas). Dos en la ciudad, con la actividad turística, visitas guiadas, agenda, museos y entrevistas con referentes de la provincia (jueves de 16 a 18 horas). Casa tomada, un informativo sobre los principales temas de la ciudad, el país y el mundo, con personalidades de la cultura (viernes de 14 a 16 horas). El último

tirón, con toda la difusión del rock (viernes de 18 a 20 horas). Continúan Córdoba Sport, el noticiero de la actividad nacional, provincial e internacional del deporte (lunes y viernes de 16 a 18 horas); Restos Diurnos, compilación y difusión de opiniones y análisis sobre la cultura y la sociedad (lunes de 18 a 20 horas); CadornaRock (jueves de 18 a 20 horas); Avenida del Trabajo, con el análisis de la realidad gremial de Córdoba y el país (martes de 17 a 19 horas) y Mundo U, destinado al mundo universitario de Córdoba y las actividades vinculadas (martes de 19 a 20 horas). También 25Watts, cine y música en Córdoba (miércoles de 18 a 20 horas) y La Gran Estafa, Max Delupi con todo el humor para disfrutar el domingo al mediodía (de 13 a 14 horas).

CAPACITACIÓN EN COOPERATIVAS La Comisión Mixta de Higiene y Seguridad que integra el Sindicato Regional de Luz y Fuerza continúa realizando las capacitaciones en BT1 y BT2 destinadas a los trabajadores de las cooperativas eléctricas de la provincia de Córdoba. El 27 de abril casi 30 trabajadores de las Cooperativas de Bengolea, Luque, Almafuerte, Manfredi, Ordoñez,

Pasco, Coronel Moldes, Morteros, Oncativo, Tío Pujio, Ucacha, Colonia Caroya-Jesús María, Villa Dolores y Dean Funes recibieron su certificación. La capacitación brinda conocimientos teóricos y prácticos de acuerdo a las normativas vigentes para las tareas en baja tensión y en altura que hacen miles de trabajadores en la provincia.

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+ + e++e + + e e+ + + SECUNDARIO PARA TODOS

Comenzaron las tutorías del Plan de Finalización de Estudios Secundarios (Plan FES) que lleva adelante el SiReLyF. El 24 de marzo el Centro de Formación Profesional Aldo Serrano ubicado en Almafuerte recibió a 50 alumnos nuevos que buscan concluir su educación obligatoria, muchos de ellos pertenecen a la Federación de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba. El Plan FES es una oferta educativa semipresencial con título oficial de validez nacional. El cursado se realiza en módulos de estudio por medio de una Escuela Virtual con instancias de evaluación presenciales en el CENMA 111 Sede SiReLyF (Ituzangó 548) de la ciudad de Córdoba. Bajo esta modalidad, el tiempo de cursado depende de las trayectorias educativas previas de cada estudiante, la dedicación y el tiempo de estudio. El programa educativo se realiza junto a la Dirección General de Educación de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba y es de carácter gratuito. El magister César Zuccarino, coordinador pedagógico del Plan FES, contó que para este año se realizaron cambios en la modalidad de presentación de trabajos prácticos, que se harán a través de la Escuela Virtual. Buscamos una alternativa a la modalidad del secundario que todos alguna vez transitamos”, dijo. “Hay que respetar el tiempo de los adultos, es por eso que una de las ventajas de esto es poder disponer mejor de los tiempos de cada uno y realizar los trabajos en el hogar. Como una vez me dijo un egresado: ‘Lo lindo del Plan FES es el apoyo que uno recibe de los docentes y la motivación para poder concretar algo tan importante como el secundario’”, dijo el coordinador.

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vida y obra

LA HISTORIA DE UNA MUJER QUE INTENTA SENTIR LAS PARTÍCULAS DEL AGUA María Inés Mato es argentina, nadadora de aguas abiertas y, más específicamente, de aguas abiertas y heladas. La pérdida de su pierna no le impidió sumergirse en el mar Báltico, el canal de Beagle, la Antártida. En lugares donde nadie había nadado. Nadó, casi desnuda –con una gorra y un traje de baño– en sitios a los que sólo se animaron antes unos pocos, pero protegidos por una capa de grasa o por trajes de neoprene. Por Federico Bianchini Fotos: Gentileza María Inés Mato

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a piscina está en penumbras. Una mujer nada. Recorre el mismo trayecto idéntico, una y otra vez. Si alguien la estuviera mirando desde afuera, pensaría: eso debe ser tan aburrido. Pensaría: eso debe ser insoportable. Y estaría equivocado. María Inés Mato tiene cuarenta y cinco años, pelo corto, gesto tranquilo. —Para dedicarle mucho tiempo de la vida al agua debe haber una decisión consciente de dejar algo —dice en el estudio de su casa del barrio porteño de Parque Avellaneda. Por la ventana, detrás de un gran árbol, se ve la pileta de un vecino. —Yo dejé el sentido común: el mar en el que nada la mayoría. María Inés Mato es argentina, nadadora de aguas abiertas y, más específicamente, de aguas abiertas y frías, abiertas y heladas, abiertas y salvajes. Hipotérmicas. En los últimos años se sumergió en el mar Báltico, el canal de Beagle, la Antártida. Nadó en lugares donde nadie había nadado. Nadó, casi desnuda —con una gorra, con un traje de baño— en sitios a los que antes sólo se animaron unos pocos, pero protegidos por una capa de grasa, por trajes de neopreno. —Si uno se relaja, se afloja, si uno no le pide al agua fría que cambie, uno cambia y puede soportarla. Al levantarse para acariciar a su gato, sentado frente a la biblioteca, renguea suavemente de la pierna derecha. *** Cuando nada, una está siempre en el mismo lugar. Muchas veces, la gente piensa: “¿Cuántas horas seguidas nadó esta mujer?”. Y se equivoca. El tiempo no tiene que ver. Al nadar, se establece un vínculo con el agua que no se restringe a la relación cuerpo-sustancia, sino que alarga al tiempo, lo desmenuza, lo hace líquido y, de a poco, lo incorpora al recorrido. Lo importante es el movimiento. El movimiento continuo. El tiempo es como un hilo que nos permite entretejer el viento, el agua, la superficie. No es tiempo mercantil que pasa, se pierde, no se recupera. Allí, sumergida, el tiempo no corre: te acompaña. Va con vos. *** Fue en 1970, cuando ella tenía cuatro años. Cruzó la calle y un colectivo enorme le aplastó la pierna. Como corría riesgo de gangrena generalizada, hubo que amputar a la altura de la rodilla. Su padre, Germinal Mato, comerciante minorista, y su madre, Eva, ama de casa, decidieron que lo mejor que podía hacer esa nena era aprender a moverse en un medio en el que la carencia fuese un detalle. Y la anotaron en clases de natación. —Me recuerdo todo el tiempo sumergida, nadando. Y el cuerpo tiene memoria: cada movimiento se suma al anterior. Se acumulan. De adolescente recorrió la ciudad de Buenos Aires, bolso al hombro, buscando natatorios. Se convirtió en una “trashumante de piletas”. Empezó a estudiar la licenciatura en Letras en la Universidad de Buenos Aires y, debido a las interrupciones que le exigió su entrenamiento, se recibió el año pasado. Hoy vive del sueldo que gana como profesora de Semiología en la misma facultad donde

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estudió. Sus alumnos no saben que es nadadora; tampoco imaginan que le falta la pierna derecha. Fuera del agua (jamás adentro), María Inés Mato usa una prótesis. La actual, de fibra de carbono, tiene más de diecisiete años y debería cambiarla, dice, pero eso llevaría un tiempo que nunca encuentra. La llama Fellini. —En el momento en que la estaban haciendo, a Federico Fellini lo internaron. En una de sus últimas entrevistas, después de decir que no sabía si a esa altura le interesaban las películas, comentó que lo que quería era pararse con los dos pies sobre la tierra. Me dieron la prótesis después de que él murió. Y al recibirla dije: “Fellini, acá estás, los dos pies sobre la tierra”. Era, básicamente, una nadadora de piscinas, aunque de vez en cuando se animaba al mar. En 1992 nadaba en Mar del Plata cuando un guardavidas la vio y le dijo: “Vos deberías cruzar el canal de la Mancha”. Ella pensó que estaba loco. Al poco tiempo la invitaron a correr un maratón de sesenta kilómetros en el río Paraná. Aceptó. Después de nadar durante seis horas y media tuvo una sensación extraña. El tiempo parecía no haber pasado. Y el agua, lejos de estar quieta y muerta como la de las piscinas, vivía. Tenía colores, corriente, textura. Volvió a Mar del Plata y buscó al guardavidas. Le preguntó si cuando había dicho lo del cruce del canal de la Mancha hablaba en serio. “Claro”, dijo él. Y, en ese momento, le presentó a Claudio Plit. *** Después del saludo inicial, Plit, que en 1979 y 1981 cruzó a nado 8 energía +

el canal de la Mancha y que fue cinco veces campeón del mundo en aguas abiertas, le preguntó a María Inés Mato por qué quería cruzar el canal. “Porque nadar me pone en un vínculo distinto con el tiempo. Porque no le tengo miedo a las distancias” fue la respuesta. Y Plit dijo: “Bueno”. Ella dejó la facultad por un tiempo, consiguió una beca y empezó a entrenarse en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), donde nadó todos los días durante dos años. La primera vez, pensó que se iba a volver loca. Durante casi cinco horas, en una pileta descubierta, nadó doce kilómetros: fue y vino unas doscientas cuarenta veces. Al terminar, dijo: nunca más. No iba a poder soportar ese tedio infinito y pensó que tenía que armar una estrategia para que la monotonía del entrenamiento fuese tolerable. Consultó a los psicólogos del Centro y ellos le aconsejaron usar prácticas de visualización. Le dijeron que pensara en un personaje. Le sugirieron que le escribiese una carta. Unos meses antes, Plit, que había vuelto de un viaje a México, le había regalado como souvenirs unos muñecos que representaban a miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Ella eligió escribirle al subcomandante Marcos. “Vamos a la Mancha. Vamos a todos lados y a cada lado que nos llame. Vamos a recorrer el mundo, porque su lugar es el mío y mis caminos transitados son sus caminos”, escribió. María Inés Mato recuerda la tarde de domingo —muy temprano, nublado, parecía que iba a llover— en la que, entrenándose en una pileta de Mar del Plata, repetía su mantra. Cada vez que sacaba la cabeza para respirar, miraba a Plit. Un vistazo le bastaba para percibir una señal de aprobación o un gesto que indicara cómo


corregir la patada. Pero en un momento, al sacar la cabeza, vio que detrás de su entrenador había alguien más. Una persona de pie, con pasamontañas y fusil, que la miraba. Sin alterarse, siguió nadando, repitiendo: “Subcomandante, sigamos a la otra orilla. Descansemos solamente lo necesario para continuar. Lo que va quedando atrás es sólo eso. El resto: el hilo mínimo tejido que transforma la distancia en tiempo”. Y, cuando volvió a sacar la cabeza, los vio. Ya no era uno, sino varios. Hombres y mujeres con pasamontañas y fusiles que le hacían gestos de aprobación, le gritaban que siguiera, que iba bien. “Subcomandante, ¡vamos! O venga usted aquí, para salir cuanto antes a alcanzar el continente”. Y cuando terminó la última frase vio —vio— cómo los hombres y las mujeres se arrojaban al agua, vestidos, con sus armas, y la seguían, nadando detrás. Ajeno a todo, Claudio Plit observaba que, según los datos anotados en su planilla, a medida que pasaba el tiempo ella iba más rápido. *** Del canal de la Mancha sabía poco. En una enciclopedia leyó que era la mejor defensa de Gran Bretaña para impedir invasiones navales, y encontró la historia de Matthew Webb, un capitán inglés que, en 1875, fue la primera persona en cruzarlo aunque en ese entonces varios médicos declararon que era “fisiológicamente imposible”. Las olas, los bancos de niebla, las corrientes fuertes, el cambio de mareas influyeron para que sólo setenta de los siete mil nadadores que lo intentaron pudieran atravesarlo. Después vinieron los mapas, las cartas náuticas. Algunos amigos le sugerían que visitara el lugar, que se aclimatara. Y ella: “No, no, no. No tengo necesidad. Puedo imaginarlo”. A cada sugerencia respondía citando un verso del poeta surrealista Robert Desnos: “Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad”. —Un entrenamiento es un proceso muy complejo. Hay cosas que se ven y otras que no. Antes de cruzar el canal, yo me entrenaba todo el tiempo. Las veinticuatro horas del día. Concentrada en esas imágenes, en ese mundo. Me sentía ahí dentro. Es un ejercicio que hice mucho. Impregnar, construir esas escenas, esos lugares; anticiparme. Tradicionalmente, las aguas del canal son aguas muy frías. Si alguien sin preparación se sumergiese allí, las venas, los capilares, las arterias, recubiertas de tejido muscular liso, se contraerían. Disminuirían su diámetro. Tanto, que impedirían que la sangre circulara normalmente hacia los distintos órganos, el sistema nervioso, el

corazón. La consecuencia inicial sería la falta de oxígeno. La consecuencia inevitable, la muerte por hipotermia. Además de la distancia, María Inés se había preparado para enfrentar el frío. Como otros se entrenan para sumergirse en profundidades impensables, para ascender montañas de miles de metros, ella —la pierna derecha amputada a la altura de la rodilla— se entrenó durante un año para encontrarse con aguas gélidas, a una temperatura de diez grados. Cuando llegó al canal, en agosto de 1997, a los treinta y dos años, sintió que ya había estado allí. Recorrió los cuarenta y siete kilómetros que separan Francia de Inglaterra en doce horas y cuarenta y ocho minutos. Sin embargo, el agua no estaba a diez grados, sino a quince. Se sintió decepcionada. Supo que el frío era una cuenta pendiente. Y decidió ir a buscarlo. *** El 28 de julio de 1999, dos años más tarde, nadó en once horas los treinta y cuatro kilómetros del Estrecho de Fehmarn Belt, en el mar Báltico. Ese día el mar estaba calmo, sin oleaje, pero a pesar de sus brazadas ella se mantenía siempre en el mismo sitio. —Había algo que no encajaba, algo que a pesar de que todo parecía bien, no estaba bien. Era dramático, muy duro. En ese momento, escuché que me hablaban. Escuché una voz que decía: Te saqué las olas, te saqué el viento, te dejé el sol, te dejé una leve corriente en contra, hacé algo con ella. Le creí. Lo acepté como un mensaje y empecé a moverme en zigzag y, así, pude seguir. El mundo del deporte es un mundo muy homogéneo, muy chato. Sólo gira en torno a tres o cuatro conceptos: “Te gané, perdí, estoy cansada, entrenate más”. Se construye sobre un terrible reduccionismo de la experiencia humana. Yo venía de muchísimas lecturas, y mi mundo era mucho más rico que ese binarismo. —La natación de aguas abiertas —dice Claudio Plit sobre las prácticas de visualización de María Inés— es un deporte muy mental: terminás creyendo que lo que pensás con fuerza se concreta. Te enfrentás a situaciones muy difíciles y practicás una psicología de superadaptación, en donde todo el tiempo llevás cosas al pensamiento. En el año 2000, Mato viajó a Manhattan y nadó en el río Harlem. Desde un bote, los asistentes le apartaban la basura y los gatos muertos. El olor a podrido era insoportable. Vomitó varias veces, pero pudo dar la vuelta a la isla. Sin embargo, el agua no le pareció energía + 9


fría. Y siguió buscando. —Al verla nadar, uno notaba una pujanza envidiable. Desde el punto de vista técnico era muy buena, quizá no demasiado veloz, pero con una fuerza para entrenar que te dejaba pasmado —dice José Ghergo, un triatlonista y médico que, hace veinte años, se entrenaba en la misma piscina que María Inés. Su siguiente destino, en marzo de 2001, fue el canal de Beagle, al sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Antes del cruce revisó con un antropólogo la historia de las tribus yámanas que habitaron la zona hasta fines del siglo XIX. —Eran indios canoeros. A las mujeres les correspondía tirarse al agua y regresar nadando a la costa para que el marido y los hijos pudieran bajar de la embarcación. Los cruces previos del canal habían sido hechos por la estadounidense Linne Cox, que usó un traje de neopreno, y por el argentino Gustavo Oriozabala, que antes de cruzar se embadurnó con grasa. Ella decidió sumergirse como lo hacían las tribus del lugar: sin más abrigo que la piel. Buscó versos yámanas, para crear un universo que apoyara el cruce. Los encontró: “Hitapuan uiadima haia”. —Quiere decir: “Padre mío, deja que me vaya”. Fui construyendo mi confianza para nadar en el frío a partir de esos relatos. De otra manera no habría podido hacerlo. Recuperé la historia que vive en las aguas del Beagle y al nadar sentí las vibraciones, el aliento de aquellas mujeres. La temperatura del agua era de seis grados y medio. La del aire, tres grados bajo cero. Pero, una vez más, el agua no le pareció fría. Al salir le dijo a Plit que, si quería sentir el frío, iba a tener que nadar en la Antártida. En 2003 nadó durante cuarenta y seis minutos en aguas a cuatro grados cerca del glaciar Perito Moreno, en la provincia patagónica de Santa Cruz. Después de esa experiencia, un amigo la desafió: “¿Querés nadar en agua fría?”. Y la llevó al Ventisquero Negro, uno de los diez glaciares que ocupan la cumbre del Cerro Tronador, en Río Negro. Hay una foto en la que se ve a María Inés, traje de baño negro, gorra de látex, quieta en la brazada junto a un bloque de hielo. El agua, en ese lugar, llega a los cero grados ocho centésimas. —No sentía líquido sino una especie de anestesia. Mecanismo de defensa, las fibras nerviosas se quedaban dormidas. Tres días después, aún no podía mover bien los dedos. “Si pude nadar acá, puedo nadar en la Antártida”, pensó. *** “Termorregulación en aguas frías abiertas” fue el nombre científico de la experiencia auspiciada por dos gobiernos provinciales, uno nacional, la armada y la cancillería argentina. El objetivo: evaluar cómo reaccionaría el cuerpo humano ante temperaturas extremas. Para ello, María Inés tragó una cápsula que mediría, mientras nadaba, su temperatura central y su temperatura periférica. El riesgo era grande. Nadie sabía qué podría pasar, porque nadie, antes, había hecho algo parecido. La mañana del 2 de febrero de 2006, más de cincuenta científicos se asomaban a la cubierta del barco Puerto Deseado, a metros de la base Jubany (hoy: doctor Alejandro Carlini), en la Antártida, y la miraban cautelosos. La temperatura del aire era de nueve grados bajo cero. Ella, cuarenta y un años, vestida con un traje de baño y

CUANDO LLEGÓ AL CANAL DE LA MANCHA EN 1997, A LOS TREINTA Y DOS AÑOS, EL AGUA NO ESTABA A DIEZ GRADOS, SINO A QUINCE. SE SINTIÓ DECEPCIONADA. SUPO QUE EL FRÍO ERA UNA CUENTA PENDIENTE. Y DECIDIÓ IR A BUSCARLO

una gorra de látex, a punto de sumergirse en el agua helada. —Estaba el médico, la gente que filmaba, los que harían el rescate —dice Claudio Plit—. Ella se había entrenado, pero siempre hay un porcentaje del que no estamos totalmente seguros. A lo lejos, unas nubes grises anunciaban tormenta. Para soportar la temperatura, María Inés había engordado catorce kilos. —¿Ya está lista? —preguntó el capitán—. No tarde más. Dentro de poco, el tiempo puede cambiar. La reacción del cuerpo ante el choque con el frío no era el único peligro: en esa parte del mundo viven focas leopardo que fácilmente podían arrastrarla hacia el fondo. Un bote con buzos que llevaban arpones la acompañaba. Miró el agua: flotaban partículas de tierra, cenizas volcánicas. No se decidía. Esperaba una señal. Y entonces un petrel enorme voló sobre el bote y María Inés Mato se zambulló. —Al entrar al agua, sentí dolor en los lugares en los que la piel es más fina: las manos y la cara. ¿Qué hice con esto? Prestar atención. Uno no puede quedarse con lo primero que siente porque todo cambia todo el tiempo. Hay que relajarse. Según los equipos de medición, su temperatura interna se modificó solamente en uno o dos grados. Nadó, en ese agua de hielo, por casi veinte minutos. —No sé si fue agradable. Estuve ahí presente. Lo agradable vino después. Porque al salir del agua helada, como le pasa a cualquiera, temblé. Tenés que dejar que el cuerpo haga lo que tenga que hacer. Sin embargo en esa situación querés que termine. No es nada agradable. A los cuarenta minutos de salir, te empezás a aflojar. Entrás en un estado de tranquilidad increíble. Cuanto más fría es el agua, más fuerte es la sensación: estás en tu centro. Claudio Plit dice que aquel día, después de salir del agua, María Inés tembló sin parar durante media hora. Hubo, todavía, un último cruce. El viernes 21 de marzo de 2008, María Inés Mato atravesó el estrecho de San Carlos, que separa la isla Gran Malvina de la isla Soledad. Fueron ocho kilómetros, tres horas, nueve grados. Y, aun así, el agua no le pareció fría. Desde entonces, no ha vuelto a las aguas abiertas. —A veces, antes de acostarme, pienso en los momentos anteriores al cruce del mar Báltico. Y me siento ahí. Ahora, lejos del mar, sueña con dar un paso ínfimo y extremo: poder sentir el agua en cada una de sus moléculas. En sus tetraedros, en sus dos átomos de hidrógeno, en su átomo de oxígeno. Las uniones inestables que provocan ese agradable y rotundo estado de liquidez.



actualidad

La herida y la cicatriz A 36 años de la Guerra de Malvinas, 90 soldados caídos en combate recuperaron su identidad luego de un trabajo forense liderado por la Cruz Roja. El cordobés Horacio Giraudo, de Hernando, es uno de ellos. Por Juan Pablo Carranza / Fotos: Gentileza familia Giraudo y Fundación No Me Olvides

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ace más de 36 años Oscar Giraudo despidió a Horacio de la casa de sus padres en la localidad de Hernando. Fue la última vez que vio a su hermano menor. La carta del Ejército decía que Horacio debía presentarse el 2 de febrero de 1982 en Río Cuarto para hacer el servicio militar obligatorio. Era otro joven al que lo tocaba la colimba. El fin de semana anterior a su partida, la familia Giraudo despidió a Horacio con un buen asado. Era sabido que las bondades gastronómicas escaseaban en los cuarteles y un buen bife de chorizo y unas costillas no venían mal antes de adaptarse al menú de las barracas. Ese lunes, Don Giraudo, un chacarero de la capital nacional

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del maní, se despertó temprano como siempre y llevó en la chata a su hijo y a otros tres colimbas más del pueblo hasta Las Higueras, la base militar que les habían asignado. Fue el último territorio cordobés que pisó Horacio. La decisión La dictadura militar buscaba un escape a su ineludible colapso. Malvinas parecía la causa redentora para amortiguar la caída. La salida terminó siendo una aventura nacionalista, que por más coraje de los soldados argentinos nunca tuvo chances reales de victoria contra uno de los ejércitos más modernos del mundo. El 2 de abril de 1982, el ex presidente de facto, Leopoldo Fortunato Galtieri, anunciaba la “recuperación” de las Islas. Menos


Horacio Giraudo (derecha) junto a dos de sus compañeros de Regimiento.

El ex combatiente Julio Aro fue clave para la recuperación de la identidad de sus compañeros caídos.

de tres meses después, las mismas Fuerzas Armadas que habían pronosticado el éxito de la empresa militar, se retiraron de las Islas en silencio y trataban de esconder el desastre del regreso. El final de la dictadura se precipitaba. El enfrentamiento que marcó a los argentinos duró 74 días y dejó 649 soldados argentinos caídos en combate: 649 héroes.

penetrante viento austral le sirvió para recordar. Julio es profesor de natación y sabe cuánta sangre produce el organismo diariamente, cuántos latidos por minutos realiza el corazón y cuáles son los mecanismos regulares del cuerpo humano. Lo que nunca supo hasta ese día fue la cantidad de lágrimas que podía producir una persona al encontrarse con su pasado. Las pocas horas en las que estuvo en el cementerio de Darwin fue un solo llanto. No entendía dónde estaba ni quién había colocado ahí los cuerpos de sus compañeros. ¿Por qué yacían en Darwin si él mismo había enterrado a sus compañeros en las trincheras, en el campo de batalla? A pesar de las cruces blancas dispuesta simétricamente y los senderos trazados con prolijidad inglesa sobre el césped verde y húmedo, para Julio ese paisaje era un laberinto. La incertidumbre de no encontrar a los compañeros que había enterrado en el campo de batalla lo superó. La placa “soldado argentino sólo conocido por Dios” se repetía en todos lados y él no paraba de llorar. Eran 121 placas. Eran 121 interrogantes con los que volvió de ese viaje.

La herida Tras la derrota, Malvinas se convirtió en una herida abierta y supurante para todos los argentinos. Para Julio Aro, un ex combatiente del Regimiento Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, era puro dolor. Durante años no quiso ir a las islas. Se rehusaba a tener que presentar su pasaporte en un territorio argentino que él había defendido junto a sus compañeros. Era orgullo mezclado con bronca. Pasó años con esa angustia hasta que un día, después de 25 aniversarios de la guerra, dolorido, no aguantó más y decidió volver a Malvinas. Cuando aterrizó no lo podía creer. Ese lugar había sido suyo. Apretó los dientes cuando vio el sello en la hoja del pasaporte al pasar por migraciones. Pero casi instantáneamente se dio cuenta de una cosa: era solo papel. Era el año 2008 y Julio Aro no sabía que su vida volvería a cambiar. Cuando llegó al cementerio de Darwin, Julio cerró los ojos e inspiró fuerte. Estaba en Malvinas. Una sola bocanada del

La búsqueda Julio Aro volvió a su casa más tranquilo, pero con más preguntas que respuestas. Una charla con su madre terminó por ha-

cerle entender lo que debía hacer: buscar respuestas. –Vieja, lo que más me jodió del cementerio fue no encontrar a mis compañeros. Lo caminé y lo caminé pero no lo entiendo. –Yo no hubiera estado un segundo sin buscarte. La respuesta lo impactó y quedó grabada a fuego en su memoria. Tenía que buscarlos. El mapa A Geoffrey Cardozo le tocó ir a Malvinas después de la guerra. Este capitán del ejército británico tenía dos misiones. La primera era controlar a la tropa que comenzaba a impacientarse luego de un par semanas en unas islas en los confines del mundo. La otra parecía un castigo: recoger los cuerpos del campo batalla y darles sepultura. Durante la guerra los caídos argentinos eran enterrados con total precariedad. Sin herramientas y atravesados por el fuego enemigo, los soldados no tenían cómo honrar a los caídos que yacían apenas a un metro bajo el suelo o tapados con piedras o mantas. Los funerales eran vértigo y angustia. Cardozo desenterró los cuerpos mal sepultados, tomó sus pertenencias ajadas, los limpió, los envolvió en un manto blanco, luego en una bolsa negra y por último los colocó en un ataúd de madera para fienergía + 13


cumento con detalles y la descripción de las pertenencias de los soldados argentinos enterrados en Darwin. No lo podía creer. Vio escrito en el papel con una caligrafía nítida y prolija, y distinguió claramente un número de DNI argentino y a su lado decía parcela A, fila 2, tumba 15. Apenas regresó a la Argentina buscó ese número de documento. Era el del soldado correntino del Regimiento 12° de Mercedes, Gabino Ruiz Díaz. Y estaba enterrado en la parcela A, fila 2, tumba 15. Nacía la Fundación No Me Olvides. Por primera vez, Julio Aro tenía en sus manos la llave para recuperar las identidades de los caídos argentinos. Ahora tenían que convencer a las familias y a los gobiernos de que les permitieran hacer un trabajo de exhumación.

Después de 36 años, Oscar Giraudo y su hermana pudieron estar frente a la tumba de Horacio en Malvinas.

nalmente enterrarlos en el cementerio de Darwin, donde descansan 237 soldados argentinos. En una hoja Cardozo fue registrando los lugares y las pertenencias de cada uno de los soldados, de los que pudo. En ese mapa escribió el DNI de Gabino Ruiz Díaz y a su lado parcela A, fila 2, tumba 15. Tenía en sus manos el tesoro más grande para las familias argentinas: la clave para las identidades. La incertidumbre El 19 de marzo 1991, el cordobés Oscar Giraudo fue por primera vez a Malvinas junto con su padre. Llegaron un día de plomo. Sintieron, al aterrizar en la base militar de Puerto Argentino, el rigor y la distancia de los británicos. Los cañones aún estaban calientes. Oscar Giraudo y su padre no sabían con qué se iban a encontrar. Pero les habían advertido sobre la posibilidad de no encontrar la tumba de su hermano. “Nos dijeron que si no encontrábamos a nuestro familiar tomáramos la tumba de otro soldado y le recemos. Seguramente alguien iba a pedir en la suya”, cuenta con una sencillez avasallante Oscar. Así fue. Con su padre recorrió cada rincón del cementerio de Darwin. Vio cada una de las placas que tenían nombre propio. Ninguna era la de su hermano. Finalmente, padre e hijo se arrodillaron 14 energía +

en una tumba cualquiera como si fuera la suya. Rezaron, lloraron y le dejaron algún recuerdo. Estaban cerca de Horacio. Pero Horacio no estaba allí. Era un soldado argentino sólo conocido por Dios. La clave Después del primer viaje a las Islas tras la guerra y aquel diálogo con su madre, Julio Aro se había convencido de que su misión era buscar una reconciliación. Ese mismo año, conmovido por todos los sentimientos que habían aflorado, viajó a Londres. Un programa para la reconciliación entre los familiares de excombatientes le abrió la posibilidad de conocer a quienes habían sido sus adversarios, y empezar así su sanación. Nunca imaginó que al intentar aliviar su herida encontraría la respuesta que había estado buscando. En un encuentro casi fortuito, el gobierno británico designó a Geoffrey Cardozo, ya coronel retirado, para que le hiciera de traductor a Julio Aro durante ese viaje diplomático. Él, que no sabía decir ni yes, se sinceró con su intérprete. Le contó la sensación que le había producido su viaje a la Islas, su paso por el cementerio de Darwin y el hecho de no haber podido encontrar a sus compañeros caídos. Al frente suyo estaba la clave. Julio Aro todavía se acuerda del día en que en Geoffrey Cardozo le dijo que tenía un do-

El miedo Después de 25 años hasta las heridas más grandes dejan de sangrar. Se convierten en recuerdos, dolores o cicatrices. Todos los cuerpos se adaptan. Y para casi todas las familias, Malvinas era eso, una marca imborrable pero que ya no lastimaba. El tiempo muchas veces cura. Pero las heridas mal curadas vuelven rápidamente a doler con el más mínimo roce. Cuando Julio comenzó a buscar a los familiares de los caídos para darle la novedad de su hallazgo, sin querer reavivó ese dolor. Lo que había sanado mal ahora volvía a supurar. La primera resistencia de las familias fue muy difícil de saldar. Las historias espantosas que circulaban sobre la muerte de los soldados argentinos generaban mucho dolor. Se hablaba de que el ejército británico había cometido atrocidades con los cuerpos de los caídos: descuartizamiento, vejaciones, decapitación. Todo parecía agregarle sal a la llaga. La Fundación No Me Olvides proponía crear una comisión internacional de forenses a cargo de la Cruz Roja para exhumar los cuerpos, extraer muestras de ADN y compararlo con un banco de registro genético de los familiares. Buscaba todo tipo de avales internacionales y alentaba a los familiares con el hallazgo de Gabino Ruiz Díaz. Poco a poco la necesidad de saber dónde yacían sus héroes comenzó a crecer. Algunas familias mantuvieron su decisión y no aceptaron participar de los estudios para crear el banco de ADN. Pero la espe-


ranza de sanar definitivamente comenzó a quebrar el tabú de intervenir el sagrado descanso de los caídos. Tirar el muro Al recelo familiar de perturbar ese descanso se le agregaba la distancia política entre el gobierno británico y el argentino por aquellos años. En 2012, el acuerdo para que la comisión internacional compuesta por miembros de ambos países pudiera exhumar los cuerpos y confirmar sus identidades a través de las pruebas de ADN tambaleaba seriamente. Todo indicaba que las gestiones estaban a punto de caer al vacío y regresar al punto de inicio. Julio Aro estaba desesperado. La noticia del proyecto llegó hasta los oídos de Roger Waters, que ese año tenía prevista una parada en Buenos Aires para brindar un nuevo recital del clásico disco de Pink Floyd, The Wall. La causa de Malvinas tocó una fibra íntima del cantante británico, que sabía de los horrores de la guerra porque nunca conoció a su padre, que murió en la Segunda Guerra Mundial. Roger Waters logró una entrevista con Cristina Fernández de Kirchner y el proyecto se reencauzó. Los oficios del líder Pink Floyd contribuyeron para que la propuesta de Julio Aro y Geoffrey Cardozo llegara a buen puerto en un momento en que se podía llegar a perder todo el trabajo realizado hasta el momento. La exhumación En junio de 2017 la comisión de la Cruz Roja comenzó a trabajar en las Islas. El invierno austral calaba los huesos de los tres miembros del Equipo de Argentino de Antropología Forense (EAAF) designados por el gobierno argentino para la misión. Al pié del cementerio de Darwin montaron un laboratorio y comenzaron su tarea. Acostumbrados a trabajar con tragedias humanas y escenarios hostiles, como cuerpos en fosas comunes o matanzas, la exhumación en Darwin los dejó estupefactos. El respeto con el que habían sido enterrados los soldados argentinos era abrumador. Los cuerpos, con sus pertenencias solamente deterioradas por el tiempo, estaban envueltos en un manto blanco, luego en una bolsa negra y cada uno tenía un cajón.

El trabajo científico fue ágil. El cuidado en el entierro les permitió ahorrar mucho tiempo. Pronto tuvieron todas las muestras que necesitaban para compararlas con las de los familiares de los caídos. Los resultados estuvieron unas semanas después: 90 de los 121 soldados argentinos solo conocidos por Dios habían recuperado su identidad. Dejaban de ser héroes NN. Faltaba el último paso: darle la noticia a todos los familiares. A todos. A los que habían encontrado a su ser querido y también a los que no. El dolor y la noticia En enero pasado el gobierno nacional ya tenía los resultados. Quiénes eran y dónde se encontraban sepultados 90 de los 121 soldados caídos que hasta ese momento no tenían identificación. A Oscar Giraudo lo esperaba un nuevo encuentro con su hermano. Un viernes de un calor infernal de verano, Oscar viajó a Córdoba. Funcionarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y miembros del equipo de forenses que había participado en las islas le comunicaron el resultado de la investigación. Se sentó tranquilo en la mesa y escuchó. Le explicaron el proceso de exhumación que habían realizado, que finalmente habían dado con la tumba de su hermano y que tenía unas pocas pertenencias con él. Oscar se emocionó serenamente. Sintió alivio, un alivio que llegó después de 36 años. Junto con él otras tres familias cordobesas recibían la misma noticia. El sol El 26 de marzo de este año, luego de un intenso trabajo de recopilación y cotejo de ADN del que participaron científicos argentinos, británicos y españoles, dos aviones con familiares de excombatientes argentinos aterrizaron en Puerto Argentino. Era un día soleado. Después de su primer viaje en 2008, Julio Aro regresó varias veces a las Islas. No recuerda un día tan perfecto como el del 26 de marzo. El trabajo de casi una década y la angustia de más de 35 años llegaban casi a su fin. Aún quedan 31 héroes sin identificar. Pero ese día era perfecto. La herida entre los pueblos parecía haberse curado. Aquel recibimiento hostil y estricto que comentó Oscar Giraudo

LOS CUERPOS, CON SUS PERTENENCIAS SOLAMENTE DETERIORADAS POR EL TIEMPO, ESTABAN ENVUELTOS EN UN MANTO BLANCO, LUEGO EN UNA BOLSA NEGRA Y CADA UNO TENÍA UN CAJÓN

que había sentido en 1991 cuando aterrizó junto a su padre en las Islas, era sólo un recuerdo. Los oficiales británicos saludaron amablemente a los argentinos e inclusive algunos intentaron algún saludo en español. Nacía una nueva etapa. Cada uno de los familiares recibió la ubicación de la parcela y los números de la fila y de la tumba. Identificados con carteles de colores, aquellos que desesperadamente buscaban a sus seres queridos hace 21 años y no los encontraron, ahora tenían la certeza de saber dónde está su hijo, su padre, su marido o su hermano. Geoffrey Cardozo y Julio Aro caminaron juntos por Darwin, se abrazaron y recibieron los abrazos de los familiares de los héroes argentinos. Era un día soleado y casi no corría viento. Oscar Giraudo se había acostumbrado a la ausencia de Horacio. Ahora era uno de los 90 caídos que habían sido identificados. Tenía un cartel de color azul atado con un cordón también azul a su cuello. Repasó la parcela, la fila y el número de tumba y fue hasta allí. 36 años después pudo ver el nombre de su hermano en una cruz blanca en Malvinas: Horacio Giraudo. energía + 15


Realidad gremial

Foto: Luis Guedes

“El Cispren es una trinchera para defender nuestro oficio” Nacido en los albores de la recuperación democrática, la entidad gremial que defiende los derechos de los trabajadores de prensa de la provincia enfrenta el desafío de lo que según su secretaria general es “la crisis más profunda de la historia de la actividad”. Por César Pucheta

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ara rastrear la historia del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren) es necesario remontarse al recorrido histórico de dos instituciones que lo precedieron y, de cierta forma, sentaron las bases de su existencia: el Círculo de la Prensa y el Sindicato de Prensa de Córdoba. El primero había nacido en 1936, en medio de la década infame pero apenas unos meses después de la asunción de Amadeo Sabattini al frente de la gobernación provincial, que abría en Córdoba una luz de esperanza sobre los procesos democráticos que podían incluir, también, 16 energía +

a los trabajadores organizados. Con el objetivo de agrupar a los periodistas y defenderlos de los conflictivos que comenzaban a experimentarse en la vida laboral de los trabajadores de prensa, aquella fue la primera expresión gremial de los periodistas cordobeses que sólo registraba un antecedente trunco en el “Centro de Cronistas” de 1882. La filial cordobesa del Sindicato de Prensa nació al calor de la sindicalización masiva impulsada por el peronismo en septiembre de 1953, que también significó la integración activa de los trabajadores de prensa al movimiento obrero organiza-


do, ya que la nueva organización comenzó a formar parte desde su nacimiento de la Confederación General del Trabajo (CGT), tal como explica Roberto Reyna en “Una ejemplar defensa de los derechos de los trabajadores de prensa. Notas sobre la historia del Cispren”. El círculo y el sindicato tuvieron un recorrido paralelo a lo largo de los tumultuosos años en los que coexistieron con golpes militares, intervenciones y persecuciones. Juntos formaron la Intersindical de Prensa que fue determinante en la lucha que derivó en la firma del Convenio Colectivo de 1975. Hacia finales de la dictadura y el resurgir organizacional de las bases políticas los trabajadores de prensa de Córdoba empezaron el proceso de unificación entre el círculo y el sindicato que finalmente se concretó con la recuperación democrática: el 28 de septiembre de 1984, el Ministerio de Trabajo de la Nación aprobó los estatutos que dieron nacimiento definitivo al Cispren. EL SINDICATO HOY De aquella historia han pasado más de tres décadas en las que no sólo la democracia fue creciendo a los ponchazos sino que el sindicalismo fue resistiendo en la medida de sus posibilidades los embates de los nuevos tiempos. Pero también el periodismo y la actividad de prensa en general experimentaron cambios arrolladores que convulsionaron la vida laboral, sobre todo en los últimos años. Mariana Mandakovic entiende que en la comprensión de esos cambios está el principal desafío del Cispren hoy, por eso desde que comenzó la campaña que la convirtió en Secretaria General de la entidad a finales de 2017 se propuso la difícil tarea de “dar vuelta el sindicato como una media”. Barajar y dar de nuevo, en metafórico lenguaje jauretcheano. “Nuestro principal desafío es construir una institución que responda a las necesidades de estos tiempos. Hay un quiebre profundo en la actividad tal como la veníamos entendiendo hasta ahora y que tiene que ver centralmente con la incorporación de las nuevas tecnologías y nuevas formas de producir y consumir información”, dijo al recibir a Energía+. “Si nos quedamos anclados en la vieja idea de lo que significaba el trabajo en relación de dependencia en los medios analógicos de las viejas redacciones, nos

convertiremos en un sindicato en vías de extinción. Tenemos que pensar cómo empezamos a discutir con esas generaciones las condiciones de la actividad más allá de la existencia de un convenio colectivo de trabajo, del derecho a las vacaciones, las horas extras o la licencia por maternidad. Hoy las mujeres están pensando en otra cosa y no en ser madres”, afirmó la primera Secretaria General mujer de un gremio de prensa en nuestra provincia. ¿Imaginaba un escenario así hace un tiempo? Posiblemente no sea el escenario que queríamos como trabajadores, porque cuando uno pone en debate toda la acti-

MARIANA MANDAKOVIC. Secretaria general .

vidad pone en juego conquistas laborales que son históricas. Pero lo tenemos que hacer porque esto no se detiene. El desarrollo tecnológico puede no gustarnos pero hay que hacerle frente a esa realidad porque sí es posible identificar un sujeto que se constituye como trabajador y que puede pelear por nuevas reivindicaciones laborales en un marco que es muy distinto al que enfrentaron las generaciones anteriores. Si vos no tenés un lugar para encontrarte con tus pares, para poner en diálogo la experiencia y las inquietudes, si no tenés un espacio desde donde encauzar todo eso, todo se vuelve más difuso y más flexible.

¿El sindicato sigue siendo un lugar por dónde canalizar todas esas discusiones? Por supuesto, pero además este espacio debe servir para reivindicar la función social que tiene la actividad. Las formas del trabajo se pueden modificar con el tiempo pero hay una función social de la actividad que está en los fundamentos de nuestro oficio. Vos no producís información porque sí y no producís información para vos mismo, sino que producís información para la sociedad. Si nos sentimos parte fundamentales en la construcción de una sociedad democrática y actuamos en consecuencia, tenemos que poder afrontar el desafío de discutirlo en todos lados, porque eso es parte del trabajo que hay que llevar adelante para la construcción de los cambios culturales que refuercen nuestra identidad como integrantes de la clase trabajadora. En estos momentos hay un montón de compañeros que perdieron sus trabajos y que han abierto sus propios medios y funcionan de modo independiente dejando a un costado sus históricas relaciones de dependencias con las empresas en las que trabajaban. Eso generó un gran número de desafiliaciones, pero nosotros entendemos que si se mantiene la consciencia que te reconoce como trabajador se mantiene el argumento suficiente para formar parte de esta casa. ¿Es una tarea de reinvención la que se propone hacia adelante? Hoy está todo por inventarse en materia de comunicación porque la disputa es muy grande. En terrenos geopolíticos la lucha por la información y por las comunicaciones ya se ha planteado. El sistema se está cayendo a pedazos y los medios que subsistían gracias a la publicidad están viendo cómo hacen para buscar el financiamiento que les permita seguir existiendo. ¿Cuáles cree que son los logros históricos del Cispren? A mí me gusta hablar de la significación que tiene el Cispren como sindicato. Somos un sindicato que articula de modo permanente con otros sindicatos y que promueve una cuestión cultural muy importante que tiene que ver con una identidad de clase. El Cispren aparece como una trinchera desde la cual protegemos la actividad que desarrollamos en un espacio desde el cual defendemos el oficio y eso es energía + 17


“Las formas del trabajo se pueden modificar con el tiempo pero hay una función social de la actividad que está en los fundamentos de nuestro oficio” fundamental. El haber dado el debate del por qué no una colegiación en el marco de una sociedad cada vez más individualista y haber mantenido el sindicato como espacio para la defensa y la promoción del derecho a la comunicación me parecen algunos de los logros más importantes de la historia del sindicato. ¿Por qué no una colegiación? Porque vos no le podes dar la palabra solamente a quién tiene una matrícula, simplemente porque la palabra la tenemos todos. Lo que sí podes exigir son espacios de debate para ver cómo se da la rigurosidad del oficio. Como país adherimos a una serie de tratados internacionales que nos permiten entender a la comunicación como un derecho y no podemos pasar por encima de eso para darle voz a un determinado número de personas matriculadas. La realidad de Córdoba está muy marcada por las nuevas formas pero también por la pérdida de puestos de trabajo ¿Cómo está la actividad? Es una realidad muy complicada pero no sólo en Córdoba. Estos fenómenos se dan a nivel país y a nivel mundial. Estamos en frente de la crisis más profunda de la historia de la actividad, eso repercute y mucho en el sindicato. Hay un cambio estructural que debe manifestarse en un cambio cultural hacia adentro del sindicato porque si no, no tiene mucho sentido nuestra existencia. El tema es que ante el cierre de cadenas de noticias que nadie pensó que alguna vez iban a cerrar se abren desafíos 18 energía +

Foto: Carlos Cortéz

que tienen que ver con nuestra actividad y que debemos plantearnos para saber cómo seguimos. Mis hijos no miran más televisión. ¿Cuánta gente lee un diario? ¿Cuántos pibes escuchan la radio como compañía o tienen el televisor encendido como uno más en la mesa? Creo que debemos replantearnos esas realidades porque también tenemos que problematizarnos en torno a cuán importante es estar informado para poder tomar decisiones porque eso es lo que está en disputa. Netflix no te va a servir para saber a quién tenés que votar. O sí, pero te va a direccionar de un modo muy tendencioso. SER MUJER Mariana Mandakovic es la primera secretaria general del Cispren en un momento clave en la lucha por las reivindicaciones de género que cruzan todos los planos de la vida como sociedad. De todos modos, afirma que ser mujer en los medios de comunicación “es y fue muy difícil”. “¿Qué mujeres conducen programas políticos o económicos en Córdoba? Hay algunas, es cierto, pero son dos o tres. ¿Qué pasa que las mujeres estamos para acompañar, para el clima, para los espectáculos y nada más? No me parece un dato menor porque creo que eso es una expresión del sistema”, explicó y analizó: “El sindicalismo tiene una estructura verticalista y patriarcal porque eso está vinculado directamente con el capitalismo, ni más ni menos. Las mujeres somos doblemente explotadas: como reproductoras y como productoras de la fuerza de trabajo. Te necesitan más some-

tida porque si no el sistema no funciona”. ¿No cambió nada? Bueno, en el último tiempo se discuten más estas cosas. Se habla del trabajado no remunerado y del trabajo invisibilizado que en un 60 por ciento siguen llevando adelante las mujeres. Hay un reconocimiento pero eso no implica que no sea complicado. De todos modos yo creo que es positivo que todo esto salga a la luz y que lo reconozcamos. ¿Qué pasa en el sindicalismo? Por suerte ahora hay un poco más de mujeres haciéndose cargo de las conducciones gremiales. Durante años estuvimos relegadas a ocupar espacios específicos: cultura, archivos, bibliotecas, en el último


Foto: Carlos Cortéz

tradicionales. Me parece que lo nuevo viene dado por estas formas de manifestación que ponen en cuestionamiento pautas culturales centrales que afectan a la sociedad en su conjunto. Si estamos viendo que eso sucede, ¿por qué no nos empezamos a involucrar como sindicatos en esa dinámica? Me parece muy interesante lo que se está logrando con la Mesa Intersindical de Mujeres, por ejemplo. Es una experiencia muy amplia en la que están confluyendo sectores diversos y que demuestra que cuando los horizontes están claros uno puede construir colectivamente, incluso con expresiones que son muy diferentes a la tuya. Eso rompe esquemas y está buenísimo. tiempo género. Por suerte se ha ido abriendo. Hace mucho que venimos demostrando que somos capaces de tomar las riendas. Hace un tiempo parecía imposible, ahora cambió. No del todo, pero hemos ido ganando espacios. ¿Y cómo ve la lucha en general con respecto a este tipo de reivindicaciones? Creo que la lucha de clases hoy está expresada en las reivindicaciones de género y en las luchas ambientalistas. Todo lo otro está, existe, pero está todo tan atomizado y nos vienen pegando tanto con la construcción simbólica que se hace de los gremios (“gordos”, “burócratas”, “corruptos”) que termina resultando muy costoso plantear las dinámicas sindicales desde las formas

EL CISPREN EN EL MAPA SINDICAL Para Mandakovic el gremio que conduce tiene “un rol articulador indispensable” en el actual escenario sindical de la provincia. “Nosotros estamos alineados en la CTA Autónoma y desde ese lugar planteamos la defensa de nuestros pilares básicos que son la autonomía de los partidos políticos, de los gobiernos y de los patrones. Ahora bien, la autonomía tiene que estar dada, principalmente, hacia adentro del Cispren y yo creo que hoy es así. Nuestra autonomía nos permite sentarnos a discutir y a articular con cualquier otro sindicato. Ese es otro cambio por el que tenemos que apostar: el poder articular entre las diferentes organizaciones gremiales más allá de nuestros alineamientos nacionales

porque tenemos que trabajar para cambiar cuestiones concretas de nuestra realidad cotidiana”, disparó a modo de desafío al interior y al exterior de la entidad que representa. ¿Cómo ve el movimiento sindical hoy? Veo que hay mucha contradicción y que estamos en condiciones de empezar a despejar incógnitas. Hay que apelar a la democratización del sistema, aunque sé que es difícil porque si mañana me aparece un sindicato paralelo voy a tener que aceptarlo por más que no me guste, pero hay que avanzar porque el unicato es un gran problema, como lo son los sindicatos empresarios que tienen un discurso para afuera y para adentro se comportan igual o peor que los empresarios más inescrupulosos. Tenemos que plantearnos por qué llegamos a estar a punto de discutir una reforma laboral que va a ser perjudicial para la clase trabajadora. ¿Qué pasó? ¿Qué nos pasó? ¿Qué hicimos mal para que la mayoría de los laburantes de este país haya votado a Macri y lo sigan votando? Yo entiendo que hoy estamos ante una oportunidad y que esa oportunidad es lo que hay que debatir, pero todo lo que perdimos ya está perdido. Retrocedimos y tenemos que hacernos cargo.

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institucional

La Casa del Estudiante cumplió 15 años La residencia estudiantil del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) celebró sus 15 años. Representa una oportunidad única para que las hijas e hijos de trabajadores afiliados al gremio cursen sus estudios superiores en la ciudad de Córdoba.

Casa del Estudiante

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a Casa del Estudiante celebró su 15° aniversario en un emotivo acto que reunió a toda la familia lucifuercista. El 24 de abril el Auditorio Luis Gagliano del SiReLyF fue el lugar de encuentro entre estudiantes, egresados, familiares, personal administrativo, maestranza y miembros del Consejo Directivo y de la Casa que brindaron por el presente de este proyecto. “La responsabilidad que tenemos de venir a este lugar es con nosotros mismos,

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con nuestras familias y al mismo tiempo con el sindicato que nos da la posibilidad de estar acá. Nos da el lugar físico para que podamos desarrollar nuestras aptitudes y habilidades. Más allá de la exigencia que es estudiar, porque para eso venimos y es nuestra única obligación, ya que nos abre la puerta a un futuro mejor y nos da herramientas para manejarnos”, dijo Erika Pereyra, quien hace tres años vive en la Casa del Estudiante. Llegó desde Villa Dolores para estudiar medicina en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y hoy también cursa el profesorado de Biología en

el Instituto de Educación Superior Simón Bolívar. La Casa es una residencia creada para que los hijos de los afiliados puedan continuar sus estudios superiores en la ciudad de Córdoba. El espacio fue ideado para que puedan dedicar todo su tiempo al estudio sin otras preocupaciones. El propósito es que se respete la privacidad de los residentes en un ambiente seguro y agradable con valores cooperativos. Hay un reglamento interno de convivencia y de rendimiento académico que los estudiantes tienen que cumplir para permanecer


“LA CASA DE ESTUDIANTE NO ES SÓLO EL SUEÑO DE NUESTROS PADRES Y DE LOS TRABAJADORES. ES EL SUEÑO DE GENERACIONES QUE LUCHARON POR UNA VIDA DIGNAS”

en la residencia. Entre estos requisitos está aprobar el 75 por ciento de las materias por año para poder continuar viviendo allí. En muchas familias de trabajadores de pueblos y ciudades del interior de la provincia de Córdoba es difícil y hasta económicamente imposible que uno o más de sus hijos estudien en Córdoba. La Casa nació en 2001 con el objetivo de que tengan mayores oportunidades para acceder a la vida académica. Jacinto Tomasetti es de Oncativo y desde 2016 vive en la residencia junto a otros 95 estudiantes. Está en tercer año de la carrera de Abogacía. Tito, como lo llaman, compartió unas palabras en el acto conmemorativo del 15° aniversario de la Casa y destacó el significado que tiene para sus beneficiarios. Habló sobre algunas de las muchas cualidades que tiene

en términos económicos, sociales, culturales, académicos y políticos: “En el aspecto económico nos facilita la vida en la ciudad gracias al bajo costo de su precio mensual convirtiéndose en un instrumento ejemplar para la realización de derechos fundamentales como es el derecho a la educación. Este aspecto cobra una relevancia primordial en el contexto actual”, dijo el estudiante. Se trata de un edificio confortable de seis pisos con capacidad para 96 personas, con instalaciones totalmente acondicionadas para los jóvenes que llegan de diferentes localidades de Córdoba. Cada piso del inmueble tiene 16 habitaciones para dos personas cada una, con baño privado, comedor y lavaderos de uso común. Tiene cobertura para emergencias médicas las 24

horas, espacios de uso común para el estudio individual y grupal, biblioteca, living, computadoras, acceso a Wi-Fi, calefacción y aire acondicionado, televisión y quincho. La Casa está en barrio Centro, lo que posibilita la movilidad de los jóvenes hacia las diferentes instituciones públicas y privadas que hay en toda la ciudad y en el Gran Córdoba. El SiReLyF adquirió el edificio del viejo Hotel Mediterráneo ubicado en Deán Funes y Marcelo T. de Alvear, lo arregló y convirtió en esta casa modelo. Fue inaugurada formalmente el 24 de abril de 2003. “A los jóvenes que pasaron por la Casa y hoy son profesionales les digo que no se olviden de lo que significó en su vida esta decisión de un grupo de hombres y mujeres que integramos el Sindicato y que es un esfuerzo grande de todos los afiliados, porque esto no es obra sólo de un Consejo Directivo sino que es una decisión que se toma orgánicamente y que el paso de los años nos ha permitido ver que ha sido una decisión exitosa”, dijo Eduardo Brandolín, secretario general del SiReLyF en el acto conmemorativo. En la misma sintonía, Máximo Brizuela, subsecretario general del SiReLyF, se refirió al valor que tiene la Casa para cientos de familias que pueden acceder a la educación superior a través de este beneficio social que lleva adelante Gestión para el Cambio: “La Casa del Estudiante es un emblema de nuestra institución. Como afiliado al sindicato me siento orgulloso de contar con una estructura que acompaña y contiene a nuestros hijos, que tiende una mano a ese afiliado al que muchas veces se le complica energía + 21


cuando tiene dos o tres chicos estudiando y con los costos que eso implica. Pero más allá de eso, está la tranquilidad que le da a la familia que sabe que su hijo está contenido y acompañado por un equipo de trabajo que está preocupado y ocupado para que ese chico termine de estudiar”. Cientos de historias “Es irrefutable lo sustancial de nuestra historia para entendernos hoy y actuar en consecuencia. La Casa de Estudiante no es sólo el sueño de nuestros padres y de los trabajadores. Es el sueño de generaciones que lucharon por una vida digna, que le pusieron el cuerpo a las situaciones más adversas y muchas veces de tanto poner el cuerpo se encontraron con una bala en 22 energía +

el cuerpo”, dijo Jacinto Tomasetti durante el acto. Ana Caminos, su madre, también subió al escenario y se refirió al valor social que tiene para miles de familias que a través de este beneficio gremial pueden acceder a la educación superior. “Que nuestros hijos puedan llegar a la ciudad es totalmente invaluable, que puedan vivir, ser contenidos, estudiar y defender la dignidad de los trabajadores no tiene precio. Todos los trabajadores, los que tienen hijos y estudiaron en la Casa del Estudiante y los que no lo tienen, son los que sientan las bases para que todos tengan la oportunidad de educarse, vivir dignamente y defender los derechos de los trabajadores que son los que dejaron la vida para que todos los que

estamos acá y que puedan venir a cumplir su sueño”, expresó. Desde 2003 la residencia alberga a 96 personas provenientes de diversas localidades. A finales de cada año se envían las solicitudes de ingreso para el año académico siguiente en relación a la capacidad disponible. Algunos llegan desde cientos de kilómetros, con los miedos y la adrenalina de la experiencia por el comienzo de una nueva etapa de la vida. Vivir en Córdoba, convivir con otros, empezar a estudiar lejos de los amigos y de la familia. Viajar 200, 300, 400 o más kilómetros es costoso y el ritmo de estudio tampoco lo permite. Con el paso del tiempo, la Casa se convierte en ese segundo hogar con nuevas vivencias. Miguel Valente es el director de la Casa del Estudiante desde 2003 y a lo largo de 15 años ha compartido cientos de historias: “Los padres desde el primer día de la Casa, cuando los acompañan en el ingreso, ponen en nuestras manos sus tesoros más preciados, por los que asumimos el compromiso y agradecemos su confianza. Nuestra responsabilidad es poder ayudar, guiar y orientar en esta nueva vida que comienzan y que puedan estar tranquilos y seguros”, explicó sobre su rol. Al principio, para algunos estudiantes de la Casa, la idea de vivir en Córdoba es difícil: dejar el lugar de nacimiento, alejarse de la familia y los amigos, y volver siempre que se pueda. Otros lo viven de modo diferente. “Cuando sos de muy lejos ya tenés la idea de que tenés que irte. Más en un pueblo donde no tenés tantas opciones”, contó Federica Mansilla Faría quien se instaló en la Casa del Estudiante del SiReLyF para estudiar Papiloscopía, una rama de la Criminalística. Vive allí desde febrero de 2016: “Soy la primera de Canals que viene a la Casa”, dijo. Por su parte, cuando terminó el secundario, Marcia de Ocaña viajó desde Balnearia a la capital de Córdoba y se instaló en la Casa del Estudiante para estudiar Abogacía. “Mi vida está ligada a Epec y al Sindicato Regional. Me trasciende. Me formé gracias a ellos. Me vine de mi pueblo y estudié gracias al aporte del sindicato, yo y toda mi familia”, dijo. Georgina Perafan es la coordinadora administrativa de la residencia: “Encontramos sentimientos muy variados en la Casa: tenemos alegrías, tristezas, miedos, incertidumbres y uno trata de acompa-


“LOS PADRES PONEN EN NUESTRAS MANOS SUS TESOROS MÁS PRECIADOS. NUESTRA RESPONSABILIDAD ES AYUDAR, GUIAR Y ORIENTAR A LOS ESTUDIANTES EN ESTA NUEVA VIDA QUE COMIENZAN EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA”

ñarlos con la presencia, diciéndole a cada estudiante que estamos y que lo apoyamos. Son 96 chicos por lo tanto hay 96 sentimientos que vamos a observar todo el tiempo”, dijo Perafan. El acompañamiento es una de las principales tareas que llevan adelante los integrantes de la residencia. Desde el director, la coordinadora y los guardias de ingreso y maestranza están presentes para que las chicas y chicos que estudian se sientan bien, contenidos y seguros entre todos. Karen Acuña llegó hace cuatro años desde Deán Funes y estudia Fotobiología: “Tenemos compañeros que nos acompañan y nos ayudan porque es un cambio grande venir a esta ciudad desde un pueblo. Para mis papás es muy importante esta Casa porque ellos no pudieron terminar una carrera. Y acá la parte económica es accesible y saben que estamos bien. Mi hermana Carla ingresó este año a mi piso y un hermano pasó por acá también hace varios años. El guardia llama a emergencias cuando necesitás, siempre tenés a alguien que te atienda y te ayude. Eso viviendo solo no te pasa. Acá hacés amistades de por vida, nunca estás solo”. En la celebración también estuvieron presentes egresados que agradecieron la oportunidad que representó la Casa para el desarrollo de su formación profesional. Javier Aguilera es uno de ellos: “He tenido el privilegio de estar cuando se inauguró

la Casa en 2003 y ha sido una experiencia muy grata porque, además de formarme profesionalmente, he tenido la oportunidad de iniciarme laboralmente”, dijo. Estudió Medicina y fue una de las primeras camadas de egresados que tuvo la casa. Hoy Javier Aguilera trabaja en Regional Luz y Fuerza, la obra social del gremio. “Mientras estudiaba mis carreras de grado tuve la enorme oportunidad de vivir en la Casa del Estudiante. Me gradué de dos carreras estando en la Casa y para mí el paso por ese lugar fue excelente. Tengo recuerdos muy gratos de estar ahí, de muchas amistades que hice de muchos pueblos del interior de la provincia”, contó María Fernández Suárez, hoy doctora en Ciencias Químicas y en desarrollo de una estancia posdoctoral con una beca Conicet en la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC. Mariano Daniel Fernández es abogado y trabaja en la Comisión Nacional de Energía Atómica que depende del Minis-

terio de Energía y Minería de la Nación: “Fue una experiencia inolvidable, crecí a nivel personal y como profesional, y conocí personas muy buenas. Conviví con una gran familia”, contó. Como sucede en muchas familias de trabajadores, Mariano Fernández fue el primer profesional universitario: “Va a ser recordado por nuestras familias e implica una gran satisfacción porque llevó un gran esfuerzo personal al dejar de lado vacaciones, encuentros con amigos, salidas, la posibilidad de un trabajo que me implicara ingresos de dinero. También que mi familia se esforzara para poder sustentar mi estadía en Córdoba, sacrificios, contención emocional ante diferentes situaciones a lo largo de seis años, un esfuerzo del sindicato que apuesta a un proyecto que es de primer mundo”. El abogado destacó: “No tenemos nada que envidar a otras experiencias de residencias estudiantiles que hay en el mundo, es un orgullo poder tener el nivel de confort, calidad y seguridad que hay en la Casa”. energía + 23


“Los afiliados aprovechan las posibilidades turísticas” Finalizó la temporada turística del verano 2018 en el Sindicato Regional de Luz y Fuerza. Desde la Secretaría de Turismo, Deportes y Actas compartieron un balance sobre las vacaciones de los trabajadores lucifuercistas. Turismo, Deportes y Actas

Ocurre que el afiliado últimamente pide durante todo el año reserva para ir a Las Cabañas de Cosquín los fines de semana. Siempre estamos organizando actividades como el Fin de Semana en Familia y el Fin de Semana del Niño, por ejemplo, para que disfrute y descanse todo el año. Es distinto con Mina Clavero en el Complejo Costa Alta, porque es más lejos para muchos y se necesitan más días. También se ha pedido el Complejo Valle del Sol en Santa Rosa de Calamuchita, donde alquilamos ocho cabañas. Es un lugar que se solicita mucho para los fines de semana largo. En Villa Gesell alquilamos el Hotel Huentala y está el hotel de la Federación; y en ambos hubo cordobeses. En este caso hay que tener en cuenta las distancias, por eso hemos trabajado más en las sierras también.

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urante enero, febrero y marzo los afiliados del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) accedieron a diversos destinos de Córdoba que incluyen los valles y las sierras de la provincia: Las Cabañas de Cosquín, el Complejo Valle del Sol de Santa Rosa de Calamuchita, La Colina del Sol en Villa Carlos Paz, el Hotel Costa Alta de Mina Clavero y la Hostería Huentala de Villa Gesell, en Buenos Aires. Mientras que a través de los convenios que se hacen con la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF) y los sindicatos hermanos que integran la entidad, también tuvieron alojamiento en La Cumbre y Villa La Merced (Córdoba), Bariloche (Río Negro), Villa Gesell y Mar del Plata (Buenos Aires), entre otros lugares. En la temporada 2018 los amantes de las sierras y los ríos cordobeses siguen eligiendo el complejo Las Cabañas de Cosquín en el valle de Punilla como lugar preferido para vacacionar en familia. María Alejandra Carrillo, subsecretaria de Turismo, Deportes y Actas del SiReLyF, dijo: “Nuestros afiliados aprovecharon al cien por ciento las posibilidades que da el sindicato en turismo. El trabajador lo tiene muy en cuenta y valora estas posibilidades. En verano ofrecemos propuestas interesantes y amplias que incluyen las sierras y el mar. Esta temporada pasó en nuestro sindicato lo que pasa en todos lados debido a la situación económica general: algunos contingentes en algunas fechas no se completaron. Para algunos compañeros fue mucho este año salir siete días, así que contemplamos casos particulares en los que pudieron ir menos días, siempre dependiendo de la disponibilidad. No

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ALEJANDRA CARRILO. Subsecretaria de Turismo, Deportes y Actas del SiReLyF

fue algo generalizado, hubo muchos contingentes completos, pero esa ha sido una particularidad de esta temporada. De todos modos, el balance de la temporada ha sido positivo”. La Secretaría de Turismo, Deportes y Actas es el área encargada de organizar la temporada estival. Lleva adelante un trabajo de coordinación y logística permanente que busca garantizar a los más de seis mil trabajadores y su familia, variedad de destinos para descansar y disfrutar de sus vacaciones. ¿Cuáles fueron los complejos que funcionaron este año y que dependieron de esta Secretaría? El complejo que siempre tiene más participación es el de Las Cabañas de Cosquín. Pero este año hubo muchos pedidos, más que otros años, para Mina Clavero.

¿En 2018 ha habido alguna nueva propuesta para los afiliados? Nosotros somos intermediarios de una agencia de turismo y ofrecemos viajes al exterior. Muchos han comprado viajes a Brasil, que siempre para los argentinos es un destino deseado. Maceio, Natal, Florianópolis, Camboriú han sido algunos de los destinos del país vecino a los que han ido los afiliados. En abril se hizo un viaje a Natal para jubilados y pensionados. Íbamos a sacar un solo contingente y finalmente fueron 120 jubilados en tres grupos a un hotel con todo incluido y salida al mar. Por otro lado, están los hoteles de la FATLyF de Mar del Plata, Villa Gesell, Bariloche y Villa la Merced. Mar del Plata es el destino más habitual para los que les gusta el mar. Bariloche fue muy pedido. ¿Cómo surgió el viaje para los jubilados? El viaje a Natal fue la primera experiencia masiva que se hizo desde la Secretaría.


Fue un éxito. Se hicieron encuestas para conocer las inquietudes y elegir un destino donde además de la belleza del paisaje los compañeros jubilados tengan actividades para hacer. A ellos les gusta andar, de manera que el destino tenía que ser un lugar que les brinde todo eso. Natal era una ciudad que se adecuaba a todo esto con el agregado de beneficios que buscamos pensando en nuestros viajeros. Fue un destino internacional con todas las características que eso tiene para el gremio, la empresa operadora y los afiliados. El viaje fue el 11 de abril para el primer grupo y el 13 y 18 de abril el segundo y tercer grupo, para volver a fines de mes. Fue muy gratificante. Una especie de viaje de estudios, pero con compañeros del gremio que quisieron pasarla bien. ¿Qué opinión tienen los afiliados? El lugar diferencial nuestro son Las Cabañas de Cosquín, porque lo que se genera ahí tiene un plus, un no sé qué que es diferente a otros lugares. Hay otros sitios como Mina Clavero donde la zona es hermosa para salir a recorrer, los afiliados no se quedan en el complejo sino que salen a conocer, a pasear, al río, todos lugares hermosos. Vuelven a la tardecita y recién ahí se encuentran con los compañeros de otras cabañas, no tienen tiempo de convivir. En

cambio, la zona de Cosquín no es muy tentadora para recorrer, entonces los afiliados se quedan en las cabañas, comparten espacios, campeonatos de bochas, de fútbol, de ping pong. Hay muchas actividades. Ellos mismos se organizan. Se genera otro clima.

Y el complejo de Santa Rosa de Calamuchita es muy completo, con pileta climatizada, con un gran servicio gastronómico, muy cómodo, cerrado, tranquilo, los chicos no tienen acceso a la calle.

Vacaciones en Entre Ríos Uno de los destinos sociales que también eligen las familias son los hoteles que ofrece la FATLyF en articulación con el SiReLyF. El Intersur Hotel Colón, de la ciudad de Colón en la provincia de Entre Ríos, es uno de estos lugares de alojamiento. Es un imponente hotel ubicado al frente de la costa del Río Uruguay que fue adquirido por el Secretariado Nacional de la Federación para que los afiliados de todo el país cuenten con un nuevo destino donde pasar una agradable estadía. “Es un hotel apuntado al turismo social por el lugar donde está ubicado. En la zona hay aproximadamente seis mil trabajadores afiliados. Son inversiones grandes que apuntan a lo social. Para nosotros, actos como estos significan un crecimiento y es importante para toda la zona”, dijo Eduardo Brandolín, secretario general del SiReLyF.

Hoy el complejo hotelero cuenta con 140 habitaciones distribuidas en seis pisos, con una capacidad total para 280 personas. Tiene servicio de gastronomía, salón de eventos, spa, pileta de natación climatizada, pileta de aguas termo-mineralizadas, cancha de tenis, gimnasio, clases de aquagym, entre otros servicios, para el disfrute y el descanso.

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Con nuevo camión, el Depósito Mutual hizo un viaje solidario El Sindicato Regional de Luz y Fuerza adquirió un nuevo vehículo para la entrega de artículos de la Operatoria del Hogar a sus afiliados. Además viajó a Salta para colaborar con donaciones en las comunidades afectadas por las últimas inundaciones. Institucional

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a Operatoria del Hogar del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) ofrece año a año 150 artículos para que los afiliados adquieran artefactos domésticos de forma financiada y a precio de fábrica. En 2017 el gremio adquirió un nuevo vehículo para visitar todas las localidades de la provincia donde se solicitan esos artículos. Se trata de un furgón IVECO modelo Daily 35S14, cero kilómetro, con cabina simple y aire acondicionado. Al igual que en el transporte anterior se colocó una caja de 4,5 metros de largo para llevar la mercadería. “En diciembre pasado se adquirió el nuevo camión y se hicieron los trámites. Se tuvo que carrozar porque no tenía la caja, como se le dice. En los primeros días de enero comenzamos a manejarlo. Antes teníamos un Ford 915 que ya tenía su uso. Era del año 2005 y habíamos recorrido más de un millón de kilómetros. Se rompía mucho por el deterioro de los años y el uso. Era necesario uno nuevo”, dijo Raúl Álvarez, subsecretario 2° de la Secretaría de Hacienda del SiReLyF e Integrante del Depósito de Acción Mutual y Operatoria del Hogar. El furgón llega a las 202 localidades de la provincia de Córdoba en las que el gremio de Luz y Fuerza tiene actividad. Se hace una hoja de ruta por zona para llegar a todos los pueblos y ciudades. De esta manera, semana a semana se realizan tres viajes a diferentes zonas de Córdoba para entregar los productos en tiempo y forma. Cada año se hace una campaña de promoción de la Operatoria del Hogar con el objetivo de difundir la oferta de productos disponibles y de manera permanente funciona una operatoria anual con un stock de artículos de primera necesidad que se actualiza mes a mes,

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donde se pueden encontrar lavarropas, cocinas, aires acondicionados, heladeras, calefactores, ropa de blanco y cochones. Uno de los distintivos de esta iniciativa es que los productos son de industria argentina en una decisión de apostar al trabajo nacional. La Operatoria del Hogar depende de la Secretaría de Hacienda del SiReLyF y allí trabajan Raúl Álvarez, subsecretario 2° del área, Alfredo Álvarez y Amilcar Banchio. Es un proyecto del SiReLyF que funciona desde 1960 pero que tuvo sus interrupciones por los golpes de Estado de 1966 y el de 1976. En 1983, con la vuelta de la democracia, retomó su funcionamiento hasta hoy, para consolidarse como una opción para la adquisición de artículos para las viviendas de las familias lucifuercistas. En el sitio web del SiReLyF se puede acceder al listado de artículos y realizar la solicitud. Una vez receptada y cargada en el sistema se congela el precio. Los productos tienen un interés del 1,2 por ciento mensual y un recargo para cubrir gastos operativos

como transporte e impuestos. “Todo el año se piden cosas. El afiliado ve por internet el listado de productos, hace la solicitud y realiza las consultas que requiera. Está muy aceitado el mecanismo”, dijo Raúl Álvarez. Con muy buena recepción, en 2017 se incorporaron herramientas al catálogo: amoladoras, grupos electrógenos, soldadoras, entre otros objetos necesarios para el trabajo en el hogar. Desde principio de año, una de las mayores demandas que está habiendo son los Smart TV para seguir los partidos de la Copa Mundial de Fútbol 2018. Acción solidaria En febrero de este año se produjo una de las inundaciones más grandes que se recuerden en Salta. Con toda su fuerza el Río Pilcomayo desbordó y atravesó la localidad de Santa Victoria Este y zonas aledañas de la provincia dejando sin casa, ropa, agua y comida a miles de familias de comunidades wichis que viven allí. Por la intensidad de la


TODOS LOS AÑOS EL SIRELYF LLEVA AL NORTE ARGENTINO PRODUCTOS PARA FAMILIAS CON BAJOS RECURSOS, PARA AYUDAR A LAS POBLACIONES QUE SE ENCUENTRAN EN SITUACIONES DE RIESGO

crecida el 70 por ciento de la población de Santa Victoria Este debió evacuarse a zonas elevadas. La comunidad se encuentra en la región del Chaco Central, a la vera del Río Pilcomayo, a escasa distancia del Hito Esmeralda, la frontera entre Argentina, Paraguay y Bolivia. Frente a la gravedad de la situación el personal del Depósito de Acción Mutual viajó a Salta en el nuevo furgón y en una camioneta para llevar ropa, alimentos y agua potable a las familias. Las donaciones fueron distribuidas entre las comunidades wichis de La Curvita y El Cruce, ambas afectadas por el desborde del Río Pilcomayo. “Llevamos lo que más necesitan. En total juntamos 1800 kilos de donaciones. También colaboró Caritas de Villa General Belgrano y un grupo de chicas fanáticas de Jorge Rojas, que canalizaron donaciones”, dijeron desde el SiReLyF. La misión solidaria se concretó el 14 de

marzo a partir del trabajo comprometido de Mario Oviedo, afiliado del SiReLyF. quien se encargó de recolectar artículos de primera necesidad, y se puso en contacto con la Fundación Deuda Interna, que también viajó al norte argentino. “Otros años ya hemos asistido a estas comunidades, pero ahora todo es mucho peor: esta gente quedó bajo el agua, en medio del barro. Los pusieron a la orilla de la ruta, que es la parte más alta del terreno, les dieron cuatro chapas y nylon para usar como paredes y esa gente está a la intemperie a la orilla del camino”, dijo Raúl Álvarez, subsecretario de Hacienda del SiReLyF. Por su parte, Alfredo Álvarez, del Depósito Mutual, dijo: “El problema es que el gobierno de Salta no ayuda a las comunidades wichis, que enfrentan dos problemas: las inundaciones constantes y la frontera agropecuaria que se va expandiendo y los va acorralando cada vez más. No tienen luz

ni agua potable, no hay escuela, y al no estar reconocidos como comunidad no despenden de nadie”. Todos los años el SiReLyF lleva al norte argentino productos para familias con bajos recursos con el objetivo de ayudar a las poblaciones que se encuentran en situaciones de riesgo. “Nos conmovió y entristeció mucho ver cómo están esas personas. Les dábamos paquetes de leche en polvo, pero no tienen agua para prepararla. Y en los toldos les entra agua por abajo. Vimos una mujer enferma en la cama con el colchón todo húmedo. Había mucho barro. Vivir ahí es inhumano”, contaron. Alfredo Álvarez, padre de un bebé de siete meses, dijo: “Ver a los niños sin ropa, sin pañales, sin leche, nos tocó mucho. Y a nosotros como grupo nos permitió unirnos más. Me siento orgulloso de pertenecer a este sindicato como empleado y de realizar estas acciones solidarias”. energía + 27


Una cascada de energía A 5 kilómetros de la ciudad de Almafuerte se encuentra la Central Hidroeléctrica de Piedras Moras, una de las cuatro usinas que se nutren del agua del Embalse de Río Tercero de la provincia de Córdoba.

Central Piedras Moras

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os trabajadores están en la sala de máquinas controlando que todo ande bien, mientras dos personas de administración chequean papeles y recorren el lugar. En unos días la Central Hidroeléctrica de Piedras Moras tendrá la auditoría que realiza la Empresa Provincial de Energía Eléctrica de Córdoba (Epec) y luego será el turno del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM). Las inspecciones se hacen con el propósito de revisar, analizar y controlar que la usina funcione con las condiciones establecidas por entidades especializadas en buenas prácticas, recursos renovables, impacto ambiental, entre otros aspectos. El subjefe de la usina, Walter Rincón, recibió al equipo de Energía+ para compartir con los lectores cómo funciona

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la Central Hidroeléctrica de Piedras Moras. La Central Piedras Moras se encuentra a 5 kilómetros de la localidad de Almafuerte, sobre el lago Piedras Moras. Forma parte del sistema de usinas que se nutren del Embalse de Río Tercero, la represa artificial más grande de la provincia de Córdoba con una superficie de 5.426 hectáreas. Allí funcionan también las centrales Fitz Simon, Ingeniero Cassaffousth, Ingeniero Benjamín Reolín. Las cuatro usinas fueron construidas a lo largo del siglo XX bajo el común denominador de edificar un sistema de cascada que permita aprovechar el uso de los recursos hídricos que genera el Río Ctalamuchita. La última en levantarse fue la Central Piedras Moras que se inauguró el 22 de septiembre de 1995 con la empresa estatal Agua y Energía Eléctrica y que tiempo después pasó a ser propiedad de la Epec.

La usina y el dique se encuentran al pie del lago Piedras Moras por la vieja ruta que une la ciudad de Córdoba y Almafuerte. Producto de las lluvias de verano, hoy el dique tiene una cota de 29,15 metros y su nivel máximo es de 30 metros para comenzar a volcar en el vertedero del embalse. Piedras Moras depende de la Central Hidroeléctrica Ing. Benjamín Reolín que se encuentra en la ruta provincial E63. Aldo Pelufo es el jefe mayor de Área Técnica de Reolín y Piedras Moras mientras que Walter Rincón es el subjefe. A diferencia de otras centrales en las que la energía generada se envía directamente al sistema provincial y nacional, en Piedras Moras se deriva a la Central Reolín y desde allí se provee al sistema interconectado provincial y nacional de acuerdo a la demanda de energía eléctrica requerida. La usina trabaja con una turbina Kaplan con una potencia ins-


LAS CENTRALES PIEDRAS MORAS, FITZ SIMON, ING. CASSAFFOUSTH E ING. BENJAMÍN REOLÍN FUERON CONSTRUIDAS COMO UN SISTEMA DE CASCADA PARA APROVECHAR LOS RECURSOS HÍDRICOS DEL RÍO CTALAMUCHITA talada de 6 megavatios (MW) que genera de manera continuada. Río abajo El Rio Ctlamuchita o Río Tercero es el más caudaloso de la provincia con un recorrido de Oeste a Este que comienza en cercanías al Cerro Champaquí y llega a la ribera de ciudades como Villa María, Villa Ascasubi, Bell Ville y Leones. Su extensión lo ubica entre los afluentes indirectos del río Paraná, al igual que el Río Cuarto. En la Central Piedras Moras la turbina arroja 23 m3 por segundo las 24 horas del día. “La máquina no puede pararse porque si llegara a tener una falla grande hay que avisar a la parte de hidráulica a cargo de DIPAS para que abran las compuertas y la zona de Río Tercero, Villa Ascasubi y Villa María siga con provisión de agua”, explicó Rincón. “En esta central trabajan seis personas en turnos rotativos de seis horas cada uno. Está en marcha las 24 horas todos los días”, dijo Walter Rincón. Los trabajadores tienen el cargo de jefe de Turno y tienen la función de controlar la puesta en marcha y el correcto funcionamiento de la máquina y la usina. Están a cargo de la central y son responsables las 24 horas del día. En algunas circunstancias como enfermedad o licencia pueden estar hasta doce horas seguidas al frente de la usina. La máquina sólo para cuando hay que hacer un mantenimiento y para ello se programan licencias. Pero hay que tratar de ponerla en servicio lo más rápido posible porque el Río

Tercero no se tiene que quedar sin agua. Por otra parte, 13 trabajadores dependientes de Reolín realizan tareas de mantenimiento en Piedras Moras. Todos los días recorren los 18 kilómetros de distancia entre ambas usinas y controlan que las instalaciones funcionen correctamente. En esta dinámica diaria también trabaja personal de limpieza por la mañana y, por disposición de la Epec, un adicional de policía desde las siete de la tarde hasta las siete de la mañana. Los trabajadores de la Central Piedras Moras están nucleados en el Sindicato Regional de Luz y Fuerza y pertenecen a la Seccional Almafuerte junto a la Central Reolín, la empresa Transener, la cooperativa eléctrica, la Epec, jubilados de la empresa Agua y Energía. Muchos de ellos acceden a la oferta de capacitación que lleva adelante

el SiReLyF. Una de estas formaciones es la Tecnicatura Superior en el Sector Eléctrico y los cursos de redes de instalación domiciliaria que desarrolla la Fundación SiReLyF. En la misma línea, el Plan de Finalización de Estudios Secundarios (Plan FES) que dicta dicha entidad, que permite culminar los estudios de educación obligatoria del nivel medio. Camino al andar “Todo lo que tenemos se lo debemos a la empresa y en ese sentido estoy muy agradecido”, expresó el subjefe de la central, Walter Rincón. Hace 17 años que forma parte de Reolín y Piedras Moras. A sus 56 años, lleva más de la mitad de su vida trabajando en la Epec. Ingresó hace 30 años y al igual que tantos trabajadores dejó su lugar de residencia para irse a trabajar donde la energía + 29


A DIFERENCIA DE OTRAS CENTRALES, EN PIEDRAS MORAS LA ENERGÍA GENERADA SE DERIVA A LA CENTRAL REOLÍN Y DESDE ALLÍ SE PROVEE AL SISTEMA INTERCONECTADO PROVINCIAL Y NACIONAL

empresa lo requirió. Se fue de Almafuerte, su ciudad natal, a José de la Quintana en el Valle de Paravachasca, donde está la Central Los Molinos en Boca del Río. “Entré a trabajar en la Central Los Molinos que está ubicada en Boca del Río en el año 1987 y estuve ahí 14 años hasta que vine acá”, contó. “Yo tenía un hermano trabajando en Boca del Río, Osvaldo Rincón, y entré por medio de él que me anotó en la Bolsa de Trabajo en la usina de Los Molinos en Boca del Río. Me llamaron a trabajar así que ahí estuve”, contó. Comenzar en otro lugar lleva su tiempo. Conocer el lugar, los compañeros, armar una nueva vida a kilómetros del lugar de residencia anterior, de los amigos y la familia. Durante los años en que Rincón trabajó en Boca del Río ocupó el cargo de oficial mecánico y contó que volver a Almafuerte fue un objetivo que logró cumplir 14 años después. La mayoría de los trabajadores 30 energía +

de Los Molinos viven en el Campamento Boca del Río: un barrio de 40 viviendas construido previo a la obra y que se encuentra a mil metros de la usina. “Yo siempre quise irme de Los Molinos porque soy de Almafuerte. Tenía a mi mamá acá. Cuando vivís ahí te vas conociendo y es muy lindo pero tiene su parte triste. Lo más cerca es Alta Gracia que está a 35 kilómetros. Después me casé con mi pareja que es de Río Tercero. Falleció mi mamá. Tuve mis hijos. Siempre estuve con las ganas de volver a Almafuerte. Hice notas pidiendo el pase pero me la negaban porque tenía que conseguir un pase con alguien de Reolín”, dijo Rincón. En los años 98 y 99 muchos trabajadores dejaron la empresa a raíz de los retiros voluntarios que dio la Epec. En las centrales de Los Molinos y Reolín esta situación repercutió de forma tal que quedaron muchos puestos de trabajo sin personal. En ese marco, en el año 2000 Rincón tuvo la oportunidad de comenzar a trabajar en Reolín y Piedras Moras. “Me vine con más

posibilidades de ascenso, con más categorías, porque había poca gente. Lo charlé con mi señora y nos vinimos”, contó y recordó que después de 14 años de trabajo, ese barrio que al principio le costó sentir como propio después se convirtió en un lugar difícil de abandonar por la comunidad que conformaban entre los trabajadores y las familias. “Cuando llegué a Boca del Río estaba mi hermano, pero en ese tiempo él se fue al Dique La Viña. Prácticamente no conocía a nadie pero la gente fue muy buena fue conmigo. Cuando nos vinimos después nos costó separarnos de ellos. Cada tanto vamos, vienen, seguimos en contacto, porque es muy buena gente”. Boca del Río también fue el lugar donde nacieron sus tres hijos: dos mujeres profesionales y un varón que estudia Mecatrónica en Río Tercero. “Ojalá el varón, que está anotado en la Bolsa de Trabajo de la Epec, pueda entrar. Es uno por familia y antes estaba anotada mi hija mayor pero se recibió de contadora y trabaja en un restobar propio”, dijo Rincón.


Se entregaron las mochilas escolares Cultura, Comunic. y Formación

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ntes de comenzar el año lectivo 2018, la Secretaría de Cultura, Comunicación y Formación del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) comenzó la distribución de las mochilas para los hijos de los afiliados que se encuentran en edad escolar. Un total de 152 seccionales y subseccionales de toda la provincia recibieron los bolsones de mochilas y útiles escolares. “Son cerca de 1800 mochilas entre las de primaria y salas de tres, cuatro y cinco años. Tanto la mochila como el contenido son de muy buena calidad y de primeras marcas”, detalló Guillermo Suppo, secretario de Cultura, Comunicación y Formación del gremio. “Con la entrega de mochilas culminamos un proceso que comenzó varios me-

ses antes con el relevamiento y actualización de la base de datos de los afiliados”, contó Suppo. Por eso es imprescindible que cada afiliado mantenga actualizado todos los datos de composición familiar ya que la adquisición y posterior distribución de materiales se hace teniendo en cuenta la base de datos del sistema. Para el Jardín (sala de tres, cuatro y cinco años), la mochila contiene: cartuchera, crayones, témperas, una taza y un plato. En el Grupo 1 (primero, segundo y tercer grado), la mochila contiene lápices de colores, fibras, goma, cuadernos de hojas duras y blandas y carpetas para realizar dibujos. Y en el Grupo 2 (cuarto, quinto y sexto grado) el kit escolar consta de mochila, cartuchera neopreno, dos carpetas con repuestos de 96 hojas Rivadavia, lapiceras, portaminas, boligoma, liquid paper, regla y escuadra.

Se viene la segunda edición del libro cultural

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urante el año 2018 la Secretaría de Cultura, Comunicación y Formación del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) publicará la segunda edición del libro que reúne las obras de los participantes del Concurso Cultural 2017. La gran diferencia con la Antología anterior radica en que las fotografías, pinturas, dibujos, poesías y cuentos expresan la temática del trabajo desde distintas perspectivas. Son 61 obras que estarán publicadas de manera inédita en el libro, en el cual participaron autores desde los cinco hasta los 83 años de edad, provenientes de diferentes pueblos y ciudades de toda la provincia de Córdoba. El libro será obsequiado a los participan-

tes en un acto de premiación que se realizará durante el mes de junio en el Auditorio Luis Gagliano del SiReLyF en la ciudad de Córdoba, en el cual las autoridades del Consejo Directivo entregarán, además del libro, los premios a las obras más destacadas de cada categoría. Todos los trabajos fueron evaluados por un jurado de especialistas y quedaron en poder de la entidad organizadora para proceder a su publicación. Los participantes que hayan decidido retirar las obras lo solicitaron en la ficha de inscripción. En la Antología Cultural encontramos la mirada propia de los trabajadores lucifuercistas y de sus familias acerca del valor personal y colectivo del trabajo. También es una oportunidad renovada para que el Sin-

dicato Regional de Luz y Fuerza fortalezca una vez más su camino hacia el sindicalismo múltiple, promoviendo el desarrollo cultural de sus trabajadores y sus familias.

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El interior de Córdoba crece con formación Los programas de capacitación y formación del SiReLyF amplían su ámbito de acción otorgando mayores oportunidades para los trabajadores afiliados al gremio y para la sociedad. La Tecnicatura sumó una nueva sede en Jesús María y el Aula Móvil se instaló en Bell Ville. Fundación SiReLyF

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i pintáramos los lugares donde el Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) ha realizado cursos profesionalizantes, la provincia de Córdoba se vería con marcas de color en los cuatro puntos cardinales. La capacitación es un eje central en la gestión que el Consejo Directivo lleva adelante desde hace años y en este sentido se hacen todo tipo de capacitaciones destinadas a los trabajadores afiliados al SiReLyF y también a la sociedad en general. Hacemos aquí un recorrido por el trabajo realizado por la Fundación SiReLyF a través del Centro de Formación Profesional Aldo Serrano. Nueva sede en Jesús María Desde marzo de 2018 la Tecnicatura Superior en Gestión del Sector Eléctrico cuenta con una nueva sede en la localidad de Jesús María, al norte de la provincia de Córdoba. La implementación de esta nueva carrera permite que los trabajadores de dicha localidad y toda la zona de influencia tengan un sitio cerca dónde cursar y profesionalizar su trabajo en el sector. El trayecto formativo de Jesús María es la séptima sede que se creó y que se suma a Morteros, Isla Verde y Villa Carlos Paz, abiertas en 2017 y a Almafuerte, Villa María y Pilar, en 2016. La Tecnicatura fue creada en 2016 y tiene por objetivo formar a los trabajadores con capacidades para gestionar los procesos relacionados con la generación, el transporte, la distribución y la comercialización de la energía eléctrica. Tiene una duración de dos años y medio y se cursa de manera semipresencial a través de la Escuela Virtual que desarrolló el SiReLyF. Se realiza en articulación con la Dirección General de Educación Técnica y Formación Profesional de la Subdirección de Educación

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Técnica Superior, de acuerdo a lo establecido en la Resolución 441/16 del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. La inauguración de la nueva sede de Jesús María se realizó el 26 de marzo en un acto que recibió a alumnos, docentes y autoridades municipales, de la Seccional Jesús María-Colonia Caroya del SiReLyF, del Consejo Directivo del SiReLyF y del Ministerio de Educación. La nueva sede cuenta con 47 inscriptos. “Estoy muy contento y orgulloso de estar en Jesús María inaugurando una nueva instancia de formación. Ojalá que los 47 inscriptos puedan completar sus estudios porque demanda mucho compromiso y esfuerzo. Seguimos apostando fuertemente a la formación de los trabajadores”, dijo Eduardo Brandolín, secretario general del SiReLyF. Una de las particularidades de la carrera es la inclusión de prácticas profesionalizantes en los espacios de trabajo propios del sector. De este modo la experiencia está dada por todas las actividades que realiza el trabajador en su puesto de trabajo. Esta propuesta de enseñanza también apunta a

reforzar y actualizar la estrategia de formación de técnicos del sector eléctrico, disminuyendo la brecha entre el ingeniero y el idóneo con conocimientos derivados de la práctica. “Es un orgullo seguir formando profesionales técnicos de nivel superior y seguir trabajando de manera conjunta con el Sindicato para brindar capacitación pública y estatal”, afirmó Viviana Pasquale, subinspectora general de la Dirección General de Educación Técnica y Formación Profesional del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, en dicha ocasión. El secretario de la Seccional Jesús MaríaColonia Caroya, José Luna, dijo: “Es una emoción y una satisfacción enorme que Jesús María forme parte de esta Tecnicatura. Desde la Comisión Seccional estamos muy agradecidos. Ha sido fruto de un trabajo conjunto poder brindar esta formación a los trabajadores”. Sobre ruedas a Bell Ville Otra de las inauguraciones que se hizo en 2018 fue la llegada del Aula Móvil a la localidad de Bell Ville. Las expectativas son


BELL VILLE ES LA SEGUNDA LOCALIDAD QUE VISITA EL AULA MÓVIL DESPUÉS DE LAS CAPACITACIONES REALIZADAS EN CRUZ ALTA, DONDE HUBO 90 CERTIFICACIONES

grandes. Se inscribieron 75 alumnos para los cursos que se dictan: Electricidad Domiciliaria, Gestión Administrativa e Informática Básica y Herramientas de Dibujo Digital. Se trata de una propuesta educativa itinerante para el desarrollo de cursos de formación profesional en un aula móvil que recorre diferentes localidades de la provincia de Córdoba durante un período de tiempo determinado. El objetivo es estacionar en localidades con poblaciones vulnerables y, a través de diferentes cursos y de capacitaciones laborales, mejorar la empleabilidad de las personas, para que impacte positivamente en su calidad de vida y en la de su pueblo. El vehículo está totalmente equipado

para capacitar a los alumnos que asistan: cuenta con seis tableros didácticos de innovador diseño y construcción, dos aires acondicionados, grupo electrógeno autónomo, cañón proyector y 12 notebooks. Los cursos son abiertos a toda la comunidad, de carácter gratuito y con certificación oficial del Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social de la Nación (MTEySS). Junto al Ministerio también participa la Dirección Nacional de Orientación y Formación Profesional del Ministerio de Trabajo con el fin de acercar propuestas de formación profesional tecnológicamente innovadoras a los trabajadores en distintos sectores productivos. Bell Ville es la segunda localidad que visita después de las capacitaciones realiza-

das en Cruz Alta donde hubo 90 certificaciones. El acto oficial se realizó el 3 de abril con la presencia de autoridades del Consejo Directivo del SiReLyF, de la Seccional de Bell Ville, del intendente de la localidad, Carlos Briner; de Gerencias de Empleo y Capacitación Laboral (GECAL) del Ministerio de Trabajo de la Nación, entre otros. Vecinos, futuros alumnos y docentes participaron de la inauguración. “Muchas veces el esfuerzo que los sindicatos hacen en materia de capacitación es para sus afiliados, para las personas que representan, pero en este caso el SIReLyF, a través del vínculo con el Ministerio de Trabajo, la Oficina de Empleo y el Municipio, abre sus puertas a personas que no tienen que ver con el Sindicato, pero que tiene que ver con el mundo del trabajo, ya sea porque son desocupados que quieren conseguir un trabajo o personas que quieren formarse para mejorar”, dijo Mariano Kuttel, gerente de Empleo y Capacitación Laboral del MTEySS. “Tenemos la satisfacción de inaugurar otro curso este año. Estamos muy agradecidos con los miembros de la Seccional y con Miguel Palacio, José Pogliotto y con todos los integrantes de la Fundación SiReLyF. Es un gran trabajo y por eso tenemos estos resultados. Para nosotros es un orgullo y esperamos que los alumnos sepan aprovechar este curso”, expresó Rubén Bergesio, secretario de Organización del SiReLyF.

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LA CRUZA VL

FLOR SUR CELLO TRÍO

El 1º de marzo la banda cordobesa La Cruza VL abrió el Ciclo Cultural 2018 del Auditorio Luis Gagliano, con entrada libre y gratuita y transmisión en vivo de RadioLyF. La Cruza VL es una banda de barrio Villa El Libertador de la ciudad de Córdoba, con más de 10 años de caminos recorridos. Su obra se basa en un repertorio propio con música de raíz folclórica del mundo que va desde la chacarera hasta el candombe pasando por el funk y la cumbia, respetando la cultura de cada música. Tienen dos discos editados: Central Rojo y La Película de los Nuestros.

El 14 de marzo Flor Sur Cello Trío se presentó con Mauro Gentile como músico invitado. Se trata de un trío de violonchelos y voces integrado por Ailín Gazzo, Eugenia Menta y Lucrecia Carrizo. La formación surgió de la necesidad de abordar un repertorio vinculado a la música popular –tango, folclore y canción, en ese formato atípico: el especial empaste entre los violoncelos y las voces generan una tímbrica intensa y sugestiva. Los violoncelos ofrecen además una gran gama de posibilidades tímbricas, muy ricas al encarar melodías vinculadas a nuestras raíces más profundas.

PABLO SIGISMONDI

APOLO BEAT

El 20 de marzo el geógrafo y viajero cordobés Pablo Sigismondi dio una conferencia. Ese día comenzó el Equinoccio que marca el paso del Verano al Otoño en el Hemisferio Sur. Es una de las dos veces en el año en las que el día y la noche duran lo mismo en todo el mundo, en un momento en el que estamos igualados por la Naturaleza con la misma cantidad de luz, en una lección que puede servir como metáfora de la vida en sociedad. ¿Somos iguales? ¿Igualdad racial, social, de géneros, de derechos? Esas fueron algunas de las preguntas sobre las que reflexionó Sigismondi.

El 28 de marzo Apolo Beat tocó por primera vez en vivo las canciones de su segundo disco y estrenó el videoclip de La Amenaza. “Al Luis Gagliano llevamos un show con todas las canciones del disco nuevo, temas de otros discos y nuevos integrantes. Fue un estreno en todo sentido, en un lugar que suena espectacular y en el que pudimos poner el foco en las canciones, con el público sentado. Y como fue temprano y gratis, gente que por ahí no frecuenta el circuito del rock nos pudo ir a ver”, dijo Diego Ridao, el cantante. energía + 35


institucional

JUAN CRUZ TABORDA VARELA

OSOMNIA

El 11 de abril el periodista y escritor Juan Cruz Taborda Varela presentó a sala llena su nuevo libro: El corazón sobre sus ruinas, crónica de una Reforma que fue revolución. Estuvo acompañado por la Prof. Mónica Gordillo y el Dr. Carlos Presman. Además, tocó El Cuarteto del Amor y Guillermo “Quito” Mariani cantó. A un siglo de la revolución estudiantil que transformó las universidades públicas de Córdoba, del país y de América Latina, así como también el pensamiento de una época, Taborda Varela presentó un libro para devolverla a las calles.

El 19 de abril Osomnia presentó su primer disco con un show compacto y potente. Osomnia es una banda de rock procedente del interior de la provincia de Córdoba. Si bien sus raíces son de la localidad de Oliva, hoy se dividen entre esa ciudad, Colazo y Oncativo. Buscando un sonido maduro y personal la banda logró definirse dentro del hard rock alternativo, por lo que con el prestigio logrado a través de los años de carrera han teloneado a grandes bandas nacionales como Eruca Sativa, Carajo, El Bordo, Guasones, Coral, Jeriko, entre otras.

SOL PEREYRA Y NOE PUCCI El 26 de abril Sol Pereyra invitó a Noe Pucci a la apertura del Ciclo Músico Anfitrión que organiza la Secretaría de Cultura, Comunicación y Formación del Sindicato Regional de Luz y Fuerza junto con la Agencia Córdoba Cultura del Gobierno de la Provincia. Sol Pereyra presentó su show musical eléctrico y eclético y canciones de su nuevo disco Prendete, que dispara letras irónicas, divertidas y críticas siempre acompañadas de riffs pegadizos y potentes de guitarra. Por su parte, Noe Pucci desplegó sus canciones de rock-pop entrelazadas por diferentes ritmos latinoamericanos. 36 energía +

MAGNOLIA CUARTETO DE CUERDAS El 3 de mayo Magnolia Cuarteto de Cuerdas presentó a sala llena “Música Argentina para Cuarteto de Cuerdas”, disco con composiciones del guitarrista, arreglador y docente riojano Luis Chazarreta. Chacarera, gato, zambas, tango, chamamé, bailecito, milonga, cueca, fueron algunos de los ritmos que se recorrieron en la presentación del disco. Chazarreta es guitarrista y compositor muy destacado: fue guitarrista del mítico Alfredo Zitarrosa, pero también tiene una extensa carrera junto a otros artistas de la talla de Raly Barrionuevo o Alfredo Ábalos. Estuvo en el Auditorio Luis Gagliano acompañando al cuarteto de cuerdas.


institucional

“Es una belleza de sala con gente que trabaja acorde a las circunstancias. Todo lo que un sindicato pueda hacer en materia de cultura me resulta maravilloso porque tenemos una provincia que respira mucha música. Por eso me pongo de pie y les entrego el aplauso”. Franco Ronchetti, Cuatro al Hilo. * “Está buenísimo que el Sindicato Regional abra sus puertas a los artistas. El Auditorio está muy bien preparado con gente que trabaja muy bien. El Ciclo está espectacular y brinda unas condiciones de trabajo muy favorables tanto para el artista como para el público”. Nahuel Barbero, Hipnótica. * “El show fue muy importante para mí porque hacía mucho tiempo que no venía a Córdoba y, además, tener la posibilidad de hacerlo en un Auditorio con esas condiciones, con muy buen sonido, con una muy buena predisposición de todos los que trabajan, hicieron que sea una situación ideal para regresar a Córdoba”. Gonzalo Aloras, guitarrista, productor y cantante. * “El Auditorio es muy hermoso, tiene condiciones muy buenas, está en el centro de la ciudad, tiene muy buen rendimiento para la acústica. Es un lugar con el que el Sindicato hace un gran aporte a la cultura”. Mingui Ingaramo, pianista y compositor.

“El Auditorio Luis Gagliano tiene una muy buena calidad acústica y eso ayuda muchísimo a que los músicos se sientan más que cómodos. Es que es una de las mejores salas de Córdoba Capital”. Cristian Andrada, contrabajista. * “El Auditorio es uno de los mejores lugares para tocar en la ciudad. Nuestro respeto hacia el Sindicato Regional, que pone a disposición de los artistas un lugar tan hermoso para poder mostrar nuestro trabajo. Eso habla de gente que trabaja para la gente. Estamos eternamente agradecidos por la posibilidad”. Martín Figuerola, Dr Moe. * “Es muy valioso que un sindicato como el SiReLyF ponga a disposición su auditorio para la comunidad local de artistas. Es una actitud muy noble que debería ser imitada por otras instituciones similares”. Pablo Riorda, productor en Electra Estudio. * “Queríamos tocar en el Auditorio porque hay un clima de intimidad, una posibilidad de conectar con el público, de sonar a un volumen no tan estridente y cerca de la gente. Para nosotros es quizá el Auditorio más lindo para hacer música. Siempre nos han tratado muy bien. Es un espacio que vale oro y hay que cuidarlo”. José López, Enroque.

“Yo, que he trabajado durante mucho tiempo con bandas de rock y en radios, sé que es muy difícil que te abran las puertas de espacios culturales para que músicos puedan mostrar su arte, como lo hacen desde el SiReLyF. Así que es super importante que Córdoba tenga un lugar como el Luis Gagliano para trabajar. Los músicos somos tratados con mucho respeto. Se trabaja de forma muy profesional. Es una propuesta genial”. Nicolás Monasterolo, La Arcaica. * “Las condiciones del Auditorio son óptimas y el equipo de trabajo es muy bueno. Está buenísimo que exista este jueves cultural para que los artistas tengamos un espacio donde mostrar lo que estamos haciendo”. Germán Reccitelli, Sir Hope. * “Los conciertos que se hacen en el Sindicato Regional de Luz y Fuerza me parecen extraordinarios. Este Ciclo Cultural es muy positivo para la cultura de Córdoba y no debe haber otro lugar de esta envergadura que realice este tipo de recitales con tanta variedad de géneros y de bandas. Así que felicitaciones para el Sindicato Regional de Luz y Fuerza y esperamos que siga el Ciclo Cultural porque verdaderamente vale la pena”. Gustavo Giacomelli, Los Navarros. energía + 37


Martin Barzilai nació en Montevideo, Uruguay. Estudió fotografía en París. Se gradúo en la Escuela Louis Lumière en 1994. Se interesa en las problemáticas políticas, sociales y de medio ambiente de su continente. Trabajó sobre esos temas también en Francia, Túnez, Palestina e Israel. Ha colaborado con The New York Times, Rolling Stone, Le Monde. En 2014 y 2015 fue seleccionado para exponer en el Salón Nacional de Artes Visuales en Buenos Aires. Entre 2010 y 2015 integró la Sub Cooperativa de Fotógrafos, con la cual realizó este reportaje sobre Vaca Muerta. Acaba de publicar un libro, Refuzniks, con la editorial francesa Libertalia y con el apoyo de Amnistía Internacional. Enseña fotografía en París.

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//////////////////////////////////// REPORTAJE FOTOGRÁFICO MARTIN BARZILAI

CICATRICES DE LA TIERRA

Vaca Muerta, un área del tamaño de Bélgica en la Patagonia, es una de las reservas de gas y petróleo no convencional más importantes del Continente. Desde 2013 YPF, junto a las multinacionales Chevron, Total y algunas otras, comenzó a extraer el oro negro de esas tierras. Las consecuencias sobre el medio ambiente, el tejido social y las comunidades apenas pueden vislumbrarse.

Los residuos que no son absorbidos por el suelo son enviados a diferentes lugares de la región. Compañías en apariencia ambientales se encargan de reciclarlos. Todo parece estar bajo control. Pero en octubre de 2014, en Neuquén, en la sede de la compañía Indarsa, un piletón que no cumplía con las normas se desbordó. Los residuos contaminantes se derramaron y avanzaron 500 metros hacia los barrios más pobres.

Con el boom del “fracking”, la población masculina se va multiplicando y los casos de madres adolescentes son cada vez más numerosos. La escasez de viviendas hizo que las compañías montaran a las apuradas campamentos con televisión, cable e internet. Un obrero que trabaja en un pozo gana el equivalente a 3000 dólares por mes y vive la mitad del tiempo en una casilla de metal.

A algunos kilómetros de allí está Auca Mahuida, un área protegida donde viven especies en vías de extinción. A pesar de esta restricción, la multinacional de origen francesa Total logró instalar pozos de fracking. Los ecologistas se quejaron pero el gobierno provincial no dio respuesta. La Provincia recibe un 12 por ciento sobre la explotación de cada pozo.

La comunidad mapuche vive en tensión desde que las petroleras se instalaron en sus tierras. Dicen que están contaminando las napas freáticas. YPF dice que no. Los pozos van a una profundidad de 3000 metros y se ramifican horizontalmente. Productos químicos mezclados con arena y millones de litros de agua son inyectados bajo presión para fracturar la roca madre y recuperar los hidrocarburos. Pero esos pozos pueden provocar microsismos que fisuran el cemento y dejan filtrar los productos químicos mezclados con el agua, el petróleo o el gas.

Vaca Muerta no es el único lugar de la región donde se practica la extracción no convencional. En la periferia de la capital de la provincia, en un barrio pobre llamado Valentina Norte Rural, las “cigüeñas” (equipos de bombeo) marcan el ritmo de la extracción. Desde los años cincuenta los habitantes de esta región se acostumbraron al petróleo. Pero los distintos tipos de cáncer y la cantidad de metales pesados en la sangre están muy por encima del promedio nacional. El fracking representa para la mayoría de la gente una posibilidad de trabajar y un problema que se suma a los demás

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CRÓNICA

HACHERAS DE LA PAMPA Invisibilizadas durante casi un siglo, las hacheras de La Maruja escriben su propia página en la historia del pueblo más joven de La Pampa. Desde niñas trabajaron en condiciones inhumanas, sobrevivieron en toldos y criaron varios hijos. En algún momento se animaron y torcieron para siempre el rumbo de su propia vida. Un grupo de chicos de segundo grado las rescató del olvido. Por Lautaro Bentivegna y Ángeles Alemandi Fotos de Walterio Pérez y Milton Fernández

E

n el living de la casa que construyó piedra sobre piedra, a metros del arroyo de Alta Gracia, Daniel Falabella toma impulso y cuenta lo que calló durante 39 años: La historia comienza con un cartel: “¡Hola! Somos chicos de 2° grado A y B. Estamos haciendo un trabajito sobre los hacheros. Por eso necesitamos su ayuda. ¿Cómo puede ayudar? Viniendo a la escuela para compartir con nosotros su vida pasada”. A principios de 2017, un grupo de niños y niñas de 7 años de la Escuela N° 192 de La Maruja, acompañados por las docentes Fabiana Bertone y María Carolina Armani, iniciaron una investigación para adentrarse en la propia historia, como quien toma el hacha y avanza hacia la profundidad del monte. Escribieron ese texto en un afiche en letra imprenta mayúscula y salieron a repartir folletos por el pueblo. Días después pasó lo impensado: aparecieron las hacheras de La Maruja, que eran ni más ni menos que las abuelas de muchos de los alumnos. Mujeres que por primera vez se animaban a contar sus vivencias tirando abajo más de 50 años de silencio. Rieles y caldenes La Maruja fue una de las últimas localidades pampeanas en


fundarse. Este año es su 90 aniversario. Según el último censo del INDEC tiene 1392 habitantes. Ubicada al norte de la provincia, se acoda sobre el límite con San Luis. Un pueblo de cinco cuadras por cinco cuadras estirado sobre un terreno ondulado. Apenas comienza marzo, pero el verano no sabe que está por acabarse: el sol choca con furia sobre los techos de chapa, las persianas están bajas, el resplandor aumenta la sensación desoladora. Hay una sola panadería y una farmacia que no llega a ser por la falta de farmacéutico: los vecinos le llaman botiquín de farmacia. En Google las noticias que aparecen de La Maruja cuentan accidentes automovilísticos, conflictos en las elecciones, hablan del suicidio de un señor que trabajaba en la gomería y mencionan un caso policial: “Dos demorados por hurto de lechones”. Wikipedia es injusta con La Maruja. En segundo grado, a través de una línea de tiempo en el pizarrón, los niños empezaron a tirar de los rieles que en 1927 llegaron al pueblo. Fue el tejido ferroviario lo que definió quiénes son hoy los marujenses. Por entonces las locomotoras necesitaban leña como combustible y el bosque de caldén de esta zona prometía ser un caudal grandioso de abastecimiento. En La Maruja llegaron a existir cinco aserraderos. La población se fue conformando por originarios e inmigrantes que venían del norte argentino o de otros países. Muchos se hicieron hacheros en La Pampa. Y hacheras. Margarita Existe una distancia infinita entre el color verde de la pared del comedor de Margarita Cisterna y el blanco y negro de la foto que está sobre la estufa hogar. Ahora tiene 76 años, se jubiló después de 46 energía +

37 trabajando como enfermera. En la foto debe tener 8 años, luce un vestidito blanco, está junto a su madre y a su padre delante del toldo donde vivían. Cuenta con gracia la vez que se perdió por querer ir con su padre “al monte que él había volteado”. Tenía apenas 2 años y caminó más de dos leguas debajo de la copa de los caldenes hasta que otro hachador la encontró. A los 9 la Policía exigió que la mandaran a la escuela y el padre llegó a un acuerdo: lunes, miércoles y viernes era alumna; martes y jueves trabajaba cortando leña, o sacando agua a pelota de un jagüel. En el aula estaba su tiempo feliz. En el campo el frío, la sed que la obligaba a tirarse de panza a un charco, pasarle la mano al agua turbia como queriendo limpiarla para luego tomar un sorbo, o las muñecas que su madre le hacía con el espinazo de la vaca. A los 13 años se terminaron los recreos. –Ya era hachera vieja– dice. Margarita habla, recuerda y a la vez se escapa de ese mundo con una tapita de gaseosa que hace girar sobre el control remoto del televisor. A los 22 conoció a Ceferino, que era hornero, y se casó. Dejó el trabajo forzado que le doblaba el cuerpo en dos y se fueron a vivir a La Maruja. Empezó a ir de voluntaria al hospital, el doctor Atilio Caraña le decía que tenía que estudiar Enfermería. Él habló con la escuela, ella tomó clases un par de meses y le dieron el certificado que necesitaba para poder hacer la carrera. Ya tenía 3 hijos cuando se fue un año entero a Santa Rosa para estudiar. Era 1972, sus compañeros la apodaron “Sopa Royco”, una versión de la Knörr


de hoy, porque vivía a sopa para llegar a fin de mes. El título le permitió tener otro futuro. Dora –A veces me enojo con mamá, me pregunto por qué no nos habrá mandado a la escuela. Tuve cuatro hijas y todas estudiaron, la más chica está haciendo la carrera de Fonoaudióloga. Nunca las dejé faltar a la escuela. Les revisaba los cuadernos y yo no sabía leer, pero si veía que la maestra les había hecho un tachón o una cruz les decía: ‘eso está mal, hacelo de vuelta’. Les exigía. Quería que estudiaran y fueran algo en la vida. Dora Reta tiene 53 años, ya sabe leer, está haciendo la primaria porque no se quiere morir sin aprender a escribir. Nació en Nueva Galia, San Luis, a los pocos meses su familia se mudó a Arizona y tiempo después, cuando el padre ya había muerto, los Reta partieron para un campo cercano a La Maruja. Isidoro era el hermano mayor, el cabecilla, salía con el hacha al hombro. Detrás iba Miguel. María de 9, Dora de 7 y Margarita de 4 los seguían con la pala para cavar renuevos o amontonar ramas. Dice que en los toldos tenían un mechero para calentarse durante la noche y que amanecían con las narices negras del tizne. Dice que salían a cazar peludos para comer. Dice que almorzaban en plato de chapa sobre la falda, ni sillas ni mesa. Dice que dormían cuatro en una cama de una plaza. Dice que todos los días eran iguales y que supo de la Navidad cuando se fueron a vivir al pueblo y ella empezó a limpiar casas. Tenía 12 años. Dora se suena los nudillos. Dice también que con sus hermanas no habla de esto porque ni se quieren acordar. Sin embargo está

acá, con el cabello oscuro recogido y la voz firme. Gringa Ventura Aída Sueldo aprieta un pañuelito entre sus manos. Lo da vueltas, lo dobla, parece que va a desplegarlo pero no. Nació en Ingeniero Foster hace 69 años. A los 19 se casó y terminó en el monte por pura necesidad, cambió casa por toldo y crió a varios hijos. Mientras él hachaba, ella pelaba postes, movía rollizos, hacía varillas o leña chica de caldén y chañar. En medio de la jornada, paraba un rato para darle la teta a uno de sus hijos y seguía. Cada vez que se terminaba el trabajo, armaban un nuevo toldo en el cuadro siguiente. Recuerda la amenaza de unos patrones de no dejarle mercadería si no completaban la carga de un camión de leña. Hizo esa vida casi 20 años. Gringa, como le dicen en el pueblo, volvió a La Maruja para que sus hijos comenzaran la primaria. De regreso fue empleada doméstica y se jubiló como cocinera de la Escuela. –Lo único que les pedí es que no siguieran con el hacha como yo, que agarraran cualquier otro trabajo menos ese. Ahora estamos así, que no servimos para nada. Tengo problema de bronquios y depresión y creo que el monte tuvo que ver. Durante varios años, los fines de semana, Gringa iba al campo para ayudar a su marido en la hachada. A veces le tocaba cavar la planta, sacar las raíces. Un día se divorció y no volvió más. El Proyecto de la Escuela 192, titulado “Soñando renuevos… Mirada con ojos de hachero”, llegó a la instancia nacional de la energía + 47


Feria de Ciencias. Dos alumnas de 2° grado fueron a Córdoba con las docentes a compartir la experiencia, una de ellas era la bisnieta de Gringa. –Mi nieta Juana y mi bisnieta Mía, que eran compañeras en segundo grado, me apretaron para que cuente. Querían saber dónde nos bañábamos, de qué modo calentábamos el agua, cómo era vivir en un toldo. La Mía viajó a Córdoba a contar la historia. Pese a lo triste, fue muy lindo contarlo. Mirta La primera noche que pasó en el monte, Mirta Benítez no pegó un ojo. Le daban miedo los bichos y animales silvestres que pudieran colarse en el toldo, la remota posibilidad de que aparezca un croto y cruce la puerta de arpillera. Tenía 15 años y un bebé de cinco meses que dormía en un moisés hecho con un cajón de manzanas. Al lado de la criatura, un perro galgo le custodiaba el sueño. Nunca se había imaginado tanta soledad, tanto silencio. –Era todo desierto, no veía luces, ni gente, nada. Quería llorar, morirme –dice ahora Mirta, a los 65 años, en la cocina de la casa que comparte con Merardo Sosa, su marido, con el que “hachaba a la par”. Además de tumbar caldenes, la joven Mirta, niña menuda de cuerpo flaquísimo, criaba lechones, gallinas y ordeñaba una vaca. Se las arreglaba para alambrar y hacer construcciones de chorizo, el método que utiliza barro y pasto puna para levantar las paredes de los toldos. Su madre, Rosa Rivero, albañila de La Maruja le había enseñado cómo hacerlo. Veinte años de esa vida, nunca terminó la primaria. Cuando volvió del campo El Bagual, ella misma levantó su primera casa de 48 energía +

adobe. Después trabajó de portera y cocinera. Hoy, jubilada, dice que no le duele nada y que tuvo mucha suerte: nunca le picó un bicho y nada le pasó a ninguno de sus ocho hijos. El pasado fue para ella pura miseria, triste y nada fácil. Su última victoria contra el monte fue haber rescatado a su hijo Rubén de las hachadas. Hoy es alambrador. El nieto de todas Denis Saúl Lucero cursa el Profesorado en Historia de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam). Hijo de hachero, nieto de hachera. Cuando comenzó a estudiar se buscaba entre los sectores subalternos, pero nunca se encontraba. Los hacheros de La Pampa no estaban. Le hizo esta pregunta a profesores y amigos y encontró una respuesta, un camino: “Denis, ahí está tu tesis”. Hoy es su tema de investigación. Con apenas 30 años, este joven nacido en Rancul ha presentado avances de su trabajo en diversas jornadas académicas, a nivel nacional e internacional. Un día la docente Fabiana Bertone fue al Archivo Histórico buscando un documental de Jorge Prelorán, el reconocido director de cine etnográfico argentino, llamado “Los hijos de Zerda”, que retrata la historia de un hachero pampeano y su familia. Quería mostrarlo en el pueblo. Personal del Archivo se comprometió a viajar y llevar la película, lo invitaron a Denis. Allí se encontró con las hacheras de La Maruja. –¿Qué puntos en común descubriste entre ellas y tu abuela Susana Rodríguez? –Sentí que era el nieto de todas. Logré constatar que ese pasado existía y que era posible recuperarlo desde el recuerdo, más aún en


sociedades en las que se ha dejado poca constancia escrita por el gran nivel de analfabetismo que alguna vez hubo. –¿Cómo juega la condición de ser mujer en este oficio? –Cada vez que digo que mi abuela fue hachera, percibo la misma reacción de asombro. Es como si en la memoria colectiva este oficio hubiese quedado asociado de manera exclusiva a un trabajo masculino. Es una de las voces silenciadas en la historia. Esta invisibilidad tiene que ver con el hecho de ser mujer en una sociedad fuertemente patriarcal, con su condición de hachera, y también agregaría, si lo existiera, un origen “indígena”, como en el caso de mi abuela, que es ranquel. La exclusión de la mujer hachera de la historia es algo que debemos doblegar para liberarla de cierta dominación que ha permanecido de manera implícita durante mucho tiempo, y que ha sido el olvido. De las hachadas Teresa Pérez se moja el dedo índice, da vuelta una página y comienza a leer “Las torrejas son para Silveria”, un texto que nunca editó ni corrigió y que forma parte de un libro que hasta el momento no existe pero que, dice, podría llamarse “De las hachadas”. Poeta, hija y nieta de hacheros, docente jubilada, setenta años, viuda sin hijos, a los 16 años escribió con lápiz negro en un cuadernito tapa blanda tres crónicas en base a relatos familiares y vivencias propias de cuando la vida giraba en torno a los obrajes madereros. “Las torrejas…”, es una historia de explotación protagonizada por el capataz Amancio García (“la sombra detrás de los hacheros”) que cuenta la muerte temprana de una niña no bautizada, Silveria, tía de Teresa. “El mayorcito” recupera los días de un niño que se hace adulto mientras acompaña a su padre a hachar. El tercer cuento no tiene nombre y narra una serie de violaciones perpetradas contra una mujer de la familia. A Teresa publicarlo la incomoda porque algunos protagonistas están vivos. Cuando termina de leer, la convulsiona un llanto lejano y sanador. Edgar Morisoli escribió en el prólogo de “Penumbra de la paloma”,

primer libro de poemas de Teresa, que ella tiene en los ojos la pena del monte. Saltar el tapial Fuente de consulta interminable sobre la historia provincial, escritor y uno de los intelectuales más importante de La Pampa, Edgar Morisoli también cita el libro “Memorias de una Pampeana”, de Delia E. Iturrioz, para seguir sumando voces femeninas. La autora, nacida en La Adela y criada en una hachada de Fortunato Anzoátegui, cuenta con una llamativa ingenuidad las cosas que sucedían en los obrajes: abusos, engaños, explotación. En Teresa encontró un brillo que ya conocía. –Le pena del monte es algo que he visto en las pupilas de los hijos de Zerda, cuando vino Prelorán a hacer la película. Todos los que han vivido la vida de las hachadas tienen un dejo de tristeza en la mirada, imborrable. Hay que saberlo ver –dice ahora Morisoli. Y hay que mirar más allá. Las docentes María Carola Armani y Fabiana Bertone intentan poner en práctica el método científico con niños y niñas que recién ingresan a la escuela primaria. En primer grado, con el mismo grupo que luego investigaron sobre hacheros y hacheras, habían trabajado sobre mujeres que hicieron historia. En el aula estudiaron a Macacha Güemes, Eva Perón, Alicia Moreau de Justo. –Las que saltaron el tapial –dice Carola. Luego descubrirían que las abuelas del pueblo también habían hecho historia poniendo el cuerpo en el desmonte, mujeres que todos conocían en La Maruja, pero que nadie tenía idea del rol que habían jugado años atrás. Supieron más: en ellas también encontraron intentos de dar un salto, a veces a través de la decisión de divorciarse, en la pequeña revancha de aprender a leer y escribir, en el convencimiento de que sus hijos merecían otra cosa, en el jugarse a todo o nada por un título como el de Enfermera que obtuvo Margarita, en el acto de empuñar la palabra como un hacha y quebrar el tronco del olvido. energía + 49


editorial responsabilidad social

¿TIEMPOS DE MENOS POLÍTICAS PÚBLICAS Y MÁS RESPONSABILIDAD SOCIAL? ALESSANDRA MINNICELLI Presidenta de FONRES S.A. y de la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS)

Q

ue las empresas integren preocupaciones de índole social y ambiental en sus operaciones es lo que reclamamos desde el compromiso con la Responsabilidad Social (RS). Desde esta nueva forma de organizarnos como sociedad buscamos conciliar la rentabilidad, la competitividad y el crecimiento económico de las organizaciones con los objetivos sociales y de desarrollo de las comunidades en las que se encuentran. Así, en los modelos sociales nacionales la creciente importancia del capital social y las demandas de sostenibilidad apuntaban hasta hoy a alinear la visión de la empresa y de las organizaciones a la visión de país y, desde ese lugar, desarrollar una cultura de la RS como parte de la identidad nacional, provincial y local. Entre los cambios vertiginosos que están ocurriendo en nuestra sociedad, sobresale la creciente ausencia del Estado y de políticas

–¿Qué cambios ocurrirán para que las empresas contemplen la perspectiva económica, y además la laboral, comunitaria, ambiental y corporativa, cuando todos los días hay más ajustes desde lo público y lo privado? –¿Buscará la empresa generar valor, prestigio y reputación con la RS? –¿Qué respuestas darán las empresas en materia de desarrollo integral de sus trabajadores y en el aporte a la comunidad y al ambiente que les permitió crecer y desarrollarse? Como sea, es tiempo de reforzar los elementos más sólidos y estables de nuestro modelo productivo, impulsar desde el país federal una mirada entrópica y con ello avanzar sobre las actividades que ofrecen una mayor estabilidad en su desarrollo, especialmente en cuanto a la generación y el mantenimiento del empleo y a la cualificación de los trabajadores; abrazar el planteo de la economía sostenible que hace

ES TIEMPO DE REFORZAR LOS ELEMENTOS MÁS SÓLIDOS Y ESTABLES DE NUESTRO MODELO PRODUCTIVO públicas que contengan las desigualdades entre las personas y las asimetrías entre las regiones de nuestro país. La pregunta es qué pasará con la importancia creciente que estaba adquiriendo la reflexión sobre los valores sociales, el compromiso de cada uno de nosotros por la preservación del ambiente, de manera de dejar a las próximas generaciones un mundo al menos en las mismas condiciones que en las cuales lo habitamos hoy. ¿Dónde quedará el desafío de mayor transparencia en la forma de hacer negocios, en la forma de producir bienes y prestar servicios ante la creciente complejidad del contexto económico y social argentino? Esta nueva realidad trae serios interrogantes: –¿Se involucrarán las empresas y organizaciones en los temas de RS, o se profundizará el individualismo y la mirada a la rentabilidad por sobre la contribución al desarrollo de la comunidad? –¿Asistiremos a un retroceso en materia de RS?

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imprescindible promover acciones de RS y una cultura responsable tanto social como ambiental que aplique RS mediante donaciones, utilidades líquidas y gastos deducibles. Que las empresas y organizaciones apliquen y destaquen la importancia del mejoramiento de la calidad de vida de su entorno y que se les reconozca de alguna manera esa diferencia como incentivo al momento de rendir cuentas a través del balance social, y con una certificación seria de RS que tenga reflejo en el balance económico financiero si este es transparente en relación a los actos e impactos. Es tiempo de RS y de nuevas y mejores herramientas que se ajusten a la dinámica y a los tiempos del actual desarrollo científico y tecnológico, que requiere, sobre todo, de un alto grado de rapidez y eficacia en la respuesta para afrontar los desafíos que nos propone la cambiante realidad.

Abogada y procuradora por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Doctora en Derecho de la Universidad de Salamanca y presidenta de FONRES S.A. y de la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS)


pinceladas

ILUSTRACIÓN: ZIGA

100 AÑOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA DE 1918. Los estudiantes protagonizaron un movimiento político-cultural que inició un proceso de democratización de la enseñanza universitaria y de apertura a todos los sectores de la sociedad. energía + 51


cuento

JUAN MOREIRA Por Gabriela Vidal

E

l tiempo no se acaba nunca. Las que se acaban son las personas. Es mentira eso de que el tiempo se va y no vuelve. Anoche sucedió algo extraño: se hicieron las diez y comenzó aquel programa de películas que lleva años en la televisión. Pronto llegó papá y se sentó a mi lado. Empezaba Juan Moreira. Amábamos esa película. La habíamos visto juntos la primera y la segunda vez, ahora también íbamos a verla y hubiéramos seguido contando oportunidades. Sabíamos la anécdota de memoria y yo me conocía algunos planos también. Él no. No le interesaba el cine desde un punto de vista formal, sino porque es una manera de contar historias. Una de las tantas, decía. “Esta es la vida, pasión y muerte de…”. Apenas empezaba y ya me temblaban las piernas. Yo creo que a él también. Pero como es hombre, disimula. Nunca lo vi llorar. Ya llevamos muchos años juntos y no he visto ni una lágrima. ¿Será que lo hace a escondidas? –Le va a decir que no sabe firmar. –Shshsh… Lo sé de memoria: Quieren que Juan Moreira diga que firmó un recibo por un dinero que le han pagado, pero él no sabe firmar. Cuando insiste, va preso. Y Juan Moreira dice que sus manos han servido para arriar ganado ajeno. Entonces, viene una postal de un rancho en el atardecer de la pampa. Lo que emociona es la imagen y el dolor. Mi padre respira fuerte. Yo sé que se me iluminarán los ojos porque me da tanta tristeza que Juan (Moreira) se despida de su mujer diciéndole que lo lamenta por no haber podido sujetar la furia. Pero mi padre permanece allí. No le brillan los ojos ni siquiera por el reflejo de la televisión. ¿Será que a él no le produce tristeza o será que tiene que contener el sentimiento? Porque fue criado en ese mundo donde los hombres no deben llorar. No puedo acompañarlo. No en esta. Nací niña y lloro. El mundo entiende que yo lo haga. –Ese cielo papi, ¡te das cuenta lo que es ese cielo! –Sí. –¡Cómo filma este cabrón! –Shshsh… No puedo permanecer al margen de la película. Él sí. Él se concentra en Moreira. Aunque me pregunta por enésima vez, ¿quién es el director? –Favio. Leonardo Favio. –Ah. Claro. De nuevo cae el sol y Moreira duerme abrazado a su perro. Es un derroche de atardeceres y amaneceres. Una persecución incansable de luz mágica. Esperar al sol. Eso es filmar una película. Y más si es una película de gauchos.

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Mi padre sonríe. Le encanta esta parte: están todos en la pulpería, también Moreira. Las mujeres se cuelgan de algunos hombres mientras muestran unos dientes blancos de sonrisa falsa. Todos beben y ríen, Moreira arma un cigarrillo. Hay una vieja borracha y quizás loca, que hace una especie de recitado al lado del piano. Llegan unos guapos de la Capital. Celebran que estén allí. Uno de ellos pide silencio e invita una copa a cargo del Partido Nacionalista. La invitación no es gratuita sino a cambio del voto, claro. Moreira, desde el silencio digno de la oscuridad, responde con certero cinismo. Termina acuchillando a un compadrito. Después querrá saber quién fue. –Juan Córdoba. Un guapo mitrista. De Buenos Aires, el hombre. Repetimos mi padre y yo. Sabemos la línea de memoria y nos encanta decirla con el tono solemne de la película. Nos miramos. Intercambiamos sonrisas. –Ahora se va a meter en política. –Bueno, lo meten. –Tiene que salvarse. Y aparece el circo: ese payaso grotesco, los perritos que bailan, el malabarista. La cancha de bochas, la riña de gallos, las carreras. Los hombres se secretean, están conspirando la balacera. La música regresa porque la vida debe continuar, pero el payaso grotesco ahora llora sobre el cuerpo muerto del malabarista. Mi padre aguanta la emoción. No va a llorar ahora, ni nunca. Moreira ya lleva varios hombres muertos. Su historia es la del coraje. Hay que ser muy hombre para matar (y no llorar). –¿Por qué lo hace? –Porque se lo ordenan. –Al otro también y se va. –Sí, pero Juan Moreira es Juan Moreira. –Mata por encargo. –Es el coraje, hija. No lo entendí la primera vez. Tardé bastante en comprender el coraje. ¿Qué era exactamente eso que movía a los hombres a matar? ¿Dónde se siente el coraje? ¿En el corazón? ¿En el estómago? ¿En la cabeza? ¿Dolía como duele el amor? ¿Era un cosquilleo o una punzada? Entonces Moreira tiene su pesadilla de miedo. Al miedo sí lo conozco. Noches enteras sin dormir esperando la muerte. Culpa tuya papá, le digo. Me mira extrañado. Pasa que de su boca yo escuché aquello de que morir mientras uno está durmiendo es, sin duda, la mejor de las muertes. Porque uno no la siente. –¿Cuándo dije eso? –Cuando tenía 8. Estuve como un año con miedo a morirme


de noche, por eso prefería no dormir. Es el momento en que Moreira juega al truco con la muerte. Una mujer vestida de negro de voz extraña que lo va a buscar. Ella pierde la partida de truco, un envido… ¡por un punto! –Pero la muerte no sabe perder. –No digas pá. Lo anunciaba siempre. Era la parte más dolorosa de la película. Ella le advierte que la viruela está cerca. Moreira pierde a su hijo. No va a poder verlo, ni a decirle adiós. Yo lloro. Mi padre no voltea a verme. Silencio de muerte. Y para colmo, el diálogo: “¡Cómo quisiera darle un beso al angelito!”, desde una distancia oscura rodeada de fuegos, aquel hombre grande, aquel hombre gaucho, que llora. Pero mi padre no, él sigue aguantando. Después, vuelve a la pulpería. Podría haber matado al que cantaba los versos en los que era evidente que lo acusaba de camaleón, pero no lo hace. No es por piedad, ni lástima. Es que Moreira sabe a quién tiene que matar y a quién no. Mi padre vuelve a respirar fuerte sobre la postal de otro atardecer que parece pintado. Los gauchos galopan hacia la luz. Las risas racionales de mi padre, esos gestos contenidos que no son signos de alegría sino de haber interpretado el mundo desde su propia contradicción (me río para no llorar), se siguen hasta el momento del duelo. Yo comparto el gesto por el puro gusto de compartir. Juan Moreira mata a otro hombre y esta vez no rogará por su perdón porque entonces, recién entonces lo sabe: ya no hay vuelta atrás. Mi padre bosteza. Siempre lo hace cuando faltan diez minutos para que acabe la película y es el momento exacto en que agarran a Segundo Irazábal confundiéndolo con Moreira. Nunca le pregunté si era porque se aburría o porque de verdad tenía sueño. Siempre la vimos de noche, arrancando a las diez,

para ese entonces, ya eran las 11.30. Después bostezaba yo, y era por contagio. En esta parte, unos minutos eternos, Juan Moreira decide luchar aunque se vea rodeado y sin ninguna esperanza. En realidad, son dos minutos de película, pero tanto en la vida del gaucho como en la nuestra parecen una eternidad. El tiempo se congela en una cámara lenta de la agonía. ¿Cuántos latidos caben en dos minutos? Una vida. La de Moreira. Nuestras vidas. “¡Acá está Juan Moreira, mierda!”. Y los ojos de mi padre se vuelven grandes. Sus pupilas crecen hasta casi estallar y su sonrisa se infla de satisfacción. Un hombre sólo contra el mundo. Un único héroe. Avanza con un cuchillo y todo el coraje hasta salir al sol, ensangrentada la cara y el cuerpo, dando cada paso con dificultad, riendo porque sabe que está a punto de conseguirlo. Una última herida mortal, pero él vuelve a ponerse de pie. –Si ya sabemos cómo termina, ¿por qué estamos sufriendo de esta forma? –Y bueno hija, ése es el chiste, ¿no? –¿Cuál? –Que pasemos por lo mismo una y otra vez. –¿Se va a acabar algún día? –¿Por qué tendría que acabarse? El tiempo no se acaba nunca. El que se acabó fue mi padre. Es mentira eso de que el tiempo se va y no vuelve. Hoy volvieron a pasar “Juan Moreira” en ese viejo programa de televisión donde ponen películas argentinas por las noches. Apenas me senté a verla supe que mi padre estaba allí conmigo, pude oír su respiración, ver su rostro de lágrimas contenidas y escuchar las mismas palabras que, obstinadas, permanecen en mi memoria.

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humor

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