E+ N°12 2015

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energía + ÓRGANO DE DIFUSIÓN INSTITUCIONAL DEL SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA (SiReLyF)

EDICIÓN N°12 | AÑO 2015

todas

las voces

El Sindicato Regional de Luz y Fuerza puso en marcha las asambleas regionales para comunicarse de forma directa con sus afiliados, distribuidos en 202 localidades de la provincia de Córdoba. De las bases emerge el mandato y las ideas para el crecimiento del SiReLyF.

Actualidad. mujeres de la guerra

Fotografía. migrantes en méxico

realidad gremial. gráficos en lucha



energía + sumario

La reina de cristal La pianista Elvira Ceballos o el tenaz optimismo de los sobrevivientes Por Sol Aliverti

Vida y obra | pág. 6

Actualidad | pág. 12 Las voces ocultas de la guerra Por Florencia Gordillo

Ensayo fotográfico | pág. 36

En el camino

Editorial | pág. 4 Cara a cara Por Eduardo Brandolín Realidad gremial | pág. 16 Luchas que se imprimen con el cuerpo Por Soledad Soler Institucional | pág. 22 El mapa de la militancia Triple dobleve Salud con un modelo solidario Auditorio Luis Gagliano Crónica | pág. 44 Elemento volado Por Ángeles Alemandi Responsabilidad social | pág. 48 Palabras que brotan como caricias Por Alessandra Minnicelli Pinceladas | pág. 51 Daniel Rabinovich Por Iván Zigarán Cuento | pág. 52 Luz mala Por Manu Kápilan Humor | pág. 54 Frivolicidad con papas fritas Por Ziga

Por Eduardo Soteras Una producción de:

Independencia 1247 - PB - Tel: (0351) 4685923 www.regardecomunicacion.com

SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA

JUJUY 27 | X5000KAA | CÓRDOBA Tel/Fax: (0351) 454-6400 www.regionalluzyfuerza.org facebook/sindicatoregionalluzyfuerza

RESPONSABLES EDITORIALES: Eduardo Brandolín, Máximo Brizuela, María Alejandra Carrillo DIRECCIÓN PERIODÍSTICA: Valeria Brandolín EDITOR: Andrés Acha REDACCIÓN PERIODÍSTICA: Matilde Nasser, Andrés Acha Colaboran en este número: Sol Aliverti, Florencia Gordillo, Manu Kápilan, Iván Zigarán, Ángeles Alemandi, Soledad Soler FOTOGRAFÍA: Mateo Allende, Eduardo Soteras, Diego Trevín, Javier Bertin, Andrés Acha DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Diego Villa ILUSTRACIONES: Iván Zigarán COLABORACIÓN EN DISEÑO: Martín Cepa y Juan Marcos Guareschi

SECRETARIO GENERAL Eduardo Ángel Brandolín SUBSECRETARIO GENERAL Máximo Humberto Brizuela SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN Arturo Carlos Cussa SUB-SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN Marcel Cesar Caula SECRETARIO DE VIVIENDAS Y OBRAS Raúl Rodolfo Durán SECRETARIO DE HACIENDA José Alberto Rossi SUBSECRETARIO DE HACIENDA 1º Jorge Antonio Apezteguia SUBSECRETARIO DE HACIENDA 2º Raúl Marcelo Álvarez SUBSECRETARIO DE HACIENDA 3º José Alberto Nicolino SECRETARIO GREMIAL José Antonio Vargas SUBSECRETARIO GREMIAL 1º Rubén Pedro Bergesio SUBSECRETARIO GREMIAL 2º Carlos Julio Recalde SUBSECRETARIO GREMIAL 3º Claudio Eduardo Toranzo SECRETARIO DE PREVISIÓN Fernando Adrián González SECRETARIO DE SERVICIOS SOCIALES Jorge Ricardo Vachetta SECRETARIO DE TURISMO, DEPORTES Y ACTAS Alberto Boglione SUBSECRETARIO DE TURISMO, DEPORTES Y ACTAS Guillermo Cesar Suppo SECRETARIA DE CULTURA, COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN María Alejandra Carrillo VOCALES TITULARES Robert Eraldo Caula - Daniel Eduardo Gil - Jorge David Oviedo - Carlos Armando Coria VOCALES SUPLENTES Omar Jorge Piñal - Oscar Daniel Alba - Carlos Diego Barrionuevo - Carlos Alberto Olmos ADM. CABAÑAS DE COSQUÍN Jorge Fiorini ADM. HOTEL INTERSUR SAN TELMO, BUENOS AIRES Daniel Paván ADM. HOTEL VILLA GESELL Osvaldo Rincón COMISIÓN REVISORA DE CUENTAS Y CONTROL DE LOS EMPRENDIMIENTOS TITULARES Daniel Alberto Paván - José Luís Usandivaras - Sandra Viviana Caballero - Damián Juan Sanz - Lidia Norma Castellino SUPLENTES Graciela del Valle Canavesio - Mercedes Omar Alamo COMISIÓN CENTRAL DE JUBILADOS Y PENSIONADOS: PRESIDENTE Juan Carlos Zanforlín SECRETARIO Nelson Gabrielloni VOCALES TITULARES Horacio E. Colson - Julio Bevione VOCALES SUPLENTES Juan Luis Tisera - Juan Hernández - Juan Carlos Bisaro - Olivio Bartolo Bello


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editorial

Cara a cara Eduardo Brandolín Secretario general Sindicato Regional de Luz y Fuerza

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a inmensa geografía que abarca nuestro sindicato –más de 200 localidades en toda la provincia de Córdoba– hace compleja la comunicación de los miembros del Consejo Directivo con el afiliado de base, por lo que se ha hecho difícil transmitir el pensamiento político de quienes conducimos los destinos de esta querida institución. A través de su historia, el SiReLyF ha transitado muchos caminos que permitieron encontrar una mecánica eficiente para que nuestros afiliados estuviesen informados de las actividades que desarrolla su Consejo Directivo: las notas mimeográficas y las circulares fueron durante muchos años las herramientas más comunes para llegar a cada uno de nuestros compañeros.

y programas propios realizados por un grupo de jóvenes periodistas y técnicos que saben lo que hacen. Sin embargo, más allá de estos logros comunicacionales, de todo el esfuerzo realizado y de los medios que hemos puesto a disposición de nuestros compañeros, el contacto directo es irremplazable. Estar cara a cara, darnos la mano, escucharnos. Por eso este año comenzamos la era de las asambleas regionales, para conversar con nuestros compañeros y compañeras, responder a las inquietudes que tengan y escuchar sus propuestas, con una apuesta a la democracia participativa en nuestro Sindicato. Dividimos el territorio cordobés en regiones, armamos un itinerario y nos lanzamos a la ruta. Llevamos realizados cinco de los siete

Las reuniones son gratificantes, el diálogo es fraterno y nos reconforta la calidez con la que somos recibidos en cada lugar en el que damos nuestros informes Después, con la firme decisión de Gestión para el Cambio de estar lo más cerca posible de nuestra gente, creamos nuestros propios medios de comunicación. Así nació Energía Positiva, el periódico semanal que se ha convertido en una costumbre para nuestros afiliados y para quienes producimos la información institucional. Luego hicimos la revista Energía +, con mucha calidad no sólo en el papel, en la impresión a todo color y en el diseño, sino también en su contenido: es una revista que, además de informar sobre la actividad sindical, abarca temas de interés general para la comunidad, con un cuidado especial en la escritura y con una mirada desde el interior del interior. A los medios gráficos hay que agregarle RadioLyF, la primera radio sindical del país, con contenidos 4 energía +

encuentros planeados para este año y la experiencia es muy enriquecedora. Las reuniones son gratificantes, el diálogo es fraterno y nos reconforta la calidez con la que somos recibidos en cada lugar en el que damos nuestros informes. Lo generoso y sincero del debate nos hace estar convencidos de que ha sido una de las decisiones más importantes para los tiempos que corren. De las bases emerge el mandato y las ideas que después llevamos a la práctica. De las bases surgen los aportes esenciales para la construcción de la grandeza de nuestro Sindicato.


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Responsabilidad social sindical

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l 10 y 11 de septiembre se realizó el 3º Congreso Internacional de Responsabilidad Social (CIRS) en el predio de La Rural de la ciudad de Buenos Aires. El secretario general del SiReLyF, Eduardo Brandolín, participó por segunda vez en representación del Sindicato Regional de Luz y Fuerza, como institución modelo que difunde la responsabilidad social en su gestión sindical. En su edición 2015 el Congreso se desarrolló con entrada libre y gratuita bajo el lema “Federalismo responsable con eje en la empleabilidad”, y estuvo destinado a dirigentes de empresas, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, cooperativas, universidades y gobiernos que confluyen para debatir, reflexionar e impulsar iniciativas conjuntas. El Congreso también contó con una Expo en donde diferentes actores sociales difundieron sus acciones y prácticas en Responsabilidad Social. El Congreso contó con la participación de dos Premios Nobel de la Paz: Rigoberta Menchú, líder indígena guatemalteca que recibió la mención en 1992 por su labor

en defensa de los derechos humanos y Kailash Satyarthi activista indio por los derechos de los niños y ganador del Premio en 2014. Además, estuvo Luiz Inácio Lula da Silva, líder sindical y ex presidente de Brasil. El CIRS 2015 es organizado por la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS) y FONRES R.S.E. en conjunto con la Universidad de Buenos Aires, la Facultad Regional La Plata de la Universidad Tecnológica Nacional y el Instituto Superior de Control de la Gestión Pública de la Sindicatura General de la Nación. En su tercera edición se sumaron los auspicios especiales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Argentina, de la Red Pacto Mundial Argentina, del Sistema de las Naciones Unidas Argentina y del Centro de Altos Estudios Universitarios de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

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a seccional Jesús María-Colonia Caroya del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) inauguró el nuevo edificio de su sede con novedosas ampliaciones y remodelaciones, que contribuyen a una mejor atención de los afiliados del gremio. Los festejos de la seccional ubicada en la ciudad de Jesús María se hicieron el 24 de septiembre pasado con un acto público que contó con la participación de autoridades locales, de la región y del SiReLyF. La banda de pop latino Contrapunto y el músico Facundo Toro ofrecieron un espectáculo musical para todo público y con entrada gratuita, que tuvo como marco el festejo del 147º aniversario de la ciudad. “Esta es una seccional con mucha importancia en la vida del SiReLyF y reconocemos en nuestra cooperativa una libertad de trabajo muy grande que debemos destacar. Felicito a los compañeros que hoy están trabajando intensamente por esta pasión enorme, fuerte y comprometida que es el sindicalismo”, dijo Eduardo Brandolín, secretario general del SiReLyF.

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vida y obra

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La reina de cristal Elvira Ceballos es una de las más destacadas pianistas cordobesas. Su carrera estuvo marcada por la adversidad y el esfuerzo luego de que, a los cuatro años, le diagnosticaran una extraña enfermedad: le dijeron a su madre que la diera por muerta. Hoy, a sus 66 años, sigue dando conciertos y enseñando música. Por Sol Aliverti

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n la casa del tío Tristán, una de sus primas mayores le pregunta a Elvira si le gustaría ver el piano. En la casa hay una mesa ovalada y algunas cosas para comer. La abundancia a la hora del té es lo que se acostumbra para las visitas. Elvira, que no tiene más de tres años, responde que sí y se sube a la falda de esta niña de doce años llamada Marta, que abre la tapa del piano y que deja al descubierto las hileras de teclas. Lo que ve ahí no es solamente una distracción: ese es el mapa sonoro que la acompañará antes de que la ceguera la deje a oscuras. Los padres de Elvira notan que la escena tiene algo de presagio y a la noche comentan que si eso es lo que le gusta, la van a acompañar. “Nunca lo dije pero al salir de esa casa, cuando se saludaban, mientras yo esperaba en el auto, pasaba un avión que se me quedó grabado en la memoria. Pasaba bajito y nunca escribí sobre eso. Fue una tarde que me marcó: las tazas de té, la mesa y el piano. El avión cruzó por mi derecha. Eso fue un mensaje, lo sé hoy que estoy vieja. Todo tenía sentido”, dice ahora Elvira Ceballos en la sala de su casa de barrio Alto Alberdi de la ciudad de Córdoba, donde vive desde 1971. En esta habitación hay dos pianos verticales, una mesa en el medio y alrededor no se pueden contar los libros, papeles y partituras que salen como yuyos de los armarios y que forman otra pared musical que lleva décadas construyendo. Ella está en su silla de ruedas con una pollera roja y se mueve por la casa cada vez que suena el teléfono con un aire de ronda infantil, un gesto propio de una infancia que parece no haberla abandonado. La silla golpea un poco con la mesa, después se acomoda, sigue hasta el teléfono y atiende como si estuviera a punto de contar un chiste. Elvira es frágil del modo más concreto: en el año 2001, después de una serie de pruebas, supo que la enfermedad que padece desde los cuatro años se llama osteogénesis imperfecta, un mal congénito que provoca una fragilidad degenerativa de los huesos. Ella lo resume sin metáforas ni cientificismo: “Yo tengo una hermana… bueno, no tengo a nadie, pero tuve una hermana ciega. Como que no estaba bien hecha la cosa, así parece ser lo que hemos tenido mi hermana y yo, según esa investigación”. Al diagnóstico lo hizo una médica amiga que la llevó a la universidad para participar de una investigación sobre el caso. “Le dije: ¿Y qué hay que hacer? Yo quería hacerlo para divertirme. Fue un estudio

muy intenso: me pedía las aguas y yo le decía que le ponga mi nombre porque me iba a querer operar de la próstata. Lo que nos hemos divertido…”. Es una característica que no puede eludirse: en cada respuesta Elvira parece asistida por una extraña forma de optimismo, un tenaz sentido del humor que la eleva por encima del relato adverso de su vida y le otorga el cetro invisible de los que sobreviven. Casi en esa misma posición, cerca del piano y de frente a la ventana, se la puede ver en el disco Radio AM, un trabajo que hizo convocada por el cantante y compositor santiagueño Raly Barrionuevo en el año 2009. En esa sala grabaron todo y ahí, además, da clases de piano. Elvira se ubica de frente y habla de lo difícil que es enseñar hoy: “Los chicos de antes leíamos, hoy estudian como los ciegos. Sí se puede leer y tocar al mismo tiempo. Los maestros de hoy son muy permisivos. Se ve que tampoco les han enseñado a leer música. Claro: no lo pueden ver, no miran al horizonte. Miran acá no más. Tiene que ser ahora, ya. Llame ya”. Los que van a verla como maestra a veces se quejan de que tienen que estudiar a la antigua, porque así enseña ella: teoría, solfeo, partituras y estudio. –Así estudiaba piano de chica, le cuento. –¿Ah sí?, ¿usted toca? –No, dejé porque intenté estudiar pero con el nuevo método no entiendo y me desanimé un poco. –No, no, no, querida, no hay que desanimarse. Cuando quiera yo la ayudo. *** Elvira Ceballos nació el 19 de marzo de 1949 en La Falda, un pueblo al pie de las sierras chicas en el Valle de Punilla. El surgimiento del pueblo está asociado con la construcción del Hotel Edén, un lugar de la alta aristocracia mundial vinculado al régimen nazi. Eso no le otorgaba un especial clima hostil, pero sí marcaba diferencias entre quienes estaban para disfrutar y quienes estaban para servir. El padre de Elvira trabajó de mozo desde 1933 a 1936, en los albores del Hotel Edén y, además, era dueño de una pista de baile: un galpón en la calle Güemes llamado El Ranchito Criollo. energía + 7


Los padres de Elvira se conocieron y al poco tiempo se casaron. Eran buenos compañeros y decidieron pasar la vida juntos, una decisión amorosa y sensata que los hizo tener casa y familia y un destino arduo, como lo tiene la gente a la que parece no sobrarle la felicidad. Los primeros indicios de enfermedad fueron con la hermana mayor: “Mi hermana quedó ciega y mi mamá no quería tener más hijos. No quería que otro hijo suyo sufra. Fue al doctor a pedir ayuda pobrecita, porque tenía miedo. Pero vine yo y me tenía que recibir. No le quería decir a nadie, y yo la ayudaba desde adentro porque no se le notaba la panza”. El nacimiento de Elvira fue una sorpresa para los vecinos, que le preguntaban a su madre de donde había salido esa nena, porque jamás la habían visto embarazada. En 1954 empezaron a darse cuenta de que la ceguera también estaba rondando a Elvira. Una junta de 48 médicos dio la sentencia: le dijeron a la madre de Elvira que deje a sus hijas tranquilas, porque lo único que podía pasarles era morir. No había nada que hacer. El relato de su vida tiene un obstáculo real: no se trata de un consternado y talentoso músico luchando con sus fantasmas mentales. Es la vida a los tumbos, con una noticia que siempre parece peor que la anterior. El padre, después de consultar con el párroco del pueblo, decidió vender todo y viajar para Córdoba Capital, en donde funcionaba el Instituto Provincial para Ciegos, la misma institución que hoy se conoce como Helen Keller. Y aquí va de nuevo: antes de viajar, a la hermana mayor le cayó una carretilla encima y Elvira se cayó de la cama, dejándolas no sólo casi ciegas, sino también casi inválidas. Al llegar a Córdoba les dijeron que así no podían seguir estudiando. Después, el director de la institución accedió sólo si la madre se comprometía con el traslado y la contención de las chicas en el colegio. El ingreso al instituto coincidió con las peregrinaciones al Hospital Italiano para detectar otros posibles diagnósticos, trajín que las descalcificó dejándolas todavía peor de 8 energía +

lo que estaban. Entonces su madre, para ahorrarles movilidad, les hizo hacer una silla de ruedas doble, en la que las llevaban juntas. “Mi hermana le festejó el Día del Animal a mamá por eso”. Aunque en este caso, la ignorancia jugó su rol más benévolo: como no sabían cómo educar a una niña ciega, la trataban como a cualquier otra. En una iglesia de la calle Caseros, María Luisa Ceballos fue a pedirle a dios que la deje encontrar una casa donde vivir y que la ayude con sus hijas. “Se me van a morir, padre, se me van a morir”. Pero el cura le dijo que no todo estaba perdido para dios y, junto con eso, le sumó el dato de un médico llamado Cremonini, un homeópata del que se sabía que su hija se había recuperado de la poliomielitis. Cuando llegaron a la casa, Cremonini hizo llamar a su hija para mostrar que eso era cierto y les dio otra sentencia que sonó a designio de oráculo griego: las niñas no van a morirse, pero tampoco van a sanarse. La madre de Elvira pronto se hizo amiga de Beba, la esposa de Cremonini y juntas le daban la espalda a la ciencia visitando a cuanto curandero y mano santa se les cruzara por el camino. Siempre aparecía alguno para llevar “a las chicas”, aunque de todos volvían con los mismos resultados. Un día Beba propuso ir a lo de una joven curandera a Tucumán, pero murió antes de concretar el viaje. “Cremonini fue a casa llorando y dijo: acabo de enterrar a mi esposa y el pedido que me hizo fue que lleve a las chicas a ver a la curandera”. Cremonini tapó la cruz roja que identificaba a su auto de médico y salieron de viaje. En el camino compraron helados y caramelos y llegaron a Tucumán para buscar a la mujer de los


En cada respuesta Elvira parece asistida por una extraña forma de optimismo, por un tenaz sentido del humor que la eleva por encima del relato adverso de su vida y le otorga el cetro invisible de los que sobreviven

milagros. Elvira subió caminando hasta la virgen, prendió una vela y volvió hasta donde estaban todos. Volvieron a Córdoba sin cura ni milagro. “Para mí que la curandera necesitaba plata para hacerse la fiesta de 15”, recuerda. “Cremonini me salvó la vida, hay que decirlo”. *** Fue en el primer instituto para ciegos que el profesor Valdéz paró a las hermanas Ceballos en su silla de ruedas conjunta y les preguntó quién iba a tocar guitarra. “Yo no”, dijo Elvira y el deseo, por oposición, quedó en evidencia. Fue de la mano de ese profesor que luego Elvira llegaría a Radio Splendid, en una carrera con un sinfín de obstáculos que siempre aparecían cuando el avance era un hecho. El piano continuaba en un lugar privilegiado. “El piano del colegio es el segundo que recuerdo como importante en mi vida. Mi mamá me ponía cerca para que yo tocara las patas y sintiera la vibración”. Cuando la hermana mayor creció, del instituto para ciegos le

dijeron a la madre de Elvira que ya no podían cursar ahí, que debía ir al hogar de día de ciegos, ubicado en la calle Santa Rosa. La madre accedió con una condición: al nuevo instituto debían ir las dos. Lo primero fue la negativa: Elvira es menor, y de ninguna manera podía ir a esa institución. La madre insistió, a esa altura ya estaba acostumbrada. Con unos contactos en el Ministerio de Educación, la legalidad pasó a segundo plano y terminaron aceptando a Elvira en la escuela con su hermana. “A los tres meses me mandaron la policía porque no tenía que estar ahí. Pero bueno, del hogar taller dijeron que sí. ¿Y qué hacemos con el expediente?, preguntaron en el Helen Keller. Y una secretaria con voz finita dijo que lo tiren al tacho de la basura”. energía + 9


*** En 2010, después de que Raly Barrionuevo le insistiera, Elvira grabó su primer disco como solista llamado Mi vida toda, un título que trasluce que la vida toda de Elvira no es la vida de cualquiera: la vida toda suena a un triunfo, a un remate afortunado del destino. La obra fue estrenada en 2013 en el Teatro Real y es un disco en el que también toca y canta sus propias canciones, algo de lo que rehuyó porque siempre se vio acompañando a otros músicos. Elvira dice que este invierno no ha sido fácil. Demasiado trabajo la dejó con las defensas bajas y ella está acostumbrada a no parar. Últimamente la han ayudado dos cosas: que Daniel Barrionuevo, el hermano de Raly, sea su representante y que Teresa la ayude en la casa. “Yo digo que ella no es una empleada, ella es mi compañera de trabajo. Juntas hacemos todo”. Ese énfasis con el que mantiene su condición es el mismo que la hacía rendir libre en el conservatorio de música, memorizando las partituras y transcribiéndolas al sistema Braille. Su madre aprendió a leer partituras: ella dictaba y Elvira las pasaba al sistema para ciegos. De hecho, la pared de papeles que se ve en la sala de su casa tiene más de 600 partituras transcritas por ella, un sistema del que se tuvo que servir luego de que Valdéz la ayudara para inscribirse como alumna regular en el Conservatorio de Música Beethoven, algo casi imposible para una persona ciega. Pero la alegría no duraría mucho. En ningún momento la vida de Elvira Ceballos deja de ser ese relato arduo, que sin embargo tiene todavía esa dirección segura que la pone de nuevo en el camino. Un día, meses después de que comenzara la carrera oficialmente, el vicerrector del Conservatorio llegó a su casa y le dijo 10 energía +

al padre que mande a llamar a Elvira. El asunto era serio: aunque había pasado casi todas las pruebas para poder ser alumna regular, el hombre consideraba que eso no era lugar para una mujer ciega. Llamó al padre: –Siéntela ahí que tengo que decirle algo–, dijo. “Yo pensaba para mis adentros: ¿cómo va a decir siéntela? Pero bueno, yo tenía 18 años, qué iba a decir”. El vicerrector se sentó y le dijo a Elvira lo que había hablado con su padre, otra de las tantas sentencias que Elvira escucharía en su vida: le dijo que no era normal y que por esa razón no consideraba que pudiera estudiar en el Conservatorio. –Es su pensamiento. Yo pienso distinto– dijo ella–, mientras el padre le hacía señas para que no contestara mal. –Y para qué le voy a porfiar, si ya sé que no soy normal, pero así mismo quiero estudiar–, remató. –No le diga que no le he avisado–, dijo el vicerrector. –Déjeme que pruebe y si no puedo me voy a ir yo sola. La escena es fácil de imaginar: Elvira teatraliza el recuerdo con un gesto histriónico en la voz y se interrumpe con intervalos de risa contenida. “Él estaba haciendo lo que creía que era correcto, pobrecito. Era un excelente músico. Lo mismo siento con el que me pronosticó la muerte. Eso era lo que ellos creían”. Las clases se tenían que aprender de memoria. En esa época una doble vida la llevaba a misa por la mañana y la ponía a estudiar y a escuchar conciertos por la noche. Un hombre de la iglesia se lo cuestionaba: “Por qué no rezás?, ¿qué tanto hacés a la noche?”. A fuerza de argumento bíblico ella les contestaba que no rezaba porque ya había aprendido la parábola de los talentos: si a uno le dan un talento hay que multiplicarlo. “¿Ve?, eso es lo que hago: tengo que multiplicar los talentos”. El recurso era efectivo y así desistían. “El que quiere estudiar primero tiene que tener deseo. Primero tiene que querer. Una vez me regalaron un concierto de Kalinikov muy difícil. Se lo dije a mi maestro y él me preguntó si lo quería hacer o no. Le contesté que sí. Bueno, entonces ya tiene la mitad hecha, me respondió”. No es vanidad el orgullo de autosuficiencia: cuando ella iba a los almacenes hacía la cuenta mentalmente y al llegar a la caja ya informaba lo que le tenían que cobrar, con el 10 por ciento de descuento y todo. “La ceguera nunca me ha molestado. Yo ya tocaba mucho en lugares nocturnos y en los teatros con Valdéz, acompañando en guitarra y piano. A mí nadie me preguntó si era ciega o no. Después volé mucho en avión, pero primero manejé sola mis cosas”. En la carrera de Elvira también hay una diversidad que roza la provocación. –Yo leo música, pero también se improvisar–, dice. –¿Y qué hay que saber para improvisar? –Lo único que hay que tener es coraje. Una vez la invitaron para arreglar una canción de Charly García y alguien le dijo: Elvira, esto no es lo tuyo. Aunque venga del clásico, también hace música popular y a esta altura todo parece indicar que siempre hizo lo que se le dio la gana. “A mí me gusta hacer todo: ese el defecto que yo tengo. Me pongan a hacer lo que sea, yo lo hago. Encuaderno libros, lavo platos”. Y como si por un momento algún dato externo a la experiencia pudiera definirla, Elvira decide alejarse de sí misma y agregar como al paso: “Es que dicen que en el horóscopo chino yo soy buey y con ascendente en rata. Eso dicen que soy”.


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actualidad

Las voces ocultas de

la guerra 12 energĂ­a +


Trece mujeres recibían en el frío patagónico de Comodoro Rivadavia a los heridos que llegaban de las Islas Malvinas. Otras diez chicas se alojaban en la Base Naval Puerto Belgrano: eran menores de edad en un curso de aspirantes a enfermería. Guardaron silencio durante décadas. No cobran una pensión y no son reconocidas como veteranas de guerra. Ahora rompen el silencio. Por Florencia Gordillo

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laudia Lorenzini guardó en su bolso el vez más arriba llevó mi mano hasta sus genitales. Después me oso de peluche que le regaló su mamá, la besó. Me dijo que si hablaba nadie me iba a creer y que me iban carta que le hicieron sus compañeros en el a dar de baja”, recuerda Claudia. colegio donde iba al secundario, su diario Al volver de la guerra no quiso saber nada más con la sanidad. íntimo, la ropa interior y mucho abrigo. No Se deprimió y cayó en el alcoholismo. No pudo tener hijos. Su tenía ganas de irse de viaje. Era febrero de pareja nunca supo que estuvo en Malvinas, muchos menos del 1982. acoso. Su madre se enteró de todo hace unos meses. Veinte años Ahora, 33 años después, está parada después logró dejar el alcohol. Salir del silencio también la alivia. junto al teléfono y el silencio le pone freno a la memoria. A juz“Claudia sufrió un intento de abuso. En aquella época ¿a gar por su respiración entrecortada, llora mientras los recuerdos dónde lo iba a denunciar? Dictadura y militares. No existían vuelven hacia ella. Toma aire y se recuerda a ella misma en la hapolíticas de género y las mujeres estaban desprotegidas. Ella igual bitación de su infancia. En algún lugar está la foto de su fiesta de denunció al jefe de la base militar y él le incautó todas sus perte15 en la que usó un vestido de colores que nencias, la ropa, el diario íntimo, sus ositos dejaba al descubierto su hombro izquierdo. de peluche, y le dijo: ‘Me firma acá y se va Pero recibió sus 16 años en la Base Naval Los aviones llevaron de baja. Y si usted habla, vamos a perseguir Puerto Belgrano, donde atendía a los soldaa su familia’”, cuenta Alicia Panero. más de mil heridos a dos heridos durante la Guerra de Malvinas, Alicia es docente de Historia en el Instidonde el teniente José Italia le ofreció usar tuto Universitario Aeronáutico y la autora Comodoro Rivadavia. el uniforme de gala el mismo día en el que del libro “Mujeres Invisibles”, donde cuenEl último paciente se ta cómo vivieron la Guerra de Malvinas las abusó de ella. Trece mujeres llegaron al frío patagónico fue el 22 de diciembre argentinas, las isleñas y las británicas. Vive de Comodoro Rivadavia, a casi dos mil en el barrio militar de Córdoba ubicado en de 1982. Hasta ese kilómetros de la ciudad de Córdoba. Allí la Avenida Fuerza Aérea: 109 hectáreas de recibían a los heridos de las Islas Malvinas día hubo enfermeras casas con estilo colonial que solo alojan a que regresaban hacia el Continente. Otras los militares y a sus familias. Una amiga le atendiéndolos 10 chicas se alojaron en la Base Naval envió una foto tomada en Comodoro RivaPuerto Belgrano: eran menores de edad en davia: cinco mujeres con uniformes, cascos un curso de aspirantes a enfermería. En y armas. Detrás de la foto decía: “Estas son marzo de 2015, la senadora Hilda Aguirre enfermeras en la guerra”. de Soria presentó un proyecto de Ley que pretende el “recoLa foto apareció luego en el libro –publicado en 2014– que nocimiento y reparación al personal femenino argentino que fue la culminación de su trabajo de investigación en el Instituto participó en la Guerra del Atlántico Sur en 1982”. Las primeras Universitario Aeronáutico y expuso una nueva problemática: militares de la Fuerza Aérea que se incorporaron como enfermela invisibilización de las enfermeras que trabajaron durante la ras todavía no cobran una pensión y no son reconocidas como Guerra de Malvinas. veteranas de guerra. “La guerra iguala: no gana nadie –dice la autora del libro–. Claudia suspira y deja pasar los segundos como si tuviera Nunca pensé que tuviéramos veteranas mujeres. Todos estos que tomar envión para hablar. Dice que no le importa cobrar la años se callaron por miedo. Algunos militares les decían: ‘Lo que pensión. Le cuesta pronunciar, entre sollozos, la palabra pobre al seguramente hiciste fue ir de puta para entretener a las tropas’”. contar cómo era su vida de niña. En 1981 ingresó a la Marina y Ellas volvieron con la guerra a cuestas. en septiembre de ese mismo año pidió la baja porque extrañaba mucho a su mamá. Su madre no podía pagarle una carrera Voluntaria universitaria y entrar como aspirante naval al curso de enfermería Stella Maris Botta ya no es enfermera de las Fuerzas Armadas. era la única forma de garantizarle un futuro. Solo se exigía haber Son las 11 de la mañana y prepara un guiso para su familia, completado el primario y tener más de 15 años y medio. En 1982 mientras su marido lee en el living. Radio Popular suena a todo fue reincorporada por orden de sus superiores y trasladada a volumen en la cocina y el cuarteto lo invade todo. Tiene dos Puerto Belgrano. Claudia tenía buen promedio pero nunca había hijas y un hijo pero solo habla del varón, que hoy es Teniente del atendido a un paciente. Ejército. Muestra como la mejor de sus joyas una foto de ella con “Vení a probarte el uniforme de gala, me dijo el teniente Italia. César Milani, el ex Jefe de Estado Mayor General del Ejército. Nos subimos a su auto y mientras me acariciaba las piernas cada Sonríe orgullosa. energía + 13


En Mujeres Invisibles (Editorial Bubok), Alicia Panero habla sobre las mujeres que tuvieron un rol importante durante la Guerra de Malvinas y que la historia omitió. Enfermeras e instrumentadoras quirúrgicas, jóvenes y no tanto, argentinas, isleñas e inglesas, que curaron a los soldados argentinos. Hoy comparten sus testimonios y ayudan a construir la memoria colectiva.

“La Dictadura hizo cosas que no correspondían, pero el pueblo se olvida de que le pidió ayuda a los militares contra los terroristas porque no soportaba lo que estaba pasando. Después no les dieron lugar a que hablaran o que contaran cómo fueron las cosas. Los militares nos sacaron del terror en el que vivíamos. Nos salvaron”, asegura Stella Maris. En 1980 se recibió de enfermera en la ciudad de Villa María y en 1981 hizo un curso de Cabo Principal en el escalafón sanidad. En mayo de 1982 el oficial Luteral convocó a su oficina a las tres promociones de enfermeras que había hasta ese momento. Cuando preguntó quién quería ir a la zona de combate todas dieron un paso atrás. Tenían miedo. Ninguna hablaba, incluida Stella Maris –de 23 años– que era la más joven de la tercera promoción. No aguantó el silencio y antes de que otra ocupe el lugar que ella deseaba, se precipitó para ofrecerse como voluntaria. No lo dudó. Sonríe orgullosa, otra vez, al recordarlo. “Una vez sobrevolaron sobre nuestras cabezas los helicópteros del enemigo. Si bajaban, íbamos a ser las primeras que agarraran: para violarnos. Si eso hubiera pasado los argentinos habrían luchado con más ganas y odio, se hubieran puesto más en contra de los ingleses”, dice Stella Maris. Sus ojos miran fijo el techo de su casa mientras habla, pero en realidad ven los alrededores del Hospital Reubicable, que era un avión Hércules que llevaba comida y abrigo a las islas, y volvía al Continente poco después con soldados. Llegaban amputados, quemados, algunos ciegos o con fracturas expuestas, otros sordos, lloraban, no dormían, rogaban por sus madres. Las enfermeras tenían prohibido llorar. Debían atenderlos, curarlos y contenerlos emocionalmente para que su recuperación fuera exitosa. El Hospital Reubicable está compuesto por once contenedores capaces de formar un sistema eficiente de atención médica y de ser trasladado de un lugar a otro. Solo existen tres de su tipo en todo el mundo. Es hermético: no tiene ventanas. Las enfermeras no veían la luz del sol ni las luces de la ciudad. Todas las noches, Comodoro Rivadavia quedaba a oscuras para prevenir ataques enemigos. 14 energía +


La orden: no hablar A fines de mayo de 1982 la revista Gente publicó una edición titulada “Seguimos ganando” en letras mayúsculas, con la foto de un avión que sobrevolaba un buque incendiado y una enumeración: seis buques hundidos, 12 averiados, 21 aviones, 16 helicópteros. “Seguimos destruyendo a la flota británica”, decía. Los aviones Hércules llevaron más de mil heridos argentinos a Comodoro Rivadavia. Cada vez con más frecuencia. El último paciente se fue de alta el 22 de diciembre de 1982. Hasta ese día hubo enfermeras atendiéndolos. Cuando por primera vez se encendieron las luces de la ciudad hubo gritos, llantos de alivio, o tal vez de tristeza: la guerra había terminado. El 14 de junio Argentina se rindió: había perdido 649 soldados. Alicia Reynoso regresó del Hospital Reubicable los primeros días de junio. Argentina sufría la dictadura. “Guerra significa la muerte de otro ser. No supe lo que era la democracia hasta que llegó Alfonsín. No la conocía y la anhelaba”, dice Alicia y deja que el tono de su voz suba para mostrar la fuerza de aquel deseo. Alicia era la jefa de enfermería del Hospital Militar en Buenos Aires. Estuvo entre las cinco primeras mujeres que llegaron a Comodoro Rivadavia a armar el Hospital Reubicable. Era la encargada del quirófano. Detrás de su uniforme se escondía una joven de 24 años que por reglamento debía portar un arma. Hoy tiene 59 años y todavía trabaja como enfermera, pero de civil. Fue la primera mujer veterana que habló sobre su trabajo de sanidad, después de sufrir un accidente cerebro vascular y de creer que era peor que estar en la guerra. Sembrando verdades es el nombre de sus charlas. Repitió la palabra desmalvinización incontables veces después de reconocer que recibió de sus superiores la orden de no hablar sobre lo que vio y vivió en Malvinas. “Veíamos salir a los aviones con comida pero pienso que no la repartían. Los soldados llegaban desnutridos, muertos de hambre. El responsable de repartir el abrigo y la comida seguro que ahora cobra una pensión, pero le debe pesar demasiado. Nosotras hacíamos lo que teníamos que hacer: salvábamos vidas. No estábamos ahí para matar”, dice Alicia, desafiante. “Lo atamos con alambre” Un hombre con uniforme militar, boina y borcegos está parado en la Plaza del Fundador de la ciudad de Córdoba, sobre la calle Obispo Trejo, casi al frente de la Iglesia Santa Catalina: es Tomás Migliore. Es el secretario general del Movimiento Nacional Cívico Militar Condor. De martes a viernes, desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde se para detrás de una mesa con folletos, libros y banderas sobre lo que se oculta de la Guerra de Malvinas. No estuvo en la línea de combate. Él prefiere decir que realizó apoyo logístico. “Muchas mujeres fueron como voluntarias. Mierda, hay que tener ovarios para querer ir a una guerra”, dice Tomás mientras levantaba las manos vacías y simula sostener dos pelotas. Stella Maris recuerda que ese mismo Tomás la trató de mentirosa cuando ella se acercó a contarle que había participado en la Guerra de Malvinas. Prefirió el silencio. Durante años sus compañeras también eligieron callarse. “Mujeres Invisibles”, el libro que publicó Alicia Panero, les devolvió la voz y sacó a la luz una historia que hasta ahora mantenían oculta. Mujeres que trabajaron en una guerra a la par de los hombres. El 16 de abril pasado, Stella Maris le mandó una carta al Papa

PROPAGANDA. “Seguimos ganando”, decía la revista Gente en letras mayúsculas. Y enumeraba: seis buques hundidos, 12 averiados, 21 aviones, 16 helicópteros. “Seguimos destruyendo a la flota británica”, insistía.

Francisco en nombre de las enfermeras. Quieren su bendición y una entrevista con él. En la primera página, la carta dice: “En 1982 estábamos participando de una guerra, sin preparación extra. ¿Pero qué digo? ¡Nadie estaba preparado! Ni los pilotos, ni los soldados, ni los médicos, ni las enfermeras, ni el país, ni el pueblo. Y entonces como buenos argentinos, lo atamos con alambre”. Las enfermeras colgaban el suero de un alambre que separaba el hangar de farmacia del lugar donde estaban los paracaidistas. Si no alcanzaban las camillas, ponían colchas sobre el piso para atender a los soldados. Esterilizaban el Hospital Reubicable y se ponían guantes en las manos que se acababan de lavar. Unas horas después Stella Maris corría a una alcantarilla. Detrás de ella iban otras enfermeras. Metían los pies en el agua podrida junto con las ratas, mientras intentaban no tocar las paredes sucias o taparse la nariz por el olor insoportable. Permanecían ahí dentro todas las noches que había peligro, amontonadas, en silencio. Treinta y tres años después salen del pozo en el que estuvieron escondidas.

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La Unión Obrera Gráfica Cordobesa escribió un capítulo en la historia gremial del interior del país. El surgimiento de las cooperativas gráficas dibujó nuevas estrategias de resistencia y organización en defensa del trabajo. Las luchas actuales y los desafíos por venir para un oficio marcado por la innovación y la transformación. 16 energía +


realidad gremial

L

a organización de trabajadores gráficos de Córdoba tiene sus primeros antecedentes a finales del siglo XIX, cuando participaban de la vida sindical en un grupo conformado por trabajadores de varios rubros, que por lo general provenían del anarquismo. Los primeros registros de esta asociación son de 1896. En 1934 se registró al gremio como Unión Obrera Gráfica de Córdoba, aunque actuaba como Federación, porque se reunía con trabajadores organizados de San Francisco, Río Cuarto y otras ciudades

o empresas donde había mucho activismo. Compartíamos espacio con el sindicato de prensa que estaba intervenido y el nuestro estaba prácticamente acéfalo”, recapituló. La actividad entonces era complicada. Los trabajadores no tenían más herramientas que hacer un paro cuando los despedían o sancionaban. Además había una legislación complicada que establecía que las empresas tenían derecho a des-

de la provincia. El proceso que se dio inicialmente en Córdoba coincidió con los movimientos que se producían a nivel nacional. En 1878 nació la Unión Tipográfica Argentina, uno de los primeros sindicatos del país. En el marco de su historia reciente las luchas del gremio de los gráficos se concentran en la mejora del salario y en la pelea contra la informalidad de sus trabajadores. Ilda Bustos es la secretaria general de la Unión Obrera Gráfica Cordobesa. Comenzó su actividad gremial en el década de 1980 como delegada, en coincidencia con su ingreso al rubro. “Entré a la actividad gráfica en el diario Córdoba. Lo primero que hice fue pelearme. Entré a participar de la vida del sindicato como delegada e integrante de la Comisión Directiva”, recuerda hoy en su oficina. Por aquellos años, asumir tareas gremiales no era fácil porque los delegados no tenían protección legal. Cuenta Ilda que “el escenario era duro porque todavía estaba la dictadura”. “Teníamos una organización en el diario que era bastante buena, junto con algunos otros lugares de trabajo

pedir con causa cuando los trabajadores con actividad gremial fuesen un “factor real o potencial de perturbación social”. “En 1982 despidieron a once compañeros sin indemnización. Habíamos hecho una medida de fuerza y yo me salvé porque ese día tenía fran- EXPERIENCIA. llda Bustos, secretaria general de la Unión Obrera Gráfica Cordoco. Lo mismo había ido a besa, comenzó su actividad gremial en el década de 1980 como delegada, cuando ingresó al rubro. garantizar la medida. El diario Córdoba duró hasta 1991, con casi diez años de conflicto”, eso no se tradujo en beneficios para los explicó la actual secretaria general del gretrabajadores. mio de los gráficos. Por aquellos años no solo había cerrado Otra historia el diario Córdoba, sino que también Los Ilda Bustos logró ser secretaria general del Principios y esos trabajadores habían quegremio en 2003. Hasta ese año hubo dos dado en la calle. La Voz del Interior tamlistas. Ella pertenece a la verde. “Es verde bién había realizado un despido masivo en porque nos identificamos con la Federa1982. ción Gráfica Bonaerense, que lo tenía a Con la democracia se produjo una exRaimundo Ongaro y a la Confederación plosión para normalizar los sindicatos. Los General del Trabajo de los Argentinos gráficos lograron hacer las elecciones el 27 como referentes”. Bustos recuerda que tede diciembre de 1983, 17 días después de nían la propuesta de “normalizar la obra la asunción de Raúl Alfonsín como presisocial y recuperar la capacidad de ser fir-

dente de la Nación: se convirtieron en un símbolo de aquel resurgimiento. La década de 1990 fue positiva para los empresarios: no existía la discusión salarial y pudieron equiparse con tecnología nueva y acumular capital de trabajo, pero

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mantes de convenio”. Eso produjo una fisura fuerte con la Federación, lo que les valió una sanción y terminaron renunciando a la entidad de segundo grado. “Tuvimos obra social propia y después volvimos a la Federación, por supuesto. También logramos firmar salarios en Córdoba por encima de lo que establece la pauta nacional. El salario de Córdoba sigue siendo el más alto del país”, destaca. “Llegamos a 2003 luchando mucho por defender las fuentes de trabajo. En ese camino llegamos a las cooperativas para recuperar las empresas”, señala la gremialista. Ese es el caso de la empresa Gráfica Integral, en la que el gremio participó de la toma del taller para que el empresario firmara el traspaso de las máquinas a manos de los trabajadores. También participó de los procesos de recuperación de El Diario de Villa María y del diario Comercio y Jus18 energía +

ticia de Córdoba. “Nuestra posición siempre fue que los compañeros se constituyeran en cooperativas y siguieran trabajando. En este momento tenemos diez empresas recuperadas. Todas son por quiebras, excepto Gráfica Integral”, explica Bustos. ¿Por qué se organizan en cooperativas? “No hay otra forma de organización posible”, dice Bustos. “En 2011 se modificó la Ley de Quiebras. Cuando la empresa quiebra los trabajadores constituidos en cooperativa pueden solicitar la continuidad y los jueces deben acompañar. El precedente que se tomó fue el de Comercio y Justicia. Antes los trabajadores quedaban en la calle y el empresario mandaba testaferros para que compren las máquinas en el remate y no le quedaba un peso a nadie”, dice la dirigente.

Gráficas recuperadas El portón de chapa de la calle Sarachaga, en la ciudad de Córdoba, se abre y el sonido seco de las máquinas se mezcla con la radio a todo volumen. En las paredes compiten los afiches futboleros de Belgrano y de Instituto. En las mesas hay revistas y folletos recién armados. Los trabajadores de la Gráfica Integral están doblando, troquelando y encuadernando. El olor de la tinta invade los rincones. Gabriel Oviedo interrumpe sus tareas para hacer un recorrido por el taller. Muestra las máquinas y cuenta el proceso mediante el cual pudieron sumar tecnología para mejorar el servicio y lograr mayor competitividad en un mercado concentrado. Cuenta que son once los integrantes de la cooperativa y que antes de ser cooperativistas fueron empleados de la reconocida gráfica Pugliese-Siena. Cuando la empresa dejó de ser rentable para sus dueños, los trabajadores decidieron defender sus fuentes laborales, ocupar el taller y seguir produciendo. “En marzo de 2011 se nos comunicó que la empresa estaba atravesando una crisis y que iba a ser difícil continuar”, recuerda Oviedo, actual presidente de la cooperativa. Los sueldos de la categoría eran importantes y la poca movilidad del sector melló los cimientos de la empresa. “Los costos laborales influyeron mucho porque éramos trabajadores con muchos años de antigüedad”, analiza Oviedo. Todo cerró el 4 de abril de 2011 en la Secretaría de Trabajo, cuando se les comunicó a los trabajadores de la ex PuglieseSiena que la empresa se disolvía y que cada


REFERENTES. Los obreros gráficos están vinculados a la CGT Regional Córdoba, “para que siga siendo una referencia y mantener la unidad de los sindicatos de Córdoba”.

socio se iba por su lado. Los contratos laborales caducaban en ese momento y se les hizo un ofrecimiento a los empleados del taller para el cobro de sus créditos laborales con la maquinaria y los bienes muebles. Según recuerdan los trabajadores, eso cubrió el 70 por ciento del monto de las indemnizaciones. “Éramos diez trabajadores en relación de dependencia más un vendedor que estaba a comisión y en negro. El monto global de las indemnizaciones sumaban 2,5 millones de pesos y el informe de viabilidad que se presentó ante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) cubrió 1,8 millones de pesos. Aceptamos y se hicieron los pasos legales. Todavía no estaba la modificación a la Ley de Quiebras, que se concretó unos meses después”, explica Oviedo. “En la toma, el gremio fue el primero que estuvo presente con nosotros. Puso a nuestra disposición todo su cuerpo letrado”, recuerda Oviedo. Además del caso histórico de recuperación del diario Comercio y Justicia, que fue una de las primeras empresas recuperadas, también hubo otras un poco más chicas como El Diario de Villa María que optaron por conformar una cooperativa. Sin embargo, el caso de la Gráfica Integral marcó un antes y un después en la historia de la recuperación de empresas en gráfica, que fue posible por la voluntad colectiva. Pugliese Siena era una firma reconocida por su excelencia, que se fundaba en la capacidad de sus trabajadores. “Nunca hubo inversión en maquinaria. Seguimos trabajando con las máquinas de hace 30 años”,

dice el presidente de la cooperativa. Como muchos de sus compañeros, Oviedo comenzó muy joven con el oficio gráfico. “Hoy tengo 44 años y arranqué a los 14. Por una necesidad familiar tuve que empezar a trabajar muy joven. Mis primeros pasos en la gráfica fueron como cadete en Biffignandi, un establecimiento histórico de Córdoba que en ese momento estaba en la calle 25 de mayo”. Su primer día de trabajo Gabriel llegó a Biffignandi con las manos en los bolsillos. “Recuerdo que Humberto Montoya, que fue uno de mis primeros maestros en el arte de la tipografía, me dijo: ‘Mijo, lo primero que vamos a hacer es sacar las manos de los bolsillos’. Y así fue”, relata. A partir de ese momento Oviedo empezó a aprender el antiguo oficio de la tipografía, de la linotipia. Fue adquiriendo conocimientos en encuadernación e impresiones tipográficas. Después empezó a surgir el offset y años más tarde presentaron la primera computadora Mac, que hoy se usa mucho en diseño. “Estuve en la presentación de la primera máquina que llegó a Córdoba. Es un oficio que llevo desde toda la vida”, señala Oviedo. Hoy está abocado a la parte administrativa de la cooperativa, una de las tareas que

los trabajadores de la ex Pugliese-Siena tuvieron que asumir tras concretarse la recuperación. Oviedo recuerda aquellos días de incertidumbre y destaca el compromiso asumido desde el principio con la autogestión. “A mí me agarró con 40 años de edad. A otros los agarró con más edad o siendo más jóvenes y con posibilidad de emigrar a otra empresa del rubro. La decisión de continuar juntos fue colectiva. Siempre habíamos tenido la tranquilidad de venir, marcar tarjeta, hacer el trabajo, marcar la salida e irnos a casa y cobrar el sueldo los primeros días del mes. Muchas cosas se perdieron en la transición y hubo que madurar otras tantas. Madurar una autogestión es un paso muy importante que todo trabajador tiene que hacerlo desde el comienzo. No solo tenés que trabajar por tu empresa, que es también la del otro, sino que también hay que saber administrar recursos, cuidar los clientes y captar otros nuevos. Hay que conocer los dos lados del mostrador”, explica el presidente de la cooperativa. En un comienzo los trabajadores de la Gráfica Integral contaban con las máquinas que recuperaron de la ex PuglieseSiena. Luego sumaron otras con ayuda del Ministerio de Desarrollo Social y también energía + 19


a través de los programas del Ministerio de Trabajo de la Nación. Integrar la Red Gráfica también fue clave para continuar produciendo. Al principio la cooperativa contaba con tres impresoras y una guillotina. Hoy lograron sumar una troqueladora, una revistera, una dobladora de folletos, una laminadora para plastificado opaco, una máquina para puntillar y una pegadora Binder. La salida cooperativa Durante los últimos años, varias empresas que habían empezado a fallar se convirtieron en cooperativas. “A través del gremio estamos tratando de juntarnos y empezar a transitar el camino de la Federación de la Red Gráfica. Queremos fundar en Córdoba una regional de la Red para que las cooperativas gráficas de la provincia tengamos una entidad de segundo grado que nos nuclee y que nos ayude a gestionar recursos conjuntamente”, relató el presidente de Gráfica Integral. Hoy hay una decena de cooperativas 20 energía +

gráficas trabajando en Córdoba y la Red Gráfica nuclea a 47 entidades a nivel nacional. Según dijo Ilda Bustos, la experiencia de la Gráfica Integral “es única” y el resultado de las diez cooperativas es disímil. “En Gráfica Integral, desde el día que decidieron tomar la empresa y no dejar entrar a los dueños, coincidieron en que tenían que ir hacia la cooperativa. Esa experiencia no se repitió más. En otros lados tenemos que estar horas y horas explicándoles que no hay patrón, que la empresa es de ellos”, explica Bustos. La idea del patrón es difícil erradicar. Por lo general la defienden los trabajadores más antiguos para quienes la jubilación es un problema. “Intentamos lograr que en caso de quiebras en las que los trabajadores estuvieron en relación de dependencia, se les reconozcan los años en la cooperativa como continuidad para su jubilación. Tenemos jubilados que no quieren irse y eso plantea otro conflicto”, reconoce Bustos. Luchas de ayer y hoy Hoy la Unión Obrera Gráfica Cordobesa tiene 1300 afiliados en toda la provincia. La escala salarial contempla diez categorías y el salario básico está en 10 mil pesos. Aparte de sostener la actividad normal que implica las inspecciones y combatir el trabajo en negro –que es muy habitual en la industria gráfica– el gremio sostiene además la obra social y una fundación a partir de la cual promueven actividades culturales y de apoyo a las políticas que luchan por los derechos humanos. “Aparte estamos vinculados a la Con-

federación General del Trabajo Regional Córdoba, para que siga siendo una referencia y mantener la unidad de los sindicatos de Córdoba. Eso se refleja en un accionar solidario que defiende los derechos de los trabajadores y no los intereses de los dirigentes”, explica la secretaria general de los gráficos.

El oficio Cuando Ilda Bustos entró al diario Córdoba hacía lo que se denominaba tipeado. Al poco tiempo se introdujo la nueva tecnología, con máquinas parecidas a las computadoras actuales. “Tenían sistemas que diagramaban la página. A los pocos años ya se introdujeron los primeros page maker para armar avisos y textos. Cuando yo ingresé se procesaba ese material que tipeábamos: era una cinta perforada que un procesador leía y se revelaba en un papel fotográfico que era carísimo”, recuerda. Consultada sobre cómo le iba en el taller siendo mujer, Ilda cuenta que ingresó al diario en un momento en que cambiaba la tecnología. “Se pasó del sistema de impresión en caliente al frío, lo que se llama offset. Este sistema necesitaba tipeadores, una tarea que se parecía mucho a la mecanografía y reemplazaban a los viejos linotipistas, por eso ingresaban mujeres. Las mujeres también ingresaban a la industria gráfica con la encuadernación y a las secciones de pre impresión en general. Ahora hay compañeras que incluso imprimen. Cambió un poco todo eso”, dice Ilda.


institucional

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institucional

El mapa de la militancia

En 2015 el Sindicato Regional de Luz y Fuerza puso a andar las Asambleas Regionales. Son encuentros entre el Consejo Directivo del gremio y sus afiliados en el interior de la provincia de Córdoba para conocer su opinión e intercambiar miradas sobre la gestión, las políticas implementadas y las necesidades del trabajador de Luz y Fuerza.

PIDO LA PALABRA. Las asambleas son una política sindical basada en la democracia participativa, para fortalecer las acciones que lleva adelante el SiReLyF.

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na caravana de autos atraviesa el Camino de las Altas Cumbres desde Córdoba hacia Traslasierra. Por esas rutas viajan los miembros del Consejo Directivo del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) con destino a Mina Clavero. Desde pueblos y comunas de la región llegan a la ciudad serrana afiliados de las diferentes seccionales y subseccionales de la zona que fueron

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convocadas. Es el miércoles 29 de julio y la cita es en el hotel de Luz y Fuerza. Allí se lleva adelante la cuarta Asamblea Regional. Es un encuentro particular porque la Cooperativa de Mina Clavero atraviesa un problema gremial y habrá una movilización. Todo indica que será una jornada intensa. En 2015, las Asambleas Regionales se suman como un medio de comunicación

directo, pero sobre todo como una política sindical basada en la democracia participativa, para fortalecer las acciones que lleva adelante el SiReLyF. Se desarrollan en diferentes distritos de la provincia de Córdoba y buscan el diálogo y el debate entre afiliados y el Consejo Directivo del SiReLyF. Fueron promovidas en 2014 por Gestión para el Cambio para conocer más de cerca la realidad de los trabaja-


dores, sus inquietudes, y compartir las políticas y proyectos. “Hace tiempo que planteábamos la necesidad de retomar estas Asambleas Regionales, que son muy importantes para nosotros porque mirarnos a los ojos es muy positivo”, dijo el secretario general del SiReLyF, Eduardo Brandolín, en el primer encuentro en El Tío, en marzo de este año. Una de las características del SiReLyF es que sus 6000 afiliados viven en 202 localidades de toda la provincia. Como parte de la estructura organizativa del gremio, los pueblos, comunas y ciudades están nucleados en seccionales y subseccionales a cargo de secretarios que ejercen la representación de las bases. De este modo, el afiliado está informado sobre la actividad que realiza el SiReLyF y también hace llegar su opinión a través del secretario de seccional o subseccional. Además, debido a la dispersión geográfica que presenta el Sindicato, la comunicación ocupa un rol central. A lo largo de Gestión para el Cambio se fue conformando una estructura de medios de comunicación mul-

timedia que abarca desde notas mimeográficas hasta la nueva aplicación para dispositivos móviles destinados al diálogo con el afiliado. En lo que va del año se realizaron cinco encuentros con participación de afiliados activos y jubilados de la seccional anfitriona, y también de las seccionales y subseccionales de localidades aledañas a las cuales se invita. Durante el desarrollo se brindan informes de las distintas secretarías y se dialoga con los afiliados que plantean sus problemas y las realidades de su lugar de trabajo. Todos los caminos Los encuentros comenzaron el 31 de marzo en la localidad de El Tío, un pueblo ubicado a 130 kilómetros de la capital cordobesa. El espíritu de las asambleas está dado por ser encuentros de democracia participativa. El Consejo Directivo viaja hasta la localidad donde se hace la asamblea y lo mismo hacen las seccionales y subseccionales cercanas. El encuentro se desarrolla en un clima ameno, en el que se proyecta un video institucional con toda la información y los emprendimientos que lleva adelante el Sindicato. Luego, los secretarios del Consejo Directivo dan su informe sobre cada área para después abrir el espacio para escuchar y responder las inquietudes de los afiliados. En el primer encuentro que se desarrolló en El Tío hubo 27 seccionales y subseccionales representadas por alrededor de 200 afiliados. Estas eran: Monte Cristo, Piquillín, Río Primero, Tránsito, Santiago Temple, Los Chañaritos, Arroyito, El Tío, La Tordilla, La Francia, Devoto, Colonia Marina, Plaza San Francisco, San Francisco, Freyre, Porteña, Brinkmann, Morteros, La Paquita, Altos

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El Tío

Lugar: El Tío En la sede del Club Social El Trébol Martes 31 de marzo 200 trabajadores Seccionales y Subseccionales que participaron: Monte Cristo, Piquillín, Río Primero, Tránsito, Santiago Temple, Los Chañaritos, Arroyito, El Tío, La Tordilla, La Francia, Devoto, Colonia Marina, Plaza San Francisco, San Francisco, Freyre, Porteña, Brinkmann, Morteros, La Paquita, Altos de Chipión, Miramar, Balnearia, Marul, La Para, Villa Fontana, La Puerta y Santa Rosa de Río Primero.

de Chipión, Miramar, Balnearia, Marul, La Para, Villa Fontana, La Puerta y Santa Rosa de Río Primero. Se destacó la presencia de numerosos jóvenes y mujeres. “Este tipo de reuniones enriquecen. El contacto directo con el afiliado es algo que no se da muy seguido dada la dispersión de este Sindicato. Al acercarnos conocemos las necesidades del afiliado de forma directa y generamos el debate. Nos sirven mucho los planteos y las respuestas directas que le damos a los afiliados. Allí vemos las necesidades que tiene la gente y es donde podemos generar nuevos proyectos”, dijo Brandolín en General Levalle, en la segunda asamblea. Durante los encuentros el temario gira en torno a necesidades e inquietudes que tienen los afiliados de base: préstamos, energía + 23


Embalse 5

3 Justiniano Posse

2 General Levalle

Lugar: General Levalle En la Seccional de General Levalle. Martes 28 de abril 100 trabajadores Seccionales y Subseccionales que participaron: Huinca Renancó, Sampacho, Huanchilla, Los Cisnes, Canals, General Viamonte, Benjamín Gould, Pueblo Italiano, La Cesira, Melo, Serrano, La Carlota y General Levalle.

temas de servicios sociales y de la obra social, impuesto a las ganancias, salarios, capacitaciones, artículos del hogar. Las preguntas son respondidas por los secretarios de cada área. Siempre predomina el respeto y el libre intercambio de ideas. Pero no sólo se plantean dudas o asuntos pendientes, también hay agradecimientos: “Quiero agradecer a la obra social de mi Sindicato. Sin los beneficios y la ayuda que he recibido no creo que estuviera aquí en este momento”, dijo Sergio Olmos, de la seccional de Balnearia en la Asamblea en El Tío. Se destaca la participación de los jóvenes que se apropian de los espacios de militancia y formación sindical, a partir de su ingreso en las cooperativas, en la EPEC o las empresas Transener y NASA. “Quiero felicitar al Consejo Directivo por la apertura de esta asamblea para que todos puedan sacarse las dudas que quieran. Yo vine con un grupo de jóvenes 24 energía +

Lugar: Embalse En la sede de la Seccional Embalse Martes 1º de setiembre Más de 300 personas Seccionales y Subseccionales que participaron: Tancacha, Río Tercero, Almafuerte, Corralito, Monte Ralo, Los Cóndores, Berrotarán, Villa del Dique, La Cruz, Villa Rumipal, Santa Rosa de Calamuchita, Santa Mónica, Yacanto, Amboy, Villa General Belgrano, La Cumbrecita, Los Reartes, Los Espinillos, San Agustín, Río Grande, Embalse, Embalse Sur y la Central Nuclear de Embalse. que ingresaron a la cooperativa, para que conozcan personalmente a los miembros del Consejo Directivo y para que vayan valorando el papel que la militancia tiene en el SiReLyF”, dijo Carlos Gerber, de Morteros. Por otro lado, Hernán Ceballos de Río Primero, dijo: “Es un encuentro para que las bases del gremio escuchen, conozcan y aprendan cómo funciona la Comisión Directiva de su Sindicato. Estas asambleas dejan en claro que nuestro Consejo se preocupa por todos los afiliados. Es muy gratificante que los compañeros se puedan sacar todas las dudas en una asamblea democrática y participativa, que puedan corroborar que los planteamientos que hacemos los secretarios de seccional son veraces y que ellos también pueden preguntar en esta instancia. Este Consejo se

Lugar: Justiniano Posse En el Complejo Deportivo Teniente Origone. Martes 16 de junio 180 afiliados Seccionales y Subseccionales que participaron: General Deheza, Camilo Aldao, Las Perdices, Isla Verde, Dalmacio Vélez, Cavanagh, Luca, Guatimozín, Arroyo Cabral, Colonia Bismarck, Villa Nueva, Pascana, La Palestina, Ausonia, Ticino, Morrison, Pasco, Monte Leña, La Laguna, San Marcos Sud, Ucacha, Leones, Bengolea, General Roca, Ballesteros, Bell Ville, Idiazábal, Marcos Juárez, Etruria, Noetinger, Chazón, Corral de Bustos, Santa Eufemia, Monte Maíz, Ordoñez, Cruz Alta, Monte Buey, Wenceslao Escalante, Inriville, Laborde, General Baldisera y Los Surgentes.

debe a sus afiliados y me parece muy bien que lleven a cabo acciones como esta”. El 28 de abril la asamblea se trasladó a General Levalle, donde participaron 100 trabajadores de las siguientes seccionales y subseccionales: Huinca Renancó, Sampacho, Huanchilla, Los Cisnes, Canals, General Viamonte, Benjamin Gould, Pueblo Italiano, La Cesira, Melo, Serrano, La Carlota y el anfitrión, General Levalle. “Las ideas surgen de los afiliados. Es cuestión de observar y llevar a cabo las acciones necesarias”, fue la frase del secretario general del SiReLyF, para definir la esencia de estos nuevos encuentros.


Mina Clavero 4

Lugar: Mina Clavero En el Hotel de Luz y Fuerza del Sindicato Córdoba. Miércoles 29 de julio 200 personas Seccionales y Subseccionales que participaron: Villa Dolores (La Paz, Luyaba, La Población, Yacanto y San Javier), Nono, Salsacate, San Carlos Mina, La Higuera, Villa de Soto, El Brete, San Marcos Sierras, Cruz del Eje, Serrezuela, Del Oeste (Los Hornillos, Las Viñas, Los Pozos, Villa de las Rosas).

En esa ocasión José Rossi, secretario de Hacienda, dijo: “Estoy convencido de que tener contacto con el afiliado de base es muy positivo para todos nosotros. Escuchando sus inquietudes podemos receptar su contenido de forma más rápida y estar más cerca del afiliado. Los compañeros pueden ver en estas instancias que somos trabajadores como ellos y que podemos tener aciertos y errores en cuanto a la gestión, pero que siempre estamos dispuestos a escuchar y a tratar de mejorar”. Para abarcar todas las zonas de la provincia de Córdoba, el tercer encuentro fue en Justiniano Posse el 16 de junio. Allí, 170 afiliados participaron de la convocatoria a sala llena representando a las seccionales y subseccionales de General Deheza, Camilo Aldao, Las Perdices, Isla Verde, Dalmacio Vélez, Cavanagh, Luca,

Guatimozín, Arroyo Cabral, Colonia Bismarck, Villa Nueva, Pascana, La Palestina, Ausonia, Ticino, Morrison, Pasco, Monte Leña, La Laguna, San Marcos Sud, Ucacha, Leones, Bengolea, General Roca, Ballesteros, Bell Ville, Idiazábal, Marcos Juárez, Etruria, Noetinger, Chazón, Corral de Bustos, Santa Eufemia, Monte Maíz, Ordoñez, Cruz Alta, Monte Buey, Wenceslao Escalante, Inriville, Laborde, General Baldisera y Los Surgentes. “Seguimos teniendo mucho reconocimiento de los afiliados por todo lo que ha conseguido este grupo de trabajadores que hace 14 años trabaja para el todos los afiliados”, dijo Máximo Brizuela, subsecretario general del SiReLyF. En esa oportunidad, Rubén Chiriotti, de la Seccional Etruria y zona, comentó: “Uno necesita que alguien continúe con esto. Ir formando jóvenes que son el futuro de nuestro gremio y que tengan el mismo ideal. Esto se vive y se ejercita cada día. Es parte de nuestra vida porque es nuestro bienestar. Es la familia que vive uno estando bien con su sueldo, con su obra social, con su convenio, con sus leyes laborales al día. Tenemos que luchar constantemente cada uno en su puesto”. Con un paro y movilización de los trabajadores de la cooperativa de Mina Clavero como escenario, el 29 de julio se hizo la cuarta asamblea en Mina Clavero. Doscientas personas se movilizaron al Valle de Traslasierra: Villa Dolores (La Paz, Luyaba, La Población, Yacanto y San Javier) Nono, Salsacate, San Carlos Mina, La Higuera, Villa de Soto, El Brete, San Marcos Sierras, Cruz del Eje, Serrezuela,

Del Oeste (Los Hornillos, Las Viñas, Los Pozos, Villa de las Rosas). En esa oportunidad, por solidaridad estuvieron trabajadores de otras zonas como Villa Carlos Paz, Alta Gracia, Jesús María, Central Nuclear de Embalse, Río Tercero, Deán Funes, Río Segundo, Pilar, Almafuerte. Córdoba es grande. El 1º de septiembre fue el turno de Embalse, donde una de las principales actividades económicas es la producción de energía eléctrica. La ciudad tiene tres usinas hidroeléctricas (Fitz Simon, Reolín y Piedras Moras) y una central nuclear, y es la mayor productora de energía eléctrica de la Argentina. Por eso convergen afiliados de distintos sectores de trabajo. En la asamblea, más de 300 personas representaron a Tancacha, Río Tercero Almafuerte, Corralito, Monte Ralo, Los Cóndores, Berrotarán, Villa del Dique, La Cruz, Villa Rumipal, Santa Rosa de Calamuchita, Santa Mónica, Yacanto, Amboy, Villa General Belgrano, La Cumbrecita, Los Reartes, Los Espinillos, San Agustín, Río Grande, Embalse, Embalse Sur y la Central Nuclear de Embalse. Marcos Canuto, de la Seccional Central Nuclear Embalse dijo: “En la acción sindical es muy importante poder plantear todas las dudas, consultas y los agradecimientos”. En lo que queda del año está previsto que se realicen dos asambleas más, que aunque no está definido en qué zona se van a realizar, servirán para terminar de colorear el mapa de la provincia de Córdoba, y después volver a comenzar el recorrido. energía + 25


T ri p l e dobleve E l S i R eLy F e n l a er a d e l a c o m u n i c a c i ó n 3 . 0 El Sindicato Regional de Luz y Fuerza apuesta a la comunicación digital para interactuar cada vez más con sus afiliados.

L

a era digital 3.0 se caracteriza por el uso de páginas web, aplicaciones móviles, redes sociales y el intercambio dinámico de información entre los usuarios. Las noticias en tiempo real y la inmediatez en la información son la marca de esta manera de comunicarse. Uno de los aspectos positivos que se pueden mencionar, es que las distancias se acortan permitiendo comunicaciones más directas. Ante la necesidad de integrarse a esta nueva dinámica, el SiReLyF sumó a su servicio de comunicación digital, herramientas para acercarse a los trabajadores de cada uno de los más de 200 pueblos y ciudades donde tiene seccionales y subseccionales, en todo el territorio de la provincia de Córdoba. La incorporación de las redes sociales, la modernización de la página web y el servicio informativo y cultural que brinda RadioLyF son proyectos enriquecedores que permiten un diálogo

www.sirelyf.org La página web del Sindicato Regional de Luz y Fuerza fue renovada para adaptarse a las nuevas necesidades de comunicación con sus afiliados. Se actualizaron las secciones y se reestructuraron los contenidos para que todos los beneficios y servicios que tiene el Sindicato sean de fácil acceso para sus afiliados y para el resto de la sociedad. SiReLyF: Email: prensa@regionalluzyfuerza.com Facebook: Sindicato Regional de Luz y Fuerza Twitter: @sirelyf

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constante entre los afiliados y las autoridades del SiReLyF. Con RadioLyF se sumaron otros proyectos como el boletín digital y la aplicación para dispositivos móviles que permite escuchar la radio y acceder a noticias al instante y en cualquier lugar. Una de las experiencias más gratificantes a partir de la incorporación de nuevas tecnologías son las corresponsalías de los trabajadores del interior de la provincia que informan sobre lo que sucede en sus seccionales o subseccionales. Estas noticias luego se profundizan en el periódico Energía Positiva, en RadioLyF y en la revista Energía +. Es el comienzo de una nueva etapa donde lo digital cobra protagonismo y desde el SiReLyF apostamos a conformar una red de comunicación que crezca junto a los trabajadores y sus realidades.


Aplicación SiReLyF. Uno de los avances comunicacionales más importantes del último año es el desarrollo de la aplicación (APP) SIRELYF, que permite navegar la web sindical desde computadoras personales, tablets y celulares. Tiene un diseño que se adecúa a la pantalla de los dispositivos móviles con noticias, información institucional, acceso a RadioLyF y a videos. La APP es simple, rápida y de fácil navegación.

radiolyf.com La radio de los trabajadores recupera el valor de la palabra y es una herramienta de comunicación que agrupa a diferentes sectores de la sociedad a través de contenidos gremiales y de interés general. Además de escucharse por internet, RadioLyF se adapta a las necesidades de comunicación actual y te acompaña a donde estés a través de la APP para dispositivos móviles. En septiembre la radio actualizó su web para sumar más contenidos y ser de más ágil navegación. RadioLyF también cuenta con wasap para una comunicación instantánea con los oyentes a través mensajes de texto, de voz y el envío de imágenes. Además, RadioLyF transmite en vivo y en directo los espectáculos musicales que se realizan en el Ciclo Cultural del Auditorio Luis Gagliano. RadioLyF: Email: radiolyf@gmail.com Facebook: Radiolyf Twitter: @radiolyf WhatsApp: 0351 152 057291

Boletines informativos. Todos los viernes el equipo de trabajo de RadioLyF hace un resumen con las noticias más destacadas que se producen en el ámbito del SiReLyF. Se envía por email a la base de datos de oyentes a la que se pueden suscribir en su nueva página web. Por otro lado, el equipo de periodistas del SiReLyF realiza un boletín informativo –INFOLyF– sobre los acontecimientos más relevantes del Sindicato por medio de una cobertura multimedia que incluye notas, audios, entrevistas y videos.

Facebook. En Facebook el SiReLyF informa sobre todos sus emprendimientos. Pero, además, esta red social permite el intercambio de información de manera práctica, diaria y colaborativa con sus afiliados. Sindicato Regional de Luz y Fuerza Cabañas de Cosquín Sirelyf LyF Turismo Baila en New York Bioeléctrica Auditorio Luis Gagliano CENMA 111 Sede SiReLyF Radiolyf Energía + Energía Positiva

auditorioluisgagliano.blogspot.com.ar El blog del Auditorio Luis Gagliano reúne toda la programación del Ciclo Cultural que desarrolla el SiReLyF a lo largo del año para promover la cultura y el desarrollo de manifestaciones artísticas y educativas. Espectáculos musicales, presentaciones de libros, proyección de documentales, teatro, circo, charlas y conferencias, entre otras actividades que se realizan siempre con entrada libre y gratuita. energía + 27


institucional

Salud con un modelo solidario Regional LyF Salud, la empresa creada por el Sindicato Regional de Luz y Fuerza, brinda desde 2004 la cobertura médica para los afiliados y su grupo familiar. La gestión de los servicios médicos está basada en un modelo solidario de gestión obrera que alcanza a toda la provincia de Córdoba.

E

l Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) tiene una empresa que contempla la atención médico sanitaria de más de cinco mil trabajadores del sector eléctrico (de Cooperativas, de la Epec, de Transener y de Nasa) y sus familias. Regional LyF Salud tiene un modelo de gestión solidaria y responsable para la administración, la protección y la promoción del cuidado de la salud de sus afiliados. Las prestaciones médicas

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que brinda contemplan la asistencia de salud para trece mil beneficiarios de 202 localidades dispersas en toda la provincia de Córdoba. Regional LyF Salud nació en 2004 para brindar una atención médica de calidad a sus afiliados y grupo familiar, mediante el control de la gestión de las prestaciones que hace la red de prestadores médicos contratados por la empresa. Al comienzo se hizo cargo de la gestión de los medicamentos y luego de las

prestaciones médicas en general. De este modo, después de un año de haber sido creada, Regional LyF Salud comenzó a manejar toda la salud de los trabajadores del ámbito del SiReLyF. “En su momento las gerenciadoras se quedaban con buena parte del dinero que ambas obras sociales (OSFATLYF y OSPLYFC) destinaban para la salud de los trabajadores. Regional LyF Salud ha puesto el cien por ciento de los recursos de las obras sociales en las


prestaciones médicas y de salud, porque esta empresa no tiene fines de lucro sino que tiene la necesidad de tratar de salir equilibrada en su economía. Regional LyF Salud hace el trabajo que hacían las gerenciadoras, que es administrar los recursos. La obra social paga una cápita por afiliado y la empresa se encarga de contratar las prestaciones médicas. Antes, las gerenciadoras cobraban diez, volcaban siete en salud y se quedaban con tres. Nosotros cobramos diez y volcamos 9,50 en la salud porque necesitamos sacar para los gastos administrativos y nada más. Además, nuestro sindicato hace un aporte de recursos económicos para mejorar las prestaciones que marca el Programa Médico Obligatorio (PMO). Así logramos una mejor atención médica”, dice Jorge Vachetta, secretario de Servicios Sociales del SiReLyF. Regional LyF Salud atiende las necesidades de los trabajadores brindando una cobertura de salud permanente con planes sanitarios y campañas de prevención, para que el beneficiario tenga la mayor cantidad de servicios, además de lo establecido en el PMO. Para posibilitar una mayor cobertura sanitaria a nivel local y regional, trabaja de forma articulada con la obra social provincial y con la nacional. “En salud nunca podemos estar conformes del todo porque la medicina avanza a pasos agigantados y los salarios de los trabajadores avanzan más despacio. El hecho de que tengamos la posibilidad de asistir a trece mil compañeros dispersos en toda la provincia de Córdoba, en 202 localidades, quiere decir que la organización está bien. Porque una cosa es tener todos los afiliados y prestadores concentrados en una ciudad y otra cosa es tenerlos dispersos en toda la provincia. Hay que negociar con más de 200 prestadores, con las complicaciones que eso tiene”, dice Vachetta. Inclusión Uno de los desafíos más grande que tiene el SiReLyF es mantener el sistema de salud existente y crecer para cubrir la mayor cantidad de patologías posibles, en un contexto donde el sistema de salud privado tiene graves problemas para subsistir, sobre todo en los pueblos del interior de la provincia. En muchas localidades no hay sanatorios privados ni hospitales públicos con cobertura y los beneficiarios deben

acudir a los centros urbanos más grandes. “En Alicia, Cavanagh o en el Valle de Calamuchita, por ejemplo, no hay prestadores. Es el gravísimo problema que hemos tenido en los últimos años y que se viene agravando. Es un problema del sistema, porque tenemos a todos los afiliados dispersos en la provincia de Córdoba. Al no tener prestadores a nosotros nos genera un problema terrible”, explica el secretario de Servicios Sociales. (Ver recuadro) A lo largo de 11 años Regional LyF Salud se ha constituido en un emprendimiento ejemplar en gestiones de la salud. Basada en el modelo de las administradoras pero con un objetivo netamente social y sin fines de lucro, cuida de la salud de los trabajadores del sector eléctrico del SiReLyF y también de trabajadores de seccionales de sindicatos hermanos como el de Mercedes, en la provincia de San Luis, por ejemplo. “Desde que manejamos la salud con Regional Salud, no solo que no se han ido beneficiarios sino que han vuelto muchos de los que se habían ido a las prepagas”, dice Vachetta. Además, otro de los aspectos es que, una vez jubilados, los trabajadores pueden optar por la obra social de origen, debido al acuerdo de Luz y Fuerza nacional con el Pami y de la OSPLYFC con el Apross. En una prepaga, esto no es posible. Esto solo lo contempla nuestro sistema solidario”, dice Vachetta. Bajo esta concepción, la OSFATLYF y la OSPLYFC crearon un plan de adherentes para los hijos de afiliados que estuvieron en la obra social en toda su juventud, terminaron sus estudios terciarios o universitarios y no consiguen trabajo. “El padre paga como adherente al sistema de salud y el profesional recién recibido que está haciendo sus primeras armas sigue siendo afiliado a la obra social hasta tanto consiga su propio trabajo y aporte donde corresponda”, explica el secretario. Su accionar responsable y solidario pone de manifiesto la importancia que tiene la salud y la calidad de vida para los trabajadores de la actividad eléctrica y sus familias. Demuestra, además, que a través de una tarea organizada y eficiente, los trabajadores pueden recuperar el derecho de controlar y administrar sus recursos y su salud. Porque para el SiReLyF, el afiliado y su familia son personas con nombre, apellido y no un número como en las prepagas.

Trabajo social Regional LyF Salud depende de la Secretaría de Servicios Sociales a cargo de Jorge Vachetta. Allí trabajan médicos de Regional LyF Salud, médicos auditores y personal administrativo. El Consejo Directivo del SiReLyF respalda a toda la empresa. En el equipo de trabajo de los médicos auditores está la Dra. Miriam Monjo y el Dr. Javier Aguilera dentro de la empresa y en horario administrativo, que brindan una atención personalizada a los afiliados y a sus familiares. Como apoyo, está el Dr. Rafael Piqueras en la OSPLYFC que también trata directamente con los afiliados para agilizar las autorizaciones médicas. Y la Dra. Mirta Magallanes, que depende directamente de la OSFATLYF y facilita los trámites en la atención a los afiliados en el SiReLyF. Aguilera tiene 35 años y es médico cirujano. Desde hace siete años está en el área de Auditoría Médica de Regional LyF Salud. Este es un caso que llena de orgullo al Consejo Directivo del SiReLyF, porque es uno de los cientos de chicos de toda la provincia que pasaron por la Casa del Estudiante para estudiar en la ciudad de Córdoba. Él hizo toda su carrera viviendo en este emprendimiento del SiReLyF que apuesta al crecimiento personal y profesional de sus afiliados y sus familias. Cuando egresó tuvo la posibilidad de entrar a la empresa y formar parte del equipo como auditor médico. “Un auditor hace el trabajo social. Nos dedicamos a autorizar y hacer que todos los estudios sean correctamente solicitados, autorizados y prestados. Llevamos el control de que se realicen y tengan el criterio específico para ser realizadas”, explica el Dr. Aguilera. energía + 29


De acuerdo a datos suministrados por el Registro de Unidades de Gestión de Prestaciones de Salud (R.U.Ge.Pre.Sa.) del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, desde el año 2004 a la actualidad cerraron sus puertas 121 centros de salud privados de los 294 que existían. De esos 121 clínicas, 114 estaban localizadas en pueblos y pequeñas ciudades del interior y tenían entre 15 y 21 camas para internación. Los datos muestran que en 11 años, el sistema médico privado se redujo un 41,5 por ciento en Córdoba. Si se considera la cantidad de camas que tenían, esto significa que desaparecieron 791 camas para internación.

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Juan Ingaramo El 2 de julio el cantautor cordobés Juan Ingaramo volvió a su ciudad para despedir las canciones de su disco Pop Nacional, recrear algunas joyas cuarteteras en versiones de su disco Tunga Tunga y adelantar canciones de su próximo álbum, que se editará a fines de este año. Lo acompañó el músico Eduardo Valdés. La Isla Común fue la banda invitada para abrir el espectáculo.

Enrico Barbizi y Palo Pandolfo El 25 de junio el cantautor cordobés Enrico Barbizi invitó a compartir el escenario al cantante, compositor y poeta porteño Palo Pandolfo, en una nueva entrega del Ciclo Músico Anfitrión. Los músicos desplegaron más de dos décadas de experiencias en los escenarios de todo el país, en un encuentro de colegas y compañeros de ruta.

Philharmonie El 8 de julio se presentó Philharmonie, un ensamble que hace arreglos e instrumentación sinfónicos a su repertorio. Así logran un sonido único a partir de la mezcla de instrumentos como el violín, el oboe o el clarinete con timbres convencionales como el de la guitarra eléctrica, el teclado o la batería. Ayudan al público a romper esa barrera imaginaria entre la “música culta” y “la popular”.

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Rimando Entreversos El 10 de julio Rimando Entreversos presentó Guachos de la calle (memorias del desarraigo), documental que cuenta su historia y que está dirigido por Sergio Schmucler. Rimando Entreversos es un grupo de rap formado por jóvenes que viven en villas y barrios marginales de la ciudad de Córdoba. Comenzaron en 2011 a partir de un taller de música desarrollado por la Fundación La Morera con una propuesta orientada a la transformación social.

Federico Bianchini El 24 de julio el periodista Federico Bianchini presentó su libro Desafiar al cuerpo. Del dolor a la gloria. El deporte llevado al extremo, acompañado por el periodista Sergio Carreras y el entrenador y deportista Martín Barbeito. En Desafiar al cuerpo, Bianchini presenta las historias de hombres que van más allá, que no frenan cuando aparece el dolor, que no abandonan cuando están cansados porque, como dice uno de ellos: “El dolor pasa, después llega la gloria”.

La Viajerita y Las Añez

Lo-Fi Records El 16 de julio Lo-Fi Record festejó sus 20 años de música independiente con la presentación de los discos de Ultrasuave y MCTP. Ultrasuave es una banda formada a mitad de los años 90, están enrolados en el lo-fi por convicción y urgencia y tiene más 20 trabajos editados. Los MCTP (Martínez y Loscampostorrespalacios) presentaron Lo poco que vamos a recordar, su segundo disco hecho desde la experimentación sonora.

El 30 de julio, en una nueva edición del Ciclo Músico Anfitrión, el dúo cordobés La Viajerita recibió al dúo Las Añez, de Colombia. La Viajerita tiene un espíritu trashumante con un formato sencillo que les permite viajar por ritmos y melodías de la música latinoamericana versionada con estilo propio. Las Añez se asientan en su gran condición de cantantes con arreglos vocales precisos que dan una identidad propia a la música latinoamericana.

Francisco Allende El 13 de agosto el cantautor de Serrezuela, Francisco Allende, presentó su primer disco –Vienen de la noche– acompañado por sus compañeros Juan Pablo Gómez en guitarras, Evangelina Arias en voz y Francisco Miranda en percusión. Estuvo como invitado el riojano Ramiro González. Allende trajo consigo un imaginario de historias, miradas y relatos sociales del Departamento Cruz del Eje y de Traslasierra.

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Candelaria Zamar, María Ezquiaga y Darío Jalfin En el marco del Ciclo Músico Anfitrión, la cantante cordobesa Candelaria Zamar invitó a los músicos María Ezquiaga y Darío Jalfin, de Buenos Aires. Zamar recorre el país desde 2012 con su proyecto solista. En 2014 editó su primer disco –Un vaso de agua–, que presentó en el Luis Gagliano. Ezquiaga y Jalfin presentaron canciones de su disco –Entre los dos– en el que conviven el rock-pop y la música popular, acompañados de piano, guitarra eléctrica y arreglos vocales.

Nash Coll El 20 de agosto el cantautor cordobés Nash Coll presentó su nuevo disco –Predio–, un álbum de nueve canciones que fue grabado, mezclado y masterizado bajo la producción artística de Santiago Izquierdo, e integra el catálogo de Ringo Discos. El disco contó con la participación de músicos locales como Mariano Coccimano, Exequiel Bertino, Gonza Sánchez, Diego Otoño y Ariel Galeano. En la previa tocó Gonza Sánchez.

Invicines Premio Crónicas Interiores El 28 de agosto el Premio Crónicas Interiores presentó su primer libro con la presencia de dos de los jurados de la edición 2014, Sergio Carreras y Dante Leguizamón, y tres de los finalistas: Juan Cruz Taborda Varela, Adrián Camerano y Marcela Repossi. El libro –con prólogo de Cristian Alarcón– incluye los mejores relatos del Crónicas Interiores 2014, organizado por el Sindicato Regional de Luz y Fuerza. Crónicas Interiores es el primer concurso nacional de periodismo narrativo para el interior del país. 34 energía +

El Luis Gagliano fue sede del Festival Invicines, el cine de los invisibles, que se desarrolló entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre. Es un festival en el que se proyectaron 60 cortometrajes de estudiantes secundarios, terciarios, realizadores independientes, organizaciones sociales y miembros de talleres libres y de instituciones no formales: hospitales, neuropsiquiátricos, hogares de día y Centros de Actividades Juveniles. Hubo talleres, cine debate y actividades en contexto de encierro.


Una apuesta al futuro María Alejandra Carrillo Sria. de Cultura, Comunicación y Formación del SiReLyF

Damián Verdún El 10 de septiembre el charanguista y compositor Damián Verdún presentó #Urbano, un disco que el músico rosarino produjo mediante el método de financiamiento colectivo conocido como crowdfunding, que consiste en financiar una obra en la cual el público aporta dinero de manera anticipada.

Alta Marcha El 17 de setiembre se proyectó el documental Alta Marcha y se realizó una charla debate a cargo del Colectivo El Merequetengue (vecinos de barrio Los Boulevares reunidos contra el abuso policial), Valeria Plaza (abogada especialista en políticas de seguridad) y el Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos. Alta Marcha trata sobre la Marcha de la Gorra, la manifestación de una lucha colectiva motorizada por jóvenes organizados que se movilizan por la derogación del Código de Faltas y en contra del abuso policial.

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a cultura, la educación y la formación son ejes fundamentales de Gestión para el Cambio. El Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) ha destinado trabajo y recursos a un área con la que apostamos al futuro de nuestros afiliados y de la comunidad. Los trabajadores hemos creado el Auditorio Luis Gagliano, un espacio de participación colectiva destinado a toda la sociedad para la promoción cultural y el desarrollo de manifestaciones artísticas y educativas. Tiene 171 butacas y todas las necesidades cubiertas en cuanto a técnicas de sonido, iluminación, pantalla y proyector con las que realizamos el Ciclo Cultural desde marzo a diciembre de cada año. Es un lugar que abre sus puertas al público de Córdoba y a artistas y personalidades locales, nacionales e internacionales. En este espacio especialmente pensado y diseñado para la cultura hemos realizado conferencias, congresos, presentaciones de revistas y de libros, jornadas de capacitación, asambleas, espectáculos musicales, teatrales y circenses, proyecciones de documentales, debates. Por otro lado, el SiReLyF hace cursos de formación para sus afiliados a través de clases de Gestión Financiera, Desarrollo Actitudinal, Oratoria y Comunicación, Liderazgo y del Anticipar, un proyecto de vanguardia en Argentina que consiste en acompañar a quienes estén por jubilarse a hacer el paso de la vida laboral a la de jubilado. Con esta capacitación para la nueva dirigencia sindical, para las nuevas generaciones de dirigentes gremiales, hemos logrado enriquecer el debate en cada asamblea y ampliar la participación de nuestros afiliados en cada espacio de militancia. Además, el Auditorio es usado por nuestros compañeros en diversas reuniones y debates como el Cuerpo General de Delegados, las reuniones de la Comisión Permanente de Jubilados, en las asambleas y en distintos actos sindicales, haciendo uso de un espacio que les pertenece. También es un punto de encuentro de los sindicatos que forman la Confederación General del Trabajo Regional Córdoba, que lo usan para actos y conferencias. Es una tarea que emprendimos con entusiasmo cuando se inauguró en 2010 la nueva sede central de nuestra organización en la ciudad de Córdoba y que viene creciendo año a año. Ya vendrán nuevos compañeros a continuar con una gestión cuyos resultados ya forman parte de las costumbres de nuestros afiliados y de los vecinos de Córdoba.

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///////////////////////////////////////// ensayo fotográfico MÉXICO

En el Camino retrata el fenómeno de los migrantes centroamericanos que viajan a través de México hacia Estados Unidos. Lo innovador de este trabajo fue que nos propusimos –con el equipo de El Faro. net y Ruido Photo– hacer el mismo camino de los migrantes y cruzar México desde la frontera sur a la frontera norte. Lo que no es novedad es que este fenómeno, imparable y trágico, no solo aumenta cada año sino que además tiene réplicas en muchos lugares del mundo. Algunas de esas réplicas siguen la misma suerte del fenómeno mexicano: solo nos enteramos de ellas cuando aparecen decenas de cuerpos descuartizados en una fosa, o cuando el cuerpo de un niño sirio de tres años es retratado sin vida en la costa turca. En

en el camino

otros muchos –demasiados– casos ni nos enteramos: decenas de miles de personas (eritreos y sudaneses, refugiados la mayoría de ello) son víctimas en este mismo momento de todo tipo de atrocidades en el desierto de Sinaí, en manos de traficantes beduinos mientras intentan llegar a Israel. Las fotos de este proyecto fueron tomadas en el camino que compartimos con los migrantes. Durante ese camino los migrantes sufren asaltos, secuestros, extorsiones de delincuentes y de las autoridades mexicanas. Si acaso pudiese pedir un deseo como fotógrafo sobre este proyecto, sería que estas fotos dejen, en algún momento, de ser tan lamentablemente actuales. energía + 37


Casabindo

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Eduardo Soteras

eduardo soteras Nació en Córdoba en 1975. Fue dirigente estudiantil, contador público, docente universitario, postulante en finanzas en Naciones Unidas, vagabundo, contrabandista cubano, mozo, ayudante de albañil, pintor de brocha gorda, marinero sahariano, restaurador de muebles y artesano. En ese orden. Antes vivió en Barcelona y abrió una escuela de fotografía. Trabajo en México donde hizo este trabajo y parió un libro de fotos. Vivió en el desierto palestino en una cueva y allí plantó un árbol. También estuvo un mes bajo las bombas en Gaza, documentando la guerra. Todavía anda casi suelto y sin descendencia reconocida. Dice que le interesa el ser humano y que por eso hace fotos, aunque también suele decir tantas pavadas que vale la pena dudar. De todos los oficios que ejerció, el de antropólogo amateur es el único que mantiene con cierta seriedad. Hoy vive en Kinshasa, en la República Democrática del Congo, como de costumbre, sin una idea clara de por qué. energía + 39


La familia argentina

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Federico Czesli

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Gianni Bulacio

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Gabriel Casabindo Orge

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cr贸nica

Una ruta pampeana donde el viento se mezcla con lo ins贸lito y la calma estalla con una frenada. Entonces, el asfalto es pura tragedia.

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S

e pierde la cuenta de los kilómetros que se hacen en soledad. Nada. Nadie. Sólo el viento. Más un martes a esa hora, cuando comienza la noche. Ni siquiera se atraviesan pueblos porque desde la ruta nacional 35 apenas se ven los portales con los nombres de las localidades y un camino arbolado que se adentra en la llanura. Y allá al fondo recién titilan los faroles de las calles, las lamparitas del frente de las casas. Por la ventanilla del auto apenas se ve el aura de un brillo de lucecitas navideñas siempre amarillentas. Oscar Flatho viene prendido al volante sin prestar atención a un paisaje que se sabe de memoria. Tiene 64 años y justo un 10 de junio como hoy, pero de cinco inviernos atrás, hacía su primer viaje como remisero. Están a diez minutos de llegar a General San Martín. Salieron de Santa Rosa, la capital de la provincia de La Pampa, a las 19:02. Los números quedaron impresos en la memoria de Oscar. A esa hora pasaban frente a la estación de servicio El Sol, a la salida de la ciudad, emprendiendo la vuelta. Tenían 190 kilómetros por delante. Oscar dice que todos se pusieron el cinturón, o que al menos, eso acordaron. Teresa, sentada al lado de Oscar, ya abrió la cartera para buscar las llaves de su casa. En el asiento de atrás quizá cuchichean algo Mercedes, de 45 años, y su hija adolescente, cuando ven un bulto atravesado en el medio de la ruta. Es una cosa inmóvil, petrificada, deforme. Algo que no se reconoce pero asusta. Como una granada a la que le quitaron el mecanismo de seguridad. Las cubiertas chillan en el intento de frenada. Oscar pega un volantazo para esquivar eso que, después sabrá, es un sillón. No lo logra. Choca. Entonces larga el auto, lo deja que siga por la banquina, tiene miedo de volcarlo en el intento de subir de nuevo al asfalto. No calcula la zanja. La taza de la rueda derecha se incrusta en la tierra, y la Renault Scénic da una vuelta entera y queda parada y en marcha al costado de todos los caminos. Los dolores del cuerpo se congelan con el grito de la chica que llama a la madre. Oscar ve primero a Teresa, está bien, con un raspón en el brazo, pero necesita girar y mirar el asiento de atrás para entender, para darse cuenta de que falta Mercedes, que la puerta trasera del auto está abierta, arremangada del impacto y el cuerpo de su pasajera salió despedido. Aún retiene la imagen de la mano de la niña forzando el cinturón para quitar la traba, abriendo la puerta y corriendo por los pastizales hasta encontrarla,

cinco metros por delante del auto, al borde de una sola ruta: la de la muerte. ***** General San Martín es un pueblo pampeano de alrededor de tres mil habitantes. Lo fundaron cuarenta familias judías en 1901, entonces se llamaba Villa Alba. A la siesta el silencio se come las casas, los árboles, ahoga los penales de los pibes que juegan en la calle, apaga televisores y radios. A las 15:30 el sonido del pito de la Cooperativa rompe la calma, anuncia que algo se activa: está por abrir el super. Con el otoño llegan los días de viento que obligan a bajarse de la bicicleta porque es imposible pedalear, aunque casi no hubo torbellinos este año. Ni eso, ni tonos amarillos. Los últimos meses llovió como nunca antes y hay un verde desconocido que pone de buen humor a cualquiera. Todo parece tan quieto como la estación de tren. Es un engaño. Detrás de una puerta hay una biblioteca popular con más de catorce mil libros. A la vuelta de la Plaza de los Recuerdos vive Rogelia, de 89 años, que parió diecisiete críos; uno de ellos es ex combatiente de Malvinas, sobreviviente del Belgrano, y otro, ahijado de Perón por ser el séptimo hijo varón. En una esquina hay una casa rosada que tiene la estrella de David, es la sinagoga, aunque hace años no la abren porque hoy ni siquiera llegan a 10 hombres judíos para poder reunirse. El templo tiene puertas de aluminio con los vidrios rotos. Sarita y Jaime hacen girar la llave y adentro además de polvo y olor a humedad muestran la Torá. Sagrada, intocable. En el sótano de su casa Nelly guarda –esconde, dice ella– revistas El Tercer Reich, su padre alemán las coleccionaba, porque en este pueblo también hubo nazis. De yapa: un libro de historia de General San Martín fue escrito por el vecino José Alberto Hirschfeld, militar implicado en causas de lesa humanidad, con legajo 7170 de la Conadep. Y hay una iglesia luterana, otra valdense, está la católica, y si suena el timbre pueden ser los testigos de Jehová evangelizando los barrios. El lugar preferido de Oscar en el pueblo es la Juventud Agraria donde están las canchas de bochas. Allí él sólo se concentra en arrimar al bochín.

Hay un bulto atravesado en el medio de la ruta. Es una cosa inmóvil, petrificada, deforme. Algo que no se reconoce pero asusta. Como una granada a la que le quitaron el mecanismo de seguridad

***** Damián Korsunsky tiene 32 años, es de Bernasconi, la energía + 45


localidad que está al lado, a 15 km. Responde un mensaje privado de Facebook y dice: “No hay día que no recuerde con dolor lo que pasó, la tormenta de viento que me marcó la vida de esta forma. Estoy destrozado moralmente, no tengo palabra alguna para expresar el dolor que siento, somos familias conocidas de Bernasconi, mi papá y mi vieja conocen a los padres de la mujer, yo también”. Ya no volverá a contestar. Tras cada pedido de encuentro hay un “visto” que delata que del otro lado alguien lee y no contesta. El silencio vuelve entonces y raspa la cara como el viento. Aquel martes a la tardecita Damián cargó un juego de sillones en la chata Ford Ranger que está a nombre de su madre y salió rumbo a Bahía Blanca. En el km 159 de la ruta 35, el sillón de un cuerpo se le voló como barrilete ¿de cuántos kilos?, ¿30, 40, 50?, ¿sin piola que lo sujetara? Según cuenta Oscar, cuando el pibe llegó a Bahía entró a su casa a tomar mates y un rato después se decidió a descargar la camioneta. Recién ahí descubrió que faltaba un sillón. Él dice que Damián dice, que creyó que se lo habían robado. Hasta los medios nacionales publicaron la noticia del “vuelco fatal”. La historia rendía por lo insólito del accidente. La crónica policial podría sumarse a la colección de noticias absurdas de Roberto, el personaje principal de Un cuento chino, la película de Sebastián Boresztein protagonizada por Ricardo Darín. Lo primero que se publicó aclaraba que aún no se había identificado al dueño de ese mueble que aparecía destartalado y al borde de la ruta en las fotos. Fue un vecino de Bernasconi el que se acercó a la comisaría y señaló la casa de los Korsunsky. Había visto cuando cargaban la camioneta. La Policía tomó declaración a la madre y Damián se presentó espontáneamente cuando supo que ese sillón de un cuerpo, color marrón, que nunca llegó a destino, había matado a una persona.

que ya no queda en la pava de tantos mates que cebó, parece subirle a los ojos. Tras haber manejado durante 30 años un camión para la empresa de sal que más trabajo genera en General San Martín, se jubiló y en 2010 decidió subirse a un auto y seguir conduciendo. Hacía viajes de un par de cuadras dentro del pueblo. Iba a Bahía Blanca, a Santa Rosa, a Guatraché. Con el cambio de vida también se separó. Ahora a su lado está Rosana, su compañera, así la nombra, la persona a la que primero llamó esa noche cuando bajó del auto y tuvo conciencia del desastre. A Rosana, algunos amigos de otras localidades la dieron por muerta cuando muchos medios empezaron a levantar la noticia afirmando que la fallecida en el accidente era la esposa del conductor. Oscar lo cuenta y sonríe ante la confusión. Es el eslabón que completa la cadena de situaciones ridículas. Se acomoda los anteojos cuando habla y pasa otro mate. Ya no se atreve a manejar aunque los clientes lo llaman, le preguntan cuándo vuelve a trabajar, pasan a saludarlo por la casa. A estos meses de inactividad que lleva sin facturar un peso, le suma la cirugía de muñeca que pagó de su bolsillo, más la Scénic 2008 que está destruida y que no puede vender porque aún es parte del proceso de investigación. El seguro de él tampoco cubrirá el arreglo porque es contra terceros y el de Damián no se hará cargo porque el impacto fue contra “un elemento desprendido del vehículo y no contra el vehículo que entró en acción”. —Un elemento volado —dice. Volado. Por eso hace un par de semanas Oscar llamó a Damián. Era la primera vez que hablaban. Oscar no quería problemas, pero el chico tiene una responsabilidad civil y piensa que quizá sin necesitar abogados, como buenos vecinos, puedan llegar a un acuerdo. Dice que el muchacho le cayó bien, que los dos la están pasando mal. No está enojado. No hay una sola oración que se le escape con rencor ni una mueca que denote que se muerde los labios para no putear. No sabe en qué va a terminar la causa. No cree que haya riesgos de que Damián vaya preso. —Sería muy injusto —dice. En la Fiscalía de General Acha la causa con legajo 6360 que se encuentra en proceso de investigación está caratulada como “Lesiones graves culposas. Muerte en accidente de tránsito” y tanto Oscar Flatho como Damián Korsunsky están imputados.

Los dolores del cuerpo se congelan con el grito de la chica que llama a la madre. Oscar ve primero a Teresa, está bien. Pero necesita mirar el asiento de atrás para entender que el cuerpo de otra pasajera salió despedido

***** Oscar pagaba 786 pesos la póliza de seguro contra terceros. La compañía va a compensar económicamente a la familia de Mercedes. Mercedes Scarpecci es una de las 63 personas que en 2014 perdieron la vida en accidentes de tránsito en rutas de esta provincia, según datos oficiales del gobierno de La Pampa. —Pero la vida no se devuelve —dice Oscar y el agua 46 energía +


***** Teresa Baimler, de 75 años, aquel 10 de junio se subió al remís porque tenía turno con un médico de Santa Rosa por un problema de caderas. Ella era la que venía en el asiento del acompañante, la que tal como recuerda Oscar, ya tenía las llaves de su casa en la mano. Así de poco faltaba para llegar. Ahora revisa ese día y encadena todos los acontecimientos. Piensa que siempre iba a la Clínica por la mañana y no por la tarde, como esa vez. Que por no molestar no le dijo a Oscar que quería parar a comprar facturas y tal vez eso habría demorado la vuelta unos diez minutos y para entonces alguien hubiese dado aviso del sillón y ya no habría estado en la ruta. Y sobre todo se lamenta de que Mercedes, quien trabajaba en su casa, se haya subido al auto. “Mercedes era un sol”, dice. La deja algo más tranquila que no viajó para acompañarla sino que aprovechó que había lugar y quiso ir a visitar a su hija mayor a Santa Rosa. —Será que nos tenía que pasar —dice al final Teresa, rendida ante el destino. Las llaves volaron por el aire al volcar. Dos días después la llamaron de la Comisaría de Bernasconi, los peritos las habían encontrado dentro de la Scénic. En el accidente ella se lastimó la mano derecha, se dislocó el hombro izquierdo y quedó postrada en una cama por cinco meses, hasta que entró a quirófano y le hicieron el cambio de prótesis de la cadera. Esta mañana de lunes ya anda de pie, casi ni se nota que se mueve con dificultad, pero ella sonríe y dice que sus patitos no caminan en fila. Oscar también vuelve a sonreír cuando ingresa a la Juventud Agraria y camina hacia el sector de las canchas de bochas. Sabe que no hay terapia más efectiva para él. Es bochófilo desde los trece. Llegó a ser presidente de la Asociación e integró la Federación. Hasta es juez nacional. Antes, sus compañeros sostenían que “la mujer como el gato es para la casa” y ahora él anda torciendo estereotipos organizando torneos mixtos. Hoy están jugando abuelas, doñas de más de setenta en alpargatas, padres con sus hijas treintañeras en equipo, una parejita que hace salida sin hijos para jugar el torneo comercial. Rosana lo está esperando porque en un ratito les toca a ellos. A veces lo imprevisto deja huellas de cubiertas grabadas en el asfalto. Pero mejor no imaginarlo y quedarse en ese instante en el que Teresa interrumpe el relato para decir: “Mirá el colibrí en el jardín”, o cuando Oscar entra a la cancha, toma una bocha con la mano derecha y mira fijo hacia adelante en el intento de calcular con qué fuerza tirarla para anotar el primer tanto del único partido que ahora le importa.

Elemento volado es uno de los siete textos finalistas de la primera edición del Premio Crónicas Interiores, que organizó en 2014 el Sindicato Regional de Luz y Fuerza. Crónicas Interiores es el primer concurso nacional de periodismo narrativo para el interior del país. Busca estimular a periodistas y escritores a realizar textos de calidad que visibilicen las historias y conflictos de sus regiones, federalizar la producción periodística y fomentar su ejercicio como herramienta para pensar la Argentina de hoy. Más información: www.cronicasinteriores.com Facebook: Premio Crónicas Interiores

Ángeles Alemandi Nació en Santa Fe. Vivió seis años en Entre Ríos, donde estudió Comunicación Social. Pasó otros siete en la Ciudad de Buenos Aires. En 2014 desembarcó en General San Martín, un pueblo pampeano de tres mil habitantes. Es autora del blog estaquetepario. com. Escribió para Orsai. Colabora en revista Elle. Ha publicado en Hecho en Buenos Aires, SoHo Argentina, Suplemento Las 12, revista Rumbos, diario El Litoral, entre otros. Sus primeras crónicas nacieron en el taller de Águilas Humanas de Cristian Alarcón. En 2008 ganó la Beca Avina para la investigación periodística. Hoy produce y conduce un programa en la radio comunitaria del pueblo, es tallerista del Plan de Lectura de La Pampa y a la siesta trabaja en un proyecto personal de escritura.

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editorial responsabilidad social

Palabras que brotan como caricias Alessandra Minnicelli Presidenta de FONRES S.A. y de la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS)

C

ada Congreso Internacional de Responsabilidad Social (CIRS) que finaliza es una mezcla de enseñanzas, de misión cumplida y de emociones, y es un buen momento para hacer una primera evaluación antes del balance general sobre los contenidos que desarrollamos. Traducir el CIRS en números significa, de forma preliminar, haber llegado a ocho mil personas este año, superando a la suma de los asistentes en las dos ediciones anteriores. Además, en el sitio web responsabilidadsocial.tv nos vieron vía streaming más de 3500 personas desde 57 países. Argentina, Brasil y Estados Unidos fueron los que más visitas hicieron. Incluso nos vieron desde China, –eso no hubiera sido posible si hubiésemos transmitido desde cualquier otra web–. Significó también que de las 6187 preinscripciones que teníamos el día antes del Congreso, más de la mitad provenían de la viralización en redes sociales; que el Facebook del CIRS pasó de tener 1700 seguidores a 2771.

mujer valiente, a Susana Trimarco, que lucha desde hace más de 10 años por encontrar a su hija desaparecida y en el camino su bandera se transformó para dar pelea contra la trata de personas y la violencia de género. En ella reconocimos a muchas mujeres conocidas o anónimas, por su tenacidad, por su constancia, por no bajar nunca los brazos. Además invitamos a dos mujeres que reconocimos en años anteriores: Yolanda Ortíz y Rosa T. de Roisinblit. También se sumó en esta oportunidad la guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992 que, habiendo disertado por la mañana, quiso compartir ese momento con nosotras. Todo esto lo vivimos con fuerza, con palabras que brotaban como caricias y que traspasaban el escenario, que llegaban a todas las mujeres y a todos los hombres asistentes en la sala plenaria que en ese momento estaba repleta. En ese momento de emoción recreamos perplejos, cada uno en su fuero interno, nuestra lucha, el por qué

En este Congreso Internacional de Responsabilidad Social reconocimos a una mujer valiente: Susana Trimarco. Por su lucha desde hace más de 10 años por encontrar a su hija desaparecida y por pelear contra la trata de personas y la violencia de género Que fuimos Trending Topic (el tema más hablando en el país) en Twitter durante los dos días del Congreso. El tercer CIRS se desarrolló el 10 y 11 de setiembre pasado en el predio de La Rural, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bajo el lema “Federalismo responsable con eje en la empleabilidad”. Todavía hoy seguimos procesando los números y repasando los contenidos de reflexión y debate y los momentos de emoción que fueron muchos y muy variados. Quiero compartir uno que tuvo como protagonistas a distintas mujeres que, desde diversas actividades y con variados objetivos; algunos personales, otros familiares o laborales, tienen involucramiento y presencia en el tema del compromiso social o de la Responsabilidad Social. Decidimos convocarla para reconocer a una

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de muchas cosas que hacemos en nuestro lugar día a día; el por qué, el para quién y el cómo de ese camino que a cada uno nos toca transitar, y pudimos sentirnos identificados en el otro. Pudimos, además, ponernos en el lugar del otro y abrazarlo con el corazón. Pasó algo muy fuerte. Fue un momento mágico de comunión, nos reconocimos todos en ese acto de respeto y valoración por un trabajo que nace del amor de una madre: Susana Trimarco. Una vez más vimos, como dice una querida amiga nuestra, la energía que ponemos día a día las mujeres para hacer que las cosas sucedan.

Abogada y procuradora por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Doctora en Derecho de la Universidad de Salamanca y presidenta de FONRES S.A. y de la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS)


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pinceladas

Daniel Rabinovich. actor y humorista argentino, integrante del grupo Les Luthiers (1943-2015)

ILUSTRACIĂ“N: ziga energĂ­a + 51


cuento

Luz mala T

Por: Manu Kápilan

res mariposas vuelan alrededor de un tubo fluorescente. Por un momento dos de ellas coordinan su vuelo y forman un ocho, una pista infinita. Entonces la otra se atraviesa y los circuitos se vuelven erráticos otra vez. Golpean contra el tubo. Retroceden y vuelven a golpear dejando partículas de polvo de sus alas que, al llegar la mañana, estarán ajadas y ya no servirán de mucho. Serían más útiles en la boca de un murciélago. Pero los murciélagos no se acercan al pueblo porque tienen un monte profundo y oscuro donde cazar. Debajo de esta escena hay un cartel pintado a mano. Dice: despensa-bar. Antes era un garaje, el portón todavía tiene el cartel de “no estacionar” abajo de las calcomanías de gaseosa. Es despensa durante el día y por la noche ponen tres mesitas plegables. Un grabador pequeño que ha perdido su carcasa plástica suena a todo lo que da. Cuarteto clásico, si es que cabe esa expresión. Bandas de fines de los ochenta y los noventa. La clientela es escasa pero leal. Se toma vino en caja, sin soda. Se juega al truco fumando tabaco negro y se habla de la época del ferrocarril y de Boca Juniors. Y punto. No se habla de mujeres ni de familia. No se habla de trabajo, ni de política y cuando se cruzan en la calle durante el día casi que ni se saludan. Esta noche hay tres clientes. Dos de ellos están en la mesa más cercana a la puerta, juegan a las cartas en silencio y con movimientos pesados. Los dedos, gruesos y ajados por el trabajo rural, guardan en cada uno de sus cortes microscópicos tierra negra que parece que nunca se va o que se renueva. En la mesa del fondo, con un vaso de vidrio azul en la mano y delante de un tetrabrick, Mingo entrecierra los ojos y mira el almanaque que está en la pared. Falta poco para el cumpleaños de su mamá. Mete la mano al bolsillo de la camisa, saca un monedero de mujer y deja unos billetes arrugados sobre la mesa. Toma lo que queda en el vaso de un solo trago y guarda la caja de vino en una bolsa de nailon. Sale del local sin saludar. Se ciñe las mangas del pantalón con broches para colgar la ropa, sube a la bicicleta y ata la bolsa al volante. Delante de él la calle de tierra se funde en la oscuridad a medida que se transforma en una pendiente. El cielo está lleno de estrellas pero no hay luna. Mingo resopla y se corre un mechón de pelo de la cara. Está listo para arrancar pero no lo hace. Mira hacia la oscuridad con un gesto perdido y tararea la canción que suena adentro. Una vez vino esa banda al galpón municipal y él bailó con una de las chicas más lindas del pueblo. Hace mucho que no escuchaba esa canción. En el

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Autor: Manu Kápilan

Nació en Córdoba la primavera de 1984. Estudió fotografía en la Escuela Superior de Artes Aplicadas Lino Enea Spilimbergo. Creó una revista a través de su sello Ediciones Minizine. Publicó en antologías poéticas y de comics en la Editorial Llanto de Mudo. Publicó material visual y textos en las revistas Dada Mini, Vagón de Ostras, Un Pequeño Deseo, Ocio y en el diario Día a Día. Dictó talleres de escritura y fotografía para internos en la cárcel de Bouwer. Hoy coordina un taller de dibujo y prepara publicaciones de libros y fanzines.

fondo de sus ojos negros el tubo fluorescente se refleja sobre la humedad. Mingo ve bailar a las mariposas. Dos de ellas siguen intentando coordinar sus vuelos, pero la tercera rompe el ritmo y ocupa todos los lugares al mismo tiempo. El hombre las llama por su nombre científico en un susurro. Lepidópteros, dice y se pone en posición de pedalear. Levanta un pie y empuja el pedal. Cuando levanta el otro, la bicicleta se balancea temblorosa y se mete en la noche. A medida que sus pupilas se dilatan empiezan a develar el camino que baja por la loma. La pendiente se hace más pronunciada a cada vuelta de pedal y pronto los rayos de la bicicleta zumban como una lluvia de flechas que nunca llegan a su blanco. La bolsa con el vino salta de un lado al otro y Mingo trata de sostenerla con una mano. De repente un resplandor blanco lo envuelve, como si alguien le sacara una foto con flash. Encandilado y confundido baja por la loma a toda velocidad. Calcula que todavía falta más de una cuadra hasta llegar al río, donde tiene que doblar. Entonces la rueda delantera golpea violentamente contra algo y se eleva. Aprieta los frenos y se le escapa un grito desafinado. Las ruedas se detienen pero la bicicleta entera está en el aire, cayendo. Por un instante puede ver delante de él el agua negra diciendo: Hola, soy la muerte y te voy a tragar. La primavera recién comienza y las noches aún son frías. El caño de la bicicleta le golpea la entrepierna y el manubrio se le clava en el pecho. Después el peso muerto de su cuerpo golpea contra las piedras del fondo del río y la bicicleta se desprende de él. No hay dolor, solo frío. Pero sabe que está golpeado, tal vez herido. Se asoma a la superficie resoplando hilos de río y saliva. El vacío en los oídos se disuelve y el ruido de la corriente le penetra los huesos. Se pone de pie, el agua le llega a la cintura. Tantea el fondo buscando la bicicleta. El frío lo apura y trepa con dificultad por unas piedras lisas. Echa una mirada sobre la superficie negra: la bicicleta no está. Se estruja el agua de la ropa y empieza a trotar por la calle de la costanera, temeroso de que alguien lo vea, de que alguien lo haya visto. Mientras corre, siente que sus zapatos escupen agua a cada paso y cree escuchar que el sonido del río perdió su serenidad y se transformó en una risa malintencionada. Por delante de la despensa-bar ha pasado un murciélago joven y atrevido. De las tres mariposas solo queda una. El lepidóptero dibuja ochos en el aire, ya no intenta penetrar en el tubo de luz.

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humor cuento cr贸nica

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